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Opinión

Han pasado más de tres años desde que comenzó la investigación de las autoridades judiciales de varios países por el caso de corrupción calificado como el mayor de la historia: Odebrecht. Se han abierto decenas de expedientes judiciales en varios países, en especial en Latinoamérica. Hay ex presidentes encarcelados y perseguidos. El nombre de Venezuela ha sido mencionado en varias oportunidades desde el inicio. Sin embargo, recién ahora comienza a conocerse la trama millonaria de sobornos a cambio de contratos en el país.

El domingo pasado, el portal de noticias CuentasClarasDigital.org especializado en información sobre delincuencia organizada, develó que Odebrecht habría pagado más de 350 millones de dólares en coimas a altos funcionarios del régimen de Venezuela, y no 98 como inicialmente señaló el Departamento de Justicia de EEUU.

Era de esperar que la cifra fuera mayor, dado que desde el inicio las investigaciones señalaban a Venezuela como el segundo país con más número de coimas después de Brasil.

Las autoridades financieras y judiciales internacionales encontraron dinero en cuentas asociadas a ministros y directivos de varios despachos y empresas estatales como Pdvsa, el ministerio de Transporte Terrestre y Obras Públicas, de Agricultura y Tierras, Corpoelec, y en especial, el Metro, entre otras.

Los bancos receptores de los sobornos pertenecen a las jurisdicciones de Antigua donde habría 60 millones de dólares, Curacao con 10, EEUU 15, Luxemburgo 25, Panamá 24, Portugal 8, Suiza 150, Hong Kong y otros países, 61 millones de dólares.

El 14 de julio, CuentasClarasDigital.org develó que la fiscalía suiza había congelado varias cuentas bancarias de Elita Del Valle Zacarías Díaz, suegra del ex ministro de Transporte Terrestre y Obras Públicas y ex presidente del Metro de Caracas, Haiman El Troudi. La medida recayó sobre cuentas a su nombre en el banco Credit Suisse por 28 millones, habiéndose detectado otras más en Banque Heritage por 4 millones y BNP Paribas por 10 millones de dólares.

Odebrecht utilizaba testaferros y presta nombres para canalizar los sobornos a los ministros y otros altos funcionarios. Estos abrían inicialmente las cuentas bancarias y luego las transferían a los sobornados o las personas de confianza de los mismos.

Los nombres de algunos de estos intermediarios se repiten en cuentas de varios bancos en distintos países, asociadas a altos funcionarios venezolanos.

El Estado venezolano habría pagado más de 30.000 millones de dólares a Odebrecht por once obras aun inconclusas, según el Ministerio Público. Al no haber terminado la investigación, todos los responsables de los proyectos están bajo sospecha.

Como ha quedado demostrado, Odebrecht se convirtió en una maquinaria de corrupción política que está siendo objeto de severas investigaciones en varios países, menos en Venezuela. Se abren expedientes que no concluyen en acusaciones directas. Hay un ambiente enrarecido por la sospecha generalizada de que no solo funcionarios del régimen recibieron sobornos de Odebrecht.

Nosotros decimos: caiga quien caiga, hay que castigar de manera ejemplar a los responsables y sus cómplices necesarios por el gran daño que ha sufrido el patrimonio público. El saqueo de Venezuela constituye una violación sistemática de los derechos humanos, principal causa de los males que padecemos. Por supuesto, como parte importante del proceso de hacer justicia, hay que recuperar el dinero robado por la cleptocracia del régimen a nuestro pueblo. Para ello, la cooperación internacional es fundamental, una vez que se produzca el cambio político por el que estamos luchando.

Este gigantesco entramado de corrupción confirma la necesidad de aprobar un sistema de normas legales que garantice la transparencia en el financiamiento de la actividad política. Es necesario aprobar una ley de financiamiento de partidos y campañas electorales que asegure que los recursos utilizados para financiar la democracia, no estén contaminados por la corrupción política

19 de septiembre de 2017

www.carlostablante.com

@TablanteOficial

carlostablanteoficial@gmail.com

 3 min


​José E. Rodríguez Rojas

El diálogo entre la oposición y el gobierno, teniendo como facilitador a Zapatero, le ha permitido al gobierno ganar tiempo, el cual ha utilizado para atornillarse en el poder. Ha reprimido sin contemplación las protestas, con un saldo de 120 fallecidos. Ha encarcelado a numerosos disidentes y obligados a otros a exiliarse. Ha instalado una fraudulenta Asamblea Constituyente (ANC) con la cual está sentando las bases legales para continuar persiguiendo y reprimiendo a los disidentes, siguiendo el ejemplo cubano. Esta visión del dialogo no es de extremistas opositores, sino que es compartida por diversos actores sociales como la iglesia católica venezolana, diplomáticos latinoamericanos y dirigentes europeos como Felipe González.

Durante la visita del Papa Francisco a Colombia, los cardenales que rigen los destinos de la iglesia católica venezolana se reunieron con él. En la reunión con el máximo jerarca de la iglesia, los cardenales le expresaron su desacuerdo con el dialogo y la cultura del encuentro que propicia el Papa como salida a la crisis venezolana. El Cardenal Jorge Urosa Savino así lo expresó a los medios de comunicación, resaltando que “En Venezuela (el diálogo) no es posible porque el gobierno no atiende razones”, a su vez expresó durante la entrevista que “no hay condiciones claras, ni garantías algunas”. Añadió a continuación que en Venezuela se implementa un sistema totalitario que no da garantía alguna para un dialogo verdadero.

En la misma línea de la iglesia católica venezolana, el canciller de Perú Ricardo Luna, en una entrevista al diario español El País, expresó que los intentos de diálogo hasta el presente solo sirvieron para que Maduro ganara tiempo. Tiempo que ha utilizado para la instauración de una dictadura. Expresó el canciller peruano que prácticamente toda la región latinoamericana dice con claridad que en Venezuela impera una dictadura. Debido a ello, 11 países de la región acordaron un aislamiento de Venezuela en cuanto al tráfico de armas y cuestiones financieras, en reunión sostenida en Lima. Dando lugar a la creación, por la vía de los hechos, de un grupo que ha dado en llamarse el “Grupo de Lima”.

El ex presidente español Felipe González también ha expresado una opinión similar a la de los actores señalados. En una entrevista a la televisora española Antena 3 señaló: “Rodríguez Zapatero logró lo contrario a lo que se quería, multiplicar por seis el número de presos políticos, desabastecimiento e inflación, y en ningún momento se ha devuelto poder a la Asamblea democráticamente elegida”. El problema con el dialogo, según González es que estuvo mal enfocado desde el principio, porque los mediadores fueron elegidos “al gusto de Maduro”. En ese sentido, los facilitadores como Zapatero, son individualidades que comparten con Maduro su visión de izquierda de viejo cuño, y han contribuido a afianzarlo en el poder.

En consecuencia, el régimen de Maduro ha sido exitoso en su propósito de arrinconar a la disidencia política y dividirla. En un artículo reciente, la revista inglesa The Economist hace un diagnóstico de la coyuntura política en la cual señala que a pesar de 3 meses de protesta y más de 120 muertos y presiones diplomáticas, Maduro ha podido superar tales eventos, imponiendo además una Asamblea Constituyente fraudulenta que ha desplazado a la Asamblea Nacional. La revista afirma que la democracia en el país ha naufragado y que Maduro está operando como un dictador. La publicación mencionada es pesimista en cuanto a la posibilidad de restaurar la democracia en el país, en el corto plazo. Argumenta que las protestas se han detenido y la oposición luce dividida ante el tema de su participación en las elecciones regionales.

En la medida que la comunidad internacional ha llegado al convencimiento de que en Venezuela impera una dictadura, se ha comenzado a forjar una agenda de sanciones para presionar al régimen a rectificar. El primero en incorporarse a esta agenda fue Estados Unidos, luego le siguió el llamado “Grupo de Lima”. En los actuales momentos países miembros de la Unión Europea estudian la aplicación de sanciones individuales siguiendo la pauta establecida por Estados Unidos. Ante esta realidad y a fin de evitar las sanciones, en particular de la Unión Europea, el gobierno de Maduro ha optado por aceptar el inicio de una nueva tanda de reuniones de diálogo con la oposición, mediada por representantes internacionales.

Ante estas reuniones para retomar el diálogo queremos ser optimistas, pero con los antecedentes señalados es difícil asumir esta postura. Hay una alta probabilidad de que el régimen de Maduro trate de utilizar las mismas para seguir fortaleciéndose. A tal fin, están planteando que la comunidad internacional reconozca a la fraudulenta Asamblea Constituyente, para lo cual contarán con el apoyo diligente de Zapatero y su amanuense el ex presidente de Republica Dominicana Leonel Fernández. Por ello es probable que estas reuniones fracasen de nuevo en el propósito de dar pasos para la restauración de la democracia en el país.

Si las negociaciones fracasan, la comunidad internacional no tendrá otra opción que seguir la ruta trazada por el canciller de Perú, quien plantea instrumentar una agenda de sanciones multilaterales apoyadas por los países de América y Europa a fin de generar una crisis en el régimen y obligar a la renuncia de Maduro.

Profesor UCV

josenri2@gmail.com

 4 min


Asdrúbal Aguiar

El primer documento o hito mediato –al que sigue el Pacto de Puntofijo– sobre el que adquiere soporte intelectual la república civil democrática venezolana y cuya armazón cede en 1999, antes de que se instale el despotismo y ocurra una regresión al tiempo en que el hambre, la ignorancia, y el vicio vuelven a ser bases del edificio de nuestra amoralidad política, es el Plan de Barranquilla, suscrito en 1931. Entonces, ocurre un claro deslinde con los seguidores del comunismo.

Al concluir su relectura, para mis adentros reparo en la actitud reflexiva y madura de los jóvenes firmantes –entre otros Rómulo Betancourt y Simón Betancourt– ante una circunstancia agonal para Venezuela no distinta de la actual: insurgencia regional, crisis económica, descontento popular, anarquía entre los servidores del despotismo por incapacitados para avenirse sobre la sucesión del dictador Juan Vicente Gómez. Hoy, qué duda cabe, aquellos serían denunciados como opositores de teclado.

El caso es que, admitiendo que el final de la dictadura vendría por uno u otro lugar, dadas las condiciones objetivas, consideran que a los opositores de vanguardia, los de afuera, los exiliados, y los de adentro, les era indigno mantenerse a la expectativa o bien empeñarse, por muy justo que les pareciese, en una condenable acción unilateral.

Acaso ¿lo vertebral o imaginable era la concertación entre los aliados tácitos o expresos o empleados del déspota y los opositores, unos desesperados por sus finales y otros urgidos del final del tiempo del oprobio, al costo que fuese? De haber sido así, como se lee en el histórico documento, todo el hecho político y la misma presencia del gendarme necesario se reduciría y explicaría alrededor de la “zamarrería” y “la ausencia de fronteras morales”.

Pues bien, por haber mirado más allá de las circunstancias y puesto de lado sus propias circunstancias, en otras palabras, por haber entendido que “hasta ahora no ha tenido Venezuela en su ciclo de república ningún hombre cerca de la masa, ningún político identificado con las necesidades e ideales de la multitud”, reza el texto; y por conscientes de que “las apetencias populares han buscado, en vano, quienes las interpreten honradamente y honradamente pidan para ellas beligerancia”, decidieron trabajar para las generaciones futuras, se empeñaron en hacer república, pues Venezuela era algo más que sus oligarquías políticas.

Optaron, así, por separarse del vicio que marcara –todavía lo hace– nuestro decurso histórico, a saber, considerar a la política como “la alternabilidad de divisas partidaristas en unos mismos grupos ávidos de lucro y de mando, identificados en procedimientos de gobierno y de administración”.

He aquí, pues, lo central que repito y escribo en anterior columna revisando la experiencia de la oposición chilena a la dictadura de Augusto Pinochet. Fracasados, obviamente, los intentos mediados de diálogo entre este y la primera, facilitados por la Iglesia, el diálogo verdadero hubo lugar – como le ocurre a los autores del Plan de Barranquilla– entre los conductores del porvenir de esa nación sureña y por el mismo motivo que anima y se señala en el histórico libelo: “Coexistiendo con la tarea concreta de acopiar elementos de todo orden para la lucha…, debe desarrollarse activamente otra de análisis de los factores políticos, sociales y económicos que permitieron el arraigo y duración prolongada del orden de cosas que se pretende destruir”; justamente, para evitar “el error de suponer que con la simple renovación de la superestructura política estaba asegurado para Venezuela un ciclo de vida patriarcal”.

Visto lo inmediato, la final y unánime reacción compacta de toda la comunidad internacional en contra de un hecho preciso, distinto de los 140 escuderos caídos y los centenares de presos políticos que deja a la vera y como sus víctimas el régimen de Nicolás Maduro; es decir, el desconocimiento por este del principio del voto universal, directo y secreto, secuestrado para instalar, con apoyo de la Fuerza Armada, una espuria y dictatorial asamblea nacional constituyente y la coincidencia, al respecto, del claro mandato que le da el pueblo a la “vanguardia opositora” en la consulta del 16 de julio, cuando su mayoría “rechaza y desconoce” tal constituyente por nacida sin su aprobación previa. Cabe preguntarse ahora ¿cuál hubiese sido el comportamiento de los redactores del Plan de Barranquilla?

¿Qué dirían de observar que el narcodespotismo instalado en Venezuela (usó la expresión con propiedad y bajo prueba de las máximas de la experiencia], desde el día siguiente a los hechos narrados sesiona con los mandatarios del pueblo y, entre otras cuestiones, de espaldas a la orden soberana, debaten sobre el eventual reconocimiento a la constituyente dictatorial?

Dos enseñanzas del plan vienen a propósito y las transcribo sin aditamentos: “El balance de un siglo para los de abajo, para la masa, es este: hambre, ignorancia y vicio. Esos tres soportes han sostenido el edificio de los despotismos… (y) presumen espíritus simplistas, viciados de la tradicional indolencia venezolana para ahondar problemas, que “asociaciones cívicas” y otros remedios fáciles de la misma índole bastarían para promover en el país un movimiento de dignificación civil”.

Los ocho predicados del Plan de Barranquilla, cambiando lo cambiable, gozan, es lo insólito, de una vigencia increíble pasados casi 90 años: 1. Hombres civiles al manejo de la cosa pública; 2. Libertad de prensa y garantía de derechos humanos; 3. Confiscación de los bienes de los hombres del régimen y su entrega al pueblo; 4. Enjuiciamiento –tribunal de salud pública– de los responsables del despotismo; 5. Protección de las clases productoras; 6. “Desanalfabetización” de las masas: moral y luces, a fin de dignificarlas; 7. Revisión de los contratos y concesiones dadas por la dictadura; 8. Convocatoria de una verdadera asamblea constituyente, para que elija un gobierno provisional y reforme la Constitución para eliminar las razones de fondo “que permitieron el arraigo y duración prolongada del orden de cosas que se pretende destruir”, como cabe reiterarlo.

correoaustral@gmail.com

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Jesús Elorza G.

En la hacienda del señor Antonio Arraíz, se encontraba plácidamente acostado en el sofá de la sala frente al televisor su conejo favorito. Como todas las tardes, el cariñoso animalito, se deleitaba viendo las comiquitas de Lonney Tunes y en especial las de Bugs Bunny, cuando de pronto, el programa fue interrumpido para dar paso a una cadena nacional de radio y televisión.

Otra vez, nos vuelve a interrumpir Maduro con sus cadenas, dijo medio molesto el señor Arraíz y se retiró de la sala.

Tío Conejo, optó por escuchar que iba a decir ese tipo con nombre de plátano. Al cabo de un rato, no podía creer lo que estaba viendo y escuchando en la pantalla del televisor: El gobierno estaba anunciando un nuevo plan alimenticio para tratar de calmar el hambre de un pueblo carente de comida ¡¡¡¡Basado fundamentalmente en la ingesta de conejos!!!!......coman conejos era el llamado del régimen a la población. Entre risas y arrechera, vio a Freddy Bernal actuando como Mandrake El Mago, sacando un conejo de su boina roja y argumentar que esta era la solución a la falta de consumo de proteínas en la población.

Como se le ocurre a este infeliz, promover tan criminal plan, gritó con todas sus fuerzas Tío Conejo. Estos irresponsables, se la pasan elucubrando experimentos exóticos como los gallineros verticales en casas y apartamentos, los cultivos organopónicos y las rutas de la empanada y el plátano. Uno a veces se pregunta hasta dónde puede llegar el delirio y la verdad es que en el campo de la razón, no hay respuesta……y ahora nos vienen con el rimbombante Plan Conejo.

En ese momento, comenzó a repicar el teléfono de la casa.

-Tienes una llamada de los Estados Unidos, le dijo Arraíz a Tío Conejo.

¡¡¡Para mí!!!

Sí, para ti:

-Hola Tío, soy Bugs Bunny. Te estoy llamando, porque me acabo de enterar del Genocidio que pretende promover ese tipo Nicolás en contra de nuestra raza, los Oryctolagus cuniculus Frente a esa agresión, no podemos cruzarnos de brazos. La solidaridad internacional de nuestros hermanos se hará presente.

No había terminado de hablar, cuando entró a la sala El Conejito de Duracell, tocando su tambor como un llamado a la rebelión. Tío, debemos recordar que la política agro alimentaria del gobierno ha sido un total y absoluto fracaso. La producción de rubros fundamentales tales como la carne vacuna, el pollo, el cerdo entre otros, ha registrado caídas significativas, debido en parte por aquellas acciones nefastas de expropiar fincas, hatos y haciendas que procurando emular una revolución agraria, liquidaron la producción nacional……y ahora, pretenden utilizarnos a nosotros como los chivos expiatorios…..convoquemos al 350 del Libro de la Selva y marchemos sobre Miraflores…no me voy a calar ese plan.

Otro que se sumó a la reunión fue “Tambor” (el amigo de Bambi) manifestando que la crisis alimentaria que hoy padece Venezuela es consecuencia de la destrucción de las capacidades productivas en el sector agroalimentario con motivo de las masivas expropiaciones y confiscaciones de fábricas, fincas, hatos y haciendas llevadas a cabo sufridas a partir de 2003 y que se tradujeron en caída de la producción de alimentos. Las expropiaciones y los episodios de violencia que las acompañaron resultaron en fin de cuentas, en la pérdida de la capacidad productiva de tales empresas de las cuales medraron funcionarios gubernamentales y sus familiares. Si a ello se añade la creciente militarización de las instituciones y el nepotismo en el Estado y en sus aparatos, la conclusión es más pobreza y hambre…..ojo, no es culpa de los conejos….no podemos los conejos del mundo pagar los platos rotos de este mal llamado gobierno.

“Quick” la mascota de Nesquick, compartió la opiniones de sus amigos y solo se limitó a agregar que: El esquema de control de precios liquidó los incentivos para producir, situación que propició que muchos productores se movieran hacia la producción de bienes no regulados o que simplemente cerraran sus empresas y se marcharan del país….y ahora Mandrake Bernal nos sale con su consigna Coman Conejo….no joda.

Roger Rabbit, que se había mantenido conectado con Tío Conejo, vía WhatsApp, intervino para dar su punto de vista. Nada de esto es extraño al modelo totalitario con su incapacidad crónica para incrementar la producción. La grave crisis humanitaria que está en curso se ve complicada por el empeoramiento de la pobreza, el colapso del sistema de salud, crecientes preocupaciones en materia de seguridad y un éxodo cada vez mayor de gente a países vecinos….propongo que nos declaremos en Huelga Indefinida en todas las sedes de las organizaciones de La Sociedad Protectora de Animales”

Tío Conejo, más que sorprendido, estaba emocionado por las inmediatas respuestas de sus hermanos de sangre al nefasto Plan Conejo. Los argumentos expresados, representaban una objetiva descripción de la crisis que hoy atraviesa el país y las rocambolescas y fracasadas medidas o “planes” del gobierno para superarla. Solo quisiera agregar que el genocidio animal que hoy promueve el régimen no es solo con los conejos. Hoy, vemos con indignación como familias enteras buscan alimentos en la basura y como indigentes desollan perros y gatos en plena vía pública para alimentarse. Conejos, perros, gatos estamos obligados a actuar en un frente común por la defensa de nuestro derecho a vivir. Hoy más que nunca tiene vigencia esa histórica consigna “Animales del Mundo Uníos”…..Maduro y Bernal deberían ser enjuiciados por crímenes de lesa animalidad.

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La presión internacional tiene acorralado al régimen. Lo obligó a implorar la realización de nuevas sesiones de diálogo para intentar algunos acuerdos que convenzan a los principales países democráticos de no aplicar medidas económicas en contra, ni sanciones a sus personeros. Esta presión fue un logro de las heroicas acciones de calle y de las gestiones de la MUD.

Los gobiernos democráticos han dejado claro que aquí no hay democracia, que hay presos políticos, que se violan los derechos humanos, que hay escasez de todo tipo, que no reconocen a la constituyente espuria, que deben realizarse las elecciones pautadas en la Constitución y que es necesario un diálogo serio.

Sin embargo, no han declarado que Maduro debe renunciar. Tampoco que debe haber un acuerdo de transición, ni que se debe adelantar la elección presidencial. Desde luego que lo deseable es la salida de Maduro a muy corto plazo, ya que de lo contrario se profundizará la crisis económica y el dictador continuará violando los derechos humanos con el apoyo de los generales Padrino López, Gustavo González López, Néstor Reverol, Juan Francisco Romero Figueroa y Sergio Rivero Marcano, y con la aquiescencia de los comandantes del Ejército, Marina y Aviación, cuyos titulares son Jesús Suárez Chourio, Edglis Herrera Balza e Iván Hidalgo Terán, respectivamente, y de los magistrados del TSJ. .

La MUD ha declarado que su estrategia es “presión de calle, negociación política, presión internacional y participación electoral”. Ante la feroz represión, la protesta de calle necesariamente se tenía que apaciguar, aunque en algún momento volverá a tomar cuerpo. La presión internacional ha sido posible por la labor realizada por Julio Borges y Freddy Guevara y las eficientes reuniones sostenidas en el exterior por Lilian Tintori de López, Mitzi Capriles de Ledezma, Diego Arria y Tamara Sujú. Desde luego, el apoyo de Almagro y las acciones de calle fueron determinantes.

Conversar con un enemigo inescrupuloso no es un delito. Cierto que a la dictadura le conviene ganar tiempo y bajar la presión internacional, pero a los demócratas también nos conviene negociar porque con la constituyente, el apoyo de la fuerza armada y del TSJ, Maduro puede tomar las medidas que le dé la gana. En estos momentos solo la presión internacional y una buena negociación podrían limitar su radio de acción.

Julio Borges y Luis Florido fueron muy claros al sostener que el encuentro en República Dominicana fue “solo fue una reunión exploratoria y que no habrá negociación si no hay garantías de fiel cumplimiento de lo que se acuerde”. La MUD emitió un comunicado en el que plantea “Cronograma de implantación de los acuerdos con garantías y acompañamiento internacional, renovación equilibrada del CNE, cronograma electoral sin inhabilitados, con fechas precisas, incluyendo la elección presidencial, y una calificada observación internacional, liberación de presos políticos, retorno de exiliados, cese de la persecución política, normalización constitucional del país, inmediata atención a la emergencia humanitaria y un referendo aprobatorio de cualquier acuerdo que surgiese de un eventual proceso de negociación”.

Si se logra lo planteado por la MUD sería un éxito extraordinario. Desde luego si llega a realizarse la negociación seguramente habrá que aceptar que Maduro termine su período. ¿Terrible? Sí, pero es lo menos malo que puede ocurrir. Jorge Rodríguez insiste en que la MUD reconozca a la constituyente espuria, pero esperemos que esto se rechace de plano por razones obvias. El no reconocimiento de la misma por numerosos países es nuestro punto fuerte. Si se inicia una negociación, sería deseable incluir algunas caras nuevas. Con razón o sin ella, Rosales y Timoteo tienen mucho rechazo.

Nuevamente llamamos a la reflexión a los ciudadanos bien intencionados que predican que hay que sustituir a la MUD. No deben magnificar sus yerros y minimizar sus logros. Las primarias fueron un éxito, a pesar de los lunares de Aragua, Amazonas y Yaracuy. En todo grupo hay ovejas negras. ¿Sería pertinente que en esos Estados haya dos candidatos para el 15 de octubre y quien obtenga menos votos tenga la sanción moral del pueblo por causar la pérdida de la gobernación? Las regionales no son un escollo para la salida de Maduro, sino un paso más para desplazarlo.

Como (había) en botica: Falleció el concejal por Guasdualito Carlos Andrés García, quien estaba ilegalmente preso en el Sebin. Primero Justicia denunció que el régimen no permitió la debida atención médica. En su boletín de setiembre, la OPEP informó que la producción de Venezuela cayó a 1.918.000 barriles por día (b/d), es decir 1.349.000 b/d menos que en el 2001 y 241.000 b/d menos que el año pasado. En varios Estados hay escasez de gasolina y de gas doméstico. Lamentamos el fallecimiento del geólogo Alexis Cabrera, miembro de Gente del Petróleo y de Unapetrol. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Ángel Oropeza

La gravedad de la situación del país nos debe obligar a todos a abandonar, aunque sea por momentos, la estrechez de miras –esa que no va más allá de cálculos mezquinos de intereses particulares– para levantar la vista y prepararnos para los escenarios que se nos avecinan.

Si intentamos un ejercicio, solo con fines didácticos, de separar sus elementos principales, el escenario por venir en las próximas semanas se presenta con las siguientes características.

En primer lugar, la crisis económica y social será con mayor fuerza la gran protagonista, producto de la estupidez del gobierno en insistir con medidas que solo agravan tanto los problemas macroeconómicos como la tragedia cotidiana de los venezolanos. A esto se suman sus dificultades para conseguir financiamiento externo, debido a su tozudez en querer imponer una ilegítima “constituyente” que no es reconocida ni fuera ni dentro del país.

En segundo lugar, se avecina el reforzamiento de una nueva estrategia de contención represiva, a través de la espuria ANC, con la excusa cínica de la defensa de la soberanía, y por medio de la cual se piensa perseguir y castigar con la amenaza de “traición a la patria” cualquier señalamiento a la corrupción de la oligarquía madurocabellista o cualquier acción orientada a la superación de las penurias de los venezolanos. Esta contención represiva se expresará, adicionalmente y de manera particular, a propósito de las elecciones regionales del 15 de octubre, mediante intentos de inhabilitación de candidatos, eliminación discriminada de centros, corrupción electoral generalizada e imposición de condiciones ilegales para obstruir la expresión popular de cambio.

Un tercer elemento del escenario que se nos aproxima es un seguro aumento de la conflictividad social (acompañado o no de protestas masivas), producto del inevitable agravamiento de la crisis económica, más las razones estacionales propias del último trimestre del año, principalmente el reinicio de las actividades estudiantiles y el aumento de las necesidades de consumo.

Frente a esto, veremos a un régimen limitado solo a correr la arruga, incapaz de resolver ninguno de los problemas de los venezolanos, y que va a privilegiar mantenerse en el poder antes de generar gobernabilidad. De hecho, el gobierno es tan débil que solo está allí, aferrado con las uñas al poder, escondido detrás de una tanqueta, pero sin controlar ningún proceso económico o social. Se mantiene en el poder y reprime, pero ya no gobierna.

Ante la segura agudización de la crisis, y la pérdida progresiva de su ya endeble respaldo popular, el régimen intentará una estrategia de radicalización y represión selectiva con fines disuasivos, que le permita “protegerse” de eventuales compromisos que se vería obligado a negociar con la oposición, producto de la enorme presión externa que la Mesa de la Unidad ha logrado construir sobre la dictadura.

Como todo escenario, y más en uno de equilibrio inestable como el que se aproxima, existen elementos condicionantes que inciden en su evolución y desarrollo. En nuestro caso, hay cinco variables claves: el resultado de las elecciones regionales del 15 de octubre, el fortalecimiento de la relación MUD-país, el estado de las tensiones internas en las estructuras de apoyo del régimen (especialmente la estructura militar), los efectos de la presión internacional sobre la conducta del gobierno y la viabilidad de una negociación MUD-régimen sobre la realización de elecciones presidenciales y la construcción de una solución política a la crisis.

Cada uno de estos cinco condicionantes claves constituye a su vez un área específica donde la Mesa de la Unidad y el país deben desarrollar una estrategia inteligente y sistemática de incidencia. En la medida en que nuestras acciones afecten o repercutan favorablemente en estas cinco variables claves, el difícil escenario que se nos viene podrá ser enfrentado con el éxito necesario para convertirlo en el preludio de eventos que nos acerquen a la meta del cambio político. Ese es el reto.

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Tras cuatro meses de intensas protestas la pregunta que ahora muchos se hacen es ¿Por qué se “enfrió” la calle? En política es conveniente aclarar los acontecimientos, tratar de explicarlos, aunque sea con hipótesis, porque una correcta interpretación de los hechos ayuda a evitar que se cometan los mismos errores en el futuro, aunque eso no siempre es posible.

No fue que se dejo de hacer convocatorias a actividades de “calle”, como algunos señalan, culpando de ello a la MUD. Entre el 16 de julio y el 13 de agosto se realizaron más de 10 convocatorias, cada dos días, a diversos eventos por parte de la MUD –que por cierto es la única que convocaba, organizaba y se responsabilizaba por cualquier tipo de evento– que fueron languideciendo, hasta desaparecer.

Avanzo entonces mi hipótesis señalando lo que para mí es obvio: La calle se enfrió porque no estaba suficientemente caliente. Tal como ocurrió 2002/2003 y en el 2014, cuando también vimos manifestaciones “masivas”, las grandes concentraciones, sobre todo en Caracas y otras grandes ciudades, se realizaban solo en ciertos sectores, geográficos y sociales, de clase media o media baja y ciertas zonas de las ciudades, pero en el área central y en áreas populares la vida transcurría con cierta “normalidad”; en 2017 fue igual, aunque es cierto que vimos –hablo solo de Caracas– algunas manifestaciones importantes y actividades de calle significativas en sectores populares del oeste y del centro de la ciudad.

Eso no quiere decir que no exista apoyo popular a la oposición, como anhela y pretende señalar la dictadura, simplemente significa que ese apoyo busca manifestarse de otra manera. Esa es la lectura política que tenemos que hacer y que algunos se niegan a ello, porque deja muy mal parada la idea pro abstención o contra la participación electoral. Me explico.

De los procesos de manifestaciones y paros de 2003/2004, que igualmente fueron mermando, “salimos” con un evento masivo de recolección de firmas –el llamado “firmado”– para lograr el RR del 15 de agosto de 2004, del cual salimos derrotados, gritando un fraude que nunca pudimos probar y con la inercia de una política que resultó inoportuna e inmanejable ya que apelar a esa política del fraude sin resolverlo, sin tener una respuesta alternativa y contundente, trajo graves consecuencias en desmotivación que aun pagamos. Pero ya sabemos lo poco propensos que somos a admitir los errores que cometemos.

Tras la llamada “salida” o manifestaciones de “calle” en el año 2014, se inicio un proceso de discusión que concluyó en un proceso de primarias para elegir los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional, elección que se realizó en 2015 y en la cual obtuvimos la mayoría de los votos y 2/3 de los diputados.

Del proceso de protestas de 2017 “salimos” con el plebiscito del 16 de julio en el cual recogimos más de 7 millones de firmas, legales, mostrables, que todo el mundo vio en las calles y no como en el “fraude” masivo del 30 de julio para la elección de la inconstitucional ANC.

Cuando se convoca un “trancazo” o cierre de calles, participan cientos, escasamente miles de personas. Cuando se convocan “manifestaciones” o “marchas”, participan cientos de miles. Cuando se convocan eventos electorales o parecidos, participan millones de personas. El análisis de estos procesos a mi me dice que la gente está dispuesta a participar masivamente en eventos en los cuales se pueda expresar pero que le garanticen una cierta seguridad. Otras actividades de mayor riesgo y acción quedan para las “elites”; no en balde los pensadores de principios del siglo pasado decían que la política la practican las minorías, el “control” de la política es el que debemos hacer las mayorías, papel al que muchas veces hemos renunciado.

@Ismael_Perez

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