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Opinión

Con base en cosas que he leído por acá y de otras que me han explicado más allá, permítanme mis estimadas amigas y amigos, transcribirles una versión personal acerca de los rasgos biográficos de Ezequiel Zamora: El célebre Pulpero de Villa de Cura.

Cuando Simón Bolívar, al frente del Ejército Venezolano y con el agua hasta el pecho, salió de Angostura con rumbo hacia el empinado, escabroso, culebrero y peligroso paso de los andes, llevaba en su cabeza un proyecto político que tenía como objetivo: sustituir el estado colonial español por un gobierno continental que conservara la unidad del hemisferio que se había heredado de España e hiciera posible que la Independencia significara un progreso efectivo con respecto a su pasado colonial. Además, Bolívar intuía que estos pueblos atrasados no tenían otro camino que no fuese el de integrarse en una sola entidad política continental; de allí, su justificado proyecto de La Gran Colombia: millones de hombres, mujeres, ancianos y niños, ubicados en millones de kilómetros cuadrados de superficie fundidos en una sola nacionalidad de carácter internacional. Para ese proyecto, América solo ofrecía una población que hablaba el mismo idioma, profesaba la misma religión y se encontraba dispersa en un inmenso territorio; por ello, la idea de Bolívar era combinar esos elementos en una entidad política superior que derivara su fuerza no tanto de las virtudes cívicas de sus pobladores sino en la identificación del hombre americano con su tierra. Su estrategia consistiría en integrar primero y después educar a los pueblos (hoy en día la estrategia pudiese ser: educar primero e integrar después). Por lo tanto, unir esos factores, emancipar al indígena, abolir la esclavitud y establecer la igualdad jurídica entre sus habitantes, era su gran sueño; pues, el estado que propugnaba Bolívar tenía que ser lo suficientemente capaz de promocionar y promover la colaboración de todos los sectores presentes en la sociedad americana y realizar la unidad del continente a través de la participación de las masas populares, fundamentalmente la de aquellos sectores mas pobres y menos favorecidos.

Pero que va, el proyecto no llegó a feliz término: los enreda pueblo de todas las épocas y los mercaderes de la trapisonda de todos los tiempos lo sabotearon, le torpedearon su línea de flotación y este se vino a pique.

Posteriormente, al desaparecer Bolívar y con él, La Gran Colombia, a estos pueblos le sustituyeron la autoridad que sobre ellos ejercía el Rey de España por la voluntad omnímoda del caudillo criollo que empleaba la fuerza bruta y la temeridad de su ignorancia para gobernarlos y perpetuarse en el poder, entonces apareció la “recluta” como un hecho social que le causó mucho daño a la familia campesina venezolana y que, dicho sea de paso, Andrés Eloy Blanco, el poeta del pueblo venezolano, describe magistralmente cuando dice en uno de sus poemas:

¿Quién le va a secar el llanto,
Si pasó la comisión
Y le dejó el corazón
Como capilla sin santo?

Por otro lado, el único bien que nos quedó de la gesta emancipadora -afirmaba El Libertador- fue la independencia política, por cuanto él, no tuvo tiempo para resolver el problema de las desigualdades; en consecuencia, su obra quedó inconclusa.
Pues bien, a Villa de Cura, mi pueblo, llegó del llano un joven con la premeditada intención de resolver estas desigualdades. Ese joven, de nombre Ezequiel Zamora, era hijo de villacuranos: Paula Correa y Alejandro Zamora, quien desapareció en combate durante la guerra por la independencia.

Al desaparecer el padre, Doña Paula recogió sus corotos, echó por delante sus seis muchachos: Antonio, Ezequiel, Gabriel, Carlota, Genoveva y Raquel, abandonó Cua y se marchó a Caracas en busca de mejores amaneceres.

En una escuela caraqueña de pedagogía lancasteriana, comienza Ezequiel Zamora su educación formal. Allí, conoce a José María García, quien posteriormente influirá en su formación ideológica. Pero es la Universidad de la vida la que le brinda a Zamora, desde su infancia y adolescencia, un campo de fecundo aprendizaje propicio para el desarrollo de sus cualidades de futuro combatiente por la democracia y la igualdad social; más que sus propios maestros, los verdaderos forjadores del carácter de Ezequiel Zamora fueron Paula Correa, su madre y Juan Gaspers, un revolucionario francés venido por estos lares y esposo de su hermana Carlota

Atraído por el negocio ganadero, Zamora se va a los llanos; allí, se encuentra de nuevo con José María García, su compañero de banco en la escuela de Caracas. La amistad entre ellos, desempeñó un importante papel en la formación ideológica del futuro jefe de la Revolución Federal. Las lecturas y discusiones con su antiguo condiscípulo, determinan que la intuición de los problemas sociales que residían en el espíritu de Zamora se transformaran en un profundo ideal democrático e igualitario.
Su permanencia en la llanura venezolana lo curtió, lo endureció, lo fortaleció, le generó conciencia política, afecto por los pobres y le enseño una vida que lo convirtió en un soldado extraordinario y jefe de la revolución federal.

Entusiasmado por su cuñado, abandona el llano y se traslada a Villa de Cura con el propósito de instalarse con una pulpería, es decir, un pequeño local comercial donde inexplicablemente se conseguía de todo cuanto a usted, mi estimado lector, pudiese ocurrírsele. Para esa época, Villa de Cura, era el centro ganadero más importante de la región: a una hermosa e inmensa sabana en despoblado, llegaban cientos y cientos de reses arriadas por curtidos cabestreros que después de dejarlas pastando en la sabana, se iban a las posadas del pueblo a comer coporo frito con la originalidad de que se introducían los trozos de pescado por la comisura labial derecha de la boca y por la izquierda, expulsaban las espinas en ráfagas intermitentes.

Ezequiel Zamora era un hombre alto, de contextura fuerte, mirada penetrante, honesto, no bebe, no fuma, practica la lucha cuerpo a cuerpo, ducho en el manejo de las armas, habituado al olor ocre de la pólvora e insuperable jinete de lanza en una mano y en la otra, las riendas del caballo.

Por aquellos tiempos, ocurrían en Venezuela dos acontecimientos importantes: concluía el periodo presidencial de Carlos Soublette y Antonio Leocadio Guzmán fundaba el Partido Liberal, cuyo objetivo era llegar al poder para desplazar del gobierno a los viejos lideres venidos de la guerra por la independencia: Ezequiel Zamora comulga con esas ideas, por lo tanto, las reuniones políticas en su pulpería eran frecuentes. Poco a poco, el liberalismo comenzó a tomar cuerpo en un vasto sector de la población venezolana e incentivar una marcada animadversión por quienes habían dirigido la República desde su separación de La Gran Colombia y a quienes calificaban despectivamente, como “Oligarcas”.

Abierto el proceso electoral, Antonio Leocadio Guzmán presenta públicamente su candidatura a la Presidencia de la República, la cual fue muy bien recibida por la juventud, mas no por los viejos caudillos que no estaban dispuestos a desprenderse de sus privilegios; en consecuencia, apareció la violencia sobre la arena de la lucha política venezolana con un grado de agresividad tal, que se consideró urgente una reunión entre Páez y Guzmán en la población de la Victoria con la finalidad de establecer las reglas que regirían las elecciones presidenciales, pero lamentablemente dicha reunión no se efectuó, por lo tanto, la violencia alcanzó grados alarmantes.

Cuando Zamora, que se encontraba en Villa de Cura trancando un negocio se enteró de la suspensión de la reunión, se arrechó, desistió del negocio, se olvidó de la pulpería y se alzó en las montañas de Aragua. Pero en uno de sus primeros combates contra el gobierno, cae preso, se le juzga, se le sentencia a la pena de muerte. En este juicio, Paula Correa, su madre, tuvo una actitud pletórica de valentía. Luego, se fuga espectacularmente de la cárcel y se va a enconchar en una hacienda cercana a Caracas. Allí permanece escondido hasta que aparece José Tadeo Monagas en la política venezolano, Zamora se une a él. De inmediato se le comisiona para que organice un batallón en Villa de Cura, luego viaja a Coro donde entabla una profunda amistad con Juan Crisóstomo Falcón, con cuya hermana contrae matrimonio.

En este orden de ideas, apuntaremos que en el año 1858 ocurre en Venezuela un cambio de gobierno: Julián Castro derroca a José Gregorio Monagas, este hecho obliga a Ezequiel Zamora a exiliarse en Curazao, donde permanece hasta que un grupo de conspiradores, en sintonía con él, asaltan la población de Coro, derrocan el gobierno local y proclaman la Federación, cuyo liderazgo asume Zamora bajo la consigna, de: ¡Tierra y Hombres Libres!...

Para bien o para mal de la Republica, la actuación de Ezequiel Zamora en la guerra federal fue muy corta: la guerra civil comenzó en febrero de 1858 y en diciembre de 1859 libra su batalla más trascendental: El Sitio de Santa Inés. Allí, mediante una táctica de carácter envolvente atrae las tropas del gobierno a un terreno que lo favorecía. Tres descargas de fusilería bastaron para desbandar al ejército oficial.

Este triunfo elevó la moral de los federales y el ánimo necesario para continuar en la lucha; pero, breve fue el entusiasmo; pues, veinte días después del triunfo, sonó un disparo en la plaza principal de San Carlos de Cojedes: el proyectil se alojó en la base del cráneo de Zamora. Ensangrentado, cayó muerto de su caballo. El balazo fue anónimo certero.

Cuatro años después de la muerte de Ezequiel Zamora, finalizó la guerra federal. El resultado fue una tragedia nacional: huérfanos, viudas y tierra arrasada. La República quedó física, económica, social y moralmente, destruida.

En este sentido, es obligante señalar que este hecho histórico le ha servido a la izquierda venezolana como argumento para justificar la continuidad de la obra sociopolítica dejada trunca por aquel sacrificio y a la derecha venezolana, como elemento demostrativo de lo inútil de la intolerancia política y la violencia armada y verbal para resolver crisis.

En conclusión, de este fratricidio nacional sólo quedó como enseñanza que el plomo cerrado, y `por añadidura, el golpe de estado, la picardía, la intolerancia política, el insulto, la retórica bélica, la zancadilla, las logias militares y la descalificación, no es el camino a seguir.

El camino a transitar, presumo, pudiese estar en las siguientes sugerencias:

1).Convencer a todos los venezolanos que solamente unidos y reconciliados, seremos capaces de empezar a construir una nación agrícola, pecuaria, petrolera, minera e industrialmente desarrollada, a través de la educación eficiente, el trabajo creador, la solidaridad ética, la responsabilidad militante, la tolerancia política, el respeto al derecho del otro y la moral pública.

2).Seleccionar los servidores públicos en función del conocimiento, la probidad, la sensibilidad social y la identificación con el pueblo.

3).Sugerirle a quien ejerza la Presidencia de la República que luche cuerpo a cuerpo, rolo a rolo y tolete a tolete contra sí mismo, para que el ejercicio del poder no lo engolosine y comience a aspirar reelecciones indefinidas.

4).Crear la Universidad Agropecuaria Técnica e Industrial de Venezuela para que de ella egresen los jóvenes obreros, peritos, técnicos y tecnólogos, que el país vaya necesitando en base a un instrumento de planificación ascendente que previamente haya programado el desarrollo armónico y proporcional de la nación venezolana.

5).Atacar el problema penitenciario creando tribunales de emergencia dentro de las cárceles para que trabajen las 24 horas del día a razón de tres turnos de 8 horas cada uno, hasta que no quede ni un solo preso sin sentencia definitiva; luego, negociar con el preso dos años de su sentencia por un año de intachable conducta dentro del recinto carcelario.
6).Promulgar leyes en función de la amnistía y el desarme de la población civil.
7).Practicar la generosidad internacional de la República, de manera inversamente proporcional a las necesidades del pueblo venezolano.

8).Concientizar para que el pedazo de pan que cada venezolano lleve a su casa, debe ser del tamaño de su capacidad de producción y no el de la generosidad del Presidente de la República de turno.

9).Reactivar el programa de becas “Gran Mariscal de Ayacucho”.

10).Sembrar el petróleo con mano generosa y eficiente.

11).Integrar en una sola Institución a todos y cada uno de los entes que imparten educación superior y proyectarla como Núcleos Regionales hacia cada Capital de Estado y como Aldeas Universitarias en todos y cada uno de los municipios de la República. Esta nueva Institución pudiese denominársele: Universidad Central y Autónoma de Venezuela.

12).Crear la Universidad Central de las Fuerzas Armadas para que de ella egresen los jóvenes oficiales y suboficiales que posteriormente se incorporarán al Ejército Venezolano el cual estará conformado por solo tres componentes: Ejercito Terrestre, Ejercito Naval y Ejercito del Aire.

13).Transferir el 51% de las acciones de Petróleos de Venezuela (PDVSA) a empresarios, obreros, trabajadores y jóvenes profesionales venezolanos.

14).Delegar en el Banco Central de Venezuela la recepción y distribución de todas las divisas que genera la industria petrolera.

15).Decretar que el ámbito operativo de PDVSA debe limitarse exclusivamente a lo que en términos petroleros se conoce como: aguas arriba y aguas abajo.

16).Desafectar todas las empresas y fundos que fueron expropiadas con la condición de que entren inmediatamente en producción acelerada.

17).Respetar la propiedad privada, y los medios de producción deben ser la consecuencia de la cogestión solidaria entre los empresarios y los trabajadores para producir mercancías cuya plusvalía posterior debe ser distribuida equitativamente entre ambos.

18).Reducir el Poder Ejecutivo a solo quince ministerios.

19).Suspender el control de cambio y decretar un solo tipo de transacción en función del dólar americano.

20).Incorporar Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones y a la Alianza del Pacifico.

21).Prohibir las imágenes Presidenciales dentro de las oficinas públicas.

22).Reactivar todos los programas sanitaristas que desarrollaba la vieja Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental.

23).Fundamentar la salud a dispensársele al pueblo, sobre tres principios éticos: no dañar, prevenir para no curar, suministrar calidad de vida, no retrasar la muerte; todo ello, a través de un eficiente Servicio Único de Salud.

24).Implementar una microempresa por cada 50 venezolanos desempleados, crear la Compañía Venezolana de Navegación y refundar la empresa Venezolana Internacional de Aviación (VIASA).

25).Promover una poderosa clase media que ayude a sacar de la pobreza a todo aquel venezolano que la padezca, pero mientras esto no se logre a ese sector de la población habrá que saciar su hambre, curar sus enfermedades, proteger de la intemperie y garantizarle que el futuro que lo aguarda, será mejor.

26).Defender la soberanía e Independencia de la República de cualquier potencia hambrienta de energía petrolera.

27).Cimentar la libertad de expresión sobre el siguiente aforismo: “no estoy de acuerdo con lo que dices pero daría mi vida por defender el derecho que tienes a decirlo”.

28).Estudiar la probabilidad de aplicar la hipótesis de la línea media al problema limítrofe que tenemos con la hermana República de Guyana y poblar todas nuestras fronteras.

29).Desactivar el argumento que propone: “A los pueblos indígenas hay que mantenerlos dentro de su hábitat natural para evitar que el hombre blanco los contamine” y de paso, proscribir todo tipo de explotación minera en el frágil ecosistema de Guayana.

30).Incorporar sustancialmente la mujer venezolana a la planificación, ejecución, supervisión y evaluación de políticas públicas trascendentales.

31).Enfrentar la problemática campesina a través de programas rurales que no sólo sirvan para evitar el éxodo permanente del hombre del campo hacia las grandes ciudades, sino que a su vez estimulen el regreso de aquellos que abandonaron sus tierras después que un demagogo e irresponsable enreda pueblo, les dijo: “Vámonos pá Caracas que allá hay trabajo por coñazo” y ahora andan saltando y brincando de rancho en rancho sobre los cerros que circundan la Capital.

32).Restablecer las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en un ambiente de respeto mutuo y sin complejos latinoamericanos ni tercermundistas.
33).Rechazar la injerencia de cualquier país en nuestros asuntos internos, tanto más, si esta conducta política se mimetiza en la noble expresión de Simón Bolívar: “Para Nosotros la Patria es América”.

34).Actualizar todos los convenios internacionales firmados por la República.
35).Reducir el periodo presidencial a cuatro años con una sola reelección y establecer que el rol como Primer Maestro de la República que le corresponde ejercer al Primer Mandatario, debe estar por encima de su condición de Presidente de la Republica, Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada.

Finalmente, a Ezequiel Zamora, el Pulpero de Villa de Cura, se lo tragó la leyenda….

Villa de Cura, diciembre del 2016.

 13 min


Francisco Russo Betancourt

La democracia está de pie en la encrucijada de las más trágicas codicias

Andrés Eloy Blanco

Dos acontecimientos han marcado nuestra vida republicana en los últimos decenios: El 30 de noviembre y el 2 de diciembre de 1952. Aún recuerdo en mi memoria infantil, el del 2 de diciembre de 1952, cuando pocos días después del evento electoral que dio el triunfo a la unidad popular liderada por Jóvito Villalba contra la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, mi padre me reprendiera por haber llegado a casa desde la escuela, con los bolsillos del uniforme escolar llenos de tarjetas del FEI. Cerca de mi casa vivía el Jefe Civil de mi Carúpano ancestral y la tenencia de esas tarjetas, era sin duda, un riesgo de graves consecuencias personales y políticas. No habían tarjetas, que yo recuerde, marrón-tierra, color político de la época de URD-, en los cajones de basura de la escuela J.J. Martínez Mata, -convertida en centro electoral-, pero si, en grandes cantidades las redondas y a dos colores del partido fundado por el dictador para enfrentar la democracia en la Constituyente convocada para aquel año.

El 2 de diciembre de 1952 fue la fecha del nuevo golpe de Estado, producido por codiciosos militares contra el pueblo que había votado por el rescate de la constitucionalidad y la democracia el 30 de noviembre de 1952, en portentosa jornada liderada por Jóvito Villalba. Nunca en la historia de Venezuela se había producido un fraude y un atropello más insolentes y ningún dictador había tenido el atrevimiento de burlarse tan cínicamente de toda la Nación. Pero mientras la avariciosa militarada realizaba el atentado a la soberanía popular, el pueblo había dejado constancia de su capacidad de discernimiento y de su talante democrático. El 30 de noviembre de 1952 marcó en la historia de nuestro país la hora meridiana de la conciencia del pueblo, como se habría repetido en este 2016, si el gobierno chavista y el insolente y domado CNE no hubiesen conculcado la celebración del constitucional derecho de referéndum presidencial promovido por la oposición para revocar, por vía electoral, el mandato del peor presidente habido en la historia de nuestro país. El 30 de noviembre de 1952 fue, sin duda, una de las fechas más emblemáticas de la democracia venezolana y fue la consecuencia de la presión popular y la unidad de los venezolanos conducida por Villalba, -tal vez el estadista más olvidado e incomprendido de nuestra vida republicana en el siglo XX-, para restituir la democracia luego del derrocamiento del presidente Gallegos en 1948. Esta es la fecha representativa de la unidad, la que hoy reclamamos como la confluencia de la mayor suma de voluntades para convertirla en palanca vigorosa de todos para salir de la dictadura y garantizar el tránsito hacia la constitucionalidad.

El 2 de diciembre de 1952, por su parte, fue la otra cara de la moneda de la historia; esa fecha representa en el proceso histórico de Venezuela, el funesto retorno de la arbitrariedad y de las componendas del fraude que contradijo la luminosidad de aquel triunfo de las fuerzas unitarias.

En la hora actual, cuando las crisis que padecemos los venezolanos, nos arruina cívica, moral, política y económicamente, nos preguntamos hoy, ¿hacia dónde camina Venezuela?

El camino, sin duda, es la unidad, no la declarativa, sino la que propone la plataforma ciudadana Aragua en Red, en un documento reciente dirigida a la Mesa de la Unidad Democrática y a los extrañamente denominados grupos G-4, G-9 y G-19, que se rotula como más y mejor unidad para derrotar al gobierno. Unidad en la organización y en la transparencia para la comunicación.

La unidad del compromiso con la noble causa de la libertad y la democracia para lograr una salida electoral a la grave crisis nacional, nos impone la participación de todos, organizaciones civiles y partidos políticos, todos, porque la siembra democrática de hoy nos aconseja que el cálculo individual, el crecimiento particular y las imposiciones no tienen cabida ahora.

El secuestro del referéndum presidencial decretado por el gobierno, el CNE y un TSJ que no cumple las más elementales formas constitucionales, es el facsímil del golpe del 2 de diciembre de 1952, que se representa en el desconocimiento a la voluntad soberana representada en la Asamblea Nacional elegida el pasado 6 de diciembre de 2015 y al libre albedrio del pueblo para escoger sus autoridades, pero es también el miedo del gobierno al debate democrático y a la consulta popular porque no tienen la razón. Este duplicado del golpe del 2 de diciembre de 1952, es dirigido e inspirado por quienes, olvidados de los altos intereses de la República, sólo desean mantener el mando para proteger su pecunia numerata y demás utilidades en 17 años de gobierno. Por ello, el triunfo de la unidad, como expresión de todos, es el proyecto de país que garantiza un nuevo modelo de sociedad y una nueva visión de la democracia.

frusbet@gmail.com

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Como ciudadano, como pueblo o, simplemente, formando parte de la Iglesia y de la gente común y corriente me pregunto: ¿qué significa para nosotros el diálogo?; ¿cuál es el papel del Vaticano?, y ¿qué podemos esperar en estos duros momentos de necesidades extremas que no nos amenazan, sino que ya han tomado cuerpo en la más cruda realidad?

Todos los días somos actores y testigos de la tragedia en la que se ha convertido nuestra vida, pendientes y en busca de la medicina que nos han recetado con tres o cuatro denominaciones farmacológicas escritas en récipes arrugados y amarillentos, en ejercicio de inútil repetición en todas las farmacias a nuestro alrededor y con la misma respuesta: “No hay”; los alimentos suben de precio en forma permanente; los sueldos no cubren las necesidades básicas; y las cantidades de billetes que se alojan en nuestros bolsillos nada compran de lo poco que se ofrece.

Niños con padecimientos crónicos y graves con madres desesperadas; indigentes que deambulan por las calles a la caza de algún alimento; instituciones de caridad a punto de cerrar sus puertas, pero confiando en la Providencia, que no desampara; la violencia y la inseguridad haciendo de las suyas en una ciudad sin ley y sin justicia.

Este, sin más, es el cuadro que aturde a la gente, al pueblo, al ciudadano de a pie que no le ve el queso a la tostada y contempla el espejismo de un “diálogo” de sordos que no comprende y del cual no surge resultado concreto alguno capaz de dar respuesta a las necesidades que nos agobian.

En medio de este crudo panorama, se ha manifestado la presencia del Vaticano, como facilitador –no mediador– con la tarea de contribuir a la solución del drama de una sociedad dividida, escindida, llevada a un lado y otro por planteamientos políticos teóricos difíciles de entender, fuera del alcance de la mayoría y que en nada contribuyen a procurar “el pan nuestro de cada día”.

El “dialogo” se puede prolongar “sine die”, según lo sostiene el gobierno; se afirma que quien no lo acepta, solo quiere la violencia, y su única manifestación concreta es el efectivo diferimiento de cualquier solución planteada, mientras avanza un plan inmodificable con medidas cada día más severas, de ajustes, de limitaciones que se añaden a un panorama de evidente y manifiesta violación de los derechos ciudadanos, en el cual lo que realmente se percibe, a la par de las carencias in crescendo, es la represión cada día más acentuada.

El Vaticano no es mediador en este duro momento para Venezuela. Es, simplemente, un facilitador en asuntos que están planteados en una mesa de diálogo, cuya existencia parece cada día más evanescente y etérea. Pero, siendo así que el Vaticano no se aprecia como separado de su compromiso con los más necesitados, todos los miembros activos de la Iglesia nos sentimos obligados a exigir que la solución de los problemas que se refieren a la agenda social, a las necesidades de la gente, a las condiciones mínimas para la subsistencia, conforme a la dignidad humana, se coloquen fuera del diálogo o por encima de este, de manera que tengamos respuestas concretas o medidas humanitarias que no pueden depender de proyectos de partidos o de cálculos políticos.

En estos asuntos, no cabe facilitación sino, simplemente, la demanda de inmediata atención a lo que no puede esperar, porque está en juego el valor supremo de la vida y el compromiso de la Iglesia con los más débiles, como lo ha expresado, una y otra vez, la Conferencia Episcopal Venezolana.

aas@arteagasanchez.com

El Nacional, 5 de diciembre 2016

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Los venezolanos nos jactamos de haber tomado la iniciativa, junto con Arabia Saudita, de crear una organización que protegiera nuestros intereses petroleros vis a vis las trasnacionales. En 1960, Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela fundaron la OPEP. ¿Cómo evolucionó la producción de esos cinco miembros iniciales? Comparemos sus respectivas producciones en cinco fechas: 1- Cuando se fundó la organización. 2- Cuando se estatizó la industria petrolera venezolana en 1976. 3- En el 2001, último año de la Pdvsa meritocrática. 4- A octubre de este año 2016 y 5- Al 1 de enero 2017, cuando se aplicarán nuevas cuotas. La data es tomada del Boletín de Estadísticas Anuales de la OPEP y no incluye condensados, ni líquidos del gas natural.

1- En 1960, Irán producía 1.067.000 barriles por día (b/d), Irak 972.200 b/d. Kuwait 1.691.000b/d, Arabia Saudita 1.315.000 b/d y Venezuela 2.846.000 b/d. Es decir, éramos los principales productores, aportando un 34% del total de los cinco miembros.

2- En 1976, Irán produjo 5.882.000b/d, Irak 2.415.400 b/d, Kuwait 2.145.400 b/d, Arabia Saudita 8.577.200 b/d y Venezuela 2.294.400 b/d. Es decir bajamos al cuarto lugar, aportando un 10,76%. Este descenso es explicable no solo por las grandes inversiones realizadas en los otros países, sino porque en Venezuela la ley establecía que las concesiones vencían en 1983 y, como reacción, las empresas transnacionales dejaron de invertir en exploración y mantenimiento. Como se sabe esas empresas tuvieron que abandonar el país en 1976 porque adelantamos la nacionalización o estatización. A partir de esa fecha la política petrolera fue de restringir la producción con el postulado de que había que dejar petróleo para las futuras generaciones, tomando también en cuenta que en esos años las reservas probadas eran poco cuantiosas.

3- Gracias a la política de apertura iniciada en 1992 para permitir que compañías privadas invirtieran en Venezuela bajo los esquemas de Convenios Operativos, Asociaciones Estratégicas y Esquema de Exploración a Riesgo y Ganancias compartidas, y al manejo de Pdvsa y sus filiales como empresas comerciales, sin descuidar programas de responsabilidad social, nuestra producción empezó a repuntar. En el 2001, último año de la Pdvsa meritocrática la producción fue de 2.791.900 b/d. En relación a los fundadores mencionados, nuestra participación subió al 14,85%.

4- En el último Monthly Oil Market Report de la OPEP de noviembre 2016, la organización informó que la producción de Venezuela al mes de octubre fue de 2.067.000 b/d, mientras que Irán produjo 3.690.000 b/d, Irak 4.561.000 b/d, Kuwait 2.838.000b/d y Arabia Saudita 10.532.000 b/d. Es decir que nuestra contribución actual es de solo 8,72%. Del 2001 a la fecha dejamos de producir 724.900 b/d. Las causa de esta caída son conocidas: despido de casi 23.000 trabajadores calificados que se sumaron al paro cívico, designación de gerentes y directores no capacitados, politización de Pdvsa y filiales, cambio de la misión de la empresa la cual paso de ser una petrolera con programas de responsabilidad social, a una empresa cuya misión principal es ejecutar y financiar programas de responsabilidad social, escaso presupuesto de inversión y elevada corrupción.

5- En la reciente reunión de la OPEP, Venezuela aceptó reducir su producción en 95.000 b/d. Al mismo tiempo reconoció que nuestra producción es de 2.067.000 b/d. A partir del 1 de enero del 2017, nuestra cuota será de 1.972.000 b/d, mientras que Irán producirá 3.797.000 b/d, Irak 4.351.000 b/d, Kuwait 2.707.000 b/d y Arabia Saudita 10.058.000 b/d. Nos corresponderá el 8,61% de la torta de los cinco miembros fundadores.

Actualmente la OPEP está integrada por 14 países. Sin embargo, a partir del año entrante quedan excluidos de cuota Libia y Nigeria e Indonesia fue suspendida por no acatar la reducción. Los once países restantes aportarán 29.804.000 b/d, por lo que nuestra contribución será de solo un 6,6%. Lamentablemente Pdvsa no recorta voluntariamente, sino que su producción sigue cayendo por inepta. Como dice Nelson Hernández ¨Venezuela dejará petróleo en sus yacimientos y ¨ese recorte es un saludo a la bandera¨.

Pasamos de ser el primer productor de la OPEP cuando se fundó esta organización a ocupar el sexto lugar actualmente. Tenemos supuestamente las mayores reservas petroleras del mundo, pero somos el socio gaznápiro de la OPEP.

Como (había) en botica: Tal día como hoy, en el 2002, instigado por el odio predicado por el difunto, el fanático Joa Gouveia asesinó en la plaza Altamira a Keyla Guerra, Josefina Inciarte y Jaime Giraud. Maduro, defenestrado por Mercosur, insiste en que es su presidente. Se parece a Víctor Manuel de Saboya, quien predica que es rey de Italia. Un régimen que asesina campesinos, encarcela a médicos, twitteros y obreros es porque agoniza. Perdomo Camacho, comisario del Sebin, asesino de Bassil fue sentenciado a 29 años, pero recordemos que los asesinos de Maritza Ron, los paramilitares rojos Parra Linares, Jiménez Eslasa y Ramos Poche, fueron sentenciados benignamente a ocho años, pero solo estuvieron presos tres. ¡Bravo por Mitzy, Antonieta y Lilian! Lamentamos el fallecimiento de Guido Grooscors, quien fue un gran luchador por la democracia. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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​José E. Rodríguez Rojas

En su época juvenil Fidel Castro fue un pistolero de poca monta, pero pistolero al fin se acostumbró a resolver sus diferencias personales a balazos. Carlos Alberto Montaner lo define en un artículo reciente como un “ganstercillo”. Sin embargo, antes de adentrarnos en la vida de pistolero y revolucionario del líder cubano, es necesario revisar la carrera de otro pistolero revolucionario que se convirtió en un icono, en una referencia para todos los que recorrieron ese camino: Joseph Stalin.

Stalin, durante los primeros años de la revolución rusa fue una figura gris, siempre ubicado en la trastienda del proceso. Su labor era la guerra sucia, lo que implicaba la realización de atentados para obtener recursos destinados a financiar la revolución, y asesinatos para liquidar a todos aquellos que los dirigentes bolcheviques consideraran un obstáculo para su ascenso al poder o para retenerlo, una vez que lo conquistaron. Un reflejo de la criminal actitud de los bolcheviques fue la ejecución del Zar, su esposa e hijos, con el fin de que no quedara un solo superviviente, el cual pudiera ser utilizado, por los seguidores de la monarquía, como un símbolo en su resistencia contra la revolución.

La tarea de Stalin de eliminar físicamente a los enemigos de los bolcheviques tenía un límite establecido por el líder de la revolución, Lenin. No se debía atentar contra los dirigentes de la izquierda rusa, incluso si disentían de la posición de los bolcheviques. Con estos había que discutir, dialogar y tratar de llegar a acuerdos. Sin embargo una vez desaparecido Lenin esta directriz fue tirada al basurero, iniciándose a partir de ese momento una nueva fase en la cual Stalin comenzó una paciente y sistemática labor de zapa, asesinando a todos aquellos que le impedían convertirse en la figura hegemónica del partido.

Así fue aniquilando uno por uno a los miembros del Comité Central del partido que disentían de él. En este ambiente los amigos de León Trotski veían con horror, como éste se enfrentaba abiertamente a los planteamientos de Stalin. Ellos le advirtieron que cesara en su empeño pues este forcejeo tendría una sola salida. Al final Trotski debó huir de Rusia e inició un largo peregrinaje por varios países tratando de establecer distancia con la policía secreta de Stalin.

Finalmente culminó su peregrinaje en México donde un sector de la izquierda mexicana que simpatizaba con sus ideas lo acogió, le dio apoyo y le permitió establecerse lejos de la ira del pistolero ruso. A pesar de la lejanía, el largo brazo de la policía secreta rusa lo alcanzó en su último destino. Un agente de nacionalidad catalana, entrenado por los rusos, se introdujo en su residencia y le abrió el cráneo con un piolet (un pico de escalar).

La carera de Stalin en la cual ascendió de pistolero al servicio de la revolución a figura hegemónica de ésta, ha sido recorrida por otros líderes socialistas probablemente influenciados por el éxito del pistolero ruso. Uno de éstos fue Fidel Castro, el cual en su juventud como universitario “vivió y participó en las luchas a tiros de los pistoleros habaneros. Fue un ganstercillo. Hirió a tiros a compañeros desprevenidos. Tal vez mató alguno” señala Carlos Montaner en un artículo reciente. Cuando decide entrar a la política continua bajo el mismo impulso participando en el asalto al Cuartel Moncada, el cual fracasa. Tiene la suerte de no morir en el atentado y no ser ejecutado por su aventura. Al final debe ir al exilio en México, donde con otros exiliados cubanos, organiza una invasión a Cuba que lo lleva a refugiarse en la Sierra Maestra, en la continuación de una gesta que lo conducirá al poder a finales de la década de los años 50.

Al igual que los bolcheviques Castro y sus aliados no dudan en instrumentar acciones criminales para consolidarse en el poder, asesinando o encarcelando a todos aquellos que se interponen en su camino. En esta línea se inscribieron los juicios fraudulentos de La Cabaña, donde fueron juzgados supuestos agentes de la dictadura y colaboradores de ésta. Al final sin contemplación y dilación alguna se les ejecutó, siguiendo las órdenes de otro sanguinario dirigente de la revolución: el “Che” Guevara. Según la directora del programa Archivo Cuba, María Werlau, los casos de fusilamientos y ejecución extrajudicial documentados para los primeros tres años y medio de mandato de Castro, exceden la cifra total de muertos de la dictadura militar de Pinochet. El programa citado solo reporta casos documentados sobre los cuales se han podido obtener datos fiables.

En un devenir previsible Castro decidió aliarse con la Unión Soviética e implementar en Cuba un régimen similar al establecido por Stalin. Esta decisión no fue compartida por otros dirigentes revolucionarios como Huber Matos quien manifestó abiertamente su discrepancia. Matos fue juzgado y declarado culpable de traición a la revolución, siendo condenado a 20 años por el delito de oponerse a la posición del líder máximo de la revolución. Al final la presión internacional posibilitó su liberación y posterior exilio a los Estados Unidos. Las mazmorras del régimen de Fidel se atiborraron de cubanos cuyo único delito fue similar al cometido por Matos. Otro de los lideres cubanos que se atravesó en el camino de Castro fue el General Ochoa quien había adquirido prestigio en las luchas de los cubanos en Etiopia y Angola. Ochoa fue acusado de tráfico de drogas y ejecutado. Una oleada de cubanos ha abandonado el país, entre ellos escritores, artistas, homosexuales huyendo de un destino similar al de Matos y Ochoa; se estima que un 20% de la población lo ha hecho.

La revolución rusa y la cubana encarnaron un ideal donde se impuso un liderazgo que utilizó el asesinato o el encarcelamiento de los adversarios políticos como un mecanismo de ascenso al poder y eternizarse en éste. Esta tradición ha divido a la izquierda latinoamericana, parte de la cual no ha asistido al sepelio del pistolero devenido en revolucionario, a fin de no retratarse con los seguidores de tal desaguisado. La izquierda democrática, la que renunció a usar las pistolas y se suscribió al régimen de alternabilidad en el poder, propio de las democracias, decidió no asistir. En esta ausencia destacó la presidenta Michelle Bachelet y los socialistas chilenos herederos de la larga tradición democrática chilena. Hubiera sido incompresible que quienes padecieron las arbitrariedades de la dictadura pinochetista, asistieran a las exequias de un dictador que dejo una secuela de muertos, desaparecidos, torturados y presos políticos, varias veces mayor que la que dejo Pinochet, según afirma la directora del citado programa, Archivo Cuba.

Sin embargo, si estuvieron presentes los grupos armados del PRI que posibilitaron, mediante el asesinato de cientos de disidentes, que este partido se eternizara en el poder durante varias décadas. Esto grupos gritaron “presente comandante” en la voz del presidente de México Enrique Peña Nieto. También estuvo la narcoguerrilla de las FARC representada por sus dirigentes y su nuevo aliado el presidente Juan Manuel Santos. No dejaron de asistir los pistoleros de Puente Llaguno y los “colectivos” armados venezolanos, quienes exclamaron “Hasta la victoria siempre comandante” en la voz de Nicolás Maduro.

Nota: La persecución a la que fue sometido Trotski por los esbirros de Stalin y los detalles de su posterior asesinato, son narrados en una novela del cubano Leonardo Padura titulada “El hombre que amaba a los perros”. La novela de Padura es excepcional, pues no solo narra en forma magistral los hechos, sino que se introduce en los probables conflictos y dilemas que surgieron en la mente del fundador del ejército rojo en su huida de la ira de Stalin La parte dedicada al asesinato del líder bolchevique, es una novela de suspenso que se alimenta de la experticia de Padura en la escritura de novelas policíacas.

Profesor UCV

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Jesús Elorza G.

Alegres y contentos, hicieron su entrada los peloteros al terreno de juego, para dar inicio al Juego de las Estrellas 2016, en el Estadio Universitario de la ciudad de Caracas. El Umpire principal cantó Play Ball y comenzó la fiesta del béisbol.

En las gradas, se dio la “mejor” entrada del torneo 4.000 personas. El efecto de los altos precios, marcaba la poca afluencia a los estadios. Sin embargo, los allí presentes aplaudían a rabiar a cada uno de sus héroes.

Inning tras inning, el locutor interno del estadio, agradecía a las Empresas Polar por su aporte a la realización del evento. Igualmente, no dejaba de mencionar la altruista labor de Lorenzo Mendoza en pro del deporte venezolano. El efecto, de esas palabras no se hizo esperar, el público cada vez que escuchaba aquello, comenzaba a aplaudir y gritar “Si se puede, si se puede”, “Y va a caer, y va a caer” y “Mendoza Presidente, siempre consecuente”. La emoción era total, nadie en el estadio dejaba de participar.

En el Palacio de Miraflores, al ver todo aquello, en la pantalla de su televisor, Nicolás, le dio una patada a la mesa e increpó al gobernador de Aragua, que compartía con él en ese momento. No joda vale, para eso te di cinco millones de dólares y me sales con esa cagada. Acto seguido, le ordenó, me suspendes ese jueguito YA.

Tembloroso, Tareck El Aissami, llamó a su testaferro Carlos Guillen, Gerente General del equipo de Venezuela que va a participar en el próximo Campeonato Mundial de Béisbol, y le gritó: Carlos, que vaina es esa., quítale el micrófono al anunciador, suspende la señal de radio y televisión y de paso destituye al cara de niño “Maltín Polar” de Omar Vizquel. No me calo que ese tipo, en representación de nuestros enemigos oligarcas de la Polar, siga siendo el manager.

- Si mi jefecito, lo que usted ordene, fue la temblorosa respuesta de Guillen y procedió en consecuencia, a cumplir lo ordenado al pie de la letra.

Al ver todo aquello, los jugadores y el público se solidarizaron con Vizquel y se negaron a seguir jugando. En cuestión de minutos, la solidaridad se hizo nacional, las voces de protesta por la agresión del régimen contra el manager recorrió todos los rincones del país.

- Guillen, iba de un lado a otro sin saber qué hacer y para sorpresa de todos!!!Ordenó suspender el juego en el 7ª Inning!!! Y dio como explicación !!!Que los pitchers estaban agotados!!! ……Si Luis, ahora cuéntanos una de vaqueros, le gritaban desde las tribunas.

La Federación Venezolana de Béisbol, por medio de su presidente Edwin Zerpa, con el típico estilo de los demagogos, cuando son descubiertos en sus triquiñuelas, explicaba la situación diciendo “Vizquel, sigue siendo el manager” pero me voy a reunir en Maracay con el Gobernador y Guillen para ver cómo resolvemos el impase. O sea, Si pero No.

72 horas después del accidentado Juego de las Estrellas, la Federación emite un comunicado ratificando a Vizquel como manager de la selección.

-Recularon, fue la expresión nacional. La presión social de los venezolanos hizo retroceder al régimen.

Los aficionados, de todo el país, comentaban entre sí que lo finalmente ocurrido fue Un Triple Play: Tareck El Aissami se ponchó. Zerpa y Guillen con el cheque de los 5.000.000 de dólares en la mano, fueron hechos out cuando intentaron un “Doble Robo”.

En el Círculo de Espera de bateo se quedó Eduardo Pérez "Con la carabina al hombro"

Razón tenía Yogui Berra, cuando dijo “El juego no se acaba hasta que no se termina”

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En el momento en que la MUD se dispone, probablemente, a levantarse de la Mesa de Diálogo, ¿Cómo se recoge el agua derramada? Esa es la pregunta política, sí, política, más difícil de responder. Una demostración de ello lo tenemos en nuestro país, a raíz de lo ocurrido tras la segunda ronda del diálogo entre el Gobierno y la Oposición.

No dudo de la buena intención de muchas de las críticas que se hicieron y hacen a los negociadores de la MUD, por parte de particulares, dirigentes de partidos políticos, periodistas o formadores de opinión en general. Quien está en la función pública, está expuesto a cometer errores y a ser criticado por ello, y estar en una organización política como la MUD o ser representante de la oposición en la Mesa de Diálogo, es una función pública.

Sí, en efecto se cometieron errores objetivos, que debieron ser señalados. La debilidad en la comunicación, fue uno de ellos y otros –sin hacer una lista exhaustiva ni definitiva– fueron: El no asegurarse de que los objetivos a alcanzar en la negociación habían sido entendidos, previamente, por todo el país. Los términos utilizados para referirse a algunas realidades del país y la política y la adopción de lo que algunos han llamado el neo lenguaje del oficialismo. El no percatarse de las diferencias entre los documentos que se leyeron, o no advertirlo de manera clara. Y pudiéramos seguir señalando fallas en el proceso, que dejaron una sensación de improvisación, inexperiencia o falta de preparación del proceso negociador.

Pero, así como quienes criticaron exigen que no se dude de sus intenciones y buena fe, los negociadores y quienes los apoyamos podemos exigir también que no se dude de la nuestra. Pero ese no es el problema.

El problema que debemos evaluar es si se le hizo daño o no, a lo que considero es el activo más importante de la oposición, el que nos garantizó haber llegado hasta aquí y que nos puede garantizar que finalmente salgamos de este régimen: la unidad de la oposición.

No resulta fácil afirmar que la unidad salió incólume de este proceso, tras las diatribas y calificativos, muchos de ellos, sobre todo en las redes sociales, excesivos y despiadados, contra los negociadores y contra la MUD. 140 caracteres pueden ser muy eficaces para comunicarse, para comunicar una idea, pero sobre todo para denigrar, insultar, descalificar; rara vez lo son para argumentar a fondo y el problema es que ya muchos no solo escriben en 140 caracteres, sino que ya solo piensan en 140 caracteres y algunos ya ni siquiera escriben, simplemente retuitean.

Afortunadamente el daño provocado desde las redes sociales es relativo; las críticas allí son muy “ruidosas”, realmente duras y resultan muy irritantes, pero su poder de penetración en la población general es muy escaso. Esto no suele gustar a quienes han hecho de las redes sociales su principal medio de discusión y comunicación, pero es así. Y hasta da pena reconocerlo, pero la verdad es que en ellas, solo nos cocinamos en nuestra propia salsa.

Esos mensajes, de poca trascendencia hacia el público en general, a quienes le hacen daño es a nosotros mismos, que los recirculamos, nos respondemos y engarzamos en discusiones y contra-argumentaciones y nos desgastamos en una pelea, que no trasciende más allá de unos pocos cientos de personas.

Pero hay un impacto que sí debemos medir y prever: las críticas por algunos medios –mediante artículos de prensa, radio y TV y en algunas reuniones y foros–, al sector dirigente de la oposición y los que nos movemos en ambientes cercanos a ese medio y el llamado sector de la sociedad civil, intelectual, profesional y universitario. Es allí donde el daño puede que haya resultado algo más considerable.

Por la rapidez con que surgieron algunas críticas, su virulencia, daba la impresión de que algo se le estaba “cobrando” a los negociadores y sobre todo a la MUD. Daba la impresión de que el objetivo final u oculto –y en algunos casos explícito– de algunas críticas era o es “desmontar” a la MUD o por lo menos su organización directiva, el G4 (AD, PJ, UNT y VP).

Hay quienes parece que están siempre a la búsqueda de un espacio propio en la oposición, que les permita ejercer algún papel directivo del que se sienten relegados por los partidos tradicionales de la MUD. Algunos piensan que es más fácil arrebatar un espacio –a partir del tremendismo y radicalismo, que tanto gusta a algunos medios noticiosos– que construirlo y ganarlo a pulso con el trabajo político.

La lucha política, a pesar de las alianzas circunstanciales –por un fin compartido, como lo es recuperar la democracia y salir de esta dictadura– no debe cesar. La discusión de ideas debe ser permanente y el más asertivo, el que mejor exprese el sentir y deseos del pueblo, ese debe obtener los mejores dividendos políticos y electorales y no tiene porque hacer falsas concesiones.

Es también posible y legítimo que el escenario de disputa política y por el liderazgo entre las organizaciones políticas, todas ellas, que “hacen vida” en la MUD, se traslade a cualquier actividad o acción que emprenda la oposición, –como paso con el diálogo– pero no sin medir las consecuencias que eso podría traer. En este momento hay un objetivo que está por encima de las diferencias y la lucha política, al menos entre las fuerzas democráticas, que es restituir la democracia en nuestro país y salir de este régimen dictatorial.

No hay duda de que el sector del país que sacó mayor partido a esta discusión y diatriba, tratando de pescar en río revuelto, fue el Gobierno, que sabiendo muy bien cómo nos cocinamos en nuestra propia salsa fue el primero en estimular la “discusión” y crítica a los negociadores y la MUD, haciendo correr rumores, información falsa, haciéndose eco de algunos análisis y fomentando la división de la oposición, que es su objetivo fundamental.

En muchos casos, de las críticas, me refiero, nos quedamos esperando la propuesta constructiva; nos quedamos esperando las alternativas coherentes, más allá del lugar común de criticar el diálogo como única arma de lucha, o de criticar que no se haya obtenido una fecha para el RR.

Cuando aun no es definitivo el desenlace del diálogo, ¿Dónde está, claramente señalado, el camino alternativo –viable– que algunos proponen? ¿En qué se concreta, en qué acciones, que sean más eficaces que las que se están llevando adelante, sobre todo si se ha dicho hasta el cansancio, que el diálogo no excluye otras alternativas? Efectivamente hay muchas acciones que pueden y deben acompañar al diálogo para fortalecerlo, y que se han planteado para hacer valer nuestra mayoría en la ruta democrática y electoral, pero no es precisamente mermando la unidad y demoliendo a sus líderes como vamos a lograrlo.

El que esas alternativas no aparezcan es lo que me autoriza a decir que el precio pagado por la discusión en estas tres semanas puede estar resultando demasiado alto, en el ánimo y disposición hacia la unidad, necesaria e indispensable, para salir de este régimen de oprobio.

No podemos hacer como en el oficialismo donde toda disidencia es acallada, “asimilada” o purgada, – ¿resabios del estalinismo o del centralismo democrático?– pero debemos estar conscientes de que nos estamos jugando mucho, nos lo estamos jugando todo. Eso sí lo ha entendido bien el oficialismo.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/2016/12/02/el-agua-derramada/

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