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Opinión

Bolívar, no en balde, inicio su epopeya libertaria en ese pequeño cerrito de apenas unos metros sobre el nivel del mar en Roma, conocido como el Monte Sacro. Ya en ese mismo sitio a mediados del año 494 A.C los plebeyos se habían declarado en rebelión, negándose a seguir contribuyendo con el gobierno, si no le daban participación en su gestión. Cuentan como el nombre de aquella colina a las afueras de la ciudad de Rómulo y Remo, obedeció a que precisamente desde allí, los adivinadores, al grito de cuervos, lechuzas y halcones, aconsejaban a los Magistrados romanos en el ejercicio de la función pública.

Hasta allá, al mismísimo Monte Sacro, a la edad de 22 años, fue a dar el joven Simón, acompañado por su Maestro Simón Rodríguez, a prestar su juramento por la libertad americana. En su libro “El Maestro del Libertador” el escritor Fabio Lozano y Lozano, nos lleva al propio cuento echado mucho tiempo después por Simón Rodríguez: En Roma nos detuvimos bastante tiempo. Un día, después de haber comido, y cuando ya el sol se inclinaba al Occidente, emprendimos paseo hacia la parte del monte sagrado. Llegados a ella, nos sentamos sobre un trozo de mármol blanco, resto de una columna destrozada por el tiempo.

Continúa relatando el Maestro Simón: Yo tenía fijos mis ojos sobre la fisonomía del adolescente, porque percibía en ella cierto aire de notable preocupación y concentrado pensamiento. Después de descansar un poco y con la respiración más libre, Bolívar, con cierta solemnidad, que no olvidaré jamás, se puso en pie y como si estuviese solo, miró a todos los puntos del horizonte, y a través de los amarillos rayos del sol poniente, paseó su mirada escrutadora, fija y brillante, por sobre los puntos principales que alcanzábamos a dominar.

¿Conque éste es —dijo— el pueblo de Rómulo y de Numa, de los Gracos y los Horacios, de Augusto y de Nerón, de César y de Bruto, de Tiberio y de Trajano? Aquí todas las grandezas han tenido su tipo y todas las miserias su cuna. Y luego, volviéndose hacia mí, húmedos los ojos, palpitante el pecho, enrojecido el rostro, con una animación febril, me dijo: Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos; juro por mi honor y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que no haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español.

Cumpliendo la promesa anunciada esa tarde del 15 de agosto de 1805, Bolívar participa de la revuelta del 19 de abril de 1810, iniciando con ello, el cometido jurado en Roma. Expulsó para siempre a un imperio que, desde la llegada de Cristóbal Colón, mantuvo dominado a este continente. Durante los meses que precedieron a su muerte, el libertador, se empeñó en evocar sus victorias y derrotas políticas. A cada rato recordaba a su amada, Manuela Sáenz; también lloraba la muerte de Sucre, el fiel lugarteniente asesinado el 4 de junio de 1830 en Berruecos. Recordando y delirando sus avatares, murió solo y defenestrado de los territorios que había liberado, el 17 de diciembre de 1830.

A propósito de este rencuentro histórico con aquel juramento; también recordemos como la memoria y los valores del ejercito fundado por nuestro libertador, se encuentran dominados por una caterva de generales corruptos y sanguinarios, quienes junto al gobierno que defienden, muy pronto, serán sometidos a la justicia y pagarán los crímenes cometidos contra este noble pueblo Bolivariano.

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Nada más perverso que la apariencia de legalidad para encubrir atropellos a la propia ley y a un Estado que se denomina –hasta ahora– de Derecho y de Justicia.

Entre nosotros, el gobierno se ha esforzado, cada vez con más torpeza, en revestir sus actos bajo el amparo de la normas de la Constitución, permanentemente exhibida como fetiche o amuleto que trata de espantar cualquier sospecha de la arbitrariedad que, precisamente, se ha constituido en el signo de nuestra realidad y en la expresión del poder que se ejerce sin ningún contrapeso.

Entre estas expresiones de los disparates revestidos de disfraces legales se encuentra la destitución de los alcaldes de la oposición a quienes se les somete a “juicios” por desacato o pretendida desobediencia a la autoridad ante órdenes de imposible cumplimiento para contener el derecho a la protesta ciudadana.

A estos fines se recurre a la interposición de acciones de amparo, admitidas con celeridad inusitada y a la consiguiente medida cautelar que impone restituir el orden perturbado aunque ello escape a su competencia. Pero, al no producirse de inmediato el cumplimiento de lo ordenado, de imposible ejecución, se procede a enjuiciar al alcalde, por aplicación de la norma penal contenida en el artículo 31 de la Ley de Amparo que sanciona con prisión de seis a quince meses a los autores del hecho punible.

Pero, el detalle más resaltante está en que la Sala Constitucional, a partir de los casos Scarano y Ceballos, por obra y gracia de los poderes absolutos asumidos, convirtió el delito en “ilícito judicial inconstitucional”, atribuyéndole una sedicente naturaleza administrativa sancionatoria que conoce la propia Sala, la cual, en juicio sumario y, en una sola audiencia, pronuncia la sentencia condenatoria de prisión, sin recurso alguno, la cual no solo implica la inmediata privación de libertad por un hecho que el COPP califica como de menos grave, sino que acarrea las graves consecuencias del cese en el ejercicio del cargo y la inhabilitación política del condenado.

De esta manera, la Sala Constitucional, convertida en tribunal penal, ante un hecho punible que exige un juicio penal ante un juez con esa competencia, a los fines de hacer expedita la aplicación de la sanción de la prisión, sin garantía alguna procesal, sin intervención del Ministerio Público y, con las gravísimas consecuencias antes señaladas que, en definitiva, implican la pretendida muerte política de un funcionario elegido por el pueblo.

Con tan insólito, absurdo y disparatado procedimiento, se ha dado con la llave para liquidar, de una sola vez, la voluntad popular, obviando las garantías del proceso penal, en la muestra más evidente de un fraude a la Constitución, de una manifiesta violación de la libertad individual y del más descarado desconocimiento del derecho a la democracia que impone el respeto a la expresión de la soberanía popular, reducida a una mera fórmula que solo equivale a la soberanía del gobierno.

aas@arteagasanchez.com

14 de agosto de 2017

http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/juicios-los-alcaldes_198423

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Claudio Nazoa

“No estoy de acuerdo con las marchas. No negociemos nada. No estoy de acuerdo con los trancazos. No estoy de acuerdo con ningún militar ni bueno ni malo. No estoy de acuerdo con la resistencia. No estoy de acuerdo con la MUD. No estoy de acuerdo con votar. Todos, menos yo, son traidores”.

Qué valientes son los líderes de la oposición. Arriesgan su vida exponiendo libertad y pellejo en una lucha desigual, y algunos malagradecidos responden con ofensas y burlas. Qué difícil e injusto es lidiar con quienes critican y no proponen. Cómo habrá sufrido Bolívar organizando, el 24 de junio de 1821, a aquel gentío para la Batalla de Carabobo.

  • General Bolívar, los llaneros de Páez dicen que quieren hacer la batalla en La Encrucijada, porque les queda más cerca… Además, andan arrechos porque hay un soldado que Páez llama el Negro Primero, y sí él es primero, nosotros también.
  • General, los gochos dicen que lo más seguro es que perdamos la Batalla de Carabobo porque hace mucho calor. Sugieren que la hagamos en Mérida que es más fresco.
  • Mi general, la gente de La Victoria está molesta porque cuando usted pasó, los caballos ensuciaron las calles.
  • Bolívar, los orientales dicen que en oriente se enfrió la calle. Que si ganamos, cosa que no creen, se enterarán en meses. Por eso prefieren más bien quedarse con el rey de España.
  • General, un batallón de San Cristóbal está cayéndose a coñazos con unos caraqueños que hacían chistes de gochos.
  • General, en Caracas la gente está muy decepcionada. Dicen que para qué más batallas si todo está perdido.
  • Hay un batallón de maracuchos, mi general, que ya empezaron la batalla por su cuenta. Preguntan que si pueden seguir.
  • General, el Negro Primero está bailando tambor y no deja dormir a los soldados.
  • Excelencia, los maracuchos están peleando con los de falda de cuadritos que tocan gaita, porque quieren saber si en Escocia también tienen huevos chimbos.

Imagino a Bolívar en una loma de Carabobo, montado en su caballo:

—Venezolanos, los de España son aquellos que están allá: los de la bandera de franja roja, amarilla y roja. La nuestra es amarilla, azul y roja. Ustedes van a combatir a los de allá, a los españoles. Quienes tenemos la bandera amarilla, azul y roja, somos nosotros y estamos unidos alrededor de ella. Les recuerdo que ellos son los malos y nosotros los buenos. ¡Y no sigan jodiendo porque si me arrecho los dejo con los españoles!

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Marc Burleigh

La situación en Venezuela pinta mal, con protestas, escasez de alimentos y una profunda tensión política. Pero pronto podría ponerse mucho peor, según analistas, debido a la crisis de su deuda que ya roza el nivel de default, reseña AFP.

En ese caso, se cerraría el acceso de este país, rico en petróleo pero carente de liquidez, al mercado de capitales.

Los prestamistas podrían bloquear activos -como refinerías, tanqueros y cuentas- de la estatal petrolera PDVSA y la crisis humanitaria profundizarse.

¿Cuán cerca está realmente Venezuela de incumplir con el pago de su deuda, estimada en más de 100.000 millones de dólares?

Hasta ahora, el gobierno de Nicolás Maduro ha recurrido siempre a medidas extraordinarias para cumplir con sus obligaciones, priorizando los pagos de deuda sobre cualquier otro, incluso las tan necesarias importaciones de comida y medicinas.

Pero la producción de crudo y los ingresos que genera han venido declinando. Las reservas internacionales se han reducido a 10.000 millones de dólares, la mayoría en lingotes de oro bien guardados en Caracas.

Octubre y noviembre, cuando Venezuela y PDVSA deberán pagar unos 3.800 millones de dólares en vencimientos de bonos, serán meses cruciales.

Esas amortizaciones “son un reto, pero probablemente el gobierno pagará”, opinó Andrés Abadía, economista encargado de temas latinoamericanos para la inglesa Pantheon Macroeconomics, en un reporte de julio.

Sin embargo, el país se está quedando sin liquidez y “la perspectiva es que la situación se agrave mucho más”, señaló.

Y al empeorar “la recesión, la inflación, que bordea la hiperinflación, a la postre podría detonar un cambio de gobierno”, dijo Abadía.

– Obstáculos legales –

Las dudas sobre la capacidad de pago del gobierno de Maduro alcanzan incluso el ámbito jurídico, tras la elección el 30 de julio de una polémica Asamblea Constituyente, un suprapoder leal al mandatario.

Estados Unidos, bajo cuya legislación están redactados los contratos de la deuda venezolana, no reconoce a la Constituyente, a la que considera una herramienta “ilegítima” de la “dictadura” de Maduro.

Y el Departamento del Tesoro impuso sanciones a Maduro y a una veintena de funcionarios, entre ellos el vicepresidente Tarek El Aissami.

La Asamblea Constituyente “conlleva un riesgo de reputación de los bonos de Venezuela y PDVSA”, señaló Juan Carlos Rodado, encargado de investigaciones latinoamericanas en el banco de inversión neoyorquino Natixis.

Rodado recordó que Julio Borges, presidente del parlamento venezolano, bajo control de la oposición, advirtió que un futuro gobierno podría “no reconocer o pagar” la deuda que se emita ahora.

Analistas coinciden en que la única opción de Venezuela es renegociar su deuda, pero el rechazo internacional a la Asamblea Constituyente -al que se sumaron la Unión Europea y una docena de países latinoamericanos- puede ser un obstáculo.

“Hay un creciente consenso de que Venezuela no podrá sostener por mucho más tiempo su política de servir plenamente la deuda”, escribieron en un ensayo conjunto Lee Buchheit, del despacho legal Cleary Gottlieb Steen & Hamilton en Nueva York, y Mitu Gulati, de la facultad de Derecho de la Universidad de Duke.

“Esto implica algún tipo de reestructuración de la deuda”, pero los acreedores de holdouts representarían un “riesgo legal serio y potencialmente debilitante” para el país, dijeron.

– Préstamos rusos y chinos –

China y Rusia han sido los principales prestamistas de Venezuela, con una exposición de deuda actual de unos 50.000 millones de dólares entre los dos.

China concedió una línea de crédito de alrededor de 60.000 millones de dólares a Venezuela entre 2007 y 2014, con garantía de entrega de petróleo a futuro. Entonces, el barril cotizaba a 100 dólares.

Pero con la caída de los precios del petróleo por debajo de los 50 dólares desde 2015 y las dificultades de Venezuela para producir los barriles necesarios, Pekín cortó discretamente el crédito.

China recuperó parcialmente la deuda, aunque todavía falta “una buena parte”, según Francisco Monaldi, de la Universidad de Rice (Texas, EEUU) y del Instituto De Estudios Superiores de Administración (Caracas).

Rusia concede créditos a Venezuela desde 2011. Primero prestó 2.800 millones de dólares para la compra de sistemas anti-aéreos y armamento, y desde 2014, aparentemente a través de su petrolera estatal Rosneft, al menos 6.000 millones más.

Al igual que en el caso de China, prevé pagarlos con envíos de crudo.

Pero la caída de la producción (pasó de 75 a 49 plataformas petroleras activas en los últimos dos años), los bajos precios y el hecho de que un 40% de la producción esté destinada a Estados Unidos, su principal cliente, ha hecho muy difícil que Caracas cumpla con sus compromisos.

Citgo, la refinería y red de gasolineras de PDVSA en Estados Unidos, fue colocada como respaldo del crédito ruso. Según Monaldi, la empresa se valorará en unos 8.000 millones de dólares.

Si el default se materializara, Rosneft podría apoderarse de Citgo, pero eso probablemente entraría en conflicto con las sanciones de Estados Unidos a Rusia.

“El gobierno de Estados Unidos no estaría muy feliz con la idea de que Rosneft tome el control de una refinería y un distribuidor de gasolina en su propio territorio”, dijo

/AFP/ La Patilla.com

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Carlos Raúl Hernández

La sociedad avanzó gradual hasta el brillante, espectacular éxito de 2015, previos varios triunfos electorales. Épicas de coraje de la Unidad sobre el gobierno que abusó de los mecanismos institucionales y no institucionales con sus incontrolados ventajismo y violencia. Hombres y mujeres de los partidos se la jugaron en comicios que parecían más bien las carreras de San Fermín. En elecciones se construyó esa gran fuerza, -pese al gatuperio maloliente de que era “para conseguir puestos”- y el triunfo abría dos años para transar las regionales y fijar mecanismos de garantía de un tránsito presidencial a la nicaragüense en 2018. Era negociar desde una posición de poder. Pero de Luzbel puso estulticia en la lengua de 22 ángeles opositores que dijeron ¿para qué gobernadores si vamos al asalto del cielo? Así volvieron al terreno charlatanes abstencionistas, filosofantes de barbería y peluquería.

Regresaron los calle-calle, los ya estamos cerca y otras guacharacadas dichas con solemnidad. Habían sido responsables del holocausto de 2005, el retiro de las candidaturas a la Asamblea, una de las operaciones políticas más tarúpidas en la historia, argumentada con razonamientos recogidos en las colas para pagar en el supermercado. Varios capitostes de poderes fácticos (estuvieron a punto de quebrar -o lo hicieron- las empresas que controlaban) pusieron una cámara en la sien de cada uno de los dirigentes para que se retiraran del proceso y así le hicieron el trabajo a la avanzada totalitaria que logró unanimidad en la AN. Eran sus mejores amigos sin darse cuenta. La revolución se apropió de todo, ese año negro para las fuerzas democráticas. Pero en 2006 comenzaron lentamente a restañarse, vuelven al camino electoral y destierran los graznidos radicales.

Hablan y ven al revés
Los mismos señores, más unos nuevos que advinieron con facultades igualmente mermadas, hoy propiciaron otro desastre igual o peor. Hubo esperanza mientras estuvieron fuera de juego, pero quién sabe por qué aquelarre, influencia astral negativa, paso de luna, gran Sabbat, noche de brujas, nació el Anticristo entre centellas y en 2016 tales desvaríos, primitivos y letales como las medusas, con sus tentáculos abrazaron la fuerza opositora. Poseídos sus cuerpos, varios dirigentes hablaron al revés, en lenguas desconocidas y radicales, se salieron de la autopista y aceleraron en la oscuridad hacia el barranco. El Oscuro trabajaba y el éxito se hizo fuego y escombro. Según decían, los calle-calle, trancas, escuderos, secuestros de vecinos en sus urbanizaciones, plantones, y demás zarandajas desacreditadas desde 2014 (y dolorosas para la ciudadanía) conducirían ¡a la derrota militar de la GNB!

Estaba fácil porque “solo le quedaban bombas lacrimógenas para dos días”. El más simple instinto humanitario, paternal o de conservación, lleva a proteger a los nuestros. Si grupos de gatilleros con o sin uniformes disparan en la esquina, nadie envíe a su hijo a comprar pan. Y los aspirantes a dirigentes tienen que cuidar la seguridad de quienes los siguen y confían en ellos. Ante la preocupación por el número de muertos y heridos que crecía, la espeluznante respuesta fue, como si se tratara del desembarco de las tropas aliadas en Normandía y no de unos adolescentes con escudos de cartón: “en toda confrontación hay bajas”. Eisenhower nunca dio una respuesta parecida ¿Cuál es nuestro destino si tales aspirantes creen que los gigantes son molinos y los civiles soldados de infantería? No deberían salir aplazados en un examen de respuestas tan evidentes.

Mantenerla mojada
Al llamado de cabezas calenturientas y desorganizadas, la sociedad civil se lanzó de pecho a derrocar al gobierno armado hasta las muelas. “Maduro vete YA”, “elecciones generales este año”, y el resultado era previsible: el gobierno se atornilló, Maduro no se fue y hoy tenemos 115 familias de luto, inhabilitaciones, miles de heridos y detenidos, alcaldes acosados y encarcelados, destrucción del ambiente urbano. Y al ilusorio, poético 350, el gobierno respondió con la Constituyente, demoledora porque es real, y demostró que juega duro y en serio. En cambio por el otro lado florecieron disertaciones que rompen el récord mundial de candidez. La acción militar de los buenos que sacaría al gobierno, y generosa lo entregaría a quienes los han amenazado con juicios y ajustes de cuenta. Cuando la Unidad decidió, aún groggy, participar en las elecciones regionales oscuras y borrosas de 2017, reaccionó con buen reflejo y cintura de boxeador.

Esto podría sortear la ofensiva de exterminio que viene del gobierno con la intención de borrarla de la faz de la tierra. Pero lo más trágico, lo que genera risas y llanto es ver como los inspiradores intelectuales de la chambonada calle-calle, en vez de retirarse a hacer penitencia por el daño que gestaron, abren sus bocas para lanzar oleadas de cucarachas sobre los demás. Repitieron la salida con peor resultado y, para mayor asombro, quieren insistir. Cada declaración que despotrica de la Unidad, cada graznido integrista los hunde más en la vacuidad intelectual y política. Después de menospreciar las elecciones regionales cuando íbamos en la locomotora del triunfo, dieciocho meses después concurriremos con una pistola en la cabeza. Regresamos al año negro de 2005. Salgamos de ahí.

@CarlosRaulHer

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La trama central de la política vernácula brota invariablemente de las interpretaciones que cada actor o sector hace de la realidad. De esa observancia salen las estrategias y las acciones. Orientadas por una visión del porvenir. A decir de Churchill “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana; el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que él predijo”. Si no hay ese potencial, la política se convierte en un ritual de elucubraciones y fantasías vacías de deseos y presunciones. Esto último es materia que tiene que ver con el aspecto ético y moral. Un asunto de responsabilidad con la sociedad. Enmarcada en el estudio de la ciencia politológica. Venezuela necesita sabios de la política que como afirmaba Aristóteles “nunca dicen todo lo que piensan, pero siempre piensan todo lo que dicen”. Un drama evidente de la política, es que algunos quienes destacan parecen ser improvisados y gatillos alegres verbales que disparan al voleo y luego cuentan por aproximación. Frente a circunstancias y objetividades se comportan emocionales y delirantes. De esta tipología no se salva el gobierno ni la oposición, que tienen algunos en roles protagónicos.

Tendencias
Siempre sabemos menos de lo que deberíamos. Porque nunca sabremos el total de las cosas. Las interrogantes son al infinito. Y es por lo que Sócrates expresaría “solo sé que no sé nada”. Por eso los pronósticos en la política son siempre muy difíciles. Complejos de construir. Generalmente son consecuencia de parciales informaciones que se tienen o de conocimientos triviales de la realidad y sus acontecimientos. Son aproximaciones en un tiempo determinado. La dinámica política es una máquina de producir cambios inesperados en cada día. Muchos factores deslindan contextos uno tras otro en un proceso vigoroso de marchas y contramarchas. Que definen tendencias y configuran escenarios alterables por la veloz metamorfosis de elementos y factores influyentes. Y todo acto o vocería modifica cursos y tendencias en la política cotidiana.

Elecciones de gobernadores
No obstante esas dificultades nos aventuraremos en los posibles escenarios que vislumbramos hoy frente a las elecciones a gobernadores. Primer escenario. Que la oposición no vaya a las elecciones y no inscriba sus candidatos. Este es el escenario que más conviene al gobierno. Por lo cual éste hará todo lo posible por evitar que participe. El síndrome del 2005 para las parlamentarias. El gobierno sacaría las 23 gobernaciones. Escenario segundo. Que la oposición vaya a las regionales. Con planchas únicas. El peor escenario para el gobierno. Caería en su misma trampa. Candidato único con la MUD en siete estados y en dieciséis (16), se los distribuirían de acuerdo el resultado de las últimas parlamentarias. Aquí pronostico para el gobierno entre 4 y 6 gobernaciones y para la oposición entre 15 y 18 gobernaciones. El tercer escenario es una bifurcación de la anterior y tiene que ver con ir juntos la oposición o ir separados. Si van separados con varios candidatos por estados ganaría el gobierno las elecciones y los resultados serían en una proporción de 7 a 3.

“En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire”, -diría Antonio Machado- “jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”. Al corto plazo el viento sopla hacia las regionales. Se pone en discusión un importante poder descentralizado. Con grandes recursos y capacidad de operatividad y maniobra. Máximo si la oposición obtiene la mayoría. Lo que es probable según las encuestas recientes. En esta aérea el gobierno tiene viento en contra y la oposición a favor. No aprovechar el viento que sopla a favor es como ir contra la corriente. Hacerse el haraquiri. No hay que perder de vista que la oposición tendrá miembros de mesa, testigos y copia del acta en cada mesa de votación. Y podrán saber cuánto votos sacaron en tiempo real.

Lo económico precede a lo político
Mientras esto pasa en la política la situación económica se empeora y la inflación polvoriza los pocos ingresos de los venezolanos. El principal problema de los venezolanos es el económico. Lo demás es secundario. Pero el liderazgo político enfrenta primero el político. El puntual… lo inmediato. Así lo hizo la AN y ahora la ANC. Cortados por la misma tijera. La primera puso su empeño en destituir al Presidente. La segunda a la Fiscal General. Es tiempo ya de dedicarse a resolver los agudos problema económicos por los cuales atraviesa la población. ¡Este es el reto de hoy!

efecepe2010@gmail.com

fcordero@eluniversal.com

@efecepe2010

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Francisco Olivares

Si en algo debe estar de acuerdo todo aquel que dice estar del lado de la oposición a la dictadura, es que no se trata de una régimen autocrático convencional como el que se ha conocido en la historia de América Latina.

Como muchos ya lo han caracterizado detrás del Gobierno y la ideología marxista hay una estructura que se ha vinculado al crimen organizado. De manera que lo que ha tenido que enfrentar la dirigencia política agrupada en la Mesa de la Unidad es una compleja maraña que no actúa bajo parámetros convencionales.

Los hechos así lo confirman. Al lado del fraude constituyente que genera una forma paralela al Gobierno, fuera de la Constitución, pero en combinación con el Gobierno formal, se asume todo el poder apoyado en la fuerza de las armas. Torturas, detenciones arbitrarias, destitución de alcaldes, desconocimiento de la AN, asesinatos contra quienes manifiestan, grupos paramilitares y control absoluto de todos los mecanismos econó­micos del país.

Ante eso es lógico que en los sectores políticos que quieren un cambio haya diferentes visiones de qué es lo que hay que hacer y cómo hacerlo. En ese debate las partes terminan descalificándose unos a otros inevitablemente favoreciendo al Gobierno.

El Gobierno posee las armas y ha demostrado que no tiene escrúpulo alguno en utilizarlas, incluso sin inmutarse por las acusaciones de la ONU y las reacciones de los presidentes del continente, porque no solo defiende el poder que ostentan sino todo el poder económico que la alta burocracia política y sus familiares han obtenido desde el poder. Dada la persecución internacional de la que están siendo objeto el único refugio que les queda es el territorio venezolano.

Es decir, no se trata de un adversario político convencional sino de una mafia política acorralada internacionalmente.

Sin embargo esa cúpula en el poder requiere de cierto juego político para mantenerse. Por eso convocó a la Asamblea Constituyente para darle cierto rostro de legalidad a las imposiciones y medidas contra el resto del país.

Todo el sector opositor sabía que esa Constituyente sería aplicada aun sin votos como efectivamente ocurrió. No contaban con que el fraude sería develado por la propia empresa que durante años le sirvió de soporte, lo cual aplacó el impacto que esperaban.

No hay fórmula segura de cómo enfrentar al Gobierno. Sin embargo la unidad es clave para responder a cada etapa en el proceso.

Si bien el Gobierno tiene las armas y todo el poder político en sus manos, no todo lo favorece. El chavismo ha perdido el apoyo popular y sólo le resta aproximadamente un 25% teniendo en cuenta que de esa fracción de la población, al menos, 70% del chavismo está allí por ser empleado o beneficiario de las migajas que todavía les lleva el Gobierno.

En la actualidad la dirigencia oficialista padece de un aislamiento internacional que, además de su influencia política, afecta su capacidad económica, siendo que la Constituyente no es reconocida como un organismo legal, lo cual genera dificultades para incluso acceder al crédito internacional.

La crisis económica está impactando muy duro a los sectores populares y de clase media, y el país ya está en camino a una hiperinflación jamás conocida en Venezuela. Ya tenemos una inflación diaria que equivale a un año de inflación en cualquier país del continente.

La Constituyente se promovió como un mecanismo que resolvería los problemas del país, pero a unos días de haberse instalado ya la población observa decepcionada que el camino al abismo se ha acelerado.

Como en un tablero de ajedrez la oposición deberá jugar en todos los escenarios incluyendo la negociación y ello requiere que la inteligencia en la política juegue con acierto cada movimiento.

La crisis también ha llegado a lo interno del chavismo, al que ya no le sirven los pocos privilegios de los que disfrutaban y hasta sus propios descendientes huyen del país. Lo mismo ocurre a lo interno de la FANB. Se vislumbra una crisis en esos dos factores de poder y todos los componentes serán necesarios para que se produzca el cambio tan anhelado.

Twitter: folivares10

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