Pasar al contenido principal

Opinión

Humberto García Larralde

La palabra “expoliación” viene de la acción de expoliar. Según la RAE, expoliar es, “despojar algo o a alguien con violencia o con iniquidad”. Es lo que han hecho, históricamente, los ejércitos de ocupación. Una vez derrotadas las fuerzas que se le resistían, solían tomar los activos y/o riquezas del territorio conquistado como premio o botín que compensaría, a nivel individual y corporativo, el haber arriesgado sus vidas. Si bien las “reglas de juego” que se fueron acordando en torno a la guerra intentaron ponerle coto al ejercicio desenfrenado de tales prácticas, han seguido ocurriendo. Para muestra, las atrocidades cometidas por el ejército invasor ruso en Ucrania y las que traen los cables noticiosos de numerosos conflictos locales en África y en otros sitios. Las acciones de expoliación, acompañadas muchas veces por crímenes aún mayores –violaciones, masacres civiles, destrucción de hospitales, escuelas y viviendas—manifiestan un absoluto desprecio por los habitantes del territorio ocupado. Bajo una dominación impuesta por la violencia, son pocos los derechos que pueden ser exigidos y menos los que serán respetados.

La introducción anterior viene al caso porque hemos venido insistiendo a través de los años, que la tan envanecida –en boca de sus principales beneficiarios--“revolución bolivariana” ha devenido, en realidad, en un régimen de expoliación. Las razones que lo explican son bastante evidentes: 1) el desmantelamiento del tejido institucional de derechos individuales y civiles, de la independencia, equilibrio y control mutuo entre poderes, y de la obligación de rendir cuentas de la gestión pública; y 2) el acoso y la relativización de garantías a las actividades económicas del sector privado, “legitimados” por una prédica construida con base en los clichés de la mitología comunista. La racionalidad de un mercado en competencia como determinante impersonal de la asignación de recursos y como criterio de decisión de medidas que generan un mayor producto social, fue sustituida por la lealtad hacia el líder indiscutido y su funcionalidad para con la consolidación del poder político “revolucionario”. La consigna de que la “verdad es siempre revolucionaria”, recordada por algunos, se transformaba ahora en, “lo revolucionario” –es decir, lo que dictamina el líder—“es siempre verdad”. Dio lugar a una creciente discrecionalidad en la gestión de los asuntos de Estado, que se plasmó en una estructura de incentivos que premiaba los apoyos al “proceso” y castigaba a quienes se oponían, El notorio incremento en el patrimonio de muchos dirigentes y su dispendioso tren de vida –camionetas, guardaespaldas, lujosos eventos sociales, compras de marca—eran una retribución merecida a sus esfuerzos por abrirle un futuro promisorio a los venezolanos. Los papeles se habían invertido; de eso trata una revolución, ¿no? Ahora los ricos y poderosos son ellos.

En sus comienzos, la expoliación tendía a concentrarse en torno al usufructo de la significativa renta petrolera captada por el Estado en los mercados internacionales de exportación a lo largo de la primera década de siglo, al mantenerse elevados los precios del crudo. Empresas de maletín, acceso a dólares baratos, contrataciones ficticias y apropiaciones diversas fueron dibujando una nueva oligarquía, amparada en los vientos políticos favorables que deparaba la “generosidad” con que Hugo Chávez repartía esas rentas. A ello habría que añadir los numerosos regalos a los “amigos” internacionales de la “revolución”, anillo de seguridad externo de creciente importancia.

La prédica socialista pronto convirtió también en cotos de caza a empresas y activos codiciados del sector privado. El uso desembozado de la fuerza se hacía ahora de forma abierta. Y, en la medida en que se profundizaba la crisis económica bajo la deplorable gestión de Nicolás Maduro, los detentores de los medios de violencia del Estado –junto a bandas armadas asociadas—adquirieron cada vez más protagonismo en la “reasignación revolucionaria” de recursos: confiscación de mercancías en alcabalas y puertos, extorsiones, primas de protección, cuando no asaltos directos.

Con tales prácticas, fueron asumiendo el rol de un ejército de ocupación, posicionado para expoliar las riquezas de la nación. Chávez les dio beligerancia, insuflando el ego de aquellos militares que lo seguían con la fábula de que eran herederos del Ejército Libertador. Y sus discursos patrioteros encontraron terreno abonado en las narrativas históricas de los siglos XIX y XX que proyectaban la construcción de patria, no como un proceso civil, sino de batallas. Nuestra precariedad institucional, hasta bien entrada la era petrolera, hacía de los militares ciudadanos de primera, tutores obligados para la preservación del orden de una sociedad débilmente estructurada. Chávez completó su encantamiento denunciando a poderosos enemigos, externos (el imperio) e internos (las cúpulas podridas de AD y Copei), que amenazaban los intereses nacionales y ponían en peligro los “logros” de su “revolución”. La FAN –ahora chavista, luego de sucesivas purgas y con la “B” de bolivariana añadida—se transformaba en tropa de choque contra tales amenazas. Su revolución era armada, no en términos retóricos, sino con la realidad de fusiles, tanques, aviones y demás armamentos.

Maduro, sin la ascendencia política de Chávez ni los dispendiosos ingresos petroleros con que contó aquel para promover su socialismo de reparto, se vio obligado a depender mucho más de los militares para sostenerse en el poder. Los corrompió deliberadamente, entregándoles la gestión o la custodia de áreas extensas de la economía, en un contexto carente de la transparencia, rendición de cuentas y del equilibrio de poderes, medios de comunicación libres, libertad de protesta y demás instituciones que resguardasen el uso correcto de los dineros de la nación. En la medida en que se acentuaba la ruina del país y los sueldos de los empleados públicos se hundían en la miseria, más importaban la fuerza, los contactos, privilegios y demás eslabones de la red de complicidades entre los jerarcas como medio para usufructuar las mieles del poder. Y ello no podía sino aumentar la pretensión, aupada en el discurso “revolucionario”, de que ellos son los auténticos dueños del país.

Una de las expresiones más deplorables de este estado de cosas la evidenciamos recientemente en el discurso del comandante de la Guardia Nacional, general Elio Estrada Paredes, en ocasión del aniversario de este componente de la FAN. Creyéndose dueño del circo, acusó a los opositores de levantar “falsos candidatos presidenciales” (por inhabilitados) y de desconocer a quienes designarán en el CNE, “imponiendo la normalización de la violencia para desestabilizar el país”, con fondos “de posible origen ilícito” y “vinculaciones con la delincuencia organizada”. El colmo, viniendo de uno de los soportes fundamentales del régimen expoliador chavista, fue su señalamiento del “robo” de activos externos que, hasta ahora y gracias a quienes realmente defienden los intereses de la nación, han podido mantenerse a resguardo de sus prácticas depredadoras. Y este discurso gorila ¡fue felicitado por el Gral. Padrino López! Más allá, se hace eco de estas barbaridades el gobernador del estado Trujillo, capitán Gerardo Márquez, amenazando públicamente con sacar “a coñazos” a la candidata opositora María Corina Machado. Según el periódico, La Razón, es dueño de empresas de servicios y constructoras que contratan con la gobernación de ese estado.

Estos trogloditas se han erigido en ejército de ocupación, en guerra contra los derechos y libertades constitucionales del pueblo democrático. Y justifican su apropiación excluyente del país (lo que queda de él), negándoles a quienes no son chavo-maduristas su condición venezolana. Habiendo traicionado, así, a la patria, al reprimir y condenar a la mayoría de sus compatriotas al peor descalabro conocido de sus condiciones de vida en la era petrolera se auto invisten, conforme a su imaginario fascista, ¡en sus defensores! Quienes protestan, son terroristas y conspiradores. Por tanto, con la complicidad de tribunales inmorales, se les condena a largas penas, como fue el caso de los seis sindicalistas hace dos semanas. Igual siguen presos Roland Carreño, Javier Tarazona, Roberto Franco y muchos otros injustamente retenidos.

No habrá salida mientras la oposición democrática no construya una fuerza capaz de neutralizar las pretensiones de este ejército de ocupación y acabar con su expoliación de los venezolanos.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

15 de agosto 2023

 6 min


Eddie A. Ramírez S.

La siembra del odio, con la consecuente cosecha de violaciones a los derechos humanos, es una semilla que germinó desde el inicio de la humanidad. En algunos casos está dirigido en contra de un enemigo que invade un país o contra grupos de malhechores que causan daño a personas o a sus bienes. Mucho más grave son los casos en que el odio se dirige contra quienes no han cometido ningún delito, sino que profesan otra religión, sexo, tienen piel de color diferente o difieren de las políticas gubernamentales. En todo caso, con motivo o sin él, el odio y las consecuentes agresiones deben ser rechazados. A estas alturas de la civilización, lo que tiene que imperar es la justicia, la igualdad de todos los seres humanos y la tolerancia a los diferentes puntos de vista. Cristopher Tuckwood, director ejecutivo del Sentinel Project con sede en Canadá, afirma que “los discursos de odio cargan el arma, la desinformación aprieta el gatillo”.

Platón, 328-348 AC, equivocadamente predicó que hay que hacerles mal a los enemigos. La Biblia y el Corán tienen versículos promoviendo la Ley del Talión, o sea ojo por ojo, aunque ambos también tienen frases de generosidad hacia el enemigo. El punto a discutir, como decía Francisco de Quevedo, es que a veces no es fácil identificar quién es enemigo y quién es amigo. Lo que es indudable es que la ausencia de justicia induce el odio entre las naciones desencadenando guerras y, a nivel nacional, promueve el odio entre los ciudadanos, con el consecuente deseo de venganza.

Numerosas guerras fueron producto del odio sembrado por motivos económicos o étnicos. Tal día como hoy, en 1945, finalizó la II Guerra Mundial, iniciada por el nazismo alemán y el militarismo japonés, después de ocasionar millones de muertos, entre ellos varios millones de judíos civiles, gitanos y disidentes. Desde entonces han proliferado contiendas entre países o internamente. Cabe citar las matanzas en Rwanda de los grupos hutus en contra de los tutsis, la masacre en los Balcanes en contra de la minoría musulmana, las guerras en Siria, Afganistán, Etiopía, Eritrea, Yemen, Sudán, el interminable conflicto entre israelíes y palestinos, así como la agresión en pleno desarrollo de la Rusia del dictador Putín en contra de Ucrania.

En Venezuela, Bolívar sembró el odio con su Decreto de Guerra a Muerte en contra de españoles y canarios. No valen las excusas de que era indispensable para lograr nuestra independencia. Del lado de los realistas, Boves también actuó sin misericordia, pero en contra de los patriotas. Ezequiel Zamora y recientemente Hugo Chávez fueron bárbaros que tildaron de enemigos a quienes se opusieron a sus revoluciones y tenían alguna propiedad. Maduro les sigue los pasos. Afortunadamente, el Fiscal de la Corte Penal Internacional, con la aprobación de tres de sus jueces, inició una investigación en base a denuncias de crímenes de lesa humanidad.

El Código de Hamurabí, en el siglo XVIII AC, estableció leyes para uniformizar el castigo de los delitos y hacer justicia a los agraviados. La prevaricación, o sea el dictar una sentencia o aprobar una resolución injusta por un juez o un funcionario era castigada con la muerte. Menos mal que en Venezuela no se aplica este Código, sino que aspiramos se lleve a los tribunales a los numerosos fiscales que imputan y a jueces que sentencian por delitos inventados, así como a los funcionarios civiles y militares que aplican medidas arbitrarias.

El régimen de Maduro aprobó una ley contra el odio, pero para aplicarla solo a los opositores que se atreven a denunciar por las redes sociales a los corruptos y a quienes atropellan a la Constitución y las leyes. Por el contrario, el mismo Maduro, Diosdado Cabello, Tarek Saab, Jorge Rodríguez y otros, exponen a los opositores a ser agredidos por las fuerzas de seguridad y por sicarios rojos. Como lo hemos señalado, el blanco preferido de las agresiones es María Corina Machado, por ser la que lidera por amplio margen las encuestas de los candidatos de la oposición para elegir al que va a competir con Maduro en el 2024. Como ha sido notorio, el cobarde gobernador de Trujillo, mayor retirado del ejército Gerardo Márquez, ha tenido la desfachatez de pedirle a la población de ese estado que cuando ella vaya “la saquen a coñazos”. Afortunadamente, en todos las ciudades, pueblos y caseríos que visita la reciben con grandes manifestaciones de apoyo. Sin embargo, tememos que el odio de algún fanático o de un sicario del régimen puedan ocasionarle daño a ella y a cualquier otro opositor. La comunidad internacional debe solicitar a Maduro que desestimule esas agresiones de las cuales sería responsable.

Como (había) en botica:

Numerosos profesionales trabajan ad honorem en la elaboración de planes para la recuperación del país cuando salga Maduro. Uno de ellos es el equipo coordinado por el ingeniero petrolero Tomás Mata, quien presentó en evento organizado por Venamérica y Vapa, un plan para solucionar el déficit de energía eléctrica en el Zulia. Básicamente, el mismo consiste en aumentar la producción de gas en el campo denominado Perla, manejado por ENI y Repsol, frente a la península de Paraguaná, recuperar, operar y mantener las plantas de Termozulia, mejorar la transmisión y distribución de la electricidad. La demanda en ese estado es de unos 1.200 megavatios y el suministro es de solo 1.000 megavatios, por lo que cada día ocurren unas 85 fallas de electricidad. Estima que en dos años se pueden resolver los problemas.

El coronel Tellechea, presidente de Pdvsa, debería tener información del daño que ocasionan los derrames petroleros en el Lago de Maracaibo. Ojalá pregunte a los pescadores para que se percate de que no es un asunto visual.

La intervención del Partido Comunista de Venezuela por el sumiso Tribunal Supremo de Justicia es otro atropello.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

15/08/23

 4 min


Pedro Raúl Solórzano Peraza

En la atmósfera del planeta existen una serie de gases de efecto invernadero (GEI) que son los responsables de la existencia de la vida, sin ellos, en adecuadas proporciones, la temperatura de la tierra sería de -18°C ya que no existiría freno para detener el escape del calentamiento de la tierra por efecto del calor del sol. Por lo tanto, el efecto invernadero es un proceso natural que permite a la tierra mantener condiciones necesarias para la vida. Entonces, los GEI son necesarios, pero el problema se presenta cuando por efecto principalmente de las actividades humanas, se aumenta la concentración de algunos de estos gases en la atmósfera reteniendo más calor que el necesario, provocando que la temperatura media del planeta aumente produciendo el calentamiento global, que es causa del cambio climático. Esto ha sido denominado como el Antropoceno o la nueva era geológica motivada por el impacto del ser humano en la tierra.

El CO2 es uno de los principales gases de efecto invernadero, y sus emisiones se han venido incrementando desde la aparición de la primera revolución industrial a mediados del siglo XVIII, siendo la quema de combustibles fósiles para generación de energía la fuente más importante de estos incrementos.

La vegetación puede ser la principal herramienta natural para capturar esos excesos de CO2 en la atmósfera y frenar su efecto invernadero, ya que las plantas absorben CO2 en el proceso de fotosíntesis y también lo emiten en el proceso de respiración, siendo la diferencia entre ellos lo que va a formar parte de los tejidos de las plantas y a quedar secuestrado. Sin embargo, la fotosíntesis es solo una parte de la situación ya que ese carbono en la vegetación puede regresar al aire después que los microbios, los animales y las personas consumen las plantas. Por esa razón, mantener el carbono en el suelo o encontrar otras formas de almacenarlo puede ser tan importante como capturarlo de la atmósfera.

Se considera que una de las mejores vías para la captura de carbono atmosférico son árboles y bosques. Como ejemplo, el Servicio Forestal de los Estados Unidos ha estimado que sus bosques son capaces de secuestrar 866 millones de toneladas de carbono anualmente, que es equivalente a alrededor de 16% de las emisiones totales de ese país cada año.

Cuando los árboles, al igual que todas las plantas realizan la fotosíntesis extraen CO2 del aire, lo transforman en azúcares y liberan oxígeno. Con esos azúcares los árboles construyen madera en tallos, ramas y raíces, y así el carbono se atrapa durante largos períodos de tiempo, ya que pueden permanecer por mucho tiempo como árboles en pie y tardar años en descomponerse después que mueren.

Los suelos forestales también pueden ser buenos para capturar carbono pero depende de algunos factores externos. El caso de la selva amazónica que pareciera ser un buen lugar para el secuestro de carbono porque tiene abundantes árboles de rápido crecimiento, no lo es porque ese carbono atrapado tiene poca permanencia. Estos árboles se descomponen rápidamente en el clima cálido y húmedo, la lluvia abundante también acelera la descomposición de la materia orgánica y lava el suelo arrastrando nutrientes.

En general, los suelos pueden ser una gran herramienta para secuestrar carbono, mitigar e incluso revertir el calentamiento global. Para ello, la restauración de los suelos puede ayudar en la reducción de las emisiones de carbono y potenciar su almacenamiento a largo plazo en el subsuelo, incrementando su permanencia secuestrado.

Una de las orientaciones en la investigación actual para incrementar el secuestro de carbono de la atmósfera por medio de la vegetación, es la edición genética en plantas para aumentar su capacidad de almacenamiento de carbono. La investigación ha tomado en cuenta a los cultivos agrícolas a pesar que la captura de carbono, como ya hemos señalado, se asocia con los árboles. Se inicia este programa con cultivos que ocupan grandes superficies como arroz y sorgo, y en el futuro se extenderá a trigo y maíz. Se centra esta investigación en mejorar la fotosíntesis a las plantas para ser más eficientes en la captura de carbono de la atmósfera, en optimizar tanto el desarrollo del sistema radical para incrementar la permanencia de ese carbono en suelos y subsuelos, como de los exudados a nivel de la rizósfera promotores del secuestro de carbono. Las plantas y los microbios, además de capturar carbono de la atmósfera, pueden almacenarlo en la biomasa y en los suelos de las tierras cultivadas que ocupan una tercera parte de la superficie terrestre. De allí una de sus grandes ventajas.

Entonces, los resultados de estas nuevas investigaciones con especies de plantas cultivadas, mejorando la fotosíntesis y la permanencia del carbono retenido en los tejidos, convertiría a la agricultura en un formidable recurso para disminuir la concentración de GEI en la atmósfera y contribuir en la desaceleración del calentamiento global.

En Venezuela podemos tomar el ejemplo de las sabanas del oriente del país, principalmente en los estados Anzoátegui y Monagas, donde en forma natural existe una vegetación muy escasa representada por un estrato de gramíneas de baja altura, y algunos árboles y arbustos dispersos en pequeñas áreas de los campos. En estas condiciones, las expectativas de secuestro de carbono atmosférico son muy bajas. Si se compara esta situación con el desarrollo agrícola que existe en algunos sectores de estas sabanas orientales, con algunas prácticas conservacionistas combinadas con otras de la agricultura convencional, con genotipos mejorados en su fotosíntesis y en su sistema radical, se incrementaría significativamente el balance de secuestro y permanencia del carbono en la biomasa producida. Esto sería un aporte de la agricultura para mitigar el cambio climático.

Como corolario a esta situación se puede señalar que para acabar con esta tragedia de eventos extremos sobre la tierra se debe respetar la naturaleza, aplicar técnicas de silvicultura para la gestión de cultivos de bosques orientadas, entre otras cosas, a la conservación del medio ambiente, a la protección de cuencas hidrográficas y a la producción de bienes para la sociedad. Acabar con la deforestación desordenada, reforestar áreas degradadas para su recuperación, aplicar las mejores prácticas agrícolas conservacionistas adaptadas a cada sistema suelo-planta-clima, regenerativas de los recursos naturales, utilizar más conscientemente las áreas agrícolas indispensables para la producción de alimentos y de otros bienes para la humanidad con genotipos mejorados. En fin, utilizar la agricultura y otras disciplinas afines como una solución y no como una causa del deterioro ambiental del planeta.

Agosto 2023

 5 min


Juan Carlos Salas

Posponer la implementación del acuerdo humanitario firmado en la mesa de negociación en México solo sirve al interés del gobierno de Nicolás Maduro, que ha utilizado este retraso para tratar de reforzar su narrativa sobre las sanciones.

Este es el principal hallazgo del nuevo informe publicado por el Centro Adrienne Arsht para América Latina (AALAC) del Atlantic Council, donde además explican que en los meses transcurridos desde la firma del Acuerdo Social en noviembre, el progreso en la transferencia de fondos o la implementación de programas de asistencia ha sido lento. “Gran parte de la demora inicial parece deberse a obstáculos burocráticos dentro de una variedad de instituciones”.

Cabe recordar que el referido acuerdo estableció la base para crear una serie de programas de asistencia humanitaria y de desarrollo en distintos estados del país, financiados por activos venezolanos que han sido congelados en el extranjero por las sanciones financieras de los Estados Unidos y que deben ser administrados por organismos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En este sentido, advierten que “las Naciones Unidas están preocupadas por el riesgo reputacional de implementar un programa que ha hecho comparaciones con el controvertido Programa de Petróleo por Alimentos en Irak —, un programa que estuvo plagado de mala gestión y corrupción. Además, los funcionarios de la ONU quieren garantías de dónde están los fondos, cómo los Estados Unidos y la comunidad internacional pueden ayudar a protegerlos en el proceso de transferencia, y cómo pueden existir dentro del sistema financiero de los Estados Unidos de acuerdo con las regulaciones financieras internas de las Naciones Unidas.

Explican igualmente que el retraso de las autoridades norteamericanas es evidente y que además han cambiado de posición con respecto al fondo en varias oportunidades.

“En diciembre de 2022, el Departamento de Estado de los Estados Unidos envió una carta a las Naciones Unidas que indicaba que el gobierno de los Estados Unidos no podía garantizar completamente que el Fondo de Protección Social pudiera existir en los Estados Unidos debido a reclamos de los acreedores de deuda venezolana. Desde entonces, Estados Unidos ha cambiado de rumbo, y en mayo de 2023 la Administración de Biden envió una segunda carta a los representantes de las Naciones Unidas, esta vez garantizando que el fondo podría existir en el sistema financiero de los EE. UU. y que indicara que el riesgo de los reclamos de los acreedores era mínimo para beneficiar al pueblo venezolano. Funcionarios estadounidenses también han comenzado a trabajar con bancos europeos para identificar fondos congelados para el acuerdo”, puntualiza el informe.

El Atlantic Council señala que “comprender que la implementación del fondo llevará tiempo no debería ser una sorpresa. Las partes involucradas en la firma del acuerdo acordado deben tener claro que el progreso en negociaciones más amplias no puede ser condicionado, suspendido o retrasado por ningún aspecto derivado de la ejecución del presente acuerdo. Esto sugiere que las partes reconocieron que la implementación del Acuerdo Social no sería inmediata. Sin embargo, Estados Unidos y la comunidad internacional deben buscar una manera proactiva vías para ayudar a avanzar en su realización”.

La organización señala que este resumen de temas destaca cinco recomendaciones clave para los formuladores de políticas y los líderes de la sociedad civil en los Estados Unidos y en el extranjero para ayudar a dar forma al camino para la implementación exitosa y eficiente del Acuerdo Social de Venezuela — en tanto a corto como a largo plazo.

Esas recomendaciones son:

1. En primer lugar, es esencial reconocer que no es necesario que exista el fondo para que el dinero sancionado se canalice a la respuesta humanitaria de la ONU. Hay grandes cantidades de dinero en activos congelados retenidos en instituciones financieras de todo el mundo que podrían ser transferidas a los organismos de las Naciones Unidas de manera eficiente y segura, incluso antes de que se establezca el fondo. Estados Unidos puede y debe dejar en claro que está listo para hacerlo, poniendo la pelota en la cancha de Maduro.

2. También es necesario un nivel de coordinación más clara con las múltiples partes interesadas involucradas, incluidos los actores políticos venezolanos, los países en los que se congelan los fondos sancionados y las instituciones financieras asociadas, de modo que haya expectativas claras sobre cómo proceder. El apoyo al acuerdo y los detalles de su implementación deben comunicarse claramente.

3. Paralelamente, se debe alentar a la ONU a aprovechar su éxito en la gestión de fondos fiduciarios de donantes múltiples (MDTF, por sus siglas en inglés) durante los últimos treinta años. Si bien el acuerdo humanitario de Venezuela no está exento de riesgos, la ONU ha construido los sistemas necesarios para administrar estos mecanismos de financiamiento con transparencia y rendición de cuentas. La Oficina de Fondos Fiduciarios de Socios Múltiples de la ONU actualmente administra cerca de 100 mecanismos de financiamiento común, que representan más del 95 por ciento de todos los fondos canalizados a través de programas administrados por la ONU. Esta experiencia debe aprovecharse para garantizar que esta oportunidad histórica no se desperdicie.

4. Estados Unidos debe garantizar que los reclamos legales válidos de los acreedores no impidan la asistencia al pueblo venezolano. Algunos acreedores ya han manifestado que no reclamarán al Fondo Social, un gesto positivo que debe ser aplaudido. En última instancia, los reclamos válidos de los acreedores deben abordarse pero mantenerse separados de los esfuerzos para resolver la crisis humanitaria.

5. Finalmente, EE.UU. y los aliados internacionales deben comprometerse con una estrategia de comunicación coordinada. La reunión de julio de diplomáticos de la UE y América Latina con negociadores venezolanos en Bruselas, y la conferencia sobre Venezuela en Bogotá en abril, demuestran que cuando la comunidad internacional está en sintonía puede enviar un mensaje poderoso en apoyo de las negociaciones.

11 de agosto 2023

Con información del Atlantic Council

https://hispanopost.com/atlantic-council-posponer-la-implementacion-del-...

 4 min


Jesús Elorza G.

La ministra de educación, cada vez que le tocaba presentarle el balance escolar a su camarada presidente, no dejaba de mostrar su estado de nerviosismo e inconformidad con los soportes estadísticos que mostraban los informes de las diferentes dependencias de su despacho. En el 2021-2022 me correspondió calarme todo lo negativo causado por la pandemia del Covid en el sector escolar, se decía a sí misma a cada rato. Y ahora, leyendo lo relacionado con el periodo 2022-2023 me consigo, entre otros datos, que en el sistema educativo público, 74,7% de las escuelas básicas se encontraba altamente deteriorada en su planta física y 78,5% no contaba con un suministro regular de agua. El 56% de los docentes se retiró del sistema, por exiguos salarios, malas condiciones de trabajo y desvío de los objetivos educativos, ocasionando que 73,0% de las escuelas presentara déficits de maestros y profesores.

Con este inicio, en el informe final del balance del año escolar me puedo imaginar lo que sigue en las próximas páginas. Y con las manos sudorosas, acompañadas de un ligero temblor, continuo con la lectura: la población estudiantil de primaria y bachillerato fue de 5.4 millones que comparados con los 7,71 millones que estaban inscritos en el periodo anterior; nos indica que más de 2 millones de niños y adolescentes abandonaron las aulas. En cuanto a las causas de la inasistencia escolar, tenemos que las más comunes son la falta de comida en el hogar (78,3%), la falta de servicios básicos (56,7%), no poder costear los implementos (55,5%), razones de salud (44,4%), porque debe ayudar en las tareas del hogar (43,7%), porque el alumno no quiso seguir estudiando (43,5%), porque el alumno no lo considera importante (39,7%) y por el costo del transporte (25.9%).

En este punto, también resalta que el Programa de Alimentación Escolar (PAE), ejecutado por nuestro gobierno revolucionario, funciona en 9 de cada 10 escuelas, pero sólo el 32,27% recibe el servicio todos los días de clases y 36,7% varias veces a la semana. 70,8% se limita a una comida diaria, con poca proteína y más carbohidratos. 90% de los planteles no cuenta con los suministros necesarios de alimentos, además de la falta de utensilios y el mal estado de las áreas de cocina y comedor.

La ministra estaba a punto de colapsar, no por las aberrantes cifras, sino por tener la certeza que al presentar este desastre la iban a botar del cargo. Sin embargo, armándose de valor siguió leyendo con la esperanza de encontrar una salida a estas negativas cifras: por retrasos en el pago del bono vacacional las clases no pudieron iniciarse en el mes de septiembre 2022 lo que generó que el inicio de las clases comenzara en el mes de octubre. La no atención y solución a los reclamos de los docentes provocaron que, a partir del 9 de enero hasta el día de hoy, los educadores activaran los mecanismos de acciones gremiales para reclamar sus derechos laborales. Desde el ministerio se intentó establecer “El Horario Mosaico” para tratar de solventar las consecuencias del conflicto laboral. Pero, esta medida solo significó apenas 48 días de clases. El 40 % de lo que realmente deberían asistir (…) El efecto de no ir a clases trae pérdida de aprendizaje, pero cuando es tan marcado trae pobreza de aprendizaje y por eso vemos que hay niños de tercer grado que no saben leer.

Coño, estoy botada, ni Mandrake me salva. He debido discutir y aprobarles ese contrato a los educadores y hoy otro gallo cantaría…pero, con este balance estoy jodida.

Durante ese lamento, entró al despacho de la ministra una de sus asistentes que, al verla tan decaída, le dijo, tranquila camarada, ese desastre es consecuencia del bloqueo imperialista y oligarca que pretende acabar con nuestra revolución …, no le pare a ese informe, la culpa es de la oposición. no de nuestro eficiente gobierno.

Tienes razón mi amor, respondió la ministra, pero ese disco del bloqueo está rayado y la respuesta de la oposición ya la conozco “No es bloqueo/es saqueo. Hay que inventar otra vaina. Sigamos leyendo a ver que se nos ocurre: en el caso de la Educación Superior, sufrimos una enorme emigración de profesores, disminución notable de alumnos, desmantelamiento de la infraestructura, cerco presupuestario, salarios-jubilaciones y pensiones de hambre (en su creciente protesta los docentes reclaman un mejor salario, que oscile en el orden de los 500 dólares mensuales o su equivalente al costo de la Canasta Básica Alimentaria), ausencia de programas de protección social, inexistencia de comedores, falta de transporte, carencia de seguros médicos, quiebra de las Cajas de Ahorro y de los Institutos de Previsión Social lo cual incide dramáticamente en la calidad de la formación. Estos efectos perjudiciales pueden trascender en más de una generación. La deserción de estudiantes es mucho más alarmante, por ejemplo, permítame camarada presidente decirle que, en el caso de la UPEL (Universidad Pedagógica Experimental Libertador), la matricula pasó de 13.000 estudiantes a solo 3.000.

Listo, se me prendió el bombillo gritaba la ministra. La forma de superar ese informe será la de agregarle a las consecuencias del bloqueo, el establecimiento de nuevas Mesas Técnicas para la discusión, oigan bien discusión, no confundan con aprobación, de la nueva y revolucionaria Convención Colectiva. Eso sí, debemos dejar en claro que solo participaran en esa mesa técnica las Federaciones Bolivarianas, las de la oposición que se vayan a lavar ese paltó. Además, el camarada presidente anunciará al país la puesta en marcha del Nuevo Diseño Curricular para la Educación Revolucionaria y segura estoy, decía muy emotiva la ministra, que eso distraerá la atención de los educadores y el país en general…y nosotros solo estaremos concentrados en los preparativos para las elecciones del 2024.

A la mañana siguiente, en el despacho del camarada presidente al terminar de presentar el balance del desastre escolar 2022-2023, solo se le escuchó decir a Nicolás, ministra usted sigue firme y enchufada en mi gobierno. Con su balance seguiremos adelante…Venceremos.

 4 min


Benjamín Tripier

La deuda externa impaga de Venezuela, tiene varios componentes, tales como los bonos de la República y de Pdvsa, los fallos en contra del Ciadi y de los de tribunales en EE UU, y las de Cadivi (deuda privada externa), China, Rusia, bancos y otros, todo junto sumando alrededor de 250 mil millones de dólares.

Nuestro PIB actual ronda los 60 mil millones de dólares, por lo que nuestra deuda externa cuadriplica nuestro nivel de actividad… más o menos… porque sin cifras oficiales, todo el tiempo hay que estar triangulando y estimando.

Un manejo razonable de la economía aconsejaría, para un país como el nuestro, que su deuda no superara 30% de su PBI, para mantener ciertos equilibrios macroeconómicos, que pudieran reflejarse en bienestar para su población; por lo que nuestra deuda, en normalidad, debería estar alrededor de los 20 mil millones de dólares.

Esa diferencia es la que se refleja en el valor de mercado de la deuda (entre 2% y 9% de su valor facial) y en nuestra vida diaria con mucha pobreza, fallas en los servicios públicos, y, para poder manejar la situación, una gran debilidad institucional, cuya consecuencia más visible es la corrupción y la informalidad. Lo cual funciona como un lastre que nos mantiene siempre en el fondo del pozo.

Es como si en una familia siempre estuvieran endeudados, pero intentando mostrar un alto nivel de vida, pero que solo un par de miembros pueden sostener, mientras que el resto, la mayoría, vive en la miseria. Pero de eso no se habla… solo se muestra el pseudo bienestar de unos pocos, y se esconde la miseria de los muy muchos. Y para colmo, ponen “cara de tabla” y se enojan cuando los sancionan o les quieren cobrar.

En el caso concreto de la deuda soberana y de Pdvsa, los protocolos son más precisos, y, a los casos usuales de default, como ya ocurrió con Argentina y Ecuador, hay que sumarle el tema de las sanciones, porque no tenemos un gobierno amigo de EE UU, y nos consideran una “amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad interior”, por lo que el tratamiento que nos hacen es el de un país enemigo… como Corea del Norte o Irán.

Por eso, a veces, parece extraño que los opinadores excluyan de sus análisis ese hecho… el que nos consideren sus enemigos, y que, por esa razón, nunca permitirán que el gobierno tenga el mínimo excedente financiero, porque lo podrían usar en contra de EE UU. Y es por eso que la OFAC, que es la administradora de las sanciones financieras y operativas, hace tanto énfasis en que no quede ningún acceso de dólares a la tesorería nacional o de PDVSA. Caso Chevrón, y caso Trinidad & Tobago. Y ese concepto será extendido a cualquier comfort letter que permita alguna liberalidad, especialmente en el campo petrolero.

En el marco anterior, hay que entender que los bonos de deuda externa fueron emitidos bajo la jurisdicción de Nueva York, y que es en sus tribunales donde se dirimen las controversias derivadas de esa deuda, especialmente cuando no se pagó y se declaró el default. A partir del momento del impago, comenzaron a correr plazos de prescripción, que, para ese tipo de tema y en esa jurisdicción, se produce a los seis años del último impago.

El último pago de esa deuda se produjo en 2017, así como el primer impago, fecha a partir de la cual se comienzan a contar los seis años para que se aplique automáticamente, el statute of limitations, que es una ley que establece el tiempo máximo que las partes involucradas en una disputa tienen para iniciar un proceso judicial a partir de la fecha de un presunto delito, ya sea civil o penal.

El período de tiempo que el estatuto permite que una víctima (en este caso el tenedor de un bono que compró de buena fe, creyendo que iba a cobrar ese dinero) inicie una acción legal contra el deudor, que se comprometió a pagarlo y que ahora no lo hace; puede variar según la jurisdicción y la naturaleza del delito. Los defensores de los estatutos de limitaciones creen que son necesarios porque después de un tiempo, se pueden perder pruebas importantes. y los recuerdos de los testigos pueden volverse confusos.

O sea que, pasados los seis años del último impago, quien no inició una acción legal para cobrar ese instrumento, pierde las posibilidades de hacerlo y queda en manos de la buena voluntad del deudor; si quiere pagarle, cuándo y cuánto. Mientras que, demandando, se asegura de tener una sentencia que obliga al deudor a pagar, y no solo eso, sino que le asegura unos intereses compensatorios, así como le aumenta el valor nominal, hasta 200%. O sea que el acreedor, protege su inversión, la cual, de otra manera, prácticamente estaría perdida.

El deudor podría extender los plazos, dando tiempo a que se llegue a alguna negociación para el pago. Tal como hizo el gobierno de Venezuela unos meses atrás, y como se dice que está haciendo la AN de 2015. Para el primer caso, al no ser el gobierno de Venezuela reconocido en NYC, es como si no hubiera extendido el plazo, porque para esa jurisdicción, el statute of limitations es automático, a menos que alguien lo suspenda, y para ellos, ese alguien no es reconocido.

Para el segundo caso, el intento de la AN 2015, se entiende que para extender los plazos debe haber una voluntad ejecutiva, la cual se extinguió cuando disolvieron el interinato, que era la autoridad ejecutiva venezolana, reconocida por el gobierno de EE UU. Por lo que parece que esta vía de extensión de plazos, tampoco vaya a funcionar, por tratarse de un órgano legislativo; el cual, si bien está reconocido por EE UU, lo está en su carácter de legislativo.

Y suponiendo que se llegue a algún entendimiento y se le permita extender los plazos, esa extensión sería tan vulnerable, que fácilmente, en el futuro, se podría pedir su nulidad.

Tal como les decía, suponiendo que para cuando llegue el momento de reestructurar la deuda, y que el FMI se convierta en el articulador, es posible que, por las expectativas generadas por el cambio de rumbo que dio lugar a que la deuda se renegocie, nuestro PBI aumente, y alcance los 100 mil millones de dólares. Por lo que, si hay que hacer “calzar” los 250 mil millones que debemos en 30% de ese PBI, que serían 30 mil millones, entonces, el valor de la deuda caería desde 250 a 30 mil millones de dólares.

Y la lista de prioridades para cobrar, colocaría necesariamente de primeros en la cola, a aquellos que cuenten con una sentencia firme, porque son los que tendrían el derecho para embargar o cualquier otro método que haga que su inversión no se pierda.

Mencioné al demonizado FMI, porque será el actor necesario que dará confianza al mercado, no solo para las condiciones de reestructuración, sino también para extender los créditos puente, y habilitar la inversión extranjera, sin la cual nunca podremos salir del pazo que les decía. Alguien dijo esta semana que hacían falta 500 mil millones de dólares para rescatar al país. No sé si ese es el número, pero puedo pensar que es un mínimo a ser inyectado a lo largo de una década, pero en condiciones de empresa privada, mercado y de libertad económica, evitando volver a caer en el, ahora, tristemente célebre “Estado empresario”.

Político

A medida que pasa el tiempo y se acercan las fechas clave, como las primarias opositoras, y más tarde las elecciones presidenciales, se percibe una mayor permeabilidad de la gente hacia el tema de la política. Hay que recordar que, tan solo un par de meses atrás, había una profunda desvinculación entre la gigantesca base opositora, y sus dirigentes, la mayoría de ellos en Caracas o en el exterior. Y solo unos pocos recorrían el país y se interesaban por sus problemas.

Entonces yo les anticipaba que cuando quisieran buscar sus votos, iban a encontrar un rechazo derivado del abandono y el desinterés que mostraron hacia las bases. Se ocuparon de eliminar el interinato y execrar al único que sí recorrió el país y dio la cara –Juan Guaidó– en vez a hacer política incluyente, y acompañar a la gente en, tal vez, la época más negra de la historia, que es la que están viviendo hoy en día los pobres y el interior del país. Y el mejor reflejo de lo anterior es el alto nivel de rechazo, y la baja aceptación que tienen los políticos en general, pero los opositores en particular.

Claro… hay que sacar del lote anterior a María Corina Machado, cuyo nivel de aceptación se refleja en un trabajo de Meganálisis (que no difiere mucho de otras encuestadoras, tanto del chavismo, como de oposición) que le pregunta a 76,1% que no votaría por Maduro y el chavismo, en una elección presidencial, “por cuál de los 13 candidatos inscritos en las primarias votaría usted en esas primarias”. Y la respuesta fue 65,36% para María Corina Machado, 8,77% para Capriles, y 8,62% para Delsa Solórzano; Andrés Velásquez 4,69%, César Pérez Vivas 4,24%, Carlos Prosperi 3,18%, Roberto Enríquez 1,97%, Freddy Superlano 1,82%, y los cinco candidatos restantes 1,36%.

Y ya a estas alturas podemos pensar que los números de María Corina Machado no son los de un efecto espuma, sino que cada día se ve más consolidada, y sería razonable que el resto de los candidatos, a la luz de sus propios números y de las diferencias abismales, dejen los resentimientos y las envidias de lado, y se dediquen a apoyarla, y a aportar ideas.

Porque hay que estar claros que en esta elección los partidos están desdibujados, y todo gira alrededor de personas… de las personas que les mencioné más arriba. Y casi pueden estar seguros que cualquier opositor que se haya “guardado” para las presidenciales, sin pasar por primarias, debe estar por debajo de los números de Capriles y Solórzano.

Y lo anterior es natural, porque la gente que estaba desencantada de los políticos, ahora se encontró con una líder que los representa, y los atrae nuevamente al ruedo político. Cada día que pasa hay más gente que abandona el escepticismo, y asume una actitud más activa, lo cual conspira contra la abstención; si tuviéramos que mirar el futuro desde las tendencias que se van percibiendo, la abstención está tendiendo a cero, sin importar las trabas que el gobierno pueda intentar para desanimar.

Ahora todo depende de cómo María Corina maneje las diferentes situaciones que se le irán presentando, tanto de cara al chavismo, como de cara al resto de los opositores. Porque tenemos que estar claros que la gente, la gigantesca base opositora, está muy susceptible a señales confusas y con las que no se sientan identificados. Por ejemplo, ciertos nombramientos en los grupos que la apoyan, despertaron resquemores, por tener pasados controversiales. Debería apostar a gente con más futuro que pasado…

Y también ya debería estar claro que el tema de inhabilitar a María Corina, no conduciría a que pongan a otro en su lugar, porque la gente no está votando por la oposición, sino por ella, como persona individual. Y tratar de extrapolar el caso Barinas es un error, porque en barinas no votaban a favor de los candidatos, sino en contra del chavismo.

Mientras que, en este caso, ocurre todo lo contrario: votan por ella…

Social

Hoy no hay señales de violencia social. Hay desencanto, descontento y desesperanza. Pero al mismo tiempo hay una necesidad de expresarse que aún no está madura. Pero lo estará.

En la medida que la gente vaya sustituyendo escepticismo por proactividad, también va a ir liberando fuerzas renovadoras que podrían sacarlos de sus casas y regresarlos a las calles. Porque el tema María Corina, si bien es político, es esencialmente social, y relacionado antropológicamente a la sociedad y su transformación y comportamiento.

Que no son estáticos, sino que, por el contrario, son dinámicos y cambiantes, no solo desde lo perceptivo sino principalmente en su topología, con los cambios en la pirámide socio demográfica, la pérdida del bono demográfico, la juventud extendida, y los espacios nuevos que hay que cubrir, y que, en este momento, no tenemos cómo hacerlo.

Cuando la población se entusiasme nuevamente, no será solo saliendo a votar contra vientos y mareas, sino también tratando de recuperar los espacios que el miedo y la pobreza les ha hecho perder. Por eso es tan importante el rol relevante que ha ido tomando María Corina, que va más allá de una candidatura, porque lo que está quedando claro es que se está construyendo un liderazgo -ya sea que haya o no haya primarias o presidenciales- que marque el camino “hasta el final”.

Económico

Con las reuniones entre gobierno y empresarios, por el momento, una vez más, estamos en la etapa en la cual “el papel aguanta todo”, que descomprime y mediatiza los temores de lo que todos intuimos que es, mayor intervención del Estado en la economía. Se nota en el tema de tasas, impuestos y aranceles a la importación, los cuales, en un país como el nuestro, esencialmente importador, se transfiere directa y linealmente a los precios.

Y como del otro lado de un precio está un consumidor con sueldos casi congelados ya por dos años, el resultado se refleja en caída del consumo, aumento de inventarios, baja en la importación, achicamiento de las empresas, y los despidos consecuencia de todo lo anterior.

Más allá de las reuniones y las palabras bonitas y halagüeñas de lado y lado, la realidad es que la presión tributaria neta se va a incrementar, aunque más ordenada y previsible por lo de la armonización tributaria, pese a que las tasas y aranceles se comienzan a hacer sentir.

Y lo anterior es tan así, que los importadores están inclinándose al esquema “bodegón”, y esperar a ver si el mercado aguanta la formalización de los costos y gastos, que son los que, en definitiva, pondrán el piso al sistema de precios, y ayudarán a decidir si se sigue en el negocio, o se deja.

Porque hoy estamos en un momento de toma de decisiones e inflexión, porque el mercado ha mutado, mientras que la capacidad instalada, por sus características, es más rígida y más difícil de modificar. Pero habrá que hacerlo; habrá que ver cuál es la capacidad para sostener una oferta fija de bienes y servicios, cuando el mercado, a los gritos, está pidiendo cambios como para poder alinear la oferta con la demanda, y lograr que, en ese momento único, en el que se cruzan la oferta y la demanda, en cada transacción, en un mostrador, se logra que la operación se complete y se cierre.

Si la oferta es en paquetes de 1 kilogramo, pero el cliente tiene dinero solo para comprar 100 gramos, entonces, si cada uno se ancla en su postura, esa transacción nunca se va a concretar. Ahora, si el oferente estuviera dispuesto a venderle los 100 gramos que el cliente puede pagar, bueno, ya hubo un progreso, y el inventario, poco a poco comenzará a rotar, el flujo de caja comenzará a moverse, y el cliente podrá comprar lo que necesita, y puede pagar.

Hoy es el momento de “refrescar la estrategia” de cada empresa, de forma tal de confirmar o ajustar el rumbo que llevaba. Lo cierto es que lo peor que puede hacerse, es no hacer nada…

Internacional

El asesinato en Quito del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio ha dado la vuelta al mundo y ha generado suspicacias sobre los motivos y los posibles responsables. Es posible que, como ha ocurrido en el pasado, que nunca se sepa la verdad. Pero ya la opinión pública, desde el momento cero, tuvo algún nombre top of mind, y eso es lo que contará para las elecciones de la semana próxima. Y ese nombre, es el que perderá votos.

Sin tanta visibilidad global, en Argentina hubo tres muertos en dos días, a tres días de las PASO, las cuales, si bien ya son parte del paisaje diario del cordón urbano de Buenos Aires, en este caso, al tratarse de una niña de 11 años que murió defendiendo la mochila con sus libros de escuela y su celular, se lo atribuyen al gobierno, porque la ambulancia llegó 20 minutos tarde, y la policía 40 minutos tarde.

Ese caso, más un médico asesinado y un piquetero que murió de un infarto, terminan como responsabilidad del gobierno, que perdió gobernabilidad en muchos campos, entre los cuales está la seguridad personal. El ministro de seguridad dijo “ese no es mi problema” … bueno… que se puede esperar entonces.

Y como la violencia política en la región, liderada por el caso de Nicaragua, podría extenderse, hay que estar atentos a nuestro caso venezolano, donde el gobierno debería poner especial protección a la candidata María Corina Machado, que lidera las encuestas, porque ya un gobernador del chavismo, la amenazó con golpearla, él y toda su gente.

Este domingo 13 de agosto son las PASO en Argentina, donde se espera que el candidato presidencial del gobierno, y actual ministro de economía, no haga un buen papel; es posible que el día lunes 14 de agosto, haya respuestas de los mercados y los indicadores económicos desmejoren. Lo que no está claro es si desmejorarán mucho o poco, pero seguro que desmejorarán. Con el indicador bandera que es el llamado dólar blue.

En agosto de 2019, cuando Macri perdió las PASO, el dólar, que estaba a $ 40, saltó a $ 60… si ocurriera algo proporcional, iríamos en camino a los $ 1.000 por dólar para fin de año, lo cual tendría un impacto equivalente en la inflación. El dólar oficial cuesta la mitad con $ 296, pero solo unos pocos lo consiguen, y es una potencial fuente de corrupción y arbitraje.

Recomendación

  • Al gobierno: que las reuniones que se están dando entre el gobierno y las organizaciones empresariales, deben convertirse en proyectos concretos, con tareas, tiempos y productos tangibles a obtener. No hay que olvidar que las gacetas y las autoridades únicas no son las que producen los negocios, sino que son las empresas privadas. Y si estas no pueden hacerlo sin que el gobierno intervenga, entonces, lo más probable es que se queden en letra muerta.
  • A la dirigencia opositora: que revisen su estrategia en términos de escenarios posibles, en la claridad de que solo habría una elección presidencial competitiva, si María Corina Machado compite, porque, según parece, solo ella será capaz de sacar a la gente de sus casas y ponerlas a votar.
  • A la dirigencia empresarial: que prepare una estrategia exportadora y comience a enviar misiones comerciales privadas a los diferentes mercados potenciales, import/export. Y convoque a las cámaras binacionales en la definición y ejecución de esa estrategia. Sigue siendo el momento de la empresa privada que debe cuidarse en no caer en juegos de política que tanto daño le han hecho al país. Recordar que las sanciones son para el gobierno, y que los empresarios sufren los daños colaterales; que poco a poco se han ido solventando.
  • E-mail: btripier@ntn-consultores.com
  • Instagram: @benjamintripier
  • Twitter: @btripier

https://www.elnacional.com/venezuela/analisis-de-entorno-el-futuro-va-to...

 14 min


Fernando Mires

Las guerras suelen ser populares solo en sus inicios. Por lo general se desatan olas de fervor patriótico cuando parten los primeros combatientes. Pero, si a medida que transcurre el tiempo no se observan resultados efectivos, la popularidad de la guerra, lo que es muy obvio, comienza a declinar. Esa es la razón por la que Putin y su círculo militar han llegado a la conclusión de que la población europea, acostumbrada a una vida apacible y consumidora, no iba a soportar durante mucho tiempo el mantenimiento del costoso apoyo militar a Ucrania, máxime si –y con eso también calcula el dictador– existen sectores políticos occidentales dispuestos a explotar cualquiera contingencia para desprestigiar a sus respectivos gobiernos y así aumentar sus cuotas de poder.

No enviar armas a Ucrania, por ejemplo, ha sido una de las consignas «pacifistas» de los extremos políticos en cada nación europea. Problemas existentes antes de la guerra, entre ellos las migraciones, tendencias inflacionarias, disminución del salario real, son atizados no solo por sectores fascistizados, afines ideológicamente a Putin, sino además por políticos oportunistas que culpan a la guerra en Ucrania de todos los problemas habidos y por haber. Comentarios como «esta guerra no es la nuestra» comienzan a ser escuchados por doquier. Líderes putinistas como Alice Waidel y Marine Le Pen agitan desde sus respectivos extremos en contra de la solidaridad que ejercen los gobiernos democráticos a favor del invadido país.

Es cierto que los países occidentales no han ido a la guerra, pero cual más cual menos todos están involucrados en ella, así como casi todos sus gobiernos, salvo el de Hungría, o el de Brasil (suponiendo que el de Lula sea un gobierno occidental), han manifestado su más decidido apoyo a la causa ucraniana.

¿Por qué apoyamos a Ucrania? Ha preguntado en su más reciente artículo Michael Walzer, uno de los más sensibles filósofos políticos de los EE UU. Walzer aduce tres razones: las geopolíticas o geoestratégicas, cuyo objetivo es debilitar al imperio ruso (y su aliado más estrecho, el imperio chino, podríamos agregar); las morales, cuyo objetivo es castigar a un agresor que ha hecho caso omiso de todas las resoluciones internacionales dictadas después de la segunda guerra mundial; y las ideológicas, a las que aquí llamamos, políticas propiamente tales. Walzer se detiene a analizar las últimas pues son las que tienen que ver con sentimientos, emociones y pensamientos de los ciudadanos de su país.

Y bien, según el conocido filósofo, el avance de Rusia hacia Ucrania es parte de una ofensiva general de los países antidemocráticos en contra del Occidente político. Luego, la solidaridad con Ucrania no solo debe ser simbólica pues deviene de la conveniencia práctica de todos los ciudadanos que viven en esa nación democrática llamada EE UU, la que por su potencial económico y militar está llamada a jugar un papel hegemónico a escala mundial. O como dijo Michael Ignatieff, a ser y actuar como un imperio, aún en contra de su voluntad.

Quien es solidario con su democracia, ha de serlo con todas las naciones democráticas, parecería ser, de acuerdo a la terminología de Kant, un imperativo categórico moral de nuestro tiempo. No obstante, siguiendo al mismo Kant, «para que un imperativo impere» se requiere de una razón que, enlazando con la razón pura, devenga en razón práctica, vale decir, en una razón percibida como conveniente. O como especificaba el mismo Kant en el apartado II de su Crítica a la Razón Práctica, en una que ha de llevar a la razón pura al uso práctico en donde una ampliación (Erweiterung) de «lo especulativo en sí, ya no es (más) posible». En términos menos filosóficos, cuando llega ese momento en que lo posible se convierte en necesario. En ese mismo sentido kantiano argumenta Walzer al explicar a sus lectores que la solidaridad no puramente simbólica con Ucrania conviene a los ciudadanos de su país en términos muy reales, es decir, muy prácticos

«Defender a Ucrania es tanto como fortalecer la democracia en nuestros países y en cualquier parte del mund», escribe Walzer. En ese sentido Walzer da fundamento pensante a la premisa del presidente Biden relativa a que el mundo vive una contradicción entre democracias y autocracias. Desde el punto de vista político, una polaridad.

En el marco de esa polaridad, Rusia, como China, busca aumentar el espacio de su esfera de influencia. La diferencia es que esa esfera es para Rusia predominantemente territorial y para China más económica que territorial.

Los EE UU, ese es el meollo práctico de la guerra según Walzer, apoyan a Ucrania para, si no aumentar, por lo menos defender el espacio de su propia zona de influencia. Mientras más democrático sea el mundo, mejor le irá a los EE UU, piensa Walzer. Lo que es obvio: nunca, o casi nunca, ha habido guerras entre países democráticos. No así para el polo autocrático cuya expansión depende, por lo menos para Rusia, de su poder militar, no del político y mucho menos del cultural.

Desde esa óptica, Xi necesita a Putin como aliado militar pues la invasión rusa a Ucrania, al frenar la ampliación territorial del polo democrático, colabora con la mantención del polo autocrático donde China ejerce indiscutida hegemonía económica la que, en el marco de un nuevo orden mundial –esa es sin duda la visión de Xi Jinping– podría llegar a ser política. En ese contexto, el nuevo orden mundial propagado por la izquierda antidemocrática occidental significaría en la práctica no una multipolaridad entre naciones económicamente ascendentes, sino la unipolaridad china (y en parte rusa) sobre un espacio antidemocrático en expansión.

Defender la zona de influencia norteamericana es, para Walzer, defender el espacio democrático mundial y con ello, el bienestar de los propios ciudadanos norteamericanos. La razón pura deviene entonces en razón moral y la moral en razón práctica. Cuando estas tres razones no discrepan, la razón, no solo la kantiana, será cada vez más razonable. Sobre todo lo es, si aceptamos de una vez por todas, la premisa de que la guerra que Occidente apoya en Ucrania tiene un carácter antiimperial y, por lo mismo, defensivo.

No ha sido la expansión de la OTAN la razón que ha llevado a la expansión de la democracia en Europa, sino la expansión de la democracia, sobre todo la que devino del colapso de la URSS y las correspondientes revoluciones democráticas en los países del este, la razón que ha llevado a la expansión de la OTAN.

Con un mínimo de empatía hacia los sufridos países del este europeo, podemos entender así por qué todos, todos sin excepción, han solicitado ingresar a la OTAN. Poner esta premisa al revés, como hacen los putinistas internacionales, a saber, que ha sido la expansión norteamericana a través de la OTAN el motivo que ha provocado la guerra de Rusia a Ucrania, no solo es pura ideología, es maldad pura o, para usar la terminología de Kant, es “maldad radical”.

Lamentablemente, a Ucrania – uno de los países que más luchó para obtener su independencia nacional después del desplome de la URSS, y uno de los que ha hecho más esfuerzos por consolidar una democracia estable en diferentes episodios («revolución naranja» del 2004, revolución de Maidán del 2013, entre otros)– le ha sido negado su ingreso a la OTAN por razones geopolíticas (y en el caso de algunos gobiernos europeos –en primera línea los de Schröder y Merkel en Alemania – por razones económicas). Desde ese punto de vista, Occidente arrastra una culpa moral con relación a Ucrania. Si no más fuera por eso, la solidaridad euro-occidental hacia Ucrania estaría plenamente justificada y, por lo tanto, no debería ser materia de discusión.

Pero además de la razón moral, existe una razón geoestratégica que conduce a una razón política. La razón geoestratégica, impedir que Rusia, y con ello China, amplíen su espacio de dominación territorial y militar en el mundo, está clara. Pero la razón política, impedir que las antidemocracias impongan su hegemonía política mundial, incluso al interior de las naciones occidentales, no está tan clara, y eso llevó a Walzer a escribir sobre el tema.

Bloquear el avance de naciones y organizaciones antidemocráticas se ha convertido en una tarea política fundamental del momento. Por eso, cada elección que tiene lugar en cualquier país de Europa, en los EE UU, e incluso en América Latina, es seguida con un interés, más todavía, con una pasión que antes no existía.

Como hemos subrayado en otro texto, lo local es hoy políticamente global y lo global es políticamente local. Sin embargo, lo que a personas como Walzer aparece muy claro, no lo es para una cantidad de políticos y gobiernos que siguen pensando en que la entrega de armas es solo un acto de solidaridad con Ucrania y no con ellos mismos. De otra manera no se explica el regateo de armas de algunos gobiernos, o los anuncios de entregas de armas hechos con ruido ostentoso, como para demostrar al mundo cuan generosos son esos gobiernos con una pobre nación agredida.

En breve, esos gobiernos no se asumen como partes de la guerra, sino como simples observadores que apoyan a un determinado bando debido a razones principalmente humanitarias y ante los cuales Zelenski no solo debería estar agradecido, sino, además, debería expresarlo todos los días. Así lo dijo el ministro de defensa británico Wallace, así lo dijo después el secretario de estado del gobierno polaco Marcin Przidacz. Tuvo que intervenir el subdirector de la Oficina del presidente de Ucrania, Andrii Sybiha para poner las cosas en su lugar: «Son los ucranianos quienes están protegiendo los valores y la seguridad de nuestra región, y también lo hacen en interés de Polonia y de todo el mundo libre». Y para que lo entendieran mejor, agregó que apoyar a Ucrania no es caridad, sino una inversión.

Pocos son los gobiernos, solamente los del este europeo, los que se atreven a decir la verdad sin ropas: la de que no estar en guerra no significa no estar en la guerra, la de que defendiendo a Ucrania se están defendiendo a sí mismos, la de que no son espectadores sino actores. Por lo demás, y como para que nadie lo olvide, Putin no se cansa de decir que la guerra en Ucrania es en contra de Occidente.

Cierto, la guerra no es en contra del Occidente de Putin (ateo, libertino, culturalmente decadente) Es algo todavía peor: es contra el Occidente político, es decir, contra los derechos humanos, contra las constituciones, contra el sistema de partidos, contra las elecciones libres, contra la libertad sexual, contra la libertad de opinión y de prensa, es decir, contra todo lo que está prohibido en China, Rusia, Irán, Corea del Norte, y otros países cuyos jerarcas imaginan ser conductores del llamado “Sur Global”, sucesor ideológico de ese Tercer Mundo “antimperialista” al que invocaban ayer Mao, Stalin y Castro.

En América Latina al menos debería saberse: mientras más abyectos son los regímenes autocráticos del subcontinente, más grande es el apoyo que estos manifiestan al régimen de Putin.

Que una guerra produce cansancio, que la visión de batallas interminables termina por aburrir a los televidentes, y que la solidaridad declina con el paso del tiempo, es algo perfectamente explicable y, además, comprensible. Probablemente el cansancio, más aún, la indignación en Rusia, es mucho más grande, sobre todo cuando aparecen las redadas que arrancan a los jóvenes de sus casas para llevarlos, por medio de un reclutamiento forzoso, a morir en los campos de batalla de Ucrania. El hecho de que cuando la rebelión de los mercenarios comandados por Prigoshyn avanzaba hacia Moscú, nadie saliera a las calles a dar su apoyo a Putin, demostró que el tiempo no solo está jugando en contra de Occidente sino también, y tal vez mucho más, en contra del régimen ruso.

Sabemos, al estudiar guerras pretéritas, que estas se ganan no solo en el frente militar sino también en el político. O para ser más claros, no solo en el frente externo sino también en el interno. Sabemos que en el primero son responsables los generales y en el segundo los políticos, sobre todo cuando son gobernantes. Sabemos que en el frente externo –y de eso no cabe duda– los generales ucranianos han cumplido perfectamente su tarea. Resistir un año y medio al ejército mejor armado y más numeroso del mundo, ya es una de las más grandes hazañas militares de las que se tiene noticia en la historia mundial. Pero también, y no por último, sabemos que en el frente interno no todos los gobernantes han estado a la altura de estadistas, entendiendo por estadistas no a los desquiciados que se preocupan del futuro lejano (a lo Putin), sino a los que saben comunicar a sus pueblos, en palabras simples y sencillas, las razones de la guerra que tiene lugar en estos momentos en Ucrania, la que involucra y seguirá involucrando más y más, a todo el mundo democrático.

Hoy la lucha por la democracia mundial se libra en la guerra de liberación nacional de Ucrania. Mañana tendrá lugar en otro país. Desde las revoluciones madres, la norteamericana y la francesa, la democracia avanza a través de una ruta marcada con sangre y con balas. No es lo que uno más quisiera. Pero es así.

Twitter: @FernandoMiresOl

Referencias:

Immanuel Kant – KRITIK DER PRAKTISCHEN VERNUNFT, Werke 3, Könemann, Köln 1995

Michael Walzer – NUESTRA UCRANIA (polisfmires.blogspot.com)

Fernando Mires – GLOBAL Y LOCAL (polisfmires.blogspot.com)

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

 10 min