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Opinión

Fernando Mires

Vale insistir sobre el tema. Si no entendemos el carácter de la invasión de Rusia a Ucrania, no podremos entender lo que sucederá después de la guerra, cualquiera sea su resultado final. Ese carácter lo ha definido Putin en diversas ocasiones, y no es otro sino reconstituir la condición imperial de Rusia a fin de llevarla al nivel de 1989, antes de la aparición de Gorbachov y su Perestroika. Proyecto que a su vez se encuentra inserto en un marco suprahistórico que Putin y, su a veces aliado Xi Jinping, han denominado “nuevo orden mundial”. Un orden que puede ser cualquier cosa, menos nuevo. En realidad se trata del restablecimiento del antiguo orden bi-polar de la Guerra Fría. En fin, un “nuevo- viejo- orden” al que tanto China como Rusia quisieran dirigir, lo que los llevaría a toparse entre sí en diversas regiones, sobre todo en Asia Central y en el Oriente Medio.

LA DEMOCRACIA COMO PRODUCTO OCCIDENTAL

Como dijo hace poco Kissinger, la unidad china-rusa nunca podrá ser demasiado larga. El problema es que por ahora esa unidad esté dirigida en contra de lo que Xi y Putin llaman Occidente el que de acuerdo a las nociones imperiales que ambos manejan, estaría formado por los EE. UU y sus naciones “vasallas”. Entre ellos y ese Occidente hay un campo en disputa formado por sub potencias regionales con fuerte potencial cultural anti-occidental, entre ellas India, Sudáfrica, Brasil, Arabia Saudita, Egipto, Irán, las que a su vez están rodeadas por regiones pobres o empobrecidas que controlan o pretenden controlar.

Ha de tenerse en cuenta, sin embargo que, cuando ambos jerarcas hablan de Occidente, no están pensando lo mismo. Para Putin se trata de un Occidente cultural, y la guerra a Ucrania es para él solo un hito en una cruzada en contra de una “civilización decadente” donde prima la perversión, el desorden, las drogas, la homo y la trans-sexualidad. Visiones compartidas por los monjes más reaccionarios del cristianismo ortodoxo ruso así como por las sectas dictatoriales del espacio islámico. No así por Xi.

Al dictador chino importa poco la llamada cultura occidental, mucho menos si desde ella proviene una poderosa demanda comercial que hasta ahora no ha hecho más que favorecer la productividad de China y de sus aliados asiáticos. Eso quiere decir que si China busca un nuevo orden mundial, este no deberá ser cultural, ni siquiera militar, sino fundamentalmente económico. En otras palabras, el ideario del capitalista comunista Xi, apunta hacia la formación de un orden mundial con China dictando las reglas de los mercados. Si a los occidentales solo interesa drogarse, bailar y follar -como dice la propaganda islámica y ortodoxa- pues que lo hagan, pero eso sí, con drogas, vestimentas y condones producidos por empresas chinas.

Como hemos insinuado en otros textos, en la guerra de invasión a Putin, Xi intenta utilizar a Putin como amenaza hacia Occidente. Putin tendría asegurado así un lugar en el “nuevo orden económico mundial” de Xi, pero no como gerente, sino más bien como matón a sueldo, algo parecido a Kim Jong Um, pero multiplicado por 100. En cierto modo ya lo es.

Sin embargo, hay algo que preocupa por igual a ambos dictadores. Nos referimos a un producto exquisitamente occidental, más letal para ellos que una bomba atómica, un producto al que no pueden robar la patente ni el diseño. Sí, nos referimos a la por Claude Lefort llamada, invención democrática. Una invención sin la cual el mismo Occidente habría dejado de existir. Eso lleva a suponer que la razón que altera el humor de Xi y Putin, es la hegemonía política demostrada por la alianza mundial reflejada en los 141 votos de la ONU que dos veces han condenado a la invasión rusa. 141 países que por su composición cultural desmienten la controversia entre Oriente y Occidente propagada desde el Kremlin. Una alianza tácita que está más allá de las armas, de la economía y de las diversidades culturales. Pues esos 141 votos no son todos de naciones democráticas, pero, sin las naciones democráticas en la ONU - este es el quid - no habría ningún voto: ni a favor ni en contra. Los ideales democráticos continúan siendo hegemónicos (en el sentido gramsciano del término, es decir, no dominantes pero sí preeminentes). Esas 141 naciones están al menos por la paz y no por la guerra, y la paz, no la guerra, es condición de democracia.

EL TERCER TOTALITARISMO

Nunca ha habido una guerra entre naciones democráticas. Un detalle que deberían anotar los huecos pacifistas de nuestros días. Luchar por la democracia es luchar por la paz. Apoyar a Ucrania, es apoyar a la democracia y a la paz. Apoyar o relativizar las fechorías de Putin, en cambio, es optar por la guerra. De ahí la agresión a la la posibilidad democrática iniciada por Putin en contra de Ucrania. A esa posibilidad, el tirano ruso la llama Occidente.

Las democracias son, por definición, las peores enemigas de las autocracias. Enemistad que no solo se expresa hacia el exterior sino sobre todo al interior de las propios países autocráticos. Es por eso que la guerra entre democracias y autocracias -de la que la guerra a Ucrania ha sido una más- se manifiesta por partida doble: como guerra externa e interna a la vez. Así nos explicamos por qué durante la guerra a Ucrania, todos los espacios democráticos que existían en la Rusia de Putin, han sido clausurados, teniendo allí lugar la transición que lleva de un orden autocrático a uno totalitario. Efectivamente: el orden político impuesto por Putin pasará a la historia -después del de Hitler y Stalin – como el tercer totalitarismo de la historia universal.

Algo parecido pero no igual está sucediendo en China. La apertura post-maoísta, iniciada por Den Xiao Ping ha comenzado a cerrarse. En el último Congreso del PCCH fueron eliminadas las contiendas interpartidarias, la oposición interna fue erradicada y Xi Jinping fue consagrado como líder único. Xi, evidentemente, ha sido mucho más eficaz en eliminar el virus democrático que el virus de la pandemia.

Los dos dictadores, Xi y Putin, denominan a la democracia con un sustantivo geográfico: Occidente. Pero en los países democráticos nadie se refiere al “Oriente” como enemigo. Occidente en cambio es visto por las dictaduras rusa y china como la negación radical del orden político que prevalece en ambos países.

La contradicción democracia- autocracia (y no occidente-oriente) es la fundamental de nuestro tiempo, y es la que no pueden ocultar ni Xi ni Putin: una contradicción que tiene lugar al interior de todas las naciones, sean estas democráticas o antidemocráticas. Por eso Putin gasta millones en apoyar partidos, sectores y personajes amigos en Europa (Le Pen, Berlusconi, Schroeder son algunos ejemplos), en América Latina y en los propios EE UU (Trump). A la inversa, las potencias occidentales no han vacilado en apoyar a movimientos democráticos (sean sociales, culturales, y en los últimos tiempos, de género) que tienen lugar en el área chino-soviética e incluso islámica. Los disidentes antidictatoriales, los movimientos anti-patriarcales, las iniciativas libertarias, cuentan con el apoyo decisivo de Occidente. No hay que asombrarse: En la era digital, las luchas locales ya no son solo locales, son también globales.

Cualquier evento electoral, sea en en un país báltico, en un país caucásico, en un país islámico, puede inclinar la balanza en la lucha por el nuevo orden político mundial. Las próximas elecciones presidenciales que se avecinan en Turquía, por ejemplo, serán seguidas en toda Europa con tanta o mayor atención que las elecciones norteamericanas.

EL MITO DE LA DECADENCIA DE EUROPA

La pregunta acerca de por qué ambas dictaduras, la rusa y la china, no nombran a su enemigo como “democracia” sino como “occidente”, no deja de ser interesante. La conversión de “lo democrático” en “lo occidental” demuestra que la democracia, como ideal político global, ha logrado imponerse por sobre otras formas de gobierno. No es casualidad que ningún dictador o autócrata se atreva a decir que su sistema de dominación no es democrático. Tampoco ha habido un solo dictador que se designe a sí mismo como dictador. Por el contrario, emulando a los dictadores comunistas y fascistas del pasado siglo, los del siglo XXl se apresuran en señalar que ellos representan otro tipo de democracia: una “democracia superior”.

Pero hay otra razón más importante que explica la sustitución de la palabra democracia por la palabra occidente. Con esa maniobra semántica, las dos grandes dictaduras intentan convencernos de que las luchas internacionales del siglo XXl no son políticas sino culturales, incluso civilizatorias. En las representaciones mitómanas de Putin es fácil advertir esa intención. Occidente, para él, al igual que para las sectas islamistas, es la representación de una decadencia moral reflejada en la pérdida de valores sagrados, como la familia, el amor patrio y, sobre todo, la virilidad. Defender a Rusia de Occidente es, para Putin, defender la salud mental de los ciudadanos rusos. Para contrarrestar esa decadencia, es necesaria la presencia de un estado fuerte, autoritario, encarnado en la persona de un caudillo nacional.

El cenit de la decadencia está representada según Putin por Estados Unidos y Europa Occidental. Solo así se explica el enlace que ha logrado el dictador ruso con las derechas y las izquierdas extremas de los países democráticos. Xi Jinping es en ese punto más moderado. China, según sus propias opiniones, posee un sistema político que se deja regir por una tradición histórica muy diferente a la occidental. Quizás tiene razón. China, que nunca ha conocido de cerca un orden democrático, no tiene que temer tanto a la democracia, como Rusia. Como ya hemos insinuado, el occidente es para Xi una noción más económica que cultural. Para Xi, la lucha de las civilizaciones, si no es rentable, no tiene demasiada importancia.

OCCIDENTE ES LA DEMOCRACIA

Para decirlo de modo explícito, Occidente no es una invención occidental sino anti-occidental. El mismo concepto de Occidente ha variado de acuerdo a los que las llamadas culturas y sistemas políticos anti-democráticos han llamado Occidente.

Desde un punto de vista historiográfico, Occidente fue nombrado como tal a partir del cisma religioso de la cristiandad (1054),vale decir, a partir de la formación de las dos iglesias, o lo que es igual, a partir de las querellas entre Bizancio y Roma. Desde el punto de vista geográfico fue siempre un terreno movedizo, la llamada zona occidental de Eurasia. Nunca ha existido -pido aquí excusas a los historiadores y filósofos culturalistas – una cultura puramente occidental. O en otros términos: Occidente nunca ha sido monocultural. Por el contrario, la por Ortega llamada “idea de Occcidente” tomó formas a partir de tres vertientes: la filosofía griega, el judeo cristianismo, y el derecho romano.

Procesos históricos como la reforma religiosa, la secularización o separación entre lo sacro y lo político, el arte renacentista, las revoluciones parlamentarias y anti absolutistas, la revolución industrial, el nacimiento de movimientos e ideologías como el liberalismo económico y filosófico, el socialismo obrero y hoy el feminismo y no por último la revolución sexual anti-patriarcal del siglo XXl, han dado forma a una simbiosis cultural que no es paradojalmente una cultura, sino la fusión de diversas culturas. Dicha diversidad solo podía ser posible dentro de un marco institucional regulado por un estado de derecho normativizado por la libertad de opinión, organizada en partes o partidos, que disputan permanentemente la gobernabilidad de las naciones. Visto así, Occidente no es una noción cultural, como creyeron autores que han profetizado el fin de Occidente, entre ellos Spengler, Toynbee, Huntington. Tampoco es el lugar de la herejía, como lo ven las confesiones islamistas. Ni siquiera es “el capitalismo” como intentaron sinonimizar los comunistas desde el periodo staliniano hasta nuestros días. Mucho menos es el sitio de la degeneración moral y sexual, según el putinismo y los ayatolas. Occidente es la democracia.

Occidente es la democracia, sí, pero es más que la democracia. Es el espacio de la libertad del ser, organizada en constituciones e instituciones.

Si bien el Occidente político es democrático, no toda democracia es hoy occidental. Hay, efectivamente, naciones que han llegado a la democracia de acuerdo a una filiación histórica y otras que han adoptado y adaptado formatos políticos democráticos. Japón, Corea del Sur, Georgia, Ucrania, y otras más, son naciones institucionalmente democráticas pero al mismo tiempo conservan la identidad de sus respectivas culturas sin que exista contradicción entre identidad cultural y forma gubernamental. Desde esa perspectiva, como Occidente no es “una” cultura, tampoco puede hundirse, como ha sucedido con otras culturas o civilizaciones. Lo que eventualmente podría desaparecer, y eso es lo que ansían Putin y en menor medida Xi, es la forma política que asume la multiculturalidad occidental.

En el hecho, informes como los de Freedom House han verificado que después del entusiasmo democrático que siguió a la caída de los muros comunistas, ha habido un descenso cuantitativo y cualitativo de las democracias, apareciendo nuevas formas de dominación si no anti-, por lo menos no- democráticas. Las autocracias del siglo XXl, o democracias i-liberales de Europa y América Latina conservan algunas formas democráticas, pero bajo la hegemonía de gobiernos autoritarios y autocráticos. Pero todo eso no tiene por qué llevar necesariamente a la decadencia de la forma democrática de gobierno,aunque así lo auguren las profecías que cada cierto tiempo proclaman el fin de Occidente. Una de las últimas, sino la última, ha sido la notable -y por momentos, hermosa- obra de Niall Ferguson, Civilización: Occidente y el Resto (2012) .

Ferguson parece dar razón a las tesis de Samuel Hungtinton acerca del declive de Occidente como consecuencia del “choque de las civilizaciones”. Pero, más cerca de Spengler, piensa que Occidente estaría destinado a desaparecer no solo frente a otras “culturas” sino también por la desintegración de sus naciones, es decir, por su “decadencia”. Sin embargo, lo que el pesimismo culturalista, sea el de Ferguson u otros autores, no ha podido advertir, es que la democracia no es un orden histórico, sino un campo de reproducción de diversos ordenes históricos. Por lo tanto, la crisis de las democracias – eso es lo que no nos dijo Ferguson - son constitutivas a las naciones democráticas, a las que el llama occidentales. Sin crisis de la democracia, nos atrevemos a decir, no habría democracias. La democracia es agónica. Vive de su desgaste y de su renovación, de sus flujos y de sus reflujos.

La historia reciente nos ha provisto con algunos episodios que nos muestran la vitalidad del ideal democrático. En Italia por ejemplo, muchos llegamos a pensar que el triunfo de Meloni llevaría a un descenso democrático y a una avanzada del putinismo. No ha sido así: la mandataria ha reforzado la alianza inter-occidental de Italia, tanto en términos políticos como militares, pasando por sobre el putinismo declarado de Salvini y Berlusconi. En la república checa, ha ganado las elecciones un enemigo declarado de Putin, el ex general de la OTAN, Petr Pavel. En Estonia, el centro democrático anti-putinista de Kaja Kallas ha aumentado su caudal de votos. Vamos a ver que pasará en Turquía durante la dura contienda que librarán el autocrático Erdogan y el veterano socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, el próximo 14 de mayo. En fin, lo que Freedom House no mide, son las dinámicas de la lucha democrática.

La democracia vive de sus triunfos y de sus derrotas. Pero cuando ha sido derrotada, no desaparece. Por lo general, siempre retorna. Los españoles y los portugueses lo saben en Europa; los chilenos y los uruguayos lo saben en Latinoamérica. Pues la democracia - eso es lo que pasan por alto los grandes historiadores culturalistas- es un territorio de luchas. Para decirlo con el mismo Toynbee, frente a los desafíos, las democracia levanta sus respuestas, y ellas aparecen en la escena medial bajo la forma de protestas.

Es cierto, como constata Freedom House, después del apogeo libertario que siguió a la caída del Muro de Berlín, hay un notorio avance de las autocracias. Pero lo que no constata la institución es que también surgen levantamientos en contra del autocratismo en ciernes. En estos mismos momentos hay protestas en Tiflis en contra de los políticos putinistas que pretenden desvincular a Georgia de Europa. En Israel surgen grandes demostraciones en contra de la reforma judicial que quiere imponer la ultraderecha bajo el gobierno de Netanyahu. En México las calles se llenan, en protesta en contra del sistema electoral que propone el gobierno. Y en Irán, las heroicas mujeres siguen luchando en contra de esos perversos monjes que las embalsaman bajo los velos del poder. En fin, la democracia sigue viva a lo largo y ancho del mundo. No hay ninguna razón entonces para proclamar el fin del orden político mundial. La enorme solidaridad internacional que ha despertado la resistencia ucraniana frente a la monstruosa invasión rusa, demuestra por sí sola el vigor del espíritu democrático de nuestros días. Ucrania ocupa hoy ese lugar simbólico central que ayer ocuparon la guerra civil en España, la guerra de EE UU. en Vietnam, o la Primavera de Praga destruida por los tanques soviéticos.

Después de la declaración de la independencia en 1991, Ucrania, desde la revolución naranja (2004) hasta la revolución de Maidán (2013), ha sido escenario de muy duras confrontaciones políticas. Al fin, las elecciones que llevaron a Zelenski al gobierno el año 2019, terminaron por sellar la orientación europea de la nación. Ucrania pertenece, se quiera o no, al orden político-democrático surgido en el este de Europa después del fin del comunismo. Las carnicerías de Putin podrán devastarla, como está sucediendo. Pero después de la guerra, gane o pierda Rusia, Ucrania no será nunca más rusa. Esa posibilidad, si se toman en cuenta los lazos históricos, económicos y culturales que unían a Rusia con Ucrania, podría haber sido realidad, y tal vez, muchos ucranianos la habrían apoyado. Pero ha sido el mismo Putin quien ha terminado por dinamitarla. Desde esa guerra declarada a la democracia mundial a partir de Ucrania, a la misma que Putin y Xi, llaman con el nombre de “Occidente”, ha renacido un espíritu democrático con el que sátrapas y dictadores, autócratas y tiranos, no contaban. La lucha continúa.

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Benjamín Tripier

(De izquierda a derecha) El subsecretario de Crecimiento Económico, José W. Fernández, y Richard Adkerson, presidente de la junta y director ejecutivo de Freeport-McMoRan, hablan en un panel durante CERAWeek, una conferencia internacional sobre energía, en Houston, Texas, el 6 de marzo de 2023. Foto: Mark Félix / AFP

Con las declaraciones, en estos días, del Subsecretario de Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente de Estados Unidos, José Fernández, se disipan todas las dudas que pudieran quedar subyacentes sobre si EE UU iba a levantar o flexibilizar sanciones a Venezuela: «Puedo decir categóricamente que no tenemos ningún plan de liberalizar más con Venezuela. En estos momentos no hay planes para liberalizar más las sanciones».

Y explicó que el Departamento de Estado no ve las licencias recientes como un giro general de su política hacia Venezuela, y que la licencia a Chevron no podía ser considerada un giro en esa dirección, porque «hubo un cambio específico para Chevron y la licencia, que es limitada, en cualquier momento se puede retroceder».

Unos pocos días después que Biden ampliara por un año más el decreto -originalmente firmado por Obama en marzo de 2015- que declara a Venezuela “como una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos. Y la prórroga se da porque Biden considera que la situación de Venezuela «no ha mejorado”.

Y un par de meses después de que el Senado de Estados Unidos aprobara por unanimidad la Ley de Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Ilegítimo de Venezuela (Bolivar, por sus siglas en inglés).

Toda la introducción anterior, es para poner los pies sobre la tierra y encarar el futuro conociendo los do’s y los dont’s. Y apoyarnos en la estrategia referencial de “esto es lo que hay”, lo cual, a su vez, quiere decir, que, con fantasías y optimismos sin bases, no vamos a ningún lado.

Venezuela sigue siendo la tierra de las oportunidades. Seguimos siendo “el secreto mejor guardado del Caribe”, pero por razones muy diferentes al pasado cuando ese eslogan estaba en un afiche sugestivo mostrando la belleza de nuestras playas.

Ahora ese secreto es por razones muy diferentes, y es que para invertir en Venezuela hay que identificar los espacios escondidos, las empresas “tacita de plata” que son como piedras preciosas que se pueden desarrollar, y los espacios vacíos que se fueron generando con la caída en tobogán de nuestra economía a partir del 2014, los cuales cada vez más, hay necesidad de llenar.

Pero claro… siempre está la pregunta sobre la seguridad jurídica (o su falta) y los riesgos de expropiación o de apropiación por círculos privados pero cercanos al poder. Al inversor que quiera tomar esas oportunidades, le preocupa principalmente la seguridad jurídica, y no se preocupan mucho por la situación de la inflación o del tipo de cambio.

Cabe mencionar que si bien el que está en mejores condiciones para invertir en Venezuela es el propio venezolano repatriando fondos, también está ocurriendo que inversores extranjeros están estudiando participar, y algunos ya lo han hecho, y están operando en nuestro país.

Para la entrada de la inversión extranjera recomiendo la elaboración de una hoja de ruta o un mapa para transitar el “campo minado” en el que se ha convertido la plataforma institucional (formal e informal) sobre la cual se desarrollan los procedimientos económicos y los negocios.

Les hace falta un sherpa que los ayude a dibujar el mapa primero, que coloque banderitas rojas en las zonas donde no se puede pisar, después, y que, finalmente, acompañe al inversor en su tránsito por el mercado, mientras la inversión evoluciona.

Porque la otra zona de riesgo, que es el alcance y el ámbito de impacto de las sanciones de EE UU, generalmente es lo primero que evalúan los inversores, y ya entran a buscar su sherpa con ese tema, al menos procesado… el cual se terminará de asentar, una vez que se concreten los arreglos institucionales y jurídicos, los temas del manejo de divisas versus moneda local, el acceso a materias primas y servicios, y a veces lo más importante, que son los RR HH que están escaseando tanto, aquí en el país, especialmente en áreas de especialización. Porque tal vez, ese inversor deba traer con él un core team para asegurarse el logro de los objetivos y metas que se plantearon.

El secreto mejor guardado es no incursionar en áreas en las cuales haya un interés manifiesto o potencial por parte de quienes detentan el poder, o están cercanos a ellos. El otro tema es la propensión al riesgo del inversor, el horizonte de recuperación de la inversión, y la fluidez del ciclo del negocio en el que hayan decidido incursionar.

Más que pensar en sectores, hay que pensar en empresas, porque en un sector deprimido puede haber empresas ganadoras, y, al revés, en uno con crecimiento, empresas perdedoras. Porque solo focalizándose en la empresa es que se puede evaluar si es un tema de gerencia, si es de mercado, y, como muy importante, trabajar sobre las fortalezas y las oportunidades.

Y ya a nivel de empresa hay que trabajar en el mercado de capitales, no solo para que pase la prueba ácida de la estructuración y la emisión, sino para tener la flexibilidad de trabajar en alianzas que puedan cruzarse en el mercado.

Político

Con las declaraciones del gobierno de que sin levantamiento de sanciones no se firmarán acuerdos ni habrá diálogo en México, se coloca una nueva piedra sobre la posibilidad de elecciones libres en 2024, y hace que pierdan aún más sentido las primarias de este año.

Claro que hay que reconocer que, si no hubiera sido esta declaración, hubiera habido otra u otras, todas tendientes a fomentar la abstención en la población en general, pero en la oposición en particular. Porque, en la gente, hay un convencimiento de que no hay condiciones para elecciones libres, no necesariamente por estructura y por experiencia, sino porque ahora tiene un agregado tipo mantra, que el chavismo repite “abogamos por unas elecciones libres, competitivas, democráticas y creíbles”, y ellos le agregan “elecciones libres sí, pero libres de sanciones”.

Tal como les indicaba al inicio de este informe, las sanciones no parecen negociables y todo indica que se mantendrán porque para EE UU las elecciones son un deber y no una concesión graciosa del chavismo. Porque si así lo consideraran, el que concede puede cambiar de idea y desconocerla.

Lo cierto es que, tal como les vengo diciendo desde principios de este año, el gobierno se quedó sin oposición y está solo contra sí mismo. Y está estancado, y no logra despegarse. Pareciera que se agotaron las ideas, o más bien, que se agotó el repositorio de “conocimiento liberal y de mercado”.

Porque como siempre les digo, esa es una materia que no se trabaja en el chavismo, el cual es esencialmente anti empresa y anti mercado. Y que todos los intentos de los últimos dos años, aunque fueron realmente efectivos, se notaban artificiales para su estructura básica de pensamiento. Lo cual, por cierto, es lo que le reclaman los tradicionalistas del Plan de la Patria.

Ya que están solos contra sí mismos, tienen que llegar a una decisión que rompa el estancamiento, el cual, si bien se nota dramáticamente en la economía, está golpeando fuertemente en lo social, y haciendo que lo político se vuelva accesorio.

Social

El tema social de la semana pasa por el sistema educativo, y por las protestas de los docentes buscando que les paguen más, porque con lo que ganan no pueden ni siquiera pagar el transporte para asistir a las escuelas; imagínense entonces las necesidades de alimentación y vestido… y que no tengan la mala suerte de enfermarse. El reclamo es genuino.

Por otra parte, el gobierno está muy limitado de recursos, y no está haciendo lo suficiente para adecuar el tamaño del Estado a las posibilidades reales; no solo de ahora, sino posiblemente de los próximos 5 a 10 años. Es cierto entonces que no tienen dinero para pagarles a los maestros.

Pero si se revisara la estructura de los gastos que asume el Estado (o el Gobierno, que hace tiempo que en Venezuela son sinónimos), se vería que hay una cantidad enorme de actividades que no tiene sentido que sean asumidas por el Estado, comenzando por las empresas, que todas dan pérdidas que el Gobierno debe cubrir. Normalmente, cuando una empresa da pérdidas, si el negocio es viable, el accionista repone el capital, y si no, abre el capital para que entren nuevos accionistas. Pero lo cierto es que las empresas del Estado se han convertido en eternas sobrevivientes, porque no se les permite ni quebrar ni recapitalizarse.

El dinero de los maestros lo tienen las empresas del Estado, y debe ser redirigido. Porque posiblemente esas empresas ya hayan perdido su viabilidad, mientras que en manos de los maestros está el futuro de la Patria. Ojalá el gobierno lo entendiera así y sacara los fondos de dónde deba para pagarles mejor que nunca antes, actualizarles la formación docente, equiparlos dignamente y lograr que los niños que hoy tienen 10 años, cuando tengan 20, sean los profesionales que cubran los espacios de los que hemos perdido por la emigración.

Porque 10 años se pasan muy rápido, y el reloj sigue corriendo…

Económico

Estamos estancados y el Gobierno no está tomado decisiones para cambiar ese hecho. Aunque, no tomar decisiones, es, de alguna manera, ya haber tomado una decisión… la de no innovar y dejar correr, a ver qué pasa.

Pero esa decisión es tal vez la peor, porque nos deja en manos del limitado ingreso petrolero, cuando en los últimos dos años, la dinámica de contención de la demanda interna para adecuarla a la limitada oferta de bienes y servicios, había incentivado la actividad privada hasta el punto de haber creído que “Venezuela ya se arregló”. Volvimos al rentismo, pero sin renta, y estamos a punto de que los empresarios pierdan la motivación y regresemos a la escasez de papel toilette.

Es un momento muy peligroso, porque las circunstancias van buscando caminos de reacomodo mediante la toma de decisiones de las empresas, las cuales no pueden esperar a que el gobierno decida qué es lo que va a hacer.

Pero seguramente va a hacer algo, y, a su propio ritmo, lo va a hacer pronto, por lo cual no será una solución óptima, pero, al menos será como el principio de comenzar a moverse. Y ¿qué será lo diferente qué plantearán? Porque seguir como estamos no es una opción, porque si bien las decisiones desde hace un par de años nos sacaron del atolladero donde nos encontrábamos, también nos trajo a este nuevo atolladero. El cual solo puede solventarse profundizando y formalizando medidas ya tomadas, pero también hace falta tomar medidas nuevas.

Este neochavismo liberal y de mercado, debe dar una vuelta más de rosca y asumir el riesgo de desenganchar la economía de lo político, permitiéndole al mercado operar y establecer nuevos equilibrios que adquieran un mínimo de estabilidad que hoy en día no tenemos.

Ya dijimos que el gobierno no tiene oposición política… entonces solo le queda la oposición interna, la cual debe ser enfrentada y crear un nuevo Plan de la Patria, pero esta vez con dólares y mercado. Porque la bisagra es el tema social, el cual tenderá a solucionarse con el mercado, pero con más chavismo radical, lo más probable es que ese tema termine volando por los aires.

Internacional

El tema de Ucrania y la invasión rusa están acelerando el reacomodo de piezas en el mundo, que, si no fuera por eso tomarían un poco más de tiempo en alcanzar sus objetivos. Esta semana volvió a ser noticia la general Richardson jefe del Comando Sur de EE UU, en su interpelación en el Congreso de EE UU, donde confirmó que sus enemigos en la región son China y Rusia, y que harán lo que sea necesario para evitar que ambos sigan participando en temas como litio, comunicaciones y energía, así como financiamiento de proyectos de infraestructura. Ella dice que EE UU debe estar más presente en esos campos. Pero lo dice desde el lado de las armas, porque sabe que en cualquier momento entrarán en guerra con los dos, lo cual arrastrará a los países donde haya intereses de esos dos enemigos.

Con Rusia ya prácticamente están en guerra concreta, y con China está en una guerra fría que en cualquier momento puede recalentarse y volverse armada. EE UU es el único país de la tierra capaz de mantener más de un frente de combate de envergadura en simultáneo.

El tema Nicaragua se va complicando y trazando una línea divisoria entre los países de izquierda que hoy son mayoría en la región. Si bien Venezuela está manifiestamente alineada con Nicaragua, países como Brasil y Chile no lo están tanto; y posiblemente la frialdad y distancia con que nos trata Lula, y el rechazo que nos profesa Boric, tenga que ver no solo con el cuestionamiento a la legitimidad de nuestro sistema político, sino también al tipo de amigos que estamos cultivando, cuando el resto del mundo tiende a alejarse de ellos.

Recomendación

  • Al gobierno: que debe tomar decisiones fuertes y rápidas para salir de este frenazo que pudiera hacer perder los avances de los últimos tiempos. Debe aceptar al dólar como moneda de curso legal y permitir que el mercado financiero en toda su extensión, se sincere y permita las transacciones en dólares, incluyendo la compensación bancaria y el mercado de valores. Eso además de sacar del sistema de gasto a las empresas del estado, y traspasarlas al sector privado, utilizando la plataforma transparente y confiable del mercado de valores.
  • A la dirigencia opositora: que no tiene mucho sentido crear una unidad artificial, porque ya lo hemos experimentado en el pasado y no tuvo gran éxito. Porque si bien se ganaron las elecciones del 2015, eso no duró, justamente por ser artificial. La recomendación es que cada organización política se concentre, lo antes posible, en el contacto con sus propias bases a nivel nacional; y lo más probable es que se encuentren que la gran mayoría no tiene bases propias y que se han convertido en estructuras electorales sin fondo y sin soluciones.
  • A la dirigencia empresarial: que impulse un contra ciclo e intente destrabar este estancamiento arrastrado por la caída del consumo, buscando mecanismos que abaraten la cadena de suministros, y utilicen las ventajas tributarias que ofrecen las transacciones en el mercado de valores. Hoy más que nunca, la dirigencia empresarial debe promover una sala situacional para evaluar el comportamiento las variables de alto nivel y buscar compensar las intervenciones del estado, o la falta de ellas. Hoy hay que buscar, como mínimo, mantener la utilización de planta, y como optimista tratar de expandir nuestra economía.

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GDA | La Nación | Argentina

El papa Francisco, durante la entrevista con La Nación, en el Vaticano. Foto: Cristian Gennari

Durante la entrevista con La Nación, en la que dijo que lo que lo hizo más feliz en estos diez años fue “dar lugar en la Iglesia a todos”, al ser consultado si estaba escribiendo una nueva encíclica el Papa dijo que no y negó, también, que le hubieran pedido escribir un documento sobre el tema del género. Al respecto, consideró “peligrosísima” una antropología del género “porque anula las diferencias y eso anula la humanidad”, que distinguió de una pastoral con las personas con orientación sexual diversa.

El 13 de marzo celebra sus diez años en el trono de Pedro. El papa Francisco mantuvo una entrevista de casi una hora con La Nación en la Casa de Santa Marta, el hotel para eclesiásticos donde vive, en el Vaticano.

Apareció en buena forma -llegó caminando, ayudado por un bastón-, se mostró relajado, con ese humor porteño que nunca lo abandonó en estos años, y en el mano a mano contestó preguntas de toda índole, sobre la Iglesia, la guerra en Ucrania, sus reformas, la oposición, su querido antecesor, Benedicto.—¿Está trabajando en una nueva encíclica o documento importante?

No.

—¿Es verdad que le habían pedido escribir un documento sobre el tema del género?

No, ninguno me pidió un documento. Sí aclaraciones. Yo siempre distingo lo que es la pastoral con las personas que tienen orientación sexual diversa de lo que es la ideología de género. Son dos cosas distintas. La ideología de género, en este momento, es de las colonizaciones ideológicas más peligrosas. Va más allá de lo sexual. ¿Por qué es peligrosa? Porque diluye las diferencias, y lo rico de los hombres y de las mujeres y de toda la humanidad es la tensión de las diferencias. Es crecer a través de la tensión de las diferencias. La cuestión del género va diluyendo las diferencias y haciendo un mundo igual, todo romo, todo igual. Y eso va contra la vocación humana.

—¿Sabe que en la Argentina, la última vez que fui uno tiene que llenar una planilla que dice sexo masculino, femenino o no binario?

La experiencia futurista que tuve hace muchos años sobre esto fue cuando leí una novela que la recomiendo siempre, The Lord of the World (Señor del mundo), de [monseñor Robert Hugh] Benson, escrita en 1907. Parece bien moderna, eh. Un poquito pesadita a la mitad, algunos capítulos, pero está muy linda. Plantea un futuro en que las diferencias van desapareciendo y todo es igual, todo es uniforme, un solo jefe de todo el mundo. Un futurista profeta. Y ahí yo fui encontrando la verdadera tendencia de acortar las diferencias. Lo rico que tiene la humanidad son sus diferencias, culturales…

—Pero finalmente no me quedó claro, ¿le pidieron que escriba algo sobre la cuestión de género?

No, no, no. Hablo sobre eso. Hablo porque hay gente un poco ingenua que cree que es el camino del progreso y no distingue lo que es respeto a la diversidad sexual o a diversas opciones sexuales de lo que es ya una antropología del género, que es peligrosísima porque anula las diferencias, y eso anula la humanidad, lo rico de la humanidad, tipo personal, como cultural y social, las diferencias y las tensiones entre las diferencias.

De hecho usted siempre habla del poliedro.

Tal cual.

—En algunas entrevistas usted admitió haber cometido errores en estos diez años. ¿Podría identificar uno o dos?

Yo diría cuál es leitmotiv que está debajo de cualquier error. Un poco de impaciencia, ¿no? A veces me sube el tuco a la cabeza. Entonces uno pierde la paciencia, y cuando se pierde la paz ahí patina y comete errores. Hay que saber esperar, los procesos hay que saber esperarlos…

—¿Y cuándo perdió la paciencia?

—Más de una vez. No salió en los diarios, pero más de una vez. Ganas de estrangular (risas)… pero tranquilo, andamos despacito y lentamente esos procesos se van a dar.

—¿Hay algo que hizo en estos diez años como papa que lo haya hecho especialmente feliz?

—Todo aquello que fuera la línea pastoral del perdón y de la comprensión de la gente. Dar lugar en la Iglesia a todos.

Los sueños

—¿Cuál es su sueño hoy? ¿Tiene algún sueño?

—Yo soy muy realista, me gusta tocar las cosas, las realidades [risas]… El deseo de nadar adelante, abrir puertas. Abrir puertas, eso me sale mucho. Abrir puertas y caminar caminos.

—¿Cómo se imagina a la Iglesia Católica en 20 años?

—Si esta pregunta se la hubieran hecho a cualquiera que trabajaba con San Pablo VI se habría equivocado en la respuesta. Yo me voy a equivocar. No, [la imagino] más pastoral, más justa, más abierta. Otra cosa no puedo decir, no se sabe por qué. Es curioso, la historia te va cambiando los rostros de las situaciones y te la va poniendo de otro modo, y la evangelización va de otro modo. Lo mío es el horizonte siempre abierto y vivir el hoy también. Hay una imaginación que uno puede decir que es la línea conductora que es la que nos marcan los documentos conciliares, los documentos de los episcopados, que hay que ir por este camino. Ahora, ya la concreción de eso, es difícil.

—Pasaron diez años, ¿le parece que fue ayer la elección? ¿Pasaron rápido? ¿Lentamente? ¿Cómo se siente?

—Pasaron rápido, como toda la vida. Yo pienso cosas mías. Hoy estaba hablando de mi secundario, parece que fue ayer. Curioso como el ayer se acorta y parece que fue ayer. Y estos pasaron rápido

—Ya sé que no le gustan los balances, pero mirando hacia atrás, ¿siente que ha cumplido sus objetivos? Como usted dijo muchas veces que muchos de los mandatos de las reuniones pre-cónclave eran que el nuevo Papa hiciera limpieza en las finanzas del Vaticano, que pusiera orden en la curia después de algunos escándalos… ¿cumplió esos objetivos?

—Los puse en marcha. Por ejemplo, en la parte económica quiero rendir homenaje al hombre que me ayudó que fue el cardenal Pell, un grande. Lamentablemente tuvo ese problema que fue inocente después. Pero tuvo que sufrir un año y dos meses de cárcel siendo inocente y no pudo seguir él. Pero quién empezó la reforma económica fue el cardenal Pell y yo le estoy muy agradecido.

—¿Y de la reforma de la curia?

—Se reordenaron los dicasterios y el mismo colegio cardenalicio ya es más libre.

Los cambios

—En su documento programático, Evangelii Gaudium, habló de conversión del papado… ¿Siente que hizo esta conversión? Usted no encarna el papa rey, es un papa sin oropeles, es un papa más cercano, abierto y humilde. O, ¿qué otro cambio haría del papado?

—Yo diría que no empezó conmigo la conversión del papado. Si quisiera uno marcar sectores en esta última etapa empezó con Pablo VI, que fue el primero que viajó por ejemplo. Es una conversión del ministerio de Pedro, un hombre que recibió la herencia de todos los anteriores y recibió el fin del Concilio y lo puso en marcha. Un grande, un santo. Si hablamos del papado más moderno actual con nuevas maneras de ser, San Pablo VI es el primero. Y ahí comenzó, con sus matices, para un lado y para el otro, fue andando hacia adelante. San Juan Pablo II, el gran evangelizador; Juan Pablo I, lo poco que pudimos gozar, el pastor cercano que quiso poner fin ciertas cosas que no andaban bien y Benedicto tiene una amplitud en su magisterio, un hombre valiente. Fue el primer papa que encaró oficialmente el tema de los abusos. Un gran teólogo pero que bajaba línea. Lo extraño a Benedicto porque fue una compañía.

—Usted recién hablaba de Juan Pablo II y de los abusos… No sé si sabe que justo esta semana estalló un escándalo tremendo en Polonia porque pasaron un documental donde sale un documento, una carta que le escribió siendo cardenal de Cracovia, Wojtyła, al cardenal de Viena, König, si podía recibir a un sacerdote, que finalmente era un abusador y hay todo un escándalo en Polonia con esto. También salió un libro… Mi pregunta es, ¿fue canonizado demasiado rápido?

—Hay que resituar las cosas en su época. El anacronismo siempre hace el mal. En aquella época se tapaba todo. Hasta el escándalo de Boston, se tapaba todo. Cuando saltó lo de Boston, la Iglesia empezó a mirar ese problema. La Iglesia fue siempre muy fiel desde ese momento a ir clarificando cosas. La solución era cambiarlo al cura de lugar, o a lo más, reducirlo si no había solución, pero sin escándalo. Que lamentablemente hoy día se sigue haciendo cuando sucede esto en las familias y en el barrio. Pensar que 42%, más o menos, son las cifras internacionales, se da en la familia y en el barrio. Después viene la escuela. Y ahí todavía hoy se tapa para no generar conflicto, es un modo de proceder. La Iglesia hacía eso también, tapar, resituar… a veces no había más remedio y se lo sacaba y ya definitivamente, pero era mandarlo a otro lado. O sea que una época hay que leerla con la hermenéutica de la época.

—De hecho hay quien dice que en esta carta que le escribió Wojtyla a König en la que le decía que el sacerdote iba a estudiar psicología, por ahí era una forma en código de decir que era un abusador… porque salió de los archivos.

—No conozco el caso, pero era lo habitual. Taparlo o directamente cuando se veía que no tenía remedio era mandarlo afuera. Cubrir. Como hoy en día se sigue haciendo en las familias lamentablemente. Cuando es el tío, el abuelo, el vecino son problemones serios en la familia. Gracias a Dios que fue Benedicto el primero que empezó a destapar el asunto de los Legionarios. Fue valiente. Hoy en día la Iglesia tomó esto. Después de lo del escándalo de Boston, pero ahí la Iglesia empezó a tomar esta nueva actitud… Tomar el toro por las astas.

Iglesia pobre para los pobres

—Cambiando de tema… hace 10 años dijo: “Quiero una Iglesia pobre para los pobres”. ¿Cambió algo en este sentido en El Vaticano y en la Iglesia o sigue habiendo demasiados obispos príncipes?

—La actitud principesca es algo interior y por ahí se da un poquito pero es una cosa interior normalmente a juzgar, pero evidentemente el aire de reforma -que nació solo, que nació del mismo cónclave, no nació del Papa, el Papa obedece al cónclave-, se nota. Se nota por ejemplo en la economía que no hay prebendas o se están quitando las prebendas. Realmente se estabilizó para bien una situación de progreso económico pero nacido de la limpieza, no de inversiones sucias y todo eso. Y en esto me ayuda mucho el secretariado de la economía. Primero estuvo el padre Guerrero, quien en tres años y medio sistematizó las cosas y ahora hay un laico, Maximino Caballero.

—Pero entonces podemos decir que está satisfecho porque el aire de reforma se siente.

—Yo lo siento. Hay todavía que andar adelante.

—Podría decirse que en estos 10 años en los que recuperó ovejas perdidas, ya que muchos se habían alejado de la Iglesia, pero que volvieron con usted, un papa distinto… pero al mismo tiempo puso en crisis a los “católicos perfectos” que quedaron descolocados al igual que el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo…

—Eso sucede siempre. Sucede siempre. Una palabra clave de Jesús es “todos”. Para mí esta es la clave de la apertura pastoral. Todos adentro de casa. Es un lío, pero todos adentro de casa.

—Antes de ser electo Papa, era sabido que no le gustaba venir a Roma o viajaba lo menos posible porque era considerado un lugar complejo, con intrigas, internas. Diez años después, por lo que vimos después de la muerte de Benedicto XVI y los libros, ¿siguen existiendo las intrigas o algo cambió?

—Siempre quedan algunas, pero no es el ambiente… No lo cambié yo, fue la misma historia la que cambia. En las reuniones preparatorias de los cardenales está todo lo que se hizo después. Fueron los mismos cardenales los que dicen “por aquí, por aquí, por aquí”. Eso es lo lindo, que es el mismo Colegio Cardenalicio el que marcó el rumbo. No hice más que poner en marcha eso. Interesante.

—¿Siente que tiene mucha resistencia y enemigos? ¿Y por qué cree que hay oposición a esa visión de Iglesia que usted acaba de mencionar, abierta a todos, inclusiva, una Iglesia que usted definió al principio con esa imagen tan buena, como un hospital de campaña para curar a los heridos de hoy?

—Oposición siempre va a haber, en todos lados. Ante cualquier progreso, cualquier cambio… Jesús tuvo bastante oposición. No comparo eh. Pero siempre va a haber oposición. Jesús no quiso dialogar con los cuatro partidos de su tiempo. Dialogó, pero no siguió el proyecto, hizo el suyo. No fue ni fariseo, ni saduceo, ni esenio, ni zelote. Fue él. Porque él traía este mensaje: acá uno no tiene que afiliarse a ningún partido político, eclesiástico dentro. La libertad del Espíritu Santo, escuchando las consultas, a la gente, consultando y buscando la voluntad de Dios.

—Usted siempre habla de procesos, puestos en marcha, que ha puesto muchos. ¿Cree que hay alguna asignatura pendiente o algo que le hubiera gustado ver terminado?

—No se me ocurrió pensarlo así. A mí me gustan los procesos y no las evaluaciones. Curioso, no me gusta evaluar, no lo sé hacer tampoco. Los procesos sí, porque me gusta andar adelante. Pero nunca qué queda para atrás, y deben quedar muchas cosas, no es cierto. Caso típico, por ejemplo, el de los seminarios. Hace falta una revisión de los seminarios, de hecho se están haciendo visitas, buscar la manera de cómo reglamentar la formación de los futuros sacerdotes. Se está haciendo una cosa que está en marcha. Y hay otras.

—El sínodo sobre sinodalidad en curso, es la gran apuesta de este momento, ¿no?

—Bueno, hablando en términos futbolísticos, el que pateó la pelota por primera vez fue Pablo VI. Al terminar el Concilio, Pablo VI se dio cuenta que la Iglesia en Occidente había perdido la dimensión sinodal. La Iglesia de Oriente la mantiene. Entonces creó el secretariado para el sínodo de los obispos, que cada cuatro años se fue reuniendo. Me tocó participar en dos. Ahí iba madurando un proceso de decisiones que no era el que había antes, mucho más complementario. Hace unos diez años se hizo una reflexión seria y se hizo un documento, lo firmé yo, con los teólogos, conmigo, fue una cosa de comunidad. Eso marcó “hasta aquí llegamos, ahora falta algo más”. Y no explicitamos lo que faltaba, pero solito se fue marcando, que fue explicitar la sinodalidad. Por ejemplo, ya era una cosa aceptada por todos que las mujeres no podían votar. Entonces en el sínodo para la Amazonia se preguntó, ¿por qué no pueden votar las mujeres? ¿Son cristianas de segunda? O sea que se iban planteando problemas cada vez más serios para perfeccionarse.

—¿Y ahora va a votar solo una o todas?

—Todo el que sea participante del sínodo va a votar. El que sea invitado u observador no va a votar. El que participe de un sínodo tiene derecho al voto. Sea varón o sea mujer. Todos, todos. Esa palabra todos para mí es clave.

—No me contestó la pregunta sobre si es la gran apuesta de este momento.

—No sé, es un paso que tenemos que dar. Eso es clarito.

Papa Francisco y Argentina

—En la Argentina, seguramente se habrá enterado, causaron mucho revuelo las palabras cuando usted tuvo la entrevista con la agencia AP, en la que lamentó la pobreza y la inflación impresionantes debido a “mala administración” y “malas políticas”… ¿Recuerda?

—No dije por qué, solamente dije que cuando terminé el secundario el índice de pobreza era 5% creo y ahora había salido que era 52%…

—Y habló de mala administración y malas políticas y eso allá, en la Argentina, fue interpretado como un ataque a Alberto Fernández y a su ministro de Economía, Sergio Massa.

—Fernández es presidente desde hace cuatro años. Pero desde el 55 para acá hay más de cuatro años. Todos, de una u otro manera, tienen que cargar con el mochuelo. Del 55 a acá dije. Lo que pasó en el medio, hubo gobiernos más buenos y menos buenos, pero el resultado es este. De 5 a 52/53% que era el dato que daban ese día, ¿qué pasó?

—Sí, es más de 50% seguro digamos…

—Yo me pregunto, teníamos una red ferroviaria que dejaron los ingleses y los franceses impresionante, hacia Rosario y hacia la zona portuaria para la exportación, ¿no? Ya no está más. ¡Teníamos fábricas de aviones! ¿Hoy día, creo que importamos durmientes, no sé si es verdad o no, pero con el quebracho que tenemos? ¿Qué pasó? ¿Qué pasó?

—Entonces usted dijo malas políticas, mala administración… Va a haber elecciones este año en la Argentina, todavía no se saben los candidatos: ¿tiene algún tipo de expectativa del proceso electoral?

—Ni idea, ni idea. Estoy separado de eso, no estoy al día.

—En esa entrevista con AP, pero también en la que dio recientemente, confirmó que al momento no hay viaje a la Argentina. ¿Qué le diría a los que están decepcionados, que son muchos, seguramente muchos más que sus críticos, allá?

—Les diría dos cosas: primero que el viaje a la Argentina estuvo planeado en 2017. Pasó que [Michelle] Bachelet, justo en esa época estaban las elecciones para el sucesor, tuvo que tirarlo adelante y yo hubiera ido a la Argentina en enero, fines de diciembre, lo cual era imposible; también Uruguay. Entonces, terminado Chile, fui a Perú y dejé a la Argentina para más adelante. O sea, no hay una negativa a ir, estuvo planeado. Después lo que sucedió es que las cosas se complicaron de otra manera, hubo dos años de pandemia que tiró adelante viajes que se tenían que hacer necesariamente, incluso a lugares que uno dice ‘para qué fue ahí’, pero había que ir. Así que la Argentina sigue esperando. Yo quiero ir, espero ir. Ojalá pueda.

—La relación con el país fue complicada en estos diez años, como usted bien sabe. ¿Por qué cree, se arrepiente de algo, haría las cosas distintas?

—Los argentinos no somos el premio Nobel de la simplicidad [risas]. O sea, somos especialistas en complicaciones, así que no me extraña eso. Siempre he conocido gente argentina buena que ha venido acá, con la cual he podido dialogar. No sé, yo apuesto a la bondad del pueblo argentino, al gran pueblo argentino salud, ciertamente, es un gran pueblo…

—Es decir, ¿a los decepcionados les diría “no pierdan la esperanza”?

—Les diría “no tenés derecho a decepcionarte con el pueblo que tenés”.

-No, ¿pero del viaje?

—No, de eso, no, que no pierdan la esperanza. Además, la salvación del país no va a venir de mi viaje. Con gusto voy a ir, pero pensá un poquito en las cosas que tenés que hacer para que el país vaya adelante.

—Usted, siendo arzobispo primado, cardenal de Buenos Aires, casi no daba entrevistas. Ahora y por el décimo aniversario, ha dado muchísimas y también a medios argentinos, yo soy la última de una tanda, creo. Este hecho de dar entrevistas… ¿Qué cambió?

—A mí no me gusta dar entrevistas. Lo hago un poco contra el gusto. El que me introdujo con el diálogo con los medios en Buenos Aires fue Guillermo Marcó (presbítero, exvocero), que me quitó el miedo. En las primeras reuniones con los medios, que tuvimos en el arzobispado, gente buena… Ahí conocí a uno que viene a verme todos los años que es [Joaquín] Morales Solá, una buena relación con él, y otros de otros signos, más de izquierda, de otros lados, Julio Bárbaro por ejemplo, de otra ideología también y van manteniéndose estas relaciones. Pero no sé, me parece que es un poco vedetear, pero yo lo vivo así, yo lo vivo así. Ahora, si usted quiere, no tengo derecho a no hablar después de estos diez años. Para mí son diez años que podrían haber sido 12 u ocho, pero es un símbolo, a la gente le significa algo y entonces yo estoy al servicio de la gente, así que [pensé] déjate de tonteras y da la entrevista. Eso es, en resumidas cuentas [la explicación].

—Muchas gracias, porque la verdad…

—Yo les agradezco a ustedes lo que hacen, no es fácil ser periodista, no es fácil dar las noticias, manteniéndose la atención entre la realidad, la objetividad y la curiosidad ¿no? Porque siempre tiene que haber un anzuelo para que hablen. Y después de las cuatro virtudes de los periodistas, hay que evitar cuatro pecados: la desinformación, el periodista informa todo, la calumnia, el periodista no calumnia, la difamación, el periodista no difama y la coprofilia, el periodista no vive solo de los escándalos, sino que va más allá. Y gracias por lo que hacen este servicio.

—Gracias a usted porque su voz es muy necesaria, no sólo en el mundo, sino también en su país.

—Y gracias por sus viajes a Ucrania: ¡qué coraje que tiene!

—Gracias.

Elisabetta Piqué

CORRESPONSAL EN ITALIA

 16 min


Ángel Monagas

Los partidos políticos bien desarrollados deben estar consustanciados con la realidad. Si una elección interna no refleja, no capta, la verdad que está en la calle, definitivamente se condenará al fracaso.

Sucedió en el pasado en Copei, en AD y hasta en los para-socialistas como el MAS, Causa R, etc. En los partidos actuales ocurre lo mismo, con mayor intensidad. De allí la debacle.

El PSUV, antes MVR, es peor, el asunto es que nadie espera lo contrario. Lo que gobierna a Venezuela no es un partido, es toda una superestructura encabezada por un sector dominante de las Fuerzas Armadas.Lo triste de esta historia es que el común denominador venezolano, sigue escaneando alternativas y a mi juicio, los integrantes de la plataforma no han estado a la altura de las circunstancias, muy por debajo de las expectativas.

Aún hay oportunidad de hacer un nuevo juego. De salvar la vía en la que transita este tren llamado Venezuela. No es fácil. Es cierto. Puede tardar, es verdad. ¿Se puede lograr? Sí, siempre y cuando haya garantías que se respeten a los competidores y las reglas de juego…

Hubo un tiempo para los partidos tradicionales de la oposición, donde ellos eran las piezas centrales para la ansiada transición.El gobierno, legítimo o no, gobierno de hecho, fracasó. La desconfianza ciudadana es lo común. Para muchos estudiosos de la política, entre los que me incluyo, la democracia interna es una falacia, en ambos sectores. No comprenden que en la medida que a lo interno se cumpla con los principios democráticos, mejorará el rendimiento a lo externo, con una positiva percepción…

Varios compromisos asisten a los partidos políticos: Sobre el entorno, sobre el gobierno y otro sobre el funcionamiento interno.

Trataremos de relacionar con este último compromiso, la posibilidad de que un «outsider», pudiera ganar las elecciones primarias de la oposición, de carácter interno, aunque participe todo el que quiere.

¿Quiénes son los «outsiders»?

Los calificados como candidatos «outsiders» no son una novedad. Siempre han existido y no deben confundirse con los denominados «Cisne Negro»; Error que reconozco haber cometido cuando me referí en columnas anteriores sobre determinados personajes, además de que un «cisne negro» no está circunscrito meramente al campo de la ciencia política. ErConde pudo ser un «cisne negro». El mismo destruyó su invulnerabilidad, cuando se le vio el entorno. Cuando visita cada Estado busca hablar con los jefes políticos tradicionales.

Los primeros han hecho vida política, en una o varias organizaciones. Se han valido de ellas para llegar a tener un reconocimiento social y mejor perspectiva de la actividad que intentan sostener.

Los políticos «outsiders» deciden inmiscuirse en los procesos electorales, con un origen distinto a los que dominan el escenario, muchos con mayor trayectoria.

América Latina y parte de Norteamérica, lo vivió en la década de los 80 y de los 90, con algunas peculiaridades.

Estados Unidos ha sido gobernado por un actor, como Ronald Reagan, de quien podemos decir fue un «outsiders» dentro del partido republicano. Igual Donald Trump. En este país dos partidos han gobernado exclusivamente y eso no excluye que en la elección presidencial participen cientos.

Dependiendo lo que ocurra con Trump, está regla eterna pudiera cambiar, si el mencionado no gana y decide lanzarse independiente.

Muchos señalan estos fenómenos como enemigos del sistema presidencialista. Personas sin experiencia, sin «burdel político», pudieran gobernar y al mismo tiempo favorece el desarrollo de «personalismos» ejerciendo el poder. En Estados Unidos, Trump marcó un hito, un antes y un después.

Yo creo que peor que los políticos de escuela, no pueden resultar.

La fuerza de estos «outsiders», la magia que los rodea es que sin tener referencias previas, sin «recall», su rechazo es menor y por estar al margen de la política tradicional, se pueden transformar en auténticas alternativas.

Una nación agobiada por los problemas económicos, el hambre, el desempleo, la inseguridad, entre otros, tiene la opción de estos «anti establishment», que pueden sorprender a más de uno, a pesar de no ser favoritos.

Hay varios tipos de «outsiders». El outsider «full», completo. El «outsider» que participa en un partido de experiencia, serían según la teoría política, los «amateurs» u «aficionados» y los que compiten con experiencia previa con partidos nuevos, rebeldes, disidentes, denominados «mavericks». A mi juicio, esta clasificación final, pudiera tener relevancia en Venezuela.

Los estudios de opinión indican tres sectores del mismo polo, con sentidos opuestos: María Corina Machado, Benjamin Rausseo y Cesar Pérez Vivas.

María Corina, es una política de experiencia, preparada y se presenta en un partido nuevo. Mientras que ErConde, Benjamín Rausseo es un «amateur», su partido ha participado en procesos y él carece de experiencia política. Pueden mostrar diez mil títulos y eso no lo hace mejor preparado para ejercer el poder que otros, carentes de ello.

Cesar Pérez tiene el discurso, las ideas, la visión. Carece de la maquinaria y del «timing político». Llegó muy tarde a la actual carrera política, después de mucho tiempo fuera del cuadrilátero.Si hay debates televisados, eso podría mejorar su posicionamiento.

María Corina tiene una plataforma mediática tan buena o quizá mejor que la de los partidos tradicionales. ErConde debe empezar por definir su nombre, que es lo que aparece en el tarjetón.

La gran vulnerabilidad que tienen María Corina y ErConde, es el equipo que los rodea.

Las batallas electorales requieren de compañías estructuradas para tales fines, donde hay obreros, gerentes, deliverys y al igual que los ejércitos, una tropa dispuesta a servir para matar o para que te maten. Los idealismos eluden estas consideraciones. Los soñadores son útiles con alguien al lado que les recuerde pisar tierra.

ErConde, tiene muchos excopeyanos alrededor, que pueden tener buena preparación académica, no así preparación para la batalla. No han sido exitosos. Copei gobernó dos veces. La primera de ella producto de una coyuntura. La segunda, perdió muy rápido el encanto.

Caldera fue otra cosa en su segundo período y tampoco salió muy bien parado ante la opinión pública.

El tema interno: Las Primarias

Si yo fuese apostador busco las estadísticas y estás no favorecen a lo interno ni a María Corina ni a Cesar Pérez y peor error a ErConde si decide participar.

El discurso de Capriles y de Manuel Rosales no es malo. Ambos apuntan en la dirección correcta. Aunque los hechos no se compadecen con lo expresado por ellos.

María Corina muy lentamente ha hecho un viraje en su discurso, abandonando la parte radical. La ubicación ideológica en su justo lugar y hasta se ha atrevido de una u otra manera a respaldar planteamientos polémicos relacionados con el mundo LGBTI, intentando penetrar este sector muy importante de la opinión pública.

ErConde allí está en las nebulosas, en el «Topus Uranus».

Cesar Pérez si conoce ese mundo y sabe que necesita de muchos recursos financieros para tener el capital humano necesario y ganar.

Sí Rosales decidiera participar, con los votos del Zulia asegura el primero o segundo lugar. Si Capriles logra su apoyo, además del Zulia tendría una masa importante en Miranda y Caracas.

Lo peor que pueden hacer es subestimar a Rosales y a Capriles. La unidad de ambos sería una fuerza letal en las primarias.

Tienen que estar muy seguros Machado, Rausseo y Pérez de participar. Si pierden en las internas y todo indica ello, no tendrán excusas para luego salir independientes.

Vale aclarar que no es el mismo caso de Chávez o de Irene Sáez, aunque guarda ciertos parecidos. Ellos salieron de candidatos sin pasar por primarias ni por estructuras políticas preestablecidas.

Aunque el interés de Venezuela debe prevalecer, el 90% del liderazgo político tradicional, tiene pleno conocimiento de lo que les sucederá, si llegase a ganar una de estas formas de «outsider».

Habrá un reseteo, incluidos aquellos ex, adecos, copeyanos o chavistas, que tienen menos de cuatro años apoyando la fórmula.

Consideración final

Conversando una vez con un viejo camionero en una de las tantas carreteras de Estado Unidos, luego de verlo pelear contra uno del mismo oficio, 40 años más joven y al cual derrotó de un fuerte golpe, uno nada más, en mi medio inglés y él en su medio español, me dijo: «Cuando te toca enfrentar un rival más fuerte, más joven, sabes que tienes uno o dos, máximo tres golpes para derrotarlo. Tienes que ser muy preciso de donde golpearlo. Si no lo haces, él tiene mucha más capacidad para darte menos fuerte pero más veces y eso es mortal para nosotros». Jamás olvidaré esa lección.

Lo único que puede cambiar este panorama es la presentación de un cisne negro. Lo inesperado. No militante en partidos, con hechos, con logros y con un nuevo lenguaje.

Hasta el presente y a pesar de que lo mencionan, Lorenzo Mendoza, no da señales de querer emerger.

El tablero de este ajedrez, tiene unas piezas rojas…

Twitter e Instagram: @AngelMonagas

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Ángel Monagas es abogado y comunicador.

 7 min


Ángel Lombardi Lombardi

A las primarias opositoras, es de sentido común desearles éxito, por lo menos para quienes creemos que la única solución a nuestra larga y profunda crisis nacional es la derrota del régimen y un cambio radical de las políticas y prácticas políticas que vienen utilizando desde sus propios orígenes golpistas y autoritarios. Ahora bien, ello no implica ignorar las grandes dificultades a vencer hasta el 22 de octubre de este año 2023, fecha prevista para la elección de la candidata o candidato unitario.

Los candidatos a la vista confrontan no pocas dificultades, unos están inhabilitados, otros tienen prohibición de salida del país y todos están en permanente amenaza dada la arbitrariedad del régimen y el control que tienen de todos los poderes. El G4 muy maltratado después del desfenestramiento de Guaidó y la polémica pública, con descalificaciones mutuas, que acostumbran.

Sigue sin aclararse quienes van a votar en las primarias y si van o no a involucrar al CNE, igualmente existe el riesgo que algunos precandidatos al no ver atendidos sus planteamientos, se retiren y no participen.

Igual la preocupación que en el calor de la campaña algunos factores se alejen y que el nivel de pugnacidad se enerve y cree dudas con respecto a si los que pierdan las primarias acepten los resultados. Desde el punto de vista externo, el régimen va a tratar de infiltrar y manipular el proceso y contaminarlo, ayudando a crear más confusión y dispersión, como lo ha venido haciendo con la oposición en general, fragmentándola aún más.

Otro aspecto no menos relevante es la relación con el resto del espectro opositor, que al no verse representado y al no participar en las primarias, buscará sus propios mecanismos de participación para tener candidato o candidatos propios. Visto así, no es difícil vaticinar, por lo menos dos candidatos opositores adicionales.

Con dos candidatos de oposición o más, el régimen tendría muchas posibilidades de ganar, con la enorme ventaja adicional que da ser gobierno y controlar todos los poderes y al propio CNE. El desafío es grande, pero toca asumirlo. Candidata(o) con credibilidad es importante y un planteamiento al país creíble. El 2024 es una cita histórica que nos obliga a todos.

Twitter: @angellombardi

Ángel Lombardi Lombardi es licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, con especialización en la Universidad Complutense y la Universidad de La Sorbona. Fue rector de la Universidad del Zulia y rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta.

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Griselda Reyes

Yo soy de las que pregona por doquier que Venezuela es el mejor país del mundo. Sí, aunque sé las cientos de limitaciones que tenemos como nación, yo siempre valoro profundamente lo nuestro, principalmente nuestra gente. El venezolano, y –más aún– la mujer venezolana, es luchadora, aguerrida. No se cansa, no se rinde.

Recientemente se celebró el Día Internacional de la Mujer, un día en que conmemoramos y exaltamos a las mujeres que defendieron y que a diario defienden el género y la igualdad. Nuestras mujeres salieron a la calle, no a celebrar –pues esta fecha no se celebra, sino que se conmemora– en protesta de las justas reivindicaciones que merecen.

Si bien mi quehacer diario se corresponde con la actividad privada, no nos resulta ajeno la realidad del sector público venezolano. Conozco maestras que pagan por ir a dar clases, y es que, aunque parezca imposible, es tal su nivel de vocación, que, de sus otros trabajos, tigres u oficios, sacan los fondos para costear el pasaje y la comida que le permita llegar al aula de clases.

También conozco muchísimos casos de enfermeras y policías, por solo citar un caso más, cuyas remuneraciones sencillamente no les alcanza para alimentar a sus hijos. Mujeres honradas que se bandean haciendo de todo para ser el sostén de hogar.

Frente al drama de los empleados públicos en general, y principalmente nuestros pensionados y jubilados; no tenemos hoy otra opción que aplaudir de pie su digna lucha. Son venezolanos, unos que a diario se esfuerzan por entregar lo mejor de sí, mientras que otros entregaron sus mejores años de trabajo; para hoy verse obligados a reclamar las justas reivindicaciones que por derecho constitucional les corresponde.

No podemos criminalizar su derecho al justo y pacífico reclamo. Son hombres y mujeres que no merecen los sueldos de hambre. Está obligado el Estado a conferir lo que es justo.

Entendemos que las sanciones han venido a complicar la ya muy pobre y golpeada economía nacional. Pero no podemos seguir estancados como país en el libreto reciclado de excusas permanentes en lugar de dar respuesta a los ciudadanos.

Salir en contra de quienes siguen en la calle reclamando compensaciones acorde al alto costo de la vida que hoy nos golpea a todos, es burlesco, criminal, inhumano. Hay que atender esta coyuntura, pensando en los derechos humanos de quienes se acuestan sin comer, y no en el padrón electoral de la próxima elección.

Es realmente trágico que el país que tiene en su subsuelo las mayores reservas petroleras del planeta, hoy tengan sobre su asfalto a hombres y mujeres con las suelas desgastadas de tanto protestar sin respuesta alguna.

El Ejecutivo, hoy más que nunca, está obligado a asumir políticas económicas serias. Ya basta de imprimir dinero inorgánico a través de un dominado Banco Central de Venezuela (BCV). Estas dos décadas nos han demostrado que estas medidas solo empobrecen, aún más, a los empleados venezolanos.

Hoy decretan un pobre aumento en bolívares, una moneda tan devaluada como esa, sin respaldo en la reserva nacional, y esto al otro día se traduce en más inflación dejando a nuestra gente con menos poder adquisitivo del que tenía antes del ajuste.

Hay que ponerle un parao a este círculo vicioso de la devaluación y para ello el manual de excusas no es suficiente.

Twitter: @griseldareyesq

griseldareyes@gmail.com

www.griseldareyes.com

Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.

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Alejandro J. Sucre

Es maravilloso ver el empuje y el altísimo nivel de emprendimiento que hay en nuestro país, a pesar de los inmensos obstáculos que los dirigentes políticos imponen sobre la población para su desarrollo económico. Los empresarios generan beneficios y proveen bienes y servicios indispensables a todos los venezolanos sin distinción de ideología política, sin considerar si es político o no, sin importar raza o generó. Todos los empresarios de Venezuela hoy se han mantenido de pie y han logrado en el presente mantener a los venezolanos surtidos de todos los servicios y bienes disponibles en las economías más modernas del planeta.

Muchos lamentan a tantos venezolanos que se han ido a otras tierras generando una fuga de talento peligrosísima para la nación. Sin embargo, si uno examina y detalla la disposición de bienes y servicios que se encuentran en el país hoy, vemos que hay muchos nuevos empresarios que han surgido o se han mantenido a pesar de que Venezuela ha vivido la peor crisis económica del hemisferio occidental. En Venezuela a los empresarios se le ha venido abajo la economía y el poder adquisitivo de la población como a casi ninguna otra nación en el planeta en los últimos 12 años. Han emigrado 6 millones de venezolanos buscando otras tierras donde prosperar, hemos sufrido la más alta hiperinflación del planeta por los efectos de las expropiaciones, los controles de precios y de cambio, del uso de la liquidez monetaria del Banco Central y de la Tesorería Nacional para para patológicamente privilegiar a la clientela política. Venezuela además ha estado sometida a una guerra política y geopolítica entre sus dirigentes de gobierno y oposición entre Rusia, China y EE.UU. que sometió a los empresarios a a sanciones económicas por los EE.UU. donde ni siquiera se pueden hacer vuelos normales y menos sistemas de pagos expeditos. El empresario venezolano además ha sido desestimulado por un gasto fiscal que carece de total transparencia y lo cuales son de asignados a dedo y sin licitaciones. Esto ha generado fallas de servicios públicos como luz, internet, agua, carreteras, y seguridad personal que aumentan los costos de operar en Venezuela y competir con las empresas de otros países cuyos gobiernos son mas eficientes. La hiperinflación generada por el gasto publico clientelar y patológico además elimino el crédito en Venezuela. Además, los dirigentes políticos en lugar de corregir las fallas administrativas tan profundas en la administración de las empresas del estado y del gasto en infraestructura, buscan aumentar impuestos a las empresas que se quedaron en el país. Han emigrado también miles de empresas de primer orden,

Aun así, hoy los venezolanos todos podemos estar sumamente orgullosos de que gracias al indomable espíritu empresarial que queda en Venezuela no falta casi ningún tipo de alimento, medicina, construcción, tecnología, servicios de todo tipo. Todos los bienes que deben y pueden proveer los empresarios de un país moderno lo proveen los empresarios que se quedaron en Venezuela a nuestra población. Los sueldos solo pueden subir si aumentan las ventas de petróleo a 2 o 3 millones de barriles por día. Para eso el gobierno y los políticos de oposición deben ponerse de acuerdo para que EE.UU. levante las sanciones y se salgan del macabro juego geopolítico en que se metieron como parte de su guerra desmedida del poder. Los sueldos subirán también cuando el gasto fiscal sea utilizado para crear más y mejor infraestructura eléctrica, vial, hospitalaria y educativa que permita el florecimiento de más hoteles ecológicos , fábricas de todos tipo, fincas no para embolillárselos unos pocos y llevárselo a cuentas en Suiza u otras latitudes . Sin sanciones y con un gasto fiscal que se haga vía licitaciones, los emprendedores en Venezuela crearan nuevos servicios que generaran mas divisas en turismo, exportación de todo tipo de productos, mas eficiencia en la industria petrolera, gas y petroquímica, participaran en moda, tecnología, deportes, talentos artísticos, médicos, científicos, desarrollos agrícolas, seremos una nación muy destacada en el mundo gracias al espíritu empresarial que posee el venezolano. El gobierno del presidente Maduro tiene la oportunidad de seguir los cambios que genero desde el año 2020 liberando el cambio y la fijación de precios, profesionalizando parte de la administración publica. Ahora debe ser mucho mas rápido en negociar el levantamiento de sanciones y de organizar un gasto fiscal mas eficiente. No puede hacer perder tiempo a la población creyendo que con sanciones y sin mejorar la administración de recursos fiscales podrá verse un renacer de la economía venezolana. Con sanciones y sin un. Mas eficiente gasto fiscal Venezuela no será el paraíso.

Twitter: @alejandrojsucre

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