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Opinión

Claudio Bifano

A escasos tres meses de celebrarse las elecciones universitarias, solo a través de las redes sociales el profesorado de a pie tieneal guna información de lo que se está discutiendo con relación a la elección de las nuevas autoridades rectorales en la Universidad Central de Venezuela. Sin embargo, trasciende que hay un movimiento de grupos de profesores que manejan nombres de aspirantes y candidatos a ocupar cargos directivos de la Universidad Central en un ritual casi masónico.

Vector político UCV, una organización que se define de “extensión para la investigación, el desarrollo y la innovación de la Universidad” distribuye una encuesta de intención para el rectorado con nombres de profesores que están supuestamente interesados en ocupar la silla rectoral.

Muchos colegas han denunciado la grave situación académica y estructural en que se encuentra nuestra universidad y si estas preocupaciones responden a un genuino interés de construir una universidad que no repita los errores del pasado, el profesorado y el estudiantado debería estar discutiendo muy seriamente el futuro próximo de nuestra institución, cuando, repito, faltan escasos tres meses para las elecciones,

Es difícil escribir sobre este asunto en estos momentos, sin dar la impresión de querer sembrar pesimismo en la comunidad académica. Nada más lejos de mi intención es pretender hacerlo, después de sesenta años de servicio en la Universidad; pero considero mi deber de viejo profesor compartir mis preocupaciones porque estoy genuinamente deseoso de que Venezuela cuente a futuro con universidades académicamente más adecuadas a las

exigencias del ahora. Y lo hago aun a sabiendas que puede no ser del agrado de algunos.

Con todo el respeto que merecen los candidatos que se están conociendo, para, por lo menos buscar solucionar algunos de los problemas que arrastra nuestra universidad no es tarea de una sola persona, o de un equipo rectoral, sino de la capacidad, el sentido común, la voluntad y el compromiso de la comunidad académica.

Nosotros hemos escogido la vía electoral democrática para seleccionar por mayoría a los colegas que van a ocupar los cargos de mayor responsabilidad de la universidad; defendemos ese principio y nos sentimos orgullosos de hacerlo, pero estamos en la obligación de respetar sus premisas. Respetarlas, significa que el profesorado activo y una representación calificada de estudiantes debe estar bien enterada de cuáles son las credenciales académicas (más allá de que tengan un título de doctor) de los candidatos, cual es el plan de trabajo que proponen para el rescate académico de la institución y, sobre todo, como llevar a cabo sus propuestas.

No me cansare de repetir que el éxito de la universidad reside en la calidad de los profesionales que forma y el conocimiento nuevo que generan sus profesores; es decir en la calidad de la docencia que imparten y la investigación que realizan sus profesores. Sin restarle la importancia coyuntural que pudieran tener, todas las demás son funciones o atribuciones colaterales.

Nunca fue un acierto decir que hay que llegar al poder y después hacer los cambios, como me dijo una vez un colega y ahora lo es menos que menos. La pasividad y el desánimo del profesorado universitario es palpable y la sostenibilidad de la institución está comprometida por lo que llegar a ocupar la silla de Vargas significa en estos momentos un enorme compromiso más que un privilegio que puede alcanzar un profesor.

Son tiempos difíciles los que tenemos que enfrentar. Sabemos que cualquier cambio en la universidad debe vencer la inquina que le tiene el gobierno, pero, aun así, es necesario comenzar desde adentro a abrir caminos propicios para construir la universidad necesaria para el futuro. Para lograrlo es indispensable que quienes lleguen a ocupar cargos de dirección en la universidad cuenten con la participación activa de los integrantes de la comunidad académica que quiera y pueda ayudar a alcanzar ese logro.

Cargamos sobre los hombros el peso de la llamada política universitaria que ha permanecido enquistada en la universidad durante más de medio siglo que la comunidad académica debe repensar porque ha sido nociva para la institución. Puede parecer muy difícil lograrlo, habrá que cambiar el gobierno dirán algunos, aunque pueda haber parte de razón en ese argumento, hay que tener el valor de comenzar a propiciar cambios a través de la confrontación de planteamientos y de ideas que giren en torno a los valores sustanciales de la universidad y también de aceptar que los conciliábulos para seleccionar candidatos deben dar paso a la convocatoria de la comunidad académica para discutir programas de trabajo que permitan construir conjuntamente el futuro que queremos para nuestra universidad.

@cbifano

Profesor Titular de la UCV

Individuo de Numero de la Academia de Ciencias Físicas Matemáticas y Naturales

Nueva Universalia. Defensa de los valores de la Academia

26 de febrero 2023 2023

 3 min


Guillermo Mendoza Dávila

Una profecía autocumplida es el proceso por el cual determinadas expectativas conducen a su propia confirmación. Una creencia sobre un evento futuro que lleva a las personas a actuar de una cierta manera, lo que en última instancia hace que se produzca el resultado anticipado. El término formal proviene del sociólogo norteamericano Robert K. Merton, pero ya antes Henry Ford lo había enunciado, “tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes razón”.

En economía, es la noción de que las creencias colectivas y las expectativas de los consumidores, las empresas y los inversionistas pueden influir significativamente en los resultados económicos de un país, al impactar en la conducta y en la toma de decisiones de los individuos.

Cuando dichas expectativas son optimistas, es muy probable que los consumidores y las empresas actúen acorde, invirtiendo y gastando más dinero, lo que de inmediato impulsa el crecimiento económico. Por el contrario, cuando las expectativas son pesimistas, la actividad económica se reciente y el crecimiento se desacelera.

El gobierno juega un importante papel en este proceso. Cuando las políticas públicas se consideran beneficiosas para el desarrollo de la economía, ello conduce a un aumento del gasto de los consumidores y de las empresas, lo que a su vez conduce a un mayor crecimiento económico. Lo contrario produce un efecto desfavorable. Lo mismo se puede decir de la percepción del desempeño del Banco Central.

De igual manera, los medios de comunicación juegan un rol crucial en la formación de expectativas de la población. Si las noticias económicas se difunden de manera positiva, pueden generar un mayor gasto de los consumidores y las empresas. Compleja labor si no hay noticias positivas que difundir, pero debemos cuidarnos mucho de las fake news.

En la Venezuela contemporánea, el ligero crecimiento económico de finales del 2021 y el primer semestre del 2022 se alimentó considerable de la susodicha profecía, ya que en general se respiraba un cierto aire de mejoría. El mercado como colectivo incrementó su consumo, las empresas mejoraron su contratación y remuneración, los emisores e inversionistas regresaron a la bolsa de valores, surgieron algunos nuevos negocios. Las expectativas ayudaron al resurgir del sector comercial, que vivió una tenue mejoría de la mano del gasto particular.

Pero luego nos pegó la modificación del IGTF sobre la dolarización, la debacle monetaria de agosto y la caída de la renta petrolera por la pérdida del aliado ruso para la colocación del crudo, y muy pronto el sentimiento colectivo cambió. Las esperanzas de mejoría se desvanecieron de la mano del resurgir de la inflación y la depreciación sostenida de la moneda. Expectativas negativas autocumplidas.

Hoy día, aun cuando los economistas todavía predecimos un repunte del PIB para el 2023, el saber popular está muy desanimado y las velas están arriadas. El consumo agregado ha bajado, las empresas están agazapadas, las ventas y la cobranza maltrechas, y el arribo de unas aburridas primarias no ayudan en nada. Dichas expectativas negativas conducen a un mayor deterioro del desempeño económico nacional.

Como colectivo, lo que necesitamos con urgencia es renovar el ánimo. Empero, recuperar nuestro entusiasmo no es tarea fácil, ya que hace falta crear un ambiente positivo en lo económico y en lo político, y ambos planos están seriamente comprometidos por ahora.

Quizás una mayor apertura petrolera junto al incremento del comercio bilateral con Colombia y Brasil, más el necesario acuerdo tripartito para mejorar el salario público nos traigan renovadas esperanzas económicas. Quizás algún sorprendente pacto electoral motive al desilusionado pueblo a sonreír nuevamente.

Quisiera pensar también en un certero viraje de las políticas públicas, pero ni en el famoso sueño de Martin Luther King había tanta esperanza. A corto plazo necesitamos unirnos para apoyar y generar expectativas francamente positivas, a partir de escenarios creíbles. De esas que según la embrujada profecía, se puedan autocumplir.

guillermomendozad@gmdconsultor.com

 3 min


Luís Ugalde

Probablemente la mayoría de los demócratas venezolanos hubiéramos deseado llegar a candidato unitario por consenso, sin necesidad de organizar primarias. Un sueño imposible que, como muy bien ha dicho Jesús María Casal, es sustituido por “el consenso es la primaria” entre candidatos con el reto de unirnos en el único ganador para derrotar esta asfixiante dictadura. El doctor Casal preside la Comisión Nacional de Primaria (CNP) expresión del poder ciudadano (no de la dictadura ni de ningún partido opositor). La CNP acaba de fijar el 22 de octubre de 2023 como fecha para la votación de las primarias, a las que se entra con muchos candidatos y se sale con uno solo apoyado por todos sus competidores. Paso importante hoy cuando la continuación del dictador Maduro tiene el máximo rechazo y los partidos políticos están en su mayor desprestigio. Es la hora de la Sociedad Civil y del resurgir desde sus entrañas de la POLÍTICA con mayúscula. Tenemos muy pocos meses para llevar a cabo esta hazaña histórica. No saldremos de la dictadura y de la pobreza que sufre el 90% de la población si cada uno de los venezolanos se limita a lamentar y esperar que otros hagan el milagro que necesitamos.

Sin duda el gobierno no está dispuesto a dejar el poder ni a perder las elecciones presidenciales de 2024. Sabe que con el actual repudio y pobreza generalizada, las tiene perdidas, si son medianamente libres y limpias. Pero una oposición dividida, sin esperanza y decidida a no participar es la mejor aliada de la dictadura y de la pobreza perpetuada, como en el régimen cubano. A esto va a apostar la tiranía con todos los hierros. Frente a ello millones de venezolanos necesitamos cambio y no podemos quedarnos culpando a la oposición por no haber derrotado a la dictadura, aunque tengamos razones para no simpatizar con ciertos líderes. No van a venir otros a librarnos de la dictadura, aunque muchos lo hayan deseado y no nos queda más camino que ir masivamente a las elecciones para ganarle rotundamente a la dictadura y hacer valer el triunfo. Todo ello es imposible si millones de venezolanos dentro y fuera del país no vamos a votar en la primaria opositora.

¿Qué debo hacer para salir de la dictadura y de la miseria y rescatar la democracia con futuro de oportunidades? Necesitamos visualizar en cuatro o cinco rasgos políticos, económicos y sociales el cambio que deseamos todos los venezolanos. Cada uno debe concretar su aporte en una pequeña acción para que la Elección Primaria de octubre sea un éxito y en 2024 salga el sol de la liberación para toda Venezuela. Es el camino que convierte a millones de habitantes en verdadero poder ciudadano.

Afortunadamente la Comisión Nacional de Primaria presidida por el muy reconocido constitucionalista Casal fue bien recibida y empezó a despertar la esperanza; ahora reforzada por su reciente acuerdo sobre la fecha de la primaria, donde entramos con varios candidatos demócratas y salimos con uno solo apoyado por todos los demás y con un país movilizado con él. Es el primer paso indispensable para la derrota de la dictadura y para encabezar la transición y la reconstrucción con esfuerzo nuestro y con un apoyo decidido de los países e instituciones democráticos del mundo.

Ahora entramos en las tareas complejas para organizar la ELECCIÓN PRIMARIA, que no pueden fallar:

1-Hacen falta la colaboración de no menos de 50.000 voluntarios, financiamiento y organización en torno a unos 3.000 centros de votación bien distribuidos por todo el país. Lo más razonable es que el CNE facilite esos centros, sin que la CNP le ceda el control del proceso que no le corresponde.

2-Es necesario avanzar al máximo posible para lograr de manera transparente el voto de los venezolanos fuera del país: sabemos que hay varios millones con dificultades técnicas y organizativas muy grandes y difíciles de resolver.

3-La CNP no acepta la arbitraria e ilegal inhabilitación de candidatos opositores por parte de la dictadura.

4-Hay que garantizar el secreto del voto para evitar represalias dictatoriales.

5-El CNE debe actualizar el registro electoral e incluir a millones de electores fuera y dentro del país, que no están registrados. No lo hará sin fuerte presión nacional e internacional.

6-Por encima de todo necesitamos que todos y cada uno de los candidatos a primarias se comprometa con los venezolanos a reconocer el triunfo del único ganador de la candidatura, apoyado desde el día siguiente por todos nosotros y por los aspirantes que hasta ayer fueron sus rivales.

Todo ello es para llevar adelante un programa breve y claro para el rescate de la democracia y la acelerada reactivación económica con trabajo e ingresos dignos para los millones de venezolanos que hoy sufren miseria y con desesperación siguen haciendo las maletas. Sin cambio de régimen NO HAY CONFIANZA y sin esta no tendremos las mil millonarias inversiones que son indispensables.

Quiero subrayar que la necesidad y el deseo de la inmensa mayoría de los militares son los mismos que los de los civiles. Ellos y sus familias están sufriendo y quisieran estar como dice la constitución “al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna” (art. 328, Constitución).

De aquí a octubre tenemos que movilizarnos para superar todos estos puntos y lograr una sociedad civil unida para hacer valer su soberano poder e interés. La dictadura hará lo posible para dividir, infiltrar algún candidato vendido y obstaculizar, pues se opone a este cambio más que la dominación española a la Independencia en 1811.

Caracas, 27 de febrero de 2023

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Eddie A. Ramírez S.

El pasado domingo se cumplieron 22 años del fallecimiento de Arturo Uslar Pietri, nuestro intelectual más importante del siglo XX. Destacó como intelectual, escritor, periodista, político y divulgador de la cultura a diferentes niveles. Sus programas de televisión, particularmente Valores Humanos, contribuyeron a educar a nuestro pueblo. Por su incursión en la política, muchos han intentado disminuir su aporte a Venezuela.

En la presidencia de Isaías Medina Angarita, Uslar ocupó los ministerios de Educación y de Relaciones Interiores. fundó el partido oficialista PDV. Después del derrocamiento de Medina, fue señalado de ser la eminencia gris del gobierno y de haberse opuesto a la elección presidencial mediante el voto universal. Se dijo, probablemente con fundamento, que él aspiraba ser designado a dedo por Medina. La Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Betancourt y con presencia de otros tres militantes de Acción Democrática y de un simpatizante de ese partido, lo expulsó del país. A partir de esos dos hechos, nació el señalamiento de que Uslar tenía un gran resentimiento en contra de ese partido. Algunos de sus críticos han llegado al colmo de afirmar que no fue el autor del célebre artículo Sembrar el petróleo, publicado en 1936.

En 1963, lanzó su candidatura presidencial. A pesar de su prestigio y verbo elocuente, fue derrotado por Raúl Leoni. Sin embargo, considerando la situación del país, durante dos años formó parte del gobierno de Amplia Base presidido por Leoni. Posteriormente, en 1968 apoyó la candidatura fallida de Miguel Ángel Burelli en contra de Rafael Caldera. Se alejó un tanto del activismo político, ocupando la dirección del diario El Nacional entre 1969 y 1974, contribuyendo a orientar a los ciudadanos, señalando los errores de los diferentes gobiernos. En el período presidencial de Carlos Andrés Pérez fue embajador ante la Unesco, entre 1974 y 1979. El haber apoyado durante dos años al gobierno de Leoni y haber sido embajador ante la Unesco en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez desvirtúan la vieja conseja de que tenía resentimientos en contra de Acción Democrática que lo llevaron a solicitar la renuncia de Carlos Andrés en su segundo período.

Uslar Pietri fue siempre un crítico constructivo, señalando que Venezuela no llevaba un buen rumbo. El problema es que el apasionamiento político y los ingresos petroleros han nublado nuestra percepción. Hoy, la destrucción ocasionada por el chavismo-madurismo nos inclina a pensar que las gestiones del pasado fueron excelentes. Cierto que, con algunas manchas, tuvimos libertad política, pero la mentalidad estatista ejerció un fuerte control sobre la economía, estableciendo barreras arancelarias, subsidiando sectores ineficientes, manteniendo una sobrevaluación de nuestra moneda e imponiendo control de cambios, con el consecuente aumento del clientelismo político. La crisis se paliaba cuando aumentaban los precios del petróleo, para agudizarse posteriormente, con inflación y devaluaciones, cuando se derrumbaban los precios. Aumentó la pobreza y se detuvo el ascenso social, con el consecuente aumento del descontento popular.

Esto fue lo que advirtió Uslar que era necesario cambiar. Alertó que en el sector militar debía haber también descontento. La acusación de que tanto él, como el resto de los llamados Notables, fueron responsables del juicio y destitución de Carlos Andrés es una manera distorsionada y simplista de apreciar la situación de ese momento. Recordemos que Carlos Andrés fue electo por segunda vez porque la inmadurez del pueblo lo veía como el candidato necesario para regresar a la bonanza de su primer período, sin tomar en cuenta que la gestión de esa primera presidencia desencadenó gran parte de nuestros males. Administró esa riqueza con escasez de criterio, como dijeron sus críticos y comprobaron los hechos.

Carlos Andrés tuvo la valentía de reconocer sus errores del pasado e intentó una rectificación. Lamentablemente arrastraba el pesado fardo de los erráticos gobiernos de Luis Herrera y de Lusinchi. Por querer proyectar su imagen en el exterior, no le dedicó suficiente tiempo a la gestión de gobierno y al contacto con la gente y con el sector político. Además, sobredimensionó su carisma, no escuchó las advertencias de los órganos de seguridad de que había varias conspiraciones en marcha, ni las informaciones y opiniones que reflejaban malestar popular. Evidentemente, su enjuiciamiento y destitución fueron de naturaleza política, muy probablemente para evitar que se profundizara la crisis.

A Carlos Andrés lo defenestró el sector político encabezado por su propio partido. Endosar la culpa a Uslar y a los Notables es una falacia. Ojalá que, por apasionamiento político, dejemos de descalificar a nuestros valores humanos.

Como (había) en botica:

Horacio Medina, presidente ad hoc de Pdvsa, presentó un balance preliminar de la gestión del 2022. “Estima una posible ganancia de 2.500 millones de dólares y que, gracias a la estabilización de las operaciones y excelente mantenimiento, la empresa tiene hoy buen prestigio, ubicándose su valor entre 9.000 y 10.000 millones de dólares”. Cabe mencionar que la destartalada Pdvsa de Maduro, desde el 2016 no presenta su Informe de gestión; gracias a la Opep se conoce que la producción es de solo 686.000 barriles por día, según esa organización y de 732.000 según le informó Pdvsa; por informaciones de prensa y vecinos de las refinerías sabemos que estas se incendian o se paralizan con gran frecuencia, y los usuarios de vehículos atestiguan que la gasolina y diesel no llegan regularmente.

Según Eurasia Group y el Chicago Council, Venezuela está entre los once países con mayor impunidad, de un estudio de 163.

Los profesores universitarios convocaron un paro de 48 horas a partir de hoy, en demanda de aumento de salarios, respeto a derechos laborales y libertad sindical.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


Benjamín Tripier

Todo el mundo, en la calle, sabe que el gobierno no tiene entre sus opciones, abandonar el gobierno el próximo año. Y el comentario, de sentido común, es que no tiene ninguna motivación para hacerlo. Tiene hoy una posición de fortaleza como no la había tenido el chavismo en su historia política en Venezuela que arrancó el 4 de febrero de 1992. Hoy, más allá de sus problemas internos, que para ellos son manejables, no corren riesgos ni de golpes, invasiones o levantamientos populares.

Y para colmo, se quedó sin oposición, casi sin esfuerzo, porque articuló las circunstancias como para que la estrategia de “mesita, alacranes y escorpiones” funcionara casi en automático, sin tener que exponerse abiertamente, dejándoles el tema de la autodestrucción directamente a ellos… o a lo que queda de ellos, los opositores.

Y el desmantelamiento opositor es tan brutal que andan a la deriva buscando como punto de referencia, unas primarias que, al ser esencialmente defensivas, es muy difícil que debiliten el poder del chavismo; y, por el contrario, lo más probable es que muestren en toda su crudeza la situación de vulnerabilidad de lo que queda, de lo que en algún momento fue la oposición venezolana.

Porque oponerse es producir impacto, influir, ser tenidos en cuenta, tener iniciativa mediática o popular, que puedan, de alguna forma, inducir toma de decisiones o defender alguna postura conceptual o ideológica. Y tan es así, que los dirigentes se cuidan de hablar mal del gobierno, y descargan su frustración hablando mal de otros que también se dicen opositores.

Les resultó más fácil tumbar a Guaidó que hacerlo con Maduro… ni lo intentaron. Desaparecieron el interinato acabando con lo que se había construido internacionalmente… nada de pensar en reestructurarlo, cambiar personas o roles… no… lo mejor para ellos era destruirlos y comenzar, no desde 0, sino de -14.

Y, para colmo, entran en juego las encuestas, que van mostrando e impulsando candidatos o precandidatos. Algunas, descaradamente ponen de primero a personajes que ni siquiera están en el radar del común de la gente; otras, un poco más discretas, ponen a su candidato de segundo o de tercero. Lo cierto es que el juego de oficialismo-oposición hoy solo se está jugando, tímidamente, en el campo mediático y declarativo.

Porque la realidad es que no hay ni un solo acto de oposición práctica y concreta. No hay protestas políticas, ni marchas, ni movimientos que impulsen esto o aquello… porque la realidad es que hay suficientes motivos para protestar, pero lo que falta es gente que proteste. Porque la gente, la que en varios momentos salió a la calle y aguantó gases lacrimógenos y arremetidas de la guardia, tenía alguna confianza en que las cosas podían cambiar; hoy eso no está.

A cualquiera que le preguntes en la calle quiénes son los verdaderos opositores, casi sin duda, con simpatía por ellos, o no, responderán que son Guaidó y María Corina. Que son los dos que, desde el principio, se mantuvieron en el país, con una actitud frontal… y tal vez en su momento, también Leopoldo López… pero para las circunstancias de hoy ya no cuenta… solo quedan los dos que les mencioné.

Y el resto, con el tema de la actitud de convivencia y aceptación, se ha ido mimetizando dentro del propio ecosistema del chavismo, pero sin significar una presión que los haga sentir en acuerdo con le gente común… la que quiere un cambio… que hoy son más de 80% del país.

El ecosistema chavista se ha visto incrementado, mientras en el opositor, solo quedan unos pocos… que los reconoces porque no atacan a los otros opositores, y sí lo hacen con el gobierno. Mientras que los otros, los que discretamente se fueron desplazando hacia el chavismo, siempre van a atacar a otros opositores, mientras que, al chavismo, “ni con el pétalo de una rosa”

Porque el tema de las sanciones, ya quedó claro que no era algo del interinato, sino que es una actitud propia de EE UU en defensa de su seguridad interior, que no va a cambiar, ni se va a flexibilizar, hasta que nosotros, que nos consideran una “amenaza inusual y extraordinaria”, dejemos de ser un riesgo para ellos. Y eso no pasa ni por elecciones, ni por DD HH… depende de si ellos ven que el riesgo sigue vigente.

Político

El trabajo de la Comisión de Primarias de la oposición es impecable, y no se esperaba menos por el calibre de personalidades que la integran. Pero su trabajo es solo un eslabón más de una cadena de eventos, procesos, circunstancias y percepciones, las cuales finalmente, si se alinean en el tiempo y en el espacio, pudieran dar algún resultado que cambie las cosas en el país.

O sea que las primarias, en sí mismas y por sí solas, no son la solución. Eso debería estar claro para todos.

Tanto las pocas personas que creen que todo está bien, como las muchas que creen que todo está mal, están convergiendo en que las cosas tienen que cambiar; muy pocos creen que las cosas podrían mejorar. Los primeros están aterrizando que lo bueno que creen no es sostenible, y los otros, la mayoría, están llegando a un punto de saturación.

Un punto de hartazgo de que siempre haya problemas de agua, que la luz es inestable, que la internet no es buena, que no puedes usar libremente el pasaporte venezolano, que no puedes hacer transferencias al exterior, y que estamos cansados de ser los “sospechosos de siempre” por parte de los oficiales de cumplimiento de los bancos internacionales. Y ni que hablar de la inflación, de la dolarización que nunca se formaliza, o de la pulseada entre el mercado y el Plan de la Patria.

La teoría dice que el punto de las primarias, debe ocurrir recién después de agotar las vías para acordar o negociar; y a esto solo llegaremos después de que el hartazgo haga crisis y produzca un colapso. El colapso no necesariamente es violento… en nuestro caso, la gran masa de la población no está dispuesta a inmolarse a través de una vía violenta; no cree en sus líderes, y con las excepciones mencionadas más arriba, creen que le hacen el juego al chavismo.

Hay otras formas firmes y contundentes de protestar que no son ni violentas ni conspirativas.

Social

La base social del país, que está en pobreza de algún tipo, está muy alejada de la política y de los políticos. Sus problemas son reales y con política ya aprendieron que no los solucionarán.

Unos protestan, otros buscan en la basura y los menos consiguen algún trabajo eventual. Tenemos una sociedad fragmentada en la cual se trabaja con el efecto derrame… por gravedad.

Los 400.000 que concentran la riqueza, contratan a los más de 2.000.000 que trabajan para ellos, y estos, a su vez, promueven otros 2.000.000 de personas, que son como el piso de la parte de arriba de la pirámide, que, en total, está en el orden de los 5.000.000 de personas.

Los 21.000.000 restantes viven de ayudas del Estado y del goteo que permea de los de arriba. Son, al mismo tiempo la carga que debe ser sostenida por la parte de arriba, y la oportunidad de crecimiento y salida. Porque una masa tan grande gente, si se pone en movimiento, puede producir resultados asombrosos de crecimiento.

El tema es cómo pasar de carga a oportunidad. Y tal vez esto esté relacionado con los párrafos anteriores, donde esa masa tiene el poder de cambio en sus manos. No lo saben… no saben que son la oportunidad, ni saben cómo articularse. Por eso es que decimos que los liderazgos políticos han fracasado. Lo más que pueden hacer, los de un lado, es mantenerlos quietos “debajo de la alfombra”, y los otros, a los que les interesaría sacarlos de ahí y ponerlos a producir, pues no lo han, ni siquiera intentado.

Este es el país de la región que tiene mayor porcentaje de pobres y muy pobres; y no los tratamos con criterio de sacarlos de la pobreza, sino de mantenerlos ahí, donde están, tratando de invisibilizarlos.

Esas bases de pobreza son la esencia de la abstención electoral; y si se les suman los de arriba, desencantados de la política, pues tendremos que solo votarán los que se vean motivados de manera especial y específica, que no serán todos, y, seguramente, no serán opositores.

Económico

Está claro que el modelo socialista que ha manejado el chavismo no resultó viable y los opositores no tomaron ventaja de esa situación haciendo propuestas de cambio y de mejores prácticas. De hecho, cuando en 2019 tuvieron la oportunidad de presentar algo, no produjeron nada novedoso, sino que continuaron con el estatismo y la dependencia petrolera. Haciendo un corte al día de hoy, no hay ni una sola propuesta de política económica por parte de la oposición. Hacen alguna crítica o un rechazo aquí y otro allá, pero no hay una propuesta concreta.

Bueno… podría pensarse que ya es tarde para propuestas disruptivas, porque el mismo chavismo las está proponiendo. Está presentando ideas innovadoras y las está llevando a la práctica.

Porque dolarizar, liberar precios y promover el mercado de capitales no salió de la oposición sino del centro del mismo gobierno. Es lo que llamo el neo chavismo de mercado, enfrentando al chavismo tradicional del Plan de la patria. Ellos están llenando los espacios de cambio y, aunque aún muy lentamente y sin la seguridad de continuidad, pero han ido moviendo el sentido de dirección hasta tener una economía hipercapitalista. Pequeñita, estancada, pero muy capitalista.

Si estas medidas se tomaran en un contexto político distinto, y si contaran con el apoyo y la confianza de la gente, pues los resultados ya estarían siendo otros. Es donde el qué y el cómo, son menos importantes que el quién lo hace… el neo chavismo no tiene el respaldo popular, y para colmo, tiene en contra al chavismo clásico… el de los controles y el anti empresa y mercado.

Claro que la oposición aún puede tomar las banderas del mercado y la privatización, con estrategia profundas de inclusión social; no para administrar la pobreza, sino para sacar a la gente de la pobreza. Aún quedan para bandera de la oposición, los espacios que el chavismo no ha sabido/ querido formalizar, principalmente porque entre sus filas no cuentan con cuadros familiarizados con el capitalismo; al capitalismo le ven como el enemigo y no como la solución. Mientras que los opositores, aunque en su mayoría siguen siendo estatistas, al menos tienen la formación básica en las leyes del mercado.

Hay un largo camino por recorrer, porque no hay nada que indique que a corto plazo puede haber un cambio de gobierno. Lo que sí podría haber es un cambio en el sentido de dirección de la revolución, pero que va a salir del seno del propio chavismo.

Internacional

El 24 de febrero se cumplió un año desde la Operación Militar Especial de los rusos contra Ucrania, que iba a durar 72 horas… bueno… duró un poco más que eso. Arrancaron ese día con Crimea tomada por ellos, y un par de provincias separatistas que intentaban anexarse. Si bien hoy tienen una parte de esas provincias, lo cierto es que el costo de estar allí, no pareciera ser compensatorio de los logros.

Porque si lo apreciamos en un contexto mas amplio, hoy Rusia es el país con mas rechazo del planeta, habiendo sido rechazado por 141 países en la ONU, con 32 abstenciones (incluyendo a China) y contando con el apoyo de solo 7 países, que son los mismos parias de siempre, Corea del Norte, Irán, Nicaragua, Bielorrusia, Mali, Eritrea y Siria.

El jefe de la OTAN reconoció los dos errores estratégicos que cometió Putin en su decisión de atacar a Ucrania: uno fue subestimar la fuerza y valentía del pueblo y el ejército de Ucrania; y el otro fue también subestimar la determinación y la unidad de la OTAN y de sus socios.

Porque no cabe duda que Putin se creyó su premisa de la OME de 72 horas. La próxima semana se cumple un año de esa atroz invasión y el grado de deterioro de Rusia es muy grande. No solo en cuanto a pérdidas materiales militares en los frentes de batalla, sino pérdida de mercados, bloqueos en el flujo de productos, rechazo mundial a todo lo que tenga que ver con Rusia, y una pérdida de reputación y confianza que demorará décadas en ser recuperada.

El destino final, puede anticiparse que será la rendición incondicional, la desmilitarización y el desarme; además de la pérdida de control político institucional de su país, que será tomado y ejercido por las fuerzas vencedoras. Y el resultado, para ellos, será el opuesto al que motivó su operación, que era recuperar los territorios de la antigua “cortina de hierro”.

De allí que ahora esté amenazando con atacar a Polonia, y que las fuerzas militares en el Báltico estén en alerta. El ataque ruso logró además expandir los presupuestos de defensa de todos los miembros de la OTAN, y comenzar a contar con “invitados” como Suecia y Finlandia, en su proceso de adhesión. No solo invierten en equipos convencionales de blindados y de infantería, sino que están probando nuevas tecnologías para anticipar la etapa que puede llegar en el 2do semestre, en la cual la OTAN ingrese formalmente en la guerra, y que EE UU, antes o después, se involucre en lo que se reconoce el conflicto global post WWII.

Porque a la guerra fría la ganó EE UU con el desmantelamiento de la URSS y la incorporación de Rusia al mercado capitalista. Y esta segunda etapa, iniciada por Putin tratando de regresar a la Rusia de los zares y al águila bicéfala, tiene como objetivo volver a enfrentar a EEUU, tomando como excusa el caso de ucrania. Pero la diferencia en poder militar es tan, pero tan abismal, que prácticamente Rusia no tiene posibilidades de salir bien de esta guerra que ellos mismos comenzaron.

Recomendación

  • Al gobierno: que se aleje lo más que pueda de las actividades económicas, incluyendo a aquellas que por ley le correspondería. Ha llegado el momento de tomar decisiones acordes con las circunstancias actuales; que no solo incluyen cambios demográficos y tecnológicos, sino que deben considerarse como condiciones permanentes a las sanciones de EE UU. Y que imite la situación de los peruanos que han logrado desenganchar la política de la economía. O de los brasileros que tuvieron 0,5% de inflación mensual bajo un gobierno de izquierda.
  • A la dirigencia opositora: que reconozca que están alejados del afecto de las bases; que ya no los representan y que los objetivos comunes que tenían han perdido coincidencia. Que ha llegado el momento de que surjan nuevos liderazgos con un perfil de patriotismo que haya quedado evidenciado con sus actos, de los públicos y de los privados. Con un par de excepciones honrosas, todos los dirigentes que aspiran a ser presidentes, han jugado a la ambigüedad y han puesto en juego sus principios. La gente ya no cree en ellos… ni en las encuestas que impulsan a unos y a otros.
  • A la dirigencia empresarial: que reconozca la gran oportunidad de la economía de la base de la pirámide y comience a incorporar e impulsar nuevos modelos de negocio. Hoy todo gira alrededor de los 5.000.000 de arriba, y estamos perdiendo la oportunidad con los 21.000.000 de abajo. Se trata de cambiar los pesos en la ecuación de precio por cantidad. Para los de arriba, precio alto para solo 5.000.000; para los otros, precio muy bajo multiplicado por una cantidad 4 veces más alta. Y el resultado seguramente será mejor en el segundo caso, y lo más importante, será sostenible en el tiempo.

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Marino J. González R.

Para ordenar la acción de los gobiernos se han creado ámbitos de acción bajo la coordinación de personas responsables. En algunos países estos responsables se denominan ministros, en otros países se llaman secretarios. El conjunto de estos responsables se conoce como Gabinete, sea en sistemas presidenciales o parlamentarios. La premisa básica es que la división de tareas, realizadas coordinadamente, resultará en el mejoramiento del desempeño del gobierno en su conjunto.

Si tomamos como referencia a Estados Unidos, Alemania, y Japón, todos ellos países del mayor nivel de desarrollo social y tecnológico, el número de ministerios o secretarios no es mayor a 16. En Estados Unidos y Alemania son 15 miembros del Gabinete con rango de ministros o secretarios, y en Japón son 16. Visto el alto desempeño de estos países en el ámbito global, pareciera que este número de áreas es adecuado y manejable. Fundamentalmente porque es un número que permite adecuadas interacciones entre los miembros del Gabinete, y reduce los solapamientos y conflictos que se pueden derivar de un alto número de áreas.

La lógica de la premisa anterior no es aplicada de manera general. En Brasil, a raíz de la toma de posesión del presidente Lula a principios de año, se ha anunciado la constitución de un Gabinete de 30 ministros. Esto significa el doble del número de ministros que en el gobierno de Bolsonaro.

De la revisión de la lista de ministerios se observa que algunos están muy relacionados. Por ejemplo, existe el ministerio de Agricultura y Ganadería, y también existe otro ministerio de Pesca y Acuicultura. También está el ministerio de Comunicaciones, y otro de Puertos y Aeropuertos. El ministerio de Seguridad Social coexiste con el de Trabajo y Empleo. El ministerio de Transporte está separado de ministerio de Comunicaciones, ya mencionado. El ministerio de Gestión e Innovación en Servicios Públicos, antes que estar relacionado con cada uno de los servicios específicos, representa más bien una dimensión transversal (lo cual contradice la especificidad de cada uno de los servicios). Estos son apenas unos ejemplos.

Es obvio que el aumento en el número de ministerios tiene una lógica más política que técnica. Se trata de crear espacios que aumenten la posibilidad de apoyos, sea de partidos políticos, o de otras organizaciones. En otras palabras, el alto número de ministerios ensancha la posibilidad de apoyos políticos para el nuevo gobierno.

Esta ventaja para la estabilidad del gobierno, trae como contrapartida la dispersión en la toma decisiones. En los casos citados anteriormente, es posible imaginar la competencia entre ministros, y las respectivas burocracias que coordinan, por diseñar e implementar políticas. Con la consiguiente sobre carga del presidente, o de sus oficinas de asesoría. El resultado es el retraso en la toma decisiones, y especialmente en la mayor complejidad de las políticas (por aquello de que más instancias tiende a incorporar más detalles).

La coherencia de los gobiernos es un requisito fundamental para que la gestión sea efectiva y expedita. Para ello se requiere la definición de áreas de competencias que sean específicas y complementarias, y que promuevan la coordinación dentro del gobierno.

Aumentar el número de ministerios puede ser un recurso para garantizar la gobernabilidad de corto plazo, pero no necesariamente para implementar políticas públicas exitosas. Muchas veces los gobiernos terminan sembrando las causas de sus propias restricciones.

Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).

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Griselda Reyes

El país está en campaña… ¿Bueno, y cuándo es que no estamos?

A propósito de la víspera de la elección presidencial que estaría prevista para el último trimestre del año 2024, pensando en función de la juramentación del jefe de Estado para el período presidencial 2025-2031, tirios y troyanos han empezado a mostrar sus aspiraciones, bien sea por mantenerse atornillados en Miraflores o para suceder al madurismo en el poder.

Mientras el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no ha dicho con nombre y apellido quién será el abanderado que compita en los citados comicios, en la otra acera cada organización política y unos varios, muchos, «independientes» han puesto el nombre de su caballo al ruedo. Desde las organizaciones más antiguas hasta partidos políticos surgidos en los últimos años preparan su artillería más pesada para los venideros comicios.

El tema de la elección primaria, y nos referimos a esto en singular por que hasta el momento solo se elegiría a un candidato opositor para representar a la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), y la fecha anunciada por esta coalición partidista para desarrollarla el 22 de octubre de 2022, ha dado pie a que en las últimas semanas diversos dirigentes políticos pongan su nombre en la candela electoral.

Esto ha dado pie a que varios de estos, empiecen a recorrer el país buscando los votos con los que aspiran alzarse en el citado evento electoral opositor. Acto seguido, han salido las principales encuestadoras del país a hacer los sondeos de opinión correspondiente que permite –prematuramente, a nuestro juicio– medir que quiere el país.

Hemos visto detalladamente estudios de opinión y los respectivos análisis de los principales responsables de las firmas encuestadoras. Al ahondar más allá de la intención de voto, notamos que sigue marcada la pauta por la desconexión de la clase política con el electorado y, más grave aún, la falta de credibilidad de estos con la dirigencia político-partidista.

Vemos a los pocos que logran surfear la ola de esta falta de simpatía y empatía haciendo fiesta, principalmente en las redes sociales y con sus aliados «influencers», cuando la dura y grave realidad es que estos números son fotos de un momento que no necesariamente se mantenga de aquí a la fecha de la elección opositora y mucho menos de cara al 2024.

Si bien, todos debemos apostar al fortalecimiento de una figura que mueva a la inmensa mayoría opositora de este país, y no quiero sonar pesimista con estas líneas, urge un nombre que –más allá de lo que hoy digan las encuestas– sea capaz de tener los votos, cuidar los votos, y cobrar la elección. Ello unido a un programa de gobierno que traspase los 6 años del periodo presidencial, y sea un plan de gobierno por los próximos 18 años.

¿Realmente nos funcionan nombres que hoy sumen 14, 17 o 20% pero que no tengan la capacidad real de representar la transición que hoy reclaman los venezolanos? No son tiempos de guerras de numeritos, creo que es el momento de revisar las otras láminas de estos estudios de opinión y ocuparse de la realidad que narran los venezolanos encuestados. Presentar programas de Gobierno serios que vayan en consonancia con esto debería ser una de las prioridades.

Quiero detenerme un momento para referirme a mi etiqueta de guerra de encuestas adelantadas o mi calificativo de prematuras. No quiero que esto se traduzca en una descalificación para importantes firmas consultoras del país, que abundan. Con esto busco referirme a lo cambiante de la realidad venezolana.

Un claro ejemplo de ello es lo que nuestros libros de historias han recogido del episodio de 1998. Un año antes de la elección presidencial que llevó a Hugo Chávez al poder, la otrora reina de belleza, Irene Sáez, punteaba como la virtual ganadora, mientras que el militar no superaba el 2% de intención de votos. La realidad, ya es amplia conocida y el desenlace de aquel «beso de judas» como llegó alguien a determinar el respaldo del entonces muy debilitado partido Copei a la exalcaldesa de Chacao.

El cuadro que podemos ver hoy no necesariamente será el cierre definitivo para 2024. Lo que sí debemos considerar y alzar como un dogma irrebatible es que la matemática electoral no falla: Si el Psuv postula a un solo candidato, como sucederá finalmente; y de este lado compiten 2, 3, 4, o 5; no habrá encuesta que ponga a ganar a ningún opositor, por muy blando o radical que sea.

La principal preocupación de la ciudadanía –al menos de la que está pendiente del quehacer político nacional– es la fragmentación de la oposición venezolana. Por eso nosotros hemos insistido, como fiel creyente del diálogo, en que sin importar el mecanismo, todos debemos procurar cerrar filas en torno a un nombre que aglutine a la mayoría. De lo contrario, no habrá encuesta que valga.

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Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.

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