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Opinión

Ismael Pérez Vigil

Vuelve a la palestra el tema del voto de los venezolanos en el exterior. El Rector del CNE, Roberto Picón, se ha referido al mismo, en diversas oportunidades, desde que asumió el cargo; pero, fue la información divulgada en días pasados por la organización Súmate la que en realidad nos dio un aldabonazo de advertencia de este problema real, complejo, de difícil solución.

No cabe duda que el Registro Electoral (RE), su actualización, la votación, el escrutinio y la promoción de la participación ciudadana de los venezolanos en el exterior, responden a principios de equidad e igualdad de condiciones en el ejercicio del derecho al voto, como las que se aplican para los venezolanos residentes en Venezuela y que están establecidas en el artículo 294 de la Constitución y en el artículo 3 de la Ley Orgánica del Poder Electoral (Lope). Pero esa es la parte teórica, ideal, del problema, en la práctica, esto no es así, ni por asomo; la complicación está al intentar implementarlo.

La información de Súmate, que se puede conseguir en su página web, fue divulgada en su cuenta de Twitter, que son los datos que vamos a evaluar: Si no se actualiza el RE, 10 millones de venezolanos se podrían quedar sin votar en las elecciones del 2024 o tendrían dificultades para hacerlo; según las proyecciones de población, eso es casi el 39% del padrón electoral de esas elecciones; de ese total más de 3 millones 300 mil, mayores de 18 años, que están inscritos en el RE, pero ahora residen en el exterior, cifra a la que hay que incluir 256 mil jóvenes, no inscritos y que cumplirán 18 años antes de diciembre de 2024.

De los otros 6 millones, que están en Venezuela y que según Súmate no podrían votar o tendrían dificultades para hacerlo, lo más grave es que tampoco podrán votar en el 2025, cuando se elegirán Asamblea Nacional, gobernadores, alcaldes, asambleas legislativas y concejos municipales.

Revisar el RE para actualizarlo, librarlo de todas las irregularidades, existentes o supuestas, para que los venezolanos le tengan confianza y, sobre todo, para que voten quienes hoy están en el exterior, aunque no es una tarea fácil, es posible realizarla en el tiempo que queda para esas elecciones, pues aún podemos asumir que se llevarán a cabo en el tiempo normal, es decir a finales de 2024.

Resolver el problema en el país, que cuenta con una cierta estructura, aunque complicado, es más fácil. Pero hacerlo en el exterior, si pretendemos resolver el tema como si estuviéramos en Venezuela y de acuerdo con las normas y legislación actual, es tarea prácticamente imposible; solamente hagan números de cuántos “funcionarios” o “voluntarios” y cuántas horas hombre se necesitan para actualizar y registrar casi 4 millones de personas en el exterior, para lo que no existe ninguna estructura instalada.

El RE es solo el primer paso

Registrar a los venezolanos en el exterior no está exento de dificultades, pero es un primer paso, allí solo comienza el proceso; con las normas actuales, después habría que lograr que se establezcan en el exterior las Circunscripciones Electorales que sean necesarias, de acuerdo con el número de votantes; crear Organismos Subalternos, para organizar y facilitar la inscripción, actualización y votación; establecer Centros de Votación y Mesas Electorales, para garantizar la fluidez y el ejercicio del voto −actualmente solo se vota en consulados y hay muchos cerrados−; probar los mecanismos para la recolección y trasmisión de resultados; y por supuesto, formar miembros de mesa, observadores y testigos que vigilen el proceso. Todo eso hay que hacerlo para una población de votantes equivalente a los actuales estados Zulia y Miranda juntos, pero que está dispersa por todo el mundo. Tarea ciclópea, titánica y −por qué no decirlo− absurda.

Necesario pensar diferente

Por lo tanto no solo hay que empezar cuanto antes. Mas importante es convencerse que hay que pensar en el problema de manera diferente; como ya dije, no pretender resolverlo como se resuelve en el país, pues si seguimos pensando así, el problema no tiene solución y esto favorece las expectativas del régimen de mantenerse en el poder.

Ya hay muchos grupos, organizaciones de los partidos y de la sociedad civil, expertos en la materia, que han planteado soluciones diferentes y adecuadas: voto remoto, a distancia o por Internet, que no son un sueño, ni un privilegio de países desarrollados; pues países tan lejanos como Estonia y tan cercanos como Panamá y México, tienen votación por internet, desde hace tiempo −2017, 2019 y 2021, respectivamente− y de manera exitosa; México lo tiene incluso para elecciones regionales.

Sabemos también que la posibilidad de que quienes viven en el exterior puedan votar en elecciones nacionales −presidenciales o referendos− depende de que se modifiquen varias disposiciones legales, que limitan realizar el RE y el acto de votación como tal; la principal es la limitación del derecho al voto a quienes no tengan residencia legal en otro país, que como sabemos hay muchos venezolanos que están en esa condición; y también la disposición de que el único documento válido para votar es la cédula de identidad laminada −y no el pasaporte−, pues muchos en el exterior no tienen cédula ni la pueden obtener; y además, las limitaciones legales para registrarse en el RE de manera telemática o por internet.

Hacer esas modificaciones, en leyes orgánicas y reglamentos, no debería suponer mayor dificultad, si hay la voluntad política para ello; pero, tengamos claro que modificar la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre) que ello implica, supone la intervención de la Asamblea Nacional, que todos sabemos cuál es su tendencia y filiación actual.

Decisión política y acuerdo político

Por lo tanto, de lo que tenemos que estar conscientes es que, sin una decisión política y un acuerdo político, eso no es posible. Por “decisión política” entiendo el firme deseo de hacerlo, sin posiciones abstencionistas o de desánimo, por parte de los opositores que deseamos salir de este régimen por la vía electoral.

Por acuerdo político, entiendo una negociación y acuerdo con el régimen para acometer esta tarea. Sin ese acuerdo, para emprender todas estas modificaciones, el proceso no va a avanzar. No es difícil suponer que el régimen no está dispuesto a hacer nada por solventar la situación, pues supone con razón, que la mayoría de los que hoy viven en el exterior, votarían en su contra.

El problema, nada trivial, se nos “reduce” a como forzar al régimen a sentarse a negociar un acuerdo político que permita resolver la situación, de los millones de votantes que en Venezuela y el exterior, hoy no lo pueden hacer.

La dificultad real

Esa es la dificultad real, por dos razones, por demás obvias; una, ¿cómo nos ponemos de acuerdo para ir a un proceso electoral si estamos entrampados en disputas internas en los partidos y entre partidos?, que no nos hemos podido poner de acuerdo ni siquiera en el método para escoger candidatos, para acordar un programa de gobierno y un mensaje de esperanza y futuro con el cual llegarle a la población; y dos, que tampoco tenemos mecanismos claros de presión internacional para forzar al gobierno a una negociación, sobre todo si hay grupos de la sociedad civil en la oposición, unos proponiendo levantamiento de sanciones y otros su intensificación.

Tareas por delante

Tenemos entonces varias tareas por delante:

– Una, tomar la firme decisión de participar en los venideros procesos electorales: 2024, presidenciales y 2025 para Asamblea Nacional, Gobernadores, Alcaldes, Asambleas Legislativas y Concejos Municipales;

– Dos, resolver nuestros problemas internos para la selección de candidatos, consenso en un programa y un discurso político a los electores;

– Tres, desde luego, avanzar lo más que se pueda en ubicar a los venezolanos en el exterior para que llegado el momento se puedan registrar y votar;

– Cuatro, proponer y lograr que quienes votan en el exterior lo puedan hacer de forma presencial o remota, por correo, pero sobre todo por Internet, que además reduce considerablemente los costos del proceso, al no tener que desplazar personal para constituir organismos subalternos, ni tener que disponer de centros electorales y mesas de votación;

– Cinco, desarrollar los mecanismos internos de presión política, con base en las sobradas razones que hay en el país para movilizar y organizar a la población contra la oprobiosa situación a la que estamos sometidos;

– Y seis, ponernos de acuerdo −con el apoyo de quienes están en el exterior− en cómo lograr que se mantengan las sanciones internacionales, único mecanismo de presión que hoy tenemos, revisando las económicas y financieras que pudieran ser perjudiciales para la población e intensificando las personales contra los funcionarios del régimen, sus familiares y testaferros.

Para quienes están en el exterior, pasar de la consigna “el voto de la diáspora”, a trazarse objetivos que sean realmente la solución del problema, es una tarea prioritaria.

Politólogo

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 7 min


Sergio Negrete Cárdenas

Por 14 años se cansó de despotricar contra el presente y de prometer un fabuloso futuro. Fue incansable recorriendo el país, igual de imbatible en su demagogia.Paulatinamente el mesiánico perdió más el piso mientras se extendía su inacabable campaña. Todo sería sencillo cuando por fin ganara la elección y se calzara la banda presidencial porque solo era cuestión de ser austero y honesto. Nadie había recorrido México como él, solo él había podido encontrar las soluciones a los grandes problemas de la nación. Se convirtió en el príncipe del diagnóstico simplista y la solución fantasiosa, que predicaba infatigable. Finalmente encontró numerosos oyentes, muchos porque creyeron ingenuamente que nadie podría ser más inepto o más corrupto.

A tres años y medio en el poder, el demagogo autoritario no tiene más remedio que enfrentarse a la realidad, por más que le guste evitarla. Presumía que todo era sencillo, no era ninguna ciencia, solo era cuestión de tener la autoridad moral que significaba el apoyo del pueblo. Hizo de sus caprichos política pública y de sus delirios grandes proyectos de infraestructura. Pensó que todo funcionaría porque así lo había ofrecido, ya se encargaría la realidad de amoldarse a sus palabras.

Como eterno candidato, las promesas no tenían plazo. Igual se creyó que ese pueblo que tanto lo amaba le permitiría reelegirse, y tendría muchos años para ejecutar sus visiones. Millones lo siguen apoyando, pero también millones lamentan el voto que le otorgaron. El año pasado perdió la posibilidad de cambiar la Constitución a placer, hace pocas semanas se le ninguneó en ese revocatorio que esperaba fuese ratificación arrolladora. Las redes sociales que tanto le ayudaron de candidato hoy reproducen su ineptitud y las numerosas corruptelas de sus familiares y colaboradores. El triunfal sexenio que no se cansó de imaginar se le deshace entre las manos.

En sus fantasías, al triunfo aplastante en la elección intermedia debía seguir el cuarto año de las obras extraordinarias, muestras concretas del genio que habita Palacio Nacional. En cambio, el tabasqueño no puede cerrar los ojos ante los desastres que promovió. El primero ha sido el aeropuerto que mandó construir contra los consejos de todos los expertos. Se le advirtió que sería una catástrofe, pero terqueó que sería maravilloso. Ahora trata de forzar vuelos en una terminal aérea sin concluir y pésimamente conectada.

Será peor con la refinería, a la que no podrá forzar a producir una sola gota de gasolina este año, y quizá tampoco en lo que resta del sexenio. Miles de millones de dólares hundidos en lo que fue un manglar, porque dictó que ahí se construiría. Peor calamidad será el Tren Maya. Desastres ecológicos y pozos sin fondo de recursos que debieron usarse en vacunas, quimios o escuelas.

A medida que avance más el sexenio, López Obrador seguirá acumulando frustración y resentimiento. Como ya ocurre hoy, el odio que lo caracteriza seguirá erupcionando, buscando justificarse, pretendiendo encontrar a otros para culparlos. Como López Portillo en los cierre de su gobierno, los pataleos de desesperación ante el colapso empeorarán la destrucción. El apasionado de la historia, el mesiánico que se cree el gran transformador de México habrá entendido, al no poder evadirse de la realidad, que su legado será uno de retroceso, polarización, destrucción y fracaso. Un ser enloquecido que, como tantos autoritarios, arrastrará al país en su caída personal.

6 de mayo 2022

El Financiero

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/sergio-negrete-cardenas/2022/05/...

 2 min


Jorge I. Domínguez

El viceministro de relaciones exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, indicó a mediados de enero (2022) que Rusia podría enviar unidades militares a Cuba y Venezuela, contrarrestando el apoyo estadounidense a Ucrania. ¿Qué podría contener tales despliegues rusos en el Caribe? ¿Qué puede generar mayor seguridad internacional? ¿Qué se puede aprender de la historia de relaciones internacionales de seguridad en el Caribe?

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos (EEUU) y la Unión Soviética (URSS) fueron los únicos que negociaron un complejo y sutil régimen de seguridad entorno a Cuba. Aparte de esas negociaciones, Cuba y EEUU lograron algunos acuerdos bilaterales, que fueron más frecuentes una vez desaparecida la URSS. La ya en marcha reinserción militar rusa en el Caribe replantea el problema y la invasión rusa de Ucrania reanima la preocupación.

A diferencia del pasado, cuando prevalecían solamente soluciones bilaterales, tanto entre EEUU y la URSS, como entre EEUU y Cuba, el nuevo planteamiento ruso exige un abordaje tripartito, ya que requiere el consentimiento de Cuba, al haber una mayor distancia entre Cuba y Rusia de la que hubo en su tiempo entre Cuba y la URSS.

Desde la visita del presidente Raúl Castro a Moscú en 2009, Cuba y Rusia han fortalecido sus relaciones políticas, militares, y económicas, fundamentando una nueva estrecha relación. En base a ella, Cuba ha fustigado a EEUU y a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) por haber generado la crisis de Ucrania.

Sin embargo, Cuba ni ha apoyado la invasión rusa ni ha reconocido a las supuestas “repúblicas populares” de Donetsk y Luhansk. De la misma manera se abstuvo en la votación de la Asamblea General de Naciones Unidas que condenó la invasión, en vez de alinearse con Rusia. No endosa la pretensión rusa de que las grandes potencias pueden hacer y deshacer en su traspatio, recordando su propia relación con EEUU. La prensa oficial cubana ha publicado unos pocos partes informativos de Ucrania, aunque muchos más de Rusia.

Hay, además, lazos emotivos entre Ucrania y Cuba. La devastación causada en 1986 por la explosión de la central termonuclear de Chernóbil llevó a Cuba a recibir más de 24.000 niños ucranianos diagnosticados con cáncer, para ofrecerles un eficaz y gratuito tratamiento médico durante más de dos décadas. Esta experiencia entre Cuba y la Ucrania independiente generó lazos que todavía perduran.

Examinemos, pues, el nuevo contexto internacional de inseguridad que se ha creado en el Caribe, mucho más plural que antaño. ¿Qué está ocurriendo, que había ocurrido, y qué puede cambiar?

Los despliegues militares a Cuba no son una novedad. La URSS comenzó a entregar recursos militares a Cuba en 1960. En 1962 envió ojivas nucleares, misiles balísticos, y miles de tropas y mantuvo tropas en Cuba hasta el fin de la Guerra Fría.

Los despliegues militares rusos tampoco son nuevos. Por eso, el Comando Sur de EEUU monitorea los despliegues navales rusos al Caribe. El último, en La Habana, tuvo lugar en 2019. Cuba depende de Rusia para obtener piezas de repuesto para el equipamiento de sus fuerzas armadas. Los acuerdos militares ruso-cubanos, desde 2016, tratan precisamente de eso. En 2022, entró en funciones en Cuba un telescopio ruso, en coordinación con sus satélites, inclusive aquellos dedicados a la inteligencia militar.

¿En qué consistiría un régimen de seguridad trilateral?

Este sistema implicaría un entramado de entendimientos entre adversarios internacionales para acrecentar la seguridad de cada parte, al incorporar reglas prácticas para limitar el ámbito de los conflictos. También requeriría de consultas directas entre ellos.

Hubo un régimen de seguridad soviético-estadounidense sobre Cuba. Gracias a él y al concluir la crisis de 1962, EEUU y la URSS lograron los siguientes entendimientos:

La URSS retiró sus misiles y ojivas nucleares de Cuba y EEUU hizo los mismo con los misiles Júpiter de Turquía.

La URSS permitió que EEUU comprobara el repliegue de sus armamentos. Sin embargo, quedarían tropas soviéticas en Cuba y la marina soviética, sin armas nucleares, podría visitar la Isla.

EEUU prometió no invadir Cuba si el gobierno de La Habana permitía inspecciones in situ. Cuba rehusó y por eso la promesa caducó.

Solo negociaron EEUU y la URSS, mientras EEUU se negó a entablar tratativas directas con Cuba.

El asesor nacional de seguridad Henry Kissinger escribió en sus memorias que, en 1970, después de una solicitud soviética, él reafirmó que el entendimiento “prohibía el emplazamiento de armamentos ofensivos de cualquier tipo o de cualquier misil ofensivo en territorio cubano. A cambio reafirmamos que no usaríamos fuerzas armadas para lograr un cambio de la organización gubernamental de Cuba”. Kissinger conocía el requerimiento de la inspección in situ, que en ese momento descartaba, razón por la cual el régimen de seguridad entró en vigor.

También en 1970, EEUU objetó las nuevas instalaciones construidas para la marina soviética en el puerto de Cienfuegos. La URSS afirmó que “submarinos con misiles balísticos listos para combate jamás visitarían” la isla y que ni tenía ni planeaba construir una base naval allí.

En 1975, Cuba finalmente aceptó el resultado de la crisis de 1962, descartando aquellas exigencias previas que EEUU ya había rechazado. Posteriormente, EEUU descubrió la existencia de una brigada soviética residual en Cuba. Cuba y la URSS reafirmaron los entendimientos, indicando que no introducirían combatientes soviéticos en el futuro ni convertirían a la brigada en una fuerza de combate.

Resumiendo, estas modificaciones incorporaron las reglas del régimen de seguridad:

Cada parte dejó de hacer lo que la otra consideraba objetable, realizó concesiones unilaterales no recíprocas, tuvo cuidado de no humillar al otro.

Los precedentes eran obligatorios; de ellos partían las modificaciones.

Solamente negociaban la URSS y EEUU.

La situación de Rusia en Cuba después de 1990. Durante la primera década, la URSS primero y Rusia después siguieron fortaleciendo el régimen de seguridad. En 1991, la URSS retiró sus tropas de Cuba. En 2000, con Vladimir Putin como primer ministro, Rusia y Cuba cerraron la única e incompleta planta de energía nuclear en Juraguá. En 2002, con Putin ya presidente, Rusia cerró la instalación de escucha e inteligencia Lourdes, situada en las proximidades de La Habana.

La moderación internacional de Cuba después de 1990.

Sin sus aliados soviéticos y frente a un EEUU persistentemente hostil, Cuba desplegó su diplomacia para persuadir a Washington y a otros gobiernos de su moderación en materia internacional. Así fue como retiró sus tropas de Angola, Etiopía, Nicaragua y otros países en tres continentes. También interrumpió su tradicional apoyo a distintas insurgencias y cooperó con la solución de guerras internas en El Salvador, Guatemala, y Colombia. De este modo añadió una dimensión multilateral a su nueva estrategia.

Durante la Guerra Fría, Cuba rehusó ingresar a los tratados multilaterales sobre armamentos nucleares, pero en 2002 ratificó el Tratado de Tlatelolco, de prohibición de armas nucleares en Latinoamérica y el Caribe, así como el de no proliferación nuclear. En 2018 ratificó el tratado sobre la prohibición de armas nucleares y, en 2021, el de prohibición completa de los ensayos nucleares. Con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) logró un acuerdo de salvaguardias amplias. Es por eso que han tenido lugar inspecciones in situ en cada uno de los últimos cinco años.

La relación Cuba – EEUU. Para resolver problemas bilaterales prácticos, Cuba y EEUU fueron construyendo poco a poco un régimen de seguridad bilateral, que incluía acuerdos puntuales. Estos comenzaron con el acuerdo migratorio de 1965 y el de piratería aérea de 1973. A fines de la década de 1980, las negociaciones lograron poner fin a las guerras en el Cono Sur africano.

Después del derrumbe de la URSS y a pesar de la persistencia de las sanciones estadounidenses contra Cuba, en los años 90 surgieron relaciones profesionales y de cooperación entre militares de ambos países en torno a la base naval estadounidense cerca de la ciudad de Guantánamo, y entre los guardacostas. De este modo creció la cooperación bilateral para impedir la migración ilegal y el tráfico de narcóticos y de narcotraficantes.

En 2016, ambos gobiernos acordaron cooperar sobre la seguridad de viajes y la aviación civil, sobre el combate al narcotráfico, la facilitación de operaciones de guardacostas, la delimitación de límites marítimos y la regulación de migraciones. De esta manera, mientras EEUU captura y devuelve a los migrantes indocumentados, Cuba los acepta.

El informe oficial de EEUU de 2021 sobre la lucha contra el narcotráfico señala: “La presencia intensiva de seguridad de Cuba y sus esfuerzos de interdicción redujeron los suministros ilegales de drogas e impidieron que los narcotraficantes se posicionaran en Cuba… los narcotraficantes de la región normalmente esquivan a Cuba.

¿Por fin, existe un régimen de seguridad trilateral en 2022?

Putin ha amenazado con posicionar submarinos rusos con armas nucleares bordeando la costa este de EEUU. Si bien estos podrían descansar y repararse en Cuba, el antiguo régimen de seguridad lo prohíbe. Así, y en lo que va de siglo, los submarinos rusos no han visitado Cuba.

La vigencia plena de semejante régimen de seguridad requeriría concesiones unilaterales y no recíprocas para dejar de hacer lo que el adversario objeta. Pero esto no se ha reafirmado desde el derrumbe soviético. Su ratificación buscaría lo mismo: la estabilidad internacional. En la práctica, simplemente se reafirmaría el statu quo. Rusia y Cuba no han hecho lo que ese régimen prohíbe. En tanto ambos prometerían no realizar acciones objetadas por EEUU; éste reconocería las circunstancias tal como son.

Para Rusia, el incentivo sería el reconocimiento de su derecho de incidir en el Caribe – un derecho acotado de no actuar en el modo que EEUU objeta. Para Cuba, implica participar por primera vez en el diseño de un régimen trilateral que la protege y también la constriñe. Para EEUU, supone impedir acciones como las que Moscú ha insinuado. El costo para EEUU sería el reconocimiento de una presencia rusa en el Caribe internacional, y de Cuba como un interlocutor válido –siempre y cuando Rusia y Cuba se abstengan de impulsar despliegues militares que EEUU objeta.

Este régimen de seguridad podría servir para consolidar intereses compartidos. Su renacimiento implicaría costos para los tres gobiernos, pero también prometería una estabilidad valorada por cada uno de ellos.

4 de mayo 2022

elcano

https://www.realinstitutoelcano.org/rusia-cuba-y-estados-unidos-un-regim...

 8 min


Jesús Elorza G.

El tema de conversación-discusión obligado, en el sector deportivo, está relacionado con el proceso de elecciones de las nuevas autoridades del Comité Olímpico Venezolano (COV) para el período 2022-2026. En todas las instalaciones deportivas, el tema es recurrente y en los diferentes grupos es común escuchar, en los diálogos de los atletas, entrenadores, dirigentes, padres y representantes, inquietudes relacionadas con el caso.

-Pensaba que todo estaba resuelto con la designación de la Comisión Electoral, avalada por los observadores internacionales, el COV y los aspirantes a ser electos, señaló un atleta.

-Permíteme aclararte la situación, dijo un dirigente deportivo. Todo iba de maravilla hasta que la Comisión Electoral tomó las decisiones en torno a las federaciones impugnadas y el Padrón Electoral definitivo para la elección.

¿Qué pasó?

-Bueno, ¡¡¡No dejaron entrar a la sede del COV a la presidente de la Comisión Electoral que iba a entregar el Informe!!!

-No te lo puedo creer. Cómo es eso posible, si esa comisión era reconocida por las partes.

-Claro que no la iban a dejar entrar porque el Informe no le era favorable a la corriente de Eduardo Álvarez, expresó un entrenador deportivo.

Explícate mejor, por favor.

-La Comisión Electoral en su informe señala que a 13 federaciones deportivas, sobre las cuales cursan impugnaciones, una vez analizadas la situación de cada una de ellas, se decidió excluirlas del proceso electoral por no cumplir con los requisitos establecidos en la Ley Orgánica de la Actividades Físicas, el Deporte y la Educación Física. Esas federaciones son las siguientes; Remo, Motociclismo, Hockey sobre Césped, Tenis de Campo, Vela, Deportes Electrónicos, Netball, Surf, Esgrima, Wushu, Automovilismo y Boxeo.

-Me llama la atención que en ese lote hay unas “federaciones fantasmas”. ¿Qué vaina es esa de “Netball” o la “Federación de deportes electrónicos ?, preguntó un padre que llevaba a su hijo a una clase de natación.

Está bien, pero sigo sin entender porque no le permitieron la entrada a la presidente de la Comisión Electoral, insistió el atleta.

-Te la voy a poner más fácil. A buen entendedor sobran las palabras. Ese lote de federaciones son el apoyo fundamental de Eduardo Álvarez en su aspiración a la reelección, expresó el dirigente.

-Ahora si te entiendo; Eduardo pretende ser electo con los votos de federaciones de maletín que no cumplen con los requisitos de ley, olvidando que los fantasmas no votan.

-Disculpen, ¿me pueden explicar cuál era el motivo de la Asamblea convocada por Eduardo para el lunes pasado 2 de mayo, que generó esa fuerte polémica reseñada por los medios de comunicación?, preguntó una madre que salía del gimnasio con su hija.

-Bueno señora, el presidente del COV pretendía, sin fundamento alguno, designar una nueva Comisión Electoral, lo cual fue rechazado por la mayoría de la federaciones presentes y por lo tanto, siguen en sus funciones los miembros de la comisión y se mantiene vigente el Cronograma Electoral que fija, como fecha de elección, el próximo 18 de mayo señaló el dirigente.

-Muchas gracias señor dirigente, por su aclaratoria. Discúlpeme nuevamente, ¿podría explicarme el porqué de la presencia de autoridades del Ministerio Publico, llevando una citación judicial? ¿Para quién era esa citación?

-Estaban buscando al Tesorero del COV, dada la denuncia formulada en su contra por la presidente de la Comisión Electoral, alegando que esa persona la había agredido verbalmente.

-Ese personaje, ¿no es el mismo que en una conversación telefónica con Eduardo, manifestó “tener una pistola en su oficina pa’ caerle a tiros a los federativos que estuvieran en contra de ellos”?

-Si señora, ese mismo es.

Bueno, qué se puede esperar de esos personajes, dijo finalmente la señora.

-Señora, no se vaya. Permítame, señalarle dos nuevos elementos en esta olímpica historia sin fin: 1) La Comisión Electoral decidió desestimar la participación de la plancha de Eduardo porque la mayoría federaciones que lo postulaban, no reunían los requisitos de ley para dicho propósito. 2) Este miércoles 4 de mayo de 2022, el Ministerio Público abrió una investigación contra el Presidente del Comité Olímpico Venezolano, Eduardo Álvarez Camacho, por los delitos de Peculado Doloso Propio, Evasión de Procedimiento Licitatorio y Malversación Agravada, en la que solicita le sea acordada una MEDIDA CAUTELAR DE PROHIBICION DE SALIDA DEL PAÍS.

Al escuchar aquello, la señora exclamó “¡¡¡No puedo creerlo!!! En otras circunstancias, me atrevería a pensar que de resultar culpable de los delitos allí señalados, lo que correspondería sería una redada olímpica, dijo la señora al momento de retirarse.

A esta historia sin fin hay que ponerle termino y rescatar la transparencia en los manejos de los fondos públicos, es una tarea impostergable para el desarrollo del deporte.

El control totalitario de la estructura deportiva (todo ejercido por el gobierno) solo da paso a la corrupción y al secuestro de las organizaciones deportivas; lo que hoy ocurre en el olimpismo, es la mejor muestra de ello.

La frase “El crimen no paga”, del fallecido periodista José Campos Suarez, recorre el movimiento olímpico venezolano.

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lapatilla.com

La Organización Internacional Insight Crime (IC) con sede en Medellín, Colombia, en una exhaustiva investigación titulada “La revolución de la cocaína en Venezuela” revela el riesgo de Venezuela en convertirse en el cuarto país con mayor producción de cocaína en Latinoamérica y el Caribe.

En este trabajo investigativo, resultado de más de tres años de indagaciones, cientos de entrevistas y una minuciosa labor de campo en todos los territorios clave del narcotráfico en Venezuela, se analiza uno de los centros de tráfico de cocaína más importantes del mundo, y cómo el régimen autoritario chavista mantiene el flujo de narcóticos por varias regiones del país.

La Patilla entrevistó al director ejecutivo y cofundador de InSight Crime, Jeremy McDermott, sobre esta nueva investigación que deja al descubierto el desarrollo de cultivos, laboratorios, producción y comercialización de estupefacientes durante el periodo de Nicolás Maduro.

McDermott también es el jefe de investigación para Panamá y Suramérica de la organización y cuenta con casi dos décadas de experiencia reportando desde diferentes lugares de Latinoamérica. En su hoja de vida figura que es un exoficial del ejército británico e hizo parte del servicio activo en Bosnia e Irlanda del Norte.

Luego de retirarse del ejército, se convirtió en corresponsal de guerra, cubriendo los Balcanes desde Bosnia y luego el Medio Oriente desde Beirut, antes de instalarse en Colombia, desde donde viaja a diferentes lugares de Latinoamérica.

También trabajó como corresponsal de la BBC de Londres en Colombia, así como corresponsal de Latinoamérica para el Daily Telegraph y Jane’s Intelligence Review, especializándose en narcotráfico, crimen organizado y el conflicto armado interno de Colombia.

¿Insight Crime (IC) maneja cifras o estadísticas del total de kilos de cocaína producidos en el país y de forma detallada por estados, dada la inminente posibilidad de que Venezuela se convierta en el cuarto país con mayor producción de cocaína en Latinoamérica?

– La investigación de campo en Venezuela es muy difícil. Estudiamos la posibilidad de usar drones. Pero resulta demasiado riesgoso para nuestro trabajo en Venezuela. No hemos podido establecer algún tipo de medición. Pero en Colombia, una hectárea de coca puede producir hasta siete kilos de cocaína al año. Sospecho que el rendimiento en Venezuela será mucho menor, ya que las plantas no están tan maduras y no cuentan con la misma experiencia en el cultivo de coca ni en la extracción de alcaloides de las hojas.

¿Quiénes están implicados en el negocio millonario de las drogas en Venezuela? ¿De cuánto son las ganancias reportadas por IC producto de este negocio ilícito que sirve no solo de enriquecimiento ilícito para la cúpula chavista, sino también para mantener a Nicolás Maduro en el poder?

Obviamente depende de qué parte de Venezuela estemos hablando. Por los riesgos de amenaza, no daré a conocer los nombres más allá de los señalados en este informe de 2022 y del año 2018 donde damos a conocer a Venezuela como un “Estado Mafioso”, y que pueden encontrar en nuestro sitio web.

Con respecto a la importancia del narcotráfico para mantener a Nicolás Maduro en el poder, creemos que en Venezuela Nicolás Maduro ha establecido un sistema feudal de gobierno, y como parte de este sistema, los grupos del narcotráfico son importantes para mantenerlo en el poder.

Lo que quiero decir con el sistema feudal es que Maduro no puede tiene la libertad normal de un gobierno, a través del desembolso de fondos centrales, porque está casi en bancarrota. Así que tiene que repartir feudos a sus partidarios para que le den su apoyo a cambio del acceso al dinero por rentas criminales, contratos estatales, acceso a minas de oro en el estado Bolívar o puestos a lo largo de la frontera con Colombia, lo cual le permite tener acceso al dinero proveniente de las rentas criminales que pagan en moneda extranjera, lo cual hoy en día es importantísimo con la dolarización de la economía y al aumento de los costos en Venezuela.

Las ganancias por el narcotráfico son muy difíciles de precisar. Solo podemos decir que en Venezuela ocurre como en Colombia: se debe pagar como un impuesto por el tránsito de la droga cuando se cruza la frontera, donde muchas veces se tiene que pagar a la Guardia Nacional. Si hay un laboratorio, se le tiene que pagar a los militares o a los chavistas locales por cada kilo que sale del laboratorio. Si la llevan en avión, tienen que pagar un impuesto por cada kilo. Esto es como el sistema de gramaje y de impuestos establecidos desde hace rato en Colombia, donde ahora se está aplicando en Venezuela. El problema es que no tenemos idea de cuántos kilos de cocaína están pasando cada año por Venezuela.

Estimamos que sean 250 toneladas. Pero tampoco sabemos cuáles son las tarifas de cada kilo en cada eslabón de la cadena. Sin estos números es casi imposible llegar a una idea del tamaño del negocio.

De acuerdo a la investigación de IC, dedicarse al tráfico de drogas en Venezuela en la actualidad es una tarea compleja. ¿Cuál es la nueva dinámica de tráfico de drogas en el país una vez levantada la cuarentena a causa de la pandemia?

-La pandemia no interfirió en gran medida con el tráfico de drogas, ya que la producción continuó sin interrupciones. Se hizo un poco más difícil mover la droga, ya que el tráfico aéreo y la red de cooperadores se redujeron temporalmente. Pero no hubo un impacto a largo plazo en el comercio de cocaína por culpa de la pandemia.

¿Qué grupos criminales y figuras del poder público político y militar son parte de la red de narcotráfico? ¿Cuáles son las principales rutas y los carteles que en la actualidad se mantienen desarrollando transacciones de este tipo? ¿Qué cartel ejerce el mayor control de las operaciones?

-En Colombia quienes se van hacia Venezuela, lo hacen obviamente por el Catatumbo, el Norte de Santander, que es como el tercer lugar de concentración de droga en Colombia. Esta droga se va directamente por la frontera hacia el sur de Zulia, y sale en avión o por vía marítima hasta las costas del Caribe. Hay mucho contrabando. Hay cruces por Cúcuta y San Antonio por el Norte de Santander hacia Táchira.

Pero de narcotráfico no hay nada tan importante como más al norte de Catatumbo hacia el Zulia. También está la ruta Arauca hacia Apure, donde obviamente se ha generado violencia entre el Décimo Frente y la guerra con el Eln y militares venezolanos que tienen mucho que ver con esta ruta.

Otra zona importantísima es la del estado Amazonas – Brasil, porque Brasil es uno de los puentes principales de cocaína hacia Europa.

La ruta de Catatumbo, al sur del estado Zulia, está en las manos del Eln y ha tenido incidencia el Frente 33 de las disidencias de las Farc. Desde el sur del Norte de Santander hacia Táchira hay una guerra entre muchos grupos que quieren mantener el control en esta parte de la frontera: El Tren de Aragua, Colectivo de Seguridad Fronteriza, el Eln, Los Urabeños, Los Rastrojos. En este sector no hay ningún monopolio de ningún grupo en este momento.

En la Ruta Arauca-Apure, obviamente se mantiene una guerra, que yo creo que el Eln está ganando para poder controlar la frontera. Y de Colombia hacia Amazonas está dominado por un grupo disidente del Frente Negro Acacio, que maneja la entrada y salida de la droga de Venezuela por diferentes vías con muchos jugadores (venezolanos y colombianos).

En Venezuela no hay carteles como tal. El Cartel de los Soles no es un cartel, sino una red de redes. Yo creo que es la mejor manera de describir y entender la dinámica del narcotráfico en Venezuela. Todo tiene que ser aprobado por el lado oficial, a nivel local o nacional del gobierno. Si los jugadores pagan las tarifas, pueden operar casi con impunidad dentro de Venezuela. Hoy en día, en las rutas hacia Estados Unidos y Europa hay muchos grupos diferentes (latinos, europeos, con intermediarios). Estas redes y estas rutas son cada vez más multinacional. El día de los carteles ya se fue.

¿Cómo ve estos decomisos de armas, drogas y destrucción de campamentos o laboratorios de los llamados Tancol por parte de la Fanb cuando se sabe que algunos militares también están involucrados en narcotráfico?

-Primero, casi todas las incautaciones son del Décimo Frente de las Farc, disidentes que están operando de una manera no aprobada por el régimen de Maduro. Muy pocos, casi ninguno de estos decomisos involucran al Eln, por ejemplo, ni a la Segunda Marquetalia. Creo que es un severo castigo hacia los grupos que están actuando sin el permiso de las facciones militares del régimen y de los políticos locales para asegurar que está regulado el negocio y que todos están pagando sus tarifas a las autoridades adecuadas.

En la evolución del tráfico transnacional de drogas de Venezuela han existido varias generaciones de operadores, como Gordito González, actor fundamental en la nueva era del narcotráfico en Venezuela. Explique el papel que cumple en este proceso gracias a los narcooperadores.

La historia de los narcoopoeradores. Tal vez el primero de esos fue Walid Makled, intermediario venezolano que trabajó con Clíver Alcalá y los militares. El Gordito González es parte de esta misma tradición, pero con muchos más vínculos con el régimen chavista.

El fenómeno de los intermediarios no es un fenómeno netamente venezolano. Está pasando por todas partes, porque el panorama criminal está cada vez más fragmentado, porque no hay carteles como tal. Ahora los grupos criminales diferentes necesitan estos intermediarios como el Gordito González, con quienes mantienen una subcontratación criminal para vincular todos los grupos necesarios, y asegurar la producción, la compra, el transporte y la comercialización hacia los distintos mercados.

¿Cuáles son las implicaciones nacionales e internacionales de que ahora Venezuela no solo sea un puente para el tráfico de drogas, sino que se está convirtiendo en un país productor?

– Si los cultivos continúan, Venezuela se podría convertir en un país como Colombia.

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Edgar Benarroch

"Nikita marica"

En abril de 1961 fracasó la invasión a Bahía de Cochinos en la que 1.400 exilados cubanos preparados por los Estados Unidos se quedaron esperando el apoyo aéreo de Washington. Más adelante la CIA y el Departamento de Defensa del país del norte diseñaron la operación Mangosta que incluía la invasión militar a Cuba, pero esta fue suspendida por la llamada crisis de los misiles.

En octubre de 1962, un avión espía U-2 de los EE.UU. tomó fotografías de la base de misiles de rango medio instalada en Cuba. Con esas pruebas fotográficas, los asesores militares de John Kennedy le sugirieron un ataque para destruir los misiles y luego invadir la Isla. Kennedy, en vez de eso, decidió utilizar la vía diplomática y de negociación con La Unión Soviética parar solventar la amenaza, toda vez que los misiles nucleares apuntaban al territorio norte americano, distante apenas 140 kilómetros de Cuba.

Se inició el intercambio y negociación que duró 13 días con una inmensa expectativa mundial, y si bien Kruschev rechazó los términos de la primera carta, la Unión Soviética retiró algunos de sus buques. La inteligencia estadounidense determinó que las baterías de misiles estaban a punto de ser operativas.

El 27 de octubre los soviéticos derribaron un avión espía de los Estados Unidos que volaba sobre Cuba. A pesar de la muerte del piloto y la destrucción de la aeronave, Kennedy decidió continuar en el camino diplomático y le propuso a Kruschev que retirara los misiles de Cuba con la supervisión de la Organización de las Naciones Unidas y a cambio ofreció que los Estados Unidos no invadiría a Cuba y que también retiraría la base de misiles que tenía instalada en Turquía. Afortunadamente así ocurrió y se evitó una guerra mundial de consecuencias impredecibles que aún lamentaríamos.

La decisión de Kruschev de retirar la base de misiles de Cuba no fue informada, menos consultada, a Fidel Castro. Ello le produjo un indignado ofuscamiento al dictador que lo llevó a organizar una gran manifestación en la Habana para protestar la decisión soviética. Fidel encabezó la manifestación donde la consigna central fue "NIKITA MARICA" vociferada por la multitud siguiendo la voz del dictador. Acusó a Kruschev de cobarde y mediocre, que le faltó valentía para enfrentar como hombre la situación y lo tildó de débil e indigno.

Gracias a la insistencia y persuasión de Kennedy en agotar la vía diplomática, la conversación y el acuerdo, se evitó lo que pudo haber sido la tercera guerra mundial con resultados insalvables que hoy todavía lamentaríamos.

De esa manera se prueba una vez mas que la palabra acompañada de recia voluntad es sumamente poderosa y logra resolver los problemas, por muy agudo que sean, sin hechos fatales que lamentar. Dios quiera que nuestra dramática situación que nos afecta dolorosamente a todos y destroza al país, la podamos resolver civilizadamente, hablando y llegando a acuerdos. En esto el régimen tiene mucho que aportar con sinceridad y honestidad, la oposición, estoy seguro, continúa dispuesta al diálogo fructífero que le ponga fin a lo que tenemos y sufrimos e inicie el camino que nos conduce a la Venezuela que queremos.

3 de mayo de 2022

El novelista y Venezuela

"En los venezolanos he descubierto una efusión cordial, una hospitalidad ferviente y sincera que me ha deslumbrado. Uno llega a Venezuela y, de repente, todas las reservas presuntuosas de nosotros los europeos que consideramos un avance de la urbanidad se desmoronan: Existe tal desprendimiento, tal entrega sin ambages, tal afluencia de afectos en estas gente por la que circula nuestra misma sangre que uno siente como si se hubiera desembarazado de una hojarasca de impedimentos que avejentan su espíritu, para entregarse a sentimientos que creía hibernados a perpetuidad. Venezuela no atraviesa su mejor coyuntura histórica. Produce una tristeza del tamaño del universo comprobar cómo una tierra que ha sido bendecida con la fertilidad y que atesora los minerales más preciosos ocupa en el concierto mundial un lugar rezagado que no le corresponde. Gobernantes ineptos y empresarios rapaces han conducido esta nación prodigiosa a su actual estado de postración. Nunca como en Venezuela había descubierto tanta curiosidad intelectual , tanto afán abnegado por responder a la fatalidad con una sonrisa, tanta belleza y simpatía floreciendo por doquier, aún en medio del infortunio. Allí donde uno posa la vista, descubre un país apretado de vida, tumultuoso de pasiones que solo necesitan una mecha para prenderse".

Lo entrecomillado que antecede es lo afirmado por el escritor novelista español Juan Manuel Prada con motivo de su visita a Caracas para promocionar su novela "La vida invisible" y lo expresa en un denso artículo en el periódico ABC de España. En su estancia en nuestra capital fue acompañado por la editora María Elena Rodríguez, la empresaria periodística Mayra Capriles y el Consejero Cultural de la Embajada española en nuestro país Gonzalo Fournier.

El escritor también afirma en su artículo: "Chávez se configura como el emblema que resume el desastre, pero no debemos olvidar que si las clases populares votaron por él, fue porque se había colmado su paciencia. Chávez no hubiera surgido sin la existencia de una masa social empobrecida y defraudada. Pero este pueblo sobrevivirá a sus gobernantes catastróficos y a sus empresarios rapaces. Tanta vitalidad, tanto anhelo de mejora no pueden obtener como único resultado el acabamiento. Venezuela resucitará y estaremos allí respaldando ese resurgimiento sin pedir nada a cambio".

Estas emotivas y elocuentes palabras del novelista nos conmueve sobre manera y dice mucho de lo que somos y seremos. Como afirma el escritor, tanta inteligencia y afán de lucha no pueden caer en el vacío. Triunfará la inteligencia y afán de cambio, pero deseamos que sea cuanto antes y ello supone UNIÓN de todos quienes queremos un nuevo y mejor país.

Compromete seriamente nuestra gratitud lo expresado por el escritor Juan Manuel Prada por su arrebato de elocuencia, sinceridad, emotividad y solidaridad. Su presagio, con nuestra lucha y Dios mediante, se hará realidad muy pronto y gozaremos de su presencia solidaria y entusiasta.

4 de mayo de 2022

Estrategia y candidato

La estrategia es el arte de proyectar y dirigir operaciones en busca de un objetivo seleccionado. Es una serie de acciones, tácticas, muy meditadas, encaminadas hacia un fin determinado. Es un procedimiento para la toma de decisiones y/o para accionar frente a un determinado escenario con la idea de alcanzar uno o varios objetivos definidos con antelación. Podemos resumir afirmando que estrategia es un plan mediante el cual se busca lograr metas, es un camino por andar.

Para el cumplimiento y realización de la estrategia es fundamental que exista un liderazgo respetable con capacidad para organizar y movilizar los efectivos y requiere también de un dinamismo continuo y optimizar la toma de decisiones y motivar a todos para que ella se haga propia y todos trabajemos en su ejecución.

La estrategia debe ser única, más no así sus componentes que son las tácticas, estas últimas deben irse adecuando a las circunstancias: Tiempo, lugar, situación, protagonistas etc., etc. Y por lo tanto las tácticas son cambiantes, todo ello lo da el estudio, análisis y observación de los acontecimientos.

Cuando decimos que la estrategia debe ser única, nos referimos al colectivo que busca los mismos objetivos. Si el objetivo de toda la oposición es salir cuanto antes de lo que tenemos, si queremos cambio ya, nada más lógico que todos tengamos la misma estrategia. Ello no ha sido posible aún por subalternos intereses que nos separan y que es de urgencia y necesario superar para entre todos discutir lo que se debe discutir y llegar a acuerdos fundamentales. Ello es posible y sucederá en la medida que cada sector o individualidad aparte sus intereses, por muy legítimos que sean y actúen en función del sagrado y alto interés nacional. Necesitamos una estrategia para diseñar una estrategia en conjunto, que nos reúna a todos. Cuando nos despojemos de mezquindades y singularidades y pensemos en grande, estaremos en condiciones de alcanzar y transitar un camino común, que como hemos dicho es la vía más rápida para superar el horror que a todos atormenta y daña y empezar a trabajar en la gran tarea de reconstruir el país.

En las venideras elecciones debemos y tenemos que asistir con un solo candidato, que será el líder de la ejecución de la estrategia diseñada para sacar del poder a quienes destrozan la nación y maltrata a todo el pueblo y nosotros conquistarlo. Se entiende y supone que en esa estrategia está contenida nuestra propuesta de gobierno que debe ser profunda como la crisis, creíble y sobre todo realizable. La selección de nuestro abanderado presidencial debe hacerse con gran desprendimiento de lo personal y pensar exclusivamente en el país de todos y así poder estar en sintonía con el sentimiento nacional. No sé si el mecanismo para la selección de nuestro candidato será mediante sondeos de opinión que todos acepten, por acuerdo consensuado o por elecciones primarias donde participen todos los venezolanos mayores de 18 años, lo único que creo es que debe ser solo uno y quienes propongan su nombre deben asumir ante el país el compromiso irrenunciable de respaldar con emoción a quien resulte favorecido.

Es bueno desde ya empezar a hablar sobre este tema, sabemos que es escabroso, delicado y difícil y por ello debemos tratarlo cuanto antes, pero creo tenemos la suficiente madurez y conciencia para entender con exactitud el tiempo tan angustiante que vivimos y lo que el país desea.

5 de mayo de 2022

Un juez

Un antiguo amigo mío que fue juez y hoy está jubilado, que por razones obvias no menciono con nombre y apellidos, me comentó hace aproximadamente ocho años, que le llegó un caso en el que a él le constaba la culpa del indicado, quiso inhibirse pero se lo prohibieron y conminaron a decidir.

El expediente había sido confeccionado de tal manera que no se desprendía ninguna culpabilidad. El fiscal acusador argumento muy mal y la defensa lo hizo muy bien. Estaba trabajando para reponer la causa a estado de investigación y solicitar nuevas experticias y peritajes cuando fue visitado por un emisario del régimen que le dijo, este expediente llegó a sus manos no por suerte, se le envió porque conocemos su situación económica y sabemos que está solicitando su jubilación y ella se hará efectiva si usted decide la inocencia, sino, no sólo no se le concederá, también será despedido del poder judicial.

Me dijo el juez que en ese momento tenía su casa hipotecada y sostenía económicamente a su hija menor en sus estudios universitarios y ello lo llevó a decidir cómo se lo exigían, contrario a su conciencia. Me dijo también que desde entonces llevaba en su conciencia una pesada carga que lo martirizaba sobre manera agravada porque el sujeto estaba en libertad, seguía en sus andanzas y acumulando mayor fortuna. Le recomendé que hiciera con mucha fe un acto de constricción y arrepentimiento con la promesa de no volver a caer.

Comprendo la situación humana del juez y deploro la aberrante, inaudita, grosera e inadmisible interferencia del emisario del régimen en la administración de justicia.

Cuando se designa a un juez se debe seleccionar a una persona que nos proporcione confianza ciega y que su gran tarea sea valer y hacer valer la verdad y solo la verdad. Siempre decidir de acuerdo a la justicia que es dar a todos lo que nos corresponde, su tarea es buscar la verdad y hacerla triunfar, poner las cosas en el orden debido y establecer pena a los infractores. La justicia es "El constante y permanente afán de dar a cada quien todo lo que es suyo y pertenece". Cuando la administración de justicia es torcida por intereses exógenos o foráneos, no hay justicia y se configura una situación donde vale más la fuerza, la influencia, el poder, el tráfico indebido que la verdad.

Le escuché una vez a un profesor de Derecho Público, en un seminario en la Universidad Católica Andrés Bello. decir que cuando un juez sentencia distinto a la verdad, con seguridad está atravesada una pantaletica , real o poder. En el caso descrito no solo está el poder, está también la amenaza, el valerse de la situación menguada, la coacción irrespetuosa e inmoral, la prevalencia indebida de la autoridad y todo otro tipo que agrede la dignidad de la persona humana.

Este régimen nefasto que tenemos, como todo totalitarismo, tiene bajo su hermético control todas las ramas y órganos del Poder Público, nada se hace y nadie resuelve nada sin consultar y recibir la aceptación de Miraflores y a quien se le ocurra desobedecer es castigado de la peor manera.

Transformaron la administración de justicia en una goma elástica que estira y encoge de acuerdo a la conveniencia del régimen. Cuando se pierde la confianza en los jueces, se está en presencia de un mundo donde todo es posible menos la justicia.

Muchas y tantas cosas debemos hacer para lograr el país deseado, pero en esa dura, ardua y apasionante tarea, la importancia de atender cuanto antes la administración de justicia es

fundamental y prioritario para colocarla en su espacio sagrado, transparente, de confianza ciega y de verdad, donde siempre debe estar.

6 de mayo de 2022

La verdad

Edgar Benarroch.

Poncio Pilato cuando interrogaba a Jesús le preguntó: ¿Y qué es la verdad? Con esa pregunta Pilato cuestiona la afirmación de Jesús de que Él es "testimonio de la verdad". Jesús se quedo callado sin responder la pregunta, tal vez en conciencia que no lo iba a entender, a raíz de ello, Pilato se dirigió a la masa expectante y les dijo que no consideraba a Jesús culpable de ningún crimen. En las Sagradas Escrituras la verdad se presenta y se anuncia de manera diversa. La verdad de las expresiones bíblicas consiste en la correspondencia entre la intención del autor humano y la intención de Dios Padre. La verdad es la Revelación de Dios como Palabra.

Verdad en nuestro mundo es la adecuación entre una proposición y el estado de cosas que expresa, por ejemplo, la obscuridad es negra, es verdad si es negra. Es la conformidad entre lo que una persona manifiesta y lo que ha experimentado, piensa o siente. Es la coincidencia entre una afirmación y la realidad.

En la cotidianidad la verdad sirve para resolver por lo menos cuatro tipos de problemas: la ignorancia, el error, la mentira y la contradicción. Los seres humanos nacemos sin saber nada, sin saber las cosas que necesitamos para sobrevivir y la verdad nos la va mostrando, empezamos a encontrarnos con lo que nos rodea, con la realidad.

Según Aristóteles, "la verdad se da en el hombre gracias a que surge dentro del alma una opinión verdadera y simultáneamente una acción recta" y al contrario, lo falso se produce con el surgimiento de una opinión falsa y una acción no recta. Como existe el blanco y el negro, la luz y las tinieblas, también existe la contradicción a la verdad: la mentira; la falsedad, la demagogia, que es falsas promesas que son populares, pero difíciles o imposibles de cumplir, con la que se pretende convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de ambiciones políticas.

La demagogia es uno de los peores, indeseables y execrables vicio de los políticos, ella es practicada por aquellos que solo les interesa llegar sin importar cómo lo hacen, para los que el fin justifica los medios.

Este régimen que lamentablemente tenemos, practica la demagogia y como tal, falsea la verdad desde sus inicios: prometieron resolver los problemas y los agravaron, resolver los males y los empeoraron, prosperidad y nunca el país había sido destrozado como ahora. Teníamos males pero soportables, ahora nos damos cuenta que existen males mayores que aquellos como los que estamos sufriendo.

El régimen es como Pilato, no conoce ni sabe que es la verdad. Utilizan la posverdad (mentira, falsedad, estafa) a diario para confundir y manipular al pueblo desinformado. Para el régimen el uso de la mentira es válido para lograr sus fines: confundir, mal poner al adversario y descalificar la disidencia.

Quien juega con candela corre el riesgo de quemarse y quien se vale de la mentira como instrumento de lucha social, más temprano que tarde queda al desnudo. Con mentiras no se resuelve el hambre ni la inseguridad, ni se mejoran los servicios públicos, son solo paños calientes que al enfriarse quedan al descubierto.

Salgamos cuanto antes de la falsedad, la mentira y la grosera demagogia y reivindiquemos solemnemente la verdad en la vida nacional; para ello lo primero por hacer es salir de lo que tenemos para luego trabajar con mucho ahínco en lograr un país muy distinto y mejor, ambas cosas son de urgente necesidad y son posible en la medida que todos los que queremos cambio ya nos UNAMOS. La UNIÓN es la llave de oro que nos abre todas las puertas hacia la prosperidad, bienestar y felicidad de todos.

7 de mayo 2022

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Fernando Mires

No hay nada peor que una guerra. Lo estamos viendo día a día en la pantalla. Y la peor de todas las guerras es aquella donde la población civil es convertida en objeto preferencial de ataque. Como en Ucrania donde Putin ya ha ganado, junto a Stalin, Hitler, Mao, Milosevic, el poco honroso título de genocida. La de Putin, lo muestra las ciudades hecha añicos que han dejado sus tropas, pasará a la historia como guerra de exterminio. Por eso ya no dudamos en calificar a Putin como una de las representaciones del mal sobre la tierra. Un engendro del demonio, como dijo Churchill de Hitler.

No hay nada peor que una guerra, porque una guerra saca hacia afuera la maldad escondida en la condición humana, que es mucha, aunque a veces, en condiciones normales, necesaria, pues es la parte de nuestro ser que nos permite reaccionar en búsqueda del bien. No nos referimos, en eso hay que ser cuidadosos, a una supuesta bondad o maldad natural. Si somos buenos o malos no es por causa de la naturaleza. Rousseau y su buen (o mal) salvaje no tiene nada que ver en este asunto. Más si se tiene en cuenta, que nuestra naturaleza no está dada, sino que en gran parte, es adquirida, modificada, estructurada, codificada, legalizada.

No hay nada peor que una guerra y por eso amamos la paz. Porque si hay algo digno en el ser, es su deseo de vivir en paz. El ser es deseo de convivir entre nosotros y con los otros. El ser, quiere ser. Esa es la razón por la cual, después de haber vivido cruentas guerras, muchos han optando por asumir la noble vocación pacifista. El pacifismo es, ha sido y será, una declaración de guerra a la guerra.

El deseo de vivir en paz es tan antiguo como la humanidad. Precisamente para no matarnos aparecieron las primeras instancias morales y, por cierto, una de las primeras prohibiciones: “No matarás”. Mandato inscrito en los libros sagrados de todas las religiones. Ley moral que en nuestra modernidad ha pasado a ser ley jurídica e impresa en las constituciones de los estados, ha pasado a ser ley política.

La guerra, es cierto lo que dice Clausewitz, es la continuación de la política por otros medios, pero -esto es lo que no dice- aparece allí donde ha fracasado la política. La política -tenía razón el jurista Carl Schmitt– es guerra sin armas. Y si es así, la guerra es política con armas. La política contiene en sí a la lógica de la guerra (quizás por eso nos gusta tanto). Eso quiere decir que si la política es guerra gramaticalizada, la guerra militar aparece justo en el momento cuando y donde ha fracasado la palabra.

Mientras los enemigos hablan no disparan, decía el ex-canciller alemán Helmuth Schmidt. Cuando fallan las palabras nos comunicamos con balas, con bombas, con muertos. Amar y buscar la paz sobre todas las cosas nos convierte en pacifistas. Y para ser pacifistas hay que hablar sobre la paz. Lo sabía Kant cuando en su Paz Perpetua escribió que el lugar de donde hay que salir de la guerra no está fuera sino dentro de la guerra, en los llamados armisticios o altos al fuego. Solo por esa opinión podemos considerar a Kant como fundador del pacifismo político moderno. A ese punto volveremos luego.

Pacifismos y pacifismos

Lo dicho nos permitirá diferenciar entre diversos pacifismos. Hasta el momento podemos observar cuatro: El pacifismo moral, el pacifismo religioso, el pacifismo político y uno, evidenciado en estos últimos días, al que llamaríamos pacifismo ideológico.

Entiendo por pacifismo moral aquel que surge de una necesidad básica: la preservación de la vida, expresada en ese contrato tácito que tan bien nos describiera Freud en su Totem y Tabú: “para que no me mates, no te mataré”. De esa frase imaginaria podemos deducir un enunciado: la paz nació desde la guerra y no la guerra desde la paz.

El pacifismo religioso viene de la razón moral codificada en mandatos o mandamientos provenientes de una autoridad superior a la que a falta de otro nombre llamamos Dios. Según Kant, contraviniendo a todos los teólogos de su tiempo, la razón moral precede y, en cierto modo, determina. a la razón religiosa.

Pacifismo político, en cambio, es aquel que surge de la deliberación y del debate sobre la base de condiciones muy reales y concretas.

El pacifismo ideológico, muchas veces confundido de modo errado con el pacifismo político, proviene de doctrinas y dogmas que reducen al enemigo de la paz a uno solo. En el caso del pacifismo autodenominado antimperialista, ese enemigo será siempre EE UU. “Pacifismo campista” lo denominan Pierre Dardot y Christian Caval. “Antimperialismo de los idiotas”, lo llamó Leila Al -Shami. “Pacifismo de los idiotas”, llamaríamos entonces al que hoy calla e incluso apoya a Vladimir Putin, aceptando su mentirosa versión de que la invasión fue realizada para salvar a Ucrania de la OTAN y del imperialismo norteamericano.

Naturalmente, ninguno de los pacifismos nombrados aparece de un modo químicamente puro.

El pacifismo moral suele aparecer después o antes de las guerras. Viene del horror, del arrepentimiento y del deseo. Horror, cuando son contados los mutilados y los cadáveres. Arrepentimiento que lleva a decir, “esto no puede volver a suceder”. Deseo, por volver a gozar los bienes de la paz. En la modernidad que habitamos, surgió en la vieja Europa como reacción a esa cadena de matanzas que tuvieron lugar durante el siglo XlX. Todavía los pacifistas de hoy rinden honores a a sus líderes totémicos: Emile Arnaud, Jenny Techman, y por cierto, a Bertha von Sutter, la inolvidable autora de Abajo las armas, éxito literario solo comparable al que después de la segunda guerra mundial recibiría Erich María Remarque gracias a su legendaria novela Sin novedad en el Frente. Lo moral y lo religioso han continuado impregnando la historia del pacifismo de nuestro tiempo. El lema del pacifismo alemán, después de la segunda guerra sigue siendo, “Nie wieder Krieg”: nunca más guerra. Por supuesto, ha habido y seguramente seguirá habiendo guerras.

Del pacifismo moral al pacifismo político

Durante los primeros años de la guerra en Vietnam, el pacifismo emergente adquirió primero un carácter religioso y moral. No obstante, en el transcurso de su oposición a la guerra fue tomando ribetes políticos. La guerra en Vietnam en efecto, estaba realizándose mediante la acción de dos estados nacionales, el de los EE UU y sus marines y el de la URSS en cuya representación actuaban las tropas vietnamitas, hecho que impidió a las multitudes manifestantes cuestionar la presencia invisible de la URSS, limitada a proveer armamentos a los guerrilleros del Vietkong. El enemigo de la paz fue configurado en el Estado norteamericano, tanto o menos culpable que el Estado soviético.

Precisamente, el cuestionamiento de los manifestantes de diferentes países a EE UU, permitió que dentro del movimiento pacifista de los años sesenta penetraran grupos políticos que habían hecho de la lucha en contra del imperialismo norteamericano una bandera identitaria. De este modo, el movimiento pacifista sufriría una profunda división. A un lado los que postulaban el fin de la guerra. Al otro los que solo buscaban derrotar al “imperialismo norteamericano”.

Ya alcanzada la paz gracias a las negociaciones de Kissinger en China, el pacifismo mundial continuó fracturado en dos partes: el pacifismo sin apellido, y el pacifismo ideológico antimperialista. La enemistad entre dos figuras del pacifismo norteamericano, Joan Baez y Jane Fonda, fue un símbolo de esa fractura. Naturalmente, gracias al aparataje de los partidos de izquierda, el pacifismo ideológico anti-norteamericano ha logrado en diversas ocasiones imponerse por sobre el pacifismo político, sirviéndose incluso de elementos constitutivos a los pacifismos moralistas y religiosos de antaño.

Frente a la guerra desatada por el imperio ruso en Ucrania, los cuatro pacifismos han hecho su puesta en escena. Los fines de semana, las plazas de algunos países europeos se ven colmadas de protestas. Unos, los religiosos ruegan (tal vez a Dios) por la paz. Otros, los moralistas, portan pancartas con palomas de la paz, las de Picasso o las de Magrit. Los ideológicos izquierdistas, pero también los neo-fascistas (unidos jamás serán vencidos) esgrimen banderas antinorteamericanas gritando en contra de la UE y de la NATO. Solo los pacifistas políticos condenan abiertamente a Putin.

La emoción y la política

Ahora bien, la importancia real de los movimientos pacifistas hay que medirlas de acuerdo a la incidencia que obtienen en la política. En ese sentido, pese a ser muy ruidoso, al pacifismo ideológico, o antinorteamericano, podemos dejarlo de lado. Por una parte, su acceso a las decisiones gubernamentales es casi nulo. Por otra, equivocan radicalmente al enemigo, en este caso, el gobierno de Vladimir Putin. Si obtienen alguna influencia, es solo sobre los partidarios de gobiernos autocráticos sin relevancia mundial como son en Latinoamérica los de Cuba, Nicaragua o Venezuela. Incluso el pro-putinista Victor Orban de Hungría, se encuentra bloqueado por su pertenencia a la UE, donde es minoría absoluta.

Más importantes parecen ser los antiguos pacifismos morales y religiosos. La razón es explicable. Las reacciones frente a las guerra son en primera instancia, emocionales. Por eso, la indignación frente al espectáculo sangriento que todos los días nos ofrecen las pantallas, con sus fosas de cadáveres amontonados, niños asesinados, ancianos agonizantes, mujeres violadas, gente arrojada como estropajos en el suelo, seres llorando mirando sus casas destruidas donde ayer hubo familiar comensalidad, cuerpos sangrando por las calles, caravanas de fantasmas con los ojos vacíos sin saber a dónde ir, en fin, todo ese infierno dantesco, es el sustrato de donde surge todo clamor por la paz. Sin esa indignación moral, ningún pacifismo, ni aún el más político, sería posible.

La política, al ser realizada por seres humanos, no solo reposa sobre la lógica. Proviene también de la emoción. Y, sin embargo, la emoción frente al destrozo de vidas no serviría de nada si solo terminara allí. Como igualmente no sirve de nada clamar por la paz sin entender las razones que llevan a la guerra. Fue ese el caso del pacifismo emocional de 27 intelectuales y artistas alemanes quienes solicitaron al gobierno de su país no enviar armamento pesado a los ucranianos por temor a que la guerra escalara y llegara a convertirse en un holocausto nuclear. Pero no se necesitaba mucha perspicacia para entender que quienes subscribieron esa carta no solo estaban emocionados, sino asustados de que en su país, Alemania, pudiera ser alterado el “pacifismo de sofá” como lo denominarían con justificada indignación, otros intelectuales y políticos de la nación. El miedo también es una emoción.

El pacifismo político, esta es su primera condición, no solo está en contra de las guerras sino en contra de los que las causan. Justamente porque es político, ese pacifismo no ignora la existencia de sujetos con nombre y apellido. Los invasores y los invadidos no son factores sino seres actuantes y responsables. A ellos deben ser dirigidos los mensajes. Por eso antes de la invasión, inspirados en un pacifismo político, los gobiernos de Europa exigieron agotar todas las posibilidades para buscar una solución diplomática al conflicto. Y lo hicieron apelando a la razón y a la cordura. El dictador ruso sin embargo, mintió y mintió. Mintió cuando afirmaba que su propósito no era invadir a Ucrania, tratando de paranoicos a los gobiernos y a los medios occidentales. Mintió a su pueblo al suprimir la palabra invasión del vocabulario diario. Mintió diciendo que Ucrania estaba gobernada por nazis. Mintió afirmando que la OTAN preparaba un ataque contra Rusia. Mintió cuando ocultó su fracaso militar callando sobre las cuantiosas pérdidas en sus propios destacamentos. Y continuará mintiendo.

Putin y a radicalidad del mal.

Desde el 24 de febrero los gobiernos occidentales supieron que la invasión no había sido evitable pues ya estaba decidida desde mucho tiempo atrás por Putin, un dictador que arrasaba con todos los tratados y acuerdos firmados por sus antecesores, por el mismo, por los gobiernos europeos, entre Rusia y Ucrania, entre Rusia con la UE y los EE U. Para decirlo con la terminología de Kant, Putin es el representante corpóreo de la radicalidad del mal.

La radicalidad del mal, o mal absoluto, no requiere según Kant de coberturas (banalizaciones según Hannah Arendt) porque es premeditado y consciente. El mismo Kant señalaba que el mal radical no proviene del desconocimiento de las leyes y constituciones sino de su conocimiento, y pese a eso, es cometido. Es el caso de Putin. No solo su propia palabra no tiene ningún valor. Tampoco la tienen las instituciones, ni las de su país, ni las de los demás países, ni las internacionales, ni siquiera la ONU. Lo único que vale es su voluntad de poder. De un poder que se alimenta de sí mismo, sin otra justificación que no emane de su mente alucinada, de sus descontrolado odio a Occidente, que como en tantos casos, no es sino odio hacia una parte de su propia personalidad.

“No es un demonio”, dijo Sartre de Hitler; “es un ser humano”. Definitivamente, era un ser humano. No un demonio, lo aceptamos. Pero era un ser endemoniado. Bien, frente a un ser así, nadie, ni siquiera el pacifismo, aún el más tierno y dulce, puede ser neutral. Mucho menos puede serlo un pacifismo político. A diferencias del pacifismo religioso o moral que carece de sujetos, el pacifismo político solo existe en referencia a sujetos reales.

Pero aún así: el pacifismo político, justamente por ser pacifismo, no debe cesar jamás de buscar la paz. Y no hay camino hacia la paz que no lleve al diálogo y a la negociación. Y por ser político, ese pacifismo debe intentar por todos los medios el regreso de la razón política. El problema es que Putin se ha cuidado muy bien de decir cuales son los objetivos reales que persigue en su guerra a Ucrania. Busca por cierto la capitulación del gobierno de Zelenski, y si no la logra destruirá a toda Ucrania. La suya, ya lo vemos, es guerra total, guerra a muerte, sin condiciones. ¿Cómo negociar entonces con un dictador que solo quiere destruir sin atender a otras razones?

Como sea, el pacifismo político de los gobiernos occidentales debe seguir buscando el poder de las palabras. Y si Putin no acepta negociar, hay que obligarlo a negociar. Y si la negociación pasa por la derrota de Putin, hay que derrotarlo. Esa es la lógica de esta guerra. Buscar la paz por todos los medios, aunque esos medios sean tanques, aviones y balas. Al fin y al cabo, vivir es un riesgo. Y quien no se arriesga, no vive. Solo existe. Eso fue lo que pensó tal vez ese matemático y filósofo llamado Bertrand Russell.

Pocos abogaron y escribieron tanto por la paz como Bertrand Rusell. Pocos se opusieron tanto como él a las guerras, llegando a pagar con prisión su pacifismo, durante la primera guerra mundial. Pero cuando comprendió que ninguna palabra, ninguna lógica del mundo podía detener a los demonios que empujaban a Hitler, supo definitivamente que para alcanzar la paz había que luchar por ella.

Nunca perder como objetivo a la paz, luchar por ella, otorgar ese objetivo a la guerra y en la guerra, aun cuando esta sea inevitable, esa y no otra, es la razón del pacifismo político. Hay que confiar en que tarde o temprano, la razón y la verdad lograrán imponerse. Sin creer en eso, la vida no valdría nada.

@FernandoMiresOl

2 de mayo 2022

Polis

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