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Opinión

Carlos Raúl Hernández

“Tienen miedo, porque le duele una muela y deben sacársela/ Se les quemó la sopa y quieren otra/ Su esposo es bajito y desea uno más alto/ Aquel piensa que su mujer es muy flaca y la quiere más voluptuosa/ A este le aprietan los zapatos, y los de su vecino le quedan bien/ Al poeta se le acabaron los versos y no se le ocurren nuevas imágenes/ Al pescador no le pican los peces/ Así se unen a la revolución/ porque la revolución les dará un pez, un poema, un nuevo par de zapatos una nueva esposa o esposo y la mejor sopa del mundo”... (En Marat-Sade de Peter Weis).

La pobreza no produce cambios políticos, sino gente afanada en conseguir alimentos para su familia. Esto lo tenía muy claro Jorge Giordani, pero no “el embajador” Gustavo Tarre. Con frecuencia menciono a Samuel Huntington, Crane Brinton, Gordon Tullock, quienes, entre otros, plantearon esa tesis que ilumina la ciencia política, desafortunadamente no muy conocida o entendida: las revoluciones, desde la americana, la francesa, la rusa (y ahora la chilena), nacen en períodos de crecimiento económico acelerado que derriba las barreras sociales y facilita a los revolucionarios hacer confluir los múltiples resentimientos de la condición humana con el fin de destruir la cohesión social. Chile superó los estragos de la pandemia y llegó a la exorbitante tasa de crecimiento de 17% en diciembre 2021 y 5.7% de inflación, esta última por efecto de retiros de ahorros aprobados por el Congreso, que dispararon la liquidez monetaria.


Una vida asegurada permite lanzarnos a manifestar en cueros a la calle, introducirnos objetos en el cuerpo, y quemar piras de televisores, teléfonos, sistemas de sonido, computadoras. Una inolvidable señora entrada en carnes y con su voluminosa desnudez pintada de verde, pedía constituyente porque en Chile había “una dictadura sexual” creada en la Concertación. No eran manifestaciones de madres famélicas o enfermos sin medicinas – tienen el mejor sistema de salud de la región- sino protestas ecológicas, culturales et.al., porque, como todo país desarrollado, Chile es de clases medias, y 70% de su población recibe ingresos de entre 600 y 725 dólares mensuales. Desde 2011, fecha de la emergencia política del hoy presidente Boric, se inició una ofensiva global de cientos de páginas Web, para desvalijar el llamado “modelo chileno”, oferta kapitalista.


El método, “buscar lo oculto” detrás de las cifras conocidas, usando para ello fake news, postverdades, con exitosos resultados políticos. El innombrable coeficiente de Gini, que compara el decil de menores ingresos con el decil de mayores ingresos, daría una sociedad “desigual”, aunque casi 80% de la población tenga ingresos de clases medias bien situadas. Según este “instrumento”, España, Italia, Australia, quedan par y par con Burkina Faso, Liberia y Uzbekistán. Los países más igualitarios del mundo serían Kazajistán, Azerbaiyán y Kirgistán. Dudo que semejante cosa sirva para algo. A pesar de “Gini”, Chile aparece entre los 25 “menos desiguales” (junto a Camerún y Venezuela) pero la señora pintada de verde habla de la horrenda desigualdad. Se escandalizan de que 20% de la población perciba 60% de los ingresos porque se imaginan unos cuantos jeques en Cadillacs de oro, pero la respuesta es mucho más simple.


Ese 20% son las grandes y medianas empresas que no es que “se quedan con la riqueza”, sino que la producen, y como sabe cualquier estudiante de economía, la distribuyen a través de salarios, capital variable (CV) inversiones en tecnología, instalaciones, capital fijo (CF) e impuestos en un país de inversión creciente (Chile tiene en treinta años un promedio de crecimiento por encima del mundial). 50% de la mano de obra percibe 560 dólares y otro 25% gana 730 dólares, largamente los salarios más altos de Latinoamérica. Lo dicho hasta ahora no significa necesariamente un pronóstico del club gato negro sobre el futuro del país de Pablo Neruda, Nicanor Parra y Gabriela Mistral. Los líderes del sistema político chileno se dejaron quitar el poder de las manos, porque, como en Venezuela y muchos otros países, no tuvieron capacidad política para responder al descrédito contra las instituciones que crearon ese nivel de vida desde la miseria anterior.


Gabriel Boric tiene en sus manos ahora el destino de los chilenos y “la historia no es previsible porque depende de la aleatoriedad y la voluntad de los protagonistas”, como demuestran muchos, entre ellos Humala. Rubricado por Michelle Bachelet y Ricardo Lagos, derrotó a un adocenado, mediocre y reaccionario candidato que pretendía ser el nuevo Paul Schafer de una especie de Colonia Dignidad. Los puntos principales de su agenda: la “constituyente”, la eliminación de los fondos de pensiones, el indigenismo anacrónico, son lo contrario de lo que necesitan para dar otro salto en su nivel de vida y desarrollo: estimular inversiones globales y locales en educación superior, y formar mano de obra en altas tecnologías. Pinochet implantó reformas económicas casi al mismo tiempo que Deng Xiao Ping en China y más tarde Bolivia. Lo afinaron, pulieron y mejoraron el Partido Socialista y la Democracia Cristiana en los treinta años de la Concertación, pero a diferencia, en un sistema constitucional de alternabilidad intachable. No fue la “extrema derecha” que dice la ignorancia.

@CarlosRaulHer

 4 min


Ismael Pérez Vigil

A la memoria de José Ignacio Rey, S.J., fallecido el 14 de enero de 2022, para quien: “Ser cristiano es renunciar al egoísmo y morir a sí mismo, por amor a los demás”. Descansa en paz, amigo y maestro.

Las lecciones a aprender de lo ocurrido en Barinas son bastante obvias y han sido resaltadas por una buena cantidad de analistas políticos y periodistas. Resumiendo las más importantes, y no aspiro a ser original en esto, es que el pueblo barines demostró sobradamente tres cosas: una, que es posible la vía electoral para obtener victorias que ayuden a recuperar poder y debilitar al régimen; dos, que la abstención a quién beneficia es al régimen, sobre todo, esa “abstención boba”, que nadie organiza ni le da contenido político; y tres, lo más importante, que la unidad es esencial para lograr los objetivos políticos en contra de este régimen de oprobio. Las victorias más importantes contra este régimen siempre han sido por la vía electoral, cuando se participa masivamente y de manera unida.

Quizás lo que valga la pena es resaltar algunas de las reacciones de los analistas políticos y comentaristas, sobre el tema, y sobre todo los riesgos y los peligros que podrían estar implícitos en lo ocurrido.

Lo lamentable de algunas posiciones radicales −y otras menos extremas, pero también radicales− que minimizan la importancia de lo ocurrido en Barinas y su significado, es que −además de la mezquindad− en el fondo son posiciones elitistas, que muestran un profundo menosprecio, desprecio, en la capacidad del pueblo para entender lo que ocurre políticamente en el país y cuál es su mejor opción para superar las crisis. El pueblo no es infalible, se equivoca en sus decisiones políticas −23 años de chavismo y lo que observamos en otros países de América Latina, así lo demuestran−; pero, de allí a pensar que cualquier gesto por librarse de ese error y amenaza es ignorancia o ingenuidad, es −como dije− un profundo prejuicio y menosprecio acerca de la capacidad popular por encontrar la salida a una situación que nos afecta a todos. Pero dejemos hasta aquí este tema, lamentable, y veamos algunos de los peligros que enfrentamos en la oposición, tras el triunfo electoral en Barinas.

El peligro fundamental, que ya hemos confrontado en pasadas ocasiones es el triunfalismo y lo que los especialistas en “mercadotecnia”, denominan la “extensión de la línea”, que llevándolo a la política es esa tendencia de querer extrapolar éxitos, indudables, pero parciales −en este caso locales− a otras áreas e instancias del país. De esta manera, ante la perspectiva que luce insoportable −y lo es− de aguantar hasta que se cumpla el cuestionado periodo presidencial, en 2024, no hay ninguna duda de la necesidad de buscar una vía para una salida a esta profunda crisis en la que nos consumimos, a este proceso de destrucción del país.

Surgen, de lo ocurrido el 21N en el país y el 9E en Barinas, dos posibilidades, una ineludible y otra inmediata. La ineludible es la necesidad de renovar la dirigencia política, los partidos y construir una organización popular vigorosa para resistir a la tiranía que nos agobia. La inmediata, que puede contribuir a la primera, es la opción del Referendo Revocatorio; opción que se abrió a partir del 10 de enero de este año, válida, a la mano e inobjetablemente constitucional, prevista en el artículo 72 de la Constitución. Además, es una opción que permite unificar a todo el país opositor, en un propósito único y compartido, sin disputas de liderazgo o de poder, pues no hay −al menos en lo inmediato− ningún cargo en juego.

Además, de que, bajo las propias reglas de la Constitución promovida por el régimen, se abre la posibilidad de revocarlo, qué duda cabe que la legitimidad del proceso electoral del año 2018 está en entredicho y que Nicolás Maduro ejerce la presidencia de hecho, con el apoyo de la fuerza armada y de las instituciones que controla. Asentados esos hechos básicos, hay que reconocer que la discusión de este tema es compleja y aun no se ha dado a fondo y porque el tema escapa a los aspectos meramente formales y jurídicos y se hunde en los políticos y estratégicos.

No basta que el RR sea una opción “constitucional” o suponer que será exitosa porque las encuestas muestran que el gobierno ha perdido una buena parte del apoyo popular; es necesario analizar el tema desde el punto de vista de la eficacia política. Y allí es donde hay que afinar el análisis de riesgos y dificultades. Como preludio de lo que será esta discusión, hay que decir que lograr un referendo revocatorio no es una tarea sencilla, libre de dificultades; el régimen pondrá todo tipo de obstáculos para impedir que se realice, pues de llevarse a acabo no está en juego una alcaldía o una gobernación, sino el núcleo mismo del poder.

Bien sabemos por las dos experiencias anteriores, que el gobierno se empleará a fondo para impedirlo o retrasarlo lo suficiente para que sus efectos sean nulos. En 2004 lo retrasaron un año, mientras el populismo demagógico de las llamadas “Misiones” le permitió a Chávez Frías recuperarse de la baja popularidad que el fracaso de su gestión comenzaba a mostrar. En 2016, el régimen de Nicolás Maduro, a través del TSJ y el CNE, organismos que controlaba y controla hoy, puso todo tipo de obstáculos y requisitos absurdos −contra la propia Constitución que ellos promovieron− para impedir que tan siquiera se pudieran recoger las firmas para activarlo y una vez que se dieron cuenta que nada impediría que se recogieran esas firmas, apelaron en varios Estados a jueces penales, incompetentes en la materia electoral, sin atribuciones para ello, para que detuvieran el proceso, en complicidad con el CNE; nada augura que ahora será distinto, sobre todo, porque el régimen está consciente de su falta de popularidad, del agotamiento de su “modelo económico” y que está frente a un peligro real de ser revocado por vía popular.

Además de los impedimentos, triquiñuelas y trampas que interpondrá el régimen, veamos algunos obstáculos reales, organizativos, a los que nos enfrentamos para activar un RR. Lo primero es que para activarlo es necesario reunir 4 millones 300 mil firmas, que son el 20% del actual registro electoral. Teóricamente es posible, pues en el último proceso electoral, el del 21N, que fue el más participativo desde el del año 2015, los votos por candidatos no oficialistas −que teóricamente serian votos a favor de un referendo revocatorio− fueron unos 4 millones 800 mil. Habría un margen de unas 500 mil firmas.

Pero hay una dificultad adicional, y es que −si no hay cambio en la legislación en la materia, cosa que no se prevé− ese 20% de firmas se debe recoger por Estado, y según las cifras del último proceso electoral, hay ocho Estados (Anzoátegui, Aragua, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro, Distrito Capital, La Guaira y Miranda) en donde el número de votos obtenidos por la opción no oficialista, fue inferior a ese 20%. Un solo ejemplo, en el Estado Barinas, con un proceso electoral reciente y exitoso, en donde participó más del 55% de los electores, es necesario recoger 121.528 firmas, lo que significa que el 70% de los que votaron por la oposición tendrían que firmar la solicitud del referendo. En esos ocho Estados donde la votación no oficialista no supera el 20% necesario para convocar el RR, ¿Estarían dispuestos los “chavistas” a firmar para lograrlo?, es de dudar.

Si no es fácil la tarea de recoger firmas para activar el revocatorio, después, lograr los votos suficientes para revocar el mandato, es también una tarea ciclópea. Si se logran superar todos los obstáculos que pondrán y reunir las firmas para activar el referendo, para que quede revocado el mandato implica reunir el día de la votación un voto más de los 6.245.862 que, según el CNE, obtuvo Nicolás Maduro en 2018 en su cuestionado proceso electoral.

Teóricamente, a favor de intentar el proceso está la alta votación opositora, en su evento más significativo, el de la elección de la AN de 2015, que superó los 7 millones de votos, por lo que se supone que habría votos suficientes para revocar el mandato presidencial; además porque el registro electoral, desde esa época hasta hoy, se ha incrementado en un 45%, y sabemos que esa cifra está subestimada, pues el proceso de inscripción solo se ha abierto en contadas y efímeras ocasiones; sin embargo, también desde esa época hemos tenido varios procesos electorales en donde la apatía electoral y la abstención han sido altas −en 2017, 2018, 2020 y 2021− y además tenemos una alta migración o éxodo hacia el exterior de venezolanos con derecho a voto, que algunos aseguran que pasa de los 4 millones, la mayoría opositores; en este momento quienes teóricamente podrían votar en el exterior, por estar inscritos, serían solo unos 107 mil electores. Lograr que se abra el registro en el exterior y que se habiliten centros de votación donde ejercer ese derecho, no será tarea sencilla y encontrará toda la resistencia del régimen, que es quien controla los recursos para hacerlo y que puede modificar la ley y el reglamento electoral para que sea posible.

Estamos frente a un verdadero dilema. Pedir a la población que espere al 2024 para sacar del poder al régimen de oprobio y seguir sufriendo las penurias actuales, es frustrante y desmoralizante; pero emprender la difícil vía del revocatorio, que de no lograr activarlo o de no conseguir la revocatoria del mandato, puede ser un revés político más frustrante y demoledor, sin especular acerca de la significación que pudiera tener sobre la “legitimación o deslegitimación” de Nicolas Maduro, el fracaso en un evento que pretendió revocarlo. De tomar la decisión de buscar la revocatoria del mandato, será necesario estar preparados para evitar frustraciones y decepciones en la población.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

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Américo Martín

En 1950 culmino mis estudios de educación primaria. En septiembre de ese mismo año entraré al Liceo Andrés Bello, cuyo prestigio toca el cielo. Está a la altura y aún supera a los mejores planteles privados, en su mayoría religiosos: La Salle, San Ignacio, San José de Tarbes, el Colegio Alemán (más tarde Humboldt). La educación en institutos educativos oficiales era entonces excelente. Brillaban también el Fermín Toro, el Luis Ezpelosin, el de Aplicación y la estupenda Normal Miguel Antonio Caro, fuente de buenos maestros y de muy importantes líderes políticos y educacionales.

Era una educación de mucha calidad, democrática, civilista y participativa, que había sido fuertemente impulsada por los gobiernos de Medina y Betancourt. El presidente Medina concibió las Repúblicas Escolares y el de Betancourt las masificó.

El Liceo Andrés Bello era un punto luminoso en mi modesto barrio. El Colegio Los Caobos, el Santa Rosa de Lima, donde mi madre ha puesto a estudiar a la “Nena”, el Liceo Andrés Bello y la Escuela Experimental de Venezuela eran cuatro destacados centros de enseñanza ubicados en El Conde.

Pero todavía curso el primer año. Soy un “labista” de nuevo cuño. Encuentro a un “paisano” de la comunidad de El Conde, a quien conozco casi por referencias desde la infancia. En el liceo lo veo de nuevo. Estudia en la sección “A”. Nace entre nosotros una buena amistad que se solidificará andando el tiempo. Es Rómulo Henríquez.

Tiene fama de político, al igual que Alfredo Maneiro, mi antiguo y efímero condiscípulo margariteño del Colegio Los Caobos.

En el colegio no se hablaba de política; en el liceo, mucho. El coronel Carlos Delgado Chalbaud era el presidente de la Junta Militar que depuso a Gallegos.

Los adecos y los comunistas eran los más aguerridos contra los militares golpistas. Copei y URD conservaban estatus legal. Eso por cierto no les impedía ejercer la crítica contra el régimen militar.

Se organiza la plancha “Libre”. Maneiro es el candidato de los partidos ilegales, y aunque como ya he dicho era adeco de “respiración”, sufragué por el PAL, la plancha socialcristiana. Todo inducido por una compañera de sección que en medio de requiebros me arranca el voto. Al final para nada, porque la muchacha cargaba un novio y no tenía la intención de cambiarlo.

Lucho –mi padre– ha construido una amplia quinta en Altamira con un enorme jardín de grama natural a su lado. Ha puesto demasiado en esa obra, dirigida y supervisada en sus detalles por él. Pero no tiene mentalidad capitalista. Sólo aspira a repartir las casas a cada hijo, como ha prometido. Mientras tanto, lo indispensable para viajar con María. Lo demás, sobra y molesta. Su futuro se abre frente a sus ojos y guarda un milagroso parecido con el aventurero errar por el mundo que trajo a Venezuela la familia trashumante comandada por su padre, mi abuelo, el pater familiæ. Viajar y viajar hasta que el cuerpo aguante. Así eran los vikingos. Así era Lucho.

Me duele confesar que, llevado por la pasión revolucionaria, cometí el abuso inmerecido de convocar varias reuniones políticas no exentas de peligro en nuestra casa de Los Lagos. ¡Exponer a un hombre en cierto modo inocente como Lucho a una represalia inesperada, me asalta como un amargo recuerdo del ciego frenesí revolucionario que me embargaba!

Una de las reuniones fue particularmente delicada: el secretariado ampliado del MIR que en 1964 decidirá formalmente mover el partido a la guerra, se celebró en ese lugar. Mi padre, con su irrenunciable alma de anfitrión, nos hizo llegar unas cajas de cerveza fría. Solidario con su hijo, otra vez metido en la clandestinidad, construyó una cueva secreta en una parte baja de la ladera de la casa, al lado de donde había ubicado su extraño taller de trabajo. Pero nadie descubriría el refugio. Estaba mágicamente escondido en una habitación para huéspedes. Si se encendía una luz conectada con un switche arriba en la sala de la casa principal, yo me metía en mi cueva y allí ni el más hábil de los perseguidores podría haberme encontrado. Un señor que trabajaba para mi padre, hombre fornido como pocos, me dijo una vez:

Las cosas que el señor Martín hace son bien difíciles de desarmar.

¿Qué más puedo decir de ese personaje nada común, tan afectuoso con su familia y amigos y sobre todo tan responsable? Puedo agregar algo con la ayuda del poeta, pintor y narrador Francisco Massiani. El hombre era mago. Mago de trucos, por supuesto, aunque a veces podía uno preguntarse si lo eran de veras. En la tropilla dirigida por el pater familiæ en la ruta de Chile a Cumaná, predominaba un toque histriónico. Representaron obras teatrales o se retrataron como si lo hubieran hecho.

El mago Lucho hacía con las manos pases “magnéticos” que maravillaban hasta a los más escépticos. Ponía una caja de fósforos en el suelo y concentrando en ella la mirada movía misteriosamente las manos. Sin haberla tocado físicamente la caja se desplazaba ante el asombro colectivo.

Fuerza de voluntad, fuerza de voluntad repetía con grave voz, mientras el objeto se animaba.

Los presentes pasaban la mano para ver si había algún hilo minúsculo o si estaba moviendo el suelo, pero era inútil: no había conexión física entre el mago y la caja y en cuanto a mover el suelo, ni siquiera provocando un temblor de tierra.

Muchos años después, entre conversaciones sobre barcos, viajes, poesía, pintura, Piedra de Mar y tangencialmente la inefable política, Pancho y yo caemos en el tema de Lucho, a quien conoció cuando su padre Felipe Massiani y él viajaron con los míos en el barco inglés Reina del Pacífico. De Chile a Venezuela. Había caído Pérez Jiménez, mis padres deseaban abrazarme en libertad y Felipe y Pancho anhelaban regresar a respirar la democracia recuperada. Pancho recuerda las artes mágicas de Lucho. Las había presenciado durante la travesía, y me habla de sus frustrados intentos por descubrir el truco, si en realidad se tratara de trucos.

Movía con el pensamiento los objetos, me explica Pancho todavía intrigado, yo lo vi con mis propios ojos estando en el barco, in situ, hace más de cincuenta años.

-Después me encerraba en mi camarote para tratar de repetir aquello. Le daba, le daba, la cabeza comenzó a dolerme, y nada. ¡Nunca se supo cómo hacía eso!

Es cierto, nunca se supo y ahora, perdidos los detalles en el tiempo, menos se sabrá.

Twitter: @AmericoMartin

Américo Martín es abogado y escritor.

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Amanda Mars

Es uno de los mayores intelectuales vivos de la izquierda estadounidense. A sus 93 años, sigue en la brecha. En esta entrevista que concede en primicia a ‘Ideas’ habla de sí mismo, cosa poco habitual, y se muestra como un pensador pragmático.

Noam Chomsky (Filadelfia, 93 años) sigue en la brecha. Escribe, da conferencias y entrevistas, y se sitúa en la primera línea de fuego por lo que cree justo. Forma parte del movimiento progresista europeo Diem25, ha disparado las alarmas sobre los riesgos del cambio climático y se ha convertido en azote del trumpismo. Es uno de los mayores intelectuales vivos de la izquierda estadounidense, pero también padre de la lingüística moderna al haber establecido, en los años cincuenta, la teoría de la gramática generativa. Prolijo autor, filósofo reputado y activista insobornable, fue detenido por oponerse a la guerra de Vietnam, entró en la lista negra de Richard Nixon y apoyó la publicación de los Papeles del Pentágono. Insobornable, pero también pragmático, se volcó, por ejemplo, en pedir el voto para Joe Biden en las elecciones de 2020. Desde 2017 reside en Tucson (Arizona), desde donde atiende esta entrevista [que no se pudo hacer presencial, ni de la que se pudieron hacer fotos por las precauciones covid] por videoconferencia. Con puntualidad también incorruptible, la melena cana del viejo profesor aparece en la pantalla a la hora precisa. Los años han agrietado su voz, pero no su pensamiento. Se extiende en las respuestas, pero no divaga y contesta a todos los matices. Su libro Sobre el anarquismo acaba de ser reeditado en español (Capitan Swing). El viejo profesor hablará sobre ello, pero también, algo que suele costarle, sobre sí mismo.

Pregunta. ¿De verdad escribió su primer ensayo con solo 10 años y versaba sobre la guerra civil española?

Respuesta. Sí, y puedo decirle la fecha exacta porque trataba sobre la caída de Barcelona, así que fue en febrero de 1939. No era un gran artículo, pero trataba la expansión del fascismo en Europa, en Alemania, Austria, Checoslovaquia…Desde mi punto de vista de un niño de 10 años, parecía que el mundo se iba a terminar, que el fascismo era incontrolable.

P. Ese niño trabajaba en un quiosco de prensa de Nueva York que regentaba su tío y se acabó convirtiendo en un centro de reunión de intelectuales europeos que podían pasar noches enteras discutiendo. ¿Aquello sembró una semilla en usted?

R. Hay una buena dosis de trágica ironía en esa pregunta. La mía era una familia de inmigrantes, principalmente desempleados. Yo crecí durante la Gran Depresión, a principios de los años treinta, pero reinaba una atmósfera de esperanza, aspiración y expectación debido al movimiento del trabajo. Ese movimiento había sido aplastado en los años veinte, pero estaba reviviendo. Había partidos políticos radicales, había debate, discusión, una sensación de que podíamos salir de aquello juntos. En Europa, la reacción a la Gran Depresión fue el fascismo, con Franco, Mussolini o Hitler, pero en Estados Unidos la reacción fue la democracia social. El new deal de Roosevelt llevó a una era de la democracia social moderna que luego fue repetida en Europa. Si mira las crisis actuales, en cambio, Europa aún se agarra a una democracia social, pero Estados Unidos se encamina al protofascismo, lo contrario de lo que ocurrió en mi infancia.

P. ¿Y esta pandemia no brinda también una oportunidad para ese tipo de catarsis, un “podemos salir de esta juntos”?

R. Debería serlo y hay algunas señales de ello si bajas al nivel de las comunidades. Encuentras a gente cooperando y ayudándose la una a la otra. Las favelas de Brasil figuran entre los lugares más miserables del mundo y durante esta pandemia hemos visto cómo las mismas bandas criminales que las tienen aterrorizadas están organizando a la gente para lidiar con esta situación y que se ayuden unos a otros. Pero si vamos a los líderes de los principales países te encuentras que monopolizan las vacunas y piden que las multinacionales farmacéuticas mantengan el exorbitante control de las patentes, unos derechos otorgados por un régimen neoliberal que es opuesto al verdadero libre comercio.

P. Dice que Estados Unidos está encabezando el camino al protofascismo, ¿Por qué los movimientos de extrema derecha están avanzando tanto, no solo en Estados Unidos, sino también en Europa?

R. El capital privado y la riqueza privada se han puesto a la cabeza. Por supuesto, siempre han dominado el sistema, también en España, pero en los últimos 40 años han ganado un poder y una riqueza abrumadores. Rand Corporation, que es una institución muy respetada, hizo un estudio sobre la transferencia de riqueza de la clase trabajadora a la clase alta y se encontró que el 90% de la población había perdido peso en la riqueza en favor de los más ricos, en favor del 1% más rico principalmente. Y hay muchas otras formas de robar a la gente. Ronald Reagan abrió la puerta a los paraísos fiscales, por ejemplo. Ha habido una época muy destructiva para los trabajadores. En términos reales, un trabajador varón gana lo mismo que en 1979. En Europa los programas de austeridad han dañado a los pobres y enriquecido a los ricos. Esto ha llevado a un resentimiento que es terreno abonado para demagogos como Donald Trump o Viktor Orbán y lo están capitalizando.

P. Un año después del asalto al Capitolio, ¿cuáles son las consecuencias?

R. Aquello fue un intento por derrocar un Gobierno electo. Y fue muy explícito por parte de Trump: “Las elecciones han sido robadas, vamos al Capitolio”. Un intento de derribar un Gobierno electo es un golpe de Estado. Fue un intento violento de golpe de Estado. Un grupo de republicanos rechazó formar parte y evitó que triunfase. Pero ese intento ha venido seguido ahora por un golpe blando, que está ocurriendo cada día ante nuestros ojos. Los republicanos están planeándolo de forma cuidadosa para que la próxima vez tenga éxito. [A través de reformas electorales en diferentes Estados conservadores] están asegurándose de que la gente que gestiona las elecciones tenga poder para anular votos y están aprobando decenas de leyes para impedir el voto de la gente equivocada, de minorías y pobres [a través del endurecimiento de requisitos para votar]. El Partido Republicano ya no es un partido político, es un partido neofascista. Estados Unidos es una sociedad avanzada tecnológicamente, y culturalmente, pero es premoderna en otros ámbitos. Y Trump es un demagogo muy efectivo, ha sabido agitar los venenos que corren bajo la superficie de la sociedad estadounidense y los ha sacado a la superficie. Ahora hay un grupo que lo venera como a un Duce II, elegido por Dios, es la gente que asaltó el Capitolio. La democracia estadounidense corre un grave peligro.

P. ¿Y cree que Trump podría presentarse o incluso ganar en 2024?

R. Es muy posible. Tiene una base rabiosa de devotos que lo adoran. A los líderes del Partido Republicano los tiene aterrorizados, todos corren a Mar-a-Lago [la zona de Palm Beach donde reside Trump] para lustrarle los zapatos y obtener su bendición. Si triunfan con el actual golpe en marcha, el de controlar y modificar el sistema electoral, pueden conseguir ganar. Recuerde que tenemos un sistema electoral muy reaccionario, que otorga a las áreas blancas, rurales y conservadoras una ventaja estructural abrumadora. Por ejemplo, en el Senado, un Estado como Wyoming, de 578.000 habitantes, tiene dos votos. California, con 40 millones, tiene dos votos. Si ahora EE UU quisiera entrar en la Unión Europea, la Corte Europea de Justicia se lo tumbaría.

P. ¿El primer año de gobierno de Biden ha sido más progresista de lo que esperaba?

R. Bueno, no esperaba mucho, francamente, pero los programas nacionales han sido mejores de lo que esperaba. En buena medida fueron diseñados por Bernie Sanders, que representa al ala más progresista del Partido Demócrata. Pero han sido recortados por la oposición y no se ha conseguido casi nada. El principal [el gran plan de reformas sociales llamado Build Back Better, que supone la mayor ampliación del Estado de bienestar en décadas] es tremendamente necesario. Estados Unidos es un país rezagado en prestaciones sociales. Mire por ejemplo el permiso de maternidad, hay alrededor de seis países en el mundo que no lo tienen. Pues los republicanos se oponen [a implementarlo]. Y Joe Manchin [el senador demócrata centrista] lo ha bloqueado. Es el país más rico del mundo, pero los intentos por desarrollar unas medidas sociales simples están bloqueados por el capital privado y la ideología neoliberal.

P. ¿Usted se sigue considerando anarquista? ¿Qué significa eso?

R. Es un término que se ha usado de muchas maneras, igual que liberal, conservador, socialista o marxista. La idea básica es que cualquier forma de jerarquía, dominación o autoridad en cualquier aspecto de la vida debe justificarse y demostrarse legítima, no está justificada de por sí. Si una comunidad decide de forma democrática seguir unas normas de tráfico, como circular por la derecha y detenerse ante un semáforo en rojo, se está sometiendo a una autoridad, pero se puede argumentar que es legítima. Sin embargo, muy pocas relaciones resisten esta crítica y el trabajo de un anarquista es descubrirlas, revelarlas y hacer que la gente debata sobre ellas para ver si las legitiman o las cambian. Ni siquiera el primer paso es fácil. Si le hubieras preguntado a mi abuela si estaba oprimida, ella no hubiera sabido ni de qué hablas. Las mujeres vivían como se suponía que debían, haciéndose cargo de la casa, de los hijos y obedeciendo a su marido. No era opresión, era la vida. Descubrir que eso es opresión requiere un trabajo.

P. ¿Y en el trabajo?

R. ¿Qué es un empleo? Para la mayoría de la gente significa pasar la mayor parte del tiempo que estás despierto siguiendo las órdenes de un jefe totalitario, que puede dar órdenes de un modo que ni Stalin hubiese soñado. Stalin no hubiese podido decirle a alguien que tiene cinco minutos para ir al baño o que no puede hablar con el compañero de al lado. Quizá tengas un jefe amable que te lo permita, pero es su decisión. A eso se le llama tener un empleo, y la gente reacciona como mi abuela, pensando que es lo normal. Al principio de la revolución industrial los trabajadores se opusieron a esta forma de autocracia que les quitaba sus derechos y su dignidad. Es algo que se está reviviendo. De hecho, mucha gente está rechazando volver al trabajo con esta llamada Gran Dimisión, están diciendo eso a su propia manera.

P. Pero la economía necesita un cierto grado de organización y eso implica autoridad.

R. Claro, tiene usted un ejemplo en España. Fíjese en la Cooperativa Mondragón, ha estado ahí desde los años cincuenta y es un conglomerado propiedad de los trabajadores y gestionado en buena medida por ellos. Puede encontrarle fallos, pero en buena medida, hasta un punto infrecuente en el mundo, es un conglomerado exitoso que se basa en la idea de que los participantes en una comunidad deben controlarlo.

P. En su libro habla del consentimiento, la aceptación de la autoridad por parte de la gente aunque no esté justificada. ¿Qué es más natural en el ser humano, el hambre de libertad o la necesidad de autoridad?

R. Nuestra naturaleza como participantes del orden social tiene muchas opciones y puede creer muchas cosas. Los liberales clásicos, como Wilhelm von Humboldt, creen que nuestro instinto es la libertad. Creen que la esencia de la naturaleza humana es la libertad frente a la coacción arbitraria. El pensador liberal clásico en Inglaterra, John Stuart Mill, pensaba que una empresa debía ser propiedad de los trabajadores y debían gestionarla. Eso es el liberalismo clásico. Por supuesto, todo esto fue aplastado por el capitalismo, que tomó un curso diferente de autoridad y dominación y, en su forma más extrema y salvaje, el tipo de neoliberalismo impuesto en los últimos 40 años, con efectos devastadores en todas partes.

P. ¿Se considera un pensador pragmático?

R. Sí, deberíamos hacer lo que podemos, no buscar lo que no podemos. No tienen sentido los gestos románticos, que no solo van a fracasar, sino que van a llevar a los peores resultados. Debemos afrontar el mundo tal y como es y actuar para mejorarlo. Yo tenía amigos en los años sesenta que decidieron que querían una revolución, así que iban a una fábrica, por ejemplo, de General Electric, y empezaban a repartir ejemplares del Libro Rojo de Mao a las puertas, para organizar a la gente para hacer esa revolución. Puede imaginarse lo que pasó, ese no es el modo en el que se logra un cambio. Lo que hicieron fue fortalecer el apoyo a la reacción y el apoyo a la guerra. Tienes que afrontar el mundo como es, no como te gustaría. Tienes que intentar construir el mundo que te gustaría, pero enfrentándote a él tal y como es.

Conservador ante el cambio global

Chomsky, por extraño que suene, se define como conservador ante el cambio social. “De entre los muchos usos del término conservador, uno es el liberal clásico. El término se sigue usando, pero no en el sentido en el que sus creadores pensaban. Wilhelm von Humboldt dijo que si el artesano producía algo hermoso a la orden, admiraremos lo que ha hecho, pero despreciaremos lo que es, alguien que trabaja a la orden, no en función de lo que crece en su desarrollo interno. Eso es el núcleo del liberalismo clásico y en ese sentido soy conservador. Además, en otros aspectos, creo que nuestras instituciones básicas necesitan cambios muy sustanciales y radicales, pero no creo que se pueda hacer así como así. Tienes que construir un debate para ello”, explica.

Cuando se le pide un ejemplo, señala el movimiento de derechos de las mujeres, que data de siglos pero que obró un gran cambio en los sesenta. “¿Cómo se logró? Grupos de mujeres, jóvenes sobre todo, se reunieron, mantuvieron debates, descubrieron y pensaron en los tipos de opresión que existían, decidieron que no tenían por qué someterse, organizaron a otras mujeres y crearon un movimiento a gran escala. Con eso, antes o después tendrás cambios sustanciales. Pero no es un proceso fácil, muchos lo rechazan y dirán que quieren esa autoridad”.

El intelectual estadounidense se muestra exasperado ante la respuesta política al calentamiento global. “La destrucción medioambiental está viniendo, nos guste o no, y nuestras instituciones no están en una situación en la que pueda lidiar con ello, como vimos en Glasgow [en la conferencia del clima]. La principal decisión que tomaron fue aplazar la decisión hasta el año que viene y, mientras, la tierra está ardiendo”, explica. A su juicio, “los grandes bancos dicen palabras bonitas sobre la necesidad de hacer algo, pero lo que están haciendo es financiar las energías fósiles con billones de dólares. Esas son nuestras instituciones y, si no podemos controlarlas, estamos acabados”.

15 de enero 2021

El País

https://elpais.com/ideas/2022-01-16/noam-chomsky-debemos-afrontar-el-mun...

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​José E. Rodríguez Rojas

Las bibliotecas son organizaciones complejas y costosas, que requieren inversiones y labores de mantenimiento que las universidades públicas no están en capacidad de afrontar, debido a la crisis presupuestaria. Ello ha provocado el deterioro de su infraestructura y la contaminación de las colecciones, así como la obsolescencia de éstas y la precariedad de los sistemas informáticos. Este proceso de deterioro está conduciendo al cierre de las bibliotecas.

Las bibliotecas universitarias además de poseer libros suelen contar con una amplia colección de revistas científicas para atender la demanda de los investigadores y de los tesistas que estos asesoran. Estas publicaciones son muy costosas, la suscripción anual a una revista en mi especialidad ascendía a los 2.400 dólares hace varios años. Cuando el presupuesto de la UCV lo permitía, solía tener una partida que ascendía al millón de dólares para pagar las suscripciones anuales de las revistas científicas de las facultades que la integran. Desde hace varios años estas publicaciones vienen en formato electrónico por lo que para acceder a ellas hay que disponer de un internet de una velocidad suficiente para manejar datos y videos, así como de computadores y terminales adecuados a estas necesidades.

Muchas de las revistas y libros que reposan en las bibliotecas están en papel, son publicaciones en algunos casos muy antiguas. Estos documentos requieren de temperaturas que no rebasen los 21 gados centígrados y de una humedad relativa en el ambiente que no supere el 65%, para lo cual son necesarios equipos que deben funcionar en forma permanente, incluso en periodo vacacional. Todo ello con el fin de impedir la contaminación de las colecciones con hongos y moho. Algunos de estos hongos son peligrosos y pueden alojarse en los pulmones de los usuarios o de los que laboran en la biblioteca afectando su salud. Además de los controles ambientales se necesitan limpiezas periódicas las cuales requieren personal y equipos especializados.

Las edificaciones que albergan a las bibliotecas deben ser mantenidas, en especial en lo que se refiere a la impermeabilización que evite las filtraciones, las cuales incrementan la humedad relativa al interior de las mismas.

Una de las actividades recurrentes de un centro de documentación es el inventario y catalogación de los materiales, información que tradicionalmente se volcaba en fichas, las cuales ordenadas por orden alfabético, autor o materia permitían el acceso de los usuarios a los documentos de su interés. Esta labor ha sido digitalizada, se han elaborado programas informáticos especializados para tal tarea. Uno de ellos es Alejandría un programa elaborado por la Universidad de los Andes. Estos programas no son gratuitos, su adquisición y mantenimiento tiene un costo. Acá se requiere también de computadores y terminales que permitan el acceso de los usuarios, además de servidores que almacenen la información. Estos equipos están expuestos a las sobrecargas que se producen por los constantes apagones. Si se dañan los servidores no se puede prestar el servicio, por lo que es necesario repararlos o sustituirlos. La presencia de la informática en las bibliotecas obliga a que el personal que las gestiona debe tener formación en documentación e informática para poder utilizar los programas y entenderse con los profesionales que los elaboran. En algunas ocasiones son profesionales con una licenciatura en informática los que gestionan las bibliotecas.

Todo lo expuesto plantea que las bibliotecas universitarias son organizaciones complejas que requieren de un personal con formación especializada en diversas áreas. Por otro lado son organizaciones costosas que requieren de un elevado presupuesto para costear las inversiones en mantenimiento, equipos, actualización de las colecciones y adquisición y mantenimiento de los programas informáticos que hemos señalado. Un ejemplo de esto es que el presupuesto de la biblioteca de la Universidad Simón Bolívar (USB) era de 2,4 millones de dólares antes de que la crisis presupuestaria eclosionara.

La crisis presupuestaria y la pandemia han cambiado el panorama de los centros de documentación. El confinamiento provocado por la pandemia ha obligado al cierre de las bibliotecas y ha impedido o limitado por más de un año la asistencia del personal a los centros para realizar las labores de mantenimiento de los equipos y de limpieza de los libros y colecciones. Muchos de los equipos son viejos y requieren mantenimiento frecuente y en el peor de los casos reparaciones o ser sustituidos.

La crisis presupuestaria ha reducido significativamente los recursos asignados a las bibliotecas. En el caso de la USB, señala su director, el presupuesto se redujo de 2,4 millones de dólares a 100 dólares anuales, cifra esta última claramente insuficiente para las labores que hemos señalado. La precaria asignación que reciben impide la actualización de las colecciones. En el caso de la USB la universidad estaba suscrita a más de 800 revistas de investigación científica pero desde el 2010 éstas suscripciones no se renovaron, por lo que no se han recibido nuevos números. Tras dos lustros sin actualizar las colecciones éstas han quedado obsoletas. Tampoco se pueden hacer las labores necesarias para su adecuado funcionamiento.

El caso de la biblioteca de la USB es un buen ejemplo. El director de la misma describe la situación de deterioro. Los aires acondicionados funcionan a media máquina por lo cual la temperatura ha subido a 28 grados. Con los deshumificadores sucede algo similar, lo que ha incrementado la humedad relativa a 85%. En consecuencia un gran porcentaje de las colecciones se encuentran contaminadas con hongos y moho convirtiéndose en un peligro para los usuarios y las personas que laboran en la institución. La biblioteca está cerrada desde el 18 de julio del 2019. Los constantes apagones han dañado los servidores donde reposa la información de la biblioteca y esto ha impedido reiniciar las actividades pues no se puede prestar el servicio a los usuarios.

Hemos enfatizado el caso de la USB por la disponibilidad de información reciente, suministrada por el director de la biblioteca a la prensa. Sin embargo la situación de las otras universidades públicas es similar. El deterioro se agudiza por el vandalismo que en la provincia parece más agudo. En la Universidad de Oriente (UDO) los delincuentes quemaron la biblioteca del núcleo del estado Sucre.

Profesor UCV

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Jesús Elorza G.

Este 15 de enero es un día de protesta para el magisterio nacional. Nada que celebrar, mucho porque luchar.

"Moral y luces" no parecen ser los fines ni las primeras necesidades de este régimen de gobierno, pues la educación y sus educadores no son prioridad para quienes se jactan de "bolivarianos", quienes prefieren malgastar ingentes recursos económicos en pertrechos militares en lugar de destinarlos a formar ciudadanos ilustrados en el conocimiento científico.

El educador venezolano, pese a la elevada misión desempeñada en la sociedad es el último de los ciudadanos y funcionarios de un Estado que inmerecidamente los ha condenado a sobrevivir con salarios de hambre, sin seguridad social ni leyes que protejan su ejercicio profesional.

En los últimos 22 años, el 15 de enero se ha transformado en una jornada de lucha de los maestros venezolanos denunciando al gobierno nacional la aplicación de la operación morrocoy para desconocer la Convención Colectiva en donde aspiramos mejoras sustanciales en lo salarial y social para paliar la grave crisis económica que ha destruido nuestro presupuesto y patrimonio familiar. En una parodia el régimen pretende discutir las convenciones colectivas solo con sindicatos paralelos afectos al régimen en clara violación de los acuerdos de la Organización Internacional del Trabajo OIT y las leyes del país.

Los docentes elevaremos nuestra voz para exigir y demandar el cese del proselitismo político partidista, retaliaciones y persecuciones a educadores en las instituciones educativas; el ingreso, permanencia y ascenso por concursos universales que garanticen la idoneidad en el ejercicio del cargo y así mejorar la calidad de la enseñanza en nuestros planteles escolares. Rechazamos la práctica clientelar y la adjudicación sin concursos de los cargos directivos, lo que es violatorio del derecho constitucional al ascenso en la carrera docente. Condenamos la pobre educación para el pueblo orquestada y dirigida desde el MPPE quien exonera asignaturas importantes como Física, Química, Matemáticas, Biología y otras porque entre otras causas no quiere contratar educadores de esas áreas que están desempleados por ser egresados de los Institutos Pedagógicos adscritos a la UPEL y de las escuelas de educación de las Universidades Nacionales por ser vistas por el régimen como opositoras.

Así mismo, los educadores reiteradamente han manifestado la necesaria reforma de la Ley Orgánica de Educación para convertir nuestra educación en un instrumento de superación de la ignorancia, donde prive el conocimiento científico, la democracia y la calidad igualitaria para formar seres humanos libres. De la misma manera, la Ley del Ejercicio de la Profesión Docente, la Ley del Instituto de Previsión y Asistencia Social del Magisterio, la Ley del Fondo de Prestaciones Sociales, La Ley del Cesta Ticket y Medicinas para todos los pensionados y jubilados sin excepción ni exclusión; entre otros instrumentos que harían justicia social al tan olvidado maestro venezolano.

En este 15 de enero fuimos testigos de la celebración de asambleas de docentes en todo el país para preparar las acciones sindicales a las que tenemos derecho de realizar en función de exigir la discusión y firma de la Convención Colectiva y el ajuste salarial digno y justo para todos los educadores activos, jubilados o pensionados dependientes de todas las instancias del estado, sin discriminación alguna.

Como educadores formadores de principios democráticos, manifestamos que no puede existir una educación de calidad si no se reconstruye el país; esta crisis económica, de ética y de valores democráticos han destruido las bases que edifican la dignidad, bienestar y progreso del pueblo venezolano. No queremos seguir con esta estafa de socialismo; los educadores queremos un cambio fundamental en el rumbo económico y político para que nuestra sociedad pueda disfrutar de bienestar, seguridad ciudadana, seguridad social, rescate y protección del poder adquisitivo del salario, soberanía nacional y calidad de la enseñanza.

Educar y luchar es un lema que define una conducta.

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Conferencia Episcopal Venezolana

EXHORTACIÓN PASTORAL

“Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti”. Sal. 33, 22.

1. Los arzobispos y obispos de Venezuela, reunidos en la CXVII Asamblea Ordinaria Plenaria, como pastores y compañeros de camino, queremos hacer llegar a nuestras comunidades un mensaje de amor y esperanza al comienzo de este nuevo año 2022, invitándolos a poner su confianza en el niño Dios que ha nacido y ha iniciado un nuevo camino en la historia de la humanidad, un camino salvífico, liberador.

2. En el proceso organizacional de nuestra Conferencia Episcopal, está mandado que cada tres años haya una renovación de las responsabilidades en los servicios episcopales a nivel nacional; debido a la pandemia el período se alargó a 4 años, por lo que en la presente Asamblea hemos conformado la directiva de la Presidencia, así como las Comisiones episcopales y organismos eclesiales de nuestra institución. Todo se realizó en un clima de oración, escucha y discernimiento, buscando hacer lo que el Espíritu Santo nos inspira para el servicio pastoral del santo pueblo de Dios. También se hizo un seguimiento a los diferentes acontecimientos de la realidad del país, así como a los de la Iglesia en los últimos tiempos, tales como la I Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, y el inicio del Sínodo sobre la Sinodalidad, que en este momento se encuentra en la fase diocesana.

3. Transcurridos dos años del inicio de la pandemia, ocasionada por el COVID-19, y luego de muchos esfuerzos para producir las vacunas que buscan controlar esta terrible enfermedad, el mundo no termina de recuperarse. El surgir de nuevas variantes, unas más contagiosas que otras, mantienen al mundo en emergencia sanitaria. Por otra parte, muchas personas han decidido no vacunarse, haciéndose eco de campañas internacionales. Ello conlleva a un mayor riesgo de contagio y debilita los esfuerzos para controlar el COVID-19. Nos sumamos al llamado del Papa Francisco que nos recuerda que “vacunarnos es un acto de amor”.1 Reiteramos nuestro agradecimiento y bendición al personal de salud, que a diario arriesga su vida para atender a numerosos enfermos. Nuestras oraciones a Jesucristo, el Señor de la misericordia, por aquellos que han sacrificado sus vidas en el cumplimiento del sagrado deber de dar alivio y consuelo para los enfermos.

4. La pandemia además de causar sufrimiento, dolor y muerte en la población, ha profundizado los males que ya aquejaban en el pasado a los venezolanos, como bien lo hemos señalado los obispos: “El pueblo venezolano vive una situación dramática y de extrema gravedad por el deterioro del respeto a sus derechos y de su calidad de vida, sumido en una creciente pobreza y sin tener a quien acudir. Es un pecado que clama al cielo querer mantener a toda costa el poder y pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas: ¡es moralmente inaceptable!”.

5. Serían muchos los aspectos a señalar sobre la dolorosa situación del país, baste subrayar tres tristes y escandalosas realidades: el desmantelamiento de las instituciones democráticas y de las empresas del Estado; el dramático éxodo debido a la emigración forzada de cerca de seis millones de compatriotas expatriados por falta de oportunidades de desarrollo en el país, sobre todo jóvenes en edad productiva; la pobreza de la gran mayoría de nuestro pueblo, con particular acento en la desnutrición de la infancia y las situaciones de injusticias que viven las personas de avanzada edad. Además de estos aspectos, están los daños psicológicos, morales y espirituales que experimentan los venezolanos en el drama que estamos viviendo. Se trata de la pérdida de la libertad individual y social, en formas ya fácilmente perceptibles como la persecución, la cárcel, la tortura o la expatriación por problemas políticos. Hay un objetivo de fondo: convertir al ser humano, creado por Dios como ser libre y responsable, en simple ejecutor de centros idolátricos de poder.

6. A nivel económico, asistimos a una gran contradicción: mientras la economía venezolana se encuentra aún sumida en grandes deficiencias que impiden un trabajo digno y un salario justo, cuantiosas inversiones se están dando en el país que solo benefician a pocas personas o grupos de inversionistas en áreas poco accesibles a la mayoría empobrecida de la población; van apareciendo, en nuestras ciudades, casinos y casas de juego, bodegones, restaurantes y hoteles, edificios y casas ostentosas. En todos los tiempos, el lujo y el desperdicio que ostentan unos pocos ofenden a Dios y a los hermanos, pero con mayor fuerza en este tiempo de pandemia y de crisis global que se vive en el país.

7. La crisis educativa se ha generalizado y profundizado de manera preocupante, provocando un profundo deterioro con seria afectación, tanto de las condiciones en las cuales alumnos y docentes realizan sus actividades, como de la calidad de sus desempeños y expectativas. Sin educación de calidad no hay transformación posible. Muchos docentes con excelente formación han emigrado debido a los sueldos y retribuciones de miseria, pues no les alcanzan para el sostenimiento familiar ni para la prosecución de su formación. Se debe privilegiar esta área para construir el futuro del país y abrir el abanico de oportunidades hacia el futuro.

8. Nos encontramos como país en una grave crisis global y democrática; el ser humano con su dignidad, principalmente la persona pobre, es colocada a un lado por el régimen político, para dar relevancia a un sistema ideológico excluyente, perdiéndose el sentido de la democracia como poder del pueblo, al ser sustituido éste por reducidas élites y grupos que asumen un poder populista y autocrático, con un control de todos los poderes públicos y del militar, dependiendo cada vez menos de la legitimidad electoral y con la astucia de sacar de en medio a los contrapesos institucionales o políticos. Lo que está verdaderamente en juego, en medio de todo este deterioro, es la persona humana en la plenitud de su vocación. Cuando una ideología se antepone como un sistema de poder, que violenta los derechos humanos y rechaza la dignidad de la persona, genera injusticia y violencia institucional.

9. Inmersa en esta crisis democrática, las elecciones del pasado 21 de noviembre estuvieron caracterizadas por la inhabilitación de candidatos, amenazas a medios de comunicación, persecuciones, desconfianza y escandalosa división de la oposición, que minaron la participación ciudadana, provocando un alto grado de abstención. Sin embargo, reconocemos que, a pesar de las adversidades, el pueblo venezolano ratificó noblemente su vocación democrática, asumiendo la vía electoral y la institución del voto como instrumento y expresión pacífica para exigir soluciones a los ingentes problemas que cada día ponen en peligro su vida y su dignidad.

10. El caso de las elecciones de Barinas fue una muestra del resquebrajamiento institucional de los poderes democráticos y de la presencia de la hegemonía del poder ejecutivo ante los otros poderes del Estado. Anular unas elecciones que ya tenían ganador, volver a pedir que se repitieran, inhabilitar a candidatos, el colocar a dedo a un candidato oficialista sin tomar en cuenta las bases del partido, utilizar los recursos del Estado a la vista de todo el pueblo para hacer campaña en favor de ese candidato, son algunas de las anomalías sucedidas; pero el pueblo de Barinas mostró su nobleza y su deseo de cambio en favor de la libertad y del desarrollo humano integral de esa importante región. Los resultados del día domingo 9 de enero son una demostración de cuán necesario es reconocer y aceptar que estamos frente a un cambio en Venezuela, que pasa por la necesidad del encuentro y del entendimiento, para construir un país libre de la opresión y del deterioro al que ha sido sometido.

11. Indudablemente, a pesar de los signos negativos presentes en el país, podemos constatar que hay signos de luz y de esperanza en medio de nuestro pueblo. Es alentador observar cómo se han conformado redes de ayuda médica y de solidaridad con los enfermos y los más necesitados. La Iglesia, a través de Cáritas y otros organismos eclesiales, ha dado respuestas oportunas a las diversas necesidades de la población. Se ha despertado la solidaridad y la cercanía a los más pobres, se ha caminado con ellos ratificando la opción preferencial por los excluidos. Invitamos a todos, principalmente a las nuevas autoridades regionales y municipales electas, a atender las ingentes necesidades de las comunidades, para eso fueron elegidos, que su política no sea el sostén de una ideología, sino de la vida de los más pobres, es decir, la construcción del bien común.

12. Como Iglesia, estamos viviendo la experiencia de caminar juntos. Uno de los elementos fundamentales en este proceso es promover la escucha; “una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha, con la conciencia que “escuchar es más que oír”. Es una Iglesia recíproca en la cual cada uno tiene algo que aprender”. Es una Iglesia que se centra en la misión, en el compromiso desde la fe para humanizar la vida del pueblo y hacer más visible la presencia de Dios en la historia; de ahí que como Iglesia seguimos el compromiso de acompañar al pueblo en el resguardo de su dignidad y en la construcción del bien común, participando en procesos de reflexión sobre la nueva sociedad que queremos construir o refundar con la participación de todos, principalmente del laicado organizado, diseñando procesos de formación desde la dimensión social de la evangelización, la Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio social latinoamericano y venezolano integrado en planes de acción pastoral que serán impulsados en la próxima II Asamblea Nacional de Pastoral que recogerá las experiencias de la I Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, y la preparación del Sínodo de la Sinodalidad. Caminar juntos como pueblo de Dios, motivados por la misión que se nos ha encomendado de hacer cada día más vivencial el Evangelio de Jesucristo, es un testimonio enriquecedor de la presencia del Espíritu Santo en nuestra historia.

13. En vista de las tareas futuras que brotan de los retos actuales, queremos motivar a todos los sectores del país a asumir su compromiso histórico con Venezuela, para seguir trabajando por la comunión, la paz y el bienestar material y espiritual de nuestro pueblo. Ya hemos experimentado suficientes divisiones y enemistades desde los ámbitos políticos y sociales, por lo que la sociedad civil, desde sus comunidades e instituciones, debe asumir el reto protagónico del momento con procesos de movilización, discernimiento y acciones creativas en la búsqueda del bien común construido desde los valores cristianos y humanos. Que nadie se sienta excluido de este llamado por el bien de la familia y el pueblo.

14. Como episcopado, en uno de nuestros comunicados, propusimos la necesidad de refundar la nación. La fundamentación de esta propuesta la asumimos desde el principio cristiano de la “encarnación”. Así como el Hijo de Dios se hizo hombre y asumió toda la dinámica humana para lograr una “nueva creación”, cuyo efecto primero fue la transformación del ser humano al hacerlo hijo de Dios, hombre nuevo, marcado por la pascua liberadora, así también lo humano, como condición de lo social, debe ser refundado desde los valores y principios que permiten la construcción del bien común, recuperando los valores de la verdad, la justicia, la solidaridad, la responsabilidad, la honestidad, la cultura del trabajo productivo.

15. La refundación de la nación también implica: la inclusión de los pobres y necesitados como sujetos de su desarrollo; recuperar la convivencia fraterna a través de la promoción permanente y efectiva del diálogo; realizar negociaciones claras y justas en favor del pueblo; promover la familia y la educación; renovar los partidos políticos y los liderazgos que no han permitido un discernimiento político centrado en las exigencias actuales; todo esto haciendo uso de los mecanismos previstos en la Constitución Nacional y las leyes para resolver los problemas que humillan y cierran posibilidades de vivir con calidad y en Estado de derecho. Es el momento de caminar todos juntos en la construcción de un país donde haya oportunidades para todos, de tal forma que quienes se han ido puedan tener la oportunidad de regresar y volver a la unidad familiar y como nación.

16. Elevamos nuestra mirada a Dios, nuestro Padre que en Jesucristo, su Hijo hecho hombre, nos invita a interpretar la dureza del tiempo presente desde la fe y la esperanza en Él, Señor de la historia. Que Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, y el Beato José Gregorio Hernández, nos ayuden en la tarea de reeducar e inculcar los valores que nos identifican como nación, para que caminando juntos reconstruyamos el tejido social, que nos lleve a ser una Iglesia que promueva la cultura del encuentro, del amor, la justicia, la paz, la libertad.

Los arzobispos y obispos de Venezuela

CXVII ASAMBLEA ORDINARIA PLENARIA

Caracas, 13 de enero de 2022

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