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Opinión

Michael Spence

Los programas de vacunación contra el COVID-19 están ganando tracción en tanto la capacidad de producción aumenta y los procedimientos desorganizados y tentativos de distribución y administración están siendo reemplazados por sistemas más robustos. Una tarea de esta dimensión sin duda encontrará escollos adicionales a lo largo del camino. Pero hoy es razonable esperar que las vacunas estén a disposición de la mayoría de la gente en Norteamérica cuando llegue el verano (boreal), y de la mayoría de los europeos a comienzos del otoño (boreal).

Al 15 de marzo, Israel ha administrado más de 100 dosis cada 100 personas, comparado con 38 en el Reino Unido, 36 en Chile, 32 en Estados Unidos y 11 en la Unión Europea –y esas cifras aumentan aceleradamente-.

Las tasas son relativamente más bajas en Asia y el Pacífico, pero estos países ya han contenido en gran medida el virus sin programas de vacunación masiva, y sus economías han experimentado desde entonces una rápida recuperación.

Mientras tanto, los países de menores ingresos en varios continentes están quedando rezagados, lo que marca la necesidad de un esfuerzo internacional más ambicioso para suministrarles vacunas. Como muchos han observado recientemente, en nuestro mundo interconectado, nadie estará a salvo hasta que todos estén a salvo.

Suponiendo que la vacunación sigue aumentando a nivel global, el escenario más factible para la economía es una recuperación rápida en la segunda mitad de este año y en 2022. Deberíamos ver una reversión parcial pero marcada de los patrones de crecimiento en forma de K que han surgido en las economías afectadas por la pandemia.

Específicamente, el crecimiento en los sectores digitales y digitalmente habilitados de alto vuelo amainará, pero no drásticamente, porque la adopción forzada de sus servicios se verá atemperada por la reanudación de las actividades presenciales. Al mismo tiempo, los sectores que cerraron en parte o por completo revivirán. Los sectores de servicios importantes como el comercio minorista, la hospitalidad, el entretenimiento, los deportes y el turismo reabrirán para un público ansioso. Las industrias como las líneas de cruceros probablemente instituirán su propia versión de un certificado de vacunación, y las ventas rebotarán una vez que los clientes estén confiados respecto de la seguridad.

Dicho esto, este retorno a patrones de consumo antes cerrados, impulsado por una demanda reprimida, producirá una explosión de crecimiento en sectores deprimidos, lo que conducirá a un mejor desempeño económico en general. El desempleo casi con certeza caerá, inclusive si los cambios permanentes en los patrones de vida y de trabajo reducen el empleo en algunas áreas. (Por ejemplo, los modelos de trabajo híbridos que se establecen en los lugares de trabajo remotos de la era pandémica pueden reducir la demanda de restaurantes en las zonas céntricas de las ciudades).

Sin duda, mientras que los enormes programas gubernamentales han mitigado la sacudida económica de la pandemia, los sectores más afectados, de todos modos, han enfrentado cuantiosas pérdidas. Entre estas reducciones transitorias del lado de la oferta y el surgimiento predecible de la demanda, un brote temporario de inflación es posible y casi probable. Pero eso no es motivo de gran preocupación.

Los mercados financieros ya están anticipando estas tendencias. Después de atravesar dificultades antes de la pandemia y de haber sido azotados en las etapas tempranas de la contracción, muchas acciones de valor están orquestando un regreso. Las acciones de crecimiento en el sector digital, mientras tanto, han experimentado una pequeña corrección. Pero esto también debería ser temporario. Mientras que las acciones de valor sigan cotizando por encima de sus caídas previas, las acciones de crecimiento digitales se beneficiarán de la poderosa tendencia de largo plazo hacia una creación de valor incremental a través de activos intangibles.

Una cuestión de considerable importancia son los viajes internacionales. Las empresas pueden funcionar en plataformas digitales por un tiempo, pero llegado el caso el contacto personal se volverá esencial. Asimismo, muchas economías dependen marcadamente de los viajes y especialmente del turismo, que representa el 10-11% del PIB de España e Italia y el 18% del PIB de Grecia (y probablemente más si uno cuenta los multiplicadores).

Comparados con muchos otros sectores, los viajes enfrentan vientos de frente adicionales, porque no son locales. El patrón de recuperación rápida que pueden esperar las industrias de servicios locales una vez que el virus esté bajo control no se aplica estrictamente a los viajes, especialmente a nivel internacional. Para permitir más viajes entre países, ambos –el país de origen y el de destino- tendrán que haber hecho progresos en cuanto a vacunar a sus poblaciones y contener el virus. Quienes estén vacunados y estén dispuestos a viajar tendrán que ser aceptados en el país de destino, quizá presentando algún tipo de certificación o pasaporte de vacunas.

Para complicar aún más las cosas, los viajes internacionales son objeto de una regulación multi-jurisdiccional y de alguna manera descoordinada. Esto, junto con un conocimiento transfronterizo imperfecto sobre las condiciones externas, hará que ajustarse a las nuevas realidades en el terreno resulte más difícil.

La trayectoria actual de la vacunación indica que la implementación global llevará considerablemente más tiempo que los programas en las economías avanzadas. La esperanza es que una vez que estos pioneros hayan terminado, sus líderes pasarán a prestarle más atención a la cooperación internacional y a una aceleración de la producción y distribución de vacunas en los países en desarrollo y algunos mercados emergentes.

A esa altura, las economías avanzadas estarán experimentando una recuperación vigorosa, como China y las otras economías asiáticas que contuvieron el virus en una fase temprana. La recuperación de los sectores de servicios de alto nivel de empleo alimentará un rebrote generalizado, produciendo cambios en el mercado en relación al valor entre diferentes sectores. Las escuelas reanudarán la enseñanza presencial plena, munidas de herramientas digitales complementarias que pueden mejorar los planes de estudio y ofrecer resiliencia para la próxima crisis.

En la segunda mitad de 2021 y en 2022, la dinámica en forma de K de la economía pandémica dará lugar a una recuperación de múltiples velocidades, en la que los sectores de alto contacto tradicionales tomarán la delantera. Las dos áreas de persistente incertidumbre para la salud y los resultados económicos son el ritmo del despliegue de vacunas en el mundo en desarrollo y la cooperación internacional para acelerar el restablecimiento de los viajes transfronterizos. Pero con un liderazgo previsor, ambas cuestiones deberían ser absolutamente manejables.

17 de marzo 2021

Project Syndicate

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 5 min


Acceso a la Justicia

Deroga ley que impedía celebración de megaelecciones

El pasado martes 2 de marzo, la Asamblea Nacional (AN) oficialista, electa fraudulentamente en las parlamentarias realizadas el 6 de diciembre de 2020, aprobó, en solo una semana de discusión, la derogación de la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales y Municipales, un instrumento legal que prohibía al CNE celebrar megaelecciones, es decir, la realización conjunta de comicios nacionales, regionales y municipales.

El instrumento derogado fue aprobado por el Parlamento en 2010 e impedía expresamente al Consejo Nacional Electoral (CNE) llevar a cabo conjuntamente elecciones de autoridades de distintos niveles territoriales (nacional, regional, y municipal) por la dificultad técnica implicada.

Los venezolanos no pueden olvidar la experiencia de las fallidas megaelecciones que se iban a celebrar el 28 de mayo del año 2000, las cuales fueron suspendidas por sentencia n.º 483 del 29/05/2000 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) porque el árbitro no pudo organizarlas correctamente. En esa ocasión el país estuvo cerca de un caos institucional sin precedentes, que pudo poner en peligro la paz y convivencia ciudadana.

Si en el año 2000, sin la grave crisis económica y de servicios públicos que atraviesa el país, el CNE no pudo celebrar unas megaelecciones, ¿qué motivos hay para pensar que puede hacerlo ahora de una manera adecuada técnicamente hablando y con transparencia suficiente?

Por otra parte, el texto derogado no permitía dividir a nivel estadal o regional las elecciones de gobernadores y concejales legislativos; y en el ámbito municipal, las elecciones de alcaldes de las de concejales municipales. Esto para garantizar la uniformidad del mandato de autoridades ejecutivas y legislativas en el ámbito regional y municipal.

Acceso a la Justicia considera importante exponer en cuatro claves lo que podría ocurrir en lo sucesivo con la convocatoria de nuevas elecciones a la luz de la desaparición de la normativa antes mencionada.

1. Aumento de la discrecionalidad del CNE

Con la derogación de la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales se ha suprimido el impedimento que existía para realizar megaelecciones en el país. De hecho, la AN allanó el camino para que el CNE pueda convocar comicios múltiples de los cargos de gobernador, alcalde, diputado de los consejos legislativos de los estados y concejal de los concejos municipales, lo que es un proceso electoral técnicamente complejo.

Como si lo anterior no fuera suficiente, el árbitro también queda facultado para separar la realización de los comicios a fin de escoger a los titulares ejecutivos por un lado, y por el otro, las autoridades de los cuerpos deliberantes.

En el pasado, el CNE ha tomado decisiones con un amplio grado de discrecionalidad, en especial en lo que se refiere a los plazos para la convocatoria y celebración de los procesos electorales, conforme a lo dispuesto en el artículo 42 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE).

En ese sentido, se debe recordar que las elecciones legislativas del año 2010 y las presidenciales de 2012 y 2018 no se celebraron en diciembre, cuando tradicionalmente se pautaban para ese período para concluir el mandato con el final del año y empezarlo con el inicio del nuevo. Las últimas elecciones regionales y municipales tampoco se celebraron según lo dispuesto en la normativa ahora derogada, que, en cambio, estaba vigente para ese momento. En ellas la Asamblea Nacional Constituyente, violando la ley y usurpando funciones al CNE (quien la secundó) por una parte dividió las elecciones de las autoridades ejecutivas regionales y municipales de las legislativas, y por la otra convocó a su discreción las ejecutivas regionales para octubre de 2017, seguidas de las ejecutivas municipales dos meses más tarde, mientras unió con las presidenciales de mayo 2018 las legislativas regionales, dejando las legislativas municipales para diciembre de ese año.

Desde Acceso a la Justicia consideramos que situaciones de arbitrariedad del CNE como las descritas, lejos de corregirse, tenderán a aumentar con la derogación de la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales y Municipales; por ello, no debería sorprender que, así como en la actualidad el organismo comicial trabaja en la organización de megaelecciones para el futuro próximo siguiendo el mandato del propio Maduro, cuando en cambio debería ser un órgano técnico e independiente; pueda en otro momento decidir separar los comicios de gobernadores de los de miembros de los consejos legislativos regionales o los de alcaldes de los concejos municipales.

De esta manera, el Parlamento actual ha dado un cheque en blanco a la próxima directiva del CNE, que él mismo designará, para que pueda fijar la celebración de las elecciones regionales y municipales de acuerdo con los intereses políticos del partido de Gobierno.

2. Otro atropello a la Constitución

Los parlamentarios oficialistas con su decisión han violado abiertamente los artículos 160, 162, 174 y 175 de la Constitución de 1999, los cuales preceptúan la uniformidad de los períodos constitucionales de las autoridades estadales (regionales) y municipales.

La ley derogada buscaba asegurarse la uniformidad del período de cuatro años de gobernadores, alcaldes, diputados regionales y concejales. En particular, pretendía que el período del Poder Ejecutivo regional coincidiera con el del Legislativo regional, y que ocurriera lo mismo en el ámbito municipal, para que no hubiera dispersión en las elecciones y mandatos uniformes y coordinados.

3. Favoreciendo a una tendencia

La AN oficialista, sin observar las condiciones establecidas en la Constitución, ha abierto las puertas para facilitar que ocurra un nuevo cambio del sistema electoral en el país que favorezca los intereses del Gobierno de Maduro, cuando este lo considere, lo que además le facilitará aún más que siga obteniendo victorias electorales en la mayoría de los estados y municipios.

Hacia esta última meta se encamina también la aprobación de las nuevas leyes del Estado comunal, concretamente la Ley Orgánica de las Ciudades Comunales, ya aprobada en primera discusión, y la Ley Orgánica del Parlamento Comunal. Esta normativa completa el camino emprendido con las Leyes del Poder Popular de 2010 (ver Gaceta Oficial n.° 6.011 extraordinario del 21 de diciembre de 2010), con la puesta en marcha de un Estado paralelo al constitucional, bajo la excusa de dar más poder de participación al pueblo, cuando, en realidad, se crean instancias en las comunidades que dependen del Poder Ejecutivo nacional, fortaleciendo su control social actual, y que pretenden sustituir a los municipios.

4. Más comicios sin garantías

La derogación de la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales y Municipales lejos de ofrecer credibilidad y confianza genera aún más dudas que las ya existentes sobre la transparencia de las próximas elecciones regionales y municipales, pues la misma se produce casi inmediatamente después de que la Contraloría General de la República inhabilitara a decenas de opositores.

Asimismo, la elección del nuevo árbitro electoral que prepara la AN, al igual que el actual, tampoco parece generar confianza y seguridad jurídica, por cuanto el procedimiento que se está llevando a cabo para su escogencia está plagado de irregularidades. Acceso a la Justicia lo denunció recientemente en cuanto a la selección del Comité de Postulaciones Electorales, lo que no contribuye a la celebración de unos comicios ajustados a los estándares internacionales.

Sin duda, el panorama antes descrito genera más recelo que certeza sobre la competitividad, transparencia y autenticidad frente a unas eventuales elecciones conjuntas regionales y municipales en el año 2021.

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

La derogación de la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales y Municipales representa una vulneración más de los derechos políticos de los venezolanos. En efecto, agrava la inseguridad y desconfianza que desde hace tiempo existe entre los venezolanos respecto a las elecciones como un mecanismo democrático para alcanzar una solución a la emergencia humanitaria compleja que aqueja al país.

En la medida que el partido de Gobierno siga manteniendo el control de todos los poderes públicos en las condiciones que lo ha hecho hasta ahora, poco democráticas y sin apego al Estado de derecho, se hace menos viable que los venezolanos puedan confiar en los procesos electorales democráticos, sobre todo teniendo en cuenta que el órgano deliberante que ha propiciado este cambio político electoral fue electo en un evento electoral celebrado al margen de la Constitución y leyes.

19 de marzo 2021

https://accesoalajusticia.org/cuatro-claves-derogacion-ley-que-impedia-m...

 6 min


Ursula von der Leyen, Werner Hoyer

En Europa hemos oído las advertencias sobre el cambio climático. Sabemos que si nuestros sistemas industriales, energéticos, de transporte y alimentarios no cambian, nos exponemos a que se produzca en este siglo un catastrófico aumento de la temperatura superior a 3 grados.

Hacia fines de 2020 (el año más cálido que se haya registrado en Europa) en la Unión Europea tomamos la decisión colectiva de alcanzar en 2030 una reducción de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de al menos un 55% respecto de los niveles de 1990. Ahora la Comisión Europea está poniendo en práctica este compromiso con políticas concretas, y el Banco Europeo de Inversiones ha puesto su poder financiero al servicio de la iniciativa.

Esta década es un momento decisivo para el planeta. Para hacer frente a los desafíos inmediatos que nos aguardan, los dos organismos a los que representamos están convocando a gobiernos, instituciones internacionales e inversores a participar en un evento histórico que tendrá lugar el 24 de marzo de 2021: «Invertir en la acción climática».

El evento reunirá a líderes mundiales que compartirán sus planes para la implementación de las políticas necesarias en el nivel nacional y para la coordinación internacional. Y tratará de ayudar a inversores y a dirigentes empresariales a comprender mejor el entorno de políticas en el que operarán por lo menos por los próximos diez años.

La acción climática demanda amplios cambios estructurales y enormes niveles de inversión en todo el mundo. Sólo en Europa, para cumplir la nueva meta de reducción de emisiones fijada para 2030 se necesitará una inversión anual adicional del orden de los 350 000 millones de euros (417 000 millones de dólares). Pero esta cifra no es nada en comparación con los costos de la inacción.

Para que sea posible satisfacer esta demanda de inversión, el BEI (mayor prestamista multilateral del mundo) asumirá el papel de «banco de la UE para el clima» y alineará todas sus actividades con los objetivos estipulados en el Acuerdo de París. Entre otras cosas, el BEI se ha comprometido a respaldar inversiones por un billón de euros en acción climática y sostenibilidad medioambiental a lo largo de la próxima década.

Pero la financiación sola no basta. También necesitamos una hoja de ruta, y por eso la Comisión Europea introdujo en diciembre de 2019 el Pacto Verde Europeo, una nueva estrategia europea de crecimiento que busca guiar una transición a una economía más competitiva y con mejor uso de los recursos, para transformar a la UE en una sociedad más justa y próspera. En definitiva, el objetivo es llegar a la emisión neta nula de GEI en 2050.

Pero como la UE representa menos del 10% de las emisiones mundiales, las acciones de Europa por sí solas no serán suficientes para frenar el calentamiento global. Para conseguir que el incremento mundial de temperaturas no se aleje de 1,5 °C, tenemos que apoyar los esfuerzos de descarbonización más allá de nuestras fronteras. Por eso necesitamos un Pacto Verde Mundial.

A tal fin, nos hemos fijado tres prioridades en materia de inversión. En primer lugar, tenemos que garantizar la adopción universal de las tecnologías limpias más avanzadas. Pese a los avances logrados en el uso de fuentes de energía renovables, el 40% de la electricidad que consume el mundo se sigue generando con carbón, la fuente de energía más contaminante. El desarrollo económico trae consigo una mayor demanda de electricidad, y por tanto, la responsabilidad de adoptar soluciones ecotecnológicas y descarbonizar la generación de energía.

Europa ya está lista para invertir en una gran variedad de proyectos, que incluyen programas de electrificación verde en África, descarbonización industrial en Asia, implementación de sistemas de baterías en América Latina, etcétera. Y tenemos experiencia para compartir en lo referido a la adaptación al clima, además de tecnologías para el control de inundaciones, herramientas de previsión meteorológica avanzadas e infraestructuras resilientes. El BEI cuenta con medios financieros y conocimiento para apoyar las iniciativas de adaptación al clima, y usará sus recursos para facilitar el máximo aprovechamiento de la inversión privada en esta cuestión fundamental.

Nuestra segunda prioridad es aumentar al máximo la inversión en tecnologías verdes de avanzada. Un proceso de investigación y desarrollo en el área no sólo es necesario, sino que también es una enorme oportunidad de abrir mercados. Varios países que representan la mitad de la emisión mundial de GEI ya han adoptado metas de emisión neta cero, y seguramente otros imitarán su ejemplo. Para cumplir sus objetivos, todos ellos necesitarán inversiones y tecnologías europeas. El hidrógeno limpio, la generación de energía renovable mar adentro y el campo del almacenamiento de la energía pueden convertirse en grandes oportunidades para las exportaciones europeas.

Finalmente, tenemos que adoptar la idea de «economía circular». Hoy extraemos del planeta más de lo que puede darnos, y los efectos de este exceso se volverán cada vez más evidentes y destructivos con cada año que pase. Es urgente reducir la huella ambiental y de carbono de los bienes que consumimos.

Para ello, tenemos que invertir en tecnologías circulares que permitan reutilizar los recursos, en vez de producir o importar todo el tiempo bienes nuevos y extraer cada vez más materias primas. La economía circular tiene un enorme potencial no sólo para reducir la dependencia respecto de recursos escasos, sino también para crear empleo. Europa es la prueba viviente de que el Pacto Verde no es sólo una política ambiental, sino también una necesidad económica y geopolítica.

Hace cinco años, 196 países se unieron en la firma del Acuerdo de París, por el que se comprometieron a mantener el aumento promedio de las temperaturas mundiales por debajo de 2 °C (o mejor aún, 1,5 °C) respecto de los niveles preindustriales. Ese compromiso todavía no se ha traducido en acciones suficientes. Es hora de fijarnos objetivos más ambiciosos y acelerar el progreso. Ese es el mensaje que transmitiremos al mundo el 24 de marzo en el evento «Invertir en la acción climática».

Tenemos que unirnos todos (no sólo los gobiernos sino también las empresas, las ciudades, las instituciones financieras y la sociedad civil) para hacer frente al desafío climático. Europa tiene las herramientas, las habilidades y el conocimiento para liderar con el ejemplo. Tenemos que convertir nuestro liderazgo medioambiental en liderazgo de mercado y hacer realidad un Pacto Verde Mundial.

Pongamos ya mismo manos a la obra.

22 de marzo 2021

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2021/03/ursula-von-der-leyen-werner-hoy...

 5 min


Eddie A. Ramírez S.

¿Qué factores incidieron en estos últimos 120 años para que Venezuela tuviese una etapa de auge progresivo, una de estancamiento y una de decaimiento gradual, que en los últimos años resultó acelerado? ¿Qué papel jugaron en este proceso los sistemas de gobierno, los presidentes de turno, los ciudadanos, la educación, el petróleo y el ejército? ¿Por qué en este período ha persistido un elevado porcentaje de pobreza y de desigualdad social? ¿Por qué no hemos podido erradicar la corrupción? ¿Cuáles fallas impidieron que nuestra democracia se perfeccionara? ¿Por qué regresamos a la barbarie de siglos anteriores? ¿Acaso nuestra educación gratuita fracasó porque formó excelentes profesionales, pero no buenos ciudadanos? ¿Cómo fue posible que pasáramos de ser un polo de atracción para inmigrantes que contribuyeron a nuestro acervo cultural y a nuestra economía y hoy nuestros ciudadanos huyen a pie hacia países vecinos?

El siglo XX se inició con la entrada a Caracas de Cipriano Castro al frente de un grupo de andinos. Lo defenestró y sucedió su compadre Juan Vicente Gómez, quien acabó con el caudillismo regional y estableció una dictadura de 27 años.

Con los generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, ambos también andinos, se inició una transición hacia la democracia. El proceso se interrumpió cuando Medina se empeñó en designar a su sucesor y que este fuese andino.

El movimiento militar del 18 de octubre de 1945 fue apoyado por el partido Acción Democrática. Se instaló una Junta Cívico-Militar. El pueblo entró en escena al establecerse el voto universal para elegir al presidente de la república, senadores y diputados. En 1948 se eligió presidente a Rómulo Gallegos, un escritor prestado a la política. Varios factores determinaron que el ejército lo destituyera el 24 de noviembre de 1948.

Regresó la barbarie. Inicialmente con una dictablanda, con el teniente coronel Delgado Chalbaud como presidente de una Junta Militar. Después de su asesinato, en 1951, el coronel Pérez Jiménez pasó al primer plano apoyado por las Fuerzas Armadas. Fue depuesto el 23 de enero de 1958 por los militares a raíz de protestas populares y manifiesto de intelectuales.

Surgieron aires de libertad con la transición de la Junta de Gobierno inicialmente presidida por el contralmirante Wolfang Larrazábal y, posteriormente, por Edgar Sanabria. En 1959 asumió Rómulo Betancourt como presidente constitucional. Se presentaron intentos de derrocarlo tanto por grupos militares, como por movimientos de extrema izquierda apoyados por Fidel Castro.

Por primera vez en nuestra historia, un presidente electo popularmente le entregó el poder a otro. Raúl Leoni tuvo que enfrentar el terrorismo de la guerrilla comunista. Hubo violaciones a los derechos humanos, pero inició la pacificación al indultar a militares y guerrilleros. Con Rafael Caldera continuó la pacificación al legalizar a los partidos que participaron en la lucha armada.

Con Carlos Andrés Pérez se exacerbó una etapa populista influida por el aumento de la renta petrolera. ¿Fue una etapa de la Gran Venezuela como predicó el gobierno o de la Venezuela saudita como señalan sus críticos?

Los gobiernos de Luis Herrera Campíns y de Jaime Lusinchi se caracterizaron por dejar hacer a sus amigos. Luis Herrera, intelectual, amigo de refranes y muy austero. Lusinchi, bonachón y mangoneado por su amante. Fueron etapas de decaimiento.

Carlos Andrés Pérez volvió a ser electo. Realizó un mea culpa sobre su gestión anterior. El Gran Viraje ocasionó esperanzas en algunos, pero la mayoría acostumbrada al populismo y a estar recostado del Estado, lo rechazó. Se produjeron dos intentos de golpes de estado. Próximo a terminar su período fue sometido a un juicio político y destituido.

El Congreso eligió presidente provisional al historiador Ramón J. Velásquez, quien cumplió con la transición. Rafael Caldera volvió a ser electo presidente. Para ello se apartó de Copei, el partido que había fundado. Los partidos políticos se siguieron desprestigiando y la renta petrolera ya no fue suficiente para atender las demandas. La mesa estaba servida para que llegara un supuesto vengador que prometió acabar con la corrupción y con los políticos.

Hugo Chávez llego al poder despertando esperanzas y temores. Dispuso a su antojo de cuantiosos ingresos petroleros. A partir del 2001 se iniciaron violaciones a la Constitución. En el 2002 fue destituido y vuelto al poder por los militares. De allí en adelante hubo una gran división entre los venezolanos, y elecciones que sus partidarios consideraron legítimas y sus adversarios como fraudulentas. Confiscaciones de la propiedad privada. Falleció en el poder.

Nicolás Maduro fue ungido por Chávez. Se ha mantenido en el poder por el apoyo de los militares y del Poder Judicial. Cuenta con el respaldo de gobiernos dictatoriales. Su elección no ha sido reconocida por a Unión Europea, ni por la OEA. La hiperinflación, escasez de productos y la violación a los derechos humanos ha sido masiva. Más de cinco millones de venezolanos han emigrado.

Rafael Gallegos y quien esto escribe asumimos el reto de plasmar en un libro la historia de estos últimos 120 años. En este lapso, Venezuela tuvo un período de construcción que grosso modo puede estimarse entre los años 1900 a 1975, uno de estancamiento que puede ubicarse entre 1975 y el año 2000, y uno de destrucción de allí en adelante. Estos no son límites estrictos y hay cierto solapamiento. Así mismo, en el período de construcción y de estancamiento hubo también años de destrucción. Difícil es encontrar algo de construcción en el lapso de destrucción. Entre los constructores también hemos tenido a dictadores y entre los destructores no han faltado los demócratas. Los presidentes tienen la mayor responsabilidad, pero los ciudadanos de a pie no podemos eludir la nuestra. Unos más, otros menos, todos hemos contribuido a construir y a destruir a Venezuela. Ojalá enmendemos los errores del pasado

Invitamos a los lectores del libro Construcción y destrucción de un país: presidencias de Venezuela 1900-2020, publicado por Amazon en Kindle y en físico, con diagramación del periodista Eduardo Orozco, quien próximamente lo presentará, a formarse su propia opinión.

Como (había) en botica:

Los padres del teniente Franklin Caldera denunciaron que su hijo está siendo torturado.

Lamentamos el fallecimiento de Nelson Ruiz, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


Humberto García Larralde

Todos sabemos que la actual tragedia económica que padecen los venezolanos no se debe a una penuria de recursos, sean estos naturales o formados por la inversión y el esfuerzo de años, como es el caso de las instalaciones productivas, la infraestructura física y del capital humano. Afuera, nuestro país suele ser referido por su dotación en recursos minerales.

Si bien es cierto que la infraestructura de carreteras, puertos, aeropuertos y de servicios públicos está, hoy, bastante deteriorada, que el capital productivo ha sido destruido en gran parte y que el talento ha emigrado o se encuentra degradado a labores de subsistencia por la desaparición de empleos calificados, esa no es la Venezuela que conocimos antes del chavismo, ni la que debe perdurar.

Durante la segunda mitad del siglo pasado, nuestro país se distinguió en la región por sus autopistas, sistema de generación y distribución eléctrica (represas del Caroní, Guri, Planta Centro), de edificaciones educativas y hospitalarias, sin hablar de la compleja infraestructura asociada a la explotación, distribución, refinación y comercialización de petróleo y sus productos.

Los graduados de las universidades nacionales –UCV, ULA, USB, LUZ y de Oriente--, así como de la UCAB, eran aceptados en las mejores universidades del globo para proseguir sus cursos de postgrado, en reconocimiento de la calidad de las instituciones donde se formaron. Al IVIC venían a hacer investigación y/o a completar su formación doctoral científicos de variadas disciplinas de toda América Latina e, incluso, de más allá. El talento venezolano existente en estas Casas de Estudio, en la industria petrolera, y en muchos institutos y empresas públicas, en absoluto era despreciable, como tampoco el que se había forjado en el sector privado.

Gracias a la fortaleza del bolívar, el empresario venezolano pudo equipar sus plantas o explotaciones agropecuarias de maquinaria moderna, de avanzada tecnología. Y, todo eso en un territorio copioso en recursos minerales, agua fresca abundante, más de mil kilómetros de costa, una geografía diversificada y rica en ambientes naturales atractivos para el turismo.

Desde luego, no todo fue color de rosas. Esta abundancia no fue aprovechada debidamente y, ante la prodigalidad del PetroEstado, la caza de rentas fue desplazando, progresivamente, el esfuerzo productivo, sobre todo con las dificultades confrontadas luego de los años 70. Intentos de corrección bajo la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez tropezaron, como se recordará, con los intereses creados en torno a las prácticas populistas y clientelares que fueron colmando nuestra cultura política, abonando un clima de rechazo que le tendió la cama al triunfo de Chávez.

Lo que interesa destacar con las referencias citadas, es que Venezuela fue un país de enorme potencialidad, a pesar de los desaciertos de política y de los errores que se han podido haber cometidos. Y lo sigue siendo, en buena medida, no obstante los destrozos del régimen chavo-madurista. Pero la realización de esa potencialidad enfrenta formidables obstáculos.

En primer lugar, está el régimen de expoliación implantado por mafias militares y civiles, bajo tutela cubana. Lo que menos las motiva son los intereses de la nación o la suerte de los pobres. Duchos en la neolengua Orwelliana, cuando vociferan su disposición nacionalista y su compromiso con el pueblo, están, en realidad, confesando exactamente lo contrario. Su apego a los clichés los delata. Sin remover a esta camarilla criminal, Venezuela seguirá deslizándose hacia su ocaso.

El segundo gran obstáculo es la superación de la cultura y del sesgo institucional forjada en torno al usufructo de la renta petrolera, y que este régimen de expoliación ha llevado a extremos. Por razones que, esperemos, sean harto conocidas –la destrucción de la capacidad productiva local de petróleo y la transición mundial hacia fuentes energéticas distintas a los combustibles fósiles— el futuro de Venezuela descansará crecientemente en el potencial de sectores no petroleros.

En un artículo anterior, hicimos referencia al marco general de políticas que permitirían el aprovechamiento cabal de esta potencialidad[1]. Muchas tomarán tiempo en rendir sus frutos. Además, estarán sujetas a una acertada conducción política del gobierno de transición que surja del desplazamiento del régimen fascista actual.

Un aspecto, en particular, podría ser decisivo en el corto plazo para apuntalar esa viabilidad política y enrumbar el país de manera sólida hacia su recuperación: el aprovechamiento de la capacidad ociosa existente del aparato productivo.

De acuerdo con la última encuesta de coyuntura de la Confederación Venezolana de Industriales (CONINDUSTRIA), la capacidad utilizada de sus afiliados apenas superaba el 20%. Peor aún, de 12.471 empresas registradas en 1997, sólo sobrevivían, para finales de 2020, 2.121. Know-how, experiencias, esfuerzos, empleos y capital productivo sucumbieron ante la voracidad criminal de un régimen empeñado en controlarlo todo.

Similares destrozos se evidencian en los sectores agropecuario, transporte, financiero y comercial. Recuperar en lo posible tan valioso acervo, en el marco de políticas de estabilización que generen confianza, tropieza con numerosos cuellos de botella. Entre éstos, destacan la ausencia (por emigración) de mano de obra calificada y de talento profesional; el colapso de los servicios públicos y de la infraestructura física; leyes y reglamentos asfixiantes y punitivos; la destrucción del tejido industrial, representado por proveedores, industrias complementarias y servicios especializados de apoyo (clusters); una banca atrofiada; y el colapso de la administración pública en muchas áreas.

De afrontarse exitosamente estos obstáculos, habría un salto importante en la productividad que serviría para aumentar significativamente las remuneraciones en el corto plazo. La satisfacción de las expectativas de mejora de la población trabajadora es crucial para el éxito político de un programa de transición. Ello sembraría confianza para subsiguientes emprendimientos. “Nothing succeeds like success”, reza un conocido proverbio gringo.

Entre los elementos que coadyuvarían con este éxito ansiado, destaca el incremento de la demanda proveniente de la inyección de significativos recursos externos, negociados con organismos multilaterales en el marco de un plan de estabilización macroeconómica y de reforma del Estado. La provisión, asimismo, de financiamiento para solventar urgentemente deficiencias en materia de servicios públicos e infraestructura, para muchas de las cuáles ya existen proyectos formulados. La inversión extranjera, atraída por la potencialidad a que hicimos referencia y por el costo –criminalmente bajo, a causa de la gestión de Maduro—de la mano de obra. También la aparición de un espíritu de emprendimiento en muchos, adormecido por el petropopulismo, que las penurias han hecho brotar. El venezolano ha tenido que aprender a resolverse por iniciativa propia para subsistir. Igual, el talento emigrado estaría mucho más dispuesto a contribuir con sus iniciativas, aun cuando muchos de sus portadores decidieran quedarse en el extranjero.

Las bonanzas petroleras son cosas del pasado, pero es menester conservar el optimismo sobre las posibilidades de recuperar una vida digna para los venezolanos. El país tiene con qué. Nos lo imposibilita, empero, un formidable impedimento: la existencia de un régimen fascista amparado en una cúpula de militares corrompidos que han traicionado a la nación.

No hay excusa para que la dirigencia opositora no aúna voluntades en torno a una estrategia capaz de lograr el cambio político tan deseado por todos. El valioso apoyo de la democracia internacional debe encontrar el terreno propicio para que su compromiso fructifique provechosamente.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

[1] https://www.elnacional.com/opinion/productividad-y-expectativas-desafio-...

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Edgar Benarroch

El pasado 19 de marzo, día de San José, a las 10:45 p.m., falleció Emilio Luciano Cordero Casanova, mejor conocido simplemente como Luciano. El próximo 11 de septiembre se cumplirán 84 años de su nacimiento. De profesión Ingeniero Civil. El Colegio de Ingenieros del Estado Aragua recientemente le impuso un botón en reconociendo a sus 50 años de graduado. Durante las décadas de los setenta y ochenta se desempeñó en importantes funciones públicas entre las que destacan: Director de la zona del Ministerio de Obras Públicas (MOP) que comprendía los Estados Aragua, Carabobo, Guárico y Cojedes, Gobernador del Estado Aragua y Presidente del Concejo Municipal del Distrito Girardot (Maracay). Fue un servidor público por excelencia y de sobrada capacidad, asumió su responsabilidad como un apostolado donde dejó una indeleble huella de progreso y bienestar colectivo. Prefirió vivir con el sueldo de funcionario público y no dedicarse al ejercicio privado que le podía proporcionar muchísimos más ingresos económicos. Prefirió servir y no servirse. Pensó y actuó más por los demás que por sí mismo.

Luciano fue un volcán de ideas, fue muy creativo y tenía una imaginación que volaba a gran velocidad. El Teatro de la Ópera de Maracay, que se inició en tiempos de Juan Vicente Gómez, se concluyó durante su gestión y se inauguró el 19 de marzo de 1972. El Parque Bicentenario de Maracay fue su idea, la avenida Casanova Godoy también fue suya, construyó varios desarrollos habitacionales, calles, avenidas, alcantarillados, puentes y edificaciones escolares, fue el propulsor para declarar el 5 de marzo como día de Maracay y muchísimas obras civiles en el Estado tienen su impronta que disfrutamos hoy. Fue un servidor público además de eficaz, probo y honesto a toda prueba. Estoy seguro que dejó sus responsabilidades públicas en inferiores condiciones económicas personales a las que tenía cuando se inició. Resalto la eficacia y honestidad que no aparecen por ningún lado en este régimen.

Luciano y yo sostuvimos una amistad fraterna y extraordinariamente solidaria por más de sesenta años y como cosa extraña nunca tuvimos desavenencias. Siempre coincidíamos en lo social y en lo político y partidista. Fue un copeyano ejemplar que siempre aportó ideas y trabajo al colectivo, en los últimos años hablábamos de su preocupación por la desunión interna y nunca tomó carta en el desagradable y nada edificante torneo interno, siempre levantó las banderas de la unidad y de la colectividad en su totalidad. Fue por muchos años director de estrategia y de cómputos electorales del COPEI de Aragua. Recuerdo los resultados de las elecciones de diciembre de 1968, nos encontrábamos a la media noche de ese día en las oficinas del "viejo" Casanova (padre de Joseíto, el pocho) que llamábamos "la cuevita" y que Don José amablemente nos prestó para que funcionáramos desde allí. Para entonces eran candidatos a la Cámara de Senadores de la Republica por el Estado Aragua, entre otros, Ramón Narváez por Acción Democrática, Godofredo González por COPEI e Ildegar Pérez Segnini, que acababa de salir de la Gobernación del Estado, por el MEP y que gozaba de una inmensa popularidad y todos daban por electo. Luciano llamó por teléfono a Narváez para informarlo de su elección y éste le respondió que no estaba para bromas, no lo creía, más adelante le agradeció la noticia que despejó su incertidumbre. Fueron electos Godofredo González y Ramón Narváez.

Como dijimos, Luciano fue un volcán siempre en erupción de ideas y ello lo llevaba con mucha frecuencia a hablar mucho, quizás no solo para exponer sus puntos de vistas sino como para desahogarse de la montaña de ideas que contenía su prolija mente. Una vez recuerdo haberle formulado, siendo Gobernador del Estado, una sugerencia que agradeció, le dije, cuando te solicitan audiencia es porque quieren que los escuche y no debes ocupar todo el tiempo en que el solicitante te escuche. Por supuesto luego mejoró notablemente la relación.

Con la ida física de Luciano perdemos una mente esclarecida y una voluntad siempre decidida para el servicio a los demás. Roguemos al Señor Todo Poderoso lo reciba y transmita resignación y comprensión a su esposa, hijos, hermanos, nietos y demás familiares y amigos que ya no podremos disfrutar de su presencia orgánica, pero si espiritual que siempre nos acompañará.

Nos unimos en oración para que su alma que vuela hacia el cielo llegue cuanto antes, para que desde esa divina dimensión continúe ayudándonos y colaborando. Dios lo llamó cuando tal vez era más necesario que nunca entre nosotros, a lo mejor lo requirió para tenerlo a su lado e intercambiar ideas y explorar más sobre la fe que para Luciano fue inquebrantable. Comprensión y paz para todos, especialmente para sus familiares, amigos y compañeros de COPEI.

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Américo Martín

Las deformaciones de la democracia no son, como para desconsuelo nuestro, defectos fácilmente reparables aunque una mirada inocente al problema así pareciera sugerirlo. Miradas inocentes son, por desgracia, errores que no podemos permitirnos porque ya no hay inocencia en el mundo

Tomemos uno de esos casos que resisten propósitos de enmienda o reformas inútiles y que me llaman la atención porque los caminos que usan se repiten con abrumadora regularidad. Me refiero a las reelecciones presidenciales, sin distinguir si se trata de países oficialmente democráticos o desenfadadas autocracias.

Cuando en 1892, el presidente Andueza Palacio, vencido su período, quiso reformar la Constitución para ganar apenas dos años más, el gran caudillo liberal sucesor de Guzmán Blanco, Joaquín Crespo, arrojó contra él una revolución que llamó Legalista, cuyo resultado fue el derrocamiento del presidente. Crespo no solo era un estupendo guerrero sino que dispuso, además, de un ejército de 10.000 experimentados hombres que hicieron seresere del inocente abogado Andueza.

Crespo asumió la bandera de la legalidad, indignado por la tentativa continuista que él abortó. Pero inmediatamente se le pasaron esos arrestos e hizo aprobar una Constitución que extendía el período presidencial a cuatro años ¡tal como lo había postulado el derrocado Andueza!

La feroz inconsecuencia del general Crespo fue como un abrir y cerrar los ojos, empuñó las armas contra la reelección y de seguidas a favor de su reelección.

En 1910, habiendo triunfado los liberales en México, Porfirio Díaz se presentó como candidato por octava vez. En forma parecida a la del general venezolano Joaquín Crespo, se había pronunciado contra la reelección. Pero, en la octava vez le salió al paso Francisco Madero al frente de una enorme oleada humana. Para resaltar la inconsecuencia reeleccionista de Porfirio Díaz, Madero esgrimió el emblema de «Sufragio Efectivo. No Reelección».

Tan castigada quedó la reelección de Díaz que la del presidente desapareció, no así la del movimiento político que, con el nombre de PRI, se mantuvo en el poder nacional y regional por 70 largos años. Con más ingenio que acierto, según creo, nuestro Mario Vargas Llosa la llamó «dictadura perfecta. Lo cierto es que tras los primeros cambios siguieron otros.

No había desaparecido de Venezuela el trienio de AD cuando el presidente Betancourt y demás miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno prohibieron por decreto presentar el nombre de cualquiera de ellos a las primeras elecciones universales directas y secretas —vale decir democráticas— que se celebraron en 1948.

El regreso de la perpetuidad, junto con otros profundos retrocesos muy costosos, vinieron de la mano del presidente Chávez, quien se las aplicó para su beneficio exclusivo, práctica que hasta el presente ha seguido fielmente el gobierno de Maduro, aunque haya crecido —según se dice y repite— el deseo de romper con las presidencias vitalicias y retornar a la merecida normalidad democrática, en el marco de la alternabilidad posible, la pureza del sufragio y la rigurosa observación internacional además de la nacional.

Será harto difícil vivir en un país envuelto en vapores tóxicos, malformaciones políticas y «ética, pelética, peluda y peletancuda» para decirlo con el gran Billo Frómeta.

La historiadora venezolana, Elena Plaza, distingue varias corrientes que se formaron en la república a propósito del separatismo venezolano en 1830. La primera, sostenida por el Libertador y emanada de la crisis del orden público y la inestabilidad social. Para contenerlos, Bolívar consideraba vital un presidente vitalicio y un vicepresidente nombrado por el presidente. La segunda, monarquía constitucional o limitada, posiblemente con un príncipe extranjero, en forma análoga a la de México con Maximiliano I. La tercera, seguir el modelo de EE. UU. Lo que permite entrever el desconcierto del mando patriota y la creciente suspicacia con el Libertador, quien nunca dejó de ser un republicano liberal, aunque prevenido por los posibles efectos de la crisis y el retroceso.

He tomado la perversa reelección indefinida como emblema porque el tema es popular, pero el mal que nos invade —el malestar de la democracia—, está en la raíz.

La democracia moderna es revisada por sociólogos, politólogos e historiadores. La democracia se inmoviliza y retrocede si no gana espacios y los consolida institucional, legal o normativamente, sin perjuicio de que pueda incluso morir, si no revierte la tendencia. Por eso se habla tanto de “democratización”.

La democracia pierde si es reducida a mínima acción, se desacredita y convierte en objeto de befa, pelear por ella es acrecentarla y acreditarla.

Twitter: @AmericoMartin


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