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Opinión

El régimen se quitó los pocos harapos que cubrían su desnudez y exhibe sus vergüenzas ante el mundo sin el menor pudor. Creo que solo Evo Morales y la gente de Podemos, en España, defienden lo indefendible con “admirable” malvada consistencia. La calamidad que hoy padece Venezuela pasará –de ello no cabe ya la menor duda– como pasan todas las calamidades. La pregunta es cuál es el saldo de daños y víctimas que dejará a su paso este huracán de destrucción.

Desde hace algunos meses, pero con mayor razón luego del 30 de julio, el país entra en el terreno de la ingobernabilidad, cosa que en verdad le importa poco al régimen, porque su propósito nunca ha sido gobernar, sino mantenerse en el poder para usufructuar ventajas, dividendos y control sobre la nación. La situación es de extrema gravedad porque Venezuela se ha convertido en eso que llaman un Estado fallido, esto es: un Estado cuyo gobierno no puede controlar el país, ni detentar el monopolio de la violencia legítima (aunque tenga el de la crueldad), no puede prestar los servicios básicos a la población y se halla excluido del concierto de las naciones. Es por ello que la sociedad venezolana está en rebelión abierta y continuada. Acorralada al extremo, como en el manifiesto de Marx: “ya no tiene nada que perder sino las cadenas”.

Desde el poder la respuesta ha sido la de apelar al régimen del terror: asesinatos, torturas y cárceles. En nombre del Estado venezolano los cuerpos de seguridad matan, roban, violan, arremeten contra viviendas con armas y gases. Todo aquello en contra de lo cual Chávez se alzó –y a lo que no le faltaban fallas–, luce ahora como el paraíso perdido.

Los que hoy sostienen la dictadura venezolana deberían preguntarse hasta dónde están dispuestos a llegar para conservar el poder. Las violaciones a los Derechos Humanos y los crímenes cometidos se volverán irremediablemente en su contra, porque la lupa del mundo civilizado está sobre Venezuela. Vivimos tiempos en que todo queda registrado, grabado, documentado. Deberían saber que, ante crímenes de lesa humanidad y violaciones a los Derechos Humanos, nadie puede argumentar en su defensa que recibió órdenes superiores porque cada uno tiene una responsabilidad personalísima. Deberían pensarlo bien antes de agregar nuevas páginas a su expediente.

El fraude electoral del 30 de julio puso en evidencia muchas cosas. Ojalá que esas cifras, que no le cuadran ni a Pitágoras, le sirvan al gobierno para conocer la verdadera dimensión del rechazo en su contra. Ni siquiera los empleados públicos, chantajeados con el despido concurrieron. En esto terminó la pesadilla chavista: amenazando con hambre a su propio pueblo si no se obliga a votar por ellos. Triste final para lo que fue una ilusión de tantos.

El secuestro de Ledezma y Leopoldo López da un mensaje claro al mundo de los propósitos de la constituyente: la aniquilación de la oposición venezolana y de toda forma de disidencia. No la tienen fácil: el contador de la medición de rechazo no para de aumentar y hace rato que dejó atrás el 80%.

No parece prudente que el mundo se ensañe en contra de Venezuela con medidas de sanción económica. De eso ya se está encargando el propio gobierno del país, hambreando a la población y obligando a morir de mengua por falta de salud y medicinas, la única cosa que hace con eficiencia, además de reprimir. Lo que sin duda si requerimos con urgencia son eficaces sanciones de tipo político orientadas específica y claramente en contra la oligarquía gobernante que ha conducido al país a esta desgracia política, económica y social.

Ya es tiempo de que el mundo civilizado –más allá de actuar cuando se producen las tragedias humanitarias– ayude a los pueblos –que en definitiva son la víctima fatal de los tiranos– a prevenirlas. Es la hora de Venezuela.

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José Rosario Delgado

Nunca antes, en mis 70 años de edad, 50 de ellos votando en todas y cada una de las elecciones programadas por el calendario electoral venezolano, incluidas las ausentistas parlamentarias de 2005, había visto yo una jornada electoral tan lúgubre, tétrica ni funesta como la del domingo 30 de julio de 2017, día de la asamblea nacional prostituyente… Y mire que en este país ha habido abstención y abstinencia, sobre todo en los últimos 25 años de pre y posrevolución bolivarista y narcisocialista.

Jamás antes, durante ni después de alguna elección se había desarrollado una tan abusiva, aberrante ni aberrada campaña electoral usando ventajista y oportunistamente de los recursos del Estado para ponerlos a la orden del gobierno de turno, alcahueteado no sólo por los órganos del poder público sino por los garantes del Estado de Derecho y protectores de los derechos civiles y humanos en una vil reacción de quienes pretenden, y casi que lo consiguen, acabar con una república ejemplo de gestas emancipadoras de los pueblos e impulsoras de la democracia como forma de gobierno.

Mi voz que se ve, se lee y se oye dijo que lo mejor que podríamos hacer quienes luchamos por la libertad y la democracia de Venezuela durante ese nefasto día 30J era quedarnos en casa para no hacer bulto en las calles ni asomarles posibilidad alguna de justificar la acción agresiva y torturadora de sus cuerpos policiales y colectivos represivos que estaban como las fieras hambrientas y hambreadoras que son a la espera de los jóvenes que ayer, hoy y siempre estarán en la calle manifestando su inconformidad.

Sin embargo, ya pasó lo que pasó y estos tracaleros gobernantes que engañan y se engañan sacaron sus cuatro pelagatos o gatos pelados para llevarlos nariceados a las urnas del funeral de la libertad y al velorio de la revolución en una jornada que a la luz de los observadores y medios locales, regionales, nacionales e internacionales fue de ausencia total del sabor y el calor del pueblo que por tradición ha tenido toda fiesta electoral en Venezuela.

Triste es que profesionales universitarios descendientes de hombres y mujeres que dejaron sus dientes, su sangre y su vida luchando por la democracia salgan en las pantallas televisivas a burlarse de nuestros jóvenes asesinados por la tiranía y a celebrar una jornada que más que electoral se asemejaba a un funeral, no sólo por la estela de muertos regados en las calles sino por el ambiente fúnebre de los electores en las “colas” forzosas que a punta de billetes y bolsas de comida colocaron a la entrada de los centros de votación para montar una farsa que pagarán caro…

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El silencio del 30J es la expresión categórica de la deserción del chavismo en contra de una dictadura militarista que aterrada por perder el poder político, creó diversos modos de persecución que fueron neutralizados por la vía inteligente del silencio. Silencio que preocupa hoy al bestiario encabezado por Nicolás Maduro y Padrino López ya que la abstención, como pausa- rechazo a la supuesta jornada electoral tiene un significado que no puede ser jamás desestimado. El significado es simple rechazo definitivo, consistente y brutal a la revolución, el silencio es igual a ‘‘fuera Nicolás Maduro’’.

El silencio del otrora chavismo bullanguero se convirtió en un silencio de reposo y de enmudecimiento, para que sepan quienes todavía pretenden imponer el comunismo marxistoide en Venezuela, que se equivocan hasta con quienes formaron parte de sus huestes. El silencio del 30J es la expresión de mayor elocuencia por la tristeza que sienten los antiguos partidarios de una ridícula diana tomada prestada de manera absurda a los símbolos del elemento del antiguo Estamento Militar, para convertirla en zafarrancho de lo que se entendía como la pulsión militarista en el ejercicio del poder.

El silencio contrario al anterior zafarrancho, ese silencio que amordaza, que enmudece políticamente a los antiguos chavistas, le está diciendo a los equivocados del 30J -que inventaron 8.029.320 votantes - que ese número es una farsa. Como es toda una farsa el régimen impuesto por unos golpistas cobardes e inmorales, que enloquecidos por la vía del golpe de Estado en el 92, creyeron que iban a lograr un cambio social por la vía de la lógica del mandato vertical. Esos hoy supuestos militares que no entendieron el silencio y apoyaron a un CNE irresponsable y farsante serán juzgados por la historia y por las leyes de la República.

El silencio destruyó la parodia de Nicolás-Padrino que se atrevieron a señalar que el evento montado por el CNE había transcurrido en paz, ¡farsantes! se les olvidó que en el momento de su presentación habían muerto 16 venezolanos más mártires y héroes, que en su gesta por derrotar la dictadura recordaron el planteamiento de los libertarios de que ‘‘la lucha de pocos .vale por el futuro de muchos’’, es decir, la agudeza y coraje de Neomar Lander. La Parodia de Padrino López será recordada en el mundo, ya no por los 16 muertos, sino que se conocerá por vía del cálculo de un irresponsable CNE que multiplicó 1 x 13.

El silencio reflexivo de los desertores del chavismo permite que se entienda que, además de fortalecerse la ‘‘resistencia democrática’’, comienza un proceso de crecimiento por la democracia. La democracia cuyo significado por su noción de justicia, conduce a la posibilidad de mostrar que hay nuevos demócratas, el derecho a denunciar a quienes pretenden imponernos el comunismo y la posibilidad de publicar que Venezuela se niega con todos los derechos constitucionales, ético e históricos a que se imponga la ecuación retrograda del marxismo, y mucho más, con la desgracia de un inmoral y cobarde Partido Político en Armas que expresa la regresión político-militar de la República.

El silencio como reproche se hace taciturno y hermético, y refleja la rebeldía que como fuerza moral crea una energía para el cambio. El cambio en el individuo, el cambio en la convicción hacia la democracia, y el cambio político que ya ahoga a una sociedad que en resistencia democrática, está dispuesta categóricamente desobedecer a quienes hoy en una dictadura militarista constituyen la regresión y atraso de un país que bien merece una suerte mejor. Rebeldía como fuerza moral que se suma al triunfo mundial del 7.676.894 que si fueron participaciones reales, y que dibujan la decisión rotunda de la ciudadanía, que es quien decide, a que se reinstale la democracia liberal. El silencio como reproche más la rebeldía como fuerza moral, completan el cuadro que facilitará el triunfo de la civilidad frente a la barbarie de Nicolás Maduro.

El silencio también estuvo presente en un elemento armado que no aparece en pantalla, que casi es imperceptible por cuanto a lo interno del cuerpo armado, el comisario político, el caporal y el delator lo asechan, lo persiguen y lo delatan. Y estas causales obligan a que supuestos hombres armados Raíces-Sanas se encapsulen en un cuerpo que entiende como desgracia y retroceso de aquella institución que otrora fue responsable por la defensa del Estado-Nación. Ese silencio militar, atado al silencio de quienes engrosan ahora el planteamiento democrático, se hará presente para categóricamente decidir como el silencio como sigilo y como reposo, evolucionará a ser bronca y protesta para consagrar el renacimiento de la democracia liberal en Venezuela en el 2017.

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Barclays editores de noticias

La reconocida compañía de servicios financieros y análisis políticos y económicos con sede en Londres, Barclays, ofreció un análisis sobre la crisis política que padece Venezuela y expuso, de esa manera, la posibilidad de diferentes escenarios.

Según los analistas de Barclays, actualmente existen en Venezuela cinco escenarios principales y tres desenlaces posibles. Las posibilidades van desde la consolidación del autoritarismo de la dictadura hasta elecciones convocadas por un Gobierno de transición.

A continuación le presentamos los escenarios planteados por la plataforma Barclays:

1) Consolidación del autoritarismo en Venezuela a través del sistema electoral En esta ocasión se parte de una dictadura débil que es capaz de sentarse a negociar con la oposición venezolana. Entonces, así ocurre. La dirigencia opositora y el régimen establecen una mesa de diálogo que deriva en divisiones internas en la Mesa de la Unidad Democrática y, en consecuencia, se desmoviliza de la calle.
De las negociaciones se logra llegar a ciertas concesiones, aunque insuficientes. Una de las posibilidades, según Barclays, es la realización de elecciones regionales. Esto lograría que el régimen autoritario de Nicolás Maduro se consolide a través del sistema electoral. Es uno de los peores escenarios planteados por la compañía de análisis.

2) Oposición confronta: insurrección
Nuevamente se parte de la premisa de una dictadura débil que es capaz de ceder y necesita con desespero que la oposición desmovilice a la sociedad civil en las calles. No obstante, la dirigencia no cede y se vuelve, de esa forma, más confrontativa. Eso deriva, entonces, en una insurrección militar —un golpe de Estado—.
Luego de la insurrección militar se da una negociación dirigida por la fuerza castrense. La Fuerza Armada permite que se arme un Gobierno de transición y, posteriormente, se convocan elecciones en Venezuela.

3) Oposición confronta: se suspende Constituyente. La dictadura es débil y la oposición no cede. Es cuando, entonces, el régimen de Maduro, por presiones, suspende la Asamblea Nacional Constituyente. Eso constituye una derrota de la dictadura que no pueden soportar y, entonces, es remplazado Nicolás Maduro.
Se convoca, en consecuencia, un Gobierno de transición y nuevamente se dan elecciones en Venezuela.

4) Oposición confronta: se da Constituyente. Régimen necesita con desespero que la oposición desmovilice a la ciudadanía que ha empuñado el civismo en las calles. Pero no lo hacen; sin embargo, la dictadura tampoco cede e impone la Asamblea Nacional Constituyente.
Pero, a pesar de la imposición del proceso Constituyente, la oposición se mantiene en las calles presionando y para la dictadura es imposible lograr la estabilización necesaria para ejecutar el cambio de Constitución. Y, como es una dictadura débil, se dan negociaciones pero para formar un Gobierno de transición que convoque, luego, elecciones.

5) Régimen sólido y fuerte: Estado paralelo Ahora se parte de la premisa de que la dictadura de Nicolás Maduro está, a pesar de las presiones, fuerte. El desmoronamiento es difícil que se dé. El régimen avanza en el intento de imponer la arbitraria Asamblea Nacional Constituyente; pero la oposición también avanza en su intento de sustituir los poderes públicos. Se conforma, entonces, un Estado paralelo que cuenta con el respaldo internacional.
Pero, nuevamente, la oposición no cede. Las presiones siguen en las calles y a la dictadura se le hace imposible consolidar el régimen totalitario, ya que necesita estabilidad. Se dan nuevamente negociaciones, se forma un Gobierno de transición y se convocan elecciones.

6) Régimen sólido y fuerte: conflicto armado Este es uno de los escenarios presentado por Barclays en el que el costo es mayor. En este caso también el régimen es sólido y fuerte, pero la oposición decide asumir el camino de la violencia para combatirlo. Empieza, entonces, a armarse y a confrontar.
El costo es inmenso en este caso, pero la situación termina con Maduro cediendo y negociando. No hay forma de que salga victorioso, pero el drama se extiende. El diálogo deriva en la conformación de un Gobierno de transición y se convoca, luego, a elecciones.

7) Régimen sólido y fuerte: pierde la oposición La dictadura es fuerte. Es sólida. Y, en este caso, logra suprimir completamente a la oposición venezolana y a la dirigencia. El costo no es tan alto como en el caso de un conflicto armado, pero es una situación más dramática que las anteriores. Aquí la comunidad internacional no hace más que imponer fuerte sanciones.
Se logra, entonces, institucionalizar el autoritarismo y se consolida el régimen totalitario de Nicolás Maduro en Venezuela. Esta situación es similar a la primera, pero en este caso el régimen logra acabar con la disidencia. Es un caso similar al de Cuba.

Julio 24th, 2017 Editor contenido Noticias
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Contra toda lógica, Maduro insistió en imponer su elección fraudulenta de una asamblea “constituyente”. No le importó que fuese violatoria de la Constitución, que desconociese la soberanía popular y que más de 7,6 millones de venezolanos manifestaran su rechazo a ella hace dos semanas en una consulta relámpago montada con muy escasos recursos y con apenas la cuarta parte de los centros de votación. Tampoco tuvo prurito en apropiarse de la canción de Fonsi, “Despacito” y de figuras de farándula afectas a la oposición para su propaganda, a pesar de la protesta airada de éstos. Mucho menos le afectó extorsionar a empleados públicos y a los menesterosos que dependen de una caja CLAP con la amenaza de que perderían su empleo y/o comida si no salían a votar. Ni le molestó, en absoluto, trampear votos en el Poliedro y otros centros donde esperaban gran afluencia. Y con fría determinación de sicópata mandó a reprimir salvajemente toda protesta contra su imposición dictatorial: “lo que no se consiga con los votos, lo conseguiremos con las balas”. Se convirtió así en responsable de al menos 15 asesinatos registrados el 30 de julio, que se suman al más de centenar ocurridas durante los tres últimos meses a manos de una Guardia y de una Policía apátridas o de colectivos fascistas. Y, para coronar su ultraje a los venezolanos, transforma el estrepitoso fracaso de su jornada falaz, evidenciada en centros electorales vacíos recogidos en reportajes nacionales e internacionales y en innumerables videos que circularon por las redes, en ocho millones de votos (¡¡!!), por boca de una Tibi totalmente desvergonzada. Pero no satisfechos con semejante ridículo -el conteo de los exit polls no supera los 2,4 millones- ¡la claque enferma que acompaña a Maduro alardea que ni el “eterno”, en sus mejores momentos de popularidad, había alcanzado tal votación!

El 30 quedó de manifiesto, más claro que el agua, que a la oligarquía depredadora le importa un bledo los venezolanos: se defecó insolentemente en nuestros valores de libertad y de justicia, y en nuestro reclamo de que fuese respetado el orden constitucional, como lo venía haciendo desde hace años sobre el hambre, el empobrecimiento, la falta de medicinas y las muertes evitables a que nos condenó. Y con una ficción de “Pueblo” inventada para alimentar su imaginario de secta fascista, desdeñosamente sustituyó la realidad de millones, opositores y chavistas (o ex chavistas), que la repudia.

Pero el problema para la dictadura es que ya nadie se deja llevar por sus patrañas, ni en el país ni entre los observadores internacionales, y que su obstinada torpeza con la elección de ayer lo que logró fue desnudar la espantosa debilidad política con que cuenta para imponerse. Del lado de la oposición, acentuó la convicción -si acaso no estuviese ya totalmente arraigada- de la imperiosa necesidad de salir cuanto antes de tales degenerados. Perdió el respeto de los empleados públicos, quienes optaron por sacudirse de los chantajes con que los sometían. Aplausos para los muchos que desafiaron las amenazas y no fueron a votar, así como para los pobladores de zonas populares que se negaron a doblegarse ante quienes buscaban acarrearlos como ganado a lo que percibían ya no como urnas de votación, sino como urnas fúnebres de toda aspiración de justicia y de superación. Insultó a los chavistas de corazón que quedan con el embeleco de que se había superado la votación de Chávez en su mejor momento, y desmoralizó a los propios partidarios que vieron que la única “legitimación” de lo ocurrido descansaba en la más descarada y grosera falsificación.

Y uno se pregunta, entonces, ¿Por qué haber incurrido en tan políticamente costosa impostura para terminar desnudando las costuras del régimen? ¿No hubiera sido más fácil justificar su patada al tablero declarándose abiertamente fascistas -que es lo que ya todo el mundo percibe- y meter preso, manu militari, a diputados, a la Fiscal, a gobernadores y alcaldes opositores, y a todos quienes denunciamos públicamente los desmanes del régimen? ¿A quién engañan con su fraude?

La respuesta es, a ellos mismos. Con la ANC, la sanguinaria oligarquía militar-civil que se aferra al poder ha querido librar la batalla definitiva contra los resabios del Estado de Derecho que todavía se les interponían a sus ansias de lucro. Son fortunas inimaginables las que están en juego, como revelara el Sr. Fitzpatrick subsecretario adjunto para Asuntos Latinoamericanos de EE.UU. en entrevista de Patricia Janiot (CNN en español) refiriéndose a más de medio millar de dólares descubiertos en cuentas de Tarek El Aissami y de sus testaferros, luego de haberles congelado los fondos. Y los millardos de los otros que han aflorado en bancos como el HSBC, los de Andorra, España, República Dominicana, Panamá, y EE.UU., o el Espíritu Santo de Portugal, ¿brotaron ahí inocentemente como hongos después de la lluvia?

Pero los fascistas no sólo se echaron al país encima con su impostura; a nivel internacional ya se han desconocido toda legitimidad a esa asamblea los gobiernos de Costa Rica, España, Alemania, Estados Unidos, Canadá, México, Gran Bretaña y de muchos otros países, sin hablar de las sanciones que seguramente vendrán.

Si antes Maduro estaba aislado, ahora también está mal acompañado. Bajo órdenes cubanas se puso a inventar un Frankenstein con el que va a tener que lidiar. Abdicó de su cuestionada legitimidad de origen para ponerse en manos de una “constituyente” a la que prometió atributos plenipotenciarios. Y si ésta pretende desconocer a una Asamblea Nacional elegida con más de 14 millones de votos, más rápido desconocerá los discutidos 7,3 millones de quien ha mostrado ser tan torpe e inconveniente gobernante para la mafia. Porque, ¿en manos de quién va a quedar ese parapeto? Quedó electa una mezcla de mafiosos con representantes de secta, pujando por el control de una entelequia que creen omnipotente para detener el achicamiento amenazador que perciben de su botín. Cada grupo mafioso buscará arrimar a los sectarios a su propia brasa, azuzando radicalismos y otros disparates. ¿Y saldrá Maduro indemne ante Diosdado y los narco-generales? Para peor desgracia, ahora la negociación de su salida no será entre dos, sino entre tres. Y como su adefesio no podrá tomar decisión alguna que se cumpla -al instalarse el país se declara en rebeldía acogiéndose a los artículos 333 y 350 de la constitución- Maduro, o quien pretenda sustituirlo, será rehén absoluto del poder militar, único soporte que queda para intentar ejecutar cualquier disposición. De manera que, además de abdicar de su legitimidad de origen, violar toda legitimidad jurídica y destrozar su legitimidad de desempeño, echa por la borda cualquier resabio de legitimidad “revolucionaria” al entregarle todo el poder a los Pinochet, Videla y demás alimañas que ha puesto al frente de la Fuerza Armada.

Si el país ya se había tornado ingobernable con su pésima gestión y su despiadada e inhumana violación de los derechos humanos, la burla que acaba de convalidar y la abierta debilidad que ello revela lo agravará. La economía habrá de desplomarse aún más, con su secuela de hambre y empobrecimiento. La protesta enardecida de la gente tendrá como única repuesta la represión brutal. Y las loqueras que puedan salir de una “constituyente” fanatizada por las apetencias mafiosas le echará más gasolina al fuego. Maduro, Tibisay y los “juristas” abyectos con que prostituyó al tsj quedarán ante la historia como responsables de la tragedia que han urdido contra la patria con su engañifa. Queda una interrogante: ¿Toda la Fuerza Armada será tan desalmada, abyecta y descompuesta como ese ejército de ocupación que vergonzosamente se despojó de su condición de Guardia Nacional para salir a matar a su propio pueblo? ¿No habrá quienes sientan algo por este país, que les duele la suerte de su gente, que se indignen por las injusticias y atropellos cometidos por una oligarquía delincuente, y por la entrega que se ha hecho de Venezuela a la gerontocracia cubana?

Las redes están inundadas con la referencia del fraude cometido por Pérez Jiménez en el plebiscito de 1957, que precipitó su derrocamiento. Y ante el fraude de Maduro viene a la mente la exclamación del recordado Lázaro Candal ante la pifia de algún futbolista: “¿¡Qué hiciste papaíto!?”

Economista, profesor de la UCV

humgarl@gmail.com

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​José E. Rodríguez Rojas

Durante los últimos años se ha producido una tendencia a la privatización de la industria petrolera de algunos países en vías de desarrollo, que tradicionalmente han mantenido este sector en manos del Estado. Es el caso de México, que inició en el año 2013 un proceso de apertura de su industria a la inversión privada. Saudi Aramco, la empresa petrolera estatal de Arabia Saudita, está realizando los trámites para cotizar en la bolsa de valores el 5% del valor de la empresa. En este contexto, la industria petrolera venezolana está atravesando por un proceso similar desde hace varios años, en la forma de asociaciones de PDVSA con empresas foráneas. Sin embargo, mientras la privatización en otros países, como México, se asume sin dobleces, dicho proceso ingresa en el discurso chavista de contrabando, pues lo que se le presenta a las bases para su movilización es un discurso anticapitalista, antiimperialista y estatizador. En la huida hacia adelante que he emprendido el chavismo oficialista desde hace varios meses, es probable que este último discurso se imponga, conduciendo a la industria petrolera a un descalabro mayor del que enfrenta actualmente.

Las empresas públicas petroleras, como Petróleos Mexicanos (PEMEX) y PDVSA, se han convertido en gigantescos e ineficientes monstruos burocráticos que, en las condiciones actuales del mercado petrolero, han demostrado ser inviables. En consecuencia, han emprendido reformas que se han traducido en un proceso de privatización, el cual ha asumido diversas modalidades. En el caso de PEMEX, el gobierno mexicano aprobó una reforma energética en el año 2013 que abrió la industria petrolera a la inversión privada, lo que dio fin a 75 años de un monopolio encabezado por la empresa estatal. Esta apertura se ha llevado a cabo mediante un proceso de subasta de campos de petróleo y gas ubicados en tierra firme y en el golfo de México. El proceso de privatización no ha sido fácil pues los bajos precios del petróleo han influido, en primer lugar en el resultado económico de PEMEX, la cual en los primeros 9 meses del año 2015 obtuvo los peores resultados de su historia, acumulando pérdidas por veinte mil millones de dólares, el doble de todo el año anterior. En segundo lugar, los deprimidos precios han minado el entusiasmo de las empresas a la hora de participar en el proceso de subasta abierto por el gobierno. Sin embargo, el proceso ha venido avanzando y en las diversas subastas se han asignados campos a empresas mexicanas, estadounidenses, canadienses y holandesas.

Otra modalidad de privatización ha sido la asumida por Arabia Saudita, al privatizar una proporción del valor total de la empresa estatal mediante la emisión de acciones. Saudi Aramco, la empresa estatal, tiene un valor de mercado de dos billones de dólares y está haciendo los trámites para emitir acciones por un valor de 100.000 millones de dólares equivalente al 5% del valor de la empresa. En este momento, según el programa CNN Dinero, la compañía estatal está evaluando en qué mercado hacer las emisiones de acciones, si en el de Nueva York, Londres o el de Tokio, pues las regulaciones de cada uno de ellos es diferente. Ello implica que la compañía estatal debe iniciar un proceso de reorganización interna para ajustarse a las exigencias de los reguladores estadounidenses, que parece ser la primera opción de la compañía, por las posibilidades de acceso al financiamiento que posee dicho mercado. Esta reorganización supone que la empresa debe ser transparente, es decir, suministrar la información requerida a fin de que los potenciales accionistas tengan acceso a información confiable y actualizada sobre la situación económica de la empresa, los niveles de producción, costos, el nivel de endeudamiento, por citar algunos de los aspectos cruciales.

En el contexto enunciado, PDVSA ha estado implementando una política de abrirse a la inversión privada en los últimos años, a través de asociaciones estratégicas con empresas privadas foráneas. Este esquema de asociaciones está sustentado en el artículo 303 de la constitución del año 1999, que le confiere al Estado la explotación de la industria petrolera, pero que crea una excepción que permite la asociación de PDVSA con capitales privados. Debido al colapso de la producción llevada a cabo por PDVSA con sus recursos propios, la producción venezolana ha quedado progresivamente en manos de las empresas mixtas petroleras (EMP), las cuales aportan en la actualidad la mitad de la producción petrolera venezolana. PDVSA está prácticamente quebrada y no tiene flujo de caja (flujo de efectivo) para financiar las operaciones de mantenimiento de los taladros, mientras que las empresas privadas aportan el financiamiento requerido para la expansión de la producción aportada por las EMP.

La privatización en la forma de asociaciones con el capital extranjero entra en el discurso chavista por la trastienda, como un contrabando, de la mano de la gerencia de PDVSA presidida por Eulogio Del Pino. Paralelamente a este discurso, se desarrolla otro anticapitalista, antiimperialista y estatizador que se utiliza para movilizar a las bases. Este último es el defendido por sectores del chavismo que plantean la estatización total de la industria petrolera y presionan por revertir la política llevada a cabo por Del Pino. En la huida hacia adelante que ha emprendido el chavismo oficialista desde hace varios meses, es probable que estos sectores impongan su discurso, en la constituyente en curso, lo cual sería un suicidio para la empresa y llevaría a la industria petrolera venezolana a una situación más calamitosa que la que enfrenta actualmente.

Profesor UCV

Josenri2@gmail.com

Nota: la información sobre PEMEX fue tomada de la prensa digital, en particular de un reportaje del diario El País. La referente a Saudi Aramco proviene de una edición reciente del programa CNN Dinero. La información sobre PDVSA se origina en dos entrevistas realizada al experto petrolero Francisco Monaldi que detallamos en artículo previo (ver: Rodríguez Rojas. J. E. 2017. La Constituyente, una agenda llena de incertidumbre. Dígalo Ahí Digital, n°8, julio 25, 2017) )

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Pedro R. García Montero

Los venezolanos estamos saturados de oír por parte de los cómplices del régimen, sus líderes, sus militares y por Nicolás Maduro, la expresión de que todo lo que acontece y vivimos es “parte del legado de Chávez” y que como tal, debemos defenderlo, estar complacidos y sentirnos felices y orgullosos de que ese legado sea lo que impere y suceda cada día en la vida de los venezolanos y en la rutina de nuestro país.

Es un espectáculo triste y a la vez bochornoso, oír a venezolanos de todos los estratos sociales referirse a ese legado. Sobre todo en su mediocre campaña para la despreciada e ilegal elección de la asamblea constituyente que se llevó a cabo el 30 de julio. Es triste y además digno de lastima el comportamiento y discurso de esos candidatos a constituyentistas, con un vocabulario y una forma de hablar que derrocha ignorancia y mediocridad, además de la falsedad de lo que le obligaron a decir durante la campaña. Esos son los venezolanos que van a decidir el futuro del país y los que harán de Venezuela una potencia.

Ante la abrumadora y atorrante campaña para las elecciones, un hecho que demuestra nuevamente el derroCHe de los recursos de los venezolanos, vimos y nuevamente comprobamos que al régimen y sus seguidores le importa un coño ese pueblo que tanto aman, que hoy se muere de hambre y por la falta de medicinas. Pero que importa, pues la ANC va a resolver los problemas del país, problemas creados por su ineptitud y que los líderes del régimen creen que con el bodrio de ANC, que van a aprobar con el voto de la ignorancia y el engaño y con la sucia y descarada trampa y la complicidad del CNE, va a resolver esos problemas.

Después de casi 20 años de un régimen fallido y forajido, los venezolanos hemos podido sentir los frutos de ese tan cacareado legado de Chávez, para muestra bastan unas pocas palabras:

BaCHaquero: venezolano inmoral, asesino y delincuente que vive del hambre y las necesidades del venezolano. Ser despreciable y abominable, sin escrúpulos y nacido en revolución.

BoliCHicos: venezolanos ladrones, hijos de papá, protegidos por el régimen, que hicieron negocios multimillonarios con la complicidad del régimen. Hoy libres y disfrutando en USA y Europa de lo que nos robaron.

CHabacanería: lo que vemos cada vez que personas como Pedro Carreño, Diosdado Cabello, Iris Varela, Mario Silva, etc, vomitan (pues no hablan) cada vez que se expresan ante los medios de comunicación o cuando insultan en las sesiones de la AN.

CHacales: jauría de perros asesinos que se reúnen en las puertas de la AN para agredir a los diputados de la oposición; jauría de colectivos, de GNB y PNB que disfrutan de asesinar, de robar y torturar nuestros jóvenes, periodistas, de arremeter contra los bienes de los venezolanos. Jauría de animales que satisfacen su odio y hambre de maldad con una bolsa CLAP.

CHamba: lo que muchos venezolanos no tienen. Lo que muchos venezolanos corren el riesgo de perder, según las amenazas del régimen, si no votan por la ANC.

CHambón: la mayoría de las obras, leyes, proyectos, misiones y otros inventos hechos en estos 20 años de revolución.

CHampaña: lo que los líderes del régimen, militares y enCHufados toman como agua en sus celebraciones familiares y negocios obscuros. Lo que se bebe en las reuniones oficiales del régimen y en las embajadas para celebrar sus triunfos.

CHanCHullos: lo que ha ocurrido en 20 años de gobierno y que ha permitido el enriquecimiento de los líderes del regimen, militares, políticos, empresarios y muchos seguidores del régimen. Es “el pan de cada día” y el modus operandi que marca la pauta en la revolución pulcra y bonita.

CHantaje: lo que hemos visto y oído por parte de los líderes y seguidores del régimen (llámese pueblo chavista) cada vez que amenazan a los que no van a votar diciéndoles “que se atengan a las consecuencias”, “que serán despedidos” y lo más asqueroso y criminal con ese pueblo que tanto aman, que “no recibirán más las bolsas CLAP”. Que indignación y tristeza provocan esos venezolanos.

CHamos: nuestra legión de héroes que han dado su vida y siguen en la lucha por una Venezuela mejor. Los “hijos de la patria” (como les encanta decir en sus discursos) que han sido asesinados, torturados y privados de su libertad y derechos por los esbirros civiles y militares del régimen, sin distingo de género. Los hijos que se han ido del país buscando su futuro, ante una gran incertidumbre.

CHimbo: sinónimo de Chambón. El mejor ejemplo, la revolución bonita y sus líderes; sus ministros, gobernadores y alcaldes.

CHispa: la que todavía hace falta encender en todo el país para salir de esta dictadura.

CHofer: persona irresponsable, inculta, inmoral, despiadado criminal y dictador que usurpa el cargo de presidente de Venezuela. El hijo de Chávez, impuesto por él para destruir al país. Uno de sus más grandes legados.

CHulos: el grupo de países que Chávez compró y chantajeó con el discurso de la integridad latinoamericana y que hoy viven de nuestro petróleo. Léase CARICOM, CUBA, NICARAGUA, REPUBLICA DOMINICANA, etc, etc.

CHusma: sinónimo de Pedro Carreño, Iris Varela, Mario Silva, colectivos, bachaqueros, etc, etc.

CHapucería: el acabado final o indicador de calidad de la mayoría de las obras de infraestructura del gobierno. Lo que define el desempeño de los médicos integrales egresados de las universidades bolivarianas y de muchos de los médicos piratas cubanos.

CHina: país invasor al igual que Cuba, al que Chávez empeño el futuro de nuestros hijos y de todos los venezolanos y al que le debemos hasta la forma de caminar. Los venezolanos no sabemos dónde están los resultados de esos préstamos multimillonarios. Lo que sí sabemos es que nuestro petróleo y nuestro futuro está empeñado.

CHiquero: en lo que se han convertido nuestros hospitales, escuelas, las calles de las ciudades, nuestros parques, etc. Venezuela es un gran chiquero, gracias a la revolución bonita.

CHoro: personeros y líderes del régimen, militares, ministros, gobernadores, alcaldes, diputados del PSUV y cualquier otro venezolano, sin distingo de clases sociales y género, que están haciendo de las suyas con los dineros de los venezolanos ante la más descarada impunidad. La CHorocracia es el régimen instaurado en Venezuela y el modus vivendi para unos cuantos venezolanos, de muchas tendencias políticas.

CHoCHera: etapa de la vida la cual nos gustaría llegar y ver otra Venezuela, si es que el régimen lo permite y no pelamos bola por falta de medicinas o atención médica o simplemente por desnutrición.

DerroCHe: lo que hace el régimen con los dineros del venezolano, comprando armamento para reprimir y no para satisfacer las necesidades en alimentos, medicinas, mejora de los servicios públicos. Es la vida que llevan los grandes líderes del régimen, pseudosocialistas que dan la vida por vivir en EEUU, el imperio que tanto repudian (solo en los discursos). Es el estilo de vida que llevan fuera de Venezuela los hijos y familiares de los líderes del régimen, de militares, de enCHufados, etc.

EnCHufados: legión de venezolanos inmorales que han desangrado al país y cercenado el futuro de nuestros hijos y nietos con negocios fraudulentos en sociedad con líderes del régimen y que disfrutan de la mayor impunidad. Muchos en el país, pero la gran mayoría fuera junto a sus familiares. Sinónimo de CHoro de cuello blanco. Nuevo estrato de la sociedad venezolano, fiel copia de la cuarta república.

LeCHe: otrora alimento de nuestros niños. Hoy inalcanzable para muchos hogares venezolanos por su alto precio y por su escasez. Veremos en el futuro los resultados de su no consumo por nuestros niños.

LuCHa: la que debe continuar para salir de la dictadura. Elemento perturbador que ha hecho de los venezolanos su cotidianidad, su rutina diaria y que le ha impedido dedicarse a otras cosas más productivas. Palabra no conocida para muchos venezolanos indiferentes y cómodos.

30-07-2017

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