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Opinión

A veces cuesta levantarse y no es porque se siga con sueño; este 31 de julio de 2017 ha sido otro de ellos.

En Aragua, los que tuvimos la curiosidad de constatar personalmente el desarrollo de las votaciones para la constituyente, convocada por el presidente de manera inconstitucional, pudimos comprobar que las mismas se desarrollaron en un ambiente de normalidad, dado que los que decidieron responder al llamado, pudieron hacerlo sin ningún tipo de presiones físicas violentas de parte de los que no compartían su decisión.

El oficialismo utilizó como estrategia y por disposición complaciente de su órgano electoral, concentrar los esfuerzos de acarreo en unos pocos centros, dejando a la voluntad del votante no presionable el utilizar cualquier de los otros ubicados en su municipio.

Los seleccionados para la nucleación, oficiales o de hecho, presentaron a lo largo del día una presencia de electores visible pero nunca similar a la observada en eventos previos, acompañada de puntos por los que debían pasar los asistentes después de votar, de manera que personal destinado para tal fin, incluyera los datos de su llamado “carnet de la patria” en listas destinadas al control de asistencia. Llamó la atención la presencia contundente de personas de la tercera edad y que en algunos de estos centros el punto de control fue ubicado dentro de ellos, mientras que la mayoría se colocaron en la acera de enfrente, sin respeto al supuesto perímetro de “seguridad”.

En el resto de los centros la ausencia de electores fue notable, llegándose al caso de que algunos estaban cerrados y el potencial elector tenía que tocar la puerta para ser atendido.

Lo reseñado se repitió a lo largo del estado y desde distintos municipios se recibieron informes similares, situación que fue repetida en muchos otros estados del país y que llevó al anuncio de la Unidad Democrática de que se había producido una asistencia nacional alrededor del 12 % del registro electoral.

No obstante y para sorpresa de nadie, el órgano gubernamental electoral informó de la asistencia de más de 8 millones de votantes y la elección de constituyentes por circuito, estando en proceso la definición de los “sectoriales”. Esta información no ha podido ser confirmada dado que su página web oficial no está operativa.

Volviendo a las ganas de quedarnos acostados, tenemos que aceptar que las mismas no tienen ninguna justificación, salvo la noble flojera.

Es que acaso creímos que los resultados del proceso iban a ser reseñados verídicamente. Si hemos mantenido que enfrentamos una dictadura y que la misma controla sin tapujos a los poderes electoral y judicial, como podemos esperar comportamientos distintos. ¿Y el sector militar? Bien y gracias de parte del gobierno, porque de la gente cada vez reciben menos muestras de aprecio.

¿Qué queda? Seguir y esperar que en algún momento seamos oídos. La salida definitiva tiene que ser pacífica y democrática, y para llegar a ella la vía es electoral, teniendo como requisito un sistema y un órgano rector distinto, así como la indispensable ampliación de la unidad nacional si es que aspiramos lograr un cambio real.

Los eventuales integrantes de esa unidad están a la vista de todos, siendo fundamental lograr su encuentro. La oposición, por acción u omisión, a la fraudulenta convocatoria de la hoy indudablemente fraudulenta constituyente demostró que es posible.

De manera que ya está bueno de cama y no queda otra que levantarnos recordando a todos los que han caído asesinados en esta lucha

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José Rosario Delgado

La asechanza de los marrulleros acecha desde las garitas bajo la mirada cómplice y complacida de quienes piensan en los peces y desean tirar la nasa en el río aprovechando lo revuelto de las aguas. Con artero cálculo frotan sus manos y se relamen los labios escudados en pertrechos bajo el manto de la injusticia y de la ignominia. Ya están montados en el parapetado tinglado con payasos y maromeros entre saltimbanquis y morisquetas en espera de que el dueño del circo sin pan les baje el dedo para que, al son de fanfarrias, risas y vítores, claven la puntilla en el corazón de la democracia y de la libertad, en el alma del pueblo.

Recientes investigaciones científicas han demostrado que los gorilas no son tan fieros como nos los han pintado desde su descubrimiento y hasta la aparición de King Kong: sin embargo, su imagen y aspecto sirvió para describir a los tiranos y dictadores latinoamericanos, sobre todo a los que mancillan uniformes que por siempre simbolizaron libertad e independencia.

En un país donde hasta las nieblas andinas, avileñas o costeras han desaparecido, desde la sierra los gorilas se preparan para atacar a quienes desprevenidos, quizás, han decidido tomar la ruta del matadero creyendo que las villas y castillos que les ofrecen se convertirán en realidad cuando ya no hay nada qué dar distinto a las peinillas y las bombas lacrimógenas que en verdad lo que hacen es cubrir de humo el amargo llanto que día a día vertimos sobre nosotros mismos, abierta o encubiertamente, ante la cruda y amarga vida que llevamos con este régimen farsante.

Pero creemos que no todo está perdido. Los venezolanos somos del tamaño del compromiso que se nos presente; los grandes momentos nos han llegado por deseos y por lucha o por la mano de Dios, siempre han llegado: tarde, como ahora, o temprano, como otras veces, pero siempre llegan y esta vez no tiene por qué ser distinto.

Debe imponerse la sensatez y las grandes mayorías del pueblo, el manoseado y baboseado soberano, deben abstenerse de prestarse a la comparsa para no ponerse la soga al cuello; es hora de que la dignidad se imponga y les demostremos al régimen y sus secuaces que no es con dádivas ni canonjías para los pobres, como tampoco con prerrogativas ni privilegios para los sátrapas, con que se construye una nación, sino mediante el trabajo y el estudio en un clima de democracia y de libertades para que con nuestro esfuerzo logremos nuestro propio sustento y desarrollo… ¡NO a los gorilas en la sierra!

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Es previsible que un número considerable de países de la región y la Unión Europea no reconozcan el resultado de las elecciones impuestas por Nicolás Maduro para elegir una fraudulenta Asamblea Constituyente. De hecho, así lo han anunciado ya los gobiernos de Colombia y Panamá. Este hecho tendrá importantes consecuencias en el plano internacional, las cuales formarán parte de la creciente presión para que gobierno y oposición busquen una salida negociada que sea pacífica y, por encima de todo, realmente democrática.

¿Qué dijeron los gobiernos de Colombia y Panamá?

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, expresó que la Constituyente “tiene un origen espurio y, por consiguiente, sus resultados tampoco podremos reconocerlos”. Por su parte, un comunicado oficial del gobierno Panamá se refirió a las elecciones, concluyendo que “no reconocerá sus resultados, sobre la base de los vicios que ya se identifican en dicho proceso”.

Dos precedentes similares

No es la primera vez que distintos países de la comunidad internacional desconocen los resultados de un proceso electoral que consideran irregular e ilegítimo.

Crimea: Cien países, en 2014, desconocieron el referéndum sobre el estatus político de Crimea, una península ubicada en el territorio de Ucrania. En una votación en la Asamblea General de la ONU, este amplio grupo de países recalcaron que el referendo, al no tener validez, no podía servir de base para modificar el estatus de la península. En consecuencia, desconocieron la decisión de adhesión a Rusia. Apenas once países votaron en contra (Armenia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Corea del Norte, Rusia, Sudán, Siria, Venezuela y Zimbabue), mientras que 58 países se abstuvieron y 24 estuvieron ausentes.

A pesar del amplio desconocimiento internacional al referéndum y la subsecuente adhesión de Crimea a Rusia, esta ha permanecido bajo el control y administración del gobierno ruso. Sin embargo, esto le ha valido al gobierno de Vladimir Putin la imposición de un amplio paquete de sanciones por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países como Australia, ocasionando una importante crisis económica en Rusia.

Honduras: Otro caso reciente y más cercano fue el de las elecciones presidenciales de Honduras en noviembre de 2009. Luego de la detención y expulsión del poder del presidente Manuel Zelaya por parte de las fuerzas armadas en junio de ese mismo año, Honduras fue suspendida de la OEA. Para el mes de septiembre, Estados Unidos y la Unión Europea habían eliminado los programas de asistencia a ese país, advirtiendo que no podían reconocer el resultado de las elecciones previstas para noviembre por el origen ilegítimo del gobierno de turno.

Esa presión internacional ayudó para que Zelaya y Roberto Micheletti, el jefe del Congreso que asumió la presidencia luego de la expulsión de Zelaya, acordaran ir a un proceso de negociación para “la reconciliación nacional y el fortalecimiento de la democracia”. El resultado de las conversaciones fue el Acuerdo Tegucigalpa-San José, firmado el 30 de octubre de 2009. Allí acordaron la conformación de un gobierno de unidad nacional, la renuncia a llamar a una Asamblea Nacional Constituyente y que las elecciones del mes de noviembre fueran elecciones generales. El texto del acuerdo también solicitó “la inmediata revocatoria de aquellas medidas o sanciones adoptadas a nivel bilateral o multilateral, que de alguna manera afectan la reinserción y participación plena de la República de Honduras en la comunidad internacional”.

Aunque luego Zelaya dio por fracasado el acuerdo, la gran mayoría de la comunidad internacional (salvo Bolivia, Cuba, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela) consideró suficiente la realización de elecciones generales para reconocer los resultados y la elección de Porfirio Lobo como presidente.

Las implicaciones del desconocimiento internacional de la Constituyente

El desconocimiento de las elecciones de la fraudulenta Asamblea Constituyente traerá como consecuencia el no reconocimiento de esos países ante la eventual instalación de dicha asamblea y las decisiones que esta tome. Por consiguiente, aún en el caso de que la Asamblea Nacional electa por casi 14 millones de votos fuese disuelta por la Constituyente y la Fiscal General destituida, dichos países continuarían reconociendo a ambas instituciones como representantes y autoridades legítimas del Estado venezolano.

La instalación de la fraudulenta Asamblea Constituyente también podría traer como consecuencia medidas como el retiro de embajadores o el cese de relaciones diplomáticas, más aún si esta decidiera cambiar el Gobierno presidido por Nicolás Maduro, al cual la comunidad internacional le reconoce legitimidad de origen luego de las elecciones de abril de 2013. El posible efecto práctico de este tipo de decisiones podría ser también la prohibición de sostener relaciones comerciales con las autoridades designadas por la fraudulenta Asamblea Constituyente para ciudadanos, empresas y gobiernos de los países que así lo decidan, imposibilitando la firma de contratos o cualquier otra forma de relación comercial, financiera, etc.

Las eventuales medidas ya descritas no significarían que los países que decidan tomar esa posición reconocerían a la oposición venezolana o a la Asamblea Nacional como el Gobierno de Venezuela. A los ojos de la comunidad internacional, el Gobierno –independientemente de que no sea legítimo– será aquel que esté ejerciendo control efectivo sobre el territorio, lo que es y será relevante para establecer la responsabilidad de sus funcionarios y del Estado ante las constantes violaciones de los derechos humanos que están sucediendo en el país. En pocas palabras, muchos países podrían tildar al Gobierno como de facto –suspendiendo las relaciones diplomáticas y comerciales– pero Gobierno al fin, con todas las obligaciones que ello conlleva.

Al igual que en el caso de la adhesión de Crimea a Rusia, las medidas diplomáticas muy probablemente vendrían acompañadas de sanciones a funcionarios del Gobierno, de la fraudulenta Asamblea Constituyente y las autoridades que esta designe. De hecho, medidas de este tipo ya han sido impuestas por Estados Unidos e inéditamente han sido ratificadas por países como México, Colombia y Panamá. Tampoco se puede descartar la imposición de sanciones económicas, incluso por la Unión Europea, quien ya ha adelantado que evaluaría esa posibilidad.

En definitiva, constituiría un escenario de creciente e inédita presión internacional. Al igual que en el caso de Honduras, el objetivo es influir para que en Venezuela pueda concretarse una salida negociada entre gobierno y oposición, la cual garantice el respeto a la separación de poderes, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario y la fijación de un calendario electoral.

http://prodavinci.com/2017/07/30/actualidad/que-implicaciones-tiene-el-d...

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Para muchos, la fecha está marcada en el calendario con cierto aire fatídico. Desde que el gobierno anunció que el 30 de julio se realizaría la elección de la fraudulenta e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, los venezolanos —y la comunidad internacional— han estado atentos a lo que podría pasar a partir de ese día.

Al día de hoy lo más probable es que el 30 de julio se realice la elección de la ilegítima constituyente. A partir de ese día, surgen distintas preguntas sobre lo que podría pasar en el país.

En tal sentido, he resumido las catorce principales preguntas que me han venido haciendo sobre este punto, y he tratado de exponer las respuestas de manera clara y sincera.

1. ¿Cuál es el verdadero motivo de la constituyente?

Lo que pasará a partir del 30 de julio, depende en buena medida de cuál sea el objetivo de la fraudulenta constituyente. Más allá de las formas, es claro que el objetivo no es dictar una nueva Constitución, que es para lo único que sirve una constituyente. Al día de hoy, poco o nada se ha dicho sobre el contenido de la “nueva” Constitución, y más bien se ha señalado, contradictoriamente, que no se pretende modificar el fondo de la Constitución de 1999.

El objetivo probable de esta ilegítima constituyente, por ello, es preservar y consolidar el poder absoluto para una minoría que no se atreve a contarse. Por eso se trata de un fraude: se acudió a la figura de la Asamblea Nacional Constituyente no para dictar una nueva Constitución (que nadie necesita), sino para consolidar el poder absoluto.

Queda, en todo caso, una importante pregunta: ¿quién consolidará ese poder absoluto? La respuesta evidente (el poder absoluto lo consolidará el Gobierno) es altamente insatisfactoria, pues hay bastantes evidencias para sostener que no hay una sola posición dentro del Gobierno en este sentido (y probablemente en muchos otros), con lo cual, esta fraudulenta e ilegítima asamblea constituyente se nos presenta como una especie de evento interno que pretende dilucidar qué grupo dentro del Gobierno intentará consolidar el poder absoluto.

2. ¿Cuándo se instala la Asamblea Nacional Constituyente?

Electa la fraudulenta e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, ésta deberá instalarse dentro de las 72 horas siguientes a la proclamación de sus miembros. Asumiendo que el lunes el CNE proclame a los constituyentes, la instalación podría realizarse a partir del martes 1° de agosto.

¿Dónde se va a instalar? Según el artículo 10 del Decreto N° 2.878, la fraudulenta constituyente “tendrá como sede el Salón Elíptico del Palacio Federal”. En realidad, hay allí algo que no cuadra: la asamblea tendrá 545 miembros, que difícilmente caben dentro del Salón Elíptico.

Más allá de ese detalle, ya esta instalación anuncia un primer conflicto, pues el Palacio Federal Legislativo es un inmueble que únicamente puede emplearse como sede del Poder Legislativo. A la Asamblea Nacional, en ejercicio de sus atribuciones, le corresponde custodiar ese inmueble, aun cuando físicamente esa custodia esté bajo la Unidad Especial de la Guardia Nacional Bolivariana, que en el pasado reciente ha fallado en sus labores de custodia de esas instalaciones.

3. ¿Cuáles son las reglas de funcionamiento
de la Asamblea Nacional Constituyente?

Luego de su instalación, la fraudulenta constituyente deberá dictar sus estatutos, o sea, sus reglas internas de gobierno, lo que pasa por designar a los miembros de su Junta Directiva, incluyendo a su Presidente.

Y aquí vendrá el segundo conflicto, pues los diversos grupos presentes en esta fraudulenta constituyente intentarán asumir su control a través de su junta directiva. Para ello, al menos, bastará con tener el voto de 273 constituyentes para decidir.

4. ¿La Asamblea Constituyente será originaria?

Instalada la fraudulenta asamblea y dictadas sus reglas de funcionamiento, con toda seguridad, declarará mediante “Acuerdo” su carácter originario, lo que en la práctica significa que tal asamblea asumirá el control absoluto de todos los Poderes Públicos, colocándose —de hecho— por encima de la propia Constitución de 1999.

Ni siquiera de haber sido electa democráticamente la constituyente podría adoptar esa decisión, pues hay un solo poder constituyente originario, y éste reside exclusivamente en la soberanía popular.

Sin embargo, como expliqué, tal carácter “originario” es la verdadera finalidad tras esta Asamblea Nacional Constituyente, pues su verdadero propósito, razonablemente, es legitimar su poder supremo y absoluto invocando su carácter “originario”.

5. ¿Puede la Asamblea Nacional Constituyente
cambiar al Gobierno?

De acuerdo con la Constitución de 1999, la fraudulenta Asamblea Constituyente no puede adoptar ninguna decisión con relevancia jurídica, pues ella es resultado de un golpe de Estado. Y en caso de haber sido electa democráticamente, es asamblea solo hubiese podido dictar una nueva Constitución, con lo cual, en el deber ser, la asamblea no puede cambiar al Gobierno.

Pero en la práctica, como expliqué, la fraudulenta constituyente asumirá un poder absoluto, y en tal virtud, podría cambiar al Gobierno. Hace algunas semanas se anunció que Maduro pondría su cargo a la disposición de la constituyente. Así sucedió en 1999, con la importante diferencia que el entonces Presidente Chávez tenía control político sobre aquella constituyente. La incertidumbre es tal que, sin embargo, Maduro podría poner su cargo a la disposición de la fraudulenta constituyente y ésta podría, entonces, designar a un nuevo Presidente.

Esto sería, paradójicamente, un golpe de Estado dentro del golpe de Estado. Maduro, quien promovió la constituyente para ejercer poder absoluto, sería “devorado” por su propia constituyente.

6. ¿Puede la Asamblea Nacional Constituyente
cambiar a los otros titulares de los Poderes Públicos?

Apartando el “deber ser”, como dije, la fraudulenta constituyente, invocando su falso carácter originario, podrá remover a cualquiera de los titulares de los Poderes Públicos. Una alta probabilidad es que la constituyente remueva a la Fiscal General de la República, cuya remoción —por alguna razón— no avanzó en el Tribunal. Pero también podría la constituyente, dependiendo del sector que la controle, remover y designar al Defensor del Pueblo, al Contralor y a los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.

7. ¿Puede la Asamblea Nacional Constituyente
disolver a la Asamblea Nacional?

Por la vía de los hechos, es probable que la fraudulenta constituyente acuerde la disolución formal de la Asamblea Nacional, lo que entre otras cosas implicaría dejar sin efecto la inmunidad parlamentaria de los diputados. Para ello le bastará con invocar, falsamente, su carácter originario.

8. ¿Y las elecciones?

La fraudulenta asamblea, si lo desea, puede suspender o diferir cualquier elección, algo probable si recordamos que la convocatoria e instalación de tal asamblea no fue resultado de procesos electorales legítimos. Esto además, sería coherente con la intención de implementar el Plan de la Patria. De acuerdo con ese Plan, la democracia no puede ser representativa sino “participativa”, pero a través de las instancias asamblearias del Estado Comunal controladas por la fraudulenta constituyente.

9. ¿Qué otras decisiones puede adoptar la constituyente?

Como sea que la fraudulenta constituyente asumirá su carácter originario, podrá —en los hechos— adoptar cualquier decisión. De eso se trata, precisamente, el poder absoluto e ilimitado que la fraudulenta constituyente podrá ejercer.

Lo que probablemente sucederá es que Venezuela pase por una suerte de “espejo de Alicia”, conforme al cual, todo lo que hoy es constitucional será inconstitucional, y todo lo que hoy es inconstitucional será constitucional.

Limitándonos a las decisiones más probables, es factible que la fraudulenta constituyente asuma el ejercicio de la función legislativa para dictar nuevas Leyes, como por ejemplo, Leyes de control de precio, como se anunció. Asimismo, es probable que se generalicen los juicios militares, pudiendo la constituyente suprimir formalmente las garantías que, hoy día, son sistemáticamente violadas. El derecho a la protesta sería igualmente regulado para hacerlo desaparecer en la práctica, otorgándole reconocimiento a las prácticas que, hoy día, constituyen técnicas de represión. La libertad de expresión, con toda probabilidad, sería sometida al arbitrio de la constituyente.

10. ¿Y qué podría hacer la constituyente con la economía?

Desde su carácter originario, la fraudulenta constituyente podría adoptar cualquier decisión sobre la economía. Vistos los anuncios y los propios antecedentes, es probable que la constituyente avance en el “sistema económico comunal”, esto es, el modelo basado en el control centralizado de la economía, bajo el cual se reconoce prioritariamente la “propiedad social” sobre activos empresariales, esto es, la propiedad pública.

Asimismo, la fraudulenta constituyente podría asumir también la función de control sobre la gestión presupuestaria y las operaciones de crédito público. Esto contribuirá a elevar más el riesgo país, reduciendo las posibilidades de éste de acceder a los mercados nacionales internacionales en condiciones económicas racionales.

11. ¿Y tendríamos dos Constituciones?

Algunos me han preguntado si luego de la instalación de la fraudulenta constituyente tendríamos dos Constitución en vigor.

En realidad, lo que va a pasar es que no vamos a tener ninguna Constitución. La Constitución de 1999, por la fuerza de los hechos, terminará de ser derogada por la “originaria” constituyente. Y la nueva Constitución, por su parte, solo sería dictada luego de que el grupo que controle la constituyente logre consolidar su poder absoluto. Algo que, como se ha asomado, podría tardar meses, e incluso, años.

12. ¿Y la nueva Constitución sería sometida a referendo?

Es irrelevante analizar si la nueva Constitución sería sometida a referendo, pues al ser todo el proceso producto de un fraude constitucional, la nueva Constitución sería ilegítima, incluso, pasando por ese referendo aprobatorio.

Pero, en cualquier caso, lo más probable es que la nueva Constitución no sea sometida a referendo. Como mucho, sería sometida a fraudulentas “consultas”, en especial, invocando la “transformación” de la democracia, que quedaría reducida a los mecanismos de participación asamblearios del estado comunal.

13. ¿Quién gobernaría en Venezuela?

No debemos preguntarnos solo quién gobernará en Venezuela, pues además, debemos preguntarnos qué se gobernará y cómo se gobernará.

En cuanto a lo primero, como dije, gobernará (o intentará gobernar) el grupo que logre controlar la mayoría de miembros de la fraudulenta constituyente. Además, se gobernará con métodos claramente represivos, con el “barniz de legitimidad” que, en vano intento, pretenderá derivarse de esta fraudulenta asamblea.

Más difícil es responder a la última pregunta. Pues la instalación de esta fraudulenta constituyente debilitará todavía más la gobernabilidad en Venezuela, en un contexto en el que se incrementará no solo la conflictividad política, sino además, la conflictividad económica y social. En este contexto, muy poco quedaría por gobernar.

14. ¿Y qué hacer a partir del 30 de julio?

El panorama a partir del 30 de julio, en el probable evento de que se lleve a cabo la elección de esta fraudulenta constituyente, hará todavía más compleja la precaria situación institucional en Venezuela. Para no perderse en esta maraña, creo importante repetir tres reglas, que son válidas hoy y lo serán todavía más a partir del 30.

Primera regla. Todo el proceso constituyente, incluyendo la elección de la asamblea y su instalación, responden a un intento por derogar la Constitución de 1999 por mecanismos no previstos en ella, con lo cual, todos esos actos deben tenerse como inexistentes. La fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente no tendrá autoridad para imponer órdenes de obligatorio cumplimiento.

Segunda regla. La Constitución formalmente vigente es y será la de 1999. Todos tendremos la obligación de hacerla cumplir, tal y como ordena su artículo 333. Ello incluye en especial a los funcionarios e integrantes de la Fuerza Armada, tal y como se asentó en la consulta popular del 16 de julio.

Tercera regla. La Asamblea Nacional electa en diciembre de 2015 es el legítimo y exclusivo representante del pueblo. La fraudulenta constituyente podrá intentar disolver o afectar el funcionamiento de la Asamblea, pero jurídicamente, insisto, todos esos actos deberán tenerse por inexistentes. Los ciudadanos solo debemos obediencia a la Constitución de 1999 y los actos que, en ejecución de ésta, sean dictados por los legítimos Poderes Públicos, principalmente, por la Asamblea Nacional.

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Presidente:

Me animo a escribirle esta carta como recurso extremo ante el momento de desesperación que vive el país, aún a riesgo de que caiga en el saco roto. Venezuela se halla en una de las encrucijadas más difíciles de su historia. La posibilidad de un estado de violencia desbordado y anárquico se cierne sobre nosotros como una amenaza terrible. No evitarlo sería un acto de insensatez de gran irresponsabilidad.

Con facilidad se pierde la paz de una nación, que tomará luego muchos años, cargados de dolor, odios y sacrificios recuperar.

Es verdad que todos debemos contribuir a la paz, pero quien detenta el poder tiene una especial responsabilidad: lleva en sus manos el rumbo del país, tiene suficiente fuerza para propiciar el desastare o frenarlo.

Los venezolanos estamos cansados, desilusionados, deprimidos e indignados. Creo que lo intuye por la forma como ha frenado algunos procesos electorales mientras propicia otros -como el de la asamblea constituyente-, convocados bajo premisas de representación que permiten obtener una mayoría con el voto de unos pocos, para imponer un proyecto político que el país no está dispuesto a aceptar, que no propicia el consenso, sino la exclusión.

No hay justificación posible para que después de transitar la bonanza petrolera más esplendorosa de nuestra historia, Venezuela este al borde de la ruina. Ecuador y Bolivia son regímenes afines al suyo, sin embargo allí no se observa la misma debacle económica que impera entre nosotros, por el contrario hay progreso.

¿En verdad usted cree que el 80% de la población venezolana es fascista? ¿En verdad piensa que los siete millones y medio de personas que rechazaron la constituyente están financiados por el imperialismo yanqui?

La sociedad venezolana se ha rebelado y no parece que usted haya percibido la gravedad de la rebelión. El país de progreso de sus arengas es una fantasía para la mayoría. La realidad es gente comiendo de la basura, mortalidad infantil, inseguridad, enfermedad, sufrimiento y muerte. El sector productivo ha sido selectivamente destruido, el Estado convertido en máquina de demolición de todo aquello que alguna vez funcionó, el poder judicial pervertido a extremos inimaginables y la Fuerza Armada asimilada a su partido político.

La gente se cansó y frente a este cansancio solo le queda a usted el recurso de la fuerza, ejercida con una crueldad e indolencia pocas veces vista en nuestra historia. La represión nos ha asesinado, encarcelado, envilecido y ha exaltado los radicalismos de todos lados.

Un pueblo acosado por la brutalidad se alza con lo que puede y la nefasta idea del ojo por ojo, comienza a hacerse apetecible. Presidente, a estas alturas, para imponer su proyecto no le queda otro camino que el ejercicio de una violencia muy extrema en contra de sus conciudadanos. Es un grave error de cálculo pensar que las armas pueden sustituir a los votos.

Me gustaría que el pajarito volviera a hablarle en estos días y le recordará el tiempo en que la pesadilla que padecemos hoy, fue un sueño -debo suponer que honesto- de transformación y cambio en el que una mayoría creyó durante largo tiempo.

Y desde esta reflexión profunda examine cuánto se parece la Venezuela de hoy a los ideales que sirvieron de punto de partida. Los defensores de los pobres de ayer son los multimillonarios de hoy, las nuevas cúpulas podridas, con fortunas construidas sobre el empobrecimiento de una nación.

Presidente, la vida es breve y la eternidad demasiado larga. Cada uno escoge la manera como ha de trascender. Venezuela llegó al llegadero. Le tomó 18 años de progresivo maltrato y abuso, de desmantelamiento institucional y confiscación de la democracia, rebelarse, pero lo ha hecho y no tiene marcha atrás. Ojalá tenga usted el tino de ofrecer una salida a Venezuela que no sea la del incendió y la barbarie, que tanto dolor y sufrimiento ha causado en nuestra historia.

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Juan Francisco Alonso / Diario Las Américas

El mundo se le está haciendo chiquito al chavismo y se le podría reducir aún más si el presidente Nicolás Maduro insiste en elegir, este domingo 30, la polémica Asamblea Nacional Constituyente y si ese organismo no sólo redacta una nueva Constitución sino que disuelve a la Asamblea Nacional dominada por la oposición y remueve de su cargo a la fiscal general de la República, la ahora voz disidente Luisa Ortega Díaz.

La advertencia fue formulada por el experto en leyes internacionales Raúl Arrieta y el politólogo Luis Salamanca, quienes aseguraron que si el mandatario no da marcha atrás a la propuesta de modificar la máxima ley de la nación, la presión internacional aumentará, lo cual podría conducir al aislamiento total del país.

“La comunidad internacional no acepta la Constituyente. La Unión Europea (UE), por ejemplo, ha dicho que la desconocerá y ello podría conllevar al desconocimiento del régimen de Maduro, que es quien ha impuesto la revisión, agravando la situación de alejamiento del mundo que ya vivimos”, apuntó Arrieta, quien alertó: “Hay un conjunto de sanciones y medidas que no se han aplicado y que países como Estados Unidos o la propia UE aplicarán si no sus llamados a la sensatez no son escuchados, y de ocurrir Venezuela podría verse aislada totalmente”.

En similares términos se pronunció Salamanca, quien afirmó: “El mundo democrático está presionando a Maduro para que no haga la Constituyente, pero si esa presión no resulta se tomarán más medidas, porque Venezuela se ha vuelto un problema no solo para los vecinos y la región sino para otros continentes. La Organización de Estados Americanos (OEA) seguramente volverá a tratar el tema venezolano, lo mismo que el Mercado Común del Sur (Mercosur), mientras que Washington podría aplicar más y más duras sanciones, lo mismo que la UE”.

El miércoles, tras anunciar que prohibía la entrada a EEUU a otros 13 funcionarios chavistas, y que además congelaba sus bienes en el país, entre los cuales destaca la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, el Departamento del Tesoro en Washington dejó claro que en breve se podrían producir más medidas de esta naturaleza. “Cualquier persona que se incorpore a la Constituyente se expone a sanciones de EEUU”, con lo cual las 545 personas que podrían integrar la instancia encargada de reescribir la Constitución podrían ser blanco de sanciones.

Posibles escenarios

Para los expertos el papel que la comunidad internacional jugará en las próximas semanas en la crisis venezolana será preponderante.

“EEUU no sancionó a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) porque esa es su última carta y más radical de todas, pero seguramente podría terminar usándola si ve que las otras medidas no resultan”, afirmó Salamanca.

A mediados de este mes, el presidente Donald Trump emitió un comunicado, en el cual alertó que su país “no se quedará quieto mientras Venezuela se desmorona. Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, EEUU tomará fuertes y prontas acciones económicas”.

Días después voceros de la Casa Blanca y de otros organismos han reconocido que estudian ampliar los castigos a otras áreas claves, como la congelación de los pagos por la venta de petróleo, lo cual causaría un daño letal a la ya maltrecha economía del país.

Venezuela exporta diariamente a EEUU 764.000 barriles diarios del crudo, de acuerdo a cifras del Departamento de Energía, lo cual al precio actual equivalen a unos 30,6 millones de dólares por día y como la venta de petróleo representa más del 95% de las divisas del país, cualquier medida que las afecte representa un gravísimo riesgo para las finanzas públicas.

Pero no solo la venta de crudo venezolano podría ser el blanco de Washington, sino también las exportaciones de crudo estadounidense hacia ese país, las cuales rondan entre los 100 y 200.000 barriles diarios de productos y crudo ligero, lo cual obligará a Caracas a adquirirlos a precios superiores en Europa o Asia.

Este escenario no es bien visto en la oposición, donde se teme que acciones de esta naturaleza produzcan los mismos efectos que en Cuba ocasionó el embargo; es decir que refuerce al régimen y asegure su permanencia en el poder, lejos de expulsarlo.

“Esto no es un juego de PlayStation. Es la vida real. Las sanciones generales empeorarían dramáticamente lo que vivimos hoy. Es incomparable”, escribió recientemente el analista Luis Vicente León.

Venezuela padece en la actualidad una aguda escasez de alimentos y medicinas, el cual en algunos rubros ronda el 70% debido que la política de expropiaciones y de controles de precios han reducido al mínimo la producción nacional y depende, en buena medida, de las importaciones, también limitadas por la caída de los precios del petróleo. Por ello, las eventuales sanciones a la venta de petróleo agravarían este ya complejo cuadro.

Los rusos también juegan

Por su parte, Arrieta también pidió no perder de vista el papel que Rusia juega en el conflicto venezolano y aunque aseguró que no es comparable con el de EEUU señaló que no es despreciable.

“La Rusia de (Vladimir) Putin, que es hoy la madre de todas las dictaduras del mundo, está a la expectativa de lo que pueda ocurrir y aunque seguramente intervendrá a favor de Venezuela, no creo que ese interés sea mayor que el que tiene en la península coreana junto a China o en el Medio Oriente”, dijo quien fuera agente del Estado venezolano ante los organismos internacionales de Derechos Humanos, al tiempo que agregó: “Rusia podrá apoyar a Maduro en el caso de que el aislamiento total se dé, pero su capacidad de apoyar, sobre todo financieramente no es el que era. Rusia no está en condiciones de ayudar a Venezuela en los términos que esta necesita en la actualidad”.

La economía rusa, como la venezolana, depende enormemente de la venta de petróleo y las sanciones que EEUU le ha impuesto en los últimos meses por su comportamiento en la crisis de Ucrania y su interferencia en las elecciones presidenciales han golpeado bastante la economía del gigante euroasiático.

http://www.diariolasamericas.com/america-latina/nicolas-maduro-lleva-al-...

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José Luis Rodríguez Zapatero

Dígalo ahí Digital considera que estas conversaciones, indispensables para una salida política a la crisis que vivimos, deben ser conocidas en la medida de que van concretándose y en consecuencia, nos hemos permitido reproducir lo que según la fuente citada al final del comunicado es el texto del mismo, permitiéndonos recomendar su lectura cuidadosa, ya que solo ella nos permitirá opinar con criterio propio, sin depender de las interpretaciones de otros.

Comunicado de José Luis Rodríguez Zapatero el 29 de julio de 2017

En las últimas semanas, he mantenido reuniones diversas, unas con actores del Gobierno y otras con representantes de la Oposición, en la búsqueda de una convivencia democrática y para la paz en Venezuela.

Después de lo sucedido en los últimos meses, después de la pérdida de más de un centenar de vidas, después de las conversaciones mantenidas... me reafirmo en que únicamente la negociación, la concertación y el acuerdo pueden dar una salida a la grave crisis que vive Venezuela, la salida acordada y pacífica que desean la inmensa mayoría de los venezolanos.

En las citadas conversaciones, he identificado los temas centrales sobre los que es necesario alcanzar una negociación y un acuerdo. Y entiendo que las posiciones del Gobierno y la Oposición permitirían, con voluntad de acercamiento y esfuerzo de flexibilidad, culminar ese proceso de concertación.

Las cuestiones a definir son: la fijación de un cronograma electoral con fechas precisas para elecciones a las alcaldías y presidenciales; avanzar de manera urgente en la Comisión de la Verdad para tomar medidas amplias e inmediatas sobre liberaciones de presos; acordar de manera asimismo urgente el procedimiento para poner fin al desacato de la Asamblea Nacional; fijar nuevas reglas y garantías para que la Asamblea Constituyente se comprometa de forma inequívoca con el respeto a los principios de la República, a los poderes constitucionales y al sufragio universal como fuente exclusiva de legitimación del poder; y asumir el compromiso de compartir la aprobación inmediata de medidas económicas y sociales, apelando también para ello a la colaboración externa.

Todo ello apelando a la paz y al rechazo absoluto de cualquier género de violencia, con pleno respeto al ejercicio de los derechos democráticos de los venezolanos.

Porque el acuerdo debe ser nítida expresión de la soberanía del pueblo de Venezuela. Solo a los venezolanos, a sus líderes y a los representantes de los ciudadanos, compete la determinación de sus bases.

El proceso de concertación debería conducirse a través de la conformación de un Grupo con presencia junto a Gobierno y Oposición de países amigos y acompañantes, y adoptándose las garantías oportunas para su cumplimiento.

Hoy y mañana Venezuela vivirá horas trascendentales. Deben transcurrir en paz. Ese es el compromiso que me han trasladado los diversos responsables políticos.

El derecho a abstenerse, el rechazo a una consulta electoral, son tan incuestionables como el derecho a votar, pero el ejercicio de un derecho solo es legítimo cuando es pacífico.

En el antagonismo irreductible no hay ni política ni salida de convivencia imaginable, menos aún en la violencia y en el uso público de la fuerza no proporcional. Las sanciones y las previsibles reacciones a las mismas solo empeorarán la situación. Del mismo modo que las propuestas unilaterales nunca propician salidas a los conflictos.

Pido, pues, que se pase de la dinámica de acumular fuerzas a la de hacer esfuerzos decididos de negociación.

El primer responsable es el Gobierno, a él apelo para que la facilite con nuevos gestos, aunque sin la voluntad y la determinación de la Oposición nada será posible.

Deseo expresar y agradecer la disposición cierta a abordar una salida pacífica y democrática que he podido comprobar en mis rondas de conversaciones.

A partir de esta constatación, y con el máximo respeto al proceso político venezolano, exhorto a los diversos líderes y actores a que den una respuesta positiva a los anhelos de paz, democracia y convivencia de los ciudadanos de Venezuela.

Comunicado íntegro según http://globovision.com/article/partidos-de-la-mud-sostuvieron-cuatro-reuniones-esta-semana-con-zapatero

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