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Opinión

Se viene insistiendo mucho acerca de la necesidad de un cambio de gobierno, incluso de enmiendas, reformas o hasta constituyentes originarías y derivadas, como mecanismos de consulta popular, para salir del foso donde hemos venido cayendo los venezolanos desde hace 18 años, cuando en medio de una gran expectativa, el hoy ausente Comandante Hugo Chávez, nos colmó de sueños y esperanzas acerca del futuro de la patria.
La estructura general de la Constitución está conformada por un Preámbulo, nueve títulos con 350 artículos, más las disposiciones transitorias. En el Preámbulo de la misma se define de forma clara, que el pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores y con el fin supremo de refundar la Republica, establecerá una sociedad democrática, participativa y protagónica. Esto significa que el Estado venezolano tiene como objetivo, la salvaguardia de la democracia y, con ello, de la participación popular en la gestión socio política.
Con respecto a los Títulos estatuidos en la presente norma, podemos señalar que en ellos están contenidos los valores supremos de la nación. Al respecto, el Título I refiere los principios fundamentales que forman el Estado y el ordenamiento jurídico, y que, a su vez, presiden el texto; el Título II, está dedicado al espacio geográfico y a la división política, el Título III, a los derechos humanos las garantías y los deberes.
En el Título IV y el V, a la regulación del Poder Público y a la organización del Poder Público Nacional. Igualmente, en el Título VI, se definen los niveles de participación del Estado y de los entes individuales de la economía del país. El Título VII, está referido a la seguridad de la nación y el Título VIII, a la protección de la Constitución, y por último el Título IX, está referido a la Reforma Constitucional.
Esta estructura que presenta la constitución refleja dos aspectos básicos: por un lado, la plataforma política y la necesidad de una eficacia normativa directa. No obstante, lo antes expuesto, no nos debe llevar a considerar la constitución venezolana, solamente como un documento político; sino que de ella se desprende eficacia jurídica directa. En consecuencia, podrá ser invocada por todos en cualquier proceso, y los órganos del Estado están obligados a respetar y a aplicar directamente los mandatos constitucionales cuando sean necesarios.
Este lecho de rosas donde teóricamente se conserva nuestra Constitución, choca de forma dramática todos los días, contra las pretensiones del gobierno al intentar llevarnos por los caminos de la suspensión general de cualquier tipo de libérrimos comicios. Ya la hizo añicos el día cuando a través de tribunales penales de control, le arrebató al país el Referendo Revocatorio. Embisten de nuevo con más furia, al insinuar que habrá elecciones sin partidos de oposición al mejor estilo nicaragüense o en el peor de los casos presumen hacerse los locos con el silencio criminal del CNE y sus cuatros celestinas gobierneras.
Habrá que insistir ante quienes, como los peores parricidas del texto constitucional, intentan negarle los derechos al pueblo a dirimir sus conflictos a través de sufragio, cuando en el Capítulo IV De los Derechos Políticos y del Referendo Popular, el artículo 63 establece que el sufragio es un derecho. Se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y secretas. De allí nadie nos sacará, y ese es el punto a debatir, con los radicales come clavos de la oposición y los traga vinagres del gobierno.

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Visión y Análisis
Este es el tercer artículo que escribo sobre Trump, el primero fue en 2011, anunciando la llegada de un outsider a la presidencia para 2016, el segundo fue en noviembre, hablando de las razones de su posible victoria y el tercero es este, sobre las consecuencias políticas de sus decisiones.
A partir del final de la Segunda Guerra Mundial se estableció un marco geopolítico que se conservaría durante casi 20 años. Este marco reconocía la existencia de dos grandes potencias mundiales, los Estados Unidos por una parte, apoyados principalmente por Europa Occidental y Japón, con una gran alianza militar, La OTAN (Organización del Atlántico Norte) y por otro lado la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), apoyados por Europa Occidental y China, con otra gran alianza militar, el pacto de Varsovia.
Este fue el escenario donde se desarrolló la Guerra Fría, con múltiples enfrentamientos entre las dos grandes potencias, siempre a través de terceros, motivo por la cual recibió ese nombre, ya que nunca ocurrió un enfrentamiento real entre los dos colosos, aunque estuvo muy cerca durante la llamada Crisis de los Misiles en octubre de 1962.
Sin embargo, un hombre le dio un golpe de timón a esa situación; nos referimos a Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos. Nixon y sus consejeros, principalmente el inefable e infaltable Henry Kissinger, decidieron debilitar al bloque soviético, aprovechando que los comunistas chinos, liderados por Mao Tse-Tung (en su grafía clásica), estaban cansados de las intromisiones e imposiciones del gobierno ruso en la política interna china, además de fuertes diferencias ideológicas.
Aprovechando estas circunstancias, con la excusa de un intercambio deportivo de tenis de mesa, se desarrollaron una serie de contactos sutiles que recibieron el nombre de “Diplomacia del Ping Pong”, con un éxito importante; ya que a cambio del reconocimiento del gobierno chino por parte de los Estados Unidos y del otorgamiento de un asiento en el Consejo Permanente de la ONU a la China comunista se logró que esta tomase una posición de cercanía hacia USA en su enfrentamiento con la URSS, debilitando la posición de esta última. Esta “colaboración implícita” entre el gobierno chino y el estadounidense, salvo algunos incidentes menores en el plano económico; se ha mantenido estable.
La caída del Muro de Berlín marcó el fin de la Guerra Fría, la desaparición de la Unión Soviética y el debilitamiento de la potencia rusa. Sin embargo, con la llegada de Vladimir Putin al poder y su manifiesta intención de dotar a la Federación Rusa del antiguo poderío soviético la temperatura política mundial empieza a subir de nuevo; y ahora, con la llegada de Trump al poder se ha producido una importante reconfiguración de la geopolítica mundial.
En primer lugar, se nota una fuerte cercanía ideológica y personal entre Trump y Putin, incluso queda en entredicho la posible intervención de la inteligencia rusa en las elecciones de Estados Unidos; esta cercanía, y la visible animadversión de Trump hacia China han creado cierta preocupación en la potencia asiática. En otro contexto se podría suponer que las “razones de Estado” deberían tener prioridad sobre las posturas personales del presidente, pero en el caso de Donald Trump, mi opinión personal es que este puede imponer sus criterios personales por encima de las opiniones de sus consejeros, en el más puro estilo de Hugo Chávez.
A esto unimos la separación del Reino Unido de la Unión Europea, y el significativo hecho de que la primera jefe de gobierno recibida por Trump como presidente haya sido Theresa May, primer ministro británica pudiera indicar que Trump desea establecer una “relación especial” con los británicos, similar a la hubo entre Ronald Reagan y Margaret Thatcher, para enfrentar a la Comunidad Europea liderada por Ángela Merkel y François Hollande.
La Comunidad Europea tiene una visión muy distinta de Putin que la que tiene Trump; la UE desconfía de él, Putin se apoderó de Crimea, tiene un plan para fraccionar Ucrania, invadió Georgia, bombardeó sin misericordia Alepo; los europeos están mucho cerca de Rusia y mucho más susceptibles de ser afectados por sus acciones.
Esto nos plantearía una nueva geopolítica, con alianza tácita y solapada entre Trump y Putin, con Gran Bretaña como aliado menor e Israel en el mismo bando, en contra de la Unión Europea que comparte temores comunes con China, que aspira realzar su papel de potencia mundial, para lo que se ha estado preparando tecnológica y militarmente, estoy seguro que más pronto que tarde China demostrará su nuevo poderío militar.
Como economía es parte de la geopolítica observamos un intercambio de papeles, Xi Jinping en la Conferencia de Davos defendiendo la globalización y la apertura de los mercados, mientras Donald Trump asume posiciones casi socialistas, tomando una postura proteccionista y aislacionista, con su muro, saliendo del Acuerdo TransPacifico, denunciando el NAFTA; una política de encierro sobre sí mismo de USA dejaría un vacío geopolítico, que probablemente China y Rusia compitan por llenar.
Señores, este nuevo escenario traerá muchas sorpresas, sin contar la tormenta a lo interno de los Estados Unidos, pero esa es otra historia.
lunes 06 de febrero de 2017
https://visionyanalisis.blogspot.com/

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El Presidente Nicolás Maduro anunció la creación de un Comisionado Presidencial para Proyectos Especiales de la Gran Caracas, a cargo de quien fuera el edecán del fallecido ex presidente Hugo Chávez, el capitán Juan Escalona[1]. Este cargo burocrático y político no trae consigo nada novedoso, pues en el pasado el objetivo y las atribuciones que hoy le delegan al Comisionado Presidencial son las mismas que en su momento asumieron, en 2010, Francisco Sesto (Gaceta Oficial No. 39.571, del 10 de diciembre) y en 2013 Ernesto Villegas (Gaceta Oficial Número 40.311 del 9 de diciembre) cuando fueron designados en su oportunidad como Ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de Caracas.
En este sentido, reaparece en la Gaceta Extraordinaria 6.284 del 29 de enero de 2017 la figura de una autoridad responsable de establecer las políticas necesarias para asesorar, orientar y coordinar en términos estratégicos a todos los organismos públicos y privados cuyas disposiciones y acciones incidan directa o indirectamente en el hábitat urbano de la Gran Caracas.
La misión de ese Comisionado que, por cierto, es calificado en el Decreto como “encargado”, es impulsar, en el marco de la construcción del socialismo y el desarrollo del buen vivir, una transformación revolucionaria que aspira resolver los problemas estructurales de índole urbano que hoy afectan la vida de los caraqueños.
Las mismas atribuciones que en el pasado les correspondió asumir a Sesto y Villegas, ahora deben ser retomadas en el Comisionado Presidencial Escalona, ellas son:
Fijar estrategias que permitan conocer y procesar estratégicamente todos los estudios y diagnósticos referidos a los temas de importancia urbanística en la Gran Caracas.
Establecer políticas generales que conduzcan a la orientación de planes, ordenanzas, proyectos de diseño urbano y acciones urbanísticas que los distintos niveles de gobierno dicten o lleven a cabo en la Gran Caracas, de conformidad con la normativa legal.
Fijar estrategias que permitan que los programas, proyectos y acciones de índole urbanísticos de todos los entes del Gobierno Nacional para la Gran Caracas, se elaboren y lleven a cabo de manera coordinada y planificada.
Formular, junto con los distintos órganos del Poder Popular, políticas que conduzcan al desarrollo de prácticas del buen vivir para todas las comunidades de la Gran Caracas.
Informar periódicamente al Presidente de la República los avances en materia de coordinación y planificación institucional, con respecto a temas como tráfico, transporte, vialidad, mapas de riesgo, recolección de desechos sólidos, catastro, áreas verdes, suministro de agua y energía, disposición de servicios de salud, educación, alimentación, cultura, deporte y esparcimiento, vivienda, comercio, industria, seguridad y cualquier otro de índole urbanístico y conexo en relación a la Gran Caracas.
Proponer planes y acciones urbanísticas para ser ejecutadas por distintos organismos, así como asesorar todo lo relacionado con las atribuciones asignadas en el Decreto.
Todas aquellas que le asignen las leyes y demás actos normativos, a tenor de lo que disponga el ordenamiento jurídico aplicable.
Es oportuno recordar la publicación digital titulada La OPPPE como legado del Presidente Chávez (2015)[2] que registra la creación en el año 2008 de la Oficina Presidencial de Proyectos Especiales para Caracas como apoyo técnico a la Comisión Presidencial de Planes y Proyectos para la Gran Caracas, conformada por ministros del Poder Ejecutivo, como consta en la Gaceta Oficial No. 38.994 del 3 de junio de 2008.
Aquella Comisión Presidencial de 2008 era presidida por Francisco Sesto, y su objeto era identificar, planificar y proyectar acciones urbanísticas, arquitectónicas o paisajistas de carácter extraordinario que le facilitaran al Gobierno Nacional ejecutarlos en la Ciudad de Caracas.
El ex Ministro Sesto afirmó, en la publicación citada previamente, que esa Oficina Presidencial fue una creación de Hugo Chávez, a tal punto que en varias oportunidades, el mismo ex presidente, se refirió a ella como “mi oficina” y además reconoce que la misma quedó en el limbo cuando se fusionó el Ministerio de la Vivienda con MINFRA, creando el Ministerio de Obras Públicas y Vivienda en el año 2009.
El 21 de octubre de 2009, la Gaceta Oficial No. 39.289 publicó el Decreto mediante el cual se rescató la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales para Caracas, definida en esta oportunidad como un órgano desconcentrado y dependiente del Ministerio del Despacho de la Presidencia, asumiendo Francisco Sesto, el rol de Director, según consta en Gaceta Oficial 39.297 de fecha 2 de noviembre de 2009.
Pero la historia de esa Oficina y la del propio Sesto no concluyó allí, pues el 10 de diciembre de 2010 Sesto es designado Ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de Caracas y luego el 11 de enero de 2011, como consta en la Gaceta Oficial 39.591, fue designado Presidente pero ahora de la Fundación Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales de la Gran Caracas.
Resulta oportuno preguntarnos ¿Es la Oficina Presidencial de Proyectos Especiales para Caracas, cuya plataforma web es http://www.opppe.gob.ve/index.php y que está presidida desde 2015, según informa la misma página web, por William Eduardo Maldonado, esa misma Fundación creada en 2010, a la que se hace mención en el párrafo anterior?
El Presidente Maduro, además de designar un Comisionado Presidencial para los Proyectos Especiales para la Gran Caracas, también juramentó un denominado Estado Mayor de Gobierno para la Ciudad de Caracas, presidido por el Alcalde del Municipio Libertador, acompañado por el Gobierno del Distrito Capital, el Comisionado Presidencial de Proyectos Especiales, el Jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral de la Capital y la ZODI Capital. Así mismo, allí se incorpora el Presidente del Metro de Caracas, una diputada de la Asamblea Nacional, obviamente oficialista, y la primera dama de la República.
La misión de ese Estado Mayor es, supuestamente, llevar el socialismo a donde aún no ha podido y generar respuestas para todos por igual. Han pasado casi 10 años de aquella Comisión Presidencial de Proyectos Especiales para Caracas, y ahora se inventa el Estado Mayor de Gobierno para la Ciudad de Caracas, amenazando de hecho la propia existencia del gobierno de dos niveles metropolitano de Caracas, previsto en la Constitución.
Pero no sólo se amenaza la existencia del propio Distrito Metropolitano, sino que además, se sigue ignorando la competencia que la Constitución vigente le otorga a los Municipios en materia del orden territorial y urbano, buscando debilitarlo como actor político del desarrollo; no olvidemos que esa tendencia del gobierno central a desconocer a los gobiernos locales tiene como peligroso antecedente el Decreto con rango, valor y fuerza de Ley de Regionalización Integral para el Desarrollo Socio-productivo, publicado en Gaceta Oficial Extraordinaria Número 6151 de fecha 18 de noviembre de 2014.
[1]NotiTotal.com Juan Escalona designado nuevo comisionado presidencial para proyectos especiales. 29 de enero de 2017 Online en: http://notitotal.com/2017/01/29/juan-escalona-designado-nuevo-comisionad...
[2] SESTO, Farruco. La OPPPE como legado del Presidente Chávez. Edición Digital. Caracas Julio 2015. Pp.8-9. Online en: https://farrucoenpdf.wordpress.com/2015/08/10/la-opppe-como-legado-del-c...

3 de febrero de 2017
https://politikaucab.net/2017/02/03/una-decada-perdida-para-el-diseno-de...

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Apreciación de la situación política # 95
Aunque la propaganda oficial y las actuaciones públicas de los funcionarios del régimen, incluyendo al mandamás del mismo, quieren hacer creer que tienen la situación política bajo control y podrían llegar hasta las elecciones de diciembre del próximo año, la terca realidad es que el gobierno pende de un hilo que no se ha roto por los desatinos de los factores de la oposición política que lo adversa.
Todas las encuestadoras de opinión pública nacional indican un rechazo promedio de más del 80% a la gestión del gobierno y señalando al jefe del régimen como responsable directo de la crisis general que sufrimos los venezolanos, mientras un porcentaje similar coincide en la incapacidad de ambos, gobierno y presidente, para mejorar la situación. Con esos números a cuesta, solo el cinismo que caracteriza a los principales voceros del régimen explica que aparezcan públicamente diciendo que aquí no está pasando nada, peor aún, que hay que profundizar la revolución. Pero no solo es el cinismo, también debe privar el convencimiento de ellos de que no van a entregar el poder político por las vías democráticas que establece la constitución nacional.
Pero deseos no empreñan, como dice el refrán popular. La realidad es que la situación económica sigue agobiando al gobierno porque no tiene como financiar su propio gasto público para el presente año que no sea a través de la continua devaluación de lo que queda del Bolívar que bien podrían ponerle otro nombre, quizás Zamora, para no seguir mancillando el nombre del libertador.
El ansiado milagro de la subida del precio del barril de nuestro petróleo hasta unos 60$/barril simplemente no se va a producir y todo indica que su promedio se ubicará alrededor de los 45$/barril, por lo que las cuentas no cuadran definitivamente y será necesario buscar dinero fresco internacional, que no está fácil, o seguir liquidando reservas internacionales, que no alcanzan para cubrir el déficit, no para aliviar las penurias económicas del pueblo, sino para sostener al régimen en el poder. De ahí que el promocionado carnet de la patria para resolver los problemas de la población no es más que otra ficción que esta vez puede salirle mal al gobierno.
En el ínterin, los factores de la oposición brillan por la carencia de propuestas que, al menos, reaviven las esperanzas de ese 60% de la población que, sin definirse políticamente, pero proclive al cambio, está esperando una señal para tomar nuevamente el camino de la calle. Mientras tanto seguiremos esperando, y el régimen avanzando.
Lester L López O
5/2/2017
@lesterllopezo

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La imagen de Eva Perón, que transmite el musical de Madona, está lejos de corresponderse con la realidad de una persona llena de resentimientos, degradada y corrompida. La idea que transmite el musical es de una personalidad trágica, precursora del feminismo y defensora de los pobres y desamparados. El chavismo tiene el reto en la actualidad de realizar una metamorfosis similar a la que hizo Madona y presentar una imagen fabulada de Chávez, escondiendo las lacras del personaje real.
Eva Perón inició su carrera como cabaretera en sitios de mala muerte. Intentó proseguir una carrera artística pero sus limitaciones personales la convirtieron en una actriz mediocre, por lo cual vio sus aspiraciones truncadas. Culpó de este fracaso, no a sus carencias personales, sino a los artistas de su entorno a los cuales juró perseguir y destruir si la vida le daba la oportunidad de hacerlo. En su deambular por los cabarets de mala muerte, en los cuales le tocó trabajar, conoció al capitán Juan Domingo Perón que se prendó de ella y la convirtió en su amante.
Perón con el tiempo llegaría a la Casa Rosada de Argentina, a la cual llevaría a Evita como su consorte convirtiéndola en primera dama y dándole la oportunidad de cumplir sus deseos y la promesa hecha a sí misma. Se dedicó a perseguir a los artistas a los cuales responsabilizaba por su fracaso y obligó a muchos a huir del país. Eva Perón no solo persiguió a sus colegas, sino que también contribuyó a construir el tinglado represivo del régimen peronista, del cual ella era parte fundamental.
Otra de las obsesiones de Eva Perón fueron los pobres argentinos a los cuales trató de socorrer con los medios a su alcance. En esta labor solía ordenar al Banco Central de Argentina que imprimiera pesos a granel, a fin de repartirlos entre los habitantes de los barrios pobres. Esta actividad, que se convirtió en rutinaria, al igual que acciones similares de su marido, destruyó la credibilidad de la institución financiera e incentivó una fuerte inflación, con efectos traumáticos sobre los sectores que Eva quería socorrer.
Eva Perón fue una mujer de salud frágil, incluso desde sus tiempos de cabaretera, cuando las penalidades y restricciones que vivió agudizaron su condición. Falleció en el poder y su funeral fue todo un acontecimiento. Al fallecer poseía 1200 plaquetas de oro y plata, una esmeralda de 48 quilates, 100 relojes de oro, otras piedras preciosas, acciones e inmuebles, todo ello valorado en decenas de millones de dólares. Ello confirma el dicho que el que parte y reparte le toca la mejor parte, además de la enorme corrupción existente en el peronismo. Una cabaretera que llegó al gobierno con una mano atrás y otra delante termino multimillonaria.
La mujer de Perón se convertiría en una leyenda, gracias a la propaganda del movimiento peronista y a la imagen que algunos artistas transmitieron, ya que Eva Perón no sería recordada como la mujer que persiguió y destruyó la vida de muchos colegas de ella, ni por su contribución al declive de la economía argentina, sino como una de las primeras feministas de sus país y por su activo papel como abnegada defensora de los pobres y desamparados. Esto la llevó a ser merecedora de un musical protagonizado por Madona. La duplicidad del personaje de Evita nos hace rememorar la novela de Oscar Wilde ”El retrato de Dorian Gray”, en la cual el personaje central llega a un pacto con el diablo gracias al cual su retrato, escondido en un desván, refleja las huellas del envejecimiento y las fechorías cometidas, mientras el personaje real que se desplaza a la luz del sol permanece eternamente joven y sin macula. Con el musical de Madona sucede algo similar, el personaje real con el cual convivimos en la actualidad es el de ficción creado por Madona, mientras el otro, que se corresponde con la Eva resentida y corrupta fue tirado al desván de la historia y allí permanece, mientras nosotros imploramos con Madona “no llores por mí Argentina”.
Un dilema similar enfrenta el chavismo en la actualidad, producto de una serie televisiva sobre Chávez que está próxima a transmitirse. Con un guion elaborado por Moisés Naím se produjo la obra “El comandante”, en la cual Naim aspira a presentar al difunto con sus cualidades, pero también con sus máculas. El actor que representa el papel de Chávez, interpretó previamente al narcotraficante Pablo Escobar. Esta es una de las razones por las cuales los dirigentes chavistas temen que se presente al difunto como un capo mafioso, la cual fue una de sus facetas. Ello le ha parecido inaceptable a Nicolás Maduro quien ha expresado que no se acepta hablar mal de Chávez, dando inició a una campaña en la administración pública con afiches y otras menudencias, donde se prohíbe hablar mal del difunto. Adicionalmente a ello, ha ordenado a los escritores y creadores tarifados del régimen, como Luis Brito García y Román Chalbaud, producir una serie de TV donde se nos presente un Chávez de ficción, una versión fabulada del personaje, un humilde llanerito que no mataba ni una mosca, en lugar del pillo de siete suelas que en realidad fue.
El gobierno con ayuda de sus tarifados está tratando de hacer algo similar a lo que hizo Madona con Evita, pero tiene al tiempo en su contra. Son muchos los lustros que han pasado desde la muerte de Evita, lo cual permite que la desmemoria y la biología, hagan su labor y que la mayoría de los afectados por el régimen peronista, ya fallecidos, no alcen su voz de crítica y protesta ante la metamorfosis del personaje que hizo Madona. En cambio, en el caso de Chávez los afectados por sus decisiones y acciones, como la elección de Maduro y la mafia de militares corruptos que organizó, estamos todavía vivos, lo que hace poco probable que la creación de un personaje de ficción sea creíble. Es probable que con el tiempo esto cambie y que el retrato de Chávez con un rictus de maldad en su cara, agobiado por la verruga y la obesidad, sea escondido en el cuartel de la montaña y a las generaciones venideras se le pueda presentar en forma creíble la imagen del inocente llanerito, defensor de los pobres y desamparados que no se robó un centavo.
Profesor UCV
Nota: la información sobre Eva Perón se tomó de una biografía del personaje elaborada por el historiador Enrique Krauze, publicada en su obra “Redentores”.

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En 2007, el candidato presidencial Barack Obama prometió que una de sus primeras medidas sería clausurar la prisión en la base militar de EE UU en Guantánamo, Cuba. Ya como presidente lo intentó varias veces y de diversas maneras. Ninguna funcionó. Después de ocho años demandato, Obama deja la Casa Blanca y la prisión sigue allí.
Donald Trump tendrá muchas frustraciones como la de Barack Obama con Guantánamo. De hecho, en el mundo de hoy eso es lo normal. Los presidentes, aun en los países más autoritarios, confrontan más limitaciones que nunca para hacer todo lo que quieren. Se podría llamar el síndrome de Guantánamo.
Si bien la incapacidad de los presidentes para cumplir con lo que prometen es lo normal, Trump tendrá una dosis anormalmente alta de promesas incumplidas y deseos insatisfechos. Esto es paradójico, ya que este nuevo presidente va a contar con el apoyo de un Congreso dominado por su partido y una Corte Suprema inclinada a su favor. Pero esto no será suficiente para compensar las otras fuerzas que van a limitar su capacidad para llevar a cabo lo que ha prometido. Extraditar a millones de inmigrantes indocumentados, vetar la entrada de musulmanes al país, reemplazar por completo la reforma sanitaria impulsada por Obama, obligar a México a pagar por el muro que él pretende construir en la frontera entre los dos países o autorizar el uso de la tortura son algunas de las promesas que Trump no podrá cumplir.
Los obstáculos políticos, las restricciones fiscales, los límites impuestos por la economía y la política mundial, la inexperiencia y el estilo personal del presidente y, sobre todo, los tribunales serán la fuente de muchas frustraciones para la Administración que se acaba de estrenar en Washington.
Trump descubrirá, por ejemplo, que algunas de sus iniciativas no cuentan con la simpatía de sus partidarios en el Congreso. Los senadores y congresistas republicanos no son un bloque monolítico, y su apoyo al presidente no es automático ni está garantizado. Muchos líderes republicanos, por ejemplo, no comparten la sospechosa afinidad de su nuevo presidente con Putin y quieren una línea dura hacia Rusia. Recientemente, en el Senado, Marco Rubio presionó a Rex Tillerson, el candidato a secretario de Estado, para que reconociera públicamente que el líder ruso es un criminal de guerra.
Trump también descubrirá que el Congreso no le va a aprobar todo el dinero que sus costosos planes requieren. Además, el presidente quiere rebajar los impuestos, lo que hará que la brecha entre ingresos y gastos del Gobierno crezca significativamente. El déficit fiscal será una espinosa fuente de fricciones entre Trump y sus compañeros de partido, que tienen posiciones mucho más conservadoras con respecto al gasto público. El mundo tampoco le va a poner las cosas fáciles. No solo hay tratados y alianzas internacionales de los cuales EE UU no podrá zafarse fácilmente, sino que además las posiciones más radicales de Trump provocarán reacciones de otros países que limitarán las opciones de la Casa Blanca. Sus políticas también pueden tener efectos inesperados que harán difícil su implementación.
México es un buen ejemplo. Durante el Gobierno de Obama, el número de mexicanos que viven ilegalmente en EE UU se redujo en un millón con respecto al máximo que alcanzó durante la Administración de George W Bush. Pese a ello, Trump planea construir un muro de 3.000 kilómetros a un costo estimado en 25.000 millones de dólares. Pero al mismo tiempo que propone el muro, también propone medidas que van a hacer que más mexicanos busquen la manera de llegar a Estados Unidos como sea. Aun antes de tomar posesión, Trump ha creado un ambiente que ya ha debilitado la economía mexicana (el peso se ha devaluado y varias empresas han cancelado sus inversiones). Una economía débil crea menos empleos y peores salarios, lo cual estimula la emigración hacia el norte; una inmigración que el muro no impedirá. A Europa no la separa de África un muro sino un mar y ni siquiera eso detiene a inmigrantes decididos a llegar al viejo continente. No importa. El milmillonario Wilbur Ross, nuevo secretario de Comercio ha declarado que renegociar el acuerdo de libre comercio con México y Canadá es una prioridad para la Administración Trump.
Pero las batallas más frecuentes y duras Trump no las tendrá en el Congreso o en la arena internacional, sino en los tribunales. Trump adoptará muchas políticas y tomará decisiones que son legalmente vulnerables. Varias de sus promesas violan la Constitución o leyes estadounidenses. Grupos de oposición y organizaciones no gubernamentales que se ocupan de la protección de los derechos civiles, de la defensa de los derechos humanos, del medioambiente, la libertad de prensa o que luchan por los derechos de las mujeres o los inmigrantes se están preparando para confrontar en los tribunales las iniciativas de Trump. Gobiernos estatales como el de California ya han tomado medidas destinadas a contrarrestar algunas de las iniciativas que promete Washington.
Es indudable que Donald Trump tendrá mucho poder. Pero es igualmente indudable que será sorprendido por el síndrome de Guantánamo.
Le invito a seguirme en Twitter: @moisesnaim
El País
Enero 22, 2017
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/20/actualidad/1484927254_573181.htmll

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Rescatemos la patria de la provincia, hoy castigada por el oprobioso y anti-histórico centralismo impuesto por la patria mala de Chávez. Desde su aparición, la revolución comenzó a potenciar el presidencialismo y a revertir la descentralización, la bandera que izamos en los años noventa, con el fin de salvar la democracia y dejar atrás la tendencia histórica de 150 años de reducción y vaciamiento de las competencias de los Estados.
Acusada de ser un proceso peligroso y desintegrador, la descentralización es desmantelada para dar paso a un régimen sin contrapeso alguno y que descansa en la más perjudicial concentración de poder. El Gobernador de cada Estado, en extremo subordinado a Caracas, terminó quedando como jarrón chino divorciado de los ciudadanos bajo su administración. El ejercicio de la democracia participativa se pulveriza en razón del improvisado montaje del Estado Comunal del Socialismo del Siglo XXI, a partir de formas organizativas en inevitable descomposición: consejos comunales, comunas, unidades productivas socialistas, empresas expropiadas, etc.
Ante el caos resultante, la patria de la provincia clama por Gobernadores demócratas, que enfrenten el autoritarismo, la hegemonía de las decisiones y la reproducción de los males propios de la dedocracia. Los ciudadanos ya han comprendido lo que significa apostar por individuos culpables de la reproducción de flagelos propios de un modelo que, al empobrecer los niveles de democracia, nos retrotraen a la Venezuela del siglo XIX: corrupción, ineficiencia, compadrazgo, formación de tribus, miseria.
En respuesta a ese clamor, deberíamos emprender una cruzada desde la patria de la provincia. Deberíamos empujar un movimiento de presión que, teniendo como eje a los partidos políticos y como fortaleza a la sociedad civil, se plantee articular plataformas sociales dinámicas, plurales e incluyentes que busquen conquistar el corazón de la gente y canalizar las expectativas de cambio, despertando la esperanza en la construcción de un sistema democrático genuinamente sustentado en el poder de los gobernadores.
Los resultados electorales del 6D 2015 pusieron en evidencia la existencia de reservas democráticas que se pueden multiplicar, si la cruzada es encausada conforme a una agenda dirigida a evocar las bondades de contar con un Gobernador comprometido con sus responsabilidades y dispuesto a luchar para que se retome el detenido y revertido proceso de transferencias de competencias desde Ejecutivo Nacional hacia los Estados.
La agenda ha de exaltar las justas reivindicaciones a obtener si, por ejemplo, les devolviéramos a los Estados la administración de las carreteras, autopistas, puertos y aeropuertos, funciones que, además de importantes fuentes de ingreso, son de la "competencia exclusiva" de los Estados, según reza en el artículo 164 de la Carta Magna. También ha de hacer valer el artículo 157 de la misma Constitución:La Asamblea Nacional, por mayoría de sus integrantes, podrá atribuir a los Municipios o a los Estados determinadas materias de la competencia nacional, a fin de promover la descentralización”. Es decir, podríamos poner a la gente a soñar con la eficiente prestación de un sinnúmero de servicios perversamente concentrados por el Poder Nacional, si logramos pasarlos a manos de los Estados: obras públicas, administración de riesgos y urgencias, políticas de sanidad, vivienda, ambiente, turismo y ordenación del territorio, políticas y servicios de salud y educación o régimen de servicios públicos domiciliarios, en especial, electricidad, agua potable, y gas.
Con una cruzada que desde la patria de la provincia abogue por la descentralización, ganaríamos el músculo necesario para exigir ante el CNE el cumplimiento de las ya vencidas elecciones regionales. Si comenzamos con la celebración de primarias para la escogencia de candidatos y no olvidamos que no es posible cerrarle el paso a un pueblo que quiere elegir, la cruzada cristalizaría en un invencible enjambre, conscientemente organizado y diseminado cual polvo transportado por brisas libertarias a lo largo y ancho de la geografía de cada Estado.
1 febrero 2017

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