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Opinión

Diciembre es un mes de nostalgias. Mucho más en Venezuela, país en el que ya más de dos millones de padres, madres, hermanos, esposos y esposas, hijos y amigos nos han dejado en los últimos años para probar suerte en otras tierras, llevados a ello por el miedo a terminar en la cárcel por alzar su voz contra el oprobio dominante, por la inseguridad, por la grave situación económica que padecemos o sencillamente por sus razones y motivos personales, que tan válidos son en y para ellos, los que se van, como en nosotros y para nosotros, los que nos quedamos.
Mucho se ha escrito sobre la diáspora venezolana, sobre las vicisitudes del exilio voluntario o forzado, sobre la tristeza de la ausencia, sobre la melancolía, los esfuerzos y los afanes de quienes optaron por despedirse dejándonos como testimonio la imagen de sus pasos sobre la “Cromointerferencia de color aditivo” de Cruz Diez, en Maiquetía. Y todo eso está muy bien, pues cierto es que decidirse a empezar desde cero en tierras ajenas requiere de muchos sacrificios y de mucho coraje, pero esa no es la única cara de la moneda. Artículos, poemas y hasta libros enteros se han dedicado a registrar las penas y las alegrías de los venezolanos en el exilio, pero poco se dice de los que acá seguimos, y muchas veces lo que se dice o se escribe viene teñido de incomprensión o se presenta cubierto bajo el halo de la condescendencia, nacida de una postura no siempre positiva, a veces hasta de reproche, como si mantenerse por propia voluntad en la tierra que nos vio nacer, y luchar en ella por ella, fuese, dadas las circunstancias, una estupidez o un acto de insalvable locura.
Pero no es ni una cosa ni la otra. Es un acto de amor y de valentía como pocos, y como tal merece ser reconocido. Por eso he querido dedicar mi última entrega de este año a quienes han decidido, pese a las adversidades, arrostrar esta tormenta desde adentro, sin soltar el timón de este navío, que no desde otras costas u orillas. Ello, sin hacer distinciones maniqueas entre los que estamos y los que no están, sin demeritar ninguna decisión personal, y partiendo de la base, que a veces se nos olvida, de que ciudadanos de este país somos todos, independientemente del lugar en el que nos encontremos, y de que tan válida es la pelea y los esfuerzos de los unos, de los que se fueron, como de los otros, los que nos quedamos.
Aquí estamos, tú y yo, que nos quedamos. Buscando la manera de que diciembre no nos pase por debajo de la mesa, tratando de hallar paz, tranquilidad y alegría en un espacio en el que el poder se ha encargado sistemáticamente de dinamitarlas, tratando de que nuestros hijos se mantengan lo más al margen posible de las oscuridades que nos rodean y de que, como nosotros lo aprendimos en su momento, ellos también aprendan a amar a Venezuela, sirviéndonos para ello de la magia que aún guarda, especialmente en esa naturaleza indomable que se mantiene ajena a los desatinos humanos y que ha permanecido intacta ante los ataques de aquellos que la ven sólo como un tesoro para dilapidar a placer. Nos contentamos con poco, con menos hallacas, pero hallacas al fin, con nuevas y creativas recetas de ensalada de gallina que no involucren mayonesa, que no se consigue o se consigue carísima, con un pan de jamón que no se parece mucho al que disfrutábamos cuando muchachos, pero que monta el paro, y con el pernil que podamos hallar en cualquier oportunidad. El arbolito es un lujo, pero no va a faltar en casa, así que ya no compramos aquel que rozaba nuestro techo sino uno más modesto, pero el cariño con el que se lo decora es el mismo. Si aún más pequeño, resulta demasiado costoso, nos las arreglamos con un pesebre viejo que desengavetamos o con cualquier otra idea imaginativa que, sobre todo a los ojos de los pequeños, nos recuerde la importancia de estas fiestas y que, pese a la dura cotidianidad, hay símbolos y costumbres que nos trascienden y que nos unen con hilos que ningún abuso puede cortar.
Quizás ya no vamos como antes al estadio a ponerle el alma a nuestro equipo favorito, pues el convite cuesta y significa mucho más de lo que antes costaba y significaba para nuestro presupuesto, y además siempre está sobre el tapete el miedo a que algún malandro te desgracie la vida en la salida, pero seguimos de cerca la temporada y no dejamos de chalequearnos cuando toca. Es parte de nuestra idiosincrasia y contra eso nadie puede. Además, eso nos devuelve a aquellos tiempos mejores, que tenlo por seguro, regresarán, en los que salir de noche era lo normal y seguro, en los que nuestras diferencias no pasaban de las de ser fanático de uno o de otro equipo, sin que eso supusiera enemistad ni odio contra nadie. Es verdad, antes de la llegada al poder de esta tragedia que se llama chavismo había exclusión y desigualdades, pero los venezolanos, contra lo que cuenta la falsa “leyenda negra” que inventan quienes no quieren aceptar que antes Venezuela era mucho mejor que ahora, siempre encontrábamos los espacios para igualarnos, para crecer unidos y para tratarnos todos como hermanos, y esta crisis nos ha servido para recordárnoslo. A final de cuentas de un barco no se puede hundir solo un pedazo, o se hunde completo o no se hunde, y hoy por hoy son muy pocos los que no se han dado cuenta de que para salir de esta pesadilla debemos ponernos de acuerdo todos, sin distinciones, pues el mal de uno es a la vez el mal de todos.
Estaremos también pensando en enero y en sus dificultades. Tomaremos las previsiones del caso y alistaremos nuestras herramientas de lucha y de supervivencia, pero lo haremos porque en lo más recóndito de nuestro ser guardamos la firme convicción de que no le vamos conceder tregua ni le vamos a dar el gusto de la rendición, a quienes quieren arrebatarnos el hogar, la patria, que nos vio nacer y crecer.
Son simples ejemplos cercanos de lo que implica vivir así, sobrevivir así, hoy en Venezuela. Pero también demuestran compromiso, imaginación y coraje, no irresponsabilidad ni locura.
Hoy en la noche, ya pasadas las campanadas y el alboroto, quizás encenderás un cigarrillo y te permitirás el lujo de servirte un trago de aquella botella que te quedó de tiempos mejores. Verás a tus pequeños dormir y pensarás de nuevo, pues es lógica la duda, si vale la pena o no seguir acá, en esta guerra que por momentos luce perdida. Pero estás hecho de madera fina, no lo olvides. Tu voz es la de la selva profunda, la de la mar infinita, la de las cumbres altas y ominosas, y retumba e ilumina como el Catatumbo. Por tus venas corre la sangre de Libertadores, no la de “hombres nuevos” que no son sino invento de quienes quieren, para esclavizarte, hacerte olvidar quién eres y de dónde vienes. Deléitate entonces unos minutos en las estrellas que nos regale la primera madrugada de 2017 y confirma en ellas que, para seguir acá, y para mantener tu fe en nuestra tierra, hay que estar hecho del material especial y luminoso con el que se construye la verdadera valentía. Esa es tu virtud y tu fuerza.
Y tenlo por seguro, pues la historia lo demuestra, que este mal no durará mucho más. Es, como todo en la vida, pasajero, y aunque no lo parezca a veces, todo indica que ya va de salida. No será fácil, pero quizás mucho más pronto de lo que la dura desesperanza y el miedo inducido a veces nos impulsan a creer, tendrás la dicha, el honor y orgullo de contemplar desde tu tierra, desde tu hogar, al que defendiste desde esta trinchera sin haber claudicado, nuestro primer amanecer en libertad en mucho tiempo. Ver salir, desde Venezuela, desde tu casa, como se verá más pronto de lo que se cree, el primer sol venezolano libre, sin miedo, botas, gases ni balas que lo oscurezcan, hecho de oportunidades y de sueños por cumplir, es un privilegio al que no estamos dispuestos a renunciar, porque lo hemos bregado y lo seguiremos bregando en cada espacio que se preste para ello. Por eso mi brindis de hoy es para ti, que sigues aquí.
Lo mereces.
@HimiobSantome
Fuente: https://www.lapatilla.com/site/2017/01/01/gonzalo-himiob-santome-para-ti...

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Todos los allí presentes, expresaron en sus opiniones la necesidad que tiene el deporte de superar las insuficiencias de todo tipo que prevalecieron durante el año que finaliza y que a pesar de haber sido denunciadas en diferentes oportunidades todavía no han sido resueltas. Por ello, estaban de acuerdo en mantener una actitud crítica y no complaciente frente a las autoridades gubernamentales del sector deportivo.
Luego de los abrazos y felicitaciones por la llegada del año nuevo, los atletas, entrenadores y dirigentes deportivos que se encontraban en los pasillos del Instituto Nacional de Deporte, comenzaron a intercambiar opiniones sobre las aspiraciones o deseos para el 2017.
Recordaron en sus diálogos, que al comienzo del año, concretamente el 6 de enero, se celebra la tradicional “Misa del Deporte” en la iglesia de La Pastora en Caracas y esa era una inmejorable oportunidad para dar a conocer los problemas que atraviesa el deporte y exigir la solución de los mismos. La aceptación del planteamiento fue unánime y de inmediato procedieron a elaborar lo que pudiera llamarse “un censo de problemas” por cada sector de los que hacen vida en la actividad deportiva.
También, acordaron que la acción que iban a realizar, en ningún momento podía entorpecer el desarrollo de la eucaristía, por el contrario, la Oración de los Fieles pasaría a ser una expresión solidaria de denuncias y reclamos del deporte venezolano.
Al cabo de un rato, representantes por cada uno de los sectores tomaron la palabra para expresar su problemática y sus aspiraciones reivindicativas:
ATLETAS: acabar con la discriminación política ideológica que rige en los programas de asistencia social.
ENTRENADORES: respeto al derecho de sindicalización de los trabajadores y a la normativa laboral mediante la discusión y aprobación de los contratos colectivos. Rechazamos “La tercerización” de nuestra labor ya que la misma representa ser tratados como esclavos sin derechos sociales. Exigimos de las autoridades del IND y el Ministerio del Deporte el respeto al derecho constitucional que establece “A igual trabajo igual salario” no puede continuar la discriminación laboral del entrenador criollo frente al extranjero.
DIRIGENTES: que las elecciones se realicen respetando la autonomía de las federaciones sin la intervención y amenazas del ministerio del deporte. Reclamar de la Asamblea Nacional la inmediata reforma de La Ley Orgánica del Deporte para impulsar la descentralización del sector y los programas deportivos. Igualmente, el establecimiento de responsabilidades en los casos de corrupción que han sido denunciados en reiteradas oportunidades. Restablecer el cronograma Bi-anual de los Juegos Deportivos Nacionales y restituir al directorio del IND el manejo del Fondo Nacional del Deporte. Acabar con la militarización de los Juegos Universitarios.
EMPLEADOS: acabar con el nepotismo que impera en el IND.
OBREROS: un aumento salarial indexado a la inflación y la incorporación al salario integral de las bonificaciones.
JUBILADOS Y PENSIONADOS DEL IND: respeto a sus derechos laborales con la implementación inmediata de la Homologación de Sueldos y Salarios Aumento de la cobertura del seguro HCM. Mejora significativa en las bonificaciones por concepto de transporte, alimentación, medicinas y becas para los hijos. Inmediata incorporación de los entrenadores que siguen fuera del sistema de pensiones del IVSS.
Al finalizar el censo de problemas, sin proponérselos, todos al unísono unieron sus voces para exclamar “Te lo pedimos Señor” y sellaron su compromiso solidario de asistir a la Misa del Deporte.

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La política exterior estadounidense está en una encrucijada. Desde su nacimiento en 1789, Estados Unidos siempre fue una potencia en expansión. En el siglo XIX se abrió camino a través de Norteamérica, y en la segunda mitad del siglo XX obtuvo el predominio mundial. Pero ahora, frente al ascenso de China, el dinamismo de la India, el crecimiento poblacional y la activación económica en África, la negativa de Rusia a inclinarse ante sus deseos, su propia incapacidad de controlar lo que sucede en Medio Oriente y la determinación de América latina de ser libre de su hegemonía de facto, el poder de Estados Unidos encontró su límite.
Se abren ante Estados Unidos dos caminos: uno es la cooperación internacional. El otro, responder a la frustración de las ambiciones con una explosión de militarismo. El futuro de Estados Unidos, y el del mundo, dependen de esta elección.
La cooperación internacional es doblemente vital. Sólo la cooperación puede engendrar paz y evitar una nueva carrera armamentista (inútil, peligrosa y, en definitiva, exorbitantemente costosa), que esta vez incluirá armas cibernéticas, espaciales y nucleares de próxima generación. Y sólo la cooperación permitirá a la humanidad enfrentar una serie de desafíos planetarios urgentes, que incluyen la destrucción de la biodiversidad, el envenenamiento de los océanos y la amenaza que supone el calentamiento global para el suministro de alimentos, las vastas zonas áridas y las densamente pobladas regiones costeras del mundo.
Pero la cooperación internacional implica voluntad de alcanzar acuerdos con otros países, no la mera imposición de exigencias unilaterales. Y Estados Unidos está acostumbrado a exigir, no a negociar acuerdos. Cuando un estado considera que el predominio es su destino (como ocurrió con la antigua Roma, el “Reino del Medio” chino hace siglos, el Imperio Británico entre 1750 y 1950, y Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial), la búsqueda de acuerdos no suele formar parte de su vocabulario político. Como expresó sucintamente el expresidente George Bush (hijo): “Los que no están con nosotros, están contra nosotros”.
No sorprende que a Estados Unidos le cueste aceptar los claros límites que el mundo le presenta. Después de la Guerra Fría, esperaba que Rusia se adaptaría al nuevo orden, pero el presidente Vladimir Putin no accedió. Y en vez de crear estabilidad según los deseos de Estados Unidos, sus guerras (declaradas y encubiertas) en Afganistán, Irak, Siria, Libia, Sudán del Sur y otras partes iniciaron un incendio que hoy se extiende por todo Medio Oriente y el norte de África.
Se suponía que China mostraría gratitud y deferencia a los Estados Unidos por el derecho de recuperarse de 150 años de maltratos por parte de las potencias imperiales occidentales y Japón. En vez de eso, China tiene el tupé de pensar que es una potencia asiática con responsabilidades propias.
Hay una razón fundamental para estos límites. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era la única gran potencia que la guerra no había destruido. Iba a la cabeza del mundo en ciencia, tecnología e infraestructura. Representaba tal vez el 30% de la economía mundial y estaba a la vanguardia en todas las tecnologías avanzadas. Organizó el orden internacional de posguerra: las Naciones Unidas, las instituciones de Bretton Woods, el Plan Marshall, la reconstrucción de Japón, etc.
Al amparo de ese orden, el resto del mundo logró cerrar gran parte de la inmensa brecha tecnológica, educativa y de infraestructura que lo separaba de Estados Unidos. Como dicen los economistas, el crecimiento global ha sido “convergente”, es decir, los países más pobres se fueron poniendo a la par de los más ricos. La proporción que Estados Unidos representa de la economía mundial disminuyó más o menos a la mitad (hoy es alrededor del 16%). La economía de China hoy es más grande en términos absolutos que la de Estados Unidos (aunque en cifras per cápita, solamente es su cuarta parte).
Esta convergencia no fue una maniobra artera contra Estados Unidos o a costa suya. Fue una cuestión de economía básica: la paz, el comercio internacional y el flujo mundial de ideas dan a los países más pobres ocasión de progresar. Esta tendencia merece nuestro aplauso, no nuestro rechazo.
Pero cuando la mentalidad del líder mundial es de dominio, el resultado del crecimiento convergente le parecerá amenazante; así lo ven muchos “estrategas de seguridad” estadounidenses. De pronto, el libre comercio por el que tanto abogó Estados Unidos parece una terrible amenaza a la continuidad de su dominio. Los agoreros proclaman la necesidad de cerrarse al ingreso de bienes y empresas chinos, con el argumento de que el comercio internacional es en sí mismo causa de debilitamiento de la supremacía estadounidense.
Uno de mis ex colegas en Harvard e importante diplomático estadounidense, Robert Blackwill, y un ex asesor del Departamento de Estado, Ashley Tellis, expresaron su inquietud en un informe publicado el año pasado. Según señalan, Estados Unidos siempre siguió una estrategia general “centrada en obtener y conservar un poder predominante sobre diversos rivales”; y “la primacía debería seguir siendo el objetivo central de la estrategia general de Estados Unidos en el siglo XXI”. Pero “el ascenso de China ya ha creado desafíos geopolíticos, militares, económicos e ideológicos al poder de Estados Unidos, a sus aliados y al orden internacional dominado por Estados Unidos. El avance futuro de China, aunque tenga altibajos, afectará todavía más los intereses nacionales de Estados Unidos”.
Postura con la que coincide Peter Navarro, recién designado asesor en temas de comercio internacional por el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump. El año pasado, refiriéndose a Estados Unidos y sus aliados, escribió: “Cada vez que compramos productos hechos en China, estamos ayudando como consumidores a financiar el desarrollo militar chino, que puede terminar usado en contra de nuestros países”.
Con sólo el 4,4% de la población del planeta y una cuota cada vez menor de la producción mundial, Estados Unidos puede tratar de aferrarse a la ilusión de dominio global, mediante una nueva carrera armamentista y políticas comerciales proteccionistas. Si lo hace, unirá a todo el mundo contra su arrogancia y su nueva amenaza militar. Más temprano que tarde, Estados Unidos provocará su propia ruina, en un ejemplo clásico de “hybris imperial”.
El único camino sensato que puede tomar Estados Unidos es una cooperación global vigorosa y abierta que permita hacer realidad el potencial de la ciencia y la tecnología del siglo XXI para eliminar la pobreza, la enfermedad y los peligros medioambientales. Un mundo multipolar puede ser estable, próspero y seguro. El ascenso de una diversidad de potencias regionales no es una amenaza para los Estados Unidos, sino una oportunidad de lograr una nueva era de prosperidad y modelos constructivos de solución de problemas.
Profesor de Desarrollo Sostenible y de Políticas y Manejo de la Salud, Director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia.
Diciembre 29, 2016
Traducción: Esteban Flamini
https://www.project-syndicate.org/commentary/multipolar-world-faces-american-resistance-by-jeffrey-d-sachs-2016-12/spanish

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La Asamblea Nacional en dos oportunidades durante este año 2016 elevó su voz institucional exigiendo seguridad alimentaria.
El primero de esos Acuerdos fue aprobado el 11 de febrero de 2016 con el título Acuerdo mediante el cual se declara crisis humanitaria e inexistencia de Seguridad Alimentaria de la Población Venezolana.
El segundo fue aprobado el 21 de julio de 2016 bajo el título Acuerdo de condena de la represión política y de la violación de los derechos humanos, a propósito del ejercicio del derecho constitucional a la protesta por el hambre y la escasez de alimentos.
En ambos documentos se pueden encontrar elementos que claramente pueden valorarse a la hora de debatir sobre la responsabilidad política del Presidente Nicolás Maduro.
En el primer Acuerdo se hacen tres importantes denuncias, a saber:
Se cuestiona al Banco Central de Venezuela por suplantar las cifras de escasez de alimento con unas de acaparamiento, ubicándolas en 87%, sin mayores explicaciones en su informe del 15 de enero de 2016.
Se alerta que los controles de precios y la política cambiaria ha generado distorsiones en los precios de la materia prima, insumos y productos terminados, en cadenas agrícolas y agroindustriales, afectando el acceso y disponibilidad de la población a los alimentos.
Se acusa al incremento de importación de alimentos y materias primas en detrimento de la producción nacional para el período 2013-2015. Importaciones que en gran medida estaban cimentadas en la renta petrolera.
En el Segundo se afirma:
La ausencia de disponibilidad suficiente y estable de productos alimenticios, lo que genera dificultades para el acceso oportuno y permanente a los mismos por parte de los venezolanos, lo cual es un hecho público y notorio.
Estas 4 razones llevaron a la Asamblea Nacional hacer 3 exigencias importantes de conocer y valorar para ponderar a través de las mismas la responsabilidad del gobierno nacional en materia de Seguridad Alimentaria:
Una primera exigencia va dirigida al Gobierno Nacional, para que en un lapso perentorio presente un Plan de Seguridad Alimentaria ante la Asamblea Nacional. Entre las medidas que se sugieren sea desarrollado por ese Plan se destacan:
Garantizar el abastecimiento de alimentos para el venezolano de manera inmediata, através del apego a la producción nacional y del uso de las divisas de la República en la importación de materias primas, insumos, agroquímicos, repuestos y maquinarias para la producción agrícola y de alimentos en Venezuela, expresado en un presupuesto de divisas.
Restablecer la confianza en la producción nacional, según los lineamientos establecidos en los artículos 299 y 305 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Eliminar los controles y trabas burocráticas innecesarias que perjudiquen la producción nacional agrícola y de alimentos, así como de insumos necesarios para la producción de los mismos.
Restablecer la seguridad jurídica y personal en la áreas rurales de la República; en concreto aquellas destinadas a impedir invasiones, abigeato, secuestros, hurto y robo de equipos agroindustriales, así como las que garanticen la seguridad para el transporte de alimentos e insumos.
Reorientar el presupuesto de la República hacia la inversión en ciencia y tecnología de producción nacional de alimentos.
Incrementar en el corto plazo la producción y eficiencia de las empresas del Estado en el sector de la producción y distribución de alimentos.
Incrementar los créditos al sector agropecuario así como aquellas destinadas a facilitar los seguros en estos rubros.
Incentivar la inversión privada en el medio rural, que incidan en la elevación de la producción de alimentos.
Realizar un catastro nacional de tierras rurales, que entregue títulos de propiedad a los predios de producción; así como se confeccione un inventario de los rubros convenientes por región, de acuerdo a la información científica verificable, factibilidad económica, estudios y capacitación de los productores.
Atender el problema de la falta de pago de la deuda comercial del sector agroindustrial privado con sus proveedores internacionales por importaciones hechas a través de los regímenes cambiarios administrados por la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) y el Centro Nacional de comercio Exterior (CENCOEX).
Requerir ayuda humanitaria a organismos internacionales tendentes a prevenir que se materialice la amenaza de hambruna descrita en los considerandos del presente Acuerdo
Una segunda exigencia va dirigida al Banco Central de Venezuela para la publicación periódica y detallada de las cifras sobre escasez de alimentos.
Una tercera exigencia va al Instituto Nacional de Estadística, así como al Instituto Nacional de Nutrición, para la publicación perentoria, periódica y actualizada de cifras relativas a la pobreza, esperanza de vida al nacer, tasa de mortalidad infantil, desnutrición infantil, disponibilidad energética en la dieta de los venezolanos, población con acceso a agua potable, índice nacional de precios al consumidor y costo de la canasta básica.
En ese primer Acuerdo la Asamblea Nacional asume dos compromisos calificados como urgentes:
Solicitar a través de la Comisión Permanente de Política Exterior, Soberanía e integración un informe escrito al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, el estado de los acuerdos celebrados en nombre de la República con potencias extranjeras sobre intercambio de alimentos por petróleo, transferenci a de tecnología alimentaria o asistencia de producción.
Solicitar a través de la Comisión Permanente de Administración y Servicios, al Ministerio del Poder Popular de Alimentación la presentación de un informe sobre el estado de las operaciones de la Corporación Venezolana de Alimentos, de todas las empresas del Estado o administradas por el mismo, dedicadas a la producción agrícola, de alimentos, y materias primas e insumos para estos sectores, de la superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria y la red de distribución pública de alimentos en general; los planes que aquel ministerio desarrolla y los indicadores que le sirven de base para su misión.
En el ámbito internacional, la Asamblea Nacional en su Acuerdo, solicitó apoyo a la Organicación de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) la evaluación de la situación de la seguridad alimentaria en Venezuela, y al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para evaluar la situación de la malnutrición infantil en Venezuela.
A través del segundo Acuerdo, del 21 de julio 2016, la Asamblea Nacional condenó y denunció al gobierno nacional por ordenar reprimir las manifestaciones de la población motivadas por la escasez y el hambre. Cuestionó que el Ejecutivo Nacional no haya adoptado medidas eficaces tendientes a garantizar la disponibilidad y el acceso efectivo de toda la población a los productos necesarios para alimentarse, así como para solventar la carestía de alimentos.
A través del Acuerdo la Asamblea Nacional reconoce que las protestas son el síntoma de una preocupante escasez que se hace insostenible para la población y denunció la irresponsabilidad del Ejecutivo Nacional de incumplir su obligación de desarrollar una política pública eficaz que garantice a todos el derecho humano al acceso y disponibilidad de los alimentos. Los diputados advierten en ese Acuerdo que el gobierno con su agresión y persecución política, como respuesta al problema de la protesta por desabastecimiento y escasez, lo que alimenta es la indignación y la conflictividad.
En ese segundo Acuerdo, la Asamblea Nacional cuestionó la incorporación de la Fuerza Armada Nacional Bolivarina en las actividades de distribución de alimentos e invitó a la Defensoría del Pueblo para que cumpla con su deber de velar por el efectivo respeto y garantía de los derecho a la vida, a una existencia digna, a la alimentación y a la manifestación pacífica.
En el primer Acuerdo se acusó el incremento de la importación de alimentos en detrimento de la producción nacional, en tal sentido y sobre esta materia específica, resulta oportuno valorar de qué forma la Ley sancionada el 30 de noviembre de 2016 denominada Ley para la Activación y Fortalecimiento de la Producción Nacional, contribuye a enfrentar ese incremento de importaciones mencionado al inicio de este párrafo.
Esa Ley sancionada aún no ha sido promulgada por el Presidente, pero tampoco ha sido declarada inconstitucional por el TSJ, pero su vigencia fue amenazada en marzo 2016 por el diputado Francisco Torrealba[1].
Por su parte el Presidente Maduro, públicamente señaló sobre ese proyecto de Ley el 26 de febrero 2016[2]:
“Creo que es la ley más vulgar que han presentado hasta ahora. Con esa Ley pretenden privatizar todas las empresas sociales, socialistas del Estado. Pretenden que yo le reconozca a la oligarquía una deuda de miles de millones de dólares, y que yo se la reconozca. Una deuda que no ha sido emitido por la República, imponérmela con ley. No saben con quién se están metiendo“.
Advirtió además, Maduro que él no aceptaba imposiciones de la Asamblea Nacional, y alertó que si la Ley fuere aprobada motivaría una rebelión popular, legítima y constitucional contra ella.
Lograr la Seguridad Alimentaria y poner fin al Hambre están contemplados como el Objetivo 2 de Desarrollo Sostenible 2030, y entre sus metas precisamente señala la meta de lograr asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente todo el año, en Venezuela, actualmente ¿se garantiza la alimentación en esos términos?.
¿Dónde queda en todo esta historia la responsabilidad política del Presidente Maduro?
21/12/2016
http://estado-ley-democracia.blogspot.com/2016/12/seguridad-alimentaria-...
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[1]El Naccional. Pedirán al TSJ nulidad de la Ley de Producción Nacional. 02/03/2016. Online en: http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/parlamento/pediran-al-tsj-nu...
[2]Notilogia.com. Maduro afirma que no aprobará Ley de Producción Nacional propuesta por la Asamblea Nacional. 26/02/2016. Online en: http://www.notilogia.com/2016/02/maduro-afirma-que-no-aprobara-ley-de-pr...

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En Venezuela en términos políticos e institucionales se ha producido, en el año que culmina, un cambio de calidad negativo, cual es la instauración de una neo dictadura. Fue la respuesta del régimen chavista a la pérdida de su condición de mayoría política y social que ya se venía observando y se materializó en los comicios parlamentarios de diciembre del 2015.
Padecemos la absoluta inobservancia de la Constitución mediante una brutal concentración del poder y las competencias y funciones del Estado en el Poder Ejecutivo. La fisiología del sistema, prescrita en la Constitución Nacional, está rota. Es lo que algunos llaman –todavía sin la insistencia y consistencia requerida– ruptura del hilo constitucional. La suspensión arbitraria e ilegal del referéndum revocatorio y la ¿posposición? sine die de cualquier proceso electoral fue la culminación del golpe de Estado por etapas iniciado el 7 de diciembre del 2015.
Hay gobierno incapaz de gestionar con acierto la pavorosa crisis económica y social en curso y decido a quedarse a todo evento cerrando las salidas pacíficas y constitucionales de la crisis: las consultas al pueblo o las negociadas.
Hago este largo introito para situar en su justo contexto el reto que tienen que afrontar las fuerzas de cambio democrático.
La unidad de las fuerzas democráticas en torno a la MUD ha sido sin duda un éxito, la perdida de la condición de fuerza hegemónica del chavismo se debe principalmente al fracaso de su proyecto y gestión gubernamental, pero también a la existencia de un frente opositor unido con capacidad de responder y recoger política y electoralmente el deslave del apoyo popular al régimen. Exactamente eso fue lo que se materializó el 6/12/2015.
La MUD de hoy -por cierto la única organización política democrática con personalidad jurídica, dato clave para lo que viene– no sirve para afrontar el nuevo cuadro político originado por la ruptura del orden constitucional y dar respuestas a la profundización de la crisis.
Para recobrar su papel de actor indispensable y clave en el impulso del cambio necesario tiene que sufrir un proceso de refundación y reingeniería para corregir y superar sus errores y carencias.
La MUD necesita contar con una política, una estrategia, un discurso, una praxis común concertada y compartida y last but no least con un centro dirigente sólido, cohesionado, representativo y con auctoritas.
El primer y más importante paso en ese proceso es que la dirigencia democrática tome conciencia real de que la unidad es indispensable para avanzar y está por encima de los intereses, objetivos y aspiraciones particulares de los partidos e individualidades. Otro paso importante es abrir canales de participación a otros sectores políticos y sociales de diversa procedencia y ámbito también adversarios del régimen.
La nueva coalición debe trascender su condición de coalición básicamente electoral y parlamentaria y convertirse en un proyecto real de poder con un programa consultado y compartido por una amplia mayoría nacional.
Lo ocurrido en Chile y Argentina cuando volvieron a la democracia puede darnos un ejemplo de lo que conviene hacer. En Chile los demócratas crearon la Concertación, un proyecto que no se agotaba con la vuelta a la democracia sino que incluía un plan a largo plazo para resolver los enormes problemas sociales y políticos derivados de la dictadura sin comprometer los avances macroeconómicos. Los argentinos crearon la Multipartidaria un frente destinado a desalojar del poder a los milicos y convocar elecciones. Ese frente feneció al día siguiente de las elecciones; no contenía ningún acuerdo más allá de la defensa del sistema en caso de riesgo de golpe militar. Ambas actitudes tuvieron un efecto directo en la situación futura de ambas naciones. Chile hoy avanza hacia el primer mundo y Argentina sigue presa de las rémoras del pasado que le impiden aprovechar todo su potencial.
El chavismo logró, a costa de sacrificar su precaria legitimidad democrática, impedir cualquier consulta electoral, lo cual es un precio muy alto, y ganar tiempo para imponer sus designios continuistas y llevarnos a unas supuestas elecciones presidenciales en el 2018 con todas las consecuencias negativas que eso implica para la vida del ciudadano común.
Sólo la crisis en aumento y una MUD repotenciada en los términos arriba señalados pueden impedir el éxito de los planes del régimen.
Caracas, 27 de diciembre de 2016

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Con voz propia
Esta navidad que conmemoramos, no celebramos, es colapsada por la política que impide los encuentros familiares. Estamos condenados al secuestro por un desgobierno que abusa de fuerza militar aliada con bandas de malandros. A la inseguridad y violencia que nos ubican en primer lugar suman unidad monetaria del régimen autodefinido de revolucionario socialista. La movilización se limita al extremo por costoso del transporte y por el riesgo. Ningún control en tarifas y menos para la tercera edad. Numerosos vehículos de propiedad privada están parados por falta de repuestos y los que logran salir se exponen al asalto.
Para psiquiatras se padece esquizofrenia colectiva provocada por medida monetaria, centrada en improvisada eliminación de unos Bs 6 mil millones de billete de cien, para lo cual se dio plazo de 3 días, que obligó al cambio y/o depósitos en bancos. Las colas de usuarios desesperados competían con la de mercados de escasos alimentos. La política circense llevó a cierre de fronteras con Colombia y Brasil, surtidoras de productos básicos incluidas medicinas. La situación se complicó con burla presidencial que reactivó el billete de Bs. 100 cuyo decomiso provocó esta deplorable crisis.
Al tiempo que aplicaba su comunista hegemonía comunicacional, ordenó encadenar a las obedientes radiodifusoras y televisoras privadas, desde su canal de salsa de Miraflores, Nicolás Maduro (NM) bailaba y anunciaba que se sentía “buchón” con recolección del 80% de esos billetes.
Surgió la reacción en todo el territorio, con más relevancia en los estados Anzoátegui, Barinas, Táchira, Trujillo, Monagas, Zulia, Carabobo, Aragua, Bolívar y Apure. En entidad del sur se registraron saqueos con lamentable saldo de 8 muertos por balas, uno de ellos de 15 años y 3 niños indígenas en explosión una granada. Numerosos son los heridos. En la zona mineras de El Callao y Sifontes donde se usa dinero en efectivo para transacciones, fueron nutridas las protestas, al igual que Ciudad Bolívar donde fueron saqueados Plumrosse y Polar. En Guasdualito (Apure) atacaron los 3 bancos. De más 430 presos entre ellos 20 menores, 300 son del estado Bolívar.
El Presidente de Colombia rechazó los comentarios del paisano NM, quien acusó a “mafias” del vecino país que operan en Cúcuta, que estaban detrás de un “golpe de Estado económico”.
“Con mentiras y ofensas no se resuelven crisis. No somos narcotraficantes, ni paramilitares ni lavadores de divisa, aquí no están los billetes que NM busca. La superinflación la tiene es él”, se oficializó en corrupción.
Varias naciones entre ellas EEUU y China, han alertado. Esta potencia pidió a la Cancillería "tomar en serio" la seguridad de los ciudadanos chinos y que llevaran a cabo "médicas efectivas" para su protección”, informó en rueda de prensa, el Embajador.
Más entristece a esta navidad el encarcelamiento y expatriación de venezolanos que se oponen a la neo dictadura militar condenada por instituciones internacionales como narco traficante de drogas.
Esperanzas se abrigan en que diputados dotados de plenos poderes subsanen la irresponsabilidad de no haber formado quorum en 36 sesiones del parlamento. Y que asuman la soberanía que le dio el pueblo con sus votos. Por ello pregonamos el tradicional mensaje de Feliz Navidad.
Al MARGEN: Necesario es recordar que pese a la absurda inclusión en la Constitución Nacional del uso de en el habla de expresiones como venezolanos y venezolanas, que la Real Academia Española las califica de latiguillo de lingüístico.
jordanalberto18@yahoo.com.

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Cuando nos despedimos de años signados por sucesos adversos, solemos decir que será mejor que queden en el olvido. Sin embargo, los reveses de este 2016 dejan algo bueno: lecciones que no deben ser olvidadas y que tendrían que ser estudiadas para no ser repetidas nunca más.
Para comenzar, recordaremos esta vuelta de la Tierra alrededor del Sol, como el año de la definitiva desinstitucionalización de Venezuela.
El cerco impuesto por los demás poderes alrededor de la Asamblea Nacional, definitivamente pinta a un gobierno que no quiere respetar la independencia de poderes. Ni puede ni sabe.
Recordemos que estos nuevos 12 meses arrancaron con una Asamblea Nacional renovada, donde el voto de quienes exigen un cambio se impuso y con una aplastante mayoría democrática que fue sencillamente inocultable.
Pero con el transcurrir de los días, hemos visto las más variadas e insólitas maniobras desde los demás poderes para descalificar, para amputar, para anular cualquier movimiento parlamentario que tienda hacia la recuperación de la democracia en Venezuela.
Desde el avasallamiento a diputados electos legítimamente hasta la violencia pura y dura en manos de grupos que no responden sino a la fuerza. Desde decisiones insólitas de los demás poderes hasta declaraciones ofensivas y desafiantes que indican que, al menos por parte del oficialismo, al día de hoy no hay manera de entenderse.
Jurisprudencia
Otro episodio reafirmó lo que decimos, y fue el escamoteo del referendo revocatorio presidencial, una figura presente en la Constitución Nacional y que ya una vez se activó en el pasado año 2004, por lo cual está revestida de lo que los estudiosos del derecho denominan la jurisprudencia.
No había forma sensata de que quienes hoy gobiernan se libraran de pasar por esta prueba de fuego que, en general, sirve para legitimar un gobierno; o en su defecto, para ponerle punto final si es esa la disposición popular.
Pero el referendo no se dio. Y el que calla, otorga. Obviamente, si quienes hoy ostentan el poder hubieran estado medianamente seguros de ganar, se hubiera convocado. Y la reiterada evasión de la misma reafirma que su certeza es exactamente la contraria.
Para bien o para mal, quedará en la historia de Venezuela la movilización para firmar solicitando el referendo en la que participaron numerosos ciudadanos; así como su sabotaje por todo tipo de fuerzas que convirtieron dicho proceso en un calvario, lo cual no fue obstáculo para que se reuniera un número de rúbricas muy superior al estimado.
A la lucha por el revocatorio la acompañaron movilizaciones ciudadanas de calle, que fueron multitudinarias y que dejaron una vez más desnudo al gobierno en lo que a su pérdida de popularidad se refiere.
Por si esto fuera poco, asistimos a la pulverización de nuestra economía, con una inflación que es una incógnita, ante la ausencia de datos oficiales de organismos encargados del asunto y que, cruzando cálculos de diversos organismos nacionales e internacionales, debe estar alrededor del 800%.
Por lo tanto, estos días serán recordados porque debíamos cargar con morrales de billetes para hacer la compra de alimentos, en cuya mínima presencia en los comercios ya es redundante abundar.
Inflación
Y si seguimos por la equivocada senda que transitamos, la inflación prevista para 2017 por el Fondo Monetario Internacional es superior al 1.600%.
El triste desempeño económico se remata con el retiro de los billetes de cien bolívares que puso a correr a todo el mundo, solamente para después enterarnos de que volvían a circular por unos días más.
A lo mejor, lo más triste de estos 365 días que se van, es el hecho de que la voluntad ciudadana ha sido atropellada de manera inclemente una y otra vez. La demostración de que para representativos funcionarios venezolanos la prioridad es mantenerse en el poder y no trabajar por el bienestar de todos.
Pensamos que lo más condenable es cómo se ha perdido el concepto de la calidad de vida. El errado sistema de gobierno que padecemos ha ido confiscando tajadas de bienestar a la gente, con una voracidad indignante.
Hoy por hoy, el venezolano promedio solamente se ocupa de sobrevivir. No hay forma ni manera de pensar en la realización personal, en estudios, en ejercer en la vida la vocación de cada quien. Mucho menos se puede pensar en una vivienda digna, en conformar la propia familia de manera independiente.
El tiempo se consume en buscar el sustento más elemental y en ello se diluye el legítimo deseo de crecer, de perfeccionarse, de ser mejor. Todo eso que, más allá que una aspiración, es un derecho.
No, no debemos olvidar. A punta de padecimientos, los venezolanos hemos construido un manual de cómo no debe comportarse un gobierno.
duzcategui06@gmail.com
Fuente: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/ano-para-olvidar_632987

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