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Opinión

Nicolás Maduro, debes saber que esto se acabó. La “revolución bolivariana”, si alguna vez existió, murió. Ese menjurje que ustedes llamaron “Socialismo del Siglo XXI” no tiene viabilidad económica, política ni social. Dependía de la renta petrolera que hoy se ha encogido irreversiblemente y no volverá a los niveles astronómicos de antes. Con las nuevas tecnologías de producción (fracking), no es previsible que el barril de crudo supere los $60. Y, con la destrucción del tejido económico de la nación, no hay cómo suplir las demandas de la población ni generar empleo bien remunerado.

Pero sobre todo, tu permanencia en la Presidencia de la República ha demostrado ser incompatible:

  1. Con el bienestar de los venezolanos porque tus políticas lo que producen es miseria y hambre, y te niegas a rectificarlas a pesar de los reiterados señalamientos de valiosos economistas y de otros profesionales sobre las medidas que deberían implementarse;
  2. Con la soberanía popular, consagrada en el artículo 5° de la Constitución, pues cerraste la vía electoral para que ella se expresase, cancelando el referendo revocatorio (art. 72) y las elecciones regionales que debieron haberse realizado en diciembre del año pasado;
  3. Con la democracia, porque has violentado sistemáticamente los derechos civiles y políticos que la sustentan, además de abolir las elecciones;
  4. Con la República, pues tu mandato se ampara en la destrucción de la autonomía y el equilibrio de poderes, base del ordenamiento republicano;
  5. Con la soberanía nacional, porque entregaste a los déspotas cubanos responsabilidades sensibles a la seguridad del país, hipotecaste recursos de la nación a China y a otros intereses foráneos;
  6. Con la decencia y probidad en la conducción de los asuntos públicos, pues has amparado las corruptelas más grandes que recuerda la historia del país y deliberadamente proteges a quienes han sido señalados de narcotráfico por la DEA;
  7. Con la dignidad que debe tener el ejercicio de tan alta magistratura, por tu ignorancia, tus improvisaciones y tus disparates, minando irremediablemente el respeto que deberían tener los venezolanos por quien ocupe esa investidura, así como tu ascendencia ante los tuyos;
  8. Con la venezolanidad, porque has pisoteado sus valores más sentidos: el amor por la vida, la libertad y la justicia, su convicción democrática y de respeto por los demás, y su vocación humanitaria;
  9. Con la paz, porque le has declarado la guerra al país, desatando la violencia militar y paramilitar contra la inmensa mayoría de venezolanos, quienes salen a protestar porque están hartos de ti;
  10. Con la vida y con los derechos inalienables del ser humano, aupando el asesinato de decenas de manifestantes desarmados, metiendo presos a opositores con expedientes falsificados, permitiendo la tortura a muchos detenidos, violentando los derechos de su defensa y condenando al grueso de la población a la indefensión ante el hampa, el hambre y el deterioro de los servicios públicos;
  11. Con el futuro, porque tu proyecto es reaccionario, primitivo y retrógrado. Le robaste toda esperanza a las nuevas generaciones, razón por la cual la juventud en pleno se ha alzado en tu contra.

Nicolás Maduro, hoy representas muerte y desolación. Llegó la hora de que negocies tu salida. Infelizmente, lo anterior constituye tu mejor carta, pues Venezuela está demasiado apesadumbrada con tanta matanza de inocentes y con tanta miseria por tu causa, y está dispuesta a encontrar vías expeditas para que te vayas de inmediato. ¡Ni un muerto más! Esto no significa impunidad. Lamentablemente, los juicios en tu contra por crímenes de lesa humanidad tomarán tiempo activarlos. Con suerte, podrás disfrutar de la fortuna que habrás amasado a expensas nuestras en Cuba o Zimbabue -mientras sigan vivos los ancianos déspotas que ahí controlan el poder- o cobijarte bajo el ala de regímenes corruptos como el de Bielorrusia o el de Putin.

No tienes salida. El 85% o más de la población venezolana te repudia y no descansará hasta verte ir. Nadie cree ya en tus discursos y tus promesas. Sabes que tu proyecto “socialista” no obedece a ningún fin redento -con lo que tanto te gustaba llenar la boca-, pero se sirve de tal impostura para esquilmar al país. El problema para ti y tus cómplices, es que también el pueblo se ha dado cuenta de ello. Y se convenció de que no habrá paz, seguridad, alegría y amor hasta tanto te vayas, porque es imposible convivir con quien ha demostrado, en el ejercicio de tan importante magistratura, que no le interesa ni sus vidas ni su bienestar, y que no está dispuesto a concertar con otras fuerzas las soluciones para superar los graves problemas en que los has metido. No hay vuelta atrás. Tienes al país paralizado.

No sigas engañándote huyendo hacia adelante. Es de necios pensar que una minoría que no pasa del 10% le impondrá reglas al resto del país a través de tu asamblea constituyente fascista. No nos lo calaremos. Prorrogar tu decreto írrito de Emergencia tampoco te ayuda, pues profundiza los mismos errores que llevaron a esta tragedia. Si quieres salir de un hueco, ¡no sigas cavando!

Sabes, de primera mano, del descontento de los militares. ¿Hasta cuándo crees que podrás contar con su anuencia o pasividad sembrando complicidades entre la alta oficialidad? ¿Hasta dónde confiar en que el G2 los tendrá controlados? ¿Hasta cuándo tolerarán los desmanes de tus colectivos fascistas? Tienen familia y amigos y no pueden ser indiferentes a lo que está pasando. Y saben que los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Los países del hemisferio te condenan y ni siquiera tus antiguos compinches de Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Cuba se les oye salir en tu defensa. Has convertido a Venezuela en un país cercado internacionalmente. Esto representa un problema de seguridad nacional, pues agrava su vulnerabilidad externa, tema al que no son ajenos los militares.

¿Hasta cuándo crees que podrás aplacar a tus facciosos comprando voluntades? Nadie te ofrecerá financiamiento externo mientras no conciertes con la Asamblea Nacional la autorización para ello y generes las condiciones y garantías económicas que lo hagan factible. Desgraciadamente, ni la inflación, ni el desabastecimiento, ni el empobrecimiento de la población, tendrán pausa mientras continúen tus políticas. Los CLAPs, tampoco alcanzarán. Por demás, son insostenibles si la renta no crece. Pero la producción petrolera está diezmada y sus precios no volverán a subir. Más allá de los estamentos corruptos de la fuerza armada y los malandros que has armado para matar estudiantes, no tienes apoyo.

Nicolás, se te está cerrando la ventana para tu salida. Tu apoyo se resquebraja. La jauría de mafiosos con quienes compartes el poder sólo te requieren como pararrayos, pero ahora que los reales no alcanzan, cada quien buscará salvar su pellejo. ¿Cuánto más crees que podrás mantenerte? ¿En qué condiciones? ¿Cuántas muertes más cobrarás en ese intento? ¿No te das cuenta que no puedes triunfar en tu guerra contra un país entero, que tientas un final como el de Mussolini y Clara Petacci, o Kadaffi?

Es tiempo que abras negociaciones con la directiva de la Asamblea Nacional.

Economista, profesor de la UCV.

humgarl@gmail.com

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Lleva al menos medio siglo escribiendo sobre este tema, el carácter social de la ciencia, tiempo en el que ha publicado treinta libros, varias decenas de artículos y dado quien sabe cuántas conferencias en varias partes del planeta. Un tema que, al principio de ese su medio siglo de afán, fue considerado como algo esotérico y seguramente inútil, en particular en países como los nuestros.

En ese entonces, la investigación era vista, principal, por no decir exclusivamente, como asunto de los científicos, vale decir, de físicos, químicos, biólogos, matemáticos y afines. Dentro de ese marco, su trabajo, siempre llevado a cabo en tono latinoamericano, formó parte de una corriente intelectual orientada a mostrar que la ciencia no solo incumbe al laboratorio, entendido éste como un espacio cerrado y neutral, impermeable a cualquier influencia proveniente del exterior, sino que tiene que ver, y mucho, con las condiciones que caracterizan su entorno. A mostrar, así pues, que la ciencia es también una construcción social, influenciada por valores e intereses de diversa índole y de consecuencias tanto negativas como positivas. A mostrar, en fin, que la generación, distribución y utilización de los conocimientos implican procesos marcados por la ideología, la política, la economía, la historia y la cultura, expresión de su estrechísima, complicada y hasta enrevesada conexión con la sociedad, cuyo análisis resulta absolutamente imprescindible, más aún en esta época rotulada por tan rápidas y radicales transformaciones en el área del desarrollo tecno científico, de enormes consecuencias en todos los planos de la vida humana.

Digo lo que anterior a propósito de Hebe Vessuri, antropóloga argentina de vínculos muy estrechos y duraderos con Venezuela, sobre todo, aunque no solo, por su larga permanencia en el Centro de Estudios para la Ciencia, ubicado en el IVIC, siendo éste el centro por excelencia de la investigación “dura” en nuestro país, ocurrencia de ese visionario que fue Marcel Roche. Hace pocos días la Society for Social Studies of Science y el Institute for Scientific Information le entregaron el premio John Bernal, creado en 1981, destinado a quienes hayan realizado una contribución relevante a nivel mundial en el campo de los estudios sociales de la ciencia.

En medio del ruido que genera la crisis que estruja al país no quería dejar pasar la ocasión para reconocer la importancia de la obra de la Profesora Vessuri, muy justamente distinguida por el galardón que obtuvo.

El Nacional, 17 de mayo de 2017

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José Rosario Delgado

Mi difunta madre, María Amparo González de Delgado (qepd), solía decir que “para algo tiene uno la jeta”; es decir, la boca es para uno expresarse y expresar las cosas que debe decir en el momento oportuno y sin tener que arrepentirse luego diciendo: “Cónchale, por qué no hablé”. Siempre ha sido mejor pedir perdón que pedir permiso, porque “después del ojo sacao no vale Santa Lucía”.

Por eso estas redes sociales son interesantes como un medio de expresión válido e importante para dejar en claro qué es lo que queremos expresando lo que sentimos algunas veces. Y si bien es cierto que uno es esclavo de lo que dice y amo de lo que calla, no es menos verdadero que el silencio en los actuales momentos es pecado capital, mortal, porque nadie puede permanecer indiferente ante una situación insoportable que acaba con la vida de los jóvenes en la calle y de los niños y los viejos en sus casas.

Aunque el término jeta no es el más apropiado para referirnos a la bocota que tenemos, forma parte de las palabras que llaman nuestra atención para oír, y ver, qué sucede a nuestro alrededor y, al parecer, aún no nos damos cuenta por estar metidos en otras cosas que quizás son muy importantes, pero que ahora no son tan urgentes; o sea, primero es lo primero, no hay vuelta atrás.

Por supuesto que no debemos ser imparciales entre el bien y el mal, y permanecer indiferentes ahora es permitir alcahuetamente el avance y el fortalecimiento de los indignos que hoy nos malgobiernan y cúyo fin único de las atrocidades que cometen y padecemos es mantenerse en el poder por el poder mismo a como dé lugar, a toda costa, pasando incluso, como en el pasado, por sobre los cadáveres de esos jóvenes estudiantes, artistas y trabajadores del presente que son nuestro futuro.

De modo que ante este infierno, imposible darle otro nombre a la grave situación que padecemos, debemos continuar la lucha en las calles; los que no tienen problemas de movilidad ni de movilización marchando paso a paso por el triunfo, que ya está muy cerca, y los que eventualmente carecemos de condiciones para andar los caminos del éxito, que se avecina, tenemos la boca, la palabra, la voz y lanzar nuestras proclamas a los cuatro vientos para que el mundo interior y exterior esté enterado de que nosotros seguimos manifestando y protestando es por la libertad y por la democracia, pues sin jetas no hay paraíso…

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Se agotan las palabras y los adjetivos para describir la catástrofe que ha producido el llamado “socialismo revolucionario” sobre Venezuela. Es difícil describir el daño inconmensurable y el sufrimiento que han padecido Venezuela y los venezolanos como consecuencia de esta presunta revolución: daño político, económico, social, moral y cultural.

No es extraño, por tanto, que la mayoría de los venezolanos nos pronunciemos a favor de un cambio de gobierno. Anhelamos un nuevo gobierno con características radicalmente distintas a las del actual gobierno.

Queremos un gobierno capaz de restaurar la democracia en nuestro país, la vigencia del Estado de derecho, el respeto a la Constitución, la libertad de los presos políticos, la reconciliación de los venezolanos y el establecimiento de un clima de respeto y armonía entre todos.

Un gobierno que sea capaz de resolver la terrible crisis económica que estamos sufriendo los venezolanos desde hace unos cuantos años. Crisis económica que se manifiesta en inflación, alto costo de la vida y desabastecimiento de alimentos y de medicinas. Crisis económica que resulta difícil de entender cuando se piensa en los inmensos recursos fiscales de los que dispuso el país cuando el petróleo subió a más de cien dólares por barril y cuando se reflexiona acerca del formidable potencial de recuperación que tiene la nación venezolana.

Un gobierno nuevo que atienda eficazmente el drama de la pobreza. Drama que afecta a la mayoría de las familias venezolanas, que se traduce en hambre y desesperación para la mayoría de los ciudadanos.

Ese nuevo gobierno debe ser un gobierno de unidad nacional, que cuente con la fuerza necesaria para poder tomar las medidas que deben tomarse para reactivar la economía.

Necesitamos un gobierno que nos permita recuperar el derecho a la esperanza, a confiar en un futuro mejor para nuestros hijos y para nuestro país. No queremos más violencia. No queremos más represión. Queremos construir entre todos un país del cual podamos sentirnos orgullosos todos.

Venezuela fue siempre un país de inmigración. Gente de las más variadas latitudes. Vinieron a Venezuela para encontrar oportunidades y futuro. Hoy, los nietos de aquellos inmigrantes están buscando la manera de emigrar de Venezuela, de buscar nuevas y esperanzadoras realidades.

¡Ya basta del mal gobierno! Es el momento de buscar entre todos la posibilidad de lograr un cambio pacífico, democrático y armonioso que abra las puertas para un futuro mejor. Otros países lo han logrado. Nosotros, los venezolanos, también veremos el amanecer de un nuevo gobierno y de una nueva esperanza.

EFernandezVE

Leer más en:
http://www.ifedec.com/category/articulos/eduardo-fernandez/
http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/gobierno-nuevo/

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En un trabajo de Luis Castro Leiva, El dilema octubrista, sobre la penúltima dictadura, se reproduce un diálogo entre dos dirigentes opositores al régimen, ambos luchando en la clandestinidad. Eran ellos Jorge Dáger, un importante dirigente de izquierda, y Antonio Pinto Salinas, secretario general de AD, asesinado más tarde por la Seguridad Nacional fingiendo un enfrentamiento (en honor a la verdad, aquí se ha fingido siempre). Según el relato, Pinto Salinas llegó al lugar en que se hallaba enconchado Jorge Dáger y lo primero que observó fue una pistola sobre la mesa, cosa que llamó la atención del dirigente adeco, pacifista a ultranza (lo llamaban “el apóstol de la no violencia”), quien le inquirió sobre el propósito del arma. Dáger respondió argumentando que la necesitaba para defenderse por si venían a matarlo. Se trabaron en una discusión sobre el uso de la violencia hasta que Pinto Salinas concluyó que, por su parte, había decidido no matar a toda costa, aunque ello implicase que tuviese que morir, porque —le dijo—: “amo la vida, la vida toda y no solo la mía”. El diálogo concluye con esta formidable frase de Pinto Salinas: “Veo con tristeza que es inútil discutir porque tú estás alienado: le tienes tanto miedo a morir que le has perdido el miedo a matar”.

Este diálogo no ha perdido ninguna actualidad en los difíciles tiempos que corren. La crueldad se ha instalado en Venezuela con la misma saña y dureza con que lo ha hecho en otros momentos álgidos de la historia. Cuando tendríamos que creer —ya en pleno siglo XXI— que los relatos de barbarie serían cosa del pasado, se tienen noticias de aberrantes atrocidades que ya no son cuentos que llegan de boca en boca, como en otros tiempos, sino que en esta época de tecnología e inmediatez se saben al instante, cuando no en vivo y directo. De tanto presenciar atrocidades y propiciarlas, se pierde la sensibilidad por el otro, por su dignidad. Los que murieron asesinados esta semana en Táchira, dos ciudadanos, uno de 33 y otro, un joven de 17 años y todos los asesinados, tenían sueños y esperanzas por un país diferente; buscaban vida, incluso para el autor de su muerte. Truncar la vida por medio de la violencia, aplicada con toda la intención criminal, es una aberración. Si esto lo hace quien está obligado a garantizarla, es crimen de lesa humanidad, porque la eternidad tardó millones de años en engendrarnos, civilizarnos a lo largo de siglos duros, de hambres y batallas, de dolores profundos, glaciaciones y fieras. Detrás de cada hombre está la humanidad toda, la historia toda. El que asesina, también se mata a sí mismo, aunque no lo sepa, porque mató al médico que ese niño pudo ser para hacer mejor al país, que es suyo también; al músico, al campesino que siembra lo que comemos —quizá la papa que se comió la semana pasada—. Toda vida es sagrada, toda vida debe ser preservada a toda costa.

Es arar en el mar pedirles a los personeros del régimen, que parecen vivir una especie de extraño caso de enajenamiento colectivo, que mediten sobre estas cosas trascendentes; el inmediatismo los ciega. Bolívar dio una definición de gobierno bastante sencilla: es aquel que produce la mayor suma de felicidad. Venezuela no está feliz. No es verdad, señores funcionarios, que aquí no está pasando nada. Un país se alzó contra el mal gobierno; la gente no aguanta más; hay desesperación, que es mala consejera. Destruir el país para someterlo no es buena idea. Reinar sobre ruinas y cadáveres no es una victoria. Nuestra historia ha acumulado demasiadas crueldades, una larga lista de atrocidades flotan en nuestra memoria colectiva como fantasmas. Están volviendo. Es lo razonable, lo justo y lo digno atajarlos, no invocarlos; menos auspiciarlos. Los venezolanos de esta hora nos sentimos atrapados y sin destino; el miedo a morir se está apoderando de todos y eso es muy malo. Porque, como decía Sun Tzu: “Colócalos en una situación de posible exterminio, y entonces lucharán para vivir. Ponles en peligro de muerte, y entonces sobrevivirán. Cuando las tropas afrontan peligros, son capaces de luchar para obtener la victoria”. A las pruebas me remito.

http://www.talcualdigital.com/Nota/142729/el-miedo-a-morir-por-laureano-...

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Asumimos que estos cuatro jóvenes aspiraban vivir en un país sin odios por razones políticas, respetuoso de los derechos humanos y con amplias posibilidades para desarrollar el potencial de cada quien para ser exitosos en la vida. En tiempos normales quizá se hubiesen encontrado en fiestas de amigos comunes, sin importar su tendencia política.

La vida les deparó un destino distinto. Miguel asesinado por un guardia nacional, Oriana grave en un hospital atropellada exprofeso por camioneta oficial. Lucía interpelada en Australia por culpa de la conducta de su padre y Daniela criticada por las redes sociales en retribución por los improperios de su progenitor.

Miguel y Oriana corrían graves riesgos cada vez que asistían a una protesta de los demócratas. Lucía y Daniela siempre estuvieron seguras, ya que jamás una marcha oficialista ha sido atacada por adversarios políticos y, mucho menos, por la Guardia Nacional, Policía Nacional o por paramilitares rojos.

Miguel Castillo Bracho tuvo la suerte de nacer en una familia con principios y valores, a la cual siempre he sentido muy cercana por amistad y lazos de parentesco político. Era un excelente ciudadano. Se graduó de comunicador social y tenía todo el potencial para ser un buen profesional. Un desalmado guardia nacional lo asesinó por salir a manifestar pacíficamente en contra del dictador Maduro.

Ese guardia cometió el asesinato no solo porque tiene mentalidad criminal, sino también incitado por sus jefes que predican odio y que los instan a cantar “Quisiera tener un puñal de acero para degollar a esos malditos guarimberos”. Además, en su Comando solo ven el canal oficial de televisión en el que, por instrucciones del ministro Ernesto Villegas, solo transmite mensajes de odio. Que descanse en paz este joven luchador demócrata que cayó abatido por desear un mejor país.

Oriana Wadsquier es una joven que estudia medicina. Fue gravemente herida por un conductor del Seguro Social acompañado de un sargento del ejército, ambos fanáticos que quieren acabar con quienes no comulgan con las ideas que les han inculcado sus superiores. Oriana está hospitalizada y su familia demanda medicinas que no se consiguen. Nuestros deseos de que se recupere y continúe con éxito sus estudios.

Lucía es una joven que decidió estudiar en Australia, al igual que muchos que hace años se formaron en el exterior gracias al programa Gran Mariscal de Ayacucho que estableció Carlos Andrés Pérez. Antes se becaba sin tomar en cuenta la afinidad política. Hoy solo los hijos de los rojiarcas tienen esa posibilidad. No sabemos si Lucía tiene o no beca. No fue insultada, ni impedida de circular. Solo le echaron en cara que por culpa de su padre están asesinando jóvenes y que como venezolana debe responder si conoce de esos hechos.

Su padre Jorge Rodríguez no ha podido superar el trauma del condenable asesinato de su progenitor, a quien se le achaca, entre otros, el delito de secuestro. A pesar de su profesión, el hijo optó por el rencor, el cual traduce en insultos y, peor aún, avala que sus compañeros revolucionarios asesinen, torturen y encarcelen a los demócratas. Lucía tuvo la mala suerte de nacer en un hogar en donde se impone el resentimiento y la venganza.

Daniela es cantante. Por las redes sociales recibe descalificaciones como consecuencia de los abusos de su padre Diosdado, quien miente, incita al odio y encubre a asesinos y torturadores. No tiene motivos para estar resentido. Su familia era adeca, participó en un golpe de estado que ocasionó numerosas muertes, pero sin embargo fue perdonado y pasó poco tiempo preso y en condiciones como corresponde y no como mantienen a Leopoldo, a Vasco Da Costa y a todos los presos políticos. Fue perdonado y le permitieron estudiar en el Politécnico de la Fuerza Armada. Sin embargo el hombre del mazo, el pithecanthropus, no pierde ocasión de insultar y avala todas las violaciones a los derechos humanos.

En el Viejo Testamento, Jehová dice "Yo pido cuentas a hijos, nietos y bisnietos por la maldad de sus padres", pero en una sociedad civilizada los hijos no deban cargar con los pecados de sus padres. Sin embargo, los jóvenes deben estar conscientes de que quien siembra vientos, cosecha tempestades. Lucía y Daniela son adultas y necesariamente conocen lo que sucede. Ojalá reflexionen como los hijos de Tarek Saab y, aunque sea en privado, hagan notar a sus padres el daño que causan.

Si queremos construir un mejor país y diferenciarnos de los rojos totalitarios, tenemos que evitar que el odio pase de una generación a la siguiente. Miguel y Oriana son solo dos casos de los muchos jóvenes asesinados, heridos, torturados y encarcelados por el régimen. Lucía y Daniela, al igual que otros hijos de jerarcas rojos, son víctimas del proceder de sus padres.

Como (había) en botica:

Tenemos la esperanza de que algunos que han sido altos funcionarios rojos manifiesten su repudio ante la represión masiva del régimen. Los sobornadores de Odebrecht pusieron en evidencia al sobornado Maduro. En "revolución" está prohibido suministrar cifras oficiales negativas. Por ello destituyeron a la ministra de Salud. El Ministerio Público debe imputar a quienes torturaron al general Vivas. Todos solidarios con Alfredo Ramos ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Jesús Elorza G.

En los miles de estadios de softball existentes en el país, el tema de conversación obligada no era lo relativo a los averages de bateo o a la posición que ocupaban los equipos en las distintas categorías, sino, la injerencia autocrática, ilegal y arbitraria del Instituto Nacional del Deporte y el Ministerio en el proceso electoral de la Federación Venezolana de Softball (FVS).

Jugadores, árbitros y delegados, en su tertulia recordaban que el pasado 13 de marzo de este año, las federaciones deportivas de Levantamiento de Pesas, Tiro, Atletismo, Baloncesto, Billar, Bolas Criollas, Boxeo, Ecuestre, Racquetball, Softballl, Tae Kwon Do, Tenis, Dominó, Kickinbol, Sumo, Kenpo, Kick boxing, Washu, Deportes Acuáticos y Voleibol decidieron oponerse democráticamente, mediante el uso de los instrumentos legales, al interponer un RECURSO DE RECONSIDERACIÓN, ante el directorio del Instituto Nacional de Deportes, contra la providencia administrativa N° 002/2017 aprobada en directorio del Instituto Nacional de Deportes de fecha 08 de febrero de 2017, que aún no ha sido publicada en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela de acuerdo a las formalidades prevista en el artículo 72 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.

Además, señalaban con toda propiedad, que es extemporáneo la aprobación de un reglamento que regule nuestros procesos electorales en vista que todos los estatutos fueron sancionados por asambleas, según lo previsto en la Ley Orgánica de Deportes, Actividad Física y Educación física en sus artículos 39 ordinales 1 y 4 así como por el artículo 49 ordinales 1, 2 y 3, entregados para su inscripción en el Registro Nacional de Deportes, Actividad física y Educación Física en su debida oportunidad legal, según lo consagrado en los artículos 31 ordinal 6 y 48 de la Ley Orgánica de Deporte, Actividad Física y Educación Física. En virtud de ello poseemos el certificado de registro y en su gran mayoría, nuestros estatutos están publicados en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela desde hace más de 4 años, basados en los cuales la mayoría de las federaciones deportivas han convocados sus procesos de elecciones.

Un reglamento electoral aprobado por el Directorio del IND violaría la autonomía administrativa de Las Organizaciones Sociales promotoras del deporte prevista en el ordinal 1 del artículo 39 de la Ley orgánica en la materia ya que esta norma le da potestad total a nuestras organizaciones para elegir y designar sus autoridades, con sujeción a lo dispuesto en la presente Ley y su Reglamento Número 1, así como sus estatutos y otros reglamentos. De tal manera que, en forma clara y precisa, nuestra legislación deportiva le otorga a las entidades deportivas las competencias suficientes y legales para que éstas adelanten sus propios procedimientos electorales.

Sin embargo, las autoridades deportivas haciendo caso omiso al recurso de reconsideración, procedieron en consecuencia a desconocer la elección de la Comisión Reorganizadora electa estatutariamente el sábado 01 de abril y procedieron el 9 de mayo en reunión del Directorio del IND a “Declarar procedente la solicitud de registro y reconocimiento de la Autoridad Provisional de una entidad paralela electa por representantes de asociaciones que no gozan de reconocimiento legal.

Este hecho, por demás ilegal y autocrático contó con el voto negativo, por las violaciones legales allí contenidas, de los representantes del Comité Olímpico Venezolano y el de las Federaciones Deportivas, Eduardo Álvarez y Marcos Oviedo. Quedando así en evidencia el favoritismo de las autoridades deportivas por la ilegal Comisión Paralela y la flagrante violación de la autonomía federativa.

Finalmente, llama la atención de la familia softbolística del país, la falsificación de la firma del Presidente del Comité Olímpico Venezolano en la referida publicación de la PROVIDENCIA ADMINISTRATIVA N° 010/2017 del IND, cuando de todos es conocido su voto negativo en el referido acto.

Toca ahora, con la solidaridad del caso, al Comité Olímpico declarar el reconocimiento a las autoridades electas el 01 de abril y a las autoridades federativas electas el sábado 13 de mayo en la ciudad de Valencia Estado Carabobo para el periodo 2017-2021 e informar a las autoridades olímpicas internacionales de este reconocimiento como legitimas representantes del softball venezolano en el ciclo olímpico de los Juegos Bolivarianos, Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos.

Además considerar, la convocatoria a una Asamblea General del Comité Olímpico Venezolano para proceder a una reforma estatutaria que establezca la “Prohibición de ser electos en cargos de dirección de las federaciones deportivas y el COV, a funcionarios de libre nombramiento y remoción en los organismos gubernamentales para el deporte” para de esa forma, acabar de raíz con la perversión gubernamental de apropiarse de forma totalitaria del sector deportivo federado.

La lucha continúa, no es un juego de pelota suave sino una dura gestión gubernamental que pretende acabar con la autonomía federativa.

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