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Carlos Raúl Hernández

Peste, cólera…

Carlos Raúl Hernández

“…el hermano se alejaba del hermano… y a menudo el marido de la mujer... hubo padres y madres que expusieron a sus hijos… y no los visitaron… el infortunio heló el corazón de los hombres”. Boccaccio (El Decamerón)

El comienzo de la Ilíada narra una epidemia (tifus) que masacraba a los guerreros griegos frente a las murallas de Troya. El poeta la concebía venganza de Apolo, porque Agamenón, rey de los griegos, humilló y causo un terrible dolor a su sacerdote Crises. Agamenón apasionado por Criseida (“va a envejecer a mi lado”), la hija del anciano, la secuestró y la hizo su amante.

Apolo estaba enfurecido, “parecido a la noche”, y “durante nueve días volaron las amargas saetas del dios… dirigidas a los hombres, y continuamente ardían muchas piras de cadáveres”. La Muerte Negra en la Edad Media, peste bubónica (hoy se cura con simple vibramicina), apareció en Europa procedente de Asia. Su aterrador origen inspira a Bram Stoker cinco siglos después para pintar de sombras la llegada de Drácula a Gran Bretaña.

Un barco mercante fantasma cargado de cadáveres descompuestos, atraca en Sicilia en 1347. Los marineros que aún agonizaban, tenían en las axilas y el vientre tumores oscuros que manaban sangre, pus y un hedor vomitivo. Como nadie sabía su origen ni qué la producía, inmediatamente se expandió por el territorio europeo. En la medida que la horrorosa mancha avanzaba por el continente, crecían los sentimientos de pánico, incertidumbre, desesperación e impotencia.

Pese a que en la cultura popular, el Flautista de Hamelin desde el siglo anterior describió las ratas como un enemigo, la población victimizada no las vinculó a ellas ni a las pulgas con el horror, potenciado por el desaseo en las costumbres. Arrasó las grandes ciudades europeas del siglo XIV de cien mil almas, poblacionalmente en este orden, París, Florencia, Venezia y Génova.

Miradas que matan
Luego le seguían las de cincuenta mil Hbs., Gante, Brujas, Milán, Bolonia, Roma, Nápoles y Palermo (de las once más importantes, ocho eran italianas) Demógrafos e historiadores piensan que treinta millones murieron, entre la mitad y dos tercios de la población europea. Como la estupidez política es eterna, recurrente, los escoceses “aprovecharon” la epidemia para atacar a Inglaterra que arrasó ambos contendientes.

Pese a la irreverente perspectiva de Boccaccio, quien vivió siempre entregado a las mujeres, cuyo libro inmortal narra las aventuras de un grupo de jóvenes que se refugian de la peste en un bucólico prado (“con pozos de agua fría y bodegas de vinos exquisitos”) dedicados al placer, el heroísmo de las órdenes religiosas hizo historia y de algunas murieron todos sus integrantes en ayuda a los enfermos, así como un tercio de los cardenales.

Se atribuyó a vahos venenosos de la tierra en los incendios, aguas podridas, conjunciones astrales. El contagio vendría de “mirar un enfermo” porque se trasmitía por “rayos que salen de los ojos”. Mientras las élites pensaban en Mercurio retrógrado y en su convergencia de fuerzas con Marte y Saturno, las masas populares atribuían la tragedia al castigo divino.

Así como Dios había querido eliminar al hombre con el Diluvio, Ira sagrada que solo Noé pudo mínimamente paliar, pensaban que este era el exterminio definitivo, penalidad por comer, bailar, fornicar, jugar apuestas, pero sobre todo por la avaricia, los placeres mundanos, la posesión de bienes, en síntesis, tal como ahora algunos enemigos de la sociedad impura.

Siempre Shilock
Según describe maravillosamente Bergman en El séptimo sello (1957) a la propagación de la muerte contribuyó la nueva forma de penitencia masiva de los flagelantes. Eran procesiones de cientos incluso miles de penitentes que marchaban semidesnudos de pueblo en pueblo, azotándose y ciliciados como acto purgatorio que imploraba perdón al Cielo y regaron la pestilencia. Pero al final, como siempre, la xenofobia y el odio ancestral por quien es diferente, tomó posesión.

Parece que en nuestra naturaleza está culpar a otros de tramar lo que nos pasa y surgió la conspiranoia. Y nadie más indicado en la Edad Media que los judíos para recibir la catarata de rencor y envidia, porque se dedicaban a las finanzas, al habérseles prohibido trabajar en la manufactura de bienes, y vivían con relativo bienestar material. Hasta Shakespeare los hará más tarde reos de cobrar deudas con carne del cuerpo del deudor.

Los acusaron de envenenar las aguar con la peste para provocarla. Y vino la oleada de progromos, expropiaciones, confesiones bajo tortura, y los que se salvaban de aquella, morían en manos de las turbas. A tal extremo que el Papa Clemente VI dictó una bula que prohibía saquearlos, matarlos o destruir sus casas sin juicio previo.

Gracias a la ciencia y la tecnología, la globalización y los organismos internacionales, la política moderna que conformó el Estado Social y Democrático de Derecho, el avance de las instituciones democráticas y la libertad de expresión, sabemos qué causa una epidemia, cuáles son los mecanismos para controlarla y hacemos lo necesario para ello. No estamos en la soledad ni la indefensión de los siglos anteriores. Los seres humanos nos tenemos unos a otros. El corazón no se heló, como creía Boccaccio.

@CarlosRaulHer

https://www.eluniversal.com/el-universal/66372/peste-colera

El regreso de Frankenstein

Carlos Raúl Hernández

A Chúo González quien lo sugirió

A comienzos del siglo XX, connotados estudiosos anunciaron la perversidad, decadencia y seguro fin de la sociedad abierta. Y ahora en pandemia, varios pensadores líquidos replantean la necia, vieja y falsa antagonía entre técnica y libertad, sociedad y automatización. Pensamiento líquido, porque se amolda al envase, al entorno cultural, categoría del últimamente muy comentado sociólogo Zygmunt Bauman. El marxismo post marxista es el frasco.

Parecía que la conseja de -tecnología-contra-la Humanidad, yacía en el cementerio de las futilidades, novelerismo de Hollywood y tema de apasionantes distopías, pero no conocimiento. Desde El gabinete del Dr. Caligari (Wiene:1929), Frankenstein (Whale:1931) y Metrópolis (Lang:1927), hasta 2001 Odisea del espacio (Kubrick: 1968), Terminator (Cameron:1984) y Matrix (Wachonsky: 1999).

El surcoreano-alemán Byung Chul Hal es autor de La sociedad del cansancio (2010), La agonía del eros (2012), La sociedad de la transparencia (2013), textos cuarteados de aporías. Ahora en un artículo rococó, sin entrada ni salida, sugiere que Asia es superior a las democracias frente al coronavirus, por la “herencia autoritaria de Confucio”. Es debatible cuánto lo fue el maestro, pero en todo caso no más que Platón y Aristóteles, y es alegre cargarle semejante peso.

Que “el autoritarismo lo hace mejor” es insostenible. El gobierno chino provocó la pandemia por su manejo politiquero, caótico y secretista del problema, tan malo como el norteamericano, que pese a ser democrático ocultó que la potencia letal del virus superaba a la gripe española de 1918. Así lo revela grabación del senador republicano que lo advirtió hace un mes a sus financistas. Asia es el autoritario Irán, tan bucéfalo ante la epidemia como la democrática Italia.

Totalitarismo de rostro humano
Y las viru-victoriosas Taiwan, Japón y Corea son sociedades libérrimas y prósperas, pese al parasit de cuestionar esta última. Sorprende que considere positivo que el gobierno chino maneje a su antojo la inimaginable, ciclópea, masa de información sobre su gente. No existe capacidad de procesamiento para centralizar la big data, pero en China el Estado usa la que le interese. Los gobiernos democráticos y las empresas apenas pueden picotear la información sobre los ciudadanos, atesorada en discos duros de servidores repartidos por millones y su manejo sometido a draconianos escrutinios.

Hay duras sanciones jurídicas y sociales por su uso ilegal. Facebook, carga una cicatriz por ello en el face, Hillary la derrota y Google una penalidad hoy en Europa. Para tener idea de lo que es la big data que se cuenta en zettabytes, si se imprimiera toda la información producida por la humanidad hasta 2015, podría construirse una torre de libros como el Empire State que llegaría hasta el sol. ¿Qué defiende Hal? Es un enredo insondable.

La llamada teoría crítica marxista, cuestionaba los medios porque imponían unidireccionalmente la ideología dominante que enajenaba a la gente. Hoy Hal fustiga el flujo multidireccional de información en las redes del mundo “neoliberal” (?), porque es tan amplio, biunívoco, continuo, abrumador, que le parece “pornográfico” y ahora el sujeto “se esclaviza a sí mismo”, porque la “transparencia” de las redes estimula el “narcisismo”, las ganas de hacerse ver, moralina más de Testigo de Jehová que de filósofo.

El libre flujo de ideas, opiniones, imágenes, obras, informaciones, dice, es una nueva forma de totalitarismo (esta vez “malo” a diferencia del control estatal chino, que es “bueno”). La vuelta al leninismo con kalé heideggeriano: la libertad de información es burguesa. Nuestro desconcierto aumenta porque a un verdugo de la “globalización neoliberal”, tampoco le gustan los cierres de tránsito y fronteras, que considera nacionalismo, aunque es decisión nada menos que de la OMS.

Tu teorizas, el practica
Eso es vivir y pensar caprichos y manías. Cita dos de sus colegas marxistas post marxistas. Una, Naomi Klein, cuya belleza no la exime de portar sin licencia uno de los cerebros más alocados, conspiranoides e imaginativos desde Lex Luthor y el Jocker. Ella naturalmente ve en el coronavirus el siniestro riesgo de crear un nuevo sistema neoliberal totalitario.

Y a Slavoj Zizeck, de mindset brillante, culto, carismático, agudo, con sentido del humor, hasta con un simpático libro de chistes y anécdotas. En París llenó una sala de 700 personas, pero como filósofo después hablamos. Su conclusión es previsible: la muerte del kapitalismoa. Según García Márquez, cada vez que alguien falla en billar una impelable jugada bola-a-bola, aquí va a pasar algo. Por cierto, cuenta Zizeck que en 2017 lo invitó el gobierno en un grupo de académicos, a visitar China

La attache resultó de una belleza mágica, inteligente y sensual, y él se dedicó a rozarla, hacer chistes sugerentes, halagarla, tomarla del brazo, durante quince días (candidato a las espulgueras de mi too). En la cena de despedida, ella contó que el mes anterior también había guiado al expresidente Clinton por varias ciudades. Ante el interés de los profesores por este personaje, ella comentó: “por cierto, Slavoj, Clinton y tú comparten el interés por el sexo. Solo que él lo hace”.

@CarlosRaulHer

La pandemia de los necios

Carlos Raúl Hernández

En las ciencias sociales las crisis sustituyen laboratorios y experimentos, y son por eso importantísimas en el estudio del comportamiento colectivo. Permiten observar a dirigidos y dirigentes de la escena pública, políticos, empresarios, iglesias, sindicalistas, influencers. Yehzekel Dror fue una figura mundial que creó para analizaras el concepto de sala situacional, aplicado hoy en muchas partes para enfrentar coyunturas críticas.

En una Maestría que cursamos con él, tarde en la noche, cuando estábamos cansados, con hambre y sueño, “convertía” el curso en “gabinete de guerra” para que supiéramos cómo era gobernar en crisis. Entonces planteaba como ejercicio un conflicto bélico-político que debíamos resolver divididos por equipos, en dos horas a base de café y cigarrillos.

Según nos dijo, él sabía que saldríamos mal en las pruebas, porque en nuestras decisiones simuladas –según explicaba- privaban las simpatías o antipatías ideológicas, el orgullo, la moral, las creencias, la adrenalina, la imprudencia -y el sueño- sobre la razón. Lo que quería enseñarnos el profesor Dror es que los líderes para serlo deben esforzarse por decidir más allá de esas emociones.

Tener como norte que el interés fundamental es ganar, aun desafiando los propios prejuicios y el rechazo momentáneo de quienes cuestionan nuestra posición, porque con el triunfo nacería popularidad perdurable. ¿Qué quiero? No era relevante si para obtenerlo había que amenazar, adular, fingir, maniobrar, siempre que condujeras una victoria. En la actual ola mundial de antipolítica y neopolítica por hundimiento de los partidos históricos, es útil examinar el debate sobre Covid-19.

Dos cepas letales

Aparecen los bloqueos emocionales para tomar decisiones de política pública y entenderlas. La conspiranoia, por ejemplo, pretende que los actores visibles son marionetas que manos negras manejan, y muy a pesar, tales cotilleos contagian la opinión pública. Una necedad “de derecha” asegura que la pandemia es operación vitanda, ejecutada perfectamente por China contra occidente. Esparcieron el virus a voluntad y crearon pánico financiero entre trasnacionales que operan allá.

Así lograron que se remataran acciones que el gobierno maquiavélicamente adquiriría. Descartando imaginarios planes demenciales o genocidas, el Estado chino actuó como las autocracias: quiso enterrar el virus en el silencio, dejó morir al médico que alertó, y su error expandió la epidemia. Pero igual tomó posteriormente medidas acertadas. Según la lógica de algunos zafios gobiernos de la antipolítica y neopolítica latinoamericana, los venezolanos estamos obligados a morir.

Nos toca purgar culpas de revolución y pagar con sangre el socialismo XXI. Eso cuadra con la lógica de esa excrecencia que defiende la tesis de que el hambre y las desgracias derrocarán al gobierno ¡Qué importa que la gente muera si mueren los chavistas! Aunque los planes antipandemia del gobierno lucen acertados y con nueva orientación solicita apoyo del FMI, la reacción primate es cuestionarlo y bloquearlo.

Al otro lado del Estigia de la necedad, los portadores de la cepa “izquierdista” dilaceran la sociedad abierta por cualquier razón, pese a que sabemos cuál es la génesis del desaguisado. Sería una torva conspiración “neoliberal” de Estados Unidos en la que están involucrados grandes laboratorios norteamericanos, y Trump, con el fin de vender medicinas y golpear a China. O que el virus lo diseminó Israel para vender luego la vacuna que al parecer tienen en camino.

Casi todos mal y bien

Se calla que el manejo más irresponsable ha sido el español, que pese a tener la información una semana antes no suspendió la marcha del 8M ni tomó medidas por politiquería revolucionaria. Las instituciones más calificadas, el Instituto de Virologia de España, las más importantes revistas científicas (Virology, The Lancet, Maldita Ciencia) descartan que la amenaza global sea producto de una manipulación. Pero el radicalismo no cesa de ignorantear.

Ante la preocupación de los mandatarios en preservar la economía, es decir, la comida y el empleo de la gente, se escribieron fulerías tales como que para el capitalismo (kapitalismoa) la economía es más importante que la vida. Boris Johnson, no globalista y poco liberal, al parecer entendió que “dejar correr” el virus para estimular la reacción inmunológica de la población, conducen a las tragedias italiana y española (la primera por ineptitud y la segunda por razones revolucionarias).

Pero la gafedad ideológica acusa su error de ser un impromptu neoliberal. Otros cerebros telarañosos, casas de debates fantasmas contra un supuesto “neoliberalismo” que solo existe ahí, ven en las medidas que se toman un debate entre Hayek y Keynes. Así las acciones gubernamentales no son correctas o incorrectas, sino liberales o intervencionistas y es eso lo que les daría o quitaría solvencia.

Se burlan de Macron por establecer un subsidio de guerra a la economía para frenar el paro que vendría con una recesión, pero lo descuartizan si no lo hace. Confiemos que el liderazgo se guíe por los consejos de Dror: que quienes gobiernan agoten la información técnica e histórica, consulten. Debatan y actúen fuera de climas emocionales envolventes. “No reclames cuando estás furioso. No prometas cuando estás feliz”.

@CarlosRaulHer

https://www.eluniversal.com/el-universal/64978/la-pandemia-de-los-necios

La conjura de los necios

Carlos Raúl Hernández

Un funcionario local declaró en estos días que el coronavirus es una farsa que el kapitalismoa rueda para “vender medicinas”, como en su momento las gripes porcina y aviar. Pese a la vox populi, COVID19 es una estremecedora amenaza global, y por ello la OMC la declaró pandemia, que no es poca cosa. Un análisis antikapitalista, sostiene que es una maniobra contra China. También que el Sida era un virus de probeta liberado por los grandes laboratorios para hacer superventas.

Hace unos años, el ojo avizor alertó que los gringos inventaron un dispositivo para inocular cáncer a los gobernantes poscomunistas latinoamericanos y el único que murió de los afectados, fue el que se trató en Cuba, por su fe en la medicina socialista. El caos en Venezuela durante el 27 y 28 de febrero 1989 fue organizado por unos demiurgos al servicio de Fidel Castro. En noviembre pasado, con mínimo centimetraje, supimos de una convención en Dallas de los Tierraplanistas, que sostienen lo que se supone.

Como la esencia de una secta es descubrir conspiraciones y enfrentarse a otra parecida, se odian a muerte con la Asociación de la Tierra Plana, que cuenta con 200.000 seguidores en Facebook, según aquellos un “parapeto de las corporaciones para desacreditarlos”. Durante los 80 la izquierda denunció que el FMI provocó la Crisis de la Deuda para apoderarse del Tercer Mundo, y la derecha, que Clinton utilizaba el FMI y el Banco Mundial para gobernar el mundo.

La CIA, Bush y el Mossad derrumbaron las Torres Gemelas para asaltar el petróleo iraquí y ningún avión cayó en el Pentágono, sino un misil lanzado por los propios americanos. En Teoría de la conspiración (Donner: 1997) Mel Gibson relata a Julia Roberts el proyecto HARP, instrumento capaz de provocar un terremoto en China para asesinar al Presidente. El talento criollo descubrió que los decodificadores son un sistema de espionaje del imperio.

Un 747 en cómodas cuotas
Carlos Andrés Pérez era uno de los hombres más ricos del mundo, dotado de una tarjeta con crédito suficiente para comprar un 747, aunque a su muerte la familia tuvo que hacer colecta para pagar los médicos. EEUU no llegó a la luna en 1969, y lo que vimos lo filmó Kubrick en estudio, como lo presenta la cinta Capricornio Uno (Hyams: 1978) y nada menos que James Bond en Los diamantes son eternos (Hamilton: 1971), atraviesa caminando el set donde se rodaba la farsa. La compañía Monsanto diseñó la semilla Terminator para arruinar los agricultores.

Cuando la conjuntivitis por desnutrición se expandió en Cuba, Castro acusó a EEUU de bombardear con el virus. Los sicópatas que dirigieron el Terror en la Revolución Francesa y murieron guillotinados, se acusaban mutuamente de complot. Un burdo folleto aparecido en Rusia en 1903, Protocolos de los sabios de Sión, narra que la trama judía mundial se urdió en presencia del Demonio, y cuando apareció la peste negra en Europa (siglo XIV), que diezmó por lo menos la mitad de la población, acusaron a los judíos de “envenenar las aguas”.

Muchos piensan que instituciones y dirigentes de todo el mundo son tinglados que manejan las corporaciones y gobiernos norteamericanos a través de minorías arcanas y malignas. En Roma culpaban a los cristianos de demoníacas bacanales, promiscuidad sexual en las que violaban y sacrificaban niños para después devorar su carne y sangre. Cuando fueron poder con Constantino, acusaron a las sectas disidentes de hacer eso mismo, y luego a los herejes, judíos y brujas, y de pactos con el Diablo, volar en escobas, montar cangrejos gigantes y celebrar grandes orgías en el Sabbath.

Nunca a todos siempre
Ni Elvis ni Bin Laden están muertos, aunque si Paul McCartney, sustituido por un doble. El centro de la tierra es hueco y vive allí una civilización que la NASA esconde. A Lady “D” la asesinó la Corona Británica. En Roswell, Nuevo México, aterrizaron los extraterrestres que construyeron todas las pirámides existentes. Shakespeare era un seudónimo de Bacon. Imposible resumir los disparates y extravagancias de la teoría de la conspiración, pero hay que distinguir simples memeses, de los crímenes contra la humanidad.

Stalin asesinó millones de personas por conjurar componendas con las potencias imperialistas, pero fue “necesario” para la Unión Soviética. Hitler se inspiró en los Protocolos y exterminó seis millones de judíos. Ahmadinejad hizo un evento en 2008 para que “importantes expertos” desmintieran el Holocausto, mientras ahorcaba todos los días homosexuales y “adúlteras”. Cierto que hay conspiraciones de grupos poderosos para obtener beneficios turbios y enturbiar la realidad, pero su eficacia es episódica y mermada.

Se puede engañar todo el tiempo a alguien y por momentos a todos, pero no a todos todo el tiempo. Esto gracias a la pluralidad de los medios de comunicación libres que viven para cazar complots y romper los monopolios de poder. Y es solo en las sociedades cerradas donde la conspiración puede ser el único modo de acción, mientras los caudillos totalitarios con puño de hierro único, paradójicamente acusaron a las democracias de regirse por cábalas. Los revolucionarios fanatizan, idiotizan, envenenan a sus seguidores y las luchas de poder son solo complot que terminan en muerte.


@CarlosRaulHer

https://www.eluniversal.com/el-universal/64205/la-conjura-de-los-necios

Trono de sangre

Carlos Raúl Hernández

Calígula violó en público a un general y luego a su mujer, porque estaba aburrido. Chi Shi Wan Chi, creador del imperio chino, hacía enterrar vivos en masa a los niños de las provincias rebeldes. Enfurecido porque una colina “no dejaba pasar” al ejército, hizo talar todos los árboles y pintarla de rojo (color muy apropiado) devoraba mercurio porque, según sus médicos, lo haría inmortal cosa que lo mató. Hitler hasta la hora final, movilizaba batallones inexistentes y ordenaba fusilar oficiales “traidores”, entre ellos a Goering.

En plena convención del Baath que proclamó a Saddam Hussein dictador de Irak, la policía política detuvo decenas de dirigentes inconformes, y esa noche los asesinaron. En los 80 Castro reunió temblorosos y valientes intelectuales que pedían libertad de creación. “Que hable el que tenga más miedo”, y le respondió el enclenque Virgilio Piñera: “Fidel, seguro yo soy el que tiene más miedo. Quiero preguntarte es por qué debo temer”. Mesalina, la mujer del Emperador Claudio, se acostó una noche con doscientos hombres.

La emperatriz china Wu Zetian obligaba a los varones que iban al palacio a hacerle cunnilinguis, so pena de muerte. Son enfermos de la cabeza y dueños de cementerios personales. Gutiérrez Nájera es salomónico: “todos los dictadores están locos”. Son heterosexuales voraces, homosexuales, bisexuales, impotentes, paranoicos obsesivos, ansiosos, bipolares, introvertidos, cariñosos o crueles con sus familias y animales (mujeres e hija de Stalin y Hitler se suicidaron).

Joaquin Fest, Allan Bullock, Karl Schmitt, Isaac Deutscher, Jung Chang, Norberto Fuentes, Robert Service, el best-seller Sebastian Ellner (me ha sido duro hallar alguien que no diga haberlo leído) los estudiaron y una investigación norteamericana sobre Hitler de 1942, pronosticaba su suicidio, pero gozaron de inmensa popularidad y del apoyo, no solo “de las masas” sino de una intelectualidad que sabía muy bien que hacía.

Armaos los unos a los otros
¡Tantos manifiestos en apoyo a Stalin y a Castro! Para clasificar su malignidad hay un baremo sencillo: ¿cuánta sangre está dispuesto a derramar, incluida la suya, en plan de cambiar el mundo? Los más domésticos, cuando las cosas se tuercen, se meten en una embajada, huyen entre las brumas de sus millones y pasan la vida pegados de la prensa de su país a espera del mítico retorno. Otra estirpe más peligrosa tiene en la cabeza rellenos mesiánicos, los “revolucionarios”, marxistas, fascistas, suprematistas, islamofascistas.

Para ellos la vida de un hombre o de un millón no valen nada en el “huracán revolucionario”. Mao, por ejemplo, declaró que sacrificaría tres cientos millones de chinos para “derrotar el imperialismo” y en su etapa final dormía desnudo con grupos de niños y niñas. Su narcisismo les hace creer que tienen una misión. Pero ningún tratado comprende los tortuosos espíritus de estos emisarios del horror, como MacBeth de Shakespeare.

Incontables versiones penetran múltiples facetas del tirano y su terrible lady, pero tomamos para título de este artículo la del japonés Akira Kurosawa. Es apasionante su perspectiva porque las sociedades asiáticas solo conocieron tiranías hasta la llegada de los europeos. Un asiatólogo de las dimensiones de Alfred Weber, afirma que en Asia y África nunca nació la idea de libertad y que en sus lenguas ni siquiera existe una palabra equivalente.

Es una idea exclusivamente occidental que los hombres son “libres e iguales” “todos somos hijos de Dios”, gracias a la figura y la prédica de Cristo, “amaos los unos a los otros” (contra sociedades que creen en “armaos los unos a los otros”). El Sermón de la Montaña es la reivindicación de los pobres en su derecho de ser iguales, base de la democracia representativa. Y la libertad nace con la disidencia de Lutero en el siglo XVI, al reclamar “libertad de conciencia” para interpretar la Biblia.

Con pies de barro
En los dos fines de semana anteriores, la Fundación Humboldt nos ofreció un MacBeth protagonizado por el dramaturgo, narrador, director y actor José Tomás Angola con un equipo que lucha agónicamente por la cultura en este desolado país, en el que nuestro esfuerzo es agónico en sentido unamuniano: lucha por la vida, la justicia, la belleza y la democracia.

El personaje de Shakespeare no profesaba ninguna ideología moderna de las que hacen creer a los tiranos que encarnan al pueblo y tienen un destino predeterminado para salvar a los pobres, la nación o la raza. Pero también se sentía invencible, porque del más allá le habían convencido que ningún “hombre parido por mujer” podía derrotarlo y esa eventualidad era tan absurda como que “el bosque de Birnam se moviera hasta el castillo de Dunsiname” donde vivía la pareja del trono sangriento.

Las fuerzas oscuras engañaron al monstruo porque Macduff, el hombre que lo aniquiló, nació por cesárea y los soldados avanzaron al castillo camuflados con ramas de los árboles de Birnam. Antes de Freud, Lady MacBeth enloquece de remordimientos y se dedica a lavarse interminablemente las manos para limpiar la sangre que hizo derramar, y haberse lanzado, y a su marido a la perdición. Los dictadores son sangrientos, pero humanos, aunque crean lo contrario. Espero que, con ayuda de Stanislavsky, José Tomás Angola, convertido ese día en un cruento asesino, se haya salido del papel.


@CarlosRaulHer

https://www.eluniversal.com/el-universal/63650/trono-de-sangre

Los dinosaurios no van en carro

Carlos Raúl Hernández

La nave del fin del mundo nos lleva a que en cuatro décadas, Londres, las ciudades ribereñas, Shangai, Tokio, Nueva York, Hong Kong estarán bajo las aguas, igual que Vietnam, Bangladesh y la costa suramericana del Pacífico, por deshielo del casco polar. Cientos de millones de personas sin agua potable, hambrientas, la Edad de Piedra. Amazonia languidecerá en inundaciones, sequías y huracanes. Nubes de zancudos traerán epidemias en nuevas zonas cálidas antes frías, debido a los altos niveles de CO2 por la actividad humana.

Miseria abrumadora. El PTB se desploma en un aterrador -20%. “Los próximos 25 años la cantidad de personas en países con falta de agua crecerá de 800 a 3000 millones… se derretirán glaciares de los Pirineos”. Añade adrenalina James Lovelock, Premio Nobel, autor de la Teoría Gala, médico, biólogo y geólogo británico que en julio pasado cumplió 100 años de edad. Fundador de la ecología científica y académica, de los más irreverentes y acertados científicos en su larga y creadora vida.

Para él ya es imposible detener la destrucción. Aunque se suspendiera hoy abruptamente el uso de petróleo en el mundo entero, la devastación duraría miles de años. Pero sostenía durante los 90, tesis antagónicas. Desestimaba que el calentamiento global fuera antropogenético, creado por la acción humana, y afirmaba que los hombres son tan arrogantes que quieren ser causa hasta de los fenómenos cósmicos.
Según modelos matemáticos hasta antes de la “astrofísica ideológica”, contracultural, los incontables cambios climáticos en 4000 millones de años fueron producto de movimientos siderales, las variaciones del sol, su campo magnético, tormentas solares, luminosidad en aumento, variaciones orbitales de la tierra y múltiples complejidades más. Hoy los trabajos de divulgación están obligados a ser políticamente correctos y no cuestionar la antropogenia.
La ciencia del delirio
Pese a que los dinosaurios no quemaban petróleo porque era su futuro, desaparecieron en un cambio climático. Erick el rojo y su hijo Leif llaman las tierras que descubrieron, Groenlandia (tierra verde) y Vinlandia (tierra de vinos) hace apenas 1000 años y fundaron comunidades que sobrevivieron hasta la pequeña glaciación, el cambio climático del siglo XV, sin industrias.
Piensa Lovelock que para finales de este siglo, solo sobrevivirán 500 millones de habitantes guarecidos en el Ártico, para entonces con temperaturas como las de Europa hoy. La salvación, “sustituir los combustibles fósiles por energía nuclear” lo que desató un escándalo. Pero el botánico y activista ecológico David Bellamy piensa que Lovelock está tan equivocado como la apocalíptica doctrina oficial de los ecologistas.
“Durante toda la vida ha sido para mí un héroe, pero es inverosímil. El dióxido de carbono es una parte minúscula de la atmósfera. ¿Cómo demonios habría una multiplicación tal de ese componente que pueda afectar la temperatura?... (porque) las plantas dirían muchísimas gracias y crecerían más rápidamente al absorberlo”. Los cambios climáticos son… “naturales en los últimos estertores de una era glacial en que las temperaturas suben y bajan enloquecidas”.
La futurología es la disciplina del delirio y una fantasía de la ciencia. En el siglo XIX Robert Malthus anunció que “la producción de alimentos crecía en progresión aritmética mientras la población aumentaba en progresión geométrica”, hambruna general, y Marx que la depauperación absoluta y relativa de la población… conduciría inevitablemente a la revolución. En los 70 el Club de Roma anunció que la civilización desaparecería a finales del siglo XX. La paradoja es que los gases del ganado producen muchos más volúmenes de contaminación que autos e industrias.
Murió el Llanero Solitario
Y la agricultura natural erosiona y saliniza la tierra, mientras la mecanizada lo preserva y además es 10.000 veces más productiva (podemos comer gracias a ella). Michael Crinchton, investigador, inspirador de películas de Spielberg y director de cine dice que “…la gente de 1900 ni siquiera sabía lo que era el átomo. Tampoco una radio, un aeropuerto, una película, la televisión, una computadora” … “un celular, un avión a reacción, una filmadora, un antibiótico o un cohete…“.
“…ni un satélite, ni un CPU, IBM, MRI, EPA, DG1, UPS, POP3, HTMI, JPG, GPS, nylon, teflón, internet, interferón, fibra óptica, túnel carpiano, trasplantes de córnea, hígado, corazón, cirugía laser, laparoscopia, y Ud. quiere predecir el mundo en 2100. Los modelos predictivos transportan el presente al futuro y están destinados a equivocarse”. A mediados del siglo XIX, NY tenía 3 millones y medio de habitantes que se movilizaban en cientos de miles de caballos.
Como cada uno de estos produce 15 kilos diarios de estiércol, en las afueras había montones de 20 metros de altura imposibles de eliminar. Elbert James, futurólogo, calculaba que para 1900 se llenaría con ellos una extensión de tres veces el Cañón del Colorado. La desesperación convocó un congreso internacional para tratar el tema que se disolvió pronosticando la muerte de la ciudad. Pero vinieron los ferrocarriles y los automóviles y ¡zuas! derrotaron la “vida natural”.

@CarlosRaulHer

Hollywood es la revolución

Carlos Raúl Hernández

El profundo cambio cultural, social, económico y político del siglo XX es en gran medida obra de Hollywood: la propagación y el triunfo ideológico de la libertad, la democracia y la modernización, frente a los autoritarismos, hoy enturbiado por la antipolítica. Su obra regó por el globo la transformación de las pautas productivas, el consumo de bienes, la calidad de vida y la revolución científica. Millones y millones admiran el glamour y la belleza en la alfombra roja de los Oscar.

Un sismo cultural entre los que tienen menos posibilidades de conocer las maravillas creadas por el hombre. Nació una forma de recreo popular, barato, los nikelodios (valía un níquel la entrada) a salas que abarrotaban los pobres en EEUU y el mundo, particularmente los trabajadores migrantes, una de las tres grandes industrias contemporáneas. En las lejanas décadas de los 30, 40, 50, incontables millones de latinoamericanos, africanos y asiáticos, supieron que existía el confort.
Conocieron automóviles, aviones, la Quinta Avenida, las torres de Pisa y Eiffel, el shampoo, las lavadoras y los antibióticos en películas, radio y TV. Hizo que De Niro y Zellweger aumentaran 30 kilos, convirtió a Dustin Hoffman en Tootsi (Pollack 1982), a Williams en la señora Doubfire (Columbus: 1993) a Kidman en Virginia Woolf (Daldry: 2003), la perfecta Theron en una horrenda asesina, Aileen Wuornos (Monstruo: Patty Jenkins, 2003).
Blanchett fue Bob Dylan (No estoy allí: Haynes, 2007), Travolta la obesa Edna Turnblad (Hairblad: Shankman, 2007) Finnes es Voldemort (Harry Potter: 2011) apenas detalles de las infinitas maravillas cinematográficas y 95% de la población mundial que no viaja, solo podrá ver las obras de Michellangelo o Leonardo en la pantalla. Hollywood se fundó en una épica de acero.
¿Dónde está esa máquina?
Thomas Edison doblegó y absorbió a los competidores y creó con ellos en la Costa Este un todopoderoso oligopolio de los recursos para hacer cine: cámaras, revelados y celuloide, patente que compro al fundador de Kodak. Los intentos de producir películas fuera de su control en N.Y. durante el cine mudo, terminaban a tiros. Al principio, el manejo de la industria lo tenían estudios europeos, concretamente franceses (Pathe, Gaumont y otros).
Después de la Primera Guerra Mundial la hegemonía pasó a manos norteamericanas, aunque el expresionismo alemán, el surrealismo y Eisenstein florecieron al margen. Samuel Goldwin y Cecil B. DeMille rodaban una película en Nueva York y ante la arremetida de los agentes de Edison, huyen de su larga mano a Arizona. Luego siguieron a Los Ángeles, cerca de México por si había que correr.
Los acompañaron grupos de inmigrantes, la mayoría de origen judío, que intuían la nueva fiebre del oro celuloide en California. Darryl F. Zanuck, Samuel Bronston, Goldwyn, DeMille, los hermanos Warner, crearon Universal, Paramount, 20th Century Fox, Metro Goldwyn-Meyer. Más tarde la rebelión de los actores frente al star-sistem llevó a Chaplin, Pola Negri y muchos otros a crear United Artist, su propia productora.
El gran cine de masas producido y/o distribuido por Holywood fue volcán de grandes cambios. Protagonizó la revolución sexual. La primera mujer desnuda que hizo abrir la boca a cientos de millones de hombres fue Brigitte Bardot en Y Dios creó a la mujer (Vadim: 1956) El primer súper orgasmo en pantalla lo tuvo Jane Fonda en Barbarella, enfrentada a una máquina (Vadim: 1968) y masas inmensas de jóvenes se enteraron de que las mujeres también los tenían.
La denuncia del poder
La primera relación sexual auténtica en cámara la protagonizaron Donald Sutherland y July Christie en Amenaza en la sombra (Roeg: 1973). Una poderosa pasión y erotismo hacen que el amor profundo de Fonda se imponga sobre la paraplejia de su amante, el veterano de Vietnam, John Voigth, en Regreso sin gloria (Ashby,1978). Las inquietantes escenas eróticas con close-up de los rostros de Juliette Binoche y Lena Olin en La insoportable levedad del ser (Kauffman: 1988).
Igual, Naomi Watts y Laura Harring en Mulholland drive (Lynch: 2001). El rudo y perdurable amor entre dos vaqueros (Secreto de la montaña: Lee, 2006). El primer beso cinematográfico entre un negro y una blanca, Wesley Snipes y Natassja Kinsky (Después de una noche: Figgis,1997) son auténticos terremotos en la cultura sexual universal comparados con las autorridiculizantes malderrabias “de género” que hoy nos hacen reír.
Solo Hollywood, gracias a que su inmenso poder comercial, llegó a la plebe, un imposible para maestros como De Sica (Olor de mujer) o Bergman (El silencio, Persona). Los anacronismos de izquierda y derecha fijaron en los estudios californianos un enemigo predilecto, gracias a las cultísimas boberías de Marcuse, Adorno, Horkeimer y el corsario de siete mares Erich Fromm, porque odiaban su poder cultural.
No hay problema importante de la sociedad abierta que no haya sido sangrientamente denunciado por el cine norteamericano, miles de films se ocupan de desenmascarar la corrupción policial (Asuntos internos: Figgis,1990) el racismo, Mississipi en llamas (Hambling: 1988) Fantasmas del Mississipi (Reimer: 1996). Cientos de obras dedicadas a las entretelas de la guerra de Vietnam, entre ellas las siempre esplendorosas Apocalipsis now (Coppola: 1979) y El cazador de venados (Cimino: 1978).
@CarlosRaulHer

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El héroe

Carlos Raúl Hernández

Al arrestarlo la inquisición, Galileo se retracta de que la tierra se movía. Su ayudante, airado ante lo que interpretó cobardía, le enrostra: “desgraciados los países que no tienen héroes… No -respondió el sabio- desgraciados los países que necesitan héroes”. Bertold Brecht puso en boca de ambos este diálogo desgarrado. Durante la etapa bárbara y gran parte de la civilizada, la cultura giraba alrededor del heroísmo de caudillos guerreros que gobernaban cubiertos de cicatrices.

Del pellejo cuarteado y cosido emanaba el derecho de gobernar a los demás. Con el triunfo de la política en sentido moderno, Aquiles, Alejandro, Carlo Magno y Napoleón cedieron el paso a Jaurés, Churchill, Roosevelt, Betancourt, Togliatti, Adenauer, De Gasperi, que enfrentaron la oscuridad y la violencia y salvaron la cultura, pero las erupciones autoritarias hicieron que en ciertos momentos los líderes civiles tuvieran que tornarse en aquellos.
El 4F de 1992 se abrió la tierra de los cementerios y regurgitó una legión de espectros amenazantes que querían arrastrar el país a sus tumbas. Pero un héroe, Carlos Andrés Pérez, al frente de las FF.AA hizo el exorcismo y los regresó al lugar de origen. Lejos de reconocer su arrojo, el coraje personal que lo llevó, junto a Blanca de Pérez, a jugarse la vida por defender la democracia, élites que lo odiaban precisamente por sus virtudes, pasaron a la conspiración civil.
Grupos empresariales, comunicacionales, sindicales, eclesiásticos, torcieron el destino del país y los suyos propios, celebraban la ordalía, y se probaban trajes nuevos para la juramentación. Los partidos acobardados por el rugido del atraso, destituyeron a Pérez en una degradante sesión del Congreso, hicieron el juego a una manga de bribones con el nombre de Corte Suprema de Justicia, convertidos en tinterillos de los deseos de los golpistas.
Doctora Corte de los Milagros
Caldera en el Senado defendió las razones de éstos y lo mismo hizo Uslar en un panfleto, Estado y golpe, que misteriosamente hoy no es posible conseguir. En consecuencia, el mismo Caldera, ya Presidente, libera a los insurrectos y los emplea en la administración pública. Pretende tranquilizar la fiera arrojándole carne y sangre frescas, y más bien la cebó. Pero su obra magna, por la que será recordado, es dar sobreseimiento, declarar sin delito al cabecilla que así se convertía en Robin Hood ante la opinión pública.
Si sencillamente lo hubiera indultado, habría salido en libertad, pero sin derechos políticos. Nunca hubiera sido candidato presidencial y otra sería la historia. Pero el designio era diferente: menoscabar a Eduardo Fernández quien tiene un laurel de oro en la memoria de quienes conocen su valor cívico el 4F. Un grupo de ciudadanos presenta recurso para inhabilitar como candidato a las elecciones presidenciales de 1998 a quien había dirigido el levantamiento armado.
Y la misma Corte de los Milagros lo declara sin lugar. Ya candidato disfruta de apoyo incondicional de dueños y gerentes de importantes televisoras, cadenas de radio y periódicos, (algunas no lo apoyan de forma abierta sino le hacen el trabajo de atacar al “puntofijismo”), le facilitan aviones, automóviles, dinero, residencias y damas de compañía. Los intelectuales le escriben teatro, sonetos, telenovelas (Por estas calles, proclamas, endechas y hasta poemas de amor).
Como sabemos triunfa como río crecido, pero necesita el poder total, por lo que levanta el arma mortífera. Quiere convocar una figura contra constitucional, espúrea y violatoria de los derechos fundamentales, una irracionalidad que consiste en conceder el poder total, supra constitucional, por encima de la Ley, la llamada constituyente, a ciento sesenta diputados, para quebrar el espinazo a los demás poderes.
Supra constitucional será tu…
¿Y para qué están los amigos? ¿Para qué está la Corte de los milagros sino para satisfacerle los íntimos deseos? Al concederle el derecho de gobernar arbitrariamente con la “constituyente supra constitucional” (algún pensador declaró que “por encima de nosotros solo están Dios y el Pueblo”), se inicia la ofensiva totalitaria que arrasa los ingenuos y “vivos” que lo apoyaron, y estremece el llanto de los desengañados. Pérez, el héroe que hubiera preferido otra muerte, vaticinó lo que hoy pasa.
Para caracterizar los ingenuos y vividores, es alarmante que si Ud. revisa la lista verá que muchos de los protagonistas de entonces, hoy a esta hora que Ud. lee, perpetran sistemáticos detrimentos y son responsables de errores suicidas de las fuerzas democráticas en estos treinta años y contando. Apelaré a un gran amigo poeta, quien vivió algo similar, la pérdida de su país por la igual ineptitud de las élites y en quien suelo refugiarme a menudo. Tampoco allá pudieron ver lo que tenían en sus narices.
“…vi personas que caminaban y lloraban en silencio con paso lento. Estaba cada uno retorcido de modo extraño con la cara volteada hacia la espalda y tenían que caminar hacia atrás, por haber perdido la capacidad de mirar hacia adelante… Ahora bien lector, que Dios te permita sacar fruto de esta lectura. Considera si mis ojos podían permanecer secos cuando vi de cerca figuras humanas tan torcidas, que las lágrimas les corrían entre las nalgas”. Dante (Infierno, Canto XX).
@CarlosRaulHer

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¡Me la afusilan!

Carlos Raúl Hernández

En 1930 el teniente coronel Luis Sánchez Cerro dio un golpe de Estado contra el Presidente Leguía de Perú. Un militar enérgico y con don de mando, se cabreó porque cada vez que daba una orden en el palacio de gobierno, alguno de los tinterillos le decía “eso no se puede comandante. Lo prohibe la Constitución”. Cuando finalmente se le saltaron los tapones, les gritó: “¡manden a buscar a la doña Constitución esa y me la afusilan aquí mismo!”.

Tenía razón Sánchez porque las constituciones modernas (y las clásicas) surgieron para impedir la concentración del poder en un hombre, la tiranía, hoy llamada dictadura (dictadura en el período clásico era otra cosa). Para Montesquieu solo la vigilancia paranoica entre tres poderes, garantiza los derechos fundamentales. Eso es la Constitución.
La evicción de Evo Morales y la peligrosa ruleta en Chile, estimulan discutir cómo surge y como funciona. Son derechos fundamentales, reglas del juego permanentes, para largo plazo, que normarán intereses contradictorios y no deben someterse a mayorías electorales, sino a consensos cualitativos sólidos entre las diversas fuerzas de la sociedad, como desarrolla John Rawls entre otros.
Por eso para tocarla, aprobar, enmendar o reformar la Constitución, se establece un complejo mecanismo de consultas que aseguren la invulnerabilidad del acuerdo. La Constitución francesa de 1791 aclaraba que ninguna persona, ni la propia Asamblea Constituyente, ni el rey y ni siquiera el pueblo, podían modificarla una vez firmada, sino el trabajoso mecanismo que ella misma establecía.
Doña legitimidad
Rawls explica que los derechos fundamentales, la vida, la libertad y la propiedad, no se someten a voto popular para preservarlos de demagogos carismáticos, Robespierre, Mussolini, Hitler, Perón o Fidel Castro, porque son la camisa de fuerza contra semejantes peligros. La venezolana de 1961 se aprobó por consenso de las organizaciones sociales, concejos municipales, legislaturas, partidos políticos y mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso. Imposible una imposición.
Las constituciones definen la legitimidad del gobierno sobre dos principios: legitimidad de origen, que sea electo conforme ella lo pauta. Y legitimidad de ejercicio, que la acción de gobernar sea estrictamente apegada a sus normas (por eso es una barbaridad cuestionar la legitimidad de un gobierno por impopular). Pero cuando se aparta de la Constitución, se hace ilegítimo e instituciones y ciudadanos tienen el derecho-deber de deponerlo.
A Carlos Andrés Pérez injustamente se le aplicó esa cláusula en 1993 y nadie protestó. Evo Morales, por el contrario, dio varios golpes de Estado consecutivos. Viola la Constitución con un referéndum para intentar reelegirse contra ella, que además, pierde. Insiste y lanza su espuria candidatura y así vuelve a violarla. Otra vez derrotado, ordena detener el escrutinio al organismo electoral.
La izquierda y sus fans no se horrorizaron por nada de eso sino al contrario, reaccionan contra las instituciones a nombre de Evo. Con tosco cinismo o ignorancia, intelectuales, dirigentes revolucionarios y descolgados denuncian violación de protocolos procedimentales cuando la fuerza pública actuó para detener un crimen in fraganti. Y se hacen los holandeses con el principio universal de que el Estado debe actuar con diligencia para impedir un delito.
Venezolanizar Chile
“Se considera delito flagrante el que se estuviera cometiendo o se acabara de cometer cuando el delincuente sea sorprendido en el acto… (o) inmediatamente después…”. La ley autoriza no solo a los organismos de seguridad sino a los propios ciudadanos para impedir la transgresión. Es surrealista (o revolucionario que es parecido) que los policías esperen sentados que asesinen a un niño para luego actuar. Si no detienen a Morales, seguiría en su presidencia ilegítima.
Teólogos nada atraídos por la violencia, San Agustín, Francisco de Vittoria y Francisco Suárez, justifican el derrocamiento y hasta el magnicidio de los tiranos. Otro episodio de protagonistas desvergonzados y de las más grandes tragedias de nuestra historia ocurrió cuando la Corte Suprema de Justicia autorizó a Chávez para violar la Constitución y cambiar las reglas del juego por mayoría electoral.
Chile pudiera estar al borde de una estocada, precisamente el disparate llamado proceso constituyente, por debilidad del Presidente Piñera y necedades de pirómanos exhibicionistas que hablaban de dictadura sexual e incineraban laptop, DVDs y televisores de mil dólares. Pero un problema sustantivo es el alto costo de la Educación Superior, en todas partes uno de los bienes más caros, y que el país carece de recursos suficientes para financiar.
La propuesta de gratuidad educativa en el gobierno de Bachelet se cayó por inviable. Y a la izquierda solo se le ocurre quemar el metro. Tendrán que emprender una reforma para traer más inversiones extranjeras y realizar ajustes fiscales que no tienen nada que ver con la Constitución y menos con el antimperialismo. El plan de cambiarla, especialmente por el mecanismo aborrecible de convocar “una constituyente” no está pensada para resolver nada sino para venezolanizar Chile. Si Chávez, Evo y Correa lo lograron ¿por qué no los chilenos?

@CarlosRaulHer

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La comedia insurreccional

Carlos Raúl Hernández

Calle-calle-calle, “Maduro vete ya”, “falta poco”, “hora cero”, “trancones”, “referéndum popular”, “la ruta de la dignidad”, 350, “la salida”, “intervención militar democrática”, TIAR, “esto lo resuelve el catire Trump”, “referéndum popular”, “el país no aguanta más”, “no se dialoga con delincuentes”, “solo negociaremos a qué país se va”, “No lo llames elecciones”, “¡colaboracionistas!”, “¿con ese CNE?”, “no es gobierno, es régimen”.

“Henry Falcón será Vicepresidente”, “no voto sin condiciones electorales”, “si o si”, “operación libertad”, “Maduro abandonó el cargo”, “intervención extranjera”, “marcha sin retorno”, “abstención”. Espantajos del diccionario del vacío, arterías, engendros mermados. Quincalla conceptual que nos hundió y fortalece la revolución, que por fortuna, hace lo necesario para desvencijarse. Y la reina madre de las burradas: el llamado abstencionista en 2018.
Mentiras, errores, calumnias, necedades, destruyeron la fuerza para hacer un cambio, pero también la ilusión, que nacieron brillantes en 2015. El mundo está hecho de palabras y ellas cambian la vida de quien las pronuncia y de quien las oye, porque son el momento simbólico de la acción. Hablamos varios lenguajes al mismo tiempo sin saberlo, el verbal, los gestos, las miradas, el vestido, pero más allá de cualquier hermenéutica, se impone el que respalda la práctica.
Llamar a papá
Hay que hacer esfuerzos para no dejarse arrastrar al cul de sac al que los activistas nos conducen periódicamente. El curso actual iba (¿va?) directo a regalar la Asamblea Nacional con lo que la oposición desaparecería igual que en 2005. Hemos sido el ridículo latinoamericano, porque otros se quitaron de encima, sin implorar al “catire”, al pepetismo, a Correa.
También a Kirchner (ojo: gracias a unos tontos regresaron, lo que hace temer por nosotros). Igual al Farabundo Martí, a Evo Morales. Mientras, en cuatro años la A.N de la esperanza que nos aguaba los ojos el 5D, devino un centro migueliano que debieran allanarlo la CEV y el Cardenal en persona con un equipo Swat de exorcistas del Vaticano.
Y habrá que desviar un río de “aqua mirabilis” para que arrastre las emanaciones de esos establos de Augías. Dieciocho diputados, aunque ojo, se dice que son treinta, que algunos cobraron mucho por votar mientras otros, precio razonable por solo hacer quorum. Así murió la eticidad de la A.N, la gran esperanza democrática y la peor pesadilla de la revolución.
Pecado de soberbia porque se cometen siempre los mismos errores, pasamos por ellos de la peste al cólera, luego del cólera a la peste, nadie tuvo la sensatez de llamar a la rectificación y ni siquiera se aprende de la experiencia propia. No se sabe a ciencia cierta si fue Cicerón o Santayana quien escribió que estudiar la historia no sirve para nada porque estamos condenados a repetir los mismos errores.
Unidad para la práctica
Un abogado podría glosar la frase con otra como que “la ignorancia de la historia no excusa su cumplimiento”. Los contendientes duros, brutales, suelen devorar princesitas y príncipes, como saben Megan y Harry. Los argumentos contra la locura política se han dado durante 21 años y no hubo taladro que perforara cráneos de granito. Ya desde el abismo, es imperativo regresar a la realidad y que se entienda que terminó la comedia insurreccional. Hay que abrir una nueva etapa.
No hay otra unidad posible sino para escoger CNE, reformar la ley electoral y concurrir a las elecciones parlamentarias, reconstruir la victoriosa experiencia de la MUD y aprobar el crédito multilateral para el sistema eléctrico de Zulia, Mérida y Nueva Esparta. No buscar más subterfugios y hacer lo necesario. Pero las heridas que no cicatrizan vuelan sobre nuestras cabezas y atormentan dentro de ellas.
Y no son solo errores. La “ayuda internacional” se convirtió en el modo de vida de un estamento que no está dispuesto a renunciar a él, y por eso no acepta elegir nueva A.N ya que le es imprescindible ese Frankenstein deplorable, desencajado, impotente, pero al mismo tiempo inauditable, su caja negra.
La elección ventilaría los establos y eliminaría el poder de casta que se ejerce y eso afectaría a demasiados. Los aparentes exabruptos ya no lo son, sino defensa de sus intereses, y los detentores solo estarían dispuestos a emprender un cambio si tienen la seguridad de que el monopolio del poder se mantiene en sus manos.
Transición de amigos
Eso explica el mantra. “cese de la usurpación y gobierno de transición”, más bien de amigos que no altere la micro hegemonía. Solo así convienen las elecciones. Es momento de que la opinión pública produzca un cambio electoral sobre el organismo legislativo.
De lo contrario seguirá esta senda de tonterías, disparates y peor, envilecimiento crónico y consciente, que garantiza la permanencia de Maduro, su demiurgo, quien da los pasos necesarios para mantener ese statu quo y estimular la abstención por descrédito ¿O sería que no nos dimos cuenta de que él propició lo ocurrido los días 5N y subsecuentes?
El gobierno calculó bien los rocambolescos episodios producidos. Solo se equivocaron porque su naturaleza brutal los llevó a abusar de la fuerza bruta, bastarda e inconstitucional en la sesión del 5E, lo que desvió la atención de lo ocurrido. Todo lo demás fue fríamente calculado. “No contaban con mi astucia”.

@CarlosRaulHer

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