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Edgar Benarroch

Las cifras electorales

Edgar Benarroch

En escrito anterior hablé sobre la falsedad de las cifras suministradas por el CNE. Cité mecanismos de los cuales se vale el gobierno para torcer la voluntad del elector. No los cité todos, no hablé del soborno, de la compra de votos, del uso y abuso de los recursos públicos, del grosero ventajismo y de la casi indefensión a la que sometieron a los electores. Si lo hubiese hecho el escrito se hace muy extenso y la idea es no cansar a quien nos lee. Todos sabemos que estas "cosas" y muchas más estuvieron presentes en el proceso, dentro de una gran confabulación de todos los órganos del Poder Público (excepción de la Asamblea Nacional) que incondicional y servilmente se aliaron para la trampa y el fraude.

El CNE es de los organismos del Estado de más baja -casi ninguna- credibilidad. El país sospecha y con sobrada razón que todo lo que viene de allí está contaminado con el germen de la falsedad y la trampa. Pero esto que anunció la noche del pasado domingo veinte de este mes no tiene parangón, ofende nuestra inteligencia, poca o alta, al presumirnos débiles mentales o distraídos.

Si dejamos volar nuestra imaginación y pensamos en unas elecciones limpias e higiénicas, Maduro sacaría menos de la mitad, tal vez mucho menos, de los votos que el CNE le adjudica. Basta consultar la opinión de cualquier paisano que nos topemos en la vía sobre Maduro, para percatarnos el altísimo nivel de rechazo que tiene. Creo que en los últimos sesenta años ningún Presidente había estado tan en el foso de aceptación como lo está este señor.

Cualquier consideración que se haga partiendo de las cifras dadas por el CNE carece de objetividad y veracidad y sus conclusiones son falsas, puesto que se parte de hechos irreales.

Sin embargo aceptemos que Maduro sacó cuatro millones de votos, siendo bastante generoso en la especulación, esto significa que dieciséis millones quinientos mil lo hicieron en contra o se abstuvieron, no pasivamente si no expresando su indignación y rechazo.

Estamos pues con un Presidente sin calor popular, sin aceptación del venezolano y sostenido exclusivamente por esta macabra estructura montada por los Poderes Públicos (repito excepción A.N.) confabulados desde las tinieblas para el usufructo del poder con el único propósito de satisfacer sus ansias personales.

Este es un barco que flota en espumas. Es una figura de barro que en la primera lluvia se derrumba. Ellos saben de la soledad en que se encuentran y eso los hace más atrevidos y peligrosos. Saben que la aparente voluntad a su favor es forjada y forzada y nunca el árbol ha dado frutos buenos y frescos cuando la semilla ha sido sembrada en tierra inadecuada.

Dijo Luis Emilio Rondón, rector del CNE, " Maduro no alcanzó ni los tres millones de votos, muy a pesar de todas las irregularidades, por lo cual es totalmente ilegal... No reconozco en lo absoluto el evento del pasado domingo veinte de mayo".

No solo el país desaprueba este desparpajo, también más de un centenar de países del mundo han anunciado que no reconocen los resultados de estas elecciones. Hasta ahora solo nueve de los casi doscientos países de la tierra reconocen los resultados, entre ellos China, Turquía, Siria, Cuba, Bolivia, Rusia y Nicaragua. Estos países se caracterizan unos por dictaduras feroces , otros por perseguir y aniquilar la disidencia, algunos por el uso de armas químicas contra la población civil y otros o todos por el empeño de seguir ordeñando la vaca venezolana, que aunque le quede muy poco que dar saben que tiene reservas probadas a las que aspiran llegar.

No tienen amigos, los que dicen serlo lo son por temor o en búsqueda de prebendas. Aún tienen la consideración de gente cuyo estado de necesidad es tal que en ellos prospera la amenaza y la extorsión, a ellas hay que entenderlas aunque no la justifiquemos. También están rodeados de piltrafas buscadores de beneficios personales a quienes para nada le importa el interés del país y se asocian con jerarcas gubernamentales para amasar fortuna mal habida.

Debemos estar pendiente, de un momento a otro se pueden presentar situaciones populares de rebeldía, protesta y enfrentamiento que si no estamos atentos y encaminamos por vías civilizadas pueden generar consecuencias muy lamentables y algunas pueden llegar a ser insuperables.

Tenemos el insoslayable deber de refrescar nuestros bríos y voluntad para atender con éxito la responsabilidad de oposición que nos corresponde. La UNIDAD es el mejor bálsamo de refrescamiento.

Las cifras electorales

Edgar Benarroch

Una vez declarada la irreversibilidad de las tendencias y con el 95% de sufragios procesados , el CNE procedió a emitir un boletín comunicando lo resultados de las elecciones ocurridas el pasado domingo. Sobre ellos podemos hacer muchas conjeturas y consideraciones, el tema da para escribir mucho y por bastante tiempo. Me reduzco en estas líneas a tres aspectos que a mi manera de ver las cosas saltan a la vista: 1.- Las cifras anunciadas están llenas de trampa. 2.- La base popular de sustentación del gobierno es bastante precaria y 3.- Un mensaje a la oposición y al país.

Los dos primeros se evidencian en los números y lo acontecido, el tercero es presuntivo, es la manera como interpreto el mensaje.

Abordar, aunque sea de manera somera, estos tres aspectos en un artículo resultaría demasiado extenso y algo tedioso. Por ello trataré solamente el primero (las cifras anunciadas...) en esta entrega. Más adelante, Dios mediante, me referiré a los otros dos.

Las cifras anunciadas por el CNE se corresponden con la transmisión de datos suministrada por las máquinas de votación. Son precisamente el uso indebido de esas máquinas lo que origina la trampa y el fraude. Tengo información que en más de un tercio de las mesas de votación no estuvo presente representante alguno de los candidatos distintos de Maduro. En esas mesas, casi 12.000, y en las últimas horas del proceso, con la "operación remate" el gobierno hizo lo que le dio la gana.

Manipuló las máquinas a su antojo tantas veces como pudo y colocó firmas y huellas digitales en el cuaderno de votación, por supuesto también introdujo la papeleta que arroja la máquina en la urna electoral. Por ello el CNE nunca ha admitido ni permitido una inspección judicial a los referidos cuadernos, pues allí está la constatación de la trampa y usurpación.

Me llega información -que proceso- que indica que en esas 12.000 mesas la orden fue adicionar no menos de 150 votos en cada una de ellas al señor Maduro; ello suma 1.800.000 votos fraudulentos, si es verdad la información recibida, lo que es perfectamente posible. Siendo así la votación cierta para Maduro fue de cuatro millones.

Ahora bien, en estos cuatro millones están venezolanos y no venezolanos, pero cedulados, amenazados, presionados, coaccionados y lamentablemente "comprados" buscados y sacado de sus casas a la fuerza. La amenaza ejercida a más de tres millones de empleados públicos y a quienes reciben, aunque sea de vez en cuando, cajas CLAP o a quienes de alguna forma están relacionados con el Estado, fue bestial y brutal de inicio a fin.

También funcionó la "cadena de votos" : antes de sufragar llevan al elector al "punto rojo" y le entregan la papeleta que debe depositar y él a su vez debe llevar al mismo punto la que la máquina le expide. Para que ello funcione el primero de la cadena no deposita la papeleta y la entrega en el punto rojo, luego para cuadrar, el último introduce dos papeletas, la que le dan y la que la máquina le expide. Todo ello, repito, en medio de la más grotesca amenaza y presión .

Donde los candidatos distintos a Maduro se hicieron representar, me dicen que ofrecieron dinero para que aceptaran ser testigos. Grave y pecaminoso error de él que da y de él que recibe. Si se trata de personas tarifadas siempre el gobierno ofrecerá mejor tarifa y así sucedió.

Todos los sondeos de opinión , los de ellos y no de ellos, nacionales e internacionales anunciaron una abstención sobre el 70%. Los "éxit poll" o boca de urna lo confirmaron. Pero además todo el país presenció la soledad de sus calles y los soldados y oficiales que trabajaron en el Plan Republica son testigos de excepción de la dramática ausencia de los electores.

¿Como se le ocurre a este CNE decir que hubo una participación del 47% , que de por sí es bastante pobre, creo sin antecedente nacional en una elección presidencial y anunciarlo como si nada ?. El país sabe que mintieron con desfachatez y descaro.

Estos resultados están contaminados por el "pranato" electoral del régimen, que solo se desenvuelve en el fango. La luz les molesta, lo de ellos son las tinieblas, mientras más densas mejor.

Las cuatro señoras del CNE están informadas de todo , ellas saben que lo contenido en estas líneas es verdad, saben del fraude montado por el gobierno y no sólo lo dejan pasar si no que le abonan el terreno para que mejor se produzca. Ellas vieron la inmensa soledad de nuestras calles el pasado domingo, pero la indignidad parece no tener límites.

En las próximas notas trataremos la base de sustentación popular del gobierno. Hasta pronto.