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Pedro Raúl Solórzano Peraza

La agricultura y el calentamiento global: causa del cambio climático

Pedro Raúl Solórzano Peraza

En la atmósfera del planeta existen una serie de gases de efecto invernadero (GEI) que son los responsables de la existencia de la vida, sin ellos, en adecuadas proporciones, la temperatura de la tierra sería de -18°C ya que no existiría freno para detener el escape del calentamiento de la tierra por efecto del calor del sol. Por lo tanto, el efecto invernadero es un proceso natural que permite a la tierra mantener condiciones necesarias para la vida. Entonces, los GEI son necesarios, pero el problema se presenta cuando por efecto principalmente de las actividades humanas, se aumenta la concentración de algunos de estos gases en la atmósfera reteniendo más calor que el necesario, provocando que la temperatura media del planeta aumente produciendo el calentamiento global, que es causa del cambio climático. Esto ha sido denominado como el Antropoceno o la nueva era geológica motivada por el impacto del ser humano en la tierra.

El CO2 es uno de los principales gases de efecto invernadero, y sus emisiones se han venido incrementando desde la aparición de la primera revolución industrial a mediados del siglo XVIII, siendo la quema de combustibles fósiles para generación de energía la fuente más importante de estos incrementos.

La vegetación puede ser la principal herramienta natural para capturar esos excesos de CO2 en la atmósfera y frenar su efecto invernadero, ya que las plantas absorben CO2 en el proceso de fotosíntesis y también lo emiten en el proceso de respiración, siendo la diferencia entre ellos lo que va a formar parte de los tejidos de las plantas y a quedar secuestrado. Sin embargo, la fotosíntesis es solo una parte de la situación ya que ese carbono en la vegetación puede regresar al aire después que los microbios, los animales y las personas consumen las plantas. Por esa razón, mantener el carbono en el suelo o encontrar otras formas de almacenarlo puede ser tan importante como capturarlo de la atmósfera.

Se considera que una de las mejores vías para la captura de carbono atmosférico son árboles y bosques. Como ejemplo, el Servicio Forestal de los Estados Unidos ha estimado que sus bosques son capaces de secuestrar 866 millones de toneladas de carbono anualmente, que es equivalente a alrededor de 16% de las emisiones totales de ese país cada año.

Cuando los árboles, al igual que todas las plantas realizan la fotosíntesis extraen CO2 del aire, lo transforman en azúcares y liberan oxígeno. Con esos azúcares los árboles construyen madera en tallos, ramas y raíces, y así el carbono se atrapa durante largos períodos de tiempo, ya que pueden permanecer por mucho tiempo como árboles en pie y tardar años en descomponerse después que mueren.

Los suelos forestales también pueden ser buenos para capturar carbono pero depende de algunos factores externos. El caso de la selva amazónica que pareciera ser un buen lugar para el secuestro de carbono porque tiene abundantes árboles de rápido crecimiento, no lo es porque ese carbono atrapado tiene poca permanencia. Estos árboles se descomponen rápidamente en el clima cálido y húmedo, la lluvia abundante también acelera la descomposición de la materia orgánica y lava el suelo arrastrando nutrientes.

En general, los suelos pueden ser una gran herramienta para secuestrar carbono, mitigar e incluso revertir el calentamiento global. Para ello, la restauración de los suelos puede ayudar en la reducción de las emisiones de carbono y potenciar su almacenamiento a largo plazo en el subsuelo, incrementando su permanencia secuestrado.

Una de las orientaciones en la investigación actual para incrementar el secuestro de carbono de la atmósfera por medio de la vegetación, es la edición genética en plantas para aumentar su capacidad de almacenamiento de carbono. La investigación ha tomado en cuenta a los cultivos agrícolas a pesar que la captura de carbono, como ya hemos señalado, se asocia con los árboles. Se inicia este programa con cultivos que ocupan grandes superficies como arroz y sorgo, y en el futuro se extenderá a trigo y maíz. Se centra esta investigación en mejorar la fotosíntesis a las plantas para ser más eficientes en la captura de carbono de la atmósfera, en optimizar tanto el desarrollo del sistema radical para incrementar la permanencia de ese carbono en suelos y subsuelos, como de los exudados a nivel de la rizósfera promotores del secuestro de carbono. Las plantas y los microbios, además de capturar carbono de la atmósfera, pueden almacenarlo en la biomasa y en los suelos de las tierras cultivadas que ocupan una tercera parte de la superficie terrestre. De allí una de sus grandes ventajas.

Entonces, los resultados de estas nuevas investigaciones con especies de plantas cultivadas, mejorando la fotosíntesis y la permanencia del carbono retenido en los tejidos, convertiría a la agricultura en un formidable recurso para disminuir la concentración de GEI en la atmósfera y contribuir en la desaceleración del calentamiento global.

En Venezuela podemos tomar el ejemplo de las sabanas del oriente del país, principalmente en los estados Anzoátegui y Monagas, donde en forma natural existe una vegetación muy escasa representada por un estrato de gramíneas de baja altura, y algunos árboles y arbustos dispersos en pequeñas áreas de los campos. En estas condiciones, las expectativas de secuestro de carbono atmosférico son muy bajas. Si se compara esta situación con el desarrollo agrícola que existe en algunos sectores de estas sabanas orientales, con algunas prácticas conservacionistas combinadas con otras de la agricultura convencional, con genotipos mejorados en su fotosíntesis y en su sistema radical, se incrementaría significativamente el balance de secuestro y permanencia del carbono en la biomasa producida. Esto sería un aporte de la agricultura para mitigar el cambio climático.

Como corolario a esta situación se puede señalar que para acabar con esta tragedia de eventos extremos sobre la tierra se debe respetar la naturaleza, aplicar técnicas de silvicultura para la gestión de cultivos de bosques orientadas, entre otras cosas, a la conservación del medio ambiente, a la protección de cuencas hidrográficas y a la producción de bienes para la sociedad. Acabar con la deforestación desordenada, reforestar áreas degradadas para su recuperación, aplicar las mejores prácticas agrícolas conservacionistas adaptadas a cada sistema suelo-planta-clima, regenerativas de los recursos naturales, utilizar más conscientemente las áreas agrícolas indispensables para la producción de alimentos y de otros bienes para la humanidad con genotipos mejorados. En fin, utilizar la agricultura y otras disciplinas afines como una solución y no como una causa del deterioro ambiental del planeta.

Agosto 2023

Los Bombarderos de Truis Park

Pedro Raúl Solórzano Peraza

En el periodismo deportivo uno de los temas más apasionantes es el de los récords, de las marcas máximas o mínimas que son difíciles de superar. Además, en cada deporte hay eventos favoritos, como es el caso del home run, jonrón, o cuadrangular en béisbol; las cestas de tres puntos en baloncesto; los 100 y 200 m planos en atletismo; etc.

Algunos de esos records han sido considerados imbatibles en el tiempo debido a su característica y a la evolución de los deportes. Ejemplos de esto es frecuente en los lanzadores del béisbol, debido a los cambios significativos que han ocurrido como es el caso de las limitadas entradas que lanzan al ser sustituidos por relevos tempranos, o por el número de partidos que inician por temporada. Algunos de estos casos aparentemente imbatibles son los 5.714 ponches y 7 no-hitter propinados por Nolan Ryan, cuando históricamente sus más cercanos competidores han sido dos fenómenos del montículo como Randy Johnson con 4.875 ponches y Sandy Koufax con 4 no-hitter. Otro ejemplo interesante es el de Cy Young con 511 victorias en Grandes Ligas.

En los 100 m planos del atletismo, la impresión que dejó el jamaiquino Usain Bolt al correrlos en 9,58 segundos a una velocidad de 44,72 km/h es que parece que va a durar mucho tiempo; sin embargo, su otro record difícil de superar el impresionante 19,19 segundos en 200 m planos acaba de ser superado por un joven atleta de los Estados Unidos.

Volviendo al béisbol, en mi opinión hay otros records que parecen imbatibles. Es el caso de los 4.256 imparables conectados por Pete Rose en 24 temporadas, cifra que parece imposible de alcanzar si tomamos en cuenta que el más cercano ha sido Ty Cobb con 4.189 imparables también en 24 temporadas, y más recientemente, el gran Hank Aaron con 3.771 en 23 temporadas. Entre los venezolanos el record original fue de Luis Aparicio quien conectó 2.677 imparables en 18 temporadas para un promedio de 149 por año, luego superado por Omar Vizquel con 2.858 en 24 temporadas para un promedio cercano a 120 imparables por año.

En la actualidad, el record nacional lo mantiene Miguel Cabrera con 3.139 imparables en 21 temporadas, 2.762 encuentros y 10.223 turnos al bate; para un promedio alrededor de 1,14 imparables por encuentro y un imparable cada 3,3 turnos al bate. Este record puede ser muy duradero pero tiene dos acosos posibles, José Altuve y Ronald Acuña jr.

Altuve, en poco más de 12 temporadas ha logrado 1.978 imparables, participado en 1.618 encuentros y consumido 6.478 turnos al bate; con un promedio de 1,22 imparables por encuentro y un imparable cada 3,26 turnos al bate. Actualmente, Ronald Acuña jr., en 6 temporadas tiene 694 imparables, 621 encuentros y 2.409 turnos al bate, para promediar 1,18 imparables por encuentro y un imparable cada 3,47 turnos. Altuve tiene 33 años de edad pero Acuña tiene solamente 25.

Siguiendo con el béisbol existe un record muy sólido, el de Carl Ripken jr., quien participó en 2.632 encuentros en forma consecutiva entre el 30 de mayo de 1982 y el 19 de septiembre de 1998, más de 16 temporadas sin faltar a ningún encuentro. ¿Qué otro jugador de béisbol podrá ser tan saludable?

Regresemos a lo más apasionante del béisbol, el cuadrangular. En los sesenta, Roger Maris impuso una marca de 61 cuadrangulares en una temporada, record que se mantuvo, con deportistas totalmente aptos para los records deportivos, por más de 70 años. Sin embargo, en la temporada pasada de 2022, surgió Aaron Judge y terminó el año con 62 cuadrangulares. Lo que parecía muy difícil y duradero, un año después, ese record está en peligro con el acelerado ritmo jonronero de Oshei Ohtani en esta temporada de 2023.

Otro record de cuadrangulares que parecía difícil de superar es el de más cuadrangulares por un equipo en una temporada. Los NYY en el 2018 impusieron una marca de 267 cuadrangulares, pero apenas a la siguiente temporada, 2019, los Twins los superaron con 307. Ese mismo año los NYY llegaron a 306 cuadrangulares. Ahora están surgiendo los Bravos de Atlanta, equipo que en el 2022 conectó 243 cuadrangulares en 162 encuentros, para un promedio de 1,5 por encuentro. Este año, 2023, los Bravos han conectado 209 cuadrangulares en 107 encuentros para promediar 1,95 cuadrangulares por encuentro y una proyección de 316 en la presente temporada.

¿Los Bravos de Atlanta serán los nuevos Bombarderos de Truis Park, en sustitución de los Bombarderos del Bronx y de los Bombarderos de la Calle Blake donde hacía filas Andrés Galarraga? ¿Será Ohtani el sustituto inmediato de Judge?

Definitivamente, los records en el deporte existen para ser superados.

Agosto 2023

El final del nudo gordiano venezolano

Pedro Raúl Solórzano Peraza

Venezuela necesita un nuevo gobernante, porque lo contempla la constitución una vez que finaliza un período presidencial, lo cual ocurrirá con el actual período, en el año 2024. Como consecuencia del desacuerdo existente en la oposición venezolana, para tomar tan importante decisión los líderes opositores, al igual que los habitantes de la región de Frigia por allá por los años 300 a.C., consultaron el oráculo. La respuesta del oráculo, el cual no era más que el pueblo desesperado por tantas carencias, fue que para tal responsabilidad se debe seleccionar una persona por medio de elecciones primarias, y que se respeten los resultados sin que ocurran fisuras en el bloque opositor que puedan debilitar la fuerza arrolladora de esa gran mayoría de venezolanos que anhelamos un nuevo rumbo en el futuro, para mejorar, entre otras, las condiciones sociales y económicas de los ciudadanos.

Al poco tiempo, después de las primarias, apareció una persona que cumplía con la descripción del oráculo, había sido seleccionado por abrumadora mayoría y trasmitía la seguridad de tener la capacidad de emprender tan ardua tarea, con la colaboración de los venezolanos más destacados en las diferentes áreas del quehacer nacional. Esto era suficiente credencial para optar a tan alto cargo. La población, la enfebrecida con el carisma del candidato seleccionado, obedeció al oráculo y eligió a aquel ciudadano como su nuevo presidente.

En los meses siguientes a la toma de posesión, el mandatario ya había liberado a Venezuela del colonialismo que imponían Cuba, Rusia, China, Irán y otros países, explotadores de nuestro territorio y sus riquezas. Ya había tomado y encaminado las medidas para mejorar los servicios públicos que como la electricidad y el suministro de agua potable eran irregulares y escasos. Para mejorar la educación desde los primeros niveles hasta la universidad con la revisión de los programas, especialmente en primaria e inicio de secundaria, y con la dotación de una infraestructura adecuada y justas mejoras sociales y económicas para los docentes. Para mejorar la salud con el rescate de hospitales y otros centros de atención primaria, recuperando su infraestructura y dotándolos con suficientes equipos y productos médicos que aseguren una atención adecuada a los pacientes, y con la justa mejora de las condiciones sociales y económicas de médicos, enfermeros y de todo el personal que labora en estos centros de salud. Para mejorar la agricultura recuperando la infraestructura de apoyo a esta actividad que sea responsabilidad de los entes oficiales, retomando programas de financiamiento suficiente y oportuno, y tomar las medidas para que el productor cuente con su seguridad personal y jurídica, al combatirse eficientemente los delitos que se cometen contra las personas y sus bienes. Para hacer respetar el ordenamiento territorial y la conservación de nuestros recursos naturales, tan afectados últimamente con las explotaciones mineras especialmente en la región de Guayana que promueve la destrucción de la mayor riqueza acuífera del país, que además es fundamental para la generación de energía eléctrica limpia. Para recuperar el prestigio y la honorabilidad de la Fuerza Armada Nacional y de todos los organismos que tienen responsabilidad en la defensa y protección del territorio y de sus ciudadanos. Para mejorar la economía, la industria, el comercio, en fin, para mejorar todo lo que afecte las condiciones de vida de los venezolanos y nos lleve a un ambiente de paz y bienestar.

En fin, este nuevo mandatario tiene que luchar contra todos esos obstáculos que frenan el desarrollo y engrandecimiento del país, que han ido apareciendo y estableciéndose progresivamente, los cuales son difíciles pero no imposibles de salvar. Esos obstáculos son un Nudo Gordiano que nos han colocado en el camino y representa un freno para la felicidad de nuestro pueblo.

Es impostergable eliminar ese complicado nudo, quien acabe con él abrirá las puertas para la reconstrucción de Venezuela. Allá en Gordios, Frigia, el Nudo Gordiano fue un reto para Alejandro Magno, dispuesto a conquistar el mundo pero según las leyendas, eso lo lograría quien desatara aquel nudo imposible de eliminar. Por supuesto, Alejandro aceptó el reto y luego de analizar el nudo, sacó su espada y con ella cortó las amarras diciendo: “Tanto monta cortarlo que desatarlo” significando que era lo mismo cortarlo que desatarlo. Nosotros no tenemos un nuevo Alejandro Magno, pero sí tenemos un pueblo cansado de tanta miseria que debe ser reunido, y como un solo hombre, enfrentar el reto de nuestro nudo, nuestro obstáculo, y eliminarlo para que se abran las puertas al desarrollo del país y a la felicidad de nuestra gente. Alejandro somos todos juntos, todo el pueblo de Venezuela agrupado y conducido por nuevos gobernantes, quienes sin egoísmo y sin apetencias personales trabajaremos unidos hasta lograr y consolidar un amplio camino hacia el desarrollo integral del país.

Enero de 2023

El delicado espectáculo del millón de hectáreas y otros detalles

Pedro Raúl Solórzano Peraza

Desde hace algunos días se está comentando un acuerdo agrícola entre Venezuela e Irán. Este acuerdo agrícola, según indicó Mohsen Kushki Tabar, Viceministro del Interior para Asuntos Económicos de Irán, “prevé el cultivo de un millón de hectáreas por parte de Teherán en suelo venezolano”. Esto forma parte del plan de cooperación de 20 años firmado en junio, durante la visita del presidente Nicolás Maduro a Teherán, en un acto con el presidente iraní Sayed Ebrahim Raisi.

Sin considerar las disposiciones constitucionales de nuestra república que protegen la soberanía territorial, y en relación a lo cual ya se han realizado diversos pronunciamientos desde el punto de vista de la legalidad o ilegalidad de la cesión de partes del territorio a países extranjeros, me voy a referir a la disponibilidad de tal superficie con vocación agrícola dentro de nuestras fronteras y otras cosas relacionadas.

Durante varias décadas, y quizás hasta finales del siglo XX, en Venezuela se realizaron estudios para la clasificación de suelos y tierras, con el objeto de conocer nuestros recursos edáficos y ordenar su utilización racional dentro de la superficie total del territorio, que alcanza algo más de 91 millones de hectáreas.

Ya en 1978, Juan Comerma y Jesús Ramón Paredes, dos edafólogos venezolanos con amplia trayectoria en estas actividades, analizaron las principales limitaciones y potencialidades de las tierras en Venezuela sobre la base de sus aspectos físico-naturales, encontrando que alrededor de un 4% de la superficie del país (3 millones seiscientas mil hectáreas) tiene limitaciones por aridez y está ubicada fundamentalmente en planicies o sistemas de colinas de la Costa Norte de Venezuela. Un 18% (16 millones cuatrocientas mil hectáreas) tiene limitaciones de drenaje y su ubicación predominante es en las grandes planicies aluviales como las del Sur del Lago de Maracaibo, los Llanos Centrales y Occidentales, y el Delta del Orinoco. Un 32% de la superficie nacional (algo más de 29 millones de hectáreas) es señalada con limitante prioritaria de baja fertilidad, concentrada principalmente en los Llanos Centrales y Orientales, así como en el Sur del país. La limitante por excesivo relieve ocupa un 44% (40 millones de hectáreas) comprendiendo los dos ramales de la Cordillera Andina, la Cordillera de la Costa y la región montañosa del Sur de Venezuela. Finalmente, los autores señalan que solo un 2% de la superficie venezolana (un millón ochocientas mil hectáreas) puede ser considerada sin limitantes para uso agrícola.

Los mismos autores hacen una prospección del uso de la tierra, indicando que aplicando tecnologías ya probadas por investigadores y agricultores avanzados, existe un 4% de áreas con amplia gama de uso agrícola; un 14% con una limitada gama; un 30% fundamentalmente para uso ganadero; un 41% para bosques, recreación, reservas hidráulicas, etc.; y un 11% que posee una asociación de áreas con limitada gama de uso agrícola y zonas limitadas a bosques y recreación.

Por supuesto, una prospección del uso de la tierra con los adelantos científicos y tecnológicos actuales (año 2022), incrementaría las áreas aptas para la producción de una variada gama de cultivos. Sin embargo, actualmente una apreciable superficie de esas tierras aptas para una agricultura productiva, ya ha sido ocupada por desarrollos de infraestructura en ciudades, carreteras, industrias, etc, y una gran parte de ella pertenece de alguna manera a agricultores venezolanos que luchan por producir alimentos para nuestros ciudadanos. Se puede apreciar que en el país no abundan tierras ociosas con buena vocación agrícola, como para ceder un millón de hectáreas a países extranjeros.

Un aspecto importante en esas capacidades de uso de las tierras venezolanas, es que difícilmente pueda existir un millón de hectáreas con vocación agrícola, disponibles, en un solo bloque, lo que supondría entonces que esa cesión de tierras se debe hacer en diferentes sectores del país, distribuyendo a los iraníes que vengan a ocupar nuestro territorio en una especie de mosaico por toda la geografía nacional. Eso puede resultar en una inmigración dispersa e incontrolada. Es posible que este convenio o compromiso implique que por parte del gobierno se realicen expropiaciones de fincas que se encuentren productivas en la actualidad, o que sea necesario realizar deforestaciones inapropiadas que afecten el equilibrio natural de algunas regiones del país, destrucción de bosques, eliminación de los bosques de galería que protegen ríos importantes, impacto sobre la fauna silvestre, en fin, un potencial ecocidio.

Adicionalmente se debe tener presente que Irán estima requerir siete millones de hectáreas en el extranjero con el fin de lograr producir suficientes alimentos para su pueblo. Eso en gran parte es debido, entre otras causas, a que “ese país enfrenta una crisis medioambiental sin precedentes con la disminución de los recursos hídricos, la rápida deforestación, la desertificación, el sobrepastoreo de los pastizales y la contaminación que asfixia a las ciudades”. Se ha destruido el equilibrio ecológico natural de ese país y la mayoría de estos estragos son irreversibles en el mediano plazo.

Esos problemas que enfrenta Irán se han tratado de justificar destacando que los recursos del país son limitados, especialmente los recursos hídricos que ha conducido a una sobre explotación de los acuíferos con la consecuente disminución y hasta desaparición de muchos de ellos. Además de la contaminación del aire en las ciudades, existe una fuerte contaminación por uso indiscriminado de plaguicidas y erosión de los suelos. Esto se agrava cada vez más, porque no se aplican las regulaciones de la política medioambiental descritas por las autoridades competentes.

Sería muy peligroso para Venezuela que esas malas prácticas agrícolas que han predominado en la agricultura iraní por décadas y hasta por siglos, y ahora erróneamente achacadas a los recientes efectos del cambio climático en el planeta, sean importadas para contribuir con la destrucción de nuestros recursos naturales. Es axiomático que si a los agricultores iraníes no les importa destruir sus recursos naturales, mucho menos les importará el mal uso de los nuestros.

En relación a este tema, esta misma semana el Ministro de Agricultura y Tierras ha señalado que esa producción agrícola del convenio Venezuela-Irán se realizará con nuestros agricultores, campesinos y asociaciones, para que la agricultura nacional “camine de manera adecuada”. Lo que no explican es que, como ya se indicó, el convenio “prevé el cultivo de un millón de hectáreas por parte de Teherán en suelo venezolano”, y que los iraníes están a la búsqueda de producir comida para su gente en otras partes del mundo, debido a que han destruido gran parte de sus recursos naturales útiles en la producción de alimentos.

Considero que es un momento oportuno para que parte de los profesionales del agro y agricultores de avanzada, así como los responsables del gobierno nacional, abandonen la idea de tratar de solucionar nuestra limitada soberanía alimentaria con la importación de personas que desconocen nuestros recursos naturales y humanos, y quizás con tecnologías que no se adaptan a nuestras condiciones. Igualmente, es un momento oportuno para que algunos productores y hasta profesionales de las ciencias agronómicas dejen de criticar y menospreciar a nuestros técnicos, formados en nuestras instituciones de educación superior y con estudios avanzados y experiencias en otras universidades del mundo desarrollado. A lo mejor no nos creen porque hablamos el mismo idioma y transitamos los mismos caminos de nuestra querida Venezuela.

Agosto 2022

Johan Santana y el Hall of Fame de la MLB

Pedro Raúl Solórzano Peraza

Johan Santana Araque ha sido un jugador de béisbol, venezolano, nacido en la población de Tovar, estado Mérida, el 13 de marzo de 1979, o sea que recientemente llegó a los 42 años de edad. Es un hombre joven pero limitado para practicar este deporte, retirándose de la MLB en el 2012 debido a lesiones que le impidieron mantener su calidad, aunque anduvo por las ligas menores hasta el año 2015.

Johan ha sido, hasta ahora, el mejor lanzador venezolano y en la MLB fue el mejor al menos durante el período 2004-2008, acumulando una buena cantidad de distinciones a lo largo de su carrera que en la MLB se extendió por trece años, desde la temporada del 2000 hasta la temporada del 2012. Sus números fueron los siguientes:

-Record: 139 partidos ganados y 78 perdidos, una relación G/P = 1,78

-Efectividad: 3,20

-Innings lanzados: 2025

-Ponches: 1988, ponches por inning lanzado P/I = 0,98

-WHIP: 1,13

Comparando esas estadísticas con otros grandes lanzadores de la historia reciente de la MLB, como Sandy Koufak, Bob Gibson, Tom Seaver y Greg Maddux, todos miembros del HOF, nos encontramos con lo siguiente:

1.-Solo Sandy Koufak supera a Johan de la relación G/P con 1,89, los demás en el mismo orden tuvieron una relación de G/P de 1,44-1,52 y 1,28 para Maddux.

2.-En efectividad es superado por esos otros cuatro extraordinarios lanzadores, cuya efectividad va desde 2,76 para Koufak hasta 3,16 para Maddux, muy próxima a la efectividad de Johan que fue 3,20.

3.-Johan es el que tiene menor cantidad de innings lanzados debido a que su carrera fue la más breve entre estos lanzadores considerados. El más cercano es Koufak con 2324 entradas lanzadas.

4.-De nuevo, Sandy Koufak es el único que supera a Santana en la relación ponches por inning lanzado con 1,03, escasamente mejor que el 0,98 de Johan. Las demás relaciones son 0,80 para Gibson, 0,76 para Seaver y 0,67 para Maddux.

5.-El WHIP de Santana es tercero entre estos lanzadores luego del 1,11 de Koufak y el 1,12 de Seaver, superando con su 1,13 al 1,19 de Gibson y al 1,14 de Maddux.

Las máximas distinciones que puede lograr un lanzador en la MLB son el Premio Cy Young (CY) y la triple corona (TC). El CY es otorgado por la opinión de un jurado, mientras que la TC es un logro personal cuantitativo al quedar primero en una misma temporada en partidos ganados, efectividad y ponches. Ambos galardones se obtienen tanto en la Liga Nacional (LN) como en la Liga Americana (LA) en cada temporada.

Johan Santana obtuvo el CY en dos oportunidades, en los años 2004 y 2006 por decisión unánime del jurado, y ganó la TC de la LA en el año 2006 con 19 partidos ganados, efectividad de 2,77 y 245 ponches propinados. Este es un galardón difícil de obtener, y como referencia solo ha habido 15 triple coronados en toda la historia de la Liga Americana.

Otro logro personal de Santana en la MLB fue lanzar un partido sin hits ni carreras el primero de junio de 2012, popularmente indicado como un No Hit No Run, o No Hitter, y en la oportunidad que Johan lo hizo los fanáticos de los Mets de Nueva York lo identificaron como No Han. Esta hazaña la realizó Santana con el equipo de los Mets de Nueva York, con la particularidad de haber sido el primer No Hit No Run de este equipo en 50 años de franquicia.

En su carrera en la MLB, Johan Santana estuvo activo con los Mellizos de Minnesota desde el año 2000 hasta el 2007 y con los Mets de Nueva York desde el 2008 hasta el 2012. Durante esos años, además de los records y distinciones ya señaladas, fue líder en juegos ganados en la LA en 2006; fue líder en efectividad en la LA los años 2004 y 2006, y líder en efectividad en la LN el 2008; fue el Jugador del Año en la LA el año 2006; fue seleccionado en cuatro oportunidades al Juego de las Estrellas en los años 2005, 2006, 2007 y 2009; y fue exaltado al Hall of Fame de los Mellizos de Minnesota en el 2018.

Al ver este palmarés de Johan Santana pensamos que es incomprensible que haya estado tan alejado del Hall of Fame de la MLB.

Obstáculos ocultos en la agricultura venezolana.

Pedro Raúl Solórzano Peraza

La agricultura venezolana, para poder mantenerse y evolucionar, permanentemente ha tenido que luchar contra muy variados obstáculos. Recuerdo desde los años sesenta, cuando me inicié en el mundo del agro culminando mis estudios de agronomía y posiblemente hasta hoy, que los productores han tenido serios problemas para vender sus cosechas de cereales y otros rubros a las industrias procesadoras. Se prefería importar y favorecer con sistemas impositivos las materias primas, y alimentos en general, producidos en el extranjero, porque en las arcas de la nación se atiborraban las divisas provenientes del petróleo. Popularmente esto se ha identificado como agricultura de puertos. Hemos estado enfermos, nos hemos contagiado con la enfermedad holandesa derivada de nuestra economía rentista basada en la exportación petrolera. En algunos momentos esto se manejó contingentando las importaciones para favorecer la venta de los productos nacionales. Esta política fue seriamente criticada por algunos economistas, pero funcionó aunque también fue muy fugaz.

Quizás desde los años ochenta en adelante, la infraestructura de apoyo a la agricultura ha venido deteriorándose, y como ejemplo podemos citar el caso de los sistemas de riego. En lo personal opino que quizás el obstáculo más limitante es la inseguridad personal y jurídica que perturba el comportamiento de los productores, y limita sus inversiones para mejorar la producción y la productividad. Más recientemente se menciona la escasez y obsolescencia de maquinaria e implementos agrícolas, y como noticia que rompe el celofán en las redes, un tremendo obstáculo es la falta casi absoluta de combustible, de diésel para la operación de la maquinaria y de otros equipos requeridos en las unidades de producción.

Desde el año 2010, con la expoliación de la empresa Agroisleña, C.A., la falta de un suministro variado, suficiente y oportuno de los insumos agrícolas básicos, se ha convertido en uno de los mayores obstáculos que tiene nuestra agricultura. Posiblemente, esta complicación para adquirir los insumos básicos ha traído como consecuencia la aparición de diversos obstáculos ocultos para la agricultura nacional. Son ocultos porque se establecen y manejan a la sombra de la ilegalidad.

Un ejemplo de esto ha sido la venta de semillas de pobre calidad, no solo en su pureza y vigor, sino en su identificación fraudulenta. En mis vivencias estudiantiles, el profesor de olericultura mencionaba que las semillas deben ser “verdaderas al nombre”, en lo cual hacía mucho énfasis para las semillas de hortalizas. Por supuesto, esto se refería a que la semilla tenía que ser del genotipo correspondiente a su identificación. En años recientes, posteriormente al uso de algunas semillas de diversos cultivos, se ha detectado que no correspondían al genotipo identificado en las etiquetas, e incluso se ha llegado a vender variedades por híbridos.

Insecticidas y herbicidas también han sido, en algunas oportunidades, obstáculos ocultos, ya que se han adulterado diluyéndolos o mezclándolos con otras sustancias, y por supuesto han perdido su capacidad para combatir insectos plaga y malezas. Algunas conclusiones por el uso de estos productos, son referidas a que tanto los insectos como las malas hierbas han desarrollado resistencia a los ingredientes activos de dichos plaguicidas, desprestigiándolos.

Actualmente ha aparecido otro obstáculo oculto, con la distribución en diversas regiones agrícolas del país de fertilizantes que aparentemente no tienen la calidad química indicada en la etiqueta, ni tienen la calidad física de la resistencia de sus gránulos. Esto se ha estado detectando por las quejas de algunos productores, quienes se sorprenden porque los rendimientos logrados en sus cosechas están muy por debajo de lo esperado, y por los problemas que se han presentado en el manejo de estos productos por disgregación de los gránulos y su apelmazamiento en los equipos de abonamiento. Por supuesto, si la concentración de nutrientes de productos de este tipo es mucho menor que lo indicado en la etiqueta, el agricultor está aplicando dosis inferiores a las requeridas y, consecuentemente, la calidad de su cosecha y los rendimientos van a ser muy pobres.

Estos obstáculos ocultos y la piratería que se realiza con ellos, se pueden evitar si el productor se dirige a distribuidores de tradición y confianza. Por supuesto, estos distribuidores tienen que esforzarse por disponer de una variada gama de insumos, en cantidad suficiente y de manera oportuna para que el productor los pueda utilizar en los momentos mejor indicados. Recordemos que toda práctica agrícola, para que sea eficiente, tiene que ser aplicada oportunamente.

Pedro Raúl Solórzano Peraza

Marzo de 2021.