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José Ospina-Valencia

¿Paz con el ELN?: sin Venezuela no habrá acuerdo que valga

José Ospina-Valencia

Con el inédito cese al fuego pactado con el ELN, Colombia avanza hacia otra paz negociada. No olvidar a las comunidades afectadas y contar con las mujeres y Venezuela serán claves del éxito de un eventual Acuerdo de Paz.

Este 3 de agosto de 2023 se inicia un cese al fuego bilateral entre la guerrilla del ELN y el Gobierno colombiano, "inédito” desde la fundación de este grupo armado bajo principios de la doctrina católica e ideas marxistas en 1964. Una guerrilla que tiene su parte de responsabilidad en la muerte de por lo menos 450.664 personas - el 80% civiles - en el conflicto colombiano entre 1985 y 2018, según la Comisión de la Verdad.

"El cese al fuego se pactó inicialmente por 180 días, y el 14 de agosto se abrirá el cuarto ciclo de negociaciones, que regresan a Caracas, después de haber pasado por México y Cuba”, explica a DW Francisco Daza, coordinador de la Línea de Paz Territorial de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES).

Participación de la sociedad civil, factor y condición

Este es el sexto intento de que el ELN se acoja a la Constitución colombiana de 1991. Expertos consideran que esta vez "sí es posible” construir un acuerdo con los 2.500 miembros del ELN, que "gobierna” en por lo menos seis áreas rurales del Bajo Cauca y "cogobiernan” en regiones como el Catatumbo y Chocó.

El proceso de paz con las FARC demostró que sin la sociedad civil no hay acuerdo aceptable en Colombia. "De hecho, este 2 de agosto se instala formalmente el Comité Nacional de Participación, del que saldrá una representación de la sociedad civil en la mesa y tendrá una voz fuerte en las negociaciones”, agrega el antropólogo Francisco Daza, egresado de la Universidad Javeriana de Bogotá. Y en cuanto a la Fuerza Pública, según Daza, "tiene una importante participación en el monitoreo y verificación para que se cumpla el cese al fuego, incluida la suspensión de acciones armadas contra el ELN”. Pero, advierte que "eso no quiere decir que se vayan a detener las actividades operacionales contra objetivos económicos de dicha guerrilla”.

ELN en guerra con otros grupos armados

Por otra parte, uno de los giros del conflicto es que, en la actualidad, "los enfrentamientos armados no están teniendo lugar entre Ejército y ELN, sino entre esta guerrilla y grupos criminales como el Clan del Golfo, con las afectaciones de la sociedad civil que se derivan de esas confrontaciones”, explica a DW Sebastián Guerra Sánchez, investigador del Instituto de Paz de Estados Unidos (USIP), con sede en Washington.

Así, Colombia se vuelve a encontrar ante un reto: pactar el desarme de un grupo que sale de regiones a las que el Estado no llega, por incapacidad o falta de voluntad. Un vacío que luego sí llenan viejas y nuevas mafias en reemplazo del poder estatal.

La apuesta del Gobierno de Gustavo Petro era por ello negociar, en paralelo, el sometimiento a la justcia de organizaciones criminales como el Clan del Golfo y las disidencias. Un proyecto aún estancado. Por esta razón, Sebastián Guerra, asesor en participación ciudadana y política en la oficina del Alto Comisionado para la Paz durante el gobierno de Juan Manuel Santos, destaca aquí "la gran importancia de la participación ciudadana”.

"Tener en cuenta a los demás actores armados tras un eventual Acuerdo de Paz con el ELN es determinante para la seguridad de los mismos excombatientes como para la sociedad civil”, enfatiza en conversación con DW Angela Liliana Olaya Castro, cofundadora e investigadora de la Fundación Conflict Responses (CORE).

¿Cómo debieran aportar las mujeres, víctimas y victimarias del ELN, a la construcción de un Acuerdo de Paz con este grupo? "Empezando por reconocer su rol en el conflicto y el inmenso impacto que este ha tenido sobre las mujeres”, dice a DW, la politóloga de la Universidad de los Andes, resaltando que "hay que reconocer la violencia basada en género y brindarles a las mujeres las condiciones para su participación en las comunidades azotadas por la violencia”.

Paz con el ELN Colombia y ¿el ELN Venezuela?

La participación civil es también clave para la recuperación de la convulsa región fronteriza con Venezuela tras un eventual Acuerdo de Paz. "En la frontera, el ELN se disputa el control territorial con las disidencias de las FARC”, apunta el sociólogo e historiador Sebastián Guerra, y agrega que, "desde el otro lado, el ELN venezolano participa de múltiples actividades de gobernanza criminal en Venezuela, en donde se ha arraigado en la dinámica política, electoral y económica y hay muy pocos incentivos para que ese ELN entre, por ejemplo, en un proceso de desmovilización”.

¿De qué sirve una paz con el ELN en Colombia si un flanco de 2.219 kilómetros sigue tomado por otro ELN tolerado por el Gobierno de Nicolás Maduro y en complicidad con gobernadores regionales? "He ahí la importancia de contar con el apoyo del gobierno venezolano”, replica Guerra Sánchez y concluye que "aquí se está jugando una estrategia en varios frentes: no basta con una negociación exitosa con el ELN, sino que sería necesaria otra con el gobierno venezolano para contar con su apoyo en el control del ELN en su país, con el fin de elaborar una estrategia de seguridad conjunta”.

De lo contrario, concluye Guerra, experto en negociación, paz y seguridad, "podrá haber una negociación exitosa en Colombia, pero permanecerá la condición de gobernanza criminal en la frontera, y al interior del Estado venezolano”. Un desafío para ambas naciones.

1 de agosto 2023

DW

https://www.dw.com/es/paz-con-el-eln-sin-venezuela-no-habrá-acuerdo-que-valga/a-66412210?maca=spa-newsletter_sp_Titulares-2358-xml-newsletter&r=17270622151132185&lid=2621585&pm_ln=213743

La paz total de Gustavo Petro: ¿la salida definitiva de la guerra?

José Ospina-Valencia

El Gobierno de Gustavo Petro recibió el aval parlamentario para “entablar conversaciones con organizaciones armadas”, incluidos los que abandonaron el Acuerdo de Paz y retomaron las armas. ¿Qué tan justo o necesario es?

El cometido de la "paz total” del Gobierno de Gustavo Petro en Colombia dió un inmenso salto. La Cámara de Representantes aprobó este 26 de octubre la iniciativa con 125 votos a favor y 13 en contra, luego de arduos debates. Ahora, la "paz total” podrá convertirse en política de Estado. "Este es el inicio de la profundización de la democracia para pasar la página del baño de sangre, del retraso al que nos somete el conflicto armado”, expresó a la prensa el ministro del Interior, Alfonso Prada.

La paz total del Gobierno de Colombia "parece ir por buen camino, pero hay un número increíble de retos que hay que afrontar aún”, dice a DW Stefan Peters, director del Instituto Colombo-Alemán para la Paz (Capaz). Retos, "como llevar a cabo negociaciones con actores armados como la guerrilla del ELN (presente en Colombia y Venezuela), que si bien tiene una agenda política, está involucrada en el narcotráfico y otras economías ilegales”, acota el doctor Peters, quien cuestiona la voluntad de estos combatientes a desmovilizarse, en caso de un nuevo acuerdo de paz.

A este reto se suman otros puntos controvertidos del proyecto del presidente Gustavo Petro, como la creación del "servicio social para la paz” y la posibilidad o no de negociar con desertores del Acuerdo de Paz de 2016. Algo a lo que el parlamentario Humberto de la Calle, cofirmante del Acuerdo de Paz de 2016 se ha opuesto vehementemente.

"Yo comprendo las críticas en contra de los acercamientos con quienes abandonaron el Acuerdo de Paz, pero lo que llevó a eso fue justamente la falta de implementación del acuerdo final”, dice a DW el jurista Sergio Ruano, que actualmente cursa un máster en Justicia Transicional en la Universidad de Ginebra, y quien ve justamente aquí "la nuez del asunto”.

Los críticos a aceptar un diálogo con los "desertores” de la paz en Colombia hablan de que el Gobierno de Petro les ofrece a los disidentes un "repechaje”, injusto con quienes han cumplido. "Más que repechaje es arreglar lo que no se ha hecho hasta ahora”, replica en conversación con DW Leonardo González Perafán, director del Observatorio de DD.HH. y conflictividades Indepaz.

Hay quienes han desertado de tres o cuatro procesos de paz

Algunos no están de acuerdo con que el Estado y la sociedad ofrezcan "una segunda oportunidad”. ¿Qué pasa entonces con los miles de milicianos paramilitares y guerrilleros que han pasado por tres o cuatro acuerdos de entrega de armas, pero que luego fundan o se suman a nuevos grupos criminales?

"Esa ha sido la historia de este país en donde varios procesos de paz han fracasado porque no han garantizado la no repetición”, explica, por su parte, el jurista González Perafán, de la Universidad del Cauca, y agrega que de eso se trata la paz total: "De brindar las garantías de una estabilidad social y económica para que los jóvenes no vuelvan a las armas; para que no sigan creándose nuevos grupos armados”.

En este contexto, el director jurídico de Indepaz recuerda que "desde 2016 han sido asesinados 341 firmantes del Acuerdo de Paz que estaban cumpliendo y defendiendo la paz, pero muchos de ellos fueron asesinados por sus antiguos compañeros de armas, paramilitares, el ELN y el Ejército de Colombia”. Y explica que "esto sucede porque la paz que se que se les prometió no era solamente una firma sino también cambios estructurales en sus territorios que el Estado no ha cumplido”.

A pesar de los errores, obstáculos y zancadillas al Acuerdo de Paz, el profesor Stefan Peters resalta la existencia y la labor de la Justicia Transicional para la Paz (JEP) con la que "Colombia es pionera a nivel internacional, con la Comisión de la Verdad, su informe, las sanciones”, pero también recuerda que "hay muchas regiones en donde hoy la vida es más pacífica y otras en las que apenas se puede hablar de paz”. Esto, se debe, en gran parte, según el politólogo germano, a la aún no aplicada reforma rural y el problema de las drogas.

Llamado a todas las partes a "legitimar" el Acuerdo de Paz

Si bien la JEP ha hecho un excelente trabajo, el abogado Sergio Ruano resalta que los actores responsables del conflicto, tanto exguerrilleros, militares y políticos, no han demostrado toda la voluntad necesaria para generar toda la legitimidad política, la amplia aceptación social que el Acuerdo de Paz requiere. Y se refiere, en especial, al excomandante de las FARC Rodrigo Londoño, que "no debe seguir esperando el largo proceso de la JEP para confesar crímenes, reparar a las víctimas y comprometerse con la paz”.

El jurista Ruano, de la Universidad Nacional, reitera que para que la paz no sea vista como un mero "acuerdo entre élites”, es vital la representación de todos los sectores de la población”.

Por último el director de Indepaz reitera que la paz total "se trata justamente de que los jóvenes en Colombia tengan verdaderas oportunidades y no la guerra o el narcotráfico".

27.10.2022

DW

https://www.dw.com/es/la-paz-total-de-gustavo-petro-la-salida-definitiva...