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Opinión

Carlos Raúl Hernández

Sobre el 10 de enero, olas de imaginación van y vienen, pertinaces, y el último conejo del sombrero, el nuevo traje pret-a- porter, es que ese día mágico el Estado colapsará ante el repudio universal por ilegítimo. Un gobierno es legítimo únicamente cuando cumple el pacto sagrado de respetar la Constitución. Las fuerzas democráticas están obligadas a competir, gobernar y oponerse con reglas del juego inviolables. Pero ocurre que para los revolucionarios esta es una tramoya burguesa y la legitimidad revolucionaria emana del caudillo que encarna al pueblo y no de un librito demoliberal. A Stalin, Mao, Castro o Hitler al parecer no les inquietó mucho el asunto.

Los nuevos estrategos primero dijeron que el 10E era el día dramático. Se les pidió no crear ilusiones como el R.R, elecciones ya, el 16J, el 350 o la hora cero, pero con la acotación que no todo era pérdida porque ellos mismos fijaban la fecha de prueba para la verdad o falsedad de su hipótesis. Alertados sobre el ganso muerto, rápido lo lanzaron a la A.N: el gobierno se caería sí y solo sí ésta obedecía las instrucciones de los estrategos, que de acertar, serán héroes, y si fallan, será culpa de la A.N. Señalada la jiribilla, hicieron un nuevo borrón: el 10E no es la cosa, pero comienza un proceso y en el que todos los gatos son pardos y nadie víctima de su lengua.

En síntesis donde digo digo, digo Diego y volvemos a lo resabido: falta poco, Maduro vete ya y gente desarmada a las calles contra la Guardia Nacional. El nuevo Lenin llama a un golpe militar, pero luego corrige y pide fineza a los golpistas y entregar la junta de gobierno a civiles de la transición ¿Habrá retiro masivo de embajadas a partir de esa fecha? No parece que Europa ni EEUU harían ese gran favor al gobierno, al que le conviene el mayor aislamiento para que el país termine de convertirse en un preso incomunicado en Cayena. Mientras más extranjeros se vayan, más solos quedamos.

Retiro ma non troppo

El Presidente de Colombia anunció un aporte simbólico, retirar su embajador, pero dejó claro que permanecería en Venezuela gran parte de la delegación. La historia del repliegue de embajadores merecería estudiarse porque no conocemos precedentes modernos de algo así. En la extrema Camboya cuando el triunfo de los jemeres rojos, muchos países lo hicieron, no en tanto respuesta política sino para preservar la vida de sus funcionarios en el terreno. Tal vez habría algo similar en la Guerra de los Bóxer en 1899, también por temor a la cacería de extranjeros.

Un déspota paraguayo del siglo XIX, Gaspar Rodríguez de Francia, se auto aisló para, al contrario, instalarse en el poder por tres décadas. Surgen muchas dudas sobre un elemento aparejado al retiro de las embajadas: las sanciones económicas a instituciones o personas del gobierno, porque hasta ahora no hay un solo tirano al que hayan forzado a un cambio de régimen, léase Hussein, Kim Jon-un (antes su padre y su abuelo), Fidel Castro, Al Assad, Gadafi. En ninguna de estas naciones tuvo resultados tal política.

Veamos: Corea del Norte (desde 1950), Cuba (desde 1960), Irán (1979), Irak (1990), Yugoeslavia, Birmania (1997), Zimbabue (2002) Bielorusia, (2004) Siria (2004), Congo (2006), Sudán (2007), Sudán del Sur (2014) Somalia (2010), Libia (2011) Costa de Marfil (2011), Líbano (2012), Yemen (2012) Ucrania (2014), Rusia y Venezuela (2014). En Irán hay sin angustias, miles de personas sometidas a esa penalidad. Queda en evidencia que no vulneran la estabilidad del régimen y que los momentos en los que surgió alguna esperanza democrática, no se debió a eso sino a triunfos electorales de la oposición.

Sancióname

Las sanciones han empobrecido pavorosamente a la mayoría de los iraníes,-y a las de los otros países mencionados-, y destruido sus infraestructuras de servicios. La política sancionatoria aherrojó la alianza Rusia, Venezuela, Turquía e Irán (por ahí anda China con cuidado). Y ante la amenaza de un embargo al petróleo iraní, el presidente Rohani amenazó ocupar y cerrar del estrecho de Ormuz, bloquear las exportaciones petroleras desde el Medio Oriente y, en síntesis, una nueva guerra en el Golfo Pérsico.

Europa ya manifestó su reticencia a las acciones norteamericanas que lanzaron a Irán al bloque anti occidental, mientras fuerzas internas bregaban, torpemente como aquí, por una liberalización de los ayatolas. Por desgracia la oposición venezolana tomó el camino de la iraní al renunciar a la presencia en los mecanismos de poder a cambio de alternativas, lo que precisamente condujo al fracaso de la izquierda en el continente durante los sesenta, cuando Rómulo Betancourt limpió el piso hemisférico con ella.

Vico introdujo el término revolución en idioma italiano aplicado a la ciencia fáctica y la definía como un inútil giro de 360 grados que conducía al mismo sitio de partida. La insurrección civil de la posmodernidad coincide en el punto cero con el “Gran rechazo” de los marxistas en los 60. Alguien decía que estudiar la historia no sirve para nada porque estamos condenados a cometer los mismos errores. El trabajo para recomponer las fuerzas democráticas debe olvidar sortilegios y volver a las bases populares abandonadas, reconstituir los partidos, regresar al voto, la vía democrática, y enfriar los espíritus recalentados.

@CarlosRaulHer.

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El 07.12.2018, Annegret Kramp-Karrenbauer, conocida como AKK, fue elegida presidenta del Partido Demócrata Cristiano de Alemania (CDU) por una leve mayoría -34 votos de diferencia- sobre su oponente Friedrich Merz.

Las calles céntricas de Hamburgo se veían atestadas de corresponsales nacionales e internacionales. Pocas veces, quizás nunca, las elecciones internas de un partido habían logrado despertar tanta expectación como fueron las que tuvieron lugar ese día viernes de noviembre. La razón: las elecciones internas de la CDU deberían tener lugar semanas después de la renuncia de la canciller Angela Merkel al puesto de presidenta de su partido, separando, por primera vez en la historia de post-guerra, las competencias de jefe de partido y jefe de gobierno.

Merkel con su repentina decisión lo apostó todo. Si los delegados hubieran elegido presidente del partido a un político no seguidor de Merkel, no solo la continuidad de la política Merkel habría terminado, también la continuidad de la persona Merkel habría sido difícil de sostener frente a su rival de años, Friedrich Merz, representante de un ala tradicionalmente anti-merkeliana. Más aún, un triunfo de Merz -al que la “clase periodística” apoyaba y daba por seguro vencedor- habría provocado, si no una crisis de estado, por lo menos una crisis de gobierno.

El cálculo de los enemigos internos de Merkel era, por lo demás, lógico. Si en la primera ronda AKK, favorita de Merkel, no obtenía la mayoría absoluta, los votos del tercer candidato, el ministro de salud Jens Sphan (157) -crítico de Merkel- pasarían a engrosar la canasta de Merz (392) en la segunda ronda. De ahí que cuando fueron dados a conocer los resultados de la primera, los que sabemos algo de política dimos por sentado el triunfo de Merz. Así al menos lo mostraba el lenguaje corporal de los “merzeristas” después de haber sido dados a conocer los resultados preliminares.

Todo parecía pues marchar de acuerdo con el plan previsto por el maquiavélico presidente del Parlamento, Wofgang Schäuble, mentor político de Merz, quién rompiendo con el tabú de imparcialidad propia a la alta dignidad de su cargo, declaró su apoyo, dos días antes de la elección, a Merz. En otras palabras, Merz era ya visto por Schäuble como el seguro ganador. Los días políticos de Merkel parecían estar contados. Que eso no hubiera sido así tiene solo una causa, una sigla, solo tres letras: AKK.

Algo falló en el plan de Merz-Schäuble. Quizás -es solo una hipótesis- comenzó a fallar desde el mismo momento en que Merkel pronunció su discurso de despedida: impecable. Como siempre, racional, lógica, precisa, pero esta vez, agregando un leve toque de emocionalidad. Suficiente para que muchos delegados comenzaran a pensar mirando hacia atrás y se dieran cuenta de lo que estaban a punto de perder: A una mujer que había sacado al partido de las ruinas de la corrupción, convirtiendo a su país en la primera economía y en la democracia más sólida del continente. A una persona a la que jamás se ha podido encontrar una sola mancha, íntegra como nadie, inteligente como pocas. Algunos delegados no pudieron contener las lágrimas: estaban despidiéndose no solo de Merkel, sino de uno de los capítulos políticos más brillantes de la mancillada historia alemana.

Al lado del discurso de Merkel, los de Merz y Sphan lucieron acartonados, sin espontaneidad, como aprendidos en un libro de educación política para iniciados. No así el de AKK, una de las mejores oradoras, tal vez la mejor de Alemania. Y esta vez AKK habló mejor que nunca. Sus palabras le salieron del alma, con emoción pero sin perder la perspectiva. Dio a entender claramente que ella continuaría la línea Merkel entre otras razones, porque había sido exitosa. Pero a la vez, que no es “la mini-Merkel” como intentaron rebajarla sus adversarios. Lo prueba su larga trayectoria política. Ya sea como jefa de los democristianos o como presidenta de estado en el Sarre, ya sea ocupando los resortes de ministra del interior, de educación y social, ya sea como secretaria general de la CDU, ha dado muestra de capacidad de trabajo, seriedad y competencia, uniendo a estas cualidades su sentido del humor y una, a veces irresistible simpatía personal. Sabe hacerse querer y admirar al mismo tiempo. Es dura con sus oponentes, pero también domina el arte de la integración. AKK está sin duda destinada a seguir las huellas de Merkel. No puede ni debe hacer otra cosa, y eso lo sabe muy bien. Pero lo hará imponiendo su estilo personal, en algunos puntos distintos a los de su antecesora.

Pero no solo estaban en juego dos biografías personales, la de la protestante Merkel y la de la católica Karrenbauer. La asamblea de Hamburgo debería decidir entre dos tipos de partido. O el partido conservador de la economía, representado por Merz y Schäuble (uno, un millonario empresario; el otro, un exitoso ex- ministro de finanzas) o el moderno partido del centro social y político en que transformó Merkel a la CDU.

El rumbo que tomaría la CDU ayudaría a determinar el rumbo de la futura Europa. Y esa es la razón final que explica el interés internacional con que fue seguido el histórico congreso de Hamburgo. Más decisivo todavía si se tiene en cuenta que el compañero internacional de Merkel, Macron, se encuentra con el agua hasta el cuello, a punto de ahogarse en la pantanosa vida política de Francia. Una “derechización” de la CDU a través de Merz habría llevado sin dudas agua al molino de la ultraderecha nacionalista alemana y europea. Fue por eso que Alexander Gauland, jefe de los ultranacionalistas de la AfD, no intentó disimular su enfado por el resultado de las elecciones democristianas. Después de todo Merz le había hecho cariñosos guiños en sus propuestas referentes a la política migratoria.

¿Será AKK la futura canciller? Difícil saberlo. La suerte no está echada. Nadie puede apostar por el futuro de la GROKO (gran coalición) entre la CDU y la SPD. Si esta última continúa derrumbándose en las futuras elecciones federales –y hasta ahora no hay ningún indicio de que eso no va a suceder- será necesario incorporar a los Verdes en tareas de gobierno. Y también para esa función integrativa AKK parece ser la persona apropiada. Por si fuera poco, el mismo Schäuble, sin proponérselo, ha impulsado a AKK a asumir mayores responsabilidades pues creyendo que Merz ya estaba seguro, propuso que el jefe de partido debería ser el futuro Canciller de la república. El tiro, evidentemente, le salió por la culata. Si el congreso de la CDU fue para Merkel y Kramp-Karrenbauer un drama, para Merz/ Schäuble fue una tragedia.

Drama o tragedia. El suspenso, la tensión, las emociones que afloraron en Hamburgo, demostraron el sentido y significado de la política cuando esta es vivida con pasión. La discusión interpartidaria -así lo demostraron los socialcristianos- está lejos de ser el lugar de las componendas burocráticas, de los arreglos aleatorios y del aburrimiento como creyó una vez, de modo muy errado, el jurista Carl Schmitt. Los delegados democristianos, por el contrario, demostraron que la democracia -partidaria y parlamentaria- puede ser también el lugar donde irrumpe el debate público o el sitio en el que asoma la luz radiante de la política (Arendt). Algo que nunca podrá ocurrir en el mundo gris y aburrido de las dictaduras. Carl Schmitt, junto a su apología de la dictadura, también fue derrotado en Hamburgo.

Polis

8 de diciembre 2018

https://polisfmires.blogspot.com/2018/12/fernando-mires-akk-o-la-politic...

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A veces hay que hacer un alto en la discusión de las propuestas y el análisis del quehacer político, para reflexionar sobre algo más básico y árido; en este caso, la corrupción.

Lo primero es recordar el contexto. Este es un gobierno, una dictadura, sostenida únicamente por la fuerza de las armas y las “mieles” de la corrupción. Carece de proyecto histórico, como no sea quedarse en el poder, mantenerlo –como ya he dicho, por la fuerza de las armas– para disfrutar sus beneficios, como también he dicho.

Técnicamente el gobierno no existe, no funciona. No toma una sola medida eficaz ni eficiente para resolver ninguno de los graves problemas de la gente. Solo espasmódicos –en todos los significados de la palabra– aumentos de salario mínimo que, sin hacer juicios de valor sobre la justicia de los aumentos, en pocos meses son devorados por la hiperinflación, y que lo obliga a devaluar, reconvertir y a emitir y mal poner a circular escasos billetes, con lo cual contribuye más a acelerar la hiperinflación y cavar más la fosa en la que estamos metidos todos los venezolanos, los que no alcanzan a huir por las fronteras de Colombia y Brasil.

En este contexto estallan y se revelan a diario escándalos de corrupción mil millonarios, de cuyo foco el régimen quiere inútilmente que desviemos la vista –que en parte lo logra– culpando a los demás y poniendo a circular información falsa o tendenciosa. En nuestra frustración por la situación política en que sobrevivimos, caemos en la trampa y creemos y difundimos buena parte de esa falsa información sin confirmarla, y nos ponemos a sospechar y denigrar sin base ni criterio de los que están a nuestro alrededor.

En realidad, poco podemos hacer el común y mayoría de los venezolanos, frente al, literalmente hablando, espectáculo de la corrupción, como no sea apoltronarnos a contemplar la sordidez de los juicios y escándalos que envuelven a personajes venezolanos, otrora altos funcionarios o amigos de la administración del difunto Chávez Frías y que amenazan con hacer palidecer los guisos y manejos de Odebrecht o las andanzas “hamponiles” de los gánsteres de comienzos del siglo XX de los Estados Unidos.

Pero digo mal. No somos meros espectadores apoltronados. Tampoco es que seamos actores, mucho menos en los casos que se destapan últimamente; pero participamos subiendo o bajando el pulgar, como espectadores de circo romano. La única diferencia es que no hay cristianos ofrecidos a los leones, o gladiadores que disputan por sus propias vidas en mortales combates; lo que hay son “despreciados políticos” sometidos a la picota y el escarnio público sin posibilidad de defensa, pues el régimen controla casi toda la prensa y algunos irresponsables buena parte de las redes sociales.

A los males propios de cualquier clase política, a la nuestra se le suma la sospecha de corrupción, de “mala conducta”, de aprovechadores del erario nacional, por el solo hecho de aspirar a un cargo público o aspirar a la noble tarea de ser un servidor público; porque lo es, ser servidor público es una noble tarea, que exige de vocación, desprendimiento y de sacrificio.

No digo que nuestros políticos sean una pléyade de ángeles, pero tampoco son, todos, una caterva de hampones; y usualmente se nos olvida que, en nuestros países –en realidad en todas partes–, la corrupción no viene sola, suele venir en pareja. Es decir, por cada “corrupto político”, hay alguien a su sombra o a su lado: un empresario, un profesional, un hombre de negocios, que se aprovecha y beneficia del cohecho de ese funcionario. Es lo que estamos viendo en el más reciente juicio en la Florida. Por lo tanto, queda muy mal la mojigatería de algunos que se solazan en denigrar de “los políticos”, sin ver la viga en el propio ojo. En el peor de los casos, se trata de un sistema corrupto o una “sociedad de cómplices”.

Sin embargo, al ciudadano común el único papel que le queda en política no es el del mero espectador. Algunos han optado por involucrarse, no digamos en partidos, que sería lo deseable –al menos para los que critican su hacer y desempeño– sino en muchas de las organizaciones de la sociedad civil que se dedican a esa actividad, sin competir directamente por el poder, que es la tarea específica y natural de los partidos.

Otros, que no son pocos ni poca cosa, se conforman con acudir a los procesos electorales y respaldar con su voto la aspiración de algún candidato, pero esta actividad hoy día –a las elecciones, me refiero– esta tan “devaluada”, que ya no es opción para muchos.

Por lo tanto, nos va quedando un sector, no muy grande afortunadamente, pero si muy activo y bullicioso, que su única tarea “política”, “ciudadana”, es poner a circular por redes sociales cuanto chisme y maledicencia de algún político logran pescar o inventar por allí. Algunos pertenecen al sector que durante años denigró y hecho pestes de los políticos y los partidos; razones había, pero criterio, poco. Varios de esos después apoyaron las aspiraciones presidenciales de Chávez Frías, como quien alentaba una especie de “justiciero” o “ángel exterminador” que purificaría a la política y el país y trataron de convencernos para que nosotros también lo apoyáramos. Cuando se dieron cuenta de que el personaje, que habían ayudado a “entronizar”, se les escapó de control, muchos de ellos fueron los primeros en abandonar el país y en tratar de dirigir desde afuera los hilos de la política.

No digo que la crítica no sea necesaria, lo es; ni digo que no haya hechos criticables, los hay; pero esa no es ni puede ser la tarea fundamental del ciudadano, sino que éesta debe ser la de ejercer control, pedir cuentas a sus representantes, obligarlos a rendirlas, a responder por sus actuaciones, a informar de su gestión, sugerirles ideas, llevarles propuestas, realizar una bien conducida y responsable contraloría social y ciudadana.

Los políticos no vienen de marte, no son extraterrestres, se criaron en nuestros hogares, fueron a nuestras escuelas, colegios y liceos, se graduaron en las universidades con nosotros y están allí, porque los pusimos allí, para que realizaran la tarea de gobernar, mientras nosotros nos dedicábamos a ejercer nuestras profesiones o a desarrollar nuestros negocios. Y ahora muchos han desarrollado un agudo sentido de la “antipolítica”, como si no tuvieran nada que ver, por acción u omisión, en el problema.

Es cierto, para algunos la “antipolítica” es una “coartada” (Carlos Blanco, El Nacional, 5 de diciembre de 2018), pero para otros, es una estrategia. No se trata de lavarle la cara a los políticos que no lo merezcan, se trata de repartir adecuadamente cargas y responsabilidades, involucrándonos como ciudadanos.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

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En este tiempo, más allá de la coyuntura venezolana, he visto una discusión en las redes sociales a propósito de la relación entre sufragio y democracia. Si votas eres demócrata. No votas, eres antidemocrático. La discusión es larga y tiene miles de aristas. Pensemos que la práctica democrática, como mínimo, debe garantizar la autonomía del pensar que se manifiesta en una acción comunicativa o social. Decidir si asisto o no es el primer acto democrático; tener la posibilidad de decidir, si quiero hacerlo o no. El segundo, de asistir, por quién lo haré.

En el caso de los regímenes como el nuestro, despótico y totalitario, la participación electoral, para el movimiento de liberación, tiene otro carácter, porque se transforma en una forma de lucha (entre otras); así como también, la abstención puede ser, en una circunstancia determinada, una forma de lucha. Ninguna se descarta a priori, depende de las circunstancias, de la estrategia y de las tácticas que marquen los líderes para enfrentarse al régimen despótico. Cualquiera de las dos puede tener resultados positivos o negativos. La forma de lucha no garantiza el éxito; hay múltiples variables desde estructurales, contextuales, hasta contingentes que posibilitan alcanzarlo o no.

Cualquiera de las dos, dentro de un régimen despótico, para que tengan alguna posibilidad de éxito, en principio, requiere de la unidad de todo el liderazgo (partidos políticos, organizaciones civiles…) y, acompañar, esa forma de lucha con otras acciones, nacionales e internacionales en distintos órdenes que la ejercen, las convocan, las evalúan, quienes dirigen el movimiento de liberación.

Cuando está desarticulada la dirigencia opositora la abstención o la participación electoral, como forma de lucha, pierde total eficacia. Si tenemos claro esto, no discutimos entre nosotros a propósito de concurrir el 9 de diciembre a las urnas electorales y, más bien, nos ocupamos todos, dirigentes y nosotros, una multitud regada nacional e internacionalmente, en construir puentes, acuerdos, para enfrentar al régimen despótico con una agenda propia.

Profesor universitario

La apuesta por el disenso es de hecho un desafío a los modos normalizados del pensar. Es una manera francamente arriesgada de retar a los circuitos ordinarios de reproducción de los discursos dominantes. (Rigoberto Lanz, 2000, El discurso posmoderno: Crítica de la razón escéptica, 112)

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Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el tema de la educación para la producción agrícola.

Educación para la producción agrícola

La agricultura es una actividad complicada, muy compleja, en la cual intervienen muchos factores de diversa naturaleza y, para que sea exitosa, todos esos factores deben coincidir favorablemente.

Muchas personas creen que la agricultura es muy simple y solo basta tirar las semillas al campo y luego ir a recolectar la cosecha y venderla, sin embargo, está rodeada de enemigos que hay que saber manejar para lograr buenos resultados de la gestión agrícola. Entre esos enemigos tenemos insectos, hongos, bacterias, virus, malezas, aves, excesos de lluvia, escasez de lluvia, vientos huracanados, cambios bruscos de condiciones climáticas especialmente en zonas templadas, exceso de oferta en el mercado que baje los precios de los productos cosechados a niveles antieconómicos, malas políticas agrícolas, incendios forestales, inundaciones por desborde de ríos y quebradas, obstrucción de la vialidad agrícola por efectos del clima y por falta de mantenimiento, escasez de maquinaria agrícola, escasez de insumos agrícolas en los momentos más oportunos, desconocimiento de las condiciones de los sistemas suelo-clima, y otros factores que afectan la producción.

Teniendo claro que la producción agrícola es un proceso bastante complejo, que depende de muchos factores y es necesario aplicar conocimientos derivados de diversas ciencias como física, química, matemáticas, biología, ciencias económicas, geología, bioquímica, etc., los cuales se concentran en la Agronomía; es lógico tener presente que las personas que de una u otra manera apoyan a los productores del campo y en cierto modo ellos también, tienen que cultivar estos conocimientos. Quiere decir, que esas personas tienen que instruirse en las instituciones que existen para tal fin, las cuales van desde las escuelas prácticas de agricultura hasta las universidades.

En Venezuela se le ha dado mucha importancia a la educación agrícola desde la década de 1930, cuando comienzan a fundarse instituciones con este propósito. Se puede decir que la historia de la educación agrícola formal en el país comienza a principios de esa década con la fundación de la Escuela de Prácticos Agropecuarios, que a partir del 5/12/1936 se denomina Escuela Práctica de Agricultura y Centro de Demostración del estado Aragua. Siempre ha permanecido en la Hacienda La Providencia ubicada entre las poblaciones de Turmero y Maracay, otorgando a sus egresados el título de Perito Agropecuario. Posteriormente se fundaron otras escuelas de este tipo, siendo quizás las más importantes las ubicadas en Agua Blanca, estado Portuguesa, y en Maturín, estado Monagas.

Ese mismo sector del estado Aragua, entre Turmero y Maracay, por su riqueza en suelos y aguas fue también el lugar escogido para fundar, en 1938, la primera Escuela Normal Rural del país, específicamente en El Mácaro y, para recibir, en 1947, la Escuela de Demostradoras del Hogar Campesino, que inicialmente se fundó en Caracas en 1939 como Escuela de Agentes de Demostración del Hogar. La Escuela Normal Rural se funda para la formación de los maestros que atenderían, principalmente, la inmensa población rural que existía en Venezuela para la época; mientras que las egresadas de la Escuela de Demostradoras del Hogar Campesino, fungirían como extensionistas para ayudar a mejorar los hogares y las familias campesinas.

A nivel privado, tomemos el ejemplo de la Escuela Agronómica Salesiana, que desde hace muchos años existió en la ciudad de Valencia y otorga títulos de Peritos Agropecuarios. Esta escuela es de gran tradición y ha formado destacados profesionales, pero debido al crecimiento de la ciudad tuvo que ser trasladada a otra área del país. De esta manera, se muda cerca de la ciudad de Barinas, en una extensa zona donde ha continuado su actividad docente, liberando profesionales para contribuir con la agricultura venezolana.

En el año 1937 se crean la Facultad de Agronomía y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela, que se inician en Caracas pero al breve tiempo se mudan a Maracay. Posteriormente se crean otras facultades de veterinaria en algunas universidades, y otras facultades de agronomía en Maracaibo en La Universidad del Zulia, en Jusepín en la Universidad de Oriente, en San Cristóbal en la Universidad del Táchira, en Barquisimeto en la Universidad Lisandro Alvarado, en Coro en la Universidad Francisco de Miranda, en Barinas y Portuguesa en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora. También se comienzan a crear Institutos Tecnológicos Universitarios en diversas regiones del país, en la mayoría de los cuales se incluye la educación para la producción agrícola.

Quiere decir que muy temprano en el siglo XX, a la educación agrícola se le comenzó a dar la importancia que requería un país en franco crecimiento, con necesidad de alimentar a una población que se incrementaba aceleradamente. Las escuelas prácticas y técnicas incluyen mucha actividad práctica, de campo, en parcelas experimentales y en fincas de productores aledañas a las escuelas. Las universidades tampoco son ajenas a las actividades de campo, pero además, se imparten profundos conocimientos de las diversas ciencias que participan en la conformación de las Ciencias Agronómicas. Hoy en día, estas universidades también ofrecen cursos de posgrado, a nivel de maestrías, doctorados y diplomados en las diversas áreas de la Agronomía.

Los posgrados han fortalecido la actividad de investigación en las diversas facultades de agronomía, lo cual ha sido de gran ayuda, ya que la investigación es uno de los pilares sobre los que se erigen estas instituciones de educación superior. Los otros pilares los constituyen la docencia y la extensión agrícola, siendo esta última lo que une a la universidad con la realidad que se vive en nuestros campos agrícolas.

El INIA tiene la Escuela Socialista de Agricultura Tropical (ESAT) que ofrece cursos de doctorado, maestría, diplomados, cursos de ampliación, talleres, etc., en el área agrícola. Éste parece ser otro misterio del régimen, y no conozco ninguno de sus logros importantes hasta los momentos.

La educación agrícola en Venezuela se ha estado deteriorando progresivamente y con el actual régimen ha llegado a niveles inesperados, ya que los gobernantes del socialismo del siglo XXI le tienen aversión a todo lo que trata sobre educación, instrucción o academia. Al igual que todas las actividades educativas, la educación en el área agrícola ha ido desmejorando por varias razones. Una de las de mayor peso ha sido el abandono del apoyo material oficial que es indispensable cuando se imparte una educación gratuita. Esto ha afectado la calidad de la infraestructura y las dotaciones de material de apoyo como son sillas, pupitres, escritorios, papelería, bibliotecas, laboratorios, equipos audiovisuales, computadoras, artículos deportivos y otros. También esa falta de apoyo económico oficial ha afectado el insuficiente salario de los docentes, que además, permanentemente se deteriora por la inflación, motivando, especialmente a nivel universitario, el éxodo de profesores e investigadores hacia otras áreas o, peor aún, hacia otros países.

Además de la falta de recursos, que deben ser parcialmente suministrados por el gobierno, ha ocurrido un saqueo de algunas instituciones. Es el caso de algunas estaciones, campos experimentales y campos de producción comercial que ayudan al ingreso de recursos para las instituciones correspondientes, que han sido invadidas y sus bienes repartidos o deteriorados. Hay información sobre las invasiones y en algunos casos confiscaciones de estaciones experimentales de las facultades de Agronomía y Veterinaria de la U.C.V. y de otras universidades, de las instalaciones de edificios y campos experimentales y de trabajo del Colegio del Mundo Unido y de la amenaza sobre la Escuela Agronómica Salesiana de Barinas.

Por supuesto, todos los afectados han realizado los reclamos correspondientes ante las autoridades respectivas y, como todo con este régimen, no han tenido respuesta y en muchos casos ni siquiera han sido atendidos. Estas propiedades tienen que ser devueltas a las diversas instituciones para que continúen cumpliendo sus funciones docentes y de investigación, tan necesarias en el área agrícola.

Los presupuestos solicitados anualmente al gobierno nacional por las escuelas que intervienen en la educación agrícola venezolana deben ser aceptados y cubiertos una vez que se evalúe su contenido, para asegurar el funcionamiento cabal de esas instituciones. Los sueldos y salarios del personal que labora en estas organizaciones tiene que revisarse y ajustarse con la frecuencia que dicte el movimiento económico del país, para evitar la renuncia de esas personas en la búsqueda de mejores oportunidades y para promover el retorno del personal que se ha marchado, el cual tiene una sólida formación académica, para mantener la excelencia de la educación que allí se imparte.

Otra razón de mucho peso en la pérdida de calidad en la educación agrícola es referida a los contenidos programáticos. Así como esto afecta a los infantes, que al comenzar su vida escolar le están cambiando la historia o se la tergiversan, en la educación agrícola han tratado de eliminar el pensamiento universal, crítico, analítico. He tenido experiencias de este tipo en seminarios, talleres, conferencias y otras actividades divulgativas, en los cuales por ejemplo, nombrar las palabras plaguicida químico o fertilizante químico es una ofensa a la naturaleza, y de esto han logrado convencer a muchos jóvenes egresados de las escuelas donde se imparte educación agrícola.

En la actualidad los fertilizantes químicos, al igual que los plaguicidas, se pueden considerar indispensables en una agricultura que reclama producir alimentos para una población mundial que crece vertiginosamente todos los días, en unos suelos que cada vez son más pobres y con mayores problemas de malezas, plagas y enfermedades. Por lo tanto, en los recintos donde se imparte educación agrícola, es fundamental tratar a profundidad estos temas, destacando cómo utilizar estos insumos, fertilizantes y plaguicidas químicos entre otros, de la manera más eficiente posible, para minimizar su posible efecto adverso sobre el ambiente.

Es urgente revisar todos los contenidos programáticos, a todos los niveles, para orientarlos hacia las necesidades de una agricultura actual, moderna, ya que las limitaciones son muchas y pueden ir mucho más allá de estos insumos. Se debe incrementar la actividad docente en áreas como la biotecnología, y se deben abrir nuevas áreas de estudio, en aspectos que están llegando al manejo de los campos cultivados, como por ejemplo, la robótica.

Todas las organizaciones dedicadas a la educación y la investigación agrícola en Venezuela, y su personal, deben recuperar su tradicional categoría, su prestigio, para que realmente sean de importancia en el desarrollo agrícola nacional, tan necesario ante tanta escasez de alimentos y tanta pobreza que ha retornado a la vida campesina del país.

Diciembre de 2018.

pedroraulsolorzano@yahoo.com

www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com

 8 min


Alberto Hernández

Crónicas del Olvido

1.-

Volvemos al pasado. Volvemos a las charreteras. Volvemos al héroe que luego se convierte en personaje de su propio espejo. Volvemos a los libertadores traducidos en caudillos, tiranuelos, dictadores y engreídos por sus acciones olvidadas por muchos de sus contemporáneos, y que gracias a “historiadores” y echadores de cuentos se han convertido en estatuas, en el imaginario de la estupidez.

Volvemos al mismo sitio. Al mismo látigo. El cuento de nunca acabar en América Latina, en la tan ­­­abordada América mestiza. En el tan cacareado paraíso terrenal donde el poder anida en la cabeza de quepis, gorras y sombreros, cachuchas y paraguas sostenidas por espalderos, tan criminales como quienes usan los dedos para colgarse las medallas de guerras de ficción.

“Novelas del dictador/ Dictadores de novela”, del escritor colombiano Conrado Zuluaga, publicado por Carlos Valencia Editores, Bogotá, Colombia, 1977, primera edición, y reimpresa en 1979, recoge ese pasado remoto, reciente y cercano para quienes aún tienen memoria y no la usan para apoyar los nuevos crímenes.

La obra de Zuluaga despeja en el índice este contenido: “El dictador como figura literaria central”, “La figura del dictador y su tipicidad”, “La ficción literaria y la realidad” y “América Latina no tiene memoria”.

Para desarrollar su labor investigativa, el autor neogranadino se basa en aquellas novelas cuya médula es la narrativa del dictador a través de, más que todo, “El otoño del patriarca”, de Gabriel García Márquez, pero sin dejar de tocar otras páginas de autores como Alejo Carpentier y su “El recurso del método”; “Yo, el Supremo”, de Augusto Roa Bastos” y, por supuesto, la larga lista de piezas narrativas que nacieron en otras latitudes, así como algunos que siendo de este patio han merecido menos atención.

Menciona con justicia a “Fiebre” y “La muerte de Honorio”, de Miguel Otero Silva, que relatan la experiencia del país durante los regímenes de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. Arturo Uslar Pietri aparece en escena con “Oficio de difuntos”.

La investigación de Zuluaga comienza con esta máxima:

“Así como se habla de la novela de caballería –y esto no la convierte en género aparte- hoy también podemos hacerlo de la novela del dictador”.

Determina apreciar los títulos que los tiranos, caudillos o dictadores usaban como rótulo de su accionar: Supremo, Benemérito, Patriarca, Tirano o Dictador, que Carlos Fuentes usa con acierto, pero que el colombiano desacredita al afirmar que se trata de “un voluminoso catálogo de lugares comunes”. Como el autor de este libro se refiere a Fuentes con tanto estornudo, cabría preguntar: ¿de qué manera calificarlos o nombrarlos cuando ellos mismos se bautizaron con esos sustantivos y adjetivos?

A pesar del sesgo ideológico de este autor (cuestión que más adelante aclararemos), es bueno decir que abunda en datos que ayudan a desentrañar el carácter violento, militarista, populista y totalitario de algunas de estas entidades políticas, así como de algunas de las novelas, que Zuluaga considera como dictadoras, para aludir a sus autores, al ahondar en algunas “fallas” de las novelas que estudia, sobre todo en la de García Márquez, Roa Bastos, Carpentier, etc.

No deja de tener razón en algunos casos, como es el del cubano, quien escribió acerca de las dictaduras militares de “derecha”, pero se refociló, vivió, engordó y “diplomáticó” con la de su jefe Fidel Castro. Cuestión que no toca Zuluaga por su inclinación hacia ese mundo que, en aquellos tiempos, era una fascinación para muchos intelectuales y artistas. Conrado Zuluaga no toca ni el pétalo de una rosa este aspecto.

Pero por un momento dejemos de lado este asunto.

2.-

El autor toma el ejemplo también del venezolano Pedro María Morantes, “Pío Gil”, quien escribió “El Cabito”, una pieza sobre los desafueros de Cipriano Castro.

Del otro lado del Atlántico, en la España de 1926, Ramón del Valle-Inclán trazó el dibujo de “Tirano Banderas / Novela de Tierra Caliente”. En ese tomo dejó plasmada la ruta de quienes durante ese siglo se hicieron del poder vestidos como militares sin escuela, militares de academia, cursis y renegados, guerrilleros, vengadores, utopistas y falsificadores.

Pero se va un poco más atrás y menciona a Joseph Conrad, autor de la novela “Nostromo”, dada a conocer en 1904, una mezcla de situaciones ubicada en la República de Costaguana, una ficción que se ancla en la realidad de nuestras repúblicas bananeras, cañicultoras, tabaqueras, jineteras, roneras, mineras o petroleras. Allí se ven todas las dictaduras de diversos cuños: “La corrupción reina en todas las instituciones y el soborno es un instrumento cotidiano para el manejo de los asuntos públicos”.

Es decir, la realidad de antes y la realidad de hoy.

Las dictaduras de Cipriano Castro, Porfirio Díaz y Manuel Estrada Cabrera abren el abanico. Seguidas de los añadidos criminales de Gerardo Machado, Fulgencio Batista, González Videla, Maximiliano Hernández Martínez, Jorge Ubico, Tiburcio Carías Andino, Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro, Juan Sacasa, los Somoza, Higinio Moriñigo, Sánchez Cerro, Odría, Juan Vicente Gómez, Pérez Jiménez, Rojas Pinilla, los Duvalier, Trujillo, etc.

México, Guatemala, El Salvador, Perú, Nicaragua, Venezuela, Haití, Cuba, Chile, Colombia, entre otros países, han sido portadores de estos fetiches que gobernaron con mano de hierro y mantuvieron esas nacionales sumidas en la miseria y la corrupción.

Por supuesto, el autor no menciona a Fidel Castro, quien es una suerte de duende libertador. La dictadura cubana –con 60 años de muertes y opresión- sigue siendo, para algunos, el centro de la justicia social. Una dictadura que ya tiene sus novelas escritas tanto por cubanos como por otros autores no antillanos.

El autor tampoco se pasea por la revolución mexicana donde abundaron los cristeros, locos y caudillos regionales alzados en armas y bigotudos, atajados por santidades y demonios que siguen apareciendo en estos días del siglo XXI.

3.-

La lista es larga. La lista que no aparece en el este libro porque se cerró en 1977. Pero dejó huecos por su gusto ideológico. Más adelante, aparecen otras obras de autores que tocaron el tema, como Rufino Blanco Fombona con “La mitra en la mano”, en 1927, y “La bella y la fiera”, en 1931. José Rafael Pocaterra con “Memorias de un venezolano de la decadencia” (¿novela, memorias, historia? en 1936), Gerardo Gallegos con “El puño del amo” (1939). “Mi compadre”, del colombiano Fernando González. Títulos de Manuel Bedoya: “La garra roja” y “El tirano Bebevidas”, contra los dictadores peruanos Sánchez Cerro y Oscar R. Benavides. En 1946 sale al público “¡Ecce Pericles!”, de Rafael Arévalo Martínez, un estudio crítico sobre Estrada Cabrera. En 1930, “El señor Presidente”, de Miguel Ángel Asturias, autor centroamericano que se hizo del Premio Nobel.

Una curiosidad: Manuel Estrada Cabrera le rendía culto a Minerva. En esa fiesta participaba Rubén Darío, quien también fue enamorado o fascinado por un dictador.

Y así sigue la interminable lista de críticos y aduladores a tiranos y sátrapas.

Si bien Rubén Darío se colgó de las amígdalas de Estrada Cabrera y Alejo Carpentier de su amo Fidel Castro, hoy, cuando van 60 años de ruina y dolor en la isla caribeña, aparecieron, hace casi dos décadas, los tumores que nos enferman y matan: las dictaduras militares y civiles electoralistas, populistas y socialistas de Hugo Chávez, Evo Morales, la ya repetitiva de Daniel Ortega. La siempre mencionada de Noriega en Panamá tuvo apoyo de Cuba, así como ha apoyado la isla todos los regímenes de ladrones y criminales de América Latina. África, Europa del Este y Asia.

4.-

Desvelados los egos beneméritos, los supremos, los patriarcas y sus otoños, nos llegan los populistas apellidados los eternos, los galácticos, dibujados santidades que aparecen en forma de pajaritos. Las dictaduras, con sus bustos, estatuas, guilindajos y consignas justicieras, terminan en emblemas de la cursilería, el caradurismo y una literatura lastimosa y lamentable. Pero peor, en cementerios y cavernas y “tumbas” de torturas donde sicarios criollos y extranjeros se valen de su poder para aplicar los más criminales dolores contra la disidencia. Y de nuevo, el destierro.

El éxodo de hoy desnuda la indolencia de quienes no baja de un avión, negocian y trafican con la miseria de un país petrolero, que en estos tiempos es imagen de miseria, vergüenza, hambre y muerte.

Los intelectuales seguidores de estos tumores actuales guardan silencio. Los que activan la dilatación del verano, los oficiantes de una poética anclada en el conuco y la rochela folklórica, los abracadabristas, los pequeños y envejecidos árboles, todos ellos, fabrican una nueva pesadilla individual: no escriben, sus novelas dejaron de existir porque la dictadura les prohibió la rebeldía. Una revolución iletrada, como la mayoría, los revuelca en la desmemoria y el desprecio del resto de la ciudadanía.

Aquellas novelas del dictador nos brindan al menos el reconocimiento de que existieron. Los dictadores de novela dejaron de serlo. Cambiaron de tema. Unos se murieron, pero aún por allí anda Vargas Llosa, quien en su madurez escribió “La fiesta del chivo”.

Los de este momento escriben las novelas del desastroso “socialismo del siglo XXI”, un parapeto que merece que sus personajes sean estudiados bajo la carpa de un circo.

La historia continúa.

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Con voz propia

Suficientes consideramos las razones para confiar en Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, cuya anhelada visita ha prometido para cuando crea conveniente. Dice que estudiará condiciones y fechas óptimas para poder reunirse con régimen y oposición. En este diciembre se conmemoran 70 años de la aprobación por la Asamblea General de la Institución ONU los invocados derechos.

Fundamentados méritos abrigan esperanzas en esta médica pediatra, primera mujer que alcanzó la presidencia de Chile (2006-2010, con segundo mandato en 2014-2018). También fue la primera mujer de América Latina, en ejercer como Ministro de Defensa, cargo en el cual impulsó los planes de modernización de las Fuerzas Armadas; e introdujo medidas para la igualdad de géneros en las fuerzas de seguridad y reformó el servicio militar obligatorio.

No era ajena al mundo militar, pues del mismo formó parte su padre, General de Brigada de la Fuerza Aérea Alberto Arturo Miguel Bachelet Martínez. Porque se negó a unirse al golpe militar que encabezó el dictador Augusto Pinochet el 11 de septiembre 1973 para derrocar al Gobierno de Salvador Allende, fue apresado y sometido a brutales torturas por compañeros de armas, por cierto, el coronel Ramón Cáceres Jorquera, quien dirigió esas torturas por las cuales murió el General Bachelet el 12 de marzo 1974. Cónyuge e hijos también fueron víctimas de la bestial tiranía.

"La política entró a mi vida destrozando lo que más amaba. Porque fui víctima del odio, he consagrado mi vida a revertir su garra y convertirlo en comprensión, tolerancia y, por qué no decirlo, en amor"- sostiene Michelle.

En su nuevo rol entregó respaldo a iniciativa impulsada por Chile y cancillerías de Paraguay, Canadá, Argentina, Perú y Colombia, al presentar a la Corte Penal Internacional, que investigue violaciones a DDHH en Venezuela.

Declara “necesidad de diálogo. "Seguiremos estando siempre disponibles para colaborar con cualquier esfuerzo razonable y eficaz que nos permita evitar la polarización”.

En carta a padres de jóvenes caídos durante protestas de 2017, manifestó comprender el dolor de los familiares se encontraban ejerciendo sus DDHH con el fin de buscar un mejor futuro para Venezuela.

“Lo que yo puedo garantizar es que yo tengo un cargo con un mandato muy claro. Vaya o no vaya a Venezuela, el trabajo de monitoreo y reporte se va a hacer de todas maneras”, dijo al aceptar, la invitación de Maduro. “Preocupada por malnutrición y migración y enfermedades que se pueden prevenir, le “solicitó que ingresen investigadores.

Demostración de confianza la dio el reciente 6 de este mes, cuando se reunió al preso político Lorent Saleh, de Derechos Humanos de la ONU, quien le presentó denuncias sobre las violaciones de DDHH.

Con orgullo los venezolanos evidenciamos históricamente ser pioneros de los derechos que hoy el castrense y castro comunista régimen viola.

Previo a la Declaración Universal de los DDHH por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948, aquí se instauraron los derechos del hombre en sociedad. La Constitución Federal para los Estados de Venezuela el 21 de diciembre de 1811, vale decir la primera del mundo de habla hispana consagró en 40 artículos “estos derechos (que) son la libertad, la igualdad, la propiedad y la seguridad (Art.152). Consuetudinarios se hicieron en las siguientes 26 Cartas Magnas. La vigente Bolivariana de la República, consagra en 116 artículos los fundamentales derechos, los más violados el mundo. De 1960 a 1963, el demócrata ex Presidente Rómulo Gallegos ejerció como Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.

Al MARGEN.

La navidad la padecemos. Generalizamos el término porque contados son quienes la disfrutan, aún entre los enchufados. Ej. La registradora de Aeronáutica Civil increpada en lujoso centro de Montreal, mientras realizaba compras navideñas.

jordanalberto18@yahoo.

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