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Opinión

Edgar Benarroch

RAFAEL CADENAS Y LA VENEZUELA IDA

Rafael Cadenas es poeta, ensayista y profesor universitario venezolano, nació en Barquisimeto en 1930, en abril inmediatamente pasado, cumplió 92 años de vida. Se dice que es dueño de un lenguaje mágico y depurado y su obra lo sitúa como uno de los grandes exponentes de la poesía hispanoamericana.

Entre otros galardones recibió el de Poesía Federico García Lorca en 2015, luego de recibirlo un periodista le preguntó ¿Dónde está Venezuela? y después de algunas consideraciones dijo: “Está desperdigada en todo el mundo, lo que queda, rodeado por Colombia, Brasil y Guayana, frente a ese hermoso e imponente Mar Caribe, es el corral al norte de América del Sur. Esta republiqueta de vivos, sicarios y malhechores, esto que ya no es un país sino una parodia de República Bananera. Esto no es Venezuela. Este pozo de plomo y sangre, este luto en gerundio, este llanto que no cesa, no es el país del que nos canta el Gloria al Bravo Pueblo. Es la república bolivariana de venezuela, así en minúsculas. Disminuida y empobrecida, ensombrecida, envilecida y triste como nos la legó un hombre megalómano que se creyó líder Intergaláctico e inmortal. Un resentido ser a quien ahora pretenden convertir en deidad”.

Lapidaria la consideración del poeta pero lamentablemente cierta. Ahora Venezuela está en Colombia, Ecuador, Perú, España, los Estados Unidos, está en quienes cruzan la zona selvática de Darién (Panamá), jugándose la vida para llegar a Costa Rica y seguir hacia Estados Unidos. Ahora Venezuela está en la magnífica inteligencia y extraordinaria fuerza laboral de centenares de miles de seres humanos que con su concurso han colaborado y colaboran en otros países a mejorar la salud, la educación, la economía y el periodismo independiente. Son siete millones de nacionales, más del 20% de nuestra población, que han huido del país en busca de lo que el régimen que lamentablemente tenemos les niega y no encuentran: salud; educación; trabajo digno; seguridad pública, personal y de bienes y buenos y eficientes servicios públicos, en fin, condiciones de vida acorde con la condición humana.

Todos quienes están afuera añoran inmensamente su Patria y cuando escuchan nuestro Himno Nacional o un joropo recuerdan su terruño y afloran lágrimas a borbotones. La mayoría de ellos, según encuestas realizadas, estaría dispuesta a regresar cuando cambie nuestra situación.

Por nuestra familia, por los idos, por todos es la lucha y no podemos optar entre vencer o resignarnos, necesario es vencer, parafraseando a José Félix Ribas, cuando se dirigió a los jóvenes en La Victoria.

9 de noviembre 2022

EL CASO BRASIL: LULA Y BOLSONARO

Con un resultado muy apretado, 1.5 % de diferencia, la autoridad electoral de Brasil declaró formalmente a Lula da Silva como triunfador, en segunda vuelta, sobre Bolsonaro. Después de la proclamación pasaron 48 horas sin que Bolsonaro hablara, lo hizo luego para desconocer los resultados electorales y denunciar un gigantesco fraude, igualmente ordenó la movilización de la Fuerza Armada en todo el territorio nacional; al parecer el Comandante General del Ejército y otros altos oficiales con elevadas posiciones lo acompañan en la denuncia. Presumo que Bolsonaro tiene todas las pruebas en sus manos para hacer tamaña denuncia, de lo contrario, de no ser así, tenemos el derecho a pensar que se trata de una grosera, inaceptable e inaudita maniobra para no aflojar el poder, estaríamos en presencia de un golpe de Estado que es atentatorio contra las más elementales normas democráticas y civilizadas.

Como debemos suponer, los ánimos están muy caldeados y la expectativa en el pueblo brasileño es muy alta y creciente. Las circunstancias de estar el país político partido y atrincherado en dos toletes iguales, en mitades, dificulta mucho que allí se consiga cuanto antes el esclarecimiento de los hechos y conocer con exactitud la verdad. Pienso que recurrir a organismos internacionales no comprometidos en el asunto, es lo adecuado para esclarecer lo sucedido y conocer la verdad después de procesar e investigar con profundidad todo lo actuado. Dada la situación interna de polarización extrema creo que la instancia internacional es lo adecuado, pero ello debe ser aceptado por las partes, especialmente por Lula y Bolsonaro y por supuesto estar muy claro en aceptar el veredicto.

Lo sensato es actuar cuanto antes, porque mientras el tiempo transcurre se hace mayor el problema, se atrincheran más los ánimos de lado y lado y los espíritus se exacerban, por ello la urgencia de la actuación y disposición, porque pueden ocurrir situaciones de hechos muy lamentables que lleguen a ser irrecuperables.

Son 215 millones de brasileños y el resto del mundo que están atentos a los acontecimientos y es bueno para todos encausar adecuadamente esa atención, si no, puede estallar un conflicto de consecuencias impredecibles, generalmente muy dramáticas.

Dios quiera que el buen juicio de todos, especialmente de Lula y Bolsonaro, los lleve a dialogar para conseguir una solución inmediata apegada y sujeta estrictamente a la justicia que es la verdad, por la democracia y el Bien Común. En manos de ellos está el presente y futuro inmediato de la primera economía latinoamericana.

8 de noviembre 2022

SAN AGUSTÍN

San Agustín o Aurelio Agustín de Hipona, fue escritor, teólogo y filósofo cristiano. Después de su conversión fue Obispo de Hipona, al norte de África y dirigió muchas luchas contra los herejes. Muchas personas influyeron en su formación y conversión, pero particularmente San Ambrosio, Obispo de Milán, Italia, no tanto por contacto personal como por su prédica que lo llevó a descubrir cuán diferente era la fe cristiana de lo imaginado por él.

Nació en noviembre en el año 354 después de Cristo y falleció en el 430. Fue influenciado por Platón, Aristóteles, Sócrates, Pablo de Tarso, Cicerón, Seneca y Virgilio, entre otros. Fue el primer filósofo importante de la era cristiana y durante el imperio romano ejerció su obispado con inmensa fe, convicción y rectitud indeclinable. “La ciudad de Dios” es tal vez su obra más famosa, allí describe lo que él creía que era la causa de los tiempos en que vivía.

San Agustín afirmó: “Para crear se necesitan mucho tiempo y gigantes, para destruir, un enano y un segundo”. Que gran verdad la advertencia del filósofo santo y como ejemplo tenemos lamentablemente a nuestro país. Quienes dirigieron y lograron nuestra independencia política fueron gigantes, quienes a mediados del siglo pasado conquistaron nuestra libertad y democracia, fueron gigantes y muchos ofrendaron sus vidas en la lucha y otros sufrieron cárceles, torturas y destierros. Los cuarenta años de democracia, 1958-1998, ha sido el periodo de mayor desarrollo y prosperidad en la historia de nuestro país y estos señores de hoy, este régimen totalitario, el que se fue y el que aún está, destrozaron los logros y profundizaron los males, son verdaderos enanos que pretenden ser gigantes cayéndole a martillazos a los demás, es lo que se conoce como “el gigantismo del enano”.

Roguemos a San Agustín y a todos los santos intercedan ante Dios Padre Eterno para que nos acompañe e ilumine en el encuentro del camino adecuado y salir cuanto antes de lo que por desgracia tenemos. Oremos también por la UNIÓN fraterna de todos quienes deseamos cambio radical ya, que será garantía de superación de esta barbarie que confrontamos y necesaria para acometer la difícil, ardua, pero apasionante tarea de la reconstrucción del país o la refundación de la Republica como otros plantean.

7 de noviembre 2022

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Joel Mejía

Venezolanos, falconianos y a todas esas personas que disfrutaban de las cristalinas aguas de alguno de los hermosos Cayos del Parque Morrocoy, lamento informarle que en el futuro esas aguas ya no serán tan cristalina ni tan limpias.

El régimen de manera irresponsable otorgó concesiones para la construcción de sendos hoteles a ambos lados del Cerro Morrocoy, cerro que separa a Tucacas de Chichiriviche. Ya el manglar del lado de Tucacas fue destruido para construir un embarcadero de lanchas y un hotel. El daño ya está hecho.

Ahora bien, este nuevo ecocidio es demasiado grave no solo para Venezuela sino para la avifauna continental. El Golfete de Cuare constituye no solo un área nacional protegida sino que además es el primer sitio RAMSAR del país, denominación que obedece o se desprendió de la Convención sobre Humedales de importancia mundial, celebrada en la ciudad de Ramsar Irán en 1971.

Esa denominación fue asignada por la gran importancia del Golfete de Cuare como sitio de anidación, reproducción y hábitat temporal de un gran número de especies de aves migratorias del continente. El drenado de la laguna por parte de un proyecto hotelero de una cadena internacional, supone un daño irreversible al Golfete de Cuare y al refugio de fauna; es un golpe letal a la biodiversidad autóctona y continental.

Pero la tragedia no termina allí, ya que la destrucción del manglar a ambos lados del Cerro Chichiriviche condena a muerte inminente al arrecife coralino que justamente dio origen al archipiélago que conocemos como los Cayos. Los manglares eran básicamente un colador gigante de sedimentos de los ríos que allí desembocan. Pues ese colador fue eliminado, ya no existe, por lo tanto las aguas de los Cayos ya más nunca serán de ese azul cristalino que tanto nos gustaba. Ahora serán de color marrón, llenas de sedimentos, sedimentos que matarán el coral irremediablemente.

Esa es la triste realidad, que dará paso a un triste futuro para el Parque Nacional Morrocoy y para el turismo de la región.

Profesor Geografía ULA

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Guillermo Mendoza Dávila

Todos queremos que termine pronto esta etapa de nuestra historia contemporánea, una sobrevenida por el terrible descuido de las clases sociales más necesitadas por parte de quienes detentaron el poder y administraron muy dispendiosamente la inmensa riqueza venezolana en la segunda mitad del siglo pasado, con pírricos logros en infraestructura y desarrollo social visto a la luz de los recursos empleados. Claro que se hizo mucho, hobo avances y mejoras, pero logros totalmente exiguos si los medimos en términos relativos a lo que se invirtió para alcanzarlos. Lo que ha sucedido después con nuestra sociedad y con todas nuestras instituciones es harto conocido. Por ello, todos queremos regresar a lo que teníamos cuando “éramos ricos y no lo sabíamos”. Quizás ahora hagamos promesa formal de una mejor redistribución de nuestras fortunas, para que muchos más de nosotros podamos acceder a los frutos de esa riqueza.

Pero realmente muy pocos creemos que eso se dé porque repentinamente lleguen los marines de la infantería norteamericana a las costas de Falcón una madrugada cualquiera, ni tampoco porque marchemos bajo el inclemente sol con la bandera como uniforme, arma y escudo. Las guarimbas y demás tácticas urbanas tampoco ayudan a la causa. No creemos poder lograrlo mientras no exista un liderazgo fidedigno, una oposición efectivamente unida y un mensaje muy claro que cautive a la mayoría de la población, la cual está totalmente insatisfecha con el modelo actual pero también con la alternativa, ya que ésta sigue representando el modelo anterior. Un mentado Bernabé es claro ejemplo de este desastre de oposición. Como dijo el afamado filósofo socialdemócrata venezolano: un autosuicidio. Por lo tanto, aun cuando suene muy penoso y antipático, la verdad es que no creemos que esto vaya a terminar por ahora.

Entonces no queda más remedio que pasar por el duro ejercicio de conciliar lo que queremos con lo que creemos y enfocarnos en la cruda realidad. Posiblemente habrá elecciones presidenciales en el 2024, las cuales debe ganar el incumbente sin mayores problemas; principalmente por falta de contrincante. Luego en el 2025 se celebrarán elecciones generales para todos los demás cargos, donde se reforzarán algunos liderazgos centrales y regionales de lado y lado, quienes en conjunto conducirán los destinos del país hasta el 2030. Hasta ahí el camino político previsible.

Lo otro es lo socio-económico. El gobierno ha dado claras demostraciones de un viraje ideológico que busca alistar los pocos recursos actualmente disponibles, que son aquellos que están en manos del sector privado. Se aprecia una cierta flexibilización, tanto por acción como por omisión, como en el caso de permitir la dolarización y dejar de lado la Ley de Precios Justos, así como atender con mayor interés los llamados de los líderes gremiales y ofrecer algunas soluciones. Tenemos que aprovechar el momento, participar, proponer y ejecutar en la medida de las posibilidades de cada uno. Enfocados siempre en lo que buscamos, aquello que queremos.

La economía crecerá nuevamente en el 2022 al tenor de un 7.5 a 10%, lo cual es el doble de lo alcanzado en el 2021 y el año próximo debería mantenerse este ritmo de crecimiento sostenido; algo que añoramos pero que aún es insuficiente. Necesitamos 15 años creciendo 7.5% anual para llegar a un PIB de US$ 200 mil millones, o los mismos 15 años al 10% de crecimiento para llegar a US$300 mil millones. Para ello deben levantarse las sanciones, sine qua non y poder así lograr financiamiento privado y multilateral que permita recuperar la infraestructura productiva y social, aprovechando la extraordinaria resistencia y resiliencia de nuestros empresarios para rescatar el que siempre hemos creído que es el mejor país del mundo.

guillermomendozad@gmdconsultor.com

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Eddie A. Ramírez S.

“Todas las opciones están sobre la mesa” es una expresión para engañar a ingenuos. En teoría puede haber muchas, pero en la vida real existen restricciones que las reducen a muy pocas. A veces, solo a una, que frecuentemente no es la ideal, pero es la factible. Por ejemplo, Catar fue electo como sede del campeonato mundial de fútbol, a pesar de que su población es de menos de tres millones y tiene un régimen autocrático que ha sido señalado por sus vecinos de financiar el terrorismo. Sin embargo, países democráticos acataron la absurda escogencia hecha por la Federación Internacional de Fútbol Asociado(FIFA). Se impuso el “poderoso caballero”, del que escribió Quevedo. En Brasil, se presentaron varios candidatos presidenciales, pero las circunstancias polarizaron la contienda entre Lula y Bolsanaro, ambos con pésimos antecedentes.

En Venezuela, tenemos varias posibilidades para salir del régimen de Maduro: una insurrección popular, una intervención militar, la renuncia del usurpador o acudir a una elección en condiciones claramente desfavorables. Las tres primeras nunca pueden descartarse. Son posibles, pero poco probables. Las circunstancias obligan a trabajar con lo que está en nuestras manos. Varios de los argumentos que alegan que este régimen no sale por la vía electoral son válidos. La tarea de todos es trabajar para vencer los obstáculos, que son muchos. El primer paso es escoger un candidato que tenga el menor rechazo posible y que extraiga del Plan País un mensaje corto que tenga impacto en los electores.

Hay varios compatriotas que han manifestado su decisión de participar en las primarias. Todos tienen méritos, uno más, otros menos. Seguramente se postularán otros. Como un opinador más, tenemos la impresión de que, al menos en este momento, quienes tienen mayor opción son María Corina, César Pérez Vivas y Andrés Velásquez, sin que el orden citado implique preferencias.

María Corina ha demostrado una gran valentía. Predica pasar de un Estado distribuidor de privilegios y generador de dependencia o esclavitud a una Venezuela de autonomía y producción en todos los ámbitos que haga posible el libre desarrollo de cada ciudadano. Su discurso en contra de la mayor parte de los dirigentes, a quienes no nombra, pero que claramente identifica con la oposición a la que llama colaboracionista, le ha permitido subir en las encuestas. Sin embargo, transmite pocas intenciones de lograr la unidad. Quizá la principal objeción es que pareciera no estar dispuesta a ser candidata presidencial con este CNE, con las condiciones actuales del Registro Electoral y con las máquinas de votación.

César Pérez Vivas insiste en el federalismo, no reelección, reducción del período presidencial a cinco años, doble vuelta; volver al parlamento bicameral, eliminar la potestad presidencial de aprobar leyes por decreto y eliminar la atribución presidencial de ascender a coroneles y generales. Ha eludido pronunciarse sobre la continuidad del gobierno interino, pero menciona que no cumplió con poner fin a la usurpación. Tiene la ventaja de haber sido diputado y gobernador. En el Táchira realizó una buena gestión.

Andrés Velásquez fue inicialmente muy crítico con la vía electoral, predicando que la Fuerza Armada debía cumplir con la Constitución, necesidad de apoyo internacional y presión a través de huelgas. Ahora es firme partidario de las primarias, de fomentar la inversión privada, devolver empresas confiscadas, apertura petrolera con inversión privada, que el fondo de regalía petrolera sea para mantener las pensiones, abolición del Arco minero, inversión industrial, turística y tecnológica, Impulsar transición ecológica y digital, eliminar la reelección indefinida, doble vuelta para elegir el candidato presidencial, alternancia, pluralismo y convivencia. Velásquez fue candidato presidencial hace años, realizó una buena labor como gobernador y luchó con tesón cuando le robaron la elección en Bolívar en el 2017

Manuel Rosales es el único que tiene poder, pero no ha dicho esta boca es mía. Ojalá apoye al candidato que tenga más posibilidades. Acción Democrática debió seleccionar otro candidato.

Primero Justicia pareciera que va del timbo al tambo. Es el partido que públicamente más ha atacado al gobierno interino del presidente Guaidó. Pareciera que no mide las consecuencias. Juan Pablo Guanipa y Carlos Ocariz han expresado su decisión de medirse en las primarias y Capriles deshoja la margarita.

Antonio Ecarri se precipita en opinar sin tener suficiente información. Su propuesta de Mi barril para repartir a cada familia 6.803,00 dólares por año fue contundentemente rebatida por Miguel Ángel Santos, y su idea de que las ganancias de seis meses de Citgo permitirían alimentar por un año a nuestros niños no toma en cuenta que las mismas son para pagar deudas de Chávez-Maduro. Es positivo que un joven con talento como Nicmer Evans esté del lado de la democracia; en un próximo gobierno debe contribuir a la reconciliación y acercamientos al chavismo

Guaidó guarda silencio, pero pareciera que su partido lo va a postular. Pensamos cometería un error. Debe dedicar todo su esfuerzo en búsqueda de la unidad de la oposición, en la protección de nuestros activos en el exterior y en mantener el ya disminuido apoyo político de otros gobiernos. Es joven, debe prepararse para el futuro y tomar en cuenta que para recuperar el país se requerirán medidas duras que afectarán la imagen del próximo presidente.

Aunque en estos momentos no se visualiza un independiente que tenga buena aceptación y poco rechazo, en política no puede descartarse una sorpresa, como sería la aparición de un outsider.

Como (había) en botica:

La declaración de Mike Wirth, Jefe Ejecutivo de la petrolera Chevron, fueron contundentes: “Se necesitarán meses y años para comenzar a mantener y renovar los campos y equipos y cambiar cualquier actividad de inversión”.

Lamentamos el fallecimiento de Evelyn Van Der Biest y de Juan Sánchez, compañeros de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Jessica Mouzo

Hay un reloj biológico que marca el compás de la vida humana. Anudado a la muñeca del hipotálamo, en las profundidades del cerebro, el llamado reloj central sincroniza y traduce al resto del organismo la hora que es. Porque de puertas adentro, tampoco es igual la noche que el día, las 10 de la mañana o las cinco de la tarde: ni las células hacen lo mismo ni los tejidos se comportan igual. En el cuerpo hay ritmos circadianos, cambios biológicos que siguen un ciclo de 24 horas, y el reloj central, junto a los pequeños cronómetros independientes de los tejidos, anticipan y preparan a las células para lo que va a venir, como comer al mediodía o irse a dormir por la noche. Disponer de un reloj biológico en hora y a punto es vital; que falle, se atrase o se pare, puede propiciar la aparición de enfermedades.

En la práctica, el reloj central es un conjunto de 20.000 neuronas con pequeños relojes moleculares que se coordinan como uno solo a partir de la experiencia evolutiva de vivir en el mismo ecosistema desde hace millones de años y a través de la luz que les llega por la retina: según el momento del día, se activan o se expresan más unas proteínas u otras y se comunican con el resto de relojes de los órganos periféricos del cuerpo para que actúen en consecuencia, explica Antonia Tomás-Loba, jefa del Grupo Ritmo Circadiano y Cáncer de la Universidad de Murcia. “Hace 65 millones de años que la evolución tejió nuestros genes circadianos como animales diurnos. Somos el producto de la adaptación al entorno y un ejemplo son los ritmos circadianos, que nos anticipan a los cambios cíclicos que ocurren diariamente: por la noche, por ejemplo, preparan a nuestro hígado para que sepa que no vamos a comer y que no tiene que metabolizar nada. Un hígado por la noche y por el día no es lo mismo”, ejemplifica.

Encerrado en un búnker nuclear, completamente aislado, sin luz exterior ni reloj, estuvo, durante 10 días, el exmiembro de la marina real británica, Aldo Kane. Era un experimento para ver cómo se regulaban, sin variables externas (como la luz o los horarios sociales) sus ritmos circadianos. Solo tenía a su alcance la propia memoria natural de su reloj central. Nada más. Y según Juan Antonio Madrid, investigador del Laboratorio de Cronobiología y Sueño de la Universidad de Murcia, que participó en el proyecto, el resultado fue que su sueño se retrasó unos minutos cada día: su reloj biológico generaba ciclos de más de 24 horas. En cuanto se le expuso de nuevo a varias señales sincronizadoras, como el sonido del despertador o el encendido de la luz, sus ritmos volvieron a ordenarse.

El reloj central se pone en hora, sobre todo, con la luz del sol: este estímulo entra por la retina, aterriza en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo —donde reside este cronómetro biológico principal— y, según el momento, se activan unas proteínas u otras: BMAL y CLOCK son las mañaneras, se van al ADN de las células y activan determinados genes para avisar de la hora del día que es; por la tarde, PER y CRIE se abren paso, aumentan su concentración en las células y bloquean la actividad de BMAL y CLOCK hasta la mañana siguiente. Todo ese proceso sirve para indicar la hora del día, el ciclo de sueño y vigilia (cuándo dormir o despertar) u otros procesos metabólicos y conductuales del ser humano.

Por eso es mala idea, explican los expertos, confundir al reloj y exponer al organismo a la luz del ordenador, por ejemplo, a altas horas de la noche: “A las 12 de la noche, si estoy trabajando con luz azul [de los dispositivos electrónicos], mi reloj central entiende que es de día y se lo dice a mi reloj hepático, por ejemplo. En ese momento, se produce un conflicto molecular, porque le estoy mandando información que desincroniza los relojes”, apunta Tomás-Loba. Una revisión científica, publicada en la revista Chronobiology International en 2015, advertía de que el impacto de la exposición a la luz artificial de noche suprime la secreción de melatonina, aumenta la latencia de inicio del sueño y acrecienta el estado de alerta. Esta desregulación circadiana, añadía, podía tener efectos negativos también “en las funciones psicológicas, cardiovasculares y metabólicas”.

Más allá de la luz, Madrid indica que hay otros “sincronizadores” que también ayudan a poner a punto el reloj central. “Además del tiempo ambiental, que es el ciclo de luz y oscuridad natural, está el tiempo social: los hábitos horarios, como ir al trabajo o los contactos sociales, ayudan a sincronizar. El otro sincronizador es el tiempo metabólico, como los horarios de comida, que ayudan a controlar los relojes del tubo digestivo o del hígado”, concreta. Un estudio en ratones publicado la semana pasada en la revista Science apuntaba, precisamente, que sincronizar la alimentación con el reloj circadiano mitiga la obesidad: los animales que comían en las fases activas de su ciclo circadiano quemaban más calorías, reduciendo el riesgo de desarrollo de obesidad.

En ausencia de luz, el reloj se va desincronizando ligeramente, pero no se para: como le ocurrió a Kane, los ritmos circadianos siguen funcionando, aunque de forma menos precisa. El famoso jet lag es otro ejemplo de ello, expone Salvador Aznar Benitah, jefe del laboratorio de Células Madre y Cáncer del Instituto de Recerca Biomédica (IRB) de Barcelona: “Si el ritmo circadiano solo respondiese a condiciones de luz, al aterrizar en otro lugar, nuestro reloj se adaptaría a la nueva franja horaria. Pero no pasa esto: al principio, hay un desajuste, aunque es temporal y después de un tiempo, el reloj interno se va alineando con las nuevas condiciones de luz”.

El reloj central se sincroniza, a su vez, con los relojes independientes que hay en los tejidos. Como el director de orquesta, el cronómetro que hay en el hipotálamo marca el ritmo de la jornada y avisa de la hora al organismo. Aznar pone un ejemplo con las células de la piel: “Los ritmos circadianos preparan al organismo para lo que va a ocurrir. Durante las horas fuertes de sol, por ejemplo, la piel tiene que lidiar con la luz ultravioleta y tiene mecanismos de protección con la activación de los melanocitos, que es como ponerse crema solar antes de exponerse al sol. Todas las mañanas, el reloj de las células de la piel se anticipa y activa los melanocitos [temprano, antes de entrar en contacto directo con la luz solar]. Por la tarde, el reloj interno de las células sabe que no es necesario activar los genes que encienden los melanocitos y esa actividad de la piel, se para”.

El investigador publicó en 2019 en la revista Cell que los relojes de los tejidos son autónomos del reloj central: “Cada tejido tiene su reloj autónomo, no necesita que nadie le diga lo que tiene que hacer. Esa autonomía confirió una ventaja de longevidad, para que no hubiese un efecto dominó si uno falla. El reloj central tiene la función de coordinarlos a todos, que todos sepan la hora que es. Y si esa coordinación falla, se acumulan los errores o las mutaciones”.

El páncreas también cambia en 24 horas, añade Madrid. “Es perezoso por la noche y muy activo por el día”, sintetiza. “Cuando tomas azúcar por la noche, el páncreas responde mal porque no produce suficiente insulina y el efecto de la que produce no es el mismo que el de la que se fabricaría por el día”. ¿Por qué? Los cambios en los órganos no son arbitrarios, tienen su sentido: “Durante la noche, nuestro cuerpo está programado para ahorrar glucosa y mantener los niveles estables durante el largo período de ayuno que media entre la cena y el desayuno”, explica el cronobiólogo. Y este ahorro se consigue, entre otras cosas, gracias a que los tejidos que usan la glucosa como combustible para alimentar sus células, se vuelven más resistentes a los efectos de la insulina, que es la hormona que funciona como llave para introducir esa glucosa en las células. Todos estos cambios, recuerda Madrid, están programados por los relojes biológicos del organismo.

Por eso, las alteraciones en esos ritmos circadianos en nuestros relojes son perjudiciales para el organismo. “Tenemos tres tiempos que rigen nuestra cronobiología: el interno, que es el tiempo que nuestras células sienten como producto de habernos adaptado al ecosistema dónde vivimos; el externo, que es el de la luz solar y artificial; y el social, que es el de la hora a la que vamos a trabajar o comemos. Si están desincronizados, aparece un desequilibrio molecular y fisiológico denominado cronodisrupción”, explica Tomás-Loba.

Su equipo, por ejemplo, está estudiando el impacto en la salud del jet lag social, que es el retraso en los horarios del sueño entre los días laborables y los festivos: en un estudio en ratones, a los que dormían y despertaban más tarde de lo habitual los fines de semana, encontraron que esos cambios afectan a su metabolismo: “El reloj molecular de varios órganos estaba asincrónico, esas manillas no sabían qué hora era. Y eso influía en su funcionamiento, como el sistema inmunitario”, explica. Varios estudios reportaron que el trabajo nocturno de forma prolongada en el tiempo se asocia con mayor riesgo de algunos tumores hormonodependientes, como el de mama o el de próstata.

En la vida real, el reloj biológico empieza fallar entre los 45 y los 50 años, apunta Aznar. “El funcionamiento del reloj lo entendemos bien, pero sobre saber cómo se sincronizan entre los distintos tejidos, estamos en pañales. Y si entendiésemos por qué se fastidia el reloj, encontraríamos formas terapéuticas para modularlo”, augura.

Tomás-Loba apunta varios detonantes, internos y externos, que propician una desregulación del reloj: “La luz es el más estudiado, pero también la comida, por ejemplo, es un gesto diario y no es lo mismo comer a las 12 del mediodía que a las cuatro de la mañana. El ejercicio también es importante: nos tenemos que mover de día porque somos mamíferos diurnos. El ruido es otro claro cronodisruptor, aunque de este último hay mucho más por estudiar”.

Madrid, que acaba de publicar el libro Cronobiología. Una guía para descubrir tu reloj biológico (Plataforma Editorial), aclara que las cronodisrupciones son alteraciones mantenidas en el tiempo, no puntuales. “Con la edad, se deteriora el reloj biológico y los contactos con los sincronizadores externos se alteran. En los jóvenes, los factores de cronodisrupción son externos: nos encontramos con que los sincronizadores a los que se exponen están desajustados. Por ejemplo, mucha luz de noche, el picoteo entre horas sin horarios de comidas o el sedentarismo”, apostilla. Las enfermedades y las alteraciones de los ritmos circadianos son, también, vasos comunicantes: “Un desajuste en el reloj puede acarrear que una enfermedad progrese o aparezca, como las alteraciones depresivas, los problemas de memoria, el insomnio, los trastornos de la reproducción… Pero también hay patologías, como la enfermedad renal crónica, las apneas del sueño o la diabetes tipo II descompensada, que producen cronodisrupciones”.

Lo bueno de la desincronización de los relojes, eso sí, es que se puede recuperar. Y las cronodisrupciones son reversibles si se vuelve a exponer al individuo a los sincronizadores adecuados. El problema, apostilla Tomás-Luba, es cuando los individuos están expuestos de forma crónica a estímulos que desincronizan los tres tiempos. “Estamos en un momento en el que no escuchamos el cuerpo: tenemos un pico de hambre a las 12 de la mañana, pero comemos a las tres de la tarde. Estamos perdiendo la sincronización con nuestro ecosistema”, advierte Tomás-Loba. Al final, insisten los expertos consultados, como especie, el ser humano es fruto de un proceso evolutivo con la naturaleza como punto de referencia, “y la relación con la naturaleza se está perdiendo”, lamenta Madrid.

4 de noviembre 2022

El País

https://elpais.com/salud-y-bienestar/2022-11-04/el-secreto-de-los-ritmos...

 9 min


Benjamín Tripier

El tema del diálogo, una vez más, una semana más, y siempre con la expectativa de que el gobierno tome la decisión de sentarse. Porque ese es el tema, no se sientan a la mesa por necesidad de los dos, sino por necesidad de uno, los dirigentes opositores, que le ruegan al chavismo que se siente: “Vamos, hagámoslo, por favor, te lo ruego”, y el otro no les contesta y los tiene con medias palabras, con eufemismos y actuando como los menos interesados de que algo así, se lleve a cabo.

La realidad es que el chavismo está muy, pero muy cómodo con la situación presente. Porque no llegamos a esto por casualidad, esto es el resultado de una estrategia que comenzó con la expulsión de la misión militar de EE UU de Fuerte Tiuna, siguió con el azufre en la ONU, y terminó, como siempre se supo que terminaría, con la expulsión “en 72 horas” de la delegación diplomática de EE UU, y cierre de su embajada.

Y el objetivo, al menos para mí, como observador de la realidad, fue que buscaban entrar al club de los sancionados, ascender al Valhalla de los antiimperialistas, con Castro, Mao y la URSS. Y se logró llegar. Ahora, mantenerse, eso es otra cosa. Si ya se llegó, qué sentido tiene bajarse de ese altar elitesco y exclusivo, y menos que menos, promovido por los que constituyen la razón de ser y soporte moral, ético, emocional y comunicacional de la revolución, que es EE UU.

Nunca le darán la oportunidad a los americanos de ser los que contribuyeron, por las buenas, a la caída del chavismo. Si no es por voluntad expresa de la revolución… específicamente por el jefe de la revolución, que logró lo que ni Chávez pudo, que es pertenecer a ese exclusivo club. Es posible que la historia se olvide de Chávez, pero de Maduro, seguro que no… ya entró y no piensa salir.

Porque han llegado a un nivel de poder tal, fronteras adentro, que nada pasa ni deja de pasar sin la voluntad de la cabeza de la revolución. Y sí, es posible que algo se les escape, como el caso Barinas, pero lo encapsularon muy rápidamente, y ya se usa, internamente, como ejemplo de lo que no debe volver a ocurrir… como lo de la Asamblea del 2015. Ya hace tiempo que dejamos atrás la posibilidad de la alternancia y de las elecciones libres… y que dejamos de ser una democracia como la conocíamos.

Es una revolución que aprende y evoluciona. Y si no, que alguien explique cómo, de un momento para otro, entramos en una economía liberal, con el dólar circulando libremente, bajando la inflación a números de tres dígitos (venimos de los cinco dígitos), y con la economía en manos privadas y casi sin controles. Del estado manejando 95% de las importaciones, a la empresa privada manejando 95% de las importaciones.

Pero claro… la historia en Venezuela muestra que si el sector privado se fortalece mucho, pues empieza a intervenir en política, lo cual se convierte en peligroso para el gobierno; por lo que salen dos conclusiones: una, que nunca se les permitirá crecer tanto como para ser fuertes, y la segunda que para ser empresario y entrar en la política, hay que dejar de ser empresario, y convertirse en un político que hace negocios… que no es lo mismo, ni funciona igual.

Lo anterior debería ser considerado una premisa de trabajo para tantos que andan fantaseando con elecciones libres, con cambio de gobierno y con la salida del gobierno. El policía bueno se sienta, discute, se reúne, promete, e intercambia; mientras el policía malo les dice que nunca más un opositor tomará el poder en Venezuela… que se olviden de eso.

Cuando la democracia funciona, las controversias e insatisfacciones se dirimen con los votos, con reglas de juego claras, que todos aceptan y cumplen. Ahora, cuando eso no es así, aumenta el riesgo de que la solución no sea democrática.

En lo social: ¿podrá el sector privado a través de la RSEX, de las ODS’s y las iglesias hacerse cargo de la pobreza? ¿Tendrá el sector privado que establecer un plan para alimentar, educar y dar salud por su cuenta? ¿Quién aportaría a esos fondos y cómo se financiarían? ¿Y cuál sería la plataforma para administrar el financiamiento y alinearlo con objetivos medibles y efectivos, con orientación a resultados? Si se logran unos resultados, hay un rendimiento, si se superan, entonces el rendimiento aumenta. Tenemos que pensar en algo.

Nuestra pobreza es tan grande que ya, casi sin duda, deberíamos verla como un mercado que permita el desarrollo humano, y que, de acuerdo a las posibilidades de cada sistema, se vaya reemplazando pobreza por clase media.

Y al ser un mercado, puede haber un espacio en el cual sea un verdadero negocio sacar a alguien de la pobreza. La diferencia con lo que ha venido ocurriendo es que el negocio es la administración de la pobreza; por lo cual, cuanto más pobres, pues mejor. Y eso no debería ser así.

Claro que eso no solo ocurre a nivel de nuestros gobiernos que sistemáticamente han aumentado la pobreza; eso pasa también a nivel de organismos internacionales. Una cifra de Naciones Unidas mencionaba que de cada 100 dólares que se invertían institucionalmente en temas sociales, solo 20 dólares llegaban a producir un impacto. Porque la diferencia era absorbida por la maquinaria burocrática, por la política local, un poco por la ineptitud, y en muy alto grado por la corrupción. Pero bueno… al menos en esa estadística llegaban 20 dólares, porque en ciertos lugares se lo robaban todo, y no llegaba nada.

Hay que reconocer que el sacar a alguien de la pobreza es un buen negocio, y que mantenerlo pobre es un mal negocio. Y esa es la ecuación que debemos resolver aquí adentro, en nuestra Venezuela, donde las cifras creíbles de la Universidad Católica Andrés Bello –mi alma mater- nos ponen en el nivel más alto de pobreza de la región: 94%.

Debemos ocuparnos nosotros mismos y tratar de armar una arquitectura privada que no pretenda competir o reemplazar al gobierno, sino complementarlo; con un objetivo muy concreto: reponer los recursos humanos que la emigración masiva de 7,1 millones de personas se llevó.

Debemos ayudar a educarlos, alimentarlos, y proveerles salud, con el objetivo concreto medible e identificable (hasta con nombre y apellido de empresa o sector económico) de incorporarlos a la actividad económica que nos permita ir creciendo poco a poco; y, cuando las circunstancias lo permitan, crecer en forma acelerada. No me cabe duda de que podemos hacerlo.

Es el ejemplo de la carreta con 20 millones de personas arriba, empujada por 5 millones de personas. A medida que se bajan pobres de la carreta y dejan de serlo, y ayudan a empujar, y la carreta se hace más liviana y avanza a mayor velocidad.

Por cada punto del PIB que recuperemos, debemos bajar, al menos, un cuarto de punto de pobreza.

Pasando a lo económico, para lograr las mejoras económicas no se puede seguir esperando a un cambio de gobierno. Debemos hacerlo desde ahora, desconectando el ámbito político del empresario. Para que cuando las cosas cambien políticamente, ya tengamos un país un poco más recuperado del tsunami que nos agarró a partir del 2014 con una caída sin precedentes de la actividad, llevándonos en la actualidad a ser 20% de lo que fuimos y, comparativamente hablando, una economía del tamaño de Guatemala o Haití.

Necesitamos impulsar la economía, lograr que el gobierno siga habilitando opciones y tratar de generar suficientes empresas como para absorber la pobreza, por un lado, pero también para hacernos más competitivos. Aún no hemos concientizado que al no estar sancionado el sector privado, tenemos la gran oportunidad de convertirnos –como de hecho, tímidamente, ya lo estamos haciendo- en la válvula de descompresión y la vía de crecimiento.

Concretamente, necesitamos trabajar en la privatización de los servicios públicos, especialmente en el tema de la energía eléctrica, donde solo la inversión privada, podrá rescatarnos. Y que el estado asuma el papel que genuinamente le corresponde que es el de generador de políticas públicas y capital de base para iniciativas empresariales destinadas a la actividad privada.

Porque no hay que olvidar que el Estado no es un ente auto generado, sino que es un servicio de administración que financiamos entre todos, y que tristemente, por las leyes petroleras, terminó distorsionando su rol, y arrastrándonos al desastre que hoy tenemos. Nuestra democracia del 58 es la que nos trajo a esta realidad; tal vez ha llegado el momento de cambiarla.

La elección de Brasil dejó la pregunta sobre si la elección de Lula fue una injusticia. Porque esa es la palabra que utilizó Bolsonaro en su alocución de pseudo aceptación de los resultados electorales, 44 horas después de producidos.

Porque Bolsonaro ganó una gigantesca mayoría en diputados, una mayoría simple en el Senado, y ganó las tres principales gobernaciones de Brasil. Y recibió 50 millones votos, dos menos que Lula, que es quién ganó la elección presidencial. Con 350 mil millones de dólares en reservas y con una disminución continuada del índice de precios… inflación negativa.

Y la sensación de injusticia proviene de que los estados donde ganó Bolsonaro, son los que producen la riqueza para que se alimenten los pobres del país, que son los que le dieron la victoria a Lula… pareciera que ese es el origen de esa palabra.

Pero ambas partes están de acuerdo en que la democracia es así, y que los resultados deben respetarse… aún con la sensación de injusticia. Pero para apreciar objetivamente el panorama a partir del 1 de enero de 2023, Lula con su PT podrá impulsar algunas estrategias de izquierda, pero el resto de su coalición, donde también está la derecha, y la oposición de derecha, limitarán los excesos que pudieran presentarse. El hecho de mantener al presidente del Banco Central, ya es una señal de que los miembros de su coalición tienen un peso importante.

El temor genuino de los opositores, y que también tendrían que tener los socios de la coalición, es que los espacios de maniobra autónoma de Lula estarán alineados con el Foro de Sao paulo y con un asistencialismo excesivo que podría desbalancear al país y escorarlo hacia la izquierda. Pero la gran ventaja es que las protestas de izquierda, frecuentes en nuestros países, serán asimiladas y procesadas por el Lula de izquierda, mientras el resto del gobierno hace las cosas bien.

Otro tema relevante es la pérdida del temor vergonzante que había adquirido la pertenencia a la derecha, como resabio de las dictaduras militares de la región. Ahora la derecha es otra, hay un cierto orgullo de pertenencia y, no solo eso, se va convirtiendo, poco a poco en la esperanza de nuestros países, hasta de los pobres que ya comienzan a avergonzarse de reconocerse de izquierda. Ahora la tendencia está cambiando y, por ejemplo, media Argentina, medio Brasil y media Colombia, son de derecha, y se sienten orgullosos de serlo.

La izquierda perdió su oportunidad de cumplir con su objetivo estratégico y razón de ser, que era mitigar la pobreza. Y solo logró profundizarla y que, con ellos, los pobres, para colmo, ahora vivan peor que antes.

Bueno… es la ley del péndulo, que en tiempos país, se miden en bloques de 50 a 70 años; terminaremos, durante mucho tiempo en manos de una derecha capaz de restituir el valor de la educación y del trabajo, y, tal vez el mayor aprendizaje, asumir las leyes del mercado, que ya tienen más de dos mil años de práctica, y solo hubo mal vivir cuando los que tenían el poder las negaron y se opusieron a ellas.

Recomendación

  • Al gobierno: que revise la posibilidad de extender el uso del dólar como moneda de pago para la administración pública. Porque si en vez de usar las divisas para contener lo incontenible, las derivara al pago de sueldos, pues la masa de bolívares tendería a disminuir y el tipo de cambio pasaría a ser irrelevante. Y ya pudieron comprobar, que todo mercado que se libera, alcanza su propio equilibrio; se sufre al principio, pero se acomoda después. Homeostasis aplicada al comportamiento de la economía… y específicamente a la inflación y al tipo de cambio.
  • A la dirigencia opositora: que revise lo de las primarias. Cuanto más tiempo pasa más se nota que a la gente de base no le interesan, que gran parte de los aspirantes no participarán, y, en caso de haber elecciones participarán por fuera; que en realidad solo se trata de una discusión de poder interno entre ellos, que, al no tener posibilidades de acceso al poder verdadero, pues buscan reacomodarse y quedar mejor posicionados en esta convivencia política perversa que está destinada a nunca cambiar la inercia en la que nos encontramos. Por ahí, no es.
  • A la dirigencia empresarial: que hay que pensar en un nivel más elevado de planificación y estrategia y buscar optimizar la burbuja económica privada a la que nos ha llevado el impacto de las sanciones. Hoy hay una responsabilidad mayor por parte del liderazgo empresarial. Sin competir con el gobierno, pero buscando espacios de bienestar que, por las mismas sanciones, el gobierno ya no puede proveer. Ojalá caigan en la cuenta del desafío que tienen por delante… porque por el momento, aparentemente, no lo ven.

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Eduardo Fernández

El lunes de esta semana, 31 de octubre, se cumplieron sesenta y cuatro años de la firma del Pacto de Puntofijo.

Con ese motivo, el Ifedec, Centro Internacional de Políticas Públicas Arístides Calvani y el Movimiento Social Independiente Unión y Progreso organizaron un Foro con la participación de tres venezolanos muy distinguidos: Rafael Simón Jiménez, Pedro Benítez y Mercedes Malavé.

Me pidieron que hiciera algunos comentarios y esto fue lo que dije:

El Pacto representa un momento crucial en nuestra historia. Gracias a ese acuerdo pudimos disfrutar de cuarenta años seguidos de gobiernos civiles. Es el período de la República Civil, caracterizado por la vigencia del estado de derecho, la primacía de la Constitución, el respeto a los derechos humanos y la alternabilidad republicana.
Sólo comparable con el Tratado de Amnistía y Regularización de la Guerra que en Santa Ana, Estado Trujillo, en 1820, firmaron Simón Bolívar por la República de Colombia y Pablo Morillo por la monarquía española. Tratado en el que tuvo una actuación muy protagónica Antonio José de Sucre, consagrado poco después como el Gran Mariscal de Ayacucho. Con ese Tratado se puede decir que nació el Derecho Internacional Humanitario.

Otro acuerdo político importante en la historia de Venezuela fue el llamado Tratado de Coche que puso fin a la guerra larga, también conocida como la guerra federal. Allí el General José Antonio Páez y Pedro José Rojas del lado de los conservadores gobernantes se pusieron de acuerdo con el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón y su segundo, el General Antonio Guzmán Blanco, para poner fin a aquella guerra fratricida.

El Pacto de Puntofijo nos deja tres lecciones muy claras: 1. Los verdaderos políticos, aquellos a quienes podemos llamar estadistas, colocan los intereses nacionales por encima de las agendas partidistas o de las ambiciones personales.

2. Es bueno destacar la importancia que en el Pacto se le da al aspecto programático. No fue un acuerdo para distribuirse el poder. Fue un acuerdo para llevar adelante un programa en beneficio de los ciudadanos, de todo el país.

Y finalmente, 3. El Pacto fue un intento para cancelar el canibalismo político. Los líderes democráticos habían aprendido la lección. El canibalismo en la política es contrario al interés nacional.

Ojalá el liderazgo político contemporáneo tenga presente estas tres lecciones que se derivan del Pacto de Puntofijo.

Seguiremos conversando.

@EFernandezVE

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