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Opinión

Para evitar entre los años 2011 y 2015, que la Política de Dopaje del Estado se conociera más allá de las fronteras rusas, en tiempos de una lucha global contra la utilización de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento físico de los atletas, en la que La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) tiene ojos en todos los países a través del Sistema ADAMS (Anti-Doping Administration & Management System), las autoridades deportivas y políticas necesitaban que ninguno de sus deportistas dieran positivo ni en competición ni durante los entrenamientos. Para ello, diseñaron dos sofisticados sistemas para evadir los controles de las agencias anti-dopaje.
Si la competición se desarrollaba en Rusia, como ocurrió con los Juegos de Invierno en Sochi 2014 o el Mundial de Atletismo de Moscú 2013, se usaba “El Cambiazo”, una técnica perfeccionada gracias a los técnicos de la FSB (Servicio Federal de Seguridad, la nueva KGB rusa), que pusieron a punto una herramienta a mitad de camino entre la ganzúa de un ladrón y el buril de un dentista, con tiras metálicas flexibles para poder introducirlas entre la rosca y el tapón de los frascos Bereg, el recipiente supuestamente inviolable en el que se conserva la orina, y también con la suficiente dureza para hacer saltar el tapón.
Con el sargento Blokhin al frente, el más hábil de sus soldados en la tarea, la FSB trabajó sin descanso en Sochi y Moscú para por las noches abrir frascos, tirar la orina sucia de sus deportistas, sustituirla por la limpia que tenían almacenada y volverlos a cerrar.
Cuando la competición tenía lugar en el extranjero, como los Juegos de Londres 2012, se trataba de llegar limpios. Para despistar a la AMA, el cerebro del laboratorio de Moscú, su director, Grigory Rodchenkov, el mismo que en mayo pasado empezó a contárselo todo al New York Times, puso a punto una técnica para detectar el Turinabol o T-BOL, el anabolizante que usaban desde siempre, y, al mismo tiempo, como un consumado barman ideó lo que bautizó como “El Cóctel de la Duquesa”, una mezcla de oxandrolona, metenolona y trembolona, tres anabolizantes con el mismo efecto que el Turinabol, pero con una ventana de detección mucho menor.
Antes de competir, los deportistas rusos se sometían a controles de lavado, para comprobar que habían eliminado todos los anabolizantes tomados en los entrenamientos. La estrategia sufrió, sin embargo, un revés: el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió reanalizar la orina de los rusos que compitieron en Pekín 2008 y en Londres 2012 usando la técnica de detección descubierta por Rodchenkov.
Decenas de medallistas rusos dieron positivo; los de Pekín porque no sabían lo que pasaría después, los de Londres porque, como síntoma de un caos y un individualismo que enfurecieron a Putin, decidieron seguir con el T-Bol por su cuenta y no pasarse al cóctel de la duquesa.
Los positivos de los controles fuera de competición los tapaban desde Moscú registrándoles en el ADAMS (el sistema informático de comunicación mundial de dopaje) directamente como negativos.
La tarea se complicó cuando en la AMA empezaron a sospechar y solicitaron a Moscú que enviara regularmente muestras para que se reanalizaran en el laboratorio de Lausana. Pusieron en marcha entonces el sistema de cambiazo, lo que fue arduo.
Al principio solo podían abrir el frasco Bereg A, el del análisis, pero no el B, el del contraanálisis, lo que obligó a los técnicos a tratar las orinas como si fueran vinos casi. Usaban granos de Nescafé para dar al líquido del frasco A, la orina limpia, el color que tuviera el B, la sucia. Cuando pudieron abrir el B, la AMA exigía ya el pasaporte esteroideo, por lo que necesitaron mezclar orinas de diferentes deportistas para obtener los mismo valores de testosterona endógena. Y siempre tenían que usar el salero o agua para aumentar o reducir la gravedad relativa en la orina sustituta que tuviera la original, valor reflejado en el formulario del control.
En esta trama, de conspiración institucional para el dopaje, según el Profesor Richard Mc Laren, catedrático de Derecho y abogado canadiense Richard McLaren encargado por la AMA de investigar este caso, quedó al descubierto que más de 1.000 deportistas olímpicos rusos se beneficiaron de las manipulaciones para esconder sus análisis positivos de dopaje.
En su informe final detalla cómo el 100 % de las muestras aleatorias mostraban señales de haber sido manipuladas, más concretamente, que la botellas usadas para las muestras de orina —supuestamente imposibles de manipular— había sido arañadas, lo cual indicaba que sus sellos habían sido rotos y su contenido sustituido por orina limpia.
Ahora, todo el mundo se pregunta, si Thomas Bach, actual Presidente del Comité Olímpico Internacional seguirá con su cobarde y cómplice actitud frente al régimen ruso y su dopaje como Política de Estado.

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A raíz del proceso de diálogo que comenzó en Venezuela a finales de octubre, muchos analistas y personajes han opinado que se ha oxigenado al gobierno y que se le ha dado chance de tomar un respiro y mejorar su imagen frente al público.
Independientemente de mi posición frente al diálogo, creo que cualquier sentimiento de que el gobierno pueda salir fortalecido de este proceso es erróneo y no visualiza el país en la gravedad del contexto que le toca vivir día a día al venezolano de a pie. Extrañamente, en la mayoría de análisis y opiniones que he oído o leído, no veo que el actor político pueblo esté siendo tomado en cuenta y por lo tanto su influencia en cualquier evento que pudiera ocurrir está siendo sesgadamente despreciado.
Esto sucede porque la mayoría de los analistas políticos está reduciendo drásticamente el roster de actores políticos y piensan que los más destacados por sus posiciones de poder tienen el control de la situación. En otras palabras, se asume que tanto el gobierno como la oposición controlan una serie de variables que los mantiene sobre un tablero más o menos estable en el cual es posible predecir los resultados de determinados movimientos, ya sean estratégicos o tácticos.
Los acontecimientos que vemos en el país apuntan al contrario. Venezuela se mueve sin rumbo claro y la capacidad de tanto el gobierno como de la oposición para influir en esa dirección es casi nula. Tenemos un gobierno incapaz, compuesto por un conjunto de personajes grises que obedecen más al mantenimiento de un proyecto político desde una posición ideológica que desde el desempeño formal basado en el conocimiento de las tareas que tienen que realizar.
Para explicarme mejor, tenemos un presidente que no tiene ni la más remota idea de lo que está pasando en el país. Su nivel intelectual en perversa combinación con su formación hacen de él un artículo de utilería. No se ve en Maduro y en su discurso un diagnóstico adecuado de la situación que vivimos, no entiende lo que está pasando y por lo tanto, no será capaz de generar soluciones a la gravedad de la crisis venezolana.
Su equipo de trabajo no es muy diferente. El presidente del Banco Central de Venezuela hace todo lo contrario a lo que está previsto en la constitución. En los últimos meses, la inyección de liquidez en la economía ha generado una inflación sin precedentes en nuestra historia. Eso aparejado con decisiones tardías en la modificación del cono monetario para evitar el colapso que se inició a comienzos de Diciembre. Ni hablar del manejo del tema cambiario. Las autoridades económicas tienen como prioridad honrar la deuda externa para poder seguir pidiendo prestado. Eso quiere decir que para un gobierno presuntamente socialista, es más importante cumplir con los grandes, medianos y pequeños capitalistas que garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas para la población venezolana.
Istúriz destaca por su mediocridad política. El irrespeto a las instituciones habla de su pobre compromiso con las reglas de la democracia. Las mentiras que los voceros gubernamentales cuentan en los organismos internacionales claman ante los ojos de Dios. No se habla de que por primera vez desde que se mide opinión pública en Venezuela, el problema “hambre” aparece como un asunto que preocupa a los venezolanos.
Los economistas del gobierno dan pena. El discurso es impropio de personas que dicen ostentar títulos universitarios en la materia. La bobería de la guerra económica solo sirve para exponer la debilidad de un gobierno que no es capaz de detener el deterioro de la divisa nacional y la capacidad adquisitiva de la población.
La otra cara de la moneda muestra una oposición que no quiere jugar al extremo que la situación obliga. La Mesa de la Unidad Democrática debe declarar pública y formalmente que en Venezuela existe una dictadura. Asumiendo esa realidad, se plantea una forma de actuar totalmente distinta. No se debe reconocer y obedecer instituciones viciadas en su conformación como el Tribunal Supremo de Justicia o el Consejo Nacional Electoral. Se debe presionar a la Fiscalía para que tome cartas en el asunto de la corrupción e inicie investigaciones sobre las operaciones de narcotráfico que se han instalado en Venezuela durante lo que va de siglo.
La Unidad democrática tiene el reto de aparecer ante el público como eso, como una fuerza unitaria, con unicidad de criterio, con unicidad de propósito. Su agenda tiene que darle prioridad al pueblo. Hay que salirle al paso al problema del desabastecimiento, hay que hacer énfasis en el gravísimo estado de los sistemas de salud, hay que exigir que las policías en vez de reprimir a los ciudadanos que protestan legítimamente se dedique a proteger a los ciudadanos del hampa desbordada. La Unidad tiene que sincronizar su agenda con el sentir de la mayoría de los venezolanos aquejados por todos estos males.
Otras fuerzas políticas, de menos calado en la opinión pública, tratan de hacer lo suyo. Sin embargo, en mi opinión, siguen anclados al plano político. Los problemas sociales en Venezuela son de una envergadura nunca antes vista. La crisis económica ha desatado una serie de males que causan daños terribles al tejido social, que alteran las normas de convivencia, que ponen a unas personas contra otras, que nos proyectan ante el mundo como una sociedad escindida al borde de una guerra civil.
El país está, sin lugar a dudas al garete. Esta gran nave que es Venezuela se encuentra sin timonel, sin capitán que la dirija. Los motores apagados hace que nos movamos al compas de los fenómenos naturales, de las fuerzas innegables de la economía pesimamente manejada, de una política sin direccionalidad en la que imperan los intereses mezquinos de los que compiten por el poder y por una sociedad enferma en la que pululan los vicios que se generan por la necesidad de la supervivencia reducida a la capacidad del más apto.
Quienes piensan que alguien saldrá bien parado del proceso político que estamos viviendo, están equivocados. Venezuela es un volcán en erupción que nos dará una desagradable sorpresa más temprano que tarde.
Fuente: http://runrun.es/opinion/jose_vicente_carrasquero/289446/venezuela-al-ga...
@botellazo

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Una calurosa tarde de verano en el cielo, que aunque Uds. no lo crean el cielo tiene sus cuatro estaciones; se encontraba Santo Tomás de Aquino (este santo parece que le gustaba jugar la candelita, aquí no, aquí sí) sentado plácidamente en su sofá viendo la programación CIELO-TV (el canal celestial de TV por cable), dedicada al día de los santos, cuando de repente se infiltra la señal de VIVE TV y ve una especie de comiquita donde se parodiaba la llegada del difunto ex presidente Chávez, al cielo y donde es recibido por Evita, el Che, Salvador Allende, Manuelita Sáenz, Camilo Cienfuegos, la abuela de Chávez y Bolívar, entre otros. Como era su costumbre Santo Tomas dice: “No puedo creer esta vaina; no puedo creer lo que ven mis ojos y oyen mis odios”, y exclama ¿Desde cuándo en el cielo se está permitiendo la llegada de este tipo de personas?
¿Cómo es posible que algunas de estas personas hayan entrado al cielo, cuando tienen cuentas que aclarar y saldar en la tierra, para poder ser recibidos aquí?
Santo Tomas de nuevo comenta “No me la calo, ¿Cómo pueden haberse camuflajeado que no los hemos identificado? ¿Qué trácala habrán hecho pa’ colearse en este territorio divino, diseñado y construido solo para gente buena?
Santo Tomas se queda pensativo y comenta (como siempre hacia sus adentros), “bueno, ahora con este viceministerio de la Felicidad Suprema nos ha salido competencia, pues me parece que hay otro “cielito” en Venezuela y es posible que un futuro no muy lejano, la gente que se muera en la tierra ya no quiera venir para acá y prefieran irse a Venezuela, que debe ser más barato, además de estar más cerca, por que venir para el cielo hay que echarle un camión y con este rollo de los dólares el pasaje debe costar una Boloña y parte de otra”, ¿No será que han firmado un convenio que yo desconozco y hay un intercambio de santos entre el cielo y la tierra, desde Venezuela, y entran como Pedro por su casa, sin ningún requerimiento?. Mejor averiguo para ver qué podemos hacer. Santo Tomas se para y sale a buscar en el seibó la GUTEC (Guía Telefónica Celestial) y va directo a las Paginas Azul Celeste (como es obvio la GUTEC no tiene páginas amarillas), a buscar los teléfonos de otros santos.
Al primero que llama, por razones obvias es a San Pedro. Aló, Aló, Aló Perucho? Como estas mi hermano? Del otro lado San Pedro le responde bien ¿y tu?, me conseguiste de broma, estoy llegando de una cerrajería, pues tuve que mandar a hacer otro juego de llaves de las puertas del cielo, no sé qué pasó, las tengo pérdidas desde hace varios meses o me las robaron, pero resulta que la cerrajería estaba cerrada pues no me acordaba que hoy es el día de nosotros, le dije a San Judas Tadeo que todo lo consigue que me ayudara a buscarlas y no fue posible encontrarlas. ¿Qué me cuentas Tomas?, bueno brother te informo que vi por un canal llamado VIVE TV de Venezuela, que aquí en el cielo se encuentran, nada más y nada menos que Hugo Chávez, El Che Guevara y otros, por lo cual ahora puedo explicar por qué tienes tus llaves perdidas, alguien las tiene y les abrió la puerta de noche sin que nos diéramos cuenta, ¿Te imaginas ese par de joyitas aquí en el cielo, en otras palabras, se acabó la paz y la tranquilidad? Santo Tomas le pregunta a San Pedro ¿No será Lucifer que te las robó? Y Pedro le responde, para empezar tu sabes que él no puede entrar aquí, toda la gente lo reconoce por el olor azufre (igual que Mr. Bush), además el pobre está desesperado porque no consigue gas para las calderas y las calderas que trabajan con electricidad se le dañaron con los apagones, el pobre parece que viviera en Venezuela, como será que está pensando en cambiarse el nombre ahora quiere que lo llamen “Luzsefue” en lugar de Lucifer.
Pedro pensativo le dice a Tomas, ahora que tú me cuentas lo de VIVE TV yo vi hace poco una cadena en TELCEL (Televisora Celestial) donde un tal Jairo Platanote Maduro Restrepo comentaba que Chávez, El Che Guevara y John Lenon estaban juntos cantando en el cielo, lo cual confirma lo que me has dicho mi querido Tomy. San Pedro preocupado le dice a Santo Tomas, tenemos que hacer algo inmediatamente estoy de acuerdo le dice Santo Tomas, pero lo que vayamos a hacer que sea al final del día para no sabotear la celebración de nuestro día, Okis, le contesta Perucho.
Pedro le dice, Tomas encárgate de llamar a los santos que puedas para una reunión donde le informemos lo que pasa y acordemos las acciones a tomar. Tomas le dice, recuerda Perucho que en la noche tenemos un concierto en el Club “ La Rumba Eterna”, donde van a presentar a Celia Cruz, Tito Puente, Tito Rodríguez, Maelo, Magdalena Sánchez, Daniel Santos y otras estrellas más, a los que San Pedro exclamó con los ojos pelaos Más finoooooo!!. Imagínate, San Pascual Bailón va a ser el animador, una peluzaaa!
Santo Tomas, colgó y comenzó a llamar otros santos.
Aloooó! ¿Es San José? si, ¿Quién es? por aquí Santo Tomas, ¿Puedes hablar un momento? Sí, pero no mucho, pues estoy ocupado terminando de hacer un closet y unos taburetes y mesas que me encargó San Juan Bautista pa’ la rumba de esta noche, San Jose´ pregunta y ¿qué es lo que pasa?, Santo Tomas le echa el cuento y al final acuerdan verse en la noche antes del concierto. OK José, ya que me lo mencionas voy a aprovechar de llamar a Juan Bautista, nos vemos.
Santo Tomas comienza a discar el teléfono de San Juan Bautista, al rato alguien con voz de mujer contesta el teléfono, Aloó, quien habla?, buenas, está Juan y la persona le responde, no, él está en la calle contratando a unos santos negros para que toquen tambor esta noche en la fiesta de los santos, si quiere llame a San Martin de Porres y San Benito, ellos tocan culo e’ puya en el conjunto y deben estar ensayando; está bien, dígale que tenemos una asamblea esta noche antes del concierto para informarle de un problema de invasión que tenemos, por favor no deje de decirle, Santo Tomas le pregunta ¿Con quién hablé? y ella le contesta con Juana La Cubana, su secretaria, ok muchas gracias.
Tomas cuelga e inmediatamente recibe una llamada por Skype, era el Arcángel San Gabriel. Tomas le dice, que bueno que llamaste y el Arcángel le dice, ya me enteré, pues San Pedro me llamó y me dijo que junto a San Marcos de León conformáramos una brigada choque para enfrentarnos a los que se están coleando en nuestro reino, tu sabes Tomás que Marco y yo no comemos cuento pa’ entrompa al que sea, más a hora que me compre un tenedor (tridente) nuevo con descarga eléctrica, así que ya sabes estamos listos y nos vemos esta noche. Ah! Se me olvidaba decirte que San Antonio de Padua no puede ir al concierto ni a la asamblea porque está dando un cursillo prematrimonial a varias parejas de ángeles novios; él pidió que lo excusaran y que luego se incorporaba a lo que fuese necesario.
Al rato, manejando un taxi de la Línea El Paraíso, llega San Cristóbal a la casa de Santo Tomas, raudo y veloz y lleno de sudor por el trabajo de taxista y con el calor propio del verano, apaga el carro, se quita la lanilla que se pone en las piernas para que no lo ensucie el volante y corriendo toca la puerta y con voz de terror le dice a Santo Tomas, “acabo de hacerle una carrera a dos tipos raros, uno con una boina roja y una verruga más hablador que el carajo y otro chivudo con cara de amargado, los tipos piensan colearse esta noche en el concierto y en las actividades de nuestro día de celebración; esos tipos no son de aquí” le dice San Cristóbal a Santo Tomas y como cosa rara Santo Tomas le dice, te lo creo Cristóbal. Tomas le dice a Cristóbal, es bueno que tú estés en la puerta del Club para que los identifiques y los interceptemos, ok le responde San Cristóbal.
San Cristóbal enciende su taxi y sale a informarle a San Pancracio, para que en un taller vivencial les dé una inducción de coraje y valentía a todos los que se van a involucrar en la búsqueda de los intrusos, pues se consideran de alta peligrosidad.
En su casa, Santo Tomás llama San Isidro Labrador y la persona que respondió el teléfono le dice que lo llame en la tarde, pues estaba en CIELO TV dando el pronóstico del tiempo y tenía que dar una charla en el INCEMET (Instituto Celestial de Meteorología) sobre “Como quitar el agua y poner el sol”, ya que la población celestial se quejaba de las lluvias de verano y de “la calol”. Santo Tomas le dijo a la `persona, por favor dígale que me llame al llegar, que es urgente.
Santo Tomas llama a Pedro de nuevo y le dice, ¿Convocamos a las Santas? y Pedro le dice, no me parece prudente, pues no sabemos lo que pueda pasar, además la única que pudiera ir es Santa Eduvigis y ahora está muy ocupada tratando de conseguir viviendas dignas a un poco de gente sin casa, que la llama cada rato; la otra que pudiera ir es Santa Lucia, pero esta full ayudando a los ciegos a pasar las calles y enseñándolos a leer. Pedro le dice a Tomas, no te olvides de llamar a San Expedito, mira que ese es un avión y se le puede ocurrir una solución rápida para detener a estos intrusos.
Por último, Tomas llama San Francisco de Asís; Aloó Pancho, es Tomás, después de echarle el cuento le dice, necesito entonces que te presentes esta noche a la entrada del club “La Rumba Eterna” con unos cuantos animales entrenados, para rastrear y capturar a estos facinerosos que se quieren colear en la fiesta de nuestro día y además quedarse viviendo en el cielo; tranquilo!!! Tomás, le dice San Francisco de Asís, llevaré unas buenas mascotas, no se te olvide que yo entrené a las Tortugas Ninjas, Lassie, Rin Tin Tin, al caballo del Zorro y al del Llanero Solitario.
Después de haberse cumplido con todas las actividades diurnas del día de los Santos, desfiles, payasitos, pinta caritas, piñatas en los jardines del Edén, llegó la hora esperada. Todos los Santos debidamente enterados y preparados para actuar se aglomeraron en la entra del club “ La Rumba Eterna”, de repente un loro de los entrenados por san Francisco de Asís, pega un grito aquiiiiii estáaaaan “ las joyitas”, inmediatamente, comienzan gritos, cacerolazos y los santos comienzan a rodear a Hugo y al Che, quienes asombrados trataban de convencer con un discurso y promesas por un mundo mejor y una PATRIA NUEVA (imagínense un mundo mejor que el cielo) a los santos, los cuales con los ánimos caldeados comenzaron a gritar :
NO PASARÁN, NO PASARÁN, NO PASARÁN, NO PASARÁN!!!!
De repente, llega una ambulancia celestial, donde venía Jose Gregorio Hernández, quien, aunque todavía no es santo, está en lista de espera y acudió al sitio como paramédico a petición de San Pedro, por si acaso en la trifulca celestial habían personas heridas, cosa que como Uds. bien saben no es posible que pase en el cielo, lo más grave que pueda pasar es que los santos se arrechen ante una situación como esta.
Después que se calmaron los ánimos, los intrusos fueron detenidos y devueltos por una comisión integrada por miembros de la brigada de choque celestial liderada por el Arcángel San Gabriel y San Marcos de León, lo preocupante es que no sabemos si los devolvieron para la tierra. Al poco rato se oye dentro del club a San Pascual Bailón anunciando: ¡y ahora señoras y señores La Guarachera de Cuba y ahora del Cielo, Celia Cruz, Azúuuucar! Y así comenzó el fin de la celebración del día de los Santos.

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Apuntes sobre el béisbol en época de tribulaciones
El domingo pasado estuve en estadio universitario, el bar más grande de Caracas, como lo describió el Maestro Cabrujas. Me junté a una buena cantidad de fanáticos, esta vez por encima del promedio de asistencia que se viene dando a lo largo de la temporada, a fin de ver a mi equipo, Los Tiburones de La Guaira, derrotar al Magallanes (y no digo el marcador en señal de respeto a los seguidores del adversario).
Con este ya son unos cuantos partidos a los que he ido, fiel a un hábito que tengo desde hace mucho. Como siempre, esta vez también fui en plan de pasarla tranquilo en ese territorio libre de humo y congojas que es el estadio y esquivar, así, la realidad durante nueve innings, sin pensar siquiera qué diablos estaría urdiendo allá afuera, aguardando a que yo saliera.
II.
Aún no me acostumbro del todo a este béisbol en tiempos de crisis nacional. No me acostumbro al escaso público, sobre todo en las gradas, que por lo general están completamente vacías, señal de que también en este caso la gente más pobre es la que lleva la peor parte en el desmadre que hoy en día nos gobierna. No me acostumbro tampoco a que casi no haya colas para entrar, para ir al baño o para tomar cerveza. Ni al consumo organizado en torno a los puntos de cuenta, acercados hasta el asiento del fanático, ni a ver a algunos otros que pagan con un fajo de billetes, agarrados con una liguita, y los cuentan, fastidiados y desesperados, durante largo rato, luego de varias equivocaciones. No me acostumbro a los precios actuales, ni a la manía de calcular en cuánto me salen los nueve innings, en comparación con la canasta básica o con el sueldo de un profesor universitario. No me acostumbro a no ver los borrachitos de costumbre, dado que el dinero no da para excederse en materia de caña. No me acostumbro, así pues, a ver que muchos abandonan el lugar apenas oscurece, pues vivir en una de las ciudades más violentas impone precauciones ilimitadas. En fin, es éste, como digo, el béisbol a tono con los apuros que pasamos.
III.
En el juego del pasado domingo, a la altura del sexto o séptimo inning, cuando ya se había hecho evidente que la única duda era determinar de qué tamaño terminaría siendo el triunfo escualo, a un fanático le dio por festejar cada nueva carrera guaireña arrojando al aire un buen puñado de billetes verdes, de los de a cincuenta bolívares, cosa que repitió al menos cuatro veces, con cada vez más gente tratando de atrapar su tajada de dinero que, según se oyó decir a un niño, llovía del techo de las tribunas.
El tipo es un narcotraficante millonario, se dijo por allí. Un loco común y corriente, un poco más allá. Y así siguieron las opiniones: es alguien que cree que esos billetes no valdrán nada, luego de que se impriman los nuevos anunciados por el Gobierno, que son puro papelillo; un hombre desesperado por la inflación; un opositor radical que no cree en el diálogo y busca minar la confianza en el bolívar fuerte; una persona generosa que asume esa extraña manera para ayudar a la gente. Y como éstas otras apreciaciones tan diversas, como confusas y contradictorias.
Tu que eres sociólogo qué opinas, me dice el amigo sentado al lado, mientras yo miro al cielo, como si la cosa no fuera conmigo. En mi descargo diré que la actual realidad venezolana improvisa a cada rato. Lo deja a uno fuera de base, aunque haya estudiado sociología.
HARINA DE OTRO COSTAL
Imposible, y me incluyo, desde luego, no haber sentido una gran simpatía por la revolución cubana, cuya promesa de cambios hacía mucho sentido en los países latinoamericanos. Pero casi al comenzar, la revolución dejo de ser lo que parecía que iba a ser. Se transformó en autoritarismo al mejor estilo soviético. En religión secular. En líder omnisapiente, absoluto y eterno. En culto a la personalidad. En partido único y pensamiento oficial. En perversión en el uso del poder. En elecciones de mentira, con resultados previamente convenidos. En homogeneización de la sociedad civil, censura y vigilancia de los ciudadanos. En fusilamiento y cárcel para los disidentes. En dosificación de las libertades a cambio de beneficios sociales. En acomodo con el imperialismo ruso. En la propuesta del hombre nuevo, un despropósito ideológico. En el empleo de la épica para tratar de disimular la realidad. En inconsecuencia con respecto a los valores y razones que la inspiraron desde el pensamiento de izquierda.
En fin, resulta difícil que la historia absuelva a Fidel. De paso, el Presidente Maduro declaró, palabras, palabras menos, que seguirá su legado. Pareciera, ´pienso, que siempre tiene un error a la mano.
El Nacional, miércoles 7 de diciembre de 2016

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Llegamos al cierre de 2016 y la situación económica en Venezuela está cantada: un país con una grave crisis económica y social, además de una situación política compleja. Este año estimamos que la contracción de la economía venezolana se ubique en 11,3 %, y ya son doce (12) trimestres consecutivos de contracción, un ciclo bastante largo. En tres años la economía venezolana se ha reducido 20,4 % y el PIB per cápita (en dólares) acumula una contracción de 56,8 % para el mismo período. Venezuela, como lo hemos dicho antes, vive una depresión. Además, en un hecho poco usual en la historia económica moderna, nuestro país parece estar frente a un choque de oferta y también un choque de demanda operando ambos al mismo tiempo.
En materia de inflación estimamos que la tasa para 2016 se ubique en torno a 511 %. Es importante destacar que a pesar de que la inflación fue alta en la primera mitad del año desaceleró un poco en el segundo semestre. Por supuesto, estamos lejos de una solución al grave problema inflacionario que tenemos, pero de alguna forma, el Ejecutivo logra contener el desbordamiento de la variable hacia un escenario clásico de hiperinflación.
En el frente externo, el Ejecutivo ha logrado surfear el déficit en la balanza de pagos. Al inicio de 2016, manteniendo los mismos niveles de importación de 2015 y con una elevada concentración de pagos en el servicio de la deuda, el Ejecutivo se enfrentaba a un déficit externo cercano a US$ 40.000 millones. Sin embargo, el Estado tras recortar en 45 % las importaciones, ejecutar una operación de canje de deuda de Pdvsa, renegociar con China y Rusia, comprometer el oro de las reservas internacionales, entre otras acciones; logró reducir el déficit a US$ 14 millardos, y cerrando un año más. El costo pagado es alto: Venezuela culmina 2016 con una posición líquida en activos externos bastante baja (menos de US$ 3.000 millones), con una situación social comprometida, un aparato productivo semi paralizado y una recesión profunda. En economía no hay almuerzo gratis.
En materia petrolera, la situación es preocupante. Este factor ha encendido las alarmas este año. La producción petrolera ha caído en promedio 257.000 b/d en base interanual. El circuito refinador tiene fallas importantes. Si bien Pdvsa, logró cumplir con sus compromisos de deuda financiera y logró sacar adelante un canje parcial de los vencimientos 2016 – 2017, no pudo lograr acuerdos satisfactorios con contratistas y proveedores que permitan evitar la contracción de producción y más aún, recuperar los niveles perdidos. Este elemento será un factor clave a seguir de cara a 2017.
Tras doce trimestres de contracción y exceso de regulaciones (que llevan años) el sector privado parece quedarse sin gasolina. La capacidad ociosa en la mayoría de los sectores supera el 50 %, y la contracción ha sido superior a dos dígitos en este año que está por finalizar. En la mayoría de los sectores, productos del choque de demanda, las ventas se han contraído y el efecto de la devaluación e inflación ha minado el patrimonio de las empresas que operan en Venezuela. El sector privado venezolano se ha reducido, no solo en tamaño por empresa sino en número de compañías por industrias; lo que plantea desafíos empresariales y de políticas públicas en el mediano y largo plazo.
El 2017 plantea importantes desafíos para Venezuela, no solo en el frente económico sino también en los frentes político e institucional. Los cartuchos del Ejecutivo para postergar los ajustes económicos parecen acabarse, pues ya no hay fondos en divisas al que apelar, las importaciones se han reducido a un umbral peligroso y el financiamiento externo parece haberse cerrado. La esperanza está en un alza del precio petrolero, pero el modelo chavista necesita que la cesta petrolera venezolana esté por encima de US$ 60/bl y eso hoy luce como un escenario muy improbable.
Por otro lado, el Ejecutivo Nacional entra en una nueva etapa a partir del 10 de enero de 2017: su salida del poder no implica ir a un proceso electoral y eso va a mover el tablero en el chavismo. Así, el presidente Maduro no solo se va a enfrentar a las demandas de cambio que han venido principalmente del país no chavista sino que también va a tener que lidiar con las presiones para el cambio desde su propio movimiento.
El cambio político para 2017 sigue siendo una posibilidad real. Sin embargo, conviene precisar cómo puede darse este proceso, especialmente a raíz del inicio del proceso de diálogo entre gobierno y oposición bajo el auspicio de actores internacionales. Es evidente que el chavismo busca aprovechar el dialogo para acometer un proceso de normalización institucional en el país. Lo que pareciera estar detrás es: a cambio de algunas concesiones (liberación de presos políticos, nuevos rectores en el CNE, entre otros) aspira a que la oposición renuncie a su demanda de una salida electoral en el corto plazo. Está por verse.
En el ínterin lo que puede suceder es que la situación interna tanto del chavismo como de la oposición, así como la profundidad de la crisis lleven a un escenario de transición controlada por el chavismo que prescinda del presidente Maduro y que introduzca algunos cambios en lo económico, a saber: más pragmatismo en lo petrolero, legalización de un mercado paralelo de divisas y flexibilización del control de precios. Una transición menos traumática para el chavismo y que evite que el país entre en una profunda crisis de gobernabilidad, que sigue siendo un riesgo latente. Como ya es costumbre en Venezuela desde hace algunos años, Venezuela pinta ser un año interesante. Demasiado interesante.
En materia de premisas económicas para 2017 y en un escenario de “estatus quo” estimamos que la economía venezolana tenga un crecimiento cercano a cero. Estimamos que las exportaciones crezcan 15,6 % y las importaciones apenan 0,4 % en base interanual. La inflación puede ubicarse en torno a 850 %. En resumen: 2017 se parece mucho a 2016 pero con un deterioro que no se detiene, pues la única forma que la economía pueda retomar la senda de recuperación será a través de reformas estructurales y esto luce lejos (por ahora).
Asdrúbal Oliveros
Fuente: http://www.infolatam.com/2016/12/07/venezuela-frente-al-2017-normalizaci...

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“Transiciones democráticas” es el título de un reciente libro editado por Abraham Lowenthal y Sergio Bitar en el cual, con el apoyo de varios especialistas, se analizan nueve casos de transiciones exitosas y pacíficas de regímenes autoritarios a gobiernos democráticos. Se entrevistan a 13 expresidentes y un Primer Ministro que tuvieron un rol fundamental en esas transiciones. Los países analizados son Polonia, España, Chile, México, Brasil, Gana, Sudáfrica, Indonesia y Filipinas. Obviamente, el libro debería interesar a todos los que están preocupados por la gravísima situación socioeconómica y política venezolana. Trataré en esta breve nota de mencionar algunos temas que pueden ser útiles para futuras transiciones. Las transiciones estudiadas son procesos graduales. Hay eventos y momentos que catalizan y aceleran los procesos. La grave crisis económica asiática de 1997-98, por ejemplo, contribuyó al colapso del régimen de Suharto en Indonesia y la caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS facilitaron las transiciones en Polonia y Sudáfrica. Algunas transiciones se iniciaron con aproximaciones entre sectores del régimen y elementos de la oposición: Brasil, España, México, Polonia y Gana. En otras, fue la respuesta de los regímenes frente a fuertes movilizaciones y presiones populares: Chile, Indonesia, Filipinas, Polonia y Sudáfrica. En la mayor parte de los casos las transiciones son el producto de negociaciones entre elementos del Gobierno y de la oposición: Brasil, Chile, Indonesia, México, Polonia, Sudáfrica y España.
Todas estas transiciones son el resultado de fuerzas y procesos fundamentalmente internos, pero condicionados por actores, eventos y contextos externos. Para la oposición democrática, en particular, es indispensable lograr el apoyo de la comunidad democrática internacional, incluyendo no solo gobiernos, sino organizaciones internacionales y ONG. Las fuerzas democráticas para desafiar la capacidad del régimen de gobernar y convertirse en viable alternativa de gobierno deben lograr un amplio apoyo interno y externo. Para lo cual es indispensable lograr la unidad y la coherencia entre los diversos grupos y personalidades que integran la oposición. Para tener credibilidad y legitimidad en la comunidad internacional hay que superar las diferencias en objetivos, estrategias, tácticas y liderazgos entre los opositores y forjar consensos y convergencias, enfatizar lo que los une y proteger los espacios de diálogo.
En cambio hay que aprovechar las divisiones en el régimen. Fernando Enrique Cardozo, en su entrevista, menciona la importancia de establecer relaciones de confianza con el sector militar. El fin del régimen autoritario, en estas transiciones, no se da hasta que por lo menos un importante sector del mismo percibe que la salida negociada es la única manera de evitar consecuencias muy negativas para el país y su futuro político y personal. Por tanto hay transición democrática y pacífica si hay segmentos del régimen que se convencen que la transición es conveniente o por lo menos es el mal menor para ellos. La oposición debe reforzar estos elementos del régimen dando garantías políticas, económicas y personales. Lowenthal y Bitar subrayan la importancia para la oposición democrática de proyectar una visión positiva y esperanzadora del futuro y la relevancia de la calidad y valentía de los líderes. Valentía que no necesariamente la tienen sólo los que proclaman soluciones maximalistas.
Ahora bien, en el caso venezolano, si se confirma la incapacidad del Gobierno, probablemente por sus divisiones internas, de concretar ni siquiera las pocas concesiones que prometió en la mesa de negociación, frente a los intermediarios internacionales, se crearán las condiciones para una fuerte reactivación de la movilización popular, que veremos muy probablemente al concluir el periodo de las fiestas navideñas.
@sadiocaracas
http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/transicion-venezuela_630069

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Nelson Merentes, en su condición de presidente del Banco Central de Venezuela, presentó el nuevo cono monetario. Lo hizo mediante una estrategia comunicacional feroz. Casi cruel. Merentes habló de cada efigie, de cada prócer, de cada animal y de cada paisaje como si aparecieran por primera vez en los billetes.
Haber elegido esta estrategia comunicacional sólo puede tener dos motivaciones. Y ambas son estrictamente políticas. La primera es cándida: ser una especie de Adán en las bóvedas del Paraíso, encargado de nombrar para el resto de los hombres una moneda como si nos resultara desconocida. La segunda es simple: evitar los territorios de la reminiscencia.
Una de las teorías del conocimiento más importantes que derivan del pensamiento de Platón se conoce como Teoría de la Reminiscencia. Y su postulado es simple: conocer es recordar.
La torpeza semántica (y con eso política) del nuevo cono monetario venezolano ha puesto en los seis billetes a los mismos próceres, animales y paisajes que estaban en los billetes que actualmente circulan en la economía venezolana, enormemente devaluados. ¿Y cuál es la consecuencia reminiscente de esto? Pues que a partir del 15 de diciembre el papel moneda nos recordará rotundamente que para aquello que en 2008 necesitábamos un billete de 2 bolívares, hoy necesitamos uno de 500. Y los principales testigos de eso serán la misma cara de Francisco de Miranda que estaba en el billete de 2, la misma tonina, el mismo fracaso.
Y aunque el calco de los próceres es evidente y penoso, durante su rueda de prensa Nelson Merentes es capaz de repasar cada batalla, cada país y cada monumento donde aparece Francisco de Miranda… excepto el hoy inútil billete de dos. Y hace lo mismo con Pedro Camejo en el de 5 y ahora en el de 1.000, con Guaicaipuro en el de 10 y en el de 2.000, con Luisa Cáceres de Arismendi en el de 20 y en el de 5.000, con Simón Rodríguez en el de 50 y en el de 10.000 y con Simón Bolívar en el de 100 y en el de 20.000.
Nuestro billete de más alta denominación ha pasado de 100 a 20.000 bolívares y el presidente del Banco Central de Venezuela no nos explica nada. Tan solo repasa anécdotas biográficas y zoológicas de una iconología repetida.
Merentes no quiere recordar. Merentes no quiere conocer. Merentes no quiere reconocer.
El único argumento que dejó colar en su alocución para justificar el uso de los mismos íconos fue un premio (de diseño, no de economía) que obtuvo la serie de ilustraciones cuando exhibían menos ceros. De ahí en adelante, prefirió evocar elementos como la locomoción del cachicamo o el talento para la música de Miranda. Tampoco recordó aquella enorme campaña comunicacional que se hizo para presentar al Bolívar Fuerte, que hoy contrasta con esta breve y austera rueda de prensa. Ignoró de manera campante, y en nuestras narices, que aquella proeza revolucionaria que en 2008 nos convenció de que a los billetes había que restarle ceros hoy ha sido transformada en una operación de multiplicación delirante, consecuencia de unas políticas económicas de las cuales él también es responsable.
La profesión para la cual se formó Nelson Merentes es la Matemática. Si bien la teoría de la reminiscencia entiende que aunque todo lo que vemos, oímos y sentimos puede considerarse como un conocimiento, también reconoce que su veracidad es imposible de comprobar porque no todos percibimos el mundo de la misma forma. Y por eso para Platón era un problema basar esta teoría sólo en sensaciones. ¿Y saben dónde consiguió la posibilidad de hacerlo? Justamente en las matemáticas. Explicaba el filósofo que, al estar desprovistas de emociones, las matemáticas le permitían al hombre llegar a resultados verdaderos que parecían salir de él mismo.
Y así entendió el platonismo que la verdad no surge del mundo exterior, sino de la razón.
Y es precisamente eso lo que hace que las ganas de hacernos olvidar que parece tener la estrategia comunicacional de Nelson Merentes y sus nuevos billetes se vengan abajo: la reminiscencia.
Una explosiva combinación de la memoria emocional y la frialdad de las matemáticas.
Al haber decidido calcar los rostros devaluados de nuestros próceres, el único éxito rotundo de este nuevo cono monetario reside en su capacidad para explicarnos que para aquello que alguna vez necesitábamos un billete de 100 hoy nos urge uno de 20.000. Y eso no surge del mundo exterior, sino de la razón.
Así de platónico. Así de patético. Así de simple.
Obtenido de: Prodavinci, 07 diciembre 2016

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