Pasar al contenido principal

Opinión

Dicen que la frase es de Pitágoras. El autor de estas líneas siempre fue malo en matemáticas, desde los tiempos del hermano Isidro en el Colegio San José de Maracay. Este magnífico profesor nos daba clases tanto Religión como Matemáticas. Si la afirmación que encabeza este escrito fuese cierta, el suscrito, que siempre sacaba “A” en Religión, ha debido de sacar 20 en Matemáticas, pero no era así. Yo, en los números a lo sumo llegaba a la primera decena de la máxima calificación y no había oración al Padre Eterno que me sacara de allí.

Traigo esto a cuento, porque, a pesar de ser lerdo con los números, uno “oye y retiene”, como decía aquel inolvidable personaje de la Radio Rochela que protagonizaba Jorge Tuero. Yo escuché en cadena decir que la bolsa de comida que se distribuye al pueblo cuesta 10.000 bolívares y eso se me quedó grabado. Esta cantidad en Venezuela es mucho o poco, “a sigún”. Dependiendo de cómo se saque la cuenta, pueden ser menos de 5 o 1000 dólares, simultáneamente. Tengo entendido que las importaciones de los alimentos que se reparten se hacen al precio del dólar controlado, es decir, al cambio de 10 bolívares por dólar. En ese caso, los 10.000 mil bolívares que el ciudadano paga por su bolsa de productos, equivalen a 1000 dólares.

Muy bien, puesto que las matemáticas no fallan, como dicen, veamos cuánto cuestan en Estados Unidos los productos de la bolsa susodicha:

2 kg de arroz…………………………….....................7,40 $

2 kg de pechuga de pollo (que no los trae)…….... 17,20 $

2 kg de pasta….………………………………………..2,56 $

1 frasco de mayonesa……………………...………….2,98 $

18 huevos (que tampoco vienen)…………..…..…….2,94 $

2 litros de leche…………..………….………..……..1,6 $

1 pan…………………………………..…………… 1,99 $

1 litro de aceite de oliva virgen extra………….....7,99 $

1 kg de café …………….………………………….4,99 $

2 kg de azúcar………………………..……………2,50 $

2 kg de harina pan …………………………..……7,00 $

Omisiones u olvidos………………………………10,00 $

Total……………………………………………… .69,15 $

Vamos a ver si algo me quedó del hermano Isidro:

1000 – 69,15 = 930,85

Si las cuentas no me fallan, a cada ciudadano que paga 10.000 bolívares por la bolsa mencionada le están sobrando unos 930,85 dólares (o dicho de otra manera, paga 1000 $ por lo que cuesta solo 69,15), al precio de la divisa controlada con la que se compran los productos y se realiza la operación. Dicha cantidad podría –teóricamente- producirle un salario mensual cercano a los 4 millones de bolívares fuertes (poniendo que compre solo una bolsa al mes) si vendiese esos dólares de sobreprecio en el mercado innombrable.

Esta semana escuché al filósofo José Rafael Herrera decir que más que económica, la crisis de Venezuela es de espíritu y que esta espiritualidad no tiene que ver nada con la religión, sino que está relacionada con objetivos determinados en una población, con un conjunto de valores que se han fracturado en los últimos años. Conecto esta reflexión con la frase con la que Emilio Lovera culminaba su monólogo en el papel de Boves en la obra que hicimos juntos conmemorando los 200 años de la Independencia, el “Juicio a Vicente Nario”: “Venezuela no es un país, sino una taquilla de cobro”.

Y es que, si en efecto Dios habla por las matemáticas, aquí hay mucha gente que o bien no oye, o se está haciendo la sorda.

http://www.talcualdigital.com/Nota/138281/dios-habla-por-las-matematicas...

 2 min


El 18 de agosto de 1999, la Asamblea Nacional Constituyente decidió declarar la urgente reorganización del Poder Judicial. Fue creada así la Comisión de emergencia judicial. A partir de ese momento, en lugar de propiciar los necesarios cambios que urgían, comienza un proceso de deterioro de 18 años que ha llegado a una situación terminal de ineficiencia, corrupción y pérdida total de autonomía e independencia en la administración de justicia.

Lamentablemente, el remedio se ha convertido en una mala medicina, peor que la enfermedad.

Como parte de los constituyentes promotores de aquella reforma, nuestra justa aspiración era, como quedó plasmado en la Constitución, lograr un Poder Judicial independiente, transparente, imparcial, con jueces idóneos y capaces de ser garantes de un verdadero Estado de Derecho y de Justicia, lo cual es totalmente opuesto a la denominada Misión Justicia Socialista, recientemente creada por la vía de un decreto presidencial arbitrario e inconstitucional.

Quiero citar lo que dijo el diputado del Psuv Carlos Escarrá el 18 de junio de 2011 en una reunión con abogados del estado Carabobo: “Este encuentro fue muy significativo y entre las principales propuestas destacan la creación de una contraloría judicial. El Poder Judicial es uno de los elementos más corruptos y donde menos hemos hecho lamentablemente en la revolución. Esta contraloría debe atacar las roscas en todos los niveles – aquí hay mafias entre policías, fiscales y jueces – y también de garantizar todo lo relativo a los derechos humanos”.

Reitero lo que dijimos en nuestro libro Estado Delincuente: A partir de la intromisión sistemática e indebida del Poder Ejecutivo, el Poder Judicial se ha convertido en un “gran negocio” en el que todo está tarifado y las irregularidades, arbitrariedades y abusos ocurren en todas las instancias, con muy pocas excepciones, hasta el punto de que se utiliza el vocablo “sicariato judicial” para caracterizar su situación.

Han sido designados jueces sin ninguna calificación y algunos hasta con antecedentes penales por gravísimos delitos. Jueces y fiscales comparten y compiten por “territorios” en los que se manipulan expedientes, se tarifan servicios, se extravían o siembran pruebas, se altera el reparto de las causas. El Sistema Juris 2000 fue instrumentado en el Poder Judicial para que la distribución de expedientes fuera aleatoria. Actualmente, se realiza a través de la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos URDD. Asignar un caso a un determinado juez tiene un precio que depende de la capacidad de pago de los implicados, siendo la tarifa básica de quinientos a mil dólares, como se sabe en el foro judicial.

La ausencia de un registro automatizado de expedientes se presta a todo tipo de manipulaciones: no aparecen, nadie sabe dónde están, hay que pagar para que finalmente se encuentren o no, etc. La cadena de custodia es vulnerable y las pruebas – según las tarifas que se establezcan – son manipuladas o desaparecen.

Nombrar a una persona en un expediente es suficiente para iniciar una extorsión, así como cometer un “error material” en la identificación de alguien señalado por un delito puede librarlo, pago de por medio, de verse implicado en un proceso judicial.

El deterioro del sistema es tal que no interesa someter a la justicia a un delincuente, sino que el delincuente pague para librarse del proceso judicial. Los bienes incautados no son puestos a la orden de la Fiscalía, sino que son “negociados”: cambian sorpresivamente de propietarios con el consentimiento de los afectados o sin que estos se atrevan a reclamar, tal como se ha señalado en los casos del narcotraficante Walid Makled – convertido hoy en el pran del Sebin – y del empresario de los casinos Domingo Goncalves, quien habría pagado una alta cifra para lograr su libertad el 31 de diciembre de 2016. ¿Cuánto pagó? ¿A quién?

Las mayores extorsiones ocurren en el área penal, en la que está en juego ir o no a una prisión, es decir, como todos sabemos, un asunto de vida o muerte en Venezuela.

Mientras por un lado, los crímenes relacionados con la corrupción y el narcotráfico quedan impunes a punta de Dólares y Euros, por el otro, se judicializa la política para perseguir, criminalizar y encarcelar con expedientes falsos a quienes piensan distinto al régimen del autócrata Nicolás Maduro.

Por si alguna duda quedaba, están las lamentables confesiones de los ex magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, Luis Velásquez Alvaray – hoy en Costa Rica – y del testigo protegido de EEUU acusado de complicidad con narcotraficantes – Eladio Aponte Aponte, que se explican por sí solas, es decir, como dicen los abogados: a confesión de parte, relevo de pruebas.

Dicen que el tiempo pone todo en su lugar. ¿Cuándo se harán públicas las confesiones sobre la podredumbre judicial que en privado hace la hoy ex presidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez? ¿Qué significan las palabras de su sucesor Mikael Moreno, que viene de ser presidente de la Sala Penal del máximo tribunal, cuando dice que su principal reto es combatir la corrupción y la impunidad?

www.carlostablante.com

@TablanteOficial

carlostablanteoficial@gmail.com

 3 min


Jesús Elorza G.

El público presente, en el Mundial de esquí nórdico, celebrado en la ciudad de Lahti en Finlandia y los millones de seguidores por los circuitos televisivos, no podían creer el bochornoso espectáculo que presentaba el primer competidor de nombre Adrián Solano.

Muchos pensaron que se trataba de una parodia para amenizar el evento. Otros llegaron a pensar que era una representación del “Yeti” también conocido como el abominable hombre de las nieves., por sus torpes movimientos que lo asemejaban a un orangután y que no tenían nada que ver con el campeonato mundial.

De sorpresa en sorpresa siguió el sainete del falso competidor, cuando declara a los medios que ¡¡¡No conocía la nieve!!!!

Al ver ese esperpento de espectáculo, muchas preguntas surgieron en el ambiente deportivo para tratar de dar una explicación a lo allí ocurrido: ¿Quién lo inscribió?, ¿Quién o quienes financiaron su participación?, ¿Fue autorizado por el IND o el Comité Olímpico Venezolano?

Poco a poco, la verdad fue saliendo a flote y se pudo conocer que la aventura mundialista del esquiador que no conocía la nieve, Adrián Solano, estuvo alentada por el hombre que lo formó durante un año los fines de semana en las calles de Maracay, rodando con rollerski sobre el asfalto. César Baena. Pero, esto no era digerible para nadie, puesto que ningún maracayero había observado que en las calles de la ciudad se diese ese tipo de entrenamiento por demás llamativo. A lo mejor, comentaron algunas personas, debe ser que empleaba el método de Tareck que siendo gobernador, nadie lo veía por ningún lado.

Baena, de 30 años, fue el único venezolano seleccionado como voluntario para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde fue asignado al ecuestre. Entonces tenía apenas 18 años y ya reclamaba atención mediática hacia su logro personal.

Luego afirmaría que esa experiencia le permitió descubrir su “gran pasión”, el esquí, un deporte que había practicado su padre en alguna oportunidad. Un año después de Atenas participó en un programa de intercambio en Colonia, Alemania, en casa de una familia que practicaba esquí, y en 2006 comenzaba la ruta hacia su sueño, como voluntario del Centro de Prensa de los Juegos de Invierno de Turín 2006, De cara a los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver 2010, afirmó tener asegurado un wild card, pero la invitación nunca llegó, Luego intentó colearse en los juegos de Sochi 2014, pero se quedó con los crespos hechos al serle negados los recursos por la inexistencia de una federación nacional que avalara su participación

A partir de ese momento, convertido en un Yeti cualquiera, se autonombró presidente, delegado y entrenador de la Federación Venezolana de Deportes de Invierno y estableció su “Modus Operandi” para la búsqueda de recursos económicos o patrocinios comerciales que financiaran su gestión personal. Así, logró una beca de Solidaridad Olímpica otorgada por el Comité Olímpico Venezolano y aprobada por el Internacional (COI), como consta en la memoria y cuenta de 2013 del COV, que consistía en 1.500 dólares mensuales.

La búsqueda de divisas, al igual que el caso de los pilotos, lo llevó a “entrenar” grupos fantasmas para exigir más recursos económicos. Baena comenzó a hacerlo cuando reunió a un grupo de seis jóvenes maracayeros, entre los que estaba Solano, para enseñarles los secretos de los rollerski. Sin embargo, ni uno ni otro comparten fotos en sus redes sociales de esta experiencia, al menos no expresamente, aunque Baena sí documenta frecuentemente sus entrenamientos por las carreteras de Venezuela.

Asegurada su dirigencia deportiva como presidente, delegado y entrenador de una federación fantasma, consolido su autocrática actuación cuando el 29 de agosto de 2013, el presidente Maduro le confirió la orden Francisco de Miranda por su hito, y en esa oportunidad ¡¡¡lo invitó a difundir su deporte en Venezuela!!!!

En Lahti, quedo confirmado, que Solano fue el fantoche y Baena el propio abominable hombre de las nieves. No sorprendería que ahora este en la búsqueda de un coreano que a diario camine por los médanos para inscribirlo en el próximo Rally de Dakar.

 3 min


José Rosario Delgado

Lo que obteníamos sin mayor empeño, más allá de la milenaria oración cristiana, el pan nuestro de cada día, se puso de lo más duro, sin “alucinaciones personales” ni alusiones cacofónicas, y, pese a todos los esfuerzos, cualquier intento de llevarse un bocado al estómago se tornó en una odiseílla, lo hemos dicho en varias oportunidades. Mi madre solía decir que uno debe granjearse la voluntad de la gente para, en el peor de los casos, ganarse la comida, “que es lo único que hace falta para vivir”, agregaba mi también difunto padre.

Por supuesto, nos arengaba de esa manera para que departiéramos y compartiéramos con los vecinos y demás familiares todos los casos y cosas que ocurrieran o aparecieran en el camino. Los textos escolares, así como los líderes en cada una de las comunidades e instituciones, decían orondos que “el venezolano nace con su “arepa’ bajo el brazo”, aunque sea ilógico el sobaco para guardar aquel pan nuestro de aquellos días.

“Barriga llena corazón contento” agregaban otros para estimular a la gente a enfrentar bien “papeaos” cualquier faena por suave o fuerte que fuera. Es decir, siempre la comida, la alimentación, ha sido el norte fundamental de todos nosotros en todo tiempo. Y mire como son las cosas, compadre, hemos llegado a extremos que ni siquiera eso como factor primordial del cuento revolucionario (comer, estudiar y trabajar) tenemos los venezolanos que no conseguimos ni siquiera un bollo de pan para salir de este perenne ayuno (que no es sacrificio cristiano) al que nos tiene sometido este gobierno hambreador.

De modo, pues, que debemos recordar los refranes siempre acertados y alentadores del expresidente Luis Herrera Campíns quien poco antes de morir dijera, con llanerazo estilo y atinada sapiencia, “a comprar alpargatas nuevas que lo que viene es joropo…”. ¡Señores, se acabó el pan de nickito!

José Rosario Delgado

joserosariodelgado@hotmail.com

 1 min


No es de extrañar que durante toda nuestra vida colonial y republicana haya habido conspiraciones. Pueden ser reuniones en las cuales se hablan pistoladas o en las que se planifica cómo salir de un gobierno indeseable, no necesariamente violando la Constitución. Al fin y al cabo, una reunión a puerta cerrada de dirigentes de un partido político para planificar cómo ganar una elección es un acto conspirativo en contra del oponente. La conspiración es casi un deporte nacional, ya que nuestros gobernantes, unos más, otros menos, no han sido capaces de satisfacer las necesidades de la población. Los gobiernos dictatoriales tienden a calificar de subversivas a la mayoría de estas reuniones inocuas para poner presos a quienes le estorban. Muy pocas veces las conspiraciones derivan en rebeliones y estas casi siempre fracasan.

El 18 de octubre de 1945 la juventud militar insurgió en contra del general Medina, quien fue designado presidente a dedo por el general López Contreras, el cual a su vez lo fue por el dictador Juan Vicente Gómez. Posterior al alzamiento, civiles pertenecientes al partido Acción Democrática respaldaron a los militares. Esa rebelión tuvo éxito por la decidida actuación de los militares que enfrentaros a las fuerzas gubernamentales, pero estuvo a punto de fracasar.

El golpe del 24 de noviembre de 1948 en contra del maestro Rómulo Gallegos fue una insurrección casi general de la Fuerza Armada con el visto bueno tácito de Copei y de grupos afectos a Medina y del gomecismo. Solo el teniente coronel Jesús Manuel Gámez Arellano ofreció un resistencia verbal desde la plaza de Maracay. La amenaza del mayor Tomás Mendoza de tomar la iniciativa si no lo hacía el Alto Mando precipitó los acontecimientos.

En contra del dictador Pérez Jiménez hubo inicialmente un solo un intento en la Base Aérea Boca de Rio en Maracay. El 1 de enero de 1958 se alzó parte de la aviación al mando del teniente coronel Martín Parada y el batallón motoblindado del cuartel Urdaneta, dirigido por el teniente coronel Hugo Trejo. Dicho movimiento fracasó por no contar con mayor apoyo. Siguieron disturbios de estudiantes y ciudadanos en las calles, manifiestos de intelectuales y una huelga. Unos barcos bajo el mando del capitán de navío Vicente Azopardo se declararon en rebeldía y al fin un grupo de oficiales reunidos en la Escuela Militar le manifestaron al dictador que no contara con su apoyo. Este voló a República Dominicana y la Fuerza Armada designó al contralmirante Wolfang Larrazabal como presidente de una Junta cívico-militar por ser el oficial más antiguo, a pesar de que no había intervenido en contra del dictador.

Todos los alzamientos posteriores durante el período democrático afortunadamente fracasaron. Desde que los rojos llegaron al poder ha habido descontento en los cuarteles y entre los civiles. El 11 de abril del 2002 la Fuerza Armada obligó a renunciar a Chávez por culparlo de la masacre de ese día, pero por desacuerdos posteriores entre los uniformados y falta de apoyo político, la misma Fuerza Armada lo regresó al poder en una decisión desacertada. El 22 de octubre de ese mismo año un grupo de oficiales la mayoría de los cuales estaban identificados como adversos al régimen y por lo tanto sin cargo, decidió manifestar cívicamente desde la plaza de Altamira.

En los últimos años Maduro, dictador- presidente de facto, inventa frecuentemente supuestos movimientos para derrocarlo. Todas son excusas para encarcelar a quienes le viene en gana. Actualmente, según el Foro Penal Venezolano, hay 109 presos políticos, de los cuales 29 son militares, 22 estudiantes y 7 damas. Ninguno de los militares tenía mando de tropa e incluso algunos estaban retirados, los estudiantes lo más que pueden hacer es tirar piedras y el resto son profesionales que nunca han empuñado un arma. El último atropello ha sido volver a encarcelar al general retirado Isaías Baduel, quien ya había cumplido una larga condena, y al distinguido profesor universitario Santiago Guevara, cuya única arma son sus estudios económicos. Todos los demócratas estamos conspirando para salir de este régimen, pero por razones obvias no estamos incursos en rebelión militar, la cual es potestad de oficiales activos con mando de tropa.

Como (había) en botica: Según Germán Carrera Damas, quien sí conoce de procesos socio-políticos ¨la Historia no registra un caso de establecimiento de un régimen sociopolítico liberal democrático, democráticamente. Tampoco de reinstauración de un régimen sociopolítico liberal democrático, democráticamente¨. La presentación de la Memoria y Cuenta ante el TSJ por parte del Ejecutivo fue un acto de onanismo. Cobardes son quienes tienen aislado y sin visitas a Leopoldo. Excelente la carta de Mitzi Capriles de Ledezma a Ernesto Samper.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 3 min


Desde mis años mozos he oído decir que los partidos políticos son consustanciales con la democracia, que sin ellos esta forma de organización social y política es imposible y casi una herejía pretenderla; que los partidos son para la democracia y la libertad lo que el Nuevo Testamento es para los cristianos, la Torá para los judíos y el Corán para los musulmanes. Hemos llegado –entonces– a dogmatizar una afirmación que no por ser nutritiva para los intereses de algunos, resulta cierta universalmente.

El concepto de Democracia ha cambiado poco desde que el ateniense Pericles pronunciara su admirable Oración Fúnebre o Herodoto se refiriera a las tres formas de Constitución: monarquía, oligarquía y democracia; la democracia, billones de veces nombrada en prosa y en verso, encontró su mejor resumen en la sabana de Gettysburg en noviembre de 1863: «el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo».

El problema fundamental de la democracia en los tiempos modernos reside en la determinación de los mecanismos para que la soberanía popular sea ejercida debidamente; en la Atenas de Pericles, cada ciudadano ejercía de forma directa su representación, es decir, acudía a la asamblea popular, a la ekklesia, y emitía sus opiniones de viva voz, sin intermediación alguna. Con el crecimiento poblacional, esta práctica directa se tornó imposible y fue menester abordar la representatividad, de manera tal que los ciudadanos se hacían representar por un reducido número de ellos; de esta manera nace la democracia representativa o, en otros términos, la soberanía ejercida indirectamente a través de representantes libremente escogidos, sin que ello signifique traslado o disminución de la soberanía residente en todos y cada uno de los ciudadanos.

Recordemos el pasaje de la Oración Fúnebre de Pericles, donde definió la democracia: «Tenemos un régimen político que no se propone como modelo las leyes de los vecinos, sino que más bien es él modelo para otros. Y su nombre, como las cosas dependen no de una minoría, sino de la mayoría, es Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en los conflictos privados, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una categoría, sino el mérito lo que hace acceder a ellos; a la inversa, la pobreza no tiene como efecto que un hombre, siendo capaz de rendir servicio al Estado, se vea impedido de hacerlo por la oscuridad de su condición.»

Es impensable la existencia de un régimen democrático donde la soberanía no resida en el pueblo o donde esa soberanía se exprese por mecanismos tan tortuosos que –en definitiva– resulte desviada, diluida o distorsionada. Ante la imposibilidad de volver a las grandes asambleas populares propias de la democracia directa, el foco de nuestra preocupación debe ser la idoneidad de los mecanismos de expresión de la voluntad popular. No basta decir constitucionalmente que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo y dejar al sector político la determinación de los mecanismos para ejercerla; esa dejación se ha ido convirtiendo, con el transcurrir de los años, en la madre de todos los vicios de nuestra política y ha dado paso a la grotesca situación de un pueblo que perdió la dirección de su destino y que resultó esquilmado por propios y extraños, al punto de ver morir a sus niños de hambre en las casas o de mengua en los hospitales.

En este laboratorio de maldades en que se ha convertido Venezuela, vemos como los intereses de los ciudadanos y de sus «representantes» marchan por caminos diferentes. Tristemente podemos decir que el 6D no constituyó un triunfo popular; fueron los partidos apiñados en la MUD los que se hicieron con la victoria y ahora actúan de espaldas al pueblo que, aun sin conocer los nombres de los candidatos, les dio su voto en un acto de fe más propio del mundo religioso que del político.

Hoy, esos legisladores elegidos por las cúpulas de los partidos y votados por el pueblo determinan el peso de los partidos de la MUD, de esos partidos que han tenido la desfachatez de concurrir a un diálogo frontalmente rechazado por la gente y de aceptar el papel de contrafiguras en este sainete político llamado revolución.

turmero_2009@hotmail.com

@DulceMTostaR

http://www.dulcemariatosta.com

 3 min


Roberto Savio

¿Podríamos cambiar el debate sobre Donald Trump y no concentrarnos en lo que hace, sino en su importancia histórica? Espero que las siguientes reflexiones sirvan para comprender que el actual presidente de Estados Unidos representa, de hecho, el final de un ciclo estadounidense y que estamos todos en el mismo barco. Se necesitan unas cuantas palabras, pero vale la pena dedicarle cinco minutos más.

Primero, nos guste o no, hemos vivido durante los últimos dos siglos en un mundo en que lo anglo tuvo un papel central. La Pax Britannica se extendió desde principios del siglo XIX, cuando comenzó su imperio colonial, hasta fines de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando fue sustituida por la Pax Americana. Estados Unidos creó lo que se conoce como Occidente, en contraposición con Oriente, mientras Europa se dejaba llevar.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos fue el principal ganador y el fundador de las instituciones internacionales modernas, desde las Naciones Unidas hasta el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como la fuerza detrás de la reconstrucción de Europa con el Plan Marshall, basado en la condición de que los países europeos aceptarían recibir fondos sobre una base europea.

Eso llevó a la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, en 1951, que finalmente dio lugar a la Comunidad Europea, en 1967.

A Estados Unidos, en tanto que ganador, le interesaba crear un orden mundial según sus valores y siempre y cuando él fuera su garante. Así, el foro de las Naciones Unidas se creó con un Consejo de Seguridad en el que pudiera vetar cualquier resolución. El Banco Mundial se creó en función del dólar como divisa mundial, y no con una verdadera moneda internacional, como propuso el gran economista y delegado británico John Maynard Keynes.

Asimismo, la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como respuesta a la amenaza de la Unión Soviética, fue una idea exclusivamente de Estados Unidos. Y el léxico de las relaciones internacionales se constituyó principalmente en base a conceptos anglosajones, a menudo de difícil traducción a otros idiomas, como accountability, gender mainstreaming, sustainable development, entre otras. El francés y el alemán desaparecieron como lenguas internacionales.

Además, cierto estilo de vida se volvió el principal producto de exportación estadounidense, desde la música hasta la comida, el cine y la vestimenta, se propagaron por el mundo.

Para reforzar el mito, Estados Unidos se constituyó como modelo de democracia. Lo que era bueno para ese país, debía de serlo para el resto. Además, tenía un destino excepcional, basado en su historia, sus éxitos y su especial relación con Dios. Sus presidentes fueron los únicos que hablaron en nombre de los intereses de su país y en nombre de los de la humanidad y que invocaron a Dios.

Su éxito económico no sería más que la confirmación de ese excepcional destino. Estados Unidos perdió casi medio millón de ciudadanos en Europa y Asia para garantizar un orden mundial estadounidense. Y el “sueño americano”, de que todo el mundo puede volverse rico, era desconocido en el resto del mundo.

Esa fue la primera etapa de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, basada en el multilateralismo, en la cooperación internacional, en el respeto al derecho internacional y el libre comercio, un sistema que aseguraba su centralidad y su supremacía, reforzada por su poder militar.

Pero multilateralismo significa democracia internacional. Las Naciones Unidas, desde su constitución original de 50 países, en 1945, hasta casi 150, en pocas décadas, se convirtió en el foro donde crear la cooperación internacional, basada en los valores de la democracia universal, la justicia social y la participación equitativa.

Y la Asamblea General aprobó por unanimidad en 1973 el primer (y único) plan global de gobernanza, llamado Derechos y Deberes de los Estados, que representaba un plan de acción para reducir las desigualdades del mundo y redistribuir la riqueza y la producción económica. Eso se volvió una camisa de fuerza para Estados Unidos, que se encontró en un foro en el que se tomaban las decisiones por mayoría, y ya no en función de sus propios intereses, como estaba acostumbrado.

Pero con la llegada de Ronald Reagan a la Presidencia, en 1981, la primera etapa basada en el multilateralismo, cambió de forma abrupta.

Reagan concurrió a la Cumbre Económica Norte Sur, en Cancún, donde se reunieron los 22 jefes de Estado más importantes del mundo, incluido el de China, único representante de un país socialista, para debatir la implementación de aquella resolución de la Asamblea General.

El entonces presidente estadounidense, quien se encontró con una entusiasta Margaret Thatcher, destruyó el plan de gobernanza global que avanzaba por buen camino. Vi con consternación cómo, en dos días, el mundo pasó del multilateralismo a la vieja política del poder.

Estados Unidos no aceptó que otros decidieran su destino, y de ahí viene el declive de las Naciones Unidas y la negativa de Washington a suscribir obligaciones y tratados internacionales. El destino excepcional y el sueño americano, fueron reforzados por la retórica de Reagan, quien incluso uso el eslogan: Dios es estadounidense.

Es importante señalar que las grandes potencias estaban felices de salirse de la camisa de fuerza del multilateralismo detrás de Reagan. Su gobierno, aliado del de la primera ministra británica Thatcher, es un ejemplo sin precedentes de cómo destruir los valores y las prácticas de las relaciones internacionales. Y el hecho de que probablemente sea el presidente más popular de la historia moderna de Estados Unidos, muestra la poca importancia que la cooperación internacional tiene para el ciudadano estadounidense medio.

También hay que destacar que durante el gobierno de Reagan, tres acontecimientos importantes y simultáneos dieron una nueva forma a nuestro mundo.

El primero fue la desregulación del sistema financiero encabezado por él en 1982, posteriormente reforzado por Bill Clinton (1993-2001), en 1999, que llevó a la supremacía de las finanzas y cuyos resultados se sienten en la actualidad. Recordemos que Reagan trató también de reducir los costos sociales. Las políticas de George W. Bush (2001-2009) y Trump tienen la marca de su gobierno.

El segundo, fue la creación en 1989 de una visión económica basada en la supremacía del mercado como base de las sociedades y de las relaciones internacionales, el llamado Consejo de Washington. Creado por el Departamento del Tesoro estadounidense, el Banco Mundial y el FMI, el neoliberalismo se introdujo como la doctrina económica indiscutida.

El tercer acontecimiento significativo fue la caída del Muro de Berlín, en 1989, y el final de la amenaza del bloque soviético.

Entonces, el término de “globalización” comenzó su marcha exitosa, y Estados Unidos sería, una vez más, el centro de la gobernanza. Como dijo Reagan en Cancún, Washington basará sus relaciones en el comercio, no en la asistencia.

Su superioridad económica, junto con el control que ejerce sobre las instituciones multilaterales de crédito, lo pondrían una vez más en el centro del mundo, cuando la amenaza soviética había desaparecido. Henry Kissinger lo dijo con claridad: Globalización es el nuevo término para la hegemonía estadounidense.

La segunda etapa tras la Segunda Guerra Mundial se extendió de 1982 hasta la crisis financiera y económica mundial de 2008, cuando la quiebra de bancos estadounidenses, que se propagó por Europa, obligó al sistema a dudar de que el Consenso de Washington fuera una teoría indiscutida.

Las dudas surgieron también a instancias de la creciente movilización de la sociedad civil, el Foro Social Mundial, por ejemplo, se creó en 1981, así como de muchos economistas que hasta entonces habían permanecido básicamente callados. Los especialistas insistieron en que la macroeconomía, el instrumento preferido de la globalización, solo tomaba en cuenta los grandes números.

En cambio, con la microeconomía, se vería la gran desigualdad en la distribución de la riqueza, a no confundir con desarrollo, y que la deslocalización de las empresas y otras medidas que ignoraban el impacto social de la globalización estaban teniendo terribles consecuencias.

Los desastres creados por tres décadas de codicia como principal valor de la nueva economía, saltaron a la vista cuando los datos mostraron una concentración de la riqueza sin precedentes y en unas pocas manos, con muchas víctimas, en especial entre los jóvenes.

Todo eso vino acompañado de dos enormes amenazas: la explosión del terrorismo islámico, generalmente reconocido como resultado de la invasión a Iraq, en 2003, y las migraciones masivas, que siguieron a ese episodio, pero en especial a las intervenciones en Siria y Libia, a partir de 2011. Estados Unidos y la Unión Europa son las únicas responsables de esas migraciones.

Así pasamos de la codicia al miedo: dos motores de cambios históricos, según muchos investigadores.

Finalmente, llegamos a Trump. Gracias a este recorrido histórico, podemos comprender fácilmente que su llegada a la Presidencia es simplemente el resultado de la actual realidad de su país.

La globalización, originalmente un instrumento de la supremacía de Estados Unidos, significó que cualquiera pudiera usar el mercado para competir. Así lo hizo China, el ejemplo más claro, pero también emergieron muchos mercados nuevos, desde América Latina hasta Asia. Y Europa y Estados Unidos están plagados de víctimas de la globalización, a la que perciben como un fenómeno encabezado por la élite, además de considerar que cualquier acuerdo o institución internacional no se interesa por su destino.

No nos olvidemos que con la caída del Muro de Berlín, llegó el fin de las ideologías. La vida política se tornó solo en una competencia administrativa, sin visión ni valores. La corrupción aumentó, la ciudadanía dejó de participar, los partidos se volvieron autoreferenciales, los dirigentes políticos se convirtieron en una casta profesional, las finanzas mundiales y la élite se aislaron en paraísos fiscales y los jóvenes, que no encontraban empleos o estos eran precarios, fueron testigos de que en pocos años se destinaron cuatro billones de dólares a salvar al sistema bancario de su propia mala gestión.

En ese contexto y desde 1989, surgieron partidos populistas, xenófobos y nacionalistas en todos los países y comenzaron a atraer el resentimiento de los excluidos.

La propuesta, en general, fue la de recuperar el ayer, los buenos tiempos y prometer un mejor ayer, en contra de toda ley histórica. Además, en contra de la opinión de los especialistas, llegó Brexit, y después Trump.

Con él, vemos la conclusión de 70 años de Pax Americana y volvemos a una época de nacionalismo y aislamiento de Estados Unidos. A los votantes de Trump les llevará un tiempo darse cuenta de que sus acciones no responden a sus promesas, y de que las medidas que él toma a favor de la élite económica y financiera, no son de su interés.

La cuestión real es si su ideólogo, quien logró que lo eligieran, Stephan Bannon, tendrá tiempo de destruir el mundo que encontraron, si el mundo tendrá tiempo de crear un orden mundial sin Estados Unidos en el centro, y ver cuántos de los valores que construyeron la democracia moderna sobreviven y son la base de la gobernanza global. No se puede construir un nuevo orden mundial sin valores comunes, solo con xenofobia y nacionalismo.

Bannon organiza una nueva alianza internacional de populistas, xenófobos y nacionalistas, con Washington en el centro y con el británico Nigel Farage, los italianos Matteo Salvini y Beppe Grillo, la francesa Marine Le Pen, el holandés Geert Wilders, y otros en Hungría y Polonia, entre otros países, al tiempo que el ruso Vladímir Putin y el turco Recep Tayyip Erdogan contemplando con simpatía el fin de las democracias liberales.

Este año sabremos, tras las elecciones holandesas, francesas y alemanas, cómo le va a la alianza. Y si el gobierno de Trump, más allá de su agenda nacional, logra crear un nuevo orden internacional basado en una democracia no liberal, entre muchas otras consideraciones, tendremos que empezar a preocuparnos porque querrá decir que la guerra no estará muy lejos.

 9 min