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Opinión

Luego del 22 de diciembre pasado, el presidente del régimen decidió pasarle el testigo de las apariciones públicas televisadas al capitán presidente de la Asamblea Nacional saliente, quizás convencido de la inutilidad de continuar amenazando a la nación con la profundización de una revolución derrotada por el voto popular de la mayoría de los venezolanos, o por la contra revolución, como ellos mismos denominan a la oposición democrática. Inmediatamente el relevo tomó control de la situación con la bandera de sustituir a 12 magistrado del TSJ, jubilados forzosamente, y al mejor estilo de Jalisco, que si pierde arrebata, saltándose todos los procedimientos, lapsos legales y constitucionales impuso de manera írrita los nuevos “magistrados”, y unos cuantos suplentes, en un acto tan bochornoso, como deprimente, que buena parte de la bancada oficialista no se hizo presente. Tocará a la nueva AN resolver este adefesio jurídico próximamente.
Pero para el régimen el mayor problema son los 112 diputados de la oposición que lo coloca en una situación precaria para continuar, ya no con la revolución, sino con el sistema de corrupción y clientelismo político económico que ha sido su característica por casi 17 años de impunidad y de saqueo sistemático de las arcas públicas. La solución buscada es tan inconstitucional como grotesca al ordenar activar la Sala Electoral del TSJ para que reciba unas impugnaciones electorales omitiendo al organismo rector, el CNE, que es el que debe procesar este tipo de solicitudes, pero que ya dio por concluido el lapso para las mismas. Ante la presión de juristas y la opinión pública nacional e internacional, optó por declarar sin lugar las solicitudes y “suspender temporalmente” a tres diputados utilizando una figura legal inexistente y que deja, en consecuencia, según ellos en un limbo legal a los mismos. Pero la realidad es que los tres diputados están habilitados constitucionalmente para ejercer sus funciones a partir del 05 de enero cuando se instale la nueva Asamblea Nacional.
Para finalizar el año, el mandatario anuncia, mediante decretos, una serie de medidas económicas cuyas consecuencias previsibles son la de empeorar el clima económico en general y las posibilidades del sector privado de sortear la crisis con éxito este año.
El vocero de la MUD Nacional, y algunos presidentes de partidos, han enviado mensajes institucionales al Ministro de la Defensa recordándole su deber de hacer respetar la Constitución Nacional asegurando la instalación de la Asamblea Nacional en paz y sin la presencia de colectivos revolucionarios que impidan dicha instalación. Estos mensajes pueden ser procedentes, pero deben cuidarse de no convertir a la FAN en el árbitro final de las leyes y el gobierno, tal como lo dijo en su oportunidad el Libertador: “Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para gobernar a su país, no es el árbitro de las leyes o del gobierno, es el defensor de la libertad”.
La presencia masiva del pueblo en la Asamblea Nacional es la que va a asegurar su instalación, no la FAN.
02 de enero de 2016

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Ni la cercanía de la Nochebuena, ni el tiempo transcurrido desde el 6D, pudo atemperar los humores de los que fungen como voceros de lo que ayer fue una propuesta de cambio hoy transformada en una versión muy aumentada del “más de lo mismo”.
Si había alguna duda sobre la necesidad de cambiar la composición de la Asamblea Nacional, las sesiones de nombramiento de los reemplazos de los TSJ jubilados “a juro”, se encargaron de ratificar lo acertada de la decisión electoral de los venezolanos. Mayor cinismo junto será muy difícil de superar.
En este momento, y acompañando las apropiadas actuaciones de la MUDuanto a la vigilancia al aparato oficialista incrustado en el CNE y a sus “juristas” empeñados en demostrar que el mejor sistema electoral el mundo solo lo es si los favorece, el silencio de la presidencia, aunque se agradece, no deja de llamar la atención. Cuanto daríamos por saber el tamaño y demás características de la procesión interna.
Para no quedarse atrás en lo relativo a impertinencia, algunos voceros de partidos de oposición, no contentos con declarase con más diputados que otros, olvidándose de que esos números los obtuvieron por reparto acordado entre unos pocos y no por decisión expresa de los electores, vuelven a plantear una falsa confrontación táctica, falsa insistimos, porque no puede haber contradicción en el uso oportuno, complementario y democráticamente válido de acciones distintas para el logro del objetivo central: cambiar de gobierno.
Por encima de las pequeñeces, el momento es el de la Unidad Nacional, más allá de parcelas e individualidades; es el de llamar al reencuentro de los venezolanos en torno a una propuesta de país distinto, en el que la política se ejerza con vocación de servicio y no como medio de vida, donde las rivalidades sean de las ideas y no de las personas, en el cual las desigualdades se reduzcan al mínimo, garantizando que las oportunidades en educación y salud están realmente al alcance de todos, en el que el trabajo y la inversión productiva sean reconocidos como complementarios y no antagónicos, y sobre todo, en el que aceptemos de una manera definitiva que la libertad (personal, de consciencia, de gustos e inclinaciones) pueda ser ejercida a plenitud y con respeto, reconociéndola como valor fundamental para el desarrollo humano.
Feliz 2016. TODOS lo merecemos.

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Esto, y no otras, es la principal angustia de la dirigencia y el mundo chavistas, y debe serlo, porque entraña una doble afrenta a las convicciones primarias revolucionarias existentes hasta el pasado 6D. El grito de ¡no volverán! convertido casi en un dogma por 17 años, el próximo 05 de enero del 2016 no solo perderá vigencia en los cuadros oficialistas sino posiblemente se les revierta en el futuro próximo ante la posibilidad cierta de que con una mayoría calificada de 2/3 en la AN, la unidad democrática tiene todas las posibilidades de acortar el periodo constitucional del régimen, posibilidad esta, que como que no estaba prevista por los estrategas de la élite gubernamental.
De allí que es comprensible la desesperación del régimen por disminuir el número de diputados de la MUD o la designación de nuevos magistrados en el TSJ comprometidos con el gobierno para tratar de parar el aluvión de investigaciones que se les viene encima. Más que el desastre económico que hay que atender primeramente, no serán sino los altos niveles de corrupción, el saqueo impúdico de las arcas públicas y las mafias de narcotraficantes y de lavado de dinero que finalmente determinaran la necesidad perentoria de cambiar el gobierno. De tal manera que “…y nos pueden sacar” no es un condicional que se pueda negociar entre el régimen y la nueva Asamblea Nacional que pueda darle un respiro al régimen para mantenerse, aunque sea precariamente, en el poder.
Con una apertura para que la prensa pueda nuevamente ejercerse libremente y acceder o publicar información que hasta ahora, por la ley mordaza, no es posible publicar, difícilmente la pareja presidencial, por ejemplo, puede salir ilesa de las investigaciones que se adelantan en USA por presunto narcotráfico de dos de sus sobrinos, pero que ya trasciende que hay un hermano de la primera combatiente implicado en ese caso y en otros vinculados al lavado de dinero ¿Es posible que con este tipo de implicaciones al presidente le quede un mínimo de moral que le permita continuar en funciones de gobierno?
Pero es que dentro del entorno gubernamental, quizás sea el presidente el que pueda demostrar, por ahora, mayor solvencia moral aun con el ejemplo mencionado anteriormente. La responsabilidad administrativa de muchos ministros acostumbrados a no rendir ningún tipo de cuentas medianamente seria, sin duda alguna florecerá en las primeras de cambio al ser interpelados por las comisiones permanentes de la AN y muchas serán las cabezas que rodaran, de tal manera que los niveles de irregularidades y corruptelas será tan elevados que harán inviable la continuación de este gobierno en el mediano plazo.
La conclusión final no será como se plantea en el título sino: “Volvieron… y nos van a sacar”.
25 de diciembre de 2/15

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La angustiosa inflación, las insoportables colas para comprar alimentos y medicinas, el desbordamiento de la delincuencia con absoluta impunidad, en resumen, la terrible situación que viven los venezolanos es producto de la corrupción.
La corrupción es un delito en red, no es un delito solitario. Se expresa de diversas maneras: malversación de fondos, enriquecimiento ilícito, sobornos, conflictos de interés, tráfico de influencias. Cuando los ciudadanos no tienen luz ni agua, o salud o seguridad por culpa de la corrupción, se están violando los derechos humanos de la población.
La corrupción no es un delito sin sangre, ni tampoco prescribe.
En el libro El Gran Saqueo, cuya autoría compartimos con Marcos Tarre, proponemos a la nueva Asamblea Nacional que promulgue una Ley de Emergencia para Recuperar los Bienes Producto de la Corrupción y al mismo tiempo designe una Comisión de la Verdad para determinar el monto millonario de los recursos públicos robados a Venezuela.
En la investigación realizada para la elaboración de El Gran Saqueo llegamos a la conclusión que el asalto sufrido por el país ronda los 300 mil millones de dólares. Ex ministros y afectos al gobierno también han denunciado la corrupción existente. Si todos estamos de acuerdo en que aquí se produjo un gran robo de los dineros públicos, solicito tanto a los diputados de la Unidad como a los del Psuv que se pronuncien a favor de estas dos medidas. Es posible si hay voluntad política.
La Comisión de la Verdad designada por la nueva Asamblea Nacional tendría como objetivo principal realizar una amplia investigación de los organismos públicos, sus titulares y ex titulares, asesores y operadores, señalados en hechos de corrupción en los últimos diez años para que expliquen el origen de sus fortunas.
Con la cooperación internacional podremos seguir la huella del dinero mal habido en cualquier jurisdicción por la que haya pasado o en la que haya recalado.
La Ley de Recuperación de Bienes Producto de la Corrupción que proponemos contempla la creación de una Superintendencia contra la Corrupción, que entre sus funciones tendría la realización del diagnóstico sobre la situación real de los bienes producto de la corrupción, que pudieran ser recuperados.
La creación de la Comisión de la Verdad y la aprobación de la respectiva ley, mostrarán a Venezuela que estamos entrando en un tiempo de grandes cambios.
22 de diciembre de 2015

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Cierto que andamos a la carrera, en emergencia, el agua nos llega al cuello. Nos arropa la crisis enseñando sus múltiples rostros, según nos lo dice una amplia gama de cifras, unas conocidas, otras más bien adivinadas, porque se encuentren guardados bajo llave. Pero nos lo informa, sobre todo, la vida nuestra de cada día.
Está bien, pues, que la MUD tenga una agenda legislativa pensada para encarar la situación que nos abruma en varios flancos, sobre todo el económico, el más visible de todos. Hay, pues, no hay duda de ello, que ir tomando medidas rápidas, una parte importante de las cuales puede gestarse desde el Parlamento, mediante los necesarios arreglos entre los diputados, tanto tirios como troyanos, en colaboración con el Poder Ejecutivo, conforme lo manda la Constitución.
Está bien, digo, pero hay que mirar un poco más lejos de los agobios que derivan de la coyuntura. Dicho de manera breve, porque de eso se ha hablado mucho desde hace rato, me refiero a la necesidad de encarar un desafío estructural, el de la creación de una economía post rentista, tarea que por diversas razones (los acuerdos en torno al cambio climático, no son en este sentido un dato menor) se ha hecho hoy en día aún más imperativa, a la vez que compleja. En palabras que que ya tienen tinte de lugar común entre nosotros, hay, pues, que diversificar nuestra actividad productiva en un escenario distinto al de hace poco, tanto desde el punto de vista local como mundial.
II.
A estas alturas dicha tarea se encuentra pre dibujada (y al decirlo pido excusas por reiterar lo que he escrito en varios artículos anteriores) a partir de las exigencias que traen consigo los profundos cambios asociados al desarrollo tecno científico. Según las evidencias recogidas en numerosos estudios, tales cambios están generando consecuencias radicales en todos los planos de la vida social, entre el crecimiento de una nueva economía que transcurre según condiciones maneras y reglas inéditas. Es, expresado de manera breve, la economía correspondiente a la sociedad del conocimiento.
Visto lo anterior, la evolución futura de nuestra economía plantea, como una de sus condiciones esenciales, el fortalecimiento de las capacidades tecno científicas nacionales, dentro del esquema institucional expresado en los denominados sistemas de innovación. El post rentismo venezolano tiene, en síntesis, el rostro de una economía que sea capaz de producir bienes y servicios intensivos en conocimiento.
III.
Los diagnósticos a la mano indican que Venezuela anda mal en este campo y que la agenda de asuntos pendientes es casi interminable. Así las cosas, y empinándose sobre los apremios que derivan de la actual coyuntura, es necesario que la Asamblea Nacional pueda ocuparse de esta cuestión de tanta relevancia, urgida de medidas que se adopten desde ahora. En este sentido hay tres iniciativas que podrían marcar un buen comienzo: reformar la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI), encarar en sus distintas vertientes, incluyendo propuestas ambiciosas de “aggiornamento”, la situación de nuestras diferentes universidades y, por último, diseñar mecanismos que permitan que científicos y profesionales venezolanos altamente calificados radicados afuera (se habla de millón y medio de ellos), se vinculen de diferentes modos, según los casos, con el país.
Han escrito los historiadores que Venezuela entro tarde al Siglo XX. Ojala que, dentro de algún tiempo, no escriban también que nos demoramos en entrar al Siglo XXI.
HARINA DE OTRO COSTAL
Pido al cielo, es mi deseo por estos días, que a principios del año 2017 podamos decir que durante el año 2016 el país fue capaz de conversar y de entenderse y que, como fruto de ello, se lograron ciertos acuerdos básicos que permitieron que los venezolanos viviéramos en una sociedad mejor, en la que el futuro no fuera una palabra que nos provocara miedo, sino esperanza.
El Nacional, miércoles 22 de diciembre de 2015

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En una de las tantas colas que a diario se hacen en las calles del país, un grupo de personas conversaban sobre distintos temas, para paliar las incomodidades ocasionadas por el terrible proceso de conseguir alimentos.
Uno de los presentes, con su “Ultimas Noticias” les dijo que se calmaran, puesto que Nicolás había firmado un nuevo convenio con los rusos….y los retó a que adivinaran de qué se trataba dicho convenio.
Los jodedores, que nunca faltan, comenzaron a opinar al respecto:
-Será, para pedir más dólares fiaos, dijo uno.
Frio, frio respondió el retador.
-Eso es para seguir con la guachafita de comprar armas de guerra.
Frio, frio.
-Ya se, dijo un obrero de la construcción. Es para traer a trabajadores rusos, para terminar la construcción de los edificios de apartamentos en Fuerte Tiuna.
Frioooooo, casi te congelas, le dijeron en tono burlón.
-Uno, que seguro era un militar disfrazado de civil, que hacia su cola para comprar por que no estaba enchufado, dijo con mucha propiedad y arrogancia que el convenio era para la compra de 12 aviones Sukhoi 35 BM de última generación.
- Y eso pa’ qué, dijo molesto uno de los jóvenes presentes. Será para alcanzar los alimentos que están por las nubes….no joda.
Fríos…..déjenme decirles, que el convenio firmado es nada más y nada menos que “Para la supresión del uso de armamento estratégico en el espacio”
-¿???????? Y eso que tiene que ver con la escasez, la inseguridad y la hiperinflación, preguntaron todos a una sola voz.
Los rusos, lo que buscan con ese tratado, es lograr en lo inmediato que los satélites VENESAT-1 y VRSS-1 bautizados como “Bolívar y Miranda” sean regresados al país, para evitar que se caigan como la chatarra de aviones y helicópteros de guerra, que ellos le han vendido con sobreprecio y comisiones al gobierno.
-Tibios, tibios….sigan opinando que se están acercando a la verdad, dijo el retador.
Que va mijitos, expresó una señora que estaba en la cola desde la madrugada. Ese convenio, es una cortina de humo para justificar que Nicolás nos venga ahora con el cuento de “La Guerra de las Galaxias”, que el imperio va a implementar contra la revolución socialista-bolivariana-revolucionaria y paren de contar que otros apellidos se le ocurrirán.
-Razón tiene mi comadre, dijo una mujer. Seguro, ahora nombran a George Lucas como nuevo Ministro de la Defensa para que nos mantenga distraídos hasta el 5 de Enero con diferentes capítulos de esta nueva guerra. El lado rojo-oscuro de la fuerza, ya está garantizado con Darth Nicolás Vader y Corpoelec.
CALIENTE-CALIENTE, las señoras adivinaron.

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Leer bien el 6D. La directiva de la AN debe ser plural
Chúo Torrealba, ante una contabilidad que se hacía sobre las cantidades de diputados de cada partido de la MUD, produjo un oxímoron; que los militantes partidistas electos a las AN no eran diputados de sus partidos sino de la Unidad. O sea que puestos en las planchas unitarias y electos por su condición de militantes; en habiéndolo sido por la Unidad; ahora como diputados no lo son de sus partidos sino de la MUD. Esto, que permite y pide, mucha reflexión; un oxímoron, al contener, sobre lo mismo, dos afirmaciones ciertas que se niegan entre sí; viene al caso en relación a la cuestión sobre la integración de la Directiva de la AN que se instalará el 5 enero próximo. Y que es el tema de las burocracias partidistas.
El punto es que la afirmación y el sentido del oxímoron de Torrealba son correcta y absolutamente pertinentes. Todos los diputados de la MUD, todos, lo son de la Unidad y tienen la misma representatividad. Y aun a pesar de las militancias partidistas que los agrupa y separa; están en la AN como diputad0s de la MUD; no de sus partidos. Solo los treinta a cuarenta que salieron de las primarias, pueden reclamarse legítimos representantes de sus electores. Los ochenta y tantos restantes, en su gran mayoría, no. Sin hacer juicios de valor; ni desconocer los méritos de muchos de ellos; pero llamando a las cosas por su nombre; entraron a la AN camuflados, u, homéricamente, en el “Caballo de Troya” de la Unidad; de la Tarjeta Única. Pues, ¿Cuántos de los actuales diputados lo serían o habrían sido electos con las solas tarjetas de sus partidos?
Tiene toda la razón Chuo; aunque no haya sido más explícito. La cantidad de diputados que cada partido tiene, en la AN, a partir de la negociación y el reparto candidatural unitarios; no es base para pretender ni reclamar ni más derechos ni prelaciones, de ninguno sobre los demás. En el caso concreto, de la integración de la directiva y de las presidencias de comisiones¸ el sectarismo y la prepotencia tendrían que ser supeditados al criterio unitario. Porque, aparte de, como se sabía, que las oposiciones ganaran la AN no sería, en tal caso, sino un paso; no un cambio en sí mismo; que se practique la imposición y la manipulación sectarias como estrategia para coger ventajas internas; y se reproduzcan las mismas prácticas chavistas sectarias; apunta a que la nueva AN no llegue a ser demasiado diferente a la actual. A pesar de que la correlación interna está invertida.
Todos los voceros de las oposiciones de la MUD declararon, antes y luego del 6D; que ganando la AN se manejarían de forma opuesta y negada completamente al manejo que el chavismo aplicó. Que sobre todo se respetaría la pluralidad; que al chavismo se le daría el trato que corresponde a una parte parlamentaria importante; y cómo representación que es de la voluntad de una buena parte de venezolanos.
Este, es exactamente el primer momento, la primera circunstancia concreta, clave, en la que a las oposiciones toca hacer bueno, sincero, su discurso. El momento de la integración de la directiva de la AN. Pues, políticamente, lo que ha de ser es que sea plural; que refleje la composición plural parlamentaria. Concretamente; que de los tres directivos, uno sea del chavismo. Nada justifica que no sea así. Como nada justificaba el sectarismo chavista. Y este no es justificación de que se le aplique a él. Se dijo que para la MUD no se trataba de sustituir un sectarismo por otro sectarismo. Se trata, de ser consecuente con ese discurso. Nada justifica, ningún pretexto, lo contrario. Como acertadamente ha disco la CEV; “No es tiempo para diatriba ni para apresuradas aprobaciones de leyes”. La representatividad en la constitución de organismos y aprobaciones parlamentarias, son condicionantes constitucionales; limitaciones a la mayoría en materia de decisiones y actividades legislativas. Una directiva plural, en el caso, con participación chavista, obviamente, implicará limitaciones, y hasta trabas, a la hora de garantizar iniciativas legislativas; pero es que de eso se trata. Obviar el espíritu y la letra constitucionales, por circunstancias concretas, es, o sería, continuar en la perversión chavista llevada al extremo por Diosdado Cabello.
Con toda la dimensión y el alcance que tienen los resultados del 6D; su deriva político-institucional concreta es limitada; específicamente ante el poder fáctico que concentra el gobierno y la falta de autonomía de los poderes públicos. Que la AN sea manejada de otra forma; con otro estilo y con otro sentido, de diálogo y búsqueda de consenso; es lo que la gente espera, y en mucho, por lo que masivamente votó antichavista. El cansancio antichavista de los venezolanos es también contra el abuso y el ventajismo; contra el atropello a la disidencia. Asumir desde el inicio de la nueva AN, el reconocimiento a la pluralidad en la integración de su directiva; a más de ser lo que ha de ser; abonará a potenciar sus posibilidades de aportar a salir de la crisis nacional.
Se ha dicho que Maduro y el gobierno deben saber leer el mensaje enviado por el país el 6D. También la MUD y las oposiciones deben leerlo bien. La unidad, muy concretamente ésta última electoral; es un cauce para la suma de fuerzas y voluntades; y lo es eficientemente sobre todo porque permite e implica permitir que la gente asuma una posición política independiente de partidos y de partidismos. Partidizar, como se está haciendo, la integración de la directiva de la AN; a contrapelo del sentido no partidista de las mayorías, y hasta antipartido, legítimo por lo demás, de muchos sectores que votaron por la Unidad, es una estafa política; no tiene otro nombre. Tan igual a la que hicieron Capriles, Aveledo y su comando de campaña en el 2012; cuando convirtieron la candidatura, unitaria que era, en un proyecto personalista y sectario. Ahora, igual, o peor. Definitivamente no están, la MUD y demás, sabiendo leer el mensaje. Peor. Los dos posibles candidatos a la presidencia de la AN; “con más opción”; sin que está claro, por qué ni cómo eso; si, según, no hay diputados de partido sino de la Unidad; son precisamente, dos jefes partidistas, ciertamente; pero, precisamente los dos dirigentes de oposición con más rechazo nacional.
Verdad es que la intensa voluntad antichavista indujo a muchos a votar, en concreto por Ramos Allup y Borges; pese a su expreso rechazo personal; y del general nacional, medido, del que son objeto; porque encabezaban donde votaban. Un porcentaje muy alto votó por la Unidad a pesar de hasta rechazar los candidatos; cual es el caso. Que ahora, esos millones que, por las razones o sin razones que sea, fuera de la Unidad no hubieran votado por ellos; lleguen a ver a alguno presidiendo la AN; lo menos que quiere decir es que, realmente, no solo no están leyendo bien el 6D; sino que nada indica que lo hagan en un futuro.
Caracas diciembre 2015.

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