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Opinión

¡No me abandonen! suplicó al pueblo el presidente de facto mientras visitaba las demoradas obras del tren Guatire-Caracas. Le faltó completar la canción de Airbag que dice ¨Me he equivocado, ya yo lo sé, pero es muy tarde, ya no hay nada que hacer¨. Efectivamente, todo está consumado para el hijo putativo del difunto. Destrozó la economía al robar la propiedad privada, desencadenó una inflación nunca vista, originó escasez de alimentos, medicinas y repuestos, favoreció a los malandros que asesinan y roban a los ciudadanos, dilapidó cuantiosos recursos, obligó a emigrar a millones de venezolanos, atropelló a los disidentes y fue permisivo con el narcotráfico. Por eso el pueblo lo abandonó.
Quienes todavía lo apoyan son los boliburgueses que se han enriquecida ilícitamente, otros por resentimiento por hechos del pasado, algunos porque gracias a la revolución han escalado posiciones nunca soñadas y, desde luego, unos pocos que todavía siguen engañados por influencia de la hegemonía comunicacional oficialista.
Los boliburgueses son conocidos. Su enriquecimiento deriva de grandes comisiones por compras del Estado, desde alimentos y medicinas hasta maquinarias y equipos. También por aprovechamiento de la tolerancia roja con el narcotráfico.
Referente a los resentidos los hay de diferentes niveles, desde un Jorge Rodríguez por el vil asesinato de su padre hasta un Román Chalbaud, quien declara que critica mucho a la oposición ¨porque está basada en el odio¨, pero se hace el policía de Valera ante los insultos que lanzan los dirigentes rojos; todo un sesgo porque en el pasado el gobierno de turno prohibió una obra suya. ¿Acaso no pueden estos personajes y otros similares tener la honestidad intelectual de criticar los atropellos del pasado y también los actuales de mayor magnitud?
Abundan los arribistas que llegaron al poder solo por aparentar o ser rojos. Entre ellos, podemos citar al coronel Menry Fernández, viceministro del Trabajo quien, según el sindicalista Roger Palacios de la Unión Nacional de Trabajadores, citado por Bocaranda en sus Runrunes, calificó de ¨acto de traición a la patria¨ la asistencia de trabadores no oficialistas a la reciente reunión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Suiza. La diputada Tania Díaz, quien declaró que ¨no hay una noticia con la detención de los familiares de Cilia Flores¨.
Jaqueline, no solo admira el dedo del difunto, también le parecen sabrosas las colas para comprar alimentos. Jorge Valero, representante rojo en Ginebra, no tuvo empacho en afirmar que ¨con la declaración de Maduro en el Consejo de Derechos Humanos, Venezuela reafirmó su liderazgo en ese organismo. Venezuela es referencia mundial del respeto a los derechos humanos¨. Iván Gil, Ministro de Agricultura, adula a Maduro al amenazar con ¨reventar las cadenas privadas de comercialización ¨.
Eulogio Del Pino, un buen geofísico que llegó a la presidencia de Pdvsa por haber bebido agua del rio Guarapiche contaminada con residuos de crudo que no ponían en riesgo su vida, pero posiblemente sí la de infantes, escribió que ¨los trabajadores petroleros somos, junto con los militares, columnas fundamentales de esta revolución.. .. el llamado es a mantenernos alertas , en pie de lucha, y muy atentos a los llamados de nuestro presidente Nicolás Maduro ¨. Estos son unos pocos ejemplos de quienes por agradecimiento siguen apoyando al régimen haciendo caso omiso de sus violaciones a la Constitución.
La gran mayoría de los venezolanos abandonaron a Maduro porque empobreció a toda la nación. Ya no puede hacer nada, salvo renunciar para no seguir causando daños.
Como en botica: Inaceptable que algunos rojos traten de justificar la masacre perpetrada en Paris por los terroristas del autollamado Estado Islámico (EI). Son los mismos rojos de aquí y de afuera que predican que el atentado contra las Torres Gemelas el 11 de setiembre fue obra de la CIA. Igualmente repudiamos los asesinatos en Beirut. La mayoría de los musulmanes son gente de paz. Solo una minoría de fanáticos son terroristas. Almagro, Secretario General de la OEA, cumplió con su deber. Eulogio Del Pino informó a la OPEP que la producción promedio de crudo del 2014 fue de 2.683.000 barriles por día (b/d), mientras que en el Informe Anual de Pdvsa mencionó 2.785.000 b/d. Al precio de entonces esta diferencia equivale a algo más de tres mil millones de dólares. Además, Del Pino debe explicar las causas del descenso de la producción de crudo. Según los Informes de Pdvsa, la producción fue de 2.975.000 b/d en el 2010; 2.991.000 b/d en el 2011; 2.910.000 b/d en el 2012; 2.899.000 b/d en el 2013; 2.785.000 b/d en el 2014. Entre enero y el 15 de octubre de este año, Pdvsa informó a la OPEP que su producción promedio fue de apenas 2.662.000 b/d (las cifras mencionadas no incluyen líquidos del gas natural). Enrique Tejera París, fue un gran ciudadano que ha debido ser presidente de la República. Lamentamos el fallecimiento de Virgilio Urea, compañero de Gente del Petróleo ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! ¡A votar el 6D!
eddiearamirez@hotmail.com 17/11/15 Noticiero Digital y Rununes

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- Nos explicamos que a Europa, vieja, culta, rica (pese a un mal momento), abroquelada detrás de su cómodo Estado de Bienestar y su tolerante democracia liberal, le costará asumir que está en guerra.
Lo entendemos, porque es triste y doloroso.
Pero, como dijo Giovanni Sartori al diario español El Mundo en octubre de 2007, "el Islam ha declarado la Guerra Santa a Occidente, que no sabe defenderse". Ya en 1996, Samuel Huntington había publicado "El choque de las civilizaciones", que fue mal leído como belicista cuando se trataba, lisa y llanamente, de una desesperada advertencia sobre lo que se venía.
Lo de Europa, entonces, no nos sorprende, pero es irreal. La declaración de guerra se la gritan en la cara todos los días y nadie debería entenderlo mejor, porque el enfrentamiento dura siglos.
Cuando Charles Martel, en 732, detuvo en Poitier a los musulmanes (poderosos en España), ya había comenzado. Proseguía mil años después, cuando en 1571, en Lepanto, la gran armada que comandara don Juan de Austria (y donde perdiera la mano el autor de El Quijote) enfrentó a Solimán El Magnífico. Al mismo tiempo, Europa vivía su propia guerra de religión y sólo diez meses después de Lepanto, París sufrió la horrible masacre de San Bartolomé, en que los cristianos católicos asesinaron al líder de los protestantes, el almirante Coligny, y a miles de sus seguidores. Estas guerras de religión envenenaron Europa durante tres siglos, y nuestros grandes monarcas, Carlos V y Felipe II, malgastaron la plata de América en esos sangrientos empeños.
Todo en nombre de la fe. Todo en nombre de Dios.
Todos convencidos. Todos fanatizados. Se precisaron varios siglos para que la Ilustración Volteriana, retomando ideas renacentistas, lograra avanzar en un proceso de secularización que fue delimitando los ámbitos del Estado y de la religión.
Ese proceso fue una de las grandes conquistas del liberalismo europeo, que también inspiró a nuestra América, donde, si bien los Estados no son tan laicos como nuestro Uruguay, en todos hay libertad de cultos y enseñanza, y un clima de tolerancia que superó aquellos enconados debates del 900.
Lo dicho parece anacrónico frente a lo que vivimos. No lo es. Simplemente demuestra lo largo y profundo que es el conflicto entre el Occidente judeo-cristiano y el Oriente musulmán, que viven, culturalmente hablando, en siglos distintos.
Por supuesto, en ese largo trayecto se mezclan imperialismos, colonialismos, rebeliones nacionales y el adorado petróleo.
Desde hace unos años, luego de que la gran crisis del petróleo en 1973 transfiriera un enorme poder al mundo árabe, estamos envueltos en una vorágine que día tras día cobra víctimas y nuevos enconos. Ahora fue París, pero antes fue Nueva York, y Madrid y Londres, y no nos olvidemos de Buenos Aires.
Por cierto, Occidente ha cometido disparates como la invasión a Irak, sustentada en un peligro militar inexistente y en la ingenuidad de pensar que se podía democratizar a un país sin la mínima cultura cívica.
Y Europa, acobardada por el peligro interno del que adolece, con la misma ingenuidad (¿o cobardía o cinismo?) reconoce la existencia del precario Estado Palestino, en nombre de un derecho a la autodeterminación que el reconocido niega a su vecino Israel.
Era cómodo pensar que el conflicto era musulmán-judío, hasta que comenzó la matanza de cristianos, y los degüellos en vivo y directo mostraron que aun ciudadanos franceses e ingleses eran ejecutores de los crímenes.
Aquí aparece otro sesgo de la ambivalencia: Europa es renuente a entender que Israel es el corazón de Occidente y la única frontera democrática en medio de un mar de dictaduras. Incluso es triste asumir, pero es verdad, que el único refugio de cierta racionalidad laica son los ejércitos (caso Egipto o Turquía).
La pregunta es para Sartori: ¿qué debe hacer Occidente para defenderse mejor? Angelo Pianebanco dice desde el Corriere della Sera que estamos en desventaja, porque el extremismo islámico conoce nuestros puntos débiles y nosotros seguimos sin entenderlos a ellos, creyendo que quien mata en nombre de Dios no es un verdadero "creyente", cuando para ellos es exactamente al revés, se trata del mejor mensajero de Dios, además de un héroe civil.
Está claro que Estado Islámico, Al-Qaeda, Hezbollah y Hamas son cosas distintas. Pero su objetivo es el mismo: imponer su visión del mundo, dogmática, inhumana, despectiva de la mujer; instalar una suerte de teocracia totalitaria y para ello ir, paso a paso, derrumbando gobiernos árabes con cierto pluralismo y liquidar la prenda de la corona, que es Israel.
Si éste cayera, o perdiera apenas alguna batalla significativa (Jerusalén, por ejemplo), la oleada en Europa Occidental sería imparable y allí se sumarían, consciente o inconscientemente, todos los que hoy se sienten desamparados por el sistema democrático y capitalista.
La batalla debería comenzar entonces por una real alianza con el mundo musulmán moderado. Alianza no sólo militar, sino doctrinaria, filosófica, educativa, psicológica, dirigida a detener el avance de esa juventud encandilada con el fanatismo.
Mientras haya mezquitas y "madrazas" instalando el rencor, habrá combatientes que sustituirán a los caídos.
Lo que nos lleva a la inmoralidad de algunos países árabes (Arabia Saudita, por ejemplo) que financian a los terroristas para comprar paz interna mientras mantienen con Estados Unidos una alianza cínica en que se mezclan ventas de armas y de petróleo.
Sería esperanzador otear caminos más sencillos y claros. Pero no los hay. Con todo, ya sería un gran avance asumir la guerra en toda su complejidad y abordarla en conjunto.
Toda la emoción de París, si para algo debe servir es justamente para entender que somos más los que estamos de este lado, y que si creemos en las libertades y en la razón, en que al "César lo que es del César y a Dios lo que es Dios", debemos usarlas para defenderlas como fue siempre, con la pluma y -desgraciadamente- también la espada.
(*) El autor fue presidente de Uruguay.
Publicado en el diario La Nación (Argentina) el 24 de Enero de 2015, a raíz del ataque musulmán contra la revista humorística Charlie Hebdo.

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El miércoles 18 del presente mes, en el parque del ejército de Maracay, el gobernador de Aragua procedió a la “asignación” de 300 taxis modelo Orinoco, marca Chery, a igual número de beneficiarios en un acto de gobierno caracterizado por el populismo electorero propio de este régimen. El acto no tendría mayor trascendencia si no es porque de la manera más descarada se cometieron tres actos de corrupción y violación de las leyes venezolanas que bien poco significan para este gobierno.
El primer acto violatorio, en este caso de la ley electoral vigente, es la presencia de la mayoría de los candidatos oficialistas para las elecciones parlamentarias en la tribuna principal y a quienes el gobernador les permitió que se dirigieran a los beneficiados, recordándoles la obligación de votar el 6D para preservar la revolución y que este tipo de asignaciones solo se hace en socialismo y en revolución, que la derecha opositora odia porque solo piensan en la recuperación del capital.
El segundo acto, asociado a la corrupción, es el anuncio de que el presidente Maduro había decidido que los beneficiaros de los taxis, no pagaran ni medio, que esos vehículos ya estaban pagos y que él no necesitaba ese dinero. ¿Será que esos taxis los pagó Maduro con su dinero o no fue con los impuestos de los venezolanos de los cuales debe rendir cuentas? ¿En cuál artículo de la Constitución se prevé que el presidente puede hacer este tipo de regalos? Pero la cosa no se quedó ahí, el gobernador, para no quedarse atrás, ofreció pagar el seguro de los taxis con cargo a la gobernación. Le hacemos las mismas preguntas al gobernador.
El tercer acto de corrupción, aunque no cometido ese día pero completamente previsible, es que el gobernador invitó a los beneficiados a no olvidarse de que debía colaborar, dentro de sus comunidades, con aquellas personas que tuvieran necesidades urgentes de transportación por cualquier emergencia que le afectase. Los taxis se asignaron equitativamente entre los 18 municipios de Aragua y desde ya podemos tener la certeza que esos taxis el 6D van a estar atendiendo emergencias de traslados de votantes desde muy temprano y ¿Quién va a decir que se están utilizando medios de transportes oficiales para trasladar votantes? Te la comiste Tarek, combo completo.

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Con el cabello recogido como cola de caballo, vistiendo jean, blusa blanca y un bolso de color marrón que, con elegante indiferencia colgaba de su espalda sostenido por el dedo índice de su mano derecha, Maray Marrero Mendoza, la recientemente elegida diputada a la Asamblea Nacional por Villa de Cura, mi pueblo, se dirigía hacia el Panteón Nacional, al llegar al sagrado recinto; suelta la voz, extendidos los brazos y puesta su mirada sobre el sarcófago de Simón Bolívar, formuló una preguntó que retumbó más allá del Cunaviche, más allá del Ventuari y hasta más allá de los Tepuyes del Roraima:
¿Señores, qué es la Patria?
Entonces comenzó a sentir sobre su cabeza, el aletear del espíritu de Andrés Eloy Blanco que le susurró al oído: La Patria, hija mía, lo es todo: lo grande y lo pequeño, lo que pasa y lo que perdura, las realidades y los sueños, toda la alegría y todo el dolor de la vida. La Patria, hija mía, es el pecho de la madre que nos alimenta, el brazo del Padre que nos sostiene, la cabeza blanca del abuelo que se inclina ante la inocencia de un niño, la diestra del sacerdote que nos bendice y la palabra del maestro que nos siembra de luz el pensamiento: eso hija mía, eso es la Patria….
Luego, Maray planteó una segunda pregunta:
¿Qué es una Constitución?
De inmediato, comenzó de nuevo a escuchar las graves palabras del espíritu de Andrés Eloy: La Constitución hija mía, es el texto derramado de los labios eternos del pueblo. Cuando se hace una Constitución, se hace un código moral, pero no se hace una moral. Cuando se hace una Constitución, se hace una norma de conducta pero no se hace una conducta. Cuando se hace una Constitución, se hace una ley de un buen gobierno, pero no se hace un buen gobierno. Es el uso y el buen empleo de las facultades que la constitución confiere, lo que va a determinar las bondades de la Carta fundamental de la República. Eso, hija mía, eso es lo que debería ser una Constitución.
Finalmente, Señores -dijo Maray- y con el más grande y profundo respeto que ustedes me merecen, permítanme una última pregunta:
¿De qué manera debo expresarme ante la Asamblea Nacional para no defraudar a quienes me eligieron como diputada?
En seguida, se hizo presente el espíritu de Ali Primera y dijo: la palabra reprimida, Maray, quema por dentro y produce mucha sed; en consecuencia, exprésate sin miedo, sin descalificar a nadie, con libertad, sin seguir línea partidista y con criterio propio…Échala contra quien sea, así sepas que rompe nubes porque es mejor perder el habla que temer hablar. Recuerda que más arriba de la piel /el grito de la tierra/cuando se asoma el alma/a los ojos del hombre/entonces vamos hombre/sostén con tu palabra/el corazón del pueblo/para que no se caiga….
Terminado el ritual, la joven y hermosa diputada villacurana se despidió con una respetuosa reverencia, abandonó la casa de los héroes de la patria, atravesó la calle y se dirigió hacia la Asamblea Nacional donde se le había convocado para tomarle el juramento de ley…

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La tarea del comentarista político no se reduce a analizar a cada hecho por separado. Se trata más bien de descubrir las relaciones que existen entre ellos. En ese sentido la tarea analítica no es diferente de la del historiador. En ambas prácticas, la historiográfica y la analítica, lo fundamental es deducir, ante la presencia de los hechos, la existencia o inexistencia de procesos. La diferencia reside solo en el uso de los tiempos.
Mientras el historiador debe operar sobre la base de hechos ya ocurridos, el analista debe hacerlo sobre hechos que están ocurriendo. El tiempo de la política, a diferencias del tiempo de la historia que es el pasado, es el gerundio.
Ahora bien, en la Venezuela de Maduro han ocurrido en menos de treinta días tres hechos de fuerte impacto. ¿Son tres hechos aislados o son expresiones de todo un proceso? La pregunta, desde un punto de vista político, parece ser importante.
El primer hecho surge de las declaraciones (23.10) emitidas en los EE UU por el fiscal acusador de Leopoldo López, Franklin Nieves. Declaraciones en las cuales fue claramente estatuido como las pruebas que llevaron a condenar a más de trece años de prisión al dirigente político, no solo son falsas sino, además, fueron elaboradas por el propio gobierno.
El segundo hecho fue la carta dirigida por el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, a Tibisay Lucena (09.11). En esa carta Almagro deja muy claro que el régimen venezolano ha incurrido en gravísimas faltas que llevarían a adulterar el evento electoral a ser realizado el 6-D, razón por la cual Almagro exige la presencia de observadores internacionales en los comicios.
El tercer hecho fue la detención –mediante un operativo de la DEA en Puerto Príncipe (10.11) - de dos sobrinos de la primera dama Cilia Flores, involucrados en una de las actividades más criminales de nuestro tiempo, el tráfico de drogas. Ambos sobrinos presidenciales viajaban portando pasaportes diplomáticos.
El primer hecho, las revelaciones de Nieves, ha puesto de manifiesto lo que todo el mundo sabía: que en Venezuela la justicia está subordinada al poder ejecutivo. Pero en este caso no se trata de la constatación obvia de que el régimen de Maduro viola a los derechos humanos sino de algo aún más grave: El gobierno viola sistemáticamente a la propia legalidad sobre la cual se encuentra erigido.
Sin legalidad no hay democracia y sin democracia hay dictadura. Los ciudadanos de Venezuela –ahora se sabe en todas partes- se encuentran absolutamente desprotegidos frente a las decisiones de un gobierno que entiende por legalidad solo a las ordenes impartidas por sus máximos personeros.
En Venezuela, Cabello y Maduro han destruido en todas sus formas al estado de derecho. Ha culminado así la gran obra iniciada por Hugo Chávez.
El segundo hecho, la carta de Almagro, muestra a todos los gobiernos de América Latina y del mundo, como el gobierno de Maduro incurre en graves irregularidades electorales. Irregularidades que probablemente no se hacen presentes en la contabilidad formal de los votos, sino en la utilización del aparato del Estado como medio de propaganda y coerción, en la construcción artificial y forzada de tramposos circuitos electorales, en arbitrarias inhabilitaciones, en el uso de naipes marcados, como la boleta electoral confeccionada para confundir a los electores con partidos inexistentes y candidatos anónimos.
No obstante, a través de su carta, Almagro ha puesto también de manifiesto que esta vez Maduro no gozará del beneplácito internacional. La constelación política latinoamericana ha cambiado y seguirá cambiando frente a los desmanes ocurridos y por ocurrir en Venezuela. Las elecciones del 22 de Noviembre en Argentina, cualquiera sea su resultado, determinarán el inicio de un cambio político de gravitante importancia continental.
El gobierno de Maduro, es la diferencia con el de Chávez, se encuentra cada vez más solo en el mundo. La infame amenaza de gobernar con una junta militar en caso de perder las elecciones, no podrá fructificar. Los generales venezolanos podrán ser muy oportunistas. Pero dementes no son.
La detención de los sobrinos de Cilia Flores ha sido la gota de agua que ha colmado el vaso. Ha mostrado no solo las prácticas nepotistas a las que nos tiene acostumbrado la “revolución” bolivariana, sino algo mucho peor: la descomposición del propio Estado.
Al gobierno de Maduro le es debido el aniquilamiento del aparato productivo, la disociación de las relaciones ciudadanas y la evidente desarticulación (anomia) de los lazos sociales que conforman a una nación bien constituida. Lo nuevo es que la desintegración social de Venezuela -uno de cuyos síntomas es la altísima criminalidad que asola sus calles- ha infectado al propio aparato del Estado. Y no podía ser de otra manera: una administración formada por gente que no persigue otro objetivo sino la conservación de su poder, y que para mantenerlo salta por sobre todas las vallas morales y legales, no puede ser dirigida con eficiencia. Ningún Estado puede ser mejor que sus ocupantes.
Las tareas que aguardan a la oposición no son para envidiar. Si el triunfo en las elecciones del 6-D se convierte en realidad, aparecerá en Venezuela una constelación marcada por una dualidad de poderes. Maduro, Cabello y sus secuaces, continuaran adueñados del poder instrumental: las armas, la policía, los jueces vendidos y los para-militares. La oposición en cambio será depositaria del poder social, político y constitucional. Pero para que el segundo poder se imponga sobre el primero, deberá ser necesario que la oposición logre mantenerse unida en el marco de una disciplina que lleve a posponer intereses de liderazgo personal.
Cualquier intento para aislarse del conjunto, cualquiera declaración espectacular no debatida al interior de la MUD, cualquier proyecto de jugar al martirologio o de usar la plataforma alcanzada a favor de desmadres exhibicionistas, puede echar un largo trabajo político por la borda. Y eso lo pagaría muy caro la mayoría de los ciudadanos.
Diosdado Cabello ha declarado que el gobierno de Maduro está siendo atacado por todos lados. Definitivamente no ha leído bien el momento político que vive su país. Lo que sucede es que el gobierno de Maduro está haciendo agua por todos lados; y eso es muy distinto. No estamos frente a una conspiración internacional. Solo estamos presenciando el naufragio de un gobierno. Ese naufragio es también un proceso.
Esas son las razones que llevan a entender a las declaraciones del juez Nieves, a la carta del secretario general Almagro y a la detención de los sobrinos de Cilia, no como hechos aislados sino como eslabones en la cadena de un proceso. De ese proceso que lleva al naufragio de un régimen.
De la oposición dependerá en gran parte que el naufragio gubernamental no se convierta en un naufragio nacional. La Constitución indicará, a su debido momento, los objetivos y los rumbos. Ojalá sea así.
polisfmires.blogspot.com/2015/11/fernando-mires-el-fiscal-nieves-la.html

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En la sesión de entrenamiento de la Selección Nacional de Futbol, los jugadores allí presentes, mostraban su preocupación por el próximo encuentro contra Bolivia en el marco de las eliminatorias para el mundial 2018.
-Jugar en La Paz, no es nada fácil, comentaba uno de los veteranos del equipo. La altura boliviana disminuye la presión del aire, lo que produce dificultades respiratorias.
- Otro jugador, hablo de su experiencia. En mi primer partido, jugado a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, sentí que las piernas me pesaban toneladas, llegó un momento en que casi no podía desplazarme sobre el terreno de juego. Esa pesadez, fue seguida de vómitos e intensos calambres.
- Bueno, tengamos calma, fue la directa observación del capitán del equipo. Ya, el cuerpo medico, ha tomado cartas en el asunto. Desde hace tiempo, tiene previsiones en cuanto al tiempo necesario para la debida aclimatación o el uso de “Cámaras Hiperbáricas” diseñadas para llevar a cada célula del organismo mayores cantidades de oxigeno que las que reciben en condiciones normales.
Sin embargo, la preocupación seguía latente en los jugadores. Uno de los novatos, se atrevió a opinar, señalando que había visto por Internet el surgimiento de un método nuevo y a primera vista algo extraño, el cual ya ha sido usado, según las informaciones a la mano, por distintos equipos suramericanos (River Plate, San Lorenzo de Almagro, Gremio, Alianza Lima, entre otros), una vez colocados en el trance de tener que disputar partidos en la estadio Hernando Siles, en la capital boliviana….¡¡¡Se trata del Viagra!!!!
-¿¿¿Viagra??? Preguntó el resto del equipo, incluyendo a los masajistas, utileros y al cuerpo técnico…..esa vaina es pa otra cosa, fue la expresión colectiva.
-Sin inmutarse, el jugador internauta, siguió explicando lo que había conseguido. De acuerdo a los especialistas, la pastilla genera efectos vaso-dilatadores que aumentan el flujo sanguíneo y la oxigenación y, por ende, elevan el rendimiento, compensando, así, el efecto generado por la menor presión atmosférica…..y remató diciendo “Nada perderíamos con probar”
El entrenador, al ser informado por sus asistentes, de la situación planteada, decidió estudiar y profundizar sobre la materia y las implicaciones que traería la aplicación de ese novedoso método.
Luego, de revisar todo lo publicado sobre esta materia, de reunirse con expertos científicos y analizar las implicaciones técnicas, comunicacionales y morales que pueden derivarse del uso de esa sustancia, convocó a sus jugadores para hacer de su conocimiento la decisión que había tomado:
En primer lugar, debo señalar como un aspecto positivo, que “El Viagra” no figura entre las sustancias incluidas en la lista anti-doping de la FIFA.
Pero, desde el punto de vista técnico-táctico- estratégico del juego, tengo profundas reservas de la utilización de la referida sustancia. Deben saber, continuo explicando, que el Sildenafil, la sustancia milagrosa con la que se fabrica esa pastilla, es un medicamento empleado fundamentalmente para lidiar con la disfunción eréctil. Si bien es cierto, que ayuda en el aumento del flujo sanguíneo y la oxigenación….no menos cierto, es que provocaría en los jugadores una erección durante el desarrollo del juego.
Esto ultimo, nos obligaría a colocar, durante la ejecución de tiros libres, las barreras de espaldas al balón, para proteger a los jugadores de un posible balonazo en sus “Partes más Nobles”
Lo más preocupante, sería el comportamiento en el momento de cobrarse un corner, ya que las defensas en esta acción, siempre buscan molestar a los atacantes pegándoseles a su cuerpo por detrás…..y esto, sin lugar a dudas, va a generar violentos encontronazos entre los jugadores.
Desde el punto de vista del espectáculo, quedaría eliminada la zambullida de los jugadores cuando marcan un gol…solamente imagínense, realizar esta acción bajo el efecto de esta vigorizante pastillita……imposible.
Las cadenas televisivas, me notificaron que, de administrarles a los jugadores esa sustancia, el horario de trasmisión de los partidos seria en horario de adultos exclusivamente o en su defecto, para ser trasmitidos en horario normal, se limitaría el enfoque de los jugadores solamente de la cintura para arriba.
Por último, imagínense a las barras del equipo contrario, llamándonos burlonamente “Los Pithecantropus erectus
En conclusión, mis queridos guerreros…..nos quedamos con las cámaras hiperbáricas….dejemos las viagra para otras camas.

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Discurso de investidura
Han pasado 53 años y dos meses desde que entré por primera vez en la casona de la Facultad de Humanidades de esta universidad para sacar la equivalencia de mi recién terminada carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Javeriana de Bogotá y así poder dedicarme a la educación venezolana. También en esos meses, mientras estudiaba en la ULA, ejercí por primera vez la docencia en el incipiente colegio Monseñor Silva.
Tres pichones de jesuitas, vestidos de rigurosa sotana negra íbamos a la universidad en ese año tan encrespado por el debate ideológico y la lucha armada. Poco duró nuestra presencia, pues la crisis de los misiles en Cuba el 23 de octubre, provocó graves disturbios y en noviembre se cerró la ULA hasta enero. Pero bastaron esos dos meses para que yo me llevara un recuerdo entrañable e imborrable de mi primera universidad venezolana y de esta acogedora ciudad.
Ahora he sido sorprendido con la para mi inesperada e inmerecida distinción que me otorga una universidad asediada. Vuelvo aquí para agradecerles y pido su licencia para solidarizarme y compartir con ustedes nuestra común defensa de la autonomía universitaria y de la democracia, ambas sometidas a terrible cerco.
I Naturaleza pública de las universidades
Todas las universidades son públicas por su creación y reconocimiento y por el título que otorgan. No hay carrera, ni título universitario privado. Todo rector, incluso el de una universidad privada, en el solemne acto público de entrega del título dice “en nombre de la República y por autoridad de la ley le otorgo el título de…”. Así lo hice durante dos décadas como rector de la Universidad Católica Andrés Bello. Esos títulos tienen reconocimiento legal nacional e internacional y en ese sentido todas las universidades son públicas, y su responsabilidad también. Sería un delito si alguna existiera sin autorización y otorgara títulos no reconocidos, en carreras no aprobadas. La diferencia fundamental no está en su responsabilidad pública o no, sino en su modo de financiamiento y de gestión.
En cuanto a la gestión universitaria hay una primera diferenciación entre las de gestión privada, las que podríamos llamar de gestión oficial gubernamental y las de gestión autónoma.
Permítanme detenerme en la peculiaridad de la universidad autónoma, que ciertamente es pública, pero no es oficial por cuanto ella misma elige y nombra a sus máximas autoridades rectorales y a las demás autoridades principales; no lo hace el gobierno nacional de turno, ni ninguna otra autoridad externa a la comunidad universitaria.
En estos tiempos de cultivada confusión entre Estado, gobierno y partido, donde la constitucional separación de poderes se ha reducido a mera apariencia, quiero compartir con ustedes, no mi experticia jurídica - que no la tengo-, sino mis reflexiones políticas sobre lo público, lo privado, lo estatal y lo societal, pues la claridad sobre estos puntos me parece de máxima importancia para el rescate de la democracia, que ha de ser representativa y al mismo tiempo participativa. La confusión de estos planos y la falta de separación de poderes producen la muerte de la democracia.
Somos testigos, y al mismo tiempo sufrientes, del actual vía crucis universitario sometido a duro y creciente cerco por el gobierno nacional deseoso de rendir por hambre a las universidades autónomas. Incluso en ambientes informales hemos escuchado a agentes del gobierno defender el cerco presupuestario diciendo “¿Cómo pretenden que nuestro dinero (para ellos estatal-gubernamental-partidista) vaya a financiar el funcionamiento de una universidad no sumisa al gobierno, peor aún, crítica del mismo y autónoma en su pensamiento?” No es un argumento improvisado para legitimar atropellos gubernamentales, sino que se basa en una concepción de sociedad, estado y universidad radicalmente distinta a la democrática, en la que el Estado es plural y creado por una sociedad plural, como su instrumento trascendente y especial para promover el bien común. Basta recordarles cuán absurdo nos hubiera parecido hace un cuarto de siglo, que alguien creyera posible que en la totalitaria sociedad cubana rectores y universidades expresaran libremente sus ideas diversas y opuestas a las del Jefe Supremo de la Revolución, el comandante Fidel Castro.
En ese pensamiento, no solamente es absurda la libre divergencia del único Jefe y del único partido, sino que es inconcebible el nombramiento autónomo de las autoridades, como era en Venezuela y la gestión independiente de una universidad financiada fundamentalmente por el presupuesto nacional. En los años más recientes la aplicación gradual, pero inexorable, de ese pensamiento totalitario a nuestra sociedad tenía que llevar necesariamente al actual asedio y trágico empobrecimiento de la universidad venezolana, específicamente de las universidades autónomas. La dramática crisis económica debido al empecinamiento gubernamental en un modelo que ha fracasado donde se ha ensayado, viene a agravar ese empobrecimiento universitario, de graves consecuencias para el país.
Permítanme compartir con ustedes, con franqueza y libre de todo alarde de erudición (que tal vez se espera de un doctorado honoris causa), unas sencillas reflexiones sobre la importancia y sentido de la autonomía universitaria que se expresa en esta dualidad y tensión resultante del hecho de que el presupuesto viene del gobierno, pero él no nombra a las autoridades que lo deben elaborar y administrar con autonomía de criterio, pluralismo y transparencia.
Esa autonomía no es una generosa concesión que hace el gobierno a la universidad, sino que la universidad autónoma es expresión de la sociedad democrática plural que la defiende como condición indispensable para el fomento de la ciencia y de la creatividad, con libertades y autonomías de pensamiento y de investigación, tan plurales como lo es la propia sociedad. Todo ello es público, pues lo público no se reduce a lo gubernamental y a lo propio de un estado totalitario. Si así fuera, no tendría ningún sentido hablar de “soberanía del pueblo” (soberanía de la sociedad que crea el Estado), y los ciudadanos y la sociedad entera perderían su dimensión pública. La soberanía del pueblo es la del conjunto de los ciudadanos, de la sociedad, sobre su Estado y su gobierno. Es el soberano el que en ejercicio de su dimensión pública, hace su Constitución y puede modificarla y cambiar su Estado. Lo público nace de la voluntad del conjunto de la sociedad de donde brota la Constitución democrática. Por eso cada uno de los ciudadanos no es meramente privado, sino que mantiene esa dimensión pública (dimensión de cada individuo) en cuanto ciudadano. El hecho de que la Sociedad sea una realidad previa y origen del Estado, hace que tenga poder sobre éste, y prevalezca en situaciones de crisis y de desencuentro entre ambos.
Nuestra sociedad en la profunda enfermedad actual, con un funcionamiento del Estado que contradice al bien común de la sociedad y a lo establecido en la Constitución, sólo tiene salida desde el ejercicio de esa dimensión pública de cada uno de los integrantes, que es miembro constituyente de la civitas o de la polis, es decir ciudadano y político.
Sobre esa base quiero resaltar que la universidad autónoma es una realidad pública que pertenece a la plural sociedad venezolana y al mismo tiempo es parte integrante del Estado democrático plural y no del Estado dictatorial propio de otros modelos y constituciones dictatoriales. El dinero público viene de la sociedad y el presupuesto de las universidades autónomas es administrado y gestionado al servicio de una sociedad plural por autoridades plurales, no necesariamente gobiernistas. Cosa que es contrapuesta al trato que un estado totalitario da a la sociedad y a la universidad. Esta es la razón por la que hace décadas se constituyó el Consejo Nacional de Universidades, presidido por el Ministro de Educación y con participación de todos los rectores, como una plataforma plural donde se tratan y se resuelven las divergencias y los posibles desencuentros. Se desvirtúa la naturaleza y el sentido del CNU cuando se le quita - de iure o de facto- todo poder de decisión a una parte de él y se lo apropia íntegramente la otra parte. En la medida en que el Ejecutivo y la Universidad autónoma se centren en hacer que la universidad sea de primera al servicio de la nación y de la solución de sus problemas, se superan las dificultades y divergencias de una manera creativa, cosa que no ocurre cuando el Ejecutivo pretende imponer la uniformidad (con aspiración de partido único) con voluntad de reducir la universidad a instrumento suyo y como tal dedicado a la indoctrinación socialista-estatista.
Desde una concepción que entiende la universidad como apéndice del Ejecutivo y éste como instrumento del partido único, o al menos hegemónico, nunca se podrá aceptar la autonomía universitaria que reconoce nuestra Constitución en sus artículos 109 y 110: ”El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía…”.”Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión”. (art. 109). Por el contrario desde el partido- gobierno-estado se blandirá el grito de guerra “delenda est autonoma universitas"(hay que destruir la universidad autónoma); grito amenazante que estamos escuchando en estos días. El cerco presupuestario con el correspondiente brutal empobrecimiento, es su lógica consecuencia. Es triste reconocer que actualmente el personal universitario tiene ingresos inferiores no sólo a sus colegas de Canadá, USA o Alemania, sino que son al menos diez veces inferiores a los de Ecuador, Paraguay o Colombia.
II Derecho de los pueblos al autogobierno
Como jesuita ex alumno de esta universidad me permito en mi agradecimiento recordar el parentesco - lejano pero real- de los jesuitas con esta ciudad universitaria y con los que sustentaron la independencia de la República basada en el derecho de los pueblos al autogobierno.
Juan Germán Roscio, preso en la cárcel de Ceuta, escribió entre 1814 y 15 su original y admirable libro “El Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo”. En él Roscio demuestra de manera extraordinaria con argumentos teológicos que Dios quiere la libertad de los pueblos y no el despotismo que, con la pretensión de estar fundamentado en la voluntad divina, los oprime. Las monarquías absolutas imponían la teoría del “derecho divino de los reyes” que colocaba a estos por encima de todo juicio y posible destitución por parte de la sociedad.
En 1767 salían de esta ciudad de Mérida al destierro 5 jesuitas, presos como malhechores. Eran los herederos de los que siglo y medio antes (1628) con la fundación del colegio San José - el primero de la orden en Venezuela - trajeron semillas de estudio que más adelante fructificarán en la universidad y en el pensamiento crítico. Los jesuitas expulsados por las monarquías borbónicas, vieron cómo, por presión de éstas, el papa Clemente XIV suprimía la Compañía de Jesús en 1773. Luego de la expulsión de los jesuitas la monarquía española exigía a todo profesor de la universidad y del seminario el juramento de no enseñar “la doctrina jesuítica”, ni siquiera como moralmente probable. Simplemente en estas tierras americanas estaba prohibida como “inmoral” y se imponía como obligatorio enseñar en cátedras y púlpitos la falsa doctrina del “derecho divino de los reyes”. Inculcar a los pueblos americanos esta sumisión llevaba a condenar la idea misma de su futura independencia y el derecho a darse gobierno propio y bloquearla con la enseñanza de que ir contra el Rey de España era ir contra Dios.
En el momento en que los jesuitas eran expulsados de Mérida y del imperio español, en San José de Tiznados se abría a la vida un niño de 4 años, Juan Germán Roscio, probablemente el pensador civil más destacado por su argumentación a favor de la independencia de Venezuela. Él redactó en 1811 el “Manifiesto que hace al Mundo la Confederación de Venezuela” y con Francisco Isnardy el Acta de la Independencia. A la caída de la Primera República, Roscio fue apresado y enviado a la cárcel de Ceuta con otra media docena de ilustres próceres civiles de nuestra independencia.
Cuando en 1814 el Papa Pío VII restaura la Compañía de Jesús, Juan Germán Roscio en la cárcel está escribiendo El Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo y defiende con razones bíblicas y religioso-teológicas el derecho de los pueblos a la justa rebelión contra los déspotas y tiranos y a darse gobierno propio. Nos recuerda “que los reyes no tienen derechos ni privilegios divinos, y que está al arbitrio de los pueblos removerlos y arrojarlos cuando les convenga”(Roscio, Obras 1953 tomo II p. 31) Roscio dice que él en sus estudios civiles y canónicos en la Pontificia Universidad de Caracas no tuvo la suerte de conocer a los jesuitas (expulsados cuando él era niño) y la universidad tampoco le brindó el conocimiento de su prohibida doctrina sobre el derecho de los pueblos a la legítima rebelión contra los tiranos y déspotas. De ahí Roscio concluye en su escrito de 1814:”He aquí la verdadera causa porque fueron arrojados(los jesuitas) de los reinos y provincias de España: todo lo demás fue un pretexto de que se valieron los tiranos para simular el despotismo y condenar la censura y venganza que merecía el decreto bárbaro de su expulsión. También lograron extinguir la Compañía” (citado Ugalde L. El Pensamiento teologico-político de Juan Germán Roscio. Ed. Casa de Bello Caracas 1992 p.57).
Hoy como ayer tenemos que oponernos a la apropiación privada de un bien público (como son el Estado y la universidad) al servicio de una ideología. Toda ideología- y también la religión como nos enseña Jesús ( ver Evangelio de Marcos 2,27) debe ser instrumento al servicio de la vida de la gente y no al revés, como recientemente nos recordó en papa Francisco en su visita a Cuba, en las Nacionales Unidas y en el Congreso norteamericano. Una universidad autónoma se debe a la sociedad y tiene el compromiso de contribuir decididamente a hacerla libre y justa; por eso siempre será molesta e inaceptable para una concepción totalitaria del poder y del Estado.
Quisiera que el doctorado honoris, inesperado e inmerecido de mi parte, que me otorga esta querida universidad sea un reconocimiento a la autonomía universitaria hoy asediada y también a Roscio y a mis antepasados jesuitas, a quienes sus ideas les acarrearon el destierro y la cárcel. Para que la universidad sirva a la sociedad es fundamental que no se subordine a la ideología del gobierno de turno, ni se encierre en sí misma como torre de marfil ciega y sorda al clamor de nuestra gente, sino que sea lugar de encuentro y constructora de puentes entre los sectores enfrentados de la sociedad. La universidad ha de formar profesionales decididos a que mañana el ejercicio de su profesión lleve al país a eliminar las exclusiones, a potenciar por medio de la educación el talento de los pobres para que salgan de su pobreza y hacer que el Estado sea instrumento de la sociedad impidiendo que el partido en el poder se apropie de él e imponga sus intereses.
Muchas gracias.
Universidad de Los Andes, Mérida 10 de noviembre de 2015

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