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Opinión

Luis Ugalde

Después de la muerte de Jesús, ejecutado como un malhechor, la crisis de sus seguidores fue espantosa. Perdieron toda esperanza y se escondieron por miedo. La resurrección de Jesucristo fue para ellos un nuevo volver a la vida y a la esperanza. Todo cambió y fueron capaces de perdonar a los asesinos y salir a las plazas públicas a decir: a ese Jesús, que pasó haciendo el bien y ustedes lo mataron como malhechor, Dios lo ha resucitado y lo ha puesto como Salvador. A pesar de las prohibiciones, cárceles y martirios, prevaleció esa esperanza indetenible que ilumina la vida y da fuerzas para vencer todos los obstáculos con la convicción de que, en Jesús y en cada ser humano, “el Amor es más fuerte que la muerte”. Luz y ánimo necesarios en este momento de muerte nacional, cuando de la ilusión revolucionaria de ayer no quedan sino las cenizas y privaciones; ineptitud, ideologías políticas desacertadas y corrupción, echaron a la hoguera las extraordinarias oportunidades de cambio.

¿Cómo salir de esto? ¿Cómo recuperar las posibilidades de una Venezuela de esperanza, vida y confianza social?

La inmensa mayoría está sufriendo los disparates del régimen y lógicamente quiere salir de él. Por ahora parece prevalecer la desesperación y el deseo de salir (por renuncia o revocación) de este presidente, que con huecas palabras revolucionarias y con hechos lamentables se aferra al desastre. Pero más difícil y necesario que la salida de Maduro es crear –entre venezolanos de diverso signo– los consensos y las condiciones básicas indispensables para reconstruir el país. Personas y familias necesitan y quieren liberarse de las colas y de la escasez torturantes, de la falta de medicinas vitales, de la terrible inseguridad que cerca sus vidas y del ladrón de la inflación omnipresente que les roba la mitad del salario y de la persecución política. Desastre sembrado por el gobierno.

Mandela salió de la larga y dura cárcel del régimen surafricano que excluía a la población negra mayoritaria. Estaba convencido de la imposibilidad de un próximo gobierno de negros exitoso sin la colaboración de sus enemigos blancos. Así lo entendió también el presidente blanco, Frederik de Klerk, y llegaron a acuerdos de colaboración (serían presidente y vicepresidente del nuevo gobierno) que permitieron cambiar el país.

En Venezuela, tras el triunfo electoral del 6-D, luego de los primeros desahogos alegres, hay el peligro del bloqueo de los cambios: el gobierno, como no puede ni con todos sus motores verbales, se encierra en el castillo del poder y llama en su defensa a su servil Poder Judicial y a la inestable lealtad de las armas. Mientras que los opositores demócratas concentran su esperanza en el Legislativo. Aunque el TSJ hable de leyes no ejerce de juez sino de parte, ni el debate es jurídico sino de poder político para someter al otro. El juego está trancado, entre el Legislativo, haciendo nuevas leyes, y el Judicial bloqueándolas de antemano. Pero la miseria y desesperación de la gente avanzan y exigen cambios de fondo.

Para desbloquear y reconstruir el país es imprescindible llegar a un acuerdo sobre un gobierno de salvación nacional con compromisos básicos respaldados por parte del chavismo y de la oposición democrática, con medidas de cirugía mayor para recuperar la democracia, con una economía que atraiga inversión, crecimiento y abastecimiento para una sociedad que recobre la vida y la esperanza.

A Mandela sus más radicales seguidores lo consideraron traidor y a De Klerk los suyos, pero ambos tuvieron el valor y la visión de remar a contracorriente. ¿En Venezuela, después de los éxitos de diciembre, se cansaron los líderes de partidos de seguir alimentando la unidad, la vitalidad y la mutua confianza dentro de la MUD? ¿No creen unos y otros que –anteponiendo el deseo y la necesidad general de la nación– deben llegar a acuerdos programáticos y rutas, con un gobierno de transición que tome cuanto antes graves medidas salvadoras con los necesarios apoyos nacionales e internacionales? Este gobierno-cirujano deberá ser provisional –pero no impotente– para preparar el terreno a una elección democrática libre con varios candidatos.

Sorprende ver a muchos soñando en sentarse cuanto antes en la silla presidencial, sin condiciones para un gobierno eficaz y exitoso y carente de los apoyos internos y externos imprescindibles. ¿Durarían seis meses en su ilusión?

Venezuela tiene salida, si prevalece una nueva esperanza y deseo de restablecer la confianza nacional y de hablar (no para aparecer en la TV) con los rivales y actores de poder sobre lo que cada uno debe aportar para destrabar los cercos y contribuir a la transición. Pero si se atrincheran en mutuo rechazo puro y duro, el creciente deterioro y desesperación forzarán un cambio imprevisible y mucho más costoso.

31 de marzo, 2016

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“La gente quería que este hombre fuera suyo y él se dejaba querer y sufría con los que sufrían y casi también marinero para poder gozar de cada cuento y todo sobresalto como traían los pescadores después de la navegación”. Es la voz de Luis Alfonso Bueno un poeta, como lo fue quien el 3 de junio cumplirá un siglo de nacido, que además de las cualidades descritas fue fundamentalmente maestro que se afamó como músico y compositor.

Tratamos de Rafael Sánchez López, quien a los 17 años, terminada su primaria, funda su propia escuela en Puerto de La Vela de Coro, su pueblo natal. También ejerce como Maestro en el Colegio “Sucre”, dirigido por América de Triana, en Coro, donde comienza a cursar la normal en el Instituto “Luis Espelozin”, que conducía Lorenzo Febres Paredes. Igualmente en La Vela fue maestro de tercero y cuarto grado en la Escuela Federal Graduada José Ladislao Andara, de la cual nombraron director en 1943.

Consustanciado con la educación presidió en su pueblo la subseccional de la Federación Venezolana de Maestros (FVM). Como delegado participó en la Convención del gremio en Coro en 1943 y en 1946 en la Regional del Magisterio de Occidente, reunida en Valera, Trujillo.

“La FVM, había ganado con él un conductor más, para el trabajo de la provincia tan necesitada de dirigentes capaces y emprendedores. Y el pueblo iba a contar con la madurez ideológica de un recio luchador, surgida de su propia entraña y pleno de consecuencia hacia los anhelos de su clase, la cual sirvió con entera lealtad” –testimonió Feijoo Colomine Solarte, a quien sucedió en la dirección de la Escuela.

“Daba cauce a su irrevocable vocación de músico y de poeta de fina sensibilidad artística” dejó escrito Ernesto Silva Tellería, su “compañero de luchas y de ideales”; porque Rafuche, como afectivamente se le conocía, se hizo militante del entonces recién instaurado Partido Comunista. Y fundó el primer sindicato de pescadores de La Vela.

Con la aparición de Radio Coro en 1937, surgía el compositor musical. Se presentaba los domingos al mediodía, con su Sexteto Veleño. Debuta con vocalización de Granada, que compuso Agustín Lara para ser cantada por El Tenor de las Américas, Pedro Vargas.

De la creación de Rafuche salieron los valses: Sombra en los médanos, Crepúsculo coriano, Tu Mano con letra de César Arteaga Castro; los merengues Estampa Matinal y Guitarra compañera fiel; el bolero-son Crisol de Amor; las canciones Tejiendo, Noche azul y La leyenda del cují (escolar).

“Melodías de alta gracia, de ingenuidad suma y de un sentir que no es oro del lar que da la vida y su vida, bajo el signo de las más caras visiones y horizontes intocados por el áspid terreno de la vanidad”, opinó el musicólogo Rházes Hernández López.

La inmolación de Rafuche la cuenta el poeta-periodista José Rafael Flores, quien fuera su alumno: “andaba emparrandado desde el once de diciembre por la noche, víspera de la fiesta de La Guadalupe en el vallecito de El Carrizal; libaba para disipar las penas que laceraban el espíritu”.

Amaneciendo el 16 de diciembre de 1946, mientras repicaban campanas de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen convocando para la navideña Misa de Aguinaldo, expiraba después de ingerir cianuro en el laboratorio clínico de la Escuela.

Tal como decretaron en 1989 el Día Regional de la Canción Popular, en el siglo de su natalicio deberían declarar homenaje al autor del segundo himno de Falcón hasta los 70 de su ida el 16 de diciembre.

Al MARGEN. Apátrida nos acusan los narcotraficantes e ideólogos de la robolución. Pero ni siquiera estamos en capacidad para viajar al pueblo más cercano.

Con voz propia

jordanalberto18@yahoo.com.

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Lester L. López O.

El factor Ni-Ni

Un estudio de opinión reciente confirma lo que desde hace mucho tiempo se refleja en la posición política de muchos venezolanos que ahora se ha incrementado: los venezolanos no están con el gobierno, pero tampoco con la oposición. A esto, la sociedad política venezolana ya debería prestarle mayor atención porque posiblemente la oriente a mejores decisiones políticas.

Menciono “ya debería” porque desde hace mucho tiempo el término Ni-Ni se ha empleado para referirse, quizás hasta despectivamente, a ese grupo de venezolanos que parecen indiferentes al acontecer político nacional, y por lo tanto, que no le importara el país.

El asunto que llama la atención es que este grupo siempre había representado alrededor del 30% en las encuestas nacionales, pero para el 06 de diciembre habían alcanzado cerca del 40% y en el estudio de opinión referido al inicio ya representaban el 47%, donde los simpatizantes de gobierno representan el 25% y los de la oposición casi el mismo porcentaje, en consecuencia, la mitad de la población venezolana actualmente es Ni-Ni.

En retrospectiva, no sería equivocado suponer que este alto porcentaje de venezolanos votaron favorablemente por el cambio en las elecciones pasadas y fueron decisivos para alcanzar la mayoría parlamentaria lograda y esto, también, debería tenerlo en cuenta, muy seriamente, los factores opositores en la MUD nacional, que hoy luce como sin brújula para lograr el cambio prometido, no solo de gobierno (condición necesaria, pero no suficiente) sino para cambiar al país.

Sería interesante que estos estudios de opinión no solo reflejaran el porcentaje de ni-ni, sino que se enfocaran en preguntarles por qué están en esa condición y mejor aún, qué esperan de la oposición. Lo que sí es cierto es que ni el mensaje del gobierno, ni el de la oposición, satisfacen las expectativas de este electorado y esto debe tener un por qué.

Una posible respuesta sería que el mensaje opositor, especialmente ideológico, es muy parecido, a la larga, al del gobierno, al menos teóricamente, con los mismos ribetes populistas originarios del rentismo petrolero que ahora el régimen denuncia como agotado y la oposición no ha desmentido, mucho menos ha propuesto, un modelo alternativo sustentable y creíble que genere expectativas de cambio para la crisis económicas que agobia a la población, aclarando, que las propuestas de cambio económicos que se escuchan en los medios, provienen de especialistas del tema las cuales no siempre son bien recibidas por el estamento político de la oposición.

Quizás cuando se escuchen los planteamientos de este factor Ni-Ni, se pueda diseñar un programa político-económico-social que satisfaga, no solo a este factor mayoritario, sino al resto de la población.

1 de abril, 2016

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Henri Pittier, así esta nuestra Venezuela

Luis Carlos Solórzano

La tragedia que hemos sufrido los venezolanos y especialmente los que tenemos el privilegio de vivir cerca de nuestro parque nacional Henri Pittier es muestra clara de la dejadez, olvido y de la poca importancia que este gobierno nacional y regional, le dan al país, porque no es sólo el hecho grave de una quema progresiva y constante del parque, se trata de algo peor, de una conducta permanentemente complice o permisiva con esa destrucción.

Para ellos, para este gobierno no hay otro objetivo que mantenerse a como dé lugar en el poder y eso es terrible para un país. No les importa el desarrollo, la infraestructura, el hecho social, cultural, la educación, salud, etc, solo el poder y actúan en consecuencia. Eso nos dice, por ejemplo, que si por alguna razón ven que hay un filón en una determinada área, actuaran para sacar provecho y atornillarse en el poder, pero nunca –ni antes ni ahora-, lo hacen porque Venezuela y los venezolanos lo merezcamos, no están ahí por y para Venezuela, ellos están en el poder para beneficiarse de él y protegerse con él. No hay más interpretación.

Fui ahora en Semana Santa a mi pueblo, Ocumare de la Costa, durante todo ese viaje, que he hecho muchísimas veces, constaté lo que ya sabía, el Henri Pittier es el reflejo del país, así estamos los venezolanos. En primer lugar es obvio que nuestro parque no le importa a las autoridades, que el abandono es total, que no existen políticas de mantenimiento y prevención para su desarrollo, que se quemó en las narices del gobernador El Aissami, de los representantes del ambiente, de la guardia nacional y de las otras autoridades y nada hicieron. Para ellos no existen los corta fuegos, el refrescamiento de las bases de la montaña, el sembradío de las plantas o flora correspondiente al ambiente natural de la zona, las acciones para proteger la fauna, en fin, una política de protección de parques nacionales no existe en el abecedario de lo que se requiere para mantenerse en el poder. Y como no es prioridad, lo dejaron quemar.

Es justo también reconocer el trabajo de los llamados Traga-Humo, los distintos grupos conservacionistas de Aragua y especialmente de los municipios Girardot y Mario Briceño Iragorry, unidos a un contingente de amigos y de corazones que le pusieron y le ponen amor a su trabajo. Lo sé porque lo he visto, he estado cerca y me consta la extraordinaria y útil labor que realizan, la mayoría de las veces de forma muy limitada, riesgosa y sin ningún apoyo gubernamental. A ellos, todos, nuestro agradecimiento y abrazo al esfuerzo que ponen en esta causa, que debería ser la causa de todos.

Hay que seguir adelante, contaremos muy pronto con una política coherente, directa y útil para proteger nuestros parques nacionales y preservar el ambiente y nuestros recursos; ella comenzará por la educación.

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Jesús Elorza G.

No me cuadra pana, no me cuadra. Le decía un dirigente deportivo a uno de sus colegas que había estado presente en la Asamblea Ordinaria 2016 del Comité Olímpico Venezolano, que tuvo como punto único la presentación de la Memoria y Cuenta de la gestión realizada el año pasado.

- ¿Qué es, lo que no te cuadra?

Las cuentas, vale. El informe económico presenta muchas lagunas que hacen imposible una visión objetiva del manejo de los fondos olímpicos por parte del Comité Ejecutivo del COV.

- Estás seguro de lo que dices.

Claro que sí. Acaso tú no recibiste el informe para su revisión.

-No chico, a la federación lo enviaron hace 4 días y no tuvimos tiempo de leerlo.

Bueno, allí tienes la primera irregularidad. Los estatutos del COV señalan que el informe debe ser entregado con suficiente antelación (creo que con una o dos semanas) para su revisión por parte de las Federaciones y eso no ocurrió. De vaina no lo repartieron en la misma asamblea.

-Ok, tienes razón. Pero, dime qué es lo que te preocupa o cuales son las irregularidades que te llaman la atención.

Según la información detallada por la firma de Contadores Públicos que elaboró el informe, se especifica la relación de cuentas por el orden de los ciento noventa millones doscientos cincuenta mil seiscientos setenta y nueve bolívares con 21/100. (Bs. 190.250.679,21)

-Eso, lo que indica es que el comité ejecutivo del COV produjo bastante real y están buchones.

No todo lo que brilla es oro. Porqué, seguidamente el informe, plantea que los Intereses Financieros produjeron algo así como 19.277, 44 Bs. Pero, a partir de ese momento, comienza, lo que yo llamo “las lagunas intencionadas del informe”

-¿¿¿???

Déjame explicarte, en la discriminación de esos intereses, se señala que los dineros colocados en el Banco Mercantil produjeron 14.421.924,77. Supongo que deben ser bolívares por el carácter nacional de la entidad bancaria. Pero los interese producidos por las colocaciones en el BISCAYNE Bank de Florida, Estados Unidos son de 3.619.481,08 en la cuenta #4529 sin especificar, si son dólares o bolívares. Debemos suponer que son dólares por que en esa entidad no se depositan bolívares. Igual ocurre con la cuenta # 6542 en donde se generaron 190.304,39 ¿Bolívares o dólares? …no sabemos y el informe no lo especifica...

-Tienes razón, eso es raro.

Espérate que hay más. La cuenta # 5806 y la # 0007 del Inter Credit Bank aparece la primera con 0.00 de interés producido y la otra con 0.02 (seguimos sin saber si esos céntimos son en dólares o bolívares) …..Lo raro es que no se explica por qué no hay interese en ellas. Fueron cerradas o los dineros allí depositados fueron movidos a otro lugar……creo que en las referidas cuentas estaban los depósitos que hacia el Comité Olímpico Internacional a través del programa denominado “The Olympic Partner” (TOP por sus siglas en inglés) y lo hace a través de un convenio que es firmado cuatrienalmente con cada Comité Nacional, calculado en aproximadamente un millón de dólares.

Luego, sigue una explicación mediante cuadros sobre los aportes a las Federaciones (54 en total) por el orden de 366. 253 ¡¡¡Dólares!!! y 32.151.123 Bolívares.

-¿Por qué te asombras?

Simple y llanamente, por qué las federaciones siempre han alegado que las ayudas recibidas han sido en bolívares y ahora las reflejan en dólares. Pero, dándoles el beneficio de la duda a los jerarcas del Comité Ejecutivo, solo me resta preguntar. Si los aportes fueron en bolívares, ¿a qué tasa de cambio se hizo la conversión de los dólares? Esto no aparece por ningún lado en las páginas del informe…..y sería muy conveniente saber, para conocer si estamos en presencia de un hecho ilícito o no.

- ¿¿¿ Explícate????

Si, el cambio se hizo en el mercado paralelo, el Comité Olímpico Venezolano está actuando ilícitamente.

-Huele a queso o mejor a guiso.

Déjame decirte, que hay otros aspectos, no menos importantes en el informe. En gastos de Publicidad se señala que fueron empleados 41.109.090,31 Bolívares o sea el 24% de los recursos del COV.

- No joda, ni que fuera un partido político en campaña…..habría que preguntarse quién o quiénes están detrás de esos contratos. En cambio a las Federaciones solo se les aprobó el 19%. Lo más sorprendente, es el pírrico aporte a los atletas ¡¡¡8.55%!!!

En prendas de vestir, aparece un gasto de ¡¡¡Trece millones!!! Supongo, que allí, debe estar incluida la dotación de chaquetas, franelas y gorras olímpicas que todos los enchufados del alto gobierno utilizan a diario.

Para cerrar con broche de oro, el informe presenta la siguiente conclusión “Sobre la base de la información suministrada por la administración, fueron preparados los estados financieros de la empresa Comité Olímpico Venezolano”…..¡¡¡No he auditado ni revisado estos estados financieros consecuentemente, no expreso ninguna opinión sobre los mismos!!!

-Coño, no puedo creerlo, aprobamos un informe económico que no tiene ningún soporte de auditoria, ni opinión calificada de una empresa contable…..que cagada.

Bueno, lo aprobarías tú, yo no lo hice. Es más, quienes no lo leyeron y lo aprobaron cometieron un acto de irresponsabilidad. Quienes lo leyeron y lo aprobaron se convirtieron en cómplices.

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Nicolás Maduro ha topado con el Arco Minero del Orinoco. Se trata, para decirlo en corto, de 113.597,7 Km² que representan un 12,4% de la superficie total del país, territorio en donde se encuentra enterrado un cuantioso tesoro minero (oro, diamante, cobre, coltán, granito, bauxita …), además, cosa que se menciona menos, de ser la reserva de los recursos hídricos y de biodiversidad más importante de Venezuela. El cielo no me abandona, pensará en las noches nuestro Presidente.

Puesto en el trance en que lo coloca la crisis económica y siempre cuidadoso con el legado de su antecesor que en el vigente Plan de la Patria habló, entre otros propósitos, de salvar al planeta tierra de los desastres ambientales causados por el capitalismo, con cierto pudor ideológico el Presidente ha planteado negociaciones con unas cuantas empresas, entre ellas algunas multinacionales de pésima reputación, con el fin de explotar la enorme y variada riqueza minera que se encuentra hacia el sur del país. Negociaciones, que dicen los entendidos, se saltan a la torera las leyes referidas a la preservación del ambiente. Negociaciones en las que, advierten también los entendidos, las empresas tendrán el sartén por el mango en la redacción de los contratos y gozaran del régimen de “zonas especiales”, suerte de enclaves, con grave perjuicio para el interés nacional.

II.

En esta hora menguada del ingreso petrolero, Oro y Coltán son, así pues, nuestras primeras necesidades. Y, discursos aparte, el rentismo, aunque con otro traje, nuestro destino económico. El Presidente Maduro sabe que lo de los casi veinte Motores representan una política para hacer ver que se tiene una política y que no nos llevan a ninguna parte, que hacen agua por todos lados, sobre todo por el lado del sentido común. Sabe, pues, que el modelo post rentista debe esperar un rato y que lo de la salvación de la especie, establecida por el siempre desmesurado Presidente Chávez en el Plan de la Patria, también puede quedar para despuesito, no es tan urgente, como lo prueba, por ejemplo, el hecho de que en la conferencia sobre el cambio climático celebrada el pasado diciembre en Paris, Venezuela no firmó la carta compromiso en la que debería haber dejado su plan para contribuir con la mejora ambiental del globo terráqueo.

En síntesis, el futuro nos viene en clave commodities y multinacionales, mientras lo de la economía del conocimiento queda para alguno que otro discurso especial, útil a fin de que no se vea que el país anda tan desentendido del Siglo XXI. Así las cosas, habrá que redactar un nuevo relato político que preserve al chavismo como chavismo. La revolución será, más que nunca y sobre todo, cuestión de escoger las palabras que den la versión que más convenga de la realidad. El Socialismo del Siglo XXI será apenas un comentario discreto, “con el mazo dando” quedara como la consigna más autentica y la protesta contra el decreto “injerencista” de Obama como la mejor garantía de la integridad revolucionaria.

Estamos, pues, la izquierda maleable, que se estira y encoge como chicle. La que cumpliendo con las normas de la retórica revolucionaria, puede ser casi cualquier cosa. Puede ser hasta una izquierda de derecha (en su peor versión).

HARINA DE OTRO COSTAL

Sin hacer mucho ruido, el futbol femenino nacional ha ido alzando su nivel y ya cuenta en su haber con logros internacionales que, por cierto, superan a los del balompié masculino, no obstante el mayor respaldo mayor y visibilidad que recibe este último.

Como se sabe, nuestra selección sub 17 acaba de triunfar (y vaya como ¡¡) en el campeonato sudamericano, obteniendo el pase al Mundial que se celebrara dentro de poco en Jordania. En sus alforjas ya acumula cuatro previas clasificaciones mundialistas (con un cuarto lugar en uno de ellos), dos campeonatos de Conmebol, una medalla de plata en los Juegos Olímpicos Juveniles y una medalla de oro en los Centroamericanos y del Caribe. Pareciera, no sé si exagero, que a nivel internacional el balompié criollo se escribe en clave mujer.

Kenneth Zseremeta, su Director Técnico manifestó a la prensa su descontento por el precario soporte que recibe el fútbol femenino en nuestro país. Textualmente declaró que “… goza del desprecio, del desinterés y de la falta de apoyo”. Y añadió: “Ellas existen desde hace 8 años, si no se han dado cuenta, dense cuenta, somos los que reivindicamos cuando el masculino no logra nada”, reclamó. Es que, como se sabe, el machismo aun goza de (cierta) buena salud.

Dijo la escritora norteamericana Susan Sontag que “La condición femenina, el acceso de la mujer a la dignidad, al trabajo, a la ley, a la plena personalidad, será el tema central del Siglo XXI.” Imposible no estar de acuerdo con ella, pero se le olvidó mencionar el acceso al futbol.

El Nacional, miércoles 30 de marzo de 2016

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Entre 1998 y 2016 la población de Venezuela aumentó en 34 por ciento. Previsiblemente, esa es una enorme carga para los servicios públicos y la infraestructura de un país. El dato rara vez se menciona en los análisis independientes, mientras que en discurso oficial ha sido proscrito. No existe. Es una incógnita sin solución. Arnoldo José Gabaldón, coordinador del Grupo Orinoco de Energía y Ambiente, ex ministro del Ambiente y ex presidente de la Copre, advierte que la omisión no obedece a un fallo de la memoria, sino a la acción deliberada de ocultar la desinversión en sectores claves que redundan en la calidad de vida de los venezolanos.

Un ejemplo es el caso del agua. “Aquí prácticamente la capacidad de almacenamiento para garantizar el suministro del agua potable se congeló al año 1998”. Gabaldón tienen las cifras a la mano. “Hasta 1958 había en Venezuela una capacidad de 180 hectómetros cúbicos de almacenamiento. Esa capacidad se aumentó, entre 1958 y 1998, a 7.300 hectómetros cúbicos, pero en el período que va de 1998 a 2016, la capacidad apenas se aumentó en 130 hectómetros cúbicos. Es un largo período, ¿no?”. El dato revela tanto una desinversión, como un desvío de los recursos hacia otras cosas, que no han incidido favorablemente en los servicios de acueductos.

Desde una de las paredes de su lugar de trabajo observa su padre, Arnoldo Gabaldón, el hombre que erradicó la malaria en Venezuela. La cabeza inclinada y la mirada retadora, como diciendo. ¿Qué carajo fue lo que pasó aquí?

¿Qué ha pasado con el mapa institucional de Venezuela?

El país está sufriendo lo que yo he denominado el colapso sistémico del gobierno y por ende de todos los servicios que el gobierno presta. Parece rimbombante el término sistémico, pero lo llamo así porque la gente no advierte que las organizaciones que deben estar articuladas se ven afectadas cuando parte de ellas empiezan a fallar y a presentar desajustes. Dentro de ese enfoque, por ejemplo, tenemos una crisis del agua; tenemos una crisis de la electricidad, en el servicio de salud, en el servicio de la educación, empezando por las universidades, y de la economía, que está absolutamente desorganizada. Entonces, yo hablo del colapso sistémico provocado por políticas a las cuales se les pueden adosar otros vicios como la corrupción o la ineficiencia, son políticas las que conducen a ese colapso. Lo que está pasando en el país es una cosa sumamente grave. No se trata de mejorar el servicio eléctrico o de que se tenga que hacerle mantenimiento a las turbinas de las plantas termoeléctricas, etc., sino que tenemos un colapso sistémico.

¿Usted cree que el país está deshilachado?

Absolutamente, Guzmán Blanco decía, de pronto, cuando era presidente, tengo que salir al exterior porque se me ha desorganizado el país. Él se refería a las montoneras y alzamientos que aparecían por aquí y por allá, pero la matriz de funcionamiento de aquella Venezuela pobrísima, eso estaba más o menos funcionando. Ahora, ese aparato colapsó.

¿Estamos ante los primeros síntomas o en medio de la oscurana?

No, yo creo que el colapso está en plena fase destructiva.

No deja de ser curioso que una de las banderas de la organización popular sea las Mesas Técnicas de Agua, por ejemplo. El gobierno asegura que el 96 por ciento de los venezolanos tiene acceso al agua potable. ¿En qué quedamos?

Esa es una meta que el gobierno alardea de haber alcanzado, entre otras cosas, porque está entre las metas del milenio del año 2000 que estableció Naciones Unidas. Se divulga esa información ampliamente, pero por otra parte se hace una encuesta, me refiero a la encuesta Encovi, en la que participan varias universidades (la UCV, la UCAB y la USB) y aparece que solamente el 81 por ciento de la población tiene acceso al agua potable. Hay una diferencia importante entre 81 y 96, 15 puntos. Pero de ese 81 por ciento, apenas el 60 por ciento asegura que tiene acceso a un servicio de agua continua. El otro no. Entonces, aquí hay una millonada de personas que no tiene servicio de acueductos o que lo tiene discontinuo y eso puede ser cada 15 días. De acuerdo a los parámetros internacionales, eso no es un servicio aceptable de agua potable. A mí me tocó confrontar con Alejandro Hitcher, quien dijo que las cifras de HidroVen son absolutamente confiables. Yo le respondí con una anécdota.

¿Una anécdota?

Le dije, mire, hay un honorable ex presidente del INOS, que aún está vivo, que me dijo que cuando estaba preparando el primer informe anual de su gestión, llegó un funcionario y le preguntó, mire presidente, ¿cuánta gente vamos a decir que se incorporó este año al servicio de acueducto?, y él le respondió, esa cifra me la tiene que dar usted a mí, no al revés, porque yo no conté cuántas conexiones domiciliarias se hicieron. Lo dije para poner de relieve lo poco fiable que son las estadísticas del gobierno. El Ministerio del Ambiente dice en su memoria que el porcentaje de aguas tratadas de cloacas es tanto por ciento, tal como lo declaró el viceministro en su oportunidad. ¿Es que una declaración a la prensa puede ser una estadística oficial? No, eso tiene que ser parte de un sistema de captación de estadística. Y algo similar ocurre en el Ministerio de Sanidad. Yo recuerdo perfectamente que una de las obsesiones de mi padre, quien fue ministro de Sanidad durante cinco años, era el boletín de estadística. ¡Carajo! Que se atrasara eso tres meses para yo verlo dando… porque ese era el instrumento para saber por dónde va la cosa y ahí tengo yo que actuar.

¿Usted cree que esto es un fraude entonces?

En parte hay un fraude. Yo he reflexionado mucho sobre eso. Esto no es un fenómeno tropical, esto es un fenómeno de los regímenes comunistas, que distorsionan especialmente estadísticas. Recuerdo que en un viaje a Cuba a mí me llevaron al Museo de la Revolución donde estaban los grandes logros en materia educativa y de salud. Mi hermana, que era bastante incisiva, me dijo aquí no ha habido ningún milagro. Cuba tenía unos buenos índices de salud anterior a la revolución. Ellos, como eran los soviéticos, se especializaban en inflar las cosas. Y por eso pusieron en el INE a un señor que era de absoluta confianza del régimen.

¿Se está refiriendo a Elías Eljuri?

Sí, señor. Lo que ha pasado en el Banco Central. Eso es un crimen, porque esa estructura que se montó en 1942 tenía unos cuerpos técnicos muy ajustados a las metodologías que establecen las Naciones Unidas para llevar las cuentas. Metieron allí a cubanos y a unos venezolanos y han ido maquillando cifras. Eso no le permite a uno tener una radiografía precisa de lo que está ocurriendo. Eso es un crimen de lesa humanidad, caramba, lo que se hace con las estadísticas de un país cuando se trastocan las cifras.

¿No hay información confiable en ninguna institución?

Aquí se cometió, desde el punto de vista institucional, otro crimen. En 1999 se eliminó del organigrama del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, la Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental. Esa dirección venía funcionando desde hacía 30 años. Se ocupaba de viviendas, acueductos y cloacas rurales. Eso, junto con el control de vectores, que dependían de esa dirección, fueron difuminadas del Ministerio de Sanidad. Conozco al doctor Oscar Noya, que era un funcionario de ese ministerio y quien además era simpatizante del régimen en esos años. Recientemente, en la Academia de Ciencias, donde hubo un foro sobre zika, dengue y malaria, el doctor Noya mostró una carta que le dirigió al ex presidente Chávez y al entonces ministro de Sanidad, en la que decía, subrayado en amarillo, de haber tomado esa decisión se va a arrepentir el gobierno. ¿Por qué tenemos la incidencia más grave de malaria en América Latina después de haber presentado ante la Organización Mundial de la Salud, en forma certificada, la extensión más grande de malaria erradicada? Que nosotros no tengamos cómo diagnosticar la incidencia de la epidemia de zika, pero indirectamente, los médicos refieran casos de fiebres muy altas, lo que denota es que aquí algo muy grave pasó.

Mientras en Colombia las autoridades estiman que este año se podrían registrar 600.000 casos de Zika. Aquí se dan a conocer 4.000 casos. Esa discrepancia motivó una queja por la forma en que Venezuela maneja sus estadísticas.

Ecológicamente esa situación no es explicable. De países tropicales, vecinos, ¿cómo eso está ocurriendo? Eso es lo que yo llamo el colapso sistémico prolongado. Y por eso, entonces, salir de la situación en la que estamos es algo muy complejo, que va a requerir mucho esfuerzo, muchas neuronas.

Si es provocado, me imagino que debe haber un fin. Un objetivo detrás de todo esto.

Yo no soy de los que emito como hipótesis esa cosa truculenta de que el gobierno quería deteriorar a los venezolanos. No, a mí me parece que eso no cabe en la mente humana. Pero lo que sí cabe es que tú desarrollaste unas políticas, un modelo, que te produjo esas consecuencias. Por eso digo que es provocado, por esas políticas y a esas políticas hay que adosarles un porcentaje de corrupción muy alto. Aquí ha habido siempre corrupción. No cabe duda. Pero los volúmenes de la corrupción que hemos visto en los últimos años son una cosa escandalosa. Y por supuesto, otro problema también, muy importante, es el profesionalismo de la función pública. Cuando yo fui presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, una de las cinco áreas fundamentales era la profesionalización de la función pública. Tú no puedes tener al general Mota Domínguez al frente de las empresas de electricidad. Este es un hombre de la Guardia Nacional diciéndole al país lo que tiene que hacer con su sistema eléctrico, porque eso es una cosa ilógica, allí habían pasado profesionales que eran del sector. En el agua potable otro tanto. Una señora, porque tuvo éxito en Cantv, la pone al frente de HidroVen. Personas que no calzan las condiciones para esos cargos, porque el término meritocrático se estigmatizó. Era una cosa dañina hablar de meritocracia, de PDVSA.

Uno advierte que este modelo que se implementó y que ha arrojado estos resultados, no es objeto de una reflexión, de un mea culpa, de una necesidad de ajustar algo. ¿Cómo vamos a hacer con eso que llaman el Arco Minero? Ahí están las riberas del Orinoco. ¿Vamos a caerles encima?

Yo creo que eso es uno de los crímenes más importantes que se le imputarán a este régimen. Lo que se está haciendo es exponer el territorio prístino más amplio del país, la reserva de los recursos hídricos más importantes, la reserva de la capacidad de generación hidroeléctrica y la reserva de biodiversidad más importantes, en circunstancias donde el Estado no tiene capacidad de control. Dicen que vamos a traer empresas transnacionales que vienen a hacer un desarrollo sustentable de la minería. Mire, la minería en cualquier parte del mundo es una actividad sumamente destructiva. Y tú tienes que tener un Estado muy competente para mantener a raya, fijándole protocolos de acción… ¿en un país donde no hay estado de derecho, donde no hay capacidad para mantener la seguridad pública? ¿Qué va a pasar allá? Que esos intereses, más la minería de garimpeiros, van a acabar con eso. ¿Qué está ocurriendo con las cabeceras del río Caroní? Si ese es uno de los ríos en el mundo de mayor potencial hidroeléctrico. Esto que inventó Chávez de estigmatizar el desarrollo de Guri, ¿Cómo se iba a poner al país a depender de los proyectos hidroeléctricos de un solo río? Pero si eso es una bendición de la naturaleza. Estamos en esta crisis eléctrica porque descuidamos los desarrollos hidroeléctricos. La represa de Tocoma tiene dos años paralizada y no se ve cuándo se va a concluir.

¿Por una decisión política o porque no hay recursos?

No, porque contrataron las turbinas de Tocoma a una empresa argentina que no tenía antecedentes para obras de esa envergadura. Por negocios entre Chávez y Cristina Kirchner. Ahí tenemos ahora que la empresa está desaparecida. Esas turbinas son como trajes a la medida, no son cosas que se compran en el mercado. Bueno, ahí tuviéramos 2 mil megavatios más en estos momentos de crisis para generar electricidad. Le hicimos ver al país era preferible no depender de la generación hidroeléctrica, sino de las fuentes termoeléctricas, porque tenemos las reservas de combustibles fósiles más grandes del mundo. Pero contratamos unas plantas de generación distribuida que no teníamos capacidad para mantenerlas. Y en eso se gastaron entre 50 y 60 mil millones de dólares. Esa es una de las catástrofes de esta administración.

¿Ha pasado por Puerto Píritu? ¿Cómo es que esa montaña de coque está ahí?

Eso forma parte del proyecto de la faja del Orinoco, cuya meta era llevar la producción a seis millones de barriles diarios. Pero dentro de las cosas que no se estimaron suficientemente eran los impactos ambientales de eso. Menos mal que no hubo capacidad para llegar a los fulanos seis millones, porque si no esa montaña fuera del alto del Himalaya. Ahí se pusieron unas correas transportadoras para embarcar el coque. Me dicen a mí que allí hay un gansterismo que echa a perder esas correas para poder transportar el coque en camiones, pero no tiene capacidad suficiente y eso se va acumulando. Desde el punto de vista ambiental, eso es una cosa terrible lo que está pasando allí.

¿Qué opinión tiene del ecosocialismo, digamos, como concepto? Y como parte de la épica discursiva del venezolano ahora tenemos la misión de salvar a la especie humana.

Uno de los cinco ejes del llamado Plan de la Patria es la salvación del planeta y de la especie humana. En diciembre fuimos a París a la conferencia de la ONU sobre el cambio climático y Venezuela, junto con otros 12 países, no presentó una carta de compromiso sobre lo que haríamos para contribuir a disminuir el problema del cambio climático. 12 países de los 180 que participaron en la conferencia. Bueno, ecosocialismo es un concepto acuñado por unos intelectuales alemanes que han pensado que el marxismo podría reivindicarse buscando una caparazón verde. Le han puesto ecosocialismo. Pero eso no existe sino en el papel de esos autores alemanes.

¿No sería más ambicioso salvarnos a nosotros mismos en vez de salvar a la humanidad?

Así es. Son cosas risibles, pero con lágrimas en los ojos, porque la tragedia que estamos viviendo es muy grande. Aquí tiene que venir cambio de régimen y reforma de instituciones, porque una de las cosas que ha tenido este período es destrucción institucional. Hay que crear instituciones. Hay que buscar a los venezolanos que sepan hacer las cosas, a protegerlos y a evitarles el clientelismo.

¿No le preocupa que se diga que usted lo que está pidiendo es un golpe de Estado?

No, yo creo que la Constitución tiene la virtud de abrir una serie de cauces para salir del régimen y yo creo que eso es conveniente, que nos vayamos por los cauces constitucionales, porque de los golpes de Estado no quedan sino heridas que después se suturan al término de muchos años. Es preferible que el país llegue por la convicción de que esto se desplomó, de que esto implosionó, de que esto colapsó. Que estamos ante un colapso sistémico provocado y que entonces la gente esté dispuesta a cambiar, no por consenso, porque eso es casi imposible de alcanzar, pero sí por necesidad.

Prodavinci

20 de marzo, 2016

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