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Opinión

​José E. Rodríguez Rojas

A finales del año 2022 la inflación se desbordó rompiendo los pronósticos de las consultoras especializadas, pulverizando la mitad de la capacidad adquisitiva de los asalariados. No está claro si esta situación se prolongara en el nuevo año, pero es un mal presagio.

Las consultoras económicas y revistas especializadas acostumbran en los meses finales del año realizar estimaciones sobre el comportamiento de las principales variables macroeconómicas como los precios, los salarios y la producción agregada de bienes y servicios, medida a través del Producto Interno Bruto (PIB). Ello lo hacen para el año en curso y para el venidero. En este escrito nos concentraremos en el tema de los precios por la importancia que tienen para la capacidad adquisitiva de los trabajadores.

A finales del 2022 varias empresas consultoras acometieron la tarea mencionada tomando en consideración la información del Banco Central de Venezuela para el año que culminaba. Según estos datos la tasa acumulada del índice de Precios al Consumidor (IPC) hasta octubre se ubicaba en 119,4%. En función de ello varias consultoras estimaron que el crecimiento de los precios para el año 2023 podría estar finalmente en dos dígitos (80 a 98%) y no rebasaría el 125% en el peor de los casos. Entre estas organizaciones puede mencionarse al Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la UCAB que estimó que la inflación del 2022 cerraría en 125% y proyectó la del 2023 en un 80%, considerando un escenario optimista..

Pero como veremos en los párrafos siguientes sus estimaciones se quedaron cortas dado el violento incremento de los precios en los meses finales del año mencionado. Uno de los primeros en alertar sobre el cambio de tendencia fue Asdrúbal Oliveros de la consultora Ecoanalitica quien indicaba, en declaraciones para el boletín Finanzas Digital realizadas a mediados de diciembre, que la inflación del 2022 terminaría en 200% a pesar de las expectativas a principios de año que indicaban que terminaría en dos dígitos. Para el 2023 el economista señalaba que las presiones inflacionarias continuarían elevadas pero que el escenario de un retorno de la hiperinflación estaba descartado.

El cambio de tendencia en los meses finales de año obedeció a que el gobierno relajó su disciplina fiscal y procedió al pago de bonificaciones que incrementó el consumo de los hogares y al final se reflejó en una fuerte devaluación que llevó el dólar a nuevas cotas. El precio dólar se ubicaba el 1 de noviembre en 9,03 Bs y culminó a inicios de este año rondando los 19 Bs. En otras palabras la devaluación en dos meses superó el 100%.

La posición de Oliveros sobre la hiperinflación no es compartida por el economista e integrante del Observatorio Venezolano de Finanzas José Guerra quien alertaba en declaraciones en Twitter, difundidas por el diario El Nacional, que un retorno de la hiperinflación era posible “si la tasa de cambio y la expansión monetaria se desbocan”. A juicio del economista “ambas situaciones están ocurriendo pues “La inflación de noviembre y diciembre así lo indican”.

En términos rigurosos en los meses finales del año tienden a realizarse elevados niveles de gasto que se traducen en un comportamiento al alza de los precios y del dólar. Ante esta realidad la estrategia de intervención del Banco Central en el mercado cambiario parece haberse agotado, como lo plantea el último informe de coyuntura del IIES de la UCAB. Sin embargo es probable que ello no sea representativo de lo que ocurrirá a lo largo del año entrante cuando pueden darse eventos que moderen la subida de la divisa americana. Lo que sí parece probable es que el año que se inicia se caracterizará por una elevada inflación, probablemente mayor a la del 2022, que rondará niveles cercanos a los de la hiperinflación como lo ha planteado Tamara Herrera directora de la consultora Síntesis Financiera

Sin embargo en los actuales momentos no se trata de realizar un ejercicio de futurología y centrarnos en discutir lo que sucederá en el 2023 sino de analizar lo ocurrido a finales del año pasado y sus implicaciones sobre los asalariados, en particular del sector público. En los últimos meses la inflación se ha desbocado así como sus brutales efectos sobre el salario de los trabajadores. Un funcionario del Estado que en octubre del año pasado ganaba 900 bolívares (equivalente a 100 dólares en ese momento) vio reducir su capacidad adquisitiva, una vez descontado el efecto de la inflación y el crecimiento del dólar, a la mitad, es decir 50 dólares a inicios del presente año. En tan solo dos meses la mitad de la capacidad adquisitiva de los trabajadores ha sido pulverizada por una inflación que luce desbordada.

Referencias

El Nacional. 2022. José Guerra advierte que Venezuela puede entrar en hiperinflación de nuevo. Diciembre 29.

Finanzas Digital Asdrubal.2022. Oliveros analiza el panorama económico para 2023: PIB e inflación. Diciembre 14.

Tal Cual. 2022. La economía venezolana en 2023 “pende” de una licencia. Noviembre 30.

Tal Cual. 2022. Fuerte devaluación de fin de año en Venezuela pone en duda proyecciones del 2023. Diciembre 30.

UCAB. 2022. Informe de coyuntura de Venezuela (Octubre). (Disponible en: ucab.edu.ve).

Profesor UCV

 3 min


Ignacio Avalos Gutiérrez

Tras unas cuantas semanas en las que distintos medios se encargaron de decirnos que había fallecido – seguramente usted ha oído hablar de la sociedad de la (des) información -, finalmente la noticia se hizo verdad: el penúltimo día del año pasado se nos murió Pelé, menos conocido como Edson Arantes Do Nascimento. Dio su último respiro en un hospital que lleva el nombre de Albert Einstein, vaya coincidencia, pues como escribió recientemente Juan Villoro, confirma la teoría de la relatividad: allí murió un inmortal.

La mascota del equipo

Supe de él en 1958, año en el que le tocó a Suecia ser la sede del Campeonato Mundial de Futbol. Durante todo un mes, el de junio, lo “vi” sentado en la sala de mi casa, con la oreja pegada al radio, oyendo la transmisión que hacía el periodista Felo Giménez, en vivo y directo desde Estocolmo, según presumía la emisora.

Aún tengo grabado en la memoria el partido final, celebrado entre el país anfitrión y Brasil, cuya selección incluía a un chamito de apenas 17 años, quien tuvo la desfachatez de anotar cinco goles, tres de ellos en encuentros previos, y dos contra los suecos, uno de los cuales quedó engavetado en mi memoria para siempre jamás. Así, quien al aterrizar el avión en tierras nórdicas parecía, por lo joven, ser la mascota del cuadro brasileño, paso a ser llamado muy poco después O Rey de Futebol.

Más tarde tuve la suerte de verlo, a propósito de un evento que se organizaba periódicamente, cada dos años, en Caracas. Se trataba de un cuadrangular que contaba con le presencia de los mejores equipos europeos y latinoamericanos. En esta ocasión pude mirarlo de cerca, desde las tribunas del estadio de la UCV, hasta donde me había llevado mi papá, quien no era muy futbolero que digamos, pero siempre supo comprender que la vida de su hijo transcurría alrededor del balón, a la vez que lo intrigaba qué diablos tendría de excepcional el tal Pele, capaz de generar en mí, semejante conmoción.

A Pelé lo encontré, entonces, más hecho como jugador, con un porte que lo alejaba del adolescente que mostraban las barajitas de mi álbum. Lo mire vestido todo de blanco con el uniforme del Santos, su equipo de toda la vida. Observándolo durante el calentamiento previo al inicio del partido, me vino a la cabeza un librito prestado por un amigo, en el que se explicaba que Pelé había nacido físicamente diseñado para ser futbolista, que cada detalle de su cuerpo, desde las orejas hasta las uñas del pie, respondía a las condiciones requeridas para desplegarse con la pelota a lo largo y ancho del campo. Mas allá de la seriedad académica del texto leído y de mi ignorancia en los asuntos que abordaba, a simple ojo de buen cubero yo intuía que los genes se habían encompinchado para producir al jugador que fue y nadie podía albergar la más mínima duda de que con el correr del tiempo sería, si es que no lo era ya, un grande entre los grandes del balompié mundial.

Dicho sin exagerar, no había cosa que no hiciera de manera especial, hasta insólita. Cabecear (media apenas 1.70), chutar con ambas piernas por igual, driblar, pasar, desmarcarse, en fin. Particularmente fue sobresaliente por su manera de amagar desde los movimientos de una cintura que parecía de goma, permitiéndole insinuar una maniobra, mientras realizaba otra que nadie sospechaba, ni siquiera sus propios compañeros.

México 70

Lo volví a ver, esta vez por televisión, en el Campeonato Mundial de 1970, con sede en México, comandando la selección brasileña, tal vez la mejor que haya existido en la historia del balompié junto, me parece, a la naranja mecánica holandesa de 1974, encabezada por Johan Cruyff.

A lo largo de los varios partidos disputados en suelo azteca, Pelé dejó la sensación de que cada jugada en la que intervino tuvo el toque propio de un mago, de cuyo sombrero sacaba una jugada que sorprendía a todos. Entre sus genialidades estuvo el que se considera el “mejor gol que no fue”, resultado de un doble amague ante Ladislao Mazurkiewicz, el gran portero uruguayo, que culminó con la pelota rozando el poste derecho, pero sin entrar en la portería

Su final en el Cosmos

Como han señalado diversos autores Pelé fue conocido mundialmente, gracias a las numerosas giras que realizaba con su equipo, El Santos, al final de las cuales volvía a Brasil y jugaba varios partidos del campeonato local

Como señala el sociólogo Pablo Alabarcés, fue tan famoso que, a finales de la década del 60, en una de las tantas guerras internas de la época colonial en África, en Biafra, en el viejo Congo, se firmó un armisticio para que todo el mundo pudiera ir a ver jugar a Pelé. El tema era que había que ir a verlo jugar al estadio, no había ni televisión, ni satélite.

Tal no fue el caso de Maradona, por ejemplo. La globalizacion y el desarrollo de nuevas tecnologias, permitieron que su carrera pudiera verse en todo el planeta con una frecuencia casi semanal.

Al término de su carrera con El Santos, Pelé se fue al Cosmos, equipo norteamericano, a fin de quemar sus últimos cartuchos, promoviendo el desarrollo del “soccer” en Estados Unidos. Supongo, igualmente que trataba de ganarse unos cuantos dólares, bastante más de los que se pudo guardar en el bolsillo durante toda su vida, pues en su época de oro el negocio del futbol no era ni la sombra de lo que represento luego y por tanto, el mercado internacional de piernas no funcionaba como en la actualidad. Además de que, por decisión del gobierno brasileño, el contrato de Pelé no podía negociarse, dado que su figura había sido declarada como “tesoro nacional”

Al currículum de Pelé no le falta nada importante, de lo que Google da buena cuenta. En la lista interminable de sus éxitos sobresalen, desde luego, los tres campeonatos mundiales que obtuvo con la camiseta verde amarilla. Imposible, así pues, no admirar a este gran jugador por sus hazañas en la alfombra verde.

Sobre gustos y colores no han escrito los autores, cierto, pero a pesar de ello me atrevo a mencionar, como los mejores futbolistas que yo he visto a Di Stéfano, Johan Cruyff, Maradona, Ronaldiho y, a la cabeza de todos, Pelé.

Posdata

No puedo terminar estas líneas sin señalar a manera de posdata, que me hubiera gustado que, fuera de la cancha, en vez de apagarlo, usara su poderoso micrófono para cuestionar a la dictadura brasileña de la década de los sesentas.

El Nacional miércoles 3 de enero de 2023

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Jesús Elorza G.

Todo era abrazos, besos, brindis a la media noche del último día del 2022 para darle la bienvenida al nuevo año. Recuerdos y lágrimas brotaban en aquellos que recordaban a sus seres queridos que hoy no los acompañaban. Otros por medio de las redes sociales establecían contactos con sus familiares que habían emigrado y hoy forman parte de la diáspora de más de 6 millones de venezolanos que han tenido que marcharse forzosamente del país. Padres, que en cada una de las doce campanadas sentían estremecer sus cuerpos por la soledad del hogar al no tener la presencia de sus hijos. Sin embargo, en todas las personas se hacía presente la esperanza de un mundo mejor. La esperanza, de ver salir al país de la profunda crisis que hoy vivimos. En el pensamiento de todos nosotros permanecen, con toda su fuerza, los problemas políticos, sociales y económicos que en el año que se va nos han transformado negativamente nuestro acontecer cotidiano. Problemas estos, que no solo se circunscriben al 2022, sino que se acumularon y profundizaron en los últimos 23 años y que hoy constituyen una pesada carga para el año nuevo.

El año que se va, al igual que las dos últimas décadas, por responsabilidad del régimen, estuvo lleno de más y peor inflación y alcanzamos ser el país de la más alta de nuestra historia y del mundo, tuvimos que soportar con inmenso dolor y lamento más hambre de nuestro pueblo, la pobreza creció dramáticamente y se ubicó, por encima del 85% de la población, siendo la extrema el 65% (personas que no tienen que comer y cuando lo hacen es una vez al día), la inseguridad personal y de bienes creció abismalmente y la delincuencia, uniformada o no, se hizo dueña a toda hora de las calles. Los hospitales públicos, fundamentalmente dedicados a atender la salud de los menos pudientes, están destartalados sin los más elementales equipos médicos y sin medicinas, no están en condiciones de atender las urgencias de la población condenando de a muerte a los pacientes que requieran de atención. Los centros de educación sufriendo su mayor calamidad y deterioro con alteraciones inadecuadas de los programas de estudios y profesores y maestros pésimamente remunerados con salarios de hambre. Las universidades públicas al borde de cerrar sus puertas porque el régimen les niega el presupuesto adecuado parar atender su responsabilidad académica y de investigación. Destrozaron a PDVSA que producía 3.500.000 de barriles de petróleo diariamente en 1998 y ahora está por debajo de 600.000. Acabaron con las fértiles tierras (las invadieron o expropiaron) que contribuían mediante la cría y agricultura a satisfacer la demanda interna.

La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, presentada por la UCAB, revela, de una desgarradora manera, que en el último año 500 mil niños y jóvenes quedaron fuera del sistema escolar, el empleo se redujo en 1,3 millones de puestos de trabajo y la pobreza extrema creció más de 8%. También aumentó la dependencia de la población de bonos y remesas. El desempleo abierto y el desalentado (es decir, el asociado a que no vale la pena trabajar por la escasa remuneración) alcanzan al 20% de la población, a lo que habría que añadirle 11% de subempleo visible (personas que trabajan menos de 15 horas). En Venezuela no hay donde trabajar y, además, el empleo vulnerable afecta a 57% de los ocupados”. Casi seis millones de venezolanos se han ido del país, la gran parte, en edades activas. También se está reduciendo el número de nacimientos, porque las potenciales madres también se han ido del país. Más allá de la migración, somos menos debido al aumento de los riesgos de muerte. Nuestros niveles de mortalidad infantil se asemejan a los que teníamos 30 años atrás (25,7 por mil) y, además, la esperanza de vida ha caído en 6,4 años. Los pronósticos previos a la crisis daban una esperanza de vida de más de 83 años para el 2050. Ahora se calcula en 76,6. Esto quiere decir que las generaciones que están naciendo en este periodo de crisis, van a vivir casi 3 años menos que las generaciones pre crisis, esto es muy grave.

Las respuestas del régimen, a esta crisis estructural han sido las mismas que dan los regímenes autoritarios y autocráticos: congelación de los contratos colectivos, creación de sindicatos paralelos, violación de la autonomía en el caso de las universidades, salarios de hambre, bonificación salarial, eliminación de los seguros HCM, la dolarización de la economía, salarios y pensiones en bolívares devaluados y la criminalización de las protestas.

Estos viejos problemas marcan al nuevo año. Sin embargo, al momento de pensar en nuestros deseos para el nuevo año al escuchar las “Doce campanadas, se hizo presente una esperanza común para todos “Por encima de las dificultades, la unión de los venezolanos hará posible recorrer el camino de Democracia y Libertad hacia la superación de este régimen totalitario”.

2023. La lucha continúa

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Benjamín Tripier

El daño interno a las posibilidades de la oposición de consolidarse como fuerza alternativa, ya está hecho y no tiene vuelta atrás. Deben comenzar desde cero

Este año, a diferencia de los anteriores, comienza con una crisis de institucionalidad, con esto del salto al vacío de la dirigencia opositora, quienes, peleándose entre sí, perdieron la confianza de la gente –que por cierto ya estaba bastante golpeada- y abrieron el camino a una casi segura victoria electoral de Maduro en cualquier elección que pudiera darse en los próximos meses o en el 2024.

Hay que aclarar que para la gran masa votante, esencialmente pobres y anti gobierno (aun siendo chavistas algunos de ellos), este tema del interinato, de la AN del 2015 y del TSJ legítimo (como se ha dado en llamar), no es tan relevante. Lo que sí lo es, es la pelea descarnada y el ataque despiadado que, desde hace un par de años, tienen los “compañeros” en la dirigencia opositora en contra de Guaidó, quien, curiosamente, es percibido como el último de los opositores verdaderos, acompañado, a veces, por María Corina.

Con la sesión del 30/12 de la AN 2015, y pase lo que pase en la sesión del 5 de enero del 2023, ya el daño está hecho. Porque todos los que votaron contra el interinato, lo hicieron con una sombra de irresponsabilidad y soberbia, sin dar ninguna explicación de fondo, basados –según fuimos escuchando los razonamientos- en noticias tendenciosas y nunca probadas, descargando a Maduro de los documentos originales, creando un esquema de gobierno parlamentario, pero sin 1er ministro, y dejando en manos de una “comisión” el proceso de toma de decisiones, desconociendo los principios básicos de gerencia, de organización, delegación de autoridad y toma de decisiones.

Porque para la gente, lo que queda es una sensación de desconfianza en la dirigencia opositora, y la casi determinación de no querer, ni por asomo, que alguno de ellos los gobierne en el futuro. Y como nunca votarían por Maduro, pues se abstendrán, asegurándole un triunfo electoral legal y legítimo, sin necesidad de trampas y cortapisas, lavándole la cara a un chavismo, que está pasando de ser de extrema izquierda, a, poco a poco, convertirse en un sistema económico de mercado y libre competencia.

Si liberaran presos políticos y llamaran a una elección anticipada, pues, casi sin duda, ceteris paribus, el chavismo ganaría en forma arrolladora, aunque con una brutal abstención; lo cual, en realidad, en los últimos años siempre fue así. Y la diferencia con el pasado consistiría en que ahora no sería necesario inhabilitar ni vetar candidatos, porque ellos mismos ya se auto inhabilitaron… nadie va a votar por ellos.

Hay que verlo como parte de una estrategia del chavismo llamada “plaza Altamira”, según la cual el tiempo, la paciencia, más algunos incentivos aquí y allá, hacen que poco a poco la oposición vaya cediendo banderas y espacios, y acompañando al chavismo, mientras se aseguran que siga en el poder, y ellos oponiéndose, pero cada vez con más comodidad.

Arrancó con la “mesita” como si fuera un laboratorio experimental; pero sus miembros se acostumbraron y comenzaron a sentirse cómodos con su posición de rechazo por parte de la sociedad. Y cada vez declararon menos y aparecieron menos en público porque la vergüenza tiene un límite, y ellos lo cruzaron.

Luego vinieron los “alacranes”, ya todo un poco más organizado, a quienes les dieron los partidos desde los cuales defectaron, y se convirtieron en parte de la AN del 2020, totalmente afecta al chavismo, más grande que la mesita y con más poder e influencia.

Y finalmente ayer, apareció la siguiente categoría evolutiva, que un respetado amigo (chavista de la 1ra hora y actual crítico del gobierno) llamó los “escorpiones”, con más poder que los dos anteriores, claro que a cambio de un mayor descaro en su planteamiento a favor del chavismo; porque con su movimiento abyecto, terminaron de demoler lo poco que había logrado la oposición en estos últimos tres años.

Todo lo anterior ocurre dentro de nuestra burbuja aislada del mundo. Hay que esperar a ver cuál es la posición de EEUU frente a este nuevo panorama, porque, en definitiva, lo que pasa en este ecosistema venezolano, está directamente impactado por lo que quiere o no quiere EEUU.

Porque hay quienes dicen que lo que ocurrió fue consensuado con EEUU, o por lo menos por el grupito de izquierda representado por Juan González, que tiene ganado una parte del oído de Biden. Otros piensan que es un golpe que el Madurismo le está dando a EEUU, mostrándoles que su control fronteras adentro es más fuerte de lo que parecía.

Pero no hay que llamarse a engaño: hasta que el chavismo no abandone el poder, los EEUU no dejarán de presionar, buscarán la manera de procesar este “golpe” contra Guaidó, y verán como hacen para rescatar las estructuras que se crearon para administrar la resistencia en el exterior.

Lo que sí se puede anticipar es que no le darán a una “comisión delegada” el manejo de todo aquello que estaba en manos de Guaidó quien les rendía cuenta a ellos de todo lo que se gastaba, y de todo lo que pasaba.

Porque hasta podría ocurrir que los americanos mantengan a Guaidó como la única figura que aún no se entregó. De todos modos, hay que esperar hasta el jueves 5 de enero para saber lo que está pasando, y poder hacerse uno a la idea de qué es lo que pasará.

Lo cierto es que el daño interno a las posibilidades de la oposición de consolidarse como fuerza alternativa, ya está hecho y no tiene vuelta atrás. Deben comenzar desde cero.

Y como la vida es para adelante, la oposición, ya sabiendo sin lugar a dudas quién es quién, y con quién están, deberá reconstruirse a partir de los escombros, contando solo con Guaidó y tal vez con María Corina Machado como punta de lanza de una dirigencia, la cual, con los errores y aprendizajes duramente conseguidos, sea la única que realmente interpreta lo que sienten las bases, que saben, también sin duda, que esto no puede seguir así y que las cosas tienen que cambiar.

Político

Las primarias estaban llamadas a ser la bisagra entre las gigantescas bases opositoras y el liderazgo, como para medir qué grado de representatividad de esas bases hay en cada dirigente; cada uno de los cuales cree que está preparado para ser presidente; y cree también que es capaz de arreglar esto.

Después del fiasco opositor del 30/12, lo más probable es que esa bisagra se debilite y ya sea poco probable que los altos niveles de abstención desciendan. Ese día se rompió algo, y ciertos nombres que se auto nominaban, más otros que se sentían con el derecho histórico de presentarse, ya no contarán con apoyo en las bases.

Las bases opositoras quedaron sin cabeza formal, pues adentro y afuera del país, ante la pregunta de ¿quién es el líder de la oposición?, les gustara o no les gustara, respondían: Guaidó. Ahora, hay un vacío, hay incertidumbre, y lo más grave, hay temor sobre el futuro.

Ya no es más cierto que el primer trimestre será inercial… todo ha cambiado, pues EEUU aún no se ha pronunciado, porque las variables económicas se le están escapando de control al gobierno, y porque la pobreza y la gente comiendo de la basura están por todas partes.

Así como las primarias van perdiendo contenido, algo así podría pasar con las reuniones de México. Y también con el tema petrolero. Porque todo esto que hicieron el 30/12, beneficia y fortalece al chavismo gobernante, lo cual va en sentido contrario de la estrategia de EEUU.

Por el momento, Chavismo 1 – EEUU 0.

Social

En Venezuela, lo político condiciona lo económico, y lo económico impacta sobre lo social.

Hace unos meses, antes del descalabro del dólar y de los precios, había una sensación de un grupo del 17% de la sociedad que podía vivir razonablemente bien, alimentándose, educándose, cuidando su salud, y con espacio para el entretenimiento. Y lo más importante, es que ese grupo estaba en el spot light, incentivado por los empresarios híper optimistas, y por el gobierno que obtenía oxígeno político de esa situación.

Mientras que al 83% restante, nadie le prestaba atención; para el gobierno eran innombrables, los empresarios esquivaban el tema, y solo unos pocos éramos reiterativos con la búsqueda de soluciones; y todo el peso caía en las ONG´s, y ahora, últimamente (y lo digo con tristeza) en la caridad internacional.

Los 3 mil millones que fueron noticia como fuente de reactivación, en realidad son una inyección dirigida a la pobreza; y, tanto el gobierno como los empresarios comenzaron a repartírselo sin siquiera mencionar a los destinatarios directos, en cómo se aplicarán, cómo se medirá, y en definitiva cuál será la baja de pobreza resultante de esa inyección.

Porque si bien esos recursos, o al menos una parte, provienen de fondos venezolanos congelados en el exterior, tienen que venir los de afuera a decirnos que debemos aplicarlos para mitigar la pobreza; porque a nosotros, nunca se nos hubiera ocurrido.

Tristemente seguimos con la estrategia de intentar ocultar la pobreza debajo de la alfombra; pero la pobreza ya es tan grande que no solo se nota, sino que sobresale por los lados.

Este año 2023, debe ser el año en el cual cada uno de los que tenemos la bendición de no estar en pobreza, tratemos de hacer algo; lo que sea por ayudar al prójimo

Económico

Les decía que estoy poniendo en duda que el comportamiento de la economía para el 1er trimestre de 2023, sea como una continuidad de finales del 2022. Esto es porque al haber cambiado el precario equilibrio político que teníamos, es aun impredecible el impacto que tendrá sobre lo económico, y consiguientemente sobre lo social y la reacción de las bases populares ante el riesgo del hambre.

Porque no todos pueden irse del país como ya hicieron algunos; los que se quedan, que son muchos, alrededor de 20 millones de pobres, de los cuales más de la mitad están en pobreza extrema, pueden producir algún tipo de conmoción que impacte sobre lo económico, y que impulse un endurecimiento de la posición del gobierno.

Porque la flexibilidad económica y de mercado que hoy tenemos, es precaria, y en cualquier momento pudiera revertirse; porque si al control político lo retoman los radicales, pues olvídense de dólares y del mercado.

Lo que se nota en este último tiempo es que el manejo de las variables económicas, especialmente las monetarias, se le está escapando de las manos al gobierno. El disparo de la inflación y del costo de vida, en dólares, está sacando gente del 17% y bajándola a la pobreza; y el que cae allí, difícilmente pueda regresar, porque nuestra economía está limitada en su crecimiento por varios factores, entre los cuales prima la falta de electricidad; seguido por la falta de confianza, que conlleva a que no vengan inversiones, y a que el RRHH calificado siga pensando en irse.

No cabe duda de que, como país, somos un foco de atención, y hay fondos en el exterior que estarían dispuestos a participar; pero con las marchas y contramarchas, del gobierno, y ahora también de la oposición, cada potencial inversionista lo pensará dos veces, o, al menos, elevará la prima de riesgo para entrar en nuestro país.

El tema del consumo tiene el doble filo de la rigidez en la oferta de bienes y servicios, en frente de una capacidad de demanda variable, siempre superior a lo que se puede comprar, la cual hace que los precios siempre suban… siempre. Y, con cada inyección de bolívares al mercado, se colapsa la demanda (por falta de oferta) y todo termina en el mercado de los dólares, los paralelos, los de verdad, presionando también a la suba del tipo de cambio.

Internacional

Últimamente estoy siguiendo en forma diaria a un corresponsal de guerra que está trabajando en el frente de batalla entre Rusia y Ucrania. Viendo en tiempo real las condiciones de vida, tanto de los civiles, como de los militares ucranianos. Ya desde hace días que el ejército ruso está en retirada, dejando tras de sí devastación y muerte. El dicho de que “aquí no volverá a crecer la hierba” luce extremo –porque sí volverá a crecer- aunque es muy gráfico en cuanto a lo que dejan tras de sí los rusos en su huida.

La maquinaria militar mundial de última generación ya está en producción y es difícil que se detenga. Las líneas de producción de tanques y vehículos militares, de drones y de misiles, están activas y con contratos enormes y de largo plazo. Las ayudas internacionales a Ucrania están orientadas a esa industria. Esa guerra no se detendrá y, por el contrario, se alargará en el tiempo.

Y toda la producción de bienes desde esas zonas geográficas tenderá a ser reemplazada por fuentes diferentes a Rusia, Ucrania y Turquía, y todo indica que se moverá hacia Latinoamérica.

Pero Latinoamérica está bajo control político de la izquierda, la cual ha demostrado no ser business friendly, haciendo que cada país de Europa deba pensarlo dos veces antes de comenzar a establecer contratos de abastecimiento a mediano plazo. Y eso es extensivo al petróleo venezolano, que todo indica que se mantendrá en la cota de producción actual –debajo de los 700 mil bpd- por mucho tiempo más.

Habrá que esperar a que Argentina cambie hacia el centro derecha, y que a Lula le pongan límites duros para gobernar en Brasil, para que recién entonces se pueda pensar en que los países grandes de la región lideren el movimiento positivo hacia convertirnos en los nuevos proveedores de Europa.

Recomendación

  • Al gobierno: Que se oriente a traspasar al sector privado toda actividad de perfil empresarial de producción y de servicios. Y que comience por la electricidad, que hoy es el principal obstáculo para nuestras posibilidades.
  • A la dirigencia opositora: Que se autodefina y se presente nuevamente, para saber quién es quién, de ahora en adelante. Aunque por las votaciones del 30/12 ya se puede anticipar, sería bueno algún mensaje de esperanza hacia las bases. Guaidó, último exponente de una verdadera oposición, debería tomar posición y explicar cómo queda el escenario.
  • A la dirigencia empresarial: Que, frente a estos cambios de viento en la oposición, cierre filas y se mantengan alejados de la política. El gran objetivo empresarial de este año, debe ser mantener el sistema empresarial al máximo de sus posibilidades.

https://www.elnacional.com/venezuela/analisis-de-entorno-incertidumbre-e...

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Eddie A. Ramírez S.

Fue un asesinato premeditado. La última puñalada la dieron sin tomar en cuenta las opiniones del Bloque Constitucional, ni del TSJ legítimo. Señal de que, si llegan al poder, harán lo que les venga en gana. Lo planificaron paso a paso, ocultando sus perversos propósitos. Los conjurados iniciaron sus viles intenciones en enero del 2019, día en que fueron sorprendidos por un joven recién salido del cascarón de la política. No podían perdonarlo, ese fue el primer acto de la tragedia. Procedió sin el visto bueno de un Areópago constituido por arcontes venidos a menos, pero reacios a perder el acceso a los churupos. Los linchadores contaron con unos cómplices necesarios, los cuales visualizaron, equivocadamente, que podían ganar popularidad desacreditando al recién llegado a la política. ¿Qué logró el gobierno interino? ¿En qué falló? ¿Qué alegaron los golpistas?

Los logros: sembró la esperanza de que pondría fin a la usurpación de Maduro y de la caterva que lo rodea. ¿Cometió un error? ¿Acaso los seres humanos no necesitamos de una esperanza para soportar las penurias que nos aquejan? ¿Acaso ha debido decir, olvídense, este régimen durará muchos años? El año que viene en Jerusalén, clamaron durante siglos los judíos de la diáspora, hasta que, felizmente, lo lograron. Esa esperanza es la que nos mantiene en la lucha contra la narcotiranía. ¿Acaso fue poco el haber logrado que más de 60 países desconocieran la elección del 2018, en la que Maduro usurpó el poder? ¿Acaso no es importante que el gobierno interino tuviese embajadores en la Organización de Estados Americanos, Estados Unidos, Canadá y en muchos otros países, los cuales han realizado una excelente labor? ¿Acaso es poco el haber defendido valiosos activos en el exterior, especialmente Citgo?

Lo que no logró: no pudo poner fin a la usurpación de Maduro. Ese fue el reclamo de algunos, alegando que no había cumplido el “mandato” de las dos consultas populares ¿Acaso le dimos las herramientas? ¿Acaso el régimen no cuenta con el Alto Mando de la Fuerza Armada y con un sistema judicial sumiso? ¿Acaso la represión no ha acallado, por ahora, las grandes protestas populares y neutralizado posibles huelgas generales? También lo atacaron por no exigir la aplicación del Acuerdo sobre Responsabilidad de Proteger (R2P), a sabiendas de que ningún país estaba dispuesto a ponerlo en práctica.

Los errores: varios fueron los errores del gobierno interino:

  1. El manejo inadecuado de la empresa Monómeros Colombo-Venezolanos. No hay pruebas de corrupción, pero esa es la percepción. Lo cierto es que inicialmente designaron una directiva y gerencia idóneas y, al poco tiempo, la cambiaron, para tener influencia política. Lógicamente, la gente asoció el cambio a contratos con gente amiga del G4. Según parece, Manuel Rosales y Leopoldo López fueron los responsables. Lamentablemente, pasaron por alto el informe de los diputados de grupo 16J.
  2. Otro error fue hacer caso omiso a las denuncias de Humberto Calderón Berti, sobre posible corrupción en la ayuda humanitaria donada por particulares.
  3. No haber rendido cuenta de la distribución del dinero del Estado venezolano procedente del exterior. ¿Cuál fue el temor? ¿Acaso no es lógico y permisible que nuestros diputados legítimos y otros funcionarios del interinato reciban cierto aporte para sobrevivir?
  4. No haber consultado con militares retirados la “parada” que tiraron Guaidó y Leopoldo López en abril 2019 en la cercanía de La Carlota, ni la llamada Operación Gedeón, en mayo 2020, que sacrificó a valientes compatriotas y
  5. No haber querido o podido deslastrarse del G4.

¿Quiénes son los responsables del asesinato político del gobierno interino? Sin duda, los principales responsables son Henry Ramos Allup, Enrique Capriles, Julio Borges y Manuel Rosales, que ordenaron a sus diputados votar por la defenestración. También los diputados que se abstuvieron. Ojalá, ese asesinato tenga un elevado costo político para quienes lo perpetraron. Aunque no participaron en el segundo acto, la puñalada, cabe preguntar, ¿esa vil acción hubiese sido posible si algunos dirigentes de la oposición no hubiesen debilitado a Guaidó con sus prédicas de que no cumplió el mandato de poner fin a la usurpación? ¿Lo hicieron porque son colaboracionistas del régimen? No, aunque le dieron un regalo de Navidad al usurpador, procedieron por interés personal o de sus partidos, pero les puede salir el tiro por la culata.

Reconocimiento a Guaidó: Cometió los errores mencionados, pero ha procedido con coraje, exponiendo su vida y a su familia. Por las circunstancias, asumió una responsabilidad para la que no estaba preparado. Fue valiente, pero le faltó garra, no descalificó a nadie de la oposición. Ha debido declarar enfáticamente que, por ser el presidente interino, no iba a ser candidato presidencial. Esa candidatura no le convenía a su gobierno, a la democracia, ni a él mismo. Probablemente, ese error fue factor determinante en el golpe de Estado.

Este magnicidio político fue una derrota para la oposición. Sin embargo, no hay que desmayar. Las primarias son un paso importante. Es necesario votar. Ojalá no votemos por quienes solo defienden intereses personales o de su partido. El voto es una herramienta de lucha. El régimen pondrá obstáculos y, si pierde, intentará arrebatar. Con voluntad y liderazgo, podemos superar esos escollos. Otras vías son respetables y posibles, pero muy poco probables.

Como (había) en botica:

Decepcionó José Guerra acatando línea de Primero Justicia. La intervención de Matheus dio pena ajena.

Le deseamos pronto restablecimiento a Eugenio Montoro, compañero de Gente del Petróleo y articulista semanal. Lamentamos el fallecimiento de nuestro compañero Alexis Acosta.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

03-01-23

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Víctor Rago A.

Entonces...

¿Qué mostraba hace un par de años el horizonte electoral universitario? Que era indispensable celebrar elecciones de autoridades rectorales, decanos y representantes del profesorado al cogobierno por natural y lógica exigencia: el mandato de quienes ocupaban los cargos se encontraba vencido hacía mucho tiempo. Adicionalmente, la realización de un proceso electoral en las condiciones que la universidad determinara, no obedeciendo a imposición ajena, constituiría un acto enormemente significativo de reafirmación autonómica. En tales circunstancias cabía esperar que las propias autoridades fueran las más interesadas en perfilar la salida electoral, lo que no había sido convincentemente el caso en los años posteriores a la finalización de su ejercicio, pero prevalecieron irresolución y ambivalencias.

Por su parte el gobierno nacional promovía con sostenida intermitencia, si así puede decirse, una modalidad electoral beneficiosa a sus intereses, aunque lesiva al orden jurídico, Constitución incluida (algo que nunca le ha producido al régimen remordimientos de conciencia). Considérese a este efecto lo que establece el artículo 34, numeral 3, de la Ley Orgánica de Educación (2009) en relación con la composición del electorado universitario. La sentencia N° 0324 del Tribunal Supremo de Justicia (agosto de 2019), que ordenaba a la UCV la celebración de elecciones en un plazo de seis meses se inspiraba directamente en dicho artículo. Expiró el semestre y en lugar de las temidas consecuencias vino otra decisión judicial que sin alterar en nada sustancial la precedente adoptó un carácter benigna y taimadamente exhortativo. La generalidad de los ucevistas experimentó un alivio y en las esferas directivas se restableció la pulsación normal.

La punzante alarma suscitada al principio cedió el paso a una despreocupada serenidad en cuyo seno no encontró cabida la idea de que era preciso encaminarse hacia un proceso de elecciones inmanentemente universitario. Y dentro de lo que resultara posible precedido por un debate, hasta entonces postergado con obstinación, sobre la cuestión electoral y el estado crítico de la institución. Lo propusieron varias individualidades y algunos sectores organizados de la comunidad académica. Así, por ejemplo, el grupo de opinión Profesores Ucevistas por la Unidad de las Fuerzas Democráticas, con la adhesión expresa de numerosos colegas, se dirigió en más de una oportunidad a la opinión ucevista (comunicados del 20 de septiembre 2019, 16 de enero 2020, 7 de junio 2020 y 11 de enero 2021). Sus planteamientos no merecieran atención de las impasibles autoridades académicas y las solicitudes de derecho de palabra ante el Consejo Universitario quedaron sin respuesta.

Para colmo la casualidad, imprevisible como se complace en ser (o acaso la insondable Providencia), obró un efecto complementario por interpósita pandemia sobre aquel circunstancial, miope y casi unánime sosiego, vivido en clave de espesa inercia... Hasta que un buen día desembocamos en pleno 2022, con el flagelo remitiendo e inequívocos signos de interés electoral comenzando a menudear.

Ahora...

En estos últimos meses no ha cesado de aumentar ese interés y de difundirse por capas cada vez más amplias de la comunidad universitaria. Los comicios celebrados este año han proporcionado un claro testimonio de esa creciente inclinación, al mismo tiempo que la refuerzan y propagan. A ello también ha contribuido en medida importante el resultado de las conversaciones que representantes del sector académico sostuvieron con altos personeros del oficialismo. Condujeron a acuerdos que se expresan en la aprobación por el Consejo Universitario de un reglamento de elecciones transitorio que, júzgueselo como se prefiera, ha catalizado el favor mayoritario por el expediente electoral, tras su prolongado represamiento.

A mediados de año (el «transitorio» fue sancionado en julio) la sensación de inminencia electoral se había adueñado de muchos de los ucevistas, al menos de los más activos y deseosos de participar en la laboriosa recuperación de la vida universitaria. También de los críticos severos de la norma accidental aunque sensibles a lo que a falta de mejor término puede llamarse realismo político. La impresión preponderante era que no había más que esperar la fecha de acudir a las urnas, inscrita al cabo de un «cronograma de eventos puntuales» que la Comisión Electoral de la UCV le propondría al Consejo Universitario.

No obstante 2022 concluye sin que la fecha en cuestión haya sido convenida y nadie ni dentro ni fuera de dicho cuerpo diga cuál será. Salvo excepciones de seráfico candor, no hay quien desconozca en la universidad las destrezas deliberativas del Consejo Universitario, que han elevado en ocasiones a grados eminentes los arbitrios de la técnica parlamentaria. ¿Habrá entonces que adjudicarles el mérito de haber sumido en la incertidumbre algo sobre lo que parecía haber un promisorio consenso? En vano será buscar orientación, qué decimos, ni la débil lucecita de una pista en las esporádicas fuentes informativas oficiales, cuya perspicuidad no pasma de admiración. Forzoso es acudir, pues, a las versiones, a veces dispares, de las voces sensatas del órgano –que las hay, y ensayan difíciles hermenéuticas en busca de las claves ocultas del debate- o aplicarnos como espectadores abismados a una intrincada gimnasia inferencial de móviles velados por precauciones a lo mejor inconfesables.

En fin, lo que ha podido conocerse es que al menos dos de los puntos discordantes se refieren por una parte a los medios tecnológicos necesarios para implementar el proceso electoral en todas sus etapas, de la convocatoria al escrutinio y proclamación de los ganadores; por la otra, a la realización de una sola y compleja elección frente a la alternativa de segmentarla en tres episodios sucesivos. El primer asunto ha sido objeto de un minucioso informe técnico preparado por una comisión de expertos en menesteres tanto informáticos como electorales (nombrada por el propio Consejo Universitario) que ofrece a este desde el procedimiento manual que tanto entusiasma a los partidarios de la caligrafía en formato de pizarra, hasta la modalidad máximamente digitalizada cuya puesta en práctica requeriría cierto grado de auxilio técnico externo (del Consejo Nacional Electoral, en concreto), si bien bajo control de las instancias universitarias. La segunda cuestión depende de la primera porque como puede suponerse cuanto más eficientes sean los medios técnicos mayor probabilidad habrá de que el proceso englobe en forma simultánea las tres votaciones rectoral, decanal y de representantes del profesorado. A no ser que la pretendida separación de aquellas obedezca a una motivación política o de alguna otra índole extratécnica.

Así estaban las cosas para el momento de la última sesión del año del Consejo Universitario el pasado 7 de los corrientes. Era patente la expectativa de la comunidad universitaria a propósito de las decisiones que el superior órgano tomaría. Con anterioridad una moción del Consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo le había planteado, a partir de razonables consideraciones, fijar una fecha para la votación. Lejos de hacerlo el Consejo Universitario resolvió por mayoría (incluidos en ella varios de los más tenaces promotores de la guabinosa datación) reanudar el examen de la materia electoral al abrirse el próximo ciclo de trabajo a principios de 2023. Para entonces la rectora (que por prescripción facultativa no había asistido a la reunión) formulará una nueva propuesta. De la misma no se hizo anticipo alguno, salvo que lo sea el haberla calificado de «interesante».

Tan vago atributo no regocijó en exceso a los ucevistas, ansiosos de buenas noticias que no se produjeron. Encaminarse hacia las elecciones está siendo un arduo proceso que a juzgar por los acontecimientos es menos cuestión de grandes zancadas que de pequeñas zancadillas.

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Laureano Márquez

Querido Niño Jesús:

Algunos años sin escribirte. No vayas a creer que he dejado de creer en ti, ni que he perdido la esperanza. Solo que, como venezolano, miro la esperanza de una manera distinta, no ya para el plazo de mi vida, como cuando era más joven, sino sub specie aeternitatis. Desde el punto de vista etimológico, la palabra tiene una raíz latina spes, que se asocia al tener éxito en algo. Por cierto, otro concepto complicado este del éxito. Para algunos, por ejemplo, niño bendito, es acumular oro, aunque para ello acaben con la selva venezolana, heredad de la humanidad, destruyendo el futuro de millones de seres. Como ves, no todo el mundo entiende el éxito desde el punto de vista eterno que Tú simbolizas. Tu triunfo, es decir, el triunfo que te espera, no es el de la muerte, sino el de la vida, como dijo alguna vez el genial Luis Alberto Machado, respondiendo al non omis morirar de Horacio: «todo yo viviré».

Lo sagrado es la vida, querido Niño Jesús, por tanto, mi primera petición es por y para ella. Este mundo de 2022, que desde épocas remotas se vislumbraba como tiempo de avance y paz, nos llena de temor. La vida toda esta en peligro, la presente y la futura. Hoy, el pueblo ucraniano está devastado y ha tenido que perecer, como Tú en la cruz de la violencia y perdóname que me adelante a tu destino, ahora que estamos en tiempo de adviento. Nuestro propio pueblo vive una huida que se parece a la tuya, cuando San José y María tengan que escapar contigo a Egipto. Perdóname nuevamente que me adelante en el relato. El exterminio de comunidades enteras, las dictaduras criminales, la violación a los derechos humanos, están a la orden del día.

Danos amor por la vida toda, respeto por la dignidad de nuestros semejantes. Un mundo sin presos por sus ideas, ni torturas. Un mundo donde las mujeres no sean asesinadas por un velo mal puesto, ni por nada. Un mundo donde no callemos convenientemente algunos crímenes mientras subrayamos otros, donde toda forma de violencia sea condenada y erradicada, un mundo de entendimiento y compasión.

Sobre todo, Niño Jesús, danos sabiduría a la hora de tomar nuestros rumbos políticos, para no colocar nuestro destino en las manos de los Herodes corruptos y resentidos que no hacen otra cosa que decapitar a los pueblos.

Danos juicio, criterio para enfrentar este tiempo en el que recibimos tantas informaciones que dejan de importarnos porque no podemos detenernos suficientemente en ninguna. Danos buen carácter, para llevar la vida sin amarguras y sin amargar al prójimo. Danos un alma agradecida para contemplar la maravilla de la creación y hallar dentro de ella ese don único que nos diste a cada uno para brillar con él, porque, al fin y al cabo, si somos explosión de luz, nuestra misión es brillar.

A los venezolanos, especialmente, danos fuerza, coraje y lucidez para entender que esto que nos sucede no será eterno y que cada uno de nosotros, desde el lugar al que nos has enviado, puede llevar su pequeña dosis de agua, como en la fábula del colibrí, para apagar un incendio que tarde o temprano se sofocará, como todos los de la historia. Solo se requiere seguir tu ejemplo: el camino del amor, que todo lo puede.

Querido Niño Jesús colocamos en tus manos el año 2023, para que seamos capaces de hallar rumbos en este mundo cada vez más devastado por nuestra propia acción. Gracias por la gente buena, que afortunadamente es mayoría; gracias por el arte, por la música, por la literatura, por los paisajes, por la sonrisa de los niños, por el canto de los pájaros, por la bondad de los corazones silenciosos que hacen el bien discretamente, replicando, como pueden, tu santidad. En fin, gracias por todo los milagros cotidianos que olvidamos agradecer.

Te esperamos el 24 en la noche, bienvenido al mundo de los hombres, que tu inspiración nos anime. Feliz Navidad y feliz año 2023.

Twitter @laureanomar

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