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Opinión

En 2006, en el esplendor del chavismo, confluimos en Aragua Sin Miedo un grupo de ciudadanos que queríamos, y queremos, un país con un modelo de desarrollo que conjugue riqueza, progreso y paz, para derrotar la pobreza, la violencia y la corrupción, en el marco del respeto absoluto a la Constitución.Desde entonces, he mantenido la tesis de construir puentes de contacto con "factores progresistas del chavismo", con lo cual he cosechado numerosas críticas, entre ellas de tener "un corazoncito chavista", pues siempre he considerado que no tenemos el monopolio de creer en la justicia social con paz y progreso, tampoco tenemos el monopolio que querer un mejor país donde quepamos todos y no es verdad que antes de Chávez éramos felices y no lo sabíamos. Por supuesto, y ahora lo sabemos, había algo peor, y ciertamente que Maduro no es lo peor que nos puede pasar.

Recientemente nos propusimos salir al encuentro de grupos e individualidades que estén remando en la misma dirección: evitar la escalada del conflicto que nos podría conducir a una guerra civil, y segundo, buscar una salida a la crisis, con una propuesta de cambio de este gobierno por uno de unidad nacional que nos permita iniciar la dura y difícil reconstrucción del país. Creímos entonces que para propiciar ese encuentro deberíamos hablarnos y escucharnos, con respeto. Y diría, con satisfacción, que lo estamos logrando.

Con el extraordinario soporte de la organización que nos agrupa con nuestras similares Aragua en Red, hemos llevado a cabo dos interesantes y exitosos foros.

El pasado jueves 29 de junio, se realizó el segundo foro, en la sede de la Cámara de Comercio de Maracay, con la participación de Nicmer Evans, Rafael Simón Jiménez y Claudio Fermín. Dio mucho gusto escucharlos, especialmente en esta semana que ha sido particularmente difícil en Maracay, en medio de un paro de transporte, protestas en toda la ciudad, aunado a una deplorable dosis de vandalismo y saqueos. Ello trajo como consecuencia que la audiencia no fuese comparable con la del foro anterior, aunque podríamos considerarla como aceptable. Sin embargo, no fue tan diversa como la vez pasada. Me hubiese gustado mayor presencia del chavismo disidente. Les confieso que lo más sorpresivo para mí, fue la coincidencia con los tres, incluso con Claudio, el cual me parecía el más distante. Y es que cuando las personas se expresan en términos de aproximación, y se refieren a sus concurrencias, más que a sus diferencias, se construyen narrativas y puntos de coincidencia.

Evans, el más joven, apeló a valores más puros del socialismo, mas no recuerdo haberle escuchado la palabra “derecha”. Es más, se autodefine como chavista democrático en vez de chavista crítico. Un tanto alejado del “legado de Chávez”, al considerar que fracasó en la promesa de desmontar el rentismo petrolero, y de alguna manera traicionar la esperanza de la gente ante el colapso del modelo político con base en el punto-fijismo.. Sin embargo destacó que para la salida a la crisis y reconstrucción del país no se puede desechar el sentimiento y la vinculación que el pueblo venezolano tiene con Chávez, ni tampoco en la ruptura con el Madurismo representado por la propuesta Constituyente. Demoledora la afirmación en cuanto a que el sujeto político del Madurismo son los tenedores de bonos de Wall Street, los rusos y los chinos. Incisivo aunque respetuoso con la MUD. Mucho más de lo que esperaba, y quizás mucho menos que yo lo habría hecho si hubiese tenido esa oportunidad. Y no me refiero al accionar de la plataforma unitaria, sino al comportamiento errático y oportunista del G4/G3. Severo en la crítica a la polarización, considera una victoria política, parcial, del Madurismo, el haber elevado el nivel de la apuesta y obligar a la oposición a enfrentar la Constituyente “Presidencial”, dejando de lado otros temas como el Referendo Revocatorio y las Elecciones Regionales. Vislumbra un compromiso táctico con la MUD más allá del G3, pero no considera factible un acuerdo programático para un gobierno de transición. Reitera su llamado a desmontar la violencia de los extremos y la necesidad de mantener la protesta pacífica, articulada con el “goteo institucional” incluyendo las FANB, el dialogo transparente y la negociación política, y el accionar organizado del centro no polarizado.

Jiménez, historiador, por lo tanto cuentero, en el mejor sentido de la palabra, nos sumergió en un relato muy agradable sobre la personalidad de Chávez, y lo que vendría a ser su versión del concepto de chavismo, basado en su verbo y la conexión con la gente. Un símil brillante entre la evolución de la familia Chávez y el éxito del bienestar social durante la “Republica Civil”, en vez de la Cuarta República, desmontando también la falacia de que “éramos felices y no lo sabíamos”. Defensa de la Constitución y llamado a aplicarla, que es lo que hasta ahora no se ha hecho. Igualmente defensa de la MUD, tal cual es, “lo que hay”, con lo cual consiguió el aplauso del público mayoritariamente “escuálido”, no necesariamente “mudista.”

Fermín asumió su papel crítico, impecablemente, de algunos artículos de la Constitución, y razonó su voto negativo de entonces. Obviamente la asume y la defiende, mas no como la mejor del mundo. Como preámbulo a una posible negociación entre las partes considera posible una rectificación de Maduro, como punto de inicio para salida de la crisis, pero, crisis aparte, abordó a niveles macro, la profundidad de la tragedia venezolana, no en términos fatalistas, sino más bien realistas. Me deja la impresión, como constituyentista que fue, que la tarea aún está pendiente, y que es absolutamente necesaria la modificación de esta Constitución dado su carácter presidencialista y centralista. No puedo estar más de acuerdo en ese punto. En cuanto a esta propuesta constituyente, además de lo inconveniente e innecesaria, critica su carácter excluyente no solamente por la sectorización sino además por descartar a los que no sean venezolanos por nacimiento, y a los que no tengan más de 5 años de residencia continua, en un país con crisis económica y problemas de vivienda, área en donde considera que el gobierno ha sido exitoso.

Nos planteamos continuar esta actividad, como una manera de hacer política, de manera propositiva, y posibilitando la organización y acción de ese centro no-polarizado. En tal sentido recibimos con satisfacción la propuesta de un importante y valiosísimo sector de la sociedad aragüeña que el próximo foro sea con mujeres, incluyendo una moderadora. Se estarían considerando, los nombres de Gabriela Ramírez, Maripili Hernández, Margarita Lopez Maya, Luz Mely Reyes y María Corina Machado, entre otras.

Aragua sin Miedo

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Daniel Fermín Álvarez

Esta semana, desde el Centro de Estudios Políticos, presentamos los resultados de dos estudios de opinión que resultan especialmente relevantes para los tiempos que corren. El primero se trata del Barómetro de las Américas 2016-2017, realizado en alianza con la Universidad de Vanderbilt en el marco del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP), y que trata fundamentalmente sobre el estado de la democracia en el país. El segundo estudio se refiere a las Percepciones Ciudadanas de la Protesta 2017, y nos ayuda a una mejor comprensión del fenómeno de calle que ha regido la dinámica cotidiana nacional en los últimos meses.

Son muchos los hallazgos que ofrecen ambas encuestas. En estas líneas, resumiremos algunos de los puntos principales. Comenzamos por el Barómetro de las Américas. Los resultados de esta investigación apuntan a la crisis y las oportunidades de la cultura democrática en Venezuela. Lo primero que hay que destacar, en ese sentido, es cómo la situación del país influye en la satisfacción con la democracia. La economía sigue siendo el principal problema para ocho de cada diez venezolanos, seguido de la inseguridad, no porque ésta haya mejorado, todo lo contrario, sino porque la gravedad del problema económico la ha hecho palidecer en menciones.

Este estudio que, a diferencia de la encuesta sobre protestas que detallaremos más adelante, fue realizado antes de las protestas, ya mostraba que seis de cada diez venezolanos consideraba el nivel de conflicto social y político como alto o muy alto. El resto del coctel lo completa una altísima intención de emigrar, sobre todo de los más jóvenes, en los que 53% de los venezolanos entre 18 y 29 años manifiesta su intención de irse de Venezuela. El resultado se evidencia en un descenso significativo en los niveles de satisfacción con la democracia: 74% de los venezolanos dicen estar, hoy, insatisfechos con el sistema democrático en el país. Esta cifra constituye el nivel más alto de todo el decenio analizado.

Asimismo, más de la mitad de los encuestados considera que Venezuela es un país poco o nada democrático, con 23% señalando al país como nada democrático. Así, una profunda crisis ha hecho tambalear el apoyo al sistema político en Venezuela, en medio de un agudo conflicto político y con una población, especialmente la más joven, buscando alternativas en otras latitudes.

Por su parte, el estudio sobre Percepciones Ciudadanas de la Protesta 2017 nos da luces sobre lo que ha sucedido luego de estos meses de manifestaciones intensas en todo el país. Lo primero que hay que resaltar aquí es la configuración de la autodefinición política de los ciudadanos. La palabra es fragmentación: 16% es chavista y se restea con el presidente Maduro; 13% es chavista pero está descontento con Maduro; 30% es opositor y se restea con la MUD y 11% se considera de oposición pero no se siente representado por la alianza unitaria. ¿Lo que falta? 31% que no se identifica con ninguna de las opciones anteriores. No es un “ni-ni” indolente, sino un independiente sin identificación con las partes que hoy pugnan en el conflicto polarizado.

Evidenciando el espíritu democrático construido por décadas, casi el 80% de los venezolanos quiere que los cambios políticos se den por la vía electoral, mientras que 12% prefiere acuerdos entre el gobierno y la oposición. Los fantasmas del golpe militar, la guerra y la intervención extranjera a duras penas registran y no son significativos del sentir nacional.

En cuanto a las expectativas sobre posibles soluciones, salta a la vista el muy escaso apoyo que suscita la propuesta constituyente del oficialismo. Apenas 5% de la población piensa que la Constituyente es lo mejor para el país. Si segmentamos, observamos que esto implica que apenas 13% del chavismo madurista apoya la Constituyente y piensa que traerá soluciones. Para la mayoría de los venezolanos, las soluciones a la crisis pasan por lo electoral, la protesta y el diálogo.

El empoderamiento ciudadano es otro asunto importante. Más de la mitad del país considera que la participación del pueblo puede influir en que el cambio político se dé. En cuanto a la protesta, alrededor de 60% de los encuestados creen que las manifestaciones tienen poder, en distintos grados, para lograr un cambio de gobierno.

Las protestas generan expectativas en la gente. Para 24% esta expectativa es un cambio de gobierno, mientras para 23% es la realización de elecciones. De nuevo, la fragmentación: 23% considera que todo quedará peor luego de las protestas y 20% que todo quedará igual.

En lo que sí hay consenso es en que protestar es peligroso. Casi 94% de los entrevistados considera que protestar implica peligro, y para 75,7% implica mucho peligro. Pese a esto, 19% expresa haber participado en protestas activamente. Esto, lejos de ser una cifra marginal, es un número elevadísimo, sobre todo si se considera que, de acuerdo a la teoría, 3% de participación es clave para que la protesta conduzca a un cambio de régimen. ¿Por qué no participa el resto? La violencia ha subido las barreras a la participación y el miedo sigue presente como una nube negra en la disposición a protestar.

Lo hemos dicho: estos estudios ofrecen mucha tela qué cortar: los motivos para la protesta, sus principales motivadores, el apoyo de los convocantes. Invitamos a su lectura detenida y extendemos, también, la invitación a acompañarnos el 11 de julio a las 5 de la tarde en el teatro Trasnocho Cultural de Paseo Las Mercedes, donde realizaremos una conferencia para analizar más a fondo los resultados del Barómetro de las Américas. La entrada es libre, allá nos vemos.

Politika UCAB

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Diría que hay tres escenarios: 1) Que el gobierno logre preservar el poder, aunque el país siga por el barranco. En este escenario, la crisis y la convulsión social continua, pero el gobierno esta dispuesto a hacer lo que sea por mantenerse en pie. La represión se acentúa e incluso puede incorporar otros componentes de la FA con una llamada a luchar contra lo que calificarán como insurgencia armada. Este sector militar, pese al estrés de tener que actuar contra el pueblo, logra sostener una relativa unidad. El tiempo deteriora la economía, pero también desgasta a la oposición, quien se muestra confundida y agotada, encerrada en una batalla focalizada que pierde a diario y, sin embargo, repite una y otra vez en el mismo lugar y de la misma forma. Sin liderazgo concreto y visible, la protesta no termina de masificarse. El gobierno atraviesa el vendaval y pasa la Constituyente, usándola para desfenestrar a las instituciones que se le enfrentan y modificar los métodos de elección de autoridades, para garantizar que la minoría revolucionaria se quede en poder per secula seculorum.

El segundo escenario es la implosión con negociación tutelada. Hay tres condiciones para elevar la probabilidad de cambio. La primera es que se destaque un liderazgo que supere a los demás. Toma decisiones, articula acciones, genera esperanzas y canaliza la energía hacia la masificación de la protesta. Esa masificación es la segunda condición. Que el país completo se muestre irreverente al poder y entonces no hay tanquetas, ni lacrimógenas ni colectivos, ni fusiles suficientes. Se genera la ingobernabilidad por protesta pacífica y eso conduce a la tercera condición. La fractura del chavismo. A diferencia de la propuesta ilusa de “sacar al pueblo a la calle, detrás de Juana de Arco desnuda por la calle, extasiada por un pueblo que la adora y la sigue a Miraflores aunque muera a su paso”, esta acción pacífica si entra en Miraflores y en la Defensoría y el TSJ y los Cuarteles, pero no físicamente, sino a través de la división interna que aflora disidentes que luchan ahora desde adentro. Entonces se produce la dinámica de un cambio negociado. Los militares presionan el cambio para rescatar la estabilidad. Las negociaciones de salida se dan para preservar la integridad de los actores salientes. Se negocia la reestructuración de las instituciones, pero se preservan cuotas de poder chavista y militar para cohabitar de manera integrada. Y se decanta la negociación por un gobierno de transición en el que no veremos a los líderes convencionales de la oposición, aunque se les abra la oportunidad en el futuro.

Al primer escenario le otorgo un 45% de probabilidad de ocurrencia y al segundo un 40% más. Ninguno de estos números es bajo e indica el nivel de incertidumbre en el que estamos. Y usted dirá, pero ¿dónde está el otro 15%? Esa es la probabilidad de que en el medio de todo este desastre que está viviendo el país, con un gobierno que no responde a las necesidades del pueblo y una oposición formal que a veces se muestra perdida y sin claridad sobre su propio objetivo y forma de lucha, se concrete alguno de los movimientos conspiradores que suponemos (porque no sabemos) existen en el entorno militar venezolano. Y entonces, para poner la guinda a la torta del primitivismo en el que nos hemos sumido, se produce una ruptura y un cambio, pero por la vía de un golpe de Estado militar, sin negociación ni contemplación.

Algunos dicen que tal como está la cosa, cualquier cambio es positivo. Son por cierto los mismos que decían en el pasado que no había nada peor que los adecos, que los copeyanos y después, obviamente que Chávez.

Luisvicenteleon@gmail.com

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Carlos Raúl Hernández

Mientras Latinoamérica avanza entre baches y sana sus heridas, Venezuela se dirige a compartir un dudoso nicho con el epítome del fracaso humano: Haití. No es una exageración, ni un manejo desaprensivo de los conceptos comparativos. Es una realidad escalofriante. El discurso convencional en estos casos dice que “estamos al borde del abismo”, pero a renglón seguido, aparece la fórmula: “a menos que…”. Si se siguen las instrucciones del orador, en general un candidato, el peligro quedaría mágicamente conjurado. La cruda realidad es que no estamos “al borde” porque ya caímos y nuestra mejor esperanza consiste en que podamos asirnos de algún arbusto en la cintura del desfiladero, y eso lo permitirían la voluntad y la inteligencia política. Caldera, Chávez, las élites y los pobretólogos decían que entonces había 80% de la población en la pobreza. Ahora es verdad.

Ellos hicieron ver que vivíamos en una especie de pozo séptico de miseria y corrupción, solo que los muchachos en los barrios usaban Nike y Adidas y el dólar costaba 60 bolívares de entonces, 6 céntimos de hoy. Por el momento lo que nos diferencia de la desventurada isla de Haití es que en 40 años de democracia se creó una infraestructura de acueductos, cloacas, electricidad, autopistas, carreteras, viviendas, hospitales, centros comerciales, centros educativos, telecomunicaciones, tráfico aéreo y terrestre, redes de distribución de alimentos, editoriales, periódicos, que le dieron a Venezuela hasta hace poco la condición de país más moderno de la región. Haití y Venezuela eran la antítesis. El primero nunca en su historia, salvo trágicos remedos, ha tenido democracia. Dictaduras, violencia, macumba, golpes militares.

Separados al nacer
Desde 1957 hasta 1988 gobiernan los dos Duvalier en un régimen de terror creado de los tonton-macoute. Podía pensarse que con el final del duvalierismo, comenzaría una era de libertad, paz y progreso, como Venezuela desde el 23 de enero de 1958. Pero en 1988 al presidente Leslie Manigat lo expulsa el general Henri Namphy, a su vez derrocado por el general Prosper Avril, cuya subsecuente defenestración permitió elecciones bajo dirección de la comunidad internacional. Triunfa en ellas el sacerdote Jean-Bertrand Aristide, primer presidente electo en la historia, -populista e irresponsable- al que sacan con un golpe, regresa, lo vuelven a sacar, hasta que en 2004 invaden los cascos azules para desencajar del poder al general golpista Raoul Cédras. En 2006 eligen a René Preval, en 2011 inicia el gobierno de Michel Martelly, y luego de estar suspendidas las elecciones para evitar la guerra civil, se realizan en 2016.

El organismo electoral declaró triunfador a Jovenel Moïse, sin reconocimiento de los candidatos derrotados, que prefieren matar a su pueblo que ponerse de acuerdo. Gran parte de esa abominable historia ocurre mientras Venezuela vivía una democracia que resintió sus defectos en 1983, en 1989 comenzó la recuperación, y sus partidos políticos y élites decidieron acabarla a partir de 1992. Desde ese momento, hace 25 años, el liderazgo nacional se decidió a hundir el país en ese rincón del infierno donde se saluda ya con el zombie de Duvalier. Ambas naciones tienen en común, en 2017, a diferencia del resto de la región, la inexistencia de democracia y la coincidencia entre factores de poder para destruirlo todo. Lo que parece vincular mellizalmente a Haití y la Venezuela que nació en 1992 es la monstruosa incapacidad de los grupos dirigentes para construir.

Entender para ganar
Particularmente cuesta entender que no es posible dirigir una nación si no existen acuerdos básicos de gobernabilidad que se plasman en la Constitución y que por eso, ella debe ser inviolable. Los grupos de poder haitianos demostraron que no pueden convivir y que cada uno necesita el exterminio del otro, con el agravante de que evidencian también que las crisis orgánicas en cualquier sociedad solo se resuelven si los factores de poder pactan para respetar los resultados electorales. De no ser así, las elecciones sucumben a los militares y los militares a las elecciones, en un remolino que hunde al país víctima en la barbarie. Los factores dirigentes en Colombia pudieron verlo claro, y si bien Uribe derrotó a la guerrilla militarmente, cuota esencial porque era un conflicto armado, Santos logra un acuerdo que podría permitir la convivencia en el tiempo y la estabilidad.

El fujimorismo aceptó el pacto democrático, tal como el pinochetismo, el PRI, el Farabundo Martí y los Tupamaros. El caos en Venezuela es precisamente porque no hay Constitución y un claro síntoma es la insolencia de un uniformado ante la voluntad popular representada por el Presidente de la A.N. ¿Se imagina Ud. que esto hubiera ocurrido, no digamos en Francia, sino en la hermana Colombia? (peor fue ver a un atajo de hienas descerebradas que insultaban al Presidente del Legislativo porque no le dio por lo menos una patada en los testigos al agresor). Con esta lógica verdulera, Bush ha debido salir para la calle con el que le tiró un zapato y Rajoy fajarse como un macho con el fulano en Pontevedra que le estrelló una trompada. Las revoluciones son como Circe: transforman los humanos en animales.

@CarlosRaulHer

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Anónimo de más de 50 años

Si miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene entre cincuenta y setenta años:

A este grupo pertenece una generación que ha echado fuera del idioma la palabra "envejecer", porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo.

Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.

Este nuevo grupo humano que hoy ronda los cincuenta, sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.

Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso. Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía o ver volar una paloma desde el 5º piso del departamento.

Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres habían sido educadas a obedecer y ahora pueden ocupar lugares en la sociedad que sus madres ni habrían soñado en ocupar.

Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas, algunas estudiaron una carrera universitaria junto con la de sus hijos, otras eligieron tener hijos a temprana edad, fueron periodistas, atletas o crearon su propio "YO, S.A.". Este tipo de mujeres nacidas en los 40s 50s o 60s. no son ni por equivocación las clásicas "suegras" que quieren que los hijos /as les estén llamando todos los días, porque ellas tienen su propia vida y ya no viven a través de la vida de los hijos. Su camino no ha sido fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de "cincuenta, sesenta o setenta"", hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail con sus ideas y vivencias.

Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota, a lo sumo… y a otra cosa.

La gente mayor comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo…

Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.

Hoy la gente de 50 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 50, 60 y 70 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI.

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En la historia política institucional, particularmente en lo que a la democracia local se refiere, los Cabildos Abiertos son reconocidos como un espacio de importancia institucional, con gran capacidad de influencia y prestigio. Para el Prof. José Luis Villegas, en su obra Doscientos años del Municipalismo, esas instancias locales fueron en América un instrumento con fines políticos, que contribuyeron de manera efectiva en la transformación del dominio español a la república independiente.

El autor señala que estos espacios fueron útiles para el ejercicio de la libertad política. Con el paso del tiempo, fueron desarrollándose a figuras que si bien mantenía su espíritu incluyente, su activación era previa citación, y servía para la reunión de un grupo determinado de actores de la ciudad.

Los riesgos que supone para la institucionalidad local la Asamblea Nacional Constituyente convocada inconstitucionalmente por el presidente Nicolás Maduro, ha impulsado que algunos gobiernos locales reivindiquen la figura del Cabildo Abierto, por considerarlo un espacio institucional con fines políticos para reivindicar en tiempos difíciles el ejercicio de las libertades políticas, con lo cual se rescata esta figura institucional.

No estamos en 1810, cuando un Cabildo Abierto impulsó la renuncia de una autoridad pública, pero estamos en un tiempo histórico en el cual aquel modelo de organización territorial, llamado Municipio, está en riesgo de ser sustituido por otra forma de ordenación del territorio que impone todo un nuevo modelo político, social y económico, ajeno a nuestra tradición histórica republicana y contrario a los valores y principios de la Constitución vigente.

En los últimos 3 meses, distintos Municipios del país han asumido ese espacio reconocido constitucionalmente como un mecanismo para la reflexión sobre los riesgos y el engaño que supone la convocatoria del Presidente Maduro a una Asamblea Nacional Constituyente, pero además ha servido para que autoridades y sociedad civil, unan sus voces en reclamo y rechazo a esa supuesta Constituyente.

El Municipio Libertador, del estado Mérida, asumió la tarea de darle contenido y sentido histórico al Cabildo Abierto que convocó el pasado 19 de abril, en principio como un acto formal en la agenda por conmemorar el llamado Primer Grito de Independencia de 1810, pero además, sirvió de espacio institucional para promover la aprobación de una Proclama Republicana en respaldo a la democracia, la libertad y la unidad nacional.

En esa Proclama Republicana, se destacó el orgullo de los merideños por sentirse “herederos de quienes en 1810 siguieron el camino trazado por los Comuneros de Mérida quienes 29 años atrás encabezaron el poderoso movimiento popular de desobediencia civil desde San Antonio del Táchira hasta Mérida”.

A través de esa Proclama los merideños se comprometieron a expresar su voluntad de luchar sin descanso para preservar la independencia de Venezuela; para que se respete la soberanía popular, representada en la integración de las distintas ramas del poder público; garantizar el progreso permanente de la sociedad; eliminar las desigualdades que hoy ofende la dignidad humana y lograr el pleno funcionamiento de la democracia mediante la completa libertad de todos los venezolanos.[1]

Otro Cabildo Abierto, tuvo lugar un 7 de mayo 2017, en esta oportunidad en el Municipio Urbaneja del estado Anzoátegui, que logró aprobar un Acuerdo en rechazo a la Constituyente.[2]

El 9 de mayo de 2017, varios Municipios celebraron Cabildos Abiertos, uno de ellos fue el Municipio Iribarren, estado Lara, desarrollado en las inmediaciones del Palacio Municipal, que sirvió de marco para rechazar la Constituyente y los amparos intentados contra el Alcalde. Según información pública, ese mismo día, el Municipio Palavecino, estado Lara, también realizó su Cabildo Abierto en la avenida La Mata.[3]

Por su parte, el Municipio San Cristóbal, estado Táchira, realizó efectivamente el 9 de mayo 2017 su Cabildo Abierto, en una Plaza pública y de manera unánime, autoridades y vecinos, rechazaron la Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente e invocaron el compromiso de ejercer el artículo 350 de la Constitución vigente[4].

El 10 de mayo se registró otro Cabildo Abierto, en este caso en el Municipio Maracaibo, en el cual se destacó la participación del Profesor José Enrique Molina, quien calificó la Constituyente como una “navaja que quiere cortar el hilo constitucional”.[5]

Ese mismo 10 de mayo las autoridades municipales de 4 de los 5 municipios que forman parte del Distrito Metropolitano, se reunieron y con la presencia de vecinos rechazaron la Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, luego de varios argumentos allí presentados, a través de un Cabildo Abierto celebrado en el Anfiteatro del Municipio El Hatillo[6].

En el caso de Valencia, en el estado Carabobo, dos espacios se autoproclamaron Cabildos Abiertos, uno presidido por el Alcalde del Municipio Valencia, realizado el 9 de mayo de 2017[7] y el otro impulsado por los concejales del chavismo, quienes expresaron el respaldo a la Asamblea Nacional Constituyente el 11 de mayo de 2017[8].

Por último, nuevamente en el estado Mérida, específicamente en el Municipio Alberto Adriani, se registró un Cabildo Abierto el 23 de junio 2017 con la finalidad de debatir junto al pueblo las consecuencias de la Asamblea Nacional Constituyente[9].

No estamos en el año 1810, los Cabildos Abiertos ya no tienen la fuerza y el prestigio que tuvieron en los orígenes del municipalismo en Venezuela, tan es así, que la poca cobertura mediática a estos pronunciamientos, así como la dificultad de acceder a las Proclamas, Acuerdos o Conclusiones de cada uno de los Cabildos realizados, pone en evidencia la poca influencia política que hoy tienen esas instancias.

La amenaza que supone la Constituyente sobre la existencia misma del Poder Público Municipal y sobre la vigencia de los valores, principios y garantías constitucionalmente reconocidos, han empujado a distintos gobierno locales a reivindicar al Cabildo Abierto como mecanismo institucional de participación, a los fines de abordar la inconstitucionalidad de la Constituyente y expresar de manera formal el rechazo a la misma.

Frente al supuesto que el gobierno se imponga y logre conformar algo que pretende ser una Constituyente, los Cabildos Abiertos, aparecen como una figura histórica, como instrumentos políticos, para invocar de manera institucional los artículos 333 y 350 de la Constitución, a los fines de desconocer una Asamblea Nacional Constituyente convocada e impulsada fuera del marco constitucional vigente. La Constituyente hoy representa al Emparan de 1810.

[1]EL UNIVERSAL. Merideños firmaron proclama republicana para fortalecer la democracia. 19 de abril de 2017. Online en: http://www.eluniversal.com/noticias/politica/meridenos-firmaron-proclama...

[2]Primero Justicia. Lecheria dio un No rotundo a Constituyente. 7 de mayo de 2017. Online en: http://www.primerojusticia.org.ve/cms/index.php?option=com_flexicontent&...

[3]El Impulso. Aprobadas por unanimidad conclusiones del cabildo abierto en Lara. 9 de mayo de 2017. Online en: http://www.elimpulso.com/noticias/regionales/fotos-aprobadas-por-unanimi...

[4]Táchira24horas.com.ve. En Cabildo, concejales y vecinos de San Cristóbal, rechazaron Decreto a la Constituyente Comunal. Mayo de 2017. Online en:http://tachira24horas.com.ve/tac24/?p=16567

[5]Quepasa.com.ve Zulianos dijeron presente al Cabildo. 10 de mayo de 2017. Online en: http://www.quepasa.com.ve/politica/zulianos-dijeron-presente-al-cabildo/

[6]Versiónfinal.com. Cabildos Abiertos cumplieron su objetivo en todo el país. 10 de mayo de 2017. Online en: http://versionfinal.com.ve/politica-dinero/cabildos-abiertos-cumplieron-...

[7]Caraboboesnoticia. Mud-Carabobo y Alcaldía instalaron cabildo abierto sobre la Constituyente. 9 de mayo de 2017. Online en: http://caraboboesnoticia.com/mud-carabobo-alcaldia-valencia-instalaron-c...

[8] http://www.fernandonunez.com.ve/2017/05/11/concejales-de-valencia-inicia...

[9]Entornointeligente. Poder Público Municipal realizó Cabildo Abierto para debatir sobre las consecuencias de la Constituyente. 23 de junio 2017. Online en: http://www.entornointeligente.com/articulo/10168225/Poder-Publico-Municipal-realizo-Cabildo-Abierto-para-debatir-sobre-las-consecuencias-de-la-constituyente-23062017

PolitiKa UCAB, 30 de junio 2017

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José Rosario Delgado

La encadenada bocota de los capitostes del régimen gritan a los cuatro vientos que Venezuela tiene las más grandes reservas petroleras y gasíferas del planeta, una colosal cantidad de hidrocarburos envidia de Estados Unidos y por eso quieren invadirnos, pisotear nuestra soberanía para robarnos los recursos naturales y cogérselos para ellos en el nombre del Imperialismo Yanqui, para lo cual se alió con la apátrida derecha venezolana y con la más rancia y chupasangre oligarquía criolla. ¡‘Na guará!

Cuando estos imbéciles que nos desgobiernan hablan creen que la gente se está comiendo sus cuentos porque sienten a una nariceada y tarifada audiencia gritar y aplaudir a rabiar, más por arrechera que por entusiasmo; aplaudir es una de las tantas maneras de decirle a alguien que se calle y de celebrar la paca de inútiles billetes que abomban los bolsillos de unos cuantos prosélitos alebrestados que no por arreados están emocionados; se sabe que muchas concentraciones se nutren de gente espirituosamente resteada con el mitin.

Bueno, cuando un gobierno es incapaz de distribuir el gas doméstico entre los componentes de su pueblo, no digamos directo, por tubería, sino en peligrosas bombonas de tiempo, es incapaz de toda otra cosa que pudiera traerle beneficios a su gente; toda la vida los venezolanos se surtieron de bombonas en cualquier parte, en cada esquina, con servicio prestado por pequeñitas mini empresitas privadas, de inversión particular, a la mano con una sencilla y barata llamada telefónica. Ahora cuando el “el petróleo (Pdvsa) es de todos” el gas es de nadie porque hasta la revolución se quedó sin el gas que la impulsaba.

Las inmensas colas que observamos y donde nos observan para adquirir un cilindro de gas doméstico, además de largas y bajo solazos y aguaceros, son de varias horas, días, semanas y hasta meses, lo cual es un atropello de Estado en contra de la población que no puede disfrutar ni pagando caro, costoso en dinero y en pérdida de tiempo, condenada al indignante atropello y maltrato que funcionarios o empleados le dan, como si se trata de una limosna y no de un derecho a tener calidad de vida.

La revolución que no puede miccionar insiste en defecar con la asamblea nacional prostituyente que ni ellos mismos desean. Un régimen totalitario que no le da comida a su pueblo y, además, le impide calentar la que pudiera conseguir en sus diarias peripecias, es un fracaso total y no debería estar creando artimañas y subterfugios para perpetuarse en el poder. Una dictadura que no halla cómo distribuir el combustible que mueve y alimenta al país debería, de una vez por todas, entregar el gobierno antes de que ocurra otra forma de catástrofe, tal como lo advierte la Jefa del Ministerio Público, órgano garante del Estado de Derecho, incluido el derecho a trabajar y a comer…

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