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Benjamín Tripier

Análisis de Entorno: ya liberamos, ya dolarizamos… ahora privaticemos

Benjamín Tripier

A medida que pasan los días de este nuevo año, el panorama político se va aclarando, dejando como ganador al chavismo en general y a Maduro en particular. La dirigencia de oposición hecha trizas, y las diferencias internas del chavismo, controladas… por ahora.

O sea que el chavismo comienza el año 2023 con pie firme, y sin competidores a la vista, teniendo como problema interno a resolver el perfil anti revolucionario de “dólar-Chevron-mercado” de este neo chavismo que aún no encuentra centro. Porque este triunfo arrollador que le dio la oposición al chavismo pudiera darles más fuerza a los grupos radicales para regresar al Plan de la Patria y a los controles.

Porque la piedra en el zapato que significaba Juan Guaidó ya no está, y difícilmente la dirigencia opositora podrá armar algo tan fuerte como lo fue el interinato… de hecho, es difícil que pueda armar algo… punto.

El “autosuicidio” de la oposición dejó al chavismo en una posición inmejorable como para comenzar a recuperar lo que el interinato le había arrebatado, que era el poder fronteras afuera. Porque hasta hace unos pocos días la ecuación era clara: el chavismo dominaba fronteras adentro y la oposición, liderada por Guaidó, lo hacía fronteras afuera.

Ahora con el campo exterior despejado, solo les queda comenzar a maniobrar como ellos saben hacerlo, apoyándose en los gobiernos de izquierda de la región que, si bien ya no son rojos, sino rosados, aún son solidarios y ayudarán a Maduro. Claro que ya no pueden contar ni con China, Irán o Rusia por lo de la guerra; pero si con Lula, Petro y Kirchner… porque con México es otra historia, y AMLO no es garantía abierta como los mencionados.

Se rompió el equilibrio de fuerzas que proporcionaba el interinato, que tenía entre sus capacidades, por diseño, lo de las sanciones; por lo que el peso del poder y de la iniciativa ahora pasa al chavismo, que estará libre de negociar —sin intermediarios— con el ala izquierda del gobierno de Biden, encarnada por Juan González. Sigue siendo la conquista de Venezuela que intentó Trump, pero ahora por otros métodos, que prescinden de la oposición y actúan directamente con su enemigo, como ocurre con Irán y China, donde no cuentan con “oposiciones” … enemigo es enemigo.

Porque para colmo, al haberse mudado al exterior el núcleo de la AN2015, ya no quedan actores formales en Venezuela, dejándole el campo libre al chavismo; que ya está en condiciones de adelantar las elecciones, con Maduro como candidato, y ganarlas en buena lid; porque la dirigencia de oposición está en desbandada, y la abstención será la respuesta por parte de la gran masa de opositores de base que hay en el país.

Con sus acciones, la oposición institucional se desarticula y tiene que mover el horizonte de cambio, del 2024 al 2030. Porque por ahora, las elecciones del 2024 (o antes, cuando el chavismo lo decida) las ganará Maduro.

Político

La carta de juego que está poniendo sobre la mesa la dirigencia de oposición post interinato es la de las primarias, como si fuera parte de un plan articulado que tiene como meta desplazar al chavismo. Porque tenía sentido de potencial cambio solo con las piezas de poder con que contaban; pero ahora ya no las tienen, y, entre tantas cosas que perdieron con la decisión, perdieron la confianza de las bases.

Pero no todos perdieron la confianza; según la calle, los únicos que se fortalecieron fueron Guaidó y María Corina. El primero porque aguantó los insultos y presiones de “compañeros” y adversarios, sin perder la compostura, sin insultos, y con el mismo estilo, completó y entregó la tarea encomendada. Y la segunda porque mantuvo la consistencia conceptual contra vientos y mareas; y eso no se ve con frecuencia entre los políticos venezolanos… al menos no entre los que cuentan y son relevantes… entre los que tienen algo que perder.

Si lo del interinato fue una mala idea, o no lo fue, ya es historia antigua; lo cierto es que fue la acción opositora más fuerte y contundente desde que comenzó el chavismo. El mundo supo de Venezuela, se interesó en la oposición y presionó de tal manera que hasta obligó al chavismo a abrirse al dólar y al mercado.

Llevamos unos pocos días desde el desmantelamiento del interinato, y EE UU hizo solo dos menciones: sigue considerando que Maduro no es legítimo y que la AN2015 es el último vestigio de legalidad institucional; y que Guaidó (y otros como él) iban a ser parte de las relaciones futuras. Y digo “solo dos”, porque aún van a aparecer muchas declaraciones más, a medida que entre la Casa Blanca y el Departamento de Estado comiencen a caer en cuenta de los vacíos y cabos que quedan sueltos, y del desbarajuste institucional; especialmente en cuanto al manejo de activos y fondos en el exterior.

Lo que no va a cambiar es la posición de estado de EE UU con respecto a Venezuela mientras esté bajo un gobierno que se autoproclame antimperialista (anti EE UU); porque la posición es bipartidista y bicameral. Y en cuanto a que pueda aparecer una oportunidad favorable por la lucha interna entre republicanos, lo cierto es que, si Biden va a tomar ventaja de la situación, seguramente no será por el tema Venezuela; tiene muchos más frentes internos y externos en los cuales “gastarse” la oportunidad.

Por el contrario, con la desaparición del interinato es posible que la relación entre los dos países se deteriore aún más, porque quedará “en directo”, al desaparecer el buffer de descompresión que esa institucionalidad paralela proveía. Porque la estrategia de los “escorpiones” (grupo que disolvió el interinato) es tratar de hacerse con la administración de fondos y activos para utilizarlos de común acuerdo con el gobierno, lo cual pareciera difícil que ocurra, porque por más izquierdistas que haya en la Casa Blanca, difícilmente le permitirán al gobierno de Venezuela una recuperación económica que luego puedan usar en contra de EE UU.

Regresando al esquema político interno, la gigantesca masa opositora de base, queda sin referente formal; porque ante la pregunta sobre “¿quién es el líder de la oposición?”, antes, la respuesta —gustara o no gustara— era Guaidó. Ahora no hay cabeza formal, y los líderes tendrán que hacerse desde las bases. En estos dos o tres días, ante esa misma pregunta realizada en diferentes ámbitos, la respuesta se dividía entre Guaidó y María Corina… eso ya es un principio.

O es el final de una tanda de políticos sin credibilidad ni reconocimiento, y cada vez con más rechazo público o popular, que terminarán profundizando la abstención en el campo opositor, y asegurando la victoria del chavismo en la figura de Maduro. Cualquier estrategia democrática electoral de la oposición deberá ser postergada al 2030… porque para el 2024 ya se ocuparon de darle la victoria al chavismo.

Lo que aún no queda claro es si la AN2015 tiene la facultad para hacer lo que hizo. Habrá que ver hasta dónde llega todo esto, porque aún lo siento como prendido con alfileres. Aunque en la práctica, pase lo que pase después, ya el daño reputacional que se auto infligió la oposición no tiene retorno.

Social

En ninguno de los análisis de estos primeros días del año se le da un peso importante al tema social en general, y al de la pobreza en particular. Es posible que la gran diferencia con el pasado pre chavista, donde hemos tenido niveles altos de pobreza, es que, a la vista de hoy, realmente eran clase media baja. Porque tenían posibilidades de empleo, alimentación, salud y educación. Y había un esquema de valores que permitía la evolución social ascendente.

En los últimos tiempos de Chávez, él mismo reconoció que los indigentes, en números absolutos, eran 2,5 millones, lo cual, para la población de entonces, de 32 millones de habitantes, representaban menos del 8% de la población. Hoy, según Encovi, la indigencia está en el orden del 64% sobre una población del orden de los 26 millones de habitantes, para un total de 16 millones de personas. Y eso es mucha gente sin posibilidades de acceder a un trabajo, y sin acceso a ayudas estatales porque los ingresos públicos han disminuido sensiblemente… y ya no alcanzan como antes.

De allí la opción de la emigración que se reconoce, en cifras de la ONU, en un millón de personas solo en 2022, que forman parte de los 7,1 millones que emigraron desde 2015.

Económico

Siendo realista, no hay que tener muchas expectativas sobre el negocio petrolero en este 2023; es posible que la burbuja Chevron se convierta en una “tacita de plata” que pudiera llegar a los 200 mil barriles de producción a partir del 2024. Pero eso es hasta ahí. No se ve que otras empresas puedan entrar porque el espacio jurídico institucional creado a la medida de Chevron no alcanza para que entre alguien más.

Porque las expectativas de faltantes de petróleo que hicieran mirar hacia Venezuela como una alternativa, no se cumplieron; los precios no se dispararon y los inventarios siguen siendo altos. De hecho, estos dos envíos de petróleo de Chevron a EEUU, son de inventarios y no de producción nueva. Durante un tiempo no habrá producción fresca en Venezuela, por lo que los 650.000 barriles de promedio se quedarán ahí.

Si no se puede contar con ingresos petroleros extra en este año, entonces no habrá posibilidades de aumentar la inyección de dólares al sistema cambiario, por lo que el dólar oficial aumentará su brecha con el dólar de mercado. Es tratar de defender lo indefendible. Y así como al dolarizar y bajar los controles de precios la escasez desapareció y los precios se estabilizaron, habría que hacer algo similar con el sistema cambiario, unificando los mercados y dejándolos al juego de la oferta y la demanda. Porque, en definitiva, el dólar es un bien más al que deberían levantarle el control de precios.

Nosotros salimos de la hiperinflación al anclar (o semi anclar) nuestra moneda al dólar, levantar los controles de precios, y abrir las fronteras a la importación. Y lo de semi es porque el otro semi, el que no está anclado al dólar, es el que produce la inflación de demanda, estimulada por la emisión monetaria y el gasto público, que no han conseguido disciplinar. Pero la dura, la que no se puede bajar con o sin dólar, es la inflación de oferta, la inflación estructural resultante del proceso recesivo que no ha podido ser revertido, por razones de confianza (o de su falta) y por las restricciones de energía que mantienen anclada nuestra economía. Hoy no podemos enchufar al sistema eléctrico una nueva unidad de producción, sin desenchufar otra. Hoy lo máximo que podemos lograr es reacomodar nuestro sistema empresarial y de producción, sacándole la máxima productividad posible a cada Mw disponible, asociado a la producción.

Por eso mi reiterada insistencia en que hay que privatizar el negocio eléctrico, de forma tal que el estado mantenga su rol contralor y de políticas públicas, y deje de fungir como empresario, porque no lo es… de eso no sabe. No hay ni una sola de las empresas manejadas directa o indirectamente por el estado que no esté en serios problemas.

Ya liberamos, ya dolarizamos… ahora privaticemos.

Debo aclarar que lo de “dolarizamos y liberamos” no es del todo cierto porque el dólar aún no es de curso legal, y los controles están allí, como esperando a que los suelten a la calle nuevamente, y echen todo para atrás. Que, por cierto, es algo que perfectamente podría ocurrir si el gobierno se siente políticamente fuerte, y si la línea del chavismo radical termina de imponerse.

Este año va a haber que fortalecer el sistema empresario privado, reacomodando y optimizando primero lo que hay, y luego buscando la manera de dotarnos de la energía adicional para cada nueva unidad de producción.

El otro tema que funciona como una restricción rígida que inhibe las posibilidades de crecer es el de los RR HH. Hay que sacar gente de la pobreza e incorporarlos al mercado de trabajo.

En vez de ver con ojos negativos los Avantis y los Ferraris, habría que verlos como generadores privados de riqueza que siempre permea a las diferentes capas socioeconómicas de la sociedad; desde contadores e ingenieros, hasta limpieza, jardinería y mantenimiento. Desde tecnología hasta administración de inventarios. Necesitamos más de esas inversiones, las cuales están destinadas a no más de 400 mil venezolanos. Pero desde esos 400 mil saldrán de 2 a 3 millones de empleos, que a su vez gastarán en otros 2 a 3 millones de personas, que son los que componen el grupo activo que mueve la economía del país. Y así, poco a poco, los 20 millones pobres, incluidos los 16 millones de indigentes, podrían poco a poco ir incorporándose a la economía del país.

Este es el año para cuidarnos de la inflación y para ayudar a los que nos necesitan.

Internacional

El país más influyente en nuestra vida diaria en Venezuela es EE UU. Por lo que hace, por lo que no hace, por lo que nos deja hacer y por lo que nos prohíbe. Bien visto, prácticamente no tenemos capacidad de maniobra internacional, y solo nos dedicamos a administrar nuestra burbujita, más pequeña que Guatemala, y un poco más grande que Haití. Claro que la comparación es injusta porque tenemos una infraestructura, apagada, sin uso y mal mantenida, equivalente al tercer país más grande de la región, detrás de Brasil y Argentina. Porque la Venezuela que fuimos y que la ideología apagó, sigue estando allí, esperando para servir de base para volver a crecer. Pero en números de PBI, tristemente, sí entramos entre las cotas de Guatemala y Haití.

Decía lo de EE UU, porque es un país que se está preparando para entrar en guerra. Porque el tamaño de sus ejércitos estaba destinado a amedrentar y evitar tener que entrar en guerra. Ese delicado equilibrio que mantuvo con la URSS y que, a fuerza de armar ejércitos equivalentes, fue lo que hizo que la guerra fuera “fría” y que no llegara a calentarse.

Pero lo que está ocurriendo ahora, más se parece a los prolegómenos de la WWII, que a la guerra fría, que era más información, espionaje, inteligencia y contra inteligencia, más alguna que otra escaramuza militar. Esto que está pasando, los gigantescos presupuestos para teatros de operaciones y despliegue de armamentos cada vez mássofisticados en Ucrania (que es la puerta de entrada a la guerra) nos anticipa que una vez más, EE UU irá a la guerra muy lejos de sus fronteras, y considerará un enemigo a todo aquel que pueda atentar su homeland security. Y nosotros, mucho antes de que comience esa guerra, ya estamos en esa lista de enemigos.

EE UU necesita tener en orden su área de influencia geográfica. Nosotros somos los únicos díscolos de la región y debemos prepararnos para sentir de alguna manera adicional a la actual, la presión para alinearnos. Ya Trump probó de una forma, y este presidente está probando con otra, que aún no llegamos a descifrar. Es difícil pensar que se queden tan tranquilos con nosotros y nos esperan hasta el 2030.

Como les decía, EE UU se está preparando para la guerra, y las relaciones cambian en tiempos de guerra… y el más grande, casi siempre termina imponiéndose.

Recomendación

  • Al gobierno: que permita y oficialice al dólar como moneda de uso legal, sin que sea la moneda oficial. Y que de esa manera puedan dolarizarse los flujos bancarios, el mercado de valores, los encajes, y en general toda la economía. Deberíamos llegar a una economía formalmente bi monetaria
  • A la dirigencia opositora: que el vacío de información que ha generado la decisión de desarmar el interinato está siendo llenado por el gobierno, por María Corina y por Guaidó. Hoy no se sabe a quién dirigirse como oposición. Porque los 80 votos entre los 72 a favor y las 8 abstenciones ya pasaron a engrosar el grupo de los escorpiones, que se suma a los alacranes y a la mesita. Alguien debe asumir la conducción de las bases con un discurso claro y sin ambigüedades. Un discurso que la gente entienda, y que se sienta representada. Que quede claro que todo se trata del país y su bienestar, y no de ventajas personales
  • A la dirigencia empresarial: que el tema más importante que debe enfrentar una empresa en este 2023 será la inflación, con una estrategia que proteja activos, evitando pasarlos por el segmento financiero del proceso. Bienes contra bienes… lo que está pasando, cada vez se parece más al trueque. Porque hasta en el mercado de valores se comienza a redimir en especies. Atentos a las nuevas emisiones

Mail: btripier@ntn-consultores.com Instagram: @benjamintripier Twitter: @btripier

Incertidumbre es el nombre del juego

Benjamín Tripier

El daño interno a las posibilidades de la oposición de consolidarse como fuerza alternativa, ya está hecho y no tiene vuelta atrás. Deben comenzar desde cero

Este año, a diferencia de los anteriores, comienza con una crisis de institucionalidad, con esto del salto al vacío de la dirigencia opositora, quienes, peleándose entre sí, perdieron la confianza de la gente –que por cierto ya estaba bastante golpeada- y abrieron el camino a una casi segura victoria electoral de Maduro en cualquier elección que pudiera darse en los próximos meses o en el 2024.

Hay que aclarar que para la gran masa votante, esencialmente pobres y anti gobierno (aun siendo chavistas algunos de ellos), este tema del interinato, de la AN del 2015 y del TSJ legítimo (como se ha dado en llamar), no es tan relevante. Lo que sí lo es, es la pelea descarnada y el ataque despiadado que, desde hace un par de años, tienen los “compañeros” en la dirigencia opositora en contra de Guaidó, quien, curiosamente, es percibido como el último de los opositores verdaderos, acompañado, a veces, por María Corina.

Con la sesión del 30/12 de la AN 2015, y pase lo que pase en la sesión del 5 de enero del 2023, ya el daño está hecho. Porque todos los que votaron contra el interinato, lo hicieron con una sombra de irresponsabilidad y soberbia, sin dar ninguna explicación de fondo, basados –según fuimos escuchando los razonamientos- en noticias tendenciosas y nunca probadas, descargando a Maduro de los documentos originales, creando un esquema de gobierno parlamentario, pero sin 1er ministro, y dejando en manos de una “comisión” el proceso de toma de decisiones, desconociendo los principios básicos de gerencia, de organización, delegación de autoridad y toma de decisiones.

Porque para la gente, lo que queda es una sensación de desconfianza en la dirigencia opositora, y la casi determinación de no querer, ni por asomo, que alguno de ellos los gobierne en el futuro. Y como nunca votarían por Maduro, pues se abstendrán, asegurándole un triunfo electoral legal y legítimo, sin necesidad de trampas y cortapisas, lavándole la cara a un chavismo, que está pasando de ser de extrema izquierda, a, poco a poco, convertirse en un sistema económico de mercado y libre competencia.

Si liberaran presos políticos y llamaran a una elección anticipada, pues, casi sin duda, ceteris paribus, el chavismo ganaría en forma arrolladora, aunque con una brutal abstención; lo cual, en realidad, en los últimos años siempre fue así. Y la diferencia con el pasado consistiría en que ahora no sería necesario inhabilitar ni vetar candidatos, porque ellos mismos ya se auto inhabilitaron… nadie va a votar por ellos.

Hay que verlo como parte de una estrategia del chavismo llamada “plaza Altamira”, según la cual el tiempo, la paciencia, más algunos incentivos aquí y allá, hacen que poco a poco la oposición vaya cediendo banderas y espacios, y acompañando al chavismo, mientras se aseguran que siga en el poder, y ellos oponiéndose, pero cada vez con más comodidad.

Arrancó con la “mesita” como si fuera un laboratorio experimental; pero sus miembros se acostumbraron y comenzaron a sentirse cómodos con su posición de rechazo por parte de la sociedad. Y cada vez declararon menos y aparecieron menos en público porque la vergüenza tiene un límite, y ellos lo cruzaron.

Luego vinieron los “alacranes”, ya todo un poco más organizado, a quienes les dieron los partidos desde los cuales defectaron, y se convirtieron en parte de la AN del 2020, totalmente afecta al chavismo, más grande que la mesita y con más poder e influencia.

Y finalmente ayer, apareció la siguiente categoría evolutiva, que un respetado amigo (chavista de la 1ra hora y actual crítico del gobierno) llamó los “escorpiones”, con más poder que los dos anteriores, claro que a cambio de un mayor descaro en su planteamiento a favor del chavismo; porque con su movimiento abyecto, terminaron de demoler lo poco que había logrado la oposición en estos últimos tres años.

Todo lo anterior ocurre dentro de nuestra burbuja aislada del mundo. Hay que esperar a ver cuál es la posición de EEUU frente a este nuevo panorama, porque, en definitiva, lo que pasa en este ecosistema venezolano, está directamente impactado por lo que quiere o no quiere EEUU.

Porque hay quienes dicen que lo que ocurrió fue consensuado con EEUU, o por lo menos por el grupito de izquierda representado por Juan González, que tiene ganado una parte del oído de Biden. Otros piensan que es un golpe que el Madurismo le está dando a EEUU, mostrándoles que su control fronteras adentro es más fuerte de lo que parecía.

Pero no hay que llamarse a engaño: hasta que el chavismo no abandone el poder, los EEUU no dejarán de presionar, buscarán la manera de procesar este “golpe” contra Guaidó, y verán como hacen para rescatar las estructuras que se crearon para administrar la resistencia en el exterior.

Lo que sí se puede anticipar es que no le darán a una “comisión delegada” el manejo de todo aquello que estaba en manos de Guaidó quien les rendía cuenta a ellos de todo lo que se gastaba, y de todo lo que pasaba.

Porque hasta podría ocurrir que los americanos mantengan a Guaidó como la única figura que aún no se entregó. De todos modos, hay que esperar hasta el jueves 5 de enero para saber lo que está pasando, y poder hacerse uno a la idea de qué es lo que pasará.

Lo cierto es que el daño interno a las posibilidades de la oposición de consolidarse como fuerza alternativa, ya está hecho y no tiene vuelta atrás. Deben comenzar desde cero.

Y como la vida es para adelante, la oposición, ya sabiendo sin lugar a dudas quién es quién, y con quién están, deberá reconstruirse a partir de los escombros, contando solo con Guaidó y tal vez con María Corina Machado como punta de lanza de una dirigencia, la cual, con los errores y aprendizajes duramente conseguidos, sea la única que realmente interpreta lo que sienten las bases, que saben, también sin duda, que esto no puede seguir así y que las cosas tienen que cambiar.

Político

Las primarias estaban llamadas a ser la bisagra entre las gigantescas bases opositoras y el liderazgo, como para medir qué grado de representatividad de esas bases hay en cada dirigente; cada uno de los cuales cree que está preparado para ser presidente; y cree también que es capaz de arreglar esto.

Después del fiasco opositor del 30/12, lo más probable es que esa bisagra se debilite y ya sea poco probable que los altos niveles de abstención desciendan. Ese día se rompió algo, y ciertos nombres que se auto nominaban, más otros que se sentían con el derecho histórico de presentarse, ya no contarán con apoyo en las bases.

Las bases opositoras quedaron sin cabeza formal, pues adentro y afuera del país, ante la pregunta de ¿quién es el líder de la oposición?, les gustara o no les gustara, respondían: Guaidó. Ahora, hay un vacío, hay incertidumbre, y lo más grave, hay temor sobre el futuro.

Ya no es más cierto que el primer trimestre será inercial… todo ha cambiado, pues EEUU aún no se ha pronunciado, porque las variables económicas se le están escapando de control al gobierno, y porque la pobreza y la gente comiendo de la basura están por todas partes.

Así como las primarias van perdiendo contenido, algo así podría pasar con las reuniones de México. Y también con el tema petrolero. Porque todo esto que hicieron el 30/12, beneficia y fortalece al chavismo gobernante, lo cual va en sentido contrario de la estrategia de EEUU.

Por el momento, Chavismo 1 – EEUU 0.

Social

En Venezuela, lo político condiciona lo económico, y lo económico impacta sobre lo social.

Hace unos meses, antes del descalabro del dólar y de los precios, había una sensación de un grupo del 17% de la sociedad que podía vivir razonablemente bien, alimentándose, educándose, cuidando su salud, y con espacio para el entretenimiento. Y lo más importante, es que ese grupo estaba en el spot light, incentivado por los empresarios híper optimistas, y por el gobierno que obtenía oxígeno político de esa situación.

Mientras que al 83% restante, nadie le prestaba atención; para el gobierno eran innombrables, los empresarios esquivaban el tema, y solo unos pocos éramos reiterativos con la búsqueda de soluciones; y todo el peso caía en las ONG´s, y ahora, últimamente (y lo digo con tristeza) en la caridad internacional.

Los 3 mil millones que fueron noticia como fuente de reactivación, en realidad son una inyección dirigida a la pobreza; y, tanto el gobierno como los empresarios comenzaron a repartírselo sin siquiera mencionar a los destinatarios directos, en cómo se aplicarán, cómo se medirá, y en definitiva cuál será la baja de pobreza resultante de esa inyección.

Porque si bien esos recursos, o al menos una parte, provienen de fondos venezolanos congelados en el exterior, tienen que venir los de afuera a decirnos que debemos aplicarlos para mitigar la pobreza; porque a nosotros, nunca se nos hubiera ocurrido.

Tristemente seguimos con la estrategia de intentar ocultar la pobreza debajo de la alfombra; pero la pobreza ya es tan grande que no solo se nota, sino que sobresale por los lados.

Este año 2023, debe ser el año en el cual cada uno de los que tenemos la bendición de no estar en pobreza, tratemos de hacer algo; lo que sea por ayudar al prójimo

Económico

Les decía que estoy poniendo en duda que el comportamiento de la economía para el 1er trimestre de 2023, sea como una continuidad de finales del 2022. Esto es porque al haber cambiado el precario equilibrio político que teníamos, es aun impredecible el impacto que tendrá sobre lo económico, y consiguientemente sobre lo social y la reacción de las bases populares ante el riesgo del hambre.

Porque no todos pueden irse del país como ya hicieron algunos; los que se quedan, que son muchos, alrededor de 20 millones de pobres, de los cuales más de la mitad están en pobreza extrema, pueden producir algún tipo de conmoción que impacte sobre lo económico, y que impulse un endurecimiento de la posición del gobierno.

Porque la flexibilidad económica y de mercado que hoy tenemos, es precaria, y en cualquier momento pudiera revertirse; porque si al control político lo retoman los radicales, pues olvídense de dólares y del mercado.

Lo que se nota en este último tiempo es que el manejo de las variables económicas, especialmente las monetarias, se le está escapando de las manos al gobierno. El disparo de la inflación y del costo de vida, en dólares, está sacando gente del 17% y bajándola a la pobreza; y el que cae allí, difícilmente pueda regresar, porque nuestra economía está limitada en su crecimiento por varios factores, entre los cuales prima la falta de electricidad; seguido por la falta de confianza, que conlleva a que no vengan inversiones, y a que el RRHH calificado siga pensando en irse.

No cabe duda de que, como país, somos un foco de atención, y hay fondos en el exterior que estarían dispuestos a participar; pero con las marchas y contramarchas, del gobierno, y ahora también de la oposición, cada potencial inversionista lo pensará dos veces, o, al menos, elevará la prima de riesgo para entrar en nuestro país.

El tema del consumo tiene el doble filo de la rigidez en la oferta de bienes y servicios, en frente de una capacidad de demanda variable, siempre superior a lo que se puede comprar, la cual hace que los precios siempre suban… siempre. Y, con cada inyección de bolívares al mercado, se colapsa la demanda (por falta de oferta) y todo termina en el mercado de los dólares, los paralelos, los de verdad, presionando también a la suba del tipo de cambio.

Internacional

Últimamente estoy siguiendo en forma diaria a un corresponsal de guerra que está trabajando en el frente de batalla entre Rusia y Ucrania. Viendo en tiempo real las condiciones de vida, tanto de los civiles, como de los militares ucranianos. Ya desde hace días que el ejército ruso está en retirada, dejando tras de sí devastación y muerte. El dicho de que “aquí no volverá a crecer la hierba” luce extremo –porque sí volverá a crecer- aunque es muy gráfico en cuanto a lo que dejan tras de sí los rusos en su huida.

La maquinaria militar mundial de última generación ya está en producción y es difícil que se detenga. Las líneas de producción de tanques y vehículos militares, de drones y de misiles, están activas y con contratos enormes y de largo plazo. Las ayudas internacionales a Ucrania están orientadas a esa industria. Esa guerra no se detendrá y, por el contrario, se alargará en el tiempo.

Y toda la producción de bienes desde esas zonas geográficas tenderá a ser reemplazada por fuentes diferentes a Rusia, Ucrania y Turquía, y todo indica que se moverá hacia Latinoamérica.

Pero Latinoamérica está bajo control político de la izquierda, la cual ha demostrado no ser business friendly, haciendo que cada país de Europa deba pensarlo dos veces antes de comenzar a establecer contratos de abastecimiento a mediano plazo. Y eso es extensivo al petróleo venezolano, que todo indica que se mantendrá en la cota de producción actual –debajo de los 700 mil bpd- por mucho tiempo más.

Habrá que esperar a que Argentina cambie hacia el centro derecha, y que a Lula le pongan límites duros para gobernar en Brasil, para que recién entonces se pueda pensar en que los países grandes de la región lideren el movimiento positivo hacia convertirnos en los nuevos proveedores de Europa.

Recomendación

  • Al gobierno: Que se oriente a traspasar al sector privado toda actividad de perfil empresarial de producción y de servicios. Y que comience por la electricidad, que hoy es el principal obstáculo para nuestras posibilidades.
  • A la dirigencia opositora: Que se autodefina y se presente nuevamente, para saber quién es quién, de ahora en adelante. Aunque por las votaciones del 30/12 ya se puede anticipar, sería bueno algún mensaje de esperanza hacia las bases. Guaidó, último exponente de una verdadera oposición, debería tomar posición y explicar cómo queda el escenario.
  • A la dirigencia empresarial: Que, frente a estos cambios de viento en la oposición, cierre filas y se mantengan alejados de la política. El gran objetivo empresarial de este año, debe ser mantener el sistema empresarial al máximo de sus posibilidades.

https://www.elnacional.com/venezuela/analisis-de-entorno-incertidumbre-e...

Análisis de Entorno: 2023, Fantasía versus Realidad

Benjamín Tripier

Este es el momento del año en el que se terminan de afinar las expectativas para el año siguiente. Y el escenario inercial es el que termina imponiéndose como el que tiene mayor probabilidad de ocurrencia, al menos en el primer trimestre del año.

Lo cual significa que en lo político no se esperan cambios, que en lo social la pobreza seguirá muy alta, aunque muy sensible a bajar cada vez que haya un mínimo de reactivación económica, y que en lo económico continuará la pulseada entre el ala dura del chavismo de Chávez y del Plan de la Patria, contra el ala liberal -neo chavismo, le llamo- de Maduro y de Delcy que está más fuerte que nunca antes desde que comenzó esta nueva manera de hacer revolución, permitiendo que el dólar fluya primero y dejando al mercado hacer su trabajo después, lo cual produjo el milagro del reabastecimiento en 2018.

Y no hay que perder de vista el ámbito internacional que por razones del alta geopolítica y de la guerra en Ucrania y en Rusia nos está alejando de las amistades que el chavismo cultivó (Irán, China, Rusia y Turquía), por lo que nos hemos quedado aislados en este lado del mundo, sin poder de contrapeso en una zona que responde íntegramente a EE UU.

De allí que buscando organizar contrapesos, hayamos regresado en forma reactiva a la estrategia de las asociaciones regionales, reviviendo el ALBA, reimpulsando la Celac, y reactivando el Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla. Claro que, sin petróleo, es difícil reconstruir el entramado de antes, pero todo el 2023 se nos irá intentándolo.

De cara adentro, el chavismo mantendrá el poder absoluto que hoy ostenta, y la dirigencia de oposición, sin ideas nuevas, seguirá moviéndose al ritmo que el chavismo le marca, en una estrategia que ha venido funcionando sistemáticamente los últimos años, que es que todo se mueve, pero al final, Maduro sigue en el poder, y la dirigencia de oposición, bueno, sigue oponiéndose. Ambos lados de la política, distanciados de las bases que son esencial y mayoritariamente opositoras.

En el marco anterior, cada ida y venida (que siempre terminan en el mismo lugar: “Maduro sigue en el poder, y la dirigencia de oposición, oponiéndose”) producirá olas de expectativas positivas y negativas que acompañarán a los movimientos devaluatorios del dólar, los cuales, a su vez, inducirán una inflación creciente donde siempre los ingresos correrán detrás de los precios y los que no puedan alcanzarlos, pues caerán en la pobreza.

Aunque hay que estar claros que hay una alta sensibilidad entre el aumento de la utilización de planta y la baja de la pobreza. Porque estos crecimientos de entre el 5 y el 8% que algunas instituciones mencionan en realidad son solo mayor utilización de la capacidad instalada existente, porque en realidad estamos impedidos estructuralmente de crecer por las restricciones de energía eléctrica y de las energías primarias que están detrás de la electricidad. Y de la hidráulica del Caroní, tenemos restricciones de equipos de generación, de vulnerabilidad en la transmisión mayorista, y de los problemas de mantenimiento en subtransmisión y distribución a todos los niveles.

Por eso es que una mayor inyección de recursos monetarios a la economía, si se levantara el encaje y se expandiera el crédito solo aumentaría la presión sobre la oferta, pues esta, como les decía, no depende para crecer de la inyección de recursos monetarios, sino de inversión focalizada en el sector eléctrico. Porque sin electricidad cualquier expectativa de crecimiento, sería una fantasía. El PIB de un país, es la electricidad que tiene… o que no tiene.

Por lo que este 2023 nos depara un reacomodo de los recursos con los que ya contamos, optimizando su utilización. Y ya con eso, aunque no haya cambios mayores, será suficiente como para al menos mantenernos.

Político

Mientras en la dirigencia opositora siguen trabajando en las primarias y haciendo presencia en México, el chavismo continúa en un proceso interno de poner orden entre sus fuerzas, las cuales se debaten entre el chavismo clásico del Plan de la Patria, o el neo chavismo de Maduro y Delcy. Todo indica que el neo chavismo terminará imponiéndose, pero en la diatriba la que sufre es la economía.

Lo que está pasando con el dólar y la sensación de retroceso por lo del IGTF y la Sundde nuevamente en la calle, son una muestra de que el chavismo clásico se fortalece con el freno a cualquier idea privatizadora, y con la vuelta de las declaraciones altisonantes del “dólar mayamero” y del empresario especulador. Que del lado “neo” saben que no es así, pero que deben mostrar empatía con el ala dura, para evitar una ruptura sin retorno.

Difícilmente esa ruptura ocurra, pero habrá que hacer concesiones internas de forma tal de reunificarse, por lo que es difícil esperar que, al menos en este año 2023, haya cambios mayores en el ámbito político. No imposible, pero si difícil que ocurra.

Porque las elecciones del 2024, en caso de ocurrir, o si se adelantan, no producirán cambios en la estructura de poder. Diosdado Cabello dijo que “no vamos a llamar a elecciones para perderlas”, y ese es el caso duro que debería servir de referencia, al momento plantear los futuros posibles.

El 2023 será un año muy parecido al 2022 en cuestiones políticas, más que nada porque las sanciones seguirán igual o más fuertes, considerando que las posibilidades de flexibilizarlas están asociadas precisamente a algo que este año no parece que vaya a ocurrir, que es un cambio de poder o al menos una señal clara de que algo así pudiera pasar… pero algo así, no está a la vista … así que seguiremos sancionados.

El interés primario de EE UU con respecto a Venezuela, no está en el petróleo, sino en que dejemos de ser una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interna de EE UU”, y eso, según ellos, se logrará solo cuando el chavismo salga del poder, o cuando, si no sale del poder, pero Maduro sea sustituido, dejemos de ser “antimperialistas” que a todos efectos significa dejar de ser anti EE UU.

Los americanos nunca –y resalto nunca- permitirán que el actual gobierno de Venezuela cuente con recursos suficientes, que puedan luego ser utilizados en contra de ellos. Y con esa premisa en mente, es difícil fantasear con que nos permitirán algo más de holgura económica, si no se producen cambios reales.

Social

La situación de la pobreza en Venezuela se ha vuelto crítica. Es un tema del que no se habla. O por lo menos no se habla ni a nivel político, ni a nivel económico. Solo lo mencionan los interesados formales en los temas sociales, tales como la Iglesia, las organizaciones de desarrollo social o las universidades como la UCAB que tiene a Encovi.

Y al no hablarse, no se hace nada por solucionarlo. Porque el primer paso es reconocer el problema, el segundo hacer una caracterización/ diagnóstico, tercero hacer un plan, y recién luego ejecutarlo; tomando consciencia de que cuando digo “hacer un plan” digo, identificar la fuente de recursos.

Pero eso no está ocurriendo, ni siquiera el primer paso. Porque la información de Encovi es considerada como “golpista” desde el chavismo, y no tomada en cuenta, ni siquiera en los discursos, desde la oposición.

Lo único que realmente está quedando es la buena voluntad privada, ya sea personal, ya sea empresaria a través de la RSEX. Porque solo con empleos privados se sale de la pobreza. Pero mientras eso ocurre, esa gigantesca masa del 83% de los venezolanos está por su cuenta y solo le queda irse del país con la esperanza de estar mejor que aquí.

Debemos prepararnos a coexistir otro año más con la gente comiendo de la basura. Porque la rebaja de la pobreza del 94% al 83%, atribuibles al aumento en la utilización de planta del 18 al 30% solo se dio en la parte de la pobreza que aún tiene capacidad para incorporarse a la economía. Pero las capas más pobres, a nivel de miseria, no fueron tocadas, ni minimizadas por el discreto aumento de la actividad económica.

Rebajar la pobreza debe convertirse en el objetivo crítico del sector privado, porque la experiencia nos lo muestra trágicamente todos los días: el Estado solo no puede con eso. Hay que hacer algo desde el campo privado, y hacerlo rápido. Eso se llama consciencia social, y desde las empresas, Responsabilidad Social Empresarial Extendida, RSEX.

Económico

A lo largo del año el precio del dólar nos va mostrando que es el precio maestro de toda la economía, que es el precio que importa porque un porcentaje muy alto de las transacciones se hacen en esa moneda, y la diferencia se referencia en dólares.

Y su comportamiento, a su vez, es un indicador del estado de ánimo y de las expectativas. Cuando el precio del dólar crece al ritmo de la inflación se siente una cierta estabilidad, como si todo estuviera en equilibrio, pero cuando ese precio aumenta en mayor grado la percepción cambia y los equilibrios se pierden.

Lo anterior pudiera ser visto como que estamos permanentemente en un equilibrio inestable, que cuando se pierde ya no busca regresar, sino que se aleja más. Pero en realidad, nuestra economía perdió los equilibrios hace ya mucho tiempo y lo que realmente vivimos son pseudo equilibrios que comprenden solo un conjunto limitado de factores y que son los que nos dan esa sensación de equilibrio.

Entre agosto del 2021 y mayo del 2022, el precio del dólar se mantuvo relativamente estable, porque se había logrado una cierta disciplina monetaria y fiscal, y con los pocos ingresos que había, con las remesas semanales del BCV a la banca, se podía lograr esa sensación que llevó a que los optimistas acérrimos, acuñaran el concepto de “Venezuela ya se arregló”.

Mientras que los optimistas informados sabíamos que eso era algo transitorio y que las variables de la economía iban a alcanzar por su cuenta los verdaderos valores que tenían. Porque en una economía pequeña como la nuestra, con muy pocos recursos financieros que se aporten, ya se puede moldear su comportamiento pero cuando ese modelaje trata de mostrar algo que “no es”, pues entra en crisis y la solución que queda es la misma que el gobierno entendió que era la que funcionaba: dejar que el mercado trabaje sin intervención y que trate de optimizar los menguados recursos que se inyectan en la economía.

El salto que dio el precio del dólar en el último par de meses se debió a intervenciones de la tesorería, inyectando más poder de compra que los bienes y servicios que había para comprar. Y con esa presión extra de la demanda y con una oferta limitada y rígida, pues el sistema de precios de referencia se vio sobre exigido y se canalizó vía aumentos de precios, no solo de todo lo demandable, sino, principalmente, del dólar visto desde esta perspectiva como otro bien mas, cuya oferta es limitada, pero su demanda es infinita.

El comportamiento del precio del dólar lleva al sistema de precios de la economía a comportarse como escalones, con pisos a veces cortos y a veces largos, y con alturas a veces bajas y a veces, como lo que estamos viviendo, más altas que lo usual. Lo cual es previsible porque con ofertas limitadas por la recesión la demanda por pequeña que sea siempre va a terminar superándola.

Un tema que no hay que perder de vista es el atraso en la entrega de los dólares que se compran a la banca que tiene un mínimo de dos semanas y un máximo de seis semanas. El peligro de ese atraso, que comenzó en 15 días, es que se siga extendiendo y acumule una masa tal que se convierta o bien en deuda, o bien en corralito.

Porque lo que hay es un corralito parcial de seis semanas, el cual cuando ya se convierta en más tiempo, puede pasar a convertirse, o bien en deuda (tipo Cadivi) o bien en corralito permanente. Lo cual es poco probable porque atentaría contra el flujo normal de pagos que es esencialmente en dólares. Antes de llegar a eso, siempre están los dólares en custodia que desde hace tiempo están en la mira de las autoridades de la economía.

Las custodias están allí, son una masa importante y aun no encuentran la vía de utilizarlas sin crear un caos generalizado. Porque más allá del daño patrimonial para los tenedores de esos dólares, está el daño casi irreversible que se le haría a nuestra precaria economía. Y si eso ocurriera, pues sería un triunfo del ala radical del chavismo y un retroceso muy grave a lo que se ha dado en llamar el “plan Rivera”.

Para este fin de año se prevé que el dólar paralelo atrase su ritmo de devaluación y que el oficial se le acerque lo suficiente como para dar un mensaje de calma y estabilidad, con un nuevo piso para arrancar el año que debería estar entre los 17 y los 20 bolívares por dólar.

Lo anterior es importante porque incide en las expectativas de inflación, la cual, si bien ya no es del 500 mil por ciento y ahora está en el entorno del 200%, aun es hiperinflación y en esas condiciones, un salto es cuestión de horas o de días… por eso es que estos saltos como el del último mes y medio son peligrosos. Porque si la gente –que es el mercado- piensa que las cosas van a andar mal… pues andarán mal. Y los 180 millones de dólares que se inyectaron esta semana no serán suficientes para frenar expectativas negativas.

Internacional

El caso de Perú, con la salida de Pedro Castillo del poder y su reemplazo por su vicepresidente está dejando a la vista grietas conceptuales entre los miembros del resto de la izquierda latinoamericana, que en estos momentos históricos son mayoría en la región.

La disección del proceso peruano alineándolo con los preceptos constitucionales de cada país, siempre en el marco del derecho internacional y el respeto a los DD HH muestra una secuencia de eventos que en cualquier otro país no se hubieran sucedido con la velocidad de reacción de la institucionalidad peruana. Porque la velocidad de reacción marcó la diferencia y convirtió la presión social y política interna contra un mal gobierno en un autogolpe que fue conjurado casi inmediatamente y en cuestión de horas ya había un nuevo presidente.

Y las protestas de la calle, que poco a poco van amainando y siendo controladas no son reacciones a la salida de Castillo, sino esencialmente son protestas contra el gobierno por reivindicaciones pendientes.

Las posiciones de los diferentes presidentes de la región en realidad deben ser leídas basadas en sus propios riesgos y temores, así como en las conveniencias personales. Nada que ver con el estado de derecho y el manejo constitucional; y menos que menos con la consistencia conceptual en relación con otros casos.Habría que comparar las argumentaciones en el caso peruano con las que utilizaron para posicionarse en el caso de Bolivia, con la salida de Evo Morales. En Perú el presidente depuesto está preso, y en Bolivia, lo está la presidente emergente. Distinta vara frente a conceptos equivalentes.

El otro tema, también de la región, es el acuerdo previo a la preparación de la nueva Constitución chilena, el cual ya incluye los ajustes y adaptaciones que llevaron al fuerte rechazo popular al primer proyecto cooptado por la izquierda.

Una de las cláusulas dice “La soberanía tiene como límite la dignidad de la persona humana y los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales ratificados por el Estado de Chile y que se encuentren vigentes. La Constitución consagrará que el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos”.

Lo cual implica la expresa renuncia a que desde el exterior intervengan si, como está pasando en algunos países de la región, la población está siendo secuestrada por un sistema que viola los derechos humanos y somete a torturas y muerte a los que se le oponen, y al mismo tiempo destruye el patrimonio del país, degradando el PBI a niveles que solo generan hambre y llevan a la gente a abandonar el país por el medio que sea, aun a riesgo de la propia vida.

Si eso realmente se incorpora en la constitución, entonces la excusa de la soberanía y la autodeterminación se acabaría y se podría invocar la ayuda internacional, que en ese caso sería de liberación e independencia y no de intromisión en los asuntos internos.

La tortura, la pobreza y la destrucción nunca deberían ser “asuntos internos” …

Para poner en perspectiva la situación de las izquierdas gobernantes, la mitad y en algunos casos mucho más de la mitad de la población votante de esos países está en contra de sus gobiernos, limitando de esta forma que puedan repetirse los casos que en el pasado llevaron a las dictaduras de izquierda que aún permanecen en la región.

Por eso ya el mapa no es más rojo, sino que es de un rosado suave, y con el péndulo muy cercano a convertirse en azul. Ya queda solo un par de casos rojos en nuestro mapa Latinoamericano y caribeño…

Recomendación

  • Al gobierno: Que salga al rescate de la credibilidad de la estrategia de mercado dando señales concretas y comprobables de que casos, como el de los controles, las amenazas y las devaluaciones aceleradas no se repetirán. Más que nada porque la confianza que en forma precaria se va construyendo, se derrumba con cada uno de estos casos y hay que comenzar nuevamente, pero ahora sabiendo que el retroceso es una opción más posible que hace unos meses.
  • A la dirigencia opositora: Que genere un plan alternativo que postergue la democracia interna y se concentre en colocar un candidato aceptable por el mundo, adentro y afuera, como Guaidó, de forma tal de asegurarse que no se vota por él por simpatía o afinidad sino para lograr un cambio en el poder. Y, recién entonces, un par de años después, convocar las elecciones “verdaderas” en la tranquilidad de que aun perdiendo cualquier candidato el país siempre ganará… porque será siempre en democracia
  • A la dirigencia empresarial: Que ponga foco en las economías primarias del interior del país con énfasis en lo agropecuario. Caracas tiene el foco comercial y gerencial pero las verdaderas economías productivas están en el interior. Las giras de la dirigencia por el interior son importantes y deben resultar en acciones concretas, orientadas a las finanzas corporativas, alianzas, fusiones y adquisiciones considerando al mercado de capitales como una opción fuerte.

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Análisis de entorno: “Tanto mercado como sea posible, y tanto Estado como sea necesario”

Benjamín Tripier

Cuando hay dudas sobre cómo interpretar las posiciones de los actores políticos y económicos para la realidad venezolana, sugiero volver a las bases y poner las cosas en la perspectiva del tiempo.

A un año de asumido Hugo Chávez, sin que aún se supiera a ciencia cierta cuál iba a ser el posicionamiento internacional del gobierno de Venezuela, nos encontramos con la terrible tragedia del deslave de Vargas, que conmocionó al mundo.

Estados Unidos mandó, sin pensarlo dos veces, la ayuda logística que consideraron necesaria, y Chávez, los rechazó casi llegando a costas venezolanas: los mandó de regreso a su casa, pese a que realmente hubieran hecho la diferencia, y hubieran aliviado mucho del daño y el dolor infligido por la naturaleza.

Esa fue la primera señal concreta de que, para él, y para su gobierno, EE UU era el enemigo; iba a ser el referente negativo de la revolución en la que estábamos entrando: de allí en adelante, todo, absolutamente todo, iba a ser antimperialista; es decir, anti EE UU.

Iban a venir otros eventos, cada vez menos sorprendentes, pero sí más agresivos con los americanos; vendría lo del azufre en la ONU y, ya saltando al futuro con Maduro al frente de la revolución, la expulsión de la embajada de EE UU.

Fueron declarados como enemigos, y como complemento, la revolución se hizo íntima amiga de todos los enemigos reales de EE UU, generando un espacio de aislamiento progresivo que consolidó la presidencia de Trump con sanciones muy fuertes.

Pero esa enemistad era por parte del gobierno, y nunca fue por parte del pueblo venezolano que había logrado una simbiosis con la cultura de los americanos que ya formaba parte de la cultura del venezolano. Todo, absolutamente todo, en este país, estaba, directa o indirectamente vinculado con EE UU; desde el deporte, hasta la moda; desde la música, hasta las películas; desde la educación, hasta nuestra fuente principal de ingresos, que, en esos momentos, era el petróleo.

Y allí comenzó una relación cruzada del pueblo de Venezuela manteniéndose como amigo de siempre de EE UU, mientras el gobierno lo trataba como enemigo; haciendo lo posible por volverlo una realidad. Trató de importar amigos nuevos, como Rusia, China o Irán, pero siempre se quedaron como amigos del gobierno, y nunca llegaron a hacer click con el pueblo venezolano, que no los entendía, y los rechazaba. Aunque lo intentaron, nunca pudieron hacer que los iraníes se incorporaran, ni los rusos y bielorrusos, y menos que menos los chinos. Todos, absolutamente todos, terminaron yéndose del país.

La introducción anterior fue para poner en perspectiva por qué los gobiernos sucesivos de EE UU, cuando llegó el momento, apoyaron a la Asamblea Nacional que representaba al pueblo amigo, y reconocieron que el gobierno siempre iba a intentar imponer su antimperialismo.

Por eso es que es difícil pensar que los americanos van a aceptar ayudar al gobierno y permitirle hacerse de recursos económicos que puedan luego usar en su contra; al pueblo sí, pero al gobierno, no.

Por eso la ayuda humanitaria, y por eso las sanciones. Y es por eso también que las sanciones no se levantarán mientras la revolución antimperialista siga en el poder. Porque está claro que el objetivo principal, sigue siendo sacar del poder al chavismo. Hay quienes dicen que no; que con que salga Maduro ya estaría bien, así la revolución continúe bajo otros mandos. Pero no; nada mejorará mientras el gobierno mantenga a EE UU como su enemigo estratégico; mientras mantenga al antimperialismo como su carta de presentación, militar y política.

A partir de allí, se puede entender que EE UU apele a diferentes métodos para el cambio de gobierno en Venezuela. Trump lo intentó con amenazas militares nunca cumplidas, y Biden estimulando el diálogo; pero agregando que la “paciencia de EE UU no es infinita”. Por lo que, si lo del diálogo se convierte (tal como ya se ve que está ocurriendo) en una estrategia dilatoria más, pues entonces, seguramente buscarán otra manera, que no será tan suave como las dos anteriores.

Político

El diálogo (o el método de interacción que se decida) en México está detenido; por ahora es hasta enero, pero la experiencia indica que, como hay tanto en juego para el gobierno chavista, posiblemente se dilate entre idas y venidas, otro año más para conseguir algún resultado. Porque la liberación de los fondos y el waiver a Chevrón, perfectamente pueden frenarse si no se ve voluntad política por parte del gobierno. Y hoy, no se ve… o por lo menos, no se ve con claridad esa voluntad.

Mientras tanto la oposición sigue avanzando con sus primarias, pese a que ya hay avisos de varios aspirantes que no quieren ser eliminados en primarias, y adelantaron que ellos van por fuera. Porque si hay algo que tiene la oposición es exceso de candidatos. Cada uno cree tener lo que hace falta para manejar el país.

Y el otro tema es que se manejan con una fecha rígida de mediados del 2023, cuando el chavismo sigue amenazando con adelantar las elecciones a 2023, inclusive haciendo coincidir la fecha del adelanto con las primarias. En fin. Pareciera que falta flexibilidad y –tal vez principalmente- tienen mucho yoismo que les hace perder de vista que no están en una situación democrática normal, sino que se trata de un estado de excepción, que ellos perciben como normalidad. A veces pareciera que tienen una disociación con la realidad.

Y una muestra tangible de la excepcionalidad, es que esta misma semana Maduro y Cabello, ambos, condicionaron la realización de elecciones libres, a que sean libres de sanciones… y que si no era así, pues no habría elecciones… o al menos, que no serían libres. O sea, que no son un derecho constitucional sino una concesión graciosa… y una concesión graciosa no se hace para perder.

Y en un nivel más operativo, tampoco está claro cuál será la aproximación a un proceso electoral cuando 25% de la población ahora reside en el exterior… no por voluntad migratoria, sino impulsados por las circunstancias. Tampoco en qué consistirán las garantías electorales, las proscripciones de personas y partidos, y en general cuáles serán las reglas de juego… en qué se diferenciarán de los casos anteriores.

Lo otro que no se puede perder de vista es la reunión de Maduro con los partidos, que siendo de oposición, fueron intervenidos y entregados a simpatizantes del chavismo. Son los que se han dado en llamar los alacranes, quienes juntos con la mesita componen una oposición que realmente no se opone.

Pero no perdamos de vista que lo anterior también lo saben los americanos quienes son, en definitiva, los que, sin estar sentados formalmente en la mesa, son quienes manejan el juego. Y, así haya elecciones y gane el chavismo, si no hay una declaración concreta, y la presentación de un plan que le muestre al mundo que ya no serán más una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interna de EE UU”, pues las sanciones no solo no se levantarán, sino que se corre el riesgo de entrar en un ambiente más complicado para nosotros.

Insisto en que es muy peligroso jugar con países que se están preparando para una guerra, y que una vez que entren en ese camino, intentarán resolverlo todo por esa vía. La guerra, como la continuación de la política, pero por otros medios…

Social

Inclusión social significa dejar de ser pobres; incluirse en la economía como sujetos activos capaces de generar su propio sustento a cambio de su contribución al producto, visto como actividad económica retributiva, orientada al bienestar.

La diferencia entre 10% más rico y 10% más pobre es de casi 70 veces, con un ingreso promedio per cápita del más rico de 553,2 dólares, mientras el más pobre es de unos 8 dólares al mes.

El desbalance anterior solo se podrá remediar mediante el aumento de la actividad empresarial privada, y ya no se puede contar con que el estado genere oportunidades, pues los empleos que vienen desde ese lado no contribuyen al PIB, y los subsidios van perdiendo continuidad, en cuanto a frecuencia, y en cuanto a calidad y contenido de las ayudas alimentarias.

Lo que sí es importante reconocer es la creación del Sistema Patria, plataforma capaz de asignar subsidios directos a las personas, sin la necesidad de subsidiar a los productos. El tema es que esa plataforma, que es muy poderosa, no está transportando valores de calidad, sino que transporta bolívares que no solo de devalúan a mucha velocidad diaria, sino que, en el proceso de protección del ingreso, se orientan a demandar dólares, haciendo que la devaluación aumente, y que eso, de una u otra forma, incida en el aumento de la inflación. La cual, a su vez, empobrece más a quienes reciben esos subsidios.

La consecuencia de lo anterior es la nueva ola de migrantes que según Encovi pasó de un rango de edades de 15 a 29 años en la primera, a ser de 30 a 49 en esta segunda; que se explica, medianamente, en la reunificación familiar, la cual, si realmente las cosas hubieran mejorado aquí adentro, podría haberse convertido en retornos; los cuales están en el orden de 6%: de cada 100 que se van, retornan 6.

Económico

El deslizamiento del valor del dólar referencial, que es el paralelo, no se detendrá hasta que se haya completado la inyección de bolívares en la economía, producto de los necesarios bonos de fin de año. Y como se trata de un dólar de mercado, está influido, no solo por la disponibilidad de bolívares, sino también por las expectativas de la gente y la confianza en la continuidad de las medidas flexibles por las que, desde hace más o menos un año, transita el gobierno de Venezuela.

Esta situación podría ser atenuada si hubiera información disponible que permitiera a los actores económicos (p. ej. cada uno de nosotros como consumidores) tomar mejores decisiones. Pero, seguramente, explicitar una situación “de hecho” de libre mercado, podría acarrear problemas a lo interno de la revolución, que no termina de convencerse que la solución está en el mercado y no en el Estado: “Tanto mercado como sea posible, y tanto Estado como sea necesario”.

Porque, lejos de mejorar las expectativas, si no se dan mensajes concretos y directos en contrario, tanto el regreso de la Sundde a la calle como la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, traen reminiscencias de las épocas más oscuras de la revolución, que llevaron a la brutal caída del PIB y de la producción petrolera.

Si la gente piensa que algo similar pudiera ocurrir, pues seguramente ocurrirá; es la profecía autocumplida, o una de las leyes de Murphy. Y que ese 8% de crecimiento que anunció Fedecámaras en esta semana, pues podría ser el punto de partida para una nueva caída.

Es una situación muy delicada, porque si bien la economía está cada vez más en manos privadas, aún no es suficiente como para que lo político no influya fuertemente en lo económico. Es bueno considerar que aún no hemos llegado al nivel del Perú, donde caen gobiernos y presidentes, y la economía sigue sólida y estable. En nuestro caso, lo político puede cambiarlo todo, de un momento para otro.

En nuestro caso, la economía está en manos privadas porque el gobierno así lo decidió, y no por mérito o conquistas propias del sector privado. Y es por eso que, así como decidió para un lado, también puede hacerlo para el lado opuesto. Claro que ya no le resultará tan fácil retroceder completamente, pero mandará mensajes confusos que pueden afectar los cimientos de esta incipiente economía de mercado.

Estamos en un momento crítico en el cual la actividad empresarial privada debe sostenerse y mostrar fortaleza, porque la baja de la pobreza depende esencialmente de la actividad privada.

Internacional

Con diferencia de horas, en Perú destituían al presidente por corrupción, y condenaban a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua a la vicepresidente argentina, por la misma razón: corrupción… miles de millones de dólares en el caso de Cristina, mientras aún no se ha cuantificado la estafa de Pedro Castillo.

Lo del Perú era una muerte política anunciada, mientras que en el caso de Argentina había dudas de cómo resultaría, porque Cristina estaba en el poder y con una capacidad de castigo y daño a sus enemigos, muy grande: inspecciones de impuestos, amenazas personales a ellos y sus familias y amigos, y en general todo el poder del estado atacando a la justicia, último baluarte de defensa de la institucionalidad.

Claro que, si bien el poder ejecutivo estaba cooptado por el kirchnerismo gobernante, el Congreso tenía fuerzas para compensar, y solo quedaba la justicia, la cual, aun con jueces y fiscales nombrados por el kirchnerismo, pudieron mantener la independencia, y así lograr la condena. Tomó muchos años, pero finalmente se logró.

Por supuesto, como aún hay anillos de defensa y protección para los corruptos en Argentina, quedan instancias de apelación que pudieran tomar varios años más, hasta el punto que, tal vez nunca se llegue a una sentencia firme por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El caso referencial es el del expresidente Carlos Menem, que llegó a estar preso, y logró, no solo ser senador hasta su fallecimiento, sino que nunca se terminó su caso; y por supuesto, una vez fallecido, pues se extinguió… y su familia y herederos pudieron disfrutar del dinero mal habido, sin sufrir ninguna pérdida. Excepto tal vez la reputacional. Pero en los países de nuestra región, esa corrupción, en el imaginario colectivo, se asimila a viveza criolla, y termina siendo aceptada e internalizada.

Recomendación

  • Al gobierno: que genere un escenario de ampliación del uso del dólar y que se pueda incluir a la administración pública entre los beneficiarios. Solo imaginarse asignación de dólares vía el Carnet de la Patria, ya no solo se recuperaría un alto nivel de confianza en la economía, sino que se sinceraría una situación negativa que conlleva altos costos transaccionales. Habría mucho que cambiar, comenzando con la unificación cambiaria y las leyes del trabajo, pero se lograrían grados importantes de estabilidad que hoy no existen.
  • A la dirigencia opositora: que se prepare para repensar su estrategia, porque van cambiando las situaciones del entorno, pero ellos mantienen la rigidez de sus acciones. Hoy, que deberían “poner a bailar al elefante” se mantienen aferrados a situaciones que de hecho ya no existen más.
  • A la dirigencia empresarial: que el mercado de valores es el ámbito propicio para la construcción del fondo de apoyo a empresas con problemas, no solo por la estructura de los métodos de participación, sino principalmente, para la fluidez del manejo de las participaciones, ya sea para incorporarse, como para salir del fondo. Y que todo eso pueda transarse en la Bolsa.
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Análisis de entorno: Esta vez el mercado perdió

Benjamín Tripier

Entre México y Chevrón se han repartido los temas de la semana, haciendo que el día a día real, en la Venezuela real post petrolera, salga del spot light, arrastrando con eso cualquier potencial solución a la profunda crisis interna que vivimos.

Es una especie de negacionismo congénito capaz de reemplazar el fenómeno Avanti/Ferrari con el de Altum, el restaurante flotante en Caracas, que cuelga de una grúa a 50 metros de altura. Nada sobre la ola de inseguridad que arrancó sobre algunas urbanizaciones, acompañado de gente buscando su sustento en la basura, fenómenos que habían bajado su presencia en los últimos meses: pues volvieron… ambos.

Lo que no quiere decir que no sea positiva la creación de nuevos negocios, especialmente dirigidos al segmento de lujo y ultra lujo que se ha ido generando, superando a cualquier burbuja saudita de las venezuelas del pasado: esto que está pasando es inédito. Porque la actividad genera empleo en cascada, desde los especializados, hasta los más comunes de respaldo como la limpieza, el servicio de café y el valet parking.

Porque la solución para nuestra sociedad está en la actividad privada, ya sea para el segmento del lujo, como para el resto. La solución no está en el petróleo, que nunca llegó a permear en nuestra sociedad como actividad productiva, sino como un proveedor de recursos que en los momentos cúspide de la actividad petrolera, de 3,3 millones de bpd, en camino a los 5 millones de bpd, generó 40 mil empleos directos en un país de 30 millones para ese momento; y que en la medida que fue derrumbándose, llegó a tener hasta 250 mil trabajadores, pero no petroleros sino en actividades de dudosa efectividad.

Así que ahora, con alrededor de 600 mil bpd de producción, menos podemos esperar que le vaya a cambiar el perfil a la economía… al menos mientras siga en manos del estado. Porque lo ideal sería privatizar la expansión, no como empresas mixtas, sino enteramente privadas, con capital nacional (que pueda buscar o no socios –posiblemente pymes- petroleros en el mundo) y preparando y contratando personal nacional… sacando gente de la pobreza con trabajos genuinos y no con planes y misiones sociales… o empleos públicos no contributivos.

La única manera que tenemos de volver a ser un país petrolero, es abriendo ese negocio al sector privado nacional e internacional, quedándose el Estado con la administración de concesiones y el cobro de impuestos y regalías.

La participación de Chevron, ya sea como está ahora, o como vaya a quedar después de firmar los acuerdos, siempre será buena para el país; porque es una empresa activa que genera empleos; y que si generara más sería mejor, pero con que no se vaya de Venezuela, ya es un avance. Porque por más político comunicacional que sea el tema, para ellos, internamente, se trata de organización y de procesos, de tecnología y análisis de riesgo, y también, de cobrar lo que se les debe.

Lo importante es que Chevron sigue aquí, y que tienen toda la predisposición positiva y el profesionalismo como para no dejarse arrastrar a la arena política.

Político

El gobierno ha vuelto a poner en duda lo de las elecciones. Lo cual reafirma que no es un derecho propio y constitucional de los venezolanos, sino que se trata de una concesión graciosa por parte del chavismo. No solo que las haya o que no, sino principalmente que funcionen como debe ser… porque todo el mundo acepta que como están llevadas a la práctica en Venezuela, pues no está bien. O sea que son dos niveles de concesiones: que haya o que no haya elecciones, y que, si las hay, que sean bien hechas.

Lo anterior se ha dado en llamar “elecciones libres”; pero que en las últimas horas fue ampliado y complementado por Maduro y Cabello, como “elecciones libres de sanciones”. Porque lo nuevo es que, si los americanos no levantan las sanciones, ellos dicen que no habrá elecciones… ni las libres, ni las usuales. Es un nuevo escenario.

Porque en el chavismo entienden, y desde su ángulo tienen razón, que están poniendo en juego su poder absoluto fronteras adentro, y que, a cambio, solo les flexibilizan 3 mil millones de dólares (que encima no van a poder manejar), y en lo de Chevron, lo que podrán recibir, será marginal. Entendieron que quieren más a cambio… que con lo que hay a la vista, sobre la mesa, no es suficiente como para poner en riesgo la continuidad del chavismo en el poder.

El mensaje es para EE UU, que es quien tiene las cartas, aunque el jugador sentado a la mesa sea Guaidó. Cuando atacan e insultan a la dirigencia opositora, en realidad están haciéndoselo a EE UU. Que ya desde 2014 entendió que, si al gobierno chavista le va bien, pues la “amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad interna” se agranda. Por lo cual, difícilmente vaya a haber flexibilidades que le den capacidad de maniobra a una estructura de poder militar y política que basa todo su discurso en ser antimperialistas.

Lo anterior debe atarse a las declaraciones de Blinken sobre que “la paciencia de EE UU no es infinita”; y parece que desde el chavismo están tensando la cuerda, y probando los límites.

Social

El cálculo grueso es que 17% de la población participa en la actividad económica; mientras 83% restante pertenece a la pobreza; para tomar los números de la última encuesta de Encovi. Y ese 17% tiene una brecha muy grande con la base, y se constituye como si fuera una pirámide independiente que se agranda cuando hay actividad económica (recordar que la pobreza medida a julio del 2021 era de 94%), y se achica cuando se estanca la economía. Mientras que la pirámide complementaria, la de la pobreza, se achica con la actividad y se agranda con el estancamiento.

La ecuación básica para el cálculo del volumen de negocios, es precio multiplicado por cantidad; el segmento de lujo es, por definición, precio muy alto, pero para un universo limitado que no debiera superar las 400 mil personas en Venezuela; lo cual significa miles de mesas de restaurantes caros y decenas de miles de productos –también caros- en centros comerciales y ventas de vehículos.

En la base de la pirámide, la ecuación anterior cambia sus pesos, aumentando la cantidad y bajando dramáticamente el precio.

Porque la diferencia entre la población de lujo y la otra es gigantesca en un país con 25 o 26 millones de habitantes, según quien haga la cuenta. Serían, más o menos, 3.825.000 personas que viven razonablemente bien sin ser de lujo, y no menos de 20.750.000 que están en la pobreza. Especialmente este último número, multiplicado por el ticket estándar, daría el volumen de negocio que hay en la base de nuestra pirámide.

Debe llegar el momento donde al igual que otros países con mucha pobreza lo hicieron, se reconozca el “tesoro en la base de la pirámide” y se comience a focalizar la actividad para que a medida que se incorporan a la actividad económica, van abandonando la condición de pobreza.

Hay que hacer algo pronto, porque la movilidad social en Venezuela se ha ido rigidizando cuando es ascendente, y aligerando cuando es descendente.

Económico

La Sundde volvió a la calle para asegurarse que el acuerdo de precios al que se llegó en las mesas con empresarios, sea cumplido. Es un acuerdo en dólares, pero aclaran que es al dólar oficial, el cual está retrasado frente al que se usa como referencia diaria. El tema de fondo es que, con un salario básico de 15 dólares, una lata de atún natural de 140 gramos tiene un precio de 1,18 dólares, mientras una de sardinas de 170 gramos cuesta 0,61 dólares y 30 huevos a 4,54 dólares.

El tema no es tanto el propósito declarado de esta salida a la calle, sino la salida en sí mismo; porque lo usual será el “ya que estamos aquí…” en cada visita. Porque por lo que se ve, la regulación confirma los precios actuales, los cuales en dólares se han ido manteniendo. Porque el endeble muro de contención de los precios, no son los controles, sino el hecho real y concreto de la dolarización. Y los controles, suelen producir el efecto contrario, que es que se produzca escasez y los precios aumenten.

Pero claro, es una tentación irresistible volver a las prácticas revolucionarias de los controles que tanto daño han producido… pero ahí están… nuevamente en la calle. El tema es si esto se considera una alerta temprana o una señal débil que pueda ir creciendo; porque debemos estar claros que esta economía de mercado liberal que tenemos, es de hecho y no de derecho, y casos como este demuestran que está “prendida con alfileres”.

Es la pulseada diaria entre Estado y mercado, que el mercado va ganando a veces, y perdiendo otras… esta vez, el mercado perdió.

Volviendo al petróleo, no hay que olvidar que es una industria que, en gran parte de su ciclo de negocios, es electro intensivo; especialmente cuando de transporte, refinación y comercialización se trata. Y una de nuestras rigideces está en la infraestructura eléctrica y en las energías primarias, que en nuestro caso son el río Caroní y el petróleo convertido en gasoil. Porque con el gas, otra fuente primaria, no se puede contar mucho, porque está asociado a la producción petrolera; y para atacar los bolsones de gas que también tenemos, pues prácticamente habría que comenzar de cero.

Lo anterior es para poner en perspectiva las proyecciones que se hacen de alcanzar uno o dos millones de barriles por día. Las inversiones requeridas primero, y el tiempo que tomaría, después, hacen que debamos pensar, o bien en privatizar el petróleo, o bien, no contar con él como palanca del crecimiento del país. Podrá ser una fuente de financiamiento para el sector público y generar una actividad menor, pero si no hay cambios de fondo, pues hay que seguir profundizando en la economía privada no petrolera.

Internacional

Haciendo un corte en el tema Ucrania, el ejército invasor está muy debilitado, y el agredido se fortalece cada vez más; la moral de los soldados ucranianos está cada vez más alta. Cuantos más ataques, más fortaleza moral y emocional. Mientras que los rusos, cada vez se resienten más como personas que no creen en lo que están haciendo; y si para colmo los ponen en retirada; cualquiera sea la razón o la explicación que se busque, un ejército que retrocede tiene la moral más baja que el que lo hace retroceder.

Pareciera que los brutales ataques rusos de los últimos días, está destinados a destruir las bases de soporte del pueblo ucraniano frente a un invierno que llegará dentro de menos de un mes. Y allí, los inviernos son duros. En el caso de Ucrania afectan a toda la población, y en el caso de Rusia, a su ejército en operaciones. En estos meses, no crece nada en la tierra; y lo que se produjo, es lo que servirá para pasar el invierno.

Es un pronóstico triste para Europa en general y para Ucrania en particular. Pero para Rusia, es el principio del fin; porque a esta guerra la perderán, tendrán que rendirse, desarmarse y desmilitarizarse, y los países vencedores tomarán el control del país. Claro que para llegar a ese punto infligirán mucho daño y destrucción, no solo a los países agredidos –porque esto se extenderá- sino también a su propio pueblo e integridad territorial. El fin del último aspirante imperial.

Y el impacto que ya está teniendo sobre nosotros es que nos quedamos aislados de nuestros amigos; porque el Atlántico será un paso prohibido para iraníes y rusos; porque ese canal se considerará zona de exclusión para las naciones enemigas de los aliados. Eso está muy claro y casi inmediato para Irán y Rusia.

O sea que nos quedamos a merced de americanos y europeos; porque los chinos no quieren saber mucho de nosotros, excepto que les paguemos. Su experiencia en estas tierras no fue muy buena.

Por eso es que luce peligrosa la jugada del gobierno con sus nuevas exigencias, las cuales, si bien tienen un perfil de cara adentro y dirigidas a sus propios seguidores, también las leen afuera. Y ambos, americanos y europeos, ya son zonas en guerra… y ocuparse militarmente de nosotros, no parecería tan extraño en este momento histórico.

De alguna manera, pareciera que después de la finitud de la paciencia, pudiera estar una intervención militar. Tensar la cuerda con potencias en guerra, no parece una buena idea.

Recomendación

  • Al gobierno: que comience a pensar seriamente en la deuda externa, soberana, PDVSA y privada, porque en algún momento va a comenzar a ser un tema crucial. Pensar en el debt-equity-swap como camino para pasar a manos privadas las empresas en manos del estado. Comenzando con el sector eléctrico, sin el cual es imposible el crecimiento del PIB, y la reducción de la pobreza
  • A la dirigencia opositora: que diseñe un sistema de relatoría para compartir con las bases opositoras las cosas que van pasando en México y en Caracas… articular la información para llenar los vacíos que están quedando. Hoy la matriz mediática está siendo influida por el chavismo
  • A la dirigencia empresarial: que trabaje en la creación de un fondo de ayuda a las empresas en problemas; que aporte, además de alguna inversión y capital de trabajo, apoyo gerencial que hoy es el activo intelectual más escaso en el país. Todo lo anterior a cambio de adquirir participaciones en ese fondo, a cambio de participación en el capital accionario. En general, tenemos una gerencia reactiva de supervivencia y corto plazo; y a eso hay que cambiarlo. Claro que, con la excepción hecha de las empresas bien organizadas, que lamentablemente no son la mayoría
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Análisis de Entorno: «Desaplicar», la palabra que genera las dudas

Benjamín Tripier

Cada vez más se materializa el convencimiento en la gente en Venezuela, de que más allá del tipo de gobierno que haya, y de que guste o no guste, solo trabajando genuinamente, y sin prebendas, podremos rescatar el país del estado catastrófico en que se encuentra.

Y cuando me refiero a “la gente en Venezuela” como sujetos del trabajo genuino, me refiero a ese 15% de la población que puede hacerlo, porque para el resto, el 85% restante, eso no sería aplicable, pues no tienen trabajo ni posibilidades, y entran en la categoría de pobres, según el último trabajo de la Universidad Católica Andrés Bello.

En estos días me he visto en la necesidad de explicar ante diferentes audiencias en el exterior, la situación de Venezuela. Haciéndolo con un enfoque realista, pero a la vez con el optimismo del que siente que parte del resultado depende también de él.

Si bien el gobierno con su aproximación ideológica básica y su estructura institucional formal tiende más a lo socialista comunal, con sus últimas acciones de repliegue, ha ido permitiendo que la economía de mercado vaya avanzando lo suficiente como para permitir, no solo aperturas concretas y visibles, sino, y tal vez más importante, generando expectativas positivas que son las que permiten la creencia de que al país sí podemos rescatarlo.

Porque la palabra que necesariamente tuve que incluir en mis explicaciones, fue “desaplicar” para referirme a que las cosas que están pasando en cuanto a las libertades cambiarias, de precios y de tránsito de bienes y servicios, están apoyadas en una normativa restrictiva que está vigente, pero que no se aplica… pero podría aplicarse… o, mejor dicho, podría “reaplicarse” y entonces, excepto por los efectos de la realmente derogada Ley de Ilícitos Cambiarios, todo podría regresar a como era antes de 2018… y retrocederíamos.

Hoy necesitamos más que nunca del resto del mundo, pero están, o bien alejados de nosotros por las sanciones, o bien por cuestiones políticas, o por logística y distancia, o también porque están en una zona de guerra. O, porque trabajaron con nosotros en el pasado y no les gustó cómo hacíamos las cosas, y se alejaron, como los chinos… quienes por cierto aún están en la tarea de cobrar acreencias vencidas.

Refiriéndome a las sanciones, estas aplican al gobierno de Venezuela, a Pdvsa, a ciertos productos bajo el control del gobierno, y a funcionarios específicos con nombre y apellido. Pero no aplican al sector privado y sus actividades, siempre y cuando no sean una fachada para que los sancionados traten de esquivar sanciones. Por lo que, cuando se habla entre empresas privadas, y de negocios genuinamente privados, el escollo que aparece es el overcompliance de los bancos e instituciones de crédito internacionales, y el resultante aislamiento de la banca venezolana, al haberse retirado los bancos corresponsales que eran nuestra bisagra con la banca internacional.

No obstante, se van encontrando soluciones y el comercio y las finanzas, de una forma o de otra, lento, complicado y limitado, fluyen. Y ahí está la expectativa positiva, basada en que “trabajando genuinamente, y sin prebendas podemos rescatar el país del estado catastrófico en que se encuentra”.

“Con trabajo ya vendrán tiempos mejores. Venezuela tengo en ti mis ilusiones”.

Político

Finalmente, la reunión de México parece que puede convertirse en algo relevante, no por el hecho de que se sienten o no se sienten, sino por los resultados concretos que se obtengan. Aunque ya estamos claros que el escenario final más probable es termine en que el chavismo siga en el poder, y que la oposición siga “oponiéndose”. Situación inercial la cual pareciera que ya es una “zona de confort” para todos, pero especialmente para el chavismo.

Porque solamente una estructura de incentivos personales sólida para los sancionados, que son los que directa o indirectamente estarán sentados en la mesa, podría cambiar el escenario inercial, y moverse hacia el “novedoso” (esbozado en el Análisis de Entorno de la semana pasada), supuestamente en vías positivas de negociación privada entre el gobierno venezolano y EE UU, con limitada participación opositora contemplaría el adelanto de elecciones presidenciales y legislativas, la presentación de un candidato nuevo en el chavismo y la aceptación de Guaidó como el candidato de la oposición. Con amnistías cruzadas de parte y parte (ciertas condiciones aplican), y una hoja de ruta consensuada para el gobierno que resulte, fijando prioridades y liberándose las sanciones en la medida que se vayan cumpliendo objetivos.

Y como el lugar adecuado para “aterrizar” ese posible escenario es México, entonces habrá que seguir de cerca el devenir de los preacuerdos y los temas de discusión. Si se van por las ramas en situaciones de cambio para que nada cambie, o si, por el contrario, se comienzan a tocar temas que comprometan cambios de fondo en la estructura de poder.

Hay que estar claros en que, dada la hostilidad institucional “antimperialista” de las fuentes del poder militar y político en Venezuela, difícilmente EE UU le proporcionará capacidad financiera y de inversión a alguien que seguramente, la terminará usando en contra de EE UU. Para que haya alivio, debe haber cambios reales y de fondo.

Social

Observando el proceso emigratorio de los venezolanos, pero desde el lugar de destino, se puede apreciar que la primera ola que arrancó con los sucesos de 2017, se ha ido consolidando siguiendo el esquema tradicional en el que el/los más “fuertes” de la familia viajan para abrir camino, enviar algún tipo de recursos y comenzar a asentarse. Luego viaja una parte sensible y vulnerable de la familia, para finalmente incorporar a los adultos mayores, con criterio de reunificación familiar para ya formar una nueva base fuera del país.

Cuando los niños pequeños comienzan a aprender y cantar el himno del país de destino y ya no hay espacios donde canten el venezolano, comienza la transculturización y la asimilación de la cultura local. La cual, a su vez, se ve impactada por la cultura del venezolano que es optimista, trabajadora y solidaria, integrándose rápidamente en la sociedad local y creando espacios especiales.

Como la “tequeñización” de la alimentación en países como Argentina o España… por no hablar del nuevo mercado de la harina de maíz para la cada vez más popular arepa venezolana.

Lo anterior, más allá de lo emotivamente simpático que pueda parecer, no es más que la internalizacion y canalización de una de las más grandes tragedias emigratorias de América Latina, donde no se van en busca del “sueño americano”, sino que huyen de una situación catastrófica en la cual había días en los que no tenían nada para alimentarse.

El peso importante hay que ponerlo en los que se quedan, para retenerlos, para que no sigamos perdiendo la esencia de la estructura de un país, que es gente que quiera y pueda trabajar, que quiera y pueda educarse, y que quiera y pueda mantener la salud y la seguridad personal… el estado de bienestar como dice un amigo mío de izquierda, pero defraudado por la situación en la que nos encontramos.

El tema más difícil de explicar ante audiencias en el exterior es el de la coexistencia de la agencia Ferrari y del centro Avanti (todo de súper lujo) en Caracas, con 83% de pobreza. La circulación libre del dólar en efectivo y anaqueles de supermercado muy bien abastecidos, con gente buscando en la basura su alimento del día.

Económico

Las intervenciones del gobierno, a través de la persona de la VPE, en ámbitos empresariales y de mercado, como la Bolsa de Valores de Caracas y Fedecámaras, sirve para reforzar la expectativa positiva sobre la economía, y que ya estamos en una época post petrolera con el 100% de las importaciones venezolanas en manos del sector privado empresarial.

La causa estructural de la inflación es la falta de oferta de bienes y servicios frente a una capacidad de demanda casi infinita porque se produce en dólares que no necesariamente son generados por nuestra economía.

El comienzo de la solución está asociado a la expansión de la economía la cual tiene la restricción de la energía disponible y que diferentes fuentes de actividad están limitadas por seguir en manos del estado, y pareciera el momento adecuado para comenzar a traspasarlas a manos privadas.

Comenzando por el sector eléctrico que es como la mayor limitante de todas, es como un dique de contención que debe romperse para que la actividad tenga la capacidad de fluir y expandirse.

Claro que lo anterior son causas reales y operacionales, pero detrás de todo eso está la falta de confianza, la cual, pese a las acertadas intervenciones y mensajes de la VPE no resultan fácilmente asimilables o hasta creíbles. La decisión de privatizar no solo cubriría el tema de la expansión, sino que trabajaría sobre la restricción de la desconfianza.

De hecho, el principal mensaje de la privatización sería el de confianza a los potenciales inversores, en el marco de las restricciones de las sanciones.

La mejor manera de posicionarse frente a nuestra situación es no hacerla depender de que flexibilicen o no las sanciones, sino de mantener el enfoque de “esto es lo que hay” y con las piezas de ese lego realista comenzar a construir soluciones… que las hay, y hay que seguir poniéndolas en práctica.

Nuevamente, después de aparecer día tras día, semana tras semana, y mes tras mes, vuelve una vez más la noticia de agencias internacionales de que se levantarán las sanciones a la producción y comercialización de petróleo y que pasaremos de los inestables 650 mil bpd a superar el millón y que todo mejorará. Reitero el “esto es lo que hay” y difícilmente se levanten. Si se levantan seguramente no será de la forma fantasiosa que se está haciendo circular.

Hay que cuidar las expectativas positivas, porque si se pierden, todo será más difícil. Tenemos el deber de ser optimistas, pero siempre sobre bases conservadoras y posibles. Le llamo optimismo informado.

Internacional

Otro tema relevante es la frontera con Colombia. Durante tantos años de cierre formal se fue enquistando la interacción informal, principalmente delictiva. Y ahora para poder formalizar la relación, habrá, o bien que atacarlos y perseguirlos, o bien negociar con ellos.

Porque no hay que perder de vista que para que esa informalidad fuera continua y durara tanto tiempo seguramente debe haber estado bajo la “tutela” de autoridades permisivas de los dos países. Y ellos, esas autoridades, serán los primeros defensores del estatus quo dilatando el comienzo de la formalidad y poniendo obstáculos de todo tipo. De hecho, ya hace unos meses que eso debería haberse abierto y aun no hay un horizonte claro. Fecha si hay, pero es móvil y seguirá siéndolo.

El otro tema que habrá que ir descubriendo, es cuál será la posición de EE UU con relación a Venezuela luego de las elecciones de medio término que ya dieron resultados y realinearon las fuerzas, pero aun no queda claro cómo se reflejará en nuestra relación.

El tema Ucrania está cada vez más cerca de convertirse en una guerra abierta, aunque la voluntad de las partes parece ser mantenerla confinada al espacio ucraniano. Encapsularla y que no salga de allí. Pero como el resto de Europa está tan cerca, se corre el riesgo de que otro “accidente” como el de Polonia se convierta en la causa de la guerra.

Recomendación

  • Al gobierno: Que amplíe el espectro de soluciones liberalizando cada vez más sectores. Hay que unificar mercados, no puede haber dólar paralelo y dólar oficial, no puede haber economía comunal y economía de mercado. No pueden coexistir armoniosamente, porque el arbitraje nos retrotrae a etapas que, por lo menos en los hechos, parecen superadas
  • A la dirigencia opositora: Que prepare un boletín informativo luego de cada reunión en México, informando las posturas y los preacuerdos, avances y retrocesos. Y dejando por fuera solo aquellos temas que, entre las partes, acuerden específicamente mantener confidenciales. Las bases opositoras que no se sienten realmente representadas en la mesa deben recuperar la confianza… y compartir información es un buen principio
  • A la dirigencia empresarial: Que maneje con madurez la cercanía que está teniendo con el poder político y mantenga una distancia prudencial. Porque dado el ambiente de sanciones, hacer parecer que público y privado son lo mismo, sería un error que solo se pagará con menos negocios y más dudas y sospechas.

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Análisis de entorno: ¿Cuán infinita es la paciencia?

Benjamín Tripier

Ya casi está cerrado el proceso comicial de medio término en EE UU. Los republicanos ganarán la cámara baja, y todo indica que los demócratas obtendrán el puesto en disputa para quedar 51 a 49.

Más allá del impacto interno en EE UU que esto tiene, donde los republicanos no arrasaron y los demócratas no fueron aplastados, todo indica que la situación de gobernabilidad para el resto del período de Biden, será de mucha negociación ajustada, y que todo tenderá a ser bipartidista… prácticamente consensos y acuerdos, en vez de victorias y derrotas. Debido a lo cual, la Casa Blanca deberá administrar muy bien las batallas que decida luchar, porque siempre serán a costa de otras que deberán perder.

Biden es el único candidato que tienen los demócratas para el 2024, y se pudiera decir que su desempeño electoral en estas de medio término, ha sido no solo superior a lo esperado, sino superior a lo que otros presidentes demócratas lograron en esas elecciones.

Corroborado por la baja en la inflación y la suba excepcional de los mercados: le dieron un voto de confianza, que tendrá que administrar eligiendo las batallas, en función de los objetivos que las encuestas le marcaban, entre ellos la inflación, el tema del aborto y la defensa de la democracia.

Entonces, Biden sería el candidato (fuentes bien informadas me indican que la VP Kamala Harris, estaría fuera de carrera) por los demócratas. Y estaría enfrentando, o bien a Trump (que no salió tan bien parado porque no hubo marea roja) o a Ron DeSantis que se posicionó como una opción alternativa, por el resultado en la gobernación de Miami, que fue aplastante.

Lo anterior es para anticipar que el tema Venezuela, que es una cuestión de honor del congreso de EE UU con acuerdo bipartidista previo, en realidad no debería cambiar mucho. Es decir, es difícil que Juan Gonzales pueda continuar con su cruzada a favor de levantar las sanciones a Venezuela, porque podría poner en riesgo otras situaciones más críticas que enfrenta EE UU internamente, y en el resto del mundo. Por lo que, aparentemente, esos escenarios venezolanos de excesivo optimismo, difícilmente puedan concretarse, tal como estaban planteados.

Claro; la conseja local es que con todo el petróleo que tenemos, a EE UU le convendría, hasta de manera prioritaria, permitir que Venezuela aumente su producción, alivianando sanciones e impulsando a Chevron como la única de las grandes que queda en Venezuela, y que además es norteamericana. Y eso es porque vemos el mundo desde Venezuela, y nos negamos a ver cómo es que el mundo nos ve y nos percibe; y las visiones son muy diferentes.

Cuando desde EE UU miran al Caribe desde el punto de vista petrolero, en el radar de aproximación, primero que Venezuela, seguramente, aparecerían Surinam y Guyana; también con empresas norteamericanas, y con petróleo más liviano, todo por hacer, con inversiones frescas y con buen mantenimiento, y baja politización… y sin sanciones.

Hay que comenzar a considerarnos postpetroleros, y dejar el ingreso de los 650.000 barriles diarios, parte para consumo interno y parte para vender a descuento, como una especie de plataforma de mantenimiento en el proceso de transformación del país. Porque a este paso, y sin inversiones, lo que nos queda, es optimizar los costos de producción petrolera, concentrarnos en los mejoradores del petróleo de la faja, y apostar a descentralizar las operaciones de toda la cadena, hacia empresas privadas petroleras, medianas y pequeñas, nacionales y extranjeras; que son las que correrían menos riesgo de sanciones.

Una vez más hay que mirar al mercado de valores como una opción para desintoxicar las inversiones del estado y sacarlas del ámbito de las sanciones, para transferirlas al sector privado.

Bottom line, nuestro panorama petrolero externo no mejorará, por lo que hay que apuntar a sacar del ámbito del estado toda actividad productiva (esencialmente privada), comenzando con el sector eléctrico, sin el cual no hay posibilidades de expansión de nuestro PIB; ni del petrolero, ni del no petrolero; porque ambos necesitan electricidad, y mucho más el petrolero. Y estamos muy limitados de electricidad.

Político

La frase que no hay que perder de vista es la del secretario de Estado Blinken indicando que la paciencia de EE UU no es infinita, refiriéndose al juego interminable y sucesivo de las mesas de diálogo, negociación o como quieran llamarlas.

Porque si no es infinita, entonces es finita; tiene fin… termina… se agota. La pregunta que hay que hacerse, es qué pasaría si esa paciencia se agotara. Porque cada vez que se habló de sanciones, de Chevrón y de petróleo, siempre la respuesta de EE UU fue la misma: elecciones libres. Y después de eso hablamos.

Porque en su mente, donde somos una amenaza para ellos, difícilmente le permitirían inversiones petroleras a un gobierno que seguramente las usaría como palanca y leverage político en contra de EE UU. Ellos habilitarían todo, solo cuando el panorama político institucional interno, les permita las garantías suficientes de que eso no va a ser usado en su contra; y en las condiciones actuales, pues eso no es posible.

Para que habiliten inversiones y aumentos de producción, aquí debe haber un cambio, que, por lo que se aprecia, no está a la vista en el futuro cercano.

Y porque la única manera de poner a prueba esa paciencia finita, es el camino del diálogo, y por eso es que hay tanto interés de EE UU de que se produzca un cambio. Porque hasta podría pensarse que, si el chavismo ganara las elecciones, para ellos, nada cambiaría, y seguirían o empeorarían las sanciones.

Lo que ellos buscan es un cambio de gobierno… y todo indica que, por el camino que llevamos, eso no pasará.

Y al agotarse la paciencia, habría que razonablemente imaginarse que cambiarían la estrategia de las sanciones por algo diferente, más fuerte y de solución rápida. Creo que debemos comenzar a mirarnos en el espejo de Irak y la invasión, porque ya desde la salida de Trump, han ido presentándonos ese escenario con mucha claridad. Y aquí no se ha entendido, y si se entendió, pues no les importó.

El armado institucional que hizo EE UU con el interinato solo será cambiado cuando haya una vía alternativa para manejar los activos en el exterior, y mantener la vigencia de la acefalía, base conceptual de la creación del interinato.

Social

La nueva encuesta de Encovi mostró una baja en la pobreza de ingresos, que pasó de 94% a 81,5%; y la pobreza extrema pasó de 76% al 53,3%. En contrapartida, se profundizó la desigualdad de ingresos mensuales, donde el decil más rico gana 533 dólares, y el más pobre 7,9 dólares (70 veces menos).

El otro indicador importante de las ayudas del estado, es que 35% de los beneficiarios recibe mensual y regularmente los CLAP, 30% cada 2 o 3 meses, 24% más de 4 meses, y casi 10% no recibe esta ayuda.

La única manera conocida de bajar la pobreza y la desigualdad en con la creación de puestos de trabajo privados genuinos capaces de contribuir al PIB del país. Y eso está asociado al crecimiento de la economía, lo cual está asociado a la disponibilidad de energía para promover ese crecimiento.

Confirma que la población total es de 28,5 millones de habitantes, número al que llegamos por la emigración y porque las defunciones superaron los nacimientos; aunque aquí se asume que se fueron solo 5 millones, y la ONU reconoce 7,1 millones; con una proporción de emigrantes retornados que no supera 6%.

Bueno… hasta que no tengamos un censo no sabremos el número exacto; pero seguro que ya no somos los 32 millones; “la migración reciente transversalizó todo el espectro social y territorial y se diversificó en términos de su capital educativo”; “perdimos las ventajas del bono demográfico que suponía contar con el mayor volumen de población en edad de trabajar, que podía significar un factor de potenciación del desarrollo”.

Debemos hacernos a la idea de que los que se fueron no regresarán y que deberemos impulsar un proceso inmigratorio selectivo de nacionales de otros países, con las profesiones y habilidades que el plan de desarrollo (cuando tengamos uno) nos vaya marcando.

Económico

El tema relevante de la semana es el deslizamiento del precio del dólar paralelo que por una parte se comienza a alejar del dólar oficial, y por otra parte impacta sobre todo aquello que está referenciado en dólares, que es casi toda la economía venezolana.

Porque ya sea al oficial o al paralelo, lo cierto es que todo precio de referencia público o privado está asociado al dólar.

Y todo indica que ese deslizamiento continuará, por lo cual tanto las posibilidades de inversión, como los precios de reposición, impulsan al empresario a tomar una posición de “esperar” con el consiguiente impacto sobre el nivel de actividad. Es de esperar que tengamos un fin de año extensible al primer trimestre del 2023, con un descenso en el nivel de actividad, lo cual exacerbará el componente de oferta (o su falta) de nuestra inflación, que ya se ha convertido en estructural.

No hay que perder de vista que lo anterior impacta sobre la sensación de bienestar que es impulsado por la capa transaccional de última milla de nuestra economía, que sigue alimentada más por importaciones que por producción nacional. No obstante lo cual, hay que reconocer que poco a poco se va incorporando un componente nacional de origen industrial.

La utilización de planta ya ha superado 30%, lo cual se ve reflejado en la encuesta de Encovi, como una mayor incorporación de gente al mercado laboral, y en la discreta disminución de la pobreza.

Es interesante evaluar la posibilidad de comenzar a sustituir importaciones del otro lado del mundo, por producción de países de Latinoamérica, tal como Argentina o Brasil, con una afinidad de mercados que hace más fácil la incorporación de productos.

La Cámara de Comercio Venezolano argentina, Cavenarg, está organizando una misión empresarial Exploratoria a Buenos Aires para los días 23 y 24 de noviembre de este año, en sectores como los alimentos, farmacia, medicinas y laboratorios, café, equipos y tecnología agropecuaria, asesoría en finanzas corporativas, y mercado de capitales.

Internacional

La incorporación de Colombia y Francia a los actores involucrados en el futuro democrático de Venezuela, le amplía el panorama de opciones tanto a los opositores como al gobierno venezolano.

La aparición intempestiva de Maduro en Egipto, sirvió como para medir el grado de aceptación o rechazo internacional de su figura, que en ese foro no contó con la presencia de sus aliados ideológicos, China y Rusia; por lo que había más países interesados en aconsejarle que “arreglara las cosas” que en apoyar el estatus quo.

Tan inesperada fue la visita de Maduro a Egipto como la de Petro a Caracas; se especuló que había traído un mensaje urgente de EE UU, que uno puede pensar que solo se transmitía en persona, y que era relevante; y si tuvo algo que ver con el viaje a Egipto, pues tampoco se sabrá. Lo que si sería interesante saber es si era solo entregar el mensaje, o si también debía llevar respuesta; y si la obtuvo… en fin.

Porque durante esa semana todo el gobierno colombiano, Benedetti incluido, salió a explicar a quien quisiera escuchar que ellos no hacían nada sin consultar con EE UU; dejando muy clara la alineación. Lo cual fue reconfirmado por el pedido de disculpas a Guaidó: ¿Cómo se le ocurre insultar al reconocido por EE UU?

Por lo que también sería razonable anticipar que EE UU no le soltará la mano a Guaidó, y que la estructura del interinato continuará; porque las condiciones que llevaron a su diseño, no han cambiado. Y todo lo que hay es fuego amigo por los juegos de tronos, de posicionarse mejor frente al chavismo dominante; porque pareciera que los ataques en su contra son solo eso.

Las otras preguntas que surgen son si México finalmente se formalizará, si Paris será “solo una noche” o si habrá otra mesa; y también si existe la posibilidad de fusionar las conversaciones en París. Y si eso fuera así, pues el rol de Petro se volvería mas relevante que el de López Obrador, quien no busca soluciones, sino solo que la mesa esté en su casa… al Grupo de Puebla no le interesa un opositor mandando en Venezuela, ni que EE UU retome la relación, sino todo lo contrario. Si se moviera hacia París, pues habría, al menos, algo diferente, que pudiera anticipar un resultado diferente. Porque seguir haciendo lo mismo, conducirá a los mismos resultados.

La guerra en Europa está entrando en una nueva fase de estabilización que permite pensar que durará varios años. Porque la OME de 2 semanas ya fracasó, y ahora los rusos comienzan a perder los territorios conquistados.

Ucrania se convertirá en una potencia militar con tropas entrenadas en el campo de batalla, y con habilidades para manejar tecnología militar de avanzada, en el campo de operaciones. Son pocos los ejércitos de la OTAN que pueden decir lo mismo.

Y la zona impactada por la guerra se transformará de ser un proveedor de alimentos a ser un importador neto, y en condiciones desfavorables, por lo que el peso relativo de los polos productivos, se trasladará, poco a poco, hacia américa latina, y el Atlántico el corredor productivo más importante del mundo. Y eso se verá reforzado, porque los escenarios de conflictos bélicos que se anticipan, están en el Pacífico y el Índico. Ojalá nuestra región comprendiera el rol estratégico que deberemos jugar, y que lo podamos hacer por voluntad propia, y manteniendo nuestros sistemas políticos.

Porque el mundo occidental no se detendrá en temas burocráticos a la hora de hacerse cargo de los recursos que nuestra zona pudiera proveer; y los obtendrá por la fuerza si fuera necesario. No olvidar que los contrapesos de Rusia y China están cada vez más aislados y perdiendo relevancia relativa para nuestra región.

Especialmente en Venezuela, los que fueron nuestros amigos, los “chicos malos”, están aislados y ya no pueden hacer mucho por nosotros. Estamos solos y a merced de quien la revolución decidió convertir en enemigo: Los EEUU.

Recomendación

  • Al gobierno: que revise la posibilidad de otorgar un mayor nivel de flexibilización económica, bajando sustancialmente los costos externos de las empresas para operar; los registros y notarías, las tasas fiscales y la unidad tributaria, están funcionando como contrapeso a la optimización del sistema empresarial privado. Se puede entender que no permitan que la economía crezca para mantener el equilibrio de fuerzas (Aristóbulo dixit), lo cual no significa que no se permita optimizar lo que hay, y así poder generar nuevos empleos; los cuales ya sabemos, que son la única forma de bajar la pobreza.
  • A la dirigencia opositora: que siguen armando estructuras que los alejan cada vez más de la gente, dando pie a que puedan aparecer líderes emergentes que provengan de esa base desconectada. Y que les resulte más razonable no estar en el rol de las primarias y avanzar por fuera, como siguiendo el patrón del advenimiento de las derechas; tal como en Argentina, Brasil y Colombia. Aún están a tiempo de refrescar la estrategia, porque los está llevando a un callejón sin salida.
  • A la dirigencia empresarial: que el peso de la responsabilidad social está cayendo cada vez más en el sector privado, personas y empresas. La última encuesta de ENCOVI muestra que ha disminuido la presencia del estado, y que con un poco más de libertad económica y empresarial, pues la pobreza disminuye. Deben apoyar en forma sistémica la construcción de planes de RSEX, asegurándose el impacto en las zonas de influencia de cada empresa, independientemente de su tamaño. Lo mismo es válido para cada persona natural, ayudando a todo aquel necesitado que se tenga cerca, y a quién se pueda ayudar.
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Análisis de entorno: Por cada punto del PIB que recuperemos, debemos bajar, al menos, un cuarto de punto de pobreza

Benjamín Tripier

El tema del diálogo, una vez más, una semana más, y siempre con la expectativa de que el gobierno tome la decisión de sentarse. Porque ese es el tema, no se sientan a la mesa por necesidad de los dos, sino por necesidad de uno, los dirigentes opositores, que le ruegan al chavismo que se siente: “Vamos, hagámoslo, por favor, te lo ruego”, y el otro no les contesta y los tiene con medias palabras, con eufemismos y actuando como los menos interesados de que algo así, se lleve a cabo.

La realidad es que el chavismo está muy, pero muy cómodo con la situación presente. Porque no llegamos a esto por casualidad, esto es el resultado de una estrategia que comenzó con la expulsión de la misión militar de EE UU de Fuerte Tiuna, siguió con el azufre en la ONU, y terminó, como siempre se supo que terminaría, con la expulsión “en 72 horas” de la delegación diplomática de EE UU, y cierre de su embajada.

Y el objetivo, al menos para mí, como observador de la realidad, fue que buscaban entrar al club de los sancionados, ascender al Valhalla de los antiimperialistas, con Castro, Mao y la URSS. Y se logró llegar. Ahora, mantenerse, eso es otra cosa. Si ya se llegó, qué sentido tiene bajarse de ese altar elitesco y exclusivo, y menos que menos, promovido por los que constituyen la razón de ser y soporte moral, ético, emocional y comunicacional de la revolución, que es EE UU.

Nunca le darán la oportunidad a los americanos de ser los que contribuyeron, por las buenas, a la caída del chavismo. Si no es por voluntad expresa de la revolución… específicamente por el jefe de la revolución, que logró lo que ni Chávez pudo, que es pertenecer a ese exclusivo club. Es posible que la historia se olvide de Chávez, pero de Maduro, seguro que no… ya entró y no piensa salir.

Porque han llegado a un nivel de poder tal, fronteras adentro, que nada pasa ni deja de pasar sin la voluntad de la cabeza de la revolución. Y sí, es posible que algo se les escape, como el caso Barinas, pero lo encapsularon muy rápidamente, y ya se usa, internamente, como ejemplo de lo que no debe volver a ocurrir… como lo de la Asamblea del 2015. Ya hace tiempo que dejamos atrás la posibilidad de la alternancia y de las elecciones libres… y que dejamos de ser una democracia como la conocíamos.

Es una revolución que aprende y evoluciona. Y si no, que alguien explique cómo, de un momento para otro, entramos en una economía liberal, con el dólar circulando libremente, bajando la inflación a números de tres dígitos (venimos de los cinco dígitos), y con la economía en manos privadas y casi sin controles. Del estado manejando 95% de las importaciones, a la empresa privada manejando 95% de las importaciones.

Pero claro… la historia en Venezuela muestra que si el sector privado se fortalece mucho, pues empieza a intervenir en política, lo cual se convierte en peligroso para el gobierno; por lo que salen dos conclusiones: una, que nunca se les permitirá crecer tanto como para ser fuertes, y la segunda que para ser empresario y entrar en la política, hay que dejar de ser empresario, y convertirse en un político que hace negocios… que no es lo mismo, ni funciona igual.

Lo anterior debería ser considerado una premisa de trabajo para tantos que andan fantaseando con elecciones libres, con cambio de gobierno y con la salida del gobierno. El policía bueno se sienta, discute, se reúne, promete, e intercambia; mientras el policía malo les dice que nunca más un opositor tomará el poder en Venezuela… que se olviden de eso.

Cuando la democracia funciona, las controversias e insatisfacciones se dirimen con los votos, con reglas de juego claras, que todos aceptan y cumplen. Ahora, cuando eso no es así, aumenta el riesgo de que la solución no sea democrática.

En lo social: ¿podrá el sector privado a través de la RSEX, de las ODS’s y las iglesias hacerse cargo de la pobreza? ¿Tendrá el sector privado que establecer un plan para alimentar, educar y dar salud por su cuenta? ¿Quién aportaría a esos fondos y cómo se financiarían? ¿Y cuál sería la plataforma para administrar el financiamiento y alinearlo con objetivos medibles y efectivos, con orientación a resultados? Si se logran unos resultados, hay un rendimiento, si se superan, entonces el rendimiento aumenta. Tenemos que pensar en algo.

Nuestra pobreza es tan grande que ya, casi sin duda, deberíamos verla como un mercado que permita el desarrollo humano, y que, de acuerdo a las posibilidades de cada sistema, se vaya reemplazando pobreza por clase media.

Y al ser un mercado, puede haber un espacio en el cual sea un verdadero negocio sacar a alguien de la pobreza. La diferencia con lo que ha venido ocurriendo es que el negocio es la administración de la pobreza; por lo cual, cuanto más pobres, pues mejor. Y eso no debería ser así.

Claro que eso no solo ocurre a nivel de nuestros gobiernos que sistemáticamente han aumentado la pobreza; eso pasa también a nivel de organismos internacionales. Una cifra de Naciones Unidas mencionaba que de cada 100 dólares que se invertían institucionalmente en temas sociales, solo 20 dólares llegaban a producir un impacto. Porque la diferencia era absorbida por la maquinaria burocrática, por la política local, un poco por la ineptitud, y en muy alto grado por la corrupción. Pero bueno… al menos en esa estadística llegaban 20 dólares, porque en ciertos lugares se lo robaban todo, y no llegaba nada.

Hay que reconocer que el sacar a alguien de la pobreza es un buen negocio, y que mantenerlo pobre es un mal negocio. Y esa es la ecuación que debemos resolver aquí adentro, en nuestra Venezuela, donde las cifras creíbles de la Universidad Católica Andrés Bello –mi alma mater- nos ponen en el nivel más alto de pobreza de la región: 94%.

Debemos ocuparnos nosotros mismos y tratar de armar una arquitectura privada que no pretenda competir o reemplazar al gobierno, sino complementarlo; con un objetivo muy concreto: reponer los recursos humanos que la emigración masiva de 7,1 millones de personas se llevó.

Debemos ayudar a educarlos, alimentarlos, y proveerles salud, con el objetivo concreto medible e identificable (hasta con nombre y apellido de empresa o sector económico) de incorporarlos a la actividad económica que nos permita ir creciendo poco a poco; y, cuando las circunstancias lo permitan, crecer en forma acelerada. No me cabe duda de que podemos hacerlo.

Es el ejemplo de la carreta con 20 millones de personas arriba, empujada por 5 millones de personas. A medida que se bajan pobres de la carreta y dejan de serlo, y ayudan a empujar, y la carreta se hace más liviana y avanza a mayor velocidad.

Por cada punto del PIB que recuperemos, debemos bajar, al menos, un cuarto de punto de pobreza.

Pasando a lo económico, para lograr las mejoras económicas no se puede seguir esperando a un cambio de gobierno. Debemos hacerlo desde ahora, desconectando el ámbito político del empresario. Para que cuando las cosas cambien políticamente, ya tengamos un país un poco más recuperado del tsunami que nos agarró a partir del 2014 con una caída sin precedentes de la actividad, llevándonos en la actualidad a ser 20% de lo que fuimos y, comparativamente hablando, una economía del tamaño de Guatemala o Haití.

Necesitamos impulsar la economía, lograr que el gobierno siga habilitando opciones y tratar de generar suficientes empresas como para absorber la pobreza, por un lado, pero también para hacernos más competitivos. Aún no hemos concientizado que al no estar sancionado el sector privado, tenemos la gran oportunidad de convertirnos –como de hecho, tímidamente, ya lo estamos haciendo- en la válvula de descompresión y la vía de crecimiento.

Concretamente, necesitamos trabajar en la privatización de los servicios públicos, especialmente en el tema de la energía eléctrica, donde solo la inversión privada, podrá rescatarnos. Y que el estado asuma el papel que genuinamente le corresponde que es el de generador de políticas públicas y capital de base para iniciativas empresariales destinadas a la actividad privada.

Porque no hay que olvidar que el Estado no es un ente auto generado, sino que es un servicio de administración que financiamos entre todos, y que tristemente, por las leyes petroleras, terminó distorsionando su rol, y arrastrándonos al desastre que hoy tenemos. Nuestra democracia del 58 es la que nos trajo a esta realidad; tal vez ha llegado el momento de cambiarla.

La elección de Brasil dejó la pregunta sobre si la elección de Lula fue una injusticia. Porque esa es la palabra que utilizó Bolsonaro en su alocución de pseudo aceptación de los resultados electorales, 44 horas después de producidos.

Porque Bolsonaro ganó una gigantesca mayoría en diputados, una mayoría simple en el Senado, y ganó las tres principales gobernaciones de Brasil. Y recibió 50 millones votos, dos menos que Lula, que es quién ganó la elección presidencial. Con 350 mil millones de dólares en reservas y con una disminución continuada del índice de precios… inflación negativa.

Y la sensación de injusticia proviene de que los estados donde ganó Bolsonaro, son los que producen la riqueza para que se alimenten los pobres del país, que son los que le dieron la victoria a Lula… pareciera que ese es el origen de esa palabra.

Pero ambas partes están de acuerdo en que la democracia es así, y que los resultados deben respetarse… aún con la sensación de injusticia. Pero para apreciar objetivamente el panorama a partir del 1 de enero de 2023, Lula con su PT podrá impulsar algunas estrategias de izquierda, pero el resto de su coalición, donde también está la derecha, y la oposición de derecha, limitarán los excesos que pudieran presentarse. El hecho de mantener al presidente del Banco Central, ya es una señal de que los miembros de su coalición tienen un peso importante.

El temor genuino de los opositores, y que también tendrían que tener los socios de la coalición, es que los espacios de maniobra autónoma de Lula estarán alineados con el Foro de Sao paulo y con un asistencialismo excesivo que podría desbalancear al país y escorarlo hacia la izquierda. Pero la gran ventaja es que las protestas de izquierda, frecuentes en nuestros países, serán asimiladas y procesadas por el Lula de izquierda, mientras el resto del gobierno hace las cosas bien.

Otro tema relevante es la pérdida del temor vergonzante que había adquirido la pertenencia a la derecha, como resabio de las dictaduras militares de la región. Ahora la derecha es otra, hay un cierto orgullo de pertenencia y, no solo eso, se va convirtiendo, poco a poco en la esperanza de nuestros países, hasta de los pobres que ya comienzan a avergonzarse de reconocerse de izquierda. Ahora la tendencia está cambiando y, por ejemplo, media Argentina, medio Brasil y media Colombia, son de derecha, y se sienten orgullosos de serlo.

La izquierda perdió su oportunidad de cumplir con su objetivo estratégico y razón de ser, que era mitigar la pobreza. Y solo logró profundizarla y que, con ellos, los pobres, para colmo, ahora vivan peor que antes.

Bueno… es la ley del péndulo, que en tiempos país, se miden en bloques de 50 a 70 años; terminaremos, durante mucho tiempo en manos de una derecha capaz de restituir el valor de la educación y del trabajo, y, tal vez el mayor aprendizaje, asumir las leyes del mercado, que ya tienen más de dos mil años de práctica, y solo hubo mal vivir cuando los que tenían el poder las negaron y se opusieron a ellas.

Recomendación

  • Al gobierno: que revise la posibilidad de extender el uso del dólar como moneda de pago para la administración pública. Porque si en vez de usar las divisas para contener lo incontenible, las derivara al pago de sueldos, pues la masa de bolívares tendería a disminuir y el tipo de cambio pasaría a ser irrelevante. Y ya pudieron comprobar, que todo mercado que se libera, alcanza su propio equilibrio; se sufre al principio, pero se acomoda después. Homeostasis aplicada al comportamiento de la economía… y específicamente a la inflación y al tipo de cambio.
  • A la dirigencia opositora: que revise lo de las primarias. Cuanto más tiempo pasa más se nota que a la gente de base no le interesan, que gran parte de los aspirantes no participarán, y, en caso de haber elecciones participarán por fuera; que en realidad solo se trata de una discusión de poder interno entre ellos, que, al no tener posibilidades de acceso al poder verdadero, pues buscan reacomodarse y quedar mejor posicionados en esta convivencia política perversa que está destinada a nunca cambiar la inercia en la que nos encontramos. Por ahí, no es.
  • A la dirigencia empresarial: que hay que pensar en un nivel más elevado de planificación y estrategia y buscar optimizar la burbuja económica privada a la que nos ha llevado el impacto de las sanciones. Hoy hay una responsabilidad mayor por parte del liderazgo empresarial. Sin competir con el gobierno, pero buscando espacios de bienestar que, por las mismas sanciones, el gobierno ya no puede proveer. Ojalá caigan en la cuenta del desafío que tienen por delante… porque por el momento, aparentemente, no lo ven.

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Análisis de entorno: Hay que emitir bonos sociales

Benjamín Tripier

El rol del empresario venezolano en la Venezuela de hoy, ha cambiado sustancialmente con el paso del tiempo, y con la consolidación de la revolución, así como de las sanciones de EE UU y de muchos de los países con los que históricamente Venezuela estuvo relacionada.

Ha habido un efecto dominó que arrancó con las sanciones de Obama, y que llegaron a un clímax con las de Trump, privando al gobierno revolucionario de la fuente de ingresos que le permitía hacerse cada día más fuerte, e incidir en la región, exportando la ideología; así como controlar, casi absolutamente, la economía venezolana. El 95% de las importaciones de Venezuela las hacía el estado venezolano; había créditos baratos y hasta gratuitos, el dólar libre estaba prohibido y castigado muy severamente, el acceso al dólar oficial era una herramienta de control, los controles de precios y de producción se hacían con armas largas, y, casi toda la economía giraba alrededor del estado, de sus permisos y concesiones; y había hiperinflación (la más poderosa herramienta de control político), así como escasez y desabastecimiento de casi cualquier cosa.

Las sanciones tuvieron su lado positivo, pues obligaron al gobierno a ver la economía desde un ángulo que no habían visto nunca, y que ni siquiera hubieran pensado que podía existir: que no hubiera ingresos ilimitados… y que el petróleo comenzara a escasear, no porque se acabara, sino porque no podía sacarse del subsuelo, y que si se lo sacaba no era tan fácil de producir y de exportar. Por las sanciones, por un lado, y por la falta de mantenimiento sostenido, por el otro.

Para el chavismo, el mundo cambió de un día para otro, y las opciones eran, o bien, más radicalización, tipo Cuba, o bien, más apertura, tipo China.

Como somos latinos, y buscamos el camino más fácil, nos fuimos por el modelo chino… pero claro… no somos chinos, así que controlaron lo que pudieron, y dejaron a su propio destino todo lo demás. Controlaron a los pobres, muchos, y cada vez más, y a los que aún no lo eran, pues los/nos dejaron para que hicieran lo que pudieran.

Pero, así como el gobierno no sabía “no controlar”, los empresarios, tampoco sabían cómo “no ser controlados”, y ambos tuvieron que aprender. El gobierno se replegó de la economía, desapareció el crédito bancario, el dólar comenzó a circular libremente, en un entorno de aislamiento del país, que hace que nuestra economía sea una burbuja cerrada con muy pocos y complejos modos de conectarnos con el mundo, y de importar o exportar, pagar o cobrar, cualquier bien o servicio; y los empresarios tuvieron que arreglárselas como pudieron.

Long story short, hoy cada producto en el anaquel de un supermercado fue pagado de su propio bolsillo, y por adelantado, por un empresario privado, y los precios se negocian libremente, teniendo como límite superior la capacidad de compra del cliente. Claro que, por las características del mercado, solo una minoría puede pagarlos, y una gigantesca mayoría vive en pobreza.

Lo cierto es que la capa empresarial en su aprendizaje tuvo que financiarse con sus propias reservas para poner en marcha una maquinaria industrial que, en términos generales operaba, en promedio, a menos de 20% de su capacidad instalada, y en la actualidad ya ha llegado a 30% de utilización. Y ese crecimiento fue generando fuentes de trabajo para aliviar la pobreza; pobreza que viene del desempleo, pero también de la falta de formación de los recursos humanos que nos quedaron. Porque gran parte de los 7,1 millones que se fueron, pertenecían al grupo de profesionales y a lo que reconocíamos como el bono demográfico… que ya no está.

Hoy la economía está apoyada en la actividad privada, 95% de las importaciones, ahora están en manos privadas y el Estado, en su repliegue, va transformando –de hecho- una economía controlada, en una liberal de mercado. Y allí es donde entra en acción el tema del modelo político y de concentración del poder; porque, así como la decisión en un momento, hace un par de años, fue ir hacia el mercado, perfectamente podría revertirse o cambiar de sentido con la misma facilidad y velocidad. Nada de lo que tenemos hoy, es irreversible.

El tema, es la confianza -o la falta de confianza- en que el nuevo sentido de dirección pueda sostenerse en el tiempo… y eso solo lo puede dar un modelo político con una institucionalidad que no dependa de voluntades individuales.

Otro tema, que por esta época del año resurge, es la salida de Guaidó del gobierno interino, porque tiene fecha de renovación el 5 de enero de cada año. Y cada año que pasa se le da mayor credibilidad a la no renovación. Y mueven opinión pública, hacen decir cosas off the record a innombrados funcionarios norteamericanos, e interpretan como pasaje bíblico cualquier posibilidad que implique que “hasta aquí llegó”.

Recuerdo una reunión del mes de septiembre de 2019, reunido con dos connotados representantes, uno del chavismo y el otro de la pseudo oposición, que juraban y rejuraban que no le daban más de tres meses a Guaidó… que estaba listo… que hasta ahí. Y, al igual que con la apertura de sanciones y de Chevrón, cuando uno se para en octubre del 2022, y mira hacia atrás, pues ninguna de las predicciones se cumplió: Guaidó sigue en su puesto y las sanciones también. Pero bueno… es una cuestión de tiempo… nada es para siempre.

Porque lo que hay que estar claros es que esa posición del interinato sigue cumpliendo la misma función que cuando se creó, que es la de ser un muro institucional de contención, para el manejo y protección de los activos externos, y ser un vocero cuasi oficial de la voluntad del gobierno de EE UU.

Tocando un tema de fondo, nuestra pobreza es tan grande que ya, casi sin duda, deberíamos verla como un mercado que permita el desarrollo humano, y que, de acuerdo a las posibilidades de cada sistema, se vaya reemplazando pobreza por clase media (C. K. Prahalad la fortuna en la base de la pirámide).

Es el ejemplo de la carreta con 20 millones de personas arriba, empujada por 5 millones de personas. Y los 7,1 millones que se fueron, para sumar los 32 millones que éramos antes de que comenzara el descalabro, 80% de ellos, si no se hubiera ido, pues estaría también arriba de la carreta. Y los otros, si no se hubieran ido, pues estarían empujando la carreta. Lo cierto es que, en números netos, la carreta se hizo más liviana, aunque los que debían empujar, pero prefirieron irse, se llevaron una vitalidad y una fuerza que hace que los que quedamos tengamos que hacer más fuerza.

Lo anterior es para ejemplificar que hay que buscar métodos para las dos cosas: para lograr que más gente se baje a empujar (y no se vaya del país) y algún método para que se pueda empujar de una manera más práctica.

Los planes de emprendedores que hay en la actualidad, que están más orientados al crédito barato o a fondo perdido, hacen énfasis en la oferta de dinero y en la manera de lograr o justificar su rescate o sus pérdidas, y no en la manera en la que van a utilizar esos fondos, y menos que menos en los resultados.

Los Bonos de Inversión Social pretenden poner el énfasis en la calidad y el impacto de los resultados, pues la rentabilidad financiera está asociada al cumplimiento de metas. A emprendimientos exitosos, a estudiantes graduados, a niños alimentados, a empleos genuinos obtenidos, a familias alimentadas y bien constituidas… y en general a la efectividad de los programas. Moverse desde la eficiencia como medida, hacia la efectividad; donde lo que importa es lograr resultados medibles, sustentables y reproducibles.

Nuestro mercado de valores en Venezuela pudiera ser la plataforma de emisión y colocación de estos instrumentos financieros, emitidos por ODS´s reconocidas y financiados por fondos nacionales o internacionales para la mitigación de la pobreza. Tenemos que comenzar a trabajar en eso (yo ya lo estoy haciendo) y entender que a la pobreza hay que visibilizarla, caracterizarla, persona por persona, y armar una hoja de ruta para establecer el modo y la velocidad a la que haremos que bajen de la carreta y se pongan a empujar con todos nosotros, los que tenemos la bendición de no estar en situación de pobreza.

En lo económico, los temas de la semana volvieron a ser, en forma reiterativa, las noticias sobre Chevrón y las sanciones, así como el deslizamiento del tipo de cambio que alcanzó el piso de 9 bolívares por dólar antes de lo esperado.

Del optimismo fantasioso no hay mucho para decir, más que tener cuidado en la toma de decisiones basados en este tipo de información. Si se les hubiera creído en su momento, hace un par de años, cuando comenzaron con lo del optimismo, y hubieran invertido apostando a esa apertura, bueno… hubieran perdido dinero. Y me consta que algunas empresas locales de servicios petroleros llegaron a invertir hasta 4 millones de dólares para prepararse para algo que nunca llegó.

No quiere decir que no vaya a ocurrir en algún momento, pero son tantas las incógnitas y las especulaciones, que cuando ocurra, si ocurre, seguramente no se parecerá en mucho a los escenarios que se leen en la prensa intencionada todos los días. Tenemos restricciones políticas de reconocimiento de nuestra institucionalidad; tenemos restricciones de cumplimiento, control interno y de perfil jurídico, que empresas de la visibilidad de las grandes petroleras que están involucrando en el tema, no pueden pasar por alto. Y tenemos un tema de deuda externa impaga, tanto de la soberana y de Pdvsa, como de las decididas por el Ciadi y por tribunales americanos, que pondrían en riesgo de embargo los activos e inventarios involucrados en cualquier apertura. En fin… pareciera que falta nivel de análisis, por descuido o intencionado, que debería incentivar a que cada empresa haga su propia due diligence antes de avanzar en inversiones y proyectos.

Más bien tiendo a pensar que un cambio en la legislación local de la LOH, podría tener impacto positivo sobre empresas petroleras nacionales y extranjeras medianas y pequeñas, principalmente europeas o argentinas, cuyo riesgo de negocios por las sanciones sea acotado y que tengan su propio mercado. Nada grande, nada muy visible, pero efectivo en resultados. Y eso podría dar pie a que, en el futuro, el tema del petróleo se democratizara en Venezuela, estableciendo concesiones específicas a pymes petroleras nacionales y que el rol de Pdvsa se convierta en un administrador de concesiones.

Por lo pronto no deberían esperarse cambios en los niveles de producción petrolera ni en las condiciones de precio y mercado. Inclusive si se diera lo de Chevrón, habría que acomodar tantas piezas que tomaría un par de años aumentar la producción entre 100 mil y 200 mil barriles diarios. Y no hay que perder de vista los umbrales de rentabilidad (precio y costo) de nuestras operaciones frente a otras como las de nuestros vecinos de Guyana y Surinam. No está fácil para nosotros… una vez que pierdes mercados, ya no se recuperan, porque todo el sistema se adapta rápidamente a las nuevas realidades… y esas realidades, ya no cuentan con nosotros. Hay que pensar en otra cosa.

El otro tema, es el del dólar. No hay que perder de vista que hay varios factores que inciden en su precio. Por un lado, está el ángulo de los inventarios de dólares disponibles (que a veces periódicamente se reemplazan por euros) tanto en efectivo como en transferencia; por otra parte está el valor intrínseco de esa moneda que en estos momentos, por la solidez de la economía norteamericana, tiende a revaluarse, afectando negativamente al resto de las monedas cuyas importaciones tienden a encarecerse… y como nosotros somos los compradores naturales de esos bienes caros, pues el precio también se incrementa. Pero eso es del lado de la oferta de esa moneda.

Por el lado de la demanda, se encuentra la disponibilidad de bolívares, de cualquier origen, que pueda presionar convirtiéndose en dólares a una velocidad cada vez mayor. Porque en la medida que se deprecia nuestra moneda, aumenta la velocidad de refugio rápido y seguro… primario… que es el dólar; y de esa manera aumenta su precio.

Sobre el primer componente del precio, que llamaremos estructural, no tenemos mucho para hacer porque no controlamos ni su valor, ni su circulación; mientras que sobre el segundo siempre nos queda la restricción de la disponibilidad de bolívares, vía el encaje y la falta de crédito, vía los bonos de cobertura cambiaria, y vía la inyección de los dólares que, por exportación en efectivo de petróleo, recibe el Banco Central y los coloca semanalmente (más de una vez a la semana) a través de la banca.

Más que eso no puede hacer. Y como los instrumentos de política monetaria mencionados ya están utilizados al máximo, solo le queda la inyección de dólares o euros en la economía; y lo que no puede controlar, pues se convierte en devaluación, que es lo que vemos también todos los días. Si tomáramos una curva de precio del dólar desde la fecha de la reconversión monetaria, observaríamos un ángulo cercano a los 40 grados, lo cual permite anticipar una devaluación sostenida proyectada que debería pasar los Bs. 10 por dólar en noviembre y acercarse a los Bs. 12 en diciembre.

Porque la anormalidad del precio sostenido en el entorno de los Bs. 5 por dólar entre octubre 2021 y mayo 2022, produjo el efecto de resorte apretado, que cuando se soltó, en un corto período de cuatro meses, casi duplicó su valor; y seguirá subiendo, porque ya no hay manera de absorber los bolívares que el sistema de precios creciente demanda para mantener la transaccionalidad y el consumo. Porque si bien es cierto que más de 60% de la transaccionalidad se maneja en dólares en efectivo, al menos la mitad, proviene de la conversión de los bolívares para proteger el poder de compra.

Tenemos problemas de fondo que, al no resolverse, generan, entre otros, los dos temas de la semana: el petrolero por nuestra situación de destrucción de la industria, y el del dólar como producto de la recesión acumulada, que no está siendo frenada por este tibio crecimiento de rebote que estamos percibiendo. Porque números duros que lo confirmen formalmente, aun no tenemos.

En lo internacional, debería preocuparnos la situación de Colombia con el cambio de sentido de dirección de su economía, resultante del cambio de dirección de su ideología política. Petro está mostrando más rápidamente de lo esperado, que, con Colombia, piensa hacer otro experimento latinoamericano de izquierda que también saldrá mal.

Porque a nosotros nos tomó 23 años pasar por la etapa de experimento izquierdista que salió (muy) mal y recién en los últimos tiempos estamos intentando corregir, aunque para muchas cosas es tarde, y habrá que asumir las pérdidas y comenzar de nuevo. Como siempre les digo, nuestro futuro es para adelante, sin mirar para atrás, tratando de rescatar algo; lo nuestro es “borrón y cuenta nueva”, y es hacia adelante. Nunca regresaremos a lo que teníamos, pero podemos construir algo mejor que lo que teníamos… depende de nosotros. Bueno… siempre dependió de nosotros y nos salió mal el jueguito.

Pero Colombia recién está entrando en el ciclo, que es posible que se interrumpa con la alternancia presidencial y no se profundice; eso si no se cumple lo que se espera que pase, que es que cambie la constitución y trate de convertirse en el “Petro eterno”, como el “Maduro eterno” y la frustrada, porque ahí sí no pudo, “Cristina eterna”.

Mientras tanto, tengamos todo el comercio posible, mientras dure, porque es bueno para ellos y para nosotros. Pero tomemos con cuidado hacer planes a largo plazo con ellos. Vamos a hacer lo que sabemos, que es sumar cortos plazos para ir avanzando cuidadosamente hacia el futuro.

Ah… y ni se nos ocurra insertarnos formalmente en la Comunidad Andina; aprovechemos nuestra circunstancia con el Mercosur, para no estar casados con nadie. Podemos ser parte de los dos mundos, sin tener que modificarnos, haciendo que todo cambie, para que al final, nada cambie.

Recomendación

  • Al gobierno: que evalúe seriamente y como política de Estado el traspaso al sector privado de las empresas en manos del Estado, especial y prioritariamente, las que prestan servicios masivos a la sociedad. Creo que ya superamos la barrera idiomática de no llamar a las cosas por su nombre porque la ideología o el partido no lo ven bien. Hace falta una estrategia de privatización, y hay que desarrollarla y divulgarla pronto. De todos modos, hoy ya hablamos de dolarización y a nadie le afecta mucho… todo lo contrario… da tranquilidad saber que se pueden comprar y mantener dólares.
  • A la dirigencia opositora: que tiene una nueva oportunidad de medir quienes dicen que se oponen y qué dirigentes realmente se oponen. Este nuevo ataque a Guaidó sin medir las consecuencias multifactoriales de desarmar el entramado protectivo que crearon los EE UU alrededor de su figura; solo muestra que ya se acostumbraron a que Maduro siga en el poder y ellos sigan oponiéndose. Los que sí seguro que no se acostumbraron, son las bases que quieren un cambio.
  • A la dirigencia empresarial: que desarrollemos una red formal de tesorerías corporativas para buscar mecanismos extra bancarios de financiar la economía, a partir de la optimización de flujos genuinos de negocios, que permitan cerrar la brecha de oferta que es la que nos mantiene con una inflación estructural que termina distorsionando a la economía como un todo; y generando solo oportunidades puntuales que benefician a unos pocos y no tienen impacto sobre los muchos. Hay que armar una arquitectura de fondos de inversión que puedan participar aportando capital de trabajo, tecnología y hasta gerencia a aquellas empresas que se entienda que hay que preservar para servir de plataforma para el crecimiento, cuando este sea posible.

Análisis de entorno: ceder para crecer

Benjamín Tripier

Encuentro de IDEA en Argentina. Foto: @AmChamArgentina

El coloquio anual de IDEA donde se reúnen una vez al año los empresarios más importantes de Argentina, tuvo como leitmotiv “ceder para crecer”, con un mensaje dirigido al apego ideológico y falta de pragmatismo del gobierno, que va a contracorriente del resto de los países de la región.

El concepto de ceder pareciera que es aplicable a nuestra Venezuela, donde hemos llegado –una vez más- al llamado juego trancado, pero en un nivel económico diferente al del pasado: hoy hay mayor bienestar y esperanza en un grupo reducido, y mayor pobreza y desesperanza en una gigantesca mayoría.

Y uno podría pensar que el gobierno cedió de su parte al derogar de hecho gran parte del Plan de la Patria (hilo conductor ideológico del chavismo) y volcarse, parcialmente, a la economía de mercado. La realidad demuestra que fue muy bueno que cediera, pero no suficiente, como para permitirnos crecer.

Y el inhibiente más fuerte es el político ideológico, el cual, más allá de la legitimidad de origen que pudiera tener para los iniciados, en realidad cuenta con el rechazo masivo de nuestra población, y de gran parte del mundo en el que está inserto por tradición nuestro país… nuestra Venezuela.

A diferencia del caso argentino, aquí en Venezuela hemos ido creando ámbitos donde pudiera manifestarse la voluntad de “ceder”. Pero no ha sido posible lograrlo; tuvimos la Mesa de Negociación y Acuerdos (2002-2005), la Conferencia Nacional por la Paz (2014); la Mesa de Diálogo Nacional (2016-2017); la Mesa de Diálogo en República Dominicana (2017-2018), el mecanismo de Barbados y el de Oslo (2019), y la Mesa de Negociación en México (2021). Y el principal obstáculo fue el “todo o nada” de los planteamientos de lado y lado. Nadie cedió… o al menos nadie cedió en lo esencial que es el control político.

A este paso, sigue sin haber señales de que algo pueda cambiar, porque regresamos a un punto muerto; la pregunta que uno se hace, es cómo, sabiendo que las cosas son así, se sigue insistiendo en sentarse a una mesa de la que solo saldrá el chavismo más fortalecido y la dirigencia de oposición más dividida y debilitada.

Porque con la experiencia del 2015, ya el chavismo no volverá a cometer los mismos errores, y seguir con la fantasía de Barinas como si pudiera repetirse a nivel nacional, es no entender que un daño encapsulado y controlado, no es suficiente señal como para pensar en una victoria electoral nacional. Eso no sucederá… simplemente porque el chavismo no entregará un poder que le costó tanto construir y consolidar; y con tanto que perder si lo entregara… porque hoy se trata de eso: de su decisión de entregarlo, o de no hacerlo.

Y lo que menos se entiende es cómo EE UU, con toda la información de inteligencia que tiene, también insiste en esa vía de calle ciega. O será que ellos saben algo que nosotros no sabemos…

Lo que sí tenemos que tener claro es que con este modelo político difícilmente podamos crecer. Y que con los cambios económicos que se están produciendo, por mas liberales que suenen, al estar en un modelo de corte autoritario, es difícil que logre despertar todas las fuerzas que hacen que un sistema liberal funcione en toda su amplitud.

Necesitamos producir cambios mayores y más profundos.

En lo político, no habría que sorprenderse de que las derechas en el mundo estén ocupando espacios cada vez más relevantes, después de casi cuatro décadas de preponderancia de las izquierdas. Y esto puede entenderse por aquello de que las izquierdas, cuando tuvieron su oportunidad, no lograron resolver los problemas que constituyeron la esencia de su planteamiento y de su deber ser.

Hoy, en los países donde mandan, hay más pobreza y desigualdad, y se dejaron invadir por cuanto espacio minoritario que no encontraba manera de expresarse por sí mismo; en algunos casos por ser contra natura, en otros por ser irrelevantes, pero en todos, se constituyeron en la nueva característica de la izquierda, como el lenguaje inclusivo, y la banalización del bebé en gestación, por solo dar un par de ejemplos que se constituyeron en el plomo en ala de esa corriente.

Tanto ruido, tantas victorias políticas, tantas esperanzas destruidas, para que al final, los pueblos que confiaron en ellos, estuvieran, como efectivamente están, peor que al principio.

En el caso de nuestra izquierda gobernante, ha habido en los últimos dos años, un giro cada vez más notorio hacia el mercado (esencialmente vinculado al pensamiento de derecha), asumiendo un pragmatismo impensable en el pasado; hasta el punto en que la palabra chavismo ahora representa algo diferente a lo que solía significar; por eso he acuñado el concepto de neo chavismo para, con una sola palabra, ir absorbiendo las nuevas características que va adquiriendo.

A la batalla del pensamiento la están ganando las derechas, pues las izquierdas se han quedado sin contenido. Claro… no se trata de la derecha de los gobiernos militares, sino la derecha del mercado, de la propiedad privada, del rescate del valor del estudio y del trabajo, como pilares de la construcción de cualquier sociedad.

Las reflexiones anteriores están orientadas a romper la inercia conceptual con la que se está planteando esta nueva aproximación electoral en Venezuela.

En una charla sobre petróleo en la que estuve esta semana, un experto, de alto reconocimiento, nos puso en una perspectiva de pies sobre la tierra. Los 700.000 bpd actuales son inestables y no tenemos a la vista las inversiones necesarias para estabilizar esa producción, ni para ser una alternativa al petróleo ruso o al de Arabia Saudita, pues los dos anteriores son de una calidad de ready to use mientras el nuestro debe pasar por tantas etapas de mejoramiento que prácticamente lo sacan de competencia.

Y aun si se colocara un horizonte más amplio y se dijera que comenzando ahora, dentro de 2, 3 o 5 años podríamos ser una opción, no hay que perder de vista que la recesión mundial que se anticipa en los países industrializados –que son los consumidores de petróleo- hará que, en ese mismo horizonte de tiempo, el consumo disminuya, los precios bajen y los grandes productores comiencen a tener excedentes.

Por eso es que hay que manejarse con lo que llamo el “optimismo informado” donde la fantasía no tiene lugar y los números duros son los que cuentan. ¿En qué consiste esta aproximación más realista? pues en un estatus quo que provea un nivel de ingresos petroleros al estado como para atender temas prioritarios, más propios del estado que de la actividad privada… porque ya le está resultando difícil al gobierno, y se le complicará más aún, mantener empresas que en sus manos solo significan más atraso.

Por eso es que se convierte en casi una necesidad vital vender esas empresas, así, ideológicamente, a la privatización la llamen como les parezca y se aproximen a ella también como les parezca. Pero que el camino casi obligado es el de venderlas, pues no le quepa duda al lector.

El tema de la guerra europea va alineando cada vez más países en contra de Rusia que se sigue posicionado como el gran agresor, y sigue cultivando esa imagen reputacional, como si su verdadero propósito no fuera la conquista de territorios, sino el de arruinar su propia reputación.

Y eso es tan importante, pues no solo ha ido perdiendo los clientes tradicionales que son los que sostenían la economía rusa, esencialmente basada en la exportación de hidrocarburos sin agregación de valor, sino que ha intentado cambiar esos mercados por otros que a ellos no los necesitan, y que le compran su producto pues están a un precio de descuento tan bajo, que hasta están arruinando el mercado de los venezolanos que eran los “líderes” del mercado spot a precios de descuento… bueno… ese liderazgo ahora lo tiene Rusia.

Lo de los ataques nucleares, aun se mueve en el campo de las amenazas y las especulaciones, aunque todos lo toman muy en serio. Pero hay países que creen que eso no va a pasar, mientras que otros distribuyen pastillas de iodo anti radiación; y el resto, simplemente deja que las noticias circulen, esperando el momento justo entre causar pánico en la población, y darles el tiempo suficiente para protegerse, si el peor escenario llegara a ocurrir. Uno espera y desea que eso no ocurra…

La relación con Argentina se ha ido volcando al tema económico comercial, moviéndose entre actores privados de ambos lados de la cerca. En el pasado, que fue muy malo para muchas empresas pequeñas y medianas argentinas, la relación era entre privados argentinos y el gobierno de Venezuela; mientras que ahora se trata de empresas privadas de los dos lados. Claro que con una salvedad: no hay más crédito; el empresario venezolano debe pagar por adelantado para que su proveedor privado argentino, comience a fabricar lo que después le va a exportar.

Es una relación orgánica donde el argentino, al ver que las compras las paga el mismo dueño del negocio, comienza a restaurar la fe perdida en el pasado; y esto es posible, porque ninguno de los dos gobiernos tiene parte en el circuito. Bueno… si la tienen… pero en cuanto al marco fiscal y aduanal, y a la promoción del comercio… lo usual… como debe ser, y como debió haber sido desde el principio. No hay nada peor que un estado jugando a ser empresario; porque las empresas en manos del estado, en Latinoamérica, a la larga o a la corta, terminan quebradas o cerradas.

Lo cierto es que esta nueva etapa del comercio entre privados está desconectada de la política y no tiene nada que ver la necesidad de un empresario venezolano, con las afinidades políticas. En general, Argentina no es muy competitiva en precio, pero tiene buena calidad; por eso a veces, se le compra así esté más caro.

Recomendación

  • Al gobierno: que haga énfasis en los elementos que están alrededor de la institucionalidad de los negocios, tal como los registros y notarías, así como las tasas basadas en la Unidad Tributaria, y su equivalente en dólares. Hay que revisar el conjunto de externalidades negativas que desalientan la inversión de mantenimiento, y espantan la nueva inversión, pues resulta muy caro e ineficiente.
  • A la dirigencia opositora: que entiendan que apostar todo a las primarias los deja muy vulnerables. Y si, como sería de esperar, tienen un “Plan B”, pues sería bueno que lo compartan con las bases porque, tal como van las cosas, la brecha de desconfianza, es cada vez más grande.
  • A la dirigencia empresarial: que impulse la revisión estratégica de las empresas, para adecuarlas al nuevo entorno de austeridad de gastos, y de relacionamiento con el resto del sistema empresarial. Deben promover la “coopetition” como filosofía. Hacen falta fusiones, adquisiciones, alianzas, y reestructuraciones. Hoy que hay poco endeudamiento, nos hemos convertido en una economía pequeñita pero sólida… no perdamos eso.