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Ignacio Avalos Gutiérrez

Después de tanto tempo, seguimos siendo los chamos que fuimos

Ignacio Avalos Gutiérrez

Hace diez años celebramos mis compañeros y yo 50 años de graduados. El próximo sábado conmemoramos 60, lo que mirado desde fuera es, como me dijo un necio tratando de ser cómico, una reunión de “adultos mayores”, nada más lejano de lo que sentimos nosotros de nosotros.

Aunque dicen que una década es demasiado tiempo a esta edad, no se me vienen ideas, ni sentimientos, muy distintos a los que expresé entonces. Algunos nos conocemos desde cuando estábamos en primer grado, otros ya entrada la adolescencia y unos cuantos algo después. Pero el recuerdo es el mismo, como si el tiempo pasara en vano.

Se dice que el presente no existe, se va a cada instante, y que el futuro tampoco, es pura incertidumbre, no ha llegado. Sólo cuenta, pues, el pasado. Sin necesidad de haber estudiado filosofía, los músicos hablan algo parecido y por eso uno de ellos escribió en un bolero que recordar es vivir. En fin, somos porque hemos sido y, al menos en parte, la vida, termina siendo, entonces, un álbum de fotografías o una película y desde hace ya unas décadas, un menú de dispositivos tecnológicos que nos permiten estar en contacto diario, a cada ratico. Benditas, pues, digo yo, ni pensador ni músico y menos que menos “Homo digitalis”, la cámara fotográfica, la filmadora y el facebook, constatan que somos los que fuimos.

A propósito de lo anterior, diré que como cabe fácilmente suponer, constituimos un grupo de predigitales, al que las nuevas opciones tecnológicas nos llegaron a la altura de nuestra mediana edad, no se sabe exactamente si para bien, para mal o más bien para todo lo contrario, habrá seguramente un menú surtido de opiniones al respecto. Yo personalmente creo que no hay que darle la espalda a las inmensas posibilidades que abren estas innovaciones, pero estoy seguro de que vernos cara a cara no tiene comparación, visto que no son suficientes las relaciones virtuales.

Cierto, diversas investigaciones, muestran que el exceso de “digitalidad”, tiene peligros, porque los seres humanos somos analógicos, nos hacen falta las redes sociales de carne y hueso, no en balde, y lo coloco apenas como un ejemplo entre muchos, los hijos de los directores de las “grandes tecnológicas, (Apple, Google …), asisten a la escuela para oír a sus profesores, pizarrón y tiza mediante, para aprender las diferentes materias que se incluyen en el pensum. Para fortuna de nosotros, los “inmigrantes digitales”, está cobrando fuerza una suerte de “revancha de lo analógico”. Tenía razón Kant “Los besos por carta no llegan a su destino”

La vida nos desperdigó, incluso geográficamente, pero no biográficamente y, como dije, el próximo sábado nos volvemos a ver. Vernos significa topar de nuevo con el misterio de la existencia. Asombrarnos de cómo nos aconteció la vida, de cómo cada cual llegó hasta acá. Si fue por el azar de los dados, disfrazado en una serie interminable y cotidiana de casualidades, buenas y malas. Si fue por el imperativo inscrito en nuestro elenco genético, según diría un biólogo recalcitrante, por los designios inapelables del cielo, por obra de la libérrima voluntad de cada quien para escoger y desandar caminos. O por todo junto, mezcla extraña vertida en un libreto invisible, el cual nos fue volviendo distintos, pero manteniéndonos iguales y reconocibles, los mismos de antes, no obstante ciertas trayectorias que pretenden despistarnos, por ejemplo, la de los que los que prometían para poetas y terminaron diseñando equipos electrónicos, la de los que tropezaban con la piedra de las matemáticas y ahora calculan estructuras viales, la de los tímidos que se subieron a la palestra pública, la de algunos flacos que engordaran y la de ciertos revolucionarios que mutaron en plácidos conservadores. Sin embargo, ninguno ha conseguido disipar la verdad incontrastable de que sigue siendo los que fue.

Vernos es, asimismo, repasar la época en la que anduvimos de la mano de los jesuitas, una orden religiosa inquieta y polémica, y cotejar en cada uno de nosotros la marca, no pocas veces diferente (lo cual habla bien de su amplitud) que dejaron mediante su inteligencia, su pasión y su bondad en la educación que nos dieron, un capital que hemos usufructuado siempre, aun sin darnos cuenta, y, me temo, sin saber agradecerlo.

En fin, vernos será volver a tener al lado a varios tipos, con la sensación de que estuviste con ellos apenas ayer, de confirmar que, no obstante, las diferencias que pueda haber respecto a tantas cosas son tu gente, parte esencial de tus afectos, es decir, de tu vida.

Nos volveremos a ver en un rato. Diez años pasan volando

El Nacional, 21-07 2023

Vinicius Jr. (El color de la piel o el brillo de los ojos)

Ignacio Avalos Gutiérrez

La intolerancia, dicen, es parte de la historia humana. Nos inventamos diferencias que traban la convivencia social, mediante un menú variado de prejuicios que incluyen el machismo, la xenofobia, la homofobia, el extremismo religioso, la gordofobia, además de otras formas de discriminación que reciben menos atención y se vuelven casi invisibles como, por ejemplo, la glotofobia, un sesgo absurdo del que recién me entero, que lleva a juzgar a las personas a partir de la variedad lingüística.

La segregación racial

Del repertorio que recoge las discriminaciones, el racismo ocupa un lugar muy destacado, se trata de una de las más poderosas prácticas de humillación. A pesar de los esfuerzos por reducir sus efectos, sobrevive permeando las relaciones sociales, considerando inferior a quien lleva ciertos rasgos, asumiendo, sobre todo, que el color de su piel lo ubica en el escalón más bajo de la especie humana. En síntesis, la segregación sería, entonces, obra de la biología, no del entorno social, a pesar de que desde la ciencia se establece un tronco común conforme lo indica la denominada “genética de las poblaciones”, una disciplina que ha identificado la existencia de una cepa original y el tiempo en que, a partir de ella, se han ido produciendo las mutaciones.

Como bien dijo Nelson Mandela, “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel. La gente aprende a odiar. También se le puede enseñar a amar. El amor llega más naturalmente al corazón humano que lo contrario”.

El racismo semeja una epidemia global, agravada por las crecientes migraciones originadas por las complejas crisis que sufre el planeta, obligando a un gran número de personas a huir de sus lugares de origen con la pretensión de iniciar una nueva vida en otros sitios que son culturalmente disímiles y que son propensos en diversos grados, a la exclusión y a la sumisión por motivos raciales

El caso de Vinicius

Su acta de nacimiento indica que se llama Vinícius José Paixão de Oliveira Júnior, conocido en la cancha como Vinicius JR. Es brasileño, cuenta con apenas 22 años, ya está incluido en la lista de los mejores jugadores del planeta y hay quienes lo perfilan con posibilidades de entrar a figurar junto a los más grandes de la historia del balompié. Fue fichado por el Real Madrid por una buena cantidad de millones de dólares y actualmente se cotiza quien sabe en cuantos más.

Hace poco le toco ser la figura central de un episodio que viene hablando muy mal del futbol desde hace unas cuantas décadas. Fue protagonista de un hecho que, literalmente hablando, le dio la vuelta al mundo. Resultó víctima de una agresión racial, que comenzó cuando se bajaba del autobús que llevaba el equipo merengue al Estadio de Mestalla, sede del Valencia F.C, y continuó con más intensidad desde las tribunas, en el transcurso del partido.

Las cámaras captaron el jugador llorando en una mezcla de rabia, tristeza e indignación. Declaró que en “En cada partido fuera de casa hay una sorpresa desagradable. Deseos de muerte, un muñeco ahorcado, muchos gritos criminales”. Los fanáticos contrarios se valen del tono de su piel para insultarlo, cosa que, por cierto, ocurre en un deporte que es cada vez más multiétnico, como lo demostró el Mundial de Quatar y diariamente lo enseña la Liga Europea.

Vinicio Jr, lleva consigo, como tatuaje, una frase pronunciada por Bob Marley, famoso cantante jamaiquino, muy aficionado al fútbol, por cierto. Fue un mulato, hijo de un capitán de la marina con ascendencia inglesa, y de una escritora jamaiquina y como tal padeció la discriminación desde pequeño. La frase advierte que “Mientras que el color de piel sea más importante que el brillo de los ojos, habrá guerra”.

La Casa ¿Común?

A propósito de todo lo anterior, recordemos que Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos determina que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Bajo esta declaración se han creado organizaciones y normas que, aunque ciertamente han mejorado la situación, no han conseguido impedir que el racismo permanezca dentro del amplio abanico de discriminaciones.

No terminamos, así pues, de asumirnos como terrícolas y aprender a convivir en la Casa Común, ni siquiera, en estos momentos, permítaseme esta breve digresión (que no lo es tanto), en los que se está cuarteando y abundan las goteras. En efecto, informes recientes advierten que se están sobre pasando los límites fijados con relación a ciertos factores (el agua dulce disponible, el área natural que se conserva, los niveles de contaminación, la capa de ozono, el cambio climático, en fin), poniendo en jaque, no es exageración, la vida en el planeta. No es cuestión, así pues, de echarle una capa de pintura, sino de revisar los códigos con base a los cuales nos desempeñamos como especie.

En fin, no nos percibimos como vecinos cercanos, a los que nada de lo que les acontece, es “afuera”. Observemos, si no, las señales que se envían desde la geopolítica: cada país amenazando al otro con su bombita nuclear en el bolsillo trasero.

El Nacional, miércoles 7 de junio de 2023

Hace poco cumplió ciento un años

Ignacio Avalos Gutiérrez

Tenía varias ideas rondando en la cabeza antes de escribir este artículo. Al final las descarte, engavetándolas para una próxima oportunidad. Resulta que buceando dentro de una vieja caja de cartón encontré un documento apiñado entre otros muchos, que me llamo la atención y, tras darle un vistazo a los dos primeros párrafos, leí sin parar sus más de sesenta páginas.

Decidí, entonces, recoger en este artículo algunos de sus planteamientos, reiterados en posteriores escritos de su autor, cuya vigencia hoy en día es indudable. Sin disimular mi plagio, redacté, entonces, estas líneas a partir de su lectura, sin ningún aporte personal que fuera más a allá de la escogencia de las cuestiones que me parecieron más interesantes.

La mariposa y la oruga

El creador de las páginas a las que me refiero cumplió recientemente ciento un años. Lleva unas cuantas décadas pensando sobre la crisis de la humanidad y ha señalado en innumerables ocasiones, que la globalización ha generado una pluralidad de crisis ínter dependientes e intrincadas, que ocurren en diversos planos: el cognitivo, el político, el económico el social, en fin.

En su estado actual, afirma, el sistema mundial se ha mostrado incapaz de organizarse para tratar problemas vitales, tales como el peligro nuclear, la degradación de la biosfera, las distorsiones de la economía, la desigualdad social, las migraciones e, incluso, los conflictos étnico - religiosos.

En otras palabras, lo que estamos viviendo es, añade, una época de incomprensión de los unos con los otros. Este caos en el que la humanidad corre el riesgo de hundirse trae consigo, igualmente, una última oportunidad. En esta dirección, y valiéndose de lo expresado por otro filósofo, cuyo nombre olvidé, indica que la metamorfosis de la oruga en mariposa nos ofrece una metáfora interesante: cuando la oruga se envuelve en el capullo, comienza un proceso de auto- destrucción de su organismo de oruga, y este proceso es, al mismo tiempo, el de la formación del organismo de mariposa, el cual es, simultáneamente, igual y distinto del de la oruga.

Crisis del pensamiento

Según él, las diversas reformas necesarias sólo pueden progresar si también lo hacen las demás. No hay reforma política sin reforma del pensamiento político, el cual supone una reforma del pensamiento mismo que, a su vez, supone una reforma de la educación, que conlleva una reforma política. No hay reforma económica y social sin reforma política, que va unida a una reforma del pensamiento. No hay reforma vital ni ética sin reforma de las condiciones económicas y sociales, y no hay reforma social y económica sin reforma vital y ética.

Dentro de este contexto formuló su teoría del pensamiento complejo, argumentando que el mundo puede ser representado como una especie de gran red, cuyos delgados hilos se entrelazan y relacionan sus componentes. Los hilos son eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que conforman un entorno bosquejado por profundos y vertiginosos cambios tecnológicos.

La Tierra Patria

En línea con lo apuntado anteriormente acuñó el concepto de Tierra-Patria, que supone la conciencia del destino, la identidad y el origen común de toda la humanidad y que, lejos de anular las patrias singulares, las integraría en una gran patria común, el contrario de los internacionalismos, que ignoraban la importancia de la diversidad cultural y nacional. La Tierra-Patria se ocuparía de salvaguardar indisolublemente la unidad de diversidad humana.

El cumpleañero cuya obra he venido glosando, ha estado rumiando estos asuntos desde la segunda mitad del siglo pasado. Es sin duda uno de los pensadores más lúcidos del planeta. Acaba de publicar su última obra hace unos meses y ya tiene casi lista otra para editarla hacia finales del 2023.

Se llama Edgar Morin y tiene, dicen que dijo, “apenas”, ciento un años.

El Nacional 24 de mayo de 2023

El Big Brother y el Big Data

Ignacio Avalos Gutiérrez

Sin ningún motivo especial, cosas de la vida, diré para sacarme de encima explicaciones que no vienen al caso, releí por enésima vez su obra más trascendente escrita hace alrededor de 75 años, calificado de ciencia ficción, aunque tiene más bien características de “ciencia pronóstico”, vistas las claves que fundamentan la política en el mundo de hoy.

Mr. Eric Arthur Blair

Siendo socialista convicto y confeso, denunció el totalitarismo en varios países, convirtiéndose en una piedra dentro del zapato para los sectores dominantes de la izquierda de entonces. De nombre Mr. Eric Arthur Blair, ciudadano inglés, se hizo inmortal con el pseudónimo de George Orwell. Murió en 1948, a los 46 años, apenas unos meses después de que se publicara su libro más exitoso, titulado “1984”, que aún se lee por estos días.

El comunismo ortodoxo, según él, era otra forma de dictadura equiparable al nazismo, dos caras de una misma moneda en lo que se refiere a la censura y a la represión ejercida por sus respectivos gobiernos.

En esta dirección escribió que el control del pensamiento no solo es negativo, sino también positivo. O sea, no solo prohíbe expresar ciertos pensamientos, sino que también dicta lo que se debe pensar, creando una ideología y hasta un lenguaje (la “neo lengua”), al tiempo que fija un código de conducta. La “verdad oficial” cambia arbitrariamente, según los caprichos de quién detenta el poder.

El 2023 se parece al 1984

Obviamente Orwell sólo alcanzo a vislumbrar desde muy lejos, las transformaciones tecnológicas que están cobrando forma actualmente. Me refiero, sobre todo y de manera resumida, a las posibilidades que abre la Inteligencia Artificial, para rastrear todas las actividades de los ciudadanos, lo cual resulta muy adecuado para brindarle seguridad, pero muy peligroso cuando se trata de su vida privada, abriéndole, así, la puerta a la vigilancia de la población, cosa que esta teniendo lugar en un gran número de países, entre ellos el nuestro, asunto al que, por cierto, deberíamos ponerle más atención.

China es el ejemplo más socorrido para mostrar lo que se ha dado en llamar el autoritarismo digital. Pero no hay que pasar por alto otros muchos países (de izquierda, de derecha a o de lo que sea), que sin llegar al grado alcanzado por esta nación, también ejercen control sobre sus habitantes. Por lo emblemático que resulta cabe mencionar en este sentido a Estados Unidos, cuyos niveles de escrutinio sobre la sociedad se han elevado sensiblemente a partir del ataque a las Torres Gemelas. Dentro de este marco, puestos frente al dilema seguridad o privacidad, tras una consulta los norteamericanos optaron por la primera.

No solo el gobierno

Orwell supuso que la vigilancia masiva solo se originaba en los gobiernos. Sin embargo, en el transcurso de al menos dos décadas, las empresas privadas se vienen desenvolviendo en un escenario que ha sido descrito como “Capitalismo de Vigilancia”. En pocas palabras, esta nueva economía almacena de forma gratuita la experiencia humana privada, convirtiéndola en datos que descifran su comportamiento, mediante algoritmos que monitorean y manipulan la vida de todos, prácticamente sin obstáculos legales, lo que - no sé si habrá necesidad de decirlo-, erosiona la autonomía humana y la factibilidad de un gobierno democrático.

En referencia con lo anterior, recuerdo haber leído en alguna parte que el Big Data equivale al Big Brother de la novela de Orwell.

En un principio fue la utopía

Al comienzo de estos tiempos digitales se alimentaban la expectativa de que los avances logrados desgastaban los cimientos de la distopía orwelliana, asomando la posibilidad de ensanchar las bases de la democracia, haciéndola mucho más participativa y por ende liberal.

No obstante, muy poco tiempo hemos pasado de poner nuestra esperanza en ese proyecto a lamentar como se ha ido torciendo. En aras de la brevedad me limitaré a señalar que la confusión está pervirtiendo la esfera digital, mientras que la recopilación casi a mansalva de los datos personales está menoscabando progresivamente nuestra privacidad.

La llamada Sociedad de la Información nos desinforma de manera creciente a través de múltiples vías. En síntesis, la realidad nos viene envuelta en la denominada posverdad, esto es el predominio de la verdad subjetiva, fundamentando lo que se ha denominado la nueva “autocracia digital”

La intención de George Orwell al escribir su novela fue tratar de evitar lo que para él era un futuro posible para el mundo. Por fortuna, en estos últimos tiempos ha ido emergiendo un conjunto de proyectos regulatorios que buscan marcarle una dirección a los cambios tecnológicos desde un punto de vista humanista y cosmopolita. Pudiera ser, entonces, que finalmente entendimos lo que implicaba su distopía.

Miércoles 10 de mayo 2023

La madre tierra, la física cuántica y el poeta Cadenas

Ignacio Avalos Gutiérrez

Hace poco, y como se viene haciendo desde el año 2009, se celebró el Día de La Madre Tierra, conforme a ese ya viejo hábito en el que los terrícolas nos damos a la tarea de recordar algún aspecto importante de la vida. Nos refrescamos la memoria, así pues, y en este caso pareciera que por un momento tomamos conciencia del planeta y de los ecosistemas que nos dan la vida, así como de la necesidad de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, las sociales y las ambientales, de las generaciones presentes y futuras.

Un mundo “desnorteado”

Nos ponemos a leer algunos informes y caemos en la cuenta, así pues, de que nuestro planeta es casi una metáfora del caos, que la Madre Tierra es un desorden, casi por donde quiera que se le mire. En efecto, se nos ha ido volviendo en un lugar cada vez más violento, más pobre y sobre todo más desigual e injusto. Y desde el racismo, la xenofobia, el fanatismo religioso, el extremismo político, además de otros ingredientes, se arman ciertos códigos de los que no hemos logrado zafarnos, para entender y llevar a cabo nuestra vida. La guerra en Ucrania ha puesto las claves sobre el tablero, exhibiendo la fragilidad institucional, económica, política, social, cultural y medioambiental que dibuja al planeta de arriba a abajo

En otro plano, diversos estudios realizados en muchos países dan cuenta, con sus particularidades, del predominio de emociones como la tristeza, el miedo, la irritabilidad, la ansiedad, la depresión y el estrés, parte de una larga cabuya de malestares y desacomodos personales que permean la condición mental de unos cuantos, no pocos, millones de terrícolas

Cabe sumar a lo anterior, las profundas y aceleradas transformaciones tecnológicas que se han venido generando, sin terminar de asomar ese mundo mejor que algunos ¿predicadores? anuncian con sus parlantes a todo volumen. Los nuevos descubrimientos se conciben, desarrollan y utilizan sin que medien semáforos ni brújulas, que establezcan sus fundamentos éticos. Hay una suerte de “anomia tecnológica”, por decirlo de alguna manera. En este sentido, la economista Sussana Suhoff ha escrito que “ …vivimos en una distopía accidental, pues hemos llegado a un punto al que nadie nunca hubiese escogido llegar y al que nadie quería llegar. Y aún así, aquí estamos.”

Son los actuales tiempos líquidos, sin certezas, como escribió Baumann, el filósofo polaco. Hasta la realidad se ha vuelto poco fiable, como dijo alguien. Menuda tarea, pues, la que tenemos por delante. Se trata, nada menos, que de crear un nuevo tejido social.

¿La Poesía Cuántica?

Hace nada, Rafael Cadenas recibió el Premio Cervantes de Literatura, el más importante de Hispanoamérica. “Cuando recibí la noticia pensé que podía ser un invento de don Quijote”, declaró. En el acto de entrega pronunció un breve discurso que sería bueno que nos lo aprendiéramos de memoria, guardando hasta lo que insinúa entre líneas, pues también en ellas el lector se topa con su talento y sensibilidad. Aprovechando que sus textos pueden leerse desde varias ópticas, me limito a entresacar algunas cuestiones que ha abordado en distintas oportunidades, recordados de alguna forma en sus palabras ante los Reyes de España.

En primer lugar me remito a su a su alerta sobre el totalitarismo, a su preocupación por el avance en todas partes, “a veces con disfraz democrático, a veces de manera franca”. En este sentido, en medio de una reflexión que viene muy a propósito de la sociedad venezolana, sostiene que “el lenguaje no es solo un medio de comunicación sino un instrumento poderoso que influye decisivamente en la sociedad, así como ésta en él. Puede favorecer su avance o atrasarla, impulsarla hacia la democracia o hacia un totalitarismo. De ahí que sea tan principal en el ámbito político”. En una onda claramente orweliana añade que ”… el actual caos político guarda relación con la decadencia del lenguaje; podríamos conseguir alguna mejora si empezáramos por lo verbal.”

Hago referencia, en segundo lugar, a la idea de que “… nacionalismos, ideologías y credos dividen a los seres humanos. Sobre todo divide el nacionalismo que, como dijo Einstein es el “sarampión de la humanidad”. Cada país se aferra a su historia, hay una especie de narcisismo que tiene que ver con cada país”. En suma, hemos construido sociedades muy individualistas, muy atomizadas.

Añade que en este tiempo “el mundo debería ser cosmopolita”. El de hoy es un planeta atravesado por crisis globales, en el que se diluyen las diferencias entre dentro y fuera, lo nacional e internacional, el nosotros y los otros. Se precisa una «mirada cosmopolita» de acuerdo a una expresión que permea la literatura que viene analizando la que se ha calificado como una “crisis civilizatoria”, Todo nos pasa a todos. Ya nada ocurre “afuera”.

Y, por último, me llamó mucho la atención, que haya comentado, casi en tono de confesión, su descuido por “… las materias científicas, lo cual lamento, pues la física cuántica, por ejemplo, ha restaurado el insondable misterio del cosmos; es una revolución.”. Asombra esa frase, dado que diversos autores han puesto su atención en el surgimiento de nuevas formas de pensar y modelar el conocimiento y, dentro de ese contexto, las ciencias sociales y humanas están sufriendo una transformación radical, por efecto de una reciente interacción con la teoría cuántica. Están surgiendo las ciencias sociales cuánticas. Quien sabe, piensa uno, si hasta la Poesía Cuántica

En síntesis, vaya personaje el tal Rafael Cadenas.

A manera de posdata

Guardando silencio el gobierno de Nicolás Maduro hablo más alto y claro que nunca, mostrando que su épica discursiva no le alcanza para esconder su talante autoritario. Sin embargo, su mutismo con relación al Premio Cervantes de Literatura no desaparece a Rafael Cadenas como referencia para todos nosotros. Al contrario.

El Nacional, viernes, 28 abril 23

Mil expertos solicitan una “taima” para la Inteligencia Artificial General Ampliada

Ignacio Avalos Gutiérrez

Alrededor de mil expertos acaban de firmar una carta publicada por el Future of Life Institute con el objetivo de llamar la atención sobre el inmenso riesgo que suponen los últimos descubrimientos y creaciones en el ámbito de la denominada Inteligencia Artificial General Ampliada (AIG por sus iniciales en inglés).

Dicho en pocas palabras, en ella muestran sus posibles riesgos y la apremiante necesidad de establecer ciertos criterios que la encaminen y regulen, argumentando que compite con la inteligencia humana y constituye una “potencial amenaza para la humanidad”. Se trata, añaden, de una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas, dejando ver en un horizonte no tan lejano, transformaciones que modelen la vida humana en todos los espacios sociales, estableciendo parámetros muy distintos a los vigentes en el siglo XX, a una velocidad que rebasa la capacidad de responder oportunamente a sus consecuencias.

Afirma el filósofo Yuval Harari, uno de los que respalda el documento, que a medida que la inteligencia artificial domine el lenguaje natural, crece el peligro, porque eso significa que se puede “piratear y manipular el sistema operativo de la civilización”; además de que, a través de la generación de imágenes, se hace menos distinguible la línea que separa la realidad de la manipulación.

Se pide una “taima”

El texto al que me refiero se pregunta si “…debemos desarrollar mentes no humanas que con el tiempo nos superen en número, inteligencia, obsolescencia y reemplazo, arriesgándonos a perder el control de nuestra civilización” Y llama, por tanto, a encarar urgentemente la cuestión, solicitando a todos los laboratorios que suspendan de inmediato, durante al menos seis meses, “el entrenamiento de sistemas de IA más potentes que GPT-4”, subrayando que el cumplimiento de la medida pueda ser verificado por parte de los gobiernos. Se solicita, así pues, una “taima”, como se decía antes para pedir tiempo por algún motivo, y suspender la acción en un evento, por ejemplo, un partido de futbol o de beisbol.

Con esta propuesta se espera que los laboratorios trabajen durante ese lapso en el diseño de protocolos de seguridad que puedan ser auditados por expertos independientes. Se trata, en fin, de que se pueda llegar a precisar reglas a nivel universal que fijen la dirección y la utilización de la AIG, a partir de los valores humanos.

La interrupción de las actividades durante un semestre ha generado dudas. El mismo Elon Musk, cuyo apoyo a la carta ha generado cierto asombro, ha expresado que “…solo serviría que algunas empresas, estatales o privadas realicen avances en la oscuridad a la vez que restringiría la posibilidad de hacerlo a todos los demás”. Propone, en su lugar, “la creación de laboratorios de IA de código abierto con recursos informáticos financiados con fondos públicos, que actúen de acuerdo con las normativas dictadas por las instituciones democráticas”. Entiende uno, entonces, que las grandes empresas se opondrían a cualquier intento de crear protocolos de seguridad oficiales y no es pecar de suspicaz creer que en varias partes del mundo aprovechen la ocasión para sacar ventajas económicas de la “taima”.

Principios éticos

Por otra parte, cabe señalar que en parecida dirección a la sugerida en la declaración divulgada, hay iniciativas importantes, entre las que cabe citar, a título de ejemplo, las que se llevan a cabo la Unión Europea, y la reciente decisión del Presidente Biden de establecer políticas y normas públicas que fijen el desenvolvimiento de la AIGA.

Igualmente, tras la opinión de los mil expertos, la UNESCO a solicitado a los países que apliquen sin demora su Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, adoptada por unanimidad por los 193 Estados miembros de la Organización, y que proporciona las garantías necesarias para reconocer el control humano sobre ella, como un nuevo derecho.

Has subido el tono de las alarmas, sobre todo a partir de la aparición del ChatGPT-4, por lo que ha significado en el avance del lenguaje natural automatizado. Se sostiene, entonces, la necesidad de adoptar de manera apremiante, principios éticos que orienten el diseño, la fabricación, la prueba y el uso de robots y de la inteligencia artificial, haciéndolos compatibles con el respeto a la dignidad y valores humanos en todas sus dimensiones.

Todavía estamos a tiempo me dice un amigo que sabe mucho de estas cuestiones. Ojalá, dice uno, que no sabe tanto.

El Nacional, miércoles 12 abril 2023

Con la corrupción hemos topado, querido Sancho

Ignacio Avalos Gutiérrez

Tenía otras ideas en la cabeza, pero me resultó demasiado cuesta arriba no escribir sobre la lucha contra la corrupción emprendida por el Gobierno de Nicolás Maduro, asumiendo el riesgo de que mis palabras lluevan sobre mojado, pues es sin duda un evento sobre el que se han amontonado varias decenas de artículos y miles de twits.

Un viejo “flagelo”

En el transcurso de las dos últimas ´décadas y de los años que se llevan de la presente, ese antiquísimo invento que conlleva al mal uso de los recursos públicos forma parte, literalmente hablando, del paisaje venezolano y no hay que ser demasiado agudo para notarlo. Resulta lógica en un país gobernado bajo el control total de los poderes públicos, sin los más mínimos contrapesos que lo contengan, en el que la gestión ocurre en medio de una gran impunidad y una rendición de cuentas caracterizada por la ausencia y la alteración de los datos. No cabe extrañar, entonces, que las decisiones se orienten usualmente hacia los caminos verdes.

La gestión de Hugo Chávez incurrió, desde luego, en el pecado administrativo de la desviación de los recursos del Estado, cosa que hizo en gran escala y en medio de una gran arbitrariedad. Pero no cabe duda, ciertamente, que bajo la administración encabezada por Nicolás Maduro la corrupción se ha potenciado, conforme lo atestiguan numerosos informes, realizados por sectores de la oposición y organizaciones de la sociedad civil (ONGS), además de que abundan los casos en que es visible para quien preste siquiera un poquito de atención.

Henos aquí, en medio de la corrupción

Con la corrupción hemos topado, habría escrito Cervantes. Da la impresión de que el Gobierno se diera cuenta ahora. De repente, en días recientes y con Maduro como vocero, fueron surgiendo como de la nada varias denuncias sobre el uso indebido de los recursos públicos (oh sorpresa) por parte de altos funcionarios, cuyos largos tentáculos alcanzaban a personas que se desenvuelven en el ámbito militar y en el privado. Hablaba, así pues, de la desviación de cantidades enormes de dinero, expresadas en cifras cuya número de ceros resulta difícil de imaginar y que obviamente ha tenido graves repercusiones sobre el desarrollo del país, o sea, en las condiciones de vida de la mayoría de sus habitantes, a pesar de lo cual, por cierto, aún se siguen invocando las sanciones internacionales (que obviamente tienen un impacto nada despreciable), como la razón principal de que Venezuela se encuentre como como se encuentra.

Así, como si no hubiera roto un plato, Maduro emprendió una cruzada contra la corrupción, pronunciando épicos discursos contra los responsables, a quienes tilda de traidores que “ponen en peligro la Revolución”. “Caiga quien caiga”, dice una y mil veces, “… todos serán castigados con todo el peso de la ley”

El Bono Moral y Etica

En este marco, ha aparecido la Policía Nacional Anticorrupción que, no obstante haber sido creada en el año 2014, parecía haber estado en modo “clandestino”, pues nadie sabía nada de ella hasta ahora, cuando se ha dado a la tarea de detener a los que han sido indiciados como responsables del desfalco a la nación. Por otra parte, en estos días, se introdujo en la Asamblea Nacional el proyecto de Ley Orgánica de Extinción de Dominio, mediante la que se busca reforzar la lucha contra la corrupción. Así mismo, se ha instado a las diversas organizaciones de calle que escudriñen a sus vecinos y tomen nota si perciben algo “raro”, convirtiéndolos a todos en posibles sospechosos.

Así como éstas han surgido otras acciones a propósito de esta campaña, entre las que no me puedo permitir pasar por alto, por lo que significa dentro del estilo del gobierno - siempre en plan de intentar barnizar la realidad-, la aprobación con bombos y platillos del Bono Moral y Ética que implica la suma de 3,97 dólares para quienes lo reciban. A propósito de ello expresó, que se cumplía con honestidad y transparencia con el bienestar del pueblo. “Son tiempos que exigen honestidad”, añadió.

En vista de todo lo anterior, a Maduro se lo describe dentro de las filas de su partido como el presidente que con más convicción y fuerza ha luchado contra la corrupción a lo largo de toda nuestra historia (junto a Chávez, obvio).

¿Conflictos domésticos?

Las mencionadas iniciativas lucieron, en primera instancia, como un repentino y sorpresivo arrebato en defensa del patrimonio público. Sin embargo, al paso de los días, casi de algunas horas, y superado el shock inicial, fluyó la razonable sospecha de que no eran “moral y luces”, según recomendaba Bolívar, las que originabas la cruzada, sino diversas pugnas internas que han ido emergiendo al interior del denominado chavismo-madurismo.

En este sentido, no se crea que tales disputas remiten a desacuerdos ideológicos, a la defensa incondicional del eterno legado de Chávez o al sesgo que ha tomado el actual proyecto del Socialismo del Siglo XXI, transmutado en un capitalismo de burbujas. Y menos aún que aludan a los efectos del robo de los dineros públicos en la profunda crisis que abruma la existencia diaria de los ciudadanos. Se trata, más bien, de razones subalternas, reducidas a una vulgar refriega por el poder, estimulada principalmente por las elecciones presidenciales previstas para el año 2024, en las que no es ningún secreto que Maduro se presentaría para gobernar un tiempito más.

Conclusión (que no concluye)

Estas últimas líneas deben tomarse como una hipótesis, la que tal vez domina el ambiente. Pero en verdad el escenario es bastante más enredado, hay varias y muy distintas versiones acerca de lo que acontece, siendo la figura de Tarek El Aissami, el caso más claro de ello, así como las especulaciones respecto a quienes se encuentran en la palestra, quiénes son los que se adversan entre sí y quienes fungen de cómplices.

Lo que sí parece verdad es que la traición y el chantaje constituyen la barajita que casi todos llevan bajo la manga, librando la contienda por un botín en el que se entremezclan intereses, tanto políticos como económicos, que encuentra terreno fértil en el país deshilachado que venimos siendo desde hace rato.

En medio de este galimatías, tal vez los ciudadanos de a pie tengamos que hacer nuestra una frase atribuida a los españoles, la de Piensa mal y Acertaras. Ojalá que no.

El Nacional, marzo 2023

El balón al pie de la mujer

Ignacio Avalos Gutiérrez

A estas alturas del Siglo XXI, resulta insólito, por no decir absurdo, que el 8 de marzo de cada año se conmemore el Día de la Mujer y que el mismo sea dedicado a reclamar su participación igualitaria, sin discriminaciones que le afecten su vida dentro de la sociedad. Luego de muchos años de reclamo, se ha avanzado, desde luego, pero da vergüenza constatar que las personas del aún calificado “sexo débil”, encaran obstáculos incomprensibles, se miren por donde se miren. Como creo haber escrito en otras oportunidades, el machismo todavía goza de cierta salud, la suficiente para disponer del oxígeno necesario para persistir en la idea, cada vez con menos éxito, por fortuna, de que la masculinidad debe vertebrar la sociedad, hasta en lo que atañe a la esfera deportiva.

El deporte en la antigüedad

El deporte existe de diversas maneras, desde el principio de la historia humana. En las antiguas civilizaciones se practicó, moldeado por ciertas normas, muy rústicas que toleraban la violencia entre los atletas, al extremo de que en el antecedente remoto del boxeo, por citar un caso, la victoria en una pelea se alcanzaba matando al contrincante.

Con relación al tema que pretendo abordar en estas líneas, un rasgo central del deporte fue, sin duda, su concepción como una actividad exclusiva para los hombres, mientras las mujeres eran dejadas de lado y no podían figurar ni siquiera como espectadoras de los eventos que se realizaban

El barón Pierre de Coubertin

El deporte moderno, el que con sus mutaciones, algunas nada menores, se ha mantenido hasta nuestros días, nació a mediados del siglo XIX de la mano del Barón Pierre de Coubertin, quien lo civilizó, según lo han señalado diversos estudiosos del asunto. Mediante la redacción de la Carta Olímpica dispuso su organización asumiendo las particularidades de las diferentes disciplinas, redactó un conjunto de normas articuladas en torno al principio del “fair play”, envuelto en el lema de que lo “importante no es ganar, sino, competir”, hoy en día obsoleto hasta en el espacio amateur, incluyendo sus categorías infantiles, en las que el balompié comienza a asomar su rostro mercantil.

En lo que si no vario el deporte fue en la idea de entenderlo como una actividad exclusivamente masculina. Sin que mediara recato alguno, y para que no hubiese lugar a las equivocaciones, Coubertin expresó lapidariamente, que “… el deporte femenino no es practico, ni interesante, ni estético, además de ser incorrecto”. Y, por si fuera poco, agregó que “ellas solo tienen una labor en el deporte: coronar a los ganadores con guirnaldas”. A partir de esta suerte de apreciación teórica, hubo de correr un buen tiempo para pudieran participar, pero apenas como parte del público. De esta manera, el deporte no hacia sino replicar y reforzar la masculinización característica de aquella época, otorgándole carta blanca al dominio de la virilidad.

Sin embargo, los movimientos feministas que han ido emergiendo en otros escenarios de la vida social han llegado también, aunque con retardo, al deporte. De a poco fue aceptándose la participación de las mujeres en las distintas disciplinas y lo ocurrido en el transcurso del presente siglo prueba que la huella femenina se ha profundizado en las distintas canchas y estadios.

Las cosas han variado, así pues, y se ha ido reduciendo su exclusión histórica, aunque todavía falta para poder hablar de condiciones que aseguren la plena igualdad,

El fútbol

Las palabras anteriores también abarcan, con sus especificidades, al fútbol, uno de los deportes que más ha entrabado la participación femenina, comparado con otras disciplinas (tenis, volibol, natación, atletismo, basketbol….)

Las cosas han tardado en cambiar, la demora se mide en décadas, pero se han abierto algunas puertas las modificaciones en virtud, sobre todo, del esfuerzo que han realizado las propias mujeres, destruyendo o gambeteando las barreras colocadas por el “machismo ideológico”, edificado, da la impresión sobre el alto nivel de testosterona de los hombres. Han logrado, así pues, ser tomadas en cuenta, pues no solamente conforman la mitad de la audiencia en los espectáculos más relevantes, como lo demostró el reciente Campeonato Mundial, celebrado en Quatar, sino que han entrado en los campos de juego en la mayor parte de los países del mundo, siendo muy pocos los que se lo tienen “prohibido”. Por otro lado, han proliferado las competencias femeninas, incluyendo varias ediciones del Campeonato Mundial, y se han establecido ligas internacionales y nacionales en diversas categorías, dejando ver un panorama impensable hasta hace poco. En este sentido, Venezuela es un ejemplo de cómo ha evolucionado el fútbol femenino, tanto que me atrevería a sostener que a nivel internacional está bastante mejor ubicado que el de mis colegas varones.

Obviamente no todo es miel sobre hojuelas. El balompié femenino no alcanza la importancia que se le brinda al masculino, tal como lo muestra, entre otros aspectos, el enfoque mediático. Los aspectos laborales marcan distancias enormes entre uno y otro sexo, no sólo en los sueldos, en los que la brecha es espantosa, sino en los contratos, tan es así que ciertos analistas temen, por ejemplo, que se establezca la firma de acuerdos con cláusulas anti-embarazo. Por otra parte, los prejuicios y reservas no cesan de llover: que si masculiniza a las mujeres, que si es inconveniente para el cuerpo femenino y específicamente para la maternidad, que si hay disciplinas más acordes con su sexo, y por allí sigue la lista de advertencias, hasta terminar recomendando que al balompié femenino se le califique como un deporte “distinto”. Dicho sea de paso, Josph Blater, el inefable ex Presidente de la FIFA, llego al atrevimiento de recomendar cierta vestimenta para las jugadoras, un poco más sexi y atrevida, con el objetivo de hacer los partidos más “atractivos”.

En síntesis y como se ha escrito hasta el cansancio, el feminismo requiera también que surjan nuevos modelos de masculinidad.

HARINA DE OTRO COSTAL

(PSICODATA)

Uno se da cuenta, sin tener que ser muy ser muy perspicaz, que el suministro de información suficiente y confiable no es, precisamente, una fortaleza del gobierno actual, que las cifras se esconden, se inventan, se manipulan, y se resignifican, con la intención sustentar la idea de que “Venezuela se Arregló”, haciendo énfasis, sobre todo, en los aspectos económicos. Por otro lado, uno también está enterado de que hay diagnósticos venidos desde algunos sectores que reflejan el mismo pecado, fotografiando al país desde la acera contraria a la del oficialismo.

Pero afortunadamente se encuentran al alcance de la mano otros análisis que cuidan su independencia, que nos brindan otra visión, más objetiva, de la realidad, y más parecida a la que siente el ciudadano de a pie, a través de su propia vida de cada de cada día

Digo lo que digo a propósito de Psicodata, un análisis que calza en este último grupo de estudios, elaborado recientemente por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). El mismo busca mirar el paisaje nacional desde otro ángulo, distinto al económico, usual en los informes que llegan a nuestras manos. Como señalan sus autores, presenta un diagnóstico que corre la cortina y revela el país que somos desde el punto de vista psicosocial, identificando, midiendo y explicando catorce de sus dimensiones.

Un texto imprescindible, no hay duda. Nos amplía la visión del entorno en que estamos situados, mediante una radiografía que permite ver lo que sentimos como consecuencia de lo que vivimos.

Hay, pues, que tenerlo unas cuantas semanas en la mesita de noche.

El Nacional, jueves 16 de marzo de 2023

El ChatGPT y las elecciones en la ucv

Ignacio Avalos Gutiérrez

Luego de un largo tiempo, la UCV vuelve dentro de poco a las urnas de votación para elegir a sus autoridades. Un largo tiempo, digo, y no entro en las razones y circunstancias que motivaron tamaña demora, pues son de sobra conocidas, todas envueltas en la negligencia interna y, principalmente, en la arbitrariedad y sectarismo por parte del gobierno.

Buena noticia, pues, y esperemos que se vaya repitiendo en las demás universidades públicas. Necesitamos nuevas caras para abrirle la puerta a otras miradas, otros objetivos y otras formas de desempeño que sepan interpretar los signos de los tiempos.

Menuda tarea la que le espera a quienes resulten nombrados, se oye decir en los pasillos ucevistas. Y ciertamente la situación de nuestra institución deja mucho que desear en todos los sentidos, cualquiera lo sabe. Pero empezamos mal si creemos es una responsabilidad sólo de ellos y no entendemos que es un trabajo que nos toca a todos, al margen del espació institucional en el que nos desenvolvemos.

“Cambio epocal”

Se nos han roto, según es moda decir, los paradigmas mediante los que entendíamos el mundo. Los límites más o menos trazados y claros que antes nos permitían una cierta ubicación, ahora se nos mueven o se nos hacen borrosos, complicándonos la existencia, tanto individual, como colectivamente. Los mapas mentales de los que se disponía no alcanzan para orientarnos y ni siquiera tenemos, creo, el consuelo de las ideologías, a través de las cuales explicábamos (más o menos) la historia y el futuro. En fin, ahora todo se torna inestable en nuestro derredor y pareciera no haber lugar ni tiempo para sedimentar explicaciones, normas o criterios que nos sirvan de guía. Los hechos se nos vienen encima.

En el transcurso de los últimos años ha cobrado forma lo que sin exageración se ha evaluado como una explosión del conocimiento científico y tecnológico, dando pie a transformaciones que van reconfigurando profundamente la existencia humana, haciendo de ésta una experiencia cada vez más distinta de lo que era hasta hace no hace mucho. Adicionalmente, dichas transformaciones acontecen aceleradamente y nos sorprenden “fuera de base”. No en balde se afirma que vivimos en la era de la perplejidad, refiriéndose al desconcierto ante una metamorfosis que alude a todos los escenarios de la vida social, modificando, incluso, aspectos que parecían esenciales de los seres humanos, como sus capacidades físicas y mentales, su longevidad e incluso su posición como especie dominante, cuestionada, se dice, por máquinas cada vez más inteligentes y ubicuas.

Dibujan, así pues, un “cambio epocal” y tienen el efecto de plantearnos temas nuevos, de crearnos problemas nuevos, de trazar situaciones nuevas, de generar, en fin, dilemas nuevos. Hoy en día sabemos más de muchísimo más tópicos y, por tanto, se va ensanchando el campo de la decisión humana. Los avances en el conocimiento nos ponen, tanto en el plano individual como colectivo, en el trance de tener que juzgar sobre cosas sobre las cuales jamás cupo escogencia alguna. Nos traen disyuntivas inéditas frente a las cuales pareceríamos estar desguarnecidos de valores, normas y criterios que nos sirvan para conducirnos frente a ellas.

Las universidades

Las universidades se encuentran dentro del contexto esbozado en las líneas precedentes. Les toca emprender, así pues, la crucial e impostergable tarea de modificar, entro otros muchos aspectos, sus estructuras, sus normas de organización, el contenido de las carreras, los modos de enseñar e investigar, de conectarse con otras organizaciones tanto nacionales como internacionales, todo lo cual precisa la generación de un nuevo modelo de conocimientos fundamentado en la integración las ciencias naturales, las ciencias sociales y las ciencias humanas, entre ellas y dentro de ellas.

Esto significa que la labor pendiente para nuestras universidades no es sólo reconstruirse, que desde luego lo es, sino construirse de tal forma que pueda plantarse frente a condiciones muy disímiles .

El ChatGPT

En estos días han proliferado las noticias que hablan de la inteligencia artificial, a propósito del ChatGPT, un dispositivo tecnológico ideado para realizar tareas con el lenguaje, capaz de procesar y generar textos que parecieran elaborados por seres humanos

Su aparición ha generado un amplio debate que ventila las ventajas y las desventajas, así como los peligros y las amenazas. Hay, en consecuencia, quienes se sitúan a favor de promover su uso y los que consideran que debe manejarse con extremo cuidado y hasta prohibirse. Entre estos último se ubica el propio Elon Musk, quien lo ha calificado como “un peligro para la civilización”.

El ChatGPT ha sacudido el mundo educativo en todos sus niveles y en todo el mundo. La palabra plagio (pecado mortal en el medio académico), tal vez sea la que resuma de la manera más gráfica y simple - a sabiendas de que se incurre en una exageración- las discusiones que ha suscitado en torno a los procesos de enseñanza e investigación. Con respecto a las universidades, es un factor que se suma a los ya referidos al principio del artículo, situando sobre el tapete su redefinición institucional.

Ciertamente, el ChatGPT pesa más bien poco si se calibra desde la evolución que se observa en el área de la Inteligencia Artificial y no digamos de la llamada Inteligencia Artificial Generalizada. Pero lo traigo a colación porque, su reciente figuración en la opinión pública me sirve de pretexto para ilustrar la necesidad de que veamos las próximas elecciones como la oportunidad de empezar un proceso, seguramente difícil y prolongado, con el fin de enrumbar a la UCV según otras perspectivas, haciéndose valer como la Casa que vence las Sombras, ante los desafíos que pone este siglo XXI.

Posdata

Por si acaso, juro que soy el único autor del presente artículo, elaborado sin la participación de alguna inteligencia que no sea la mía

El Nacional, jueves 2 de febrero de 2023

Viendo el mundo desde la montaña mágica

Ignacio Avalos Gutiérrez

Allí, en ese mismo sitio, desde hace un poco más de medio siglo, cada año se reúnen alrededor de 2.000 personas, entre políticos, empresarios, intelectuales y periodistas, parte muy importante del liderazgo que gobierna a los 8.000 millones de terrícolas que habitamos el planeta. Como seguramente adivinará el lector, me estoy refiriendo a la reunión del Foro Económico Mundial, que tiene lugar en Davos, una pequeña ciudad ubicada en los Alpes Suizos, perpetuada por Thomas Mann en La montaña mágica, su magnífica novela editada en 1924.

“Crear un futuro común en un mundo fracturado”, es la frase distintiva que dibuja el propósito del encuentro. Se muestra, así, una perspectiva positiva sobre la posibilidad de construir un porvenir incluyente, pero sin ignorar la existencia de las profundas resquebrajaduras que hoy en día trazan el mundo en el que vivimos.

La Poli Crisis

Numerosas investigaciones elaboradas por distintas organizaciones, así como por expertos a título individual, recogen en su lista varios problemas, a cual más de graves: la crisis energética y alimentaria, la economía de alta inflación, bajo crecimiento y alta deuda., los obstáculos de la industria frente a la tecnología e innovación, las vulnerabilidades sociales y climáticas y los riesgos geopolíticos y la cooperación en un mundo multipolar.

Mirando las cosas en el corto plazo el Informe de Riesgo Global señala que las roturas del planeta emergen principalmente como consecuencia de treinta y dos riesgos, entre los que sobresalen diez. Expresados casi textualmente, se indican allí que cinco de ellos son ambientales (desastres naturales por eventos extremos de clima; fallas en mitigar el cambio climático; incidentes en gran escala generados por el mismo; fallas en la adaptación al cambio del clima; y crisis por el abastecimiento de recursos naturales); otros tres son sociales (inflación; erosión social por la polarización; e inmigración a gran escala por causas obligadas); uno es geopolítico (confrontación geoeconómica) y el último de carácter científico-tecnológico (amenaza del cibercrimen y la inseguridad cibernética).

Se habla, entonces, entonces de una Poli Crisis, consecuencia de conflictos múltiples, simultáneos, permanentes, globalizados y retroalimentados los unos con los otros. Se trata de lo que, en varios otros textos, a partir de ingredientes y explicaciones similares, se califica como una Crisis Civilizatoria.

La eco ansiedad

La directora de la reunión, Saadia Zaahidi, anunció que el 80% de los participantes interrogados en el Foro declararon tener una visión «muy negativa del futuro a corto y largo plazo», motivados principalmente por la crisis climática y ecológica que no se está resolviendo como debería en el contexto de la guerra de Ucrania y que, según creen, «no se resolverá en los próximos diez años».

En similar sentido durante su intervención el Presidente colombiano, Gustavo Petro, se preguntaba “… si puede el capitalismo que hemos conocido en los últimos 30 o 40 años superar la crisis climática que ayudó a provocar? Si el capitalismo no es capaz, añadió, o la humanidad se extingue con el capitalismo o la humanidad supera el capitalismo”. Tal opinión fue comentada por la prensa indicando que “…los principales líderes económicos mundiales no solían ser sujetos a la eco ansiedad, y mucho menos reconocerlo públicamente …”.

A final de cuentas : desigualdad y pobreza

En un informe titulado "La supervivencia de los más ricos", Oxfam INT señala que los multimillonarios han duplicado su riqueza en los últimos diez años, y que el 1 por ciento de la población más rica del mundo ha ganado 74 veces más que el 50 por ciento más pobre.

Registra, igualmente, que el año anterior, 82 por ciento de la riqueza generada en la economía mundial fue a parar a manos de uno por ciento de la población. En cambio, para la mitad más pobre del planeta (3 mil 700 millones de personas) los ingresos permanecieron sin variar. Expresado de manera que no queden dudas, sólo ocho personas tienen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población del planeta (3 mil millones 600 mil personas), según la misma fuente.

No creo que haya cifras que describan más dramática y dolorosamente el deterioro de la vida humana hoy en día.

Que podemos esperar de Davos

Siendo sinceros, frente a todo lo anterior el espacio para el optimismo no es muy grande. Las cifras recabadas a lo largo de las diversas reuniones dan pocas buenas noticias, no se observan avances relevantes, sino que predominan más bien los números que marcan retrocesos en los diferentes ámbitos. En suma, sobresalen muy poco los propósitos cumplidos, lo que obliga a reiterar, por tanto, buena parte de los diagnósticos que dieron pie a la necesidad de formularlos.

Con respecto a este último Foro hay que añadir la mala señal que significó la ausencia absoluta de China y Rusia, y en menor grado la de la India cuya visita pareció más bien un acto de cortesía. Nos estamos refiriendo a tres naciones que, amén de su potencial económico y político, están habitadas por 3.000 millones de personas, cifra que esta cerca de la mitad del total de las que ocupan nuestro planeta.

En fin, al parecer rehuimos el planteamiento que asomó el Presidente Petro. Me luce, que los humanos no terminamos de entender la urgencia de cambiar la manera como vivimos la vida. Es esa forma de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza, la que nos ha traído hasta aquí.

No sé porque se me antoja creer que Thomas Mann, desde la Montaña Mágica, compartiría el punto de vista anteriormente expresado. Los objetivos, los marcos de referencia y las maneras que tenemos de transitar las rutas de nuestra existencia, no dan más de sí.

En suma, como lo ha escrito el filósofo polaco Zygmut Bauman, a quien he citado más de una vez, hemos llegado a un punto sin precedentes. “Todas las etapas y saltos que se han verificado tenían un elemento común: se caracterizaban por inclusión y exclusión. Había un nosotros que se ampliaba, pero también una identificación de otro excluído del nosotros. Y esto ha llevado a grandes derramamientos de sangre”. Así mismo, añade que “… ahora estamos ante la inevitable necesidad de la expansión del “nosotros” como etapa próxima de la humanidad. Este nuevo salto está representado por la supresión del pronombre “ellos”.

El Nacional, sábado 18 de febrero de 202