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Opinión

Jocelyn Timperley

La humanidad está pisando terreno peligroso. Solo una reducción rápida en el uso de combustibles fósiles, una mayor eficiencia y reducciones profundas en las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores podrían evitar lo peor del cambio climático, según un nuevo informe publicado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC).

El nuevo informe debería servir como una "guía de supervivencia para la humanidad", según el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, quien recomendó un enfoque de "todo, en todas partes, al mismo tiempo" para la acción climática.

Junto con las medidas para reducir la cantidad de carbono que se emite en la atmósfera, es probable que este enfoque deba incluir otra acción que los científicos consideran, aunque de manera frustrante, cada vez más necesaria: la eliminación de dióxido de carbono (CO2).

El término se refiere a una variedad de mecanismos y tecnologías que sacarían el CO2 del aire y lo atraparían para que no contribuya al efecto invernadero que está calentando nuestro planeta.

La idea es revertir activamente las emisiones que los humanos han bombeado a la atmósfera.

Las técnicas que se discuten incluyen todo, desde captura directa de aire o bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) hasta biocarbón o meteorización mejorada de rocas.

Pero, ¿qué tan factible es explorar esta variedad de métodos propuestos para eliminar el CO2 a los niveles que marcarían una diferencia significativa para el clima?

¿Son algunas opciones mejores que otras? ¿Y qué esquemas corren el riesgo de ser simplemente demasiado alocadas como para tener posibilidad?

Debido a que durante décadas el mundo ha fallado en frenar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, muchos científicos ahora consideran que alguna forma de eliminación de CO2 es esencial para limitar el cambio climático peligroso.

Rob Bellamy, profesor de Clima y Sociedad de la Universidad de Manchester, dice que el informe del IPCC deja en claro que eliminar el CO2 del aire "no es solo una opción, sino una necesidad".

Sin embargo, advierte que los métodos de eliminación de carbono también conllevan riesgos significativos tanto para las personas como para el medio ambiente.

"Ahora necesitamos una conversación de amplio alcance en la sociedad sobre qué métodos llevar adelante, cómo incentivarlos y, en última instancia, cómo gobernarlos. No se equivoquen, necesitamos eliminar el carbono, pero debemos hacerlo de manera responsable".

En particular, el nuevo informe del IPCC señala que será necesaria la eliminación de CO2 para contrarrestar las "emisiones residuales de gases de efecto invernadero difíciles de reducir" a fin de alcanzar cero emisiones netas de CO2 o gases de efecto invernadero.

Los sectores con estas emisiones difíciles de reducir incluyen la agricultura, la aviación, el transporte marítimo y los procesos industriales, señala el informe (estos sectores se consideran difíciles de reducir debido a la falta de tecnología o al alto costo de la descarbonización).

Pero no todos los científicos están de acuerdo. Algunos están preocupados por la viabilidad de la eliminación de CO2 a gran escala y dicen que sería un error confiar demasiado en ella.

También advierten que podría proporcionar una excusa injustificada y arriesgada para que los gobiernos eviten los profundos recortes de emisiones necesarios para abordar el cambio climático.

"Los informes del IPCC muestran que podemos prevenir daños irreversibles a las personas y al planeta si ampliamos las soluciones probadas disponibles ahora: reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables, aumentar la eficiencia energética y reducir el uso de energía y recursos son el camino más seguro para limitar el calentamiento global a 1,5°C", dice Lili Fuhr, subdirectora del programa de clima y energía del Centro de Derecho Ambiental Internacional (Ciel), una firma de abogados ambientales sin fines de lucro con sede en Ginebra, Suiza.

"Construir nuestras estrategias de mitigación en modelos que, en cambio, mantienen el crecimiento desigual y asumen convenientemente los riesgos de soluciones tecnológicas como la captura y el almacenamiento de carbono y la eliminación de CO2 ignora ese mensaje claro y aumenta la probabilidad de exceso", agrega Fuhr.

¿Cuánto necesitamos?

A principios de este año, un informe dirigido por investigadores de la Universidad de Oxford proporcionó la primera evaluación completa del estado actual de la eliminación de CO2 por parte de los humanos en todo el mundo.

Calculó este número en alrededor de 2.000 millones de toneladas (GT) de CO2 por año.

Esto equivale aproximadamente al 5% de las 36,6 GtCO2 emitidas a la atmósfera por el uso de combustibles fósiles y cemento en 2022.

Pero actualmente hay pocos planes por parte de los países para aumentar la eliminación de CO2 por encima de los niveles actuales, según el informe.

En sus propias evaluaciones, el IPCC analiza diferentes rutas para lograr reducciones de emisiones que correspondan con varios grados de ambición.

La mayoría de estas rutas ahora requieren algún nivel de técnicas de eliminación de CO2, y prácticamente todos los escenarios consistentes con los objetivos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento a 1,5 °C o muy por debajo de 2 °C incluyen al menos algo de eliminación de CO2.

Actualmente, el mundo se dirige a un aumento de 2,4 °C para 2100 si todos los compromisos climáticos de los países de la ONU se implementan por completo, o de 2,8 °C para 2100 si solo se tienen en cuenta las políticas climáticas que ya existen.

Sin embargo, la cantidad exacta de eliminación necesaria para alcanzar este nivel depende en gran medida de los recortes que se realicen en las emisiones, lo que hace que sea difícil establecer una cifra exacta.

Los escenarios que muestran recortes de emisiones pronunciados y rápidos requieren la menor cantidad de eliminación de CO2.

Algunos de los escenarios del IPCC también permiten un "rebasamiento climático", un período en el que los objetivos de temperatura global se superan temporalmente antes de volver al valor fijado.

Bajar las temperaturas de esta manera requeriría algún tipo de eliminación de CO2, dice el IPCC.

¿Cuáles son las opciones?

Hay una gran variedad de formas diferentes en las que podríamos eliminar el CO2 del aire. Sin embargo, vale la pena señalar que no se han probado métodos tecnológicos a escala.

La bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) es el método tecnológico más destacado en el informe del IPCC.

Aquí, los árboles se cultivan para capturar CO2 antes de ser quemados en una planta para obtener energía.

Las emisiones de la planta son capturadas y almacenadas permanentemente bajo tierra, la práctica conocida como BECCS.

Otro método tecnológico muy discutido para eliminar el CO2 de la atmósfera es la captura directa de aire (DAC).

La técnica utiliza máquinas para extraer CO2 directamente del aire. Si este CO2 se almacena permanentemente bajo tierra utilizando BECCS, las emisiones totales son negativas.

La gran mayoría de la inversión entre 2020 y 2022 se centró en esta forma de eliminación de CO2.

Mientras tanto, el uso de biocarbón para la eliminación de CO2 implicaría el uso de biomasa, como árboles o materia vegetal, que ha capturado carbono mientras crece, siendo pirolizada (calentada en ausencia de oxígeno) para producir una sustancia negra similar al carbón que consiste principalmente en elemental carbón.

Este biocarbón se puede agregar a los suelos, en teoría, bloqueando el carbono.

También se ha propuesto la erosión mejorada de las rocas como una forma de eliminar el CO2 de la atmósfera. Esto consistiría en esparcir en la tierra grandes cantidades de roca de silicato finamente molida, como el basalto, en un esfuerzo por imitar la erosión natural de la roca, lo que eventualmente llevaría a que el CO2 quedara atrapado en el océano como bicarbonato o encerrado en el fondo del mar.

Finalmente, la alcalinización del océano es otro proceso propuesto que implicaría agregar materiales alcalinos al océano, como rocas de silicato o carbonato, para aumentar la cantidad de CO2 que absorbe.

De manera similar, la fertilización del océano implicaría estimular el crecimiento de fitoplancton en el océano para mejorar el secuestro de carbono.

A pesar de ser muy promocionado, estos métodos "novedosos" de CO2 también están en realidad en su infancia.

Steve Smith, director ejecutivo de Oxford Net Zero y CO2RE en la Universidad de Oxford y autor principal de la evaluación de eliminación de CO2, señala que incluso la combinación de todos los métodos anteriores elimina solo dos millones de toneladas de CO2 por año (Mt CO2/año). Esa es una cantidad equivalente al 0,005% de las emisiones mundiales de cemento y combustibles fósiles en 2022.

De acuerdo con la evaluación de eliminación de CO2, la captura a través de estos métodos debe crecer entre cuatro y seis órdenes de magnitud para mediados de siglo para cumplir con los objetivos de temperatura del Acuerdo de París.

Pero hay otras formas de capturar y almacenar carbono que ya tienen un uso mucho más amplio, señaló la evaluación.

De hecho, el 99,9 % de las 2 Gt de CO2 antropógenas que se eliminan cada año se produce a través de las formas en que gestionamos la tierra, en particular la gestión forestal, la forestación y la reforestación.

La restauración de otros ecosistemas que almacenan una gran cantidad de carbono, como las turberas y los manglares, también son fuentes importantes.

La restauración de estos ecosistemas también brinda enormes beneficios colaterales, ya que es esencial para aumentar la resiliencia a los impactos del cambio climático y abordar la crisis de la biodiversidad.

Los límites de las emisiones negativas

Aún así, existen límites a la cantidad de carbono que estos sistemas naturales pueden capturar.

Los científicos han advertido que no debemos confiar demasiado en los árboles para salvarnos, y que ciertamente no pueden revertir el cambio climático por sí solos.

También existe el riesgo de que la restauración de estos ecosistemas no resulte permanente, especialmente a medida que aumentan las temperaturas, por lo que el CO2 que han almacenado podría terminar devolviéndose a la atmósfera.

Y los científicos advierten que también podría haber problemas importantes con la ampliación de muchas de las tecnologías novedosas.

Por ejemplo, muchos expertos consideran que la alcalinización y la fertilización de los océanos son demasiado riesgosas para el medio ambiente marino y piensan que, de todos modos, es posible que no funcionen.

Mientras tanto, un despliegue a gran escala de la bioenergía con BECCS requeriría que se dedicaran enormes áreas de tierra a cultivos bioenergéticos, lo que a su vez podría poner en peligro los sistemas alimentarios y la conservación de los ecosistemas.

Existen preocupaciones similares por la gran cantidad de tierra que se necesitaría para la producción de biocarbón (también se desconocen los impactos a largo plazo del uso de biocarbón a gran escala), y las altas temperaturas necesarias para producir biocarbón requieren mucha energía.

De manera similar, pulverizar rocas para mejorar la meteorización de rocas también usaría mucha energía y podría ser muy costoso.

DAC con BECCS también consume mucha energía y podría resultar extremadamente costoso implementarlo a gran escala, aunque algunos científicos están trabajando en nuevos métodos que esperan que sean más baratos.

Cada vez hay más instalaciones de BECCS en todo el mundo, pero el almacenamiento de carbono aún no se ha logrado a gran escala y, según señala el IPCC, actualmente está muy por debajo de lo que se necesita.

Sin embargo, el IPCC dice que existe suficiente capacidad técnica de almacenamiento geológico a nivel mundial para todo el almacenamiento de CO2 necesario hasta el año 2100 para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.

Aunque los científicos han acordado en la necesidad de emisiones negativas en algún momento en el futuro, la mayor parte de la brecha de emisiones hasta 2030 debe cerrarse mediante la reducción de éstas, dice Smith.

Sin embargo, en ausencia de nuevas políticas para abordar el cambio climático, solo llegaremos a una estabilización aproximada de las emisiones globales durante 2020-2030.

Entonces, señala Smith, la eliminación de CO2 se vuelve crucial, especialmente a largo plazo.

En respuesta al nuevo informe del IPCC, la activista climática Greta Thunberg calificó el fracaso de los que están en el poder para actuar sobre la crisis climática como una "traición sin precedentes".

Lamentablemente, el mundo ahora podría estar entrando en el territorio de tener que reparar el daño utilizando métodos que son mucho más difíciles y arriesgados que si se hubieran detenido las emisiones en primer lugar.

27 de marzo 2023

BBC

https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-65040861

 10 min


Edgar Benarroch

LA TIERRA PROMETIDA, OPTIMISMO Y PESIMISMO

El mundo está lleno de violencia y ella se manifiesta entre personas, entre hermanos. Los que manejan los hilos del poder mundialmente, si quieren, pueden desaparecer el mundo y volverlo añicos. Solo tienen que encender la mecha o pulsar un botón para que ello ocurra. Una guerra mundial con las armas mortales modernas que existen comprometería a toda la humanidad. Antes las consecuencias de los errores humanos y de la pequeña visión quedaban limitados por la incapacidad técnica. Hoy las consecuencias pueden ser catastróficas. Existe una inmensa diferencia entre el poder técnico del hombre y su desarrollo espiritual y moral. Por ello es necesario, fundamental y urgente explorar otros caminos donde encontremos paz y esperanza y podamos transmitirlas unos a otros.

El sol sale siempre, cada mañana y no se cansa de salir, continúan naciendo niños de ojos radiantes y risueños cargados de vida inmaculada y de futuro. Darnos esperanzas es sentirnos responsables los unos de los otros y la paz y buena voluntad con necesarios y fundamentales.

Si puede crecer una flor, pueden crecer miles de flores, el objetivo no es el desierto donde solo existe la nada, sino la tierra prometida. Quien no cree en la tierra prometida se transforma en indiferente, se desanima y no sigue adelante y muere en la nada, en el desierto.

La gente feliz es optimista por excelencia y los optimistas saben cómo ser felices porque miran hacia el lado bueno de la vida y abrazan los mejores valores ciudadanos. Por lo general, un pesimista no es feliz, vive en penumbras que limitan su visión, opaca los colores y cierra los horizontes. Los optimistas abren sus expectativas hacia la luz, hacia el sol. Saben que existe mucha obscuridad, tristeza y miseria entre la gente, pero aun así descubren las estrellas en las noches más obscuras. Los optimistas hacen la vida vivible. Por ello ante la dramática situación que confrontamos debemos tener el optimismo a millón con la certeza que pronto superaremos esta calamitosa crisis integral que sufrimos. El pesimista se conforma, se acopla y resigna; la optimista lucha incansablemente por lograr una sociedad mejor y justa donde todos trabajemos por lograr el Bien Común y la Justicia Social, donde no existan perseguidos ni perseguidores, donde no existan malos, sino que todos seamos buenos. Eso suena a utopía, pero el deber nos convoca a trabajar sin desmayo para lograr los mejores y más altos objetivos que tenemos planteados.

Ver el futuro con emoción, esperanza y alegría porque estamos convencidos que alcanzaremos todos UNIDOS los bienes que nos hemos propuestos. La melancolía, la frustración, la negación y la malvada resignación debemos apartarlos de una vez por todas de nuestro espíritu y llenarnos emocionalmente de felicidad y alegría porque sabemos que llegaremos a la tierra prometida.

30 de marzo 2023

SAN JOSÉ Y MARÍA

“María escuchó con corazón puro la Palabra de Dios y creyó en ella, como Abraham, y la palabra se hizo carne en María; en su vientre purísimo tomó la carne humana y de ella nació Jesús”, su propio hijo, el hijo único de Dios.

José de Nazaret fue, según la tradición cristiana, el esposo de María, quien fue la madre de Jesús y, por tanto, su padre putativo. Su vida y ancestros se describen en el Nuevo Testamento.

José, viudo, tuvo seis hijos, los llamados hermanos de Jesús. Se dice que la fecha de su muerte fue en julio del año 18 del Señor, se dice también que Jesús, su hijo, lo asistió y consoló con inmenso amor y esmero.

Una noche un ángel visitó, en sueño, a José y le dijo que el bebé de María, su prometida, era el hijo de Dios. También le dijo que se casara con ella y que le pusiera por nombre Jesús, quien será El Salvador del mundo. José obedeció al ángel y así lo hizo.

Hay que ser un santo más grande que la montaña más alta y tener una fe inconmensurable e infinita para aceptar lo dicho en el sueño por el ángel y entender que María había sido visitada por el Espíritu Santo y de esa visita nace Jesús. Solo José lo hizo. No dudo en afirmar que José es el Santo de todos Los Santos.

El ángel San Gabriel visita a María y le anuncia que va a dar a luz a un niño que llegará a ser el ser más importante de todos los tiempos. María estaba comprometida con José, pero el Espíritu Santo va por ella y el Poder del Altísimo la cubre. María se pregunta ¿Querrá José tomarme como su esposa si sabe que estoy embarazada?, pero se responde así mismo pensando que Dios nos pide muchas cosas que parecen difíciles o imposibles. No obstante, en su palabra nos da razones de sobra para confiar en Él, para ponernos confiados en sus manos. Si Él lo quiso así, así será. Cuando José fue informado por el ángel, salió corriendo donde María para hablarle de la buena nueva.

El 19 de marzo se conmemora en honor a San José, que nació en Belén y quien Dios le encomendó tomar a María como esposa y convertirse en el padre putativo de Jesús.

San José es hombre cargado de virtudes, pero de manera especial resalta su fe indestructible e infinita, su dedicación al trabajo, la prudencia, la fidelidad, la humildad, la protección y la ternura.

En 1870 el Papa Beato Pío IX, proclamó a San José como Patrono de la Iglesia Católica, también es el Santo Patrono de los trabajadores (San José Obrero). Tuvo un cuidado denodado con María y con su hijo Jesús a quien enseñó la carpintería e introdujo en la religión, fue de un corazón capaz de amar y proteger con inmensa entrega hasta su muerte. San José, el carpintero, es el Santo de todos los Santos.

29 de marzo 2023

DOMINGO DE RAMOS

La Semana Santa o Semana Mayor se inicia el domingo de ramos, también conocido como sexto domingo de Cuaresma. Es una celebración y conmemoración religiosa en la que los cristianos recordamos la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén. Es una fiesta movible que cae el domingo antes de Pascua, es decir, el sexto de Cuaresma.

Se hace la distribución y bendición de las palmas o ramas de otros árboles que recuerdan las que la multitud esparció frente a Cristo mientras Él entraba a Jerusalén. La dificultad de conseguir palmas en climas desfavorables llevó su sustitución por ramas de árboles nativos, si no se llamara domingo de palmas.

Como hemos dicho, se inicia la Semana Santa este domingo de ramos y transcurre en ella parte de la vida, la pasión, captura, tortura y muerte por crucifixión de nuestro Señor Enviado del Padre Eterno.

No existe ningún requisito canónico sobre el tipo de ramas que deba utilizarse, por lo que algunos creyentes ortodoxos utilizan ramas de olivo. Sea cual sea el tipo, estas ramas son bendecidas y se distribuyen junto con velas durante la vigilia de toda la noche en la víspera de la fiesta (sábado por la noche) o antes de la Divina Liturgia en la mañana del domingo.

En la antigüedad, las ramas de palmeras simbolizaban la bondad y la victoria. A menudo se representaban en las monedas y en los edificios importantes. Salomón hizo tallar ramos de palma en las paredes y puertas del templo.

En la Liturgia de la Iglesia Católica para este día, domingo de ramos, el centro es la Santa misa que sigue a la procesión. La Iglesia Católica considera que las palmas benditas son sacramentales y como tal deben tenerse. Las vestimentas para este día de los sacerdotes son de color rojo escarlata intenso, el color de la sangre, lo que indica el supremo sacrificio redentor de Cristo al entrar a la ciudad para cumplir con su pasión, muerte y Resurrección en Jerusalén.

La Semana Mayor es momento para el recogimiento, la oración y devoción pero también para la introspección y reflexión sobre cada uno de nosotros. Revisarnos para ver donde fallamos y corregir y donde lo hacemos bien para profundizar. Seguro estoy que de ese análisis propio saldrá la necesidad de corregirnos, de cambiar, si es posible reinventarnos para salir victoriosos de los desafíos y retos que la vida nos presenta, máxime en nuestra amada Patria, VENEZUELA.

En este tiempo de guardar y de oración, imploremos a Dios Padre Eterno nos de voluntad, coraje, arrojo y temple necesarios para superar cuanto antes esta desastrosa e inmensamente dramática situación en que nos encontramos, pero siempre recordemos que Él dijo “Ayúdate que yo te ayudaré”. Empecemos desde ya a ayudarnos nosotros construyendo la UNIÓN necesaria y fundamental de todos quienes aspiramos cambio radical ya.

28 de marzo 2023

LÁZARO

Lázaro es un personaje bíblico del Nuevo Testamento, tenia dos hermanas, María y Marta, vivió en Betania, a las afueras de Jerusalén. Fue amigo de Jesús quien se alojó tres veces en su casa.

Jesús les dijo a sus apóstoles, vamos a Betania, murió Lazaro y Yo le devolveré la vida. Cuando el Enviado llegó a Betania, Marta salió a su encuentro y le dijo, Señor, tu presencia nos bendice e ilumina. Hace cuatro días murió mi hermano Lazaro, si tu hubieses estado aquí ello no hubiera pasado, Jesus le dijo, ¿Crees en mi.? y ella respondió, infinitamente, tú eres el Enviado de Dios Padre Eterno, tú eres la vida y la Resurrección. Entonces Jesus le dijo llévame ante donde está el féretro y así lo hizo. Cuando Jesus estaba al frente de donde reposaban los restos mortales de Lázaro, ordenó quitaran la losa que lo tapaba y viendo hacia el cielo y dándole gracias a su Padre exclamó, Lázaro levántate, Lázaro se levantó y el Enviado dijo, quítenle lo que lo cubre y más adelante gritó, camina y ven a nosotros. Lázaro abrazó a Jesús, a su hermana Marta y a sus amigos que estaban estupefactos.

Con este milagro Jesús nos indica su inmenso poder sobre la muerte y a la vez constituye signo de la resurrección futura de la humanidad y de cada uno de nosotros.

Este milagroso acontecimiento al igual que el de su Resurrección al tercer día de su muerte, como también el sin número de curaciones (El ciego vio, el paralítico caminó, el leproso se curó y el ladrón se transformó en decente y caritativo) constituyen pruebas fehacientes e irrefutables que Jesús fue El Enviado de Dios Padre Eterno.

Cuando Jesús resucitó, sus apóstoles se dedicaron con mayor devoción y voluntad a llevar su palabra a sabiendas que se jugaban la vida, todos fueron perseguidos, apresados y asesinados, absolutamente todos. Como se puede entender nadie sigue y menos da la vida por un farsante que les dijo que al tercer día de su muerte regresaría y no lo hizo, por ello es una prueba inequívoca de la resurrección de Jesucristo.

Dios es ser Supremo, hacedor del universo. Creó todo: La luz, la tierra, el agua, el aire, las plantas, los animales y los seres humanos, todo lo creó, lo visible y lo invisible.

Los cristianos creemos que Dios es espíritu, no creado, omnipotente y eterno. Es el creador y sustentador de todas las cosas que rescata al mundo a través de su Hijo Jesús.

Se avecina la Semana Santa o Mayor y recordaremos la vida, pasión y muerte de Jesucristo y debe ser momento de recogimiento en oración y reflexión sobre el rol que nos corresponde en este tiempo tan menguado para la Republica y tan crítico para todos nosotros.

26 de marzo 2023

¿HASTA CUANDO AGUANTE?

Este es un pueblo cargado de una historia de heroicidad en la que muchos venezolanos lo ofrendaron todo, hasta sus vidas. En los cincuenta años precedentes a estos últimos veinticinco, explotábamos ante cualquier acto o intento que afectara nuestra dignidad o le produjera malestar al país y/o a nosotros. Pero hoy ante la inmensa tragedia que destroza el país, entrega nuestra soberanía y nos causa tanto malestar material y espiritual y que ha originado que más del 90% del pueblo esté por debajo de la línea de pobreza y de ese porcentaje más de la mitad en situación crítica; lucimos aletargados. Por mucho menos de lo de hoy reaccionábamos con coraje y valentía y ahora estamos desconcertados ante tanto dejar pasar y dejar hacer, sin que nosotros hagamos algo.

El país se cae a pedazos ante nuestros ojos y el sufrimiento y las vicisitudes del venezolano son gigantescas y nos afectan a todos sin distingos, todos ahora somos pobres, salvo escasamente el 5% de la población que disfruta de ingresos para atender las exigencias diarias de la vida y un minúsculo porcentaje: los del régimen, enchufados y aprovechadores que disfrutan a sus anchas, viven en placeres, tienen jugosas cuentas bancarias y son nuevos dueños de costosos activos.

Se puede afirmar que esta severa situación que sufrimos es parte de la estrategia maestra del régimen, para mantenernos siempre ocupados en buscar comida y subsistir y así no tener pensamiento para la grave situación que confrontamos y menos preocupación por lo que pasa. Con hambre no hay consideración política ni ajuste a valores intangibles. La gente con hambre, poca o ninguna preocupación tiene por la escala de valores ciudadanos y este régimen que por desgracia aún tenemos lo sabe y por ello han creado este ambiente de sufrimiento y carencias de lo esencial para mantenernos ocupado enteramente en las soluciones de las necesidades primordiales.

El bien talentoso y recordado Papa León XIII, en su famosa encíclica Rerum Novarum, nos dice: “No le hables de Dios al hambriento porque no te va a entender”. Eso lo afirma el Santo Papa en la primera encíclica de contenido social de la Iglesia Católica, promulgada en mayo de 1891. Mas tarde escribiremos unas notas sobre esta excelente y extraordinaria encíclica.

Todos amanecemos pensando y preocupados por la comida del día y ello nos lleva todo el tiempo. Lo entendemos perfectamente bien, pero para salir y resolver lo que nos tiene como estamos, es necesario y fundamental eliminar lo que lo origina que es este régimen, así que, para dormir bien y amanecer felices, es necesario y prioritario salir cuanto antes de lo que tenemos y martiriza y para salir de ello es fundamental que todos quienes deseamos cambio radical ya nos UNAMOS. Hemos aguantado en demasía, nadie lo imaginó, hemos exagerado el soporte, es hora de respirar aire puro no contaminado y ganar el progreso del país y el bienestar y la felicidad nuestra.

Cuidado, muchísimo cuidado con la resignación que nos reduce a nada y nosotros no nacimos para ser nada. Vinimos al mundo con la tarea de luchar por una sociedad solidaria, humanista y voluntariosa donde el ser humano se desarrolle con felicidad y cumpla sus ciclos con dignidad. Tenemos el inmenso deber de entregar a las próximas generaciones un país muy distinto e inmensamente mejor al que tenemos, donde todos vivan en paz, justicia, seguridad y bienestar y se pueda soñar con la esperanza de ver realizados nuestros sueños. Reaccionemos YA.

25 de marzo 2923

 11 min


Milagros Socorro

Hay sociedades donde se producen, o lo han hecho en el pasado, purgas de carácter político e ideológico; y hay otras donde la represión cobra la forma de vendetta, esto es, venganzas entre grupos al margen de la ley. En Venezuela tiene lugar una combinación de ambas, que llamaremos purguetta.

Las purgas, sucesivas y terroríficas, son propias de regímenes comunistas, como la Unión Soviética (e incluso la Rusia emergida tras la caída del Muro de Berlín, en 1989), China, Cuba y las dictaduras satélites de esta, como Venezuela y Nicaragua. Antes de la Segunda Guerra Mundial, entre 1936 y 1938, Stalin desató una sanguinaria cacería cuyo objetivo, según la propaganda, era limpiar la URSS de “enemigos del pueblo”, supuestamente involucrados en conspiraciones con el bloque capitalista. Con esta bandera persiguieron, detuvieron, apresaron, torturaron, asesinaron y deportaron cientos de miles de supuestos disidentes, sacados a rastras del mismo partido comunista, el ejército, la prensa y las editoriales, universidades y laboratorios, talleres de artistas, grupos étnicos, fábricas y tierras de labor: obreros y campesinos. Esta época es aludida como Gran Purga o Gran Terror de Stalin (esta última, una precisión no del todo justa; y no porque Stalin no se hubiera afincado en las purgas con alegría sincera para afianzarse en el poder, sino porque no fue solo él, sino la organización soviética en pleno, así como buena parte de la población, que se adhirió al entramado de espionaje y delación urdido para controlar un país dividido y acosado).

Dada la densa opacidad soviética, no se ha podido establecer un cómputo nítido de los muertos y encarcelados en la Gran Purga (que, ojo, no fue la única sino la peor, la de mayor cosecha), por lo que los cálculos oscilan entre 700 mil y dos millones de víctimas. Por cierto, no confundir con el Holodomor, iniciativa surgida también en los años 30 de Rusia y Ucrania, donde Stalin impuso una hambruna, por diseño, que mató por lo menos cinco millones de personas.

La Gran Purga, -en cuyo marco, según el historiador James Harris, el régimen soviético ejecutó 750.000 personas y condenó a más de un millón a trabajos forzados en gulags infernales-, está considerada la campaña de represión más sangrienta de la historia. Como suele ocurrir, en alguna contorsión de la ruleta del poder, los verdugos corrían la misma suerte de sus víctimas. Fue el caso, por ejemplo, de Génrij Yagoda, jefe de la Policía secreta de la URSS entre 1934 hasta 1936, periodo en el que ofreció a Stalin “cuotas de detenciones” en el interior del territorio, de manera que se emprendían cacerías en cada distrito hasta completar el número pautado, lo que se cumplía con base en rumores, calumnias o meras impresiones. El siguiente paso sería una fiesta de tortura y crueldad en cuyo curso los acusados confesarían lo que quisieran sus captores. En marzo de 1938, en el tercero de los juicios iniciados en 1936, fueron juzgadas 21 personas, entre quienes se encontraba Yagoda. Sería declarado culpable y ejecutado, el 15 de marzo de 1938 en el campo de fusilamiento de Communarka. Esto no constituye ninguna paradoja. Al contrario. Es destino de muchos ejecutores terminar con el cuello en la ruta de la guillotina.

La vendetta, por su parte, no se disfraza de línea partidista ni de interés del Estado, es directamente un castigo por venganza. La palabra viene del italiano, que lo recibió del latín vindicta (reclamar, vengar); y el verbo del que deriva, vindicare, incorpora la partícula vis (fuerza, vigor, violencia) e indicis (señalador, indicador, delator, denunciante). En suma, venga con violencia, a partir del testimonio de un sapo. ¿Ley?, la del más fuerte. ¿Institucionalidad?, cero.

Las vendettas son ejercidas por clanes, noción muy antigua que en la actualidad se asocia a las bandas de narcotráfico y otras asociaciones delictivas, como el contrabando y la trata de personas. En todos los casos, tanto las sociedades familiares que traban rencillas por honor y deudas de sangre, como las pandillas criminales, las vendettas florecen en medios donde el Estado es inexistente o incapaz para evitar y perseguir estas acciones.

En Venezuela, el “Estado”, reducido a jirones, es integrante de las diversas facciones mafiosas. Estas camarillas se compactan por ciertas afinidades partidistas, pero, sobre todo, por intereses económicos, así como por zonas territoriales del crimen. La superposición del remoto origen ideológico con la avidez pecuniaria, y la disposición a defender los negocios y los inmensos capitales mal habidos con castigos crudelísimos, configura la purguetta chavista.

El concepto de purguetta no se desliga de chavista por el hecho de que su creador fue el propio Hugo Chávez. Desde su llegada al poder, el golpista del ‘92, elegido Presidente de la República en 1998, estableció un esquema crematístico de hegemonía y permanencia. El patrón consiste en seleccionar individuos corruptibles para cargos de relevancia; dejarlos que se enriquezcan (“ponerlos donde haiga” y auspiciar el latrocinio); hacerse el desentendido, fingir que no se ve lo que hacen y hacen…; y, mientras tanto, les van construyendo el expediente. En el momento en que el nuevo trillardario deje de ser leal como un perro o apriete con los colmillos el botín, negándose a soltar una tajada, le sacan el expediente y lo someten a una ejecución moral. Al ponerlo en el paredón, el “recién descubierto” corrupto, pierde su condición de “revolucionario” para devenir en “traidor”, “enemigo del pueblo”, “mal hijo de Chávez”.

Esta progresión narrativa está pautada desde el primer día: cada escalón en la ruta del ascenso a la riqueza los acerca más a su desenlace trágico. Desde el instante en que acepta un cargo alto, la ficha chavista tiene que corromperse. Desde luego, no puede ser limpio. Si alguien pretende ser honesto y actuar conforme a los intereses del país, lo sacan de inmediato, por eso no hay ejemplos de gente honesta en puestos de influencia desde 1999 en Venezuela. En esto, como en tantos otros aspectos, el chavismo es mafia, una vez que se ingresa no se puede salir… vivo.

Tarde o temprano, todos van a pasar por ese filo. Y, dado que las fuentes de dinero han ido cambiando, al ritmo de las sanciones y del mercado mundial, cada cierto tiempo irrumpe un nuevo grupo que se hace con los capitales y con el poder. La naciente gavilla acaba con la anterior, mediante la purguetta, cocktail de purga y vendetta, que Maduro ha reproducido y que perpetra a la luz del país. A Stalin le funcionó. En estos días se cumplen 70 años de su muerte, acaecida en su cuarto, en marzo de 1953 y dejó una fortuna que, a los precios de hoy, se valoraría en unos 200 mil millones de dólares. Claro que la historia lo ha puesto en su lugar (de capo genocida).

21 de marzo 2023

La Gran Aldea

https://lagranaldea.com/2023/03/21/purguetta-mezcla-de-purga-con-vendett...

 5 min


Humberto García Larralde

Lo que estamos presenciando en Venezuela en estos días todo el mundo intuía que venía. El estallido del desfalco en PdVSA desnuda la disputa de intereses entre quienes capturaron al Estado para ponerlo a su servicio. Se le abrieron las costuras al tejido de complicidades que sostenía el poder “revolucionario”. El botín, de tanto saquearlo, les quedó chiquito. Ya no podía complacer a todos.

De la larguísima lista de corruptelas que se cocinaron bajo el régimen bolivariano, empezando --recién llegado Chávez al poder-- con el Plan Bolívar 2000, destaca CADIVI. De una respuesta coyuntural a la salida de capitales que produjo la crisis política de los años 2002-3, el control cambiario se transformó en la espita central que alimentaría, hasta bien entrado el gobierno de Maduro, a todo aquel que se arrimara al poder en busca de lo suyo a cambio de muestras de lealtad y la debida anuencia cuando le era requerida. El conocido refrán, “métete con el santo, pero no con la limosna”, fue invertido por Chávez para afianzar esas lealtades: lo que te embolsillas no es asunto mío, siempre que te mantengas fiel al santo (la “revolución”, o sea, mi persona). Y lo llevaba todo anotado, para sacárselo a quien no había entendido y se le ocurría ponerse crítico. Su heredero designado encontró útil esta práctica pues, carente de la ascendencia de su mentor, debía recurrir a métodos probados para afianzar su liderazgo entre los suyos. Sin embargo, ello implicaba compartir las espitas de la corrupción con “aliados” claves, en particular, con la casta militar y con sus tutores cubanos, rusos e iraníes, a quienes debe su sostén.

Con la caída de los precios del petróleo a finales de 2014 sus cómplices se volcaron a depredar las entrañas del propio Estado para satisfacer sus apetencias. Pero, al agravarse la destrucción de los servicios y de la actividad económica en general, se profundizaron los conflictos sociales. Y sabemos cuál fue la respuesta: una represión cruel que dejó centenares de muertos entre 2014 y 2017, y llenó las cárceles de presos políticos, muchos de los cuales fueron sometidos a tortura. En condena de estas atrocidades, los principales gobiernos democráticos impusieron sanciones, primero, contra aquellos señalados de violar los derechos humanos y/o saquear a la nación y, luego, en 2017, las financieras. Al entrar en vigencia el veto impuesto por el gobierno de EE.UU. al petróleo venezolano en 2019, la respuesta de Maduro fue la típica de todo fascista: en vez de reconocer la necesidad de volver al cauce constitucional para negociar el levantamiento de estas sanciones, optó por huir adelante. Denunció que eran una agresión contra la patria (no contra su régimen), para entonces buscar cómo trampearlas. Y aquí entran en escena Tarek El Aissami y el artificio de las criptomonedas.

Una vez abandonada la comercialización de petróleo venezolano por la empresa rusa, Rosneft, para no ser objeto de las sanciones de EE.UU., las conexiones iraníes y con el Medio Oriente de El Aissami resultaron ser de gran utilidad. Aparecen intermediarios, algunos con escasa o nula experiencia en el negocio, dispuestos a “sacrificarse” desafiando la imposición estadounidense. El trasbordo de la carga en alta mar, la transacción en criptomonedas y otros giros permitirían camuflar estas operaciones. Pero tan opaco entramado no sólo lograba evadir la fiscalización gringa. A quienes participasen en la cadena se les abría las mayores oportunidades de lucro desde CADIVI. No tardaron en quedarse en el camino buena parte de los proventos del crudo. Pero los llamados al emprendimiento entre miembros de la FAN para complementar sus escasos ingresos revelaron que le habían pisado la manguera al doliente más importante del régimen expoliador, la cúpula militar. Al ser sustituido Asdrúbal Chávez por el coronel Tellechea en la presidencia de PdVSA, se detecta un faltante significativo de ingresos que lleva a auditar las transacciones comerciales. Y se encontró que el hueco, inicialmente estimado en unos $ 3.000 millones, podía llegar a ser aún mayor. La agencia Reuters reporta $21,2 millardos en cuentas por cobrar[1] y que a muchos de estos deudores se les ha perdido la pista.

Ante la agudización de la crisis económica, no había forma de ponerle sordina a este último desagüe de recursos de los venezolanos. Y cayó el grupo asociado a Tarek El Aissami, entre quienes se incluye un exministro, un alcalde, altos oficiales militares, el superintendente de criptomonedas, empresarios y otros. Al escribir estas líneas la Policía Nacional contra la Corrupción --hasta ahora desconocida-- había detenido a 19 personas. Jorge Rodríguez amenazaba, con aires de vengador justiciero, que habría más.

Voceros oficialistas –hasta ahora no implicados—alardean haberles dado un golpe decisivo a los corruptos, en defensa de los intereses del pueblo. ¿Pero, quién les cree? A pesar de haberse rasgado las vestiduras en público, son pocos los que se comen el cuento de que lo que está en juego con este incidente –de proporciones tan escandalosas-- es la lucha contra la corrupción. Todo hace pensar en un ajuste de cuentas. ¿O es que los órganos judiciales estadounidenses y voceros de la oposición no habían señalado ya a varios de los inculpados, incluido a El Aissami, Joselit Ramírez y Hugbel Roa como incursos en manejos irregulares? Pero Maduro ahora se ve obligado a asumir el término de “mafias” para referirse a quienes, hasta ayer, eran íntimos colaboradores. Y Diosdado Cabello, para no quedarse atrás en la condena del desfalco, soltó la perla de que muchos dirigentes “terminan traicionando a la propia revolución solo porque ya se han robado lo suficiente y les da para vivir en cualquier lugar del mundo”. La palabra clave aquí es “suficiente”, pues si el robo no traspasa un umbral implícito, todo queda en casa. Y, para disipar dudas sobre la farsa que se ha puesta en escena, aparece, ¡él mismo!, encabezando una marcha bajo el lema, “los honestos somos más”. ¡Por favor! Pero en ese mundo de imposturas y adefesios ideológicos en que se amparan los “revolucionarios”, aún esta muestra de cinismo puede ser superada. Y lo logró Jorge Rodríguez, desde el presidio de la asamblea oficialista. Sostuvo, sin siquiera pestañar, que, “gramo por gramo”, no había ningún presidente que había luchado tanto contra la corrupción –y aquí se acordó del guion para intercalar, “salvo Chávez”—que Nicolás Maduro (¡!) ¡“Cosas veredes, Sancho”!

El régimen que encabeza Maduro se sostiene solo en la medida en que ofrece oportunidades suficientes de lucro como mantener el apoyo de factores críticos, en primer lugar, de una cúpula militar traidora. Luego de haber rebanado la economía venezolana hasta apenas la cuarta parte de lo que era al comenzar su gestión, convertirse en objeto de investigación de la ONU y la CPI por sus notorias violaciones de derechos humanos y aliarse con regímenes forajidos para subvertir los preceptos liberales sobre los que busca asentarse la prosperidad mundial, no hay proyecto o ideal que justifique el colosal fracaso y naturaleza criminal de la “revolución bolivariana”.

En su momento, una retórica patriotera redentora y luego, la mitología comunistoide, ofrecieron argumentos para entusiasmar a muchos con la esperanza de un mundo mejor. Pero, aun cuando creyesen en ello con sinceridad, se estaba sembrando el veneno de la corrupción. De denunciar a la economía de mercado como instrumento de la opresión y a la democracia liberal, ardid de la oligarquía para sojuzgar al pueblo, la búsqueda de la añorada salvación solo le quedaba confiar en los designios del comandante supremo. La lealtad para con la “revolución” y las decisiones visionarias del líder reemplazaron a las leyes del mercado y al Estado de derecho en la asignación y el usufructo de la riqueza nacional. Ya lo alertaba Milovan Djilas por allá por los años ’50 del siglo pasado[2]: muchos dirigentes se sentían con el “derecho” a una tajada mayor del pastel por haber liderado el cambio redentor. Hablaba de la gesta comunista de Tito, en la anterior Yugoslavia. Y así emergió una nueva clase, sostenida con base en prácticas expoliadoras, cobijadas en una retórica “revolucionaria”. Su repetición ciega, desafiando toda contrastación con la realidad, no tardaría en convertirse en clave de acceso a los más altos peldaños del poder económico y político. Nació así una oligarquía novedosa que se ampara en los mitos de la izquierda para obtener la absolución del “progresismo antiimperialista” en el mundo y blindarse contra toda rebeldía social que pusiera en peligro su poder. No importa que la población se estuviese muriendo de hambre.

El régimen de expoliación se sostiene, necesariamente, en la negación de toda transparencia y de rendición de cuentas en el uso de los recursos de la nación. Simplemente, se lo apropian. Todo reclamo que desafíe esta potestad debe ser aplastado. El imperio de la ley y el respeto a los derechos humanos son sustituidos por la fuerza directa y/o la judicialización de la protesta. Pero, al llegar la destrucción a los extremos vistos en Venezuela, ya no hay como satisfacer las apetencias de quienes sostienen el proceso. ¡Pero todavía pretenden cobijarse detrás de una retórica “revolucionaria”! Es muy probable que esta pelea entre mafias no termine ahí. Y uno se pregunta, ¿Hasta dónde debe llegar la putrefacción para que aquellos con un mínimo de vergüenza y decencia sustraigan definitivamente su apoyo a tan oprobioso estado de cosas? ¿Estaremos “llegando al llegadero”?

[1] https://www.reuters.com/business/energy/middlemen-have-left-venezuelas-pdvsa-with 212-billion-unpaid-bills-2023-03-21/

[2] La nueva clase, Edhasa, 1957

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

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Eddie A. Ramírez S.

La industria petrolera venezolana que surja después de esta etapa de destrucción y corrupción tendrá que enfrentar dos retos importantes: 1- Demostrar a sus clientes internacionales y locales que está tomando medidas para contribuir a disminuir la causa del cambio climático y 2- Decidir cuál es la vía más eficiente y eficaz para explotar nuestros volúmenes de petróleo técnica y económicamente recuperables.

El cambio climático o calentamiento global, como se dice popularmente, tiene un efecto perjudicial sobre poblaciones en zonas de poca elevación sobre el nivel del mar y sobre la biodiversidad de especies animales y vegetales; además, es probable que ya esté causando sequías e inundaciones extremas. No es algo nuevo. Los cambios de temperatura han ocurrido a través de diferentes épocas. Esos cambios tienen que ver con la variación de la posición de la Tierra con respecto al sol y las erupciones de este. El punto que hay que entender es que ahora hay otro factor, quizá menor pero significativo.

Nadie puede negar que la concentración de CO2 y del gas metano en la atmósfera ha venido aumentando debido a la actividad humana, principalmente por el uso del carbón, petróleo y gas, así como por la ganadería, agricultura y deforestación. Esos gases forman una capa que impide que se escape a la atmósfera el calor que llega a la tierra, por lo que son imprescindibles para la vida. Sin embargo, cuando aumenta su concentración, se incrementa el llamado efecto invernadero y se produce un aumento indebido de la temperatura. Una de las vías para reducir esa concentración es aprovechar que las plantas absorben CO2 y liberan oxígeno.

Al respecto, Venezuela tiene muchos suelos que tienen vocación forestal. Por lo tanto, nuestra estrategia para comercializar un petróleo “compensado” consiste en proteger nuestros bosques y, paralelamente, sembrar miles de hectáreas de árboles. Esto último fue lo que realizó con gran mística el ingeniero agrónomo JJ Cabrera Malo en el estado Monagas, en proyecto de la CVG. Lamentablemente, en estos años de destrucción no se han sembrado más pinos, han dejado quemar gran parte de ese bosque, y se siguen deforestando miles de hectáreas en el Arco Minero y en Parques Nacionales. Con una estrategia adecuada podríamos llegar a pregonar que nuestro petróleo es “verde”. Desde luego que será necesario suspender la quema de gas asociado al petróleo y empezar a aplicar técnicas de captura y secuestro en pozos del CO2 producido en las operaciones.

En relación a la explotación de nuestro petróleo, tenemos que considerar que su demanda declinará en la medida que avancen las tecnologías para producir energías limpias. Las generadas por el viento y el sol han tenido grandes progresos, la fuente de hidrógeno se está desarrollando rápidamente y en el futuro se visualiza la fusión nuclear. Hoy se consiguen fuentes de financiamiento para estas actividades, pero se hace más difícil para el caso de los hidrocarburos. Sin embargo, estos se seguirán utilizando por algunos años. No podemos perder tiempo. Hay que establecer un esquema diferente, caso contrario, nuestras cuantiosas reservas estimadas, principalmente de nuestro petróleo de la Faja del Orinoco, se quedarán en el subsuelo.

El actual esquema de Pdvsa y de 47 empresas mixtas con mayoría accionaria de Pdvsa fracasó por incapacidad, incumplimiento de Pdvsa y corrupción. Se discuten nuevas vías: 1- La más sencilla es redimensionar Pdvsa y mantener las empresas mixtas, pero que en estas tenga mayoría el sector privado. 2- Redimensionar Pdvsa, eliminar o no las empresas mixtas y establecer Convenios Operativos, en los que los privados producen, entregan el petróleo a Pdvsa y esta les reconoce los gastos y un porcentaje de ganancia. 3-Apertura para que empresas privadas vengan a explorar y a extraer petróleo, manteniendo a una Pdvsa redimensionada en libre competencia. 4-Privatizar Pdvsa y autorizar la participación de empresas privadas y 5- Promover otras opciones diferentes al petróleo.

Privatizar Pdvsa no es viable a corto plazo. Primero habría que cambiar la Constitución, hacer una auditoría técnica, redimensionarla, parapetear las instalaciones, salir del personal que no agrega valor y aumentar la producción a niveles posibles. Caso contrario se vendería a precio de gallina flaca. Ponerla en condiciones aceptables llevaría algunos años.

La tercera opción gana adeptos y es la contemplada en el proyecto de Ley elaborado por la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional 2015, con participación de distinguidos expertos. Para la transición es positiva. Posteriormente, el punto a discutir es si esa Pdvsa redimensionada estaría en condiciones de competir por recursos financieros, humanos y por tecnología con las empresas privadas, y el riesgo de ser nuevamente politizada. Pareciera que lo sensato sería mantener Pdvsa a corto plazo, pero prepararnos para ir privatizando las operaciones. A mediano plazo seguiremos dependiendo del ingreso petrolero, pero hay que planificar más allá del petróleo. Este es el reto más importante.

La refinación está abierta al sector privado, pero condiciones políticas impiden que alguien se interese. Además, los expertos señalan que en el futuro la refinación debe ser un negocio conjunto con la petroquímica y que, salvo casos excepcionales, pequeñas refinerías no son rentables. En gas no asociado con el petróleo, ya hay empresas privadas, pero tienen limitaciones. La distribución de combustibles en Venezuela debería ser de los privados. Se requiere consenso político para crear confianza y evitar vaivenes.

Como (había) en botica:

Conmovido por el fallecimiento de mi querido amigo Víctor J. López Lazo, El Vito, distinguido periodista y buen ciudadano.

El régimen permite que sus militantes y militares roben, pero los encarcela cuando le conviene.

Toda la oposición debe protestar contra los atropellos para intentar evitar que María Corina se reúna con los ciudadanos.

Gente del Petróleo y Unapetrol lamentan el fallecimiento de nuestro compañero Gustavo Oliveros.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

28-03-23

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Benjamín Tripier

Toda la situación que está desplegada con lo del petróleo, Pdvsa, los funcionarios, y los fantasmas; extensivo a los edificios de Las Mercedes, es como de “librito”. Si eso se hubiera planteado hace tres años, hace dos años o hace seis meses, el efecto hubiera sido exactamente el mismo. Entonces la pregunta es: Por qué ahora.

Mirando más allá de lo aparente, que es la lucha interna entre dos facciones de poder en la cúpula del chavismo, hay que entender que, para que haya trascendido fuera de las paredes de la revolución, realmente debe tratarse de una situación de mucha gravedad que hasta podría considerarse cismática.

Porque parece hasta natural que, en el proceso de evolución y crecimiento interno de los cuadros del chavismo, algunos crean que es su momento de seguir creciendo, y encuentran que la situación actual les pone un techo con el que no están contentos. No hay que perder de vista que entre los componentes culturales que caracterizan al chavismo, se encuentra la verticalidad, la jerarquía, y la rotación/ enroque.

Y el ejemplo más claro es el techo del Ministerio de la Defensa, que, con poquísimas excepciones, era ejercido por un militar en actividad, como continuación de su carrera. Bueno, eso era así hasta el caso actual donde para los grandes jefes, la carrera se termina antes, y deben salir del ámbito militar para poder crecer. Y eso no los pone contentos.

Porque esa misma situación de frustración, trasladada al ámbito político, pero con expectativas militares, hace que cuando dos o tres cuadros llegan a un punto donde solo puede haber uno, y si ese uno está convencido de que lo suyo es vitalicio, entonces comienzan a manifestarse las molestias, y no están dispuestos a dejarlas escondidas.

Entonces se hacen evidentes puertas afuera, y obligan al establishment chavista a tener que resignificarlas y ponerlas en una perspectiva que sea potable, aceptable y convincente tanto para el gran público, como para las filas del chavismo.

Si bien la corrupción es un tema real, en este caso, además, es una buena explicación que cubre varios flancos, y arrastra a todos aquellos que pudieran significar una amenaza para el mencionado establishment.

Es una competencia horizontal de muy alto nivel que reduce, en al menos un contendiente, al grupo de tres… claro que lo del número tres es una adivinanza… porque podrían ser hasta cinco postulantes, hilando fino.

Y lo importante no es el ataque en sí mismo a uno de los aspirantes, sino que principalmente es un aviso para todos los demás, de que ni se les ocurra operar por su cuenta. Porque, en definitiva, ni siquiera el atacado inicial, está fuera de juego; porque en un tiempo lo veremos volver al frente político, pero ya con menos ínfulas y casi domesticado.

Pero no hay que perder de vista que, en este ataque, hubo bajas reales y concretas y hubo (y hay) daños patrimoniales y pérdidas de privilegios; y en algunos casos, ya se podría anticipar una muerte política. Y que parece claro que alguien que aparece como el atacante, es de imaginarse, será el blanco del atacado, cuando comience a contraatacar.

Porque si bien el mensaje está claro para todos, no significa ni que renuncien a sus expectativas, ni que se aparten de la contienda… porque si no es ahora, en 2024, es mejor ser una opción en el futuro, que no ser ninguna opción.

Otra cosa que debe quedar clara es que esta lucha no ha terminado y que vamos a ver más casos públicos, como un espejo, pero ahora en el bando considerado el atacante. Porque el otro tema es que hay una medición de fuerzas entre ellos, y eso se demuestra con los hechos y no con encuestas… porque ninguno mide lo suficiente como para que eso signifique algo.

La fuerza se demuestra en la toma de decisiones y en la movilización de gente, y de recursos financieros. Cada uno de los tres a cinco aspirantes tenía esos atributos, hasta ahora, cuando uno de ellos se quedó sin ninguno. Aunque no hay que olvidar que las relaciones internacionales, especialmente las que ya están sembradas en el país, son un activo que pudiera tener tanto más fuerza que los otros atributos juntos.

Y es posible que lo que no estamos viendo sean las consecuencias del desgaste interno de una fuerza que tiene muchos años gobernando, en un país que, a medida que fue pasando el tiempo, fue desmoronándose hasta llegar a una situación insostenible. Hoy dependemos de los norteamericanos tal vez más que nunca antes en la historia… y tal vez la gran diferencia con el pasado es que para nuestro gobierno ellos son el enemigo, y para ellos somos una molestia que, más pronto que tarde tendrán que acomodar a su manera.

Político

Hoy la política en Venezuela se juega entre los diferentes frentes chavistas entre sí, y entre el chavismo y Estados Unidos, aunque solo vía interpósitas personas y declaraciones en medios y redes. La desventaja de esta situación es que lo que se dice, termina siendo lo que es… porque en otras circunstancias, había que estar más atentos a los hechos que a los dichos.

Estados Unidos dejó claro que el petróleo venezolano no es una prioridad para ellos, y que no le darán holgura financiera al gobierno chavista, porque asumen que la usarían para atacarlos. Por lo que seguirán presionando por negociación política de buena calidad, hasta que la paciencia se les acabe porque, según ellos, “no es infinita”.

Si bien se ve al chavismo con Maduro al frente por muchos años más, no se pueden perder de vista situaciones emergentes que pudieran cambiar el curso de los acontecimientos, así como la línea del tiempo.

Una situación que pudiera cambiar las cosas es la lucha interna dentro del chavismo, que ha perdido flexibilidad y capacidad para maniobrar en situaciones extremas como las que se están viviendo, con un descontento social muy fuerte en un momento donde ya no cuentan con soporte popular.

La revolución, o bien se transforma, o bien está condenada a desaparecer y ser reemplazada por algo mejor… y también diferente… en casi todos los aspectos. Claro que, a este ritmo, desaparecerá lenta y dolorosamente, conservando el poder, mientras tanto, a un costo cada vez más alto.

Otra situación que pudiera cambiar las cosas sería la entrada de Estados Unidos en guerra, momento en el que ya no sería razonable –para ellos- mantener un país díscolo tan cercano a sus fronteras, y harían lo necesario para cambiar el estado de las cosas. Discretamente, pero cada vez más, las relaciones bilaterales pasan también por el ámbito militar, más específicamente por el Comando Sur, y por la general Richardson.

Como se habrá notado, hablar de la oposición en esto de la política venezolana, en realidad no aporta ninguna expectativa de cambio para el país. Las únicas dos fuentes potenciales de cambio, en este momento, provienen, una del seno del chavismo, y la otra, de Estados Unidos.

Social

Tenemos por delante el desafío de atacar la pobreza dentro de las posibilidades del sector privado de la economía pues ya está más que claro que si el Estado, con la inmensa cantidad de recursos de que dispuso en el pasado no lo logró, ahora, con nuestra pobre realidad, menos que menos lo logrará. De hecho, el de la pobreza, es un tema del que no hablan.

Pero tristemente, en el mundo de los negocios, son pocos los actores, personas y empresas, que abordan este tema con asiduidad y consistencia.

Hay que volver a poner sobre la mesa la Responsabilidad Social Empresarial, que para nuestra firma de consultoría NTN Consultores, toma el nombre de RISE, incorporando la palabra inclusión, porque las metodologías tienden a ser asertivas, y orientarse a la medición y a los resultados.

Los recursos humanos que serán necesarios para el crecimiento de nuestras empresas, al que alguna vez llegaremos, podrá venir importado desde el exterior, o formado internamente tomando las bases de pobreza, sacándolas de allí y apoyándose educación, alimentación y salud.

Y el Estado, por más que lo intente, no lo hará. El aparato del Estado tiene una carga burocrática tan grande para emprender este tipo de proyectos (por no mencionar la corrupción enquistada en el sistema) que de cada 100 dólares dedicados a paliar la pobreza, terminan cumpliendo su objetivo, menos de 20 dólares porque el resto es el costo de operar… y algo más.

Por eso es que es tan importante que cada empresa “adopte” grupos de personas que pudieran ser incorporadas al mercado laboral, y las acompañe en el tránsito hacia salir de la pobreza. Está claro que nuestra economía deprimida no podrá logralo todo… pero para aquellas personas/ familias que pudieran ser impactadas, para ellos será la diferencia entre tener un futuro, o no tenerlo.

Económico

En estos días se ha ido frenando la caída del tipo de cambio, aunque no así la inflación. Y esto es así, pues ambas tienen orígenes diferentes y se explican a través de variables críticas diferentes. Tan es así, que los precios en dólares se inflacionan y no tienen relación con el tipo de cambio. Siempre les recuerdo que nuestra inflación tiene un fuerte componente estructural de costos, por falta de oferta de bienes y servicios; haciendo que siempre la demanda, en cualquier moneda, sea más alta que la oferta.

Lo anterior transmite una cierta tranquilidad, porque si bien el aumento de precios impacta directamente al bolsillo del ciudadano, el efecto real es menos fuerte que el efecto psicológico de la devaluación de la moneda. La gente se afecta más con el valor referenciado en dólares de sus ingresos, que con el precio alto que con esos ingresos ya no pueden pagar. Por eso, tranquilizando el tipo de cambio, queda la sensación de tranquilidad… así los precios sigan subiendo.

Porque en paralelo a lo anterior, vamos aterrizando en que la sensación de economía postpetrolera que teníamos, se estrelló en octubre pasado, contra la falta de ingresos petroleros que llevaron casi a una parálisis de la economía, se cortó el circuito de pagos, los inventarios se elevaron, la gente se quedó sin recursos para comprar, y el consumo cayó 35% (Consecomercio), arrastrando a toda la economía a un estancamiento del cual aún estamos tratando de salir.

Y la salida no es otra que la inyección de parte de los ingresos petroleros de Chevron, a través de las mesas de cambio de algunos bancos, que poco a poco van transmitiendo esa tranquilidad que les mencionaba más arriba.

El mensaje es corto y claro: con ingresos petroleros el país funciona, y sin ellos el país se para. Y eso que nos referimos a magros ingresos petroleros del orden de los cien mil barriles diarios… por eso es que seguimos siendo el país pequeño y pobre, resultante de la caída en barrena del producto a partir del 2014.

Y con los sucesos de corrupción en Pdvsa, no solo queda claro que el problema es causado por nosotros mismos sino que se pierde la confianza en la gerencia pública que aspira a revertir esta situación. Y si hasta la semana pasada teníamos un problema de falta de confianza, a partir de esta semana el problema es ya mucho mayor.

Internacional

El viaje del presidente chino a Rusia marcó un antes y un después en la conformación de los bloques internacionales que anticipó Biden hace un par de años. Trazó una línea detrás de la cual colocaba a Rusia, Irán y a China, como cabezas regionales de una zona de enemigos. Los incitó a agruparse, y es lo que están haciendo ahora; no porque Biden se los haya dicho, sino porque era la inercia que llevaban y que fue anticipada por Biden.

Luego de ese viaje donde consolidaron la alianza energética, se cierran los canales de suministro a Europa y occidente, y se comprometen a construir infraestructura nueva entre ellos. Lo cual no es nuevo, porque en la época de Mao, las plantas chinas se alimentaban de Rusia y se localizaban al norte pegados a su frontera. Luego esto cambió, China se abrió al mundo, y mudó sus plantas hacia la costa y se comenzó a alimentar de energías primarias desde el resto del mundo, por barco. Unos años después, retornan al viejo proveedor, y habrá que ver si vuelven a mover las plantas al norte, o si estiran los poliductos hasta la costa.

Es bueno considerar que, aparte de las exportaciones de bienes hechos en China al mundo, el comercio es principalmente en dólares, así como las reservas están apalancadas en los dólares con los que occidente les paga por sus productos. El yuan (remimbi) constituye 2% de las reservas internacionales del mundo, las cuales mantienen los países por cortesía diplomática; por lo cual el liderazgo económico de China es específicamente a nivel comercial, y de manufactura de diseños occidentales.

Lo cual me lleva al tema militar, el cual, si bien está fortaleciéndose permanentemente, aún está lejos de contar con un poder de invasión, como no sea alrededor de sus fronteras; no pueden salir a combatir en otras regiones, sino solo en su zona de influencia con los vecinos cercanos. Por cierto, algo parecido al caso de Rusia que puede combatir, y no siempre con éxito, solo alrededor de sus fronteras.

Recomendación

  • Al gobierno: que luego de los lamentables casos de corrupción e incompetencia en Pdvsa revisen nuevamente los planes de reestructuración de la empresa y del negocio petrolero en Venezuela. Cualquier plan que hubiera habido hasta la semana pasada, hoy requiere ser revisado en profundidad. El daño de la noticia y de la manera como se manejó, y cómo se está manejando, afectó cualquier expectativa positiva. Ideología y política siguen primando sobre el negocio petrolero… y así no se va a llegar a nada bueno.
  • A la dirigencia opositora: que trate de integrarse más a las necesidades del pueblo y a reconstruir el entramado político basado en la persecución del bienestar de la gente. Últimamente solo hablan de candidatos y primarias, perdiendo la esencia del porqué es que se quieren hacer esas cosas. Tal es la desconexión, que las primarias auguran niveles muy altos de abstención. Claro… solo hay un par de potenciales candidatos que son realmente opositores y a los que les interesa la gente, no solo ahora cuando todos salen a “recorrer” el país… en el interior sí saben quiénes son, porque los vienen viendo desde hace años, y no solo en campaña.
  • A la dirigencia empresarial: que, ante la falta de un plan económico, trabaje en el desarrollo de acciones estratégicas dejando en claro dónde se ve necesaria la participación del estado, y hasta donde es posible extender el mercado. Hay que encontrar los canales no sancionados para que la inversión extranjera pueda participar en nuestra economía, identificando los puntos que habría que “desintoxicar”.

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Fernando Mires

Vale insistir sobre el tema. Si no entendemos el carácter de la invasión de Rusia a Ucrania, no podremos entender lo que sucederá después de la guerra, cualquiera sea su resultado final. Ese carácter lo ha definido Putin en diversas ocasiones, y no es otro sino reconstituir la condición imperial de Rusia a fin de llevarla al nivel de 1989, antes de la aparición de Gorbachov y su Perestroika.

Proyecto que a su vez se encuentra inserto en un marco suprahistórico que Putin y, su a veces aliado Xi Jinping, han denominado «nuevo orden mundial». Un orden que puede ser cualquier cosa, menos nuevo. En realidad se trata del restablecimiento del antiguo orden bipolar de la Guerra Fría. En fin, un «nuevo- viejo- orden» al que tanto China como Rusia quisieran dirigir, lo que los llevaría a toparse entre sí en diversas regiones, sobre todo en Asia Central y en el Oriente Medio.

La democracia como producto occidental

Como dijo hace poco Kissinger, la unidad china-rusa nunca podrá ser demasiado larga. El problema es que por ahora esa unidad esté dirigida en contra de lo que Xi y Putin llaman Occidente el que de acuerdo a las nociones imperiales que ambos manejan, estaría formado por los EE. UU y sus naciones «vasallas». Entre ellos y ese Occidente hay un campo en disputa formado por sub potencias regionales con fuerte potencial cultural antioccidental, entre ellas India, Sudáfrica, Brasil, Arabia Saudita, Egipto, Irán, las que a su vez están rodeadas por regiones pobres o empobrecidas que controlan o pretenden controlar.

Ha de tenerse en cuenta, sin embargo que, cuando ambos jerarcas hablan de Occidente, no están pensando lo mismo. Para Putin se trata de un Occidente cultural, y la guerra a Ucrania es para él solo un hito en una cruzada en contra de una «civilización decadente» donde prima la perversión, el desorden, las drogas, la homo y la transexualidad. Visiones compartidas por los monjes más reaccionarios del cristianismo ortodoxo ruso así como por las sectas dictatoriales del espacio islámico. No así por Xi.

Al dictador chino importa poco la llamada cultura occidental, mucho menos si desde ella proviene una poderosa demanda comercial que hasta ahora no ha hecho más que favorecer la productividad de China y de sus aliados asiáticos. Eso quiere decir que si China busca un nuevo orden mundial, este no deberá ser cultural, ni siquiera militar, sino fundamentalmente económico.

En otras palabras, el ideario del capitalista comunista Xi, apunta hacia la formación de un orden mundial con China dictando las reglas de los mercados. Si a los occidentales solo interesa drogarse, bailar y follar –como dice la propaganda islámica y ortodoxa– pues que lo hagan, pero eso sí, con drogas, vestimentas y condones producidos por empresas chinas.

Como hemos insinuado en otros textos, en la guerra de invasión a Putin, Xi intenta utilizar a Putin como amenaza hacia Occidente. Putin tendría asegurado así un lugar en el «nuevo orden económico mundial» de Xi, pero no como gerente, sino más bien como matón a sueldo, algo parecido a Kim Jong Um, pero multiplicado por 100. En cierto modo ya lo es.

Sin embargo, hay algo que preocupa por igual a ambos dictadores. Nos referimos a un producto exquisitamente occidental, más letal para ellos que una bomba atómica, un producto al que no pueden robar la patente ni el diseño. Sí, nos referimos a la por Claude Lefort llamada, invención democrática. Una invención sin la cual el mismo Occidente habría dejado de existir. Eso lleva a suponer que la razón que altera el humor de Xi y Putin, es la hegemonía política demostrada por la alianza mundial reflejada en los 141 votos de la ONU que dos veces han condenado a la invasión rusa. 141 países que por su composición cultural desmienten la controversia entre Oriente y Occidente propagada desde el Kremlin.

Una alianza tácita que está más allá de las armas, de la economía y de las diversidades culturales. Pues esos 141 votos no son todos de naciones democráticas, pero, sin las naciones democráticas en la ONU – este es el quid – no habría ningún voto: ni a favor ni en contra. Los ideales democráticos continúan siendo hegemónicos (en el sentido gramsciano del término, es decir, no dominantes pero sí preeminentes). Esas 141 naciones están al menos por la paz y no por la guerra, y la paz, no la guerra, es condición de democracia.

El tercer totalitarismo

Nunca ha habido una guerra entre naciones democráticas. Un detalle que deberían anotar los huecos pacifistas de nuestros días. Luchar por la democracia es luchar por la paz. Apoyar a Ucrania, es apoyar a la democracia y a la paz. Apoyar o relativizar las fechorías de Putin, en cambio, es optar por la guerra. De ahí la agresión a la la posibilidad democrática iniciada por Putin en contra de Ucrania. A esa posibilidad, el tirano ruso la llama Occidente.

Las democracias son, por definición, las peores enemigas de las autocracias. Enemistad que no solo se expresa hacia el exterior sino sobre todo al interior de los propios países autocráticos. Es por eso que la guerra entre democracias y autocracias –de la que la guerra a Ucrania ha sido una más– se manifiesta por partida doble: como guerra externa e interna a la vez. Así nos explicamos por qué durante la guerra a Ucrania, todos los espacios democráticos que existían en la Rusia de Putin, han sido clausurados, teniendo allí lugar la transición que lleva de un orden autocrático a uno totalitario. Efectivamente: el orden político impuesto por Putin pasará a la historia –después del de Hitler y Stalin – como el tercer totalitarismo de la historia universal.

Algo parecido pero no igual está sucediendo en China. La apertura postmaoísta, iniciada por Den Xiao Ping ha comenzado a cerrarse. En el último Congreso del PCCH fueron eliminadas las contiendas interpartidarias, la oposición interna fue erradicada y Xi Jinping fue consagrado como líder único. Xi, evidentemente, ha sido mucho más eficaz en eliminar el virus democrático que el virus de la pandemia.

Los dos dictadores, Xi y Putin, denominan a la democracia con un sustantivo geográfico: Occidente. Pero en los países democráticos nadie se refiere al «Oriente» como enemigo. Occidente en cambio es visto por las dictaduras rusa y china como la negación radical del orden político que prevalece en ambos países.

La contradicción democracia- autocracia (y no occidente-oriente) es la fundamental de nuestro tiempo, y es la que no pueden ocultar ni Xi ni Putin: una contradicción que tiene lugar al interior de todas las naciones, sean estas democráticas o antidemocráticas. Por eso Putin gasta millones en apoyar partidos, sectores y personajes amigos en Europa (Le Pen, Berlusconi, Schroeder son algunos ejemplos), en América Latina y en los propios EE UU (Trump). A la inversa, las potencias occidentales no han vacilado en apoyar a movimientos democráticos (sean sociales, culturales, y en los últimos tiempos, de género) que tienen lugar en el área chino-soviética e incluso islámica. Los disidentes antidictatoriales, los movimientos antipatriarcales, las iniciativas libertarias, cuentan con el apoyo decisivo de Occidente. No hay que asombrarse: En la era digital, las luchas locales ya no son solo locales, son también globales.

Cualquier evento electoral, sea en en un país báltico, en un país caucásico, en un país islámico, puede inclinar la balanza en la lucha por el nuevo orden político mundial. Las próximas elecciones presidenciales que se avecinan en Turquía, por ejemplo, serán seguidas en toda Europa con tanta o mayor atención que las elecciones norteamericanas.

El mito de la decadencia de Europa

La pregunta acerca de por qué ambas dictaduras, la rusa y la china, no nombran a su enemigo como «democracia» sino como «occidente», no deja de ser interesante. La conversión de «lo democrático» en «lo occidental» demuestra que la democracia, como ideal político global, ha logrado imponerse por sobre otras formas de gobierno. No es casualidad que ningún dictador o autócrata se atreva a decir que su sistema de dominación no es democrático. Tampoco ha habido un solo dictador que se designe a sí mismo como dictador. Por el contrario, emulando a los dictadores comunistas y fascistas del pasado siglo, los del siglo XXI se apresuran en señalar que ellos representan otro tipo de democracia: una «democracia superior».

Pero hay otra razón más importante que explica la sustitución de la palabra democracia por la palabra occidente. Con esa maniobra semántica, las dos grandes dictaduras intentan convencernos de que las luchas internacionales del siglo XXI no son políticas sino culturales, incluso civilizatorias. En las representaciones mitómanas de Putin es fácil advertir esa intención. Occidente, para él, al igual que para las sectas islamistas, es la representación de una decadencia moral reflejada en la pérdida de valores sagrados, como la familia, el amor patrio y, sobre todo, la virilidad. Defender a Rusia de Occidente es, para Putin, defender la salud mental de los ciudadanos rusos. Para contrarrestar esa decadencia, es necesaria la presencia de un estado fuerte, autoritario, encarnado en la persona de un caudillo nacional.

El cenit de la decadencia está representado según Putin por Estados Unidos y Europa Occidental. Solo así se explica el enlace que ha logrado el dictador ruso con las derechas y las izquierdas extremas de los países democráticos. Xi Jinping es en ese punto más moderado. China, según sus propias opiniones, posee un sistema político que se deja regir por una tradición histórica muy diferente a la occidental. Quizás tiene razón. China, que nunca ha conocido de cerca un orden democrático, no tiene que temer tanto a la democracia, como Rusia. Como ya hemos insinuado, el occidente es para Xi una noción más económica que cultural. Para Xi, la lucha de las civilizaciones, si no es rentable, no tiene demasiada importancia.

Occidente es la democracia

Para decirlo de modo explícito, Occidente no es una invención occidental sino antioccidental. El mismo concepto de Occidente ha variado de acuerdo a los que las llamadas culturas y sistemas políticos antidemocráticos han llamado Occidente.

Desde un punto de vista historiográfico, Occidente fue nombrado como tal a partir del cisma religioso de la cristiandad (1054),vale decir, a partir de la formación de las dos iglesias, o lo que es igual, a partir de las querellas entre Bizancio y Roma. Desde el punto de vista geográfico fue siempre un terreno movedizo, la llamada zona occidental de Eurasia. Nunca ha existido -pido aquí excusas a los historiadores y filósofos culturalistas – una cultura puramente occidental. O en otros términos: Occidente nunca ha sido monocultural. Por el contrario, la por Ortega llamada «idea de Occidente» tomó formas a partir de tres vertientes: la filosofía griega, el judeo cristianismo, y el derecho romano.

Procesos históricos como la reforma religiosa, la secularización o separación entre lo sacro y lo político, el arte renacentista, las revoluciones parlamentarias y anti absolutistas, la revolución industrial, el nacimiento de movimientos e ideologías como el liberalismo económico y filosófico, el socialismo obrero y hoy el feminismo y no por último la revolución sexual antipatriarcal del siglo XXI, han dado forma a una simbiosis cultural que no es paradojalmente una cultura, sino la fusión de diversas culturas. Dicha diversidad solo podía ser posible dentro de un marco institucional regulado por un estado de derecho normativizado por la libertad de opinión, organizada en partes o partidos, que disputan permanentemente la gobernabilidad de las naciones.

Visto así, Occidente no es una noción cultural, como creyeron autores que han profetizado el fin de Occidente, entre ellos Spengler, Toynbee, Huntington. Tampoco es el lugar de la herejía, como lo ven las confesiones islamistas. Ni siquiera es «el capitalismo» como intentaron sinonimizar los comunistas desde el periodo staliniano hasta nuestros días. Mucho menos es el sitio de la degeneración moral y sexual, según el putinismo y los ayatolas. Occidente es la democracia.

Occidente es la democracia, sí, pero es más que la democracia. Es el espacio de la libertad del ser, organizada en constituciones e instituciones.

Si bien el Occidente político es democrático, no toda democracia es hoy occidental. Hay, efectivamente, naciones que han llegado a la democracia de acuerdo a una filiación histórica y otras que han adoptado y adaptado formatos políticos democráticos. Japón, Corea del Sur, Georgia, Ucrania, y otras más, son naciones institucionalmente democráticas pero al mismo tiempo conservan la identidad de sus respectivas culturas sin que exista contradicción entre identidad cultural y forma gubernamental. Desde esa perspectiva, como Occidente no es “una” cultura, tampoco puede hundirse, como ha sucedido con otras culturas o civilizaciones. Lo que eventualmente podría desaparecer, y eso es lo que ansían Putin y en menor medida Xi, es la forma política que asume la multiculturalidad occidental.

En el hecho, informes como los de Freedom House han verificado que después del entusiasmo democrático que siguió a la caída de los muros comunistas, ha habido un descenso cuantitativo y cualitativo de las democracias, apareciendo nuevas formas de dominación si no anti-, por lo menos no-democráticas. Las autocracias del siglo XXI, o democracias i-liberales de Europa y América Latina conservan algunas formas democráticas, pero bajo la hegemonía de gobiernos autoritarios y autocráticos.

Pero todo eso no tiene por qué llevar necesariamente a la decadencia de la forma democrática de gobierno, aunque así lo auguren las profecías que cada cierto tiempo proclaman el fin de Occidente. Una de las últimas, sino la última, ha sido la notable –y por momentos, hermosa– obra de Niall Ferguson, Civilización: Occidente y el Resto (2012) .

Ferguson parece dar razón a las tesis de Samuel Hungtinton acerca del declive de Occidente como consecuencia del «choque de las civilizaciones». Pero, más cerca de Spengler, piensa que Occidente estaría destinado a desaparecer no solo frente a otras “culturas” sino también por la desintegración de sus naciones, es decir, por su “decadencia”. Sin embargo, lo que el pesimismo culturalista, sea el de Ferguson u otros autores, no ha podido advertir, es que la democracia no es un orden histórico, sino un campo de reproducción de diversos ordenes históricos.

Por lo tanto, la crisis de las democracias – eso es lo que no nos dijo Ferguson – son constitutivas a las naciones democráticas, a las que él llama occidentales. Sin crisis de la democracia, nos atrevemos a decir, no habría democracias. La democracia es agónica. Vive de su desgaste y de su renovación, de sus flujos y de sus reflujos.

La historia reciente nos ha provisto con algunos episodios que nos muestran la vitalidad del ideal democrático. En Italia por ejemplo, muchos llegamos a pensar que el triunfo de Meloni llevaría a un descenso democrático y a una avanzada del putinismo. No ha sido así: la mandataria ha reforzado la alianza interoccidental de Italia, tanto en términos políticos como militares, pasando por sobre el putinismo declarado de Salvini y Berlusconi. En la república checa, ha ganado las elecciones un enemigo declarado de Putin, el ex general de la OTAN, Petr Pavel. En Estonia, el centro democrático antiputinista de Kaja Kallas ha aumentado su caudal de votos. Vamos a ver que pasará en Turquía durante la dura contienda que librarán el autocrático Erdogan y el veterano socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, el próximo 14 de mayo. En fin, lo que Freedom House no mide, son las dinámicas de la lucha democrática.

La democracia vive de sus triunfos y de sus derrotas. Pero cuando ha sido derrotada, no desaparece. Por lo general, siempre retorna. Los españoles y los portugueses lo saben en Europa; los chilenos y los uruguayos lo saben en Latinoamérica. Pues la democracia – eso es lo que pasan por alto los grandes historiadores culturalistas- es un territorio de luchas. Para decirlo con el mismo Toynbee, frente a los desafíos, la democracia levanta sus respuestas, y ellas aparecen en la escena medial bajo la forma de protestas.

Es cierto, como constata Freedom House, después del apogeo libertario que siguió a la caída del Muro de Berlín, hay un notorio avance de las autocracias. Pero lo que no constata la institución es que también surgen levantamientos en contra del autocratismo en ciernes. En estos mismos momentos hay protestas en Tiflis en contra de los políticos putinistas que pretenden desvincular a Georgia de Europa. En Israel surgen grandes demostraciones en contra de la reforma judicial que quiere imponer la ultraderecha bajo el gobierno de Netanyahu. En México las calles se llenan, en protesta en contra del sistema electoral que propone el gobierno. Y en Irán, las heroicas mujeres siguen luchando en contra de esos perversos monjes que las embalsaman bajo los velos del poder.

En fin, la democracia sigue viva a lo largo y ancho del mundo. No hay ninguna razón entonces para proclamar el fin del orden político mundial. La enorme solidaridad internacional que ha despertado la resistencia ucraniana frente a la monstruosa invasión rusa, demuestra por sí sola el vigor del espíritu democrático de nuestros días.

Ucrania ocupa hoy ese lugar simbólico central que ayer ocuparon la guerra civil en España, la guerra de EE UU. en Vietnam, o la Primavera de Praga destruida por los tanques soviéticos.

Después de la declaración de la independencia en 1991, Ucrania, desde la revolución naranja (2004) hasta la revolución de Maidán (2013), ha sido escenario de muy duras confrontaciones políticas. Al fin, las elecciones que llevaron a Zelenski al gobierno el año 2019, terminaron por sellar la orientación europea de la nación. Ucrania pertenece, se quiera o no, al orden político-democrático surgido en el este de Europa después del fin del comunismo. Las carnicerías de Putin podrán devastarla, como está sucediendo. Pero después de la guerra, gane o pierda Rusia, Ucrania no será nunca más rusa. Esa posibilidad, si se toman en cuenta los lazos históricos, económicos y culturales que unían a Rusia con Ucrania, podría haber sido realidad, y tal vez, muchos ucranianos la habrían apoyado. Pero ha sido el mismo Putin quien ha terminado por dinamitarla. Desde esa guerra declarada a la democracia mundial a partir de Ucrania, a la misma que Putin y Xi, llaman con el nombre de «Occidente», ha renacido un espíritu democrático con el que sátrapas y dictadores, autócratas y tiranos, no contaban. La lucha continúa.

Twitter: @FernandoMiresOl

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

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