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Francisco Russo Betancourt

Notas de la declaración de independencia peruana y su emancipación definitiva

Francisco Russo Betancourt

Perú celebró el pasado 28 de julio, la declaratoria de su independencia de la monarquía española, proclamada por el general argentino, José de San Martín. Fue en el año 1821, sin embargo la emancipación del Perú fue obra del Libertador Simón Bolívar quien triunfó como jefe máximo del ejercito liberador, en la batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, luego, la liberación definitiva del dominio español ocurrió con la batalla de Ayacucho, comandada por el Mariscal venezolano, Antonio José de Sucre, el 9 de diciembre del mismo año 1824, de modo que ese proceso histórico no solo concluye con la liberación definitiva del Perú, sino también con la dominación española en América del Sur, que tiene la marca indeleble del Libertador Simón Bolívar.

Algunos historiadores y comentaristas, a través de la historia han pretendido opacar la gesta de Bolívar en ese proceso y pareciera que el mérito de su independencia se debe a San Martín, aunque ciertamente, el poder legislativo de la república del Perú reivindica la figura del Libertador con la disposición de levantar una estatua ecuestre de Bolívar en su honor, exactamente al frente del edificio del Congreso Nacional, en el centro histórico de Lima

San Martín abandonó su proyecto de emancipar al Perú al no obtener la cooperación del gobierno de Buenos Aires ni tenerla capacidad militar para enfrentar a los realistas en el Perú ni contener a la godarria limeña.

Los peruanos, además, han sido ingratos con Venezuela. Acá está radicada una inmensa comunidad de peruanos, su mayoría labora en actividades comerciales de buhonería, que se reconoce en el centro de Caracas, mercado de La Hoyada, sin que nadie se le ocurre manifestarse en contra de su presencia; sin embargo, la comunidad de venezolanos que por razones de la situación política y económica en nuestro país han constituido una diáspora en el mundo, de la cual Perú no ha escapado, se manifiesta a menudo con la violación de los más elementales derechos básicos de los ciudadanos venezolanos, incluidos asesinatos y lesiones corporales. El Perú ha liderado la expresión xenófoba contra los venezolanos. El mismo presidente ha amenazado con expulsar en masa a los venezolanos, en un acto de barbarie populista.

Volviendo al proceso independentista del Perú, como señalamos antes, la declaratoria independentista de ese país correspondió al general San Martín, pero la gloria de su emancipación fue obra del Libertador Bolívar. Una vez celebrada la entrevista en Guayaquil, en la cual pretendía San Martín, o asegurarse el control del puerto de Guayaquil, o al contrario, obtener la colaboración militar de Bolívar que le permitiera terminar la guerra en la sierra peruana con el carácter de empresa argentina, sin menoscabo de su propuesta de crear monarquías en América con príncipes españoles, comenzó el declive de San Martín.

El Libertador Bolívar expresó en esa histórica reunión, con discreta firmeza, que sería contraria a los intereses de su pueblo, el procedimiento de poner las tropas de un Estado al servicio del otro, así como manifestarle que “no existían en América las condiciones sociales necesarias para la vigencia normal del sistema monárquico, que no se necesitaba del ensayo de regímenes exóticos, sino la adaptación del sistema republicano a las realidades típicas del Nuevo Mundo…”.

Señala la historia, que al amanecer del día 28 de julio, pero de 1822, el barco de San Martín levo anclas hacia Perú, donde de acuerdo con el resultado de la Conferencia en Guayaquil, el generalísimo argentino pondría fin a sus actividades militares y políticas en América.

Conocida la dramática dejación del mando por San Martín en el Perú y su partida a Chile, indico a Bolívar la proximidad de su intervención militar y política en el virreinato, decidiendo levantar un ejército de 4.000 hombres para mandarlos o llevarlos al Perú. Dicen que el Libertador dijo, “llevarlos porque no sé a quién confiárselos, en un país muy difícil y enredado, que no tiene que comer y es carísimo, que no tiene agua y está helado, que no tiene gobierno y todos mandan. En fin, contra un enemigo que parece temible y que probablemente cambie la suerte de la América si no se le pone una resistencia victoriosa”.

Finalmente, frente a los agravios que hace cierto sector del Perú, sobre la figura del Libertador, la historia al recoger la expresión según la cual, el Perú era la ciudadela de España en América, el general San Martín habría expresado, sobre la emancipación de Perú, “Yo creo que todo el poder del Ser Supremo no es suficiente para liberar a ese desgraciado país (el Perú); solo Bolívar apoyado en la fuerza, puede realizarlo”. Y así fue.

Maracay, 29 de julio de 2022

Mucho ruido y pocas nueces

Francisco Russo Betancourt

Ayer fueron convocados un pico mas de 90 millones de mexicanos para decidir si revocaban o mantenían el mandato constitucional del presidente azteca.

La mayoría de los sectores sociales y la oposición criticaron hasta el hartazgo la convocatoria que propusiera el propio mandatario, en una experiencia constitucional nueva en la política mexicana, pero que al final resultó con mucho ruido y pocas nueces.

Ciertamente, la convocatoria fue más propiamente para medir la capacidad de convocar del mandatario, pero no satisfizo la exigencia legal del 40% para que su resultado fuese vinculante, lo que pudo evidenciarse en el comportamiento de la ciudadanía que prefirió llenar los Centros Comerciales que acudir a las urnas electorales.

Según la critica, aproximadamente 8 de cada 10 ciudadanos consideraron no votar en esta jornada, lo que revela que de los 90 y tantos millones de votantes convocados, sólo acudió un 17 o 18% del padrón electoral, vale decir, no fue la victoria esperada por el gobierno, que se conforma con una precaria movilización política, lo que al final generó, como en la comedia de Shakespeare, mas ruido que nueces.

Al final, el sistema político mexicano, al contrario de lo que ocurre habitualmente en Sudamérica, esperará el término del sexenio para decirle adiós a su presidente, entre cuyas reflexiones más exultantes está su afirmación, "que el secuestro de personas se evitará con una sociedad de pobres, pues secuestran a los que tienen."

Guadalajara, abril 11 de 2022

Jóvito Villalba en el tiempo actual

Francisco Russo Betancourt

Este 23 de marzo es el 104° aniversario del nacimiento de Jóvito Villalba. Fue él quien pronunció la palabra, con la sonoridad de su voz que retumbó como un trueno anunciando la tempestad, justo en el nacimiento de un hecho fundamental para la patria aletargada por 30 años de tiranía, de crueldad, de brutalidad, de persecuciones, encarcelamientos, cárceles y exilios. Flaco, catire, joven veinteañero que comenzaba a estudiar Derecho en la UCV y a quien sus compañeros le confiaron la responsabilidad de inaugurar, nada más y nada menos en el Panteón Nacional, recinto que guarda los restos del padre de la patria y de los hijos eminentes de este país, la Semana del Estudiante en el año 1928.

Fue el líder estudiantil de las jornadas del año 1928 contra la tiranía de Juan Vicente Gómez, conductor del movimiento y orador en la manifestación y huelga general del 14 de febrero 1936, al frente de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), nacimiento de nuestra democracia y luego, capitán de la Unidad convertida en la victoria democrática en 1952 contra la tiranía del general Marcos Pérez Jiménez. Fue militante toda la vida a favor de la democracia y del pueblo venezolano. Resalto su insurgencia contra Juan Vicente Gómez, junto a otros iluminados del año 1928, constituida como una verdadera proeza. Sus años de prisión, su inflamada palabra de gran tribuno popular, sus exilios, su catedra de Derecho Público en la vieja UCV, contribuyeron a darle a Jóvito justificados acentos y perfiles de hombre de leyenda.

Jóvito Villalba nació en Pampatar, isla de Margarita, el 23 de marzo de 1908, hijo de Jóvito Villalba Roblis, carpintero de ribera, y de Ángela Gutiérrez Rojas, nativa de Clarines, Estado Anzoátegui.

Cumplió 20 años recluido en una prisión dictatorial, el Castillo de Puerto Cabello, en las más crueles condiciones; en ambos tobillos le quedo seco el hueso por la tortura vil de los grillos, pero su rebeldía no se apagó jamás para servir con dignidad e inteligencia a la causa de la libertad, la justicia y el progreso social de nuestro país.

Hombre de Derecho justo, fue también un versado constitucionalista, de profundas y avanzadas ideas que en esencia eran la doctrina de los derechos humanos, de los cuales podríamos afirmar, precursor visionario en Venezuela. Los derechos humanos no son políticos, expreso ante la campana electoral del presidente Carter, son también los económicos y sociales, el derecho a una vivienda higiénica, el derecho al trabajo, a tener garantizados medios para la educación de los hijos, a la asistencia médica, clínica y hospitalaria, a la igualdad de condiciones para todos.

Honra del foro y la tribuna, del trabajo político para darle al ciudadano cauce y herramientas en su lucha por un destino de superación nacional y de auténtico bienestar dentro de una vida fecunda. Jovito Villalba es hoy un símbolo viviente y verdadero de la democracia que nunca sucumbió a los cantos de sirena para atentar contra los gobiernos elegidos democráticamente. El premio nobel, Gabriel García Márquez, quien lo estudiara cuando vivió en Caracas, y pudo conocerlo, observó en su personalidad a un líder con nobleza y sin rencores; tres condiciones extraordinarias destaco en él, “optimismo, dinamismo y pobreza”, y, es que su esencialidad humana fue superior a sus detractores, a los tiranos de mayor o menor cuantía, y a los olvidadizos de la patria, que cargan esta palabra en la boca, porque para ellos la Patria es un negocio.

Cuando en 1952, la dictadura de aquel entonces, que asesinaba y torturaba, con toda malignidad hecha gobierno-, desconoció el clamoroso triunfo de la unidad liderada por Jóvito Villalba, en las elecciones a la Constituyente de ese año, solo una trampa contra la buena fe y la decencia política y moral, contra la Constitución y las leyes, pudo arrancarlo de su presencia junto al pueblo en las amargas horas de su destino. Después del duro y forzado destierro de largos años, que militares aventureros le impusieron, Villalba regresó a su trinchera cívica, pacífica y nacional, fiel a la democracia y a la Ley, y así fue un ardoroso y propulsor consciente de una gran Unidad de la nación venezolana para lograr la estabilidad y desarrollo de la democracia.

Aquel mismo verbo insuperable del brillante orador que en 1952 proponía una concertación política de todos los demócratas, “sin perseguidos ni perseguidores”, para enrumbar la nación a un mejor destino, reiteró su consigna de la unidad, de la unión honorable de las fuerzas y voluntades del pueblo en todos sus estamentos, en pro de la democracia y del desarrollo de sus Instituciones, de sus contenidos políticos, de su cultura y educación, y de su constancia moral con arreglo a la civilización y el Derecho. Solo por ello habría haberlo colocado, por la voluntad del pueblo, en la máxima dirección de la Republica. Explicables eventos y azares impidieron que así sucediera, pero la gran personalidad histórica, el convicto y fehaciente venezolano, el abnegado luchador, ejemplo de desprendimiento y de la honestidad de hombre público, siguió siendo, a contraluz de avatares infortunados, el símbolo viviente del ideal histórico de una grande y eficiente unidad para la democracia real.

Hoy vive Venezuela una dolorosa depresión de su destino histórico, estos últimos años han marcado la oprobiosa realidad de un régimen que con maligno delirio patológico, en términos humanos y políticos, se ha convertido en su insólito verdugo. El pueblo victimado y escarnecido ha visto regresar la tortura, los presos políticos y la represión contra quienes reclaman sus derechos más básicos. La carencia de bienes y servicios, los bajos y denigrantes salarios, la inflación galopante, la desbordada corrupción que abraza al estamento social y funcionarial, la politización descarada de la estructura judicial del país, la fuga de venezolanos, de cualquier clase social, esparcidos por el mundo en busca de mejores condiciones de vida, la impunidad y la agravación de los problemas nacionales, reflejan hoy día la tragedia política y social de nuestros conciudadanos.

En esta hora de agonía venezolana, de agravios a la nación y sangrientos ultrajes a la democracia, se hace indispensable una grande y efectiva y vigorosa unidad venezolana para la defensa propia de nuestra vida como República, como país y como pueblo. Surge entonces, el respetuoso y emocionado recuerdo de Jovito Villalba y su infatigable discurso, convertido en doctrina, por una verdadera unidad nacional y la defensa de la democracia; por ello recojo lo que Villalba expresara en sus tantas batallas parlamentarias en defensa del sufragio y que hoy más que nunca reclamamos los venezolanos: “Cuando un gobierno es amigo de la democracia, tiene una política electoral democrática. Cuando un gobierno es enemigo de la democracia, tiene una política destinada a frustrar el derecho al sufragio de la ciudadanía”.

No pretendo prorrogar visiones del pasado, tampoco volver a hechos y circunstancias que ya pudiesen ser parte del olvido, pero el recuerdo afirmativo de Villalba, -el político de la democracia-, en esta hora de dificultades, se parece al que el propio Jovito dedicó al Libertador en una hora tiránica de Venezuela, en verdad menos escandalosa, pero igual de cruel, que osa consolidarse.

Este saludable buen recuerdo, reconforta el propósito de la Unidad, en mayúscula, de los venezolanos de hoy para librarnos del régimen del presente y de los autoritarios del mañana, para la gran causa de la convivencia democrática y de un destino mejor para Venezuela.

Subrayo que esta nota no es solo evocación, es también un modo de defendernos del escarnio actual.

Jóvito Villalba, prócer civil, insobornable demócrata, luchador esclarecido, voz que aún puede clamar a nuestro lado, sin impertinencias, visionario y promotor de la unidad como herramienta eficaz de la democracia, la libertad y el Derecho, bien vale un gran recuerdo en este 104° aniversario de su natalicio.

frusbet@gmail.com

El derecho de réplica o rectificación

Francisco Russo Betancourt

Un comentario de un influencer, radical opositor venezolano, establecido en el exterior, me ha interesado en escribir sobre el título que encabeza esta crónica. Denunciaba el influencer, respecto del maltrato que un Alcalde del interior de nuestro país hacía contra una familia a quien pretendía desposeer en la propiedad de su vivienda, que “no estaba obligado a dar oportunidad de respuesta al funcionario, para que se defendiera de sus graves denuncias, porque no había legislación que lo obligara”.

El tema del derecho a la información y a la libertad de expresión, no deja de ser siempre, por sí mismo, un tema delicado y polémico, pero que en un Estado de Derecho, al que aspiramos los demócratas, -que resulta ausente en el ejercicio diario del grupo que ejerce el gobierno-, resulta siempre ineludible tratarlo en atención al ordenamiento legal escrito y por quienes somos creyentes del acatamiento a la ley, vale decir, gobernantes y gobernados sujetos a la disciplina legal. Es en el fondo, lo que quiero comentar.

Con la ley del ejercicio del periodismo de 1972, se reguló el derecho de rectificación, como obligación de periodistas y medios de comunicación, de rectificar en toda tergiversación de la información, obligando a la empresa, si fuese el caso de dar cabida a aquella rectificación. La vigente ley de ejercicio del periodismo, del año 1995, amplia en su artículo 9 esa obligación, al establecer, que “toda tergiversación o ausencia de veracidad en la información debe ser rectificada oportuna y eficientemente, y el periodista estará obligado a rectificar y la empresa a dar cabida a tal rectificación o a la aclaratoria que formule el afectado”. De modo, que frente a informaciones inexactas, falsas o no veraces y que perjudiquen a cualquier persona, subsiste el derecho de réplica del afectado o de rectificación por las mismas, a que se efectúe en el medio de difusión, sin que ello lo exima de cualquier otra responsabilidad en que hubiese incurrido.

Como se trata de un medio audiovisual, en el cual la persona, a través de un canal de youtube, sube videos o contenidos, y los comenta ofreciendo su particular versión sobre hechos y/o imágenes, entiendo, que no sólo asume la responsabilidad de lo que afirma o denuncia, sino que está obligado en caso de no ser veraces sus comentarios, o extralimitarse en la calificación de una conducta personal, en dar oportunidad para que el afectado de respuesta y en todo caso, la otra parte rectifique. Pero si bien, el Reglamento de Radiodifusión vigente en el país, nada dice sobre este tema, toda vez que, en el capítulo de las infracciones de los concesionarios de las radiodifusoras y televisión, el artículo 80, se limita a prohibir la reproducción de videos y/o grabaciones magnetofónicas clandestinas y/o no autorizadas a grabar por parte de los involucrados… de manera que se afecte el derecho a la intimidad y al honor de las personas consagradas en la Constitución, nuestro Texto Fundamental si consagra el derecho a réplica y rectificación cuando se vean afectados directamente por informaciones inexactas o agraviantes (art. 58).

Nos hemos acostumbrado a oír desde las tribunas más encumbradas hasta las de menor jerarquía del régimen que nos gobierna, ejecutivas y legislativas, frases ofensivas, ominosas y denigrantes contra quienes se oponen democráticamente al gobierno, y no hay derecho a réplica que valga ni tampoco fiscal ni funcionario judicial que alze su voz y ordene el acatamiento constitucional. La Constitución es entonces, letra muerta para el régimen, es el sometimiento de una legislatura al servicio del Ejecutivo y una judicatura sorda y muda frente a las arbitrariedades de los que ejercen el poder.

Así ha sido en los últimos 20 años, vivimos en un país en estado de destrucción donde no hay instancias de representación para que se nos oiga, pero tampoco debemos admitir que en el campo de los que queremos construir un país donde haya democracia, incurramos en el desaguisado de retar al ordenamiento legal.

La democracia es el ejercicio de la libertad, pero en el camino de la ley trazada y no podemos caer ni en los excesos de la libertad ni tampoco en los excesos del poder incontrolado y absolutista, y es lo que observamos si nos adentramos, aunque sea superficialmente en la vida venezolana; acá tenemos una situación de poder abusivo, perverso y no institucionalizado, que queremos sustituir para construir un país de iguales oportunidades y de respeto a la Ley y al Estado de Derecho. Será entonces, más temprano que tarde, que la aspiración de la gran mayoría de nuestros compatriotas, respondan para alcanzar la vida justa y digna que nos niega el socialismo del siglo 21, y para construir el país que queremos, el de la paz y el desarrollo, en el que me atrevo a soñar y decir, como en los soliloquios de Shakespeare en Hamlet, “tenemos la seguridad de que esto será así”.

Finalmente, cuando la Constitución dice que toda persona tiene el derecho de réplica y rectificación, nos dice a todos los venezolanos, sea cual fuese su oficio, que ese derecho lo sostiene nuestra Constitución, cuando aquel se vea afectado por informaciones inexactas o tergiversadas.

Es probable que el influencer o el youtuber no sea periodista, y pueda decirse que su conducta no está regulada por la Ley de Ejercicio del Periodismo, pero el derecho de aclaratoria o de rectificación y de réplica se encuentra consagrada, para todos en nuestra Carta Fundamental, que además es un derecho inherente a la persona humana, que implica, cuando se afecta el honor de una persona por informaciones inexactas, que ésta tiene el derecho a responder las imputaciones que se le hacen, sean del color político que fuese.

frusbet@gmail.com

Maracay, marzo 7 de 2021

El 14 de febrero

Francisco Russo Betancourt

Decía Cicerón, antiguo orador, filósofo y político romano, que no saber lo que sucede antes de nosotros, es como ser incesantemente niños. El pasado 14 de este mes de febrero, se cumplieron nada menos que 85 años de una de las fechas más famosas de Venezuela. Con los sucesos del 14 de febrero de 1936, Venezuela entraba, atrasada, política y socialmente, al siglo veinte, luego de la desaparición física del dictador más longevo que hemos tenido. Fue el nacimiento de las libertades conculcadas brutalmente durante 27 años.

Este suceso, liderado por la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), hacía presumir, que a sangre y fuego el pueblo comenzaba a vivir el nacimiento de los valores democráticos, negados por los dictadores de turno y los militares que ejercieron el poder luego de la independencia, a través de guerras intestinas y que permitieron graves pérdidas territoriales, exilios, cárceles y muerte, salvo el fugaz ejercicio del doctor Vargas. Pero vale subrayar que constituyó, sin duda, la génesis de un proceso de libertades democráticas que luego viviría el país a saltos, interrumpido por el golpe de 1945, retomado en 1958 y conculcadas desde el año 1999. Ese 14 de febrero culminaba el descontento que se había apoderado del país contra el recién instalado gobierno, heredado del gomecismo, por el general Eleazar López Contreras.

Lo que había comenzado como una manifestación contra el Decreto del Gobernador de Caracas, que ordenaba la censura a la prensa, se convirtió en un gigantesco movimiento que partió desde la Universidad, ubicada a la época en lo que es hoy el Palacio de las Academias, hasta la plaza Bolívar de Caracas. Allí fue baleada sin piedad la multitud, que en número de 50.000 personas manifestaban, en una ciudad que no pasaba de 200.000 habitantes y que revela la inmensa protesta y el deseo de cambio del país. 4 muertos y 136 heridos fue el saldo de aquel día. Algo así, en menor proporción, a la respuestas que recibieron los caraqueños desde Puente Llaguno, cuando pedían pacíficamente la renuncia del teniente coronel-presidente, sólo que en esta manifestación, nunca vista en Venezuela, los muertos fueron muchos, baleados por francotiradores afectos al gobierno, presos los policías que protegían a la población y absueltos los tiradores, en una acción asesina, arbitraria y de claro tinte dictatorial.

Pero no fue en vano ese 14 de febrero, ello permitió que López Contreras comenzara a desprenderse del estilo gomecista de gobernar. Hay que destacar, que antes, el gobierno había suspendido las garantías para así defender la estabilidad del régimen y proteger las propiedades gomecistas que comenzaban a ser quemadas y saqueadas. Tales disturbios iban parejos con la llegada de los exiliados que regresaban al país, el regreso de los presos y la presencia de una prensa que se había acostumbrado a ser un apéndice del gomecismo, pero que ahora comenzaba a interpretar la nueva realidad. De modo que, el Decreto de censura a la prensa, dictado por el gobernador de Caracas, fue la válvula de presión que contenía las angustias populares y los deseos de cambio en la sociedad. El gobierno hizo responsable de todos los disturbios a los líderes estudiantiles y los políticos que recuperaban su libertad o regresaban del exilio. Simplismo puro.

Luego del discurso de Jóvito Villalba, presidente de la FEV, frente a Miraflores, el presidente López decidió conversar con los estudiantes y así se designó una comisión integrada por el rector de la UCV, Francisco Antonio Risquez, además de Jóvito y un grupo de personalidades representativas de gremios, y organizaciones civiles, lo que ocurrió en ese momento en Miraflores. Que se exigía en esa entrevista? Lo resume Villalba, quien fue el líder de aquellos sucesos, en una valiosa entrevista con motivo de los 40 años de la histórica manifestación que cambió el régimen de silencio y de inactividad política que durante medio siglo estuvo sometida la sociedad venezolana.

Nombramiento de un gobierno nuevo, con personas distintas del gomecismo; 2.- Nombramiento de gobernadores de Estado que representaran la nueva realidad, acreditados en la lucha contra la tiranía; 3. – Libertades democráticas, supresión de la censura y plenas garantías para la expresión del pensamiento; 4.- Libertad sindical y 5.- Eliminación de los monopolios y del feudalismo, así como del atraso en la vida política de Venezuela. Siete días después, el presidente López anunciaba lo que se llamó el programa de febrero en el cual se fijaron las directrices para el cambio político, social y económico que se demandaron en aquel suceso, tales como la reafirmación las garantías constitucionales suspendidas, y el respeto al régimen de legalidad, la iniciativa de promover partidos políticos y grupos gremiales, etc.

Ese 14 de febrero constituyó entonces, un hecho fundamental en la historia contemporánea de nuestro país, pues, marcó el nacimiento de otro país, sin estar infectado, en aquel momento, de la ambición ni el personalismo de algún dirigente, ni el deseo de llegar al poder a cualquier costo, como ocurrió posteriormente; el éxito de aquellos sucesos fueron entonces, fruto de la unidad y del naciente movimiento democrático.

Hoy seguimos reclamando la unidad de todos, por encima de personalismos y partidos, para constituir un gobierno nuevo, democrático y sin vinculaciones con quienes hoy humillan al país y se reparten el botín de lo queda de nuestras riquezas explotables; seguimos reclamando libertades democráticas conculcadas a la vera de una conducta judicial infectada de corruptelas desde los más altos funcionarios y de uniformados más antojados de una visión mercantilista y menos interesados en el respeto a la Constitución. La censura que no permite la libre expresión del pensamiento y el atraso en la vida política venezolana es la moneda corriente del socialismo del siglo 21.

Mientras tanto, la unidad que tanto reclamamos parece ser la quimera de estos tiempos. Son 22 años de un gobierno que no es una dictadura, es otra cosa peor, que presume alcanzar en tiempo a la del longevo dictador andino.

frusbet@gmail.com

Maracay, 26 de febrero de 2021

La xenofobia peruana

Francisco Russo Betancourt

La gravedad de lo que ocurre con los migrantes venezolanos en Perú no podemos considerarlo como nuevo; desde el primer momento en que comenzó, la migración venezolana encontró resistencia mayor en aquel país. La resistencia peruana hacia lo venezolano ha sido secular, desde la alta sociedad se denigra de la vida del Libertador en Perú y esa opinión ha permeado a las clases más bajas.

La historia hay que contarla, no sólo porque despierta curiosidad, sino también porque nos permite conocer el pasado y entender los cambios sociales. Además, a todos nos gustan los relatos bien contados, el cómo se desenvolvieron los personajes y cómo dejaron su huella en la sociedad.

Los hechos que se vienen sucediendo contra los migrantes venezolanos, ha alcanzado su clímax en Perú, y bueno es decirlo, nuestros compatriotas han emigrado no precisamente por razones turísticas, sino porque el gobierno nacional le niega a los venezolanos protección y seguridad social, acceso a la educación y al trabajo, en fin, el derecho a la vida, que es el derecho fundamental más importante que establece nuestra Constitución. Esta migración venezolana resulta de la crisis humanitaria y económica que ha deteriorado la seguridad ciudadana y los estándares de vida en nuestro país.

Según ACNUR, cerca de seis millones de compatriotas han salido del país, últimamente caminando y el 80% de ellos se encuentran en Latinoamérica. Como se viene señalando, Perú constituye hoy la mayor amenaza a la seguridad de los venezolanos en aquella región, y esa xenofobia, no nace ahora, a mi modo de ver data desde los tiempos de su independencia, lograda por el genio y la visión libertadora de Bolívar.

El peruano ha encumbrado siempre la figura del general San Martin, quien ciertamente declaró la independencia del Perú, en julio de 1821 y a quien llamaron el Protector del Perú, pero fue el Libertador Bolívar quien lideró los ejércitos patriotas en las batallas de Junín y de Ayacucho, conjuntamente con el Gran Mariscal de Ayacucho, expulsando definitivamente a los realistas españoles, conquistando finalmente su independencia. No han sido precisamente laudatorios las expresiones contra Bolívar, hay un antibolivarianismo en aquella región en donde escritores, políticos e historiadores lo ha declarado enemigo público número 1 del Perú, calificándolo de derecha, que no introdujo ninguna reforma social en el país, además de culparlo de la división territorial peruana con la actual Bolivia.

Es de extrema villanía decir que Bolívar se escondió en la batalla de Junín y que Ayacucho fue una comedia de batalla acordada con el virrey Laserna y el general Canterac. Lo cierto es que los peruanos no demostraban mucho interés en liberarse del imperio español y San Martín tuvo que solicitar ayuda a Bolívar, quien lo recibió en Guayaquil, región que los peruanos pretendían adjudicarse, pero que Bolívar al recibirlo, le dio la bienvenida a tierras colombianas.

Dijo el general argentino, que Bolívar le ganó de mano. El Congreso peruano, hay que decirlo, solicitó oficialmente a Bolívar su traslado al Perú para dirigir la guerra y lo determinó dictador, entre 1824 y 1827, no precisamente porque él lo formulara sino por el conocimiento que se tenía de sus victoriosas batallas libradas con el ejército libertador, en la independencia de Venezuela, Colombia y Ecuador, de modo, que bien se ha dicho históricamente, que la declaración de independencia en Perú, fue una suerte de acto de espectáculo intentado para unificar las diversas clases heterogéneas que componían la sociedad peruana, dividida por principios diferenciados: negros, indios, mulatos, y algunos blancos, pero la independencia o liberación y expulsión de los españoles en ese territorio, fue una dura lucha del ejercito libertador comandado por Bolívar y Sucre. Lo asienta el escritor y diplomático colombiano, Indalecio Liévano Aguirre, que Perú fue la ciudadela de España en América, y pone en palabras de San Martín: “Yo creo que todo el poder del Ser Supremo no es suficiente para liberar a este desgraciado país (el Perú), sólo Bolívar, apoyado en la fuerza, puede realizarlo”.

Pero a Bolívar se le ha calumniado con desdén en tierras peruanas, desde dictador y divisor del Alto Perú, hoy Bolivia. Al libertador no se le reconoce que él abogaba por unificar a todos los países liberados, mientras San Martín aspiraba designar un príncipe español en cada uno de los territorios para implantar una monarquía en Suramérica.

De modo, pues, que aquellos reproches sobre la personalidad de Bolívar y sus ejecutorias en el Perú, se han trasmutado hoy en los venezolanos que han migrado a Perú en busca de mejor vida para sus familiares, al no encontrar la protección que le debe el gobierno venezolano.

Venezuela fue un país de puertas abiertas a latinoamericanos y europeos, que llegaban a nuestro territorio sin medios económicos; acá subsisten nacionales peruanos que ejercen la buhonería y a nadie se le ocurre amenazarlos con asesinarlos. Más temprano que tarde, la democracia venezolana deberá revisar el ingreso libre de extranjeros al territorio nacional, así como sus comportamientos económicos para instalar tarantines en todas las ciudades venezolanas. Aquí, aparte de la entrega que hace el gobierno actual de nuestra soberanía y de los recursos naturales a chinos, turcos, rusos, cubanos y coreanos, la buhonería de los extranjeros también ha sido un signo de nuestra irresponsabilidad.

Maracay, 19 de febrero de 2

Cebras por la vida ¡Un ejercicio de ciudadanía para Maracay!

Francisco Russo Betancourt

El comentario de la semana

Aragua en Red, asociación civil promotora de la participación ciudadana y de la aragüeñidad como entidad cultural, se ha propuesto desarrollar a nivel local y regional, un conjunto de talleres que se enmarcan en un programa de formación cívica, denominado “Sembrando Ciudadanía”, y en concordancia con ese propósito, más allá de los asuntos políticos que nos agobian y de los cuales no somos ajenos, como ciudadanos y como organización social nos resulta importante asumir propuestas y dar respuestas a los temas cotidianos de nuestra ciudad, que permitan mejorar la cultura y el civismo de nosotros mismos, de las autoridades y en general de los ciudadanos de a pie.

El título de este escrito, es realmente un proyecto de expresión ciudadana que reclama el derecho para los maracayeros a caminar, en principio por las calles y avenidas más concurridas, de manera segura y digna.

Ahora, ¿qué busca Cebras por Vida? Puntualmente, dignificar el lugar de quienes caminamos en Maracay, darle al peatón el lugar que se merece, priorizarlo y cuidarlo. Queremos enseñarnos y enseñarle a la ciudad y a todos los ciudadanos, sobre la importancia de priorizar, proteger y dignificar al peatón, es decir, que pensar en el peatón es obligarnos a mirar de manera amplia y comprensiva los aspectos más críticos de la ciudad, pensando siempre primero en las personas y no en el auto particular y sus exigencias. Es esta quizás la motivación más extraordinaria para hacer de Maracay una ciudad tolerante, incluyente, amable con el medio ambiente, compacta, limpia, cálida y segura para todos.

Este es un proyecto que si bien parte de los ciudadanos organizados, tambien debe, necesariamente, ser parte de la gestión del Municipio, basado en que la vida de la ciudad son sus peatones. La experiencia de la ciudad está siempre ligada a los tiempos y las condiciones que tengamos para disfrutarla, tiempos y condiciones que en medio de la congestión urbana se hacen cada vez más escasos. Por ello entendemos, que Cebras por la Vida es la reivindicación del derecho a caminar la ciudad, de pensarla y sentirla próxima con cada paso que demos, reconociendo su singularidad y aprendiendo de sus formas.

Es la recuperación del espacio y la dignidad del peatón, es devolverle a la ciudad su fuente de sentido, la calidad de vida y la seguridad que aspiramos para los maracayeros. Y más allá de eso, porque somos muchos los que creemos que la ciudad es más que un océano de flujos vehiculares.

Hemos visto en nuestra ciudad, la existencia de peatones con discapacidad motriz y este programa de señalamiento peatonal, ese rayado en las intersecciones de las calles y avenidas, constituye una zona de circulación segura en la ciudad para atravesar una calle, que por lo general, son desacatadas descaradamente por conductores de patrullas policiales, de camiones del ejército, de motociclistas y de conductores de vehículos, que olvidan el derecho de los ciudadanos a caminar seguros, pero sobre todo, olvidan por completo su condición de peatón una vez que deciden subirse al volante. De allí, pues, que tenemos mucho que hacer y nos proponemos hacer en ese conjunto de talleres que hemos llamado Sembrando Ciudadanía, y que al mismo tiempo reclamamos del Alcalde de la ciudad, toda vez que una de las funciones principales de un buen Alcalde, a la luz del derecho público contemporáneo, es dinamizar y facilitar el desarrollo humano en sus comunidades. De modo que, hay que actuar de inmediato para que la movilidad de la ciudad esté regulada por este código urbano.

Finalmente, el carro no puede ser el rey de la ciudad, de aceptarse tal despropósito, el peatón dejará de existir. De modo que, más allá de los accidentes de tránsito que ocurren en la ciudad y de las incomodidades del peatón para cruzar una calle, donde el semáforo no regula el paso peatonal, en esta ciudad como en todas las de Venezuela, los peatones son actores críticamente vulnerables en las calles. Creo que este rayado o cebras, como se le conoce universalmente para señalar el paso de peatones, debe constituir un símbolo de convivencia ciudadana, de amistad y de tolerancia ante la fragilidad de los caminantes.

Hay que defender la aún precaria constitucionalidad

Francisco Russo Betancourt

El comentario de la semana

El momento histórico que vive el país, avista en estos momentos, la posibilidad de que se sancione un nuevo texto fundamental a espaldas del país mayoritario, redactado en el sanedrín en que se ha convertido la írrita e inconstitucional ANC del gobierno. De ser ciertas las conjeturas que salen a la luz pública, la oposición está obligada a trabajar en una estrategia que nos permita construir la defensa de la precaria constitucionalidad que aún tenemos.

No se trata de discutir si se vota o no, o si se legitima o no,- que no es el caso-, a esa bellaquería que pretende funcionar como Asamblea Constituyente, de lo que se trata es de evitar que el despotismo se enseñoree en el país y se incorporen a nuestra legislación constitucional vigente, figuras absolutamente contrarias al sistema de libertad republicana, por el cual luchamos y defendemos los demócratas.

El referéndum del año 2007, convocado por el difunto presidente Chávez, padre de esta calamidad que vivimos los ciudadanos que acá habitamos, que tenía como propósito modificar 69 artículos de la Constitución y cuyo fin último era convertir a Venezuela en un Estado socialista, inspirado en el régimen que gobierna la isla de Cuba, fue una propuesta rechazada por el pueblo democrático, que alcanzó si bien una victoria cerrada, reveló que aun con dificultades y con un árbitro parcializado, vendido y chapucero se puede ganar. Fue la primera victoria contra el gobierno.

Nuevamente estamos en presencia de un nuevo garrotazo a la libertad. De lo que se trata ahora, es la defensa de la constitucionalidad, la defensa de la democracia y de la nación venezolana hoy ofrecida en bandeja de plata a los gobernantes de una isla miserable y de una ideología que humilla al ciudadano común, que lo hace dependiente de unas migajas de pan y que aspira controlar a toda la familia venezolana.

Ya no son las leyes inconstitucionales de Comunas y de los Consejos Comunales, sino que se pretende convertirlas en normas reguladas por la Constitución. Las comunas, ha dicho el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), constituye el “lego de la destrucción de la Venezuela democrática”, son el mecanismo de control con lo que se trata de someter a los sectores populares, bajo unas estructuras que dependerán del gobierno central, CON ELLO desaparecerá el individuo y será sustituido por la comuna o colectivo. Es una vieja propuesta que busca la desaparición progresiva del Estado para construir el autogobierno comunal, puesto al servicio de la clase gobernante y su burocracia. Es la totalitaria, porque su forma de gobierno está determinada por el poder Central a través de Asambleas y Comisarios del gobierno, derivadas de una concepción ideológica. De modo que ahora, como lo propuso el difunto, es avanzar hacia un Estado Comunal utilizando para ello los medios y formas institucionales contenidos en el ordenamiento jurídico del Estado Democrático y de Derecho. Así ocurrió en la Alemania de 1919 con la llegada de Hitler al poder quien utilizó la Constitución de Weimar para alcanzar sus despropósitos.

Hoy no podemos darnos el lujo de entrar en una pugna perniciosa sobre ir o no a votar la Constitución que se cocina en el sanedrín de Cabello y Escarrá.

Ante un llamado para refrendar o no una Constitución, hay que salir a votar, pues, lo que se trata es defender la Constitución vigente ante un gobierno que llegó al poder para tomarse el erario público, enriquecerse sin escrúpulos y entregar nuestra soberanía.

No nos engañamos en que no tenemos libertad electoral en términos democráticos, con un gobierno que actúa como agente electoral de sí mismo. Ninguna dictadura actúa con manos limpias, por ello, por encima de criterios partidistas, hoy se impone volver a las jornadas anteriores, porque lo que subyace en ese cuarto oscuro donde funciona la inválida ANC, es la modificación de la parte orgánica de la actual Constitución, la que consagra la organización del Estado, y, la parte dogmática, que enumera las garantías y derechos de los ciudadanos así como la imposición de una acción política ideologizada.

Los partidos políticos y la sociedad civil tienen el reto de construir una estrategia política para derrotar en referéndum,-lo que sería un plebiscito-, el despropósito de una nueva Constitución para la corte de Maduro y la nueva casta seudo revolucionaria.

Desde el punto de vista de la sociología política y la mejor doctrina constitucional, el Texto Fundamental de la nación, es siempre la expresión del equilibrio entre las distintas fuerzas y sectores de la sociedad, para la organización del Estado y para la institucionalización de los principios de libertad y de justicia social, y en modo alguno, puede ser la resultante en la imposición de una fuerza que tenga predominio en la vida social de sus conciudadanos. El reto de hoy, lo hemos repetido en este comentario, no es votar o abstenerse, como ya comienzan a pregonarlo algunos radicales del twitter. Este país necesita para vivir en armonía y en orden, trabajar y prosperar, necesita un sistema constitucional que dé a su pueblo los medios para discutir su suerte libremente y en una plaza pública, sin amenazas ni persecuciones y para hacer todo lo que esté legalmente a su alcance, para mejorar su suerte; que ofrezca a las fuerzas económicas progresistas, a sus industriales, agricultores, no latifundistas-, al comercio no acaparador, la garantía de producir para alimentarse debidamente y borrar el triste espectáculo que se ve en las calles, de hombres y mujeres hurgando bolsas para buscar comida; a nuestros jóvenes la garantía para estudiar y lograr una profesión y un destino mejor.

Hay que volver a las jornadas anteriores que resultaron victoriosas, aun con un árbitro groseramente parcializado, porque lo que está en juego, definitivamente es el país y la libertad de vivir en democracia.

@frusbet

El compromiso es de todos

Francisco Russo Betancourt

El denominado Frente por la Defensa de la Constitución y la Democracia se ha constituido en todo el país, y en Aragua, donde resido, fue un acto abarrotado con la presencia de distintos sectores, grupos, gremios, sindicatos de trabajadores, en general, la sociedad civil aragüeña, así como representantes de los partidos políticos que hacen vida en la Mesa de la Unidad Democrática y de la oposición en general.

El Frente no es una instancia de partidos, pero tampoco es una instancia anti-partidos, es la confluencia de todos en esta hora difícil de la República, que por encima de legítimos intereses individuales y partidistas, se concitan para defender la constitucionalidad y el ejercicio de la libertad y la democracia, es decir, el pacto social entre los venezolanos, el Estado y el gobierno.

La iniciativa que parte de la Asamblea Nacional, surge del reconocimiento en que la defensa de la Constitución y la Democracia tiene que ser ejercida por todos los venezolanos, porque de lo contrario corremos el riesgo de la perpetuidad del actual gobierno y la incorporación de objetivos políticos que son contrarios al republicanismo venezolano. Porque más allá de ese riesgo, de aceptarse una Constituyente en los términos formulados por el señor Maduro y sus paniaguados, no habrá elecciones ni representación alternativa para la gobernabilidad de la Nación; las Gobernaciones y Alcaldías serán meras figuras decorativas, el derecho al voto y elegir y ser elegidos libremente, será un saludo a la bandera, porque seremos gobernados desde el Estado Comunal, que es ese cruzado o híbrido en el cual, en principio, convive el Estado, monopolizador de la violencia legítima y las Comunas, entendida ésta como una forma de autodestrucción progresiva de los fundamentos del Estado.

De modo, que si bien el gobierno propone en su desespero, una Constituyente con fraude a la Constitución y ante un escenario que le es ciertamente adverso, porque la mayoría del pueblo la rechaza, -que no se detiene ante las inmensas protestas populares y la muerte de más de setenta jóvenes que en la calle han salido a defender su futuro, que el país sufre una gravísima crisis económica y social-, en el fondo lo que subyace es el propósito de control de la gente y la instauración de un gobierno donde el ciudadano pierde todos sus derechos, pero igualmente, busca el resguardo de los bastardos intereses personales de las figuras más emblemáticas del gobierno, acusados y acosados de una brutal corrupción y el saqueo del patrimonio de la República.

De modo que lo que está en juego, es la República y su gobernabilidad, es salvar el país y el rescate de la democracia, por ello ahora, no hay tiempo para los cálculos políticos, los intereses individuales ni la comodidad personal. Esta iniciativa, repetimos, que parte del liderazgo de la Asamblea Nacional tiene que ser bienvenida, pues, de lo que se trata es nada más y nada menos que la defensa del Pacto Social contenido en nuestra Constitución, que es el pacto de vida de todos los venezolanos; por ello, el Frente tiene que estar abierto a toda la sociedad civil porque el compromiso es de todos, sin que quepa promover y construir centros que puedan distraer el esfuerzo de todos y restar potencialidad a la lucha contra la dictadura.

Los voceros más calificados del gobierno han manifestado sin rubor alguno, con grosero descaro, que la Constituyente convocada es para aniquilar a la derecha, también han dicho que es para acabar con la Asamblea Nacional y algunos, para siquitrillar al adversario político, a quien ven como enemigos. Estamos ante una locura colectiva de quienes ejercen el gobierno y ese no puede ser el propósito constitucional de una Constituyente. La convocatoria de una ANC y la redacción del pacto que suscribe la sociedad para convivir política y socialmente, que es la Carta Magna, tiene que celebrarse en un clima de paz y tolerancia, del reconocimiento de los derechos a los demás y no bajo amenazas a los ciudadanos y en un estado de convulsión social.

De modo, que el objetivo del Frente para la Defensa de la Constitución y la Democracia, al cual se comprometen sindicatos, gremios, sectores profesionales, amas de casa, académicos, individualidades, estudiantes, asociaciones civiles, etc., está fundado en la unidad de todos los venezolanos, con los colores de nuestro tricolor, por encima de cualquier otro, para defender el republicanismo y nuestro modo de vida democrática. El pueblo debe ejercer sus derechos porque la defensa de la Constitución no tiene límites y el llamado es a rechazar este nuevo garrotazo que nos quiere asestar Maduro y sus siete paniaguados ya conocidos.

@frusbet

El compromiso es de todos

Francisco Russo Betancourt

Nuestro comentario de la semana está referido a la constitución, ayer jueves y formalmente, del Frente por la Defensa de la Constitución y la Democracia en el Estado Aragua, en un acto celebrado en la Cámara de Comercio, abarrotada con la presencia de distintos sectores, grupos, gremios y sindicatos de la sociedad aragüeña y representantes de los partidos políticos que hacen vida en la Mesa de la Unidad Democrática. Le corresponde coordinarlo, a Luis Carlos Solórzano, un activista de la sociedad civil.

El Frente no es una instancia de partidos, pero tampoco es una instancia anti-partidos, es la confluencia de todos en esta hora difícil de la República, que por encima de legítimos intereses individuales y partidistas, se concitan para defender la constitucionalidad y el ejercicio de la libertad y la democracia, es decir, el pacto social entre los venezolanos, el Estado y el gobierno.

La iniciativa que parte de la Asamblea Nacional, surge del reconocimiento en que la defensa de la Constitución y la Democracia tiene que ser ejercida por todos los venezolanos, porque de lo contrario corremos el riesgo de la perpetuidad del actual gobierno y la incorporación de objetivos políticos que son contrario s al republicanismo venezolano. Pero más allá de eso, de aceptarse una Constituyente en los términos formulados por el señor Maduro, no habrá elecciones ni representación alternativa para la gobernabilidad de la Nación; las Gobernaciones y Alcaldías serán meras figuras decorativas, el derecho al voto y elegir y ser elegidos libremente, será un saludo a la bandera, porque seremos gobernados desde el Estado Comunal, que es un híbrido en el cual, en principio, convive el Estado, monopolizador de la violencia legítima y las Comunas, entendida ésta como una forma de autodestrucción progresiva de los fundamentos del Estado. De modo, que si bien el gobierno propone en su desespero, una Constituyente con fraude a la Constitución y ante un escenario que le es ciertamente adverso, porque la mayoría del pueblo la rechaza, -que no se detiene ante las inmensas protestas populares y la muerte de más de setenta jóvenes que en la calle han salido a defender su futuro, que el país sufre una gravísima crisis económica y social-, en el fondo lo que subyace es el propósito de control de la gente y la instauración de un gobierno donde el ciudadano pierde todos sus derechos, pero igualmente, busca el resguardo de los intereses personales de las figuras más emblemáticas del gobierno, acusados y acosados de una brutal corrupción y el saqueo del patrimonio de la República.

Lo que está en juego es la República, su gobernabilidad, es salvar el país y el rescate de la democracia, por ello no hay tiempo para los cálculos políticos, los intereses individuales ni la comodidad personal. Esta iniciativa, repetimos, que parte del liderazgo de la Asamblea Nacional tiene que ser bienvenida, pues, de lo que se trata es nada más y nada menos que la defensa del Pacto Social contenido en nuestra Constitución, que es el pacto de vida de todos los venezolanos; por ello, el Frente tiene que estar abierto a toda la sociedad civil porque el compromiso es de todos.

Los voceros más calificados del gobierno han manifestado sin rubor alguno, con grosero descaro, que la Constituyente convocada es para aniquilar a la derecha, tambien han dicho que es para acabar con la Asamblea Nacional y para siquitrillar al adversario político, a quien ven como enemigos. Estamos ante una locura colectiva de quienes ejercen el gobierno y ese no puede ser el propósito constitucional de una Constituyente. La convocatoria de una ANC y la redacción del pacto que suscribe la sociedad para convivir política y socialmente, que es la Carta Magna, tiene que celebrarse en un clima de paz y tolerancia, del reconocimiento de los derechos a los demás y no bajo amenazas a los ciudadanos y en un estado de convulsión social.

De modo, que el objetivo del Frente para la Defensa de la Constitución y la Democracia, está fundado en la unidad de todos los venezolanos, con los colores de nuestro tricolor, para defender el republicanismo y nuestro modo de vida democrática. El pueblo debe ejercer sus derechos y el llamado es a rechazar este nuevo garrotazo que nos quiere asestar Maduro y sus siete paniaguados.

La convocatoria, entonces, es para todos y el compromiso es de todos.

Maracay, junio 9 de 2017