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Opinión

Desde el espacio que Trucutú convirtió en caverna -blandiendo su mazo contra todo asomo de civilidad-, se acordó la semana pasada pedir la intervención de las Universidades Nacionales. Los considerandos que pretenden motivar la petición cavernícola, se inician con lo siguiente:

Que el Estado hace esfuerzos extraordinarios para aportarles recursos a estas universidades, paralizadas sin explicación alguna…”

Pero sucede que este “esfuerzo extraordinario” está muy lejos del que se hace para las compras militares. En momentos de graves penurias por la falta de dólares, Maduro anuncia la adquisición de 12 caza-bombarderos Sukhoi 30 que, a $40 millones cada uno, suma cerca de los $500 millones. Al tipo de cambio oficial de 6,30 Bs/$, cubriría íntegro el presupuesto de 2015 de la UCV; a la tasa SIMADI, más que duplica el presupuesto inicialmente formulado para el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología para este año, y a dólar paralelo, la cifra es cuatro veces mayor. Con chocante cinismo la insuficiencia presupuestaria que nuestras máximas Casas de Estudio vienen padeciendo desde hace muchos años es escamoteada por una mayoría oficialista que prioriza la gastadera en armas que no necesitamos, mientras se vanagloria del,

“… esfuerzo extraordinario que hace el Estado venezolano para cumplir con un compromiso sagrado como lo es la educación”.

Desaparecen en este acuerdo las dificultades para reponer equipos y cargos profesorales, mantener la planta física, adquirir insumos de trabajo y reactivos para laboratorios, así como para evitar el deterioro de los servicios estudiantiles y hacia la comunidad, que quebrantan la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje, de investigación y de extensión, que son la razón de ser de estas universidades. Y, como si la situación no fuese suficientemente crítica, el Ministerio de Educación Superior, avalado por un dictamen del Tribunal Supremo de Justicia, las obliga a ingresar un gran número de nuevos estudiantes seleccionados con base a dudosos criterios que, junto a los que entran por méritos académicos, hacen prácticamente imposible atenderlos como se merecen.

El acuerdo prosigue con la represión contra universidades que, ante la caída de los precios del petróleo,

“…deberían aportar todo su conocimiento para la transformación de la sociedad venezolana,

porque ello es

“…producto de la política de los Estados Unidos de Norteamérica para acabar con los países que han desarrollado políticas soberanas y que le impiden dominar el mundo…”

Es decir, la entrega de nuestro país a Cuba, la venta de petróleo venezolano a países centroamericanos y del Caribe a descuento y en condiciones sumamente ventajosas y muchas veces incobrable sino en especie –alimentos, textiles-, la rebaja a la mitad de la deuda que República Dominicana, Jamaica y Uruguay tenían con nosotros, la hipoteca de la producción petrolera a China debido al endeudamiento con ese país, y la sarta de negocios turbios con los dineros de PdVSA que afloran en Andorra, Panamá y EE.UU., son expresión de “políticas soberanas y que le impiden [a EE.UU.] dominar el mundo” (¡!)

Y, sin rubor alguno, señala como razón del “cúmulo de dificultades” por la que atraviesa el país,

“….la guerra económica (¡!), el cerco financiero de los diferentes organismos internacionales que impide que la República Bolivariana de Venezuela pueda obtener préstamos, la vigilancia feroz que establecen los Estados Unidos de Norteamérica sobre el pago de los bonos de la deuda pública, en la búsqueda de que el Estado no pueda pagar para declarar a Venezuela, ‘Estado Insolvente’, y aplicar la misma política que hoy ejercen sobre Argentina.” (¿?)

¡La eterna conspiración contra la “revolución”, tan a flor de labios en los fascistas, para eximirse de toda responsabilidad en el desastre que han provocado en contra del bienestar de los venezolanos! Pero ahora, idioteces como la “guerra económica” se esgrimen para comprometer en este “atentado” a las universidades por desdeñar su deber patriótico de aportar ideas sobre estas sandeces.

El acuerdo pasa después a ofender abiertamente a las universidades autónomas por convertirse en “espacios de decadencia”, cuyos integrantes han secuestrado

“…el ámbito académico y científico, para generar procesos de insubordinación ante la ley, que incluyen, el apoyo a salidas inconstitucionales y violentas en contra del Gobierno democráticamente electo por la mayoría del pueblo venezolano.”

Es decir, la criminalización del justo reclamo salarial y por la dotación presupuestaria adecuada, que sitúa a los universitarios como “golpistas”, agentes de los oprobiosos factores mencionados arriba.

Terminan los considerandos mintiendo sobre una supuesta anuencia de FAPUV[1] en no interrumpir sus actividades, dada su satisfacción (¿?) con la segunda Convención Colectiva Única. Lo cierto es que los trabajadores universitarios padecen hoy los peores niveles de remuneración real de que se tenga memoria, dada la altísima inflación desatada por el obstinado empeño del Ejecutivo en mantener políticas destructivas de la actividad económica. Hoy un profesor universitario, con el ajuste reciente de sueldo que el oficialismo se jacta en ensalzar, gana apenas la octava parte de lo que perciben sus colegas en otros países de América Latina[2]. El sueldo de un docente a dedicación exclusiva y de escalafón Titular -el máximo que se puede percibir-, ni siquiera llega a la mitad del costo de la canasta básica para una familia de cinco que registró Cendas para septiembre.

Pero además, el acuerdo de la caverna ignora adrede las actividades académicas como la investigación y la docencia de postgrado que se siguen realizando. Pero el “extraordinario esfuerzo” (¡!) que el Gobierno hace en materia de educación, no cubre las vacantes profesorales para atender el número inflado de nuevos estudiantes en pregrado, y tampoco remuneraciones a veces inferiores al salario mínimo motiva a los docentes a asumir una sobrecarga de trabajo para –así- sacarle las patas del barro a la irresponsable y demagógica política de ingreso que impuso el Ministerio de Educación Universitario. La FAPUV, atendiendo una invitación del ministro a conversar sobre los reclamos salariales, le hizo una contrapropuesta que, dos semanas después, todavía no ha sido respondida.

Y todo este montaje truculento es para “sugerirle” al Gobierno a que demande a los rectores de estas universidades, “por perjuicio al Estado Venezolano”, que tome medidas ante “el paro ilegal desarrollado” y que realice ”una auditoría a las universidades que están paralizadas (…) que analice el uso de los recursos que el Estado ha entregado para el funcionamiento, mantenimiento y cancelación de sueldos y salarios a personas que no han trabajado”.

En primer lugar, nadie ha llamado a paro. Luego, como todo el mundo sabe, las universidades autónomas son las instituciones más inspeccionadas, auditadas y vueltas a auditar, de todo el sector público. La mayoría oficialista que se ha hecho oídos sordos a la innumerable cantidad de peticiones de diputados demócratas porque se abran investigaciones sobre los sobreprecios denunciados en contratos, procuras y servicios prestados al sector público, sobre los negocios turbios a través de PdVSA –remember Pudreval- y el lavado de millardos de dólares en Andorra-, se “escandaliza” porque los profesores estarían cobrando su miserable sueldo sin estar incorporados al 100% de sus actividades. No puede olvidarse que la cueva también la han transformado en refugio de Alí Babá y que los cavernícolas son duchos en aplicar la lección de Sun Tzu: “la mejor defensa es la ofensiva”.

No otra cosa puede esperarse del fascismo venezolano que un acuerdo como el comentado en estas líneas. Necesita cultivar la ignorancia para que su representación maniquea de la sociedad, construida con base en simbolismos, pueda retratar a sus integrantes de “revolucionarios” dedicados al “pueblo” y exponentes de una “izquierda” moralmente superior, que se enfrenta a una “derecha”, traidora de la patria y empeñada en destruir las “conquistas” que ese pueblo consiguió bajo la iluminada conducción del comandante eterno. Es misión de toda universidad digna de llamarse tal, desmontar esta representación falsa, primitiva, de odio y destrucción, que alimenta las ansias de control fascistas.

Como instituciones comprometidas con la búsqueda de la verdad, las universidades son factores imprescindibles de progreso, de defensa de las libertades y de sostenimiento de los valores de convivencia ciudadana. Pero para el pensamiento troglodita a la universidad no le corresponde preguntarse por el “qué” ni el “por qué” de las cosas, fuente de la indagación científica, sino sólo por el “cómo”, técnico e instrumental, ya que el “qué” y el “por qué” ya fueron decididos y grabados en piedra por el iluminado.

Es el afán de imposición de un pensamiento único que asfixie los señalamientos críticos que le corresponde hacer las universidades ante las injusticias y desaciertos en la conducción del país. Porque de eso trata el pensamiento único, de legitimar el ignominioso régimen de expoliación que ha arruinado a los venezolanos y defender el enriquecimiento de una oligarquía milico-civil que no tolera que sean expuestas sus vagabunderías.

No es de extrañar, entonces, la retaliación de los cavernícolas: la universidad venezolana, autónoma y democrática, siempre estará en sus antípodas y su mera existencia es referencia que expondrá irremisiblemente -por contraste- la podredumbre y bancarrota moral de los que hoy defienden desde el poder uno de los regímenes más primitivos, reaccionarios y represivos de América.

¡Qué vergüenza que una bancada autoproclamada de “izquierda”, asuma la postura de una dictadura al pregonar la intervención de las universidades, en violación de lo dispuesto en el artículo 109 de la Constitución Nacional y desconociendo los invalorables aportes al país que estas Casas de Estudio han realizado en el ejercicio de sus fueros autonómicos! Sólo les falta el grito bárbaro del general franquista, Millán Astray, en la augusta Universidad de Salamanca, de ¡Muera la Inteligencia!

Razón contundente para acudir a votar el 6-D por un cambio que permita sacar a Trucutú con todo y mazo y su tribu de trogloditas, y transformar la caverna en un espacio de discusión, de intercambio de ideas en libertad, animados por los mejores esfuerzos de recuperación y desarrollo de la nación venezolana. La universidad autónoma y democrática será un valioso baluarte en este empeño.

Economista, profesor de la UCV, humgarl@gmail.com

 7 min


La sorprendente declaración de Nicolás Maduro, dada en Barquisimeto el 29 de octubre, demuestra el poco conocimiento que tiene de la manera de ser de la Fuerza Armada Nacional. “Si se diera ese escenario, el triunfo de la oposición, Venezuela entraría en una de las más turbias y conmovedoras etapas de su vida política y nosotros defenderíamos la revolución, no la entregaríamos y la revolución pasaría a una nueva etapa. Si ese escenario ocurriera yo siempre gobernaría con el pueblo, en unión cívico-militar, con la Constitución en la mano defendiendo la independencia de Venezuela”. Sus amenazantes palabras buscan, en medio de un gran deterioro de su imagen y del estruendoso fracaso de su gobierno, debilitar la absoluta convicción que tienen los venezolanos, ratificada por todos los últimos sondeos de opinión, de la segura derrota del oficialismo y del avasallador triunfo de la oposición democrática en las elecciones parlamentarias.

En la primera parte de su declaración mantiene que Venezuela viviría, en caso de ganar la oposición las elecciones parlamentarias, un gran enfrentamiento nacional. En verdad, las elecciones del 6 de diciembre están orientadas exclusivamente a la escogencia del Poder Legislativo. Nicolás Maduro continuará en la presidencia de la República desarrollando las políticas que considere conveniente, sean estas revolucionarias o no. Ese no es el problema. En realidad, la crisis nacional se hará inmanejable, no por el triunfo de la oposición, sino porque se hará evidente, en medio de la tragedia económica y social que vive Venezuela, que más de 80% de nuestro pueblo rechaza el nefasto gobierno de Nicolás Maduro. La Mesa de la Unidad Democrática aspira a que la solución de esta grave crisis sea democrática, pacífica y electoral. Por lo que se observa, esa no es la posición del gobierno nacional y mucho menos de los sectores radicales del chavismo liderados por Diosdado Cabello.

Uno de los aspectos más difíciles de entender en la declaración de Maduro es la que afirma: “Nosotros defenderíamos la revolución, no la entregaríamos y la revolución pasaría a una nueva etapa. Si ese escenario ocurriera yo siempre gobernaría con el pueblo, en unión cívico-militar”… Eso significa, debería explicarlo el propio Maduro, que el régimen chavista, ante la derrota parlamentaria, encabezaría un golpe de Estado para constituir un régimen cívico-militar que permitiera pasar a una nueva etapa de la revolución. Eso es lo que dice. Por esa razón, millones de venezolanos se preguntan: ¿Se prestaría la Fuerza Armada para dar un golpe de Estado y sostener en el poder a un gobierno totalmente desacreditado y deslegitimado? Realmente no lo creo. Es verdad que algunos jefes militares han declarado que la Fuerza Armada es chavista. Esa misma forma de actuar la tuvo la camarilla militar durante la dictadura perezjimenista. El alzamiento del 1° de Enero del 58 demostró el profundo descontento existente en los cuadros militares…

No dudo que Nicolás Maduro y sus asesores entienden que un golpe de Estado difícilmente puede darse para respaldar un gobierno que ha sido derrotado, de manera aplastante, en unas elecciones. En todo caso, lo que podría producirse sería la desobediencia generalizada de importantes cuadros militares ante sus aviesas intenciones. Nuestra Fuerza Armada siempre ha sabido interpretar el sentimiento nacional. Cada vez que una crisis política ha llegado a tal nivel que puede comprometer gravemente la paz social ha intervenido militarmente, con aciertos y errores, con la finalidad de restablecer el orden. En verdad no creo que esa declaración anuncie una intervención militar. Lo inaceptable es que Nicolás Maduro comprometa el honor de la institución armada al utilizar su nombre en esa maniobra política. Lo que busca es desmoralizar a los venezolanos para que no voten masivamente en las elecciones y así evitar el más grave descalabro electoral sufrido por político venezolano en nuestra historia.

En esa misma línea estratégica, de innegable tufo cubano, se encuentran las permanentes declaraciones de Maduro afirmando “que el chavismo ganará las elecciones sea como sea” o la decisión del CNE de no permitir la presencia de una verdadera observación internacional. Reconozco que existen motivos para dudar de la transparencia de los procesos electorales realizados durante el régimen chavista. Sin embargo, soy de los que creen que el fraude no se realiza en el conteo de los votos sino en el descarado ventajismo a favor del oficialismo desde el inicio del proceso hasta el propio día de la votación. De todas maneras, por primera vez la oposición asiste a una elección con una marcada diferencia a su favor. Cada día se hace mayor. La abusiva propaganda electoral no ha dado resultado. Tampoco el control de precios. Mucho menos la amenaza de emplear la Fuerza Armada para desconocer los resultados La respuesta, a todas estas triquiñuelas, es una sola: votar masivamente el 6 de diciembre. Después, defender el resultado…

El Nacional, 8 de noviembre 2015

 3 min


El comentario de la semana

Son tantos los temas que ponen sobre la mesa los personeros del gobierno que no queda otro remedio que coincidir en un lugar común ¡Están provocando!

Uno de ellos y al que somos particularmente sensibles los que nos educamos en democracia es la autonomía universitaria, contra la cual la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional actual, protagonizó una embestida totalitaria con su solicitud de “investigación”, “elevada” al tribunal supremo de la república bolivariana (nunca mejor precisado).

Sin ahondar en consideraciones sobre la forma, y mucho menos sobre la falta de fondo de dicha acción, baste como suficiente señalar que, de haber mediado una intención real de conocer lo que pasa en el medio universitario e inclusive proponer medidas que ayudasen a solventar, o al menos mitigar, las causas del conflicto que mantiene paralizado al sector más importante de la educación superior venezolana, su actitud ha debido ser otra. Una asamblea nacional consciente de su papel habría convocado a las partes y después de oídas, hubiese cumplido con sus obligaciones en la resolución del conflicto (mediar y asignar un presupuesto justo) y recomendado a los otros poderes nacionales asumir sus correspondientes.

Pero como de lo que se trata es de intentar “agitar” a los universitarios y provocar reacciones “convenientes” para la intranquilidad nacional, no asumieron sus responsabilidades, prefiriendo las de buenos patriotas cooperantes.

Olvidaron que sin importar el tema que pongan sobre el tapete, la escasez, la inflación y la inseguridad nos están agitando para que el 6D la única opción sea votar por el cambio de la Asamblea Nacional, como comienzo de una transformación institucional y política que permita la regeneración de la democracia en Venezuela.

8 de noviembre de 2015

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Jesús Elorza G.

Durante el desarrollo de la reunión efectuada en el Comité Olímpico Venezolano, los dirigentes federativos, quedaron sorprendidos al ver que los miembros del Comité Ejecutivo estaban todos ¡¡¡¡Vestidos de blanco!!!!

- Será que se metieron a santeros, decían algunos de los presentes.

- Otros, en forma de jodedera, se preguntaban ¿Chicheros o enfermeros?

El murmullo, cesó cuando el Presidente del C.O.V. intervino para informar, que había convocado a las Federaciones Deportivas, para hacerles entrega de los recursos económicos que les correspondían como cuota-parte del programa de Solidaridad Olímpica. Una a una fue llamando a los representantes del deporte federado para hacerle entrega de un cheque por valor de 300.000 BF. Además, otorgó emolumentos por valor de 50.000 Bs. a los atletas clasificados para los Juegos Olímpicos Río 2016.

Cheque en mano, todos se olvidaron de la pinta en blanco de los anfitriones. Sin embargo, uno de los dirigentes presentes, dado su carácter de contabilista, se le ocurrió comentar en voz alta “No entiendo, sobre qué bases se otorgan estos recursos. Si provienen del Programa de Solidaridad Olímpica, debería ser en dólares y no en bolívares. A menos que, el aporte internacional lo hayan cambiado en el mercado negro o paralelo para luego dárnoslo en bolívares. Si esto fue así, estamos entonces en presencia de un ilícito cambiario”……nuevamente, un murmullo colectivo impregnó la sala.

El Presidente del COV, para salirse de la incómoda situación, siguió con el segundo punto de la agenda: El Festival Olímpico.

-Sé, que todos ustedes están preocupados, por la suspensión de los Juegos Deportivos Nacionales que correspondían a este año….y quiero anunciarles, que en virtud de estarse celebrando este año el 80ª Aniversario de la Fundación del COV, he decidido, realizar un Mega Evento deportivo para conmemorar nuestro aniversario y democráticamente escogí como sede al Estado Anzoátegui, donde a su vez soy Presidente del Instituto de Deporte de esa región. También, para adelantar todo lo concerniente a los rubros de transporte, alojamiento, alimentación, dotación de implementos, reparación y construcción de instalaciones deportivas he designado a uno de mis principales socios que me ha acompañado por siempre en estas lides…..todos en el salón murmuraron que “Con razón lo llaman Doño Bárbaro y a su testaferro Luzardo y no es por lo santo”

Por último, quiero explicarles la razón de nuestra presencia vestidos de blanco. En los próximos tres meses, contados a partir de esta fecha, vamos a desarrollar lo que he llamado “Operación Cloro”. Vamos, al rescate de 24 piscinas en todo el país. Una por cada entidad político- territorial. Como ustedes saben, el cloro para el mantenimiento de esas instalaciones, hoy en día es demasiado costoso. Por lo tanto, en esta operación vamos a subsidiar la compra de este producto durante tres meses. Es decir, las asociaciones no tendrán que pagar ni un centavo para su compra. Gratis por 90 días…..todos los chicheros (perdón, los miembros) del Comité Ejecutivo, se pusieron de pie para aplaudir…..y dieron por terminada la reunión.

- Los comentarios, no se hicieron esperar: En esa operación, con razón el presidente se vistió de blanco….fue para parecerse a Don Limpio….no por lo pulcro de la operación, sino por todo lo contrario: El negocio del cloro, está en manos de un familiar directo. Después de 90 días todas las compras quedarán en sus manos. Los 90 días, es un plazo establecido con toda la intención de ir penetrando a las asociaciones de deportes acuáticos para ponerlas a su servicio y lograr así la tan anhelada intervención de esa federación…..Limpian a los dirigentes que se oponen a la intervención federativa y limpian los bolsillos de los dirigentes regionales al colocar un solo vendedor de cloro que por supuesto, después de los 90 días recuperará su inversión duplicando o triplicando el valor del producto.

Todos, los allí presentes, salieron convencidos que el programa presentado debería llamarse “Operación choro” y no cloro.

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La nota de prensa semanal

Los aragüeños nos topamos con otra inopia arquitectónica en relación con el Teatro de la Opera de Maracay, recientemente reinaugurado.

El régimen no pude tapar el sol que recae, por citar un ejemplo, en un improvisado solar donde las baldosas carecen de un completo acabado. Como toda inauguración populista fue notoria la ausencia de un adecuado trabajo urbanístico, que no tomó en cuenta los jardines y calles particulares adyacentes al teatro.

Lo que observamos en este “nuevo” TOM es la expresión de un oscura puesta en escena, iniciada con una destrucción absoluta y el saqueo del patrimonio artístico de un valor incalculable, que antes habitaba en este patrimonio artístico y civil, de Aragua y del país, bajo la mirada impune de un gobierno corrupto cuyo responsable directo fue un ministro de las finanzas y después gobernador de este estado. Ahora como colofón nos vemos ante un derroche presupuestario con miras a un populista interés electoral.

Por otra parte, esta obra del arquitecto Luis Malaussena, concebida bajo el Art Déco, propio de la modernidad arquitectónica de las primeras décadas del Siglo XX, fue vilmente destruida para luego pasar a una remodelación totalitaria. El más elemental diccionario arquitectónico afirma que una restauración es el conjunto de trabajos que se realizan en un edificio destruido o en ruinas para volverle a su prometido estado. Es notorio que este concepto no se ajustó a nuestro teatro.

La restauración es a una remodelación, lo que la astronomía es a la astrología. Es decir, remodelar es cambiar la concepción original de un bien patrimonial.

El teatro de la Opera de Maracay (Monumento Histórico Nacional, año 1994) es la metáfora del país. Se toma un bien patrimonial que sólo necesitaba algunas reparaciones favorables y se destruye y maquilla, con fines, no culturales, sino ideológicos, como ocurrió en el sector agrícola y en el resto del aparato productivo de Venezuela.

Falta saber el costo final de la “obra”, pues fuentes bien informadas dan cuenta de al menos siete (7) asignaciones de dineros públicos para tal fin, aprobadas por la Asamblea Legislativa del Estado Aragua en los períodos de los dos más recientes gobernadores de la entidad.

06/11/2015

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“Esa mañana enterraron a Sebastián. El padre Pernía, que tanto afecto le profesaba se había puesto la sotana menos zurcida, la de visitar al Obispo, y el manteo y el bonete de las grandes ocasiones. Un entierro no era un acontecimiento inusitado en Ortiz. Por el contrario, ya el tanto arrastrarse de las alpargatas había extinguido definitivamente la hierba del camino que conducía al cementerio….”

Así comienza “Casas Muertas”: la célebre novela de Miguel Otero Silva que narra el lento colapso de Ortiz, un pueblo......

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Luis Ugalde

El deterioro económico-social del país y la ineptitud del gobierno avanzan sin freno hacia el abismo. Los hechos están a la vista de todos: empobrecimiento de los pobres y de la clase media y parálisis de las empresas productivas. El voto de diciembre tiene que ser un grito que reclama el cambio de esta ruta de perdición. Por otra parte cada vez es más evidente que la prisión, maltrato, farsa y condena de Leopoldo López y varias decenas de estudiantes y políticos son reacciones típicas de gobiernos dictatoriales cuando se sienten acorralados y huérfanos de apoyo voluntario.

La insensata inmovilidad gubernamental en sus erradas políticas ha puesto tres graves bombas de tiempo combinadas que, si no se desactivan, harán saltar por los aires a Venezuela: inflación desbocada, desabastecimiento e inseguridad. La vida de todos (chavistas o no) está amenazada, los productos más necesarios no se consiguen y los ingresos no alcanzan para comprarlos. Crece la desesperación y los que apoyaron al gobierno se sienten traicionados por quienes en nombre del socialismo se han hecho multimillonarios. La incapacidad gubernamental busca a quién echar la culpa para convencer a la población de que la revolución va bien y criminalizar a los críticos.

Entre las últimas cosas más grotescas está el uso delincuente desde la altura del poder de la grabación de una conversación telefónica privada entre el destacado economista, ex ministro Ricardo Hausmann y el empresario Lorenzo Mendoza, sobre cómo salir del actual desastre económico, que requiere entre otras cosas un préstamo de decenas de miles de millones por parte de organismos multilaterales especializados, con los correspondientes ajustes. Es sabido que el propio gobierno a escondidas se hace también esta pregunta y varios ex ministros defienden sensatamente que hay necesidad de acudir al Banco Mundial y al Fondo Monetario para proceder a la inevitable cirugía mayor a fin de que no se muera el enfermo grave que es Venezuela. En una “democracia participativa” no hay prohibición de hablar de estas cosas, sino obligación. Además del gobierno, todos deben discutir y buscar soluciones, sobre todo los economistas y los empresarios. Cualquier gobierno sensato, lejos de amenazar, condecoraría a Lorenzo Mendoza, a Hausmann y a otros por participar activamente en esta búsqueda de soluciones en las que todos somos corresponsables.

Los venezolanos (salvo la minoría que se beneficia escandalosamente del desastre nacional) nos preguntamos día y noche ¿cómo desactivar la triple bomba que nos amenaza: inflación, escasez e inseguridad? Esto es lo que nos une a todos, pero el gobierno no hace nada por cambiar y así conspira contra sí mismo; hoy está peor que en enero y mañana estará peor que hoy.

Es imprescindible que de manera clara y rotunda Venezuela manifieste en la próxima elección su decidida voluntad de cambiar este modelo y reencontrar el camino de la esperanza cuya construcción requerirá la unidad, por encima de pequeñeces y personalismos. Este incendio pavoroso amenaza acabar con todo; por eso empresarios, economistas, políticos y los ciudadanos responsables, de uno y otro signo, deben unirse para apagarlo. Es el momento de darle un rotundo no al régimen y a su modo anticonstitucional de uso del Poder Judicial, de la Fuerza Armada y del CNE.

Nadie podrá detener el cambio si vamos a votar con decisión y valor, a decirle a Venezuela y al mundo que queremos transformación y no estamos resignados a tener los primeros lugares mundiales en inseguridad-violencia, inflación, déficit fiscal, escasez de productos de primera necesidad, corrupción...

Por supuesto, no basta el triunfo electoral, hay que obligar al gobierno a reconocerlo y a cambiar. Sería muy trágico y estúpido que por negligencia o cualquier otra razón, los que queremos reformas nos quedáramos en casa, lo que permitiría al gobierno proclamar ante el país y el mundo que Venezuela es feliz y que esta locura empobrecedora tiene el apoyo de la mayoría. No hay soluciones ideales y completas, pero está al alcance de la mano votar el 6 de diciembre y entrar decididamente por la puerta del cambio para empezar cuanto antes la reconstrucción del país con énfasis principal en la superación de la pobreza

El Nacional

Caracas, 5 de noviembre 2015

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