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Opinión

Tener presente lo que fue Pompeyo puede ayudarnos no solo en la actual coyuntura, sino en la reconstrucción del país. El él se dieron varias características: tenacidad en la lucha, énfasis en la unidad de los venezolanos, reconocimiento de errores cometidos y honestidad.

La tenacidad no es una cualidad común entre nosotros. Preferimos las carreras de cien metros a los maratones. Somos muy devotos del facilismo. Aspiramos que esta lucha en contra del totalitarismo nos haya hecho cambiar. Pompeyo nunca se rindió ante la adversidad. La cárcel y la resistencia en la clandestinidad forjaron una personalidad indoblegable en su lucha de lo que él consideró era lo mejor para el país. Esa tenacidad es la que debemos tener no solo para poder salir de los bárbaros, sino para reconstruir a Venezuela.

Tuve la suerte de participar en reuniones semanales organizadas por ese otro gran venezolano que fue Alberto Quirós Corradi, a las cuales Pompeyo era infaltable. En esas reuniones jamás lo escuché descalificar a nadie de la alternativa democrática. Siempre insistía en que todos eran necesarios y que había que aprender a convivir con diferentes puntos de vista. Esta es otra lección de Pompeyo que tenemos que asimilar.

Reconocer errores no es fácil, mucho menos para un hombre público. Un día, al finalizar una de las reuniones mencionadas, me atreví a preguntarle porqué había tardado en percatarse de los horrores que ocurrían en la Unión Soviética. Con naturalidad me contestó “por fanatismo, sencillamente por fanatismo”, y agregó “eso no es nada, cuando fuimos a la China de Mao dijimos esto sí es lo bueno, es lo que hay que hacer”. Agregó, que “apenas Betancourt había asumido la presidencia ya queríamos derrocarlo”. Solo el fanatismo, insistió, puede explicar esos errores que cometí.

Esta enseñanza debemos hacerla nuestra. El fanatismo no conduce a nada. Esos que predican que “comunista no cambia” deben verse en Pompeyo y en otros como Gloria Cuenca, Américo Martín, Antonio García Ponce y Antonio Sánchez García, que reconocieron haberse equivocado y hoy son baluartes de la democracia. También debemos aceptar que muchos quienes durante años apoyaron de buena fe el llamado “proceso revolucionario”, hoy se han alejado del mismo y por lo tanto no es de demócratas marginarlos, sino más bien incorporarlos en una nueva visión del país.

Existe un mito de que todo funcionario, y más si ha sido ministro, es un corrupto que se aprovecha del erario público. Nada más alejado de la verdad y hay miles de ejemplos. Pompeyo es uno de ellos. Fue Ministro de Fronteras y senador. A muchos nos consta que sobrevivía de su limitada jubilación como parlamentario y el apoyo de algunos amigos. Para que en el futuro podamos contar con excelentes funcionarios es necesario tener presente que los corruptos son minoría, o mejor dicho eran minoría, y además aplicar castigo ejemplar a quienes se han aprovechado de los recursos del Estado.

Con respecto a cómo salir de esta dictadura, además de predicar la unidad como requisito necesario, pero no suficiente, Pompeyo siempre repetía que habría una solución inédita. Hemos comprobado que huelgas, votar, no votar, lograr mayoría en la Asamblea Nacional, presión de los países democráticos de América y de Europa, más de 80 días de protestas en las calles con saldo de 79 asesinatos cometidos por guardias nacionales, policías, paramilitares rojos y hasta el reciente fusilamiento de un estudiante por parte de soldados de la Fuerza Aérea, no han logrado desplazar a quienes detentan las armas y controlan el TSJ, CNE, Contraloría y Defensoría del Pueblo.

Pareciera, digo yo, que la solución inédita vendrá, además de la calle y presión internacional, por la implosión desatada por algunos que hasta ahora habían apoyado a la "revolución". La Fiscal Ortega, Nicmer Evans, los diputados Eustoquio Contreras y Ferrer, y los generales Miguel Rodríguez Torres, Alexis López Ramírez y Cliver Alcalá y son ciudadanos con quienes debemos conversar con miras a un gobierno de transición. Otras opciones exclusivas solo anclarán al régimen por más tiempo, aunque su final es inevitable.

Perdimos a un ciudadano ejemplar. Vergüenza deben sentir quienes en los últimos años llegaron incluso a tildar de fascista a Pompeyo, como lo hizo un mequetrefe estudiante del Pedagógico de Caracas a fines de octubre del 2007. Ojalá que ese ciudadano haya recapacitado y enseñe a sus alumnos los principios y valores de Pompeyo Márquez, cuya partida lamentamos profundamente.

Como (había) en botica:

El cobarde fusilamiento del estudiante David Vallenilla por parte del sargento Arlis Cleiwi Méndez Terán, con participación de otros ocho efectivos de la Base Militar de La Carlota, amparados detrás de una reja, indujo a un comunicado de Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano, a solicitar la destitución del general Arturo Táriba Guillen, del teniente coronel José Freitas Gómez y del general Fabio Zavarce Pabón. Además, llamó a todos los militares a desacatar órdenes violatorias de los derechos humanos. El general Reverol intentó justificar el fusilamiento declarando que había un "asedio" a la Base.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


Jesús Elorza G.

Cómodamente estaba instalado Samark López, en una de las lujosas oficinas de su empresa de maletín ubicada en el paraíso fiscal de Barbados, cuando fue interrumpido por su secretaria.

-Lo llama el Jefe Tareck desde Miraflores, es urgente.

Aló, aló…..epale mi pana que se te ofrece.

-Necesito que me hagas un favor.

Ordene Mi Jefe, estoy aquí para servirle. En que puedo ayudarlo.

-Hemos decidido en el alto gobierno apoyar con los insumos necesarios a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción como política central para seguir las orientaciones de nuestro Comandante Supremo Fidel según el cual ¨Si queremos conservar el poder, mantén al pueblo pobre y ocupado buscando que comer´´

-¿Y qué quieres que haga?

Bueno, busca a través de nuestras empresas la compra de 7 millones de cajas o bolsas de comida para posteriormente distribuirlas a precios controlados en los sectores populares.

-Frotándose las manos, como todo negociante inescrupuloso, enseguida pregunto ¿Y cuánto hay pa eso?

Todo el billete del mundo, fue la respuesta de su socio Tareck. Eso sí, al igual que en operaciones que hemos hecho asegúrate que nos quede nuestro ñere-ñere.

-Así será, no es para menos. Manos a los billetes, perdón, a la obra.

Deja la jodedera y ensériate que el negocio es redondo.

Pasado los días, llego la hora de entregar cuentas. Paseando por el Caribe en su lujosísimo yate, Samark con una amplia sonrisa y campaneando un whisky de 50 años, informo a su Jefe sobre los resultados de la compra de los alimentos. En primer lugar, resalto que en toda la cadena de comercialización no deje de cobrar las respectivas comisiones quedando al final una ganancia libre de polvo y paja de !!!206 millones de dólares!!!

-Coño y como hiciste eso. No joda, ni que fueras El Mago Merlín López del siglo XXI y transformaras granos de arroz y caraotas en pepitas de oro como los alquimistas.

Ja ja ja ja ja, reía Samuel, no seré alquimista pero si logre transformar harina, pasta, atún, arroz, leche, aceite, mantequilla, azúcar y mayonesa…..en dólares…en billetes verdes y no son lechugas.

Merlín, dijo jodiendo Tareck, y como hiciste eso….explícame, pero primero sírveme otro palo de ese whisky que está del carajo.

Sencillo mi pana, déjame explicarte. Las operaciones fueron realizadas a través de Pontar mi empresa de maletín. Compramos los insumos a empresas con las cuales tengo muy buenas relaciones para manipular los precios (Golden Foods-Soriana Vlley Foods- GP-DAI-La Moderna). Le cobramos a tu gobierno, mejor dicho al de Nicolás, 42 dólares por cada una de las siete millones de cajas de comida que entregamos a los CLAP, facturando un total de 294 millones de dólares en el proceso.

Pero, el costo de mercado de cada una de esas cajas es de apenas !!!12,44 dólares!!! Lo que significó una !!!ganancia extraordinaria para nosotros de 206 millones de dólares!!!

Carajo, viva la revolución, dame otro palo, que esta vaina si esta buena, dijo Tareck.

Tranquilo, que queda más. Los productos adquiridos inicialmente en México, ya tenían un incremento de 55% frente a los costos que fueron pagados. Los contenedores utilizados para transportar las cajas estaban llenos a la mitad de sus capacidades, pero cobrábamos el flete como si estuviera lleno. Los costos de la compañía de seguros también los aumentamos y la póliza la manejamos por la empresa PYP Intl en Miami que es de uno de mis socios comerciales, finalizo diciendo Merlín López mientras servía otro trago y ordenaba que sirvieran los pasa palos de langosta y caviar.

Nos llenamos, estamos buchones. Sabía que no me ibas a fallar….esta langosta esta buenísima. Apelando a su calculadora comenzó a sacar cuentas y al final grito ¨Nos embolsillamos de un solo coñazo cerca de dos dólares por cada tres que otorgo el gobierno para la importación de alimentos”....Samark, tú y Yo somos los empresarios más arrechos del mundo. Dime ahora, como vamos a lavar esos billuyos.

-No problem con eso. Pagamos a los proveedores a través de la cuenta bancaria de Postar del Safra Bank en Suiza y el Deutsche Bank en New York lo utilizamos para transferir los pagos en denominación de dólares.

Alzando sus copas Tareck y Samuel brindaron por la transparencia revolucionaria de sus negocios……Las bolsas Clap no son de comida son de billetes….Salud.

 3 min


​José E. Rodríguez Rojas

El dólar paralelo tuvo poca importancia en el año 2014 y en el periodo previo al mismo. Las políticas económicas del régimen madurista han incentivado su crecimiento hasta convertirlo en un elemento clave del régimen cambiario y del entorno económico. En consecuencia, cuando el gobierno dice que mantiene una guerra con el dólar negro y que lo derrotará, en realidad se trata de un boxeo de sombras pues está peleando con una criatura a la cual engendró y amamantó hasta convertirla en el fenómeno que es hoy en día

El gobierno estuvo durante un tiempo restándole importancia al dólar paralelo y su influencia en la economía. Ciertamente, durante el reciente periodo de ingresos extraordinarios del petróleo, el paralelo tuvo una relevancia menor que se reflejaba en el hecho de que las importaciones realizadas con el mismo eran de poca significación. En consecuencia, las presiones sobre este mercado eran bajas, lo cual determinó que el valor del mismo estuviera contenido al menos hasta el año 2014. Un periodista de CNN Dinero comentó en un programa reciente que los periodistas que monitorearon las protestas del año 2014 se sorprendían pues a pesar del clima de tensión política que existía, el dólar del mercado negro se mantenía en 90 bolívares. Ello fue posible porque la capacidad de intervención del gobierno en el mercado era elevada pues sus ingresos lo posibilitaban. El barril de petróleo venezolano se mantenía en un precio de 90 dólares y los mercados internacionales estaban abiertos a las emisiones de bonos de deuda que hacían, tanto PDVSA como los otros organismo públicos, por lo que el ingreso de dólares por concepto de deuda era elevado también.

Sin embargo, la situación cambió en los años posteriores al 2014 en la medida que los precios del petróleo colapsaron, primero por la estrategia de los árabes sauditas de saturar el mercado para derrotar al sistema fracking de los Estados Unidos, y luego por el exceso de petróleo en el mercado internacional debido a los avances tecnológicos y la ralentización de la demanda. Esta situación hizo aflorar la crítica situación de PDVSA y los problemas de flujo de caja de la empresa que limitaban su capacidad de pagar los compromisos de deuda y su aporte al fisco nacional (Ver Rodríguez Rojas, J.E. La agonía de PDVSA. Dígalo Ahí, n° 11,abril 29, 2017 ). Ello llevó al gobierno y a la empresa a una situación de bancarrota que restringió fuertemente las importaciones y la capacidad de intervención del gobierno en el suministro de dólares a los importadores privados, a través de los distintos sistemas que se implementaron para el otorgamiento de dólares preferenciales a estos.

Una investigación de la consultora Ecoanalítica revela que entre mayo del 2016 e igual mes del 2017, las asignaciones de dólares a los importadores privados cayeron 54%. En este entorno, el dólar paralelo ha venido incrementando su importancia pues ante la carencia de dólares oficiales, los importadores se han visto obligados a recurrir al mismo. Adicionalmente a ello y con el fin de reducir el desabastecimiento, el gobierno optó por permitir la importación de alimentos esenciales y medicinas a dólar libre, y su venta a precios sustantivamente elevados inaccesibles para la mayoría de la población y en especial para los más pobres que han sido el target político del régimen. Ello ha permitido reducir el desabastecimiento a costa de elevar la presión sobre el dólar libre y los precios. La política señalada ha aumentado la importancia de las importaciones hechas con el dólar negro, según la investigación de Ecoanalítica, 42,7% de las importaciones del sector privado hechas durante el primer trimestre de este año han sido realizadas con el dólar libre. En consecuencia, ya no se trata de importaciones de escasa importancia en el conjunto.

La mayor importancia del dólar libre se ha acentuado también por el hecho de que después del 2014 la inflación se ha disparado, ante ello los tenedores de bolívares tienden a posicionarse en dólares a fin de proteger su patrimonio. Adicionalmente a ello, la política del Banco Central de financiar el excesivo gasto del gobierno recurriendo a la maquinita de imprimir bolívares, ha impulsado la liquidez (es decir el dinero en manos del público). Esta elevada cantidad de dinero al salir a la calle y no encontrar mercancías que adquirir, se canaliza hacia el dólar potenciando su valor (Rodríguez Rojas, J.E. Bancarrota gubernamental y dólar paralelo. Dígalo Ahí, n° 6, junio 21, 2017).

Los factores señalados han incrementado la presión sobre el paralelo el cual desde el año 2014 ha venido progresivamente incrementando su valor, hasta llegar a superar los 4000 bolívares en los primeros meses de este año. Ante esta alza del paralelo, el gobierno creó recientemente expectativas de que dicha situación cambiaria y que con el nuevo sistema de asignación de divisas llamado DICOM se derrotaría al dólar negro. Sin embargo, dichas expectativas se vieron frustradas pues en las primeras operaciones del DICOM el volumen de dólares transados diariamente fue inferior al del sistema precedente. Se acentuó la idea en los demandantes de dólares que el gobierno en bancarrota no tenía la capacidad de intervenir en el mercado. En consecuencia los importadores privados se volcaron hacia el paralelo acentuando su espiral de ascenso y llevándolo por encima de la cota de 8000 bolívares.

Como hemos visto el crecimiento de la importancia del dólar paralelo y de su valor es consecuencia de la misma política gubernamental, al generar mayor liquidez y mayor inflación por un lado, y por otro, al mermar las asignaciones de dólares al sector privado y tratar de reducir el desabastecimiento incentivando a los importadores privados a recurrir al dólar negro. El dólar paralelo no sube como consecuencia de una guerra económica auspiciada por enemigos del gobierno a los cuales se debe derrotar, sino que se ha disparado como un efecto colateral de la misma política gubernamental. Mientras estas políticas se mantengan, la danza ascendente del dólar negro continuará sin parar y es difícil prever hasta dónde llegará.

Nota: la información sobre la investigación de la consultora Ecoanalítica fue tomada de: El Nacional. “Mercado paralelo cubrió 42,7% de las importaciones privadas entre enero y marzo”. El Nacional, 18 junio, p. 4, 2017.

Profesor UCV

Josenri2@gmail.com

 5 min


¿Qué es una mafia? Mis conocimientos al respecto no pasan de lo observado en películas y series televisivas, pero creo que dan para la siguiente explicación.

Una mafia es una organización criminal de estructura piramidal, dominada por un capo o jefe a quien todos profesan lealtad. Ésta se plasma en un código de honor que compromete a los miembros a no traicionar jamás los intereses de la organización y a obedecer los dictados del capo, manteniendo todo a resguardo de extraños (Omerta). La mafia articula su operatividad en torno a esta lealtad. Para ello el capo cultiva un espíritu de cuerpo o de familia, transando favores o apoyos a cambio de obsecuencia con sus designios: se entra a la mafia en deuda con el capo. El poder de éste depende de su capacidad de invocar este compromiso para ejecutar acciones que lo benefician. El halago y el chantaje -con amenaza velada- es instrumental para estos propósitos. A sus huestes las mantiene contentas con la participación en el fruto o botín de sus actividades delictivas: fraudes; estafas; dinero de “protección” y de otras formas de extorsión; redes de prostitución; contrabando; y -tardíamente en la historia de estas organizaciones- del tráfico de drogas. La violencia o la amenaza de ella, es un instrumento muy “persuasivo” para asegurar el cumplimiento de tales exacciones. De ahí la importancia protagónica de “los muchachos” (the boys) -malandrines y sicarios a quienes el capo apadrina y cubre bajo su ala protectora- en procurar los “ingresos de caja”. Pero el botín debe compartirse también con políticos, policías y jueces corruptos, para asegurar la impunidad de sus acciones.

En torno a la heterogénea variedad de actividades explotadas se articulan distintas organizaciones mafiosas, cada una con su capo, que compiten entre sí por “territorios de caza”. Estas rivalidades, cuando son entre organizaciones de similar tamaño o poder, suelen administrarse con pactos de no agresión, sujetos al respeto de los cotos de caza de cada una. Pero si cambia la correlación de fuerzas -o existe la percepción de ello por parte de algún capo- se desatan “guerras” para redefinir el statu quo a favor de quien muestre tener mayor fuerza. La mafia, en su conjunto, puede verse como una especie de confederación de agrupaciones sujetas a votos de lealtad que deben actualizarse permanentemente con sobornos y/o amenazas para asegurar la unidad de propósitos de cada una y mantener los modos vivendi entre ellas. Quién traiciona su compromiso es eliminado. Parafraseando a Mussolini (o a Fidel), “dentro de la mafia, todo, fuera de la mafia, nada”[1]. Pero, tarde o temprano las lealtades mudan. De ahí los reacomodos y feudos entre agrupaciones que rivalizan entre sí, con saldos sangrientos.

En la medida en que se ha ido descomponiendo el estado venezolano, más su forma y su conducta se asemejan a la de una organización mafiosa. Encontró entrada con la exigencia de lealtad al proceso por encima del cumplimiento de los deberes como requisito para ocupar cargos públicos. Luego, la creciente opacidad y la no rendición de cuentas fue abriendo espacios para prácticas que colidían con este deber ser normativo. Al aumentar las medidas de intervención y de control de la economía, y al asignarse los recursos del rico estado petrolero a discreción del presidente, aparecieron inusitadas oportunidades de lucro que, en ese contexto de anomia e impunidad creciente, auspició la emergencia de complicidades entre “revolucionarios” atrincherados en los nodos decisorios del estado para sacarles provecho. Al amparo de la prédica socialista, se fue destruyendo el Estado de Derecho “burgués” para acomodar las prácticas delictivas que se fueron desarrollando, en torno a los cuales se forjaron lealtades a cambio de participación: “póngame donde haiga”. Por esta puerta entró también la gerontocracia cubana, mentora ideológica de este desastre, para apropiarse de suculentas tajadas a cambio de asesoría en represión y seguridad de estado. El socialismo de precios y tipo de cambio controlados, de leyes punitivas, confiscaciones arbitrarias “en defensa del pueblo” y de controles de fronteras ante la “guerra económica”, resultó ser la excusa perfecta para actividades delictivas muy lucrativas: sobrefacturación de importaciones y empresas de maletín para ponerse en los dólares a Bs. 10; “contrabando de extracción” de gasolina y de productos regulados; monopolización de importaciones de alimentos y medicinas con escandalosos sobreprecios; contrataciones y otras negociaciones turbias de PdVSA; concesiones mineras en la sombra; apoyo a la guerrilla colombiana (narcotráfico); etc., etc. Hoy estas fortunas salen a la luz por los escándalos ventilados en relación con bancos anglo-suizos (HSBC), de Andorra, España, República Dominicana, Panamá, USA y, ahora, Portugal (Banco Espirito Santo).

El discurso socialista permitió a la mafia apoderarse progresivamente del aparato estatal. Quebró sus líneas de mando y de rendición de cuentas al superior vulnerándolas y entrecruzándolas con lealtades de grupo para conformar mafias sectorizadas. Éstas fueron fagocitando “cotos de caza” que, a veces, creaba conflictos entre ellas. La enorme renta que captó el estado hasta finales de 2014 por la venta internacional de crudo, así como el liderazgo carismático de Hugo Chávez, disolvieron muchos de estos conflictos -porque había real para todos. Cuando no, se dirimían con denuncias de corrupción que sacaban del juego al menos “enchufado”.

Ahora, con un ignorante inepto a la cabeza del estado, la economía colapsada, PdVSA destruida y los ingresos petroleros a menos de la mitad de cuando los años de bonanza, las mafias están desesperadas porque los negocios se le “achicaron”, su base política tambalea y cada vez están más al descubierto: el hambre, la falta de medicinas y el colapso de los servicios acusan su acción saqueadora. El discurso socialista tampoco los ampara ya, pues rato hace que perdió su encanto salvo para la secta de fanáticos que construyó Maduro con sus campañas de odio. El país como un todo clama ahora porque se vayan.

La rectificación de políticas ante este desastre no es solución -para ellos- pues implica entregar la fuente de sus fortunas. ¿En qué otras circunstancias habrían podido disfrutar de una situación como la de ahora? Ante la presión de la calle, de la opinión pública internacional y, ahora, de chavistas enfrentados a sus prácticas delictivas, la única respuesta que ven estas mafias es llevarse por delante lo que queda del Estado de Derecho y, con ello, a las instituciones republicanas construidas con tanto esfuerzo. Y como en las películas, y con procedimientos similares, han logrado la complicidad de tribunales hasta el más alto nivel para asegurar su impunidad y el apoyo “legal” a su ofensiva contra el orden constitucional.

La constitución, tantas veces violada en función de los intereses de estas mafias. con la anuencia de un tsj abyecto, sigue siendo una camisa de fuerza que limita sus apetencias. De ahí el intento desesperado por abolir sus reglas de juego convocando a una Asamblea Nacional Disolvente; de ninguna manera constituyente porque propone disolver, no constituir, la República. La insólita insistencia en tal Asamblea, en contra de la voluntad de la gran mayoría de venezolanos, revela que no tienen para dónde coger, ni son capaces de ponerse de acuerdo entre sí para una salida política. Sólo les queda sus “boys”: los miembros más enfermos de las fuerzas represivas -sicarios y malandrines- a quienes ofrecen como recompensa a su “heroico” aplastamiento de los derechos humanos incluirlos en las listas para próximas entregas de carro y vivienda, y garantizarles el suministro de cajas CLAPs. Es su parte del botín.

El estado delincuente que ha resultado de la colonización del aparato público por mafias cívico-militares bajo el amparo de discursos “revolucionarios”, ha declarado la guerra a los venezolanos. Maduro lo acaba de confirmar hoy, en un mitin en el Poliedro colmado a juro con empleados públicos a quienes se les dio el día libre: “lo que no se pudo con los votos, lo haríamos con las armas” (¡!). El bienestar, la libertad, la justicia y la seguridad personal de los venezolanos es incompatible con la permanencia de estas mafias en el poder. La responsabilidad de defender la constitución y sacarlos nos ataña a todos: chavistas que creen en la democracia y opositores, también demócratas. Ya no hay vuelta atrás.

[1] Benito Mussolini, “todo dentro del Estado, nada contra el Estado”; Fidel Castro, “dentro de la Revolución todo, contra la Revolución, nada”

Economista, profesor de la UCV

humgarl@gmail.com

 6 min


Jorge Lazo Cividane

En su acepción moderna, un golpe de Estado es la remoción forzada de un gobernante por un insider (1). En el pasado, sin embargo, representaba una medida de fuerza que el rey, como soberano, utilizaba en circunstancias excepcionales como último recurso para garantizar la preservación del Estado y el bienestar de la nación, generalmente contra maniobras de ministros y cortesanos o amenazas externas. Se trataba de una práctica política, no de una ruptura. Así fue hasta que el avance progresivo de las instituciones democráticas y la introducción de constituciones escritas dió lugar a un uso peyorativo, injurioso e incriminatorio del término (2).

Hay tres factores que caracterizan y diferencian los golpes de Estado de otros tipos de conflictos internos, como las guerras civiles y las revoluciones: el origen (al interior del Estado), la duración (usualmente horas) y sus objetivos (limitados al remplazo del gobierno, sin alterar en lo sustancial la estructura social). Todo estudio comprehensivo del fenómeno, por su parte, aborda cinco áreas consideradas como fundamentales: 1) las motivaciones de quienes se involucran en la acción, 2) la estructura de oportunidad política en la que se realiza, 3) los medios empleados, 4) el nivel de violencia utilizado; y 5) los planes y políticas que se pretenden aplicar una vez tomado el poder (3).

¿Por qué se producen?

Dejando de lado la poderosa influencia que ejerció la Guerra Fría, las causas de los golpes son, en general, endógenas e idiosincráticas. La literatura especializada identifica, sin embargo, una serie de factores que incrementan la posibilidad de que se produzca un golpe, aunque no existen determinantes que hagan posible preverlos (4).

Países pobres, desiguales, altamente dependientes de la exportación de recursos naturales y con rivalidades étnicas se encuentran más expuestos. Al igual que regímenes híbridos y democracias disfuncionales con gobiernos corruptos, ineficientes y considerados ilegítimos. Por el contrario, las democracias liberales (en virtud del efectivo funcionamiento de las instituciones y de la vigencia del estado de derecho) y los regímenes muy autoritarios (en virtud de su capacidad represiva y de control) crean un problema de acción colectiva que hace bastante difícil o insostenible las conspiraciones. Por ello, ambos son mucho menos proclives a sufrirlos. Se considera, además, que los sistemas parlamentarios (mucho más flexibles ante las crisis) corren menos riesgos que los sistemas presidenciales. Por último, muchos golpes se atribuyen al impacto que tiene sobre las FF.AA los excesivos niveles de polarización y violencia interna o las amenazas que a sus intereses corporativos pueden representar la disminución de su presupuesto, la creación de fuerzas militares rivales o paralelas, la politización de las promociones, entre otros (5).

Los golpes presentan, además, diversas orientaciones ideológicas. Los hay nacionalistas, conservadores, progresista y hasta de filiación religiosa. Una de las tipologías clásicas (6), enfocada en el propósito de la intervención militar, identifica tres tipos de golpes: 1) los que reforman (muy violentos, encabezados por oficiales de rango medio y bajo, que buscan extender la participación e inclusión de sectores marginados), 2) los que vetan (igualmente muy violentos, encabezados por oficiales de alto rango para prevenir la implementación de políticas radicales y/o la extensión de la participación política a sectores excluidos) y 3) los que arbitran (con bajos niveles de violencia, encabezados por oficiales de alto rango y dirigidos a restaurar el orden o desplazar gobiernos corruptos e incompetentes).

¿Cuándo tienen éxito?

El éxito de un golpe depende, en general, de la cooperación o aquiescencia de las FF.AA, el apoyo activo o pasivo de sectores sociales y al menos la indiferencia o no oposición activa de actores externos influyentes. Desde el punto de vista táctico, el timing, la secuencia y la contundencia de su ejecución son factores críticos en el resultado. El golpe es, por definición, un acto ofensivo. Vacilar, en consecuencia, conduce indefectiblemente a la derrota. Las delaciones, fallas en la comunicación, incumplimiento de los tiempos previstos en el logro de los objetivos, mala lectura del apoyo al golpe, entre muchas otras, son también causas frecuentes de fracaso.

Luego hay otros factores a considerar. Las conspiraciones dirigidas por oficiales de alta graduación, en general, incrementan las posibilidades de éxito (mayor capacidad de movilizar recursos y manipulación de expectativas) y suelen ser menos cruentas. Asimismo, el resultado de golpes recientes modela las percepciones y las actitudes al interior de la institución militar, particularmente si se trata de fracasos. El impacto de la intervención de civiles, por su parte, parece limitado. Las movilizaciones logran influir en el resultado cuando las masas apoyan el intento de golpe o en el contexto de divisiones internas en las FF.AA, pero carecen de capacidad para oponerse o confrontarlo en circunstancias opuestas (7).

No obstante, a pesar de la importancia de todo lo mencionado, la actitud de los oficiales frente al desarrollo del golpe constituye quizás el aspecto decisivo en la suerte del mismo. Los militares no actúan necesariamente con base en sus inclinaciones políticas o en respuesta a la legitimidad (o no) que atribuyan a la insurrección. Por el contrario, muchas veces lo hacen con base en sus expectativas sobre el desenlace del levantamiento. Todos se interrogan sobre cuál bando recibirá el apoyo del resto de los componentes y, eventualmente, cómo evitar violencia innecesaria. Nadie quiere, desde luego, estar en el lado que resulte derrotado. Los costos pueden ser muy altos (perdida de la libertad, la carrera profesional o la vida). Por ello, dado que muchas unidades esperan el desarrollo del golpe antes de tomar partido, sólo una acción determinada, unitaria y súbita persuadirá al resto de plegarse. Para los líderes de la insurrección lo crítico es, por lo tanto, inducir en el resto la idea de que golpe es un fait accompli. Y producir, de ese modo, apoyo activo o tácito. El poder de fuego, en consecuencia, no es suficiente para la victoria. Más que el uso de la violencia, lo esencial es que la amenaza sea creíble, sobre todo al comienzo de las operaciones. Los golpes, en lo esencial, se basan en el engaño y el manejo psicológico del momento (8).

¿Pueden los golpes conducir a transiciones democráticas?

Los golpes de Estado son la primera causa de ruptura democrática. Y merecen una enérgica condena cuando tienen lugar en países cuyos gobiernos: a) han sido electos en elecciones libres, inclusivas y transparentes y b) se conducen respetando el Estado de derecho y la Constitución. Pero en regímenes autoritarios o totalitarios pueden ser la única alternativa de cambio político (9). Hay, de hecho, cuatro formas clásicas por las que un dictador deja de serlo: la acción de una fuerza externa (invasión), causas naturales (muere), medios no convencionales (golpes) y revueltas populares. Las invasiones han demostrado ser costosas e ineficientes como método de democratizar países. La muerte del dictador en el poder, por su parte, ofrece pocas perspectivas de cambio, salvo en aquellas dictaduras de corte fuertemente personalista, sin bases institucionales en las que sustentarse la prolongación del régimen (10). Y aunque las revueltas populares son muy promisorias en cuanto a las perspectivas de democratización (80% cuando lograr derribar la dictadura), apenas representan un 10% de los casos. Por el contrario, los golpes de Estado constituyen la primera causa de la caída de dictaduras. Entre 1946 y 2008, dos tercios de los líderes autoritarios que perdieron el poder fueron removidos por esa vía (11).

Hay estudios (12) que sostienen que, desde el final de la Guerra Fría, los golpes de Estado tienen un efecto positivo en las transiciones democráticas de regímenes autoritarios, aunque otros autores afirman que los resultados son más bien mixtos (13). Para Thyne y Powel (2016), por ejemplo, los golpes representan una “ventana de oportunidades”. Es decir, un evento que crea una coyuntura en la que, mediante presión interna y externa, es posible promover reformas que conduzcan a una transición democrática. Reformas que, sin el contexto de cambio producido por el golpe, serían ilusorias o improbables. El golpe funciona, en este caso, como un factor de dislocación de los cimientos del régimen autoritario y crea un espacio en el que las presiones que se ejercen sobre las nuevas autoridades podrían orientar sus decisiones hacia la aceptación de elecciones competitivas en corto plazo.

Desde esta perspectiva, los golpes militares “democráticos” se caracterizarían por siete atributos: 1) el golpe se realiza contra un régimen autoritario o totalitario, 2) las FF.AA reaccionan ante una oposición popular y persistente en contra del régimen autoritario, 3) el régimen autoritario o totalitario se niega a dimitir ante la demanda popular, 4) las FF.AA gozan de prestigio en el país, 5) el golpe se realiza para deponer al régimen, 6) las FF.AA facilitan la realización de elecciones libres y transparentes en un corto plazo y 7) el golpe termina con la exitosa transferencia de poder al gobierno legítimamente electo. Todo el proceso, obviamente, modelado por las preferencias del sector militar en el poder, frecuentemente a través de la adopción de una nueva constitución que refleja las mismas (14).

Lamentablemente, sobre este asunto hay mucha controversia, pero falta investigación. En particular, me parece, análisis histórico-comparativos que examinen con mayor detalle las dinámicas que producen fracturas al interior de la coalición autoritaria y que identifiquen procesos causales en trayectorias antagónicas (continuidad régimen autoritario – transición democrática). En una dictadura no hay otro árbitro que la violencia o la amenaza de su uso. Por ello, la centralidad del papel que juegan las FF.AA en el proceso de cambio, sea a través de la acción directa (golpe) o la disuasión (un elemento, por cierto, ausente o soslayado en muchas investigaciones sobre el tema). Tal vez un día, a la luz de nuevos análisis, nos veamos en la obligación de abandonar el relativismo (“golpes buenos”, “golpes malos”) y la negación (“todos los golpes son malos”). Y debamos, entonces, admitir con circunspección y mesura que, en circunstancias bien determinadas (regímenes autoritarios o totalitarios), hay algunos golpes que simplemente son “necesarios”.

Notas:

1. Svolik, Milan W. (2012). The Politics of Authoritarian Rule. Cambridge: Cambridge University Press. p. 2.

2. Véase, Harovel, J.-L (2007) “Des coups d’État sous l´ancien régime?” y Laquieze, A. (2007) “Le coup d’État sous la révolution française”. En Boutin, C. y Rouvillois, F. Le coup d’État : recours a la force ou dernier mot du politique? Paris: Guibert. También, Naude, G. (1667). Considérations politiques sur les coups d’État. Amsterdam: D. Elzevier.

3. Ferguson, G. (1987). Coup d’Etat. A Practical Manual. New York, NY: Sterling Pub.. p. 12.

4. Singh, N. (2014). Seizing Power: The Strategic Logic of Military Coups. Baltimore: Johns Hopkins University Press; Hiroi, T. y Omori, S. (2013) “Causes and Triggers of Coups d’État: An Event History Analysis”. Politics and Policy. Vol. 41, 1 pp. 39–64; Farcau, B. (1994). The coup: Tactics in the Seizure of Power. Westport, Connecticut: Praeger.

5. Frantz, E. y Ezrow, N. M. (2011). The Politics of Dictatorship: Institutions and Outcomes in Authoritarian Regimes. Boulder, Colorado: Lynne Rienner Publishers, p. 103.

6. Huntington, S (1968). Political Order in Changing Societies. New Haven: Yale University Press. p. 223.

7. Singh, p. 38.

8. Perkins, I. (2013) Vanishing Coup: The Pattern of World History since 1310. Lanham: Rowman & Littlefield, p. 74; Singh, p.22-23.

9. Collier, P. (2009, January 15) “A coup for democracy”. The Guardian. Disponible en línea: https://www.theguardian.com/commentisfree/2009/jan/15/africa-regimes-gha.... Collier, P. (2009, March 4). “In praise of the coup. Military takeovers can be a good thing for African democracy”. New Humanist. Disponible en línea: https://newhumanist.org.uk/articles/1997/in-praise-of-the-coup

10. Kendall-Taylor, A. y Frantz, E. (2014) “How Autocracies Fall”. The Washington Quarterly. Vol. 37, 1 pp. 35–47.

11. Svolik, p. 116.

12. Thyne, C. L. y Powell. J. M. (2016) “Coup d’État or Coup d’Autocracy? How Coups Impact Democratization, 1950–2008”. Foreign Policy Analysis. Vol. 12, 2. pp. 192–213; Marinov, N. y Goemans, H. (2014). “Coups and Democracy”. British Journal of Political Science. Vol. 44, 4. pp.799-825; Varol, O. (2012). “The Democratic Coup d’E´tat”. Harvard International Law Journal. Vol. 53, 2. pp. 292-356.

13. Véase, Derpanopoulos, G; Frantz, E.; Geddes, B. y Wright, J. (2016). “Are coups good for democracy?” Research and Politics. January-March, pp. 1-7; la respuesta de Miller, M. K. (2016). “Reanalysis: Are coups good for democracy?” Research and Politics. October-December, pp.1–5; y Derpanopoulos, G; Frantz, E.; Geddes, B. y Wright, J. (2017). “Are coups good for democracy? A response to Miller (2016)” Research and Politics. April-June, pp. 1-4.

Profesor de Política en las Universidades de Otawa y de Montreal.

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Rubén Darío Carrero

Desde hace meses la sociedad civil organizada de Maracay, reunida en comunidad, parroquia por parroquia, logró articular hasta 6 protestas pacíficas en diferentes sectores de la ciudad en un sólo día. Asambleas, pancartazos, plantón y visitas casa por casa en barrios y urbanizaciones.

Se creó una fuerza política civil que poco a poco lograría imponerse en las calles; pero anoche, el saqueo y el robo destruyó la ciudad y hoy las calles amanecen tomadas por la GNB, la policía y el miedo. Los vecinos no quieren salir de sus casas a las reuniones y a las acciones de calle pautadas para hoy.

Ahora es como si tuviéramos que comenzar de cero.

La desobediencia civil no es saqueo ni robo, la desobediencia civil es espíritu y razón en la lucha, comunidad, encuentro, civilidad; la desobediencia civil, debemos aprenderlo de una vez por todas, es un acto de conciencia frente a la delincuencia y el autoritarismo que hoy nos "gobierna", nos somete, nos humilla. Lo que ocurrió ayer, en este momento, en esta coyuntura, a menos de un mes de que se lleve a cabo el fraude electoral constituyente y se imponga el Estado comunal y la colectivización de nuestras vidas, sólo beneficia al "gobierno" y su proyecto totalitario.

También debemos decir que la empresa privada es una de las pocas instituciones civiles que nos van quedando, que el venezolano respeta y ahora más que nunca necesita. El saqueo y el robo no hacen más que contribuir a su desaparición y con ella a la desaparición del comercio y la sociedad.

Debemos impedir la desaparición del comercio que constituye parte fundamental de nuestra vida civil. Si el saqueo se impone acabará con los negocios y será más fácil imponer el trueque y el Estado comunal de los comisarios perseguidores.

El propósito de los ciudadanos es refundar un Estado, una ciudad y un país donde la violencia no exista; esto no lo lograremos practicando la violencia.

Nuestras únicas armas deben ser la presencia en las calles, la civilidad, el espíritu y el valor, frente al saqueo, el robo, la muerte y la destrucción. Volvamos a encontrarnos en las calles pacíficamente. La presencia pacífica de los ciudadanos en las calles es el acto más violento frente al poder de la tiranía.

Profesor Facultad de Agronomía. UCV.

@vuelapalabra

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Jairo García Méndez

Nuestra Acta de Independencia comienza invocando “el libre uso” de nuestra soberanía” para enfrentar “una nueva dinastía constituida sin nuestro consentimiento”, en un primer trazo formal y fundacional del derecho a la rebelión frente a las autoridades ilegítimas.

Y recogiendo la mejor tradición republicana y las formulaciones del derecho a la rebelión de los pueblos desde la Carta Magna de 1215 de los ingleses y las enseñanzas de Tomás de Aquino, así como los iluminadores aportes de la deslumbrante filosofía política del s. XVIII, en el artículo 191 de la Constitución de 1811, con manifiesta impronta de Juan Germán Roscio, consagra que “El mejor de todos los Gobiernos será el que fuere más propio para producir la mayor suma de bien y de felicidad”. Para luego consagrar que “...cuantas veces se reconociere que un gobierno es incapaz de llenar estos objetivos o que fuere contrario a ellos, la mayoría de la nación, tiene indubitablemente el derecho inajenable, e imprescriptible de abolirlo, cambiarlo o reformarlo de modo que juzgue más propio para procurar el bien público

Ciento ochenta y ochos años después, la Constitución de 1999, siguiendo la línea trazada en nuestra Acta de Independencia, consagra en su artículo 350 lo siguiente: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.

Un artículo que actualiza y sintetiza, con impecable técnica constitucional, para el siglo XXI, el derecho a la rebelión de los pueblos, ya consagrado en el 191 de nuestra Constitución de 1811.

¿Qué NO dice el 350?

1. No expresa que el desconocimiento del régimen debe ser violento, en principio. El desconocimiento debe respetar los valores democráticos y los que inspiran los derechos humanos, cuya violación le da sustento a la rebelión. La aceptación del otro (del otro diferente, sobre todo) y el respeto a la dignidad humana, entre otros valores fundamentales, debe guiar este desconocimiento o lucha por la libertad.

2. No autoriza a generar caos y daños contra la propiedad pública o privada, pues de lo contrario se estarían violando los valores que busca restablecer.

3. No autoriza a dañar la vida de quienes se adversa, pues la rebelión ciudadana no se basa en la lógica del amigo-enemigo, propia de la guerra fratricida. Hay excepción de la legítima defensa, para lo cual los principios constitucionales autorizan el uso proporcionado de la fuerza.

4. No autoriza a desconocer las normas constitucionales y legales, básicas para la convivencia y respeto mutuo entre iguales. El desconocimiento es la ruptura del vínculo jurídico con el régimen, autoridad o legislación que contraríe la democracia y los derechos humanos, no con las normas y autoridades que la protejan.

5. No suspende la vigencia de la Constitución, tratados internacionales y la legislación acorde con la democracia y respeto de los derechos humanos.

¿Qué contiene y dice el 350?

1. Reconoce el derecho a la rebelión del pueblo venezolano, un derecho que forma parte del elenco de los derechos humanos, es decir, una conquista de la civilización, que debe ser ejercido para conquistar más civilización. El concepto de pueblo contenido en este artículo, está referido al cuerpo electoral o político, es decir, a la mayoría de quienes son titulares del derecho a participar en los asuntos públicos. Formalmente, en Venezuela, el pueblo está conformado por 19 millones 260 mil 775 electores inscritos en el Registro Electoral (2015).

2. Invoca la tradición republicana del pueblo venezolano, que es su fundamentación filosófica, política e histórica. La tradición republicana, como idea, nace en las discusiones que se dieron en los albores de la Universidad de Caracas, fundada en 1725, es decir, la tradición republicana es anterior al nacimiento de la idea de Venezuela, que tiene su inicio en 1777 con la creación de la Capitanía General de Venezuela. Imposible dejar de mencionar los esfuerzos hechos por el fraile Baltasar de los Reyes Marrero, quien en su cátedra de filosofía, enfrentándose a la corriente escolástica, comenzó a enseñar las ideas de John Locke, Leibniz, Newton y otros modernizadores, que incidieron en la formación de republicanos y emancipadores como Francisco de Miranda y Juan Germán Roscio, y demás integrantes de la generación de ilustrados de la preindependencia.

3. La tradición republicana implica el respeto del imperio de la ley y la igualdad ante la ley, pilares fundamentales de este sistema político, acogido entre nosotros desde la Constitución de 1811 y consolidado desde 1830. La separación de poderes, la participación activa de los ciudadanos en la vida pública y la garantía de los derechos civiles, son esenciales en esta tradición histórica, que luego se une y se complementa con la tradición democrática, que tiene su origen ya en el siglo XX, principalmente, al influjo de la Generación del 28’.

4. El 350 consagra la facultad del pueblo (mayoría del cuerpo electoral) a desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad. Observemos que este derecho implica una acción negativa, es decir, no conocer, no brindarle reconocimiento a una autoridad. Esta facultad implica negarse a acatar las órdenes o conductas que ordena el régimen, legislación o autoridad, como conducta omisiva, pero también abarca conductas positivas, acciones que implican el desconocimiento. El límite de este desconocimiento lo constituyen la creatividad de los pueblos y los valores democráticos y los que inspiran los derechos humanos. Una desobediencia tributaria masiva, puede ser un buen ejemplo de un desconocimiento de una autoridad, y un acto típicamente republicano.

5. Para que este derecho se ejecute de manera eficiente y legítima, implica organización y una actuación responsable de los ciudadanos. La responsabilidad individual también es un principio republicano. Quien se sume al desconocimiento, es decir, a la rebelión, debe estar consciente de que asumirá la responsabilidad individual de sus actos.

¿Cómo se activa el 350?

El 350 consagra un derecho que se ejerce de manera colectiva (el pueblo) y se activa cuando, precisamente, se ejercita. No se requieren formalidades especiales para su activación, es un momento más político, ciudadano, republicano, que propiamente jurídico.

Ahora bien, de acuerdo con nuestras circunstancias históricas y políticas, el 350 podría activarse formalmente con una acuerdo de la Asamblea Nacional, que podría estar apoyado por una declaración del Ministerio Público, que son los órganos que gozan actualmente de legitimidad, es decir, están actuando en protección de la democracia y los derechos humanos. Esta particularidad genera la enorme oportunidad de desplegar el derecho a la rebelión de manera organizada y controlada. Ya la Asamblea Nacional ha dado ejemplos claros de desconocimiento, en relación con las sentencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que le han violentado y menoscabado sus potestades constitucionales. Otro tanto ha hecho con los decretos de estados de excepción que ha dictado el Poder Ejecutivo.

El acuerdo político más importante en ejecución del artículo 350, lo constituye el documento hecho público por el presidente de la Asamblea Nacional, en nombre de la Unidad Democrática, el día lunes 19 de junio de 2017.

La invocación del 350 por la Unidad Democrática

1. Declara inconstitucional al régimen de gobierno, se entiende al Poder Ejecutivo, Tribunal Supremo, Poder Electoral y parte del Poder Ciudadano, y manifiesta que no pueden ser reconocidos ni obedecidos por nadie. Ya tenemos a quién desconocer.

2. Plantea como objetivo de la rebelión la sustitución del régimen dictatorial y la restitución del orden constitucional.

3. Llama a desconocer activamente al fraude constituyente y sugiere una acción concreta: impedir el uso de las escuelas como centros electorales, para lo cual debemos constituirnos en asamblea permanente.

4. Continuar con la protesta no violenta hasta conseguir las elecciones generales.

5. Anuncian un gran acuerdo nacional que debe darle mayor contenido a la rebelión.

6. Piden el respaldo a la conformación de nuevos poderes públicos, lo cual implica una acción y muy probablemente la conformación de poderes públicos paralelos, y quizás, un Estado paralelo. Desconocer un régimen por inconstitucional, debe traer como consecuencia la designación de otro, legítimo, transitorio, hasta tanto existan las condiciones de unas elecciones libres y democráticas.

7. Llamado a la Fuerza Armada para que se incorpore al restablecimiento del orden constitucional.

Resumimos aquí los diez puntos del documento de la Unidad Democrática, que debe formalizarse en un acuerdo parlamentario, para darle mayor fuerza a los instrumentos políticos y jurídicos de la rebelión.

Reflexión final

Es imposible un análisis completo de nuestra realidad. Una realidad que cambia y se nos llena de sangre y de maldad, todos los días. Debemos apostar por mecanismos de lucha que conjure toda muerte, cualquier muerte. Rechacemos la invocación a la sangre y muerte en la lucha que estamos viviendo. La belleza tiene que apoderarse de nuestra rebelión. La protesta creativa, artística, tiene que tener mayor relevancia e incidencia. La protesta con propósito, con sensibilidad por los más necesitados. Hagamos de cada protesta, de cada manifestación pública, una oportunidad para solucionar problemas concretos. La rebelión debe ser constructiva, pues no estamos luchando por cualquier cambio, estamos luchando por el restablecimiento de la democracia y de la vigencia plena de los derechos humanos, propósitos mayores, más grandes, en esta vida republicana que nos toca vivir.

Universitas Fundación

Plaza Lara, Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela,

Día del abogado, 25 de junio de 2017

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