Pasar al contenido principal

Carlos Raúl Hernández

Dios con muletas

Carlos Raúl Hernández

A mi amigo Víctor Cadet quien sugirió el tema

Hace 20 años la oveja “Dolly” estremeció al mundo y se decía que ya andaban en las calles y comían fish and chips varias personas clonadas. La comunidad científica en pánico cerró la entrada al abismo descubierto, y la investigación perseguida se desplazó a Oriente. Dos décadas después, 15 de noviembre de 2018, supimos que el médico investigador Hi Jiankui inmunizó genéticamente contra el VIH dos gemelas recién nacidas, sin aval del instituto donde trabajaba, ni del gobierno. Hoy cumple arresto domiciliario.


Por eso ya antes de la performance del Covid-19, su “capitalismo iliberal” y autoritarismo tecnológico, a China se le asocia con el laboratorio de Lex Luthor. El arte y la literatura temen irracionalmente que la ciencia traicionará a sus creadores para esclavizarlos, y el cine vive una recurrente rebelión de máquinas, cyborgs, mentes “subidas a la nube”, Schwarzenegger o Keanu Reeves, y computadoras que sabotean misiones espaciales de Kubrick en 2001 Odisea del espacio.


Ese terror lo llamé en un libro “síndrome Frankenstein” (Vértigo comunicacional, caos global:2003). Las dizque dramáticas relaciones hombre-techno matizan la teoría y desatan desde los cincuenta la críptica discusión sobre transhumanismo (h+) término acuñado según algunos por el teólogo Theilhard de Chardin. Otros dicen que Julian Huxley, biólogo hermano de Aldous, creador del “transhumanismo evolutivo” o reformista.

Trashumar llama Dante pasar al cielo, lo que dice sentir con Beatriz. ¿Será que la confluencia hipertecnológica: inteligencia artificial, robótica, nanotecnología, ingeniería genética, neurociencia, cirugía regenerativa, trasplantes, prótesis-órtesis, biotecnología informática, células madre, conduce al superhombre nietzscheano, - ¿el cyborg? -, que comenzaría en el automercado genético, donde los padres escogerían las hormas de sus hijos por venir?


Solo existe la Matrix
También por bio-hackeo los dotarían de condiciones físicas, súper inteligencia, inmunidades, destrezas, propensión al arte, saberes, deportes o técnica (One aprendiendo en el tatami con Morpheus)… pero ¿cuáles serían las secuelas? Por ahora se problematiza el milagro porque las minifrankenstein del Dr. Hi Jiankui tendrán que estar bajo vigilancia médica de por vida, ya que son aleatorios los efectos que podría tener en ellas su ultra sistema inmunológico. ¿Qué de autoagresiones, como el lupus?

En los 60 y 70 con la avalancha revolucionaria, antidemocrática, antiliberal, totalitaria, antihumanista, el anarquismo existencial, varias generaciones de sicópatas brillantes, inconformes con la sociedad, sus cuerpos y vidas, se declaran en rebelión hasta contra la naturaleza humana, y cuestionan por “burgueses” tabús totémicos, incesto, pedofilia, bestialismo. El transhumanismo cultural de Foucault, Beauvoir, Derrida, Barthes, Sartre, Firestone, Deleuze, Millet, Butler, Singer. “Prohibido prohibir”.

Foucault dice que la llamada realidad son constructos sin dignidad, creaciones- voluntarias de la mente “dominante”, para someter, “vigilar y castigar”. En Las palabras y las cosas, que el hombre es también una ficción renacentista, “una creación del siglo XVI… que duró dos siglos”. Luego el kapitalismo lo enajenó, esclavizó y lo convirtió en esa piltrafa con esperanza de vida de 84 años que llegó a la luna, va a Marte, parió a Picasso, Kafka, Mahler y redujo la pobreza al nivel más bajo en 40.000 años.

Locura radical, mundo infantil para adultos para subvertir la cultura, el homo sapiens, la biología y hasta la muerte. Choque entre la ciencia concebida para mejorar la sociedad vs. la que quiere el hombre nuevo poshumano, cuyo gap con los hombres actuales será tan grande como el que hay entre nosotros y los primates. Peter Singer desde la izquierda propone además de eugenesia masiva, biohackear embriones para erradicar genéticamente la violencia.


Pata de palo
Otros “subvierten” desde la derecha. Afirman que quienes estén en el mundo en 2045, podrá vivir cientos, miles de años y posiblemente alcanzarán la inmortalidad. Que la crioconservación, contra toda evidencia, permitirá poner a funcionar un organismo complejo luego de congelarlo. Y creen en la posibilidad de escanear un cerebro y subirlo a la computadora o a la nube, otra forma de inmortalidad. Por lo visto, se superarán las enfermedades, pero no la del pensamiento: la utopía.

El transhumanismo (h+) tiene mucho de secta cienciológica o de new age, que a partir de avances reales en el conocimiento empegosta a la fuerza una especie de metafísica positivista, una ideología holística. Yuval Harari, por ejemplo, afirma “Kurzweil y De Gray son incluso más optimistas: sostienen que quienquiera que en el 2050 posea un cuerpo y una cuenta bancaria sanos tendrá una elevada posibilidad de alcanzar la inmortalidad al engañar a la muerte una década tras otra…”.

“…Cada diez años, aproximadamente, entraremos en la clínica y recibiremos un tratamiento de renovación que no solo curará enfermedades, sino que también regenerará tejidos deteriorados y rejuvenecerá manos, ojos y cerebro... en realidad, serán amortales, en lugar de inmortales… su vida no tendrá fecha de caducidad”. Por eso, con humor capaz de pulverizar el mármol más invulnerable, Freud escribió: “el hombre es Dios con prótesis”. (continuará)

@CarlosRaulHer

Juana la loca

Carlos Raúl Hernández

Las utopías son invulnerables a la realidad. Desde Platón, llevan dos mil años de trizas y se levantan, se sacuden el polvo y reintentan. Marcuse en El final de la Utopía, desarrolla una idea de Marx: que el kapitalismo “realizará” la utopía, porque su producción de riqueza es tal que, al expropiarla y repartirla, la escasez será un mal recuerdo burgués. Inspirado por el Manifiesto comunista, un panfleto zafio pero fulgurante, el mundo asumió la barbarie.

Se desmarcaron los socialdemócratas, aunque muchos siguieron llamándose socialistas democráticos. Pero pese a que el Presidente Rómulo Betancourt detuvo la guerrilla de los años 60, diez años después de la caída del Muro de Berlín, nuestro gran aporte al mundo fue, como Juana la Loca, exhumar y entronizar el cadáver que, esta vez sí sería amable. Un gran marxista disidente, Lucio Coletti, escribió que “un socialismo de rostro humano era como un rinoceronte de rostro humano”.

Los fans dicen que “todo ha sido un error, porque el verdadero socialismo hasta ahora no ha existido, sino un capitalismo de Estado”. La teoría y la práctica de dos siglos demuestran que socialismo es solo capitalismo de Estado, “control de los medios de producción”, con autoritarismo político variable si los ejecutores son dictadores del proletariado o socialdemócratas. Doquiera se acosó a los “explotadores”, los productores de riqueza, se recaló en la depauperación absoluta o, en el mejor de los casos, relativa.

Algunos acuden al burladero de un “socialismo sueco”, paradójicamente país situado en el top los veinte con economías de menor intervención estatal, junto a Canadá, Hong Kong, Nueva Zelanda, Holanda, Chile, Suiza, Irlanda, Reino Unido, Singapur, Australia y otros. Para más señales, Suecia decidió desde el siglo XX la aterradora herejía de no tener ley del trabajo ni salario mínimo, y se norman por contratos colectivos y diálogo tripartito. Y ¿casualidad? es sexto en el Índice de Progreso Social del mundo.

¡Unidos jamás serán vencidos!
Toman las decisiones sociales y laborales, entre socialdemócratas, el movimiento obrero, liberales, conservadores y la organización empresarial. Son parte del Estado de bienestar europeo, pero principalmente de la economía social de mercado alemana. Asumir que tener empresas poderosas es objetivo de todos los suecos, burgueses y proletarios, permitió el milagro de Electrolux, Ikea, Saab, Ericcson, Volvo (vendida a China, por decisión colectiva).


Desmedraron (desmadraron) la lucha de clases, las políticas económicas y sociales son de consenso y el Estado no las impone. En los 70 llegaron a ser la segunda economía mundial, cometieron errores “de época”, universalizaron la seguridad social gratuita al cien por ciento de la población: educación, empleo, transporte, salud, desde la cuna hasta la tumba. Esta utopía comenzó a naufragar en los 70 con la crisis petrolera mundial y el alza de los precios de la energía.

Nació una rama torcida llamada “cultura del bienestar”: desestímulo al trabajo, la producción y la superación de los individuos, que vivían del Estado. Pese a tener una de las poblaciones más saludables del mundo, Suecia presentaba los niveles más asombrosos de permisos por enfermedad, y desempleo. Para mantener el Estado de bienestar, siguieron el tobogán europeo: incrementar impuestos, lo que reduce la inversión y el empleo, y el modelo declinó.

Pero los grupos de poder mantuvieron la mirada en las tendencias mundiales y en el arranque de la globalización en los 90. Para modernizar el Estado de bienestar modelo del mundo, lejos de enquistarse, se involucraron en las herejías “neoliberales” de la globalización. Lo que llama Mauricio Rojas Reinventar el Estado de bienestar (Edit. Gota a gota: 2010) Crear fondos privados de pensiones y jubilaciones (también lo hizo Chile), flexibilizar la estabilidad laboral para que el trabajador valore su plaza.

Uno ve lo que quiere
Como altos impuestos desestimulan la inversión, con el consecuente freno del producto interno y de la oferta de empleos, ante el reto de la inmigración y la vagancia juvenil, el “socialismo sueco” estremece a los paladines antineoliberales del planeta: privatiza la dispensa de servicios esenciales, nada menos que salud, educación, energía, aguas blancas, a empresas privadas que garantizan mayores eficacia y eficiencia, naturalmente financiados por la seguridad social. La tercerización.

Esta mala palabra, tercerización o subcontratación, hizo eficiente el gasto social. Un médico sueco atendía 3.5 pacientes diarios mientras que en el resto de Europa era más del doble. Las reformas modernizadoras cambiaron radicalmente y pese a los problemas que sobreviven, el sistema se recuperó. Por eso se callan, la izquierda que desconfía de las reformas al mercado laboral, eufemísticamente flexiestabilidad, y mucho más de la privatización de los servicios, y la derecha que cuestiona al Estado.

Esta maravilla de la ingeniería social fragmentaria se debe a la pareja de economistas Gunnar y Alva Myrdal, ambos Premio Nobel (por separado) y militantes socialdemócratas, que la concibieron en los lejanos años 30. Ojalá quienes gobiernan y gobernarán en Venezuela leyeran El reto de la sociedad opulenta, un libro muy despreciado por reformista cuando yo era estudiante. Y alguien se ocupe de enterrar el olisco cadáver socialista de Felipe, ya no el Hermoso, sino el exterminador.

@CarlosRaulHer

Wichafe, el perro de la capa roja

Carlos Raúl Hernández

Es grande la profusión de batiburrillos posmodernos contra la sociedad normal, democrática y representativa, esa que agoniza contra las utopías alucinadas de izquierda y derecha, y que las ha enterrado a todas. Su prédica “antikapitalista” y “antineoliberal”, niega la cultura, que modera los conflictos naturales y establece la cohesión social, y define la libertad, como “sometimiento”. Y más insólito, niega la naturaleza, al caracterizar la pertenencia a un sexo o la cadena alimentaria, como creaciones “burguesas”.

Todo para socavar el consenso y crear conflictos, ya que ciudadanos de buena fe no se enteran de las cargas de profundidad escondidas tras ideas simpáticas y al parecer, naif. Al australiano Peter Singer muchos lo consideran el ensayista actual más influyente y santo misionero de buenas causas. Las ideas de su libro Liberación animal (1975) y varios otros, tuvieron un enorme influjo en el movimiento hippie, el animalismo y el veganismo.


Aunque no es vegano, del hinduísmo tomó que es obligación moral no inferir padecimiento a quien sea susceptible de sentirlo, independiente de la especie, y aboga para que el procesamiento de alimentos sea lo menos doloroso posible para los animales. Pero así como la preocupación por el bienestar de éstos se extiende con justicia, el animalismo radical dio paradójico origen a un gap revolucionario, contraproducente a sus fines, y además, trágico-ridículo: el ecoterrorismo.

Hace casi exactamente un año, 17/09/19 (lo recuerdo por la larga sesión de risa ese día) en Francia un grupo irregular, incendió 2500 metros de un gallinero, y las liberaron dejando graffitis contra los “campos de exterminio”. El FBI sigue al Frente de Liberación Animal que agrupa dos millones de personas en el mundo. Pero quien le dio repercusión global al movimiento, fue el famoso Unabomber.

Lo maté para liberarlo
Ted Kazcynsky, capturado en 1995, se dedicaba a dejar mancos y tuertos con cartas-explosivo a empleados de la industria de alimentos, e incluso trató de estallar un avión en vuelo. En 2005 el FBI declaró que el Frente de Liberación Animal (ALF) y el Frente de Liberación de la Tierra (ELF) sumaban más de seiscientos atentados terroristas en EEUU y mil en Gran Bretaña. Cualesquiera sean sus intenciones, solapadas por la violencia, son ideas ingenuas y dañinas que desconocen leyes de la biogenética.


Alimentarse de otros animales no es capricho y gracias a la ingesta de proteínas rojas, los homínidos antes vegetarianos desarrollaron el cerebro y nació el homo sapiens. Más aún: la vida es primordialmente un proceso dinámico llamado cadena alimentaria, en la que todos sobreviven porque se comen unos a otros. PETA, ALF, ELF y varios grupos ecoterroristas, realizaron “rescates” en provincias de Francia, España e Italia, liberaciones de animales de cría, festejados por los lobos.

En los casos más estúpidos, mataron al ganado después del rescate, porque no tenían como mantenerlo. En sus disertaciones sobre la vida y la muerte, el sensible Singer plantea en Etica práctica (1979) que todos los padres debieran tener 28 días para eliminar a sus hijos recién nacidos con discapacidades, síndrome de Down o hemofilia. Ante él, es preferible ser una gallina y no un bebé. La teoría de género va lejos. En 1991 declaró que “no había nada inmoral en la sexualidad con cadáveres”.

"Dado que un bebé recién nacido ni un pez son personas, no es tan grave matar uno de ellos como si fuera una persona”. Singer volvió a estremecer el mundo al explicar que “sexo con animales no siempre implica crueldad ¿a quién no ha interrumpido el perro que frota vigorosamente su sexo contra la pierna de un visitante? El anfitrión en general lo desalienta, pero en la intimidad tal vez no y quizá pueden darse actividades mutuamente satisfactorias”.

Conviene estudiar lo que uno cree
Cómo se compadece esta actitud tolerante con actos violentos contra una criatura indefensa, como suele habitualmente ser el bestialismo (Singer dice en el caso de las gallinas, que mueren a consecuencia, el patrón ético aplicable es el mismo de quien come en Kentucky Chicken) Naturalmente no aplica el consentimiento, si es sí, que se utiliza para tantas barbaridades, cómicas si no fueran tan trágicas y que si la sociedad no reacciona con fuerza, quien sabe qué nuevas aberraciones pueden traer.

Hace unos días había un extraño video desde Arica, Chile en las redes. El cadáver de un perrito cachorro yacía arrebujado en una capa roja, como un superhéroe, con una flor amarilla en la oreja, imagen desconcertante y surrealista. Una joven del pueblo declara, bañada en llanto. El cachorrito, llamado Wichafe, había muerto desgarrado por una violación, y aquella indumentaria quería honrar al que murió en circunstancias de indignidad extrema y dolorosa.

Desde estudiante, esos textos de la revolución “pos estructuralista” me parecían, desaforados, monstruosos, criptonazis, pero nunca pensé que pudieran tener audiencia. Los delirios sicóticos y asombrosos de Foucault, Benatar, Singer, Barthes, Firestone, Millet, Derrida, Deleuze, Guatarí, Butler, Firestone y varios más. Adornada por el fuego divino de la locura y la depravación, la posmodernidad, la ideología de género, tiene adeptos poderosos.

@CarlosRaúlHer

El hombre de la cara de mármol

Carlos Raúl Hernández

Los muertos que tu mataste, no gozan de buena salud

Una gran sorpresa encontrarme de frente al hombre con cara de mármol. Sus facciones eran normales, perfectamente humanas, como cualquiera, aunque, naturalmente no se movían y tenía unas vetas que parecían cicatrices. Pensé “este señor es ideal para dar malas noticias, decir verdades rudas, pero también para ocultar sus actos, urdir enormes distorsiones y desvaríos. Y sobre todo para escurrir sus errores”.

Pertenece a un grupo de individuos con rostros minerales y destacada vida pública, para desgracia de la gente, apasionados de un oficio del que no tienen idea, la política, aunque, por sus investiduras, les han creído lo que dicen. Uno de los más grandes tratadistas de política del siglo XX, el Premio Nobel Joseph Schumpeter, dijo que la sociedad estaba en problemas “cuando opiniones de intelectuales, deportistas, artistas, figuras religiosas o de farándula, marcaban o dirigían la política”.

Según él, quien no es político de oficio “tiene al respecto juicios como los de un niño de 10 años”. Si observamos la trayectoria del hombre de cara de mármol y la de sus colegas, son de los criterios más extraviados que conozco, en un país donde el extravío es ley en los últimos 30 años, vagamos como almas en pena en la oscuridad y seguimos a quien grite más duro o haga el discurso más demagógico y alocado.

Según Schumpeter un físico nuclear o un poeta que opinen de biología o de política, se arriesgan a decir babosadas, tal como un político que diserte de física o de neurociencia. El país se perdió precisamente porque ignaros, aficionados a la política adquirieron estos treinta años una influencia fatal para el destino común. En tiempos idos el hombre con cara de mármol, vinculado desde fuera, claro, a la izquierda radical, cuestionaba con sarcasmos a quienes buscábamos regresar al camino democrático.

Historia sin fin (de errores)
Él, naturalmente sin haber tocado nunca un arma, ¡en horabuena!, estimulaba a mantener la insurrección, frente a “traidores que querían integrarse al sistema”. Apoyaba con pasión las sociedades justas que “se construían” en Cuba y Nicaragua. Más adelante pasaba de reunión en reunión para derrocar a Carlos Andrés Pérez, al infernal neoliberalismo, apoyó los golpes de Estado y luego a Caldera y el chiripero.


El siguió a Chávez, nuevo mesías, providencial, luminoso, que metería en cintura a los capitalistas y la oligarquía, según lo planteaba la teología de la liberación, y distribuiría la riqueza entre los pobres. El resultado fue el mismo de todas las revoluciones socialistas que en el mundo han sido. Al sacrificar las instituciones “para hacer el bien a las mayorías”, haces el mal a las mayorías y te quedas también sin instituciones.

Los únicos cambios sociales deseables son los que estimulan los equilibrios y la cohesión, nunca el odio y el conflicto. Cuando el caudillo arrancó su campaña triunfadora en el barrio 23 de enero de Caracas en 1998, con una misa popular, allí brilló cara de mármol. Se desmarcó de la revolución cuando lo hizo la mayoría de la gente y se prueba que cuando dirigentes y dirigidos tienen el mismo nivel de razonamiento, las sociedades corren la suerte que decía Schumpeter.

Luego cara de mármol impulsó la cadena de locuritas que llevaron a la abstención en 2005, que selló nuestro destino con una marca oscura. La oposición desapareció en esa fecha, pero en 2006 retoma el camino electoral hasta el gran triunfo de 2015, y en ese trayecto, por fortuna, los cara de mármol pierden espacio ante los partidos.


Hacerse el loco y culpar a otros
El país celebraba en las calles la Asamblea Nacional, y los previsibles triunfos en las consecutivas elecciones, pero el demonio de su naturaleza los desvió del camino y procedieron a liquidar lo conseguido. Para asombro del público, en vez de correr para el home, jefes sandios y los cara de mármol ¡corrieron para segunda! “¿Para qué gobernaciones: queremos el poder?” y se fueron detrás del arca perdida, “el revocatorio” que se requería un dedo de frente para saber no existiría.

La estulticia acabó todo, en vez de ejercer la potencia que la sociedad les otorgaba y que el gobierno reconoció, como plasma la fotografía de Diosdado Cabello y Cilia Flores en su bancada, y el discurso de Maduro ante la cámara. Los desvaríos: RR, “calle-calle”, “trancones”, “hora cero”, “maduro vete ya”, la ofensa a los militares (“el cartel de los soles”), la abstención, el Frente Amplio, “si o si”, 30A, 16 de julio, “Gedeón”. Destruyeron la AN, desastroso balance de gestión.

Esos insólitos episodios asesinaron a la oposición y mostraron al mundo que era difícil conseguir un grupo dirigente menos apto. Suena razonable decir que el sepelio sean las parlamentarias de diciembre. A la luz de los fracasos interminables, tal vez es un paso necesario enterrar los muertos políticos ese día. Lo que hemos pagado en décadas de ineptitud parece demostrar que ese “liderazgo” terminó, y que cualquier país merecería otro.

Pero si es posible que el 6D vayan los camiones por las calles para recoger los cuerpos, ojalá los cara de granito se retiren a hacer cualquier cosa menos dañina que la que han hecho hasta ahora. Que Dios los ilumine para que entiendan cuánto menoscabo le hicieron a este pobre país en treinta años.

@CarlosRaulHer

El pensamiento anacrónico

Carlos Raúl Hernández

“China no exporta revoluciones, ni pobres, ni problemas ¿No es suficiente?”. Xi Jinping

Entre 1945 y 1989, los 44 años de la Guerra fría, dos superpotencias nucleares con ideas del mundo excluyentes, ejecutaban sus planes hegemónicos y de aniquilación a largo plazo, sin chocar de frente. La jefatura política de ambas evitó el holocausto. Una aspiraba al socialismo sin propiedad privada ni libertades burguesas, regido por partidos comunistas o afines. La otra, extender los valores de democracia, libertad y economía relativamente de mercado.


Las dos no cabían en el mismo planeta, con el único acuerdo de no acabar con la humanidad. El avance soviético y la defensiva occidental se basaban en estrategia de mahjóng, guerras locales para ganar o defender territorios periféricos, e inmovilizar al adversario. Carlos Rangel, el principal pensador de América latina, murió en 1983 convencido de que el comunismo ganaría.

Los soviéticos tenían Europa oriental, casi toda África. China era comunista y Asia en llamas. Cuba y el sandinismo enguerrillaban Centroamérica y en el resto de la región avanzaban varios movimientos antimperialistas y socialistas, igual la euro-izquierda. Cuando publiqué mi primera obra, Rangel me comentó en TV, “tu libro está lleno de energía y me gustó, pero creo que la democracia tiende a desaparecer”.

No tuvo tiempo de ver la evaporación del bloque socialista (pero… ¿tendría razón a largo plazo?). Hay dificultades para una guerra fría entre Estados Unidos y China en 2020. El choque no es entre dos modelos de civilización sino entre “capitalistas”. Una China furiosamente “neoliberal” en ascenso con jefes que se declaran líderes de la globalización y el libre mercado en Davos 2017.

50 millones de amigos
Cuando cayeron las Torres Gemelas, China padecía 600 millones de pobres que ahora son clase media. A cambio en 2020 disfrutan 50 millones de millonarios. Y EEEUU, rezagada, ocupada de la guerra y no de la economía, hoy en manos autoritarias y anacrónicas, pierde la carrera por la globalización y la liberalización nacida en Breton Woods en 1944, más tarde impulsada `por los gigantes Reagan y Clinton.


Tiene suficiente para recuperarse, si abandona el pensamiento anacrónico y vuelve a competir. Cuenta con las cinco mayores empresas tecnológicas globales, el todopoderoso GAFAM, (Google, Amazon, Facebook, Aplee, Microsoft). Y entre las diez primeras, una surcoreana (Samsung) y cuatro chinas (Huawei, Wechat, Tencent, Taobao) (ninguna europea). Cuenta con los poderes sobrenaturales del dólar y el SWIFT.

Ante el reto chino, a diferencia de Reagan y Clinton con Japón, blande el pasado y quiere llevarse los guantes y la pelota, pero China tiene guantes y pelotas. En tanto, Latinoamérica sigue con políticos, profesores e intelectuales quijotescos, contra su gigante Caraculiambro: “la globalización neoliberal”, exporta revoluciones, miseria y problemas. Amarrada por anacronismos ideológicos, también Europa (no así Merkel ni Macrón) sufre repuntes autoritarios de izquierda y de derecha.

Por si fuera poco, avanza el fascismo cotidiano que llaman corrección política. Además, Trump declaró también guerra de aranceles a la Unión Europea. Incapaz de imitar a Den Xiaoping, parece destinada a ser la Disney de los chinos. La tasa de natalidad nula envejece su población y los cada vez menos jóvenes deben mantener una masa de jubilados que viven más y más. Incapacitadas para invertir por la presión impositiva, las clases medias mueren desempleadas o empleadas (nunca empresarias).

El Pireo no es un torero
Muy cerca observa África miserable, secuela del socialismo africano, con los ojos desorbitados por las maravillas al otro lado del Mediterráneo, la abundancia del vecino con ingreso per cápita treinta veces mayor. Cada veinte años duplica su población y por eso irán ineluctablemente a Europa sin empleos, una perspectiva distópica. China penetra África, Latinoamérica, Asia. Y tiene un acuerdo, llamado “16 más 1”, con países de la UE, (Italia, Francia, Portugal, España, Grecia, los Balcanes et.al).

Compró símbolos: Pirelli a Italia, Volvo a Suecia, Metropolitana de Taxis de Londres, Mercedes Benz y hasta la joya de Merkel, la Kuka alemana, la más importante fábrica de robots del mundo. En Portugal TAP, los dos bancos y las dos compañías eléctricas estatales. Toma los puertos: Sines cerca de Lisboa, Barcelona, Algeciras y el Pireo, en Grecia. Mare Nostrum, llamarán lo chinos al Mediterráneo.

De los 10 mayores bancos del mundo, cinco son chinos, cinco gringos y ninguno europeo. En 2000 el aporte de Europa al producto mundial fue de 25%, hoy es 16% y para 2030, en apenas diez años, será de 5% si sigue así. Castrada para brindar ascenso a sus jóvenes, incuba “euroescepticismo”, anti democracia, populismos, autoritarios y revolucionarios.

En veinte años el liderazgo chino corrió desde atrás y tiene hoy a EEUU pariendo erizos, Europa descolgada y Latinoamérica en el olvido. El plan Made in China 2025 es simplemente alucinante, el siglo XXII. Uno de sus componentes es La ruta de la seda, tres conexiones directas con Europa, una por el Ártico, otra por mar y la más importante que atraviesa Asia, con billones en inversión. Autopistas, urbanismos, aeropuertos, trenes subterráneos de hasta mil Kms/h, informática quántica.

@CarlosRaulHer

Las mañas de Clinton

Carlos Raúl Hernández

En 20-años-no-es-nada, China dejó de ser una monstruosa concentración de hambrunas. Al comenzar el siglo se hablaba de su rápido crecimiento, pero tenía nula significación en el esquema global de poder. Hoy es la segunda (o primera) economía mundial, de acuerdo con el renglón que examinemos. Sacó, a la fecha 600 millones de personas de la miseria (no existe socialismo que no sea una fábrica de miserables). Latinoamérica parecía ir en ruta desde las reformas de los años 80.

Pero varias décadas de cómica lucha contra el “neoliberalismo”, culminadas en el socialismo del siglo XXI, le amarraron las piernas y hoy Alberto Fernández, como en un delirio borgiano, una pesadilla circular, impone los mismos controles económicos con los que Perón hace setenta años acabó con la segunda potencia mundial de la postguerra, Argentina, desde entonces un pobre país subdesarrollado más. Nuestros intelectuales y “hombres fuertes”, fantoches “antineoliberales”, expropiaban, farfullaban.

Crearon necias multilaterales “contra el imperialismo”, castigaban la propiedad, la oligarquía y los empresarios. Gorgoreaban de “revoluciones pacíficas pero armadas”, “cambios de era”, y llenaban sacos de cucarachas. En tanto China se convertía en el más grande atractor de capitales transnacionales, tal como lo ideó Deng Xiaoping a finales de los años setenta. En 1979 la herencia maoísta y de la “banda de los cuatro” en el PCCh, lo atacó salvajemente por “neoliberal”.

Deng se jugó de nuevo su vida, como hizo varias veces en enfrentamientos con Mao. En una dramática reunión del Comité Central en la que acariciaban descabezarlo, se presentó con videos sobre decenas de miles de muertos en las hambrunas del norte. El efecto fue desgarrador. Varios dirigentes estallaron en lágrimas y aprobaron su plan de privatización agrícola. Para el izquierdismo, tan primitivo como la derecha, “China es comunista”, un acertijo que no logran resolver.

John Sharrasqueadou
¿Cómo es que en “un país comunista” existe una economía de mercado con flujo abierto de capitales y cerca de un millón de empresas extranjeras en su territorio? Según el Informe de inversiones en el mundo 2019, China- Hong Kong es el primer receptor global de capitales, seguido cerca por EEUU. Comenzaron a dominar el mercado mundial de productos ligeros y pasaron a las altas tecnologías. Es difícil cuestionar que el mejor presidente de Estados Unidos en el siglo XX fue Clinton.

Entre muchas cosas porque encomendó a su vicepresidente Al Gore, acelerar al máximo la revolución tecnológica. Pero en adelante el país se concentró en las guerras, mientras los chinos desarmaban sus estructuras socialistas, se hacían economía global y se apoderaban de los mercados. La izquierda y la derecha enmudecieron cuando Xi Jinping en Davos hace tres años afirmó que “China era líder de la globalización” y pidió eliminar “todo proteccionismo y abrir los mercados”.

Trump decidió enfrentar el reto al estilo Jalisco-Chávez, por la vía brutal y no con la creatividad y el trabajo de su adversario, y emprende una cruzada de tercermundismo y chauvinismo económico y político que pone a pasar aceite la economía mundial. La paradoja es que para quienes valoran la economía de mercado, “el capitalismo”, y la globalización, su adalid es Xi Jinping y no Trump. China y no EEUU, que tiene grandes ventajas para recuperar su liderazgo, como lo hizo Clinton sobre Japón.

Su moneda es un poder abrumador, no se diga sobre inexistentes yuan o rublo. Por un tiempo el euro lució retador pero la parálisis europea, la incapacidad para enfrentar tasas impositivas que asfixian nuevas inversiones, dificultan el ahorro de los ciudadanos y condenan a altísimas cuotas de desempleo, mataron esa ilusión. Analistas afirman que la mitad del producto de EEUU se produce simplemente porque el dólar es su moneda.

La mano amarilla
Cada vez que un turista paga en un restaurant de San Petersburgo con una tarjeta extendida por su banco en Barranquilla, o hace una trasferencia a Piura, es gracias al sistema SWIFT, que adscribe 204 naciones y cerca de doce mil bancos, y trabaja de lunes a lunes, 24 horas al día, 365 días al año y traduce todo a dólares. Con eso a su favor (China no podría vender ni un teléfono sin SWIFT) y para la paz mundial de las misses, EEUU tendría que descomprimirse con su ex aliado y socio.


Con histerismo, el gobierno desbarrancó una de las hazañas de Nixon: separar China de Rusia e impedir lo que se produce hoy, un bloque entre la segunda (o primera) potencia económica, con la primera potencia militar. Importantes geopolitólogos temen que esta guerra comercial se convierte en guerra fría y no se sabe si se calienta, conforme a los ánimos de Trump. Animaladas han hecho también en Venezuela, aliada de EEUU, que liquidó el fidelismo en los 60.

Al país lo ahogan y el salvavidas se lo arrojan China y Rusia (Irán, Turquía) ¡Ojalá el chavismo, el nacionalismo y el tercermundismo salgan del cuerpo de la Casa Blanca, que la guerra fría no comience en Venezuela y que resuelvan las diferencias con China y Rusia con las habilidades de Clinton! (PD. Venezuela crecía al mismo ritmo que China, pero los chiriperos sucesivos dinamitaron y bloquearon el camino ¡Salud a los héroes de la antiglobalización!)

@CarlosRaulHer

La gran esperanza parda

Carlos Raúl Hernández

Un parroquialismo extravagante circuló que la reelección de Trump dependería de los venezolanos en Florida, y no de problemas de repercusión global, como el bombástico manejo de la pandemia o la incierta y peligrosa deriva de la relación de Estados Unidos y China. Sharon Stone, con familiares enfermos, lo acusa entre lágrimas de “asesino”, dardo al corazón del electorado blanco. García Márquez describe el mundo de los exiliados, lleno de ilusiones, decepciones y auto alivios.

Pero quien estudió la capacidad de distorsión de las endogamias, es Nassim Taleb, en las salas de prensa de los hoteles donde se alojan los periodistas que cubren conflictos. Llama “síndrome del corresponsal extranjero” lo que ocurre cuando comparten información que “viene de buena fuente” y treinta o cuarenta periódicos podrían publicar la misma noticia que inventó un confidente. “Para j… a un tonto -dice Taleb- dale información”.

Las encuestas oscilan, pero en todo caso el planeta Tierra respiraría más tranquilo con Kamala Harris al frente del ala Este de la Casa Blanca, con Biden de la mano, esencialmente porque para que le vaya bien a ese planeta, es necesario que a EEUU le vaya bien. El coronavirus potenció una recesión mundial que venía en marcha desde hace más de dos años y sobre la que alertaban las publicaciones globales. Efecto necesario del plan del aprendiz de brujo contra China.


¿Cómo alguien en ese cargo no calcula que provocar recesión en un gigantesco dragón devorador de insumos y materias primas, hará caer las ventas de sus proveedores, es decir, cinco continentes? No hay manera de entender semejantes actos desde una posición de tanta responsabilidad, que obliga a evaluar las magnitudes geopolíticas y económicas de su posible respuesta. Aparte de crearle problemas económicos a China, al resto del mundo y a EEUU, el delivery trae contorno de provocaciones.

Humillar una princesa
Dos años atrás arrestaron a directora de Huawei en Canadá, solo para humillarla, “por violar las sanciones a Irán”, como si se tratara de una ley internacional y no la decisión de un país. Hace poco EEUU resolvió obstaculizar el desarrollo del 5G, proyecto también de Huawei, y presiona a sus aliados para que actúen en el mismo sentido, lo que implica un retraso para la humanidad entera, como si alguien hubiera impedido el desarrollo del motor a explosión o internet.

Al mismo tiempo, se estimula a India a crear problemas fronterizos en el Himalaya, China denuncia que EEUU promovió la oleada de conflictos en Hong Kong y responde con un estatuto para anular la autonomía de esta provincia, que perdió en vez de ganar. Pero la economía norteamericana está penetrada por capitales chinos. En bonos de la Reserva Federal, tienen en su control un millón de millones de dólares y hay quienes piensan que por intermediarios podría ser 50% más.


En su frenesí chavista y si el electorado continúa dándole la espalda, podría “expropiar” esos bonos, cosa que tal vez explique su empeño en llamar al Covid-19 “virus chino”, como argumento para actuar. Pero la acción más peligrosa de esta ruleta rusa ha sido la visita del Secretario de Salud norteamericano a Taipei. La comunidad internacional sabe que Taiwan para China es un punto de no retorno, en el que no admiten cuestionamiento y por el que podrían ir a la guerra.

La empresa Lockheed Martin, vendió 60 aviones F-16 a Taiwan, a lo que Xi Jimpin respondió inmediatamente. El jefe del Departamento de Estado, Mike Pompeo declaró hace poco, y no al descuido sino en una conferencia, que la concepción de Nixon de la coexistencia con China bajo la doctrina de “un solo país” ya no existía. Biden dijo en tenor contrario que está dispuesto a rebobinar sanciones y aranceles, y devolver las relaciones al período anterior a Trump.

Las gladiadoras no plañen
Fracaso aplastante en política exterior, todos los problemas empeoraron y no logra resolver ninguno. Los errores cometidos fortalecieron al gobierno más repudiado en la historia de Venezuela. Los artífices en WDC han saboteado sistemáticamente una solución de manera asombrosa. Supongo con la idea de que convenía mantener el conflicto en el año electoral. Lo hecho se pueden resumir en el intento, mil veces fracasado en todas partes, de derrocar al gobierno por medio de un bloqueo económico.

Impedir drásticamente una salida negociada y pacífica de la situación, aliándose con grupos de una amplia carrera de fracasos e intereses turbios. Kamala Harris sería mucho más que Vicepresidenta. En el contexto actual, después de las manifestaciones de violencia callejera en Seattle, Portland, Minessota, represión y guerra cultural, su aparición parece providencial y la decisión política de escogerla, brillante.

Padre caribeño, madre india, eminentes profesionales todos, protestante, divorciada de un ex alcalde negro de los Angeles, hace binomio perfecto con un blanco católico. Primera mujer que llega a la Fiscalía de California (además mulata) y senadora junior del Estado. Sin extremismos conocidos en su brillante carrera, ni en su pensamiento podría, ser, con Biden, la esperanza de que la razón política regrese a la Casa Blanca y al mundo. Una self made woman que se construyó sin lamentos.

@CarlosRaulHer

Malos pensamientos

Carlos Raúl Hernández

Los de filósofos y ensayistas de la revolución resurgida con nuevas formas, llamada por el ideólogo neomarxista Felix Guatari, “revolución molecular disipada”. Más allá del lenguaje complicado y fatuo, busca para romper la cohesión social desde múltiples ángulos, descomponerla en sus moléculas, ensanchar las diferencias naturales entre los seres humanos y exacerbar resentimientos que conduzcan al rechazo. La aplicación de la teoría de los micropoderes de Michel Foucault.

Desde las religiones, hasta el color de piel o el sexo (al que llaman “género”) son instrumentos de discordia. En el esquema revolucionario tradicional, el centro era la lucha de clases, hacer a los trabajadores enemigos de quienes les dan empleo. En el nuevo se apunta a hacer enemiga la mujer de su marido, negros y mestizos de blancos, jóvenes de mayores, musulmanes de cristianos, en una cadena de victimización, mentiras y errores. “Cultura de la cancelación” que refería Jean Maninat aquí mismo.

En 1977 aparece en Le Monde y Liberation una carta que pedía la libertad para un grupo de pedófilos enjuiciados por lascivia con varios pequeños, un episodio conocido como “caso Versalles”. Aunque te rías, el asunto dio origen al Frente de Liberación de los Pedófilos, muy en lenguaje izquierdista de la época. Los redactores de la carta estaban intranquilos por los procesados.

“…Corren riesgo de sentencia penal grave, ya sea por los encuentros sexuales con esos menores o por fotografiarse en ellos”. Exigían reformar el Código Penal para despenalizar en adelante esas situaciones y normalizar tales relaciones entre adultos y niños… cuando fueran de mutuo consentimiento”. El escándalo internacional obedece a que por primera vez se justifica y argumenta “filosóficamente” un delito socialmente tan connotado.


Sex machine
Pero lo más noticioso es que entre los firmantes, aparecían Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Louis Althusser, Michel Foucault, Gilles Deleuze, Jacques Derrida, André Gluksmann, Roland Barthes, Alain Robbe-Grillet. Por lo menos cinco de ellos padres intelectuales de la ahora llamada “política de género”, diferencialismo, deconstructivismo, veganismo,lenguaje inclusivo”.

El feminismo revolucionario (radfem) rechaza al tradicional reformista de mujeres exitosas reales. Cuestionan a Obama y Luther King frente al radicalismo del Black panters como hace Attack. Los revolucionarios culturales no fueron solo artífices de teorías, sino que vivieron la praxis como buenos marxistas. A la muerte de Foucault se evidencia el rumor de su sadomasoquismo. En casa tenía espacios dedicados a dar y recibir torturas, e instrumentos con residuos de sangre seca.

Althusser, además de ahorcar a su mujer a pulso, confesó en su autobiografía “soy una estafa como filósofo… nunca pude pasar de la página siete de la Crítica de la razón pura”. En el caso de la dispareja Sartre-Beauvoir, según la biógrafa británica Carole Seymour-Jones, en su libro Una relación peligrosa (2008) hicieron de la pedofilia un sistema de vida, una especie de maquinaria organizada y eficaz.

La deslumbrante profesora Simone daba clases en liceos, seducía niñas, para luego hacer tríos con Sartre (“mi pequeña bestia domada” como lo llamaba) Pese a la eficiencia, no pudieron evitar escándalos. La madre de la niña Nathali Sorokine de 13 años, la denunció y despidieron a la profesora en 1943. Hubo varios otros incidentes triangulares, entre ellos los de las niñas Bianca Lamblin y Olga Kosackiewicz.

Fiesta para tres
Esta última los obsesionó pasionalmente a ambos, inspiró a Beauvoir La invitada y el ensayo Brigitte Bardot y la emancipación sexual de los menores. Beauvoir es la fundadora del feminismo revolucionario con su obra El segundo sexo. De la siguiente generación, surgen otras dos matriarcas, que se proclaman sus herederas. La norteamericana canadiense Sulamith Firestone.

Fundadora de los movimientos radfem en NY y Chicago, en su libro Dialéctica del sexo, propone “la destrucción de la familia, porque parir es la base de la opresión”, un “acto bárbaro” como defecar una calabaza … “Pero iremos aún más allá… La libertad de todas las mujeres y niños para hacer cuanto deseen sexualmente… la sociedad podría finalmente regresar a su sexualidad polimorfa natural; todas las formas de sexualidad serían permitidas y consentidas…”.

“Si el niño escogiera la relación sexual con adultos, incluida su madre genética, no tendría por qué rechazarlo (y debe darle) la cantidad de sexualidad genital de que el niño fuera capaz. Paciente esquizofrénica, murió de hambre en NY a los 67 años en 2012. Otra es la norteamericana Kate Millett, muy afectada de trastorno bipolar, con su obra Política sexual, en el que insiste en que “uno de los derechos esenciales de los niños está expresarse sexualmente con cualquiera, incluidos los adultos”.

“La libertad sexual de los niños es parte importante de la revolución”. Concibe los sexos tal como las razas y las clases sociales, base estructural de la opresión. Habría que preguntarse por qué los más importantes teóricos post marxistas, ideólogos feministas, veganos, animalistas y multiculturalistas, expresan esa obsesión con los niños. Lamentablemente personas sensatas que de buena fe se declaran partidarias de esas ideologías, no conocen sus meandros y turbideces.

@CarlosRaulHer

La ficción de la mayoría

Carlos Raúl Hernández

Con frecuencia nos referimos a la ficción de la mayoría, entendida como sentimiento, intuición, o incluso mayoría estadística, que no sirven de mucho. Para que la mayoría sea real y tenga efectos pertinentes, requiere que se convierta en votos, y estos, en cargos de representación. Es la transubstanciación política que asombró a Marx en El 18 brumario…, ante “el misterio moderno”: las primeras elecciones universales directas y secretas del mundo, que eligieron Presidente a Luis Napoleón en 1848.

Lo sorprendía que “el Estado burgués se deshace y se rehace a sí mismo”. Pero con las mayorías ocurre a veces como con quienes ganan la lotería, las derrochan, y un tiempo después son más pobres que antes del golpe de suerte. En 2015 la sociedad votó, se hizo mayoría política, pero quienes debían no entendieron aspectos kidergarterinos y la utilizaron para declarar insurrecciones bobas y no para avanzar sobre el Estado.

Las mayorías políticas se rigen por la tecnología constitucional. Hillary Clinton la obtuvo, pero por el esquema de colegios electorales, pese a sus tres millones de votos de ventaja, hoy el presidente de EEUU es otro. Ocurrió parecido entre Al Gore y Bush. Así son las reglas del juego y nadie en ese país las cuestiona. Donde no existe ballotage –incluso en países que si lo tienen- se puede ganar con mayoría simple, en minoría social, como Caldera en 1993.


En Nicaragua se triunfa en primera vuelta con 40% si el que lo obtiene saca una ventaja de diez puntos sobre el segundo. El jefe del Partido Liberal, Arnoldo Alemán, baluarte del sistema, presionó a la Corte de Justicia para que permitiera a Ortega ir inconstitucionalmente a la reelección. Luego Violeta Chamorro se empeñó en lanzar a su nuero, cuyos votos se restaron al contendor real de Ortega, y aquél no pudo llegar al piso de 30%, pese a que las encuestas lo daban vencedor en segunda vuelta.

Murió la inteligencia política
De allí que, como decía Gramsci, en los procesos electorales se prueba la fuerza en votos, pero más importante, la capacidad para conseguirlos, cosa que depende de la organización, la habilidad, la campaña, las alianzas y varias otras variables. En Venezuela la democracia y la política murieron con Gonzalo Barrios, quien demostró, junto a Betancourt, inteligencia incomparable para preservar el sistema, triunfar y avanzar.

Y también, conciliar y retroceder, sin curvarse por veleidades de la opinión pública, incluso de la opinión de su partido, cuando éstas iban a contramano del sentido sabio de la política. Sacrificó su propia presidencia de la república en 1968 y se la donó a Caldera por treinta mil votos turbios en Socopó de Barinas. Mientras el partido sacaba su hacha, Barrios declaró: “prefiero una derrota discutida que un triunfo cuestionado”. Su razonamiento se apoyaba en que AD llevaba dos períodos seguidos en el poder.

Para que la democracia fuera creíble y no se pareciera al régimen del PRI en México, era necesaria la alternabilidad. A su muerte en 1993, manadas de locos tomaron el siquiátrico, AD derroca a Pérez, el Parlamento se convierte en un infierno, y lanzan la historia al abismo. Desde ese año, la demencia, el conflicto, el espíritu reaccionario, la mentecatez, la brutalidad de un país sin liderazgo adelantan la progresiva destrucción de las instituciones. La marcha de la locura no cesó un minuto.

Vienen las historias de la cripta estúpida, paro petrolero, “megaplasta”, 13 de abril, plaza Altamira, de grupos sociales que no cesan de cabecear contra la pared, hasta la verdadera noche de los primogénitos: la abstención en 2005 un parto de los montes que le entregó al gobierno los demás poderes. Luego los políticos parecieron aprender y asumieron la reconstrucción electoral. Pero en 2016 recomenzó el debate abstencionista-insurreccional, en el que ya ruboriza involucrarse.

El Ángel de la Gafedad
Dice la Biblia que un aire espeso flotaba sobre Egipto cuando el Ángel de la Muerte bajó a ejecutar los primogénitos. Aquí el vaho de la estupidez incorpora nuevos aportes. La intervención militar democrática, llamar a una división de las Fuerzas Armadas, un golpe de Estado, que posiblemente dividiría en dos la república, una intervención militar extranjera, petición inconcebible y sin precedentes, ni siquiera en Puerto Rico.

Anuncios

A quienes reciben órdenes del gobierno norteamericano, no se les puede exigir más, por su condición decúbito prono. Están muy cómodos con 660 millones de dólares de subsidios internacionales, que disuelven cualquier invocación al sentido político o a la idea de nación. Están obligados a apoyar sanciones que solo afectan a la población civil ¿Con qué argumentos se puede defender a partidos que convocan golpe militar desde una autopista o intentan una acción mercenaria en Macuto?

Aunque haya algunos inocentes, es muy difícil separar polvo de paja. Pero el Ángel no descansa y entra en el campo de quienes participarán en las elecciones de este año. Por razones ignotas no se divisa que cuaje una alianza unitaria como en 2015. Eso garantiza la dispersión y no es posible aceptar que sea solo demencia la fuerza disgregadora entre quienes quisieran ser líderes. Habrá que recoger vidrios otra vez en 2021, aunque “somos mayoría”. Ojalá no.

@CarlosRaulHer

Vagos, empastelados, fanáticos, extraviados

Carlos Raúl Hernández

En la ciencia ficción de Marx, las revoluciones corresponden a la “ley histórica”, y son un estadio ineludible de las naciones avanzadas en su ruta al comunismo y la felicidad. Fuerzas motrices desatadas, incontrolables, que convierten a los hombres en briznas de paja en el huracán. Nacen, según él, de condiciones materiales objetivas (la industrialización convierte al proletariado y sus familias en mayoría social, más la “lucha de clases”, la pobreza, la explotación, la tiranía, la injusticia, etc.)

Ocurrieron, no obstante, justo en países que carecían del patrón de “condiciones” supuestas por Marx. Las revoluciones castigan la crueldad del “capitalismo. Pero la “etapa superior de la historia”, se desplomó porque fue una pesadilla desde 1793 hasta el socialismo XXI. Pone orden analítico la estasiología que estudia los partidos políticos y su relación con revueltas, jackeries, turbas, golpes de Estado, guerras civiles.


Diferencia enfáticamente los desórdenes, de las revoluciones propiamente dichas, que quebrantan la propiedad, la familia, las relaciones de poder y el derecho a la vida, con el fin de crear la nueva sociedad. Esta perspectiva permite varias conclusiones. Por ejemplo, que la relación de las revoluciones con la pobreza se limita a dos aspectos: la demagogia de los candidatos a dictadores y el futuro de los países que sucumben.


No estallan en la miseria, sino por el contrario, en sociedades de riqueza creciente, pues seres postrados de hambre se concentran en buscar proteínas para sus hijos. Es por eso que asedios económicos no promueven cambios sino los dificultan. Los gobiernos cercados actúan con síndrome de Stalingrado, la desesperación del cul de sac. En reciente curso posdoctoral que impartí, analizamos autores paradigmáticos del tema, Crane Brinton, Gordon Tullock, Samuel Huntington, Chalmers Johnson.

Anuncios

¡Cómpreme Ud. Señorito!
Ellos desmontan los mitos de la pobretología política. Por ejemplo, Rusia pre revolucionaria vivía un incipiente y rápido proceso industrial y por impacto de la producción petrolera de Bakú. El comité central de los bolcheviques era de señoritos ideólogos, mantenidos por familias y amigos y tenían simbólicamente un solo obrero, Tomsky. Fueron los jefes de la pequeña minoría que asaltó el poder sin un tiro ante adversarios inútiles.

Francia en 1789 era rica por años de crecimiento, pero tuvo el invierno más rudo del siglo, perdió el trigo, y el gobierno ese año padecía un alto déficit fiscal. El régimen cae en 1793 por las torpezas de los defensores y el talento político de los revolucionarios. Aunque un tanto anacrónicomente, perdura el momento a través de la imagen romántica de Jean Valjean de Víctor Hugo, preso y perseguido toda su vida por una sociedad miserable, al robar un pan.

Cuba en 1958 era un edén turístico y de negocios con altos niveles de vida, pero los ideólogos impusieron el ícono lastimero del “guajirito”, mientras los negros ascendían meteóricamente con el boom de música afrocubana. Es común que se confundan movilizaciones de calle impulsadas por activistas de partidos, con “el pueblo”. Según Tullock surgen resentimientos por lo que llama “privación relativa”: en los ciclos de modernización devienen gaps de ingresos entre sectores de las clases medias.

Profesionales de punta y empresarios ganan más que otros menos calificados y líderes e intelectuales convencen a parte sustancial de las élites y clases medias de que la situación es desastrosa, para resquebrajar así el bloque de poder que mantiene el orden. Ocurrió en Venezuela cuando la democracia corregía sus errores en un período de renacimiento, con descentralización, reforma municipal, reforma del Estado, desempleo mínimo y crecimiento económico más alto del mundo, 10%, igual que China.

Consejos de la abuela
Tan poderoso fue el impacto ideológico y político del socialismo XXI, que treinta años no bastan para el aprendizaje. Lo apoyaron entonces, han roto con sus consecuencias, pero por ciertos síntomas y lenguajes, demasiados parecen creer que habría que hacer lo mismo, pero mejor (eso sí: ¡sin corrupción!) Es la misma matriz conceptual de los que quieren revolución en Chile, país con óptimos niveles de calidad de vida, democracia, oferta de bienes, salubridad, servicios, y más bajas tasas de desempleo, inflación, pobreza.

Antisociales salen desnudos a quemar dispositivos de alta tecnología, iglesias, comercios, el metro, pedir “libertad sexual” y que se elimine el IVA a los libros. Ruego que Chile se salve de volver a un allendismo “mejor hecho”. Esperemos que los políticos e intelectuales instigadores no cuenten con una eventual torpeza de quienes resisten al Frankenstein, que trabaja con pericia de relojero para descomponer los mecanismos de poder.

Revolución es la idea política más funesta de la modernidad. Por dos siglos contagió los programas de los partidos democráticos con colectivismos y estatismos que pusieron en jaque la civilización hasta finales de los 80 –siguen latentes- y laceraron el avance de Europa que había inventado la industrialización. Tan persistente es su carcundia, que cuando se creía apagada, reaparece en Venezuela, avanzó en Latinoamérica y cruza el Atlántico hacia España.

@CarlosRaulHer