Pasar al contenido principal

Opinión

José Rosario Delgado

El régimen tiránico, a punto de consolidarse como dictadura, ha montado a plena luz del día y delante de todo el mundo un sainete llamado asamblea nacional prostituyente; una farsa, una bufonada que se convertirá en una tragedia cantada si logra bajar el telón con el caricato elenco en primer plano y con el guión comandado por las cheer leaders corifeas y coorinadoras del poder expectoral tan farsantes como quienes, en comparsa y al son de la sambuca, pescuecean por salir y aparecer en el reparto en busca del banquete y las canonjías prometidas y ofrecidas pero nunca repartidas.

Esa comedia adivinada por todo el mundo dentro y fuera del escenario, se presenta como la panacea de todos los males que trajo el régimen dizque revolucionario y bolivariano, pero precisamente sabemos que es otra ficción, una nueva parodia del poder para preservar el poder mismo en su propio beneficio y dejando al soberano sin pan ni circo y cada día más ávido de justicia, de libertad, de democracia, de decencia jurídica y de pudor institucional.

El averno que sufrimos será recordado como un edén en comparación con lo que nos vendría de esas villas y castillos que dibuja la misión viviendo a Venezuela, pues los que quieren perder y perderse son cegados por el Creador para que su paso al más allaíta sea quizás más traumático. Algunos de los bufones que bailan la conga en esta hora loca de la prostituyente fueron tomados por muchos de los aplaudidores como gente seria, pero resultaron ser tan farsantes como quienes les tiran la comida para que la recojan en esa merienda de indigentes refugiados aspirando, al menos, a que se las sirvan, y en un plato.

Los que creen en la paz de los sepulcros, pajaritos preñados, vacas voladoras y huevos de avioneta pintados en ese enredo comicial no saben lo que hacen, pero igual que los demás llorarán lágrimas negras y amargas porque su conciencia, que de seguro aflorará como delicuescencia, les mostrará la miseria infernal en sus lares, en sus propios nidos, sin siquiera unos cuantos bolos “fuertes” ni el plato de lentejas tantas veces prometido.

Desde ya la comedia se adivina y sus resultados se sopesan, pero nada podrá hacerse cuando el destino nos alcance y la tragedia que se vislumbra pase de ser algo virtual para transformarse en la realidad que muchos tememos pero que los actores por el régimen amancebados continúen silbando y tarareando la pegajosa musicalidad que produce el dinero contante y sonante, el puñado de dólares que la vil revolución y su ambición profesional sembraron en sus mentes retorcidas por la codicia. Sin embargo, pagarán; seguro que lo pagarán caro, la taquilla devolverá el costo del boleto…

 2 min


Para sorpresa de muchos, en la parodia de antejuicio seguido a la fiscal general de la República, en la audiencia convocada, con acusadores de oficio por su tendencia política inequívoca y una defensa pública sin alegato válido alguno, el garante de los derechos ciudadanos, el “defensor del pueblo”, solicitó que se sometiera a la investigada, bajo la imputación de delitos encubiertos con la fórmula de faltas graves administrativas, a la sedicente prueba del polígrafo o del llamado “detector de mentiras”.

Este instrumento, aparato o técnica que pretende medir la verdad o falsedad de una aseveración mediante las alteraciones fisiológicas que serían apreciadas en la persona sometida a la prueba, es rechazado en materia probatoria y considerado como viciado, inválido, nulo, además, absolutamente inocuo, ya que la condición de verdadero o falso de un aserto no es determinable como hecho moral y complejo a través de determinadas reacciones susceptibles de equívoca interpretación; pero, sobre todo, porque lo único que queda claro y es evidente es su condición intimidatoria o de coacción que le impide ser empleado para obtener una confesión, pues nadie puede ser obligado a reconocer culpabilidad en causa propia (artículo 49, numeral 5 de la Constitución).

Este procedimiento, patrocinado por policías represivas de algunos países, debe ser objeto del más claro y contundente rechazo, siendo absolutamente extraño que sea un pretendido defensor de los derechos humanos quien lo proponga.

En Venezuela, en nuestra legislación, se rechaza la coacción para admitir un hecho, se considera la declaración de un imputado o investigado como un medio de defensa, la inocencia se presume y quien acusa debe probar lo que imputa, por lo cual, resulta absurdo, inadmisible y condenable la instauración de prácticas de pretendida indagación de la verdad que en nada distan de la justificación de la tortura o de la utilización de medios que sirven para doblegar la voluntad libre de un investigado, lo cual no puede admitirse, ni siquiera con su consentimiento.

Sin darnos cuenta, marchamos a pasos agigantados hacia la instauración de una justicia sancionatoria de corte eminentemente inquisitivo, que se concentra en métodos policiales de tortura, en poderes omnímodos de un juez y en la absoluta indefensión de un acusado.

No hay justicia, sino venganza; no hay juicio, sino linchamiento político; no hay jueces, sino verdugos.

Esta es la realidad que toca enfrentar a quienes han sido declarados “peligrosos” por el régimen en razón de su condición de “disidentes”, lo cual equivale a dejar de lado los hechos, para “juzgar” y condenar por actitudes o por la simple conducta de la vida.

Recurrir al polígrafo, utilizado, eso sí, por parte de cuerpos de policía e inteligencia, incluyendo los del denostado imperialismo, nos remonta –por increíble que parezca– a concepciones lombrosianas que creyeron encontrar un rastro físico o una determinada señal corporal de la conducta delictiva, cuya libertad no puede ser afectada ni quedar sujeta a instrumentos de medición que, simplemente, desconocen la dignidad de la persona humana.

Finalmente, si aceptamos el uso del polígrafo u otras técnicas similares, tendremos la fórmula más expedita para declarar culpables a muchos inocentes y para que muchos inocentes sean condenados como culpables.

aas@arteagasanchez.com

@ArteagaSanchez

24 de julio de 2017

 2 min


Algunos han expresado dudas sobre el documento “Compromiso unitario para la gobernabilidad”, por percibir que el mismo podría tener la intención de darle largas al mandato del 16 de julio de salir del régimen lo antes posible. Entre otros puntos, objetan la mención de realizar elecciones primarias entre los demócratas para escoger nuestro candidato presidencial y la integración de un gobierno de unidad. Respetamos esos puntos de vista, pero pensamos que la crítica es injusta y que dicho documento constituye un buen punto de partida.

En la introducción los firmantes aseveran que "el cambio es inminente". Es decir, que las primarias serían a posteriori. No es posible fijar fecha de cuándo saldremos de esta dictadura totalitaria. La presión de calle, el apoyo moral de los países democráticos y negociaciones bien llevadas, no como las anteriores, deben producir el cambio. Aunque contamos con algunos líderes preparados, ninguno de ellos tiene una aceptación general. Por ello, la elección de nuestro candidato debe ser por primarias

El documente anuncia que la justicia social será prioridad, la unidad una necesidad y que habrá un programa común de gobierno. Este programa contará con el concurso de los partidos democráticos que integran la Unidad y de un Frente Social en el cual estarán representados todos los sectores, inclusive aquellos que respaldan al actual régimen, descartando individualidades incursas en violaciones a los derechos humanos y en corrupción.

Pretender gobernar sin un acuerdo mínimo con algunas personas que han estado cerca del régimen es utópico y antesala de un fracaso. El respeto a la descentralización y el no desatar persecuciones injustas es otro activo del documento.

El qué está acotado, aunque tiene generalidades. El cómo quedó en suspenso, probablemente en aras de evitar discrepancias que debilitarían la unidad. Sería conveniente desempolvar los lineamientos elaborados bajo la coordinación de Ramón Guillermo Aveledo y de Marino González. De nuestra parte, consideramos pertinente definir cómo llenar el vacío entre la salida del régimen y la elección de un nuevo presidente y cómo lograr que algunas medidas inmediatas permitan disminuir la presión social e iniciar la reconstrucción de un país devastado por los bárbaros.

Una opción obvia es que asuma el presidente de la Asamblea, es decir Julio Borges, a quien le correspondería de acuerdo a la Constitución y tiene cualidades para ello ¿Sería aceptable por todos los partidos y por los negociadores de la salida de Maduro? ¿Podría darse una solución como la de Ramón J. Velásquez, a quien no le correspondía sustituir al defenestrado Carlos Andrés Pérez, pero que las circunstancias lo impusieron? ¿Qué perfil debería tener para que sea capaz de tomar medidas que inicien la reconstrucción, propicie el acercamiento y garantice la gobernabilidad?

En cuanto al cómo cumplir con el compromiso con quienes se encuentran en un injusto nivel de pobreza, habrá que establecer algunos subsidios mientras se abate la inflación y se reactiva el aparato productivo. Ello no podrá hacerse sin el apoyo de organismos internacionales, con quienes será necesario negociar para evitar que pretendan imponer medidas drásticas que introduzcan factores desestabilizadores.

Ese posible gobierno provisional requerirá de un equipo eficiente de comunicadores que logren hacer entender a muchos que ser rico no es malo, siempre y cuando sea una riqueza bien habida, que contribuya al desarrollo del país y con conciencia de la responsabilidad social, tal como hace la Polar. También deben contribuir a desmontar la creencia de que el Estado debe manejar empresas porque en el sector privado hay muchos pillos. La experiencia ha demostrado que es lo contrario.

Los militares deben volver a su institución y no incursionar en política, pero no se puede pretender que sean "mudos". En todos los países son requeridos para escuchar su opinión en temas importantes, a través del Alto Mando y sin derecho a ejercer presión por el hecho de contar con las armas.

Un centenar de ciudadanos asesinados, miles torturados, agredidos, encarcelados o que han tenido que emigrar en búsqueda de oportunidades, obligan a todos a contribuir a salir lo antes posible de este régimen y a crear un clima de entendimiento que permita la reconstrucción del país. El Compromiso Unitario es una guía.

Como (había) en botica: Aspiramos que los empleados públicos y militares entiendan que es preferible no votar el domingo que seguir padeciendo humillaciones. Maduro pretende eternizarse en el poder. Ustedes no deben ser cómplices del derrumbe del país. Padrino López, ¿qué sentimiento morboso te impulsa a tolerar asesinatos y atropellos a jóvenes y a mantener preso al general Ángel Vivas? La prisión del Magistrado Ángel Zerpa es otro abuso. Todo demócrata debe sumarse a la huelga del miércoles y jueves, y participar el viernes en la toma de Caracas. Las sanciones de Estados Unidos deben ser solo a corruptos y violadores de derechos humanos ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 3 min


Hablar de Paro Cívico, Huelga General o Marcha Sin Retorno, ha dejado de ser un mito en un país agobiado por la peor crisis, vivida desde los tiempos del caracazo y su tenebrosa secuela de venezolanos, asesinados por la feroz metralla de una Fuerzas Armadas, que vio aquella revuelta de los pobres, como enemigos de la patria y el orden establecido. La mayoría de este país, salvo los jóvenes que hoy se baten contra este gobierno en las calles, jamás imaginábamos vivir de nuevo bajo un régimen donde la vida no tiene ningún valor y donde ven como al peor enemigo a aniquilar, a quienes todos los días salen a protestar por el derecho a la salud, la comida y la democracia conculcada.

Hemos llegado al punto crítico de las definiciones y al parecer ya no hay marcha atrás. Ver en Socopó a las reaparecidas Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL) pavonearse con sus ametralladoras y montadas en sus camionetas y camiones 350 al mejor estilo sirio, indica que los berrinches armados desde Monagas por el acorralado Diosdado, comienzan a tener eco en todos los colectivos armados, quienes desde hace rato han venido asumiendo el control militar de estas primeras escaramuzas contra los nada pacíficos muchachos de la resistencia libertadora. Vamos hacia una masificación de la escalada de violencia política en todo el país y al parecer es muy poco el espacio para el diálogo y la negociación.

Maduro está jugando con candela, aislado y asediado por las fuerzas democráticas del mundo, expresadas en las resoluciones de la Unión Europea, el gobierno de los EEUU, la OEA y MERCOSUR, no le ha quedado otro camino sino radicalizar su estrategia de negociación, al pretender imponer una constituyente donde hasta el pollo Carvajal ha salido a cuestionársela. Nicolás piensa que pudiera jugársela como Rómulo Betancourt, quien, en los inicios de su gobierno, confiado en sus Fuerzas Armadas, provocó y empujó al Partido Comunista y al recién creado Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a una guerra donde era evidente, él la ganaría, como en efecto sucedió. El fraude constituyente es su Rosa Linda y se la va a jugar.

Podrán salir airoso Maduro y Diosdado del embrollo donde han metido al país. Todo indica que el 30 de julio será la chispa por dónde comenzará la quemazón. Del lado opositor nadie se atreve a dar un paso en falso. El recorrido anunciado por la radicalizada MUD nos lleva al filo de la navaja casi imposible de dejar de transitar. El paro por 48 horas, al estilo de los paros armados impuesto por la FARC en sus momentos de esplendor guerrillero, dan señales de la tormenta. Estará dispuesto Padrino López a teñir de sangre cada uno de los centros electorales donde se impondrá la constituyente. Ya Freddy Guevara ha orientado tomar los puntos donde el plan república se ha instalado con sus colchonetas y fusiles.

Vamos a cumplir con las estrategias pautadas por el liderazgo opositor, incluso por el expresado por la Resistencia. Nadie debe ponerse al lado y cada quien ha de tomar el puesto que le corresponda, en esta confrontación por la democracia. Activemos el Paro Cívico Nacional y marchemos hacia a Caracas este viernes, conscientes de no asistir a un simple mitin de cierre de campaña electoral. Atrincherémonos en los alrededores de cada centro electoral, dispuestos a producir el boicot cívico y la mayor abstención electoral conocida en país alguno. ¿Será el inicio del presagiado choque de trenes? Es probable que si, pero, aunque parezca una paradoja, es el único camino para evitar matarnos en la temida guerra civil.

 2 min


Es muy poco lo que se puede agregar, aclarar o comentar sobre el evento del 16J. Su éxito se puede medir en los esfuerzos de la dictadura y sus voceros para desconocerlo; por lo tanto, me parece más importante analizar que sigue después y es a uno de esos aspectos a lo que quiero referirme.

Brotes anárquicos -"dibujos libres", como los llaman ahora- proponen desarrollar los “trancazos”, “plantones” o “paros por varias horas” que se han realizado de manera bastante exitosa cuando son parte de una actividad común y políticamente organizada, en una actividad en sí misma, en una "tranca final”, “definitiva”, “total”, “hasta que el régimen renuncie”. Esta idea surge en parte de la llamada "hora cero", sobre la cual cada quien tiene su interpretación. Para algunos es un "momento" determinado; para otros una "escalada" del conflicto; y para otros, como estamos viendo, es una especie de "grito de guerra" para tomar la calle hasta que caiga el régimen.

Una de las variantes a lo que conduce este desarrollo, según algunos, es al llamado "paro general". Que pareciera para algunos tener un significado mágico, al que basta invocar para que todo se arregle en el país.

Por lo que vimos en varios sectores del país cuando hemos tenido "paros" y "trancazos" por varias horas, de una vez señalo que no me parece una actividad que vaya a ser totalmente exitosa y paso a exponer mis razones, consciente de que este no es, quizás, el mejor medio para discutir el tema, pero como algunos exponen públicamente, por redes sociales o entrevistas de prensa y radio sus conclusiones y opiniones, yo quiero exponer otro punto de vista y sobre todo los argumentos.

Un éxito total de esta actividad sería que el sector empresarial y el laboral ligado a las empresas se incorporaran como tales a un paro general, total, permanente, con empresas cerradas, santamarias bajadas y trabajadores que abandonen sus trabajos y salgan a las calles a manifestar su decisión, pero me temo que esto es hoy algo utópico, difícil que vaya a ocurrir. Conozco bien al sector empresarial del país, por lo menos al industrial, tras haber sido por diez años presidente ejecutivo de una importante asociación industrial nacional, así que me tendrían que mostrar cifras muy contundentes en las cuales basan el posible éxito de un “paro general” en el que algunos están pensando y convocarlo con esta característica podría ser un error político –¡atención Henrique Capriles, María Corina Machado y Freddy Guevara!– que pondría en peligro todo lo avanzado hasta el momento.

Pensar en una “huelga general” o un “paro general” –que son dos cosas diferentes, de las que se habla indistintamente– que se prolongue en el tiempo de manera indefinida, sin medir su eficacia política y sus posibilidades de éxito, en términos de la incorporación al mismo de empresarios y trabajadores, sería un error político que la dictadura espera que cometa el movimiento democratico. Y peor aún, dar ese paso sin contar previamente con una incorporación popular a las protestas, mucho más masiva de la que hoy tenemos, no forzada por "trancas", sería políticamente poco eficaz y podría llevar a un estruendoso fracaso. Hasta ahora el único evento realmente masivo en que todo el mundo participó, incluidos sectores populares, fue la consulta popular del 16J. Tomar eso como un cheque en blanco para convocar a cualquier otro "evento" sería un error.

Veamos algunos pocos hechos que nos servirán para poner en contexto y aclarar porque hago esta afirmación. Independientemente de la disposición de los empresarios y sus empresas de incorporarse a un paro, hoy el sector empresarial e industrial privado, tras la expropiación y cierre de miles de empresas y la pérdida de miles de empleos, es menos significativo desde el punto de vista del empleo y tiene menos fuerza económica que la que tenía hace 15 años y el sector público por su parte ha crecido enormemente, debido precisamente a la expropiación e intervención de empresas.

Por ejemplo, más del 60% de la banca es pública y la privada está fuertemente regulada, de allí que los bancos no se incorporan a ningún paro, el sector de la construcción está casi paralizado, y estos dos son sectores que se tendría que “parar” pues emplean mucha gente. Casi todo el sector metalúrgico, acero y aluminio, es público; al igual que buena parte del sector petroquímico y todo el cementero. Es también en buena medida público y está fuertemente regulado, el sector de alimentos. Y están muy debilitados el resto de los sectores por la situación económica general del país, por el incremento de costos y salarios, regulaciones de precios a las que están sometidos, caída de la producción y el consumo, caída de importaciones por la falta de divisas, etc. Sin contar con que las fuertes regulaciones y controles que pesan sobre las empresas que las hacen muy vulnerables a cualquier presión e intervención del régimen. Sí reprimir a miles de personas en una marcha o manifestación es difícil y sin embargo la dictadura lo hace, controlar, fiscalizar, amenazar a unas cuantas empresas es mucho más fácil y el régimen cuenta con mecanismos para ello que los hemos visto actuar de manera reiterada, “eficiente” y con saña en estos años. Los empresarios no van a arriesgar sus empresas en un paro/huelga de carácter permanente o prolongado en el tiempo, que no sea respondido masivamente, pues corren el riesgo de quedar aislados, arruinados, expropiados o “marcados” como ocurrió en 2002-2003.

Con respecto al éxito en la incorporación de trabajadores al paro, al sector público es difícil incorporarlo por el nivel de control, chantaje y amenaza al que está sometido; y no son solo los empleados del gobierno central y las empresas del estado, sino también los de las gobernaciones y alcaldías controladas por el oficialismo, que son una buena parte del país y de la fuerza laboral pública, y hay muchas regiones y zonas del país en el que el empleo y la economía son generados y dependientes del estado, no olvidemos ese “detalle”.

Con relación al sector privado, como bien me dicen algunos empresarios con los que he conversado: “…que los trabajadores se paren, en la puerta de su empresa con letreros puede tener efecto mediático, si la prensa lo recoge de esa manera pero, las calles seguirán llenas de gente, el transporte igual y la gente sufriendo las consecuencias”. Y no cabe duda que muchas ciudades, cuando no se impida la circulación, con el paso de los días se irán llenando de gente y el transporte, probablemente igual, –al menos el metro, que transporta una buena parte del contingente trabajador– por los miles, millones, de venezolanos que no se pueden dar el lujo de perder un día de ingreso y harán un esfuerzo por ir a sus lugares de trabajo, movilizándose por las ciudades y creando un efecto de que el “paro” solo es exitoso en ciertas zonas de ciudades como Caracas y otras capitales de estado.

Por otra parte, otro punto que no se debe obviar es que en el país hay millones, léase bien, millones de personas que viven de la economía informal o el trabajo por cuenta propia y de lo que ganan cada día. Día que no trabajan, día que no tienen ingreso. En el mismo sector privado, los que están empleados, hay que considerar que aunque no se les descuente el día, el día que no trabajan, en muchos casos no comen. “Ten en cuenta –me decía un empresario– que la mayoría de la gente se alimenta en su lugar de trabajo y si no hay trabajo, si la empresa está cerrada, no comen. Estuvimos fuera 15 días… (por falta de materias primas)… y uno de nuestros empleados perdió más de 2 kilos. Lucía demacrado. Tan es así que cuando hay “trancones” muchos de nuestros trabajadores hasta se vienen caminando… (desde muy lejos)… para no perder el día y es por la comida porque nosotros no les descontamos". Es este un factor que no se debe dejar de lado al considerar la convocatoria de un evento político que pueda tener varios días de duración y que afectará el ingreso y la actividad económica de miles de personas.

Ya lo vivimos a finales de 2002, principios de 2003, con un paro previsto para tres días y que se prolongó varios meses como producto del chantaje vociferante de los que se decían “pueblo”; varias semanas de paro, afectó muy poco al gobierno, pero debilitó enormemente al sector empresarial, al movimiento político y a toda la oposición que ya entonces tenía sobradas razones para querer un cambio en el país. Sabemos que hoy la situación del país es otra y que el régimen ya no cuenta con recursos económicos como antes para enfrentar, "romper" el paro con dadivas o demagogia. Pero aun cuentan con la fuerza física y no les importa lo que ocurra con el país. Ya lo vivimos en 2002 y 2003 y lo vemos hoy en día: el país cayéndose a pedazos, la gente pasando hambre o muriéndose por la falta de medicinas y el régimen sin tomar medidas sobre la situación social y reprimiendo a mansalva, asesinando manifestantes y como si nada ocurriera, proponiendo de manera ilegal e inconstitucional una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que no va a arreglar ninguno de los problemas del país, sino que va a ocasionar mas división entre los venezolanos y va a despilfarrar recursos indispensables para solucionar los graves problemas que padecemos.

No solo los venezolanos y los opositores somos los que estamos en la “resistencia”; el régimen también es capaz de “resistir” días y días, negando todo lo que ocurre, sin hacer otra cosa que reprimir y permitir que el país se siga deteriorando, que la gente pase necesidades y hambre y ellos como si eso no ocurriera, pues ellos no pasan esas necesidades.

Con los resultados del 16J en la mano aún estamos en la fase de “masificar” la protesta. Aun estaremos en la fase de convencer a los sectores más populares del país que es posible enfrentar con éxito a la dictadura y su proyecto de ANC, para lograr una abstención masiva el 30J. Aun estamos en la etapa de promover acciones, que por exitosas ayuden a organizar a la población mientras vencen el escepticismo, el miedo y las dudas. No sé cuáles son estas acciones, por eso apelemos nuevamente a la consulta popular, pero ahora en “asambleas de ciudadanos” y los alcaldes en “cabildos abiertos”, que son medios de participación y protagonismo popular, de carácter vinculante según la constitución, para que promuevan acciones y actividades contra la ANC. Promovamos tareas de contacto directo, divulgación y educación con relaciólos efectos perversos de la ANC. Profundicemos los resultados de la consulta popular del 16J, que movilizó millones de personas en todo el país y el exterior.

Por tanto, cabeza fría, cero romanticismos con ideas o recetas -como huelgas generales- que además se ha demostrado desde hace años que no son del todo eficaces, políticamente hablando, para enfrentar gobiernos dictatoriales. Se comprende el ansia de pasar a nuevas etapas, pero sin verdadera masificación de la protesta, por todo el país, un paro general, total, definitivo, sin que se incorpore la mayor parte de la población y con carácter de tales empresarios y trabajadores, es una aventura que puede traer como consecuencia no solo perder fuerza para luchar contra la ANC sino contribuir al atornillamiento de la dictadura.

Politólogo

21 de julio de 2017

@Ismael_Perez

 9 min


Hace pocas horas, tuve la oportunidad de leer un tweet de Manuel Rosales donde achaca el desprestigio de la MUD a quienes opinamos en las redes sociales, sin obedecer otra línea que la dictada por nuestra conciencia y por los compromisos adquiridos desde niños con la libertad y la decencia.

Si bien no es primera vez que oigo o leo tal desatino, al venir del jefe de unos los partidos angulares de la Mesa y ex candidato presidencial y al quedar evidenciado que no tiene propósito de enmienda ni ánimo de superación ética, me veo en la necesidad de hacer algunos comentarios.

La Mesa de la Unidad Democrática nace de la necesidad de unir fuerzas para contrarrestar la avasallante fuerza electoral del chavismo; decaída ésta, la MUD pierde paulatinamente su razón primigenia de ser y va derivando hacia un arreglo entre partidos para la obtención de beneficios políticos y burocráticos. Con el transcurrir de los acontecimientos, percibió que el desastroso gobierno chavista era el mejor ambiente para su crecimiento y facilidad de alcanzar el poder.

De ahí que si alguien tiene interés de que este régimen se mantenga hasta las elecciones presidenciales del 2018, son los jefes de la MUD con apetitos presidenciales. Correr la arruga «de a poquito», prometer hoy e incumplir mañana, repartir esperanzas como se reparten caramelos en fiestas de niños y dejar que el tiempo continúe su paso inexorable, es la táctica de los ambiciosos precandidatos.

La gente siente que la MUD es una de las patas del trípode que sostiene al régimen que nos agobia y su desprestigio deriva de hechos, absolutamente inexcusables.

Con su conducta durante el descarado fraude electoral que dio la victoria a Maduro en 2013, al apelar a vías «legales» que de antemano se sabía que eran inocuas desde todo punto de vista, inició el descenso por el barranco que hoy la tiene en el pozo. Un pueblo listo para la batalla no ocultó su estupor ante el anuncio de Capriles de que apelaría al muy chavista Tribunal Supremo de Justicia.

El desprestigio de la MUD obedece a quienes producen sus verdades y no a quienes las narran. Está desprestigiada porque no ha explicado ni explicará el por qué se negó a apoyar «la salida» propuesta por Leopoldo López y que hoy quedó demostrado que era el camino correcto; desprestigiada está por las reuniones secretas en República Dominicana, donde actuaron como dueños de la voluntad de sus conciudadanos; desprestigiada está por atacar a todo aquel que no se someta a sus líneas y despreciar a la muchacha heroica que ha regado con valor y sangre las calles del País.

Desprestigio produce la presencia militante de Timoteo Zambrano y Juan Carlos Caldera, ingratamente recordados por sus fechorías.

La MUD goza de merecido desprestigio porque aceptó pasivamente que a María Corina Machado le arrebataran su curul de forma arbitraria e inconstitucional; no es prestigio lo que ganó cuando el gorilato gobernante le arrancó a la Asamblea Nacional los tres diputados de Amazonas, provocando apenas unas cuantas protestas sin destino.

Casi raya en traición a la Patria al aceptar el reglamento del CNE que -en la práctica- hizo de los referendos revocatorios metas inalcanzables y, lo que es peor, al llamar al firmazo para revocar a Maduro, cuyo verdadero y logrado objeto era inscribirse como grupo de electores.

Imposible que resultara prestigioso el incumplimiento de todas las promesas que hizo para lograr la avalancha de votos en las elecciones legislativas de 2015, y la sumisa aceptación de las arbitrarias medidas que contra la Asamblea ha tomado el Ejecutivo, tal como negarle el dinero requerido para el pago de los diputados.

La sociedad civil aún espera explicación convincente sobre las razones que llevaron al secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, a dar por concluida la multitudinaria marcha del 1° de septiembre pasado, a las dos de la tarde y sin haber logrado el menor objetivo. También espera explicación clara sobre lo expresado el 9 de mayo de 2014, por la subsecretaria de Estado Roberta Jacobson en el senado estadounidense, acerca de la oposición de la MUD a la aplicación de sanciones económicas a funcionarios venezolanos violadores de derechos humanos.

Sería bueno saber las razones del desapego de la MUD a las dignas gestiones de Aristiguieta Gramcko sobre la nacionalidad de Maduro o de su ensordecedor silencio ante la barbarie ensañada con el digno general Ángel Vivas y su familia.

La MUD jamás se ha pronunciado sobre el carácter extranjero del régimen que nos desgobierna, a pesar de que desde los tiempos de la colonia no habíamos tenido un Capitán General tan conspicuo como Maduro, atento a las órdenes de sus amos extranjeros.

Quizás el hombre de las «peras al horno» desconozca que el prestigio es directamente proporcional a la rectitud de la conducta, y que –en política– generalmente está asociado a la admiración de un pueblo agradecido.

turmero_2009@hotmail.com

@DulceMTostaR

http://www.dulcemariatosta.com

 3 min


Lester L. López O.

Apreciación de la situación política # 114

La semana que recien se inicia viene acompañada de elevadas expectativas - y mayores incertidumbres- para los venezolanos. Algunos, con sobrada razón, piensan que se llegará al frecuentemente citado “choque de trenes” entre la oposición y el gobierno, ambos, con suficientes fuerzas acumuladas, aunque de diferentes naturalezas, para lograr sus particulares propósitos: la oposición, para intentar impedir que se produzca la elección de la fraudulenta asamblea constituyente impuesta por el vocero principal del régimen, y el gobierno, para lograr su propósito de elegirla e instalarla.

La oposición democrática, luego de más de 100 días de protestas continuadas con un saldo trágico de fallecidos, heridos y detenidos por el régimen, anunció la llegada de la “hora cero”, con una serie de actividades de calle incluyendo boicotear el evento electoral para impedir la elección el mismo 30 de julio, cuando está previsto. Esto, puede que resulte. Pero no por estas acciones necesariamente que sin dudas, han contribuido decididamente a llegar a este climax, sino, más bien, porque a última hora y jugandose “una carta bajo la manga” el régimen desista de realizarlas por presiones de la comunidad internacional que ampliamente ha manifestado su rechazo y desconocimiento a su instalación, pero principalmente, porque el propio jefe del régimen y algunos colaboradores, en una autoevaluación objetiva de las ventajas y desventajas que esta asamblea constituyente tendría, acabaría por concluir que lo mejor es anular o “suspender” la convocatoria.

Esta autoevaluación repasaría los siguientes aspectos:

  1. Es indudable que las protestas de la oposición democrática por tanto tiempo y con el saldo de fallecidos y violaciones a los derechos humanos, pero principalmente los resultados de la consulta popular del 16J, ha mermado, peligrosamente, la credibilidad del régimen ante la comunidad internacional donde algunos voceros e instituciones de peso, no han dudado en calificar la convocatoria de ilegal e ilegítima y por lo tanto han solicitado su desactivación.
  2. Unido al punto anterior, esa misma comunidad internacional ha reconocido a la Asamblea Nacional como un poder legal y legitimo y en pleno uso de sus funciones atribuidas por la Constitución, por lo que existen más posibilidades de que se reconozca a la AN y al propuesto gobierno de Unidad Nacional en formación, que al propio gobierno y a la constituyente si se instala;
  3. En este orden de idea, el gobierno no estaría en capacidad de solicitar ayuda financiera internacional, ya bastante mermada, por la falta de credibilidad y legitimidad ante los posibles acreedores. La reciente amenaza del presidente del norte de aplicar sanciones económicas no se pueden obviar, especialmente porque es el único que está proveyendo de dólares al país por la compra de petróleo;
  4. Con esas perpectivas y la calle encendida por las protestas, el argumento que la ANC era el único mecanismo de garantizar la paz está bastante comprometido, pero además, en definitiva, tampoco va a resolver la crisis imperante en el país, por lo que a los 15 días de instalada, ya el propio pueblo chavista comenzará a rechazarla;
  5. La idea inicial con esa constituyente era dotarse de una “institución” que le diera plena autonomía al régimen para hacer lo que quisiera, pero con el descredito en el que ha caido, aún sin haberse elegido los diputados, esa idea se ha ido desdibujando, además, con el actual poder que esgrime el gobierno poco más puede aportar esa ANC, que no sea convertirse en un peligro para el propio régimen y su jefe;
  6. De hecho, al instalarse la ANC con poderes supranacionales, se está instalando un nuevo gobierno de facto ¿Quién garantiza al jefe, a los gobernadores y alcaldes, a los ministros, su permanencia en el poder? El difunto eterno contaba con el apoyo de las mayorias cuando se sometió a la anterior asamblea constituyente, pero esa no es precisamente la situación de su heredero con menos del 15% de aceptación popular;
  7. Una cosa es ser candidato y otra cosa es estar ya entronizado como diputado constituyente. Entre los candidatos visibles si observan muchos que no son completamente leales al jefe del régimen, sino estan jugando con otra facciones en pugnas dentro del mismo psuv ¿Quién garantiza que una vez en sus cargos de diputados no desconozcan al actual mandatorio y lo renuncien?
  8. Al jefe le quedaría, en teoría, el alto mando militar para disolver la ANC ¿Pero a que costo? y si le obedecen;
  9. Anular la convocatoria fraudulenta volvería la situación a las exigencias originales de las protestas por parte de la oposición democrática: negociar elecciones, restablecer el estado de derecho, liberar presos políticos y aceptar ayuda humanitaria para paliar la crisis económica. Con eso se puede ganar tiempo y mantener el control del régimen con cierto reconocimiento internacional.

Bajo esta optica, sería un acto temerario, casi suicida, para el mandatario continuar con la convocatoria. ¿Cómo salirse del paquete? Queda la carta bajo la manga: ordenar a algunos leales al régimen que intruduzcan una acción de amparo, o de anulación, o de lo que se le ocurra, en defensa de los intereses difusos o particulares ante la sala electoral del TSJ para que anulen la convocatoria y esta, solicitamente, sentencia a favor de la anulación.

Todavía a estan a tiempo…

@lesterllopezo

 4 min