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José E. Rodríguez Rojas

Hiperinflación y mengua del salario universitario

José E. Rodríguez Rojas

La hiperinflación pulverizó la capacidad de compra del docente universitario a finales del año 2017. En consecuencia, al inicio del presente año el salario de un profesor con categoría de Agregado descendió hasta representar un 7% de la canasta básica. En los meses posteriores la capacidad de compra del salario no ha podido superar los niveles de inicio de año. El crecimiento explosivo de la canasta básica (CB), impulsado por la hiperinflación, ha anulado los logros de la última convención colectiva y de los asociados a los aumentos de salario mínimo.

En el año 2001 el salario de un profesor universitario era superior a la canasta básica, a partir de allí la capacidad de compra de los profesores ha venido cayendo. A finales del año 2017 la inflación tomó nuevos bríos transformándose en hiperinflación, ello se tradujo en una caída adicional de la capacidad de compra de los docentes, el ingreso mensual de un profesor con categoría de Agregado descendió hasta representar 7% de la canasta básica del Cendas (un organismo ligado a la Federación Venezolana de Maestros). El profesor se vio obligado a buscar ingresos complementarios que le permitieran sufragar el 93% de su gasto de vida. La hiperinflación había pulverizado la capacidad de compra del salario del docente universitario (Ver: Rodríguez Rojas, José E. Hiperinflación y salario universitario. Dígalo Ahí, 5 de enero del 2018).

En el contexto descrito un grupo de sindicatos oficialistas iniciaron conversaciones con el Ministerio de Educación Universitaria llegando a acuerdos que derivaron en un nuevo contrato colectivo, en el primer semestre de este año. Gracias a éste el ingreso mensual de un profesor Agregado, en el mes de julio, ascendió al equivalente a 416 bolívares soberanos lo que representó el 3,6% del valor de la canasta básica. Este porcentaje se reduce al 2% en el mes de agosto, debido al incremento del valor de la canasta básica (ver cuadro 1). Como es evidente el crecimiento de la hiperinflación anuló los logros que se obtuvieron en la convención colectiva. El nuevo salario continuaba siendo abiertamente insuficiente para cubrir las necesidades del profesor y de su familia, obligando al docente a buscar otros ingresos para malvivir.

Cuadro 1. Evolución de la capacidad de compra de un profesor agregado entre los mese de julio y septiembre del 2018.

Julio

Agosto

Septiembre

Canasta básica (CB) en Bs. soberanos

11.572

20.817

41.034

Ingreso mensual de un profesor en Bs. soberanos (S)

416,37

416,37

3.002

S/CBx100

3,6

2,00

7,2

Fuentes: El Universal. 2018, Finanzas Digital. 2018, APUCV-Maracay, cálculos propios. Notas: el ingreso mensual del profesor agregado incluye el salario básico y la cesta ticket o bono alimentario. La proyección de la CB para septiembre se hizo asumiendo que los precios entre septiembre y agosto se duplicarían, lo que está ligeramente por encima del crecimiento de los precios en los dos meses previos que fue de 80%, según el comportamiento de la CB del Cendas.

En el mes de agosto el gobierno decidió, en el marco de las nuevas medidas económicas, aprobar un nuevo tabulador salarial para los trabajadores de la administración pública. El nuevo tabulador implicaba un achatamiento de la tabla salarial que viola las convenciones colectivas vigentes. El tabulador y la idea del achatamiento de las tabla salarial se hizo extensiva a las universidades echando por tierra los acuerdos alcanzados en la última convención colectiva, desmejorando sensiblemente la remuneración de los profesores y otros miembros de la comunidad universitaria; si los comparamos con los salarios calculados según los criterios aprobados en la citada convención. En el nuevo tabulador un profesor con categoría de Agregado devenga un ingreso mensual de 3.002 bolívares soberanos. En el cuadro 1 proyectamos el crecimiento de la canasta básica para el mes de septiembre, como podemos observar el nuevo salario devengado por un profesor con categoría de agregado representa un 7,2% de la canasta básica estimada. En consecuencia el profesor ha regresado a la situación del mes de enero de este año, cuando debía buscar ocupaciones alternativas para financiar más del 90% de su gasto de vida.

En consecuencia el salario universitario continuará siendo un ingreso abiertamente insuficiente forzando al docente a buscar otras opciones que le permitan cubrir los gastos de vida de él y su familia, convirtiéndose en un ingreso complementario al generado por las otras actividades. El ausentismo laboral que ha caracterizado la vida universitaria en el periodo reciente continuará, así como las renuncias de profesores que se ven obligados a buscar en otras latitudes una mejor remuneración a su trabajo, dejando cátedras y laboratorios al garete.

Como se ha hecho evidente, ni las negociaciones colectivas ni los aumentos de salario por decreto son la solución para la recuperación de la capacidad de compra de los profesores a los niveles del año 2001. Es necesario detener la escalada de precios que significa la hiperinflación, mediante la implementación de un plan de estabilización macroeconómica cuyo propósito central sea el control de este flagelo. Así la han planteado economistas de diversas tendencias políticas que incluyen a personeros del chavismo, como Rodrigo Cabezas ex ministro de finanzas de Hugo Chávez, que enfatizó este planteamiento en entrevistas recientes.

Referencias

El Universal. 2018. Cendas: en Bs. 20.817 se ubicó canasta en agosto. El Universal, 20 de septiembre.

Finanzas Digital. 2018. Cendas, canasta básica familiar de julio 2018 fue de Bs. 1.157.252.851,26. Aumentó 503.038.177,23 bolívares. 21 de agosto (disponible en: www.finazasdigital.com)

Profesor UCV

josenri2@gmail.com

El viaje a China fue una treta

José E. Rodríguez Rojas

El viaje de Maduro a China fue una treta para mostrar que el gobierno está obteniendo un nuevo financiamiento para su programa económico, cuando en realidad se trata de un viejo préstamo aprobado en el gobierno de Hugo Chávez. Estos recursos serán entregados a las empresa chinas que laboran en Venezuela, para ser utilizados en la recuperación de la producción petrolera, que era su propósito inicial.

La relación entre Venezuela y China ha evolucionado hacia una relación financiera compleja y muy accidentada. En el marco de esta relación se inició la construcción de una refinería la cual no se culminó. De igual modo se firmaron cartas de intención para la realización de otros proyectos que al final no se concretaron. En este contexto se aprobó un préstamo de 5.000 millones de dólares, en el último año de gobierno de Hugo Chávez, los cuales serian utilizados para la recuperación de pozos petroleros y detener así la caída de la producción. Cada año, entre el 2014 y el 2017, se anunció con bombos y platillos que dichos recursos se utilizarían, pero al final no se concretó nada, continuando una pauta donde la ejecución está muy atrasada en relación a las cartas de intención.

Ahora estamos ante un nuevo anuncio de acuerdo al cual los recursos mencionados, al fin se utilizarán, pero esta vez la decisión se da en un contexto muy particular. Una de las críticas más sensatas al programa económico de Maduro, es que no ha podido conseguir financiamiento externo para aliviar el déficit de divisas que impide reducir el peso de la deuda y reactivar la importación de materias primas necesarias para la recuperación del aparato productivo, además de estabilizar la relación entre el bolívar y el dólar. Ante esta crítica, Maduro emprende un viaje a China para presentar el viejo préstamo de 5.000 millones como resultado de su gestión para conseguir financiamiento externo, lo que le permitiría repotenciar su programa económico.

Como hemos tratado de hacer evidente se trata de una treta, ya que el préstamo en cuestión no es nuevo. En segundo lugar hay que acotar que el préstamo no es para apoyar el programa económico del gobierno o refinanciar la deuda externa. Desde el inicio de su aprobación el préstamo tiene un propósito específico, será destinado a la recuperación de pozos petroleros para intentar detener la caída de la producción. De tal manera que estos recursos no se entregarán al gobierno o a PDVSA sino a las empresas petroleras chinas para que éstas lo utilicen con el propósito anunciado.

En la relación entre Venezuela y China se ha ido acumulando una enorme deuda que en los momentos actuales se estima en un poco más de 20.000 millones de dólares. Esta deuda se ha estado pagando con crudo. Hasta hace poco se estaban enviando 500.000 barriles diarios, pero debido a la caída de la producción esta cantidad se ha reducido a la mitad. En consecuencia los chinos están razonablemente preocupados porque, de continuar la caída de la producción, Venezuela podría declararse en default, al no poder enviarle ni siquiera la menguada cuota que le ha estado remitiendo. Debido a ello es comprensible que los chinos hayan estado dispuestos a entregar una pequeña cantidad de recursos, que el Ministro Simón Zerpa estima en unos 250 millones de dólares, para detener la caída de la producción. Sin embargo el daño a la industria petrolera es muy grande y las necesidades de inversión para detener la caída de la producción son gigantescas, por lo que el monto señalado por Zerpa es muy pequeño e insuficiente, en consecuencia existe una alta probabilidad de que ello no funcione y la producción continúe descendiendo.

A la insuficiente magnitud del monto del préstamo se añade que la gestión del General Quevedo al frente de PDVSA refleja su impericia y desconocimiento del negocio petrolero, lo cual contribuye al escepticismo de los especialistas sobre las posibilidades de recuperación de la producción. El desanimo del gobierno y de PDVSA sobre las posibilidades de recuperación de la producción es tal, que acordaron realizar una misa para rogarle al altísimo un milagro, porque es obvio que debido a la pésima gestión del General Quevedo es muy poco probable que tal recuperación se dé, sin una gestión del todopoderoso.

Nota: el grueso de este escrito se fundamenta en los planteamientos del economista Orlando Ochoa, en una entrevista reciente en el programa CNN Dinero.

La igualación del salario

José E. Rodríguez Rojas

En el marco de las medidas económicas anunciadas recientemente se aprobó un nuevo tabulador salarial para la Administración Pública, que implicó un achatamiento de la tabla salarial que viola las convenciones colectivas vigentes. El tabulador y la idea del achatamiento de la tabla salarial se hizo extensiva a las universidades, echando por tierra acuerdos alcanzados en la última convención colectiva, desmejorando sensiblemente las remuneraciones a percibir por los miembros de la comunidad universitaria. El achatamiento de la tabla salarial busca igualarnos por debajo, sumergirnos en un estado de precariedad donde sea necesario acudir a los beneficios del carnet de la patria con la subordinación que ello implica a las directrices gubernamentales.

El salario mínimo había descendido en julio pasado hasta un valor equivalente al de un dólar del mercado paralelo. Ciertamente era necesario incrementar su valor como un acto de justicia social. Entre las medidas que se decretaron en el contexto del programa de recuperación económica decretado por Nicolás Maduro se produjo un fuerte incremento del salario mínimo de 3.000 por ciento.

En las contrataciones colectivas vigentes el salario mínimo opera como un piso, en consecuencia era de esperar que los salarios de la Administración Pública, que se encontraban rezagados frente a los del sector privado, se incrementaran en una magnitud similar a la del salario mínimo. Sin embargo a inicios del mes de septiembre el Ministro de Comunicaciones del régimen lanzo un balde de agua fría sobre las expectativas de los trabajadores del Estado, anunciando que ninguna remuneración percibida por ellos superaría la del salario mínimo. De acuerdo a las palabras del todopoderoso ministro el salario mínimo no actuaría como un piso, sino como techo de las remuneraciones de los empleados del Estado.

Cuando se publicó la tabla salarial de los empleados públicos en la gaceta oficial se pudo concretar los alcances de las palabras del ministro. En dicha tabla se puede observar que en efecto el salario base de los trabajadores del Estado es el salario mínimo, pero al mismo tiempo se hace evidente que el mayor salario al que puede aspirar un profesional universitario en la Administración Pública es de 1,5 salarios mínimos. Se ha producido en el tabulador salarial lo que la economista Tamara Herrera llama un achatamiento del tabulador salarial, donde el salario mínimo opera como ancla halando hacia abajo los salarios de las diversas categorías.

Según los sindicatos esto viola las convenciones colectivas firmadas por todos los sectores organizados que laboran para el Estado Venezolano. Según estas organizaciones y los especialistas en cuestiones laborales que los asesoran, no se pueden eliminar derechos adquiridos en las contrataciones colectivas, pues ello va en contra de la idea de progresividad de estos derechos, contemplados en la constitución nacional y en las convenciones internacionales que Venezuela ha suscrito.

El tabulador salarial de los empleados públicos y la idea subyacente en el mismo de achatamiento de la tabla salarial, se ha trasladado a las universidades. El tabulador salarial de las universidades ya fue aprobado y se nos pagará en septiembre de acuerdo a éste. En la tabla salarial universitaria aprobada, el salario mínimo opera como un punto de partida del tabulador, mientras en la tabla de la última convención colectiva el menor salario a devengar por un obrero era de 4,75 salarios mínimos. Además de alterar esta parte de la convención colectiva también se redujeron las interescalas, es decir el margen salarial que existe entre las diversas categorías. Al igual que en la tabla salarial de la Administración pública, se ha producido un achatamiento del tabulador donde el salario mínimo opera como un ancla arrastrando los salarios de las diversas categoría hacia abajo. Llama la atención que el gobierno ya no respeta ni siquiera los acuerdos firmados con su propia gente. Como todos sabemos, la última convención colectiva fue firmada con un sindicato afín al gobierno, dejando por fuera al resto de las organizaciones sindicales universitarias.

En consecuencia cuando comparamos las remuneraciones de las diversas categorías de los profesores universitarios encontramos que, producto del achatamiento de la tabla, las remuneraciones vigentes equivalen a un poco más de un diez por ciento de la que nos corresponderían de aplicarse las normas de la última convención colectiva (ver cuadro 1). Un profesor con categoría de Instructor, por ejemplo, devengará un salario básico de 2.510 bolívares soberanos, mientras, de aplicarse las normas de la última convención colectiva, el salario debería ascender a 19.685 bolívares soberanos. Esto sin considerar las primas, ya que este es otro asunto que no está claro si ha sido modificado también.

Cuadro 1. Sueldos de profesores universitarios. Última Convención Colectiva vs aprobados.

Categorías

Instructor

Asistente

Agregado

Asociado

Titular

Convención Colectiva

19.685

22.244

25.136

28.403

32.096

Aprobados

2.510

2.661

2.822

2.992

3.171

Fuente: APUCV-Maracay

El achatamiento de la tabla salarial tiende a igualarnos a todos por debajo, en una zona cercana al salario mínimo donde nuestra capacidad de compra linde con la precariedad; debiendo acudir necesariamente a los beneficios que brinda el carnet de la patria, con la subordinación a las directrices gubernamentales que ello implica.

Profesor UCV

josenri2@gmail.com

La igualación del salario

José E. Rodríguez Rojas

En el marco de las medidas económicas anunciadas recientemente se aprobó un nuevo tabulador salarial para la Administración Pública, que implicó un achatamiento de la tabla salarial, que viola las convenciones colectivas vigentes. El tabulador y la idea del achatamiento de la tabla salarial se hizo extensiva a las universidades, echando por tierra acuerdos alcanzados en la última convención colectiva, desmejorando sensiblemente las remuneraciones a percibir por los miembros de la comunidad universitaria. El achatamiento de la tabla salarial busca igualarnos por debajo, sumergirnos en un estado de precariedad donde sea necesario acudir a los beneficios del carnet de la patria con la subordinación que ello implica a las directrices gubernamentales.

El salario mínimo había descendido en julio pasado hasta un valor equivalente al de un dólar del mercado paralelo. Ciertamente era necesario incrementar su valor como un acto de justicia social. Entre las medidas que se decretaron en el contexto del programa de recuperación económica decretado por Nicolás Maduro se produjo un fuerte incremento del salario mínimo de 3.000 por ciento.

En las contrataciones colectivas vigentes el salario mínimo opera como un piso, en consecuencia era de esperar que los salarios de la Administración Pública, que se encontraban rezagados frente a los del sector privado, se incrementaran en una magnitud similar a la del salario mínimo. Sin embargo a inicios del mes de septiembre el Ministro de Comunicaciones del régimen lanzo un balde de agua fría sobre las expectativas de los trabajadores del Estado, anunciando que ninguna remuneración percibida por ellos superaría la del salario mínimo. De acuerdo a las palabras del todopoderoso ministro el salario mínimo no actuaría como un piso, sino como techo de las remuneraciones de los empleados del Estado.

Cuando se publicó la tabla salarial de los empleados públicos en la gaceta oficial se pudo concretar los alcances de las palabras del ministro. En dicha tabla se puede observar que en efecto el salario base de los trabajadores del Estado es el salario mínimo, pero al mismo tiempo se hace evidente que el mayor salario al que puede aspirar un profesional universitario en la Administración Pública es de 1,5 salarios mínimos. Se ha producido en el tabulador salarial lo que la economista Tamara Herrera llama un achatamiento del tabulador salarial, donde el salario mínimo opera como ancla halando hacia abajo los salarios de las diversas categorías.

Según los sindicatos esto viola las convenciones colectivas firmadas por todos los sectores organizados que laboran para el Estado Venezolano. Según estas organizaciones y los especialistas en cuestiones laborales que los asesoran, no se pueden eliminar derechos adquiridos en las contrataciones colectivas, pues ello va en contra de la idea de progresividad de estos derechos, contemplados en la constitución nacional y en las convenciones internacionales que Venezuela ha suscrito.

El tabulador salarial de los empleados públicos y la idea subyacente en el mismo de achatamiento de la tabla salarial, se ha trasladado a las universidades. El tabulador salarial de las universidades ya fue aprobado y se nos pagará en septiembre de acuerdo a éste. En la tabla salarial universitaria aprobada, el salario mínimo opera como un punto de partida del tabulador, mientras en la tabla de la última convención colectiva el menor salario a devengar por un obrero era de 4,75 salarios mínimos. Además de alterar esta parte de la convención colectiva también se redujeron las interescalas, es decir el margen salarial que existe entre las diversas categorías. Al igual que en la tabla salarial de la Administración pública, se ha producido un achatamiento del tabulador donde el salario mínimo opera como un ancla arrastrando los salarios de las diversas categoría hacia abajo. Llama la atención que el gobierno ya no respeta ni siquiera los acuerdos firmados con su propia gente. Como todos sabemos, la última convención colectiva fue firmada con un sindicato afín al gobierno, dejando por fuera al resto de las organizaciones sindicales universitarias.

En consecuencia cuando comparamos las remuneraciones de las diversas categorías de los profesores universitarios encontramos que, producto del achatamiento de la tabla, las remuneraciones vigentes equivalen a un poco más de un diez por ciento de la que nos corresponderían de aplicarse las normas de la última convención colectiva (ver cuadro 1). Un profesor con categoría de Instructor, por ejemplo, devengará un salario básico de 2510 bolívares soberanos, mientras, de aplicarse las normas de la última convención colectiva, el salario debería ascender a 19.685 bolívares soberanos. Esto sin considerar las primas, ya que este es otro asunto que no está claro si ha sido modificado también.

Cuadro 1. Sueldos de profesores universitarios. Última Convención Colectiva vs aprobados.

Categorías

Instructor

Asistente

Agregado

Asociado

Titular

Convención Colectiva

19.685

22.244

25.136

28.403

32.096

Aprobados

2.510

2.661

2.822

2.992

3.171

Fuente: APUCV-Maracay

El achatamiento de la tabla salarial tiende a igualarnos a todos por debajo, en una zona cercana al salario mínimo donde nuestra capacidad de compra linde con la precariedad; debiendo acudir necesariamente a los beneficios que brinda el carnet de la patria, con la subordinación a las directrices gubernamentales que ello implica.

Profesor UCV

Josenri2@gmail.com

Huyendo del infierno bolivariano

José E. Rodríguez Rojas

.La vicepresidente del gobierno Delcy Rodríguez, en una alocución reciente, ha tratado de enmascarar la magnitud de la oleada migratoria venezolana. Ella y otros miembros del gobierno de Maduro, han presentado las imágenes de los venezolanos huyendo del infierno bolivariano, como una campaña mediática del “Imperio” y de sus lacayos (los países del llamado “Grupo de Lima”) contra la revolución bolivariana.

La revista The Economist publicó recientemente un artículo (ver síntesis al final de este texto) sobre la crisis migratoria, utilizando cifras de la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas. El artículo revela que es el más grande movimiento humano que se ha producido en la historia reciente de América Latina y ha involucrado a 2,3 millones de personas. Rivaliza en su magnitud con los movimientos migratorios impulsados por la guerra en Afganistán y el sur de Sudan. El fenómeno se ha incrementado en la medida que la crisis económica de Venezuela se ha agravado. Si bien algunos países han impuesto restricciones a los venezolanos, la mayoría han mantenido una política de fronteras abiertas. Nuestro hermano país Colombia ha sido el principal obstáculo a la imposición de restricciones y ha mantenido una política de regularización de la situación de cientos de miles de inmigrantes que han llegado a su frontera. En ese sentido ha correspondido a la generosidad que mostró Venezuela en otros tiempos, duros para nuestros vecinos, cuando cientos de miles de colombianos se desplazaron a Venezuela huyendo de la guerra. Sin embargo en algunos casos como en la frontera con Brasil se han presentado casos de xenofobia contra los venezolanos. Ésta se ha institucionalizado, debido a razones electorales, un reflejo de ello es que el gobernador del estado ha solicitado el cierre de la frontera. Pero esto no detendrá a los venezolanos, pues como dice un sacerdote español que ayuda a los inmigrantes “aquí es el purgatorio, pero allá es el infierno”.

Síntesis del artículo publicado en la revista The Economist: “La ola bolivariana. Una ruda recepción espera a muchos venezolanos que abandonan su país” *.

El éxodo venezolano es el más grande movimiento de personas en la historia reciente de América Latina. Desde que la economía venezolana comenzó a contraerse en el año 2014 bajo el gobierno de Nicolás Maduro, alrededor de 2.3 millones de venezolanos han buscado refugio en los países vecinos. El éxodo rivaliza en su magnitud con los movimientos migratorios impulsados por la guerra en Afganistán y el sur de Sudan.

A diferencia de muchos países ricos que han cerrados sus puertas a los inmigrantes provenientes del norte de África y el medio oriente, los gobiernos latinoamericanos en su mayoría han mantenido sus fronteras abiertas a los venezolanos. Los gobiernos de izquierda como el de Bachelet en Chile relajaron sus leyes de inmigración, dice Luisa Feline Freier de la Universidad del Pacifico de Lima, Perú. Los gobiernos de derecha y de centro que les sucedieron en varios de los países han mantenido esas políticas como una censura al régimen de Maduro.

En la medida que la crisis económica de Venezuela se ha agudizado el número de personas que abandona el país se ha incrementado. A diferencia de las oleadas migratorias iniciales, los nuevos emigrantes tienden a ser pobres. El éxodo ha presionado a algunos países a tomar medidas para imponer restricciones en sus fronteras. La señora Freier teme que los países latinoamericanos llegaran pronto a estar tan cansados de los inmigrantes como los países europeos.

Algunos países como Ecuador y Perú han impuesto requerimientos de pasaporte para poder entrar a su país. Muchos de los inmigrantes carecen del documento debido a la crasis de papel en Venezuela y otras carencias; el trámite burocrático toma dos años, se puede agilizar el mismo por los caminos verdes pagando 1000 dólares, que la gran mayoría no tiene. Sin embargo la mayoría de los países hacia donde se han dirigido los venezolanos han mantenido una política más flexible, como ha sido el caso de Chile, que se ha convertido en un imán para los inmigrantes debido a la fortaleza de su economía. El número de extranjeros registrados allí se ha elevado cinco veces en una década, hasta alcanzar la cifra de 750.000 personas en el último año (alrededor de 4,5 % de la población). Quizá 300.000 o más están viviendo ilegalmente en Chile. El último año el número de venezolanos en Chile creció en 100.000 personas. Más de 100.000 personas vienen también de Haití. Una encuesta el último año encontró que 2/3 de los chilenos desean que se restrinja la migración. El recién electo presidente Sebastián Piñera ha impuesto restricciones a los haitianos, pero en el caso de los venezolanos se ha mantenido un tratamiento más generoso, concediéndoles una visa de “responsabilidad democrática” que les permitiría trabajar.

La principal resistencia contra una tendencia hacia un tratamiento más duro a los migrantes venezolanos es Colombia, el principal destino de los venezolanos. Alrededor de 900.000 se ha desplazado allí, un tercio de estos este año solamente. Juan Manuel Santos firmó un decreto que regularizó la situación de 442.000 venezolanos indocumentados antes de abandonar la presidencia. Ello les permitiría en los próximos dos años trabajar, obtener seguro medico y estudiar. El nuevo presidente Duque ha mantenido la política de Santos. El Director de Inmigración de Colombia criticó las restricciones en Perú y Ecuador y reafirmó el compromiso de Colombia en ayudar a los venezolanos. En parte la generosidad de Colombia es una forma de agradecer a Venezuela, país que recibió a más de 700.000 colombianos durante el largo conflicto con las narcoguerrillas de las FARC. La guerra terminó en el año 2016. Cerca de 250.000 colombianos han regresado de Venezuela lo que ha incrementado la carga que ha impuesto la migración venezolana.

Activistas y algunos políticos están tratando de mantener la frontera de los países abiertas. En Ecuador la Defensora del Pueblo criticó abiertamente la exigencia de pasaporte y planteó un recurso a la Corte Suprema, lo que obligó al gobierno a revisar la medida. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados señaló que los venezolanos califican como refugiados de acuerdo a la ley internacional y pide a los países afectados que emitan vidas humanitarias y permisos de trabajo. La ayuda de los países ricos como los Estados Unidos pudiera aliviar la situación y facilitar la apertura de las fronteras. Ecuador ha convocado a una reunión de los países afectados a fin de discutir una respuesta común a la crisis.

Sin embargo puede que la diplomacia no sea suficiente para aliviar los problemas de xenofobia y rechazo que se han presentado en algunos lugares como en el estado de Roraima, en la frontera con Brasil, donde el gobierno ha militarizado la asistencia a los venezolanos. En el caso de Brasil la cercanía de las elecciones ha viabilizado la institucionalización de la xenofobia, el 19 de agosto el gobernador del estado renovó una petición a la suprema corte para cerrar las fronteras. Ello no tendrá efecto alguno. Como lo señala un sacerdote español, que ayuda a los inmigrantes, los venezolanos no tienen alternativa “Aquí es el purgatorio, pero allá es el infierno”.

Profesor UCV

josenri2@gmail.com

*Referencia: The Bolivarian wave. A rude reception awaits many venezuelans fleeing their country. The Economist, 26 de agosto, 2018.

Se necesita un presidente competente

José E. Rodríguez Rojas

El plan de recuperación económica de Nicolás Maduro fracasará. Puede funcionar con algunas modificaciones y añadidos, como un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una reestructuración de la deuda externa para obtener financiamiento, pero esto requiere de un acuerdo entre el gobierno, la oposición y la comunidad internacional. Pero ello es difícil que suceda con Maduro en la presidencia, se requiere un presidente competente para ello. Este es el planteamiento de la Revista The Economist en un artículo reciente. Esta revista es muy prestigiosa y tiene mucha influencia, en particular en el liderazgo europeo. Debido a ello insertamos a continuación una traducción libre que hicimos del artículo en cuestión.

“El realismo mágico de Nicolás Maduro”

Nicolás Maduro lo llamó una impresionante fórmula mágica. Su paquetazo rojo consistió en una nueva moneda que le quitó cinco ceros al depreciado bolívar, un fuerte incremento de las gasolina y un incremento del 3.000% en el salario mínimo. Olvidemos la magia. La fórmula del presidente, aun con algunas dosis de realismo, fracasará en su propósito de rescatar a los venezolanos de la agonía económica. Venezuela tiene el peor comportamiento de una economía en países que no atraviesan por un conflicto bélico. El PIB cayó más de un tercio entre el 2013 y el 2017. La inflación podría sobrepasar el millón por ciento este año de acuerdo al FMI. El país con las más grandes reservas de petróleo no puede importar suficientes alimentos y medicinas. Los cortes de agua y luz agobian a las ciudades. Más de 2 millones de venezolanos han abandonado el país, perturbando a los países vecinos.

Maduro dice que ello es culpa del “Imperio” que ha desatado una guerra económica sobre Venezuela. De hecho la catástrofe es causada por el alocado modelo socialista introducido por Hugo Chávez y continuado por Maduro, después de la muerte de Chávez en 2013. Las expropiaciones y el control de precios han debilitado a las empresas privadas y deprimido la producción. La corrupción ha subvertido al Estado. La caótica administración de PDVSA, la compañía estatal de petróleo, ha ocasionado la caída de la producción de petróleo a la mitad desde el 2014. Así como el régimen ha asfixiado la democracia, manipulando las elecciones y gobernando sin tomar en cuenta a la Asamblea Nacional controlada por la oposición, de igual forma ha estrangulado la economía.

Tardíamente, Maduro ha reconocido la necesidad de un cambio de rumbo. Ha admitido por primera vez que la hiperinflación es causada por la desenfrenada creación de dinero para financiar el déficit público, el cual excede el 30% del PIB este año, de acuerdo al FMI. Su paquetazo devaluó la moneda de 250.000 bolívares viejos por dólar, disponible para unos pocos privilegiados, a la tasa dominante en el mercado paralelo de 6 millones. Pero Maduro ha establecido las bases para el fracaso de su plan. El nuevo bolívar soberano está supuestamente anclado al petro, una nueva unidad de cuenta que está ostensiblemente respaldada por las reservas de petróleo. Pero en la medida que nadie conoce cómo trabajará el petro y nada enlaza la nueva moneda al mismo, esta ancla inspira poca confianza. En la práctica el régimen continuará imprimiendo tanto dinero como desee. El compromiso de eliminar el déficit fiscal pierde credibilidad por la excepción impositiva concedida a PDVSA y la elevación del salario mínimo. Esto catapultará el gasto salarial gubernamental, incentivará aun más la inflación y contribuirá al quiebre de empresas. Existen rumores de que se acentuará el control de precios lo cual desestimulará aun más la producción.

Con alguna otra persona en el cargo Venezuela podría tener algún chance. Un presidente competente podría mantener parte de la terapia de Maduro, como la devaluación y añadir algún otro remedio. Levantar el control de precios y conceder mayor seguridad jurídica a las empresas. Darle mayor autonomía al Banco Central para fortalecer el bolívar o dolarizar la economía. Venezuela ganaría credibilidad externa y soporte financiero negociando un programa de ajuste con el FMI, lo cual podría establecer las bases para iniciar una negociación seria para reestructurar la deuda externa. Todo esto necesitará la cooperación de la oposición y de la comunidad internacional. Esto es difícil que suceda con Maduro en la presidencia. Venezuela necesita una reforma real, no magia.

Referencia: The Economist. 2018. Nicolás Maduro magical thinking. 23 de agosto, 2018.

Profesor UCV

josenri2@gmail.com

Expectativas no dan credibilidad al plan de Maduro.

José E. Rodríguez Rojas

En sus expectativas los actores económicos no ven al gobierno ajustándose el cinturón y reduciendo el déficit gubernamental, por el contrario lo ven asumiendo compromisos salariales que no puede pagar y emitiendo dinero para financiarse, lo cual aupará aun más la inflación y el crecimiento del dólar paralelo. En lugar de tomar medidas para aumentar su credibilidad el gobierno ha instrumentado una agenda represiva que generará un nuevo ciclo de escasez.

Las expectativas de los agentes económicos son uno de los factores determinantes de la dinámica de la economía. El término expectativa se relaciona con la posible o probable ruta que tomarán las principales variables económicas (dólar paralelo, inflación, consumo, políticas económicas) en el futuro. Los empresarios normalmente se asesoran con las firmas consultoras para conocer esa ruta, y tomando esta información como un insumo fundamental, elaboran una visión del futuro a partir de la cual toman sus decisiones. Esa visión del futuro son sus expectativas, las decisiones que los empresarios toman en base a la misma retroalimentan también el escenario probable que enfrentaremos en los días por venir.

El periodista y analista político Alonso Moleiro publicó un artículo en el diario español El País en el cual se refiere a las expectativas generadas a partir de las medidas económicas anunciadas por el presidente Nicola Maduro. Dichas medidas incluyeron el incremento del precio de la gasolina y la realización de un censo automotor para viabilizar el subsidio a la misma, así como un importante aumento del salario mínimo. Anunció una plan de reconversión monetaria y el anclaje de la nueva moneda, el bolívar soberano, a una referencia que denomino el petro. Se comprometió a reducir el déficit fiscal y detener la emisión de dinero.

Moleiro en su escrito señala que el recién nacido bolívar soberano nació con plomo en el ala pues perdió la mitad de su valor a escasos días de su alumbramiento. En el artículo se mencionan las declaraciones de Víctor Álvarez ex ministro de Hugo Chávez en el cual señala que la reacción del mercado a las medidas ha sido mala lo cual se revela en la presión alcista del dólar paralelo, la cual se mantiene, y en la presión al alza de los precios, los cuales el gobierno busca controlar con medidas represivas creando un clima de terror. Señala Álvarez que los acuerdos de precios no son tales y que “a ese nivel no se pueden cubrir ni costos y eso puede producir un recrudecimiento de la escasez y la inflación”. Se menciona en el artículo los señalamientos del economista Francisco Rodríguez, quien fuera cercano al gobierno de Maduro, el cual señala que el programa económico del presidente tiene serios problemas de credibilidad. El gobierno ha prometido disciplina fiscal para frenar la inflación pero pocos le creen. Los expertos consultados para el reportaje coinciden en que “hay pocas razones para que los actores económicos sean optimistas”.

El economista Alejandro Grisanti de la consultora Ecoanalítica señaló recientemente, en una entrevista en CNN Dinero, que de acuerdo a sus estimaciones el gobierno no logrará cubrir el elevado déficit fiscal que tiene, el cual se potenciará como consecuencia de los aumentos salariales y bonos anunciados. Él no ve al gobierno ajustándose el cinturón. En consecuencia deberá emitir dinero sin respaldo para cubrir el déficit remanente, lo que impulsará aun más la hiperinflación. También señala que los planes gubernamentales no lograrán estabilizar el dólar paralelo, por el contrario él estima que el dólar paralelo ascenderá hasta ubicarse entre los 12 y 15 millones de bolívares fuertes atizando aun más la espiral inflacionaria. Adicionalmente a ello el aumento salarial repercutirá negativamente en la viabilidad económica, en especial de las pequeñas empresas, obligando a muchas de ellas a bajar la santa maría lo cual se traducirá en mayor desempleo y contracción económica.

En líneas generales las firmas de consultoría económica coinciden en sus expectativas, no ven al gobierno ajustándose el cinturón, por el contrario lo ven asumiendo compromisos salariales que no está en condiciones de pagar e imprimiendo dinero para cubrir el déficit, lo cual incentivará la inflación y desestabilizará el tipo de cambio. El gobierno en lugar de dialogar con los empresarios y tratar de aumentar su credibilidad, ha decidido recurrir a la represión creando un clima de terror para imponer unos precios, que son inviables en el contexto de una hiperinflación aupada por la escasa credibilidad de la agenda gubernamental. El clima de terror generará un nuevo ciclo de escasez. En este contexto la espiral ascendente del dólar paralelo continuará. El programa económico del gobierno fracasará en su propósito de estabilizar el dólar paralelo y el valor de la nueva moneda, el bolívar soberano. Tarde o temprano se planteará la necesidad de una nueva reconversión monetaria ante la obsolescencia del bolívar soberano y su primo hermano el petro.

Profesor UCV

josenri2@gmail.com

Ilusión monetaria y salario mínimo

José E. Rodríguez Rojas

El incremento del salario mínimo decretado por el gobierno ha creado la ilusión, en los sectores favorecidos por el mismo, que su situación mejorará en proporción al aumento. En realidad, la capacidad de compra de éste sé evaporará antes de que llegue a las manos de los beneficiarios.

En las colas que suelo hacer para retirar efectivo o comprar el pan, coincido con habitantes de las barriadas cercanas. En conversación con algunos de ellos he notado que lucen entusiasmados por las recientes medidas presidenciales, en particular las referentes al salario. Esto es lo que los economistas llaman “ilusión monetaria”, un fenómeno propio de los países con inflación aguda. El término se usa para referirse a la ilusión que despierta en muchas personas las abultadas cifras nominales de los aumentos de salario. Ello ha sucedido con el reciente aumento del salario mínimo, decretado por el gobierno, que lo ha elevado de 5 millones de bolívares fuertes a 180 millones. La elevada magnitud de la cifra ha llevado a muchos de los sectores favorecidos por la medida, a confiar en que su situación económica mejorará en proporción a la magnitud del aumento nominal señalado. Este espejismo es aupado por el gobierno y sus sindicatos afines, quienes insisten en que se puede compensar los efectos de la inflación con aumentos de salario obtenidos por decreto o fruto de una negociación colectiva.

La ilusión creada por el aumento de salario mencionado sorprende, pues es un hecho de conocimiento general que en los últimos años los aumentos de salario mínimo no han logrado incrementar la capacidad de compra de los beneficiarios, por el contrario al incentivar la inflación tienden a deprimirla. Cuando deducimos el efecto de la inflación del salario nominal obtenemos el salario real, el cual mide la evolución de la capacidad de compra del salario. El economista Humberto García Larralde ha estudiado el impacto de los aumentos de salario mínimo en el salario real durante el gobierno de Nicolás Maduro. Los resultados de su trabajo señalan que a pesar de los múltiples aumentos de salario mínimo decretados por Maduro, el salario real descendió en un 55,8 %. El salario mínimo real, a mediados del año 2017, representó menos de la mitad del salario mínimo real en el último año del gobierno de Chávez (García Larralde, H. Hiperinflación. Dígalo Ahí. 11 de septiembre del 2017).

El deterioro de la capacidad de compra del salario mínimo se ha prolongado hasta los momentos actuales. En el cuadro 1 podemos observar la tendencia citada, tomando como referencia la canasta básica del CENDAS, un organismo relacionado con la Federación Venezolana de Maestros. De acuerdo con las cifras del cuadro 1 el salario mínimo en el mes de julio del 2018 no llega a representar ni el 1% de la canasta básica. La hiperinflación destruyó la capacidad de compra del salario en su totalidad. Si proyectamos el valor de la canasta básica al 1 de Septiembre encontramos que la situación no cambia sustantivamente pues la capacidad de compra del nuevo salario mínimo sigue siendo abiertamente insuficiente pues solo cubre el 7% de la canasta. El trabajador debe lograr otros ingresos con los cuales sufragar el 93% de su gasto de vida. La capacidad de compra del nuevo salario mínimo se ha evaporado antes de llegar a las manos de sus beneficiarios.

Cuadro 1. Evolución del salario mínimo como proporción (%) de la canasta básica (CB) en julio y setiembre 2018.

Julio (Bs Fuertes)

1 de Septiembre (Bs. Soberanos)

Canasta básica (CB)

1.157.252.851

25.460

Salario mínimo (S)

5.000.000

1.800

S/CB en %

0,43

7,07

Fuente: Finanzas Digital. 2018; cálculos propios. Nota: la CB de julio proviene del CENDAS, para la estimación de la CB de septiembre asumimos que los precios se duplican cada 25 días (dato tomado de: The Economist.2018), lo cual da una inflación de 120% mensual.

El director del CENDAS Oscar Meza en una entrevista con Cesar Miguel Rondón difundida por la prensa, estima que en los próximos dos meses la canasta básica ascenderá hasta lograr un valor de 20.000 bolívares soberanos, lo cual confirma la estimación del cuadro 1. El nuevo salario mínimo no alcanzará a representar ni un 10% de esta cifra. Según Meza “el poder adquisitivo se esfumó”. En otras palabras en los próximos meses la hiperinflación pulverizará la capacidad de compra del nuevo salario mínimo. En claro mensaje a los gremios y sindicatos que insisten en tratar de resolver el problema mediante negociaciones y contratos colectivos señaló: “Aquí no hay salario ni contrato colectivo que le pueda hacer frente a la hiperinflación, pero ni el sueldo recién aumentado ni las pensiones pueden sostener esta situación que estamos viviendo” (Noticiero Digital. 2018)

Referencias:

Finanzas Digital.2018. Cendas: canasta básica familiar de julio 2018 fue de Bs. 1.157.252.851. Aumentó 503.038.177 bolívares. Finanzas digital. Agosto 21, 2018.

Noticiero Digital. 2018.Cendas-FMV: el poder adquisitivo se esfumó. Inclusive con el aumento de salario. Noticiero Digital. Com. 23 de agosto del 2018.

The Economist. 2018.The perils of Nicolás Maduro. The Economist, august 11th, 2018.

Profesor UCV

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El paquete agudizará la crisis económica

José E. Rodríguez Rojas

El paquete de medidas anunciados está mal concebido, es confuso y contradictorio y no aliviará la crisis económica, por el contrario parece tender a agudizar la misma incrementando las presiones inflacionarias, lo cual impedirá restaurar la capacidad adquisitiva de los venezolanos que es el reto más importante que se plantea en los actuales momentos.

Nicolás Maduro expuso recientemente un paquete de medidas para luchar contra la supuesta guerra económica que incluyeron la reconversión monetaria, el incremento del precio de la gasolina a precios internacionales, un censo automotor para el subsidio al combustible y el anclaje del bolívar al petro. La exposición de las medidas fue confusa y no se entendió o no fue claro lo que persigue el gobierno con el paquete de medidas. Según Alejandro Grisantri, de la consultora Ecoanalítica, la gente acude a los economistas a fin de que estos les aclaren lo planteado por Maduro, pero ello es muy difícil de hacer. No se entiende como anclando el bolívar al petro se fortalecerá la moneda venezolana y se abatirá la inflación.

Grisanti y su colega Henkel García de la consultora Econométrica señalan que el paquete de medidas anunciadas por el gobierno parece un intento de implementar un plan económico similar al del Plan Real, el cual se llevó a cabo en Brasil, a inicios de la década de 1990, con el propósito de luchar contra la hiperinflación en ese país. El Plan Real contempló el anclaje del Real (la nueva moneda). Maduro y su gente tuvo la idea de hacer una mala copia del plan brasileño planteando el anclaje del bolívar al petro.

La política de anclaje de una moneda debilitada es una estrategia antiinflacionaria que se ha usado con anterioridad en Venezuela, durante el segundo gobierno de Caldera con la Agenda Venezuela. En este caso se ancló el bolívar a una moneda dura como el dólar, buscando que la credibilidad y confianza de éste se trasladara a la moneda venezolana debilitada por la inflación. La confianza y credibilidad del dólar nace de la fortaleza de la economía de los Estados Unidos y de la confianza que generan en los mercados las políticas de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Banco Central), orientadas a mantener bajas las tasas de inflación en el país norteamericano. Adicionalmente a ello el gobierno venezolano tenía el musculo financiero para establecer una relación relativamente fija entre el bolívar y el dólar, para lo cual contaba con financiamiento externo gracias al apoyo del Fondo Monetario Internacional. El anclaje unida a otras medidas como el control del gasto público y la emisión de dinero por el Banco Central redujeron la inflación de 80%, a mediados de la década de 1980, hasta llegar a 12% en el año 2003.

En contraste con la experiencia anterior el petro es un invento del gobierno de Maduro que no tiene valor de mercado, pues no se transa en ninguno. Su valor lo fijará el Banco Central de Venezuela, es decir los testaferros que Maduro puso en esa institución para que emitieran dinero a solicitud de su gobierno, para financiar las políticas de control social. En otras palabras la confianza y credibilidad del petro es la misma que los agentes económicos y los ciudadanos puedan tener en el gobierno madurista. Como lo planteó Henkel García “el sistema monetario moderno… se basa en la confianza del emisor y quienes emiten el bolívar soberano y el petro son los mismos que llevaron al debacle al bolívar”.

Alejandro Grisanti plantea que un aspecto central del Plan Real brasileño fue la reducción del déficit público y del gasto gubernamental, así como de los subsidios que en Brasil otorgaban tanto el gobierno central como los gobiernos regionales. Según Grisanti el reciente aumento de la gasolina decretado por Maduro parece ir en esta vía, pero el incremento de la gasolina a precios internacionales es insuficiente para reducir la magnitud del déficit fiscal en los niveles que se necesitan para abatir la hiperinflación. Es necesario que Maduro y su gobierno se ajusten el cinturón y reduzcan los subsidios en una magnitud significativamente mayor.

No hay señales que indiquen que el gobierno se embarcará en un régimen de austeridad. Por el contrario lo más probable es que mantenga en el tiempo su estrategia para mantenerse en el poder asociada a una política de control social y subsidios ligada al carnet de la patria. El estrambótico aumento del salario mínimo que pasó de 3 millones de bolívares a 180 millones evidencia que el gobierno continuara emitiendo dinero discrecionalmente para financiar estos aumentos, lo cual llevará la hiperinflación a mayores niveles. Según Henkel García el aumento salarial “es una locura, tendremos la inflación diaria más alta de nuestra historia”.

La otras medidas anunciadas son las que tienen que ver con la reconversión monetaria y la eliminación de cinco ceros a la moneda. Ello facilitará las transacciones y el manejo administrativo de las empresas y de los bancos. José Guerra economista y diputado de la Asamblea Nacional señaló que al Banco Central han arribado la cantidad de billetes necesarias para paliar la crisis de efectivo que existe desde hace varios años, de ser así ello tendrá un efecto positivo en el pequeño comercio y particularmente en el informal. Sin embargo la hiperinflación provocará la obsolescencia de los nuevos billetes en pocos meses, como ocurrió con el bolívar fuerte.

En consecuencia el paquete de medidas anunciadas está mal concebido, es confuso y contradictorio y no aliviará la crisis económica, por el contrario parece tender a agudizar la crisis incrementando las presiones inflacionarias, lo cual impedirá restaurar la capacidad adquisitiva de los venezolanos que es el reto más importante que se plantea en los actuales momentos.

Nota: los planteamientos de Alejandro Grisanti fueron hechos en un programa de CNN Dinero del 14 de agosto, orientado a discutir las medidas recientes del gobierno madurista. Los señalamientos de Henkel García han sido difundidos por la prensa nacional.

Profesor UCV

josenri@gmail.com

Un futuro económico complicado

José E. Rodríguez Rojas

Los gobiernos del chavismo no solo han complicado el presente provocando una aguda contracción económica y una inflación fuera de control, sino que también han ensombrecido el futuro del país complicando cualquier plan de reestructuración de la deuda externa que se plantee en los años venideros, debido a los reclamos que plantean las empresas expropiadas ante los tribunales de los Estados Unidos.

Crystallex, una empresa minera canadiense, obtuvo en el año 2002 permiso para explotación de las minas “Las Cristinas”, pero en el año 2008 dichas minas fueron estatizadas por el gobierno de Hugo Chávez. Desde ese momento la citada empresa planteó un reclamo por los bienes expropiados y el perjuicio sufrido que se estima en 1.200 millones de dólares. Primero recurrió a una corte internacional, que para tales efectos existe en el Banco Mundial, el cual falló a favor de la empresa canadiense. Posteriormente, en Canadá, el gobierno venezolano y la empresa citada llegaron a un acuerdo según el cual el gobierno acordaba indemnizar a la empresa minera, pero la parte venezolana no cumplió con el acuerdo. Debido a ello Crystallex acudió a una corte distrital en el estado de Delaware, donde está registrada la empresa venezolana CItgo (filial de PDVSA), y solicitó confiscar las acciones de Citgo como compensación a la deuda que el gobierno venezolano mantenía con ella. El juez de la corte de Delaware falló a favor de Crystallex y autorizó a la empresa a incautar las acciones de Citgo en compensación. La decisión del juez es apelable, por lo que los abogados de Pdvsa recurrieron a una corte superior en contra del fallo; debido a ello el proceso de embargo de las acciones de Citgo puede llevar tiempo.

Lo significativo de la decisión del juez de Delaware es que echó por tierra el argumento de Pdvsa según el cual la petrolera venezolana y el Estado venezolano son entes jurídicos diferentes. El juez concluyó en su decisión que Pdvsa y el Estado venezolano son una sola cosa y los que mantienen reclamos contra el Estado venezolano por deudas impagadas o indemnizaciones, como las de Crystallex, pueden tomar las acciones y bienes de Citgo en Estados Unidos como compensación. Ello provocará que a la demanda de Crystallex se sumen otras empresas como Conoco Philips que tienen reclamos similares. También un grupo de tenedores de bonos de Venezuela que mantienen un pleito judicial exigiendo al gobierno de Venezuela 8000 millones de dólares. Toda empresa que se sienta perjudicada por las locuras de los dirigentes chavistas correrán en tropel a Delaware a hacer valer sus derechos.

La fila de empresas ante los tribunales de Delaware, perjudicadas por las acciones de los gobiernos chavistas, complicará el futuro económico de Venezuela. En el momento en que en el país se plantee un plan de recuperación económica, será necesario dinero fresco para lograr incrementar las importaciones y la recuperación del aparato productivo, para lo cual será indispensable un plan de reestructuración de la deuda externa. Los reclamos de las empresas afectadas por las alocadas decisiones del chavismo harán más complicado cualquier plan de reestructuración de la deuda externa de Venezuela.

Nota: para la elaboración de este articulo se ha utilizado información disponible en varios reportajes sobre el tema en la prensa nacional, pero sobre todo una síntesis que hicimos de una entrevista a Luis Pacheco, quien se desempeña como profesor del Centro de Estudios de Energía de la Rice University, en el programa CNN Dinero el pasado 10 de agosto.

Profesor UCV

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