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Eddie A. Ramírez S.

Colaboracionismo, cohabitación, abstención y votación

Eddie A. Ramírez S.

Las palabras de este título han estado en la palestra política en los últimos veinte años. Algunos utilizan equivocadamente las dos primeras casi como sinónimos. Las dos últimas son claras. Quien es colaboracionista, indudablemente cohabita con un régimen dictatorial, con un ejército invasor o con el narcotráfico. Quien, por diferentes razones, decide cohabitar, no necesariamente es un colaboracionista.

Francisco de Miranda decidió cohabitar con el realista Monteverde al evaluar que no disponía de fuerzas para enfrentarlo. Simón Bolívar cometió un acto de colaboracionismo al hacer preso a Miranda y entregarlo al enemigo. El mariscal Petain pactó un armisticio con Hitler para supuestamente evitar que el nazi se apoderara de toda Francia. Inicialmente, fue un intento de cohabitación aplaudido por muchos franceses de la zona de influencia del gobierno de Vichy. Desafortunadamente, poco después se convirtió en colaboracionistas de los invasores. En aquel entonces, el general De Gaulle fue considerado por muchos como un fanático iluso, por predicar que había que ofrecer resistencia a los invasores.

Refiriéndonos a nuestro presente, muchos tildan de colaboracionistas a quienes son partidarios de intentar continuar las negociaciones entre el régimen y la oposición. También a quienes predican que la opción es acudir a votar, y a quienes solicitan el levantamiento de las sanciones que aplica Estados Unidos. Calificar de colaboracionistas a quienes sostienen, equivocadamente o no, los mencionados puntos de vista es un signo de intolerancia e incluso una calumnia. Colaboracionistas son quienes se plegaron al régimen por una curul o por alguna canonjía.

Cuando los trabajadores petroleros nos sumamos al paro cívico, convocado por todos los partidos de oposición, por la Confederación de Trabajadores de Venezuela y por Fedecámaras, fue para intentar evitar la politización de Pdvsa. Los resultados están a la vista. Corrupción, ineficiencia operativa, accidentes, aumento innecesario de la nómina, además de donación de nuestro petróleo y productos derivados a otros gobiernos. De haber cohabitado con los rojos nos hubiese convertido en cómplices. Optamos por defender principios y valores.

El caso de los empresarios es complejo. En Venezuela, pocas empresas pueden subsistir si tienen una relación crítica al régimen ¿Deberían inmolarse en una situación en la que perciben que los políticos de oposición no se ponen de acuerdo para enfrentar al régimen con una estrategia común y en la que abundan las descalificaciones entre los mismos dirigentes? Es lógico que conversen con los jerarcas del régimen, pero deben cuidarse de no pasar de la convivencia a la complicidad. Como dijo Julián Marías en su conocido artículo Convivencia y complicidad: Se puede convivir con los muy distintos, incluso adversarios, pero no "colaborar" con ellos, aceptar sus supuestos, dar por bueno lo que parece pésimo.

Otro punto que divide al sector opositor es si debemos abstenernos o votar en las próximas elecciones que, nos guste o no, se realizarán en el 2024. Es evidente que el Consejo Nacional Electoral hace lo que el régimen le ordena; decidió que el conteo de las papeletas no tiene valor; el Registro Electoral está desactualizado y no es confiable; los empleados subalternos del CNE son en su casi totalidad del partido oficialista. Si la oposición no tiene testigos confiables, los rojos votan por los ausentes y permiten el voto acompañado como medio de coacción.

A pesar de estos contratiempos, por decir lo menos, hemos ganado gobernaciones, alcaldías, diputaciones y un referendo, cuando hemos estado organizados y unidos. Algo que nos cuesta aceptar es que Chávez tuvo inicialmente mayoría; gradualmente la perdió, pero la recuperó por las Misiones y recursos por los altos precios del petróleo. Maduro nunca ha tenido mayoría y gracias a la alcahuetería del Tribunal Supremo de Justicia, ha inhabilitado a candidatos y desconocido elecciones. En el 2005 los partidos decidieron la abstención porque estaban conscientes de que no obtendrían más de una docena de curules. Seguir predicando la abstención es un suicidio político. La mayoría lo hacen de buena fe. Otros no tanto.

Es constitucional que la Fuerza Armada intervenga para restaurar la Carta Magna. Eso no depende de los civiles, aunque podríamos crear un clima propicio si ofrecemos una alternativa confiable de gobernabilidad, mediante pacto a mediano plazo y un candidato que no tenga rechazo. Además, que cesen las descalificaciones dentro de la oposición. Hoy es imposible que los militares intervengan y después se queden con el poder. Tendrían que proceder como el 18 de octubre de 1945 y el 23 de enero de 1958, es decir, entregar el poder a los civiles. Mientras sucede algo que es posible, pero quizá poco probable, no queda otra vía que dar la pelea en el terreno electoral. Por otra parte, las sanciones deben permanecer e incluso intensificarse, para intentar que el régimen acepte realizar una elección limpia. Quizá esto no se logre, pero hay que intentarlo.

En la oposición hay quienes consideran que no se debe negociar y que no se debe votar. ¡Qué bueno que haya venezolanos que defiendan estos puntos de vista! Debemos respetarlos y ellos deben respetar a quienes pensamos lo contrario. Insultos y descalificaciones mutuas solo benefician el régimen.

Como (había) en botica:

El pasado 28 de abril habría cumplido cien años Pompeyo Márquez, político que luchó para defender sus ideas y reconocer sus errores. En un medio en el que abunda la corrupción fue un venezolano honesto. Disfruté y aprendí de sus prédicas semanales cuando nos reuníamos en la Mesa de Reflexión que convocaba Alberto Quirós Corradi. No olvido la bochornosa escena protagonizada por un mequetrefe estudiante del Pedagógico, que tuvo la osadía de llamarlo fascista.

Lamentamos el fallecimiento de Daumiro Romero, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

Burbujas de champaña y de miseria

Eddie A. Ramírez S.

Unas burbujas son de champaña. Otras de miseria. Pocos venezolanos están en la primera. La mayoría se ubica en la segunda. Esto ocurre tanto dentro de nuestras fronteras, como fuera de ellas. Las burbujas internas siempre han existido. Las de compatriotas en el exterior son una novedad. ¿Por qué se formaron? ¿Quiénes son los responsables de esta situación? ¿Cómo deshacerlas?

Burbujas internas

Siempre habrá desigualdades. Lo repudiable es que las mismas sean tan grandes y que algunas sean producto de la corrupción. También es inaceptable que quienes tienen más sean indiferentes y no contribuyan a disminuir las desigualdades. Afortunadamente, en Venezuela tenemos numerosos ejemplos de empresas que han creado organizaciones sin fines de lucro que realizan una extraordinaria labor social. También hay personas que practican voluntariado en hospitales y otros servicios comunitarios.

A la par, muchos que pecan por egoístas o por ignorantes. Consideran, con razón, que por esfuerzo propio lograron el ascenso social. Constituyen un grupo relativamente reducido que pudieron beneficiarse de las políticas de nuestros gobernantes en el período entre 1935 y el final del siglo XX. Lamentablemente, muchos otros quedaron marginados. Entre los favorecidos hay quienes no se percatan que había dos países. Por un lado, el de las urbanizaciones, buenos colegios e ingresos que permitían viajar. Por el otro, el de los ranchos, educación deficiente e ingresos que solo permitían una alimentación precaria. Las desigualdades entre las ciudades y el medio rural siempre fueron abismales. ¿Hubo ascenso social en ese período? ¡Claro que sí!, pero muy por debajo de lo que ha debido ser.

Hoy, las burbujas de champaña y las de miseria son más evidentes ante la pérdida del poder adquisitivo de la gran mayoría. Jubilados que pensaban tener una vejez más o menos digna están pasando grandes dificultades. Educadores, abogados y otros profesionales dependen de una remesa del exterior. Quien era pobre, es ahora más pobre. Hay otras burbujas que no son criticables. En ellas se encierran compatriotas que por seguridad o por tranquilidad espiritual requieren alejarse por un tiempo del mundanal ruido.

Burbujas en el exterior

No difieren de las anteriores. En unas se encuentran compatriotas con dinero mal habido. En otras, quienes trabajaron duro y ahorraron. Unos siguen pendientes de la situación política en Venezuela. Otros han pasado la página. Los profesionales jóvenes que emigraron han tenido que empezar desde muy abajo en su área de experticia o se han visto obligados a trabajar en lo que se les presente.

Quienes emigraron a países desarrollados mejoran gradualmente y sus hijos tendrán más oportunidades. Los que están en los países del sur tienen la desventaja de que a veces no son bien recibidos. Esta situación hay que entenderla y no culpar a los habitantes del país receptor. Toda migración masiva ocasiona graves distorsiones. Reconozcamos los problemas que causamos y que, a pesar de todo, nuestros compatriotas son en general bien recibidos. También hay un problema de estabilidad política y económica. Países hermanos que hace poco tiempo iban muy bien, hoy están próximos a un despeñadero.

Pinchar las burbujas

Hay que deshacer estas burbujas de miseria, así como las de indiferentes que disfrutan de recursos bien o mal habidos. No es fácil. Para lograr una sociedad más justa, los gobiernos deben dedicar más recursos a la educación, a la salud y a la infraestructura, así como crear las condiciones apropiadas para un crecimiento sostenible del sector privado. Ello implica abandonar la política del capitalismo de Estado, que solo ha producido empresas que tarde o temprano quiebran. El sector privado es el que puede crear una riqueza perdurable que permita disminuir gradualmente la pobreza. Desde luego, ese sector debe actuar con responsabilidad social y el Estado debe velar por el respeto a las leyes. Además, corresponde al Estado introducir los correctivos necesarios para proteger a los grupos más vulnerables, sin caer en un asistencialismo extremo.

La quiebra de todas las empresas del Estado es una evidencia de que ese no es el camino. En el pasado hubo algunas exitosas, como Edelca, el Metro de Caracas y Pdvsa, pero fueron la excepción. Tarde o temprano tenían que sucumbir ante el clientelismo y la corrupción. Ojalá el sector político y la sociedad civil acepten esta realidad. Sería una ruptura con el pasado remoto y, desde luego, con el presente, que nos pondría en la senda del desarrollo sustentable.

Para la recuperación de Venezuela es imprescindible, como requisito necesario, pero no suficiente, salir del régimen. La reciente designación del nuevo Tribunal Supremo de Justicia, que es igualmente sectario y mediocre como el anterior, es una señal clara de que Maduro y sus compinches no están dispuestos a ceder fácilmente el poder. Quienes por inocentes pensaban que se puede cohabitar, tienen que haber aterrizado.

Para lograr el cambio, no nos cansaremos de repetir, se necesita una dirigencia con unidad de propósito, un acuerdo de transición y gobernabilidad por varios períodos presidenciales y que todos nos percatemos de que, salvo un imponderable deseable, no hay otra vía que la electoral; además, que en estos momentos se requiere un candidato presidencial que no tenga rechazo. Si no pinchamos la burbuja interna nos asfixiáremos en ella. Si persiste la del exterior perderemos valiosos recursos humanos.

Como (había) en botica

Carlos Canache Mata acaba de publicar el libro Rómulo Betancourt, líder y estadista. Dada la estrecha relación entre ellos, el libro tiene que ser muy interesante.

Mañana 4 de mayo será la presentación en Madrid del libro La Tumba, secuestro en Venezuela, del luchador y amigo Antonio Ledezma. Debe ser una importante contribución a la divulgación de los atropellos del régimen.

La Fundación Empresas Polar sigue cumpliendo una loable labor. Felicitaciones a los científicos ganadores del Premio Lorenzo Mendoza Fleury.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

Guernica, Mariúpol y Venezuela

Eddie A. Ramírez S.

Tal día como hoy, hace ochenta y cinco años, los dictadores Franco, Hitler y Mussolini acordaron bombardear la villa de Guernica. El falangista dio el consentimiento, el nazi y el fascista enviaron sus bombarderos. Ahora, el dictador Putin ordenó arrasar la ciudad de Mariúpol en contra del pueblo ucraniano. Franco quería dar una lección al pueblo vasco. Hitler y Mussolini querían probar sus aviones y preparar pilotos para la guerra mundial que desencadenaron tres años después. Putin quiere revivir la fracasada URSS y vengarse de los ucranianos. La importancia estratégica militar de la villa y de la ciudad era secundaria.

En la década de los años 30 no existía las Naciones Unidas, el Convenio de Ginebra ni la Corte Penal Internacional. Los genocidas de Guernica no pudieron ser juzgados por crímenes de lesa humanidad, pero gracias al famoso cuadro de Picasso fueron sometidos a una sanción moral que dura hasta nuestros días. Putin y sus generales sí se exponen a un juicio como el de Nuremberg y, además, a la condena de los demócratas del mundo.

Debido a las barbaridades cometidas por los rusos, pasan un tanto desapercibidos más de una docena de conflictos armados de menor magnitud. Además, no se da debida importancia a las masacres y violaciones a los derechos humanos que cometen otros dictadores y que afectan a millones de personas.

Guardando las distancias, ¿qué decir de un país en el que, entre los años 2016 y el 2021, fueron abatidos 30.188 ciudadanos por supuestamente resistirse a la autoridad, hubo 27.247 homicidios cuya causa se desconoce y, en el 2021, desaparecieron 1.634 personas? Estas cifras aterradoras fueron recabadas por el Observatorio Venezolano de Violencia. Además, a noviembre 2021, el número de refugiados y migrantes era de 6.040.000 venezolanos. Sin necesidad de artillería, ni de bombarderos, más de mil empresas privadas o públicas fueron destruidas por el régimen; hay escasez de agua, el suministro de electricidad es intermitente y tenemos la inflación más alta del mundo. Hay falta de combustible en el país, pero se regala a Cuba.

Lo anterior acaeció sin que haya una guerra con otro país ni una guerra civil. Sucedió en una guerra del régimen en contra de sus ciudadanos. ¿Acaso estos han permanecido pasivos ante los atropellos? ¡Claro que no! En el mismo período 2016 a 2021, hubo 62.351 protestas por diferentes motivos, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.

¿Y entonces, por qué no se ha producido un cambio, sea por vía insurreccional o electoral? Ante una dictadura se justifica un levantamiento militar o popular. En abril 2002 se produjo, pero se revirtió por causas conocidas. A partir de esa fecha, el gobierno sacó a los militares y a los trabajadores petroleros que percibía como no afectos, debilitó a la Confederación de Trabajadores de Venezuela, atemorizó a los empresarios y los ciudadanos que han protestado han sido agredidos con balas, gases y encarcelamientos, y se apoderó del TSJ y CNE.

La vía electoral la entorpecieron el régimen y la oposición. El primero tiene mayor culpa por el amedrentamiento a los electores, nombrar rectores del CNE, en su mayoría incondicionales del PSUV, que violan los reglamentos y facilitan las trampas, además de su hegemonía comunicacional. Por su parte, la oposición tiene responsabilidad por no haber tenido testigos entrenados en todas las mesas electorales, proponer unos cuantos candidatos no idóneos y, a veces, por no acudir unidos, además de la insistencia de algunos en la abstención electoral.

¿Cuál es la situación? 1- A pesar de las trampas y del ventajismo oficial, hemos tenido importantes victorias electorales, aunque después el régimen se valió de la complicidad del TSJ y del CNE para desconocer resultados o quitar competencias. Es decir, que sí se puede ganar, pero hay que defender el triunfo y no tiene sentido abstenerse de votar cuando se es mayoría. 2- Saludamos las elecciones internas de los partidos para intentar renovar el liderazgo, aunque es probable que no haya cambios significativos. 3- La oferta de ANCO de convocar una Constituyente es plausible. Aspiran que la ONU venga a realizar la elección, aunque el régimen no lo autorice, ¿será factible? 4- Aunque no es lo deseable, lo único que parece seguro es que habrá elección presidencial en el 2024. El argumento de que no debemos acudir porque Maduro no es presidente, puede ser válido, pero lamentablemente, no se visualiza otra opción. 5- En estos momentos, ningún dirigente de oposición pareciera tener aceptación significativa.

¿Qué hacer? 1- Construir una unidad de propósito con la mayoría de los partidos de oposición, con propuesta de soluciones a problemas sociales y económicos. 2- Organizar la maquinaria para tener testigos entrenados en las mesas electorales. 3- Descartar la prédica de la abstención. 4- Cesar la descalificación a los partidos y a sus dirigentes, pero estos tienen que rectificar y algunos retirarse. 5- Realizar un pacto por unos tres períodos presidenciales, en el primero de los cuales el candidato de la unidad podría ser un independiente o un político que no se haya quemado en esta larga lucha, con el compromiso de no reelección.

Deben profundizarse las sanciones a Rusia para que se retire de Ucrania. También al régimen de Maduro para obligarlo a realizar elecciones limpias y liberar a los presos políticos. Si no hacemos un frente común continuará la violación de los derechos humanos y la destrucción de Venezuela. Reconocemos la labor de muchos políticos, pero deben dar señales de desprendimiento y aceptar la realidad.

Como (había) en botica:

Mañana 27 de abril se cumplen cinco años del asesinato del joven Juan Pablo Pernalete por el disparo a quemarropa y al pecho de una bomba lacrimógena. El homicida fue un guardia nacional.

En las 9.435 protestas entre el 1 de abril y 13 de agosto 2017 hubo 163 asesinatos, según Observatorio Venezolano de Control Social. Fuente: Los nuevos rostros de la violencia: empobrecimiento y letalidad policial, de Roberto Briceño León, Alberto Camardiel y Gloria Perdomo. Las decisiones del TSJ y de Maduro desencadenaron esas protestas.

¡Bravo por Miguel Cabrera!

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

26 de abril 2022

La Carta, ¿un cadáver exquisito?

Eddie A. Ramírez S.

Sobre el tapete está la Carta enviada al presidente Biden por el G25, grupo de conocidos venezolanos que, con todo respeto, pareciera que se reunieron para redactarla jugando al cadáver exquisito. Este juego lo pusieron de moda los surrealistas franceses, al compás de los años 20 del siglo pasado. Cada uno redactaba un párrafo, dejando solo descubierto la última palabra que pasaba al siguiente jugador. En una oportunidad, los ilustres escritores obtuvieron como resultado la frase “El cadáver exquisito beberá buen vino”, que quedó como nombre para escribir poesía en conjunto. De allí, las diferentes interpretaciones de la polémica carta.

Unos consideran que no debió ser enviada. Algo así como la carta a Eufemia, que popularizó Pedro Infante, por aquello de “Cuando recibas esta carta sin razón, Eufemia….”. Otros la comparan con la carta a los Efesios, atribuida a San Pablo, que entre otros consejos dice que “La esposa se someta a su marido, como al señor. Esclavo obedece a tu patrón…”. No falta quien le encuentre semejanza con la Carta de las Naciones Unidas; es decir, bien intencionada, pero muchos no la toman en cuenta.

La carta adolece de un análisis sobre el efecto de las sanciones. ¿Cómo afectan? Los signatarios sostienen que “Si bien las sanciones no son la raíz de la emergencia humanitaria de Venezuela, las condiciones empeoraron gravemente para el venezolano promedio”. Sin embargo, los proponentes no aportan data. Al reconocer que las sanciones no son la raíz del empobrecimiento, el eliminarlas no resolvería el problema. ¿Acaso consideran que la solución a la grave situación que aqueja a la población se solucionaría con paños tibios?

Las sanciones tienen como objetivo presionar para lograr elecciones transparentes. Además, conllevan un castigo moral. Eliminar las sanciones sería darle la razón a un régimen que tuvo inmensos ingresos y que, por corrupción, ineptitud, resentimiento y mala intención, descuidó el mantenimiento de la infraestructura, no invirtió en otras que eran necesarias y que se apropió indebidamente de empresas agropecuarias e industriales y a todas las quebró. Además, destruyó las empresas estatales del hierro, del aluminio, Pdvsa, el Metro, y las que suministran la electricidad y el agua.

Desde luego que las sanciones teóricamente tienen algunos efectos indeseables. Sin embargo, el G25 no toma en cuenta que la mayoría son burladas por el régimen. En el caso de la industria petrolera, esta exporta sin limitaciones lo poco que produce a China e India, que por cierto desde hace años el régimen escogió como su mercado preferido, por razones geopolíticas y no económicas. Gradualmente fue abandonando nuestro mercado natural que es Estados Unidos. En los dos últimos años, antes de las sanciones, solo exportaba a ese país un promedio de 220.000 barriles de petróleo por día. Importa libremente combustibles y diluyentes desde Irán. Adquiere maquinarias, equipos y repuestos de Rusia, Turquía, Irán y de la Unión Europea. Las transacciones financieras en dólares se le dificultan al régimen, pero logra sortearlas usando el yuan, rublo y criptomonedas. La importación, desde Estados Unidos y de otros países, de medicinas y alimento no está prohibida.

El siguiente párrafo de la carta puso la guinda “Hacemos un llamado al gobierno de los EE. UU. para que negocie por el mejor interés del pueblo venezolano y supere las presiones políticas internas, que lamentablemente han obstaculizado el proceso”. Cabe preguntar cuáles presiones internas. ¿Acaso no fue el régimen quien suspendió las conversaciones en México y se ha negado a reanudarlas? En qué entorpeció Estados Unidos, ¿extraditando a Saab, por decisión judicial?

Por otra parte, el G25 escribe “Hemos instado a Nicolás Maduro a aceptar reformas políticas y electorales significativas y continuar con la liberación de presos políticos. El gobierno debe reconocer que los acuerdos no pueden limitarse al ámbito económico”. Sin duda es lo que todos aspiramos. No tendría sentido suspender las sanciones sin que el régimen acepte lo que la Constitución nos otorga. Agrega que “A la oposición venezolana le hemos planteado la necesidad de unificarse en torno a principios básicos y realistas que sustenten posibles acuerdos. Hemos alentado a la oposición a no ser rehén de posiciones extremas que solo prolongan el doloroso statu quo”. Lo de la unidad es obvio. Falta que los proponentes aclaren qué consideran posiciones extremas.

La carta de Antonio Ledezma señala las causas de la emergencia humanitaria. Apoyamos su petición, aunque hubiésemos preferido que fuese en conjunto con la posición del gobierno de Guaidó. Desconocemos si Ledezma realizó gestiones en este sentido o si el gobierno interino sigue en hibernación. El artículo de Gustavo Coronel fustiga con razón al G25. Los tuiters de Liliana Fasciani son de lectura obligatoria. Ojalá el G15 reflexione sobre el rechazo que ha tenido su carta, pero sobre todo de lo extemporáneo de su posición.

Hay que reconocer que las sanciones no han logrado que el régimen acepte realizar elecciones transparentes, ni que libere a los 220 presos políticos. Cabe preguntar si es porque el régimen ha podido burlarlas o porque no han sido suficientemente severas. Pensamos que por las dos causas. También por despelote de la oposición.

Como (había en botica)

Hoy, 19 de abril, recordemos que Venezuela no acepta sumisión. Mucho dolor produce el caso de la ingeniera de Pdvsa que en horas nocturnas fue encontrada lavando su ropa en un edificio de oficinas de la empresa en Anaco. Al ser sorprendida por los vigilantes declaró “Duermo en la oficina porque no tengo para pagar una habitación. Tengo una hijita de cinco años y mi esposo tuvo un ACV, no tiene empleo y vive en otra localidad en vivienda prestada”. Este es un lamentable caso de cómo sobreviven los trabajadores de la Pdvsa roja. Antes, el personal devengaba un sueldo dentro del 75 percentil de las mejores empresas venezolanas, tenía acceso a un préstamo para adquirir vivienda y un buen seguro médico.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

19 de abril 2022

El 11 de abril la sociedad civil cumplió, ¿y los otros?

Eddie A. Ramírez S.

Los sucesos ocurridos entre el 11 y el 13 de abril no han sido del todo aclarados por el régimen, ni por algunos actores civiles y militares de la oposición. Al régimen no le conviene porque saldría a relucir por qué no quiso investigar la masacre en las cercanías de Miraflores, optando por condenar sin pruebas a tres comisarios y a ocho policías metropolitanos, tres de ellos todavía presos: Erasmo Bolívar, Luis Molina y Héctor Rovain. También lo ocurrido en Fuerte Tiuna amerita ser investigado.

El régimen no quiere que se recuerde la actitud de Hugo Chávez antes, durante y después de la masacre. Pudo desincentivar la gran marcha del día 11 con solo anunciar que la noche anterior había destituido a la Directiva de Pdvsa, ordenar interceptarla en la autopista del Este o permitir que pasara frente a Miraflores, como hizo en su tiempo el presidente López Contreras.

¿Por qué no lo hizo? Probablemente para identificar a los militares que estaban descontentos con la designación del perverso José Vicente Rangel, ficha del castro-comunismo, como ministro de la Defensa; debilitar a la Confederación de Trabajadores de Venezuela, particularmente a Carlos Ortega, y sacar del juego a Pedro Carmona, presidente de Fedecámaras, ambos tenaces acusadores de las violaciones de la Constitución y las leyes. Además, buscar excusas para intervenir a la Policía Metropolitana y despedir a más trabajadores de Pdvsa que luchaban por el respeto a la meritocracia. Para su desgracia, Chávez no midió el descontento y la voluntad de lucha de la sociedad civil y de los actores mencionados. Fue un estratega torpe.

A los rojos no les interesa que se recuerde que Chávez aceptó la petición del Alto Mando militar de renunciar por la masacre, y que imploró lo enviaran a Cuba. Tampoco que la oficialidad lo vio desmoralizado, desubicado y lloroso. Al igual que 4 de febrero 1992, se rindió apenas se lo solicitaron. Solo fue valiente ante el micrófono.

Otra pregunta es por qué los militares no aceptaron su solicitud de enviarlo a Cuba. Ese fue un compromiso de los oficiales con quienes se fue voluntariamente desde Miraflores a Fuerte Tiuna. Esa acción hubiese evitado que regresara al poder, al menos en el corto plazo. Sin embargo, cabe preguntar cuál hubiese sido la reacción de la sociedad civil que puso los muertos, y que aspiraba, legítimamente, que el principal culpable fuese juzgado. Se puede entender la discusión que sobre este punto se dio entre los oficiales rebeldes y algunos civiles que indebidamente estaban en Fuerte Tiuna. Lo imperdonable es que los militares también pelearan por los cargos a ocupar.

Es inexcusable que el Alto Mando militar le solicitara la renuncia al presidente y se marginara de los hechos posteriores. Faltó liderazgo. Lucas Rincón no solo demostró que no tenía méritos para ser Inspector General, sino que cuando percibió que la situación había cambiado se convirtió en un alacrán y tiene veinte años de embajador en Portugal. Por su parte, el apreciado general Manuel Rosendo protegió a los ciudadanos al negarse a aplicar el Plan Ávila, impidiendo así que el ejército saliera a la calle. Sin embargo, ha debido asumir el comando.

Algunos achacan el fracaso a que Pedro Carmona designó al vicealmirante Ramírez Pérez como ministro de la Defensa y no a Efraín Vásquez Velazco, quien como comandante del ejército contaba con mayores recursos. Este punto es debatible. El vicealmirante tenía prestigio. Vásquez pecó por indeciso al no cambiar la guardia presidencial y no neutralizar a García Carneiro y a otros oficiales chavistas.

En general, se atribuye casi toda la culpa del regreso de Chávez al Decreto Carmona. El mismo contemplaba realizar elección presidencial antes de un año, sin que Carmona pudiese ser candidato; elección de diputados antes de ocho meses y facultad del presidente interino para remover a todos los poderes del Estado. ¿Alguien objetaría hoy día ese Decreto? Todo indica que Luis Miquilena se presentó en Miraflores para ofrecer que 28 diputados, hasta entonces del oficialismo, podrían formar mayoría con los de oposición para designar presidente de la república a Alejandro Armas o ratificar a Carmona. Al respecto hay que considerar que, ocho meses después, el chavismo seguía siendo mayoría en la Asamblea, con 86 diputados versus 79 de la oposición. O sea, no existían los votos necesarios. ¿Se podía confiar en Miquilena, quien cuarenta y ocho días antes era ministro del Interior?

Evidentemente, con la auto juramentación de Carmona y con ese decreto se violó la Constitución. Sin embargo, hay que recordar que Chávez la había violado varias veces y que los artículos 333 y 350 obligan a cualquiera a contribuir a restablecerla. ¿Eso también aplica a la Fuerza Armada? ¿Se justificaría que hoy, al igual que en el 2002, se le solicite la renuncia a quien usurpa Miraflores? El 18 de octubre de 1945 y el 23 de enero de 1958, la Fuerza Armada intervino y entregó a los civiles. Cierto que el 24 de noviembre de 1948 se quedaron con el coroto, pero hoy sería inaceptable e inviable que la Fuerza Armada cumpla con defender la Constitución y no entregue el poder a los civiles. Chávez regresó a Miraflores porque no hubo liderazgo en la Fuerza Armada, ni en el sector político. El Decreto no fue discutido con los militares, ni con los políticos. ¿Acaso fue por lo apremiante de las circunstancias o algo planeado por un grupito?

Veinte años después seguimos en la lucha, pero decepcionados con un liderazgo político que se descalifica entre ellos y no ofrece un frente único que impulse el cese de la usurpación. ¿Hasta cuándo permanecerán indiferentes ante este clamor popular? Los ciudadanos, entre ellos los petroleros, cumplimos el 11 de abril. Otros fallaron por acción u omisión, algunos siguen fallando.

Como (había) en botica: Ante informaciones que no se ajustan a la verdad, este articulista insta a los venezolanos a confiar en Horacio Medina, presidente Ad Hoc de Pdvsa. Medina ha demostrado que no acepta injerencias indebidas en sus decisiones gerenciales. Lamentamos el fallecimiento de Priscilla Quintero de Briceño, compañera de trabajo en la Palmaven meritocrática. También de Bernardo Martínez, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol

¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!

¡Se paró El Palito!

Eddie A. Ramírez S.

No se trata de Palito Ortega, el cantante argentino. Tampoco de Palito Dominguín, la actriz española, nieta del famoso torero. Ambos llamados Palitos por ser más flacos que sombra de alambre. Mucho menos del palito mantequillero que jugaban los muchachos de la generación de mi amigo el venerable Antonio. Tampoco tiene que ver con el efecto de la pastilla azul. Algunos solo lo asociaban con la parada para comprar empanadas y arepitas dulces cuando iban a las playas de Chichiriviche o de Morrocoy. Casi nadie sabía que tenía 42 años trabajando sin parar. Solo se percataron de su existencia cuando no hubo gasolina.

Por primera vez en la historia de nuestra industria petrolera, los gerentes y trabajadores de la nómina mayor iniciaban un paro de actividades, con respaldo de la mayoría de las nóminas menor y diaria. El motivo fue para intentar evitar la injerencia de la política partidista y la violación a la meritocracia en la empresa. Es decir, en defensa de principios y valores.

El conflicto se inició en febrero, con la designación de cinco directores que tenían años trabajando en Pdvsa, pero que no tenían suficientes credenciales, salvo el político, para ocupar esos cargos. En esa oportunidad, los 34 más altos ejecutivos de Pdvsa y filiales publicamos el documento Salvaguardemos a Pdvsa. Realizamos gestiones para evitar la confrontación, pero el presidente Chávez estaba dispuesto a “tomar esa colina que era Pdvsa”. Los trabajadores de las áreas petroleras y de Caracas se movilizaron y eligieron 74 delegados. Esta organización fue la que permitió el éxito del paro.

El gobierno no evaluó la determinación de los petroleros. Siguió con su plan, jubilando a unos, removiendo a quienes ocupaban cargos importantes en el área de refinación y despidiendo a siete de los voceros ante los medios de comunicación. Se pasó de maraca, como se dice popularmente. Creó la tormenta perfecta: logró unir las protestas de la Asamblea de Educación, de la CTV, de Fedecámaras y de los petroleros. Además, era evidente el descontento de los militares por la designación de José Vicente Rangel, ficha de la extrema izquierda, como ministro de la Defensa.

La parada de la refinería de El Palito, hoy 5 de abril, hace veinte años, desencadenó un gran entusiasmo en la sociedad civil antichavista. Las diferentes unidades de Pdvsa se sumaron gradualmente, por lo que el paro se hizo irreversible. La CTV y Fedecámaras se sumaron al paro el 9 de abril, y el día 11 convocaron a una marcha desde el Parque Rómulo Betancourt hasta Chuao, frente a uno de los edificios de Pdvsa, en apoyo a los petroleros.

El 10 de abril en la noche, Hugo Chávez le ordenó al presidente de Pdvsa, Gastón Parra, que le solicitara la renuncia a la directiva. Sin embargo, no anunció esa decisión. Facilitó que el 11 se generara la marcha de protesta más grande de nuestra historia, hasta ese entonces. Además, cuando la misma decidió seguir hacia Miraflores, no impidió que llegara a sus inmediaciones, lo que hubiese sido muy fácil colocando un par de tanquetas y un pelotón de guardias nacionales en la autopista del Este. Tampoco ordenó colocar a soldados o guardias en las azoteas de los edificios del área de seguridad, para neutralizar a los pistoleros. Evidentemente, quería que su grupo de paramilitares armados comandados por Freddy Bernal, agrediera a los manifestantes que pacíficamente querían llegar frente a la sede del gobierno para solicitarle la renuncia. Desde el ministerio de la Defensa, José Vicente Rangel le daba instrucciones a Bernal, lo cual fue denunciado por el capitán Michael O´Brien.

El documental de Wolfang Schalk y Thaelman Urgelles, La Revolución no será televisada, y el libro Las balas de abril, de Francisco Olivares, son testimonios de la masacre. Esta no fue mayor porque la Policía Metropolitana impidió el avance de los pistoleros y, posteriormente, el general Rosendo se negó a aplicar el Plan Ávila. Quien esto escribe también fue testigo, ya que con mi esposa subimos con la marcha por la avenida Baralt. Presenciamos cuando los pistoleros disparaban desde Puente Llaguno, retirándonos hacia El Silencio cuando a unos veinte metros cayó el primer manifestante. En la plaza O´Leary, nos juntamos con Antonio Ledezma, Elías Santana y Alfredo Ramos, entre otros. Desde allí se escuchaban los disparos, esta vez de guardias nacionales, contra los ciudadanos. No vimos a ningún manifestante armado.

Tiempo después, Chávez declaró que él había provocado la crisis cuando nombró a Gastón Parra y nos despidió con un pito. Los acontecimientos lo tomaron por sorpresa. Nunca esperó que la sociedad civil participara con protestas masivas, ni que los petroleros desencadenarían un paro al que se sumaron la CTV y Fedecámaras. Mucho menos que los militares le solicitaran la renuncia, la cual aceptó. Su ego no le permitió recordar que fue destituido, que lloró y pidió perdón. En el paro cívico de diciembre sí estaba preparado.

El paro petrolero de abril tuvo éxito por la voluntad de muchos. Hoy solo rendimos reconocimiento a la gente de la refinería de El Palito, entre ellos a su Gerente General Rogelio Lozada, al Gerente de Operaciones Ramón Marcano, así como a Juan Francisco Conde, Gualberto Bello, Diésbalo Espinoza, Marina Botello, Eldis Martínez, Rubén Waithe, Mónica Bustamante (QEPD) y muchos otros.

Como (había) en botica:

El grupo Alianza Rebelde Investiga (El Pitazo, Runrunes y TalCual) denunció que Pdvsa dilapidó 3.700 millones de dólares en construcción de buques, proyecto de astillero, sobreprecio en compras, barcos varados, etc. Asdrúbal Chávez debe responder a esta denuncia.

¿Hasta cuándo los cobardes del régimen seguirán acosando a la jueza Afiuni?

En Costa Rica ganó Rodrigo Chaves, el más malo de los dos candidatos.

Lamentamos el fallecimiento de Carmen Ramírez de Ferrer, compañera de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

5 de abril 2022

Futuro de la industria de los hidrocarburos

Eddie A. Ramírez S.

Todos los indicadores evidencian el foso en que se encuentra Venezuela. Las causas no han sido guerras civiles o confrontación con otros países, tampoco por fenómenos naturales, sino por malas políticas de los gobernantes. El descenso se inició gradualmente durante los últimos gobiernos de la etapa democrática, pero a partir de la presidencia de Hugo Chávez se produjo una caída abrupta por su política populistas de apropiarse de la propiedad privada y destrucción del aparato productivo. Sus desaciertos pasaron un tanto desapercibidos por los elevados precios del petróleo y su poder de comunicación. Con Maduro se produjo la tormenta perfecta: precios bajos del crudo, pésima política económica y nula habilidad para convencer.

Afortunadamente, tenemos varias opciones para iniciar la recuperación. En este artículo nos referirnos a la visión del futuro de la industria de los hidrocarburos, captada a través de las charlas y escritos de distinguidos conocedores del tema, que generalmente forman parte de grupos de trabajo. Varios de ellos participaron en los excelentes webinar organizados por Venamérica-VAPA, y el reciente por Gente del Petróleo.

Los equipos interdisciplinarios están integrados por profesionales jubilados de Pdvsa, por despedidos ilegalmente de la empresa a raíz del paro cívico nacional y por otros conocedores del tema. Todos comprometidos con la recuperación de nuestra industria de los hidrocarburos y petroquímica.

Hay consenso en que Venezuela no tiene la cantidad de reservas probadas de petróleo y gas que dice el régimen, pero que las mismas son muy abundantes, y que parte de ese petróleo se quedará bajo tierra ante el surgimiento de fuentes alternas de energía. Consideran que la transición energética es inevitable, pero que el petróleo seguirá teniendo un importante rol como fuente de energía durante varios años. Ante la presión mundial para reducir las emisiones de CO2, para limitar el calentamiento global, una de las opciones es inyectar, o sea secuestrar, ese gas en el subsuelo; para aplicar esta solución, tenemos la ventaja de disponer de numerosos yacimientos ya explotados.

Como es sabido, la mayor parte de nuestras reservas son de petróleo pesado y extrapesado en la Faja del Orinoco. Algunos piensan que el esfuerzo debe dirigirse a explotar dicha Faja. Otros consideran que todavía tenemos mucho petróleo mediano y liviano. Al respecto, hay que evaluar qué tipo de petróleo demandan los diferentes mercados a los que nos conviene exportar. En vista de que el sector automotor es el que está migrando más rápidamente del uso de diesel y gasolina a vehículos eléctricos, recomiendan que las nuevas plantas petroquímicas se ubiquen a la par de las refinerías. Ello facilitará que, a medida que descienda la demanda de combustibles, aumente la producción de productos petroquímicos, que tienen una demanda creciente.

Así mismo, consideran que el Estado no tiene suficientes recursos para invertir en la recuperación y crecimiento de esta industria. Por eso, es imprescindible la participación del sector privado internacional e ir incorporando empresas venezolanas. Así mismo, dar prioridad a las empresas mixtas existentes, reduciendo la participación accionaria de Pdvsa y otorgándoles mayor autonomía. Existe la certeza de que el actual sistema fiscal de impuestos y regalías no estimula a los inversionistas, por lo que recomiendan flexibilizarlo, considerando la rentabilidad de cada proyecto.

Desde el 2016 Pdvsa no presenta informes, por lo que se desconoce la cifra actual de trabajadores. Para esa fecha tenía 168.905; en el 2002 eran 69.000, en ambos casos se incluyen los contratados. Lo que se conoce es que muchísimos han desertado por temor a los accidentes, inconformidad con las malas decisiones gerenciales, rechazo a la corrupción, bajísimos sueldos y deficiente atención médica. Para la recuperación de la empresa hay que contar con el personal existente, sustituyendo a los directores y gerentes generales, así como al personal que no agrega valor.

Recomiendan la creación de un Ente Independiente de Energía, que otorgue los permisos para explorar y extraer crudo, mediante rondas de licitación, y supervise el cumplimiento. Algunos piensan que en el corto plazo debe desaparecer Pdvsa y que el Estado no tenga ninguna empresa, otros que es recomendable una petrolera estatal redimensionada. La realidad es que, se esté o no de acuerdo, durante unos años Pdvsa tendrá que seguir existiendo. Después corresponderá al sector político decidir su futuro.

Un punto mencionado en los diferentes grupos es que Venezuela tiene también importantes fuentes alternas de energías renovables e inmensas áreas de bosques y posibilidades de replicar la experiencia de las plantaciones de Uverito. Eso permitiría satisfacer holgadamente los requisitos de disminuir la llamada huella de carbono, e incluso lograr la meta de equilibrio entre lo que se emite y se captura en las operaciones industriales. Las industrias del acero y aluminio, ubicadas en una zona con producción de energía hidráulica, tienen una reducida huella de carbono y bajo costo de producción.

La conclusión es contundente. El futuro de la industria de los hidrocarburos, base de la recuperación de nuestra economía, es promisorio. Además, Venezuela tiene la oportunidad de convertirse en un centro energético regional. Ojalá el sector político acepte las recomendaciones de los expertos, para que el nuevo gobierno las ejecute y podamos salir del subdesarrollo.

Como (había) en botica:

La dictadura de Chávez-Maduro rinde homenaje a nuestros indígenas caídos durante la conquista, pero asesina a nuestros actuales compatriotas, sean yanomani, wayuu, pemones o waraos.

Se robaron Agroisleña y ahora tenemos que pagar 1.600,00 millones de dólares en compensación; crearon Agropatria y la quebraron, perjudicando a miles de agricultores.

El genocida Putin solo cuenta con el apoyo de sus iguales, Lukashenko, Maduro y Daniel Ortega.

Lamentamos los fallecimientos de Marisol Schiaffino y de Rafael Tinaure, compañeros de Gente del Petróleo y de Unapetro.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

Arrepentimiento por conveniencia

Eddie A. Ramírez S.

Contrario a lo que dice la famosa canción No me arrepiento de nada, Je ne regrette rien, que popularizó la Piaf, todos tenemos algo de qué arrepentirnos, aunque a veces no lo reconocemos. En la historia hay muchos casos de generales que fracasaron en alguna campaña y de jefes de Estado que no tuvieron éxito en su gestión. Pocos reconocen su responsabilidad, y menos se arrepienten de decisiones que condujeron al descalabro. Casi siempre culpan a un tercero. Hay otros casos en que el arrepentimiento es hipocresía para ganar tiempo y volver a las andadas.

Pablo de Tarso se arrepintió sinceramente de haber perseguido a cristianos. Napoleón no se arrepintió por su invasión a Rusia, sino que culpó a otros del fracaso, en este caso al “general invierno”. Su ego no le permitía aceptar que falló en asegurar la línea de abastecimiento de sus tropas y que los rusos lo sorprendieron con retiradas estratégicas. Bolívar le atribuyó la culpa de la caída de la primera república a Miranda, obviando que él había perdido la importante plaza de Puerto Cabello. Que sepamos, nunca se arrepintió de haberlo entregado a los realistas. Nuestros presidentes tradicionalmente le echan la culpa al gobierno anterior por sus fracasos. Rara vez se arrepienten y reconocen sus errores.

Un caso excepcional es el del presidente Isaías Medina Angarita, cuyo derrocamiento se debió, entre otras causas, a su negativa a permitir el voto universal. Quería elegir a dedo a su sucesor. Sin embargo, en julio de 1945, tres meses antes de su derrocamiento, le dijo a don Mario Briceño Iragorry “Te juro que no tendré en mi vida días y horas suficientes para arrepentirme de no haber estado el año pasado con quienes me recomendaban la reforma constitucional en el sentido de hacer popular la elección del presidente. No estaría en este horrible brete”.

El polémico Jorge Olavarría se arrepintió de su apoyo a Chávez y a su proyecto político cuando se percató de que ese no era el camino. Su cambio lo evidenció fustigándolo severamente en la Asamblea Nacional. El general Baduel se arrepintió de haber creído en Hugo Chávez y lo demostró apoyando los siguientes procesos electorales de los demócratas, lo cual le costó que lo dejaran morir en la cárcel.

Hay otros que solo muestran arrepentimiento cuando los beneficia. Arias Cárdenas es un ejemplo. Fue chavista, denigró de su compañero de cuitas expresando arrepentimiento y, cuando percibió que el dictador no saldría en el corto plazo, le pidió perdón. Otro caso similar es Hermann Escarrá. No es que se arrepienten, lo cual es loable cuando se reconoce estar equivocado, sino hipócritas que buscan acomodo según sus conveniencias.

El presidente Chávez pidió perdón al cardenal Velasco por las ofensas, así como a los petroleros por los despidos con un pito en cadena de radio y televisión. Además, con crucifijo en mano mostró arrepentimiento y ofreció enmendarse. Sin embargo, al poco tiempo volvió a las andadas. Es decir que fue un arrepentimiento fingido para ganar tiempo y deshacerse de los oficiales percibidos como no leales a su proyecto político. Lo mismo hizo con los petroleros.

En su etapa abiertamente dictatorial, Chávez expropió fincas en producción y empresas operando eficientemente, como Agro Isleña, todas quebradas por los gerentes rojos. Las Cristinas, Cristallex y Conoco fueron expropiadas arbitrariamente y hoy demandan por sumas elevadas al Estado venezolano. Edificios como el Sambil y La Francia no escaparon a las arbitrariedades de Chávez, quien nunca mostró arrepentimiento, a menos que lo haya expresado en su interior cuando agonizaba en Cuba. Decir que todas esas acciones fueron expropiaciones no es correcto, ya que no hubo compensación. Como dijo María Corina Machado, fueron robos. Chávez le causó un gran daño al país y a los propietarios. Radio Caracas Televisión y las instalaciones de El Nacional fueron otros robos, este último por acción del actual usurpador de Miraflores.

Maduro y Jorge Rodríguez dijeron que no volverían a dialogar en México hasta que pusieran en libertad a Saab, pero se arrepintieron ¿Será porque descubrieron que su “diplomático a la carrera” resultó informador de la DEA o el arrepentimiento es por la presión de las sanciones?

Ahora, después de 14 años, Maduro devolvió a sus propietarios el centro comercial Sambil, ubicado en La Candelaria. ¿Quién compensa a la constructora y a los medianos comerciantes que habían adquirido un local? La dictadura de Chávez-Maduro es la única del siglo XX y hasta el presente, que no solo se apropia de los bienes públicos, sino también de los privados. Retrocedimos a los pillajes de la Guerra Federal.

¿Acaso Maduro está arrepentido y no está de acuerdo con las decisiones de su mentor? No, solo está asustado como Chávez en abril 2002. Sabe que tiene que mejorar su imagen. El fiscal Khan de la Corte Penal Internacional le quita el sueño, así como la estúpida y criminal invasión de Putin a Ucrania, que por carambola inmovilizó recursos depositados en Moscú. En el caso del Sambil, nos alegramos se haya resuelto positivamente para sus propietarios. Llama la atención que ya no dispondrá de una Feria de Comida, sino un espacio gourmet. También que sus propietarios declaren que está en perfecto estado. Es lógico que estén contentos, pero no hay que guindarse. Sería un caso único de buen mantenimiento. Ese equipo debería manejar las refinerías. En Maduro y sus palafreneros no hay arrepentimiento, tendrán que responder ante la justicia.

Como (había) en botica:

Costa Rica elegirá presidente el 3 de abril. Este bello y democrático país no escapa a la crisis de liderazgo. Dos expresidentes estuvieron presos por corrupción. Ahora, uno de los candidatos, Chaves, está señalado de acoso sexual, populista e impredecible; el otro, Figueres, ya fue presidente, tiene rechazo y fue mencionado de tráfico de influencias, pero pareciera el menos peligroso.

Felicitaciones a Vladimiro Mujica, liderará equipo de investigación en biología cuántica en la universidad de Arizona.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

Mercenarios

Eddie A. Ramírez S.

Siempre hay alguien dispuesto a venderse al mejor postor. El concepto antiguo era considerar mercenario a alguien que no pertenecía a ninguno de los bandos en pugna, por lo que estaba dispuesto a morir por dinero y no por una causa. Desde tiempos remotos la historia narra infinidad de casos. Griegos, persas, romanos y otros los utilizaron en sus guerras. A veces el rey o el señor feudal, es decir quien contrataba, no tenía dinero, por lo que “pagaba” con el derecho al pillaje de las propiedades de los vencidos. “Soldados de fortuna”, los llaman algunos. Ahora, Putin anuncia descaradamente que está contratando mercenarios, incluso sin importar si tienen antecedentes penales. El tirano no quiere correr el riesgo de que caigan abatidos soldados rusos, ante la valiente resistencia de los ucranianos que se niegan a ser sometidos.

Hoy día, se considera despreciable al mercenario y a quien lo contrata. Sin embargo, no siempre fue así. Algunos lograron honores y unos cuantos son todavía considerados héroes. En mi etapa pre adolescente recuerdo una canción en francés ensalzando a Bertrand Du Guesclin. Ya en bachillerato, estudiando historia de España, aprendí que el héroe de la Guerra de los Cien Años, entre Francia e Inglaterra, fue también un mercenario que intervino en favor de Enrique de Trastamara , conocido como “el fratricida”, en la disputa por la corona de Castilla. Dicha intervención fue bochornosa, ya que facilitó que el Trastamara matara a su medio hermano Pedro I, llamado “el cruel” o “el justiciero”. Du Guesclin tiene estatuas en Francia.

Con el tiempo se ha ampliado la acepción del término mercenario. Ya no son solo los “perros de la guerra”, como los llamó Forsyth en su conocida novela ubicada en África. Mercenario es cualquiera que defiende un gobierno o una empresa, sin sentir simpatía o antipatía con determinada causa o ideología, ni importarle si es o no responsable socialmente. Solo lo hace para lucrarse. Hacen suya la frase de Du Guesclin de “Ni quito, ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”, por cierto, choteada por Sancho Panza. Es decir, ayudo a quien me paga.

En tiempos de dictadura abunda este tipo de mercenario. En Venezuela tenemos el caso evidente de los grupos llamados colectivos, que son organizados, armados y financiados por el régimen. Este los utiliza, no solo para causar terror entre quienes protestan pacíficamente, sino para evitar en lo posible que funcionarios de la policía y de la Guardia Nacional sean señalados por asesinatos y por causar lesiones. La presencia de los colectivos proporciona al régimen la excusa para decir que fueron enfrentamientos entre civiles no identificados, intentando así eludir acusaciones de violaciones a los derechos humanos.

Mercenario no son solo quienes utilizan armas. También quienes portan toga y birrete, magistrados del TSJ, rectores del CNE y uniformados verde oliva, que se prestan a ejecutar medidas que violan la Constitución y las leyes. ¿Habrá alguno que lo haga por razones de afinidad ideológica con el régimen? Quizá haya alguna excepción, como los hermanos Rodríguez que lo hacen por resentimiento atávico.

A nadie debe extrañar que Maduro apoye a Putin. Ambos son tiranos que contratan mercenarios, armados o no. Solo las dictaduras de Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea no condenaron en la ONU la invasión Rusa a Ucrania. Maduro no pudo sumarse a este perverso grupo porque está moroso con la cuota, pero él y su ministro de Relaciones Exteriores lo han manifestado en declaraciones vergonzosas. Por otra parte, no podemos obviar mencionar que alguien, en su empeño en poner término a la dictadura de Maduro, actuó equivocadamente al contratar una empresa que alquila mercenarios. La llamada operación Gedeón estuvo integrada por jóvenes venezolanos valientes, románticos sin sentido de la realidad, pero con la mancha de incluir a tres mercenarios.

Como (había) en botica:

En relación a la cuestionada delegación del gobierno estadounidense que se entrevistó con Maduro y con el presidente Guaidó, es preferible esperar información. La percepción inicial es que solo benefició a los dos presos liberados. Los visitantes no pueden ignorar que Pdvsa está imposibilitada de suministrar crudo y productos para sustituir a Rusia ¿Podría ser que el poderoso lobby de Chevron esté intentando que el régimen ceda en algo para que, en reciprocidad, Estados Unidos le permita cierto margen de libertad comercial a esta empresa? Chevron, ha estado cerca del régimen. Incluso, en la empresa mixta que tiene con Pdvsa, aceptó despedir a profesionales por haber firmado la solicitud de revocatorio contra Chávez o por ser despedidos de Pdvsa durante el paro cívico, lo cual reclamamos en su oportunidad. Maduro quizá pudo tener algún beneficio mediático, pero quedó mal ante la Corte Penal Internacional, al ser evidente que nuestro sistema judicial depende de Miraflores.

Lamentamos el fallecimiento de nuestro compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol, Atilio Diaz Reyes.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

¿Es Putin el único culpable?

Eddie A. Ramírez S.

Con sobradas razones, Putin es señalado por los demócratas del mundo como un ser despreciable, culpable de la muerte de civiles, entre ellos niños, por su locura de invadir un país más débil en su ambición de querer revivir la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Además, lo señalan del asesinato de opositores y de impedir el ejercicio de la democracia en Rusia. Por si fuera poco, el tipo es antipático y no sonríe ni a su mamá. Quizá es un trauma de cuando lo llevaron al circo de Moscú y se asustó con los payasos. Probablemente sufre de coulrofobia. Como dijo Madeleine Albright, es tan frio que parece un reptil. En la historia de la humanidad han abundado los Putin. Unos peores y otros no tan malos. No son los únicos culpables.

¿Nacen por generación espontánea o los empollamos?: La generación espontánea no existe y ningún ser humano nace malo. Factores del entorno lo pervierten. A veces por actos injustos. Sin embargo, la mayoría de las veces es por no corregir a tiempo, por tolerar arbitrariedades. Es decir, los Putin, los Maduro, los Ortega, los Lukachenko y demás especímenes que atropellan a los ciudadanos y a la democracia, logran sus fechorías porque muchos lo permiten. Les dan calor, como las gallinas a los huevos, solo que no nacen pollitos sino dictadores.

¿Quiénes son también culpables? Los citados son culpables y deben pagar por sus crímenes. Sin embargo, hay otros que pocas veces son imputados, ni sufren las consecuencias. En el caso de Rusia, Serguei Shoigu, Vyacheslav Volodin y Serguei Lavrov, ministro de Defensa, presidente de la Duma y ministro de Relaciones Exteriores, respectivamente, y otros, son culpables por no frenar a Putin. Crían cuervos que generalmente solo les sacan los ojos a terceros que no tienen arte, ni parte. Los pueblos son los paganinis de las cabronerías de una minoría. Legisladores, jueces, fiscales y militares que no tienen principios y valores son los responsables de que en el mundo haya dictadores. Unos asesinan y atropellan a sus propios ciudadanos. Otros, como Putin, lo hacen con el valiente pueblo ucraniano.

En el caso Venezuela: Maduro no tendría ese poder sobre vidas y haciendas si no hubiesen los Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Hermann Escarrá, Cilia Flores, Antonio Benavides Torres, Didalco Bolívar y muchos otros diputados de una Asamblea Nacional usurpadora. Tampoco, si no hubiese un Fiscal General como Tarek William; unos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia como Calixto Ortega, Mikel Moreno, Carmen Zuleta de Merchán, Juan José Mendoza y Luisa Estela Morales, entre otros; unos rectores del Consejo Nacional Electoral como Pedro Calzadilla, Tania D’Amelio y la ya retirada Tibisay Lucena, y unos militares como Padrino López, Remigio Ceballos, Fabio Zavarce, Hernández Dala y medio centenar de generales. Así mismo, tienen responsabilidad ministros del gabinete ejecutivo, presidentes de empresas del Estado, como Asdrúbal Chávez, empresarios que lo apoyan a cambio de contratos mal habidos y periodistas intelectualmente deshonestos. También despreciables rastacueros que los adulan.

Muchos salvan la honra: Afortunadamente, hay centenares de políticos que no se han doblegado a pesar de las persecuciones del régimen. Podemos estar o no de acuerdo con algunas de sus posiciones, pero hay que reconocer que siguen luchando a pesar de los riesgos que corren. Son muchos, por lo que solo citaremos al presidente encargado Juan Guaidó; magistrados del TSJ, diputados de la Asamblea Nacional y funcionarios del gobierno interino que tuvieron que exiliarse y a quienes les han confiscado sus bienes; los dos rectores no chavistas del CNE, que deben aguantar los ataques del régimen y también recibir andanadas de fuego amigo; hay 130 militares y 107 civiles presos, entre ellos trece damas, 9.420 ciudadanos tienen medidas cautelares y hay 875 civiles sometidos a tribunales militares, según el Foro Penal Venezolano; además, casi seis millones que han tenido que buscar refugio en otros países. Mientras algunos solo critican, muchos siguen enfrentando al régimen.

Responsabilidad de Organismos internacionales: Aplaudimos la reacción enérgica de la mayoría de los países de la ONU, de la OEA y del Parlamento Europeo. Sin embargo, el mundo requiere de acciones más efectivas para evitar un Putin y otros dictadores. El concepto de soberanía absoluta ya no debería tener cabida. Es tiempo de que se apliquen los tratados internacionales.

Acciones a emprender: No abogamos por intervenciones militares de una fuerza internacional, la cual solo se justifica en contados casos. El aislamiento diplomático y severas sanciones económicas deberían ser suficientes. No es posible aceptar que representantes de dictaduras sean miembros de comisiones de derechos humanos. La ONU debe eliminar el veto que tienen cinco países en el Consejo de Seguridad. La Corte Penal Internacional debe agilizar sus procedimientos. Por otra parte, es inadmisible que se despilfarren tantos billones en armas, en lugar de atender la situación de 769 millones de personas con hambre y 84 millones que han sido desplazados de sus países de origen.

Si no se tiene la voluntad para hacer cambios y aislar a los gobiernos dictatoriales, seguirán proliferando los Putin y Kim Jong-un, que ponen en peligro a la humanidad, así como los Lukashenko, Ortega y Maduro que atropellan a sus ciudadanos. China es otro caso de cuidado. Los países democráticos propiciaron su crecimiento sin medir las consecuencias. Además, hay que tener cuidado con Trump, que por su ego está minando la democracia estadounidense.

Como (había) en botica:

Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Mi reconocimiento a la valiente mujer venezolana, en especial a las trece damas presas políticas del régimen y a las Mujeres del Petróleo, que siguen presentes y comprometidas en la lucha por la democracia.

Orlando Viera Blanco, embajador del gobierno interino en Canadá, instó al director del Saime a encontrar una fórmula para que los residentes en Canadá reciban su pasaporte,

¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com