La mascarada del Momoduro
Aprovechando las festividades carnestolendas, que eran carnestolendas y festividades de verdad-verdad en tiempos recientemente idos, el rey Momoduro buscó su comparsa y se presentó en la gran pantalleta anunciando con bombos y platillos, pero sin caramelos, bambalinas, papelillos ni serpentinas, que iría ipsofacto a rescatar el Carnaval venezolano que nos expropiaron y confiscaron los gringos llegados el siglo XX a llevarse nuestras perlas, nuestro petróleo, hierro, vitaminas, minerales y tradiciones autóctonas que los indígenas celebraban lanzando huevos, tomates, azulillo y otros productos y sustancias que hoy ni se compran ni se venden porque están prohibitivas.
Con su cohorte de payasos, maromeros, saltimbanquis y trapecistas, con caretas y antifaces rojos rojitos, con faralaos de los billetes del nuevo cono moñetario, Momoduro ofreció el bono de Carnaval de 700 mil bolos que no alcanza ni pa' una carterita o mulita de lavagallo, con la aviesa intención de hacerles saber a sus sigüises, in situ, que están más pela'os que hüeso en sabana si creen que de aquí pa'lante van a comer pernil. Yo te aviso, chirulí.
Momoduro, con mamarrachos y sambambas enviadas por sus camaradas malula, ortiga y morrales, decretó la felicidad, constituyó la alegría, prohibió la tristeza y erradicó la ladilla porque no permitirá, bajo ningún respecto, que cuando vengan los baboseadores internacionales de Cuba, Rusia, Norcorea y Zimbawe vean caras ajadas y largotas que desdigan de la revolución rebonita y redondita de tanto beneplácito.
La mascarada de Momoduro, para matarles los piojos en la cabezota a sus detractores, buscó las caras más risueñas y expresivas del alto mando de la insania, nada más y nada menos que Periquita Farías y Ernestigo de Villeguitas como manera inequívoca de acercarse a ese pueblo al que tanto ama y el que tanto le reclama. Pura mascarilla, pues; pura pantomima carnavalesca.
Sólo le faltó sentar allí al simpático intelectual Gorgojito y al gargantúa Heraclio Bernal para que optara al premio de la locademia policiaca y porsi acaso la muuuuud pretende sabotear el diábolo quisqueyano cuyo recuerdo firmarán de un solo lado, como debe ser, porque a Momoduro no debe contradecírsele y debe respetársele como candidato único de la farsa al trono porque no se cansa ni descansa y para eso trabaja todos los días con el carné de la patria.
Así que a reírse, señores y señoras; que la felicidad nos brote por los poros y los que nos morimos de hambre y de mengua por falta y carestía de medicamentos hagamos un alto en nuestras quejas; tiremos bastones, muletas y andaderas a la urnas del CNE y nos integremos, rápido y cuanto antes, a la bojiganga de carnavalada del rey Momoduro so pena de anclarnos en el oscurantismo de la cuarta república y nos hundamos de lleno a la quinta paila.
Los que ya ni carro propio ni autobuses tienen para transportarse ni para ser nariceados a las marchas patrióticas se dejen de pendejadas y caminen, troten, corran, vuelen, que eso es bueno para la salud y para la revolución, tal como lo dijo el vergatario legatario de este calvario hereditario que la mascarada del rey Momoduro, rodilla en tierra. potenció al máximo martirio de hambruna y crisis humanitaria... ¿A que no me conoces, camarita?