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​José E. Rodríguez Rojas

El legado de Chávez: nepotismo y corrupción

​José E. Rodríguez Rojas

Seguidores de Chávez como Nicmer Evans de Marea Socialista, plantean que la razón de ser de su movimiento es defender el legado del difunto presidente, el cual está siendo destruido por el gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, cuando uno lee la obra de Enrique Krauze “El poder y el delirio” llega a conclusiones diferentes. Enrique Krauze es un historiador mexicano especializado en historia de las ideas, particularmente de las ideas que han nutrido el pensamiento político latinoamericano. En el año 2007, se trasladó a Venezuela para estudiar la revolución bolivariana como fenómeno político y particularmente a Chávez, sus ideas, su proyecto, su obra de gobierno, el movimiento latinoamericano que impulsó y sus relaciones con Cuba. Los resultados de su investigación los expuso en la obra citada.

En su obra, Krauze señala que Chávez planteó en algún momento de su evolución política, que su rol en la política venezolana y en la historia de nuestro país se compadecía con los planteamientos de Gueorgui Plejanov sobre el rol determinante que algunos individuos desempeñan en la historia. Sin embargo, el historiador mexicano plantea que probablemente Chávez no leyó bien a Plejanov o no lo comprendió adecuadamente, pues su visión se correspondía más con la de Thomas Carlyle sobre el rol de los héroes en la historia. Carlyle era un escritor de tendencia fascista que en algún momento expresó con entusiasmo que prefería a “un judío torturado que a un judío millonario”.

En la perspectiva descrita, el historiador mexicano señaló que Chávez aspiró a ser el héroe del siglo XXI venezolano. “Se ha acostumbrado a vivir inyectado de adrenalina…, de una heroína que el mismo genera. Esa heroicidad, piensa él, le da derecho a la ubicuidad, la omnipresencia, la omnipotencia y a la propiedad privada de los bienes públicos; a disponer de ellos con absoluta discrecionalidad, como si fueran su patrimonio”.

Al analizar la prédica bolivariana del difunto presidente, Krauze encontró un conflicto entre el discurso y los hechos. Bolívar era un republicano y rechazó convertirse en un monarca cuando se lo propusieron. Sin embargo, la paradoja mayor del régimen bolivariano de Hugo Chávez fue el intento de restituir el absolutismo monárquico contra el cual luchó el libertador. En esta misma línea, Krauze apunta que “para los monarcas españoles los bienes públicos eran su propiedad privada, y disponían de ellos a discreción, según su real saber y entender. Chávez los sigue puntualmente. Él es el propietario privado de su puesto público… Así como Chávez es dueño de la riqueza pública… , puede disponer de ella a discreción, puede hacer partícipe a su familia de ese bien: padre, madre, hermanos, todos tienen el derecho de participar en el sagrado deber del nepotismo”.

En síntesis, el historiador mexicano nos revela que Chávez construyó un régimen absolutista y personalista en el marco del cual, la corrupción era solo un subproducto natural del régimen. En la construcción de este régimen personalista, el ex presidente destruyó las capacidades institucionales para controlar los desmanes del ejecutivo. No solo convirtió a la Contraloría y al aparato judicial en instrumentos partidistas sino que fue más allá, los transformó en sus instrumentos personales para la vendetta política y la venganza personal, como lo demuestra el caso del General Baduel al que nunca le perdonó haberse opuesto a sus deseos de eternizarse en el poder.

Señala Krauze que en su esencia... la nueva corrupción no es pues muy distinta de la antigua: disposición de bienes públicos como propiedad privada. Pero la corrupción es también un fenómeno moderno presente en todas las sociedades, aunque más frecuentemente en las estatistas, proclive a la opacidad de los asuntos públicos; nada ayuda más al surgimiento y consolidación de una nueva clase capitalista que la oportunidad de una economía en proceso de estatización. Ahí se da en la Venezuela actual, la verdadera acumulación primaria del capital.

En consecuencia, si bien el chavismo como movimiento político enarboló con gran energía las banderas de la corrupción y los derechos humanos, una vez que Hugo Chávez asciende al poder éstas no solo siguen siendo asignaturas pendientes, sino que su deterioro es inocultable. En septiembre del 2008, Transparencia Internacional presentó su índice de percepción de la corrupción. En dicho índice Venezuela ocupó el lugar 158 entre 180 naciones, y es calificado como el segundo país más corrupto de los 32 analizados en el continente americano (solo por encima de Haití). Esta percepción se confirmó en el Estudio de Opinión Pública del tercer trimestre del año 2008 realizado por Alfredo Keller, que mostró que 60% de los encuestados consideró que el problema de la corrupción empeoró durante el gobierno de Hugo Chávez, mientras que 28% opinó que continuaba igual.

La corrupción como un legado de Hugo Chávez no solo ha sido planteado por Krauze; la obra reciente de Carlos Tablante y Marcos Tarre confirma los planteamientos del historiador mexicano. En “El Gran Saqueo”, ambos autores presentan evidencias sobre la descomunal corrupción que se desarrolló en el entorno cercano a Hugo Chávez cuando se desempeñó como jefe de gobierno. Al amparo del control cambiario se llevó a cabo un gigantesco desvío de fondos provenientes de los ingresos extraordinarios del petróleo, que la actual Asamblea Nacional estimó en medio billón de dólares.

En este aspecto, el gobierno de Nicolás Maduro ha sido consecuente con el legado del difunto. En el reciente informe del Secretario General de la OEA a la Comisión Permanente del organismo sobre el caso venezolano, se señala que la Comisión de Contraloría de la AN estimó gastos del gobierno de Maduro de 69.000 millones de dólares, por presunta corrupción. En dicho informe también se cita que la percepción de corrupción ha empeorado con respecto a los tiempos de Chávez. Transparencia Internacional ubica a Venezuela en el lugar 156 entre 168 países evaluados. Por debajo de Venezuela se ubican gobiernos ilegítimos y países devastados por la guerra.

En su informe, el Secretario General de la OEA, ante la desenfrenada corrupción generada por el gobierno chavista-madurista, insiste en el tema ético y señala que aquellos que han elegido representar al pueblo en funciones de gobierno deben estar conscientes de que “es un servicio público… no es un negocio donde las personas buscan un beneficio”. Luego señala que “lo que hemos atestiguado en Venezuela es la pérdida del propósito moral y ético de la política”.

Las evidencias presentadas indican que Hugo Chávez construyó, como parte de un régimen absolutista y personalista, un entramado de corrupción que involucró a su entorno más cercano y a su gobierno. Este fue un aspecto central de su legado, el cual fue asumido y profundizado por el gobierno de Nicolás Maduro.

Profesor UCV

Informe Almagro (OEA): ¿El gobierno de Maduro es democrático? (Parte II)

​José E. Rodríguez Rojas

Como lo señalamos en la parte I el propósito central del informe es hacer una evaluación del carácter democrático del gobierno de Nicolás Maduro. A tal fin en el informe se define la democracia esencialmente como un régimen de libertad, libertad de expresión, de asociación, de reunión, de prensa. Otro aspecto clave del concepto es que esa libertad debe practicarse en el marco de un Estado de derecho, para lo cual la separación de poderes es indispensable.

En esta segunda parte exponemos la síntesis de los aspectos señalados del informe, el ejercicio de la libertad y la separación de poderes, así como las conclusiones a las que llegó el Secretario General de la OEA sobre el carácter democrático del gobierno venezolano. A continuación la síntesis, las frases o párrafos entre comillas son citas textuales del informe.

1. Las limitaciones al ejercicio de la libertad:

-“El gobierno venezolano ha creado un esquema de persecución política en contra de quienes expresan opiniones contrarias”. “Los medios de comunicación son sujetos regularmente a procedimientos penales y administrativos, a la prohibición de viajar, a censura indirecta y al acoso”.”Las licencias de difusión están controladas por medio de un proceso opaco y discrecional”.

-Medidas para controlar la prensa de tipo penal administrativo. Medios de difusión controlados. Se utiliza también el acceso al papel periódico como mecanismo de presión. Existen denuncias sobre compra de medios por empresarios cercanos al gobierno.

-“Se está utilizando a los tribunales y a los juicios penales en medida creciente como arma de persecución política”.

-Las protestas públicas son reprimidas con fuerza excesiva. En enero del 2015 se autorizó el uso de armas de fuego para controlar… protestas pacíficas”.

-Presos políticos: en el año 2013 cuando el Presidente Maduro asumió el cargo había 11 presos políticos en Venezuela. Entre enero del 2014 y mayo del 2016 se denunciaron al Foro Penal Venezolano 4253 detenciones, arrestos o encarcelamientos vinculados a protestas y críticas contra el Gobierno. Actualmente hay 1986 personas a las que se les aplica medidas restrictivas, de esas, 94 están en las cárceles, entre ellas Leopoldo López y Antonio Ledezma. El Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria ha encontrado más de 300 casos de detención arbitraria en Venezuela.

Desde el año 2014 se han denunciado al Foro Penal Venezolano 145 casos de castigo cruel e inhumano, incluida la tortura. Entre estos está el caso de Gerardo, quien fue arrestado en una protesta el 8 de mayo del 2014;luego fue colgado esposado del techo por funcionarios de la GN por más de 12 horas, fue golpeado sufriendo serias lesiones en piernas y espalda. Está también el caso de Jocelyn en el estado Falcón quien fue encerrada con presos comunes en una celda donde fue violada y golpeada. También está el caso de Daniel arrestado en una protesta y quien luego fue golpeado y le aplicaron la picana eléctrica. Otras seis personas arrestadas con Daniel recibieron el mismo trato. Daniel sigue en el Helicoide.

2. La precariedad de la separación de poderes.

2.1. La subordinación de la justicia a los intereses partidistas

-En Venezuela hemos sido testigos de un esfuerzo constante por parte de los poderes ejecutivo y judicial para impedir e incluso invalidar el funcionamiento normal de la Asamblea Nacional (AN). El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) está supeditado a intereses partidistas. “Después de los comicios del 6 de Diciembre y antes de la instalación del periodo de sesiones de la nueva legislatura, 13 de los 32 magistrados y 21 suplentes del TSJ prestaron juramento mediante nombramientos partidistas”. Como resultado, se han producido una cadena de decisiones posteriores del TSJ para bloquear leyes promulgadas por la AN, limitar las funciones de auditoria de la legislatura, eliminar la facultad de la AN de revocar los nombramientos del TSJ, impedir que cualquier enmienda constitucional sea aplicable al actual presidente, bloquear la liberación de presos políticos, prohibir las protestas en los alrededores del CNE y ordenar que repriman las calificada como “protestas violentas”. Adicionalmente, invalidando la legislatura, el TSJ aprobó dos decretos del ejecutivo que declararon un estado de emergencia, lo que concentró aun más las decisiones en manos del ejecutivo. Por último el TSJ expidió un fallo oficial el 14 de junio para restringir las facultades de la AN, pues afirma que se está extralimitando al pretender asumir funciones del ejecutivo.

“El activismo del TSJ se ha disparado con el número de fallos en el periodo de febrero a marzo del 2016 al pasar de dos a 252. Entre el 5 de enero y el 24 de mayo se registraron nueve apelaciones. Todas las decisiones han sido favorables al ejecutivo.

“Estos ejemplos demuestran claramente la falta de independencia del poder judicial. El sistema tripartito de la democracia ha fracasado y el poder judicial ha sido cooptado por el ejecutivo”.

2.2. Las acciones del Consejo Nacional Electoral (CNE) intentando abortar el Revocatorio:

En 1999 el entonces presidente Hugo Chávez consagró la figura del Referendo Revocatorio previsto en la constitución. En el periodo reciente el CNE no ha proporcionado las garantías necesarias para celebrar el Referendo Revocatorio solicitado por la oposición política. Se han producido demoras en diversas fases del proceso, se han creado requisitos adicionales y se han llevado a cabo amenazas para disuadir a los ciudadanos de participar en el proceso. Tras varios meses de retraso el proceso de validación se inició. “A través de un proceso opaco el CNE ha incumplido sus propios plazos y ha actuado en violación de sus propias reglas”. Cuatro de los cincos miembros del CNE tienen vinculaciones con el partido en el poder lo que pone en entredicho su capacidad para decidir de manera independiente e imparcial. Los grupos que abogan por el Revocatorio han cumplido sus responsabilidades en este proceso,. “El Gobierno y el CNE no lo han hecho. La celebración del Referendo Revocatorio en el 2016 es la única manera de resolver la crisis política de Venezuela”.

3. Comentario final:

Partiendo del concepto de democracia, mencionado al inicio del artículo, el Secretario General de la OEA concluye: “tener presos políticos es claramente un acto de un régimen autoritario…cuando un gobierno detiene y encarcela arbitrariamente a quienes se expresan en su contra. Eso no es democracia”. El pueblo venezolano se enfrenta a un gobierno que ya no le rinde cuentas, que no protege los derechos de los ciudadanos, un Gobierno que ya no es democrático”. Se ha producido una alteración del orden democrático en el país por lo cual se ha violado la Carta Democrática Interamericana que es la verdadera constitución de las Américas. En consecuencia Almagro plantea la necesidad de que la OEA ayude a Venezuela a retornar a la vía democrática para lo cual es indispensable que se realice el referendo revocatorio y transformar el TSJ y el CNE en organismo neutrales a fin de garantizar la independencia de poderes y el Estado de Derecho.

Profesor UCV

Informe Almagro (OEA): ¿El gobierno de Maduro es democrático? (Parte I)

​José E. Rodríguez Rojas

El propósito central del informe, presentado ante el Consejo Permanente de la OEA el 23 de junio, fue hacer una evaluación del carácter democrático del gobierno de Nicolás Maduro. A tal fin se partió de la definición de democracia contenida en los artículos 3 y 4 de la Carta Democrática Interamericana donde se enumeran los elementos esenciales de una democracia. Tomando como referencia estos elementos, en el informe se define la democracia en primer lugar como un régimen de libertad, libertad de expresión, de asociación, de reunión, de prensa. El concepto incluye también una ciudadanía empoderada, una judicatura independiente. Una estructura de seguridad que tenga la confianza del pueblo y que rinda cuentas. Es además el ejercicio del poder dentro de un Estado de derecho. Los gobiernos democráticos tienen una responsabilidad hacia sus ciudadanos, de proveer seguridad. Dar acceso a las necesidades básicas, proteger los derechos humanos y rendir cuentas.

Tomando el concepto de democracia ya señalado como marco de referencia, el Secretario General de la OEA aborda el análisis de la crisis social y humanitaria que atraviesa Venezuela, la violencia y corrupción desenfrenada y finalmente las restricciones a la libertad y la precaria separación de poderes que existe en el país. Hicimos una síntesis del Informe que dividimos en dos partes a fin de facilitar la lectura; en la parte I incluimos la crisis social y humanitaria, la violencia y la corrupción. Las restricciones a la libertad y la separación de poderes las abordamos en la parte II, que serán difundidos en un segundo artículo. En esta segunda parte incluimos las conclusiones a las que llegó el Secretario General de la OEA sobre el carácter democrático del gobierno venezolano. A continuación insertamos la síntesis, las frases entre comillas son citas textuales del texto.

1.Precariedad de los derechos sociales:

El que debería ser uno de los países más ricos de la región se encuentra enfrentando niveles de pobreza sin precedentes. Venezuela ocupa el 9° lugar mundial con la peor tasa de desempleo. 73% de los hogares y 76% de la población se encuentran en situación de pobreza (año 2015). El salario mínimo equivale a 13,75 dólares al mes lo que equivale a 50 centavos de dólar por día. La escasez de alimentos alcanzó a 82% en enero del 2016. 87% de los venezolanos declaran que no tienen el dinero suficiente para comprar los alimentos que necesitan. Se requieren 16 salarios mínimos para alimentar debidamente a una familia. Una cuarta parte de la población vive con menos de dos comidas al día. La desnutrición afecta a los más vulnerables. La tasa de mortalidad infantil se está incrementando, así como los problemas de crecimiento en los niños.

2.Crisis humanitaria:

-La falta de agua y electricidad se ha tornado común limitando la prestación de servicios de las instituciones públicas.

-Falta de insumos básicos y sustancias como el cloro para el tratamiento de agua, ha dado lugar a un aumento de las enfermedades transmitidas por el agua.

-Sistema de salud enfrenta serios problemas por carencia de equipos, doctores y medicinas. Servicios médicos debilitados por el deterioro de la infraestructura, la falta de mantenimiento y actualización de los recursos y equipo técnico, lo que se agrava todavía más por la escasez de medicinas e insumos. Los pacientes deben aportar los insumos en caso de tratamiento en los hospitales públicos, si estos se acaban deben interrumpir el tratamiento.

-La inestabilidad ha dado lugar a la inmigración masiva de profesionales de la salud. Han cerrado la mayoría de los centros de salud cuyo personal era de origen cubano

-En enero de 2015 la Cámara Farmacéutica reportó deuda de 6000 millones de dólares con proveedores internacionales. Farmacias solo pueden surtir 7 de cada 100 medicamentos.

-El 5 de abril la Asamblea Nacional (AN) promulgó una ley para atender “la crisis humanitaria de salud”. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la declaró inconstitucional.

3.Violencia y delincuencia:

-Saqueos: la violencia ha estado aumentando en el periodo reciente en la medida que se agudiza la escasez. Se han reportado más de 250 casos de saqueo en todo el país. Los transportes de alimentos y bebidas al igual que los centros comerciales y almacenes han sido objeto de saqueos. También se han incrementado las protestas de la población por la escasez. La represión de las protestas ha ocasionado víctimas mortales.

-La delincuencia ha alcanzado niveles históricos. El gobierno reconoció que, en el año 2015, ocurrieron 58,1 homicidios por 100.000 personas. La sociedad civil cuenta 90 homicidios por cada 100.000 personas. En el año 2015 el número de muertes violentas fue superior al registrado en Afganistán.

-“La policía, la GN, los jueces, la fiscalía y el personal carcelario están involucrados de manera tácita o expresa en la delincuencia organizada”.

-El gobierno ha establecido una fuerza paramilitar para reprimir a la delincuencia organizada que ha sido acusada de ejecuciones sumarias.

- En los últimos cuatro años murieron 1320 integrantes de las fuerzas policiales y militares a manos de los delincuentes. La mayoría de ellos no estaban de servicio a la hora de su muerte.

-“Venezuela está en un estado perpetuo de lucha civil”.

4.Corrupción:

-La Comisión de Contraloría de la AN ha estimado gastos del gobierno por 69.000 millones de dólares, por presunta corrupción.

-Ex integrantes del gabinete del difunto presidente Chávez señalan la desaparición de ingresos petroleros por el orden de 300.000 millones de dólares.

-Transparencia Internacional clasifica a Venezuela en el lugar 158 entre 168 países evaluados en lo que se refiere a corrupción. Es el caso más extremo de la región latinoamericana. Los países que están debajo de Venezuela son regímenes ilegítimos o países devastados por guerras prolongadas.

-75% de los venezolanos creen que la corrupción es generalizada.

5.Comentario final

Como se ha visto, el concepto de democracia implica que los gobiernos tienen una responsabilidad hacia sus ciudadanos, de proveer seguridad y dar acceso a las necesidades básicas, proteger los derechos humanos y rendir cuentas. Lejos de esto el gobierno venezolano ha contribuido a crear una crisis social y humanitaria sin precedentes y elementos del mismo han estado involucrados en la delincuencia organizada. Como lo ha postulado el Secretario General de la OEA “el gobierno se ha olvidado de defender el bien mayor, el bien colectivo”. Adicionalmente, mientras el país se hunde en una crisis social y humanitaria y la violencia se disemina con la complicidad de las autoridades, la corrupción prospera sin control alguno. Ello lleva a Almagro a insistir en el tema ético. A este respecto señala que aquellos que han elegido representar al pueblo en funciones de gobierno deben estar conscientes de que esto “es un servicio público… no es un negocio donde las personas buscan un beneficio”. A lo largo de su exposición el Secretario General insiste en que “lo que hemos atestiguado en Venezuela es la pérdida del propósito moral y ético de la política” debido a la corrupción generalizada del régimen chavista-madurista.

(El Informe presentado por Almagro fue culminado en mayo de este año, tiene 132 páginas; la presentación del 23 de junio es una versión actualizada y condensada del documento previo que tiene 17 páginas de extensión. Para la elaboración de esta síntesis hemos tomado como base la versión de la presentación del informe difundido por El Nacional)

Profesor UCV

Capitalismo de amiguetes y crisis humanitaria

​José E. Rodríguez Rojas

El capitalismo de amiguetes describe una economía en la cual el éxito en los negocios depende de la conexión con los funcionarios gubernamentales. Este tipo de economía se asocia fundamentalmente con gobiernos intervencionistas y autoritarios muy frecuentes en las economías petroleras. Un caso de capitalismo de amiguetes es Rusia, uno de los grandes exportadores de petróleo a nivel mundial, cuyo presidente es Vladimir Putin. Paul Krugman, Premio Novel de Economía 2008, describe la Rusia de Putín como una versión extrema del capitalismo de amiguetes, la cual constituye de hecho una cleptocracia en la cual los leales al régimen consiguen apropiarse de sumas en masa para su uso personal. Krugman, en un artículo publicado en El País a finales del año 2014, discute la contratación de la deuda externa que realizaron los amiguetes de Putin y sus repercusiones en la economía rusa. Exponemos el planteamiento de Krugman y lo utilizamos como referencia para el análisis de Venezuela, la cual constituye otro caso de un capitalismo de amiguetes muy similar a la Rusia de Putin.

A finales del año 2014 Rusia comenzó a enfrentar dificultades, como consecuencia de la pronunciada disminución de los precios del petróleo, que se tradujo en una caída en picada de la moneda nacional (el rublo). Krugman señaló que esta caída era natural cuando una economía se vuelve vulnerable por haber obtenido préstamos en gran escala en el extranjero. Estos préstamos fueron obtenidos por empresarios privados con estrechas vinculaciones con Putin.

Normalmente, un país recurre al endeudamiento, cuando el valor de sus exportaciones no alcanza para pagar las importaciones que se requieren para cubrir las necesidades de las empresas y la sociedad. Pero éste no era el caso de Rusia, que acababa de recibir en los años previos, un caudal de ingresos extraordinarios por concepto de venta de petróleo. La gran interrogante que se planteaba Krugman era ¿Por qué Rusia había pedido prestado tanto dinero y a donde habían ido a parar los recursos provenientes del endeudamiento?

La segunda parte de la pregunta, según Krugman, se podía responder dándose una vuelta por las zonas residenciales de lujo de Londres y Manhattan, especialmente de noche cuando se puede observar las largas filas mansiones con las luces apagadas (residencias que son propiedades de príncipes chinos, jeques árabes y oligarcas rusos). En esencia la elite rusa ha estado acumulando activos fuera de Rusia, las propiedades inmuebles son el ejemplo más visible; la otra cara de esa acumulación ha sido el aumento de la deuda del país.

¿De dónde ha sacado la elite rusa semejante cantidad de dinero? La respuesta por supuesto es que, apunta Krugman, la Rusia de Putin es una versión extrema del capitalismo de amiguetes; constituye de hecho una cleptocracia en la que el círculo cercano a Putin consigue apropiarse de sumas en masas para su beneficio personal. Todo podía sostenerse mientras el precio del petróleo era alto. Pero ahora la burbuja ha estallado y la misma corrupción que sostenía al régimen de Putin ha puesto a Rusia en apuros.

¿Cómo termina esto? La respuesta habitual para un país en la situación de Rusia, es un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluye préstamos de emergencia por parte de los acreedores a cambio de reformas. Es evidente que esto no es lo que va a pasar pues Rusia tratará de ir estirando la arruga por su cuenta. El despotismo de Putin ha contribuido a allanar el camino hacia el desastre. Un régimen más abierto y dispuesto a rendir cuentas habría sido menos corrupto, probablemente se habría endeudado menos y habría estado en mejor posición de renegociar durante la bajada de los precios del petróleo.

La primera pregunta que plantea Krugman es extrapolable a Venezuela: ¿por qué el país se endeudó en las magnitudes que lo hizo, si acababa de recibir más de 1 billón de dólares en ingresos extraordinarios del petróleo y a dónde han ido a parar esos recursos? Basados en lo que ocurrió con los ingresos extraordinarios del petróleo, podemos pensar que los mismos han sido desviados hacia activos de la boliburguesía en el exterior, en forma similar a como ha ocurrido en Rusia.

Existen evidencias aportadas por diversas investigaciones al efecto, como las de Carlos Tablante y Marcos Tarre, que Venezuela es otro caso de un país petrolero donde ha tendido a desarrollarse un capitalismo de amiguetes. Una cleptocracia dónde, en el entorno del presidente Chávez, se generó una corrupción descomunal que significó un drenaje hacia el exterior del país de recursos que algunos estiman en medio billón de dólares.

Una información reciente aparecida en El Nacional, da cuenta que en el año 2016 se han pagado intereses por la deuda externa de 3.500 millones de dólares lo cual es tres veces superior a lo que se requiere para la importación de medicinas. En otras palabras para cancelar una deuda que no era necesaria, se está sometiendo al país a una crisis humanitaria como reflejo de la cual se han producido ya varios fallecidos.

Dejando de lado el tema del origen de la deuda y su justificación, es posible mejorar la situación actual y resolver la crisis humanitaria planteando una renegociación de la deuda con el FMI, como la plantea Krugman. Ello disminuiría la cantidad que hay que pagar en intereses, y liberaría recursos que se podrían utilizar en la importación de medicamentos. Pero como el mismo Krugman lo señala para el caso ruso, ello es poco probable que se dé; por un lado porque el gobierno tendría que someter sus cuentas al escrutinio de los organismos internacionales, así como sus negociaciones con Cuba y Petrocaribe y sus ayudas a los amiguetes de la ALBA. Otra razón y no sabemos si es el principal impedimento, es porque perjudica los intereses de la boliburguesía.

José Guerra señaló, en un artículo publicado en Run Runes en el año 2015, que los tenedores de bonos de la deuda externa eran miembros de la boliburguesía. Estos resultarían perjudicados si Venezuela renegocia la deuda, porque ya no podrían beneficiarse de los intereses especulativos que reciben. En otras palabras, existen 3.500 millones de razones que impiden que esa renegociación se dé. Los intereses de los amiguetes del déspota de turno, que al igual que en Rusia hicieron posible la contratación de la deuda, son los que frenan actualmente la posibilidad de la renegociación y la solución de la crisis humanitaria.

Profesor UCV

El régimen chavista y la política del terror

​José E. Rodríguez Rojas

Los dirigentes del chavismo han estado consolidando un régimen autoritario contando con la anuencia de la izquierda democrática de la región, sin embargo, las declaraciones y actitudes de Luis Almagro, Secretario General de la OEA, parecen anunciar un desencuentro. Como parte de éste, Almagro niega que el gobierno de Nicolás Maduro pueda ser calificado de izquierda. A su juicio, los gobiernos de izquierda no tienen presos políticos. La apreciación del ex canciller uruguayo no coincide con la tradición histórica de la izquierda. Desde su nacimiento, la izquierda revolucionaria ha recurrido a la política del terror para resolver sus diferencias internas y controlar la disidencia.

Este fue el caso de los revolucionaros rusos que instalaron su dictadura masacrando al zar, a su familia y a todos aquellos que se opusieron a su proyecto. Mientras Lenin vivió y dirigió el partido bolchevique, las luchas internas fueron contenidas. Cuando muere Lenin, Stalin procede a asesinar a uno por uno a los miembros del comité central del partido. Después de eliminar a estos, Stalin vive en medio de una paranoia permanente, que lo lleva a emprender purgas periódicas para acabar con sus enemigos reales o imaginarios. Una de las más terribles sucedió a finales de la década de 1930 en lo que se conoció como la era del terror.

El uso de la política del terror en los regímenes socialistas fue tan común, que comenzó a incorporarse a la teoría de la construcción del socialismo. Es así que el intelectual francés Jean Paul Sartre postuló que el terror era una fase necesaria en la construcción del socialismo. Claro está que en la tesis quedaba implícito que la misma era aplicable a los barbaros rusos o chinos, pero ni por asomo al socialismo francés.

El estalinismo aterriza en suelo cubano de la mano de los barbudos guerrilleros de la Sierra Maestra liderados por Fidel Castro, un caudillo ambicioso que luego se evidenciaría, tenía firmes deseos de eternizarse en el poder. Para este propósito, el estalinismo y la política del terror implícita en éste le caían como anillo al dedo. Los fraudulentos juicios de La Cabaña, para juzgar a los sospechosos de ser esbirros de la dictadura anterior, fueron dirigidos por el fanático revolucionario Ernesto “Che” Guevara, quien dio instrucciones de no perder tiempo en procedimientos legales burgueses. Se trataba según Guevara, de disparar primero y averiguar después, aunque esto último nunca se hiciera.

Después de los fusilamientos, se instauró un Estado policíaco que con la ayuda de la misma población organizada en Comités de Defensa de la Revolución, espiaba a amigos y enemigos. Uno de los sometidos a espionaje fue un amigo y defensor de la revolución Jorge Edwards, quien arribó a la isla caribeña como representante diplomático de Salvador Allende. Edwards, utilizando las ventajas que le proporcionaba su cargo diplomático, accedía a un bodegón de licores y delicateses que estaban vedados a la mayoría de los cubanos. Con ellos, agasajaba a sus amigos de los círculos culturales locales quienes, como es natural después de libar algunos tragos, se quejaban de las limitaciones diarias que debían afrontar: apagones, racionamiento, hacinamiento en el transporte público, ineficiencias de la burocracia.

Edwards se enteró después, por boca del propio Fidel Castro, que las reuniones con sus amigos fueron grabadas y las quejas que allí surgieron utilizadas como pruebas de sus encuentros con enemigos del Estado cubano. Debido a ello, fue declarado “persona no grata” por las autoridades cubanas. Este es el título de un libro que luego escribiría narrando en detalle el episodio. Uno de los intelectuales que asistía a las reuniones fue el poeta cubano Alberto Padilla, quien después de la salida de Edwards, fue obligado a participar en una farsa al puro estilo soviético donde confesaría sus “delitos” contra el Estado. Después de presiones diplomáticas y solicitudes de intelectuales de reconocida solvencia (algunos amigos del régimen) se le permitió a Padilla emigrar a los Estados Unidos donde murió a temprana edad; agobiado por la depresión que le generó el maltrato a que fue sometido y la posterior actitud de sus amigos que evitaban el contacto con él, como si fuera un apestoso. Ante el acoso a los intelectuales, escritores como Guillermo Cabrera Infante debieron huir utilizando las ventajas de su cargo diplomático. El exguerrillero Huber Matos fue encarcelado por veinte años por un delito de opinión, al no aceptar el giro comunista del régimen. La lista de disidentes encarcelados es larga y nos habla de un régimen que ha aplicado sistemáticamente la política del terror para mantenerse en el poder.

A pesar del rechazo que el régimen cubano provocó en muchos sectores democráticos, la aureola de prestigio de Fidel Castro se mantenía en muchos círculos de izquierda de América Latina y el Caribe, obsesionados por el reconcomio contra los Estados Unidos. Gracias a ello le surgió, en tierra de Simón Bolívar, un admirador deseoso de seguir su ejemplo y el libreto cubano. Pero lo que apasionó al novel iniciado no fueron tanto las ideas revolucionarias, sino la posibilidad de eternizarse en el poder como el propio Castro lo había hecho. Para esto, Chávez requería de la experticia de más de 40 años del régimen cubano asesinando, espiando a amigos y enemigos y encarcelando a disidentes; ello constituía una experiencia invalorable que el joven iniciado estaba dispuesto a comprar con una generosa cantidad de petrodólares. Se transformaba así el gobierno chavista en una franquicia del régimen de los hermanos Castro, como lo ha planteado la politólogo Colette Capriles. El anciano autócrata, que desde la década de 1960 ambicionaba ponerle la mano al petróleo venezolano, vio su sueño realizado gracias a las ambiciones del pichón de dictador, que secretamente aspiraba sustituirlo como icono de la izquierda revolucionaria latinoamericana.

Con la aprobación de la izquierda latinoamericana y la guía espiritual del anciano déspota, se establecieron las bases de un nuevo régimen autoritario que siguió al pie de la letra el guión cubano: la utilización del sistema judicial para organizar juicios amañados y encarcelar a los disidentes sin prueba alguna; la compra de medios de comunicación o la clausura de medios independientes con el propósito de crear una hegemonía comunicacional; la creación de bandas armadas (colectivos) para asesinar o aterrorizar a los disidentes y torpedear las protestas de la oposición al régimen.

Las declaraciones de Luis Almagro, con las que iniciamos este artículo, abren una nueva etapa donde la izquierda democrática parece estarse deslindando de los regímenes de izquierda autoritarios. Son buenas noticias, después de todo, que el ex canciller uruguayo Luis Almagro se haya percatado de la naturaleza del régimen de Nicolás Maduro y su uso de la política del terror para atornillarse en el poder.

Profesor UCV

Lula “neoliberal”

​José E. Rodríguez Rojas

Una vez que fue elegido presidente y asumió su cargo, Luiz Inácio Lula Da Silva decidió continuar la política económica del presidente saliente Fernando Henrique Cardozo. Hizo esto a pesar de que en la campaña electoral Lula y su partido habían cuestionado la política de Cardozo como “neoliberal”. A continuación analizamos con mayor detalle la metamorfosis de Lula, de izquierdista radical a gobernante “neoliberal” y derivamos algunas lecciones útiles para el caso venezolano.

A inicios de la década de 1990 la hiperinflación en Brasil había alcanzado la cifra de 5.000% agobiando la vida del ciudadano común. Los brasileños desesperados clamaban al gobierno que tomara medidas, no importa cuales fueran, siempre que controlaran la espiral inflacionaria. Ante estas presiones el presidente Itamar Franco designó en 1993 a Fernando Henrique Cardozo como su ministro de economía, asignándole la responsabilidad de implementar medidas para controlar el flagelo. Cardozo es un intelectual brasileño de izquierda, habla con fluidez cuatro idiomas y ha sido profesor de renombradas universidades de su país, Estados Unidos y Europa. Es conocido en América Latina por su contribución a la teoría de la dependencia, campo este donde escribió un texto con Enzo Faletto que fue una obra de consulta obligatoria sobre el tema.

Cardozo posesionado de su cargo como ministro, reunió a algunas de las mentes más calificadas de su país en el área económica y diseñaron en conjunto lo que fue bautizado como el Plan Real. Este plan contuvo un conjunto de políticas de orientación liberal orientadas a restringir el gasto, tanto del gobierno central como de los gobiernos regionales y locales. Sin embargo un aspecto central de la estrategia fue la creación de una nueva moneda conocida como Real, la cual sustituiría al devaluado y vapuleado Cruzeiro. Cardozo y su equipo lograron convencer al ciudadano común que la nueva moneda mantendría su valor, en contraste con la vieja. El Real fue lanzado a mediados de 1994, la inflación anual se redujo a dos dígitos en 1995 y ya en 1998 se ubicó por debajo del 2% anual.

El control de la inflación hizo que se recuperara la capacidad de compra de la población, impulsó el consumo y el crecimiento económico a 4% entre 1994 y 1997. En consecuencia la tasa de pobreza se contrajo un 20%. El éxito de Cardozo como ministro de economía lo catapultó a la presidencia de Brasil, cargo al que fue elegido en dos oportunidades. Durante su gestión impulsó la privatización de empresas públicas, disminuyó el proteccionismo de las empresas brasileñas lo que obligó a estas a ser más eficientes, introdujo mejoras salariales y en el equipamiento escolar e impulsó programas antipobreza a gran escala focalizados en los sectores más vulnerables de la sociedad brasileña.

Los gobiernos que encabezó Cardozo se dieron en un entorno internacional inestable, en el cual se produjeron varias crisis de naturaleza económica que afectaron a la economía brasileña y obligaron al incremento de las tasas de interés para impedir la fuga de capitales. Al final la inestabilidad económica internacional afectó la gestión del intelectual brasileño y el crecimiento económico se redujo a cifras decepcionantes. Mientras tanto Lula y su partido recorrían el territorio brasileño señalando que las dificultades que enfrentaba Cardozo y el decepcionante desempeño de la economía, eran culpa de las políticas “neoliberales” de contracción del gasto público y social implementadas por Cardozo. Este último respondía a las críticas del Partido de los Trabajadores de Lula señalando que sus políticas, si bien habían restringido el gasto púbico, no lo habían hecho con el gasto social el cual se había expandido. Sin embargo el carisma personal y el corrosivo discurso de Lula y su partido tuvieron su efecto. En las siguientes elecciones presidenciales del año 2002, el candidato del partido de Cardozo perdió las elecciones y Lula fue designado presidente.

Una vez instalado en la casa de gobierno, Lula un político pragmático e inteligente, entendió con ayuda de sus asesores, que no había otra opción para evitar recaer en la pesadilla de la hiperinflación, que continuar las políticas de Cardozo a pesar de que previamente las había cuestionado como “neoliberales”. Además los mercados financieros estaban nerviosos por la llegada a la presidencia de un radical de izquierda. Sin pensarlo dos veces se colocó su chaqueta de gobernante pragmático y “neoliberal” y mantuvo la política previa y el acuerdo con el FMI que acompañaba a esta.

Sin embargo Lula decidió también ampliar los programas sociales que Cardozo había iniciado, lo cual fue su gran acierto y lo que marcó su gestión. Retomó varios de estos programas y los fundió en uno solo llamado “Bolsa Familia” el cual expandió. Para el año 2006 el programa había beneficiado a 11 millones de familias ubicadas en la condición de pobreza extrema. El programa incluía una ayuda mensual de 95 reales equivalentes a 44 dólares. El gobierno también incrementó el salario mínimo en 25%. El programa Bolsa Familia tuvo un fuerte impacto y contribuyó a sacar a millones de familias de la pobreza. La continuidad que el gobierno de Lula dio a las políticas económicas de Cardozo y a los programas sociales, lograron reducir la pobreza de 43% en 1993 a 20,9% en el año 2011. En síntesis la izquierda brasileña ha optado durante más de dos décadas por una combinación de políticas de orientación liberal para controlar la inflación y programas sociales focalizados en los sectores más vulnerables de la población, que lograron avances sustantivos en la reducción de la pobreza.

Mientras esto ha sucedido en suelo brasileño, en Venezuela Teodoro Petkoff como Ministro de Planificación del gobierno de Rafael Caldera impulsó en 1996 la Agenda Venezuela, que contempló políticas de orientación liberal similares a las impulsadas por Cardozo. La mencionada agenda logró reducir la inflación de 80% en 1994 a 12,1% en el año 2001 e impulsar la capacidad de compra de importantes sectores de la población, como pusimos en evidencia en un artículo previo titulado “Cuando éramos felices y no lo sabíamos”. Sin embargo a diferencia de Lula el expresidente Chávez decidió, con asesoría cubana, no mantener la disciplina económica de la Agenda Venezuela y el acuerdo con el FMI que esta implicaba; optando por un giro en la política económica de 180°. Este cambio catapultó la inflación y llevó al empobrecimiento de la sociedad venezolana y al caos económico que atravesamos.

Nota: La mayoría de las estadísticas y la información de los gobiernos de Cardozo y Lula fueron obtenidos de la obra de Michael Reid: “Forgotten continent. The battle for latin america’s soul”. Reid es el editor para América de la revista inglesa The Economist.

Profesor UCV

Cuando éramos felices y no lo sabíamos

​José E. Rodríguez Rojas

Creo que la frase es del humorista venezolano “Er Conde der Guacharo”, la tomamos prestada para referirnos a los primeros años del gobierno del expresidente Chávez cuando prolongó la vigencia de la Agenda Venezuela. Esta agenda se inició en 1996 en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), impulsada por Teodoro Petkoff como Ministro de Planificación del gobierno de Rafael Caldera. El propósito central de dicha agenda fue el control de la inflación, lo cual se logró ya que este flagelo disminuyó de 80% en 1994 a 12,1% en el año 2001.

El abatimiento de la inflación fue posible mediante políticas de orientación liberal, orientadas a restringir el gasto público y controlar la masa de dinero en circulación. En este contexto se eliminó la práctica utilizada por el expresidente Caldera de recurrir a la emisión de dinero inorgánico. El otro mecanismo usado para el control de la inflación fue la estabilización del valor del dólar, lo cual se logró mediante un sistema de minidevaluaciones encausadas dentro de un rango o banda que limitaba las fluctuaciones de la divisa estadounidense. Para esto fue clave el apoyo del FMI que suministraba credibilidad a la banda otorgando los dólares necesarios para estabilizar la misma.

El control de la inflación produjo una recuperación de la capacidad adquisitiva de la clase media y de los trabajadores organizados, lo cual se evidenció en la capacidad de compra que para ese momento poseía un profesor agregado universitario, cuyo sueldo básico superaba en 9% la canasta básica del CENDAS.

A pesar de que el barril de petróleo no superaba los 20 dólares, había divisas suficientes para importar las materias primas y alimentos requeridos, cuya magnitud era limitada debido a que los niveles de producción internos no ameritaban un excesivo nivel de las mismas. La producción interna era excedentaria lo que se reflejaba en la existencia de exportaciones agroalimentarias cuya magnitud ascendía a 307 millones de dólares y contribuía a financiar la factura de las importaciones. En consecuencia la escasez era un problema insignificante lo que se reflejó en un índice de escasez de solo 5%, lo cual significa que en la inmensa mayoría de los establecimientos comerciales los consumidores podían conseguir los productos básicos que requerían.

Las universidades, a pesar de sus usuales limitaciones, tenían capacidad de mantener, con relativa modestia, los requerimientos de sus laboratorios como reactivos y equipos; los cuales estaban disponibles en el mercado. Las bibliotecas podían acceder a las publicaciones internacionales con las restricciones que les imponía su presupuesto. Eran libres de establecer sus prioridades y diseñar su presupuesto de divisas, sin necesidad de involucrarse en el engorroso procedimiento que implicó luego el control de cambio.

La felicidad que disfrutamos estos años, sin saberlo, comenzó a mostrarse esquiva después del año 2004 cuando los precios del petróleo comenzaron su danza ascendente. En una época de mayor abundancia de divisas el gobierno abandonó la Agenda Venezuela e impuso un control de cambio que no se justificaba, pues estos mecanismos se implementan en épocas de escasez de divisas. La decisión fue política pues formó parte de un proyecto de control político de la sociedad siguiendo el libreto cubano. El proyecto de Chávez implicaba convertirse en el líder latinoamericano de la revolución bolivariana, amparándose en el prestigio de Fidel Castro dentro de la izquierda de América Latina. Para ello se planteó drenar el ingreso de divisas hacia Cuba y los otros socios de la alianza bolivariana de naciones. La opacidad del régimen cambiario que se impuso dio lugar a una corrupción descomunal, donde se otorgaron cientos de millardos a empresas de maletín, pertenecientes a la llamada boliburguesía.

Por otro lado la inflación hacía estragos en el bolsillo de la clase media. En la medida que el BCV comenzó la impresión de dinero para satisfacer las exigencias del mandamás de turno la inflación tomó de nuevo su camino ascendente, incrementándose de 12% en el 2001 a 68% en el año 2014. En consecuencia la capacidad de compra de la clase media se deterioró, lo que se evidenció en la proporción de la canasta básica del CENDAS que un profesor en la categoría de agregado podía adquirir, la cual descendió de 109% en el 2001 a 33% en el año 2014.

Adicionalmente el hostigamiento a la iniciativa privada, que se reflejó en la política de confiscaciones de empresas y el control de precios, obligó a muchas empresas a emigrar. Las que permanecieron debieron someterse a las exigencias gubernamentales. La escasez pasó de ser un problema insignificante a adquirir ribetes dramáticos, aumentando de 5% en el año 2001 a 28% en el año 2014.

Año 2001

(Agenda Venezuela)

Año 2014

(Revolución Bolivariana)

Precio del petróleo

20 dólares por barril

90 dólares por barril

Tasa de inflación

12,1 %

68%

Índice de escasez

5%

28%

Tasa de pobreza

45%

48%

Proporción de la canasta básica del CENDAS que podía adquirir un profesor universitario (agregado)

109%

33,3%

Fuente: BCV; UCAB-UCV. Encovi, 2014; cálculos propios.

En el cuadro previo comparamos el año 2001, cuando estaba vigente la Agenda Venezuela, y el año 2014. Se puede evidenciar que, a pesar de que en el 2014 el precio del petróleo era cuatro veces mayor al del 2001, la inflación se multiplicó por cinco y el índice de escasez fue seis veces mayor. Los programas sociales y alimentarios no logaron reducir los niveles de pobreza. En otras palabras lo que ocasionó el incremento de la inflación y la escasez no fueron las dificultades relacionadas con el descenso del precio del petróleo, que se produciría después del 2014; sino las políticas gubernamentales que se implementaron después del abandono de la Agenda Venezuela y el acuerdo con el FMI. El descenso del precio del petróleo posterior al 2014 lo que hizo fue agudizar la situación, pero el mal ya estaba hecho.

Profesor UCV

La “siembra del petróleo”, un legado autoritario

​José E. Rodríguez Rojas

El 22 de mayo se conmemoraron 110 años del natalicio del escritor Arturo Uslar Pietri. En la sede de la Fundación que lleva su nombre, se llevó a cabo un acto recordando el legado del autor de “Las lanzas coloradas”. A pesar de que podamos discrepar de algunas de sus ideas y posturas políticas, me cuento entre las varias generaciones de venezolanos que guarda una gran deuda intelectual con el laureado escritor. Es justo reconocer que con sus novelas, escritos en la prensa y en particular, con su labor de divulgación cultural en la TV contribuyó a formar el ADN intelectual de varias generaciones de venezolanos.

Entre las ideas que divulgó destaca “la siembra del petróleo” alrededor de la cual se nucleó la política económica de diversos gobiernos, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y del presente siglo. El mismo Uslar reconoció que el autor de la idea fue Alberto Adriani, quien se desempeñó como diplomático del régimen gomecista durante varios años y poco antes de fallecer, fue designado como el primer ministro de agricultura de Venezuela. La idea de Adriani, era utilizar la renta (o ingreso) proveniente de la actividad petrolera para incentivar el desarrollo agrícola e industrial del país. El actor principal de este esfuerzo de redistribución de la renta petrolera y del fomento de la actividad agrícola y manufacturera, era el Estado. En consecuencia, en su concepción, Adriani era partidario de una economía con una fuerte participación del Estado como motor y dinamizador de la misma.

Es necesario aclarar que Adriani era descendiente de una familia de emigrantes italianos que se radicaron en los Andes Venezolanos. Pasó buena parte de su vida profesional en el extranjero y al igual que su familia, mantenía fuertes lazos culturales con Italia. En este contexto simpatizaba con el fascismo italiano y era admirador de Mussolini. No es de extrañar que se identificara con una economía intervenida por un Estado autoritario y con la tesis de los intelectuales positivistas del gomecismo, sobre el “gendarme necesario”; tesis ésta postulada por Laureano Vallenilla Lanz en su obra “Cesarismo democrático”. La necesidad de un “Cesar” (similar al Julio Cesar romano) con mano fuerte para disciplinar un país díscolo y anárquico, que era la tesis central de los positivistas, estaba estrechamente conectada con la idea de un Estado autoritario, implícita en la visión de Adriani sobre “la siembra del petróleo”. Uslar Pietri despojó a la idea de su envoltura autoritaria y la presentó como la utilización de una riqueza temporal y destructiva para la creación de las bases de una economía progresiva, basada en recursos renovables y que podía desarrollarse y crecer con el país.

Asdrubal Baptista es uno de los economistas que ha estudiado en forma más sistemática el funcionamiento de la economía venezolana como una economía basada en la redistribución de la renta o ingreso petrolero. Ello creó un modelo de desarrollo que él denominó “Capitalismo rentístico” el cual tiene entre sus características principales la hipertrofia del Estado. Esta hipertrofia aborta la posibilidad del desarrollo de una sociedad civil autónoma y la existencia de mecanismos compensadores del poder del Estado. Estas carencias se revelaron como cruciales cuando el sistema de partidos entró en crisis y el poder político recayó en un “Cesar”, un caudillo autoritario y ambicioso, con deseos de eternizarse en el poder. Debido a estas carencias, no se pudo impedir la destrucción de las precarias instituciones existentes y la subordinación de los cascarones institucionales que sobrevivieron a los designios del desquiciado Cesar. Tampoco se pudo evitar el hostigamiento a la iniciativa privada, que se consideró superflua e innecesaria ante la iniciativa pública, conduciendo a la caótica situación que enfrentamos en la actualidad. Cuando a la hipertrofia del Estado, implícita en la siembra del petróleo, se sobrepuso la existencia de un liderazgo autoritario las consecuencias para la vida institucional y productiva del país fueron nefastas.

El modelo de desarrollo que surge de la “siembra del petróleo” tiene otra característica, la cual ha recibido mayor atención de los economistas. Estudios especializados han evidenciado, que cuando en una economía se produce una masiva entrada de ingresos provenientes de una actividad extractiva como la petrolera, se genera una tendencia al fortalecimiento de la moneda nacional. En consecuencia se produce, por un lado, un incremento de la capacidad importadora del país y por otro, se lesiona la competitividad de las actividades productivas no petroleras. Ello ha ocurrido en diversos momentos de la historia de nuestro país. La última vez fue durante el boom de los precios del petróleo que se dio entre el año 2004 y 2008, lo que implicó que las importaciones agroalimentarias se multiplicaran por seis entre los años previos al 2004 y el 2008; al mismo tiempo que las exportaciones agroalimentarias se redujeran de 613 millones de dólares en el año 1998 a niveles insignificante en los últimos años. En otras palabras se produce un efecto contrario al que se busca con la “siembra del petróleo”.

En síntesis la “siembra del petróleo” incentivó un modelo de desarrollo que generó una hipertrofia del Estado, lo cual creó a su vez las condiciones para el surgimiento de un régimen autoritario; lesionando además la competitividad de las actividades productivas más imbricadas con los recursos internos.

Si bien Uslar Pietri, con buena intención, despojó a la “siembra del petróleo” de su envoltura autoritaria; la dinámica del modelo de desarrollo que se generó a partir de la misma, restauró como una pesadilla el legado absolutista que planteo Adriani desde el inicio. Hemos querido recordar a Arturo Uslar Pietri con una de las ideas que contribuyó a divulgar, la cual no fue muy afortunada. Ello no empequeñece la obra del gran escritor y no merma en modo alguno la deuda que los venezolanos mantenemos con él por inculcarnos la pasión por la lectura y el conocimiento de la cultura universal. La “siembra del petróleo” y la apasionada defensa que Uslar Pietri hizo de esta idea es un ejemplo más de la sabiduría del dicho popular: “el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”.

Profesor UCV

La crisis política y económica. ¿Qué hacer en el sector agroalimentario?

​José E. Rodríguez Rojas

El pasado 12 de Abril, se llevó a cabo en la Facultad de Agronomía de la UCV un nuevo evento promovido por la Cátedra Libre de Agroambiente y Sociedad. En esta oportunidad se trató de un foro cuyo tema fue: “La crisis política y económica llegó para quedarse. ¿Qué hacer? El ponente fue el Dr. Hiram Gaviria quien abordó el tema centrándose en el sector agroalimentario.

Hiram Gaviria es médico veterinario, doctor en economía y se ha desempeñado como presidente de FEDEAGRO, Ministro de Agricultura y Diputado en la anterior Asamblea Nacional. Dada la experticia del Dr. Gaviria en el tema agroalimentario y los roles que ha desempeñado en el sector agroalimentario y político, consideramos conveniente elaborar una síntesis de las ideas planteadas por este especialista, para su divulgación y discusión.

En la primera parte de la exposición, el Dr. Gaviria abordó el análisis de la demanda de alimentos, el comportamiento de la producción agrícola, de las importaciones y exportaciones agroalimentarias entre 1998 y el año 2015, haciendo la salvedad de las dificultades para obtener cifras actualizadas y confiables. Destacó que en el año 1998 se logró, en la mayoría de los rubros, el autoabastecimiento pleno o un nivel de producción cercano al mismo. Se llegó incluso a la generación de excedentes para lograr exportaciones por el orden de los 800 millones de dólares que representaron el 50% del valor de las importaciones agroalimentarias de ese año.

De 1998 en adelante, la producción en la mayoría de los rubros decayó. Sólo en la producción de maíz se observó un incremento hasta el año 2008, pero luego disminuyó, uniéndose a la tendencia general. La otra excepción fue la industria de alimentos concentrados y de aves, la cual se expandió hasta el año 2014 beneficiada por el acceso a dólares preferenciales; pero en los años 2015-16 se contrajo debido a las restricciones en la importación de materias primas para la elaboración de alimentos concentrados. En la medida que la producción de la gran mayoría de los rubros disminuyó, los requerimientos para la importación aumentaron y las exportaciones agroalimentarias se redujeron a un nivel insignificante.

Dada la carencia de cifras actualizadas y confiables, uno de los aportes de la conferencia fue la estimación que realizó el ponente de la situación del consumo, de la producción agrícola y de los requerimientos de importación en cereales, azúcar, café, carne bovina y leche durante el año 2015. Estas cifras, las colocamos en el cuadro insertado a continuación. En dicho cuadro se observa que en los rubros señalados, el déficit que se requiere importar para cubrir el consumo es de 60% del mismo en promedio.

Consumo per cápita y total, producción y requerimientos de importación en varios rubros. Año 2015.

Rubro

Consumo por habitante año

Consumo total

Producción nacional

Déficit

Déficit como % del consumo

Arroz

25 kgs

750.000 tm

715.000 tm

400.000 tm

53

Maíz Blanco

32kgs (H. Precoc)

1.200.000 tm

600.000 tm

600.000 tm

50

Maíz amarillo

2.500.000 tm

600.000 tm

1.900.000 tm

76

Azúcar

40 kgs

1.200.000 tm

400.000 tm

800.000 tm

67

Café

1600.000 quintales

(1quint=46Kgs)

600.000 quintales

1.000.000 quintales

62

Carne bovina

20 kgs

600.000 tm

250.000 tm

350.00 tm

58

Leche

70 lts

262.000 tm leche en polvo

120.000 tm leche en polvo

142.000 tm de leche en polvo

54

Fuente: Diversas fuente privadas consultadas por el Dr. Gaviria; cálculos propios.

Debido a la caída en la producción, las importaciones agroalimentarias totales aumentaron a 8500 millones de dólares, según cifras oficiales. Sin embargo, según el ponente, la Cámara Venezolana de Alimentos (CAVIDEA) estima que los requerimientos de importación totales ascienden a 3500 millones de dólares. La diferencia entre ambas cifras es notable y puede ser explicada en función de la existencia de importaciones ficticias o de sobreprecios.

En una segunda parte de la exposición, el Dr. Gaviria abordó las causas de la caída de la producción agrícola. A su juicio, incidieron en primer lugar la inseguridad jurídica a la cual contribuyeron las acciones que se tomaron en el marco de la Ley de Tierras. En segundo lugar, la inseguridad personal cuyo caso más extremo son las bandas armadas como las del “Picure” que han mantenido aterrorizados a los productores del sur de Aragua y de Guárico. En tercer lugar, la política de control de precios que en la práctica ha sido de congelamiento de precios en un entorno inflacionario. Finalmente la carencia de insumos, en lo cual influyó la estatización de Agroisleña.

En una tercera sección Gaviria, ante la situación planteada en el sector agroalimentario, respondió a la pregunta del foro: ¿Qué hacer? En primer lugar, se deben estimar las necesidades de producción de alimentos y llegar a acuerdos concertados de precios y necesidades de financiamiento en las principales cadenas agroalimentarias, donde deben participar los actores privados y el gobierno. Este último, debe intervenir a fin de lograr un mayor equilibrio en las negociaciones dado que los principales mercados están dominados por unas pocas empresas industriales de gran tamaño mientras los agricultores son muchos y están dispersos. El Estado debe además garantizar la seguridad jurídica, personal y la infraestructura. Existe un marco constitucional definido en el artículo 305 de la constitución, el cual fue difícil lograrlo debido a la resistencia de los industriales, acostumbrados a la importación de materias primas. De este marco debe derivarse una ley de seguridad alimentaria que garantice la seguridad jurídica, personal y precios concertados a lo largo de la cadena alimentaria, a fin de incentivar la producción nacional y las exportaciones agroalimentarias; con las cuales se puedan financiar las importaciones de aquellas materias primas que no podamos producir, como el trigo, logrando así una balanza comercial más equilibrada.

El ponente planteó, en la última parte de su exposición, que hemos llegado al final de un gobierno y de una era. El fin de una era donde el motor de la economía giraba alrededor del reparto del ingreso petrolero. La era del petróleo terminó y comenzó la era de la sociedad del conocimiento. Aunado a ello, somos un país de poco peso en el mercado petrolero donde los grandes actores son otros países como Rusia, Arabia Saudita e Irán. Debemos enfatizar la generación de tecnologías y la formación de recursos humanos. Lamentablemente ello se ve limitado por el éxodo de mano de obra calificada, el deterioro de la educación y de los servicios de telecomunicación. En este contexto el país debe volcarse sobre su producción interna y reducir la dependencia de las importaciones.

Profesor UCV

La agenda antiliberal y la africanización de Venezuela

​José E. Rodríguez Rojas

Las políticas antiliberales implementadas por el chavismo en el poder han llevado a Venezuela a una situación económica muy similar a la imperante en los países africanos más pobres. Esto se da en un contexto en el cual una parte de la región latinoamericana ha asumido la agenda liberal como paradigma de su política económica. Las políticas económicas de orientación liberal se dirigen a restringir la acción del Estado, controlar la inflación e incentivar la iniciativa individual y la competitividad de las economías. Chile ha sido uno de los países que ha mantenido estas políticas por más largo tiempo, lo cual aunado a su estrategia de apertura comercial lo ha llevado, entre otras cosas, a ocupar una posición económica relevante en la Cuenca del Pacífico, una de las regiones con mayor dinamismo económico en el mundo. Ello ha generado un éxito económico sostenido en el tiempo que ha elevado sustantivamente los niveles de vida de los chilenos. El éxito de Chile ha incentivado a otros países latinoamericanos (Colombia, Perú y México) que practican políticas económicas similares, a unirse al país austral conformando la Alianza del Pacifico, una iniciativa de integración comercial que aparece como una de las más dinámicas de la región.

Después de asumir la Agenda Venezuela, de orientación liberal, en los primeros años de su gobierno; el ex presidente Chávez da un giro de 180° e implementa una agenda económica dirigida a expandir la acción del Estado y hostigar a la iniciativa privada: Estas políticas han conducido a Venezuela a una encrucijada caracterizada por escasez, elevados niveles de pobreza y una inflación desbocada que nos coloca, según el criterio de algunos economistas, a la par de algunos países africanos pobres como Zimbabue; el cual recientemente enfrentó las mismas dificultades, como consecuencia de la implementación de políticas muy similares a las llevadas a cabo por el chavismo. El viaje del vicepresidente Aristobulo Isturiz al continente africano no hace sino alimentar esta especie.

Uno de los economistas que nos ha ubicado en este triste derrotero ha sido Michael Reid, editor para el continente americano de la prestigiosa revista inglesa The Economist , quien examinó el desempeño del presidente Chávez en un libro de su autoría titulado “Forgotten continent. The battle for Latin America’s soul” publicado en el año 2007. Su análisis se centró en las políticas implementadas en pleno boom de los precios del petróleo, en el cual señaló que “hay muchas razones para creer que los efectos de las políticas de Chávez… acelerarán la larga declinación que sufre Venezuela”. En dicho análisis señaló que si algo caracterizaba al socialismo del siglo XXI era el gasto público desenfrenado, el cual era insostenible; concluyendo al final con una terrible predicción que sonó más bien como una maldición: si los precios del petróleo descendían, Venezuela se enrumbaría a una condición similar a la de un petroestado fallido como Nigeria.

Nigeria es un país africano productor de petróleo cuyo desarrollo ha estado lastrado por la corrupción y los conflictos étnicos. A pesar de su condición petrolera, figura con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) que se ubica por debajo de algunos países centroamericanos como Honduras o Guatemala. Este índice es elaborado por las Naciones Unidas y mide entre varios ítems el acceso a los sistemas de salud y educativo, la esperanza de vida y el nivel medio de la renta o ingreso de un país.

Mr. Reid, como buen inglés es un individuo organizado y persistente. En días recientes volvió a las andadas. La revista The Economist publicó en el número correspondiente al 2 de Abril de este año, un artículo en el cual compara la situación de Venezuela con la de otro país africano, Zimbabue cinco años atrás, el cual está en peores condiciones que Nigeria. Probablemente, como evidencia de que la predicción de Mr. Reid se ha cumplido, el artículo plantea que Venezuela enfrenta en el plano económico las mismas carencias y dificultades que Zimbabue, un país que compitió con otros países africanos por el último puesto en la lista del IDH de las Naciones Unidas en el año 2010. Zimbabue ha estado gobernada, desde hace varias décadas, por un anciano y senil dictador que culpa a los homosexuales de los aprietos económicos que atraviesa su país, por lo que la homosexualidad está proscrita en esa nación, tal como lo declaró en un discurso en las Naciones Unidas el año pasado.

El artículo mencionado, hace una comparación entre ambos regímenes y gobernantes. Ambos confiscaron empresas privadas recurriendo a la violencia o al uso de la fuerza. Los dos líderes organizaron grupos armados para atemorizar a la disidencia política. Mugabe y Chávez coincidían en que las fuerzas del mercado podían ser manejadas como soldados en un desfile. En ambos casos el resultado fue el mismo: escasez, inflación y descenso abrupto del nivel de vida. Ambos gobernantes compartían su interés por los pobres y a fin de aliviar su situación establecieron un control de precios de los productos básicos que en ambos casos derivó en un mercado negro. Mugabe culpaba de las tribulaciones económicas que enfrentaba su país a los especuladores, traidores y homosexuales. Maduro no culpa a los homosexuales pero si a una guerra económica desatada por los empresarios criollos en alianza con el “Imperio”. Al final, cuando la hiperinflación alcanzó niveles descomunales, Mugabe decidió dolarizar la economía y abandonar parte de las viejas políticas lo cual inició una etapa de recuperación económica. El artículo plantea que la opción que tiene Maduro es seguir el camino de la Mugabeconomia o la situación empeorará.

Mientras varios países latinoamericanos como Chile, Colombia, México y Perú integran, en el marco de su agenda liberal, una alianza dirigida a posicionarse en la Cuenca del Pacifico, una de las regiones con mayor dinamismo económico del mundo; Venezuela atraviesa por las mismas precariedades y carencias económicas que naciones africanas como Zimbabue; situación a la que nos han conducido las disparatadas políticas antiliberales del expresidente Chávez y sus seguidores, muy similares a las de decrépitos dictadores africanos como Mugabe. Al escribir estas líneas leemos en la prensa nacional que el vicepresidente Aristobulo Izturis está de gira por el continente africano; no podemos dejar de imaginarnos que un propósito oculto de la gira es parar en Zimbabue, a fin de entrevistarse con el senil Mugabe y pedirle asesoría sobre la mejor opción para salir del atolladero en que se encuentra su gobierno.

Profesor UCV

La agenda antiliberal y la africanización de Venezuela

José E. Rodríguez Rojas

Las políticas antiliberales implementadas por el chavismo en el poder han llevado a Venezuela a una situación económica muy similar a la imperante en los países africanos más pobres. Esto se da en un contexto en el cual una parte de la región latinoamericana ha asumido la agenda liberal como paradigma de su política económica. Las políticas económicas de orientación liberal se dirigen a restringir la acción del Estado, controlar la inflación e incentivar la iniciativa individual y la competitividad de las economías. Chile ha sido uno de los países que ha mantenido estas políticas por más largo tiempo, lo cual aunado a su estrategia de apertura comercial lo ha llevado, entre otras cosas, a ocupar una posición económica relevante en la Cuenca del Pacífico, una de las regiones con mayor dinamismo económico en el mundo. Ello ha generado un éxito económico sostenido en el tiempo que ha elevado sustantivamente los niveles de vida de los chilenos. El éxito de Chile ha incentivado a otros países latinoamericanos (Colombia, Perú y México) que practican políticas económicas similares, a unirse al país austral conformando la Alianza del Pacifico, una iniciativa de integración comercial que aparece como una de las más dinámicas de la región.

Después de asumir la Agenda Venezuela, de orientación liberal, en los primeros años de su gobierno; el ex presidente Chávez da un giro de 180° e implementa una agenda económica dirigida a expandir la acción del Estado y hostigar a la iniciativa privada: Estas políticas han conducido a Venezuela a una encrucijada caracterizada por escasez, elevados niveles de pobreza y una inflación desbocada que nos coloca, según el criterio de algunos economistas, a la par de algunos países africanos pobres como Zimbabue; el cual recientemente enfrentó las mismas dificultades, como consecuencia de la implementación de políticas muy similares a las llevadas a cabo por el chavismo. El viaje del vicepresidente Aristobulo Isturiz al continente africano no hace sino alimentar esta especie.

Uno de los economistas que nos ha ubicado en este triste derrotero ha sido Michael Reid, editor para el continente americano de la prestigiosa revista inglesa The Economist , quien examinó el desempeño del presidente Chávez en un libro de su autoría titulado “Forgotten continent. The battle for Latin America’s soul” publicado en el año 2007. Su análisis se centró en las políticas implementadas en pleno boom de los precios del petróleo, en el cual señaló que “hay muchas razones para creer que los efectos de las políticas de Chávez… acelerarán la larga declinación que sufre Venezuela”. En dicho análisis señaló que si algo caracterizaba al socialismo del siglo XXI era el gasto público desenfrenado, el cual era insostenible; concluyendo al final con una terrible predicción que sonó más bien como una maldición: si los precios del petróleo descendían, Venezuela se enrumbaría a una condición similar a la de un petroestado fallido como Nigeria.

Nigeria es un país africano productor de petróleo cuyo desarrollo ha estado lastrado por la corrupción y los conflictos étnicos. A pesar de su condición petrolera, figura con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) que se ubica por debajo de algunos países centroamericanos como Honduras o Guatemala. Este índice es elaborado por las Naciones Unidas y mide entre varios ítems el acceso a los sistemas de salud y educativo, la esperanza de vida y el nivel medio de la renta o ingreso de un país.

Mr. Reid, como buen inglés es un individuo organizado y persistente. En días recientes volvió a las andadas. La revista The Economist publicó en el número correspondiente al 2 de Abril de este año, un artículo en el cual compara la situación de Venezuela con la de otro país africano, Zimbabue cinco años atrás, el cual está en peores condiciones que Nigeria. Probablemente, como evidencia de que la predicción de Mr. Reid se ha cumplido, el artículo plantea que Venezuela enfrenta en el plano económico las mismas carencias y dificultades que Zimbabue, un país que compitió con otros países africanos por el último puesto en la lista del IDH de las Naciones Unidas en el año 2010. Zimbabue ha estado gobernada, desde hace varias décadas, por un anciano y senil dictador que culpa a los homosexuales de los aprietos económicos que atraviesa su país, por lo que la homosexualidad está proscrita en esa nación, tal como lo declaró en un discurso en las Naciones Unidas el año pasado.

El artículo mencionado, hace una comparación entre ambos regímenes y gobernantes. Ambos confiscaron empresas privadas recurriendo a la violencia o al uso de la fuerza. Los dos líderes organizaron grupos armados para atemorizar a la disidencia política. Mugabe y Chávez coincidían en que las fuerzas del mercado podían ser manejadas como soldados en un desfile. En ambos casos el resultado fue el mismo: escasez, inflación y descenso abrupto del nivel de vida. Ambos gobernantes compartían su interés por los pobres y a fin de aliviar su situación establecieron un control de precios de los productos básicos que en ambos casos derivó en un mercado negro. Mugabe culpaba de las tribulaciones económicas que enfrentaba su país a los especuladores, traidores y homosexuales. Maduro no culpa a los homosexuales pero si a una guerra económica desatada por los empresarios criollos en alianza con el “Imperio”. Al final, cuando la hiperinflación alcanzó niveles descomunales, Mugabe decidió dolarizar la economía y abandonar parte de las viejas políticas lo cual inició una etapa de recuperación económica. El artículo plantea que la opción que tiene Maduro es seguir el camino de la Mugabeconomia o la situación empeorará.

Mientras varios países latinoamericanos como Chile, Colombia, México y Perú integran, en el marco de su agenda liberal, una alianza dirigida a posicionarse en la Cuenca del Pacifico, una de las regiones con mayor dinamismo económico del mundo; Venezuela atraviesa por las mismas precariedades y carencias económicas que naciones africanas como Zimbabue; situación a la que nos han conducido las disparatadas políticas antiliberales del expresidente Chávez y sus seguidores, muy similares a las de decrépitos dictadores africanos como Mugabe. Al escribir estas líneas leemos en la prensa nacional que el vicepresidente Aristobulo Izturis está de gira por el continente africano; no podemos dejar de imaginarnos que un propósito oculto de la gira es parar en Zimbabue, a fin de entrevistarse con el senil Mugabe y pedirle asesoría sobre la mejor opción para salir del atolladero en que se encuentra su gobierno.

Profesor UCV