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​José E. Rodríguez Rojas

El petróleo condiciona la política venezolana nuevamente

​José E. Rodríguez Rojas

La situación económica ha mejorado con respecto a 2019. Este año Guaidó fue reconocido como presidente por Estados Unidos y un numeroso grupo de países. Sin embargo en los últimos años su liderazgo se ha deteriorado y el apoyo internacional se ha resquebrajado. Su base constitucional para reclamar algún poder se ha debilitado. En contraste Maduro se ha reforzado en el poder después de 9 años. En los últimos años el péndulo de la geopolítica ha girado en su favor impulsado por la guerra de Ucrania, que ha hecho que la mayor preocupación de los actores internacionales sobre el suministro de petróleo haya incrementado los costos de aislar a Venezuela.

La administración Biden ha enviado misiones a Venezuela a cambio de la decisión del gobierno venezolano de reiniciar conversaciones con la oposición en México. Otras iniciativas del régimen han contribuido a resquebrajar su aislamiento. En la cumbre del clima Maduro se entrevistó con el presidente de Francia y John Kerry. La elección de gobiernos de izquierda en Latinoamérica también ha contribuido a sacar del congelador al régimen venezolano.

Sin embargo los gobiernos foráneos están corriendo un riesgo coqueteando con Maduro debido a la calamitosa situación de la industria petrolera venezolana que no se espera que cambie en el corto plazo. Pero los Estados Unidos y sus aliados están pensando en el largo plazo.

El resultado de las negociaciones es otra apuesta riesgosa pues el historial de Maduro sugiere que no jugará limpio en la mesa de negociación. Un escenario posible es que Maduro crea que tiene los votos para ganar, dado el disminuido rol de la oposición generado por la represión gubernamental y la atomización producto de la ambición de sus líderes. Otra posibilidad es que el régimen se plantee estar preparado para participar en unas elecciones sin someterse a los deseos de los votantes.

Está la posición de aquellos que plantean que es mejor cualquier discusión, que mantener distancia de algunos temas en los cuales los dos bandos podrían llegar a acuerdos. Uno de estos es el de los fondos congelados en los bancos europeos y americanos sobre lo cual se llegó a un acuerdo de crear un fondo administrado por la ONU. Un acuerdo sobre el formato de las elecciones no forma parte de la primera ronda de negociaciones, pero una vez que ello se decida surgirá el tema de las candidaturas donde de parte del oficialismo la candidatura de Maduro aparece como incuestionable. En contraste en la oposición todo el mundo quiere ser candidato, lo que elevó el número de precandidatos a 80, cifra que descendió luego a 20.

La fecha de las elecciones es otro tema en discusión. Un representante del oficialismo sugirió la posibilidad de adelantarlas lo cual pudiera ser una táctica para desconcertar a una oposición que requiere tiempo para organizarse, pero ello favorecería a Maduro y sus compinches.

A pesar de la posición menos hostil de la administración Biden, el mito de que “Venezuela se arregló” podría aclararse. La inflación se frenó, pero se está incrementando nuevamente y el Banco Central carece de los recursos para estabilizar el dólar. La oposición ha estado solicitando el adelanto de las elecciones, Maduro podría estar tentado a calificar esto como un engaño y tomar la iniciativa, basándose en las encuestas, antes de que la burbuja estalle.

Nota: este escrito es un resumen de la traducción libre del artículo: The Economist. 2022. Venezuela: oil be back. Nov 27th. A continuación insertamos una versión casi completa del artículo en cuestión.

Las cosas han cambiado en Caracas, las trancas en el tráfico han vuelto. Los posters políticos con el lema “socialismo o muerte” han sido sustituidos por propaganda comercial de whisky y cirugía cosmética. El estruendoso ruido de las motocicletas es más probable que anuncien el arribo de un delivery alimenticio que un asalto.

Hoy Venezuela es muy diferente de lo que era en el 2019, año plagado por los controles de precios y tipo de cambio, la contracción económica, la hiperinflación y la emigración de millones de venezolanos. En ese momento Guaidó fue reconocido como Presidente por Estados Unidos y numerosos países, sobre la base de que Nicolás Maduro había ganado en unas elecciones fraudulentas.

Pero Guaidó y sus seguidores han juzgado mal la fidelidad de los altos mandos militares al régimen y subestimado la capacidad represiva de éste. Su liderazgo ha sido tomado desprevenido por la guerra de Ucrania, que obligó a los Estados Unidos a repensar sus relaciones con los productores de petróleo como Venezuela.

En los días que corren Guaidó, que todavía es reconocido como presidente por los Estados Unidos y Gran Bretaña, carece de poder. Su base constitucional para reclamar algún poder se ha debilitado. La Asamblea Nacional (AN) que él dirigió ha sido reemplazada por una fiel al régimen, su término como presidente de la AN expira el 5 de enero. Luce poco probable que sus colegas de la oposición lo reelijan de nuevo.

En contraste Maduro se ha reforzado en el poder después de 9 años. En los pasados seis años el péndulo de la geopolítica ha girado en su favor impulsado por la guerra de Ucrania, que ha hecho que la preocupación de los actores internacionales sobre el suministro de petróleo haya incrementado los costos de aislar a Venezuela. Después de décadas de mala gestión y corrupción la industria petrolera venezolana luce demasiado deteriorada a la vista del mercado global en una perspectiva de corto plazo, pero los Estados Unidos y sus aliados están pensando en el largo plazo.

Bajo la administración de Donald Trump los Estados unidos impusieron sanciones a la industria petrolera, el sector financiero y la industria minera venezolana. En contraste la administración de Biden ha estado, cautelosamente, estableciendo nexos con Venezuela. Ha enviado misiones en dos oportunidades al país caribeño que lograron la liberación de varios presos americanos a cambio de la liberación de dos familiares de Maduro.

En noviembre 26 la administración de Biden hizo un notable cambio cuando le concedió una licencia a Chevron, una empresa petrolera americana, para producir y exportar petróleo venezolano a los Estados Unidos nuevamente.

Cruda diplomacia

Esta decisión se produce en respuesta a la decisión del régimen venezolano de reiniciar negociaciones con la oposición, las cuales había suspendido en el año 2021. Estas se reiniciaron en México el mismo día del anuncio por parte de Estados Unidos. Maduro no asiste a las mismas (pero si lo hace su hijo Nicolás Maduro Guerra).

Sin embargo el régimen ha dado pasos que han aliviado el status de paria de Maduro. Una muestra de ello ocurrió en noviembre cuando Maduro hizo una extraña visita a la reunión del cambio climático (Cop 27) en Egipto, donde el presidente Enmanuel Macrón lo saludó al margen de la reunión. Los dos hablaron menos de 2 minutos, pero rompió años de barreras. Macrón se dirigió a Maduro como “Presidente”, a pesar de que Francia no reconoce su legitimidad. Las cosas han mejorado” señaló el venezolano.

Maduro también hizo gestiones para asegurar una breve conversación con John Kerry, el enviado de Biden a la cumbre del clima. Esta fue una pequeña victoria para el autócrata venezolano dado que Estados Unidos ha acusado a Maduro de “narcoterrorista” y está ofreciendo una recompensa de 15 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Más tarde el Departamento de Estado señaló que él había tomado a Kerry por sorpresa.

Eventos cercanos al país caribeño en Latinoamérica han ayudado al tirano a salir del congelador. La victoria de Lula en Brasil significa que las principales economías de la región serán dirigidas por gobiernos de izquierda, menos hostiles a Maduro que los previos regímenes de derecha. Cuando Lula tome posesión en enero se espera que reasuma sus relaciones diplomáticas con el régimen venezolano.

El gobierno de Colombia bajo Gustavo Petro, el nuevo presidente de izquierda ha comenzado a reparar las dañadas relaciones. El primero de noviembre Petro se convertió en el primer líder colombiano en una década recibido en el palacio presidencial de Caracas. Maduro declaró “Colombia y Venezuela tienen un destino común”. Él lo señaló como un elogio.

Pero los gobiernos foráneos están asumiendo un riesgo coqueteando con Maduro dado el calamitoso estado de la industria petrolera venezolana. Incrementar la producción requerirá de un enorme flujo de inversiones y la participación de empresas petroleras como la española Repsol y la italiana Eni, lo que a estas alturas parece improbable dado el historial del régimen maltratando inversores.

Segundo, el historial de Maduro sugiere que no jugará limpio en la mesa de negociaciones. El acuerdo que se busca es, en términos generales, que el régimen acepte llevar a cabo elecciones presidenciales con suficientes salvaguardas que puedan ser consideradas libres y la oposición acepte participar. La administración de Biden pudiera ofrecer más de lo que describe como “alivio de sanciones” si se dan los pasos hacia el retorno a la democracia en Venezuela. Pero es improbable que Maduro acepte unas elecciones lo suficientemente limpias que él podría eventualmente perder.

Sin embargo un escenario probable es que él crea que puede tener los votos necesarios para ganar limpiamente, dado que según Datanalisis su tasa de aprobación es de 26% la cual es baja pero superior a la de la de los líderes opositores que podrían competir con él, incluido Guaidó.

Otra posibilidad es que el régimen se plantee estar preparado para tomar parte en unas elecciones limpias, pero nunca se someta a los deseos de los votantes. Maduro está jugando duro con los Estados Unidos. El 30 de noviembre él dijo que las elecciones libes solo serán posibles si “todas las sanciones son removidas”.

Sin embargo están aquellos que dicen que cualquier discusión es mejor que mantener distancia de algunos temas electorales en los cuales los dos bandos podrían llegar a acuerdos. Uno es el relacionado con los fondos estimados en 3 mil millones de dólares congelados en bancos europeos y americanos. En el inicio de las conversaciones en México los dos bandos acordaron establecer un fondo manejado por la ONU orientado a mejorar la infraestructura eléctrica y educativa.

Un acuerdo sobre el formato de las elecciones no se espera en la primera ronda de negociaciones. Pero una vez que ello se decida el tema de las candidaturas surgirá. Por el lado gubernamental la candidatura de Maduro como candidato del PSUV luce incuestionable. Sin embargo del lado de la oposición la lista de precandidatos es de 20, originalmente era de 80. Un diplomático expresó “que el problema con la oposición es que todo el mundo quiere ser candidato”.

La fecha precisa de las elecciones es un tema en discusión. Un dirigente del gobierno insinuó la posibilidad de adelantar las elecciones. Tal decisión debe ser tomada por el consejo electoral bajo el control gubernamental. Esto podría ser una táctica para desconcertar a una oposición que necesita tiempo para organizarse. Pero ello ayudaría a Maduro y sus compinches.

A pesar de la posición menos hostil de la administración Biden, el mito que “Venezuela se arregló” podría ser aclarado. La inflación ha sido frenada por el uso del dólar pero se está incrementando nuevamente. La devaluación del bolívar en relación al dólar fue del 43% en las 4 semanas de noviembre y el Banco Central carece de los recursos para estabilizar el dólar paralelo.

Por años la oposición respaldada por los Estados Unidos ha estado solicitando elecciones adelantadas. Maduro podría estar tentado a calificar esto como un engaño y tomar la iniciativa basado en las encuestas antes de que la burbuja estalle.

Profesor UCV

La política agrícola del régimen bolivariano y sus implicaciones

​José E. Rodríguez Rojas

La política agrícola implicó dos agendas: Una basada en la política de precios, financiamiento y asignación de dólares preferenciales a fin de estimular la producción agropecuaria. Otra orientada a la instauración del socialismo y la liquidación del capitalismo en el campo, que consideraba a la clase media del sector agropecuario como la representación del mismo. Ello implicó la estatización de empresas y la intervención de fincas.

La primera agenda se enfatizó durante los años 1999 al 2009. Durante estos años se consideró a los actores privados como aliados del proyecto de cambio. Se privilegió la política de aumentos de precios por encima de la inflación lo que aumentó el ingreso de los productores. Se privilegió también la asignación de dólares preferenciales lo cual se facilitó por los elevados precios del petróleo que predominaron en estos años. Ello incentivó el crecimiento de la producción agropecuaria, crecimiento liderado por la producción de maíz y la avícola.

Después del 2009 se privilegió la segunda agenda de instauración del socialismo en el campo. La estatización y confiscación de la empresa Agroisleña fue un punto de inflexión. La empresa había adquirido un rol clave en la distribución de agroquímicos y en el financiamiento y asistencia técnica a los productores, en particular de maíz. Llegó a atender a un universo de 18.000 pequeños y medianos productores. Las empresas estatales que le sucedieron, como Agropatria, fueron un fracaso debido a su ineficiencia, la politización y la corrupción. Ello generó una crónica escasez de insumos para la producción que tuvo un impacto negativo en la misma. Los dueños de la empresa demandaron al gobierno de Venezuela ante el CIADI, un organismo del Banco Mundial, y tuvieron éxito en su reclamación, por lo que Venezuela debe pagar 1400 millones de dólares a los demandantes.

Como parte de la segunda agenda destacó la Ley de Tierras en el marco de la cual se procedió a la intervención y colectivización de fincas. En todos los países donde se ha aplicado esta política la producción se ha deprimido. Ante esta situación los gobernantes de los países socialistas más pragmáticos como Vietnam y China desmantelan la misma y desarrollan en su lugar una política de estímulo a la producción familiar (muy similar a la pequeña y mediana producción de nuestra agricultura). Con ese propósito garantizan la permanencia de los productores en sus fincas, la propiedad de las bienhechurías y el control de las cosechas por parte de estos. Ello estimuló la producción y dio fin a la crisis de autoabastecimiento que se había producido en estos países. A pesar de eso el régimen de Venezuela decidió seguir el ejemplo de los que, como los cubanos, procedieron a la intervención y colectivización de fincas con resultados igualmente desastrosos. Cuba importa el 80% de los alimentos que consume.

En los últimos años el gobierno ha decido desmantelar la agenda del Socialismo del Siglo XXI y ha reducido su intervención en la economía tanto en lo que se refiere a la fijación del tipo de cambio (relación entre el dólar y el bolívar) como al control de precios. Además se ha producido un acercamiento entre el gobierno y los representantes del sector empresarial. En el sector agropecuario el gobierno tenía el monopolio en la importación de insumos lo que cedió a los empresarios, adoptando además una política más flexible en la fijación de precios de manera que estos se muevan más a tono con el mercado. Ello ha estimulado la producción aunque en forma moderada. En el caso de la producción de maíz ésta se encuentra en un proceso de recuperación que la ha llevado hasta alcanzar un millón de tm, lo que si bien es un avance, representa solo el 30% de la producción del año 2008.

La recuperación que se ha estado produciendo en los últimos años es una recuperación en el fondo del foso. La economía está en un foso y en el fondo de éste se está produciendo la recuperación que estamos viviendo. La misma es estimulada por la dolarización que ha impulsado un pequeño sector de negocios, que no ha involucrado a la mayoría de la población. Reflejo de ello es que de acuerdo a la ENCOVI del 2022 el 81,5 % de la población se encuentra en situación de pobreza considerando el ingreso de la misma, el cual no cubre el costo de la canasta básica que incluye alimentos, transporte, educación y otros ítems. Según la misma fuente el 53,3% de la población se encuentra en pobreza extrema, es decir su ingreso no cubre el costo de la canasta alimentaria. El consumo es la etapa determinante de la producción de alimentos, incluida la agrícola. La elevada proporción de la población en situación de pobreza implica una depresión del consumo de alimentos que pone un techo a la recuperación de la producción agrícola. Con un consumo de alimentos deprimido es muy difícil que se avance más allá de una modesta recuperación.

Nota: La ENCOVI hace referencia a la Encuesta de Condiciones de Vida llevada a cabo por la UCAB y liderada por el laboratorio para el estudio de la pobreza del Instituto de Investigaciones Económicas de esta universidad.

Profesor UCV

La nacionalidad como doble pertenencia

​José E. Rodríguez Rojas

La nacionalidad implica, en las naciones modernas, una doble pertenencia, es decir pertenecer a dos entidades nacionales con lengua y cultura propia. Esta visión la recoge el chavismo en la Constitución de 1999, aunque posteriormente, un sector del mismo, involuciona hacia una visión que nos convierte a todos en descendientes de los aborígenes y estigmatiza a los conquistadores españoles y sus descendientes.

Durante mis estudios de doctorado permanecí varios años en España, en la región de Cataluña. Allí pude constatar que una parte considerable de los catalanes reivindican su lengua y su cultura como un hecho definitorio de su nacionalidad, que los hace diferentes al resto de los españoles. Señalan que son gente industriosa que han construido uno de los polos industriales más importantes de España. Se quejan de que son víctimas de una expoliación por parte del Estado español, pues lo que pagan en tributación es mayor que lo que reciben, por todo ello reclaman la independencia de España. Reclamos similares hacían una buena parte de los vascos.

En respuesta a estas demandas se ha desarrollado un régimen de autonomías en el marco del cual se le ha concedido a las diversas regiones la posibilidad de educar a sus niños en las lenguas regionales. Además de ello algunas de las actividades del Estado español como la seguridad han sido asumidas por los cuerpos policiales regionales. También ha sido posible, en este contexto, una doble tributación. Algunas organizaciones políticas como el Partido Socialista Obrero Español consideran que el régimen de autonomías puede evolucionar hacia una federación de estados como el que priva en Estados Unidos.

Estas tensiones regionales son comunes en Francia, Bélgica, Canadá, Alemania y otros países. En Suiza por ejemplo la nación está integrada por cantones los cuales tienen lenguas y culturas diferentes. En estos países la nacionalidad funciona como un amplio marco en el cual es posible la doble pertenencia es decir pertenecer a dos entidades nacionales distintas con sus lenguas y culturas propias.

El concepto de la doble pertenencia el chavismo lo recogió en la constituyente que impulsó en los primeros años del régimen, cuando se elaboró la Constitución de 1999, que hizo posible la doble nacionalidad. La doble nacionalidad en Venezuela reconoce la realidad de un país que recibió enormes contingentes de inmigrantes entre las décadas de 1940 y 1950 que cambiaron el paisaje humano de las principales ciudades y regiones de nuestra nación. Esos inmigrantes, si bien se anclaron en Venezuela y construyeron su familia acá, continuaron, en muchos casos manteniendo fuertes vínculos con sus países de origen y su nacionalidad inicial. La constitución de 1999 lo que hizo fue reconocer esta realidad.

Si bien el chavismo en la constituyente de 1999 recoge la idea de la doble pertenencia, luego ha involucionado hacia una visión primitiva en la cual presenta a los venezolanos como descendientes de los aborígenes cono Guaicaipuro, quien fue parte de lo que la propaganda llama la resistencia indígena. En esta visión se estigmatiza a los españoles y mestizos como Francisco Fajardo calificándolos de genocidas. En este y otros temas el chavismo debe regresar a sus concepciones iniciales.

Los inmigrantes y sus descendientes han tenido un enorme impacto en lo que somos actualmente. Baste citar que el fundador de la democracia venezolana Rómulo Betancourt fue hijo de un inmigrante español. Una de las figuras icónicas de la izquierda Teodoro Petkoff era descendiente de europeos del este. En la conformación de las disciplinas académicas que se desarrollan en nuestras universidades la importancia de los inmigrantes ha sido enorme. Los alemanes en la fundación de la botánica. Pedro Grases en los estudios de historiografía venezolana. En nuestra gastronomía y acervo musical ha ocurrido lo mimo. Baste citar el aporte de Armado Scannone a la cocina criolla. De Ilan Chester, Soledad Bravo y Franco de Vita a la música venezolana, por citar algunos.

La nacionalidad como doble pertenencia se ha hecho más pertinente, actualmente, con la emigración de cerca de 6 millones de venezolanos al exterior, muchos de los cuales residen en Colombia, Estados Unidos, Chile y otros países donde han optado por la nacionalidad del país que los recibe. Es un capital humano de relevante importancia con el cual debemos mantener fuertes vínculos tratando de que sus nexos con su país de origen se mantengan.

Afortunadamente esto está ocurriendo. Algunas universidades están, como política, manteniendo sus vínculos con los profesores que han emigrado. En el campo de la gastronomía algunos chefs como Sumito Esteves, residenciado en Chile, mantienen en Youtube un curso de cocina con clara influencia de la cocina venezolana y en particular de la merideña, su región natal. El “Sistema” ha estado programando actividades en conjunto con Yordano, el cual está residenciado en Nueva York.

Los recursos de la diáspora son uno de los activos fundamentales que tenemos para el futuro, incorporarlos como lo están haciendo varios de los actores de la vida nacional es una política inteligente que debe ser fomentada. Pero esto debe alentarse abiertamente y la visión de la doble pertenencia que se incorpora en la Constitución de 1999 es un buen punto de partida.

Profesor UCV

Las tensiones de la venezolanidad

​José E. Rodríguez Rojas

La venezolanidad desde los inicios de la nación ha implicado tensiones. La clase social que sentó las bases del proyecto independentista veía a los negros, indígenas y mulatos como seres inferiores. Inclusos los blancos sin fortuna, como el padre de Francisco de Miranda, entraban en esa categoría. La hostilidad de los promotores de la independencia hacia Francisco Miranda por su origen plebeyo es un reflejo de ello. Estas tensiones tendieron a diluirse con el paso del tiempo pero un sector del chavismo ha intentado revivir las mismas, presentando a los conquistadores españoles y sus descendientes como genocidas y modificando las facciones de Bolívar.

La construcción de la nacionalidad siempre ha estado llena de tensiones y conflictos. La nacionalidad estadunidense se concibió durante muchos años como blanca, anglosajona y protestante sin considerar el papel de los negros. El reciente conflicto de los mapuches con el Estado chileno es otro buen ejemplo, al igual que el conflicto que han mantenido los catalanes en España. En Venezuela la construcción de la venezolanidad ha estado llena de tensiones desde los inicios de la creación de la nación.

El movimiento independentista que dio origen a la nación llamada Venezuela fue impulsado en sus inicios por los mantuanos los cuales eran los propietarios de grandes haciendas y esclavos de su época. Los mantuanos o criollos se concebían como blancos de sangre pura y consideraban que había posiciones en la sociedad colonial que solo podían ser desempeñados por ellos. Una de esas posiciones era la de ser miembro y portar uniforme de la milicia de Caracas. Cuando el padre de Miranda, un inmigrante canario, es designado como miembro de la milicia los mantuanos se enfurecieron por tal designación, pues consideraban a los isleños como pardos o mulatos y por lo tanto seres racialmente inferiores e indignos de tal distinción. Cuando el padre de Miranda se desplazaba con su uniforme por las calles de Caracas los oligarcas lo amenazaron con prisión. Al final el padre de Miranda se salió con la suya pues fue autorizado a portar el uniforme por las autoridades españolas.

Sin embargo los criollos no olvidarían la afrenta y el odio de los criollos contra el padre de Miranda se mantendría en el tiempo. Cuando pasados los años Francisco de Miranda, ya convertido en un militar experimentado, intenta invadir Venezuela en 1806 para impulsar un movimiento independista, los criollos rechazan la invasión y se regocijan cuando el militar venezolano es derrotado, tildándolo de traidor y ateo. Posteriormente en el año 1810 cuando los mantuanos agrupados en el Cabildo de Caracas dan los primeros pasos para promover la independencia de Venezuela su hostilidad hacia el general se mantiene intacta, influida por la afrenta que el padre le hizo a los criollos en años previos. En este contexto Simón Bolívar, quien en sus inicios había mantenido buenas relaciones con el Precursor, al final detiene a Miranda y lo entrega a los españoles. Ésta fue una acción innoble, un acto de perfidia en la visión de Andrés Bello, un castigo inmerecido para alguien que había trabajado tanto por la causa americana Todavía los historiadores debaten las razones que llevaron a Bolívar a cometer tan vil acción, tal polémica es difícil que sea objetiva por el culto al libertador que ha predominado en esta disciplina, pero este periodo fue una etapa oscura de Bolívar en la cual se dejó llevar por las emociones, por lo que una razón no desdeñable es que fue influida por la animosidad de los criollos hacia el Precursor y su padre por su origen plebeyo.

El segundo evento en nuestra historia que nos revela la existencia de estas tensiones fue el fusilamiento de Piar. Varios oficiales del ejército libertador cuestionaban la autoridad de Bolívar. A fin de poner un ejemplo y cimentar su autoridad Bolívar ordena el arresto de Piar y su juicio, después de lo cual Piar es encontrado culpable y fusilado. ¿Porque se escogió a Piar para tal propósito y no a otro de los oficiales que cuestionaban la autoridad del libertador? Una tesis bastante creíble es que no era blanco y mantuano, al contrario era de color y gozaba del aprecio de la tropa que lo veía como uno de los suyos, lo cual molestaba a Bolívar. Todavía se discute sobe este oscuro episodio de nuestra historia, pero el culto al libertador que impera en la visión de nuestro pasado impide una discusión ecuánime del tema.

Estas tensiones tendieron a diluirse con el tiempo en la medida que la violencia de la guerra de independencia y la posterior guerra federal destruyó la estructura de clase de la colonia y contribuyó a profundizar el mestizaje tanto de la población como de las elites venezolanas. Sin embargo un sector del chavismo ha tratado de revivir esas tensiones al calificar a los conquistadores españoles y sus descendientes como genocidas. En esta perspectiva los aborígenes como Guaicaipuro son presentados como víctimas y referencia de la venezolanidad y parte de lo que la propaganda gubernamental llama la resistencia indígena. Se ha llevado a cabo una revisión de la historia que ha llegado al extremo de presentar a Bolívar con rasgos afros, como un zambo, que es la imagen que se incorporó a los nuevos billetes.

Ello pone sobre el tapete de nuevo el tema racial, que había perdido importancia en nuestra historia como nación, aunque esta vez surge como un racismo al revés. Ello desdibuja nuestra historia dejando de lado que uno de los rasgos positivos de la misma fue la desaparición del tema racial como un elemento relevante en nuestras vidas, sin sopesar las injusticias que se cometieron en las fases iniciales de nuestra historia como pueblo, cuando fue un elemento clave en la actuación de las elites que impulsaron la independencia.

Profesor UCV

El chavismo ha involucionado alejándose de sus banderas fundacionales

​José E. Rodríguez Rojas

Al igual que otros movimientos populistas en Latinoamérica el chavismo ha estado, desde sus inicios, integrado por fracciones de signos opuestos. En los primeros años se impone una fracción democrática pro mercado y se instrumentan políticas que favorecen la equidad. Sin embargo progresivamente el movimiento involuciona imponiéndose una tendencia fascistoide, acompañada de políticas anti mercado que lo han alejado de sus banderas fundacionales.

El populismo en América Latina no ha sido un movimiento coherente. Un ejemplo de ello es el peronismo argentino que ha estado integrado, a lo largo de su existencia, por fracciones de signo ideológico distinto. En algún momento se ha impuesto una fracción pro mercado, mientras en otro, las políticas instrumentadas han sido anti mercado. El peronismo argentino todavía se debate en este conflicto que ha complicado la gestión de políticas económicas en el país austral.

En la perspectiva señalada el chavismo, como movimiento populista, ha sido desde su inicio un movimiento constituido por fracciones de signos contrapuestos. En sus primeros años, desde la campaña electoral hasta el 2002, se impone la fracción democrática dirigida por Luis Miquilena. En estos años, el chavismo es un movimiento democrático pro mercado que busca fortalecer las instituciones para profundizar la democracia y luchar contra la corrupción como quedó plasmado en la Constitución de 1999, cuya elaboración fue dirigida por el veterano líder de izquierda. Continuó la política antiinflacionaria concebida por Teodoro Petkoff, adhiriéndose a la Agenda Venezuela. El Banco Central de Venezuela (BCV) continuó controlando la emisión de dinero en forma autónoma y el dólar siguió desplazándose en una banda. La inflación en consecuencia tendió a descender y la capacidad adquisitiva de los trabajadores y la clase media mejoró.

Después del año 2002 se inicia una segunda fase en la cual la fracción democrática es desplazada y el régimen implementó una agenda de orientación antiliberal orientada a expandir la acción del Estado, hostigando la iniciativa individual tanto en el campo económico como en el cultural, así como la disidencia política. Se impone una hegemonía comunicacional y un régimen absolutista y personalista en el marco del cual se desarrolló uno de los mayores escándalos de corrupción en el cual el jefe del ejecutivo y su entorno no diferenciaban entre el patrimonio público y el personal. Esta agenda se lleva a cabo en el contexto de una alianza con Cuba, en lo que dio en llamarse el Socialismo del Siglo XXI. Con la asesoría cubana se instrumentan políticas inclusivas orientadas a ampliar su base electoral. La lucha contra la corrupción se aparca y se privilegia la equidad. Se trata de proteger el ingreso de los más pobres recurriendo a los programas sociales como el programa Mercal, de subsidio al consumo, para protegerlos de los efectos de la inflación; fenómeno que se agudiza gracias a que el ejecutivo utilizó al Banco Central como su caja chica. A pesar de ello los programas sociales logran compensar el efecto de la inflación y se logra mejorar la distribución del ingreso y la capacidad adquisitiva de los sectores de menor ingreso.

Las políticas anti mercado que se implementan en esta segunda etapa lo hacen en un forcejeo con los restos de la fracción democrática que sobrevive. El impacto de las políticas anti mercado es moderado por la presión de esta fracción y los ingresos extraordinarios del petróleo, que impiden el colapso de la industria petrolera y contribuyen a ralentizar la creciente inflación. Se designan gerentes competentes en la industria petrolera, como Guaicaipuro Lameda, que moderan el colapso de la industria. Una vez que Chávez muere y se desploman los precios del petróleo se inicia una tercera fase donde se impone en forma hegemónica la fracción pro cubana y se profundiza el perfil fascistoide y la represión.

En esta tercera fase, que se inicia, en el 2014 surge un Estado fallido como consecuencia del colapso de la industria petrolera y de los precios. La industria petrolera colapsa por la huida del personal y el nombramiento de militares leales para gestionarla, uno de los cuales destruyó un millón de barriles de capacidad productiva durante su gestión. La principal característica del Estado fallido es la desaforada inflación que se impone ante la ausencia de un programa de ajuste como la Agenda Venezuela sugerida por el ex ministro de Chávez, Rodrigo Cabezas. La condición de Estado fallido se refleja también en la perdida de gobernabilidad en amplias zonas del territorio, así como en la crisis eléctrica y de los servicios públicos. La destrucción de las capacidades productivas se profundiza hasta ubicarse a niveles de 1950. Se impone una dolarización de facto que da lugar a una sociedad profundamente desigual.

En síntesis el chavismo involuciona de un proyecto democrático, en sus inicios, hasta convertirse en un movimiento donde privan tendencias fascitoides. A lo largo de esta involución el movimiento se ha alejado de sus banderas fundacionales: el fortalecimiento de la democracia, la lucha contra la corrupción y una sociedad más equitativa. En estos tiempos de negociaciones, el chavismo debe reencontrarse y recoger sus viejas banderas, en particular las que tienen que ver con la equidad y la protección del ingreso de los más pobres, lo cual no se puede hacer sin que se produzca el control de la inflación como lo ha planteado Rodrigo Cabezas, ex ministro de Chávez.

El control de la inflación requiere un programa de ajuste similar a la Agenda Venezuela. Esto implica darle autonomía al Banco Central de Venezuela (BCV) y colocar al frente del mismo gente competente que sepa de políticas monetarias y dejar a un lado la política de colocar en estos cargos a gente leal que no tiene formación para el cargo. Es necesario también un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y mejorar las relaciones con los Estados Unidos y la comunidad internacional. Todo ello se llevó a cabo en los primeros años del régimen chavista y la inflación se redujo hasta llegar al 12 por ciento mejorando el ingreso de los trabajadores y de la clase media. La dolarización es una salida para unos pocos y no es la respuesta para los más pobres que optaron por el chavismo en sus inicios.

Profesor UCV

El régimen cubano sobrevive sometiendo a sus trabajadores a condiciones de esclavitud

​José E. Rodríguez Rojas

Uno de los logros que el régimen cubano exhibe como parte del éxito de su modelo socialista son las “misiones medicas” que envía a otros países y que se multiplicaron durante la pandemia. Las misiones encubren un subsidio de los gobierno de izquierda al régimen cubano. Han sido cuestionadas debido a que las condiciones de trabajo del personal sanitario representan una forma contemporánea de esclavitud, que ha llevado a dos relatoras de la ONU a iniciar una investigación sobre ellas.

Uno de los éxitos que el régimen cubano ha difundido como parte de su modelo socialista ha sido los avances en el sistema sanitario y la formación de personal sanitario en cantidades tales que le ha permitido, en particular durante la pandemia, auxiliar a otros países que así lo han requerido, bajo la etiqueta de “misiones”. Estas misiones se han extendido a cerca de 67 países a lo largo del planeta. Incluye algunos países europeos como Italia y Andorra, africanos como Sudáfrica y países del Oriente Medio.

Al margen de la propaganda cubana la realidad es que el envío de las misiones de personal médico cubano encubre un subsidio disfrazado de los gobiernos de izquierda al régimen cubano, que oscila entre 6 mil y 8.500 millones de dólares, convirtiéndose en el segundo ingreso del régimen después del turismo. Representa el 46% de los ingresos de exportación y 6% del PIB.

Las misiones cubanas han sido expulsadas de algunos países latinoamericanos, como Brasil, Ecuador y Bolivia, por el abuso a que el régimen cubano somete a los profesionales de las misiones y por representar un peligro para la estabilidad del país por el proselitismo político que realizan algunos miembros de las mismas. También ha influido las presiones de los gremios locales que agrupan al personal médico, que han demandado la expulsión de los cubanos por considerar que constituyen una competencia desleal con sus agremiados.

ONGs europeas como Cuban Prisioners Defenders (PD) han cuestionado las misiones cubanas por las precarias condiciones de trabajo en que labora el personal médico. Según la ONG las médicos reciben un ingreso miserable que en muchos casos no alcanza para costear sus gastos de vida, entre el 75 y el 90% del dinero que pagan los países beneficiarios a los médicos, éstos deben entregarlo al Estado cubano para financiar los gastos del mismo y de la casta burocrática que lo dirige, y solo una pequeña parte se orienta a sufragar los gastos del personal sanitario.

Adicionalmente a lo señalado PD cuestiona las condiciones de trabajo de los médicos que define como trabajo forzoso pues además de un salario insuficiente las jornadas laborales son excesivas y carecen de la libertad para rechazar el mismo, si lo hacen los médicos o sus familiares son sancionados. La condición de trabajo forzoso la define la ONU como una forma contemporánea de esclavitud. Las denuncias de la ONG mencionada llevó a la Relatora Especial sobre Formas Contemporáneas de Esclavitud y a la Relatora Especial sobre Trata de Personas de la ONU a dirigirse a las autoridades cubanas, a fin de indagar sobre las condiciones de trabajo de los médicos cubanos. La ONG Human Rigths Watch también ha cuestionado las condiciones de trabajo del personal sanitario cubano calificándolo de explotación y ha hecho suyos los planteamientos de la ONG Cuban Prisioners Defenders (PD).

Fuentes:

ABC. 2020. Alerta sobre la explotación a que Cuba somete a sus médicos en misiones exteriores. Julio 31.

ABC. 2020. Human Rights Watch también acusa al régimen cubano de explotar a los médicos (video). Enero 15.

ABC. 2020. La ONU califica de trabajo forzoso las misiones de médicos cubanos en el exterior. Enero 10.

ABC. Marinos cubanos, los otros esclavos del régimen. Enero 26.

Profesor UCV

Elecciones colombianas: un salto en el vacío

​José E. Rodríguez Rojas

En una segunda vuelta a realizarse en junio, los votantes escogerán entre un ex guerrillero y un populista Tiktok. Desechar a los titulares de los cargos públicos y todo lo que ellos representan se lleva a cabo con rabia en Latino América.

Perú lo hizo en junio el año pasado. Chile lo hizo en diciembre y Brasil es probable que lo haga en octubre. El 29 de mayo el turno le tocó a Colombia cuando los votantes escogieron los dos candidatos presidenciales que representaban el cambio en forma más clara. Gustavo Petro un ex guerrillero obtuvo el 40% de los votos y Rodolfo Hernández, quien era poco conocido unos meses atrás, pero entusiasmó a sus seguidores con sus diatribas en Tiktok, quién obtuvo el 28%. La segunda vuelta es el 29 de junio.

Colombia ha sido durante mucho tiempo una anomalía en Latino América, un continente donde los votantes tienen debilidad por los caudillos. Con la excepción de un breve periodo donde gobernó un hombre fuerte, Álvaro Uribe, presidente del 2002 al 2010, sus políticos tienden a ser moderados. Por décadas el extremismo de izquierda ha sido impopular, en la medida que los colombianos lo han relacionado con la FARC un grupo guerrillero marxista. Los gobiernos han mantenido fuertes lazos con Estados Unidos. Los inversores han fluido masivamente hacia Colombia.

El crecimiento ha sido robusto en los años recientes. El ingreso per cápita se elevó de 4.000 dólares en el 2000 a 6.400 dólares antes de la pandemia. Sin embargo la desigualdad es extrema. Pocos colombianos pagan impuestos. El descontento impulso protestas violentas en los años 2019 y 2022.

En gran medida debido al Covid 19, una población adicional de 2,8 millones de colombianos (de un total de 51 millones) cayó debajo del límite de pobreza estimado en 38 dólares mensuales en el 2020. Desde entonces la economía colombiana ha rebotado mas rápidamente que otros países en Latino América, con el PIB creciendo en un 10% el último año.

Pero un acuerdo de Paz con la FARC, en el 2016, fue pobremente implementado por Iván Duque, el presidente saliente, y partes del país son todavía presas de la violencia.

Ni Hernández ni Petro lucen capaces de abordar estos complejos temas. Ambos, cuando fueron alcaldes, tuvieron un desempeño gris. Cuando Petro gobernó la capital, Bogotá, tenía una reputación de mantener una relación conflictiva con su equipo de trabajo. Fue suspendido breve tiempo, por parte de la municipalidad, por un mal manejo de la toma de control de un servicio privado de recolección de basura.

El récord de Hernández es peor. Como alcalde de Bucaramanga fue suspendido tres veces: por abofetear a un colega; por llamar a un funcionario corrupto sin tener evidencias y por violar la ley electoral al hacer campaña por el sucesor seleccionado. Se graduó y desempeñó como ingeniero. Prometió construir 20.000 casas para los pobres; ninguna se materializó.

Petro ha moderado su tono recientemente pero sus políticas se mantienen radicales. Él quiere incrementar los aranceles, renegociar los acuerdos comerciales, y garantizar trabajos públicos para todos los desempleados cuya magnitud representa un 14 % de la fuerza de trabajo. También quiere finalizar la exploración de nuevas áreas de gas y petróleo, a pesar de que estos rubros representan más de la mitad del valor de las exportaciones.

Hernández también ha realizado grandes promesas y sus propuestas son pobres en realismo. Las mismas incluyen términos tan exóticos como “maldito Fracking”. También desea estimular el proteccionismo. Habla frecuentemente de corrupción y dice que tendrá una conferencia diaria de prensa donde expondrá con nombres y apellidos a los políticos corruptos. Al mismo tiempo que esto ocurre, está previsto que será procesado por corrupción en julio. El niega los cargos.

Colombia ha dado un salto hacia lo desconocido. Cualquiera de los dos candidatos podría desestabilizar a un país que estaba en la ruta hacia, por decir lo menos, un moderado éxito. Los colombianos no necesitan ir muy lejos para observar el daño que los demagogos pueden hacer. Desde el 2019 la extrema derecha ha destrozado a Brasil. La extrema izquierda ha arruinado a Venezuela. Si es electo Petro posiblemente acepte con mayor agrado que Hernández el chequeo y balance propio de una democracia. Pero cualquiera que gane, las instituciones colombianas tendrán que ponerle freno.

Nota: este escrito está basado en una traducción libre del artículo: The Economist. 2022. Colombia: into the unknown. Jun, 4th.

Profesor UCV

Una crisis alimentaria global se aproxima

​José E. Rodríguez Rojas

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha afectado a un sistema alimentario global ya debilitado por la pandemia, debido a la importancia de ambos en el suministro alimentario. Rusia y Ucrania aportan el 12% de las calorías comercializadas a nivel global, el 28% del trigo, 29% de la cebada y 75% del aceite de girasol. Muchos países dependen de las mismas. Rusia y Ucrania aportan la mitad de los cereales importados por Líbano y Túnez, en el caso de Libia y Egipto la cifra es de dos tercios.

La invasión de Rusia a Ucrania ha interrumpido los suministros. Adicionalmente a ello, eventos climáticos han afectado a la India y China y otros graneros mundiales, lo cual amenaza con reducir aún más el volumen de alimentos disponibles a nivel global. El elevado costo de los alimentos ha incrementado el número de personas que no están seguros de acceder a los alimentos que necesitan, de 400 millones a 1.600 millones. Aproximadamente 250 millones están al borde de la hambruna. La pobreza y la inestabilidad política se esparcirán en especial en los países africanos.

Los políticos angustiados por la situación, podrían empeorar la misma disminuyendo las exportaciones a fin de salvaguardar el consumo interno. Un número importante de países lo ha hecho agravando la escasez de alimentos a nivel global. Algunos han corregido decisiones temporales orientadas a restringir las exportaciones. El ejemplo de estos últimos debe imponerse a fin de que los mercados permanezcan abiertos.

Una elevada proporción de alimentos se utilizan para la elaboración de combustibles y alimentación animal. Un 10% de los granos y un 18% de los aceites son usados para producir combustibles. De acuerdo a la FAO un 13% de los granos se utilizan para la alimentación del ganado. Esta situación genera un margen de sustitución que de ser utilizado aliviaría la situación de escasez de alimentos.

Rusia y Ucrania deben actuar para permitir la navegación por el Mar Negro, Ucrania desminando las aguas y Rusia permitiendo el paso de los barcos que transporten los granos almacenados en Ucrania. Es difícil que ello ocurra en el marco del conflicto actual. Otros países no involucrados en el conflicto como la India y China deberían ayudar a persuadirlos. Es necesario construir una coalición internacional que permita que convoyes que transporten los granos almacenados en Ucrania naveguen protegidos por buques armados y atraviesen el Bósforo (estrecho de Estambul) con la autorización de Turquía. Alimentar a un mundo frágil es una tarea de todos.

Un reciente informe del Banco interamericano de Desarrollo revela que la guerra entre Rusia y Ucrania ha elevado el precio de las materias primas incluyendo tanto alimentos como cobre y petróleo. Ello ha beneficiado a los países de América Latina exportadores de estos productos cuyo valor se ha incrementado y ha incentivado un crecimiento del volumen de las mismas en un 10%. El incremento del valor de las exportaciones ha aliviado la situación de déficit fiscal que enfrentan países como Venezuela y también ha contribuido a compensar el incremento del valor de las importaciones de alimentos de importadores netos como es el caso del país caribeño.

Fuentes:

Abc. 2022. La Guerra de Ucrania afecta de modo positivo a las exportaciones latinoamericanas de petróleo, alimentos y minerales. 7 de junio.
The Economist. 2022. The coming food catastrophe. May 21st.

Profesor UCV

El régimen ha logrado imponer su hegemonía comunicacional

​José E. Rodríguez Rojas

El silencio autoimpuesto en buena parte de los medios de comunicación de Venezuela es el resultado de una política diseñada e implementada desde el poder por el Estado venezolano. En enero del 2007 Andrés Izarra ex ministro de Comunicación e Información del gobierno de Hugo Chávez y, en ese momento presidente de Telesur, declaró: “El socialismo necesita una hegemonía comunicacional. La hegemonía en los medios es un instrumento necesario para la revolución”.

Nicolás Maduro en sus 8 años en el poder, ha continuado e incluso profundizado la política de hegemonía comunicacional iniciada por Chávez. Doce años después de las declaraciones de Izarra, en junio del 2019, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michele Bachelet, dejo constancia en su informe que el gobierno venezolano “ha tratado de imponer una hegemonía comunicacional imponiendo su propia visión de los hechos y creando un ambiente que restringe los medios independientes”.

Reputados investigadores venezolanos de las ciencias de la comunicación reconocen que, hoy en día, el gobierno venezolano ha logrado imponer su hegemonía comunicacional en el país. La instrumentación de esta política se ha traducido en cierres de periódicos y emisoras de radios cuyo número se ha reducido sustantivamente. De 140 periódicos en el 2002 hoy sobreviven 20. Entre el año 2009 y el 2020 cerraron 180 emisoras de radio por instrucciones del gobierno. Según datos del Instituto de Prensa y Sociedad y la ONG Espacio Público.

En el campo televisivo el cierre de Radio Caracas TV marcó un hito. Luisa Torrealba, investigadora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la UCV, destaca que de los 22 canales de televisión a nivel nacional, 13 de ellos pertenecen al sector público y son utilizados fundamentalmente con fines ideológicos y propagandísticos. A ello habría agregar, según Andrés Cañizales, periodista, investigador y director de Medianálisis, que el control que ejerce CONATEL sobre la televisión nacional ha llevado a que en las televisoras privadas impere la autocensura y que en ellas haya desaparecido la labor informativa casi por completo. El periodismo independiente ha migrado hacia el espacio digital, pero éste tiene un impacto limitado en la población debido a su limitada penetración en los sectores populares y al atraso tecnológico del servicio de internet en el país. A esto habría que añadir la escalada en la censura digital adelantada por el gobierno. De acuerdo al reporte “Sin derechos en Internet” de VSF, durante el 2021 fueron bloqueados 68 dominios de Internet, de estos la gran mayoría corresponden a medios de comunicación.

La reducción y colonización estatal del espacio público ha sido avalada y complementada con el desarrollo progresivo de un entramado de normas que bajo un manto de “aparente” legalidad y justicia, busca impedir y coartar la libertad de prensa y expresión en el país. Ello incluye la Ley Resorte promulgada en el 2004, La Ley de Reforma del Código penal promulgada en el 2005, La Ley de Reforma de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones promulgada en el 2010. La Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la tolerancia, promulgada en el 2017.

Los efectos de la hegemonía comunicacional en Venezuela se ven reflejados en los resultados que para el año 2021 arrojan el “Índice de Reporteros sin Fronteras” y el “Índice Chapultepec de la libertad de Expresión y de Prensa de la SIP”, donde Venezuela aparece junto a Nicaragua y Cuba con los índices más bajos respecto a la libertad de expresión y prensa dentro de América Latina.

Nota: este escrito es una versión corta del artículo de Ramón Cardozo titulado “Venezuela: en búsqueda de la hegemonía comunicacional” publicado recientemente en su columna regular en el Portal de la agencia alemana de noticias DW en español.

Profesor UCV.

El modelo cubano se mantiene como un icono de la izquierda

​José E. Rodríguez Rojas

A 63 años del inicio del régimen, el cubano promedio continúa agobiado por la crisis económica y social. A pesar de ello el modelo cubano se mantiene como un icono de la izquierda latinoamericana. Los líderes de ésta peregrinan regularmente a La Habana, a fin de dar testimonio de su fe en el modelo y la revolución que lo engendró. Algunos lo toman como parte de una creencia personal, pero el chavismo lo tomó como referencia para el diseño de las políticas públicas, generando una crisis muy similar a la de Cuba.

Los guerrilleros cubanos liderados por Fidel Castro ascendieron al poder a inicios de la década de 1960. En los primeros años el subsidio soviético permitió crear la ilusión de un modelo económico y social funcional. Se logró crear un sistema de seguridad social que se asemejaba en su cobertura al de países de mayores recursos. Igualmente sucedió en el campo educativo. Sin embargo una vez que los soviéticos se retiraron afloraron las ineficiencias, lo que obligó a los Castros a buscar un nuevo benefactor. Al final lo encontraron en el régimen venezolano, el cual funcionó mientras los precios del petróleo se mantuvieron en elevados niveles, pero una vez que estos colapsaron, las carencias de la experiencia cubana afloraron haciendo evidente que sin un generoso benefactor el modelo no es viable.

En el año 2010 el propio Fidel Castro reconoció las limitaciones del modelo cubano, señalando que el mismo no funcionaba ni siquiera en Cuba. Su intención, con tal expresión e inusual autocritica, fue reconocer el gigantismo del Estado cubano en aquel momento y crear un piso a la política pro mercado que su hermano estaba tratando de instrumentar, a fin de incentivar la iniciativa privada y reducir el tamaño del Estado.

Sin embargo la política pro mercado instrumentada por Raúl Castro no fue suficiente para cambiar sustantivamente la situación, pues la hipertrofia del Estado se ha mantenido al igual que su negativa influencia, coartando la iniciativa privada y cercenando las libertades individuales, lo que ha ocasionado que después de 63 años de revolución el pueblo cubano continúe agobiado por la crisis económica y social.

En el año 2021 los cubanos, frustrados por la carestía de los alimentos básicos, decidieron tomar las calles y protestar. Se trata de la mayor protesta desde el inicio de la revolución. Sin embargo el régimen ha reaccionado como usualmente lo hace reprimiendo y encarcelando a los disidentes. Ya que no se puede protestar miles de cubanos ha decidido huir en lo que se califica como la mayor emigración histórica que supera incluso la del Mariel (Rodríguez R. 2022).

A pesar de las múltiples evidencias sobre las limitaciones de la experiencia cubana la izquierda latinoamericana mantiene incólume su creencia en las bondades de ésta, lo cual hace pensar que esta creencia es más una cuestión de fe muy similar a la de cualquier secta o religión, pues carece de bases racionales. En forma similar a la peregrinación a La Meca de los musulmanes o a Jerusalén por parte de los cristianos, la izquierda latinoamericana viaja a la Habana a fin de dar testimonio de su fe en las bondades del modelo y de la revolución que lo engendró.

Uno de estos peregrinos ha sido Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el populista presidente de México. En días recientes acudió a La Habana a manifestar su admiración y reconocimiento a los cubanos por su resistencia ante el “imperio”. Sin embargo AMLO asume la creencia en las virtudes de la experiencia cubana y su reconocimiento al régimen como algo personal, que no involucra a su gestión. Como presidente de México, por el contrario, le toca complacer las demandas de Estados Unidos en relación al tema migratorio y acogerse a las nomas del acuerdo comercial con los Estados Unidos. AMLO y la dirigencia mexicana están conscientes de que este acuerdo ha estimulado las inversiones de las empresas estadounidenses en México, que han transformado al país azteca en el octavo exportador mundial de vehículos.

Hugo Chávez fue uno de los pocos que se tomó en serio el modelo cubano. El veterano líder izquierdista Luis Miquilena, cuando se desempeñó como su mentor y ministro, trató de convencerlo de la inviabilidad del modelo y que calcar el mismo no era algo conveniente para el movimiento que impulsaban y el gobierno que dirigían. Sin embargo Chávez no tomó en cuenta sus señalamientos e insistió en impulsar el socialismo del siglo XXI, impulsado por una fantasía en la cual se veía como el heredero político de Fidel Castro en Latinoamérica. Sin embargo el destino le hizo una jugarreta y le impidió concretar su ilusión. Su sucesor ha continuado calcando el modelo cubano, generando en Venezuela una crisis económica y social muy similar a la de Cuba, que ha forzado a más de 6 millones de venezolanos a emigrar.

Referencias:

Rodríguez R., J.E.2022. Los cubanos huyen masivamente del “mar de la infelicidad”. Dígalo Ahí digital. Boletín de Aragua en Red número 3, mayo 10.

Profesor UCV